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DE LA MEDICINA
DEL SIGLO XIX
BREVES ESTAMPAS DE EUROPA Y MÉXICO
Coordinadores
FACULTAD DE MEDICINA
Luis Guillermo Vázquez de Lara Cisneros
Director
Introducción
La Historia de la Medicina en el siglo XIX, narra la más facinante etapa del devenir
cie ntífico de las cie ncias de la salud. Un siglo de grande s aporte s y
descubrimientos; de ape rtura de muchas Escue las de Me dicina; de cambios
paradigmáticos en los hospitales, y de la aparición de las especialidades médicas.
En e l siglo XIX, también llamado e l siglo de las re volucione s, se die ron las
circunstancias que permitieron el desarrollo de muchos conocimientos sobre el
se r humano y sus e nfe rme dade s, lo que me joró los tratamie ntos, la práctica
clínica y la quirúrgica.
Por otro lado, e ste siglo se caracte riza por se r de gran agitación social y
política, que se expresó e n las re voluciones sociales que tranformaron Europa;
después de que las grandes masas de trabajadores se desilusionaran de la nueva
clase social que controlaba e l mundo, la burgue sía -que había de splazado al
feudalismo-, y cuyos ofre cimie ntos al tomar e l pode r, no se concre tizaron y
actuaron de mane ra contraria a las prome sas de la re volución france sa. Estó
determinó, a quienes manejaban el aparato intelectual, replantear la manera de
explicar el mundo.
Fue He ge l, quie n continuando e l pe nsamie nto de Kant, introdujo al
pensamiento del siglo XIX el “idealismo alemán”, un movimiento filosófico surgido
de l ambie nte político libe rtario de la ilustración, junto con e l Romanticismo
lite rario y la Re volución france sa. A e stos he chos siguie ron las gue rras
napole ónicas y las re volucione s de la inde pe nde ncia hispanoame ricana. Fue
también, un pe ríodo de innume rable s inve ntos y de l auge incipie nte de la
Re volución Industrial que de spe rtó movimie ntos obre ros con te nde ncia
internacional.
Este libro que ahora presentamos es el resultado de un trabajo colaborativo
de Profesores de la materia de Historia y Filosofía de la Medicina que se imparte
en tres Facultades de Medicina, de tres importantes Universidades: Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, Universidad Nacional Autónoma de México y
Unive rsidad Autónoma Be nito Juáre z de Oaxaca. La colaboración se re alizó
mediante una red de cue rpos académicos que obtuvo como re sultado final, la
realización de un MOOC (Curso abierto masivo en línea) que, desde hace tres años
funciona en la Plataforma Virtual Horizon BUAP, a los alumnos de las licenciaturas
de Me dicina, y por incide nte crítico, a profe sore s de historia y alumnos de
posgrado.
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Introducción
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Introducción
El capítulo te rce ro e stá de dicado a Los Hospitale s, con e l obje tivo de revisar y
compre nde r las caracte rísticas de las institucione s hospitalarias del siglo XIX, y
cómo e n e llas, surgió e n todo México un nue vo mode lo de formación médica,
gracias a la importancia que fueron adquiriendo estos nosocomios en esta época.
Las institucione s hospitalarias e n México, se pre ocuparon socialme nte por
ate nde r a la población ne ce sitada, manife stando caridad cristiana al pobre o
desvalido y a los enfermos. Durante la época colonial, no existió un organismo de
salud que re gulara los proce dimie ntos hospitalarios, por lo que los hospitale s
funcionaron casi exclusivamente para ayudar a la clase indigente. El saber médico
en los hospitales proporcionaba auxilio y era manifestación de un sentimiento de
pie dad, de caridad, de altruismo o de solidaridad, pe ro no constituía un
instrumento de control sanitario que intentara igualar las condiciones de salud de
un pueblo.
Como consecuencia de esto, los establecimientos hospitalarios no tuvieron
las mismas condiciones de desarrollo.
Hubo, de sde lue go, dife re ncias de financiamie nto e ntre las grande s y las
pequeñas ciudades, por lo que médicos y cirujanos atendieron de forma distinta
a los enfermos, dependiendo de la cantidad y calidad de los insumos que podía
alle garse cada hospital, y como re sultado, la e nse ñanza médica e n e stas
institucione s fue dive rsa y dispe rsa e n muchas ocasione s. No obstante , la
situación de los hospitales progresó durante este siglo.
Con e l transcurrir de l tie mpo, de institucione s caritativas o sitios para
me ne ste rosos, los hospitale s se fue ron transformando poco a poco e n
institucione s cada ve z más comple jas; indiscutible me nte los progre sos de l
conocimiento científico y de las técnicas médicas, favorecieron que éstos abrieran
sus puertas a una concurrencia más amplia, marcando un momento crucial, es
entonces cuando se comienza a constituir la formidable institución de servicios
para la salud que hoy conocemos como hospital moderno.
Iniciamos con las características de los hospitales a finales del siglo XVIII, para
mostar de manera evidente el cambio con el hospital del siglo XIX que se presenta
más ade lante . Este contraste se re fle jará también, cuando se e stable scan
diferencias entre la caridad cristiana y la beneficencia pública.
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Introducción
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Introducción
La cirugía durante el siglo XIX ocupa un papel relevante y nos ocupamos de ella
en el capítulo sexto. Sin lugar a dudas la condición necesaria para el desarrollo de
la cirugía, fue que las intervenciones quirúrgicas pudieran realizarse superando
tres importantes barreras: el dolor, la hemorragia y la infección; y que además, los
re sultados obte nidos incluye ran primordialme nte una tasa de mortalidad
mínima.
Debemos señalar que antes de esta época la preparación de los cirujanos era
deficiente, ocasionando que estos personajes en general ocuparan las capas más
bajas de la medicina y la sociedad. El cambio de esta situación fue difícil y lento,
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Introducción
e l e ve nto inicial que pe rmitió e l paulatino progre so de e sta profe sión, fue la
formación de los cole gios de cirujanos a finale s de l siglo XVIII, que al se r
re conocidos como ce ntros pe dagógicos pe rmitie ron e l flore cimie nto de una
nueva cirugía en el siglo XIX.
La creación de centros especiales para estudios quirúrgicos, fundados como
Reales Colegios de Cirugía en Francia, Inglaterra, España y asimismo en la Nueva
España, lograron la transformación del cirujano empírico por un nuevo médico
cirujano formado técnicame nte , e ste salto obe de ció primordialme nte a la
incorporación de la progresiva educación anatómica, fisiológica y patológica de
estos profesionales, cuyo resultado originó además el incremento del prestigio
social del cirujano.
Por otra parte, el elemento básico para que una intervención quirúrgica pueda
efectuarse es realizarla sin dolor; fue hasta el siglo XIX que el alivio total del dolor,
se convirtió e n e l factor clave para e l formidable avance que la cirugía
experimentó a partir de este hecho. La posibilidad real de que la cirugía pudiera
re alizarse sin dolor se logró a partir de la se gunda mitad de la centuria
decimonónica, cuando el avance del conocimiento y desarrollo científico de la
química, biología y la medicina permitió no solamente entender la naturaleza de
los gases y su importancia en la fisiología, sino además posibilitó su utilización
médica para el logro de la anestesia. Con su introducción, las posibilidades de la
actuación quirúrgica adquirieron una capacidad completamente nueva, que no
se conocía ante riorme nte , al me jorarse notable me nte las indicacione s
quirúrgicas y la exitosa curación de patologías que antiguamente eran intratables.
Durante siglos los esfuerzos de los cirujanos encontraban un valladar en las
infecciones que diezmaban a sus operados, ocasionando que los resultados de la
práctica quirúrgica hasta ese entonces, distaran mucho de ser satisfactorios, por
las elevadas tasas de mortalidad post-quirúrgica, entre otras causas, por erisipela,
gangrena, tétanos, septicemia o por infecciones necrotizantes de las heridas. Los
conceptos referentes a la asepsia y a la antisepsia que aparecieron en la segunda
mitad del siglo XIX, fueron resultado de un profundo encuentro de ideas en ese
tiempo novedosas, cuando nació el concepto de enfermedad infecciosa, y surgió
la teoría bacteriana de las enfermedades.
También mencionamos a los más destacados cirujanos de la primera mitad
del siglo XIX y que por lo tanto nacieron en el siglo anterior, lo que significa que el
de sarrollo de los conocimie ntos médicos y quirúrgicos de e sa época tiene n su
origen en los conceptos e interpretaciones del periodo de la ciencia romántica,
basándose e n las alte racione s naturale s de l organismo y e n e l e studio de los
tejidos como elementos primordiales del mismo, lo que sustituyó a las ideas de la
teoría humoral, estableciendo que la lesión anatómica estaba relacionada con la
sintomatología. Este conce pto de inte rpre tación de las le sione s implantó una
relación entre los fenómenos visibles con sus causas, permitiendo la creación de
nuevas técnicas y procedimientos medico quirúrgicos.
Las aportaciones científico médicas de esta época se produjeron de manera
más notable en Europa, en un inicio de manera más clara en Francia, originando
que París se convirtiera en uno de los principales centros de la cirugía europea.
Debido a e llo, para e studiar la cirugía de principios de este siglo XIX, es
impre scindible tomar e n cue nta las e scue las e urope as de me dicina. Fue e l
momento de transición de la cirugía general a la especializada con fundamentos
sólidos. Este acomodo tiene el objetivo de presentar a la generación de cirujanos
que vivie ron e l mome nto de la incorporación de la cie ncia positivista, que
paulatinamente reemplazaba a la ciencia romántica, y que, utilizando los avances
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Introducción
El capítulo octavo lo dedicamos a los humores, los miasmas y las bacterias. Dadas
las libertades reinantes durante el Renacimiento, la patología humana tomó un
nue vo rumbo con la construcción de la llamada "te oría microbiana de la
e nfe rme dad", e ncargada de e char por tie rra los e nfoque s re ligiosos,
supe rsticiosos, cósmicos y las te orías humoral y miasmática pre dominante s,
de sde la Edad Me dia hasta e l siglo XIX, aunque e n re alidad son de la época
hipocrática y más aun de la Grecia Antigua y de la India.
En otras palabras, se había iniciado la elaboración de un nuevo concepto de
causa y de e nfe rme dad, basado e n el racionalismo y la expe rimentación. En el
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Introducción
pasado siglo XIX, las ciencias no estaban tan atomizadas ni existía un marcado
divorcio e ntre las disciplinas como suce de e n la actualidad. De e ste modo,
disciplinas apare nte me nte distante s podían fortale ce rse con las e xpe rie ncias
propias y ajenas, lo que originaba beneficiosos intercambios en la generación del
conocimiento.
La doctrina hipocrática no solo fue cercana a la ayurvédica, sino que recopiló
también la percepción de Empédocles de Agrigento y de otros pensadores de la
Gre cia antigua, ace rca de los e le me ntos constitutivos de l Unive rso, y por e llo,
pue de de cirse que han sido más de 2,000 años de dominio de dicha te oría, al
menos en la Medicina occidental.
La teoría del miasma fue dominante al lado de la teoría humoral hasta bien
e ntrado e l siglo XIX, y su vige ncia podría e xplicarse por e l nive l ge ne ral de
insalubridad de las nue vas ciudade s e n cre cimie nto, y por la prolife ración de
olores nauseabundos por la ausencia de alcantarillas y de sitios para depositar las
basuras. Podría resumirse con la conocida frase "todo hedor es enfermedad".
La formulación de la teoría del germen o teoría microbiana de la enfermedad
e s la culminación de las inve stigacione s re alizadas por Louis Paste ur y Robe rt
Koch, el primero sobre el gusano de seda y la fermentación del vino y la cerveza;
y el segundo sobre el ántrax y la tuberculosis. Esta teoría rompió́ con los viejos
e sque mas, se fundame ntó́ e n la obse rvación e xpe rime ntal y abrió́ la e ra de l
conce pto mode rno de causalidad, apoyado e n los atributos de asociación,
temporalidad y dirección.
El capítulo octavo inicia con la teoría de los cuatro humores, propuesta por el
gran médico Hipócrates, se basaba en el supuesto de que el cuerpo humano está
compuesto por cuatro sustancias básicas -los denominados "humores"-, y que su
e quilibrio o de se quilibrio e n la cantidad y calidad, de te rminaba la salud o
enfermedad en una persona.
A continuación, pre se ntamos la te oría de l miasma; que e n grie go significa
“teñir o manchar”; se consideraban partículas invisibles que contaminaban el aire,
infectando así, a muchas personas, y se generaban por la putrefacción que ocurría
en aguas estancadas.
De spués mostramos los conce ptos más importante s sobre la nutrición, ya
que, desde la aparición del hombre sobre la tierra, ha existido la alimentación con
cambios a través de su historia, se an por su forma de adquirirlos, o por sus
cualidades nutricionales. La forma de alimentarnos, por lo tanto, ha variado de
forma sustancial, hoy, son requeridas más proteínas y grasas, de lo que lo fueron
durante el siglo pasado, de manera paralela, la disminución en el consumo de
hidratos de carbono.
Punto especial, está dedicado al genio de la microbiología en el siglo XIX, Louis
Paste ur. Abordare mos pue s, sus de scubrimie ntos, y con e llo, los aporte s a la
medicina, así como la influencia que tuvo en nuestro país.
Finalmente, de dicare mos unas líne as al Mode lo Higie nista que se puso de
moda al finalizar e l siglo XIX. El de scubrir que las bacte rias e ran causa de
enfermedad, y la no existencia de medicamentos para combatirlas, determinó la
importancia de las me didas higiénicas como única posibilidad viable para su
e liminación. Me didas que fue ron adaptadas a todos los ámbitos de la vida
humana.
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naturaleza, por los filósofos pre socráticos, se organizó e n cuatro campos: una
estequiología biológica racional derivada de la estequiología general de la phyisis,
una conce pción antropogénica consecuente, una anatomía de scriptiva como
eidología, y una dinámica de la naturaleza humana.
Con e l jude ocristianismo y e l islam, pre dominó e n e l mundo clásico un
vitalismo de raíz platónica, con un principio (ideal y eterno): el espíritu; de esencia
diversa, superior a la naturaleza humana (material y finita); concepción aceptada
por buenas o malas, salvo por contados racionalistas, hasta el siglo XVIII.
Herederos de la Ilustración, los científicos del XIX actuaron divididos entre la
tradición dogmática y la re alidad de mostrada por la cie ncia, y re alizaron la
conformación de l nuevo paradigma científico, incluidas e n él las cie ncias de la
vida.
Ade ptos de algunas de las corrie nte s filosóficas pre vale cie nte s e ntonce s:
me canicismo, racionalismo, ide alismo, re duccionismo y filosofía natural; e llos
asumieron como misión explicar la realidad humana y universal con el método
científico, y crearon los conceptos constituyentes de la nueva cosmovisión aún
vigente.
Para la Ciencia el hombre es de nuevo todo, y sólo, Naturaleza; pero ahora no
reducida ésta a la idea griega de la physis, sino acorde con lo que sobre el Universo
afirman sus nuevas integrantes: la Física, la Química y la Biología de aquel siglo.
En el primer cuarto del siglo XIX, el concepto de tejido desplazó al órgano como
unidad anatomo-funcional y localización de la lesión patológica; poco después el
e studio de la célula comple taba su prolongada andadura, iniciada con
Leuwenhoeck, conocimientos resumidos en la denominada Teoría Celular.
El concepto de tejido se debe a Bichat, que en su obra anatómica Hystologia
de finió e ste nue vo conce pto e ste quiológico fundame nto de la Me dicina de la
primera mitad de l XIX. La obra de Bichat abarcó por igual la e ste quiología,
fisiología, medicina anatomo-clínica y patología.
La aplicación metódica del microscopio al estudio de los organismos vivos,
propiciada por las me joras técnicas de l mismo, y la aplicación de tincione s al
e studio de las células, cre aron conocimie ntos que de splazaron la conce pción
tisular, y elaboraron una nueva estequiología biológica: la “Teoría Celular”.
La célula es la unidad anatómica y fisiológica fundamental de los organismos
vivos, concepto que utilizó Ramón y Cajal en la formulación de la “ley del contacto
pericelular” y establecer la doctrina de la “autonomía neuronal”.
Al final, se verá el desarrollo de la genética, disciplina biológica que tiende un
pue nte e ntre la ontoge nia y la filoge nia, al mostrar cómo se constituye n y
transmiten los caracteres hereditarios.
Muchas personas y de muchos lugares contribuyeron en este proceso, y en
este libro apenas intentamos dibujar un bosquejo general de lo ocurrido en esa
ce nturia. El texto pue s, va dirigido a todos aque llos e studiosos de la Me dicina,
graduados y no graduados, que disfrutan el “repensar” de cómo la medicina dejó
de ser arte para volverse científica.
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CAPÍTULO
I
Unidad 1:
La Revolución
Francesa
Minou del Carmen Arévalo Ramírez
Objetivo
Conocer de manera general, las características e
implicaciones de la Revolución Francesa, en especial,
aquellas que afectaron los sistemas de salud y la educación
médica.
Introducción
La Revolución Francesa se considera como el acontecimiento
más importante de la historia europea del siglo XVIII. Su
duración, se extiende entre los diez últimos años del siglo, entre
1789 y 1799. Pero también, todo contribuye a hacer de esta
época, una de las más asombrosas de la historia de Francia: la
violencia y el carácter dramático de las jornadas parisienses
cuya sucesión acelerada desde la toma de la Bastilla hasta la
muerte de Robespierre, hacen imprevisible y siempre
amenazante el porvenir, el contenido extremista de la
elocuencia revolucionaria, cuyos discursos engendran
confusión implacable entre el terror y la virtud. Y pese a una
crisis interior y una guerra civil sin precedentes, pese al odio
armado en todas las fronteras de la República, pese al a su
inexperiencia política, los revolucionarios trabajaron y
construyeron día con día una Francia nueva. Bonaparte se hace
con ella en noviembre de 1779, con la misión de crear concordia
imposible entre los detentadores de ocho siglos de historia
monárquica y aquellos de algunos años de un régimen que
borró el absolutismo de derecho divino.
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Unidad 1: La Revolución Francesa
El antiguo régimen
Francia e s una monarquía absoluta de de re cho divino. El re y
sólo recibe su corona de Dios y sólo es responsable ante Dios; La noble za corte sana y provinciana -de cuna o de pago-,
su autoridad no tiene límites ni control. El Estado se encarna en está muy diversificada. Tienen prerrogativas como: inmunidad
el rey, ley viva y fusión de todos los poderes. En 1789 es Luis XVI fiscal, privilegios judiciales y exclusividad en los altos cargos de
de 35 años, consiente de sus poderes, él mismo define el abso- la Corte, de las altas dignidades militares, civiles y eclesiásticas,
lutismo en una frase corta: “es legal porque yo quiero”. y para la mayoría de los nobles, la posesión de la tierra es una
Los france se s son nume rosos, 28 millone s para e ste año, manera de obtener derechos feudales y señoriales.
pero con tendencias a la disminución, bajas tasas de natalidad La burguesía de los negocios es diferente. Los negociantes
y mortalidad –las fiebres y las epidemias se han espaciado-, y y los banqueros se han enriquecido durante el siglo XVIII y sus
me joras e n la agricultura favore ce n una me jor alime ntación. pre te nsione s, cre cie ron junto con su fortuna, pue s aspiran la
Pe ro la higie ne sigue sie ndo de ficie nte , como casi todos los dirigencia política y social. El abogado Barnave lo expresa con
europeos los franceses son sucios. Bastante bajos, muchos de claridad: “una nue va distribución de la rique za produce una
ellos afectados por deformaciones óseas o por caída de dien- nueva distribución del poder”.
tes, prevalecen las enfermedades carenciales y su cuerpo enve- Tras un mediocre año 1787, un muy mal año 1788. Lluvias de
jece pronto por trabajos demasiado rudos. primavera y tormentas de verano, un granizo catastrófico que
dañó los granos y de struyó las vide s, e n algunas re gione s se
perdió hasta la cuarta parte de las cosechas. Suben los precios
y el invierno se anuncia riguroso. El cuadro se ha completado.
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Unidad 1: La Revolución Francesa
El primer estado era la Iglesia; sumaba unas 120,000 personas, poseía el 10%
El segundo estado era la nobleza, integrada por unas 350,000 personas. Dueños
del 30 % de las tierras, los campesinos les pagaban tributo y sólo podían
variada. Por un lado, estaba la burguesía y por otro, existían campesinos libres,
poder y decisión política, pero pagaba todos los impuestos, hacia los peores
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Unidad 1: La Revolución Francesa
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Unidad 1: La Revolución Francesa
La Asamblea Constituyente
El 3 de se ptie mbre de 1789, se proclamó la Constitución de
carácter moderado, en donde la alta burguesía había logrado
pre vale ce r sus ide ale s, de ne gociar con e l antiguo régime n,
quedando a cargo del poder ejecutivo el rey, Luis XVI, el poder
legislativo lo ejerció una asamblea formada por la burguesía y
el poder judicial, se compuso de jueces electos. Se estableció
que sólo podían votar aque llos que pagaban cie rtos impue s-
tos, y de e sta manera se pone en e videncia que las banderas
de igualdad, proclamada por los re volucionarios te nía cie rtas
limitaciones.
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Unidad 1: La Revolución Francesa
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Unidad 1: La Revolución Francesa
Conclusión
Entre el principio universal y la realidad particular, entre las
ideas y los hechos, las aportaciones contradictorias y las
especificidades regionales, se puede explicar la pasión y los
juicios sobre la Revolución, época siempre sensible de la
historia de Francia porque dividió a sus habitantes por
Jean Paul Marat, Fuente: BIU
doquier, rompiendo con el fondo inmemorial de la Nación.
La Revolución Francesa no es un todo uniforme, es una suma
compleja. Sus cadencias ideológicas, sociales o provinciales,
se combinaron en una sucesión de acontecimientos
espectaculares y asesinos, cuya clave está en Versalles, luego
en París, pero también en las fronteras, en la suerte de la
guerra, a fin de cuentas, en manos de los generales. Luis XVI
perdió. La Fayette y Mirabeu también, Barnave y Pétion
también, así como Marat y Hébert. También perdieron Danton
y Robespierre, Barras y Siéyès. Al final sólo quedó Bonaparte.
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Unidad 1: La Revolución Francesa
Bibliografía:
Bertaud, j . (1984). La vie quotidienne en France au temps de la Révolution 1789-1792. París: Hachete.
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Unidad 2:
El Romanticismo
Israel Lucero Ramírez
Unidad 2: El Romanticismo
Introducción Romanticismo.
El Romanticismo tuvo como denominador común su propen- Los grande s cambios ocurridos en el siglo XIX, el siglo en que
sión a lo se ntime ntal, a la fantasía y a la ge ne rosidad de l se r la técnica y la industria avanzaron pode rosame nte sobre una
humano. Los artistas y autores quisieron romper con la rigidez civilización agrícola, se vie ron re fle jados e n las ide as de los
de las reglas nacidas en la Academia, por un lado, se tiende al hombres más destacados de la época. La centuria comenzó su
individualismo y al idealismo, dando lugar a obras apasionadas; de sarrollo imbuida por e l e spíritu de l Romanticismo, iniciado
por otra parte, encontramos la tendencia histórica, esto es, la en el último tercio del siglo anterior, como un rechazo al frío ra-
imagen del héroe como principal actor en las obras y volver al zonamiento mecanicista del racionalismo ilustrado, pero, antes
pasado para ensalzar la imagen de tal o cual personaje. de comentar el pensamiento de los románticos, se debe citar a
Base de l romanticismo fue la aproximación imaginativa y Georg Wilhem Friedrich Hegel (1770 – 1831), quien se propuso el
subje tiva de la re alidad, e xpre sada con gran inte nsidad e mo- casi imposible proyecto de unificar la ciencia y la filosofía en un
cional; la libe rtad de l individuo fre nte a la rigide z de la razón sistema metafísico, de indudable interés en la actualidad.
ilustrada y la opresión de las convenciones sociales; el pueblo
frente a la tiranía política; la naturaleza salvaje, como metáfo-
ra de la libertad y escenario de sucesos exóticos, misteriosos o
melancólicos o melodramáticos.
En el romanticismo lo más importante es la expresión de la
emoción y el estado de ánimo, la expresión de la imaginación
individual, e sce nas se ntime ntale s de la vida rural y paisaje s
-bosque s dorados y poéticos-, imáge ne s de aconte cimie ntos
históricos, nostalgia por el pasado o lugares exóticos y lejanos,
efectos de luz y la atmósfera como un aspecto sublime de la na-
turaleza -influencia para el impresionismo-, atardeceres y ama-
neceres, aludiendo a lo transitorio de la vida, que produce una
impresión de una sobrecogedora grandeza, desde algo asom-
broso hasta algo aterrador, esto es, de lo sublime a lo grotesco.
En e l naturalismo e ncontramos que los artistas acoge n Friedrich Hegel
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Unidad 2: El Romanticismo
Consiguió de mostrar e l me canismo de la acción de l cura- orientaciones, supuestos y principios que animan esta filosofía,
re, el mecanismo del vómito, la secreción del moco gástrico y desborda por entero nuestros propósitos. Su influjo tuvo un po-
ensayó la alimentación parcial en animales. Aunque no negó la deroso eco que no empezó a extinguirse hasta bien avanzado
fuerza vital, su atención exclusiva a los hechos de experimenta- e l se gundo te rcio de l siglo. Su ide a básica e s la e spe culación
ción le sitúan como el precursor más importante de la Fisiología que parte del principio hegeliano de identidad: “La Naturaleza
positivista. es espíritu visible, el espíritu es Naturaleza invisible”.
Fisiología alemana, la
filosofía natural
El paso de l vitalismo al positivismo, también tuvo lugar e n e l
mundo germánico, durante el primer tercio del siglo XIX; en la
medicina y especialmente en la Fisiología germánica, que se vio
inmersa en el poderoso movimiento de la Naturphilosophie, o
Filosofía Natural, cuyas orientaciones doctrinales presidieron el
quehacer de fisiólogos y patólogos, e spe cialmente en las uni-
versidades germánicas meridionales, abandonando por entero
la investigación empirista al tiempo que radicalizaron su carác-
ter especulativo. Friedrich Schelling
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Unidad 2: El Romanticismo
logía. Esta inge nte labor cie ntífica de Mülle r pue de agruparse
bajo diferentes apartados, a lo largo de los cuales debe perci-
birse su propia evolución intelectual, desde los años juveniles,
secuaz de la Naturphilosophie, hasta su muerte. Conforme fue
pasando su ardor romántico fue madurando los principios de
sus maestros y acercando los antiguos principios a la Medicina
científico-natural. En 1826, dio a luz su conocida monografía so-
bre los Fenómenos fantásticos de la visión, en la que describe la
persistencia de las imágenes retinianas, los fenómenos de con-
traste, y entre otras, las excitaciones centrales subjetivas, todo
lo cual quedó recogido en la “ley de las energías sensoriales es-
pecíficas”, muy superior en exactitud a la de sus predecesores.
