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resistencia monárquica a la
insurrección republicana en
Chile (1810- 1832)
LIBRos PUBLICADOS
Se puede asegurar, además, que la labor de conformar los idiomas de los indígenas americanos, que tenían
una cultura ágrafa, fue gracias a la llegada de los españoles, y a las congregaciones de los jesuitas y
franciscanos. Los indígenas se alistaron por el rey porque no eran ingenuos. Sabían perfectamente que las
nuevas autoridades no respetarían los acuerdos que habían logrado con los reyes católicos. La desgracia de
la América española fue la separación forzada de su madre patria. Deformada de su estado original, fue
balcanizada en pequeños países que pasaron a manos británicas y norteamericanas, casi inmediatamente.
De cuatro prósperos virreinatos, pasamos a estas desgraciadas naciones que, siguiendo el plan de nuestros
enemigos históricos, permanecen distanciadas por insistentes políticas de odio de sus gobernantes.
Entonces, nada de raro es que casi todos los presidentes de Chile hayan sido miembros de la masonería.
Qué tipo de motivación habrán tenido Rondizzoni, O’Carroll, Beauchef, Miller, Tupper, Brayer y Cochrane
por “liberar” a Chile después de haber combatido en las guerras napoleónicas. Dejo la reflexión.
En cambio, los ejércitos realistas de Chile, casi en su totalidad, estuvieron constituidos por criollos,
milicianos e indígenas del sur. y, no se debe olvidar, que los peninsulares apenas llegaron en forma de un
par de batallones. “Curiosamente” se obvia que desde Lima también vino ayuda para las tropas realistas.
¿Alguien sabe que soldados del Perú pelearon en la gloriosa batalla de Rancagua, en 1814, collereando
junto a chilotes, valdivianos y chillanejos? Por esto, las celebraciones del Bicentenario en 2010 pasaron sin
pena ni gloria. Ningún cristiano puede celebrar separaciones, muerte y destrucción. La Hispanidad es
nuestra lengua y la fe, lo más sagrado de un pueblo. Por este motivo, tras 1818, en el episodio llamado “La
guerra a muerte”, el cura Ferrebú, de Rere, tomó las armas junto a más de mil vecinos en defensa de sus
valores sacros. En el sur de Chile, tuvimos resistencia hasta 1832 con los caudillos Benavides, Picó, Seguel,
Senosian, los hermanos Pincheira y los caciques de la zona de Arauco, Los Ángeles y Chillán.
Con alegría, veo que todavía los niños de por acá, inconscientemente, ponen una cruz al enterrar una
mascota. Nuestros muertos de las batallas por la Hispanidad, sin bustos de bronce en las plazas, hoy
saludan, mediante estas cartas para emerger del olvido. Tras 200 años pueden leerlas sus descendientes,
que hoy sucumben a la propaganda gringa cibernética, pero que cada noche rezan un padre nuestro y un
ángel de la guarda. Si bien los personajes de estas cartas no son reales, las historias son verídicas y
contadas por sus protagonistas en autobiografías o crónicas. De esta manera, bajo la luz de la providencia,
aparecieron estas cartas que la historiografía oficial, dirigida por la oligarquía, se encargó de sepultar. Lo
que no sabían, en su ateísmo fanático, es que la resurrección de la memoria también existe. Los
genocidios en América, contra criollos e indígenas, partieron con las repúblicas. Como muestra: Guerra
civil 1829, Guerra contra la Confederación peruano- boliviana (1836- 1839), Revolución de
1851, Revolución de 1859, Ocupación de la Araucanía (1861- 1863), Guerra contra España 1865, Guerra
del Pacífico (1879- 1884), Guerra civil de 1891 y múltiples matanzas de obreros a principios de 1900.
Dios guarde en su gloria a estos trece héroes, que son nada más que unos representantes de los miles que
brindaron su vida por su Dios, Rey y Tradición.
“Los vastos y preciosos dominios que España posee en las Indias no son propiamente
colonias o factorías, como los de otras naciones, sino una parte esencial e integrante de la
monarquía española; y deseando estrechar de un modo indisoluble los sagrados vínculos
que unen unos y otros dominios, como asimismo corresponder a la heroica lealtad y
patriotismo de que acaban de dar tan decisiva prueba a la España en la coyuntura en que
se ha visto hasta ahora nación alguna, se ha servido S.M. declarar, que los reinos,
provincias e islas que forman los referidos dominios deben tener representación nacional
e inmediata a su Real Persona, y constituir parte de la Junta Central Gubernativa del
reino, por medio de sus correspondientes diputados
“Que sea tenida esta América, no como colonia, sino como una parte muy esencial de la
monarquía de España [... que] sea considerada la Nueva España igualmente que la
antigua, sin distinción alguna siendo para ambas una misma legislación, uno el honor, una
la estimación y todo uno sin diferencias del mismo modo que lo son todos los naturales
de las provincias de España”
François Xavier Guerra, “Las primeras elecciones generales americanas (1809)”, pp.
185-186 y 210, respectivamente.
13 de junio de 1810: Se escuchó al bajo pueblo que intimidó a la oligarquía capitalina
gritando “esta noche es la matanza”. El gobernador, García Carrasco, comentó que
sería el nuevo Robespierre, sólo días antes de renunciar el 16 de julio de 1810.
1 de abril de 1811: Tomás de Figueroa, oficial peninsular, lideró un motín con el fin de
derribar el gobierno. Su intento fracasó y fue fusilado.
Coronel
Tomás de Figueroa
(1747- 1811)
“Los hábitos del presidente, sus gustos poco aristocráticos, su afición a las relaciones
con gentes de condición modesta y, aun, podría decirse ordinaria, alejaban del
palacio a los magnates más caracterizados de la colonia... viejo celibatario,
acostumbrado a vivir modesta y oscuramente, estaba rodeado de militares de
escasa educación y de pequeños negociantes españoles o criollos que le llevaban
noticias ciertas o falsas de lo que se hablaba en la ciudad, y de todas las miserias
que podían agradar a las almas cuidadas y pequeñas. El arreglo interior del palacio
estaba a cargo de una negra vieja y ordinaria, de la cual se contaba que ejercía tal
influencia sobre el ánimo del gobernador, que ella podía conseguir cualquiermerced
para los que solicitasen sus servicios y los remunerasen generosamente. Carrasco
era, además, poco aficionado a las diversiones cultas, a la música y a las
representaciones teatrales, y tenía, en cambio una pasión decidida por las riñas de
gallos y por otros entretenimientos propios de la gente baja... a todas horas recibía
en el palacio a las personas de cualquier condición que deseaban exponerle una
demanda por insignificante que fuera. En la calle misma, cuando salía a paseo, se
detenía a oír querellas de esa naturaleza o a interrogar a los transeúntes sobre
asuntos de pequeño interés”.
García Carrasco al rey, Santiago, 27 de agosto de 1810”, op. cit., p. 15- 20.
Tras el asesinato de Tomás de Figueroa alta horca se colgaron los cadáveres del
cabo Molina y de cuatro soldados, que habían fallecido en combate. “Su cadáver,
puesto en la misma silla en que se había consumado la ejecución, despojado de
sus arreos militares, con un balazo en el pecho i con una quijada rota por otra
bala, era colocado bajo el pórtico de la cárcel a la expectación de todo el pueblo.
En seguida, en vez de darle la sepultura que correspondía a su rango, se le arrojó
en el enterratorio de la Caridad, como solía hacerse con los ajusticiados por
delitos comunes.”
Barros Arana, Diego. Historia Jeneral de Chile. Vol. VIII, (Santiago, 1887), pp.316-
318
Art. 5- Son españoles: Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia mayor parroquial
de San Fernando, obra de José Casado del Alisal. Expuesto en
Primero. Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las el Congreso de los Diputados de Madrid.
