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Tarea II
Perdón y Reconciliación
1.- El mismo día en que resucitó entre los muertos, Jesús nos dejó el sacramento de la
Confesión.
- En la tarde del domingo de resurrección, Jesús se apareció a sus apóstoles Les dijo: «
¡La paz con vosotros! ». 20Dicho esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos
se llenaron de Gozo al ver al Señor. 21El les volvió a decir: « ¡La paz esté con ustedes!«.
Así COMO EL PADRE ME ENVIO A MI, ASI LOS ENVIO A USTEDES. 22Dicho
esto soplo sobre ellos: «RECIBAN EL ESPIRITU SANTO: 23A QUIENES USTEDES
PERDONEN QUEDAN PERDONADOS, Y A QUIEN SE LOS RETENGAIS LES
QUEDAN RETENIDOS SUS PECADOS.” (Concilio Vat. II)
Si decimos “no tenemos pecado nos engañamos, y la verdad no está en nosotros”, 1Jn 1,
8. Por eso quien se ha revestido de Cristo en el bautismo, Ga 3, 27, no cabe el pecado.
Habiendo sido revestidos de Cristo por el espíritu santo somos santos e inmaculados
ante él, Ef 1,4. Pero la vida nueva recibida en el bautismo no suprimió la concupiscencia
o fragilidad a recaer en el pecado. “El perdón del pecador regresa lo regresa por la
gracia de Dios a la santidad y a la vida eterna, (Concilio de Trento, DS 1630, 1690,
1691, 1712, 1647, 1680, 1542, 1674.”, por tal razón en su infinita misericordia y
sabiduría Jesús instituye el sacramento del perdón.
Pero la llamada de Jesús también tiene una dimensión comunitaria, “Arrepiéntete”, Ap
2, 5.16.
León X, el año 1519, envió esta bula a los suizos con una carta de 30 de
abril de 1519 en que juzga así de la doctrina de la bula:
La potestad del Romano Pontífice en la concesión de estas indulgencias,
según la verdadera definición de la Iglesia Romana, que debe ser por todos
creída y predicada... hemos decretado, como por las mismas Letras que
mandamos se os consignen, plenamente procuraréis ver y guardar...
Firmemente os adheriréis a la verdadera determinación de la Santa Romana
Iglesia y de esta Santa Sede que no permite los errores.
40. Las almas libradas del purgatorio por los sufragios de los vivientes, son
menos bienaventuradas que si hubiesen satisfecho por sí mismas.
Constanza
Posteriormente, el concilio de Constanza declara en 1418 (DS 1266) que el papa puede
conceder las indulgencias a los cristianos verdaderamente contritos y confesados.
Condena la proposición según la cual es una tontería creer en la indulgencias.
Contempla así los errores de Wyclif y Huss.
Florencia
Unos veinte años después, el concilio de Florencia, en su decreto para los Griegos,
reconocía el valor de los sufragios y limosnas ofrecidos por los fieles a favor de otros de
acuerdo a las instituciones de la Iglesia (secundum Ecclesiae Instituta: alusión
manifiesta a las indulgencias entre otras. Es importante destacar que tenemos ahí la
primera alusión clara de un concilio ecuménico a la oración por los difuntos y que esta
alusión insinúa de una manera todavía más vaga las indulgencias (DS 304). Texto
aprobado por los representantes de las Iglesias de Oriente, en un primer momento.
Trento