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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CHIAPAS

Facultad de Medicina Humana “Dr. Manuel Velasco


Suárez” Campus-IV

Historia de la Medicina y Antropología

Resumen de El siglo XIX. La centuria en que la


medicina se convirtió en ciencia

Docente: Dra. Jennifer Ortiz Pacheco

Alumno: Johann Emmanuel Guzman Moreno

Tapachula, Chiapas 14 de noviembre del 2022


INTRODUCCIÓN
El inicio del siglo XIX puede definirse con diversos criterios cronológicos y
geográficos. Un ejemplo puede ser —sin desdoro de otros— el encendido inaugural
de los hornos de fundición de Berkeley, en Inglaterra, en 1760 (capitalismo
industrial). En lo político hay que mencionar, sin duda, la primera república
democrática moderna instituida en la Constitución estadounidense de 1783. En el
ámbito social el comienzo del siglo XIX podría ejemplificarse con la desaparición del
Antiguo Régimen tras la Revolución Francesa

EL SIGLO XIX
El sector económico era dominado por la pujante burguesía financiera que
controlaba el proceso productivo; la antigua aristocracia perdía su poder y la clase
proletaria era integrada en el sistema solo como fuerza de trabajo. La tecnología
proporcionó el fundamento energético (la máquina de vapor y el combustible de su
primera fase: el carbón) para el rápido crecimiento del capitalismo industrial, y la
nueva formación socioeconómica originó el crecimiento de las fuerzas productivas
que sustentó la estructura social de la Europa decimonónica.

En el ámbito social, la supremacía de las clases propietarias (industriales y


terratenientes) fue evidente durante todo el periodo decimonónico; también la
sociedad fue mucho más dinámica que en los milenios precedentes; los estamentos
excluidos de las cotas de autoridad y las ventajas materiales concientizaron su
condición de "clases" y reclamaron sus derechos laborales, políticos, sociales, de
salud y de género. El espacio político europeo en el siglo XIX fue tan agitado como
el social; las potencias victoriosas reunidas en el
La acumulación de capital, la mayor disponibilidad alimentaria, la aparición de la
higiene, los múltiples y diversos adelantos médicos en la civilización occidental
provocaron la "explosión demográfica" europea y después, mundial. En 1830, la
humanidad alcanzó la cota de mil millones y para 1920 la cifra llegó a los dos mil
millones de habitantes, esto aumentó 100% en 90 años.

LA CIENCIA Y LA FILOSOFÍA EN EL SIGLO XIX


Europa occidental en vísperas de las revoluciones sociales ya era la sociedad más
desarrollada en los ámbitos económico, social, político e ideológico; las ideas de la
Ilustración habían sembrado la simiente de un nuevo cambio de paradigma que
llevaría a la Revolución Científica a su culminación y realización definitiva. La
Revolución Tecnológica (mal denominada Industrial) había dado los elementos
instrumentales para que los científicos realizaran su labor a plena satisfacción y era,
a su vez, retroalimentada por los incesantes avances en todos los campos de la
ciencia y la tecnología. Los filósofos, adscritos a cualquiera de las escuelas
existentes, se podían separar en las dos posiciones básicas que desde la
antigüedad los han dividido: materialismo e idealismo (sin matiz axiológico alguno
para cualquiera, ya que ambos son sustantivos no adjetivos). Pero, en esa época,
esa partición no estaba definida.
Los centros de creación del conocimiento científico eran: Rusia, Austria, Gran
Bretaña (potencias vencedoras en las guerras napoleónicas) y Francia (vencida en
esas lides, pero no acabada), que dirigían sus esfuerzos a forjar una ciencia
aplicable en lo práctico a la tecnología industrial.

