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FORMAS DE ESTADO

Autor: Profesor R. Carlos Marucci1

Según se encuentre depositada, la dirección política del poder, en un único o en varios


centros, se determinará la forma de estado.

Cuando el poder está depositado en una única instancia nos encontramos con un estado
centralizado o unitario.

El unitarismo consiste en la existencia de un estado con un gobierno único y general que


ejerce sus poderes sin restricciones sobre la totalidad del territorio, siendo las provincias simples
divisiones administrativas, sometidas directamente a la autoridad nacional2. Un modelo de la
concepción unitaria acerca de las provincias lo constituyó la fracasada constitucional nacional
argentina de 1826. En la sección VII de la misma, bajo el título De la administración provincial,
se disponía que en cada provincia habría un gobernador, “bajo la inmediata dependencia del
presidente de la república”, quien lo nombraba.

El federalismo, en cambio, prevé la existencia de un estado nacional con un gobierno


central y de los correspondientes estados provinciales con sus gobiernos locales. De esta
manera mientras aquél ejercía los poderes que se le hubieran delegado expresamente, las
provincias mantenían el ejercicio de un relativo gobierno propio. El asiento de la soberanía en
estos casos se encuentra en el estado nacional, siendo las provincias autónomas3

Tal es el caso de nuestro sistema: la Constitución Nacional establece en su art. 1º, la


forma federal de estado. El federalismo es uno de los grados de descentralización territorial
posibles, dispuesto para repartir las competencias supremas del estado. Es una forma
intermedia entre la máxima concentración observada en el sistema unitario y la máxima
descentralización efectivamente cumplida en la convivencia de los estados soberanos en la
comunidad de Naciones. Entre esos polos hay peldaños intermedios: la confederación y el
regionalismo (variantes medias que funcionalizan la distribución del poder).

Entre el sistema federal y el confederal cabe destacar las siguientes diferencias básicas:
en la confederación el fundamento de validez es un pacto o un acuerdo entre estados

1
R. Carlos Marucci; Profesor adjunto ordinario de Historia Constitucional y
Profesor adjunto interino de Introducción al estudio de la Ciencias Sociales.
2
Anzoátegui, Víctor Tau y Martiré, Eduardo; Manual de historia de las
instituciones argentinas; Ed. Macchi; 1984; 6ta. Ed. Revisada; Buenos Aires;
p. 296.
3
Ídem; p. 296.
soberanos4 que regulan de ese modo aspectos puntuales del ejercicio del poder, sin delegar la
soberanía a una unidad política de carácter superior; en cambio, en la federación el sistema nace
de una constitución que organiza un estado soberano5, dentro del cual las provincias o estados
miembros son sólo autónomos y heterónomos, es decir que si bien crean su propio derecho, y
eligen a sus autoridades, lo hacen en el marco de la supremacía de la constitución federal del
estado.

Mientras en la confederación el derecho creado por los órganos centrales debe ser
incorporado por los órganos legislativos de los estados miembros, en la federación dicho
derecho vale en forma directa sin dicha intermediación. Generalmente la atribución legislativa
de los órganos confederales tiene potestades restringidas a cuestiones sustanciales en materia
de relaciones exteriores y de defensa, en tanto que en la federación el Congreso o Parlamento,
legisla en forma general, sobre una amplia gama de materias que interesa al bien común de los
estados miembros.

Finalmente, en la confederación los miembros tienen derecho a separarse (de secesión)


y a nulificar las decisiones centrales, atribuciones que les son negadas a las provincias en la
federación; en tanto que en esta última el estado federal puede intervenir en el gobierno local,
cosa que no puede ser efectuada en la confederación.

Las características del federalismo en la Argentina son las siguientes, si nos atenemos a
la normativa constitucional:

La soberanía, que radica en el pueblo, la ejerce el Estado Federal, siendo las provincias
autónomas (porque dictan su propio derecho) y autocéfalas (porque eligen a sus autoridades
sin intervención del gobierno federal).

El ejercicio de la autonomía provincial se realiza respetando el sistema representativo y


republicano, conforme a los principios, declaraciones y garantías de la Constitución Nacional.
Las Provincias deben también asegurar el funcionamiento de la administración de justicia local,
el de su régimen municipal 6 y la educación primaria.

4
Como ejemplo de Confederación podemos mencionar el estado creado en nuestro país
por el Pacto Federal de enero de 1831, firmado por estados libres e independientes.
Con un órgano nacional, conformado por los representantes de los gobiernos
provinciales, llamado Comisión Representativa.

5
La Constitución Nacional de 1853 estableció la federación, y desde entonces ese
ha sido nuestra forma de estado.

6
La reforma constitucional de 1994 determinó, en el art. 123, que los municipios
deben ser autónomos.
Sólo bajo dichas condiciones el gobierno federal garantiza a cada provincia el goce y
ejercicio de sus instituciones, a cuyo fin podrá disponer la intervención federal destinada a
regularizar los eventuales desequilibrios de las instituciones locales (Art. 5, 6, 122 y 123 C.N.).

Las provincias conservan todo el poder no delegado por la Constitución al gobierno


federal (art. 121), de modo tal que tienen facultades residuales y no enumeradas, de carácter
ilimitado, mientras que el gobierno federal tiene atribuciones ciertas y enumeradas, que surgen
de los art. 75, 99, 116 C.N. Las referidas facultades constituyen el cuadro de potestades
exclusivas de cada uno de los centros de poder.

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