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Ulrich Arndt
Hoy en día, está otra vez de moda la jardinería basada en las fases lunares. La
gente se pone a dieta cuando la luna decrece y cuando tienen que pedir hora para
el peluquero o el doctor. Las antiguas recetas de tisanas son aceptadas de nuevo e
incluso alguna gente recogen ellos mismos las plantas necesarias teniendo en
cuenta la constelación lunar y el momento del día. Con fascinación mucha gente
ha redescubierto este conocimiento antiguo. Pero lo que casi no se conoce es que
durante muchos siglos, probablemente hace unos 3.000 años, el conocimiento de
las energías de curación y de los ritmos de la naturaleza fue una asignatura
médica en Egipto, India y China. Ésta se fue quedando en el olvido en Europa
hace sólo 300 años. Hasta entonces, la forma superior de medicina y la ciencia de
la naturaleza en general más respetada fue la alquimia. Hace unos 2.000 años ya
disfrutaba de un alto status. Por esta época el alquimista Chino Liu An (179-122
antes de Cristo) escribió en su libro de “Las diez mil Artes infalibles del Rey
Huai” sobre la producción de “oro bebible” como un elixir de vida. Y de Egipto
se han recuperado las instrucciones de laboratorio de la alquimista Maria y los
comentarios que datan desde el siglo III.
Durante innumerables generaciones, los alquimistas han multiplicado su
conocimiento y lo han pasado verbalmente a sus estudiantes. Hoy en día, la
medicina ortodoxa como mínimo acepta a Paracelso como uno de los grandes
doctores alquimistas, incluso ha sido citado como el fundador de la medicina
moderna. Sin embargo, sus métodos de laboratorio no tienen nada que ver con el
actual modo de producir los medicamentos de forma puramente cuantitativa y
química. La energía viva, es decir su cualidad, es según el entendimiento
alquímico lo que realmente trae “curación” y “luz”.
Según las enseñanzas tradicionales alquímicas sobre salud, una planta tiene tres
energías curativas diferentes que - expresado de forma simple- están conectadas
con el cuerpo, con el espíritu y con el alma de la planta (en alquimia se llama
“Sal”, “Sulphur” y “Mercurio”). Estas tres fuerzas efectivas también se expresan
en su forma material. Desde un punto de vista químico se corresponden con la sal
(cuerpo), el aceite (alma) y el alcohol (espíritu). Por consiguiente, la preparación
de la medicina consiste en purificar e “iluminar” las sustancias químicas, o sea la
materia, sin destruir ni la energía curativa ni la información de la flor.
La Esencia de CONSUELDA
Aspecto básico: enraizamiento, llegada
Ayuda al contacto con las fuerzas elementales colectivas y los arquetipos, y
facilita el acceso al poder de la familia y los ancestros. Se armoniza el
estrés mental en conexión con el nacimiento y la maternidad. Se resuelven
la rigidez de la mente y las emociones y se fortalece el sentimiento de
“llegada” y “enraizamiento”.
Esencia de ENREDADERA FALSA
Aspecto básico: energía de la vida, actitud positiva hacia la vida,
autocreación
Fortalece la energía de la vida, la vitalidad, y el principio primario
masculino -el “sol interno”. Trae calor y luz al cuerpo y a la mente,
promueve el amor para vivir e ilumina los humores melancólicos. Estimula
el fuego de la digestión y las energías sexuales.Esencia de PERA
Aspecto básico: crecimiento, reflejo y reconocimiento del Yo
Guía la energía vital en la dirección correcta y regula todos los procesos
constitutivos y rítmicos del organismo. Fortalece el principio primario
femenino, el “principio de la luna”. Se refuerza el sentimiento de
“seguridad maternal” de la vida y al mismo tiempo estimula una mayor
flexibilidad interna. Generalmente estimula y refina la conciencia de sentir,
favorece la intuición y el aura energética erótica se intensifica y se
convierte en “más femenina”.
Esencia de NOMEOLVIDES
Aspecto básico: intuición, poder de visión, autoregulación
La esencia para el “tercer ojo” fortalece el poder de la intuición y la visión.
Las actividades de los hemisferios cerebrales se estimulan y se sincronizan.
Ayuda a encontrar orden en el pensar y a deshacer embrollos del mundo de
la dualidad. Mejora la asertividad, la autonomía y el descubrimiento de la
vocación, y generalmente el carisma aumenta.
Esencia de ANÉMONA
Aspecto básico: espiritualidad, transformación, apertura del Yo
Refuerza las fuerzas espirituales y el contacto con las partes más elevadas
del alma. A nivel energético regula los ritmos del hombre, permite a la
energía fluir y libera de la rigidez en el pensar, sentir y actuar. Lleva más
lejos la claridad mental, la concentración y el discernimiento. Ayuda a
aceptar las experiencias, a ser independiente y a poner límites, pero
también a superar limitaciones y a forjar nuevos caminos.
Esencia de LYCHNIS
Aspecto básico: meta en la vida, sin-limitaciones, ser uno, el yo superior
Regula el intercambio energético entre el alma y el yo superior. Al
armonizar el 8º chakra se refuerza el conocimiento más profundo sobre las
conexiones superiores y así ayuda a superar la actitud negativa hacia la vida
y a vivir cualidades más elevadas del alma.