LA MEDICINA EN EL SIGLO XIX


En los seis decenios trascendentales entre 1770 y 1830, la medicina se convirtió en
una ciencia verdadera, gracias a los aportes de diversos médicos racionalistas como
Vincenzo Chiarugi, 1794; Edward Jenner, 1798 y Xavier Bichat, 1800. Esas
contribuciones facilitaron que al avanzar el siglo XIX los profesionales de la ciencia
médica fueran capaces de describir al humano y comprender su fisiología, identificar
sus patologías, reconocer y diagnosticar sus diversos males y, ahora sí, ir al
conocimiento científico de la enfermedad, de sus etiologías y mecanismos e,
incluso, de aliviar el dolor, prevenir las enfermedades y hasta, en algunos casos,
curarlas sin dañar al paciente.

Así, al empezar el segundo cuarto del siglo XIX, la civilización occidental ya había
transitado el camino preparatorio a la obtención de los primeros siete triunfos de la
humanidad sobre la enfermedad: I. La analgesia y la anestesia; II. La antisepsia, a)
Semmelweis, b) Lister; III. Salud Pública; IV. Enfermería Profesional; V. Cirugía
Científica; VI. La tecnología aplicada a la medicina y VII. Quimioterapia

Una omisión imperdonable sería la ausencia en este texto de Isidore Marie Auguste
François Xavier Comte (1798- 1857) y la mención de la escuela filosófica fundada
por él: el Positivismo. Esta doctrina se fundamentó sobre una teoría de la
jerarquización de las ciencias y la idea central de que el único conocimiento cierto y
válido es aquel verificado por la experimentación, realizada esta conforme al
"método científico" más ortodoxo. Esta idea no era original de Comte, ya que
encuentra sus bases epistemológicas en el siglo XVII, en el pensamiento de Francis
Bacon de Verulam.

LA HUMANIZACIÓN DE LA MEDICINA: LAS


ENFERMEDADES MENTALES
El antecedente inmediato más importante de esos triunfos apareció en el área de la
profesión médica más atrasada de todas: la psiquiatría que, sin embargo, fue la
primera que mostró signos de modernidad. Esta especialidad, si bien tuvo
precursores desde el siglo XVI, en el XVIII era, para efectos prácticos, un desastre;
los enfermos mentales eran tratados en forma inhumana, vivían en medio del
abandono, la escasez, la suciedad y el hambre; y los pacientes violentos eran
aislados y aún aherrojados con grilletes. En los años 80 del siglo XVIII, Vincenzo
Chiarugi, en Florencia, inició un tratamiento para los enfermos mentales que
denominó Tratamiento Moral; mejoró las condiciones de vida de los internos, retiró
las cadenas y reconoció su condición inalienable de seres humanos, enfermos por
trastornos en la interrelación del cerebro, la mente y el alma.

Chiarugi publicó sus ideas, en 1793, en una obra titulada De la locura en sus
géneros y especies. Philippe Pinel (1745-1826), asesorado por Jean Baptiste
Pussin (1746 -1811) en el Hospital de Bicêtre, y después solo en la Salpêtriêre,
aplicó el mencionado tratamiento y reformó la psiquiatría de su tiempo. Aun cuando
Pinel seguía los lineamientos de Chiarugi guiado por su mentor Pussin (suprimió las
sangrías y retiró las cadenas), insistió en algunos tratamientos de la época como la
"cura del hambre" (que en la época actual serían considerados crueldades). En
Inglaterra, William Tuke (1732-1822), un comerciante filántropo por vocación y
cuáquero de religión, adoptó los conceptos de Chiarugi en su fundación The Retreat
Mental Hospital de York, institución que financió y dirigió en persona.

