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Título de la obra: Galeón San José, El anhelo del Conde de Casa Alegre

Autor: José Armando Díaz Londoño

Tamaño: 1,80 x 1,20

Técnica: Óleo sobre lienzo

Estilo: Pintura historiográfica

Galeón San José: "El anhelo del Conde de Casa Alegre"

Corría el 8 de junio de 1708, en horas de la tarde, cuando el galeón San José se encontraba
cerca de la isla de Barú, listo para repeler el ataque de la flota inglesa. El comandante general
José Fernández de Santillán, Conde de Casa Alegre, anhelaba fervientemente ingresar a la
bahía interna de Cartagena de Indias. En su mente, imaginaba el galeón San José en una tarde
un poco fría, con un cielo parcialmente cubierto, pero lleno de ansias por ver la torre cuadrada
de la Catedral y la cúpula de la iglesia de San Ignacio de Loyola, junto con una ciudad
fortificada y de un blanco deslumbrante, rodeada por sus murallas.

En medio de la incertidumbre, recordaba las características de la embarcación en la que se


encontraba, y reunía cualquier información disponible desde su construcción hasta el momento
presente para fortalecer sus esperanzas. Cuando Felipe V le asignó el galeón San José y lo
nombró comandante general de la flota de tierra firme, el Conde de Casa Alegre se interesó
por conocer más sobre dicha nave. Supo que fue encargada por Carlos II, y que este monarca,
junto con el Consejo de Indias, designó a Francisco Necolalde como superintendente de
construcción. El constructor asignado fue Pedro Aróztegui, quien firmó el contrato el 12 de
junio de 1696. Aunque ya existía un tratado de construcción de embarcaciones elaborado por
Francisco Antonio Garrote en 1691, se utilizaron los planos y medidas de Antonio de Gaztañeta,
con algunas modificaciones propuestas por Francisco Necolalde luego de una reunión con los
expertos y maestros de fábrica Miguel Echeveste, Juan Echeveste y Gerónimo Echeveste.

Los recursos utilizados para la construcción del galeón, en su mayoría, provenían de los tesoros
de las Indias. La madera fue contratada a Miguel Echeveste, un experto en tratamiento de
maderas y maestro de fábrica. Tanto el Consejo de Indias como la Junta de Guerra de Indias
participaron en la aprobación del diseño y en la búsqueda de fondos. El 13 de junio de 1697, se
oficializó el cambio del astillero donde se ensambló el galeón. Inicialmente, el contrato
estipulaba que fuera construido en el astillero de Basoanaga, cerca del puerto de Pasajes, pero
fue cambiado al astillero de Mapil, en el río Oria, debido a la facilidad para botar la
embarcación debido a su gran tamaño. Una vez armado, el galeón fue remolcado hasta el
puerto de Pasajes para agregar los mástiles, cubiertas y compartimentos. El 18 de mayo de
1698, en San Sebastián, se firmaron los documentos que describían las medidas oficiales de las
naves, y a partir de ese momento se les asignaron los nombres.

La imagen de San José, padre terrenal de Jesucristo, había sido nombrada protector oficial de
España desde 1679. No había mejor nombre para el buque principal, la capitana, que el de San
José. Para el segundo barco, la almiranta, se eligió el nombre de San Joaquín, ya que era el
abuelo terrenal de Jesucristo y padre de María. Ambas imágenes cada una tallada en bajo
relieve en la parte alta de la popa de cada galeón.

El 13 de septiembre de 1698, debido al fallecimiento de su padre, Pedro Francisco de Aróztegui


asumió un nuevo contrato para la terminación de la construcción del galeón. Los mástiles y
pertrechos fueron contratados a Huberto de Hubrechtz, quien los suministró a principios de
1699, el bauprés el palo recostado en la proa, el primer mástil o trinquete, el segundo mástil
más alto o palo mayor, el tercer mástil o mesana del cual se sujeta la vela triangular. Una vez
armados y equipados con un total de 64 cañones, 26 cañones en la andanada baja para balas
de 18 libras, 26 en la andanada alta de 10 libras, 10 en alcázar y castillo de 6 libras y 2 de popa,
más la munición proveniente de Liérganes y Santander, el galeón San José fue asignado al
comandante Antonio de Gaztañeta, experto navegante y autor de los planos del galeón, para
su traslado desde el puerto de Pasajes hasta el puerto de Cádiz por mar abierto.

Debido a la muerte de Carlos II el 1 de noviembre de 1700, sin dejar descendencia, su sobrino


Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, rey de Francia, ascendió al trono como Felipe V, poniendo
fin a la dinastía de los Habsburgo e iniciando la dinastía de los Borbones, lo que dio origen a la
guerra de Sucesión.