Españas, y los hijos de éstos
26 de julio de 1811: José Miguel Carrera llegó desde España tras pelear por el rey de España contra Napoleón con grado de sargento.
4 de septiembre de 1811: José Miguel Carrera, con el apoyo de Juan Martínez de Rozas (mendocino, Presidente de la Junta de Gobierno al
fallecer Mateo Toro y Zambrano, ex secretario de García Carrasco e intendente de Concepción) y del grupo de los ochocientos, dio un golpe
de estado y constituyó una nueva junta.
27 de noviembre de 1812: Juan Martínez de Rozas fue desterrado por Carrera y exiliado en
Mendoza.
Querido hermano:
Le escribo para contarle que hemos tomado Talcahuano con cierta facilidad. El mentaó
almirante Pareja es buen jefe, y los soldados valdivianos son bien paleteados. Lo mejor fue que
tuvimos pocos heridos entre los chilotes, aunque tampoco es fiesta esta cosa de la guerra.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
Sargento primero Dragones de la Frontera.
Libro “Los realistas (1810-1826)” de Julio Almirante Antonio Pareja
Luqui y Antonio Manzano. (1752- 1813)
Soldados:
Ya están vencidas las dificultades y molestias del viaje. Todo lo ha allanado vuestro ardor y
constancia; y estando ya vosotros reunidos en este sitio, es tiempo de principiar a ejecutar lo que
os anuncié en Valdivia. El feliz éxito de tan noble y atrevida empresa depende principalmente de la
puntualidad y observancia de los preceptos de vuestros oficiales. Prestad, pues, una ciega
obediencia, en cuanto concierne al servicio, porque sin ello no podréis jamás sentir las inefables
emociones del triunfo. Sobre el campo del honor que estáis pisando habéis de recoger los lozanos
laureles que han de inmortalizar vuestros nombres en los fastos de la historia de esta América.
Dentro de muy pocas horas se manifestará la senda porque debéis marchar. Creo que los
penquistas se rendirán con docilidad a mis insinuaciones de paz, y entonces habréis alcanzado
una victoria tranquila y apacible, sin que las lágrimas humedezcan vuestras mejillas ni la sangre
de los hermanos tiña vuestros reconciliadores aceros. Pero si para tormento de mi paternal
amor se obstinasen en desatender mis insinuaciones, ¡qué teatro de calamidades y desastres
prestará a sus ojos la venganza! Soldados: moderad por ahora los ímpetus de vuestros pechos
marciales, y no desesperéis de que se restablezca el trono de la equidad y justicia por los
medios de la moderación y mansedumbre que he adoptado al presente; y cuando la necesidad
precise a echar mano de la fuerza, no peleéis sin acordaros de que en los campos de batalla
resplandecen con mejor brillo las virtudes de los héroes, y economizad en cuanto sea posible
la sangre preciosa de vuestros hermanos, parientes y amigos.
Almirante Pareja.
.
¿Qué tipo de súbditos saquean al rey en su ausencia?
Vimos como las huellas de cureñas arañaron los ríos de la tierra del copihue. Soldados
con botas y ojotas asistimos al llamado de nuestro rey. A pura pala, picota, puñal y
lanza, enlazamos a rosarios. Escapulario al cuello, no dudamos en embarcar al
continente para defender el honor del sur. Aunque quede un solo chilote habrá
voluntad de pelear. No soportaremos que se ofenda nuestra fe, la tierra que nos ve
nacer y morir, en dolor y gloria, en amor y eterna fidelidad a la madre patria.
Querido padre:
Ruego se encuentre con buena salud, usted y todos por allá en la casa, y le escribo para contarle
lo ocurrido esta madrugada. Espero que reciba esta carta y quede tranquilo ya que las noticias
cambian en el camino. Y como creo que no podremos enviar muchas cartas a Valdivia, le daré
detalles de lo ocurrido. No sé si puede haber perdón para quienes pretendan destruir al imperio
que nos enseñó de diosito y el castellano. Mi idea es volver luego a Niebla, ya que recuerde que
mi señora está por mejorarse de guagua y lo hará abuelo por segunda vez. Esperemos que en
esta ocasión el crío venga más fortachón que el Pablito que casi se hizo angelito al par de meses
de nacido. Mientras caminaba entre los cuerpos, separan- do a los valdivianos con mi gancho
Sepúlveda, me llamó un oficial para que ayudara en el hospital. Mi labor fue la de asujetar
fuerte a quienes tuvieron que amputar.
Al abandonar el campo de batalla y avanzar, los chilotes se negaron a cruzar el Maule porque el
trato con ellos fue pacificar Concepción y no quieren más guerra. Como decía mi viejita, se
añora solo lo que se pierde y eso ahora es la paz.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
27 de abril de 1813: Se produjo la sorpresa de Yerbas Buenas. El grueso del ejército realista fue atacado por seiscientos insurgentes al
mando de Juan de Dios Puga. Murieron cuatrocientos sesenta soldados rebeldes.
17 de mayo de 1813: Batalla de San Carlos. El almirante Pareja entregó el mando al coronel Juan Francisco Sánchez, quien resistió con
ochocientos hombres a diez mil insurgentes.
RESISTENCIA EN SAN CARLOS
(17 DE MAYO 1813)
Querida abuela:
Le envié esta carta al cura Benito para que se la lea. Por favor, ponga harta atención para que no tenga que
repetirle mucho. Le cuento que estoy bien y que salimos vivos del ataque que sufrimos en San Carlos. Ahora,
estamos en Chillán esperando órdenes.
Daba lástima verlos, cómo se les desarmaban las cureñas de los cañones o cómo los movían a pulso de un lado
a otro sin sentido. Vimos claro el poco cariño que le tenían a la tropa los jefes enemigos. Acá, el jefe Elorriaga
hasta aprendió a cocinar chapaleles y come con nosotros en el mismoollón.
En pleno combate, nos informaron que la tercera división asomaba sus garras con O` Higgins. Este es un
nombrado hacendado de Los Ángeles e hijo del antiguo Virrey, don Ambrosio. Usted que siempre ve bajo el
agua, ¿cree que su padre intuyó esta traición pa` no reconocerlo como su vergüenza?
Tras rearmarse, el enemigo emprendió camino a Talcahuano donde saqueó las casas por su fide- lidad al rey.
Muchos penquistas buscaron refugio en Chillán donde hoy, 21 de mayo, falleció el al- mirante Pareja. Él fue un
héroe en Trafalgar, un hombre justo y leal que buscó la paz, pero vio la aurora del infierno de nuestra guerra
civil.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
Gobernador de Chiloé (1817- 1826) Miliciano
. Batallón de Pardos o mulatos. 1810-1814.
Antonio de Quintanilla y Santiago
27 de julio -10 de agosto de 1813: Se produjo el sitio de Chillán, donde cuatro mil
realistas criollos resistieron el ataque de nueve mil rebeldes. El día del primer
ataque revolucionario contra Chillán, observó el fraile realista Juan Ramón, parecía
estar determinado para la “ruina y exterminio” de la villa. Ramón, op. cit., p. 48. “A
las doce del día, se dio principio a la escena más horrorosa, bárbara y cruel que se
ha visto en el reino de Chile. Iba adelante una bandera negra, precursora de la
muerte, le seguía un tambor que, tocando a degüello, anunciaba su proximidad,
seguía a ese una turba de incendiarios, que con fuegos artificiales hacían arder los
ranchos y casas que se presentaban al paso... Por último seguíale las tropas
insurgentes... Yo solo diré que el entusiasmo de los vecinos incomparables de
Chillán en defenderse, y ofender al enemigo, fue muy extraño, y con obra de
omnipotente;
. porque todos sin excepción, grandes y pequeños, mozos y ancianos,
hombres y mujeres, a porfía, con lazos, cuchillos, machetes, azadones, hachas,
palas y lanzas, todos hicieron su deber en herir, matar, degollar y fugar al enemigo
insurgente”.