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Unidad 2: El Romanticismo
El Romanticismo en México
La prosa romántica promovió un cientificismo, impulsado por Manuel Acuña Narro, otro referente del Romanticismo mexi-
e studios de sencantados del re duccionismo me canicista de la cano, e n la me dicina y e n la lite ratura, vivió e n una época e n
Ilustración, y las limitaciones que exhibía para la investigación que la sociedad mexicana estaba dominada por una intelectua-
de la naturaleza. Los científicos románticos veían a la filosofía lidad filosófica-positivista, pe ro con una te nde ncia romántica
ilustrada, como un frío intento de arrancar el conocimiento de en la poe sía. Hijo de Francisco Acuña y Refugio Narro, re cibió
la naturaleza, bajo la premisa de la supremacía del hombre so- de sus padres las primeras letras. Estudió en el Colegio Josefi-
bre el mundo natural y el derecho de manipularlo a su benefi- no de la ciudad de Saltillo y alrededor de 1865, se trasladó a la
cio. Ciudad de México para ingresar en calidad de alumno interno al
Uno de los principale s pre cursore s de l Romanticismo e n Colegio de San Ildefonso. Se incorporó a la Escuela Nacional de
México fue el Dr. Rafael Lucio Nájera (1819 – 1886), que vivió con Medicina en 1868. Cuando murió, en 1873, ya había concluido
dignidad el camino trazado por sus maestros Carpio, Escobe - el cuarto año. En 1868 inició su breve carrera literaria y se dio a
do y Jecker. Le tocó un México independiente donde había que conocer con una elegía a la muerte de su compañero y amigo
supe rar e l me dio e ducativo. Fue ron épocas de conflicto e spi- Eduardo Alzúa. En el mismo año, impulsado por el renacimien-
ritual, donde algunas pe rsonalidade s de ide as avanzadas se to cultural que siguió al triunfo de la República, participó al lado
inclinaron hacia la ideología francesa. Lucio tomó parte en las de Agustín Cuenca y Gerardo Silva, entre otros intelectuales, en
dos grandes creaciones de la medicina mexicana durante aquel la fundación de la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl; entre sus
romanticismo tardío; estudió en el Establecimiento de Ciencias versos más conocidos figuran Nocturno a Rosario y Ante un ca-
Médicas y perteneció a la primera Academia de Medicina. Am- dáver.
bas participaciones expresan el carácter de un médico influido
por el romanticismo. Es indudable que los dos viajes hechos a
Europa en 1855 y 1868 le permitieron conocer el progre so ar-
tístico de e ntonce s; Lucio se puso e n contacto dire cto con e l
movimiento romántico y al descubrir a los autores europeos, se
dio cuenta de los valores que había en México.
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Unidad 2: El Romanticismo
Ante un cadáver
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Unidad 2: El Romanticismo
En el laboratorio soberano.
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Unidad 2: El Romanticismo
go, 1894
Conclusión
Si, en A Laura, se partía de una experiencia y de un destino
individual y se buscaba terminar con la condición de sumisión
de las mujeres; si en Ante un cadáver el hecho de la contempla- Muchas de las teorías de los médicos y filósofos románticos
estaban muy próximas a las creencias orientales. El mismo
ción del cuerpo fallecido depara una reflexión en que la muerte
Schelling -como otros de ellos-, creía en la fuerza de la polaridad,
se universaliza e iguala a todos los hombres, y donde después
la atracción y la repulsión que mantienen el equilibrio del
de la vida, la materia, no el alma, toma nueva vida e incesantes universo en unos ciclos interminables, que también tienen
formas nuevas, el Nocturno, en fin, es puramente la descripción relación con las actuales teorías del “Eterno retorno”.
de una desdichada experiencia personal. La medicina decimonónica, en relación a los modelos
anatómicos ya había alcanzado madurez del saber morfológico,
pero aún faltaba desarrollar el saber fisiológico en diversos
niveles y así como los artistas, algunos médicos realizaron escalas
de la naturaleza, esto es, el desarrollo del naturalismo.
Surgió la Escuela de París en las postrimerías del siglo XIX, en la
hegemónica era Napoleónica, convirtiendo a la capital francesa
como la metrópoli médica mundial. Jean Nicolás Corvisart des
Marets, destacó como médico de cámara de Napoleón y con su
obra Ensayo sobre las enfermedades y lesiones orgánicas del
corazón y de los grandes vasos; quien en 1797, tuvo acceso a la
obra de Auenbrügger: Inventum Novum sobre la descripción de la
percusión hecha en 1761, de la que no se sabía nada en Francia.
31
Unidad 2: El Romanticismo
Bibliografía:
Alvear, m. (2011). Introducción a la Historia del Arte. México: Limusa.
De Somolinos, j . (1980). El doctor Rafael Lucio y las artes. Gaceta Médica de México, 132 (2).
32
Unidad 3:
El Evolucionismo
María Elena Ramírez de Lara
Unidad 3: El Evolucionismo
Objetivo
Comprender de manera general las características de la teoría de la
Antecedentes
El 1 de julio de 1858 en sesión de la Sociedad Linneana de
Londres, fueron leídos los manuscritos de Charles Robert
Darwin (1809-1882) y Alfre d Russe l Wallace , naturalistas que
por distintos caminos lle garon a conclusione s similare s. Ambos
soste nían que las e spe cie s animale s podían variar y e stas El viaje del Beagle. Biografías y vidas
variacione s perdurar por mecanismos de selección natural.
Estos trabajos se publicaron el 20 de agosto siguiente en el Por otra parte , Wallace , un autodidacta que e ntre 1854 y
Journal of Procee-dings of the Linnean Society. 1862 realizó viajes al archipiélago malayo y al amazonas, para
comprobar ideas ace rca de la transformación de las e spe cie s
que le había sugerido algunas lecturas, y también, como parte
de su trabajo recolectando ejemplares, los cuales vendía pos-
teriormente a dueños de colecciones públicas y privadas, uno
de sus compradores fue Darwin, por lo que se conocían y man-
tenían algún contacto; tanto, que cuando en 1857, Wallace tuvo
listo un manuscrito en el que planteaba sus ideas sobre la va-
riación de las especies y la selección, se lo envió a Darwin para
que lo le ye ra y le solicitaba que si lo conside raba pe rtine nte ,
promoviera su publicación.
Darwin en una fotografía tomada hacia 1874. Biografías y vidas
34
Unidad 3: El Evolucionismo
me nte , hubo otros inve stigadore s que siguie ron e ste camino,
logrando aportacione s importante s. De staca Ge orge s Cuvie r
que , e n sus Le ccione s de anatomía comparada, e n la que va
más allá de la descripción, trató de establecer relaciones causa-
les acerca de la forma animal adulta, asegurando que la forma y
función de cada órgano influyen en las de los demás, y también
defendió una supuesta jerarquía de los órganos de acuerdo con
la función. Contribuye ron también pe rsonaje s como Ge offre y
Saint-Hilaire, Goe the y Jean Baptiste de Lamarck. Este último
planteó la ley del uso y del desuso, consistente en que los orga-
nismos desarrollaban más determinadas características o ras-
gos, que incluso podían heredar, como una forma de adaptarse,
Alfred Russel Wallace. Biografías y vidas estos postulados fueron conocidos por Darwin desde su época
de estudiante.
Ambos e studiosos habían lle gado a postulados similare s, Darwin, al darse cuenta de la similitud de ideas con Walla-
pues no sólo habían trabajado en la observación de una gran ce, planteó la situación al secretario de la Sociedad Linneana,
cantidad de especímenes, también leyeron la obra de Thomas Charles Lyell, éste propuso presentar los trabajos de ambos na-
R. Malthus, titulada Ensayo sobre el principio de las poblacio- turalistas en sesión de la Sociedad, lo que ocurrió el 1 de julio,
ne s, en la que se subrayaba la importancia de la lucha de las como se señaló al principio. Además, e ste evento motivó que
poblaciones, cada vez más grandes, por los recursos, cada vez Darwin se decidiera a terminar un escrito en el que planteara de
más escasos. manera completa sus observaciones y formulara claramente su
teoría. Así fue como apareció en noviembre de 1859 la primera
edición de la famosa obra, El origen de las especies por selec-
ción natural.
Thomas R. Malthus
35
Unidad 3: El Evolucionismo
Teoría de la evolución
En El orige n de las e spe cie s, como se conoce popularme nte ,
Darwin planteó que la evolución de las especies se debe a la se-
lección de variaciones heredables más útiles para sobrevivir. El
análisis de fósiles, así como ejemplares anatómicos y embrioló-
gicos, permitieron relacionar las variaciones entre organismos
de la misma especie, donde encontró una competencia mayor
por los re cursos. Se pue de re sumir su te oría en los siguiente s
términos:
- Cada organismo, está ligado a los demás por relaciones ancestrales, por lo que
hay un antepasado común que a través del cambio continuo y gradual ha dado
- Tales cambios en las especies han dejado rastros en fósiles y otros vestigios.
Aunque Darwin e vitó e xplicacione s e xte rnas a lo natural y Los años siguientes, Darwin publicó otros libros en los que
dejó de lado las leyes totales, causó polémica entre personajes amplió algunas ide as plante adas e n su gran obra. Murió e n
destacados de su época, tanto científicos como autoridades en 1882, sin embargo, su legado continuó siendo discutido por va-
otros ámbitos. Él continuó trabajando e hizo cinco dife re nte s rias generaciones de científicos de todo el mundo. La teoría de
ediciones de su libro. Continuó discutiendo con sus contempo- la evolución motivó nuevos estudios en anatomía comparada y
ráne os, incluido Wallace , al que manife stó su de sconte nto e n embriología.
1869, por habe r ase gurado que la se le cción natural e n e l hu-
mano había afectado solamente la formación corporal dando
lugar a distintas “razas”, mientras que el desarrollo del cerebro
respondía a otro proceso.
36
Unidad 3: El Evolucionismo
37
Unidad 3: El Evolucionismo
Conclusión
En otro ámbito, la teoría de la evolución dio lugar a
fines del siglo XIX a un “darwinismo social” que,
implicaba una especie de selección natural a grupos
sociales que postulaba la persistencia del más fuerte y
se utilizó para dar tratamientos diferenciados, incluso
sirvió de base para la creación de la eugenesia por
Francis Galton.
Bibliografía:
Esparza, m. s. (2009). Los senderos de Darwin. (dgsca-unam, Ed.) Revista Digital Universitaria, 10 (6), 1-13.
Esparza, m. s., Rodríguez, j . m., & Noguera, R. (2008). La Selección Natural: criatura de dos padres. Revista de Divulgación de
la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, 10 (115).
38
Unidad 4:
El Positivismo
María Elena Ramírez de Lara
Unidad 4: El Positivismo
Objetivo
Comprender las características de la filosofía positivista, su relación con el
desarrollo de la medicina y su recepción en México.
Introducción
Debido al desarrollo industrial iniciado en los siglos anteriores,
durante la primera mitad del siglo XIX la población europea se Auguste Comte, BIU
modificó de manera significativa; incrementó el número y densidad de
las ciudades, se multiplicaron las fábricas, las cuales reclutaron
Paradójicamente, el desarrollo de esta idea llevó a Comte a
muchos obreros entre los que había niños. Estos importantes
cambios sociales ocurridos en unas cuantas décadas, tuvieron proponer que la filosofía positiva debía ser además de un siste-
efectos de todo tipo: económico, político, legal, etc., los cuales ma político, una religión, cuya explicación dio en un catecismo
fueron centro de las reflexiones de varios pensadores. Así, la
aparecido en 1852.
sociedad se convirtió en objeto de estudio, fue observada y
analizada con la intención de entender su funcionamiento. La obra de Auguste Comte e s la siguie nte : Cours de philo-
El positivismo es una teoría construida a partir de la observación de sophie positive. (6 vols.,1842), Discours sur l’esprit positif (1844),
la sociedad, según la cual, el progreso constante de la
Système de politique positive, ou Traité de sociologie, instituant
misma desembocaría en el triunfo del pensamiento científico. Esta
teoría fue tomando forma durante la primera mitad del siglo con la religión de l’humanité. (4 vols., 1851-1854), Catéchisme positi-
pensadores como Saint Simon pero se considera a Auguste viste, ou Sommaire exposition de la religión universelle, en onze
Comte su principal exponente. A continuación, se mostrará un
entretiens systématiques entre une femme et un prêtre de l’hu-
panorama general de esta filosofía, sus características generales
así como su relación con la medicina y por supuesto, su llegada y manité (1852), Curso de Filosofía Positiva (1851).
recepción en México. En sus textos, según Alberto García Valdés, la formación mé-
dica de Comte se manifestó al ordenar las instituciones sociales
40
Unidad 4: El Positivismo
la segunda mitad del siglo xix, durante el cual tuvo lugar una
avalancha de descubrimientos físicos, químicos, biológicos,
astronómicos, etc., que daban la sensación de avanzar diaria-
mente hacia el conocimiento total, del progreso. Sin embargo,
no debe olvidarse que esos descubrimientos no habrían sido
posibles sin la gran cantidad de instrumentos de laboratorio
que como el microscopio lograron una enorme producción y
distribución en esa época.
41
Unidad 4: El Positivismo
Positivismo en México
Calorímetro de Laplace y Lavoisier, BIU
En nuestro país, el positivismo apareció en los años posteriores
En lo que respecta al trabajo clínico, se vio modificado con al movimiento de independencia, pues miembros de las élites
la aparición de nuevos aparatos como el esofagoscopio, el es- políticas e intelectuales estaban en contacto con las ideas eu-
figmomanómetro o los calorímetros, herramientas que si bien ropeas de vanguardia. Guillermo León Díaz señala que los inten-
permitieron una mayor precisión a la hora de tomar signos vi- tos de José María Luis Mora contra la influencia de la iglesia en
tales y conocer el estado del paciente -mejorando el diagnós- la educación tenían su raíz en planteamientos del positivismo
tico-, también fueron objetos que se interpusieron entre aquél primitivo, y que la adopción de esta teoría implicó una serie de
y el médico. Asimismo, es la época de la aparición de numero- cambios e n sus fundame ntos, tanto que modificó e l le ma de
sas pruebas de laboratorio para medir los componentes de la amor, orden y progreso, en libertad, orden y progreso en la in-
sangre y demás fluidos corporales. No obstante, mayor y más terpretación de Gabino Barreda.
pre cisa información pe rmitió también una me jor clasificación
de enfermedades.
42
Unidad 4: El Positivismo
Gabino Barreda no fue el primero ni el único positivista en rante el porfirismo, en una gran acumulación de propiedades y
México, pero su influencia en la educación lo hace el más co- capital, mientras las clases trabajadoras se convirtieron en las
nocido. Estudió medicina, estuvo en Francia donde conoció a más e xplotadas y en algunos casos e sclavizadas me diante un
Auguste Comte y el positivismo. A su regreso, en 1867, el presi- ejercicio abusivo de poder y del concepto orden.
dente Benito Juárez le encargaría junto a Antonio Martínez de No obstante , e sta te oría también motivó re formas e duca-
Castro y Francisco Díaz Covarrubias la reforma educativa, en- tivas sobre las que se cimentó la instrucción pública del siglo
cargo que resultaría en la creación de la Escuela Nacional Pre- xx mexicano, las que llevaron a la creación de la Escuela Nacio-
paratoria. Trató de adaptar a la realidad nacional los preceptos nal preparatoria y la refundación de la Universidad Nacional en
positivistas. En su discurso titulado Oración cívica, pronunciado 1910. Los planes de estudio de estas instituciones, a partir de
en la ceremonia de aniversario del inicio de la independencia entonces, privilegiaron el estudio de las ciencias y la adopción
en Guanajuato en 1867, manifestó un “programa” para la rege- del método científico, lo que permitió la formación de genera-
neración del país, en otras palabras, bajo los principios de liber- ciones de jóvenes que impulsaron el estudio metódico en infi-
tad, orden y progreso, nuestra sociedad superaría los estadios nidad de áreas del conocimiento. Así pues, al igual que como
teológico y metafísico, para entrar plenamente en el positivo. ocurrió en Europa, también se inició una época de mucha expe-
Se considera el evento, como el momento inaugural del nuevo rimentación y hallazgos científicos.
sistema educativo basado en la filosofía positiva.
43
Unidad 4: El Positivismo
IMSS, 1982
44
Unidad 4: El Positivismo
Conclusión
En 1910, e ntre las actividade s organizadas como parte de los fe ste jos de l ce nte nario de la Inde pe nde ncia se
re alizó la Exposición Médica Me xicana. La comisión e ncargada convocó a la colaboración a los galenos
mexicanos, así como empresas privadas e instituciones oficiales. El material conseguido se dispuso en vitrinas
que se distribuyeron e n los corre dore s de la planta alta de l e dificio de la Escuela Nacional de Medicina. La
Exposición se distribuyó e n se is salas: “Obste tricia y Gine cología”, “Me dicina y diagnóstico”, “Farmacología”,
“Química”, “Cirugía” y “Publicacione s”. Los visitante s pudie ron obse rvar instrume ntos, técnicas y materiales
desarrollados en el país.
Para dar cue nta de los avance s e n mate ria de salud pública se instaló otra e xposición, llamada Exposición
Popular de Higie ne . En e lla se podían obse rvar, mode los a e scala de e scue las y casas mode lo que bajo los
preceptos higiénicos contribuían a evitar la enfermedad de sus ocupantes. La construcción de la penitenciaría y
del Hospital General y de algunos nosocomios, que se mostraron como obras ejemplares. Se presentó también
un lote de aparatos que los age nte s de l Conse jo Supe rior de Salubridad usaban para buscar alte racione s en
alime ntos y be bidas que pudie ran afe ctar la salud de la población y, por lo tanto, ame ritar sanción. Como
epílogo, los visitantes podían ver a través de microscopios las bacterias causantes de enfermedades, al mismo
tie mpo, se podía le e r e n los carte le s colocados e n las pare de s, máximas y conse jos útile s para conse rvar la
salud.
Bibliografía:
León, c. g. (1988). El positivismo en México. Universitas Humanística, 17 (29), 91-120.
Viesca, c. (2011). 1810-2010.Medicina mexicana, dos siglos de historia. México: Bayer de México.
Trabulse, e. (1983). Historia de la Ciencia en México (Vol. 2). México: Fondo de Cultura Económica.
Flores y Troncoso, f . d. (1982). Historia de la Medicina en México, desde la época de los indios hasta la presente. México: imss.
Ortega, a. (2010). Gabino Barreda, el positivismo y la filosofía en la Historia Mexicana. Revista de Hispanismo Filosófico, 15, 117-127.
45
Unidad 5:
Medicina y
sociedad
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Objetivo
Analizar de manera general, las características sociales del siglo
XIX y su relación con la medicina.
Introducción
Aun cuando la medicina se razone de manera mágica o
teúrgica, hubo una relación entre ella y las estructuras sociales
donde se le practicaba; más aún, la habrá cuando los distintos Entre las muchas e importantes novedades de la enseñan-
grupos humanos hayan adquirido plena conciencia de su za en las Facultades de Medicina, algunas poseen especial re -
situación y su papel en el cuerpo social, y cuando una nueva
alce : a) la conside ración irre vocable de la física y la química,
disciplina científica -la sociología de A. Comte-, estudie su
dinámica durante el siglo XIX. como disciplinas básicas para la formación cie ntífica de l mé-
Estados nacionales por igual, nacionalistas y burgueses; dico. “La medicina será ciencia natural o no será nada”, afirmó
creciente intervención suya en la vida pública y a través de ella,
Helmholtz, y con arreglo a esta consigna se procede en todas
en la privada; pugna entre el capitalismo y el obrerismo;
secularización creciente de las masas populares, cada vez más partes; b) el auge de la enseñanza práctica de la anatomía. El
conscientes y seguras de sí mismas; aceleración del proceso anfiteatro anatómico e s de finitivame nte sustituido por la sala
por el cual la ciencia y la técnica se sienten capaces de dominar
de dise cción; c) la paulatina cre ación de Institutos de Inve sti-
el mundo natural y de recrearlo; invocación más y más urgente
el derecho de todos, sólo por el hecho de ser hombres y gación, como complemento ineludible de la cátedra universita-
trabajadores, a participar equitativamente en los bienes de la ria; Purkinge (Breslau, 1824), Liebig (Giessen, 1825), y Buchheim
naturaleza y de la cultura; tales son los hechos sociales más
(Dorpat, 1849) fue ron los prime ros; d) la lle gada de la le cción
importantes con que tiene que entrar en relación teorética y
práctica, científica y asistencial, la medicina del siglo XIX. clínica como género didáctico.
48
Unidad 5: Medicina y sociedad
Asistencia al enfermo.
En conse cue ncia, prospe ra de mane ra oste nsible e l e sta- Tradicional es a estratificación de esta asistencia, los tres nive-
tus del médico en la sociedad. El ejemplo de Charcot en París, les socioeconómicos que correspondían -según los hábitos ex-
Lister en Londres, von Bergmann en Berlín, y Billroth en Viena, presivos de la época-, a las clases altas, clases medias y clases
habla por sí solo. “Por primera vez en nuestro país, un hombre bajas. Los enfermos pertenecientes a las clases altas –aristocra-
de ciencia va a recibir los honores públicos reservados a las ce- cia y burguesía opulenta-, eran atendidos en su domicilio; si la
lebridades de la política y de la guerra”, escribía Paul Bert horas dolencia les obligaba a guardar cama en el consultorio privado
ante s de l e ntie rro de Claude Be rnard. Lo cual no quie re de cir del médico, éste siempre era elegido entre los más prestigiosos
que la situación social del médico, no cubriese toda la amplia de la ciudad. A finales del siglo XIX, esos enfermos formaban la
gama económica de la burguesía, desde el altísimo nivel de es- clientela de los sanatorios de montaña, y en ellos se tenían sus
tas cuatro figuras, hasta el bien distinto de los profesionales de más características curas: de aguas, de reposo y climáticas.
los suburbios urbanos o de las aldeas.
No falta, de sde lue go, la visión burle sca de l médico, pe ro
la simple comparación e ntre la image n de lo que de él ofre -
cieron las hirientes caricaturas de Quevedo y Molière, y la que
ahora brindan las descripciones novelescas de Balzac y Galdós,
muestra muy bien la magnitud del cambio producido. Por de-
bajo de los chistes y las bromas, la sociedad del siglo xix confía
en el médico, y se siente ayudada por él.
Ciencia y caridad, pintado por Pablo Ruiz Picasso en 1897, Dominio público
49
Unidad 5: Medicina y sociedad
Entre las unas y las otras, las clase s me dias –arte sanos,
obre ros acomodados, pe que ños funcionarios, profe sionale s Ética médica.
alejados del triunfo, etc.-, afrontaban la calamidad económica
y afe ctiva de la enferme dad llamando a su domicilio médicos El proce so de se cularización de la socie dad, influyó de cisiva-
baratos –se is pe nique s cobraban por visita los prácticos de me nte sobre los postulados y las re glas e n e sta mate ria, no
Londre s-. En España, las Socie dade s de Socorros Mutuos –de porque dejase de e xistir una moral médica cristiana, sino por
médico, botica y entierro-, alcanzaron un desarrollo extraordi- el gran número de médicos para los cuales ésta contaba muy
nario y gran cantidad de afiliados hacia el final de la centuria. poco, o no contaba absolutamente nada, y como consecuencia
Todo menos el hospital, cuya sola perspectiva inspiraba terror en la actitud de la persona frente a sus deberes profesionales.
y profunda humillación. Con todo, la condición del campesino Se pueden distinguir tres tipos de la ética médica: a) muchos
enfermo, muy deficiente sin duda, desde el punto de vista de la médicos y naturalmente muchos enfermos, el comportamien-
asistencia técnica, era socialmente menos patética que la del to profesional queda entonces relegado por un oscilante com-
pobre urbano. promiso, entre las ordenaciones legales del “espíritu objetivo”
hegeliano, y los mandamientos íntimos del “imperativo categó-
rico” kantiano; b) junto a ellos, otros, los creyentes en una mo-
ral re ligiosa, fue se católica o prote stante, re gían su actuación
profesional resolviendo personalmente la armonía o el conflic-
to, entre los tres orbes morales más o menos autónomos: una
ciencia profana, el saber médico y la técnica correspondiente,
que siendo verdadera no podía oponerse a la religión; el con-
junto de las creencias religiosas profesadas y el de los deberes
prácticos derivados de ellas; y las obligaciones civiles impues-
tas por la sociedad y el estado; c) otros médicos, vivieron orien-
La visita al hospital, pintado por Luis Jiménez Aranda en 1889. Dominio público tados por la moral del éxito –el lucro y el prestigio como metas-,
que la competitiva sociedad burguesa puso como protección, y
A partir de la se gunda mitad de l siglo, e l obre ro industrial a ella se atendrán, sólo frenados por los restos de moral religio-
adquiere conciencia de clase y reivindica entre otras cosas, su sa o filantrópica que en su alma queden.
derecho a ser aceptablemente atendido de sus enfermedades
y accidente s. Esta “rebelión del sujeto” –como la llama Pe dro
Laín-, determinó la aparición de varias nove dade s sociale s: a)
en la Rusia zarista, obligó al poder central, a suministrar asis-
te ncia médica gratuita; b) e n Ale mania, Bismarck procuró pa-
liar e l male star de l mundo obre ro cre ando un se guro médico
unificado y centralizado, aprobado en 1884; al final del siglo en
Inglaterra, se dan los primeros pasos para la creación de un Se-
guro Nacional de Salud.
El Doctor, pintado por Samuel Luke Fildes, 1877. Dominio público
50
Unidad 5: Medicina y sociedad
Conclusión
Con su potente voluntad de empresa, su constitutiva laboriosidad,
su ansia de mercados cada vez más amplios y su nativa capacidad
para racionalizar la vida, el burgués es, en efecto, el gran
protagonista y beneficiario de la Revolución Industrial, que durante
la primera mitad del siglo XIX va a producirse en el Reino Unido, en
los países rectores de la Europa continental y en los Estados
Unidos de América.
Bibliografía:
Castiglioni, a. (1941). Historia de la medicina. Barcelona: Salvat editores.
Foucault, m. (1997). El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica. México: Siglo xxi Editores.
51
CAPÍTULO
II
Unidad 6:
Epidemiología
y población
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Unidad 1: Epidemiología y población
Objetivo
Describir los métodos y descubrimientos en epidemiología, que durante el
siglo XIX se fueron implementando sobre el estudio de las epidemias, y el
impacto que tuvieron en la población. Hemos dividido esta unidad en cuatro
temas: iniciamos con el concepto de contagium vivum que ya existía antes del
descubrimiento de las bacterias; seguimos con el desarrollo de la estadística y
la biometría, herramientas que sirvieron para medir y cuantificar las epidemias
y su impacto en la población; en tercer lugar, abordaremos la epidemia de
cólera de 1854, por la importancia que tiene para la epidemiología; y por
último, de manera somera comentaremos sobre el incremento de la
población.