Pero fue en la segunda mitad del XIX, que los médicos dedicados a la neurología y
la psiquiatría, profundizaron en el conocimiento del cerebro y la mente y su particular
enfermar, entre ellos: Paul Broca (el área de Broca o del habla y la noción de la
localización específica de las diversas

funciones mentales en el cerebro), Ezechia Marco (Cesare) Lombroso (el


positivismo criminológico), Bénédict Augustin Morel, Jean-Martin Charcot (el estudio
de la histeria), Guillaume Duchenne (atrofia de Duchenne) y Paul Eugen Bleuler
(estudió y nombró la esquizofrenia y el autismo)

Por último, el psiquiatra más conocido, fue el vienés Sigmund Freud (1856-1939),
judío austriaco, discípulo de Charcot en París y colaborador de Joseph Brehuer en
Viena. A fines del siglo, Freud desarrolló, de manera progresiva mediante la
aplicación del método catártico y después, de la libre asociación de ideas, la terapia
denominada Psicoanálisis, cuya fecha de nacimiento fue 1899, con la aparición de
su obra La interpretación de los sueños

La aplicación del psicoanálisis en psiquiatría, tanto como método diagnóstico como


terapéutico, pese a las controversias que aun provoca, ha sido un elemento
inseparable de la psiquiatría clínica durante el siglo XX y aún sigue siéndolo en el
actual

LA PATOLOGÍA TISULAR
En Francia, en ese tiempo, se originó un cambio notable por acción de un clínico,
biólogo y patólogo, Marie Francois Xavier Bichat (1771-1802), médico del Hôtel
Dieu, que extendió sus campos de interés a todo lo que constituía la medicina de
aquella época, a la que con su trabajo hizo dar un paso similar a la labor de
Morgagni, al crear el concepto de patología tisular, lo que hizo al localizar la
enfermedad en los diversos tejidos, componentes de los diversos órganos (en un
inicio el llamó membranas a lo que después denominó tejidos).

LA FISIOLOGÍA Y LA MEDICINA EXPERIMENTAL


En el mismo ámbito académico, en París, en la primera mitad del siglo XIX se
desarrolló la nueva fisiología experimental que tuvo su cuna en el laboratorio de
fisiología de Francois Magendie (1783-1855), que se graduó en la Escuela de
Medicina de París en 1808. De 1811 a 1813 fue prosector de anatomía; ejerció la
medicina e impartió cursos experimentales de fisiología. El contenido de sus clases
fue publicado en París en los años 1816-1817 bajo el título de Compendio elemental
de fisiología. Fundó la revista Diario de fisiología experimental y patología (1821-
1831).

LA TEORÍA CELULAR
En las postrimerías del siglo XVI encontramos los primeros antecedentes, con la
invención del microscopio por Zacharias Janssen (1590), de un proceso de
investigación que se prolongó por más de dos siglos, con mejoras notables en el
instrumento; en la segunda década del siglo XIX, estaban dadas las condiciones
para la consolidación de ese proceso, pero esa es la parte técnica; lo más
importante inicia con un personaje de oficio mercader de paños y óptico por afición,
observador compulsivo de la naturaleza: Antonj (Thonis) van Leeuwenhoek (1632-
1723) que en 1674, descubrió los protozoarios y más tarde, los espermatozoides y
los glóbulos rojos. En realidad, Leeuwenhoek es el verdadero descubridor de la
"célula", tanto de las de los organismos unicelulares como de las de los
pluricelulares.

Una vez resuelto el problema de la aberración cromática de los lentes por Chester
Moore Hall en 1730, el microscopio se volvió un instrumento indispensable para el
estudio de la anatomía comparada y aún de la descriptiva, y para aquellos
incipientes creadores de la moderna estequiología, una de las bases de la moderna
visión científica del mundo.