5 de agosto de 1813. Diario Militar del General José Miguel Carrera, sobre el sitio a
Chillán, en CHDI, Tomo I, Óp. Cit. pág. 156 “… No puede haber acierto donde no hay
subordinación; aquel nuevo choque presentaba ventajas que desaparecieron
porque nuestros soldados se metieron al pueblo en seguimiento de los que huían.
No atacaban o perseguían en orden. Cada oficial, cada soldado hacia su antojo;
unos entraban a pelear, otros a robar (hablo de soldados). El enemigo asegura que
mataron uno estando en la calle en acto con una mujer; no obedecían las ordenes
de mis ayudantes; la llamada era inútil i, como entraron por diferentes punto i no
se conocía, se hacían fuego unos a otros.”
21 de mayo de 1813: Falleció por enfermedad el almirante Pareja. Su hijo, José
Manuel Pareja, nació en Lima en 1813 y nunca conoció a su padre. Llegó a ser
almirante de la Armada Española y protagonista de la Guerra Hispano-
Sudamericana de 1865-1866. Se suicidó en las costas chilenas tras tener
conocimiento de la captura de la goleta Covadonga, una de las más débiles de su
escuadra, por la corbeta chilena Esmeralda.
“Estos milicianos del campo son propios para las armas, y por naturaleza buenos
soldados para campaña, pues su clase conserva la sangre araucana...”
Amado hijo.
Con la alegría de haberse calmado el zumbar de las bombas, le escribo antes que vuelva el
tronar. Casi todos los días trato de escribir, y envío todas las cartas que puedo con la esperanza
que llegue al menos una a sus manos. El correo es especial botín para los guerrilleros de ambos
bandos.
¿Habrán familiares nuestros en el otro bando? Me pregunté al ver cuerpos incendiados que
corrían despavoridos implorando piedad. ¿Recuerda que su tío Miguel se fue hace años a
trabajar a Santiago? ¿Lo habrán traído a la fuerza a enfrentarnos?
Carrera finalmente dejó el asedio, irritado por su incompetencia, el invierno y nuestra
. de lucha. Viva el rey, nuestra tierra, y la santa sangre de nuestro señor Jesucristo.
voluntad
Su padre que espera volver pronto
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
17 de octubre de 1813: Batalla de El Roble, en cercanías del río Itata. Se destacaron los oficiales realistas Lantaño, Asenjo y Urrejola.
Ochocientos soldados de línea de Carrera se batieron contra doscientos cincuenta milicianos que les emboscaron, teniendo que huir tras
errores en su organización.
1 de enero de 1814. La expedición del general Gabino Gaínza zarpó desde El Callao para reforzar al surde Chile y reemplazar en el mando al
coronel Juan Francisco Sánchez.
1 de marzo de 1814. Carta de O’Higgins a Mackenna, en ABO, vol. II, p. 107. “Nada
debe incomodarnos el excesivo número de reclutas y huasos de que se componen
sus muchas divisiones. Vuestra señoría sabe muy bien que los buenos ejércitos no
consisten en el número, sino en la calidad de los soldados”.
Cuántas lunas que no nos vemos. Le mando esta cartita ya que estoy en problemas más que graves. Le pedí al cura
Anselmo que me la escriba y espero que usted se la pase a alguien de confianza pa` que se la lean. No sea
tontorrón sino me saldrá el tiro por la culata. Sucede que me metí en esto de la guerra con mis huainas. El patrón
nos ofreció mejor papeo y guenas aventuras. Igual yo soy agradeci´o de nuestra virgen que nos cuida de los
terremotos, así que pa´ morir nacimos.
Necesito pedirle que me devuelva el chanchito que le dejé pastando hace un tiempo. Espero que no se lo haya
comido no más, con lo goloso que es uste´. Por favor, llévele el chanchito a la patrona que debe estar aproblemá, ya
que hace rato que no me arrimo por la casa. Pero, ya verá uste`, cuando ganemos y venga el mismo rey a ponerme
mi guena medalla y me dé algún título de conde o algo así pa´ no trabajar nunca más. Cómo la ve..
¿Le habrán contado que hubo guena frisca en El Roble? Ahí estuvo su compadre ni más ni menos. Ya verá las
monedas que acuñarán con mi caracho. Si ya creo que nací pa` esto. Me tinca que termina- ré de general o
almirante, naita menos. Ya lo invitaré a su buen vino tinto en copa en el palacio del gobernador. ya verá, mi
compadre, cómo nos cambiará la vida. Tendremos guenasbo- tas pa´l frío y manta de castilla.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
“No sé si es usted o yo el loco y desnaturalizado chileno que
quiere envolver la Patria en ruinas... En manos de usted y mías
está la salvación y destrucción de un millón de habitantes que
tanto he trabajado por su libertad. Maldecido sea de Dios y
de los hombres el que quiera hacer infructuosos tantos
sacrificios y trabajos. Salvemos a Chile o seamos odiados
eternamente”.
Batalla de El Roble
Óleo de Manuel Tapia (1835- 1915)
12 de agosto de 1814. Desembarcó Osorio en Talcahuano con Rafael Maroto y el
regimiento Talaveras.
20 de agosto de 1814. Combate de Las Tres Acequias, entre fuerzas rebeldes que
aceptan o rechazan el mando de Carrera, culminando con una derrota para
Bernardo O’Higgins.
(1 Y 2 DE OCTUBRE 1814)
Querida madre:
Estamos todos felices, ha habido muchas fiestas y creemos que la paz volverá para seguir trabajando por
nuestras cosechas y animales. He viajado harto, hasta estuve en Santiago. Por su última carta, creo que nunca
recibió las mías, que le relataban la ben- dita batalla de Rancagua que expulsó a los traidores del reyno. ya
estoy de vuelta en Concepción, pero esperemos que se calmen las aguas para que vuelva a casa.
Osorio, que quería un triunfo rápido, mandó al coronel Barañao a la carga, con un escuadrón de húsares, a la
trinchera sur que era la más dura defensa. Esto sonó más a castigo a buen entendedor. Mala cosa para Barañao
que tenía un genio de potro, pero no arrugó. Se le paró la pluma y partió donde los jefes Talaveras y dijo fuerte y
claro: “Vean ustedes cómo se combate en América”. Ninguna gracia les hizo a los peninsulares esta pachotada
pero se quedaron calladitos.
Le puedo contar también que la goleta Mercedes llegó al Callao el 9 de noviembre con nueve banderas
insurgentes capturadas en Rancagua. Es- tos trofeos fueron llevados a Lima para depositarlos en la iglesia Santo
Domingo. Con guardia de honor, las ofrendaron a la Virgen del Rosario. Lima entero festejó nuestra victoria
por la paz. Hubo repiques de campanas, banquetes y palabras re lindas del Virrey para nuestros soldados.
Llegó la paz, ahora, a parchar los corazones y enterrar elodio.
Su hijo que honra su sangre
Casimiro Godoy, batallón fijo de Concepción.
Concepción, 28 de noviembre de 1814
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
Uniforme soldado regimiento Talavera 1814
José Ordóñez, Intendente de Concepción convocará a un parlamento con los mapuches, este
será llevado a cabo a fines de diciembre de 1816, en los Ángeles, en medio de mucha
ostentación, solemnidad y una masiva concurrencia, estimada en varios miles de personas,
en donde los españoles estarán solicitando la fidelidad de los mapuches para la causa del
Rey. Porque para éstos, será de vital importancia contar con los mapuches como aliados de
no ser así, no tendrían ninguna posibilidad de intentar una resistencia y mucho menos un
plan de reconquista. En rigor este será el último parlamento que se realizará entre mapuches
y españoles.