Introducción
A partir de 1750 y a lo largo de todo el siglo XIX, el crecimiento de la población
mundial se acelera y se hace continuo. Este cambio se debe al aumento de la
población de Asia, y sobre todo, de Europa, que inicia su transición
demográfica. En efecto, en razón del progreso agrícola y de los progresos en la
medicina, se produjo una baja en la mortalidad, mientras que la natalidad
permaneció elevada, el resultado fue un violento crecimiento natural. Debido a
esta “explosión demográfica”, Europa pasó de 125 millones de habitantes en
1700 a 400 millones en 1900, convirtiéndose así en una de las regiones más
pobladas del mundo. No es de extrañar, por tanto, que el incremento
poblacional vaya de la mano con el desarrollo de las ciencias médicas,
especialmente de la epidemiología, de sus conceptos relacionados con la
etiología de la enfermedad, la medición de la magnitud y trascendencia de las
epidemias y el desarrollo de medidas específicas preventivas.
54
Unidad 1: Epidemiología y población
Contagium vivum.
La idea de que las enfermedades podían ser causadas por un 1546, pre se nta la prime ra te oría ge ne ral sobre e l contagio de
contagio viviente, requería del desarrollo de otros dos concep- las enfermedades epidémicas. No obstante, Fracastoro no te -
tos, la e spe cificidad tanto de las e nfe rme dade s como de sus nía ide a alguna de los gérme ne s. Entre sus conte mporáne os,
causas, y la existencia de organismos microscópicos. Aunque la Girolamo Cardano, declaró en 1557 que: “las semillas de la en-
teoría del germen es relativamente moderna, algunas prácticas fermedad eran animales minúsculos, capaces de reproducir su
que le están asociadas, tienen un origen verdaderamente anti- especie”. Este concepto fue generalizado por Kircher, que en su
guo, por ejemplo, la costumbre de aislar a los individuos afec- trabajo Scrutinium Pestis de 1658, refiere “verdaderos gérmenes
tados por e nfe rme dade s contagiosas. Se re conoce al italiano late nte s”, y proclamó que había visto microorganismos e n la
Girolamo Fracastoro (1478-1553), como el primero en declarar sangre de las víctimas de peste bubónica. Las ideas de Kircher
que las e nfe rme dade s e spe cíficas, re sultaban dire ctame nte consiguie ron amplio apoyo e n otras publicacione s y fue ron
de contagios específicos. Su obra De Contagione, aparecida en aceptadas por médicos tan renombrados como William Harvey.
Siglo XVII
1546
Girolamo Fracastoro
Presenta la primera teoría general de 1557 1658
las enfermedades epidémicas, Girolamo Cadano Kircher
resultado de contagios específicos La enfermedad producida de animales Declaró que existen verdaderos
(Contagium vivium) minúsculos capaces de reproducirse. gérmenes latentes.
1726 1800
Boile Pierre-Francois, Bretonneau;
Realizó demostraciones microscópicas Jacob Henle.
públicas de animalícuos, causantes Contribuyen al desarrollo del
de enfermedades específicas. contagio vivo.
55
Unidad 1: Epidemiología y población
56
Unidad 1: Epidemiología y población
Estadística y biometría.
La Re volución France sa, tuvo una influe ncia de gran alcance
sobre la epidemiología: estimuló el interés por la salud pública
y la medicina preventiva, facilitando el desarrollo del enfoque
e pide miológico de la e nfe rme dad y, ade más, pe rmitió que
algunos individuos de las clases bajas, asumieran posiciones
dirigentes en el campo de la medicina. Entre éstos figura Pierre
Charle s-Ale xandre Louis, uno de los prime ros e pide miólogos
mode rnos. Louis condujo varios e studios de obse rvación, e n
e l más famoso, de mostró que la sangría no e ra e ficaz e n e l
tratamie nto de las e nfe rme dade s, ayudando así a re ve rtir la Figura 1. Pierre Charles Alexandre Louis (1787-1872). Collection BIU Santé
tendencia hacia el uso creciente de este método en la práctica Médecine.
médica. En 1836 hizo e l siguie nte come ntario e n re lación a la
herencia de la tisis: Su reconocimiento como médico y profesor tuvo alcances
inte rnacionale s; dos de sus alumnos William Augustus Guy
“Para determinar satisfactoriamente la y William Farr, tuvieron mucho que ver con el de sarrollo de la
epidemiología. Augustos fue uno de los pioneros del desarrollo
cuestión, sería necesario tener tablas de de la salud pública en Inglaterra; Farr por otro lado organizó el
primer sistema moderno de estadísticas vitales. Francis Galton
mortalidad, para comparar un número consultaba con frecuencia a Farr, de quien reconocía haberle
e stimulado su propio inte rés por la biome tría. Todos e llos
de personas nacidas de padres tísicos con pertenecieron a la Sociedad Estadística de Londres, con una
influencia clara de Louis:
otras que están en condiciones opuestas”
“La estadística también nos ha propor-
(Lilienfeld y Lilienfeld, 1983, p. 28).
57
Unidad 1: Epidemiología y población
En 1850 surgió la Sociedad Epidemiológica de Londres, con demiológicas más elaboradas, como se verá más adelante. En
e l propósito inicial de de te rminar la e tiología de l cóle ra, de s- Inglaterra, las ideas de Louis fueron transmitidas por sus estu-
pués sus actividades se expandieron rápidamente. Uno de los diante s a Francis Galton, quie n más tarde ide ó e l “coe ficie nte
miembros fundadores John Snow, realizó una serie de estudios de correlación”. A su vez, Galton fue colega cercano de Karl
sobre el cólera, que hoy se consideran clásicos. Snow era bien Pe arson, de scubridor de la “chi cuadrada” y uno de los fun-
conocido por haber administrado cloroformo a la reina Victoria dadores de la Escuela Británica de Biometría. Posteriormente
durante sus partos, y por haber investigado la distribución del Pearson dirigió el laboratorio de Eugenesia de Galton y atrajo a
cólera en Londres entre 1848 y 1854, además de analizar la Major Greenwood, a Undy Yule y a Raymond Pearl como alumnos.
información relativa a las epidemias que ocurrían a bordo de Gre e nwood lle gó a se r un importante e pide miólogo inglés a
embarcaciones. principios del siglo xx; Yule uno de los dirigentes estadísticos en
Los trabajos de Louis tuvieron influencia en otros médicos Inglaterra; y Pearl llegó a enseñar estadística en la Universidad
europeos, Skoda, internista de la escuela de medicina de Viena, de Johns Hopkins. Uno de los alumnos de Greenwood, fue Austin
utilizó y e nse ñó e l método numérico de Louis. Un e studiante Bradford Hill, quie n abrió e l camino para la aplicación de los
de Skoda, Semmelweis, condujo una de las investigaciones epi- métodos epidemiológicos a las enfermedades no infecciosas.
William A. Guy Jhon Simon William Farr William Budd Joseph Skoda
(1800-1885) (1816-1904) (1807-1883) (1811-1880) (1805-1881)
Funcionario Médico Fiebre tifoidea
de Sanidad y cólera Ignaz P. Semmelweis
en Lóndres (1848) (1818-1865)
Fiebre puerperal (1848)
Real Sociedad de estadística (1834)
Karl Pearson
(1857-1936)
A. Bradford Hill
(1897- )
Esquema 2. Estudiantes Europeos de Louis. Con información de Lilienfeld y Lilienfeld (1983, p. 27).
58
Unidad 1: Epidemiología y población
59
Unidad 1: Epidemiología y población
Compañía Southwark 40,046 1,263 315 ción, presentó los resultados ante la autoridad sanitaria local,
la cual decidió inhabilitar la bomba de Broad Street mediante
Compañía Lambeth 26,107 98 37 la re moción de su palanca. La inhabilitación de la bomba de
Resto de Londres 256,423 1,422 59 agua fue una medida altamente impopular entre los habitantes
del sector, quienes no comprendían el sentido de la misma. Si
Muertes por cólera. Con información de Cerda, J. y Valdivia, G., 2007, p. 332. la incidencia de casos de cólera disminuía, su te oría que daría
finalmente demostrada.
A principios de se ptie mbre de 1854, un pe que ño se ctor Su rigor como inve stigador le hizo darse cue nta que aún
de Londres llamado Golden Square fue escenario de un brote faltaban algunas piezas para completar este verdadero rompe-
e pidémico de cóle ra de inusual inte nsidad, costando la vida cabezas epidemiológico. En su planteamiento, no comprendía
a cerca de 500 personas en tan sólo 10 días. Como vecino del la ausencia de muertes entre los trabajadores de Lion Brewery
áre a, Snow sabía que la mayoría de los re side nte s de l se ctor –una cerve cería ale daña a la bomba de agua–, al igual que el
extraían el agua a partir de una bomba de uso público ubicada e scaso núme ro de de funcione s ocurrido e n una hospe de ría
en Broad Street. Fiel a su hipótesis inicial, Snow planteó que el para gente pobre, también cercana a la fuente y en la que sola-
se ve ro brote de cóle ra e n Golde n Square se de bía a la inge s- mente fallecieron cinco de sus 500 huéspedes. Snow averiguó
tión de aguas contaminadas provenientes de esta bomba y, se que los trabajadores de la cervecería, temerosos de beber del
propuso firmemente demostrarlo. Para ello, tomó muestras de agua de la bomba, únicamente bebían cerveza. De igual forma,
agua de la bomba de Broad Stre e t y de otras cuatro bombas la hospedería contaba con un arroyo privado para el suministro
aledañas, comparando su aspecto macroscópico y microscópico. de agua potable, no necesitando del agua de la bomba. Final-
Encontró que el agua de la bomba de Broad Street tenía un as- mente, Snow logró recabar antecedentes de algunas personas
pecto más claro que las demás, sin embargo, vecinos del sector que abandonaron el sector al inicio de la epidemia y que pos-
le informaron que el día anterior, sus aguas habían presentado teriormente fallecieron en otros puntos de la ciudad de cólera,
un mal olor. Intrigado, registró los nombres y direcciones de 83 demostrando que habían bebido agua extraída de la bomba de
pe rsonas falle cidas e n e l áre a a causa de l cóle ra, basándose Broad Street días antes de morir. Todas las piezas del rompe -
en sus certificados de defunción y visitó algunas de sus casas, cabezas estaban en su lugar. Para ilustrar sus hallazgos, Snow
pre guntando a sus moradore s por la prove nie ncia de l agua confe ccionó un mapa de l se ctor, e n e l cual marcó los puntos
que habían bebido. Prontamente, confirmó que la mayoría de corre spondie nte s a las de funcione s por cóle ra y las distintas
los moradores se abastecían de agua extraída de la bomba de bombas de agua potable existentes, demostrando gráficamente
Broad Stre e t. Calculó la distancia e ntre la re side ncia de cada la relación espacial entre las muertes por cólera y la bomba de
difunto y la bomba de agua más cercana, observando que en Broad Street.
60
Unidad 1: Epidemiología y población
Mapa confeccionado por John Snow de las muertes por có- distancia de la fuente de agua de la bomba, existiendo filtra-
le ra ocurridas e n e l áre a de Broad Stre e t. La bomba de agua cione s e ntre ambos cursos de agua. Las de nuncias de mal
(pump) se ubica e n la inte rse cción de Broad y Cambridge olor del agua emitidas por los vecinos tenían ahora una ex-
Street. Las barras negras corresponden a muertes. Se observan plicación lógica.
también la cervecería (Brewery) y la hospedería (Work House). Para conoce r más sobre e l brote de cóle ra de 1854 re visa
Finalmente, el estudio de la bomba in situ demostró que 20 el siguiente video: http://www.dailymotion.com/video/xxc8wa
pies bajo tierra, una tubería de alcantarillado pasaba a escasa
61
Unidad 1: Epidemiología y población
Incremento poblacional.
En el último tercio del siglo xviii y principios del xix se produce
una auténtica e xplosión de mográfica. Ce ntrándonos sólo e n
Europa, se pasa de 195 millones de habitantes en 1800 a 422 mi-
llones en 1900, lo que suponía el 25% de la población mundial.
América 12 24 165
Oceanía 3 2 6
Total 682 968 1613
Crecimiento de la población mundial. Con información de: Population et socié- Thomas Robert Malthus (1766 – 1834). Collection BIU Santé Médecine
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Unidad 1: Epidemiología y población
63
Unidad 1: Epidemiología y población
Conclusión
La población mundial se incrementó de manera notable durante el siglo XIX, principalmente por la baja
en la mortalidad, relacionada con las condiciones epidemiológicas de las ciudades. Hombres como John
Snow y su investigación realizada sobre el brote de cólera ocurrido alrededor de la bomba de Broad
Street, así como sus apreciaciones de otras características de las epidemias de cólera, le permitieron
inferir que existía un “veneno colérico” transmitido por el agua contaminada. Esta notable realización del
doctor Snow, se basó en la organización lógica de sus observaciones, su reconocimiento de que se
trataba de un experimento natural y su enfoque cuantitativo, al analizar la frecuencia de una enfermedad
en una población humana. La influencia de su trabajo fue más extensa de lo que se ha reconocido. El
informe dio origen a disposiciones que ordenaban a todas las compañías abastecedoras de Londres, que
debían ofrecer agua filtrada a partir de 1857, y recordemos que será hasta 1883, cuando Robert Koch
identificará el vibrión colérico.
Bibliografía:
Cerda, j . & Valdivia, g. (2007). John Snow, la epidemia de cólera y el nacimiento de la epidemiología moderna. Rev. Chil. Infect. 24
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Lilienfeld & Lilienfeld (1983). Fundamentos de Epidemiología. México: Fondo Educativo Interamericano, versión española
de Carlos Luis González.
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Viesca c. (2011). Medicina Mexicana, dos siglos de historia, 1810-2010. México: Bayer.
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Unidad 7:
Viruela
y
vacunación
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Unidad 2: Viruela y vacunación
Objetivo
Describir la viruela humana, los daños que causó y la manera de prevenirla, así como conocer la
travesía de la Real Expedición Filantrópica de la vacuna. Iniciaremos con una descripción de la
viruela y de sus manifestaciones clínicas, para continuar con el procedimiento denominado
variolización, que precedió al descubrimiento de la vacunación. Finalizamos con la Real
Expedición Filantrópica de la vacuna, el esfuerzo de la corona española por traer al continente
americano la vacuna.
Introducción
Durante siglos la palabra “viruela” causó terror en el mundo civilizado, en el que provocó la
muerte de cientos de millones de personas. Fue por lo que la noticia de su eliminación del globo
terráqueo dada por la Asamblea Mundial de la Salud, en mayo de 1980, resultó espectacular. Se
convertía así en la primera enfermedad totalmente vencida por el hombre y la vigilancia ulterior a
la erradicación serviría para dar al mundo la certeza de que estaba libre de la viruela. Este hecho
que constituye en sí un logro admirable, tuvo además, amplias consecuencias para la política
sanitaria por cuanto demostró los poderosos efectos que se pueden lograr, desde los programas
de prevención aplicados a la comunidad y su movilización para realizar acciones de este tipo,
hasta la importancia de fijar metas mensurables y de vigilar la incidencia de la enfermedad,
destacando las notables ventajas de los programas de vacunación en lo que atañe a la relación
entre costo y beneficios. Pero fue necesario realizar un enorme esfuerzo internacional bajo la
tutela de la Organización Mundial de la Salud, para que se cumpliera la predicción de Edward
Jenner: “La aniquilación de la viruela, -el más terrible azote de la especie humana- ha de ser el
resultado final de esta práctica”. La práctica a la que se refería, era el principio de la vacunación
que él había descubierto en Inglaterra.
66
Unidad 2: Viruela y vacunación
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Unidad 2: Viruela y vacunación
En 1721 se desató en Londres una nueva epidemia de viruela De spués de una ocupación ane cdótica como “de ntista”,
y lady Mary pidió y convenció a su médico que inoculara a su Hunter trató de fundar el saber quirúrgico sobre los resultados
hija de 3 años, propiciando con esto una campaña de difusión, de la investigación biológica y la patología experimental. En su
que despertó el interés del médico real, sir Hans Sloane, quien ensayo: “Obra de manos” describe el shock, la flebitis, la piemia
inició sus experimentos con seis condenados a muerte y con la y la invaginación inte stinal, convirtiéndose e n la e xpre sión de
licencia del Rey Jorge I. El experimento se realizó el 9 de agosto una ve rdade ra “patología quirúrgica”. Para Hunte r, e l cirujano
con e xce le nte s re sultados, pue s cinco de los inoculados sólo no podía se r re alme nte e ficaz sin un conocimie nto suficie nte
desarrollaron unas cuantas pústulas y el que no las desarrolló de las causas y los mecanismos de la enfermedad, por lo que
fue porque había enfermado de viruela un año antes. Después la fisiología era tan importante como la anatomía, dado que la
de este experimento, que tuvo mucha difusión por la prensa, se estructura anatómica no podía ser otra cosa que, la expresión
realizó otro más en cinco huérfanos con los mismos resultados estática de la actividad funcional.
favorables. A partir de abril de 1722 esta práctica se introdujo
en la corte extendiéndose más tarde, a todo el país. La adopción
ge ne ral de l duro proce dimie nto, re fle jó clarame nte e l horror
que la población tenía por tan terrible enfermedad.
Vacunación.
Edward Jenner nació el 17 de mayo de 1749 en Berkeley, Inglaterra
y tras un periodo de formación como cirujano, estudió medicina
en Londres viviendo como discípulo en la casa de John Hunter,
uno de los cirujanos de más prestigio en su época.
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Unidad 2: Viruela y vacunación
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Unidad 2: Viruela y vacunación
el apetito, tuvo algo de frío y un ligero dolor de cabeza; durante todo el día
viruela. En los brazos aparecieron los mismos síntomas que provocan las
sustancias virulosas en los niños que han sufrido variola o viruela vacuna.
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Unidad 2: Viruela y vacunación
e n su e nsayo: An Inquiry into the Cause and Effects of the Va- Collection BIU Santé Médecine
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Unidad 2: Viruela y vacunación
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Unidad 2: Viruela y vacunación
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Unidad 2: Viruela y vacunación
Conclusión
¿Cuáles fueron los alcances del descubrimiento? No cabe duda de que la vacunación se
convirtió en un nuevo paradigma para hacer frente al terrible azote de la viruela. La
vacuna reemplazó al procedimiento de la variolización y la superó tanto en efectividad
como en la producción de menos reacciones adversas. Aunque la vacunación con linfa
de la viruela de vaca no inmuniza para toda la vida, tal como hace un verdadero ataque
de la enfermedad, no existía duda alguna sobre la eficacia del procedimiento, a pesar de
cierta oposición en Inglaterra y especialmente en Francia. La rigidez del grupo científico
estuvo a punto de bloquear el descubrimiento y hubo muchos detractores que, a lo largo
del siglo XIX se manifestaron en contra y ridiculizaron el procedimiento.
Bibliografía:
García, e. (1996). Francisco Xavier de Balmis y la propagación de la vacuna antivariolosa. Rev. Med. IMSS, México, vol. 34.
Gary n., y cols. (2007). Virología Básica y Clínica. Puebla México, buap.
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Turner, c. (1949). Higiene del individuo y la comunidad. México: La Prensa Médica Mexicana.
Viesca c. (2011). Medicina Mexicana, dos siglos de historia, 1810-2010. México: Bayer.
74
Unidad 8:
La epidemia de cólera
de 1833 en Puebla
y la Junta de Sanidad
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
Juntas de Sanidad.
Para compre nde r me jor e ste cambio de be mos re fe rirnos a
Thomas Sydenham, quien propuso el concepto de
“constitución”. En su teoría sobre la enfermedad, describe una
constitución indi-vidual-pe rsonal, una constitución e stacional-
climática y una constitución específica-epidémica.
Objetivo
Analizar los proce sos sociale s que pe rmitie ron e nfre ntar a
las e pide mias, me diante el estudio de la epidemia de cólera
que ocurrió en la ciudad de Puebla durante 1833.
Introducción
Durante el siglo XVIII, una gran cantidad de epidemias se
presentaron tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo, fenómeno
no distinto de los siglos anteriores, pero al que se le enfrentó de
manera diferente. Si bien es cierto que, desde el punto de vista de
la medicina, el paradigma miasmático-humoral seguía vigente,
hubo cambios sociales que influyeron para enfrentar las
epidemias de manera distinta. Las grandes devastaciones de
pueblos y ciudades que impedían su crecimiento marcaron las Thomas Sydenham. Collection BIU Santé Médecine
directrices de los monarcas ilustrados para interesarse por el
control de las epidemias. Surgieron así las Juntas Locales de
La coincide ncia de constitucione s, de te rminaba e l inicio,
Sanidad, instituidas durante el tiempo que durase la epidemia,
desarrollo y gravedad de una enfermedad o de una epidemia.
terminada ésta era disuelta. Posteriormente, estas Juntas de
Bajo esta estructura, la epidemia tiene una especie de indivi-
Sanidad fueron transformadas en instituciones permanentes, más no
dualidad histórica: el matlazahuatl de 1737, la viruela de
solamente como un mero trámite administrativo, su cambio
1797, el tifo de 1813, el sarampión de 1825 o el cólera de 1833.
reflejaba el paso de una fase de atención y socorro
Cada e pide mia e ra dife re nte de las otras, aunque se tratase
humanitario, a una fase de madurez con la intención de realizar
de la misma enfermedad, de ahí la necesidad de utilizar un
acciones de salud pública. La epidemia de cólera en Puebla, no fue
método comple jo de obse rvación, e xigie ndo una mirada que
un evento local, correspondía a una pandemia mundial que había
hoy de -nominamos multidisciplinaria. No era de extrañarse
iniciado el año anterior en el viejo Continente, pero que sirvió para
pues, que las Juntas enviaran médicos para informarse en las
iniciar el carácter científico de la Epidemiología, fortalecer las
localidades cercanas sobre la aparición de la epidemia y
medidas de salud pública, y contribuir a la decadencia de la
cómo se presen-taba ésta; para cada una, se dictaban
teoría miasmática. Empezamos con las Juntas de Sanidad y
medidas específicas y se describían sus características para
seguimos con la construcción de cementerios y otras medidas
reconocerla ya que, en mu-chas localidades, principalmente
sanitarias que proponían las Juntas; continuamos con la búsqueda
las más apartadas y con ca-rencia de médicos, quedaba en
de remedios para controlar la enfermedad y finalmente
manos de los párrocos o de los curadores empíricos, hacerle
presentamos una descripción de la epidemia de cólera de 1833 en la
frente.
ciudad de Puebla.
De acuerdo a las teorías de la época, las cadenas de propa-
gación del cólera podían ser:
Miasma hombre
Objeto infectado hombre
Hombre infectado hombre
Animal infectado hombre
Construcción de
cementerios y otras
medidas.
Circuitos simples de identificar, pero muy numerosos, por lo
que fácilmente se comprende, que las autoridades dispusieran Desde que el Ayuntamiento poblano comenzó a recibir los pri-
la quema de muebles y vestidos, el desinfectar mercancías y co- meros informe s de la llegada del cólera al país en el me s de
rrespondencia, o aislar en lazaretos a los epidemiados y poner en septiembre de 1832, comenzó su preocupación por iniciar los
cuarentena las naves. Durante las epidemias, las energías y los preparativos para prevenir la llegada de la epidemia a la ciudad. En
recursos de que disponían las Juntas de Sanidad, se destinaban octubre del mismo año, la Junta Municipal de Sanidad por un
a la gestión y funcionamiento de los hospitales y los lazaretos, común de acuerdo con el Ayuntamiento, solicitaba al Gobierno
al cierre de las casas infectadas, a la creación de cementerios la impresión de una memoria acerca del cólera, para dar cono-
ex profeso para el entierro de los muertos por la epidemia, y al cimiento al público, misma que fue editada en un periódico del
pago de medicamentos autorizados para combatirla. Las Juntas Gobierno en diciembre del mismo año. Así, entre las medidas
eran responsables de dividir la ciudad en “cuarteles” (distritos), pre ve ntivas que se tomaron para la e pide mia -y principale s
y de asignar a cada uno los re spe ctivos facultativos, civile s y preocupaciones del Ayuntamiento-, fueron la construcción de
eclesiásticos; asignando la tarea de observaciones meteoroló- cementerios y la salubridad urbana.
gicas con el termómetro, hidrómetro y electrómetro, con el fin
de llevar registros sobre la variación de las estaciones, vientos
y lluvia.
También conside raban importante , e stable ce r corre spon-
dencia con las autoridade s de otras ciudade s y pueblos, para
saber de sus enferme dade s, de los alimentos, de los médicos
y de sus métodos curativos para contrarrestar la epidemia. La
visita de hospitales, obrajes, cárceles y casas de vecindad, era
necesaria para cuidar a los sanos y separar a los enfermos, vi-
gilando además que los cadáveres se sepultasen en los lugares
indicados. Otra labor de la Junta de vital importancia, fue el es-
tablecimiento de cordones sanitarios que impidieran el comercio
con un lugar infectado; para lo cual, tanto a los pobladores como
a las me rcancías se le s some tía a fumigacione s, o a guardar Frontispicio del Panteón Municipal de la ciudad de Puebla. Fuente: Contreras
77
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
se lleva a cabo”.
Antiguo Colegio de San Xavier. Fuente: Contreras C. (2013), p. 130. Cortés R. (2010), p. 22.
78
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
repartidos por toda la ciudad, cuidándose En cuanto a la limpieza del agua se mencionaba lo siguiente:
igualmente que no echen en las calles “Apenas hay en la naturaleza una subs-
suciedades ni menos que derramen los tancia de mayor uso y necesidad que el
79
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
dependen de este descuido.” Los médicos no se daban abasto con el número de enfermos. Collection BIU
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Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
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Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
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Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
“la e nfe rme dad e ra pe or e n cuanto las pe rsonas más ate mo-
rizadas e staban.” De las prime ras me didas tomadas y una de
las principales preocupaciones del ayuntamiento fue la purifi-
cación del aire, por lo cual se ordenó:
pongan teas de ocote en todas las tiendas, El temor por la enfermedad incluso empezó a invadir a las
mismas autoridades sanitarias, pues como la Dirección de Salud
panaderías, tocinerías y demás casas de señalaba: “era una enfermedad cambiante, que mudaba de un
momento a otro, agotando los conocimientos y recursos de la
trato, sea el que fuere, entrando hasta las ciencia,” pero además de este temor y desconocimiento de la
enfermedad, apenas sentían los primeros síntomas acudían “al
tiendas de ropa, y además en las puertas funesto catálogo de complicadas y contradictorias recetas contra
la epidemia,” amén de tener presente la rapidez de propagación
de los zaguanes, bajo la pena de cuatro de la enfermedad. A mediados de agosto, y al no encontrar cura
alguna con los primeros casos, se decía: “Las lesiones incues-
reales por primera, un peso por segunda, tionablemente son muy distintas de lo que de ello se ha escrito
hasta hoy en los periódicos nacionales y extranjeros, lo que in-
y dos por tercera.” ducirá en lo masivo sin remedio a una disputa en el método que
Cortés R. (2010), p. 78. debe adoptarse para la curación del mal colérico.”