Aquí enlistaremos a aquellos próceres de la ciencia —que padecen un olvido


injusto— que hicieron posible la teoría celular: Chester Moore Hall, abogado inglés,
fabricó el primer lente acromático (1730); Caspar Friedrich Wolff, médico militar
alemán y embriólogo, su labor científica la desarrolló en la Academia de Ciencias
de San Petersburgo; en su obra Theoria generationis (1759) describió lo que podría
ser el protoplasma, sustancia a la que denominó vis essentialis, a partir de la que
se desarrollarían los órganos y el individuo completo.
Franz (Francisco) Andreas Bauer, artista y microscopista austríaco dibujante del
Real Jardín Botánico de Kew. En 1802, observó y dibujó, por primera vez, el núcleo
de una célula vegetal, él pensó que era una característica de los vegetales. Robert
Brown, médico escocés, en 1831 dio nombre al núcleo celular, sin comprender su
importancia. René-Joachim Henri de Dutrochet (1776-1847), médico francés,
identificó las células tanto vegetales como animales como unidades morfológicas
de los organismos (por lo que algunos lo consideran el verdadero fundador de la
teoría celular).

Barthélemy Charles Joseph Dumortier (1797-1878), botánico (y político, uno de los


fundadores de su nacionalidad) belga, descubrió y describió la división celular en
1840. Schleiden le comunicó a Schwann sus experiencias e ideas y, este recordó
que él había percibido una estructura semejante al núcleo mencionado por
Schleiden al examinar con microscopio la notocorda —células animales—;
enseguida verificó sus observaciones, lo que los condujo a sostener que la célula
era la estructura vital mínima común a plantas y animales, a partir de lo cual
enunciaron la que en la actualidad es aceptada por la mayoría de los historiadores,
como la primera teoría celular (válida) hacia 1833.

MICROBIOLOGÍA, BACTERIOLOGÍA Y PARASITOLOGÍA


En el último cuarto del siglo XIX, en forma independiente, el químico Louis Pasteur
(1822-1895), en Francia, y Robert Koch, en Alemania, dieron origen a una nueva
ciencia denominada microbiología o bacteriología, según se considere, que vino a
consolidar el carácter científico de la medicina al ofrecer a sus profesantes la
posibilidad de conocer los agentes causantes de la mayor parte de las
enfermedades —las infectocontagiosas— que en aquella época aquejaban a la
población mundial, las bacterias, de ahí el nombre de la reciente disciplina:
bacteriología.
Pasteur y Koch formaron una generación de investigadores continuadores de su
obra, entre otros, Émile Roux (1853 -1933), Alexandre Yersin (1863-1943), Georges
Vidal y Charles Chamberland (1851-1908) (de Pasteur) y Emil Adolf von Behring
(1854-1917), Nobel 1901, (de Koch).

LOS GRANDES TRIUNFOS DEL HUMANO SOBRE LA


ENFERMEDAD EN EL SIGLO XIX
l. La analgesia y la anestesia
En 1803, el boticario alemán Friedich Wilhelm Sertürner aisló la morfina —alcaloide
del opio— que llamó así en memoria de Morfeo, sustancia con la que experimentó
en perros, en él mismo y en amigos que colaboraron en las experiencias. Él mismo
comercializó la droga como analgésico, en 1817. En los años 30 del siglo XIX, en
EEUU, un exestudiante de medicina, Garner Quincy Colton (1814-1898), usaba el
óxido nitroso (gas hilarante) en un espectáculo itinerante en el que incluía, en
ocasiones, extracciones dentarias con aplicación previa de dicho gas, sin que
sufrieran dolor. Del hecho tuvo noticia un idealista cirujano dentista, Horace Wells
(1815-1848), quien empleó el gas en la atención de su clientela y acuñó la utópica
frase "Verse libre de dolor debe ser tan gratuito como el aire. Ninguno de los dos
patentó el procedimiento. Otro cirujano dentista William Thomas Green Morton
(1819-1868), socio de Horace Wells, conoció la idea básica del empleo de la
anestesia (que todavía no se llamaba así) en maniobras quirúrgicas dentales, pero
fue más allá cuando por consejo de su profesor de química Charles Thomas
Jackson (1805-1880), experimentó con el éter para sustituir al óxido nitroso,
investigación en la que obtuvo resultados muy satisfactorios.
Lo anterior le llevó a contactar al doctor John Collins Warren (1778-1856), afamado
cirujano del Hospital Generalde Massachusetts en Boston, quien ya había intentado,
en compañía de Wells, aplicar óxido nitroso como agente anestésico, que se saldó
con un fracaso, lo que motivó que fueran acusados de pretender un engaño y, aun
de cometer un fraude doloso (humbug). Morton propuso realizar un nuevo intento,
pero, con aplicación de éter. En esa ocasión (16 de octubre de
1846), Warren y Morton tuvieron un buen éxito por completo y permitió al cirujano
dirigirse al público asistente con el dístico: "Señores, esto no es un fraude”. Creador
de la palabra anestesia, incursionó en las técnicas de la antisepsia y la asepsia y
propuso, antes que Semmelweis, la posibilidad de que el contagio de la infección
posparto (fiebre puerperal) ocurriese en las exploraciones médicas durante el
trabajo de parto, por la pésima higiene con que eran realizadas; pero no intentó
comprobar su teoría.

