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La cultura maya se desarrolló en Mesoamérica durante más de 2000 años, destacando en escritura, arte, arquitectura y sistemas matemáticos y astronómicos. La civilización azteca creó un imperio en el valle de México entre los siglos XIV y XVI dominando a pueblos vecinos. La civilización inca rigió un poderoso imperio en Sudamérica entre los siglos XV y XVI que se extendía desde Ecuador hasta Argentina.
La cultura maya se desarrolló en Mesoamérica durante más de 2000 años, destacando en escritura, arte, arquitectura y sistemas matemáticos y astronómicos. La civilización azteca creó un imperio en el valle de México entre los siglos XIV y XVI dominando a pueblos vecinos. La civilización inca rigió un poderoso imperio en Sudamérica entre los siglos XV y XVI que se extendía desde Ecuador hasta Argentina.
La cultura maya se desarrolló en Mesoamérica durante más de 2000 años, destacando en escritura, arte, arquitectura y sistemas matemáticos y astronómicos. La civilización azteca creó un imperio en el valle de México entre los siglos XIV y XVI dominando a pueblos vecinos. La civilización inca rigió un poderoso imperio en Sudamérica entre los siglos XV y XVI que se extendía desde Ecuador hasta Argentina.
La cultura maya fue una civilización mesoamericana que se desarrolló en
Guatemala y México (en los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco) principalmente, así como en Belice, y la parte occidental de Honduras y El Salvador, abarcando más de 300 000 km².1 Destacó a lo largo de más de dos milenios en numerosos aspectos socioculturales como su escritura, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente americano precolombino, su arte, la arquitectura, su mitología y sus notables sistemas de numeración, así como en astronomía y matemáticas. Durante el periodo formativo, antes de 2000 a. C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población se hizo sedentaria estableciéndose en las primeras aldeas. Posteriormente se construyó la primera ciudad maya en el actual estado de Tabasco que recibió el nombre de Aguada Fénix, la cual se ha convertido en la ciudad más antigua y grande descubierta, ya que los estudios de radiocarbono indican que esta ciudad maya fue construida en el año 1000 a. C., colocándola antes de Ceibal y Cuello; en el período Preclásico (c. 2000 a. C. hasta 250 d. C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya: el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. Alrededor de 500 a. C. estas ciudades poseían una arquitectura monumental, incluyendo grandes templos con fachadas de estuco. La escritura glífica se utilizó desde el siglo iii a. C. En el preclásico tardío se desarrollaron grandes ciudades en la Cuenca del Petén, y Kaminaljuyú alcanzó prominencia en el altiplano guatemalteco. Desde alrededor de 250 d. C., el período clásico se define en gran medida por el levantamiento de monumentos esculpidos empleando las fechas de Cuenta Larga. En este período se desarrolló un gran número de ciudades-Estado vinculadas entre sí por una compleja red de comercio. En las tierras bajas mayas surgieron dos grandes poderes rivales, Tikal y Calakmul. Se vio también la intervención extranjera en la política dinástica maya de la ciudad de Teotihuacán del centro de México. En el siglo ix, se produjo un colapso político general en la región central maya, que originó guerras internas, el abandono de las ciudades, y un desplazamiento poblacional hacia el norte. Durante el período Posclásico surgió Chichén Itzá en el norte, y se produjo la expansión del reino quiché en el altiplano de Guatemala. En el siglo xvi el Imperio español conquistó la región mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última ciudad maya cayó en 1697. El poder político durante el periodo clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural. La monarquía era usualmente hereditaria y patrilineal y el poder pasaba al hijo mayor, aunque en más de un caso mujeres ostentaron el poder como regentes de sus hijos menores de edad o por derecho propio. La política maya estaba dominada por un sistema de patrocinio, aunque la exacta composición política de un reino variaba de una ciudad-Estado a otra. Generalmente cada aldea tenía un líder tribal, que respondía a un señor regional (Ajaw) supereditado por un señor divino (Kuhul Ajaw) y en algunos casos como el de Tikal, había un gobernante superior (rey de reyes) denominado Kalomté. Hacia el Clásico Tardío, la aristocracia había aumentado considerablemente y se había reducido el poder exclusivo del rey divino. La civilización maya desarrolló formas de arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos como durables, incluyendo: madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos de piedra tallada, estucos y murales finamente pintados. Culturas antiguas aztecas La civilización azteca fue una de las más importantes culturas mesoamericanas. Habitó el valle de México entre 1345 d. C. y 1521 d. C., y se convirtió en la cultura dominante de la región hasta la llegada de los conquistadores españoles. Conquistando a los pueblos vecinos e imponiendo el pago de tributos, los aztecas crearon un imperio teocrático desde la ciudad Tenochtitlán. Fueron reconocidos por la ferocidad de sus guerreros y la riqueza de sus ciudades. Además, desarrollaron su propio sistema de escritura con el que registraron sus historias, la genealogía de sus reyes y sus creencias religiosas. La civilización azteca es una de las culturas precolombinas mejor documentadas. A la llegada de los españoles, el Imperio azteca se encontraba en su auge. Si bien muchas ciudades, objetos y códices fueron destruidos durante la conquista, todavía siguen apareciendo hallazgos arqueológicos que permiten a los especialistas conocer mejor el pasado azteca. El origen del pueblo azteca es algo incierto, pero los vestigios de su tradición sugieren que fueron cazadores y recolectores en la meseta del norte de México antes de que llegaran a la región del Valle central de Mesoamérica, alrededor del siglo XII d. C. La palabra “azteca” proviene de la lengua náhuatl y significa “gente que vino de Aztlán”. Según sus leyendas, el pueblo azteca abandonó Aztlán (un lugar mítico) y migró por décadas hasta encontrar el lugar ideal para asentarse y construir su capital. En realidad, el término “azteca” alude a un conjunto de pueblos de origen diverso que habitaron el valle de México entre los siglos XIV y XVI d. C.: mexica, acolhua, chalca, xochimilco, tepanec, entre otros. Los mexicas fueron quienes comúnmente se conocen como “aztecas”. Las evidencias arqueológicas indican que hacia 1325 d. C. los mexicas se establecieron en una isla dentro del lago Texcoco y fundaron la ciudad de Tenochtitlán. Hacia el siglo XV, formaron una alianza con los pueblos vecinos de Texcoco y Tlacopan, lograron el dominio sobre el resto de los pueblos de la región y, de esta manera, conformaron un imperio. Culturas antiguas incas Se conoció como la civilización inca, civilización quechua o la cultura incaica (a veces también escrito inka), a una de las culturas precolombinas más importantes. Esta civilización regía un poderoso Imperio en Sudamérica cuando llegaron los conquistadores españoles en 1532. Este Imperio incaico fue la mayor organización política precolombina de América, y floreció entre los siglos XV y XVI. Se extendía desde la costa pacífica sudamericana hasta las cimas andinas, y desde los actuales territorios del Ecuador, Colombia y Perú, hasta los de Bolivia y parte Chile y Argentina. Su capital era la ciudad sagrada de Cusco, en el actual territorio peruano. Desde allí, dominaron la región hasta su caída frente a los españoles en 1540, quienes encabezados por Francisco Pizarro acabaron con el modo de vida quechua y dieron inicio al Virreinato del Perú. Hubo focos de resistencia incaica (los llamados Incas de Villacabamba) hasta 1572. Los incas fueron los descendientes más tardíos de una de las cunas de la humanidad, ubicada en Norte Chico, entre Chile y Perú. Junto a la mesoamericana, esta fue la expresión originaria humana más importante de América. Mucha de su cultura pervive todavía, en regiones sudamericanas de importante presencia indígena. También se conserva en relatos y tesoros recuperados durante la época colonial que prosiguió a la conquista. La civilización incaica surgió formalmente hacia el siglo XII d. C., con el asentamiento de las familias fundadoras en el valle de Cusco, provenientes de la cultura Tiahuanaco o Tiwanaku bajo asedio de sus enemigos Aymaras. Luego de dos paradas en Huanacancha y Pallata, estos grupos encontraron refugio en Cuzco. Los primeros asentamientos asimilaron por la fuerza a las tribus pre-incaicas de la región, incorporándolas a lo que los incas denominaron el Tawantinsuyu (en quechua “las cuatro partes”), que es como llamaron en su lengua al naciente imperio. Así desarrollaron una poderosa urbe prehispánica que llegó a albergar a varios miles de habitantes. Según la tradición incaica, el guerrero Manco Cápac fue el organizador y primer regente de los incas en Cuzco, protagonista de uno de los principales mitos fundacionales incaicos, en el cual se le describe a él y a su esposa Mama Ocllo como fruto de la unión en el Lago Titicaca de la diosa Quilla, la Luna, y el dios Inti, el Sol.
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