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aprobación
nubla la visión
DORIS GUZMÁN
“La necesidad de aprobación nubla la visión”
Doris Guzmán
Septiembre 2022
La necesidad de aprobación
nubla la visión
Ser aprobados por los demás es una necesidad natural y un mecanismo de de-
fensa de los seres humanos. De alguna manera, recibir el “visto bueno” brinda
una sensación de seguridad y pertenencia, condicionando muchas veces los
pensamientos y acciones para suscitar este resultado.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la aprobación
consiste en la acción y efecto de aprobar, considerar que algo está bien. En su
original griego, su raíz es dokimos, entendiéndose como aceptable, aprobado,
aprobar/resistir la prueba.
Visto de esta manera, pareciera que no hay nada de malo en ocuparse en ser
aprobados socialmente. Al fin y al cabo, seríamos considerados como buenos y
aceptables, sin embargo el problema nace cuando esto se convierte en una ten-
dencia excesiva, en la regla que mide nuestros pasos y en los lineamientos de lo
que hacemos y somos.
Porque es entonces cuando dejamos a un lado aquella identidad que nuestro
creador nos entregó, para comenzar a asumir la definición del mundo. El pro-
pósito por el que caminamos ya no es el eterno, sino el temporal y vacío que el
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hombre nos ofrece. Es de esperarse que, llegado a este punto, nos desviemos del
sendero marcado por Dios y que aquella visión que un día nos fue dada, comien-
ce a parecernos nublada. Nos movimos de posición, y desde allí el panorama no
“
luce igual.
Esta es una realidad que podemos ver fundamen-
tada en la Palabra desde el principio, en la historia
de Adán y Eva que conocemos en Génesis. la aprobación
Cuando ambos fueron creados, simplemente sa-
bían que eran aceptados y amados por un Dios
que les hizo y entregó un hermoso paraíso para
vivir. Nótese que incluso ambos estaban desnu-
dos y ninguno se preocupó por lo que el otro pen-
“
consiste en la acción
y efecto de aprobar,
considerar que algo
saba sobre su cuerpo, sobre cómo se veía o lo que
está bien.
hacía.
Fue a raíz de su caída que fueron bañados por el
pecado y arropados por las consecuencias, provocando que sus ojos comenza-
ran a ver de forma más carnal, trayendo a su mente creencias, pensamientos y
percepciones que hasta tanto a Dios no le había interesado que tuvieran, basta la
evidencia de que nada de esto sentían mientras estaban con Él.
Al ser expulsados del Edén y apartados de Dios, es cuando nace ese vacío en
el ser humano que le hace constantemente buscar respuestas sobre quién es y
cuál es su propósito. Es justo esa sensación de vacío que lleva a muchas personas
a querer ocuparlo con algo o alguien más, sintiéndose parte, siendo aprobados.
El punto aquí es que ese vacío solo puede ser llenado por el mismo Dios, a causa
de esto es que Jesús murió por nosotros, para que podamos encontrar vida. Por
tanto, todo esfuerzo humano para llenar este hueco no será más que momentá-
neo, pasajero y con un fin de aflicción.
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los
cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean
dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por
medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las
cosas en él subsisten”
Entonces, somos y existimos por Él y para Él, no para cumplir con los requeri-
mientos del mundo. Ese esfuerzo constante para ser aprobados y obtener reco-
nocimientos terrenales, no hace más que perdernos en el camino y distorsionar
lo que creemos que Dios quiere hacer a través de nosotros.
Cuando es la necesidad de aprobación que rige tu vida, comienzas a confiar en
tus propias fuerzas y capacidades, sacando a Dios de la ecuación. Todo esto se
deriva en situaciones de pánico y ansiedad, desórdenes emocionales porque au-
mentas la carga a tu sistema nervioso central, quien debe ocuparse de cumplir
con ciertos requisitos, con la mentira de que al final experimentará bienestar.
Meditemos en lo siguiente. Tenemos un afán por ser aprobados, pero de qué nos
vale ser aprobados por el hombre. Si habría alguien para impresionar sería Dios,
porque Él es el Rey de Reyes y Señor de Señores, el creador del cielo y de la tierra.
Sin embargo, la verdad es que no hay manera de que logremos esto, porque no
hay nada que tú hagas que impresione a Dios. Él fue quien te hizo, conoce muy
“
bien tus cualidades y capacidades, sabe lo que puedes lograr o no.
Vemos el ejemplo de Moisés, al recibir su llamado
estaba preocupado porque se creía incapaz, Dios
Si habría alguien le deja claro que no lo estaba escogiendo por sus
capacidades, sino porque era la vasija de barro
para impresionar que a Él le placía utilizar para esto.
sería Dios, porque Él
“
es el Rey de Reyes y
Señor de Señores, el
creador del cielo y
Estudiando la historia del pueblo de Israel, no
puedo dejar de ver cómo Moisés fue justo el lí-
der que este pueblo necesitaba. Porque no era
un hombre poderoso o de gran oratoria que se
requería, era más bien un hombre dispuesto a vi-
vir de rodillas, clamando e intercediendo por un
de la tierra. pueblo terco que olvidaba constantemente las
maravillas del Padre. Moisés fue el líder perfecto
porque siempre clamó por ellos.
Notemos cómo Moisés mientras estaba conectado al Señor, se movía conforme
a la visión y guiaba al pueblo. Sin embargo, tan pronto prestó sus oídos más a sus
quejas, a la humanidad, buscó complacerlos golpeando la roca para que saliera
agua, cuando Dios sólo le había ordenado que le hablara. Justo allí perdió su ben-
dición de entrar a la tierra prometida. Buscó detener las quejas en ese momento,
no ser señalado, no ser juzgado, pero se olvidó de la aprobación mayor que re-
quería, la de Dios.
“
enojo de Moisés pero sobre todo la ira de Dios.
sea aprobado por la iglesia que lo recibe, evitando confrontar, disciplinar e in-
cluso formar. Nuevamente, se nos nubla la visión y nos centramos en exaltar
la persona, no al Cristo que es el mensaje.
Gálatas 1:10