83
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
84
Unidad 3: La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad
Conclusión
Al finalizar el periodo colonial y con la constitución oficial del Estado de Puebla, surgió la necesidad de
establecer una Junta de Sanidad con las características de los países europeos, destinada a coordinar las
acciones de salud pública no sólo a favor de la ciudad capital, sino que debía abarcar la totalidad del Estado
Poblano. Nace así la Dirección de Sanidad; organismo gubernamental que dictó las medidas y reglamentos
para cuidar la salud de los poblanos, poniéndose a prueba durante la epidemia de cólera de 1833. Esta
nueva epidemia mostró rasgos distintivos; el paradigma miasmático del contagio de las enfermedades
empezó a ceder terreno. La higiene personal, el no alimentarse de frutas y verduras y el tomar agua “cocida”,
fueron muestra inequívoca del cambio que estaba por realizarse. Pero romper esquemas tan añejos no era
sencillo y por lo que las medidas preventivas no fueron tan eficaces.
Bibliografía:
Carrión, a. (1897). Historia de la Ciudad de Puebla de los Ángeles. Puebla: Edición de la viuda de Dávalos e hijos, Tomo ii.
Contreras, c. (1986). La Ciudad de Puebla. Estancamiento y modernidad en un perfil urbano en el siglo XIX. Puebla: Cuadernos de
la Casa Presno, no. 6, uap.
Cortés, j .g.r . (2010). Historia de la Medicina en Puebla, de la Independencia a la Revolución. Puebla México, buap.
De la Fuente, j .m. (1999). Efemérides Sanitarias de la Ciudad de Puebla, 1910. Puebla: buap. Facsímil.
Hildesheimer, f . (1993). Fléaux et societé: de la Grande Peste au choléra, XIV-XIX siécle. París: Hachette Livre.
López, m. (2012). Monografía de 406 grabados de José Guadalupe Posada. México: RM Verlag.
Loreto, r . & Cervantes, f. (1994). Limpiar y Obedecer. La basura, el agua y la muerte en la Puebla de los Ángeles (1650-1925). Puebla: uap.
Mackenzie, b. (1999). Antiguo Hospital de San Pedro. Puebla: Gobierno del Estado de Puebla.
Vázquez, f . (1833). Pastoral que el Ilustrísimo Obispo de la Puebla de los Ángeles dirige a sus diocesanos con motivo de la peste que
amenaza. Puebla: Imprenta del Hospital de San Pedro.
85
Unidad 9:
Enfermedad
y muerte
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Unidad 4: Enfermedad y muerte
Objetivo
Conocer e identificar algunas de las causas de enfermedad y muerte de la población mexicana durante el siglo XIX,
mediante una muestra obtenida del Hospital de San Pedro en la ciudad de Puebla en dos periodos; estos datos
permitirán comprender el panorama epidemiológico de la zona central mexicana.
Introducción
La salud y la enfermedad no pueden concebirse como independientes una de otra, ya que de hecho, cada
una de ellas forma parte un momento del ciclo vital del ser humano. Clínicamente, el paso de la salud a la
enfermedad comienza con un periodo silencioso denominado de “incubación”, válido en la mayoría de los
casos y para todo tipo de enfermedades, con excepción de los accidentes, heridas y envenenamientos. Este
periodo puede ser muy corto o muy largo; al comienzo, cuando recién se insinúa la influencia perturbadora,
el proceso ya es activo pero no disponemos de medios para descubrirlo. Una segunda etapa -también
preclínica-, podría ser diagnosticada si pudiésemos aplicar todas las técnicas de laboratorio de que hoy
disponemos y además, que los individuos se preocuparan de los controles periódicos para el cuidado de su
salud. La tercera etapa y final, la de “inadaptación”, provoca una reacción intensa por parte del organismo,
en tal forma que el proceso patológico interfiere con las funciones normales y pone en riesgo la vida del
enfermo. Precisamente, la gravedad de una enfermedad depende del grado de interferencia funcional
provocada. Salud y enfermedad son pues, dos grandes extremos de la variabilidad biológica, resultado del
éxito o fracaso del organismo para adaptarse física, mental y socialmente a las condiciones de nuestro
ambiente total.
En cuanto a la noción de enfermedad, podemos decir que si cada grupo social presenta patologías
características que son condicionadas o determinadas por la presencia de factores productores de ella, y si
aceptamos como definición que ésta es: “un estado de desequilibrio ecológico que interfiere en el
funcionamiento de un organismo vivo”, la enfermedad entonces no tiene sentido, sino en función de
considerar al hombre como una unidad biológica, psicológica y social. Por lo tanto, la atención exclusiva
sobre la etiología orgánica de la enfermedad, o causa-efecto, es considerada actualmente como insuficiente,
por la multicausalidad de los fenómenos biológicos. En consecuencia, es necesario redefinir el concepto de
enfermedad como:
“un desequilibrio biológico–ecológico que induce una falla de los mecanismos de adaptación del
organismo, con una reacción adecuada pero insuficiente para neutralizar los estímulos de los agentes
agresores a los que está expuesto, perturbando entonces la fisiología y la integridad anatómica del
individuo”.
Así pues, la concepción de enfermedad que predomina en una sociedad y tiempo determinado, explica el
tipo de respuesta que ésta adopta frente aquella. Por ejemplo, en la actualidad el reconocer la presencia de
microorganismos que actúan como agentes causantes de enfermedad, provoca una respuesta mediante el
uso de medicamentos antimicrobianos y aún, desencadenar mediante vacunas mecanismos de inmunidad
para evitar la ocurrencia de estas enfermedades.
Si partimos de la premisa general de que cada comunidad, tiene determinada forma de vida según el lugar
que ocupa en la estructura social, es posible extraer conclusiones específicas sobre los problemas de salud a
que se encuentra expuesto, afectando los modelos de vida que a su vez se relacionan con las enfermedades,
determinando así que el número de enfermos aumente o disminuya, dependiendo de las variables
determinantes o condicionantes, como la edad, el sexo, la raza, los niveles sanguíneos de anticuerpos, el
tipo de nutrición, las funciones fisiológicas, la clase social, la ocupación, la educación, el alcoholismo, el
tabaquismo, la actividad física, y la carga genética.
87
Unidad 4: Enfermedad y muerte
Estadísticas de pacientes del Hospital de San Pedro, del año 1793. Fuente: Cortés R. (2005), p. 315.
88
Unidad 4: Enfermedad y muerte
norama general. de San Pedro de 1813 a 1821. Fuente: Cortés R. (2005), p. 318.
89
Unidad 4: Enfermedad y muerte
65 y
CAUSA 0-14 25-34 35-44 45-64 TOTAL
más
Fiebre 48 428 127 106 40 749
Hidropesía 7 38 54 96 19 214
Anasarca 3 34 22 53 33 145
Disentería 4 32 21 44 12 113
Tisis 2 53 23 24 8 110
90
Unidad 4: Enfermedad y muerte
manchas blancas y de color de almendra. Esta clara de scripción de l cuadro clínico, nos mue stra lo
bien que conocían la enfermedad debido desde luego a su gran
Sienten dolores en las espaldas y en los frecuencia; cabe destacar que, en Francia del total de muertes,
e l 12% ocurrían sólo por e sta causa. La tisis he re ditaria e ra
lomos. Rara vez duermen como no sea causada por una obstrucción de las “glándulas linfáticas de l
pulmón” motivada a su ve z, por un jugo producto de l “virus
echándose de un lado, y si quieren luego escrufuloso”.
91
Unidad 4: Enfermedad y muerte
Sífilis 1 31 20 8 2 62 23 39
Reumatismo 0 10 21 9 15 55 46 9
Bronquitis 0 4 9 14 13 40 30 10
Colitis 1 1 4 4 12 22 15 7
Ulcera 0 2 7 8 4 21 17 4
Alcoholismo 0 0 5 7 7 19 18 1
Neumonía 1 3 2 5 6 17 6 11
Gastritis 1 2 2 3 6 14 7 7
Fiebre 1 0 9 1 2 13 11 2
Diarrea 0 1 3 2 5 11 7 4
Tabla III. Pacientes que ingresaron al Hospital General de San Pedro, por diagnóstico, edad y sexo, del 1 de diciembre de 1869 al 12
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Unidad 4: Enfermedad y muerte
Con respecto a las mujeres, éstas también desempeñaban principalmente con el tabaquismo-, también pue de ser mani-
los mismos oficios que los hombres, aunque en menor proporción, festación agregada de otros padecimientos de tipo pulmonar,
entre las que sufrieron heridas de stacan las que se de dicaban a por lo que, si agrupáramos a todas estas enfermedades que se
la zapatería, a la panadería, a la vidriería, a la educación y a la presentaron, como la neumonía que ocupó el octavo lugar, la
labranza. No obstante, hay que reconocer que la proporción de perineumonía, la pleuresía, la pulmonía y la thisis, obtendríamos
hombres con respecto a las mujeres en cuanto a número general un total de 79 casos y ocuparían el segundo lugar, con un 11.89
de ingresos es de 2 a 1. Las heridas se presentaron en todas las por ciento. Esta manera de agrupar a las enfermedades pulmo-
edades, aunque su mayor frecuencia se encuentra entre los 15 nare s, se ría muy ade cuada para nue stro e studio, pue s re fle ja
y 44 años, lo que concue rda clarame nte con e l grupo laboral mejor, la influencia de los cambios bruscos de temperatura en
más fuerte. el desarrollo de estas enfermedades. En la actualidad, las en-
En segundo lugar, encontramos a la sífilis -enferme dad de fe rme dade s re spiratorias agudas se e ncue ntran e n nue stra
transmisión se xual de difícil tratamie nto-, con un pre dominio ciudad, de ntro de las die z prime ras causas de e nfe rme dad.
de casi e l doble e ntre las muje re s, ya que de sde su aparición Otro dato que refuerza nuestra hipótesis es que, salvo la bron-
pasa inadvertida, caso contrario en los hombre s cuando de s- quitis, todos los demás casos se presentaron en menores de 25
pués de la infección aparece el chancro y aunque no hay dolor, años, incluye ndo niños me nore s de un año y fue ron más fre -
ge ne ralme nte hay mie do a la le sión; e n las muje re s también cuentes en las mujeres que en los hombres.
apare ce e l chancro, pe ro e n las pare de s vaginale s por lo que El e studio de las Historias Clínicas, nos pe rmite valorar e l
no es visible y no causa molestias. Como es lógico suponer, las tipo de atención que se otorgaba en el Hospital General de San
mujeres que fueron tratadas por esta causa, laboraban en la calle Pedro, la importancia que se le asignaba a la exploración física
como “públicas”, actividad muy relacionada con el Hospital de y sobre todo la metodología clínica que se les enseñaba a los
San Pedro, pues muchas de estas mujeres, también ayudaban estudiantes de medicina.
e n las labore s de ate nción a otros pacie nte s durante e l día y Con respecto a la actividad que desempeñaban los pacientes,
e je rcían la prostitución por la noche. Con re spe cto a la e dad, e l alcoholismo se pre se ntó con mayor fre cue ncia e ntre los
destacan por su juventud, incluso encontramos a una niña de zapate ros; la bronquitis e ntre los te je dore s y los labradore s;
once años. las heridas, aunque se presentaron en todas las ocupaciones,
La te rce ra causa de e nfe rme dad la ocupó e l re umatismo abundaron los albañiles, los canteros, los carpinteros, los labra-
con un 8.28%; e ste pade cimie nto pare cie ra que agrupaba a dores, los panaderos, los tejedores, los zapateros y en menor me-
todas las e nfe rme dade s músculo-e sque léticas re lacionadas dida los arrieros y los comerciantes. Las leucorreas, las metritis y
con e l trabajo, e sto e s, lumbalgias, mialgias, artralgias, e tc.; las metrorragias, se presentaron en mujeres que desempeñaban
ya que el grupo etáreo con mayor frecuencia es el de 15 a 34 labores del hogar; la neumonía fue más frecuente entre los teje-
años, habrá que pensar su relación con el trabajo. Para la época dores y el reumatismo lo fue entre los comerciantes.
que estudiamos, el reumatismo se definía como una “enfermedad Del total de pacientes atendidos en este periodo, 311 fueron
inflamatoria, móvil y periódica con dolores vivos en las partes de la ciudad de Puebla, lo que corresponde a un 46.83% del total,
musculares y fibrosas del cuerpo, que se aumentan con el mo- cifra que e stá de acue rdo con otros trabajos similare s que se
vimiento y la presión”. han realizado. De lo anterior se deduce claramente que el Hos-
En cuarto lugar, se encuentra la bronquitis con 40 casos, en- pital General de San Pedro, tenía una cobertura regional muy
fermedad crónica que por ende afectó a los mayores de 35 años amplia, pue s la mitad de los paciente s que en él se atendían,
y de predominio en los hombres, a razón de 3 por cada mujer. provenían del interior del Estado de Puebla, de otros Estado de
Sin embargo, la inflamación de los bronquios -hoy relacionada la República, e incluso de Europa.
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Unidad 4: Enfermedad y muerte
Conclusión
La utilización de los servicios hospitalarios por la población es una de las más claras expresiones de
la demanda de atención y de la respuesta que la sociedad da a ella. El principal determinante de esta
demanda es la morbilidad real y más aún, la morbilidad percibida, por lo cual es fundamental tomar
en cuenta la información que provee la Epidemiología. Kohn ha señalado la importancia de ésta que,
sumada a la Sociología y la Economía, sirven a la investigación de los servicios de salud. Para buscar
solución a las enfermedades, hay que conocer su situación en cada población. La Historia de la
Medicina, nos ofrece un panorama de cómo se comporta la morbilidad en un periodo y un lugar
determinado y nos permite compararlo con el presente; ciento cincuenta años después, los
accidentes y las heridas siguen ocupando la primera causa de morbilidad hospitalaria y mortalidad
general en la ciudad de Puebla, y si bien, hoy tienen causas distintas por la tecnología, la manera de
percibirlas por la población es la misma.
Bibliografía:
Briones, r . (2006). Salud Pública y Epidemiología. Puebla: buap.
Lilienfeld & Lilienfeld (1983). Fundamentos de Epidemiología. México: Fondo Educativo Interamericano.
Cortés, j .g.r . et al. (2006). Nociones históricas sobre la enfermedad. Puebla: buap.
Cortés, r . (2005). Enseñanza de las ciencias médicas en la Puebla de los Ángeles, 1787-1856. Puebla: buap.
94
Unidad 10:
La enfermedad
mental
Minou del Carmen Arévalo Ramírez
Unidad 5: La enfermedad mental
Objetivo
Los siguientes párrafos son un respetuoso resumen de la labor de algunos de los pioneros de una nueva y
visionaria manera de ver y entender a los que padecen un trastorno mental, concibiéndolos como enfermos
cuyo mal tiene una causa por la que pueden ser tratados.
Introducción
La palabra “psiquiatría” se deriva de los vocablos “psique” que significa “alma” y “iatreia” que significa
“curación”. Etimológicamente, pues, psiquiatría significa “curación del alma”; esta denominación es muy
reveladora ya que alude a una de las maneras en que la humanidad ha entendido a esas funciones que
ahora se sabe son ejecutadas por la parte más elevada y compleja del sistema nervioso central –el cerebro-,
constitutivas de la personalidad humana. Estas funciones mentales llamadas “psíquicas” (o sea “del alma”)
como el pensamiento, la imaginación, las sensaciones, las emociones, la voluntad, etc., han sido objeto de
gran interés de quienes las protagonizan, quienes las perciben dentro de su ser a veces de manera confusa y
contradictoria, lo que ha dado lugar a una serie de teorías que han tratado de explicarlas. Diversas partes del
cuerpo humano han sido consideradas como el órgano productor de dichos fenómenos, por ejemplo el
corazón como productor del sentimiento de amor, así como otros muchos órganos como el hígado, el
estómago, los riñones, o bien fluidos como la sangre o la linfa; pero como todas esas explicaciones no
convencían, y se terminó por inventar un ente inmaterial o “soplo” que es lo que significa “alma”. La palabra
Psiquiatría, pues, señala el momento todavía pre-científico en que nace esta disciplina, cuando aún no se
sabía a ciencia cierta qué eran los fenómenos psíquicos, ni qué órgano del cuerpo los ejecutaba. Al enfocar
su atención sobre los fenómenos psíquicos, la humanidad percibió la enfermedad mental y trató de
comprenderla. A los ojos del pueblo primitivo esta enfermedad adquiría un carácter misterioso lindante con
lo divino. Es sabido que los pueblos aborígenes de América dispensaban gran respeto y consideración a los
afectados de una enfermedad mental ya que creían que su estado era proporcionado por los Dioses; la
expresión “tocado” utilizada en nuestro idioma para hacer referencia a quien padece un trastorno mental,
hace referencia precisamente a esa idea del “toque” divino recibido por los alienados. Mientras que en la
Edad Media europea se satanizó la enfermedad mental considerándola una especie de posición demoníaca
contra la cual la sociedad tenía el derecho -cualquiera que fuese el daño que se hiciese al “poseso”-, de
ejercer acciones para lograr la expulsión de los demonios que lo poseían. Es a partir del siglo XVIII, que
comienza a abrirse una nueva época de pensamiento e investigación científica, así como creación artística,
que puso las bases para la extraordinaria labor de síntesis que se llevó a cabo en el siglo XIX.
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Unidad 5: La enfermedad mental
Pinel y el “tratamiento
moral”.
Philipphe Pinel es uno de los grandes representantes la nueva
forma de concebir a los enfermos mentale s y en conse cuencia De esta manera Pinel descubría y a la vez denunciaba la in-
uno de los fundadore s de la psiquiatría. Alre de dor de 1800, fluencia determinante de la estructura económico-social en la
era director del manicomio llamado Hospicio de Bicetre, en el génesis de las enfermedades mentales.
que introdujo el método experimental en el tratamiento de la
e nfe rme dad me ntal al e stable ce r la obse rvación re pe tida de
los hechos, el análisis racional de lo observado y la síntesis de
los arrojado por e sas obse rvacione s e n conclusione s lógicas.
De esta manera Pinel logró clasificar la enfermedad mental en
cuatro tipos:
Pine l e ncontró que las causas de e sas e nfe rme dade s Philipphe Pinel (1745-1826). Collection BIU Santé Médecine
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Unidad 5: La enfermedad mental
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Unidad 5: La enfermedad mental
Etienne Dominique
Esquirol.
Etie nne Dominique Esquirol, fue un discípulo de stacado de Pi-
nel, que superó a su maestro y es considerado el brillante refor-
mador de la asistencia psiquiátrica ya sobre bases totalmente
científicas. En 1811 fue nombrado co-director del Hospicio de
Bicetré en donde dio continuidad al tratamiento moral de Pinel,
limándole sus aristas punzantes como los “baños sorpresa”.
A partir de 1817 tras impartir un notable curso sobre el “tra-
tamiento de la insania”, de stacó como un gran docente. Se
le atribuye la definición y diferenciación de los términos “aluci-
nación” e “ilusión”, así como la descripción científica del delirio
nervioso producida por el abuso de alcohol.
99
Unidad 5: La enfermedad mental
Jean Martin Charcot (1825 – 1893). Collection BIU Santé Médecine Fuente: Schott., 2003, p. 307.
100
Unidad 5: La enfermedad mental
“No era un especulador, no era un pensador, sino una naturaleza artísticamente dotada;
refería esto: solía mirar una y otra vez las cosas que no conocía, reforzaba día tras día
Y era que entonces, ante el ojo de su espíritu, se ordenaba el aparente caos que el
retorno de unos síntomas siempre iguales semejaba; así surgían los nuevos cuadros
clínicos, singularizados por el enlace constante de ciertos grupos de síntomas; los casos
completos y extremos, los “tipos” se podían recortar con el auxilio de una suerte de
esquematización, y desde los “tipos”, el ojo perseguía las largas series de los casos
menos acusados, las “formes Frustes”, que terminaban por perderse en lo indistinto
desde este o aquel rasgo característico. A este trabajo intelectual, en que no reconocía
iguales, lo llamaba “cultivar la nosografía”; y era su orgullo. Se le oía decir que la máxima
satisfacción que un hombre puede tener es ver algo nuevo, o sea, discernirlo como
nuevo, y volvía siempre, en puntualizaciones una y otra vez repetidas, sobre lo difícil y
meritorio de ese “ver”. Se preguntaba por qué en la medicina los hombres sólo veían
aquello que ya habían aprendido a ver; se decía que era asombroso que uno pudiera
ver de pronto cosas nuevas – nuevos estados patológicos – que, empero, eran tan viejas
como el género humano; y él mismo debía confesar que ahora veía muchas que
durante treinta años tuvo ante sí en salas de internados, sin que atinase a verlas.”
(Schott H., 2003, p. 307).
101
Unidad 5: La enfermedad mental
José de Sayago: un
precursor ignorado.
Para te rminar e ste sucinto home naje a los fundadore s de la
concepción moderna de los trastornos mentales, no podemos
de jar de me ncionar a un pre cursor ignorado quie n concibió
e ste pe nsamie nto mode rno y tratamie nto humano de los
enfermos mentales a través de la piedad y la fe. Allá por el año
1680, es decir en el siglo xvii, dos siglos antes del nacimiento de
la Psiquiatría, vivía e n la calle de Je sús María de la Ciudad de
México un carpintero llamado don José de Sayago, amigo de las
copas y también de ponerle la mano a su mujer cuando las be-
bidas enardecían su cerebro. En cierta ocasión en que practicaba
ese entretenimiento sus vecinos lo denunciaron, intervino la auto-
ridad y fue llevado preso. No por mucho tiempo ya que su esposa
y su cuñada hicie ron todo lo posible para que fue ra libe rado.
Sin embargo, sirvió para que don José cambiara de conducta,
dejando la bebida y dedicándose a su trabajo y a su hogar.
Cue nta la le ye nda, que cie rto día que se e ncontraba don
José e je rcie ndo su oficio de carpinte ro, ocupado e n te rminar
una mesa de marquetería para el convento de Santa Mónica de
la ciudad de Puebla, se le presentó una monja de la misma orden
llamada Sor María de la Pureza Chagoyén la cual le indicó: “[…]
Es ne ce sario que trabajéis e n amor de Dios, re cogie ndo a las
dementes que vagan por las calles y amparando a esas desdi-
chadas, llevándolas a vuestra casa […]”. Interior del Hospital del Divino Salvador. Fuente: Villa G. (2008), p. 150.
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Unidad 5: La enfermedad mental
103
Unidad 5: La enfermedad mental
Conclusión
He aquí, pues someramente expuesto un caso de cómo en México, se transitó hacia la concepción
de la enfermedad mental como tal, como enfermedad, merecedora de trato humano, no por
efecto de una convicción racional basada en la investigación científica, sino a causa de un
sentimiento de piedad fortalecido por la fe, una fe impulsada, si se quiere, por un suceso de corte
natural que como diría un italiano “se non e vero e ben trovatto”, (“sino es verdad, está bien
compuesto”).
Bibliografía:
Alonso, f . (1976). Fundamentos de la Psiquiatría actual. Madrid: Paz Montalvo.
Foucault, m. (2005). El poder psiquiátrico Curso del Collége de France (1973-1974). Madrid: Akal.
Hewitt, j . (2015). Women Woeking “Amidst the Mad”: Domestecity as Psychiatric Treatment in Nineteenth-Century Paris. French
Historical Studies , 38 (105), 137.
Ramos, m. (2000). La hidroterapia como tratamiento de las enfermedades mentales en México en el siglo xix. Salud Mental, 23
(5), 41-46.
Villa g. (2008). El Hospital del Divino Salvador para mujeres dementes. Boletín de Monumentos Históricos, tercera época, Número
12, enero-abril.
Villaseñor, s. (1993). La Bouffée délirante. Revisión histórica de un concepto. Salud Mental , 16 (1), 10-19.
104
CAPÍTULO
III
Unidad 1:
Modelo hospitalario a
finales del siglo XVIII
Jorge Zacarías-Prieto
Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
Objetivo:
El lector conocerá los fenómenos que influenciaron la actividad
médica y que dieron como resultado el modelo hospitalario a finales
del siglo XVIII.
Introducción:
Es en el siglo XVIII, según palabras de la Dra. Josefina Muriel “la
expansión de las órdenes religiosas hospitalarias se detiene,
aunque no se suspende […],” esto obedece a distintos factores,
pero principalmente a que los problemas tan apremiantes en los
dos siglos anteriores, se habían resuelto de alguna manera en
casi todo el territorio de la Nueva España, y otra, no menos
importante, es que las instituciones hospitalarias reclamaban un
gran número de religiosos, los cuales en su mayoría optaban por
ejercer su ministerio en acciones que muchas veces no eran
precisamente asistir en los hospitales, sino continuar con la
evangelización que había comenzado desde el siglo XVI.
Debemos hacer mención de que el servicio a los enfermos
recluidos en un hospital es en gran parte una vocación de
servicio que no siempre está ligada a lo vocación religiosa.
Los cambios que se dieron en materia hospitalaria durante este
siglo XVIII, fueron muy lentos, sin embargo, podemos decir que
se comienza -con este proceso-, la constitución de lo que para el
siguiente siglo sería el apogeo de estos servicios, es decir se
sientan las bases para llegar a una beneficencia que desplazará
a la caridad. Una muestra de lo anterior se puede ver en
cuestiones como el hecho de que paulatinamente los hospitales
dejaran de tener a un lado una iglesia.