ll. La antisepsia
Además de la introducción de la anestesia en el armero médico, la revolución
quirúrgica del siglo XIX no se comprendería sin el conocimiento del desarrollo
histórico de los métodos de asepsia y antisepsia. En la década de los 4() del XIX, el
ya mencionado Wendell Holmes y, el obstetra húngaro Ignaz Philipp Semmelweis
(1818-1865), que ejercía en el Hospital General de Viena, donde llevó a cabo su
investigación, llegaron —en forma independiente— a conclusiones semejantes
sobre el origen de la fiebre puerperal. Holmes, en 1843, lucubró que dicha fiebre era
contagiosa y que los médicos mismos eran quienes transmitían el contagio de dicha
enfermedad (en realidad la teoría del contagio se conocía desde el siglo XVIII, la
novedad era la sugerencia de que los médicos eran los vectores) y presentó sus
argumentos en la Sociedad Médica de Boston en 1847. En aquel trabajo sostuvo
que una mujer en trabajo de parto no debía ser examinada por un médico que
acabara de realizar una autopsia, o de revisar a otra paciente afectada de fiebre
puerperal, sin antes haberse cambiado de ropa y lavado las manos con agua de
Javel (dilución de hipoclorito de sodio).
Por su parte, Semmelweis, en 1847, comparó la morbilidad por fiebre puerperal en
el Pabellón I donde él, y los demás al final obtuvo el reconocimiento deseado. En
Gran Bretaña, el escocés James Young Simpson (1811-1870) inició, en 1847, la
experimentación con cloroformo; él mismo fue sujeto en la investigación.

III. Salud pública


En Europa occidental, el siglo XIX comienza con la presencia de la Revolución
Tecnológica, iniciada en Gran Bretaña desde el siglo anterior con el fin de impulsar
la industria textil británica, pero pronto, expandida a otros países, entre ellos,
Alemania y Francia. Todo ello, si bien llevó a un progreso indiscutible, también
ocasionó nuevos accidentes de trabajo e intoxicaciones, por citar solo unos
ejemplos. Es decir, se visualizó a esos espacios de trabajo como generadores de
enfermedades. Y como señala Puerto Sarmiento, se configuró una imagen del
proletariado como "clase peligrosa", por las enfermedades infecciosas que
padecían. el médico austriaco
Johann Peter Frank publicó La miseria del pueblo, madre de enfermedades (1790).
En el XIX, en Francia, el higienista René Villermé redactó un documento similar en
1840, mientras que, en Gran Bretaña, en Leeds, el médico C. Turner Thackrah hizo
lo mismo en 1831.
Una década después, el abogado y reformista social Edwin Chadwick (1800-1890),
quien trabajó en la Comisión para la Salud de las Ciudades, redactó el informe final
"Sobre una Indagación de los Comisionados para las Leyes de Pobres dentro de
las Condiciones Sanitarias de la Población Laboral de Gran Bretaña", resumido por
él mismo como "Reporte sobre las Condiciones Sanitarias': complementado, en
1843, con el "Reporte Suplementario de los resultados de una Indagación Especial
sobre las Prácticas de Inhumación en las Poblaciones".

