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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Derecho y Criminología


Filosofía del Derecho
Evidencia 5
Ensayo

Nombre: Derek Gabriel Gómez Ramírez


Matrícula: 1566895
Grupo: 048
Aula: 319
Maestra: Imelda Díaz Fraustro
Índice
Introducción………………………………………………………………………………3

Justificar la función del derecho en la sociedad…………………………………………4

Entender la función y certeza de Seguridad Jurídica…………………………………6

Los valores de la certeza y Seguridad Jurídica……………………………………..…..7

Concepto……………………………………………………………………………….…..7

Evolución Histórica…………………………………………………………………….….8

Comprender la función de resolver los conflictos de intereses……………………...14

Comprender la organización y limitación del poder político…………………………14

Conclusión………………………………………………………………………………16
Introducción

El derecho es un conjunto de normas y principios que rigen el comportamiento


humano en sociedad. Su función es esencial en la organización social, ya que sirve
como herramienta para regular las relaciones entre las personas y las instituciones.
El derecho establece los derechos y deberes de los individuos y las obligaciones
del Estado y sus autoridades. Además, protege los derechos fundamentales,
garantiza la seguridad jurídica y promueve la justicia y la paz social.El derecho tiene
una influencia significativa en la toma de decisiones y en la resolución de conflictos
en la sociedad. Contribuye a la estabilidad y el orden social al crear un marco legal
para la convivencia pacífica entre individuos y grupos sociales. Además, facilita el
desarrollo económico y social al proporcionar reglas claras y precisas para el
funcionamiento de las empresas y organizaciones, así como para la distribución de
recursos y responsabilidades.

En definitiva, el derecho es esencial en la convivencia humana y su función es


fundamental para asegurar la protección de los derechos humanos y garantizar el
bienestar colectivo en la sociedad.


Justificar la Función del Derecho en la Sociedad.
Es importante saber que desde que un individuo nace ya cuenta con derechos
humanos, estos son otorgados simplemente por el hecho de existir y contemplan
tanto libertades como obligaciones. El sistema jurídico por el que se rige México se
ha encargado de cubrir la mayor parte de situaciones en las que sea necesario regular
las actividades humanas.

Se encuentran en: las relaciones laborales, relaciones familiares, el matrimonio,


asuntos políticos, protección de animales, protección de bienes materiales, regulación
de obras públicas y privadas, regulación de entidades financieras, comercio
internacional, protección de la niñez, justicia para los delitos, regulación del tránsito,
etc.

¿Cuál es la importancia del derecho en la sociedad?


1. El derecho surge como una garantía de igualdad, al vivir bajo un sistema
jurídico puedes tener la certeza de que en algún momento se hará justicia,
pero esto solo es la principal razón de aplicar las leyes en la sociedad, se sabe
que gracias al derecho, se puede:

2. Evitar actos de discriminación

3. Resolver conflictos

4. Promover la equidad

5. Brindar seguridad a los individuos y organizaciones

6. Proteger los valores e integridad de cada individuo


7. Crear formas de conductas

8. Controlar el poder del estado

9. Disminuir los actos delictivos

10. Las leyes y normas que rigen a una colectividad no son absolutas y como has
podido leer en este artículo, el objetivo de aplicar el derecho, es que se
adapten a las necesidades de los individuos y organizaciones que componen
la sociedad, por lo que si esta cambia, su sistema jurídico también deberá de
cambiar.