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Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
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Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
catan.com
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Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
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Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
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Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
Otro grupo perseverante fueron los boticarios, quienes se Es menester señalar sobre lo anteriormente dicho, que para
empeñaban en conocer más sobre los elementos curativos de estas épocas la medicina y la cirugía seguirían separadas, pues
las substancias tanto vegetales como minerales que pudieran no será sino hasta la tercera década del siglo XIX en que, gracias
ayudar al desarrollo de la ciencia, labor que se llevaba a cabo a las ideas francesa, la medicina y la cirugía, en México, se uni-
en el propio hospital, en aquel laboratorio anexo a la botica del rán en una sola carrera que se impartiría en el Establecimiento
que no puede haber sido ajeno el mismo Montaña, quien fue de Ciencias Médicas, fundado en la Capital del País en 1833.
uno de los primeros maestros de botánica en la ciudad. Un interés primordial de los intelectuales de esta época fue
Un punto medular para entender el modelo hospitalario de el tatar de renovar la medicina novohispana, para lo cual se alu-
finales del siglo XVIII se da con la fundación de la Real Escuela dió a echar mano de diversos medios, tal fue el caso del doctor
de Cirugía de la Nueva España, por decreto del Rey en el año de José Ignacio Bartolache, quien, en el año de 1772, se dio a la
1768, teniendo como sede el Hospital Real de Naturales en la tarea de editar la primera revista médica del continente ame-
Ciudad de México. Dos años más tarde, es decir en 1770, en este ricano con el título de Mercurio Volante, cuyo primer número
nosocomio se impartirán, de manera obligatoria, las cátedras salió a la luz el 17 de octubre de dicho año.
de anatomía práctica y operaciones para todos aquellos que
quisieran estudiar la carrera de cirugía. Cabe mencionar que
eran aceptados tanto los cirujanos romancistas, es decir los
que no eran médicos, y los cirujanos latinistas, los que habían
estudiado medicina; a más de saber que de esta Escuela sal-
drían los cirujanos que atenderían los hospitales militares en el
interior del territorio.
Como se puede ver, hubo una verdadera preocupación por
parte del Estado en formar al personal que se dedicaría a la
asistencia de los enfermos, por medio de los estudios clínicos y
operatorios principalmente.
112
Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
Esta publicación tenía la intención de ser semanal, cuestión La investigación en medicina, se da gracias al ímpetu de
que más o menos se logró, sin embargo, su duración fue muy personajes como Montaña y Bartolache principalmente, pues
corta, pues se publicaron 16 números, siendo el último el del 10 mediante sus estudios la medicina se irá enfilando paulatina-
de febrero de 1773, en que se daba a conocer que la suspensión mente hacia una disciplina científica y esto en gran medida a las
de la revista sería temporal, pues las ediciones eran demasiado cátedras que en los hospitales se daban como las de anatomía
caras; esto no ocurrió, pues nunca más se volvió a editar. Igna- que se impartían en sus anfiteatros o las clínicas que se obser-
cio Bartolache ideó esta publicación para que: vaban en las enfermerías de dichos recintos. De alguna manera
se comienzan a sentar las bases para que los jóvenes que se
“se diseminará en un pliego suelto noti- preparaban para ejercer la profesión médica, ya no memoriza-
ran los aforismos milenarios de Hipócrates y Galeno, los cuales
cias sobre diversos aspectos vinculados para la época ya se comenzaban a poner en tela de juicio.
A toda esta vorágine de sucesos que permiten un crecimien-
a la medicina y a la física fundamental- to y modernización de las ciencias médicas a finales del siglo
de las luces y en especial a los modelos hospitalarios que se
mente, aunque también abordaba otros implantan, hubo una característica más que será del interés de
muchos, es decir se comienza a poner atención en lo referente
temas con destino a quienes se dedica- a la Salud Pública, el cual ya no se considerará como un asunto
de caridad, sino de una mezcla de pensamientos liberales por
ban a cultivar campos del saber ajenos medio de los cuales:
113
Unidad 1: Modelo hospitalario a finales del siglo xviii
Conclusión:
Como se hemos observado, fueron varios los fenómenos que se conjuntaron durante el siglo de las luces, los que
dieron paso a lo que se considera como el modelo propiamente dicho del devenir de las instituciones
hospitalarias a finales del siglo y, por lo tanto, a finales de la época colonial. Una característica que posiblemente
es de resaltarse fue la incursión de los seglares en el ámbito hospitalario. Fue un proceso paulatino este
desplazamiento de las prácticas religioso-caritativas por las de los laicos subsidiados o remunerados por sus
servicios en la atención de los enfermos.
Dato que no podemos olvidar, fue la creación de hospitales -que en ocasiones sirvieron también como escuelas-,
dedicados a la atención de las tropas, ya que es en esta centuria en que se comienza con la conformación del
ejército regular para defender territorios y costas de la Nueva España.
Bibliografía:
Bartoloche, j. i. (1979). Mercurio Volante 1772-1773. México: unam.
Muriel, j. (2001). Los hospitales en el siglo ilustrado. En m. e. Rodriguez Pérez, & x. Martínez Barbosa, Historia General de la Medi-
cina. Siglo xviii (Vol. iv). México: unam.
114
Unidad 2:
Hospitales
de la ciudad de México
Jorge Zacarías-Prieto
Objetivo:
El lector conocerá la historia de algunos de los
principales hospitales de la Ciudad de México que
funcionaron durante el siglo XIX.
Introducción:
Para poder entender el papel que hoy día juegan los hospitales
en México, forzosame nte de be mos hace r un análisis de la
situación de dichas instituciones a lo largo de la historia,
desde la conquista y durante todo el pe ríodo colonial para
así desembocar e n la situación hospitalaria e n el período
decimonónico; de cómo se fueron creando distintos
nosocomios para tratar dive rsas e nfe rme dade s como la
le pra o las enfermedades mentales, por citar algunas; de
cómo hubo hospitales propios para ricos y los que se
fundaron para asistir a la ge nte pobre ; o como los hubo unos
para e spañole s y otros para indios, entre otras
caracte rísticas o diferencias, y lo cual será finalmente el eje de
la presente unidad.
El siglo XIX me xicano, al igual que e n e l re sto de l mundo,
es ve rtiginoso e n cuanto a los avance s te cnológicos y
sociale s, que pe rmitie ron un mayor progre so e n
todos ámbitos y e spe cialme nte e n la me dicina y
como conse cue ncia e n el mejoramiento de las instituciones
hospitalarias existentes.
El caso especifico de los hospitales en nuestro país y en
particular para los de la Ciudad de México, me re ce n una
re fle xión un poco más acuciosa, pues el siglo XIX esta
caracterizado en este sentido, por las institucione s
Hospitales
hospitalarias e xiste nte s de sde la época colonial y los
nuevos nosocomios que se fundarán esencialmente en dicho Novohispanos
siglo.
Para poner en contexto el funcionamiento de los hospitales
en la Capital de la República, y por qué no decirlo en todo el
Hospital de Jesús
territorio nacional, de be mos conside rar que fue ron
varios hechos históricos de relevancia los que Este es el hospital más antiguo del continente
pe rmitie ron su desarrollo institucional; tal e s e l caso americano, el cual desde su apertura en 1524 y hasta
de la consumación de la inde pe nde ncia e n 1821; las dos nuestros días, sigue en funciones. Fue fundado a
inte rve ncione s extranjeras que sufrió nuestro país, la primera instancias del conquistador Hernán Cortés con el
por parte de los Estados Unidos de América e ntre 1846 y 1848, nombre de Hospital de la Purísima Concepción, el cual
y la que protagonizaron los franceses en 1862-1867 y se comenzaría a conocer con el nombre del Hospital de
finalmente la dictadura encabezada por el General Don Porfirio Jesús Nazareno hacia el siglo XVII.
Díaz. Se dice que Hernán Cortés decidió que su edificación
Pode mos afirmar que todos e stos aconte cimie ntos se hi-ciera en el mismo sitio en el cual había tenido lugar el
pe rme aron la profe sión médica, tanto e n sus ce ntros de primer en-cuentro que éste tuviera con el emperador
e nse ñanza como en sus campos de acción: los hospitale s, Moctezuma, es decir en lo que hoy son las calles de
e n cuanto a su papel de ntro de los ámbitos políticos, República del Salvador, avenida Pino Suárez, Mesones y la
e conómicos y sociales principalmente. cerrada de Jesús.
116
Unidad 2: Hospitales de la ciudad de México
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Hospital de San Andrés
Hospitales fundados en el
Este Hospital fue el primero considerado como “general” en la
época colonial, pues es también el último de los establecimien- siglo XIX
tos que se construye en el año de 1779, y gracias a instancias del
arzobispo de México Alonso Núñez de Haro y Peralta. Hospital de San Pablo
Una característica fundamental de San Andrés, es que reci-
bía a todo tipo de pacientes, es decir atendía cualquier clase de Uno de los episodios más tristes de la historia mexicana es sin
enfermedades, exceptuando la lepra, ya que esta se atendía en duda la Guerra entre México y los Estados Unidos, entre los
el Hospital de San Lázaro. años de 1846 y 1848, y por la cual nuestro país perdió más de la
Desde su fundación y hasta el año de 1861 el Hospital per- mitad de su territorio.
teneció a la Mitra, ya que por medio de las leyes de Reforma Para mitigar un poco los estragos que esta guerra dejaba, el
fue secularizado y entregado a las Hermanas de la Caridad, las Ayuntamiento de la Ciudad ordenó la creación de algunos Hos-
cuales lo atendieron hasta finales de 1874, para ser sostenido pitales de Sangre, es decir hospitales -un cuanto tanto impro-
económicamente por el Ayuntamiento de la Ciudad y años más visados-, para la asistencia de los heridos de guerra, como po-
tarde pasar a depender de la Beneficencia. dían ser las amputaciones o la contención de las hemorragias.
Cerraría sus puertas en 1904 y sus pacientes fueron trasla-
dados a las nuevas instalaciones del Hospital General de Mé-
xico, el cual fue inaugurado por Porfirio Díaz el 5 de febrero de
1905.
Para mitigar un poco los estragos que esta guerra dejaba, el Ayuntamiento
rragias.
118
Unidad 2: Hospitales de la ciudad de México
Tal es el caso del Hospital de San Pablo, el cual se creó en Hospital de Maternidad e Infancia
agosto de 1847 por órdenes del General José María Lombardini,
quien dispuso que se tomaran las instalaciones del Colegio de La idea de construir un Hospital de Maternidad e Infancia surge
San Pablo, el cual pertenecía a los agustinos, para que ahí que- en 1861, sin embargo, no fue sino hasta el 7 de junio de 1865
dara instalado el Hospital bajo el cuidado de las Hermanas de la cuando por órdenes de la Emperatriz Carlota de Habsburgo, se
caridad comandadas por la Madre Sor Micaela Ayanz. crea dicha institución con el nombre de Hospital de San Carlos.
Durante estos años, la situación económica del nosocomio En este hospital se retomó una práctica que se tenía desde
fue precaria, pues se llegó a atender a los pacientes en petates, hacía muchos años, la cual se centraba en ayudar a las mujeres
aunque al terminar la guerra, el Ayuntamiento y con la ayuda de que querían esconder o mantener en secreto sus embarazos,
algunos particulares, la situación cambió y se comenzó con la es así como dentro de este hospital surge una sala llamada de
habilitación en forma del hospital, el que por cierto adquirió el “Partos Ocultos”, en la que se atendía principalmente a mujeres
rango de Hospital Municipal. pobres, las cuales tenían la oportunidad de conservar a sus hi-
Muchos fueron los médicos que asistieron este hospital, tal jos o no, según lo desearan.
es el caso de los doctores Ladislao de la Pascua, Juan N. Nava- En el año de 1877 y con el Dr. Eduardo Liceaga en la direc-
rro, Luis Hidalgo y Carpio y Francisco Montes de Oca, entre otros ción del hospital, se crea el departamento de infancia, el cual se
muchos. especializaba en la atención exclusiva de los niños.
En el año de 1872 y después de la muerte del presidente Be- Dicho hospital cerró sus puertas en 1905 al ser inaugurado
nito Juárez, el Hospital fue rebautizado con el nombre oficial de el Hospital General de México.
Hospital Juárez.
119
Hospital Béistegui
Hubo algunos Hospitales que dependieron de la Beneficencia
Privada, tal es el caso del Hospital Concepción Béistegui, el cual
fue inaugurado por el presidente de la República Porfirio Díaz,
el 21 de marzo del año de 1886 en el edificio que ocupara el
antiguo Convento de Regina Coeli, en el Centro Histórico de la
Ciudad de México.
La fundación y patrocinio de este Hospital se debió a la ca-
ridad de la Señorita Concepción Béistegui y García, quien al
morir dejó indicaciones para que su herencia se destinara al
beneficio de los pobres y desvalidos.
En esta institución trabajaron médicos de primer nivel del
último tercio del siglo XIX y principios del XX; tal fue el caso de
los doctores Joaquín Vértiz, Francisco de P. Chacón y Felipe Ruiz
Esparza.
120
Unidad 2: Hospitales de la ciudad de México
Conclusión:
Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando el concepto de caridad cristiana comienza a ser
sustituido por el de beneficencia pública, esto obedece principalmente a que el Gobierno de la
República, encabezado por Benito Juárez, se da a la tarea de tomar las riendas de las
instituciones hospitalarias, es decir, al promulgarse las leyes de Reforma y dejar clara la
separación entre la Iglesia y el Estado, este último asume el papel de administrador -por
medio de los ayuntamientos-, de las instituciones que antaño manejaba la Iglesia. Esto
permitió que las condiciones de los enfermos y en cierto modo de los menesterosos
cambiaran, pues ahora sería responsabilidad del gobierno velar por la salud de los capitalinos.
“La legislación que más transformó la beneficencia, fue la Ley de Desamortización de los
Bienes Eclesiásticos y Civiles, conocida como Ley Lerdo, ratificada en el artículo 27 de la
Constitución de 1857.” Sin embargo, será hasta la nacionalización de los bienes de la Iglesia,
en 1859, cuando pasan todos los bienes de ésta al Estado y por ende los edificios destinados a
los hospitales y hospicios entre otros.
Durante los períodos gubernamentales subsiguiente, es decir en el de Benito Juárez y
después, durante el largo período presidencial de Don Porfirio, la Beneficencia Pública sufrió
algunas modificaciones, por medio de las cuales se establecieron las normatividades para el
buen funcionamiento de los hospitales.
Bibliografía:
Aguilar, g. f., & Ezquerro Peraza, r. (1936). Los hospitales de México. México: Casa Bayer.
Fajardo, g. (1980). Breve historia de los hospitales en la Ciudad de México. (s. m. Medicina, Ed.) México: Asociación Mexicana de
Hospitales.
Martínez, x. (2009). Los hospitales Republicanos. En Medicina Republicana (pág. 214). Secretaría de Salud.
121
Unidad 3:
Hospitales de la
provincia mexicana
Jorge Zacarías-Prieto
Unidad 3: Hospitales de la provincia mexicana
Objetivo:
El lector conocerá la historia de algunos de los principales hospitales del interior de la República
Mexicana que funcionaron durante el siglo XIX.
Introducción:
El centralismo fue una práctica común que se había hecho patente durante la época colonial y
posiblemente desde la época precolombina, que se extendió por todo el siglo XIX, aunque hay quien
sostiene que hubo períodos en que el federalismo realmente sustituyó las prácticas centralistas.
Un acontecimiento concreto fue la creación del Distrito Federal tres años después de consumada la
Independencia, es decir en 1824. Este hecho que podría considerarse como la base del federalismo, no
hizo más que darle fuerza al centralismo ya que desde aquí se dictaban las normatividades en muchos
espacios de la vida nacional.
En cuanto al ámbito de la medicina, durante la centuria decimonónica, no cabe duda de que estuvo
permeada por una clara practica centralista, ya que fueron las instituciones como: a) el Nacional
Tribunal del Protomedicato, institución de tipo virreinal que fue abolido en 1831; b) la Facultad Médica
del Distrito Federal (1831-1840) y c) el Consejo Superior de Salubridad, creado en 1841, las que dieron
cierta uniformidad a todo lo relacionado con el ejercicio de la medicina o más aun, con la salud pública
en el México Independiente.
123
Unidad 3: Hospitales de la provincia mexicana
Puebla
Hospital de San Roque
El Hospital de San Roque se funda a finales del siglo XVI y des- las autoridades centrales permitieran que sus estancias se am-
de el principio tiene como característica atender a enfermos pliaran, cuestión que se verificó hacia el año de 1820 y para el
de todo tipo, sin embargo, al poco tiempo de su creación, se siguiente año de 1821 pasará a ser administrado, ya no por los
dedicará exclusivamente a atender enfermos mentales, pues al hermanos de la Caridad, sino por el Estado.
mismo tiempo existía ya el Hospital de San Pedro que atendía Como es sabido para el año de 1861, por decreto del presi-
los padecimientos de todo tipo. Es un nosocomio que retoma dente Juárez quedan secularizados todos los hospitales y es-
el espíritu de servicio iniciado por el famoso Fray Bernardino tablecimientos de beneficencia que hasta la fecha habían sido
Álvarez, quien había fundado en un inicio el Hospital de San Hi- administrados por las corporaciones eclesiásticas y, quedó
pólito, para hombres dementes, en la Ciudad de México. desde ese momento bajo el cuidado y mantenimiento del Go-
El Hospital de San Roque, se comienza a construir en la Ciu- bierno de Puebla y con entera sujeción a las prevenciones que
dad de Puebla, en lo que hoy día es la Avenida Juan de Palafox contenía la ley.
y Mendoza, en el Centro Histórico, hacia los años de 1592-1593 y Años más tarde, en 1869, los pacientes masculinos que se
es concebido como parte de un conjunto en el que estaba con- encontraban en el Hospital son trasladados al ex convento de
siderado un colegio bajo el mismo patrocinio. Santa Rosa y se deja a las mujeres en el Hospital de San Roque,
convirtiéndose así en un hospital para mujeres dementes.
San Roque subsiste durante las últimas décadas del siglo
XIX con muchas dificultades, sin embargo, su labor seguirá pro-
porcionando alivio hasta por lo menos la década de los años
ochenta del siglo XX, cuando las enfermas fueron trasladadas
a otro nosocomio.
A mediados del siglo XVIII el Hospital de San Roque comien- Puertas de entrada a los cuartos de las internas del Hospital de San Roque.
za a caer en decadencia, sin embargo, dado el prestigio con el Obsérvese la escasa iluminación y ventilación. Fotografía tomada ad hoc
124
Unidad 3: Hospitales de la provincia mexicana
125
Unidad 3: Hospitales de la provincia mexicana
Hidalgo
Hospital de Nuestra Señora de Guadalupe
"En el siglo XVIII, Pachuca carecía de una institución hospitalaria, es
por ello que a principios de 1725, el alcalde, los diputados, re-
gidores y vecinos elevaron la solicitud al Virrey al arzobispo Fray
José de Lanciego para que fuera otorgada una licencia y cons-
truir un hospital de la orden Juanina, la cual era una hermandad
que ya contaba con 17 hospitales fundados en la Nueva España".
"Fue el 12 de julio de 1725 cuando el cabildo obtuvo la
licen-cia episcopal para abrir el hospital. Para tal efecto, el
Alcalde Mayor Marcos de Tapia, ofreció la capilla de Nuestra
Señora de Guadalupe y los terrenos que donara el capitán
Francisco Luzón y Ahumada. Aprobada la licencia virreinal y
obtenida el permiso del superior Juanino, se iniciaron de Hospital de San Juan de Dios en Pachuca, hoy sede de la Rectoría de la Uni-
inmediato los tra-bajos para su construcción". versidad de Hidalgo. Fotografía ad hoc
126
Unidad 3: Hospitales de la provincia mexicana
Conclusión:
Como se sabe, el siglo XIX se caracteriza también en materia hospitalaria por haber heredado
algunas de sus instituciones creadas desde la época colonial; esto lo vemos claramente en los
viejos hospitales de la Ciudad de México, no obstante, esto sucedió también en la provincia
mexicana, pues en diversos estados o territorios del país existían nosocomios que tenían una larga
trayectoria.
Varios fueron los hechos históricos que afectaron, en algunos casos para mal y en otros para bien,
la vida institucional de los hospitales; comenzando por las guerras de independencia que se
prolongarían por once años (1810-1821); las dos intervenciones extranjeras que sufrió nuestro país,
la primera por parte de los Estados Unidos de América entre 1846 y 1848, y la que protagonizaron
los franceses en 1862-1867 y finalmente la dictadura encabezada por el General Don Porfirio Díaz.
Como es de suponerse, esto se reflejo principalmente en la Capital del País, pero no estuvieron
exentos los hospitales de gran parte de la República, como lo fueron los existentes en estados
como Puebla, Hidalgo y San Luis Potosí entre otros.
Bibliografía:
Bermúdez, f. (02 de 04 de 2014). Templo de San Juan de Dios celebra 400 años. Plano Informativo.
Bojalil, d. (Marzo de 2009). El Hospital de San Roque. Estar loca en la Puebla del siglo xix: El hospital de San Roque . (E. d. Puebla,
Recopilador) Puebla: udlap.
Wikipedia, La enciclopedia libre;. (05 de 03 de 2017). Edificio Central de la uaeh. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/
Edificio_central_de_la_UAEH
127
Unidad 4:
Modelo hospitalario
de finales del siglo
XIX en México
Jesús Gabriel Sánchez Campa
Alejandro Martínez Rivera
Unidad 4: Modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México
Objetivo:
Conocer el modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México, a través de la
historia de los modelos hospitalarios anteriores a esa fecha y los personajes
involucrados en su diseño.
Introducción:
La concepción de hospital o nosocomio ha sido la de un establecimiento dedicado
al diagnóstico y tratamiento de los enfermos, en el cual estos son clasificados y
tratados según sus enfermedades, además de ser un centro de enseñanza para la
formación de nuevos médicos y personal de salud. Este concepto tardó muchos
años en gestarse y en aplicarse.
El desarrollo de los modelos hospitalarios fue posible en gran medida, gracias a los
nuevos diseños y tendencias en la arquitectura, la cual buscaba que los nuevos
espacios fueran funcionales y que respondieran al contexto social en las diferentes
épocas. En México, este desarrollo se vio influido por diversos factores: los modelos
hospitalarios europeos, el nacimiento de la salud pública moderna y el avance de
las ciencias médicas y de la salud.
129
Unidad 4: Modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México
Antecedentes
Los primeros hospitales fueron construidos en la Edad Media Después de la Revolución Francesa surge un nuevo modelo
bajo la supervisión de autoridades religiosas, y encomendados hospitalario en París, en el que un cirujano francés de nombre
en su mayoría a las órdenes del clero regular, como las órdenes Jacques René Tenon, diseña un edificio con pabellones inde-
de San Juan de Dios y de San Hipólito, quienes, además, se en- pendientes en torno a un patio central. Esto con el fin de se-
cargaban de su diseño y administración. parar a las grandes poblaciones de enfermos, en grupos más
En esta época se distinguen tres tipos de estructuras hospi- pequeños de hasta 40 camas por pabellón, el patio ofrecía aire
talarias: los domus para gente pobre y enfermos, los hospicios fresco y luz natural. Este modelo seria después modificado gra-
u hospitalia para viajeros y peregrinos, y los leprosarios o enfer- cias a las observaciones de la enfermera Florence Nightingale
merías. Eran los clérigos los que se encargaban de la salud de (1820–1910), sobre el hacinamiento y consecuentes pestes en
los enfermos bajo el sentido de caridad que tenían estas insti- edificios con poca ventilación y mal tratamiento de las heces
tuciones, al tomar la iglesia católica como un deber, el cuidado humanas.
de los enfermos a través de los hospitales, ésta fue dictando re-
glamentaciones que ordenaron su vida, habiendo en los hospi-
tales pocos médicos. Aquellos edificios contaban con una zona
de hospitalización, habitaciones anexas y altares o capillas.
Retablo, San Francisco de Asís cuida leprosos. Babbilonia.com Florence Nightingale, fotografía BIU
En el siglo XV, la iglesia muestra interés por las estructuras En el siglo XIX el poder del clero disminuyó sobre los hos-
hospitalarias, por lo que se desarrollan nuevos modelos hos- pitales por las leyes de secularización de los hospitales que se
pitalarios con patrón cruciforme, buscando así, una mejor ilu- legislaron en toda Europa, y México no fue la excepción, con la
minación y ventilación. Un ejemplo lo vemos en el Hospital del Constitución Liberal de 1857 y las Leyes de Reforma, los hospi-
Espíritu Santo de Sassia, en Roma, Italia. En este hospital se se- tales empezaron a estar a cargo y a ser propiedad del estado.
paraban a los niños, hombres y mujeres, y de estos, a los enfer- Este hecho y los descubrimientos de ilustres científicos como
mos con fiebre y heridos -aquellos que requerían tratamiento Louis Pasteur, y el inicio de la microbiología y de otros grandes
quirúrgico-. paradigmas científicos como la asepsia, antisepsia y la aneste-
sia, modificaron en las últimas décadas del siglo XIX, la estruc-
tura de los hospitales europeos y de México.
130
Unidad 4: Modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México
Libro UNAM
131
Unidad 4: Modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México
132
Unidad 4: Modelo hospitalario de finales del siglo XIX en México
Conclusión:
Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando el concepto de caridad cristiana comienza a ser sustituido por
el de beneficencia pública, esto obedece principalmente a que el Gobierno de la República, encabezado
por Benito Juárez, se da a la tarea de tomar las riendas de las instituciones hospitalarias, es decir, al
promulgarse las leyes de Reforma y dejar clara la separación entre la Iglesia y el Estado, este último asume
el papel de administrador -por medio de los ayuntamientos-, de las instituciones que antaño manejaba la
Iglesia. Esto permitió que las condiciones de los enfermos y en cierto modo de los menesterosos
cambiaran, pues ahora sería responsabilidad del gobierno velar por la salud de los capitalinos.
“La legislación que más transformó la beneficencia, fue la Ley de Desamortización de los Bienes
Eclesiásticos y Civiles, conocida como Ley Lerdo, ratificada en el artículo 27 de la Constitución de 1857.”
Sin embargo, será hasta la nacionalización de los bienes de la Iglesia, en 1859, cuando pasan todos los
bienes de ésta al Estado y por ende los edificios destinados a los hospitales y hospicios entre otros.
Durante los períodos gubernamentales subsiguiente, es decir en el de Benito Juárez y después, durante el
largo período presidencial de Don Porfirio, la Beneficencia Pública sufrió algunas modificaciones, por
medio de las cuales se establecieron las normatividades para el buen funcionamiento de los hospitales.
Bibliografía:
Bargoni, a. (2008). The new hospital model established at the end of 19th Century and the profesional nursing schools. Minerva
Med, 99(2), 223-30.
Barquín, m., & Méndez, f. (2013). Historia Gráfica de la Medicina. Ciudad de México: Méndez Editores.
Brena, i. (2015). Atención a la salud en la época porfiriana. Porfirio Díaz y el Derecho (Balance crítico). México: Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la unam.
Carrillo, a. (2002). Economía, política y salud publica en el México porfiriano (1876 – 1910). História, Cièncias, Saúde-Manguinhos, 9,
67-68.
Catananti, c. (s.f) Nascita ed evoluzione dell’ospedale: dall’ospitalitá alla organizzazione scientifica. Revista Tendenze Nuove.
Cook, g.c. (2002). Henry Currey FRIBA (1820-1900): leading Victorian hospital architect, and early exponent of the “pavilion
principle”. Postgrad Med J, 78, 352-359.
Fajardo, g. (2010). Gerencia y Administración Estratégica de la Atención Médica. Ciudad de Mexico: Editorial Panamericana.