En la nueva raza formada entre españoles e indígenas, el castellano se convirtió en español
gracias al aporte de palabras nativas. Compartimos algunas de estas que perduran hasta el día
de hoy.
Aymara
Mapudungún
LUIS DE VALDIVIA
Nació en Granada en 1561. A la edad de veinte años ingresó en la Compañía de Jesús y en 1589 recién ordenado sacerdote fue destinado a la
Provincia del Perú. En 1593 es trasladado a Chile con la instalación en ese territorio de la Compañía de Jesús. En esos momentos el conflicto
entre nativos y españoles estaba en uno de sus momentos más críticos.
Logró convencer al virrey del Perú, el marqués de Monteclaros, de eliminar los "servicios personales" nativos, establecer el río Bío Bío como
frontera, y la evangelización por medio de misioneros como táctica para lograr una conquista religiosa. Así, en 1609 fue enviado a España para
lograr la autorización del rey para implementar las nuevas normas que en su conjunto se conocería como la "Guerra Defensiva".
Luego de largas deliberaciones, el rey Felipe III aceptó la postura de Luis de Valdivia. Con el plan de "Guerra Defensiva" aprobado y el cargo de
Visitador General de Chile, el sacerdote partió de vuelta a Chile en los primeros meses de 1611. Volvió a España, donde tuvo el cargo de
Prefecto de Estudios y Director de la Congregación de sacerdotes del Colegio San Ignacio. Murió en Valladolid el 5 de noviembre de 1642.
Se le considera un gran conocedor de varias lenguas indígenas americanas, lo que le permitió elaborar material doctrinario, entre sus obras:
•"Arte y gramática general de la lengua que corre en todo el Reyno de Chile: con un vocabulario, y confessionario".
•"Confessionario breve en la lengua del Reyno de Chile, provechoso para confessar a los Indios de Chile y otras personas".
•"Sermón en lengua de Chile: de los mysterios de nuestra santa fe catholica, para predicarla a los indios infieles del reyno de Chile, dividido en
nueve partes pequeñas, acomodadas a su capacidad".
•"Otras tres gramáticas, con sus respectivos diccionarios de las lenguas huarpe, alenciaca y milcaya".
LUIS DE VALDIVIA
Carga de O'Higgins en la Batalla de Rancagua,
Coronel Manuel Barañao (1790- desconocida) óleo de Pedro Subercaseaux 1938
15 de noviembre de 1814. José Miguel Carrera, tras huir por Mendoza, se
embarcó hacia EE.UU para buscar ayuda económica y militar.
Marcó del Pont a Francisco de Armas, comandante del Batallón Chiloé, 1816 (Viva
el Rey. Gaceta del Gobierno de Chile, II: 241). “Me llena de satisfacción y
complacencia el loable entusiasmo con que me ofrece no desmentir jamás el bien
merecido concepto que me deben los mejores hijos de Marte, dejándome seguro
de que sin marchitar los laureles que dignamente ciñeron en el campo del honor
a cada paso de la guerra, trepen luego intrépidos conmigo al postrer escalón que
nos ofrece el glorioso alcázar de Belona, para perpetuar allí en dignos loores la
memoria, el engrandecimiento y la lenitud del mejor de los monarcas del
mundo”.
Por sus peculiaridades y por la importancia que se le “Amaneció este día verdaderamente triste para Chile. Dejáronse ver dos horroroso cadáveres
atribuye para el curso posterior de los acontecimientos, la pendientes del palo de la plaza principal sobre cuyas cabezas se leía esta inscripción. Por
imagen de la “Reconquista” se ha mitificado y petrificado. conspiradores contra el Rey, y perturbadores de la pública tranquilidad. Al punto se llenó
Lo primero porque dentro de la identidad nacional es esta capital de varios rumores: cada uno discurría sobre el suceso según su humor, su deseo,
precisamente un mito la acción de Manuel Rodríguez; o su capricho; cada uno lo pintaba y exageraba como mejor le parecía para acreditarse de
porque el presidio de Juan Fernández está rodeado de un político. Nuestro sabio gobierno guarda el más profundo silencio hasta cerciorarse
aura de sufrimiento que hace condenar de suyo a las cabalmente de todo el fondo de un negocio que merecía examinarse con tanta
autoridades y genera un sentimiento de compasión y circunspección como justicia. Entre tanto en los campos unos fingen a todo el pueblo
hasta de simpatía hacia los detenidos por causa de la conjurado, éste supone que 700 son los cómplices, aquél que ha habido un combate en que
revolución; porque, en definitiva, todo se reduce a la murieron muchos de ambas partes; uno asegura que hay muchos personajes y aún
actuación de “buenos” y “malos”. Lo segundo, en razón de sacerdotes de ambos cleros mezclados en el complot, otros que en la cárcel han sufrido el
que prácticamente no ha existido discusión sobre estos justo castigo los más malos. A estas voces no hay quien no tema por su suerte, o la de las
tópicos. Solamente ha surgido un nombre alternativo: personas que más ama ni aún la mayor inocencia satisface a los más tímidos vecinos, todos
“restauración monárquica”. esperan con ansias la publicación del periódico para saber algo con certeza; por tanto el
Superior gobierno tiene a bien que noticiemos al público que se formó conspiración, que
ésta se halla evidenciada, y que sus planes eran los más crueles; pero sus autores eran sólo
Guerrero Lira, Cristián. La Contrarrevolución de la
algunos malvados prisioneros capaces de todos crímenes. Los dos cadáveres eran los
Independencia en Chile, (Santiago, 2002), p.15.
primeros delincuentes, que resistiendo a su prisión se anticiparon pena que tenían por mil
delitos merecida. El público, y nobles vecinos de la capital, y pueblos no sólo resultan
inocentes; sino que la indignación que han mostrado contra los traidores (que aspiraba a
comprometer su honor, y tranquilidad) los ha hecho, y hace más apreciables al gobierno, y
más acreedores a su dulce beneficencia. Respirad pueblos, y arrojaos llenos de confianza a
los brazos de un jefe generoso que os distinguirá tanto cuanto lo merezca vuestra docilidad, y
las pruebas que deis de fidelidad al soberano, y de celos por sus intereses, como se ha
palpado en este suceso fraguado en la cárcel y sin trascendencia fuera de ella.”
Viva el Rey. Gazeta del Gobierno de Chile. Tomo I, Nº 13, jueves 9 de febrero de 1815.
“Desde que fui el dichoso instrumento de su redención, he movido
cuantos resortes han estado a mis alcances para reparar sus
desgracias, y hacer menos sensibles los resultados de una innovación
funesta, considerando en contradicción con los deberes de la
humanidad y una sana política envolver en el castigo a todas las
generaciones rebeldes, al mismo tiempo que he excitado la bondad
del Soberano para la recompensa de los fieles; he procurado atraer la
misericordia sobre aquellos individuos a quienes la seducción y el
calor de las pasiones y no una pasión consumada condujeron al frenesí
de contristar a la sociedad que les dio el ser y los sostiene. Sin
confundir al inocente con el culpado, he extendido a todos el
ejercicio de mi beneficencia; y si algunos lloran aún la ausencia de
sus hogares familias, ha sido reglado por una orden superior, de cuya
observancia no me ha sido imposible prescindir y porque la quietud
publica ha dictado su separación del teatro en que desplegaron todo
el fondo de su errado y criminal sistema.”
Oficio del Sr. brigadier de los reales ejércitos, don Mariano Osorio al M.
I. Cabildo. Viva el Rey. Gazeta del Gobierno de Chile, tomo II Num. 9,
jueves 26 de diciembre de 1815.