El derecho nació con la sociedad, contribuyendo a la formación y conservación de


la sociedad en todos los aspectos. Es una forma de organizar y resolver conflictos,
por lo que , El derecho, se sostiene con nuestras leyes, códigos, La ley prescribe
las normas de conducta de una sociedad, sin la ley no puede haber justicia. Está
presente en cada ámbito de nuestra vida, en nuestras relaciones de trabajo, en
nuestra familia, en los asuntos políticos, en la calle mientras manejamos, en el
banco, donde sea y sin él la vida sería un caos total. La gente hará lo que crea
mejor, vivimos en la anarquía y sin ninguna consecuencia, o eso creemos.
Todos nosotros, todos los humanos necesitamos saber qué comportamiento está
permitido y cuál no para vivir en armonía. Es una tarea difícil y en constante
evolución, ya que cada día más situaciones se regulan legalmente por el bien
común.
En cuanto al derecho en la sociedad, ¿por qué es importante? Estriba en que es el
garante de la seguridad de los individuos, el protector de sus valores, el artífice de
los actos, y por medio de la ley que muchas personas pueden realizar actos que no
podrían cumplir si tuvieran contar con su propia fuerza natural. Y por otro lado, tiene
la tarea de satisfacer las necesidades sociales.
Con el derecho, con las leyes. se clasifican los intereses en conflicto, algunos de los
cuales son dignos de protección como la vida, la educación, la maternidad, la niñez,
el trabajo; y otros que no son dignos de protección o son menos importantes.
Establece y estructura qué agencias pueden hacer cumplir estos estándares y cómo
deben hacerlo cumplir a través de decisiones judiciales. Pues establece no solo la
forma de comportamiento, sino también las consecuencias que pueden tener esos
comportamientos.

2. Entender la Función de Certeza y Seguridad Jurídica


Una vez analizado el concepto de Derecho desde una perspectiva estructural y
funcional, todavía falta por abordar otra perspectiva más para completar el propósito
de la asignatura. La perspectiva que debemos desarrollar ahora es la valorativa, o
si queremos designarla con otro nombre, podemos hablar de un análisis axiológico
de la realidad jurídica.
Partimos de la siguiente idea: El Derecho es un fenómeno normativo que pretende
la realización de determinados valores. Todos los Derechos positivos lo han
pretendido a lo largo de su existencia, y esto es así con independencia de que
estemos de acuerdo, o no, con las concepciones morales que han servido a los
distintos poderes políticos para fundamentar sus Derechos.
De entre todos los valores que persigue el Derecho, defendemos la idea de que la
justicia es el más importante de todos los valores jurídicos. Ahora bien, esta
afirmación no está exenta de problemas. No todos los juristas, ni todas las corrientes
jurídicas subscriben esta aseveración. Nosotros seguimos lo expuesto en su día por
John Rawls, para quien la primacía de este valor sobre otros valores jurídicos fue
definida, en principio, como una “convicción intuitiva”. Así aparece recogido al inicio
de una de las obras más importantes de este filósofo político norteamericano del
siglo XX, Una Teoría de la Justicia, (1971). Lo expresa con las siguientes palabras:
“La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es
de los sistemas de pensamiento. Una teoría, por muy atractiva y esclarecedora que
sea, tiene que ser rechazada o revisada si no es verdadera; de igual modo, no
importa que las leyes e instituciones estén ordenadas y sean eficientes: si son
injustas han de ser reformadas o abolidas....Siendo las primeras virtudes de la
actividad humana, la verdad y la justicia no pueden estar sujetas a transacciones”.
A raíz de este breve fragmento podemos hacer algún comentario que nos servirá
para introducirnos en la problemática valorativa que estudiaremos en esta última
lección.
1.- Rawls habla de la justicia y la define, en principio, como “virtud”, en vez de cómo
“valor”. Ya veremos que esta diferenciación es importante, aunque Rawls parece
que utiliza ambos términos otorgándoles el mismo contenido.

2.- De la exposición se deduce que Rawls establece un cierto paralelismo entre la


justicia y la verdad, diferenciando, eso sí, los distintos ámbitos de aplicación de una
y otra.

3.- Frente a otros valores, como son la ordenación de leyes y la eficiencia, Rawls
apuesta por la prioridad del valor justicia.

4.- El valor de la justicia no es negociable.