Fermand, c. (s.f.) Les hòpitaux et les cliniques. Architectures de la santé. Paris: Éditions Le Moniteur.
Martínez, x. (2006). El hospital en el siglo xix: Entre la tradición y la modernidad. An Med, 51 (1), 36-41.
Miralles, m.t., Gigante, c. & Miranda, m.v. (2004). La gran sala del Hospital del Santo Espíritu de Roma (Italia). Index Enferm, 13 (47),
Muriel, j. (1990). Hospitales de la Nueva España. Tomo ii. Fundaciones de los siglos xvii y xviii. México: Instituto de Investigaciones
Históricas de la unam.
Ortiz, f. (2000). Hospitales. México d.f: Editorial McGrawHill,
Rodríguez-Wong, u. (2015). El sistema de salud en México durante el Porfiriato: a cien años del fallecimiento de Porfirio Díaz. Rev
Mex de Cirugía del Aparato Digestivo, 4(4), 154-157.
133
Unidad 5:
Caridad,
beneficencia
pública y
sanitarismo
Jesús Gabriel Sánchez Campa
Carlos Daniel Aguilar Pérez
Unidad 5: Caridad, beneficencia pública y sanitarismo
Objetivo:
Introducción
La caridad cristiana
“La solución a gran parte de los problemas sociales
derivados de la conquista española se pensó, eran las
obras de caridad especialmente la creación y edificación El sentido de caridad que tenían estas órdenes religiosas, al
de hospitales”, así lo menciona la historiadora Josefina tomar la iglesia católica el cuidado de los enfermos era como
Muriel en Hospitales de la Nueva España. Las un deber y una de sus principales misiones; dicha misión fue
enfermedades del viejo continente, sumadas a las del llevada a cabo a través de la edificación de los hospitales, esta
nuevo, dieron resultados verdaderamente catastróficos misma fue dictando reglamentaciones que ordenaron su vida.
con la muerte de millares de personas.
Estas disposiciones se refieren fundamentalmente a dos aspec-
El fenómeno histórico se agravó más por la falta de
tos de los hospitales, la vida en el interior de la institución y sus
albergues definitivos, tanto para los migrantes españoles,
como para los indígenas. Las nuevas formas de trabajo, la relaciones con el mundo circundante -gobierno civil, eclesiásti-
miseria de los nativos americanos y los abusos de gran co y pueblo-.Estas leyes y ordenanzas a las cuales se ajustó la
parte de los conquistadores, fueron factores que vida y obra de los hospitales derivaron de los concilios
conjugados causaron enfermedad y muerte, desplazados nacionales, provin-ciales y ecuménicos de la Iglesia Católica.
de sus centros habitacionales por la destrucción de sus
Las directrices de la vida y gobierno de los hospitales de la
pueblos o por el traslado forzoso a nuevos centros de
Nueva España serán trazados por los siguientes lineamientos:
trabajo. Así lo pensaron los propios conquistadores, así lo
conceptuaron los reyes, así lo creyeron obispos de la El Ecuménico Concilio de Trento (1545-1563).
categoría de Vasco de Quiroga y Fray Juan de Zumárraga El Tercer Concilio Provincial Mexicano (1585).
y de igual modo lo entendieron los frailes y así lo pensó
el pueblo.
Será el clero regular a través de sus órdenes religiosas
como la de los Hipólitos y los Juaninos quienes tendrán
una labor fundamental al predicar el amor hacia los
demás con la fundación de obras hospitalarias. La
Caridad dentro del contexto de la salud, dará un giro de
aquellas que subvienen a las necesidades más básicas de
las personas necesitadas; En el mismo siglo XIX mexicano
con las guerras de Reforma e intervención francesa y con
el advenimiento del estado laico, habrá una transición
del modelo medieval de la caridad cristiana a un modelo
de beneficencia pública.
135
Unidad 5: Caridad, beneficencia pública y sanitarismo
136
Unidad 5: Caridad, beneficencia pública y sanitarismo
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Unidad 5: Caridad, beneficencia pública y sanitarismo
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Unidad 5: Caridad, beneficencia pública y sanitarismo
Conclusión:
Durante el siglo XIX, con las guerras de Independencia, de Reforma y el advenimiento de las Leyes de Reforma y
el estado laico, la salud en México experimentó la transición de un modelo hospitalario basado en la caridad
cristiana (donde los hospitales y los enfermos estaban a cargo de las órdenes religiosas), a las Juntas y la
Dirección de Beneficencia Publica, donde se presenta la secularización de los hospitales y donde las
autoridades son de carácter civil. También, el hospital se vuelve parte de una estrategia integral de salud y en
donde los programas de salubridad dependerán del Consejo Superior de Salubridad.
Al sobrevenir la Revolución Mexicana de 1910, la organización hospitalaria del país sufre como todas las
instituciones públicas de la nación, las consecuencias de la violencia, la lucha armada y el abuso, que
acompañan al conflicto armado. Sin embargo, el régimen revolucionario crea el 16 de julio de 1915 a la
Dirección General de Beneficencia Pública, la cual sustituyó a la Junta de Beneficencia Pública de la época
porfiriana. Esta Dirección seguía dependiendo de la Ministerio de Gobernación y era el conducto oficial entre
ésta y las instituciones benéficas. A través de la Dirección General de Beneficencia se empezaron a centralizar
estos servicios públicos.
Con respecto a la sanidad pública, la Constitución de Querétaro de 1917, en el articulo 73, le otorgó mayores
facultades y mayor libertad de acción, al suprimir el antiguo Consejo Superior de Salubridad y sustituirlo por
dos instituciones distintas pero relacionadas una con la otra, el Consejo de Salubridad General y el
Departamento de Salubridad Pública. Es así como se consolida a la institución hospitalaria como parte de una
estrategia integral de salud.
Bibliografía:
Barquín, m. (2015). Historia de la Medicina. Ciudad de México: Méndez Editores.
Barquín, m., Méndez, f. (2013). Historia Gráfica de la Medicina. Ciudad de México: Méndez Editores.
Cárdenas, e. (2008). Introducción a la Historia de la Medicina en la Ciudad de México. Ciudad de México: Méndez Editores.
Carrillo, a.m. (2002) Economía, política y salud publica en el México porfiriano (1876 – 1910). História, Cièncias, Saúde-Manguin-
hos, París, Vol. 9 (suplemento): 67-68.
Fajardo, g. (1980). Breve Historia de los Hospitales de la Ciudad de México. México: Asociación Mexicana de Hospitales a.c./So-
ciedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina.
Fajardo, g. (2010). Gerencia y Administración Estratégica de la Atención Médica. Ciudad de México: Editorial Panamericana.
Juan, m. (2005). Presente y futuro de la atención a la salud en México. Ciudad de México: lvii Legislatura Cámara de Diputados/
Inst. Inv. Jurídicas unam.
Martínez, m. (2004). Enciclopedia de Paz y Conflictos: A-K. Granada: Editorial Universidad de Granada.
Muriel, j. (1990). Hospitales de la Nueva España. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Históricas unam / Cruz Roja
Mexicana.
Ortiz, f. (2000) Hospitales. México d.f: Editorial McGrawHill.
Somolinos, g. (1978) Historia de la Medicina. Ciudad de México: Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina.
139
CAPÍTULO
IV
Unidad 1:
Enseñanza
de la Medicina
durante la
Revolución Francesa
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Minou del Carmen Arévalo Ramírez
Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
Objetivo:
El lector reconocerá los cambios iniciales del siglo XIX en
la formación médica francesa, que intentaban dar respuesta
a las nuevas formas de ver la e nfe rme dad por la me dicina y
por la sociedad.
Introducción:
Los años que pre ce de n y sigue n inme diatame nte a la
Re volución Francesa, vie ron nace r dos grandes mitos con
re spe cto a las condicione s de salud de l pueblo francés; el
mito de una profe sión médica nacionalizada organizada a la
mane ra de la igle sia católica, e inve stida e n e l nive l de la
salud y de l cue rpo, de pode re s pare cidos a los que aquel
Enseñanza y práctica de la
e je rcía sobre las almas; y e l mito de una desaparición social
de la enfermedad, e n una sociedad sin trastornos y sin
pasione s. Los dos sue ños son opue stos, e l prime ro llama de
Medicina
una mane ra positiva a la medicalización rigurosa, militante y
dogmática de la socie dad; la otra llama también a la Desde 1707 con los Decretos de Marly en Francia, se había re-
me dicalización, pe ro de un modo triunfante y ne gativo, es glamentado la práctica de la medicina y la formación médica.
de cir la e nfe rme dad de sapare ce rá porque e l me dio social
Los artículos primero, sexto, noveno, décimo, decimocuarto y
ha sido corre gido, organizado y vigilado constante me nte , en
e l cual la me dicina desapare ce rá con su obje to y su razón de vigésimo segundo, establecían que la medicina a partir de esta
ser. fecha se enseñaría en todas las universidades del reino que hu-
Sabarot de LʼAvernière –al comienzo de la Revolución-, ve en los
biesen tenido una facultad; que las cátedras deberían ser dis-
sace rdote s y e n los médicos a los he re de ros naturale s de las
dos misione s más visible s de la Igle sia: la consolación de las putadas apenas estuvieran libres sin permanecer vacantes; que
almas y el alivio de los sufrimie ntos. Es pre ciso, por lo tanto, los estudios durarían como mínimo tres años comprobados
que se confisquen los bienes eclesiásticos del alto clero que los
con exámenes anuales para obtener los grados de bachiller, li-
ha apartado de su uso de origen y se entreguen a la nación, la
única que conoce pe rfe ctame nte sus propias necesidades cenciado y doctor; que deberían asistir obligatoriamente a los
e spirituale s y mate riale s. Los médicos al igual que los cursos de anatomía, de farmacia química y galénica y a las de-
sace rdote s de be n re cibir un sue ldo suficie nte para vivir con
mostraciones de plantas. El artículo vigésimo sexto postulaba,
dignidad, pue s son e llos “los ge nios tute lare s de la integridad
de vue stras facultade s y vue stras se nsacione s”. El médico no que nadie podría ejercer la medicina, ni dar ningún remedio ni
tendrá ya que pedir honorarios a quienes atiende, la asistencia siquiera gratuitamente si no había obtenido el grado de licen-
de los e nfe rmos se rá gratuita y obligatoria, se rvicio que la
ciado, incluyendo a todos los religiosos mendicantes.
nación ase gura como una de sus tare as sagradas.
Los cambios se han plante ado e n e l pape l y ahora deben Como parte complementaria de los estudios médicos, en
lle varse a la práctica, lo aquí plante ado bre ve me nte , e s una algunas universidades de Europa como Padua, Leyden y Cam-
de scripción de cómo se fue ron proponie ndo y adecuando
bridge, aparecieron cátedras de clínica; en Francia, a partir del
e sos cambios que afe ctaron la formación médica y los
siste mas de salud de todo el mundo occidental. Reglamento para Hospitales de 1775 se impuso un curso de
práctica clínica de las principales enfermedades.
142
Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
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Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
“[…] la práctica, la manipulación se unirán a los preceptos tes: una en el lecho del enfermo, donde se haría observar a los
teóricos. Los alumnos se ejercitarán en los experimentos quími- alumnos los signos diagnósticos y los síntomas importantes de
cos, en las disecciones anatómicas, en las operaciones quirúr- la enferme dad y luego en el anfiteatro el profe sor continuaría
gicas en los aparatos. Poco leer, mucho que ver, y mucho hacer, con la historia general de las enferme dade s observadas en el
ejercer para la práctica misma y ésta en el lecho de los enfer- hospital, señalando las causas conocidas, probables y ocultas,
mos: he aquí lo que se enseñará, en vez de las vanas fisiologías, enunciaría el pronóstico y daría las indicaciones vitales, curati-
el verdadero arte de curar” (Fourcroy, III). vas o paliativas.
Fourcroy también propuso que la enseñanza clínica se ase- Los resultados no fueron satisfactorios, afirma Foucault, las
gurara con profe sore s bien remunerados para que se de dica- escuelas fueron escasas con pocos estudiantes y demasiados
se n a e lla a tie mpo comple to, e n tre s hospitale s de París; los enfermos, lo que propició la reaparición de las antiguas socie-
alumnos por su parte deberían tener: dade s médicas cuyo obje tivo e ra pre se ntar nue vas opcione s
para el estudio de la medicina. Alibert, Bichat, Bretonneau, Ca-
“una buena conducta, costumbres pu- banis, Desgenettes, Dupuytren, Fourcroy, Larrey y Pinel inicia-
ron una sociedad en París que buscaba una alternativa contra
ras, amor por la República y odio por los la formación apresurada y descompuesta. Sin embargo, a pesar
de grande s discusione s, pre sentación de plane s y propue stas
tiranos, una cultura bastante cuidada y, novedosas, la enseñanza de la medicina no pudo ser reglamen-
tada porque no se había atendido el problema real: el ejercicio
sobre todo, el conocimiento de algunas de la medicina.
arte de curar”
(Fourcroy, III).
144
Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
145
Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
La enseñanza médica en
los Hospitales
A principios del siglo XIX, Vicq d’Azyr les concedía mucha impor- Efe ctivame nte , e n poco tie mpo e sta re forma pe dagógica
tancia a los hospitales para el aprendizaje de la medicina, pues te ndrá una significación muy amplia, pue s se le re conoce rá
consideraba que de esta forma se podía resolver y de manera la facultad de re organizar todo e l conocimie nto médico, y de
universal la formación médica: asentarlo en el saber de la enfermedad misma. La clínica y sólo
la clínica podrá “renovar entre los modernos templos de Apolo
“Las enfermedades y la muerte ofrecen y Esculapio” ( Demangeon J.B, 1804).
Pe ro las condicione s de los hospitale s no e ra nada favo-
grandes lecciones en los hospitales, ¿se rable, la confiscación de los bie ne s lle gó incluso a incautar e l
dine ro líquido, lo que afe ctó e l funcionamie nto ordinario. Los
saca provecho de ellas?, ¿se escribe la his- heridos y enfermos militares han ocupado numerosos de estos
establecimientos, desplazando desde luego, a los otros enfer-
toria de los males que allí afectan a tantas mos que no pagan pe nsión. Otro proble ma, ocurrió de sde e l
comienzo de la guerra, cuando muchos médicos partieron para
víctimas?, ¿se enseña el arte de observar el ejército –voluntaria o involuntariamente-, dejando el campo
libre a los empíricos. Esta deshospitalización más que mejorar
y de tratar las enfermedades?, ¿se han es- los sueños revolucionarios, dejó a la población sin protección
ni socorro.
tablecido cátedras de medicina clínica?” Los cambios se iniciaron e n Montpe llie r, con la ne ce sidad
(Vicq d’Azyr, 1805) de formar médicos para el ejército, se designó a Baumes –an-
tiguo profesor universitario-, para ejercer en el Hospital Militar
de Saint Eloi y en el cual inicia una enseñanza clínica, una nue-
va forma de enseñanza médica en ausencia de toda estructura
ante rior, de un dominio e n e l cual la ve rdad se e nse ña por sí
misma y de la misma manera, a la mirada del observador expe-
rimentado y a la del aprendiz, el hospital es la escuela.
146
Unidad 1: Enseñanza de la Medicina durante la Revolución Francesa
Conclusión:
Bibliografía:
D’Azyr, V. (1805). Oeuvres. París.
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Fourcroy. (III). Rapport à la Convention au nom des Comités de Salut public et dÍnstruction poblique. Francia: Frimario.
147
Unidad 2:
La Escuela
Nacional de
Medicina
Martha Eugenia Rodríguez Pérez
Unidad 2: La Escuela Nacional de Medicina
Sobre la carrera de
Medicina
La carrera de medicina se enseñó de manera oficial en la
capital novohispana en 1578, no obstante que la Real
Universidad de México abrió sus puertas en 1553. La
creación de una facultad de medicina fue de suma
trascendencia para la Corona española dada la utilidad
Introducción
permeaba una inquietud en el ambiente
académico, que demandaba una educación moderna,
basada en autores contemporáneos y con un decidido
enfoque hacia la clínica. Tras lograr la independencia de
La medicina moderna en México fija su punto de partida en México, es que tal hecho pudo llevarse a cabo.
1833. Una vez independizado el país y a partir de la reforma
educativa emprendida por el médico y vicepresidente de la
república Valentín Gómez Farías, se da un corte
epistemológico en el modelo médico que se impartía a los
estudiantes de medicina. La teoría humoral que se
enseñaba en la Facultad de Medicina de la universidad
virreinal fue superada por la teoría tisular procedente de
Europa. A partir de entonces se siguió el modelo francés, el
cual señala que las alteraciones anatomo-patológicas de
los diferentes aparatos y sistemas del cuerpo humano
condujeron hacia una nueva clínica basada en los hallazgos
obtenidos por la nueva disciplina.
149
El 23 de octubre de 1833 se fundó e l Estable cimie nto de
La reforma educativa Ciencias Médicas, fusionando en una sola carrera la medicina y
la cirugía que hasta entonces se impartían de manera indepen-
Tras la independencia de México, se evidenció la necesidad de diente, una en la Nacional y Pontificia Universidad y otra en el
reformar la educación. Así, el 19 de octubre de 1833 el Congre- Colegio de Cirugía, que datan de 1551 y 1768 respectivamente.
so autorizó al Pode r Eje cutivo re e structurar la e nse ñanza, in- En 1834 el Establecimiento citado se transformó en Colegio de
cluyendo la de nivel superior. Esos años, en que Antonio López Me dicina; e l 24 de e ne ro de 1842 e n Escue la de Me dicina y e l
de Santa Anna se desempeñaba como titular del país no fueron 18 de agosto de 1843 en la denominación que ostentaría hasta
estables, pues además de los frecuentes conflictos bélicos na- 1960, la de Escuela Nacional de Medicina.
cionales e internacionales, el propio Santa Anna se ausentaba En sus inicios, la institución médica fue itinerante. Tras la in-
frecuentemente de la ciudad de México, razón por la que el vice- auguración de los cursos, el 5 de diciembre en el ex convento de
presidente Gómez Farías tomaba la tutela de la nación. Bethlemitas, pasó al edificio del ex convento del Espíritu Santo,
Producto de las ideas liberales del vicepresidente, fue la pro- poste riorme nte al Cole gio de San Ilde fonso, lue go al Cole gio
mulgación de las leyes que suprimían la Universidad de México, de San Juan de Le trán y más tarde re gre só al e dificio de San
de origen virreinal y tendencia conservadora, y por otra parte Ildefonso. Al cabo del tiempo, la Escuela Nacional de Medicina
creaba una Dirección General de Instrucción Pública que coor- alcanzó un domicilio definitivo que le llevó a alcanzar su afian-
dinaría la educación nacional en todos sus niveles. Un decreto zamiento como organismo docente. El hecho ocurrió el 7 de ju-
más de l mismo 19 de octubre se re fe ría a la cre ación de se is nio de 1854, cuando el Dr. José Ignacio Durán dirigía el plantel.
establecimientos de instrucción pública en el Distrito Federal, El logro se debió gracias al interés y unidad de los catedráticos,
que contemplaban la enseñanza media y superior. quienes, a título personal hicieron las aportaciones necesarias
Los seis establecimientos fueron de Estudios preparatorios para comprar el inmueble que había pertenecido al Tribunal de
-ubicados provisionalmente en el Hospital de Jesús-, Estudios la Inquisición y que daría estabilidad a la institución docente.
ideológicos y de humanidades –en el convento de San Camilo-,
Ciencias físicas y matemáticas –en el Colegio de Minería-, Cien-
cias Médicas en el ex convento de Bethlemitas-, Jurisprudencia
-en San Ildefonso-, y de Ciencias eclesiásticas -en el Colegio de
San Juan de Letrán-.
150
Unidad 2: La Escuela Nacional de Medicina
de los farmacéuticos y parte ras que ahí e studiaban, también Por su parte , las clase s prácticas de mandaban apoyos in-
acudían los intere sados en trabajar como dentistas y fleboto- ternos y externos. Los internos, en la propia Escuela; es decir, el
mianos, ya que la e scue la médica los e xaminaba para poste - museo, laboratorios y anfiteatros. Los apoyos externos se enfo-
riormente otorgarles el permiso para ejercer. El artículo 42 del caron fundamentalmente a los hospitales, donde el estudiante
bando dictado por el gobernador del Departamento de México, apre nde ría dire ctame nte fre nte al e nfe rmo, fue ra de consulta
Luis Gonzaga Vieyra dice: externa o internado.
“Los individuos que quieran ejercer en el Departamento de El anfiteatro de la Escue la batalló mucho para hace rse de
México, medicina, cirugía, farmacia, flebotomía, obstetricia o el cadáveres. En 1857 don Juan J. Baz, gobernador del Distrito Fe-
ramo de de ntista, se rán pre cisame nte e xaminados e n idioma deral decretó que los cuerpos de los que fallecieran en hospita-
castellano por el Estable cimiento de Ciencias Médicas”. (Gon- les o en prisiones podrían canalizarse a la Escuela Nacional de
zaga Vieyra, 1841) Medicina, siempre y cuando no fueran exigidos por sus deudos
La carrera de médico cirujano se integró por clases teóricas o por la autoridad judicial. Casi al finalizar el siglo XIX continua-
y prácticas. Las primeras se impartían por medio de lecciones ba el mismo problema. Maximino Río de la Loza expresaba que
orales que dictaba el profesor, con base en los libros de texto, la falta de cadáver era frecuente, motivo por el que se dejaba de
que fue ron obligatorios hasta 1906. A partir de l siguie nte año tener clase o se daba “teórica”, por lo que entre varios estudian-
los e ducandos sólo re cibían orie ntacione s de obras que los tes compraron una mula y arneses para trasladar del hospital
guiaran en sus estudios. Cabe mencionar que la mayoría de los hacia la Escue la uno o dos cadáve re s. Sobre éstos, e l mismo
libros de texto fueron de origen francés, adoptándose en Méxi- Río de la Loza decía:
co los postulados de la clínica parisina. Entre los textos de lec- “Los individuos mue rtos que se ponían a nue stra disposi-
tura obligatoria cabe mencionar el Précis élementaire de Phy- ción, eran asquerosos, no sólo por la clase de gente que entra
siologie (1833), del famoso fisiólogo François Magendie, quien a los hospitales, sino también por el abandono que antes había
apoyó el método experimental. en estas casas de beneficencia, por falta de recursos y otras ra-
zones” (Río de la Loza, 1892).
Respecto a los laboratorios, la Escuela Nacional de Medicina
contó con los siguientes: fisiología, química analítica, farmacia,
te rapéutica, histología, ope racione s, me dicina le gal y bacte -
riología e higiene. Respecto a este último, cabe mencionar que
fue e l prime r laboratorio de bacte riología médica humana e n
el país, fundado en 1887 por iniciativa del Dr. Ángel Gaviño Igle-
sias, quien realizó varias visitas a la capital francesa, donde Luis
Pasteur generó la teoría microbiológica. El material de labora-
torio, desde los microscopios hasta el instrumental quirúrgico
como escalpelos, tijeras rectas y curvas y aparatos en general
e ran fabricados e n e l e xtranje ro, particularme nte e n Francia,
Inglaterra y Alemania, y la Escuela Nacional de Medicina los ad-
quiría por medio de catálogos.
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Unidad 2: La Escuela Nacional de Medicina
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Unidad 2: La Escuela Nacional de Medicina
153
signos identificados, el diagnóstico, hacía la descripción de los Entre los profe sore s que impartieron clase de clínica en el
hallazgos de la autopsia y la confrontación de éstos con la infor- Hospital de San Andrés figuran, e n los años tre inta Francisco
mación clínica. En sus clases anatomoclínicas, Jiménez llevaba Rodríguez Puebla e Ignacio Torres; en etapas posteriores Miguel
a cabo las correlaciones entre la clínica y la anatomía patológi- Francisco Jiméne z, Pablo Martíne z de l Río, Francisco Monte s
ca, lo que constituye uno de los pilares de la enseñanza de la de Oca, Manuel Carmona y Valle y, entre otros, Rafael Lavista,
medicina en los hospitales. quien además de dirigir el hospital, fundó ahí mismo, en 1896 el
Museo Anatomo Patológico, con fines didácticos y de investiga-
ción, a fin de impulsar la medicina nacional.
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Unidad 2: La Escuela Nacional de Medicina
155
Unidad 3:
Escuela de
Medicina en
Oaxaca
Guilebaldo Cruz Cortés
Conrado Robles Vázquez
Unidad 3: Escuela de Medicina en Oaxaca
Objetivo:
Introducción:
Analizar el desarrollo de la enseñanza médica en Oaxaca, a
través del análisis de diferentes periodos históricos, con la
finalidad de enriquecer la identidad de los médicos en una
cultura general acerca del desarrollo de la Medicina en
Oaxaca. Para ver el video de introducción ingresa aquí.
Introducción:
Hospital Real de San
En Oaxaca se encuentra el Centro ceremonial de Monte Albán, Cosme y San Damián
como gran centro civilizador Mixteco-Zapoteco, cuya
importancia se pone de manifiesto en la orfebrería y en los Aun cuando los historiadore s re latan vagame nte la e xiste ncia
vestigios de una rudimentaria Escuela de Medicina. En este de un Hospital Re al instalado por He rnán Corte z, lo cie rto e s
lugar podemos encontrar un conjunto de figuras humanas
que ane xo al te mplo de San Cosme fue fundado hacia e l año
grabadas en grandes lozas irregulares con incisiones
1570 por Fray Bernardo de Alburquerque, construcción que más
profundas, entre las cuales sobresalen figuras de escenas
médicas: por ejemplo, mujeres en postura de parto. tarde tuvo la protección del Rey de España, y de ahí el nombre
Existen diferentes interpretaciones con respecto a las de Hospital Real. Contaba con 50 camas, las que aumentaron
imágenes, sin embargo, "dados los defectos corporales que a 400 o más en los periodos de epidemias. Figura importante
estas figuras revelan pueden considerarse como casos fue fray Andrés Gutiérrez, quien además de ocuparse de los as-
patológicos grabados en la dureza de la piedra, para pe ctos re ligiosos pre stó cuidados médicos y quirúrgicos. Los
perpetuarlos y que sirvan de lección a las generaciones
Hipólitos estuvieron en el nosocomio hasta el último tercio del
posteriores” (Ramírez, 1963).
siglo XVIII.
Estas reflexiones pueden ser las más acertadas si
consideramos el grado de cultura alcanzado por los
pobladores de Monte Albán, así como los diferentes
procedimientos de medicina y cirugía que ya empleaban tales
como, extracción e incrustaciones dentales, asistencia de
partos, reducción de fracturas, práctica de sangrías, cura de
heridas, apertura de abscesos y trepanación de cráneos
humanos.