IV. La enfermería profesional


Florence Nightingale (1820-1910), inglesa nacida en Florencia, Italia, dedicó su vida
a crear la profesión de enfermera a partir de la sexta década del siglo XIX. Fue una
mujer polifacética (literata, enfermera, matemática y estadígrafa) que poseía un
elevado sentido del deber, aunado a una personalidad mística; aunque anglicana,
fue cercana al movimiento luterano pietista de las Diaconesas, del pastor Fliedner
(1800-1864). Se dice que, motivada por los sufrimientos de las tropas en la Guerra
de Crimea (1853-1856), se incorporó a los servicios médicos militares británicos
acompañada de un grupo de voluntarias a quienes ella entrenó para asistir a los
enfermos y heridos en el frente de batalla y en el hospital de Escutari, Turquía. A su
regreso a Inglaterra presentó sus observaciones —acompañadas de evidencias
estadísticas— ante el Parlamento, y demostró que murieron más militares por cólera
o disentería que por balas rusas para promover una reforma sanitaria y de las
condiciones de vida de los soldados, lo que logró gracias a la fuerza de sus
argumentos y al apoyo de su amigo Sidney Herbert, Secretario de Guerra. Fue más
allá al fundar la primera escuela de enfermería profesional, la Escuela de
Entrenamiento Nightingale, además de la influencia que ejerció en el origen de las
reformas, que en general, se efectuaron en el campo de la Salud Pública en el Reino
Unido

V. Cirugía científica
La introducción de las técnicas anestésicas, analgésicas, antisépticas y asépticas
en la práctica médica cotidiana, vino a complementar los avances de la Escuela de
París con las enseñanzas de Guillaume Dupuytren (1777-1835), sucesor de Bichat,
que refuerza los métodos de correlación clínico patológica de aquel, que trajeron la
mejoría de las destrezas médicas diagnósticas.
A partir de entonces los cirujanos pudieron realizar intervenciones quirúrgicas, antes
solo soñadas, o la misma cesárea en pacientes vivas, que Lorenz Heister (1683-
1758), árbitro y maestro de la cirugía del siglo XVIII, confesaba no haber llevado a
cabo jamás. Ephraim McDowell (1781-1830), cirujano estadounidense, al practicar
su primera ovariotomía fue amenazado con el linchamiento si la paciente moría.
Con su técnica llegó a efectuar otras ocho con buen éxito.

VI. La tecnología aplicada a la medicina


Los médicos decimonónicos mostraron un especial ingenio para proveerse de
elementos que les ayudaran, entre los más importantes —y perdurables— están el
estetoscopio (Lãennec, 1816); el oftalmoscopio (Hermann Ludwig Ferdinand von
Helmholtz, 1851, fue médico fisiólogo, pero, además fue profesor de física, actividad
en la que tuvo como alumnos nada menos que a Heinrich Rudolf Hertz y a Max
Planck); la jeringa y la aguja hipodérmicas (Alexander Wood, Gabriel Pravaz y
Jeanne Luer, 1840-1860); el otoscopio (John Brunton, 1865); el termómetro clínico
capilar de mercurio, denostado en la actualidad, pero que, durante poco más de un
siglo fue un apoyo esencial para el clínico (Thomas Clifford Allbutt, 1870); el
esfigmomanómetro (el esfigmomanómetro "de agua" fue inventado por Samuel
Siegfried Karl Ritter von Basch, médico judío austriaco, en fecha posterior —1881—
a su aventura mexicana como médico personal de Maximiliano; pero, el
esfigmomanómetro "de mercurio" —el primero de verdad práctico— lo inventó
Scipione Riva-Rocci, 1896); el laringoscopio (de paternidad discutida, era ya una
realidad hacia los cincuenta del XIX); la autoclave (el verdadero, no la "Olla de
presión" de Papin, lo inventó el microbiólogo francés Charles Chamberland, 1879);
dos materiales que no fueron creados con propósitos médicos, pero que no es
posible imaginar la medicina del siglo XX sin ellos, son: el acero inoxidable (Harry
Brearley, 1913) y el látex (un derivado del caucho inventado en 1821 por Goodyear,
encontró su aplicación en la medicina —una de muchas— con la invención de los
guantes de goma [látex] por William Steward Halsted, 1890).