Aunque compartimos, en general, la idea de la primacía del valor justicia expresada
antes, es necesario, no obstante, aludir a la existencia de OTROS VALORES que
al igual que el valor justicia pretenden ser realizados por los ordenamientos
jurídicos. Aprovechando el texto de Rawls, nos detendremos en los valores de:
1.- la seguridad y a la certeza jurídica, a los que él se refiere cuando dice que las
“leyes e instituciones estén ordenadas” y
2.- en el valor de la eficiencia (también de esas leyes e instituciones).
Procederemos como hemos hecho en otras ocasiones comparando estos valores
con el valor de la justicia, con el objetivo de advertir los problemas que pueden
derivarse de la prioridad de un valor sobre otro.
2.- Los valores de la seguridad y la certeza juridica.
2.1 Concepto.
Seguimos ahora la exposición que ofrece sobre este tema el profesor Pérez Luño,
Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla. Todos los valores
jurídicos resultan difíciles de definir y esta situación también se repite cuando
pretendemos esclarecer los conceptos de la seguridad y la certeza jurídica.
En realidad, como primera aproximación, entendemos que son dos valores que
constituyen dos perspectivas (una objetiva, otra subjetiva) distintas, pero
complementarias de un mismo ideal. Son como las dos caras de una misma
moneda. Ese ideal consiste en la pretensión de alcanzar el máximo grado de
conocimiento y de previsibilidad del Derecho.

El valor seguridad jurídica puede ser definido, en términos generales, como aquella
cualidad de los ordenamientos jurídicos positivos (perspectiva objetiva) gracias a la
cual los destinatarios de las normas jurídicas (perspectiva subjetiva), pueden tener
el más alto grado de previsibilidad o certeza sobre las consecuencias jurídicas que
se les pueden imputar, tanto en el caso del cumplimiento, como, sobre todo, en el
supuesto del incumpliendo el Derecho.

2.2. Evolución Historica.


La formación y desarrollo de ambos valores culmina, en buena medida, con la
consolidación de los Estados de Derecho, en el tránsito entre los siglos XVIII y XIX.
Pérez Luño ha estudiado esa evolución histórica y ha señalado que la lucha por la
satisfacción de la necesidad que todos los seres humanos tenemos de seguridad
ha sido uno de los principales motores de la historia jurídica. Concretamos algo más
esta idea.
A partir del siglo XVII, nos dice, se desarrolló en Europa un movimiento social
generalizado que demandaba de las autoridades políticas una reforma del Derecho
positivo. Entre otras pretensiones se perseguía que el Derecho pudiera ser conocido
y comprendido por todos. En realidad, lo que se pretendía con ésta y otras
reivindicaciones de contenido jurídico y político era un cambio radical del Antiguo
Régimen, una transformación que sólo sería posible, tiempo después, gracias a los
procesos revolucionarios que instaurarán nuevos modelos políticos, sociales,
económicos, etc. No obstante, y centrándonos sólo en las demandas jurídicas,
vistas como “necesidades”, podemos referirnos a las tres siguientes:
1.--- Necesidad de definir cuáles son las normas existentes y determinar su
contenido de modo explícito. Para alcanzar este objetivo es necesario que todas las
normas jurídicas se publiquen en algún tipo de documento a disposición de los
destinatarios jurídicos, es la idea de oficializar y publicitar el Derecho a través de
periódicos o boletines oficiales.

Esta exigencia puso de manifiesto el desorden y la ausencia de sistematización de


los Derechos del Antiguo Régimen. Estos consistían, más bien, en amplios
repertorios de normas yuxtapuestas sobre determinados temas, tal y como habían
sido tratados en su momento por los sucesivos monarcas. Frente a ese “orden
legislativo”, por llamarlo de alguna manera, el movimiento Codificador, que se
desarrollará en el siglo XIX, llevó a cabo una tarea de ordenación sistemática de
todo el material jurídico para evitar las incoherencias o la falta de transparencia
normativa.
En la actualidad todos los ordenamientos jurídicos positivos regulan de alguna forma
la exigencia de la publicidad de las leyes.