“Teniendo presente que el origen de la Revolución y su continuación había sido obra de
un corto número de hombres ambiciosos y corrompidos que presentando a la metrópoli
en un estado de anarquía y próxima a su ruina, lograron seducir a la multitud para
tiranizarla con el colorido de una imaginaria independencia...”
Real cédula dirigida a Chile por el rey Fernando VII, Madrid, 12 de febrero de 1816, en
Viva el rey, 6 de septiembre de 1816.
“Yo Luis Hevia, puesto a los pies de Vuestra señoría, parezco y digo que me hallo cuasi a la muerte, y muy mal
herido de mano de un oficial de Talaveras por haber pasado ante las diez de la noche de mis diligencias por la
calle de las Monjas de la plaza y habiendo pasado a lo acostumbrado, con mi manta al hombro me dijo el
asistente de dicho oficial que ¿por qué la llevaba al hombro? y poniéndomela debajo del brazo le dije qué
facultad tenía él para mandar, de donde nos fuimos de voces y dio aviso a su jefe diciendo como un paisano
lo había insultado, donde salió el oficial con su corvo y el asistente con fusil y me entraron a su casa a
castigarme y me hizo hincar de rodillas y me comenzó a dar de sablazos hasta que me vio imposible, y me
trajo a la cárcel, donde me dejaron y mandaron a buscar al cirujano Grajales y confesor, pues ya moría, como
dirá el cirujano si vuestra señoría se informa de dicho. Después, medio vuelto que estuve, me trajo a mi casa
el cuñado de dicho Talavera y volviendo dicho cuñado por segunda a aquellas horas a llevarme al hospital; no
quiso mi padre ni mi madre dejarme llevar, menos ahora más me afligen las heridas. Y ahora busco su
patrocinio y amparo, pues soy un infeliz sin valimiento el menor y casado ni menos con qué curarme. Se
informe vuestra señoría y me haga justicia si la merezco. Informarán los oficiales de aquel día de la cárcel y
cajas”.
Querella de Luis Hevia en contra de un Oficial del Regimiento Talaveras por haberlo herido sin motivo. Santiago,
1817, en ANCG, vol. 141, pieza 76, f. 411.
12 de febrero de 1817: Batalla de Chacabuco. José de San Martín y Bernardo O´Higgins derrotaron a Rafael
Maroto, y reconquistaron Santiago de Chile, sin embargo la zona de la Frontera seguía en poder realista.
3 de agosto de 1817: El caudillo criollo, José María Zapata, atacó Chillán con ciento veinte milicianos, sin éxito
para sus pretensiones. Comienzan los ataques por caudillos populares en la zona de Chillán, Arauco y Los
Ángeles.
30 de julio de 1817. Carta de O’Higgins a San Martín desde Concepción. “En las inmediaciones de la Boca del
Itata desembarcaron hasta treinta hombres, se diseminaron por Quirihue, Chillán y Cauquenes haciendo
asesinatos, robos, etc... han sido aprehendidos diez, los que he ordenado sean ahorcados y las cabezas
puestas en los lugares donde hayan cometido sus excesos”.
“en tanto que la nuestra ha sufrido una escandalosa deserción, cuyos individuos diseminados con
armas por toda la provincia sostienen un espantoso bandalaje, irritando con sus depredaciones a los
pueblos hasta el grado de haberlos convertido en enemigos nuestros...”
O’Higgins a Irigoyen, Santiago, 9 de abril de 1817, ABO 18: 57-58.
“El prisionero Vicente San Bruno no debe gozar los fueros de la guerra. No se atienda sólo a que el
enemigo nos sacó fuera de la protección de las leyes, y que un justo derecho de represalia nos
autoriza imponérselas arbitrariamente: míresele como un criminal cuyos delitos han deshonrado la
especie humana y escandalizado atrozmente a todo Chile.”
Archivo de don Bernardo O’Higgins. Tomo XVI, pp. 268
Haigh, Samuel. “Viaje a Chile en la Época de la Independencia, 1817”. En Haigh, Samuel; Caldeleugh, Vicente San Bruno Rovira
Alejandro; Radiguet, Max. Viajeros en Chile 1817-1847. Editorial Pacífico S.A. (Santiago, s/f). p.42.
“He decretado que todo sacerdote de ambos cleros indistintamente, en el
confesionario, en conversaciones familiares y en cuantos actos se presenten,
instruyan a los hombres en sus derechos, prediquen la obligación de amar a la
Patria, y repeler con la fuerza a los que intentan esclavizarla. Disponiendo Su
Excelencia que no se lea un sermón, sea de cualquier clase o asunto, en que
expresamente no se hable a favor de nuestro sistema político”.
Circular de O’Higgins a los curas y prelados de los conventos de Chillán, 2 de mayo
de 1817, ANMG 28, f. 106.
“Apruébase la solicitud que hacen los vecinos del Partido de Puchacay para perseguir y
aprehender a los malévolos y perturbadores de la pública tranquilidad, formando
partidas compuestas de sujetos conocido y acreditado patriotismo”
O’Higgins al teniente gobernador de Puchacay, 19 de agosto de 1817, ANMG 28, f. 304.
“Hoy a las 12 se ha puesto en esta cárcel nacional al pérfido traidor José María Gutiérrez,
Sargento primero con grado de oficial del Ejército enemigo que en la acción de Rancagua
cometió enormísimos crímenes y excesivos excesos [sic] en nuestro Ejército, fugó de la
acción de Chacabuco y estaba incógnito oculto en las montañas de la costa Cunquillan y
estero de Bare, convocando a muchos para unirse con los bandidos de Chillán y combatir
este partido... en toda aquella frontera ha cometido excesivos excesos...”
Juan de Dios Puga a O’Higgins, Cauquenes, 17 de Agosto de 1817, ANMG 23, f. 114.
“Le condeno a que sea ahorcado, y sus manos y cabeza sean puestos en los caminos públicos para ejemplo y escarmiento de los demás, para cuyo fin se
le da termino de tres horas para que muera como cristiano”.
Sentencia de Andrés Alcázar, 27 de noviembre de 1817, en Id., f. 123.
“Según tengo entendido, el plan es apoderarse de las fronteras, proteger la insurrección de las provincias, privarnos de caballos y víveres y hacernos la
guerra de recursos, pero estoy seguro que difícilmente conseguirán sus desconcertadas ideas; solo conseguirán incendiar las villas, casas, haciendas y
chozas de los lugares que están, por su distancia, indefensas y asesinar como lo están ejecutando, a los inermes habitantes de los campos. ¡Malvados!
Sus crímenes no quedarán impunes”
O’Higgins a San Martín, Concepción, 18 de octubre de 1817, ABO 8, p. 48.
“Sírvase U. S. remitirme con la mayor vigilancia la mayor fuerza posible que tuviere a su mando para combatir la partida del malvado Pincheira que
aplica todas sus miras a imitar la conducta de Zapata, y lo peor es que diariamente se va engrosando hasta haber formado fuerza muy suficiente para
incomodarnos. El cáncer se va propagando con un movimiento progresivo, y con tal rapidez que ya nos mantiene en una continua molestia. Antes de
ayer han asesinado a Don Flamiano Muñoz, el mejor oficial que tenia esta plaza, y antes de él á Don Jerónimo Poblete, y el mayordomo de Don Francisco
Martínez, los mejores sostenientes con que contaba Chillan”.
José María Riquelme a Juan de Dios Puga, San Carlos, 20 de Octubre de 1817, ANMG 22, f. 131.
