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Ciclismo pandémico

En estos últimos meses me puse a pensar sobre el crecimiento del ciclismo durante la
pandemia del COVID-19, y tiene varias razones. Una de ellas es la necesidad de mantener
la distancia social y evitar el transporte público, lo que ha llevado a muchas personas a buscar
alternativas más seguras y saludables para desplazarse, y el ciclismo se ha presentado como
una excelente opción.
Además, el cierre de gimnasios y centros deportivos ha impulsado a muchas personas a
buscar formas de hacer ejercicio al aire libre, y el ciclismo se ha convertido en una alternativa
muy popular. Los parques y las carreteras han visto un aumento significativo en el número
de ciclistas; y muchos aprovechamos el tiempo extra debido a la pandemia para comenzar a
montar en bicicleta por primera vez.
Las ventas de bicicletas han aumentado drásticamente en todo el mundo durante la pandemia,
y muchos fabricantes han tenido dificultades para mantenerse al día con la demanda. Los
servicios de reparación de bicicletas también han visto un aumento en la demanda, ya que
muchas personas han desempolvado bicicletas antiguas y las han puesto en marcha después
de años de desuso.
El ciclismo también se ha convertido en un pasatiempo popular entre aquellos que buscamos
escapar del estrés de la pandemia y disfrutar del aire libre. Los clubes y grupos de ciclistas
han seguido activos; muchos han organizado eventos y carreras para mantener a los ciclistas
conectados y motivados durante estos tiempos difíciles, ya que se pusieron de “moda” los
retos en diferentes “pueblos con encanto” o municipios de diferentes estados de la república
mexicana, que se dieron cuenta de tal crecimiento y la forma de hacer negocio con ello. Estos
retos reciben a cientos de ciclistas, tanto de rama elite o recreativo, para recorrer montañas y
carreteras de esos bellos lugares.
Algunos más, no tan fanáticos de las competencias, salen a sus parque favorito, carretera o
al cerro más cerca, con el simple motivo de conectar con la naturaleza, respirar el aire fresco
de las montañas y la convivencia con amigos muy queridos.
Jóvenes o viejos, todos salieron a montar en bicicleta y olvidar aquellas angustias y meras
preocupaciones que, por consecuencia del aislamiento, surgían en cada uno. El estrés de ver
cientos de casos positivos, y uno encerrado en cuatro paredes. La bicicleta una vez más llegó
a dar libertad a todas esas personas que ocupaban de ello.
En resumen, el crecimiento del ciclismo durante la pandemia ha sido un fenómeno interesante
y alentador. A medida que el mundo se adapta a una nueva normalidad, es posible que el
ciclismo continúe siendo una opción popular para aquellos que buscan una forma segura y
saludable de mantenerse activos y conectados con la comunidad.

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