¿Y qué sucede con el Derecho que está en vigor y que


desconocemos?, ¿también nos obliga?
Ciertamente este es un problema que sólo se plantea en las sociedades modernas,
en las que se ha producido una enorme inflación de normas. No parece lógico que
se planteara este mismo problema en un ordenamiento primitivo, escasamente
desarrollado, cuyas principales normas fueran las costumbres jurídicas practicadas
y aceptadas por la mayoría del grupo social. En este último escenario la ignorancia
es bastante difícil de entender, pero en nuestros días, valga la expresión, lo normal,
lo inevitable, es desconocer el contenido del Derecho.
Ante esta situación real que afecta a nuestras sociedades, se han ofrecido dos
respuestas opuestas:
A.- la de quienes, apelando a un cierto populismo, no exento de razón, han criticado
la complejidad creciente del Derecho y la dificultad comprensiva del mismo,
afirmando que “el Derecho que se ignora, no obliga”. Algunos de estos
planteamientos fueron defendidos, en su día, por autores llamados
regeneracionistas de finales del siglo XIX, como Joaquín Costa o Dorado Montero,
y la...
B.- respuesta de quienes, mayoritariamente, entienden que la operatividad y el
funcionamiento del Derecho en la actualidad no puede depender del hecho de que
sus normas sean conocidas por los destinatarios jurídicos.
2.--- Necesidad también de establecer cuándo las normas entran en vigor y cuándo
dejan de estarlo. Exigencia que implica una regulación clara sobre esta materia. En
relación con esta necesidad también sería necesario recordar la importancia
substancial que poseen los principios de irretroactividad de las leyes y el principio
de la fuerza de la cosa juzgada, definidos ambos como garantes de la seguridad y
de la certeza jurídica.
3.--- Necesidad, por último, de que los diferentes instituciones y órganos jurídicos
actúen conforme al Derecho positivo, o lo que es lo mismo, realización del principio
de legalidad para evitar las arbitrariedades o actuaciones al margen de la ley de los
diferentes poderes del Estado. Veamos cómo:
- Poder judicial. Lo que se demanda ahora es el sometimiento de la función
jurisdiccional a las normas jurídicas preestablecidas, cumplimientos de plazos
procesales, evitar arbitrariedades y privilegios, cumplimiento de las normas que
regulan el derecho de defensa, unidad de jurisdicción, etc. Para evitar la
arbitrariedad general del poder judicial, se defiende el principio de la separación de
poderes
- Poder ejecutivo. Se exige que los actos de la Administración, que cada vez
desarrolla más importantes funciones, sean ajustados a la ley. Para garantizarlo se
crea la llamada jurisdicción contencioso-administrativa, cuyo objetivo esencial es el
control de los actos y decisiones de la Administración para evitar su posible
arbitrariedad.
- Poder legislativo. Los legisladores también deben estar sometidos a la ley y
particularmente a la Constitución. La idea de someter al legislativo a la Constitución
ya se advirtió en el siglo XVIII, pero no pudo llevarse a cabo porque este poder no
se consideraba vinculado por ella. Se decía que la Constitución no formaba parte
del ordenamiento jurídico del país y que sus normas sólo eran principios
programáticos no vinculantes para el legislador. Sin embargo, esta concepción
decae cuando se advierte la necesidad de preservar la Constitución y considerarla
la norma jurídica superior de todo el orden jurídico, idea que se ve favorecida
también por la paulatina implantación de Tribunales constitucionales ( llamado en
otros Estados: Cortes Supremas, Tribunales Supremos, etc) cuya principal función
es la de velar por la coherencia de las leyes con la Constitución, lo cual implica un
control de la actividad legislativa para que ésta sea siempre conforme a la norma
suprema.
2.3.- Amenazas
Pese a estas y otras medidas adoptadas en todos los ordenamientos jurídicos para
afianzar y preservar los valores de la certeza y de la seguridad jurídica a lo largo de
los siglos, lo cierto es que también se han generado algunas AMENAZAS que han
puesto en peligro la correcta realización de estos dos valores jurídicos. El profesor
PEREZ LUÑO clasifica estas amenazas diferenciando su origen, habla de
amenazas:
A.- De carácter TEÓRICO:
Se refiere a todas aquellas teorías jurídico y políticas que ponían en claro riesgo los
valores de seguridad y certeza jurídica al facilitar, o justificar, desde distintas
perspectivas, la arbitrariedad de las actuaciones de los poderes estatales.
Podríamos distinguir dos tipos de teorías:
a.- las exclusivamente jurídicas y;