“Habiendo sabido el veinte del actual la tirana opresión con que se hostilizaba este Partido y el de San Carlos por el
pérfido, inicuo, infame traidor Antonio Pincheira con trescientos y más individuos que formaban una gavilla de bandidos
que arrasaban las haciendas, salteando y degollando a su arbitrio á los decididos á nuestra sagrada causa, después de
haber combinado mi urgente movimiento á remediar los males que amenazaban á las armas del Estado... y mediante las
activas providencias que libré a las orillas del río de Ñuble, sobre la hacienda de Cato, madriguera de iniquidades contra
nuestra libertad, logré prender siete de los que fraguaban la opresión y tomadas sus declaraciones con la brevedad que
exigía la materia, el veinte y cuatro pasé por las armas con termino de dos horas á Santiago Mera y Sabino Anrriques,
espías de quienes tomé noticias que el enemigo se hallaba situado y fortalecido con doce fusiles y cinco pares de pistolas
en la Hacienda de Bureu, sita en el Partido del dominio de Doña Mercedes Riquelme...”
Juan de Dios Puga a O’Higgins, Chillan, 27 de Octubre de 1817, ANMG 23, fj 225.
“Deseando el Gobierno purgar a la Nación de la multitud de vagos y criminosos que la contaminan, y queriendo utilizar
estos brazos que son ahora una peste y onerosa carga en los pueblos en beneficio de la misma sociedad que ofenden,
ordena:
Que en todo el territorio del Estado se haga una recluta general de cuanto individuo se halle sin oficio o destino conocido,
o que por sus crímenes deba ser castigado con pena menor que la de muerte, entendiéndose desde la edad de 14 hasta la
de 45 años inclusive, y que por su constitución física sea útil para el servicio de las armas bajo las reglas siguientes:
La recluta debe verificarse precisamente en todos los puntos del Estado en un mismo día, que será el 26 de Diciembre
inmediato y demás días siguientes; Para que en ese día aprehendan a todos los vagos y criminales que haya en sus
respectivos distritos conduciéndolos a la Capital o cabecera de Partido…. antes de la aprehensión se guardará por todos los
comisionados el mayor sigilo en la materia a fin de que no se fuguen o escondan. Se declara por vago, el gañán, artesano y
cualquiera otro hombre que no se halle en ejercicio actual de su industria, o que carezca de ella enteramente; Los que
estén detenidos en las cárceles por delitos que no merezcan pena capital, o que aún cuando sean acreedores de ella, no
estén plenamente convencidos del crimen, son asimismo comprendidos en esta recluta. Igualmente se comprehende a los
rateros y hiposos [sic], ebrios consuetudinarios, amancebados públicos, y demás hombres que con la pestilencia de sus
costumbres empañan la pureza de la moral pública”
Decreto de la Suprema Junta de Gobierno, Santiago, 28 de noviembre de 1817, ANMG 62, f. 141.
“Todos los sujetos que anduviesen en compañía de Pincheira ó de alguna manera le
hubiesen auxiliado, se presentarán en este Juzgado en el término perentorio de ocho días,
con la firme confianza que se olvidarán todos sus crímenes, se les tratará como miembros
preciosos de la Patria, y se les dará un papel de perdón para que ninguno de los Jueces
territoriales puedan incomodarlos, ni en sus casas ni en sus negocios” “Los que directa o
indirectamente entrasen en sus maquinaciones, tratasen con él, o de alguna manera le
auxiliaren, se les confiscarán todos sus bienes a beneficio del Estado, y se castigaran sus
personas con toda la severidad y dureza de que es susceptible tan atroz delito.
Últimamente, aquel ó aquellos sujetos de cualquiera especie o condición que fueren y que
apurando todos los recursos que estuvieren a su alcance, lograsen prender, asesinar, o de
cualquiera modo libertar el partido de la persona de Pincheira, llevarán diez pesos de
gratificación, y se conservará la memoria de este servicio como el más distinguido que
hubiese hecho por la patria...”
Bando del Capitán de Caballería y Teniente Gobernador de San Carlos, José María
Riquelme, San Carlos, 4 de Noviembre de 1817, ANMG 39, s/f.
Batalla de Chacabuco, 12 de febrero de 1817
“En este país hay muchos godos. Los trato bien por razón de haber
muchos mas en la Concepción en donde tendrán noticia de lo bien que
les va. Luego que ésta se tome, yo presentaré una lista de ellos para
apretarlos como lo merecen. Si no gasto esta política creo se nos “Toda la guarnición compuesta de 210 hombres
escapen aquellos dejándome pelado el Reino...” pereció a la bayoneta, teniendo igual suerte los
que de las alturas se arrojaron a la mar”.
Freire a O’Higgins, Talca, 20 de Marzo de 1817, Archivo Nacional,
Fondo Vicuña Mackenna Vol. 93, f. 5v. Citado en adelante ANFVM. Parte de O’Higgins sobre el combate de
Talcahuano, 10 de diciembre de 1817, en ABO, vol.
x, p. 255.
1 de agosto de 1817: ANMG, 49, 235, instrucciones de O’Higgins y Zenteno a José María Íñiguez; ver también O’Higgins a Íñiguez, 20 de agosto de
1817, ANMG, 27, 16. “A quienes perseguirá por todos los medios y tomados que sean ellos [Mendoza y Zapata] o sus parciales los mandará
fusilar inmediatamente, sin demora alguna, haciendo se coloquen sus cabezas y miembros en los parajes y caminos donde han cometido sus
principales atentados”.
4 de junio de 1817. Combate del Cerro Gavilán, en Concepción, con triunfo insurgente.
12 de agosto de 1817. Carta de José María Marchant, (seudónimo), montonero popular, desde Chacay, al coronel monarquista José Ordóñez.
Citado en Diego Barros Arana, Historia General de Chile (2da. Edición, 16 Vols., Santiago, 1999), Vol. XI, p. 138: “Y así señor, por la sangre real que
corre por sus venas, por nuestro Rey, por Jesucristo, me diga lo que hemos de hacer, a qué punto debemos ocurrir con auxilios y qué es lo que
debemos de llevar, pues en un pelo tenemos la vida y en V. S. tenemos las esperanzas de libertarlas”.
28 de noviembre de 1817. Decreto de la Suprema Junta de Gobierno de O´ Higgins, ANMG 62, f. 141. “Deseando el Gobierno purgar a la Nación
de la multitud de vagos y criminosos que la contaminan, y queriendo utilizar estos brazos que son ahora una peste y onerosa carga en los
pueblos en beneficio de la misma sociedad que ofenden, ordena: Que en todo el territorio del Estado se haga una recluta general de cuanto
individuo se halle sin oficio o destino conocido, o que por sus crímenes deba ser castigado con pena menor que la de muerte, entendiéndose
desde la edad de 14 hasta la de 45 años inclusive, y que por su constitución física sea útil para el servicio de las armas bajo las reglas siguientes:
La recluta debe verificarse precisamente en todos los puntos del Estado en un mismo día, que será el 26 de Diciembre inmediato y demás días
siguientes; para que en ese día aprehendan a todos los vagos y criminales que hayan en sus respectivos distritos conduciéndolos a la Capital o
cabecera de Partido…. antes de la aprehensión se guardará por todos los comisionados el mayor sigilo en la materia a fin de que no se fuguen o
escondan. Se declara por vago, el gañán, artesano y cualquiera otro hombre que no se halle en ejercicio actual de su industria, o que carezca de
ella enteramente; que no merezcan pena capital, o que aún cuando sean acreedores de ella, no estén plenamente convencidos del crimen, son
asimismo comprendidos en esta recluta. Igualmente se comprehende a los rateros y hiposos[sic], ebrios consuetudinarios, amancebados
públicos, y demás hombres que con la pestilencia de sus costumbres empañan la pureza de la moral pública”
4 de noviembre de 1817: Bando del capitán de caballería y teniente gobernador insurgente de
San Carlos, José María Riquelme. ANMG 39, s/f. “Los que directa o indirectamente entrasen en
sus maquinaciones, tratasen con él, o de alguna manera le auxiliaren, se les confiscarán todos
sus bienes a beneficio del Estado, y se castigarán sus personas con toda la severidad y dureza
de que es susceptible tan atroz delito. Últimamente, aquel ó aquellos sujetos de cualquiera
especie o condición que fueren y que apurando todos los recursos que estuvieren a su alcance,
lograsen prender, asesinar, o de cualquiera modo libertar el partido de la persona de Pincheira,
llevarán diez pesos de gratificación, y se conservará la memoria de este servicio como el más
distinguido que hubiese hecho por la patria...”