Uno de los principales escritores sobre Monte Albán, Mario
Pérez Ramírez, expone que este complejo: “ Es un sitio donde
se han encontrado diversas manifestaciones de arte médico
con una secuencia constante y progresiva, desde la más
sencilla hasta la más compleja, prueba de que prevaleció la
intención de continuidad con el objeto de colectar, conservar y
que sirviera de base para la enseñanza de las generaciones
siguientes. Por lo que podemos deducir que Monte Albán fue Convento Dominico en Oaxaca.
un sitio de difusión del pensamiento médico en Mesoamérica"
157
Unidad 3: Escuela de Medicina en Oaxaca
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Unidad 3: Escuela de Medicina en Oaxaca
159
Unidad 3: Escuela de Medicina en Oaxaca
160
Unidad 3: Escuela de Medicina en Oaxaca
Bibliografía:
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Ramírez, M. (1963). Medicina Precortesiana. Las estelas de Monte Albán. Talleres de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca.
161
Unidad 4:
Inicio de la enseñanza
de la medicina en
Puebla
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Unidad 4: Inicio de la enseñanza de la Medicina en Puebla
Objetivo:
Conocer de manera breve, las formas y procedimientos para la enseñanza de la medicina en la ciudad de Puebla, su plan de estudios, los
programas de cada cátedra, características de alumnos y profesores, formas de evaluación y reglamentos.
Introducción:
A partir de 1834 se inician oficialmente en el Establecimiento de Ciencias Médicas, las cátedras para formar Médicos-Cirujanos
en el seno del Hospital de San Pedro y en las instalaciones del Colegio del Estado. Se consolidaba, finalmente, el tan anhelado
sueño poblano de formar sus propios facultativos sin depender de la ciudad de México, y siguiendo el modelo francés,
formarlos en las dos disciplinas que tanto tiempo habían estado separadas, la medicina y la cirugía. El Establecimiento no era
autónomo, dependía orgánica y funcionalmente de la Dirección de Sanidad, organismo gubernamental creado por el nuevo
Gobierno del Estado de Puebla para dar legalidad al ejercicio y estudio de las ciencias médicas. En términos generales, asumía
las funciones que el recién desaparecido Protomedicato había realizado, pero circunscribiendo su radio de acción solamente
a la entidad poblana. Durante sus primeros veinticinco años, desde su legislación en 1831 y hasta su primera clausura en 1855,
el Establecimiento de Ciencias Médicas funcionó como instancia puramente operativa, sin directivos, sin presupuesto y sin
instalaciones propias. Dentro del Hospital de San Pedro, los Comisarios y el Rector, fueron los encargados del buen desarrollo
de los programas clínicos y en el Colegio del Estado, la Dirección de Sanidad se encargó de controlar que la parte teórica se
cumpliera como estaba previsto.
164
Unidad 4: Inicio de la enseñanza de la Medicina en Puebla
Cátedra de Materia Médica y Medicina Legal. También En la clase del mediodía, se explicaba a los alumnos los fe-
en el tercer año se cursaba esta materia, pero en el Co- nómenos observados en la visita clínica y se explicaban las pa-
legio del Estado. En el primer semestre se tomaban las tologías externas, siguiendo la clasificación de Roche, Sansón y
lecciones de Materia Médica, tomando como texto el de Le noir, ilustradas con otros autore s quirúrgicos, e spe cialme n-
Barbiers, debiendo el catedrático reducir sus lecciones, te las enfermedades de huesos y todas las formas externas de
dando primero una idea general del “simple” como ob- la infe cción sifilítica. Si por alguna razón ocurría la mue rte , e l
jeto de la Historia Natural, de scribiendo sus caractere s profesor y los alumnos deberían realizar la autopsia correspon-
dándoles la denominación que han recibido en las cien- diente.
cias naturales, así como el nombre provincial o común
con e l que la ge nte los conoce ; e n los e le me ntos de l
reino mineral, debía presentar sus caracteres y denomi-
naciones según la nomenclatura química, sin olvidar los
sinónimos. Pasaría luego a comentar las propiedades de
todos ellos en el cuerpo humano como medicamentos,
presentando a los alumnos con imparcialidad crítica, lo
que las observaciones de otros autores y la suya, le ha-
yan hecho conocer sobre las virtudes curativas de cada
uno de estos. Para el segundo semestre se iniciaban las
lecciones de Medicina Legal, siguiendo el texto de Brian,
comple me ntándolo con e l de Orfila, principalme nte
cuando se trataba de un envenenamiento. También de-
bían estudiarse todos los Decretos del Estado de Puebla
sobre la letalidad de las heridas, para que los discípulos Sello de la Junta Directiva del Colegio de Medicina de Puebla.Biblioteca
165
En el método de la observación se debía seguir la Clínica de
Martinet y en la e valuación de los síntomas la Semiyottica de Los catedráticos
Boubaiss. Los alumnos de se gundo y te rce r año e ran los re s-
ponsable s de las obse rvacione s clínicas, mie ntras que los de La prime ra labor de los cate dráticos, fue la propone r los mé-
primer año, se asociaban a éstos sin obligación de apunte. Otra todos de e nse ñanza, los instrume ntos que se re que rían para
obligación del catedrático, era habituar a los alumnos a realizar la cátedra y los libros de texto que servirían de base. Termina-
la auscultación mediata o inmediata bajo la doctrina de Laen- do e l programa de cada cáte dra, se some tía a la discusión y
nec, como medio de encontrar señales y determinar las enfer- aprobación de la Dirección de Sanidad y una vez aprobado en
me dade s, principalme nte las de l pe cho; e l pulso también e ra conjunto, se proce dió a otorgar e l nombramie nto oficial a los
objeto de enseñanza, procurando su instrucción tanto práctica catedráticos, quedando bajo el mando de la Dirección y perci-
como teórica. biendo un salario anual que los obligaba a cumplir con normas
La parte filosófica no se descuidó. El catedrático selecciona- y procedimientos, algunos ya establecidos en el Reglamento de
ría los aforismos de Hipócrates que debía memorizar el alumno, 1832 y otros que irán surgiendo con el devenir de los cursos.
así como algunas proposiciones de Broussais en su examen fi- Los primeros catedráticos nombrados a partir del 6 de ene-
siológico. ro de 1834, día en que comenzaron las actividade s e scolare s,
Cátedra de Botánica. Esta mate ria también se cursaría fueron: José Mariano Rivadeneyra para la cátedra de Anatomía,
durante los años cuarto y quinto, pero sólo de junio a oc- Francisco Rivade ne yra para la cáte dra de Patología Exte rna,
tubre, meses de temporada de agua, en que es más fácil José María Molina para la cáte dra de Ope racione s y Partos,
el cultivo de plantas. Aunque el Jardín Botánico no pudo Juan de l Castillo para la cáte dra de Fisiología e Higie ne , Ale -
constituirse por falta de re cursos e conómicos, ante la jandro Martíne z para la cáte dra de Materia Médica y Me dicina
ne ce sidad de un áre a para iniciar las prácticas, e l Go- Legal, José María Zepeda para la cátedra de Patología Interna
bierno dispuso que se utilizara el jardín del Colegio del y José Ignacio Eche ve rría para la de Botánica. Se nombraron
Estado -se gundo patio de l Carolino-, siguie ndo como además dos profesores suplentes: Pedro Calderón y Juan Ne -
doctrina las Tablas Botánicas de Antonio de la Cal, que pomuceno Fernández.
fueron impresas por la Academia Médico Quirúrgica. Se El control de los alumnos se re alizaba me diante un libro
obligaba al cate drático a formar un he rbario para que que cada catedrático tenía la obligación de llenar, en el que se
supliera las plantas vivas cuando su cultivo se dificultara. asentaba la fecha de ingreso del alumno, las faltas de asistencia
Se consideraba también la contratación de un hortelano a las cátedras, su aprovechamiento y algunas “circunstancias”
con salario y habitación en el mismo jardín, el que culti- que podían influir en su carrera o que estuvieran relacionadas
varía de acuerdo a las instrucciones del catedrático. con los certificados que se le expidiesen.
166
Unidad 4: Inicio de la enseñanza de la Medicina en Puebla
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Unidad 4: Inicio de la enseñanza de la Medicina en Puebla
Los exámenes
Estos se realizaban de acuerdo a la Ley, a principios de enero y
de julio, los últimos meses de los semestres. Las fechas se acor-
daban por la Dirección de Sanidad, generalmente dos días por
la tarde, en que se verificaban todos los exámenes de todas las
cátedras. Los exámenes teóricos se realizaban en el Colegio del
Estado, sede del Establecimiento de Ciencias Médicas y de la
Dirección de Sanidad; mientras que los exámenes prácticos se
realizaban con enfermos en el Hospital General. Para cada cá-
tedra, se nombraba un jurado integrado por el catedrático de
la materia y dos miembros de la Dirección de Sanidad, corres-
pondiendo entre quince y veinte minutos a cada sinodal para
preguntar al alumno examinado y al finalizar se daba el voto.
Sólo existían dos posibles resultados: aprovechado o desapro-
vechado. Los resultados se asentaban en actas y en ocasiones
en el libro de alumnos aceptados. Cuando un alumno aproba-
ba, pasaba a la siguiente cátedra y caso contrario, continuaba
en la misma con el derecho de solicitar un nuevo examen antes
de concluir el siguiente semestre.
168
Unidad 4: Inicio de la enseñanza de la Medicina en Puebla
Conclusión:
El proceso de Independencia culminó con la creación de una República y entidades federativas que la
componían, y aunque existía una Constitución Política Federal, cada estado de la República le hizo las
modificaciones pertinentes para su ejecución. La Ley para el Ejercicio y Enseñanza de las Ciencias
Médicas y su aprobación en 1832, señaló el camino que los poblanos de ese tiempo consideraron
adecuado, y para ejecutarlo, crearon una Dirección de Sanidad, órgano máximo del que dependieron
todos los asuntos relacionados con la salud y la enfermedad de la población.
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Cortes, j .g.r . (2005). Enseñanza de las Ciencias Médicas en la Puebla de los Ángeles 1787-1856. Puebla: buap.
Hernández, m. (1803). Diccionario elemental de Farmacia, Botánica y Materia Médica o Aplicaciones de los fundamentos de la Química
moderna a la Farmacia en todos sus ramos. Madrid: Imprenta Real, Segunda edición con láminas, tres Tomos.
169
Unidad 5:
La formación médica
en otras ciudades de
México
María Elena Ramírez de Lara
Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
Objetivo:
Comprender los contextos y elementos que influyeron en el establecimiento de otras Escuelas de Medicina creadas
durante el siglo XIX.
Introducción:
Además de las escuelas de medicina de México, Puebla y Oaxaca, antes revisadas, a fines del siglo XVIII y durante el
siglo XIX aparecieron otras en las siguientes ciudades: Guadalajara, Morelia, Mérida, Monterrey, San Luis Potosí, y en
México, la Escuela Práctica Médico Militar y la Nacional de Medicina y Homeopatía. A continuación, se presentarán
algunos aspectos generales de la fundación de cada una de ellas.
Fundación de la cátedra
de Medicina en Morelia
El Congreso del Estado en 1826 aprobó la creación de la Junta Los vaivenes políticos de la época afectaron las institucio-
Médico-Quirúrgica de Michoacán, tre s años de spués e n 1829, nes en diferentes formas, por ejemplo, en 1858 el Hospital de
las autoridades transformaron la Junta en el Protomedicato de San Juan de Dios fue secularizado convirtiéndose en Hospital
Michoacán, institución que conservó las funciones de supervi- Civil -e ste nosocomio contaba con cuatro salas dos de me di-
sar el ejercicio de médicos, cirujanos y farmacéuticos y agregó cina y dos de cirugía para ambos se xos por se parado-; mie n-
la de preparar nuevos profesionales en el área de la salud a tra- tras que el Colegio de San Nicolás pasó de un edificio a otro, y
vés de una cátedra de Medicina. Ésta se fundó el 1 de mayo de durante la intervención francesa fue clausurado, a fin de siglo
1830, sería un curso de tres años con sede en el Hospital de San volvió a su edificio original. En 1895, por decreto fue creada la
Juan de Dios y las siguie nte s mate rias: Anatomía de scriptiva, Escuela de Medicina del Estado de Michoacán, con sede en el
Fisiología, Patología general e Higiene pública y privada, a car- Hospital Civil, pero que, a diferencia de las otras escuelas que
go de los miembros del Protomedicato: Juan Manuel González también conformaron el Colegio de San Nicolás, la de Medicina
Urue ña (pre side nte ), Juan Francisco Re gis Macouze t (prime r quedó directamente en manos del gobierno estatal. Éste inició
protomédico) y Francisco Sandoval (segundo protomédico). la construcción de un hospital, que terminó en 1901 y e staba
conformado por ocho pabe llone s para hombre s, cuatro para
mujeres, y tres anfiteatros, en el mismo edificio se formarían los
médicos con un plan de estudios de seis años.
En ple no movimie nto re volucionario e s clausurada la Es-
cuela de Medicina -1915-, por lo que los alumnos Salvador Gon-
zález Herrejón e Ignacio Chávez, fueron becados para terminar
sus estudios en la ciudad de México.
En 1917 se publicó el de creto de fundación de la Universi-
dad Michoacán a de San Nicolás de Hidalgo, se integró por las
antiguas e scuelas del Colegio -lo que incluyó la de Me dicina-,
sin embargo, ésta tardó un año en reiniciar actividades. Poste-
riormente, en 1919, en la ley reglamentaria de la Universidad, le
da a la Medicina el carácter de Facultad.
Universidad de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia. Viesca, p. 223
172
Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
Enseñanza de la medicina
en Mérida
La Universidad Literaria fue reorganizada por decreto del Con- En 1837 se graduó Juan Pablo Acevedo, el primer bachiller
gre so Constituye nte de Yucatán e l 24 de marzo de 1824, y 10 e n me dicina, siguiéndole e n e se mismo año, Ne me sio de los
de junio de 1833 se estableció la Escuela de Cirugía Práctica y Santos Rubio y Palome que . El prime r lice nciado e n me dicina
Medicina, gracias a las gestiones del doctor Ignacio Vado y Lugo fue Fernando de la Luz Patrón, en 1842. Dos años después, me-
y Tomás O’Horán, desde ese momento quedó establecido que diante un nuevo reglamento, fueron suprimidos los grados de
el Hospital General de Mérida destinaría un local para las prác- bachiller y licenciado, quedando sólo la posibilidad de obtener
ticas de los estudiantes. Alrededor de medio año más tarde, en el título de doctor en medicina.
enero de 1834, fue promulgado por el Congreso del Estado, el Durante la de nominada Gue rra de Castas, las actividade s
primer Reglamento de la Escuela de Medicina, en el que quedó doce nte s fue ron suspe ndidas e n se ptie mbre de 1848, re anu-
establecida la enseñanza en un curso de cuatro años. dándose en octubre de 1849. Algunas fuentes señalan que fue
en 1869 con la promulgación de la Ley de la Instrucción Pública
del Estado, cuando se creó la Escuela Especial de Medicina, Ci-
rugía y Farmacia, con un plan de estudios de seis años, sede en
el Instituto Literario de Yucatán y las clases prácticas en el Hos-
pital General; otras, señalan que fue en 1906 cuando obtuvo la
mencionada denominación, al incorporar a la Escuela Especial
de Farmacia.
Al comienzo del siglo XX, la Escuela contaba con 60 alumnos
y 16 profesores que impartían las 20 cátedras consideradas en
el plan de estudios. Para 1910, tenía 18 profesores que impar-
tían las 30 asignaturas comprendidas en el plan de carrera. En
el ciclo escolar 1912-1913 hubo 39 alumnos.
173
Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
Enseñanza de la Medicina
en Monterrey
En 1828 el médico italiano Pascual Constanza inició los cursos En 1859 se fundó el Colegio Civil del Estado y el 30 de oc-
de me dicina, y logró que dos de sus alumnos lle garan a gra- tubre del mismo año abrió sus puertas la Escuela de Medicina
duarse. Debido a la escasez de recursos fueron suspendidas las de Monterrey con seis catedráticos, encabezados por el doctor
clases. José Ele ute rio Gonzále z, y 15 alumnos. De spués, durante la
Posteriormente, en noviembre de 1833 llegó a Monterrey, el Guerra de Intervención, el Colegio Civil fue clausurado y reanu-
doctor José Eleuterio Gonzále z, nacido en Guadalajara, quien dó sus actividades hasta el 1 de septiembre de 1866, pero para
había hecho estudios de medicina en la escuela de su ciudad 1877 la Escuela de Medicina se había separado de aquel y sus
natal y practicado e n hospitale s de San Luis Potosí, de sde su actividades eran reguladas por el Consejo de Sanidad.
llegada entró a trabajar al hospital de “El Rosario” y comenzó En 1891, se inauguró el edificio propio de la Escuela de Me-
sus actividades docentes, mediante una cátedra de farmacia, a dicina, construido en parte con recursos que el mismo doctor
la cual se inscribieron cuatro alumnos en 1835. Recibió su título González designó para el efecto en su testamento. Desafortu-
de médico, otorgado por la Junta de Sanidad de Nuevo León, el nadamente, debido a la poca demanda, la Escuela fue clausura-
8 de marzo de 1842. Después inició un curso de ciencias médi- da el 19 de febrero de 1899, pero fue reabierta en 1912 y subsis-
cas con el programa de la Escuela de Medicina de México, uno tió con dificultades hasta 1921, año en que quedó formalmente
de los primeros cinco estudiantes, Blas María Díaz, se convirtió establecida.
en el primer médico titulado en Nuevo León, quien presentó el
examen correspondiente, el día 29 de febrero de 1848.
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Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
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Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
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Unidad 5: La formación médica en otras ciudades de México
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177
CAPÍTULO
V
Unidad 1:
El modelo Anatomo-
patológico
Ve rónica Ramíre z Orte ga
Unidad 1: Epidemiología y población
Objetivo:
Mostrar los cambios que generó la filosofía ilustrada en el pensamiento médico y quirúrgico a lo largo del siglo XVIII y
que llevaron a la conformación del modelo anatomo-patológico de la medicina, con el cual se desplazaba la idea de
que la enfermedad derivaba de un desequilibrio humoral por el hecho demostrable de que ésta se encontraba
localizada en un órgano.
Introducción:
El siglo XVIII estuvo influenciado por las ideas de filósofos como John Locke y David Hume, que dieron preponderancia
a la razón y la e xpe rie ncia sobre la re ligión para conoce r e l mundo. Pre dominó un e spíritu de crítica hacia los
conocimientos heredados y se apoyó el desarrollo de la ciencia como medio de conocer y dominar la naturaleza. Este
pe nsamie nto favore ció e l avance que ve nía ge stándose de sde los siglos ante riore s e n conocimie ntos médicos
como la cirugía, la anatomía, la fisiología y la clínica. Todo e llo, por un lado, socavó la valide z de l siste ma humoral y,
por otro, permitió la configuración de nuevas doctrinas médicas que dieron lugar al modelo anatomo-patológico.
Entre los modelos médicos que buscaron superar al humo- El mayor exponente de esta teoría fue el holandés Herman
ral estuvo el mecánico e hidrostático, en el que se consideró que Boerhaave (1668-1738). Por su parte el médico alemán Georges
el cuerpo humano era más que una máquina, era un conjunto Ernst Stahl (1659-1734), fundador de la Facultad de Me dicina
integrado y equilibrado, en el cual la presión y los fluidos esta- de Halle, consideró que el cuerpo humano era diferente a una
ban nivelados. Se componía de partes sólidas, como poleas y máquina, era un organismo en el que existía un principio vital
palancas, y líquidas, como conductos y vasos. Las primeras es- inmaterial, un ánima, que actuaba en él para darle vida y el cual
taban dotadas de una “fuerza vital” y su movimiento fisiológico no era susceptible de análisis químico o mecánico.
podía e xplicarse conforme las le ye s de la me cánica. Mie ntras
180
Unidad 1: Epidemiología y población
181
Papel de los avances en la cirugía
Otro elemento que influyó en la conformación del modelo ana-
tomo-patológico e n la me dicina, fue e l avance e n la cirugía.
Esta práctica que se había mantenido como una disciplina de
e nse ñanza gre mial, pudo lograr ade lantos importante s e n su
enseñanza y en el ejercicio de su profesión.
Los re que rimie ntos de pe rsonal quirúrgico compe te nte ,
para atender las necesidades de las fuerzas armadas, así como
los cambios que se e staban ge ne rando e n los hospitale s -e n Estuche de instrumental quirúrgico, Biografías y vidas
182
Unidad 1: Epidemiología y población
183
Modelo anatómico patológico
El saber anatómico ya no sólo significó el estudio de la estruc-
tura del cuerpo humano, en el que ya se había avanzado en los
años anteriores, sino que se concentró en la investigación deta-
llada por regiones y en la estructura de los órganos, lo que de-
rivó también en el conocimiento del funcionamiento de éstos.
En re lación con la patología, la re lación se e stable ció me -
diante la realización de autopsias o estudios postmortem. Pues
mientras se examinaban algunos cadáveres, se pudieron ir ob-
servando ciertas anomalías o lesiones, que se buscaba relacio-
nar con la enfermedad que había tenido el difunto.
184
Unidad 1: Epidemiología y población
Conclusión:
Los avances logrados en la medicina y la cirugía favorecieron que Morgagni desarrollase el trabajo que le permitió
logró dar el paso para sustituir la teoría del desequilibrio humoral como causa de la enfermedad, para establecer el
hecho de que ésta se localizaba en un órgano, lo cual podía ser verificado mediante la observación y el análisis de la
evidencia en los estudios postmorten.
Bibliografía:
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185
Unidad 2:
El método
Anatomo-clínico
Jesús Gabrie l Sánchez Campa
Migue l Ote ro Zúñiga
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
Los orígenes
Introducción:
Los médicos de la primera mitad del siglo XIX se enfrentaron
a la herencia de teorías y sistemas que limitaban el conocer
real de la enfermedad. A decir de José Babini estos eran: “[…] Arthur Schopenhauer, Biografías y vidas
sistemas con frecuencia simplones, en los que un solo
principio todo lo explicaba; un solo fundamento daba cuenta Las ideas liberales emanadas de la Revolución Francesa
de todos los fenómenos, una única causa provoca todas las fueron encontrando eco no solo en Europa sino en América;
enfermedades; un único remedio las curaba […]”. A lo largo gestándose sucesivos movimientos revolucionarios y naciona-
de este período histórico, sin embargo, se crearía un nuevo listas, que no cesaron hasta conseguir la instalación de regíme-
orden en el conocimiento médico, un orden cuyo objetivo nes democrático-liberales.
sería, el hacer de la medicina una ciencia. Esto emanado de la Fue la época donde nació el romanticismo, que constituyó
coincidencia de tres fenómenos históricos fundamentales: la una clara ruptura con la vieja visión académica, estableciendo
revolución liberal-burguesa, la revolución industrial y el el gusto por lo extraño y exótico, la fantasía y el misterio, las
romanticismo, que estructurarían dentro de la ciencia una emociones y el conocimiento intuitivo, así como la percepción
mentalidad integrada por tres motivos principales y de la totalidad por sobre la parcialidad. De ahí que encontre-
asociados entre sí: el evolucionismo, el positivismo y una mos a autores como Víctor Hugo, Chopin o Goya.
concepción del curso de la historia que pretende ser entera y
definitivamente racional y científica. En este escenario
complejo y extraordinario, ocurre pues, el nacimiento de una
“nueva mirada médica” que busca -como nos lo recuerda
Foucault- “ver lo invisible” y que se apoya en palabras de
Guerra en: “[…] la aplicación de nuevas técnicas auxiliares
para el diagnóstico, la magnitud de una casuística
hospitalaria que permita la observación de casos semejantes
en condiciones ideales y en número susceptible de análisis
estadístico, que, además, ofrezca la posibilidad de cotejar los
antecedentes y los síntomas recogidos en la historia clínica
con el examen sistemático de las lesiones presentes en la
autopsia […]”. A este nuevo modelo, paradigma o revolución Víctor Hugo, Biografías y vidas
científica -que permitió llegar a un diagnóstico anatómico en
vida del enfermo mediante un examen clínico sistemático- se Del idealismo se pasó al materialismo y de este al positi-
le dio el nombre de método anatomo-clínico. vismo. Esto propicio una búsqueda afanosa por la verdad, que
rebaso con mucho los esquemas y desarrollos doctrinarios ex-
puestos por el mismo Augusto Comte en su famoso “Curso de
filosofía positiva” y que llega hasta nuestros días.
187
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
188
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
Ahora bie n, e s importante se ñalar que ya se habían dado Giovanni Battista Morgagni
algunos pasos importantes en la búsqueda para consolidar una
“cie ncia médica” de sde e l siglo XVIII, como lo mue stra e l tra- Mención aparte merece Giovanni Battista Morgagni, que con su
bajo del holandés Hermann Boerhaave (1668-1738), que fue el obra De sedibus et Causis morborum per anatome indagatis de
clínico más prominente de esta época y sobresalió no por algún 1761, constituye e l inicio de la anatomía patológica mode rna,
descubrimiento, sino por su excelencia como médico y por su así como el punto de partida de la medicina anatomo-clínica y
mae stría. Ense ñó a e xaminar al e nfe rmo y a e studiar e l mal y la base científica del futuro método. Una característica funda-
después sobre esa base construir la doctrina. Al igual que Sy- mental del método de Morgagni radica en el rigor y veracidad
denham, al que admiraba fervientemente, destacó la importan- de sus investigaciones en la necropsia, así como en la fidelidad
cia de la enseñanza de la medicina junto al lecho del paciente. y fiabilidad de sus datos acerca de las lesiones que observa.
También insistía en la necesidad de que el estudiante siguiera
el procedimiento de la autopsia a fin de que se habituara a rela-
cionar claramente las lesiones -cambios patológicos en la mor-
fología- con los síntomas.
Hospital de Londres, Schott La obra de Morgagni constituye pues la culminación del es-
fuerzo por buscar los orígenes de la enfermedad en el cuerpo
De igual manera habrá que mencionar a Auenbrugger quien humano a través de la dise cción –de sde M. Malpighi, Antonio
al de sarrollar la pe rcusión como parte de l método clínico y María Valsalva y Albe rtini, pe rfe ccionados y coronados por su
darlo a conocer en 1760 en el trabajo Inventum novum ex per- obra– siendo este el momento más importante de la anatomía
cussione thoracis humani, ut signo abstrusos inte rni pe ctoris patológica del siglo XVIII, y que representará un progreso funda-
morbos detegendi, se sirvió de la autopsia como control de sus mental en el entendimiento clínico futuro; después se buscará
observaciones. en los tejidos y luego en las células.
189
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
190
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
191
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
te la invención de maniobras como Cuando el siglo XIX comenzaba, París se convirtió en el centro
de la medicina clínica mundial, lo cual como hemos visto no
fue gratuito. A través de una “nueva mirada médica” nacida del
la percusión y la auscultación para método anatomo clínico, los médicos de la época de todas las
latitudes se formaron en la práctica clínica a través del trabajo
de laboratorio, la experimentación, la medición sistemática, el
detectar los cambios patológicos de registro minucioso de las observaciones y su publicación.