b.- las teorías políticas con su consecuente proyección en el ámbito jurídico.


a.- JURÍDICAS. Como ejemplo de las primeras podemos nombrar a los integrantes
y continuadores del Movimiento del Derecho Libre. Se trata de un conjunto de
juristas que afirmaban que el Derecho positivo era incapaz de regular la riqueza de
las relaciones y de dar respuesta jurídica adecuada a los conflictos sociales. Siendo
esto relativamente cierto, consideraban que la mejor solución para paliar los vacíos
normativos consistía en reconocer la existencia de un Derecho Libre, un conjunto
de normas al margen de la ley, que debería ser aplicado e interpretado por los
Jueces, puesto que ellos eran quienes, gracias a su formación y a su conocimiento
del ordenamiento general, estaban más preparados para dar respuestas jurídicas a
los conflictos sociales. Esto implica, como es fácil de comprender, otorgar libertad
de actuación a los jueces y tribunales, posibilitándoles la actuación arbitraria, al no
vincular necesariamente la decisión a la norma jurídica, generando con ello una
situación de grave inseguridad jurídica. La solución de un caso dependería entonces
de la interpretación, no sometida a criterios objetivos, que hiciera “el juez de turno”.
Similares planteamientos fueron defendidos por la corriente conocida con el nombre
del Uso alternativo del Derecho, que alcanzó una cierta difusión en los años setenta,
especialmente en Italia. Los autores de esa corriente, entre los que cabe destacar
a Pietro Barcelona, profesor universitario y político comunista, denuncian la
tradicional interpretación burguesa del Derecho positivo, una interpretación, dicen,
siempre en beneficio del capital y de los intereses oligárquicos, por lo que proponen
una interpretación jurídica alternativa dirigida al servicio de los intereses de las
clases populares mediante la instrumentalización de las cláusulas más progresistas
existentes en los textos constitucionales y en los ordenamientos jurídicos.
En el mundo anglosajón también surgió un movimiento parecido conocido con el
nombre de Critical Legal Studies. Se trataba de una corriente muy heterogénea y
politizada en la que se agrupaban autores marxistas, juristas del Realismo
norteamericano, críticos postmodernistas, etc. Proponían una “deconstrucción” de
conceptos jurídicos, actividad que consiste en deshacer analíticamente los
elementos de determinados discursos y categorías otorgando al poder judicial la
función de producir normas mediante el reforzamiento de la decisión judicial.
b.- POLÍTICAS. Ejemplo de las segundas teorías de perfil político serían las
concepciones jurídicas defendidas desde el nacionalsocialismo, el fascismo o el
comunismo. Todas ellas consideran que los líderes de los partidos, o el partido
mismo, están situados por encima de la ley, es decir, no se encuentran sometidos
a ningún tipo de límite legal. Defendieron la idea de que la misión histórica de los
mismos consistía en interpretar y guiar la voluntad del pueblo sin ningún tipo de
cortapisas. Se afirmaba, igualmente que nada ni nadie estaba legitimado para limitar
la capacidad política de liderazgo de esos individuos o partidos, sometiéndoles a
exigencias de certeza y seguridad jurídica. Su voluntad era ley. Todo y todos, y
también el Derecho positivo, sus principios y sus valores, debía estar subordinado
a la consecución de las metas ideales propuestas desde esos centros absolutos de
poder. La realización de los valores de certeza y seguridad jurídica está, de este
modo, claramente
sometida a las exigencias de estas ideologías políticas, lo que impide el debido
respeto a esos valores.