Padre querido:
Esperando que se encuentre bien de salud, lo mantengo al tanto de esta guerra. No pierda nunca la
esperanza de que podamos revertir los problemas. Le cuento detalles de cómo me ha ido, y no se
preocupe por mí ya que sigo igual que cuando chico, más ágil que un conejo. Igual, estoy tan flaco
que las balas no me encuentran.
Después de un buen rato de ataque, el enemigo pasó el primer foso, o no sé si los dejaron pasar para
rematarlos con los cañones de los barcos. Cuando los soldados enemigos llegaron al puente del
morro, se vieron frente a un segundo foso, y otra línea de defensa reforzada por el cañoneo de los
barcos y chalupas. Un verdadero infierno para ellos.
Eran rumas de muertos, partes por aquí, pedazos por allá. No había ningún herido, solo un par de
caballos a medio morir que sacrificamos pa´ que no sufrieran. y cuando estaba como que me
desmayaba“de toda esta impresión y terrible olor, como que se me paralizó el corazón, o quizá se me
fue pa´l cielo. Quizá el cucharón tiene el poder de mandarse a cambiar frente a los espantos de los
hombres. Qué bueno que pueda hacerlo, ojalá mis ojos también pudieran.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
“Y así señor, por la sangre real que corre por sus venas, por nuestro
Rey, por Jesucristo, me diga lo que hemos de hacer, a qué punto
debemos ocurrir con auxilios y qué es lo que debemos de llevar,
pues en un pelo tenemos la vida y en V. S. tenemos las esperanzas
de libertarlas”. José María Marchant, (pseudonimo), montonero
popular, al Coronel monarquista José Ordóñez, Chacay, 12 de agosto
de 1817
En este ataque sorpresivo, liderado por el coronel Ordoñez sobre el ejército de O´ Higgins y San Martín, cuatro
mil seiscientos realistas doblegaron a ocho mil rebeldes. El Virrey había devuelto a los sobrevivientes de
Chacabuco con Osorio y Joaquín Primo de Rivera, quienes llegaron a Talcahuano tras el asedio al puerto. Entre
los regimientos que llegaron se contó al Burgos (novecientos), Infante don Carlos, de Lima (novecientos) y
Arequipa (ciento dieciséis). Joaquín Primo de Rivera, nació en Maracaibo en 1786, e inició su carrera militar en
España, donde participó activamente en la defensa contra el invasor francés. Fue parte de la expedición
enviada por España a Perú en 1816. Al poco tiempo de llegar a Lima, fue ascendido a coronel y puesto al
mando del regimiento Burgos. En esta batalla, los insurgentes contaron con nuevos refuerzos europeos. Estos
fueron, el coronel inglés Miller y el capitán Rondizonni. Este último, actuó en las campañas del ejército de
Napoleón contra España en 1808 y Austria en 1809. En 1812 estuvo en la campaña a Rusia y al año siguiente
en la de Alemania. En 1815, con el rango de capitán y con la legión de honor, luchó en la batalla de Waterloo.
Finalizada las hostilidades en Europa, se trasladó a Filadelfia, Estados Unidos. En esta ciudad, conoció a
Carrera, asociándose a su proyecto y viajando con él a Buenos Aires en la goleta Clifton, el 3 de diciembre de
1816. Debido a la muerte de los hermanos Juan José y Luis Carrera, abandonó el ejército en mayo de 1818,
junto a los otros dos militares “napoleónicos”, Guillermo Tupper y Jorge Beauchef. Al partir O´Higgins al exilio
al Perú, en 1823, Rondizzoni se reincorporó al ejército, siendo nombrado teniente coronel. Por solicitud de
Diego Portales, Rondizzoni regresó a Chile en 1840, siendo nombrado gobernador de Constitución el 12 de
abril de 1842 y de Talcahuano el 29 de agosto de 1849. Apoyó al gobierno en la revolución de 1851, peleando
en la Batalla de Loncomilla. Entre 1852 y 1853 ejerció como intendente de Concepción y en enero de 1853,
con el mismo cargo, en Chiloé. El otro oficial europeo, que vino a reforzar a los insurgentes, fue el francés
Benjamín Viel. Este actuó en los combates contra España durante la invasión napoleónica y Waterloo. A Chile
llegó en 1817 y dirigió tropas en la sorpresa de Cancha Rayada y en la Batalla de Maipú. Un par de años
después, peleó en los combates de la Guerra a Muerte y ascendió a coronel en 1823, como también luchó en
la campaña contra los Hermanos Pincheira en 1826. Fue elegido diputado por Parral en 1829, jefe militar de
Valdivia en 1849 en Intendente de Concepción en 1851.
LAURELES EN CANCHA RAYADA
(19 DE MARZO 1818)
Querida esposa, mía:
Yo que creía haber visto lo peor de este mundo. Ni la orilla del asunto había visto parece. Usted sabe que entré al
ejército después del triunfo en Rancagua del 14, por lo que Cancha Rayada fue mi primer combate en serio.
Sucede que siempre me habían dejado en labores de guardia por un defecto de ser cojinoa. No me llevaron a
Chacabuco, y en Talcahuano estuve al fondo del puerto cuidando polvorines. Por eso no vi casi na´. Estuve adentro
de una bodega y sólo escuché los bombazos. Tenis la chaqueta más limpia que vestido de novia- me decían mis
amigotes.
Por eso, cuando el enemigo se retiró de Talcahuano todo trasquila´o, y supe que llegaba el jefe Osorio, me dije
que ya no me quedaría ajuera. Así que, hablé con un jefe paleteado de Chillán, Cipriano Palma, para que me
dejara entrar en sus Dragones. Le dije que mi problema era ser cojo, pero que arriba de un caballo nadie me la
gana, yme aceptó.
Ahora esperamos que se rindan. Me inscribo con tres mandas a San Sebastián, porque otra batalla así no es guena
para nadie. El cola ´e flecha no puede dominar esta tierra de cristianos.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
5 de abril de 1818: Las fuerzas de San Martín derrotan a Osorio provocando gran masacre y la
aniquilación del batallón Burgos. Tras Maipú, Juan Francisco Sánchez volvió a tener el control de
la provincia de Concepción. Tras unos meses, Sánchez se fue a Valdivia y en noviembre de 1819 a
Lima donde murió en 1821, mientras viajaba con Canterac a la Sierra ante la llegada de San
Martín. En Concepción tomó el control el caudillo realista, Vicente Benavides.
8 de abril de 1818: Los hermanos Juan José y Luis Carrera, son fusilados en Mendoza.
Como creo que debe estar preocupado por el estado de la isla, le cuento cómo va la cosa. Espero que no se encuentre
embroma´o de salud junto a mi madre, y que se acostumbren a la vida de la Patagonia. Me imagino que debe haber
sido doloroso para ustedes dejar su tierra, casa, animales, familiares y amigos, pero fue lo mejor ya que la guerra está
complicada.
Asimismo, espero me puedan perdonar por haber decidido quedarme en la isla. Mi compromiso con la causa del rey y el
honor de la isla sigue in- tacto, y no abandonaré al gobernador Quintanilla, que incendió el barco en que quería huir
Justis.
Gran alegría se desató en el fuerte. Los soldados se abrazaban y los frailes dirigieron cantos de agradecimiento a nuestro
patrono. Después, supimos que la columna que no llegó al ataque se había perdido en la noche. Al fin y al cabo, todos se
devolvieron a sus barcos al amanecer.