José Fernández de Santillán, el Conde de Casa Alegre, recordaba cómo en 1702 había sido
asignado al galeón San José como capitán general y había liderado la defensa de Cádiz ante el
ataque anglo-holandés. Además, siempre había mostrado un apoyo incondicional a la corona
española. En 1704, Felipe V le concedió el título de Conde de Casa Alegre.

El 10 de marzo de 1706, partió de España junto con la flota hacia tierra firme, a cargo del
galeón San José, teniendo a Miguel Agustín de Villanueva como capitán de la almiranta, el
galeón San Joaquín. La flota llegó a Cartagena de Indias en abril y luego se dirigió hacia la feria
de Portobelo, la principal feria comercial entre Europa y América.

Mientras se encontraba en Portobelo, recibió noticias del gobernador de Cartagena de Indias,


José Zúñiga de la Cerda, quien envió a Pedro de Fuentes para advertirles del peligro que
correrían al regresar a Cartagena, ya que se observaban embarcaciones inglesas rondando en
mar abierto cerca de Cartagena. Sumado a esto, Francisco de Medina, juez de la Audiencia de
Panamá y que también estaba programado para viajar en el galeón San José, se negó a hacer
el regreso. El Conde de Casa Alegre lo envió en otro barco, sin saber que con esto le estaba
salvando la vida.

A pesar de las deliberaciones en junta con altos oficiales, el 28 de mayo de 1708 decidieron
partir desde Portobelo hacia Cartagena de Indias, una flota de 16 barcos, 7 de ellos con
artillería, el galeón San José como buque de guerra flameando la bandera con la Cruz de
Borgoña y en el mástil del palo mayor flameando un gallardete blanco demostrando que es la
nave capitana. El 8 de junio, conscientes de la presencia de la flota inglesa y viendo que no
podían rodear la isla del Tesoro, a unas 4 leguas de la isla de Barú, los ingleses al mando de
Charles Wager los estaban esperando. Alrededor de las 16:30 horas, viraron las naves hacia el
noroeste y se prepararon para la batalla.

En esos momentos, el anhelado ingreso a Cartagena seguía presente en la mente de José


Fernández de Santillán, el Conde de Casa Alegre. Convencido de la decisión de entrar en
combate, no tuvo alternativa. El viento escaso no les favorecía, pero encontró fortaleza al
observar las imágenes talladas en la popa del galeón. Durante su construcción, se habían
atendido las peticiones de Carlos II, con la asesoría de Antonio de Gastañeta y Francisco
Necolalde, quienes encargaron a los artesanos tallar en madera las esculturas que adornaron la
popa.

Entre las linternas de popa, a la izquierda, se encontraba un hombre con casco de conquistador
en posición de reposo, frente a él había un león que lo observaba, simbolizando el poder
militar respaldado por la realeza. Junto a ellos, una serpiente envolvía a un león, representando
la dualidad de fuerzas complementarias: la sabiduría y el poder de la serpiente, junto con la
valentía y la fuerza del león. En el margen izquierdo, había dos gladiadores, uno sosteniendo
un mazo en la mano derecha y una máscara en la izquierda, representando la preparación y
determinación antes de entrar en combate; el otro arrodillado, con espada en mano derecha y
escudo en mano izquierda, mirando hacia arriba, representaba el enfoque y la concentración
antes de cada enfrentamiento. En el margen derecho de la popa, se observaba a un ángel niño
sosteniendo un pilar, con la pierna derecha levantada, simbolizando el equilibrio y la armonía
entre lo espiritual y lo terrenal. Justo debajo, un conquistador montado a caballo, con un
tridente en su brazo derecho, representaba el valor, liderazgo, fuerza y habilidad en el
combate. Toda esta simbología de origen griego tendría algún significado una vez terminado
la batalla.

A las 17:45 horas, se inició el combate y, pasadas las 19:00 horas, una gran explosión provocó
un enorme boquete en el costado del galeón San José, perdiéndose del horizonte en pocos
minutos.

Por lo tanto, la imagen que tenía José Fernández de Santillán, Conde de Casa Alegre, quedó
solo en un anhelo.

Pd: El anterior texto descriptivo del anhelo del Conde de Casa Alegre responde a la
interpretación de su autor de fuentes consultadas en Archivo General de Indias Sevilla España,
Real Academia de Historia Madrid España, El tesoro del San José de Carla Rahn Phillips,
maqueta Museo Naval del Caribe Cartagena de Indias Colombia.

José Armando Díaz Londoño

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