VII. La quimioterapia
El triunfo contra las enfermedades infecciosas fue completo cuando Paul Ehrlich
introdujo el concepto de quimioterapia al sintetizar su "compuesto 606"
(arsfenamina) — lo logró en su sexto centésimo sexto intento— comercializado con
el nombre de "salvarsán'; que era un compuesto arsenical capaz, según expresaba
su inventor, de matar al agente agresor sin dañar al huésped.
1730
1674
1590
Chester Moore Hall, 1759 1760 1783 1790
Antoni (Thonis) van abogado inglés, Caspar Friedrich Wolff Primera república
invención del microscopio Es el encendido inaugural Johann Peter Frank
Leeuwenhoek descubre fabricó el primer lente democrática moderna
por Zacharias Janssen publica su obra Theoria de los hornos de fundición publicó La miseria del
los protozoarios acromático instituida en la Constitución
generationis. de Berkeley, en Inglaterra pueblo, madre de
estadounidense enfermedades

1802 1793
1808 1803 Franz Andreas Bauer, observó
1817 1816 Francois Magendie se Friedich Wilhelm Sertürner Chiarugi publicó sus
Friedich Wilhelm Creación del y dibujó, por primera vez, el ideas en su obra De
gradua en la Escuela de aisló la morfina, sustancia núcleo de una célula vegetal
Sertürner comercializó estetoscopio (Lãennec) la locura en sus
Medicina de París. con la que experimentó
analgésicos géneros y especies.

1821 1831 1840


1830 1833
Francois Magendie funda la revista Diario Robert Brown dio Barthélemy Charles Joseph
La humanidad alcanza Se validó la primera
de fisiología experimental y patología nombre al núcleo celular Dumortier descubrió y
la cota de mil millones teoría celular describió la división celular

1831 1840
El médico C. Turner Thackrah redactó un documento René Villermé redactó un documento similar a La
1847 similar a La miseria del pueblo, madre de enfermedades
Presentó sus argumentos acerca de miseria del pueblo, madre de enfermedades
la fiebre puerperal y su contagio en 1847 1846 1843
la Sociedad Médica de Boston James Young Simpson inició la aplicar éter como agente anestésico, Warren y Holmes, lucubró que la fiebre puerperal era contagiosa y que los médicos
experimentación con cloroformo Morton tuvieron un buen éxito por completo mismos eran quienes transmitían el contagio de la enfermedad

1851 1856 1865 1870


1853 Creación del otoscopio (John Creación del termómetro clínico
Creación del oftalmoscopio (Hermann
Inicio de la Guerra de Crimea Fin de la guerra de
Ludwig Ferdinand von Helmholtz) Brunton) capilar de mercurio (Thomas
Crimea Clifford Allbutt)

1896 1879
1920 1913 1899 1890 1881 Invención de la autoclave
La humanidad alcanzó Nacimiento de la Invención del esfigmomanómetro Invención de los guantes de goma Invención del esfigmomanómetro
Uso del acero inoxidable (Charles Chamberlan)
la cota de dos mil "de mercurio", lo inventó Scipione [látex] por William Steward “de agua” (Samuel Siegfried Karl
(Harry Brearley) Psicoanálisis
millones de habitantes Riva-Rocci Halsted Ritter von Basch)

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