Nuestro jefe ordenó no perseguirlos para majar- los como perros. Era mejor dejarlos volver, todos averiados para que
cuenten que acá hay ciudadanos leales, y no sólo gente parada sobre un pedazo de tierra flotante.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
20 de agosto de 1820: Zarpa de Valparaíso la expedición
chileno-argentina contra la resistencia del ejército monárquico
del Perú.
Amigo desconocido:
Esto de la guerra ha cambiado demasiado nuestras vidas. Tuve que dejar mi casa y poco o nada he sabido de mis vecinos.
En Rere tenía buena plantación de maíz y una huerta re milagrosa. Ahora sólo tengo esta muda de ropa, mi fusil, la causa
del rey y pura fe.
Perdí todo pero no me arrepiento. Confío en la virgen y en mis oraciones. No somos asesinos, somos jinetes del señor,
aunque a veces la sangre nos nubla la piedad y la misericordia. La lucha a cuchillo es pa´ guapos y gana siempre el más
vivaracho. Meses luché junto a los hermanos yumbelinos, Juan de Dios y Dionisio Seguel, el primero fusilado después
de El Quilmo en septiembre del añopasado.
En pleno combate, O` Carroll fue laceado por el capitán Alarcón quien lo llevó donde Picó. Nadie es- cuchó sus plegarias
y rápidamente se le fusiló con cuatro soldados. El enemigo, en pocos minutos, perdió a trescientos soldados y tomamos a
veintitrésprisioneros, sin contar a los que huyeron junto a Viel.
Esta guerra se pone más cruel y ahora, tras haber dado muerte a O` Carroll, el aguacero vendrá peor pero que le hacen
un par de pulgas más a un quiltro.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
VENGANZA EN TARPELLANCA
(26 DE SETIEMBRE 1820)
Querida madrina:
Espero poder ir pronto a verla. Cuídese harto de esa tos que le oí la última vez, y pierda cuidado por mí que ya
volveré a comer sus ricos pancitos amasados. Le cuento que seguimos resistiendo, con favor de Dios, pero no va fácil.
Lea esto para enterarse y después quémelo.
La mañana del 26 de setiembre, encontramos a la tropa enemiga del mariscal Alcázar en el sector del Puente Perales, en
uno de los vados del río Laja, en dirección a Yumbel. El viejo Alcázar, de 67 años, es un conocido de la zona y especial
enemigo de estas tierras. Venía marchando con el Batallón de Caza- dores de Coquimbo, más cuarenta y cinco artilleros,
doscientos indígenas y cerca de milciviles.
El traidor, Alcázar, que había sido capitán de dragones del rey, fue juzgado como tal junto a sus diecisiete oficiales del
batallón Coquimbo. El 28 de setiembre fueron llevados a la hacienda de San Cristóbal, en las cercanías de Yumbel, donde
fueron asesinados a sable, lanza y balazos. El cacique Catrileo fue el primero en lancear aAlcázar.
En menos de una semana, el enemigo perdió a dos altos oficiales de sus filas. En la tropa con- versamos contentos
pero preocupados, y apenas creemos estas victorias. Si pudiésemos cazar a Frei- re tendríamos una gran oportunidad
de negociar. Resistimos al acecho, con los dientes apretados y el corvo bajo el poncho, para restituir la monarquía y la
cristiandad.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
23 de diciembre de 1820. Gaceta Ministerial, N°75, periódico republicano.
“Estos miserables y degenerados descendientes de los antiguos araucanos,
llenos de los vicios que les introdujeron los españoles, y envilecidos hasta el
extremo de no mantener la menor idea de libertad y de su antiguo esplendor…
solo conservan una sombra del ardor marcial de sus mayores en la ferocidad
brutal con que de continuo se atacan y destruyen mutuamente”.
A Vicente Benavides se le ejecutó como a un monstruo cuyo sacrificio buscaba exorcizar los males de una guerra dura y cruda que aún no se decidía
a concluir en la frontera mapuche. La pena de horca, suplicio abolido en Chile, fue rescatada de su destierro, dado lo extraordinario del
acontecimiento. “El 23 de febrero, a las once de la mañana, Benavides era sacado de la cárcel, i arrastrado en un serón, era conducido hasta el pie
de la horca que se levantaba en la plaza. La ejecución se llevó a cabo frente a millares de espectadores, i el cadáver quedó pendiente del cadalso
hasta las entradas en la noche. Entonces fue destrozado por la mano del verdugo, para colocar en escarpias la cabeza, los brazos y las piernas, en
los lugares que habían sido teatro de sus crímenes. El tronco del cuerpo fue quemado esa misma noche en las afueras de la ciudad.”
Barros Arana, Diego. Historia Jeneral de Chile, Volumen XIII, p.438, 439
Mariluán: la restauración del orden en la Araucanía,
1822-1827
RODRIGO ARAYA*
Espero que entienda y disculpe mis tres años de no dar señales de vida. Quizá ha pensado que estaba muerto,
pero no me atreví a escribirles porque el enemigo podía capturar la carta y tomar justicia contra ustedes. ya
sabe que nos han declarado bandidos. Como se lo prometí, sigo luchando por la causa. Por favor, siga diciéndole
a mi madre que trabajo en Valparaíso para evitarle sustos. Hace un par de días tuvimos un buen triunfo, que le
quiero aprovechar de contar, ya que de otro modo esdifícil que se entere.
Se advirtió a los vecinos que no salieran de sus hogares, y se saqueó la casa del gobernador. Todo el ataque
demoró menos de una hora y media. Abandonamos Linares para esconder lo que robamos y enterrar a nuestros
cinco camaradas muertos.
Espero que Dios interceda y que su reino vuelva a mandar en estas tierras que han perdido la razón.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
El combate se desarrolló en las Vegas de Saldías, ubicadas cerca de Pinto a orillas
de río Chillán, comenzando la noche del 9 de octubre de 1821 y continuando el día
siguiente
Querido padrino:
Tanto tiempo sin saber de usted. Espero que su familia esté disfrutando de muy buena salud en Chillán. Cuénteme,
si le es posible, cómo va la guerra por sus tierras y cómo se las han arreglado los curitas franciscanos desde que les
cerraron el colegio.
Yo sigo a pie firme acá en Chiloé. Está bien fea la cosa, hay mucha escases de alimentos y ha costado mantener las
siembras por falta de hombres para el trabajo. A pesar de todo esto, la asamblea ha decidido seguir peleando.
Con la división insurgente parapetada en un bajo, comenzó una balacera de más de dos horas. El otro oficial
europeo, Rondizzoni, puso a disposición su batallón número 7, pero no fueron capa- ces de doblegarnos.
En una gesta sin igual, soldados, milicianos, curas, oficiales y huilliches vencimos a las divisiones de Santiago. Vergüenza
infinita para el ejército insur- gente que dejó trecientos muertos en los campos de Mocopulli, por un grupo de chonchos
como dicen los viejos. Entre sus finados tuvieron catorce oficia- les. Nosotros lamentamos también unos ciento veinte
muertos, casi todos milicianos y huilliches. Cumplimos con nuestro deber y espero que no se olvide, ya que en el
continente loocultarán.
Su ahijado que siempre le recuerda Jacinto Rodríguez , cazadores de Chiloé Castro, Chiloé, 2 de
abril de 1824.
Extracto de carta del libro Sureños a las armas de Ángelo Guíñez Jarpa.
13 y 14 de enero de 1826. En el Combate de Pudeto, del día 13, Guillermo Bell
derrotó al gobernador Quintanilla, y al siguiente, en el Combate de Bellavista, José
Manuel Borgoño y Ramón Freire lograron la redición del Gobernador y la entrega de
Chiloé a la república de Chile.