B.- De carácter FÁCTICO:


Hace referencia Pérez Luño a hechos tales como: la pérdida de claridad y sencillez
en la expresión lingüística de las normas o a la profusión inabarcable de leyes
procedentes de diferentes órganos legislativos, etc. La conclusión a la que llega,
después de analizar los dos tipos de amenazas, las teóricas y las fácticas, es que
los ataques más implacables contra la seguridad y la certeza jurídica proceden de
las amenazas fácticas, del terreno de los hechos. En realidad, las teóricas han sido,
en buena medida y afortunadamente, superadas.
Por esa razón, Pérez Luño, centró su atención en el conocido fenómeno de la
inflación normativa procedente, esencialmente, del poder ejecutivo, como
consecuencia de la transformación de un modelo de ESTADO LIBERAL
ABSTENCIONISTA, característico del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX,
a otro SOCIAL INTERVENCIONISTA, desarrollado en muchos países tras la
Segunda Guerra Mundial.
En el caso del ordenamiento jurídico español, habría que añadir a ese proceso de
cambio de modelo estatal, el proceso de descentralización del poder político a
través de las instituciones autonómicas, locales, etc.; como consecuencia de la
regulación que la Constitución de 1978 hizo del poder territorial. Habría que añadir,
además, el Derecho procedente de la Unión Europea que forma parte del
ordenamiento jurídico español y del resto de normativas internacionales, como
tratados de adhesión a organizaciones internacionales, que también han
incrementado notablemente el número de normas del Derecho español en las
últimas décadas. Esta evolución política ha supuesto un claro menoscabo de los
valores de la seguridad y la certeza jurídica. Ni siquiera los distintos especialistas
en Derecho son capaces de conocer, interpretar y valorar el flujo incesante de leyes
y decisiones jurisprudenciales que cada día se convierten en Derecho vigente.
La solución que PEREZ LUÑO apuntaba, hace ya unos cuantos años, para paliar
este aluvión de normas, consistía en la ordenación y el almacenamiento informático
de todas esas normas en BASES DE DATOS OFICIALES. Este procedimiento
debía servir para garantizar, por una parte, la calidad de las informaciones allí
contenidas, su veracidad, actualización etc.; y por otra, preservar también su
seguridad, para evitar su manipulación o destrucción. Es decir, el Estado de
Derecho actual debería servirse de los medios técnicos que le ofrece la informática
para la preservación de los valores de la seguridad y la certeza jurídica. Aun así, es
muy difícil, por no decir imposible, tener una información precisa del contenido de
las leyes que a diario entran en vigor.

3. Comprender la función de resolver los conflictos de


Intereses.
En cuanto a los conflictos sociales, desde el enfoque funcionalista se asume que el
derecho sustrae los conflictos de la sociedad con el fin de crear condiciones para
que los individuos interactúen armónica y pacíficamente. Por otro lado, desde un
punto de vista conceptual, el conflicto es permanente en cualquier estructura social:
entre individuos, clases sociales y comunidades, ya que existen diferentes intereses
y muchas veces unos contra otros. Entonces, lo que puede hacer el derecho es
controlar los conflictos, "legalizarlos", pero no hacer que desaparezcan.
Cuando hablamos de conflictos se presentan varias funciones del derecho como la
represora, la reguladora y la función orientadora que a continuación explicaremos
en que consisten, así mismo ,La función de resolución de conflictos, que actúa como
dispositivo de prevención, resolución y, en general, de resolución de conflictos.
También existe una función normativa, es decir, cuando la legislación acepta y
absorbe el conflicto por razones de conflicto apoyado por la opinión pública o el
poder político, dando lugar a normas rectoras.
Función represiva, esto es, cuando la razón del conflicto no tiene justificación para
el poder político. Aquí están las normas que tipifican como delito algunos actos.
La función orientadora es la función de orientar el conflicto para que pueda ser
resuelto pacíficamente por quienes tienen intereses opuestos.

4. Comprender la organización y limitación del poder político


La legitimidad en filosofía se considera respecto al conocimiento como saber; es
decir, como conocimiento justificado. No se trata del conocimiento como legítimo en
sí, cuya competencia correspondería a cada sujeto de forma individual. Nos
referimos al «reconocimiento social» del discurso del saber como portador de un
contenido verdadero por la legitimidad o, reconocimiento de autoridad, de quien lo
pronuncia. Legitimidad aceptada por la comunidad científica en su caso, filosófica
en otro, cultural, deportiva, etc. respecto a quien construye o define el discurso
como competente
El problema de la legitimación del discurso o relato viene de la mano de la
problemática generada en la segunda mitad del siglo XX cuando la ciencia reconoce
la influencia de los paradigmas sociales y culturales en los cuales se reconoce la
ciencia misma.
La idea de la legitimidad de la ciencia en cuanto tal por su contenido[4] ha sido
prácticamente abandonada por la mayoría de los filósofos actuales, una vez
establecida la provisionalidad de las teorías científicas[5] así como la imposibilidad
de un sistema completo de razones justificantes del conocimiento humano.
Si la legitimidad jurídica se refiere a la ley, la legitimidad política se refiere al ejercicio
del poder. El poder político que es percibido como legítimo será mayoritariamente
obedecido, mientras que el percibido como ilegítimo será desobedecido, salvo que
se obtenga obediencia por medio de la violencia del Estado.
No debe confundirse legitimidad política con afinidad política. En democracia, los
votantes del partido político perdedor pueden lamentarse por haber perdido las
elecciones, pero no por ello desobedecen al nuevo gobierno. Tampoco debe
confundirse legitimidad con democracia, puesto que durante la Monarquía Absoluta,
por ejemplo, el pueblo consideraba masivamente legítimo al monarca, que no había
sido elegido por mayoría.

La legitimidad así entendida es un compromiso entre ambos extremos. Desde luego,


la teoría de la legitimidad no prejuzga la bondad o maldad de tal o cual régimen
político, sino que examina, simplemente, los mecanismos de mando y obediencia.
Resta decir que, en términos generales, cuando el poder pierde su legitimidad deja
de ser poder, salvo que ejercite la coacción.
Conclusión.
En conclusión, el derecho tiene una función esencial en la sociedad actual. A
través de sus normas y principios, regula las relaciones entre los individuos y
las instituciones, protege los derechos humanos fundamentales, garantiza la
seguridad jurídica y promueve la justicia social. El derecho ofrece un marco
legal para la convivencia pacífica entre personas y grupos sociales, y
contribuye al desarrollo económico y social al proporcionar reglas claras y
precisas para el funcionamiento de las empresas y organizaciones.Además,
el derecho es una herramienta fundamental para la resolución de conflictos y
la toma de decisiones en la sociedad. En este sentido, el sistema judicial
juega un rol clave en la aplicación y administración del derecho, asegurando
que las normas se cumplan y que se impartan justicia y equidad. La existencia
de un sistema judicial independiente y eficiente es crucial para garantizar la
protección de los derechos humanos y la promoción de la justicia.

Sin embargo, también es importante destacar que el derecho no es un


fenómeno estático. El derecho debe ser constantemente revisado y
actualizado para adaptarse a los cambios sociales, tecnológicos y
económicos que se producen en la sociedad. Una legislación obsoleta o
desactualizada puede ser ineficaz para resolver los problemas actuales y
puede llevar a la falta de confianza en el sistema judicial.

En definitiva, el derecho es una herramienta vital para la convivencia pacífica


y el desarrollo de la sociedad. Es esencial que las normas y principios legales
sean aplicados y administrados de manera justa y equitativa para garantizar
la protección de los derechos humanos y la promoción de la justicia social. La
revisión y actualización constante del sistema legal es crucial para mantener
su relevancia y eficacia en el contexto social cambiante.

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