Nombres como los de Corvisart, Laënnec, Dupuytren,
los órganos internos; 4) postula una Broussais, a los que se suman otros como Stokes, Graves,
Cheyne, Corrigan, Adams, Rokitansky o Skoda son parte de esa
generación. Tan vigentes hoy como entonces a través de los
hipótesis diagnóstica; 5) corrobora o epónimos de una constelación clásica de signos, síntomas y
síndromes, pero, sobre todo, por ser parte de un método que
hoy en día se sigue enseñando en todas las escuelas de
rechaza la hipótesis de acuerdo con medicina del orbe y que como entonces, es un arte que se
realiza al lado de la cama del enfermo: la medicina clínica.
la observación en el examen clínico o
192
Unidad 2: El método Anatomo-clínico
Bibliografía:
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Unidad 3:
La lesión
como
fundamento
Guilebaldo Cruz Cortés
Conrado Robles Vázquez
Unidad 3: La lesión como fundamento
Objetivo: I
Introducción:
visart (1755-1821 es, por lo menos, el autor del plan estratégico.
En el “discurso preliminar” de su libro Ensayo sobre las enfer-
medades y las lesiones orgánicas del corazón y de los gran-
des vasos (París, 1806, recuerda Corvisart una vieja idea suya:
La actitud intelectual de Bichat respecto a la alteración cómo poner una obra análoga a la Morgagni, más para tal obra
anatómica va a tener dos consecuencias importantes. La
-concluye-, haría falta otro Morgagni. No puede ser expresado
primera es la aparición de la Anatomía Patológica como
disciplina fundamental y autónoma, por completo de manera más patente, la aspiración de Corvisart a una semio-
independiente de la clínica, y aunque sabemos que hay logía orientada por la lesión orgánica y capaz de diagnosticarla
intentos anteriores, el impulso decisivo hacia esta ciencia
in vivo.
nueva, procede del pensamiento y enseñanza de Bichat. La
segunda de esas dos consecuencias es un programa Como clínico, ha dado un paso más que Bichat, no se con-
propuesto por el mismo Bichat, sobre la clínica y la forma con repetir su programa, y se propone una investigación
patología, señalando como directriz la investigación
de los “signos diagnósticos” necesarios para hacer de aquel,
anatomo-patológica. Pero ¿cómo cumplir con su consigna
en función al diagnóstico? ¿Cómo reconocer en el una empresa clínica real.
enfermo, la índole de sus lesiones, cuando estas se
encuentran en el interior de las cavidades? ¿Cabe hacer
una nosografía anatomo-clínica de las enfermedades
llamadas internas? La respuesta a estas interrogantes será
“La meta deseable, no debe ser la inves-
la obra sucesiva de Corvisart y sus dos máximos discípulos,
Bayle y Laënnec. tigación, por una estéril curiosidad, de lo
síntomas constantes.”
195
Unidad 3: La lesión como fundamento
196
Unidad 3: La lesión como fundamento
197
Unidad 3: La lesión como fundamento
“[…] una de las cualidades sobre la que se La consideración clínica de la subjetividad del enfermo y de
la conexión entre ella y el estado social, sería para el buen mé-
funda con solidez el tacto del gran médi- dico tan ineludible como peligrosa. El médico, que con frecuen-
cia se halla entre la verdad y la mentira, necesita para sus juicios
co, consiste principalmente en la penetra- un criterio seguro. ¿Cuán puede ser ese criterio? “La sensación
de l cue rpo”, re spondió e l hipocrático; “la e xploración física”,
ción, robustecida sin cesar por el ejercicio, responde Corvisart, más con sus hechos que con sus palabras.
Pero cuando esta respuesta viene después de haber separado
que frente a un enfermo le hace percibir a un individuo en un “hombre físico” y en un “hombre moral”,
ambos dignos de e studio, la conse cue ncia no pue de se r sino
la escena de las afecciones morales, del la petición de los datos de exploración en tres porciones: a) los
“signos cie rtos y constante s”, re lacionados re spe cto a la cau-
mismo modo que observa todos los fenó- sa inmediata; b) las expresiones del “hombre moral” relativas a
la enferme dad, e sencialmente e quívocas, variable s y que dan
menos físicos que las revelan, las produ- motivo para sospechar; c) y entre estas y aquellas, los síntomas
orgánicos que -como el vómito y la fiebre-, carecen de una sig-
cen o resultan de ellas.” nificación semiológica fija y conocida. La discriminación entre
lo subjetivo y lo objetivo de la enfermedad, va haciéndose cada
Sin una constante atención al hombre moral, el médico se vez más patente y deliberada.
halla expuesto a mil errores, lo que se puede probar de modo
cotidiano, cuando ponemos atención al estado social del pa-
ciente, sobre todo en las grandes ciudades, y del modo en
cómo éste, produce sobre las vísceras o en toda la economía,
daño superficial o profundo de todas las funciones. Por tanto,
el médico que no lo advierte, se pierde en conjeturas, fluctúa en
sus opiniones, se extravía en la elección de remedios y se enga-
ña casi siempre acerca de los resultados que prometía.
198
Unidad 3: La lesión como fundamento
Percusión clínica
199
Unidad 3: La lesión como fundamento
Denomina artificial al obtenido a partir de los síntomas, por La ordenación del trabajo de Bayle -en lo que a la patología
lo que no es aplicable ni a todos los grados ni a todos los casos de la tisis pulmonar se refiere-, comprende tres investigaciones
de tisis; el carácter esencial, es conveniente a ésta en todos sus sucesivas:
grados y según todas las formas que pueda adoptar, en pala- 1. Distinguir en el cadáver las especies anatomo-patológi-
bras de Bayle: cas corre spondie nte s al géne ro “tisis pulmonar”; Bayle
aísla se is: tube rculosa, granulosa, con me lanosis, ulce -
“toda lesión del pulmón que, abando- rosa, calculosa y cancerosa.
2. Describir el estado del pulmón en los diversos estados
nada a sí misma, produce una desorga- evolutivos de cada una de las formas de tisis pulmonar.
Bayle los divide en cuatro: tisis oculta o germen de la ti-
nización progresiva de esta víscera, a sis, tisis incipiente, tisis confirmada, tisis en grado final.
3. Determinar los síntomas clínicos necesarios y suficientes
consecuencia de la cual sobreviene su ul- para el diagnóstico de cada especia en cada uno de sus
periodos. Bayle denomina “especie morbosa” al conjun-
ceración y la muerte.” to de síntomas y de los caractere s comune s a diversas
enferme dade s individuale s, cuando en ellas se ha de s-
Este “carácter esencial” o anatomo-patológico, se expresa preciado todo lo que no era común a estas enfermeda-
en el “carácter artificial” o sintomático de la dolencia, constitui- des ordenadas en un solo grupo.
do por tos, dificultad de respirar, marasmo, fiebre y en ocasio-
nes expectoración purulenta.
200
Unidad 3: La lesión como fundamento
Conclusión:
Aunque médico general, J.N. Corvisart consagró su atención principal a las enfermedades del
corazón y de los grandes vasos. Su ambición era alta, y muy clara la conciencia de su situación
histórica, hubiera querido escribir un libro que, según la estimulante consigna de Bichat, fuese
por su título, el reverso clínico de la obra que medio siglo antes había publicado Morgangni
sobre los signos diagnósticos en las causas de las enfermedades, investigadas por sus estudios
anatómicos en autopsias; pero ni su experiencia, ni la situación del saber clínico, le permitieron
hacerlo.
No obstante, tuvo dos grandes méritos: dio validez universal al olvidado “invento nuevo de la
percusión” de Auenbrugger, e introdujo la auscultación del tórax “poniendo la oreja muy cerca
del pecho”. Discípulos de Corvisart fueron, entre otros, Bayle y Laënnec. G.L. Bayle (1774-1816),
fue el introductor de la auscultación torácica inmediata, compuso un espléndido libro sobre la
tisis pulmonar en 1810, siguiendo las consignas del naciente método anatomo-clínico, es decir,
estudiando metódicamente la relación entre el cuadro clínico y el cuadro necrológico de cada
caso, convirtió en concepto anatomo-patológico, la vieja y vaga noción clínica de “tisis”.
Bibliografía:
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López, j .m. (1974) Patología y Medicina Interna. En: Laín Entralgo, p. (1974). Historia Universal de la Medicina, Tomo vi, Barcelona:
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201
Unidad 4:
Laënnec
y el
estetoscopio
Rubí Malpica Morales
Thania Ameyalli Cejudo Nevarez
Ruy Echavarría Rodríguez
Unidad 4: Laënnec y el estetoscopio
Objetivo:
Vida y trayectoria médica
Su vida, poco conocida, inició el 17 de febrero de 1781 en
Conocer la aportación de Laënnec al método clínico.
el puerto de Quimper en Bretaña, Francia; donde nació
primo-génito en el matrimonio de Théophile-Marie Laënnec y
Miche-lle-Gabrielle-Felicité Guesdon. Quedó huérfano de
madre a los cinco años, en el puerperio de su última hija -como
Introducción: era habitual en la época-, razón por la que su tío paterno
Michel-Jean Laën-nec, que era sacerdote, se convirtió en
tutor de sus sobrinos. Más tarde la tutela pasó al cuidado de
otro tío, el Dr. Guillaume Francois Laënnec, quien influyó en la
En 1781 nació un personaje que pasado el tiempo ocupó vocación de su joven pa-riente debido a su formación
un lugar destacado en la historia de la medicina: René profesional.
Theophile-Hyacinthe Laennec, quien a lo largo de su A los catorce años, Laënnec ingresó como ayudante en
vida se convirtió en un erudito, recordado como el Hotel Dieu de Nantes, cuatro años después obtuvo el título
excelente médico y un brillante clínico, además de un de cirujano de tercera clase en el Hospital Militar de Nantes
polifacético hombre de su tiempo que aparte de su y se trasladó al Hospice de la Fraternité, donde se familiarizó
pasión por el estudio de la medicina y la realización de con el quehacer clínico y quirúrgico en el tratamiento de los
experimentos sobre fisiología, era afecto a las pacientes.
caminatas, la caza, la música y el baile. En 1800, Laënnec ingresó a la École Practique en Paris,
En el siglo XIX el desarrollo de la tecnología aportó ahí practicó disecciones en el laboratorio de Guillaume
herramientas innovadoras en la medicina, como en toda Dupuytren; en esos años se introdujeron, la patología
la actividad humana, que beneficiaron a la población, al macroscópica en la cirugía y el concepto de enfermedad, y
mejorar las técnicas de diagnóstico y tratamiento de las su comparación con las condiciones anatómicas. Fueron sus
enfermedades. Paradigma de lo anterior es un maestros, entre otros, Gaspard Laurent Bayle, Marie Francois
instrumento, usado aún en la actualidad por la Xavier Bichat, Jean-Jac-ques Leroux de Tillets, Nicolás
comunidad médica, es el estetoscopio, invento por el Corvisart des Marest (cardiólogo y médico de Napoleón), entre
que es más conocido Laënnec, y que llevó consigo el otros.
desarrollo de la técnica de auscultación mediata,
llegando a ser uno de los médicos más famosos en
Europa, y en las áreas de predominio o influencia de la
civilización europea, por lo que se le llegó a considerar
como: “El fundador de la medicina moderna”, “El mejor
clínico de Francia”, “El Hipócrates francés”, entre otros
sobrenombres laudatorios.
203
Unidad 4: Laënnec y el estetoscopio
Biografía de Laënnec
204
Unidad 4: Laënnec y el estetoscopio
205
Unidad 4: Laënnec y el estetoscopio
206
Unidad 4: Laënnec y el estetoscopio
Conclusión:
Los resultados de sus descubrimientos, tras tres años de
investigaciones, se publicaron en su libro: “De lʼAuscultation
Mediate” (De la auscultación mediata), el 15 de agosto de 1819, en
dos volúmenes en una edición de 3500 ejemplares. En dicho libro
describió los diferentes sonidos del pulmón, del corazón y otros
órganos, tanto normales como patológicos, descripción que ha
influido hasta hoy en la clasificación de enfermedades de los
pulmones y el corazón; por ello obtuvo reconocimiento mundial, y
varios títulos académicos y visitas de estudiantes quienes acudían a
París para aprender directamente de él.
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207
Unidad 5
Fisiología
experimental
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Minou del carmen Arévalo Ramírez
Unidad 5: Fisiología experimental
Objetivo:
Explicar la nueva visión fisiopatológica del signo físico, el índice de un estado
funcional siempre mutable, que debe ser convertido en signo funcional.
Introducción:
La concepción dinámica o procesal de la enfermedad –la visión científica de ésta
como un desorden en el proceso energético-material, con que la vida se ofrece a
quien la estudia en el laboratorio-, tuvo su causa principal en la rápida conversión de
la Filosofía Natural en Alemania de 1830 a 1850; recuérdese lo dicho en la unidad
anterior.
Pero también, como certeramente ha señalado López Piñero, en la influencia de la
medicina fisiológica de Broussais más allá de las fronteras francesas, con Virchow y
Wunderlich, y en la pervivencia del “espíritu hunteriano”, que es experimental y
dinámico al mismo tiempo, no sólo en Inglaterra, sino también más allá del Rhin.
Con esta nueva mentalidad, tan eficaz para abatir el viejo y persistente vitalismo,
escribió al respecto Claude Bernard en 1865: “Yo considero al hospital sólo como el
vestíbulo de la medicina, como el primer campo de observación en que debe entrar
el médico; pero el verdadero santuario de la ciencia médica es el laboratorio.”
209
Unidad 5: Fisiología experimental
210
Unidad 5: Fisiología experimental
Termometría patológica
Este fue el objetivo de la investigación de Karl August Wunder- Pero cuál era la forma en que esta ley tomaba forma científi-
lich: “estudiar del modo más completo posible la evolución de ca, de forma inmediata, la temperatura del cuerpo enfermo; de
la temperatura de las enfermedades”. Así lo hizo con paciencia forma mediata, el estado general del organismo; pero de forma
y método ejemplares, durante dieciséis años –cientos de miles remota, el proceso de la vida sana y enferma, por lo que afirma-
de me didas orde nadas e n más de 25 mil trazados te rmomé- ba de manera terminante:
tricos, fueron la cose cha material de la inve stigación-. Pero el “La termometría, permite obtener un signo físico y objetivo
pensamiento de las Filosofía Natural, que existía en Wunderlich, de la fiebre. Esto, sin embargo, no la asimila por comple-
perseguía en la realidad clínica algo más que signos termomé- to a los restantes signos físicos, tales como la percusión
tricos de las diversas afecciones febriles buscaba, sobre todo, y la auscultación; así como éstos se aplican a la investi-
leyes del movimiento vital. gación de la lesión local, la termometría […] aprecia un
“Una cue stión hay más importante , más grave , más e mi- fenómeno tocante al estado general del organismo. Así,
nente que las demás; es ésta: ¿existe una ley que regule el y gracias al copioso material que ha suministrado la me-
curso entero de ciertas formas morbosas?; y si en verdad dición exacta, la termometría abre a los médicos una vía
existe, ¿nos será dado conocerla con precisión según la nueva e inaccesible a cualquier otro método de investi-
marcha de la temperatura? […] ¿Hay formas patológicas gación; esto es, el estudio patológico de la vida.”
en las que el trastorno fundamental de la economía se
halle sometido a una le y? El re sultado más importante En la mentalidad anatomo-clínica, el signo clínico nos refie-
de las observaciones termométricas no se alcanza sino re inmediatamente a una lesión local, si un dato de exploración
en el momento en que se llega a descubrir por vía experi- no cumple esta exigencia, en rigor, no es físico. Por otra parte,
mental que, las modificaciones de la temperatura en las hay signos físicos que no significan lesiones anatómicas locales,
enfermedades se hallan fundadas sobre una ley.” sin alteraciones típicas del proceso químico y energético de la
vida, y estos son a la postre, los signos que verdaderamente im-
portan al fisiopatólogo.
211
Unidad 5: Fisiología experimental
Curvas térmicas
Al estudiar la evolución patológica de la temperatura, Wunder- del tejido celular, etc.-, y de un modo intercurrente en el curso
lich de scribió dos cate gorías. Unas ge néricas o “constitucio- de las afecciones crónicas, pero también con motivo de alguno
nale s”, que dependen de lo común de la naturale za del hom- de los proce sos normale s que irrumpe n e l curso uniforme de
bre y pueden presentarse en todas las enfermedades febriles, las funciones, como la aparición de secreción láctea o comien-
como son: e l e scalofrío, e l calor fe bril y e l colapso. Otras son zo de la hemorragia menstrual. A veces parecen ser la expresión
e spe cíficas, de te rminadas a la ve z por la naturale za biológica de una infección insuficiente, que se extingue sin consecuencias
de quien las padece y por la peculiar índole de la enfermedad posteriores. Pero también se puede presentar sin que el médi-
padecida. La especie del proceso morboso –fiebre tifoidea, ti- co logre comprobar un trastorno del cual pudiera depender.
fus exantemático, etc.-, su ocasional intensidad, las condiciones
individuales del paciente, influencias accidentales como el tra-
tamiento, y las complicacione s, determinan el ciclo efe ctivo y
concreto de la hipertermia febril. Veamos algunos ejemplos:
212
Unidad 5: Fisiología experimental
213
Unidad 5: Fisiología experimental
Conclusión:
Ante un síntoma cualquiera, el clínico antiguo se limitaba a nombrarlo y describirlo según su
inmediata apariencia sensorial; luego –como patólogo-, trataba de explicarlo conforme a su
saber anatómico y dentro de la doctrina fisiológica que profesara: teoría humoral, tensión o
relajación de las fibras, movimiento de los átomos, propiedades vitales de los órganos y
tejidos, etc.
El fisiopatólogo del siglo XIX, se cree en situación de hacer mucho más; no sólo nombrará y
describirá el síntoma, intentará, además penetrar de forma analítica y mesurativa en su
intimidad, hasta poder verlo como una alteración típica del proceso energético y material en
que la vida parece consistir.
Su interpretación final será –o pretenderá ser-, la ordenación científica de ese proceso parcial
en el “general proceso de la vida”. Tres caminos se pueden apreciar siguiendo a Laín
Entralgo: la consideración del síntoma como proceso energético; su reducción a una curva
objetiva y mesurable; su estudio como un proceso material.
Bibliografía:
Laín, p. (1961). La Historia Clínica. Barcelona: Salvat Editores
López, j .m. (1974) Patología y Medicina Interna. En: Laín Entralgo, p. (1974). Historia Universal de la Medicina, Tomo vi, Barcelona:
Salvat Editores
Mayer, j .r . (1838). Die organische Bewegung in ihren Zusammenhang mit dem Stoffwechsel. Heilbronn: Maximilian Müller
Wunderlich, c.r .a. (1872). De la tempèrature dans les maladies, París, traducción francesa de Labadie-Lagrave.
214
CAPÍTULO
VI
Unidad 1:
Colegios de Cirugía
Salvador Rosales y de Gante
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Objetivo:
Describir la importancia de la cirugía relacionada a las Reformas borbónicas en el siglo XVIII, para
comprender el componente social de los cirujanos del siglo XIX, después de la aparición de los Colegios
de Cirugía.
Introducción:
En el siglo XVIII en Francia, considerada entonces como como una nación con un alto nivel de educación
médica, la separación entre cirujanos y médicos con estudios era mayor que en ningún otro país. La
preparación de los cirujanos era pavorosa, y en general ocupaban las capas más bajas de la sociedad. Un
intento para mejorar los conocimientos y la situación social de los cirujanos empezó en 1645 cuando se
asociaron con el gremio de barberos en un colegio encargado de defender sus intereses. Esta acción
suscitó la reacción de los médicos universitarios, quienes lograron la prohibición a los cirujanos de
adquirir títulos académicos, prohibiendo a la nueva organización llevar el nombre de collége.
Años después Georges Maréchal (1658-1736) médico personal de Luis XIV y Luis XV, logró la autorización
para fundar la Académie Royale de Chirurgie, esta institución fue decisiva para rehabilitar la cirugía en
Francia y sirvió de base para la construcción del nuevo tipo de escuela médica, unida a los grandes
hospitales, para posibilitar la adquisición de habilidades prácticas. A finales del siglo XVIII, la aportación
de conocimientos fisiopatológicos permitió, la clasificación nosológica de las enfermedades quirúrgicas.
Estos conocimientos fueron eliminando el empirismo, elevando el nivel social y científico de la Cirugía, lo
que permitió por primera vez la creación de centros especiales para estudios quirúrgicos, que fueron
fundados como los Reales Colegios de Cirugía.
217
Unidad 1: Colegios de Cirugía
Introducción:
218
Unidad 1: Colegios de Cirugía
219
Unidad 1: Colegios de Cirugía
La cirugía en la Nueva
España
En los Virreinatos de Indias, durante la segunda mitad del XVIII
se incrementó la presencia de cirujanos españoles y extranje-
ros, con motivo de la constante amenaza inglesa y con el fin de
reforzar los contingentes militares, entre estos se encontraban
los cuerpos de cirujanos de la Armada. Tras la pérdida de La Ha-
bana en manos de los ingleses en 1762, la presencia de tropas
milicianas experimentó un notable aumento en la América es-
pañola. Se crearon Regimientos fijos para reforzar los cuerpos
Sala de Anatomía del Real Colegio de Cirugía de Barcelona expedicionarios, lo que exigió del gobierno de Carlos III un gran
esfuerzo para incrementar las defensas navales y terrestres
El objetivo de la formación de estas escuelas fue logístico, ante la amenaza inglesa.
pues se trataba de ampliar el radio de acción de cada centro Esta creciente militarización tuvo su correspondencia en
para facilitar el desplazamiento de los nuevos aspirantes, ya España, donde los Reales Colegios de Cirugía, permitieron la
que los Colegios estaban en crecimiento. Este Colegio de San reorganización de la cirugía y sanidad del ejército. La presencia
Carlos, al no disponer de un edificio propio, quedó adscrito al pues, de cirujanos militares en América tenía como objetivo el
Hospital General y se empezaron a incluir en el plan de estudio prestar servicio a los regimientos de tropa, cuya misión era la
nuevas disciplinas, que sumadas a las anteriores modificaron el defensa de los Virreinatos. La actividad de estos cirujanos es-
tiempo de estudios, incrementándolo de tres a cinco años, en pañoles y extranjeros, contribuyó a crear una atmósfera más
los que se estudiaban la física experimental, anatomía, fisiolo- propicia para el ejercicio quirúrgico y la disección anatómica,
gía. higiene, los efectos quirúrgicos, las operaciones, el álgebra auge que motivó no pocas discrepancias con la universidad no-
quirúrgica, los efectos mixtos y las lecciones clínicas, los venda- vohispana asentada en un saber más teórico y tradicional.
jes, la materia médica, los partos y las enfermedades venéreas. En 1764, el cirujano español Bernardo Courtes se dirigió al
El grado obtenido en este Colegio permitía al cirujano ejer- virrey para solicitarle crear una clase de cirugía en el Hospital
cer además de esta disciplina, la medicina, y no es raro encon- de Naturales. Pero no sólo los cirujanos extranjeros se preocu-
trar en los documentos de la época que se les designase como paban por la mejor enseñanza de la anatomía y cirugía, tam-
“cirujanos médicos.” Al finalizar el siglo, se habían fundado ade- bién existieron médicos criollos como Ignacio Bartolache que
más de los dos anteriores, los Colegios de Cirugía de Burgos, de incluso llegó a publicar en su Mercurio Volante, dos números
Santiago de Compostela y de Málaga en España y, en los reinos dedicados a la importancia de la Anatomía en el arte de curar,
de América, uno en la ciudad de México, otro en la de Guatema- señalando que: “Algunos profesores modernos, por una política
la y otro más en la de Lima. reprehensible, han pretendido trastornar la reputación de una
ciencia que ignoran representándola como inútil para la cura-
ción de las enfermedades. Esta variedad de opiniones no ha de-
jado de producir notables prejuicios al progreso del arte y espe-
cialmente en nuestra nación; pero los verdaderos dogmáticos,
imitando al primero que mereció este nombre: Hipócrates, han
sostenido con pruebas repetidas que el uso de la anatomía es
indispensable en la práctica del arte de curar.”
220
Unidad 1: Colegios de Cirugía
221
Unidad 1: Colegios de Cirugía
del Colegio, de haber asistido a cuatro cursos completos y de Para la enseñanza de los nuevos cirujanos se habían dis-
tener aptitud para recibirse. Los cursos iniciaron el mes de octu- puesto dos anfiteatros donde se realizaban las disecciones
bre de 1770 para concluirse en el de marzo del año siguiente “en y las preparaciones anatómicas. Se contaba además con dos
lo más fresco del año;” fungiendo como director y profesor de esqueletos artificiales y un maniquí de madera. En la época de
la Cátedra de Anatomía, el Cirujano Mayor del Hospital Domin- Montaner, las lecciones eran matutinas y las preparaciones ves-
go Russi a quien nadie ha dado crédito por tan loable labor. El pertinas; se iniciaba con osteología, artrología, miología, angio-
cirujano español Andrés Montaner y Virgili y el exrector del Co- logía, neurología, esplacnología y operaciones. Flores y Tronco-
legio de Cirugía de Cádiz Manuel Antonio Moreno, tuvieron que so, señala que el texto utilizado para esta cátedra fue el de Juan
esperar el nombramiento oficial que llegó hasta abril de 1771. de Dios López. Para la segunda cátedra, la de Fisiología, estaba
Aunque Domingo Russi había sido desplazado, como cirujano previsto en la cédula de fundación que el médico del Hospital
todavía del Hospital, pudo seguir colaborando posiblemente Real de Indias desde marzo hasta fin de mayo explique el uso
con la cátedra de clínica quirúrgica. de Partes, es decir, el médico enseñaba las funciones de los ór-
ganos del cuerpo humano. La cátedra de Operaciones o de Ci-
rugía también estaba a cargo del director del Colegio, haciendo
énfasis en los vendajes y las suturas, mientras que el Disector
daba a conocer a los discípulos las nociones de la patología qui-
rúrgica. La cuarta cátedra, la de Clínica Quirúrgica, se daba en
las salas de cirugía y en la de gálicos.
A mediados de 1818 el mantenimiento para el Colegio de
Cirujanos era insuficiente y se solicitó al virrey que los gastos
se hicieran a la cuenta de la Real Hacienda. En noviembre de
1819, el virrey Conde del Venadito dispuso que los estudiantes
que asistieran al Colegio debían pagar los derechos de matrí-
cula, cursos y certificaciones, cuotas que también fueron exi-
guas. Tras la Independencia, el Real Colegio de Cirugía cambió
su nombre por el de Escuela Nacional de Cirugía, quedando
entonces su manutención a cargo de la Tesorería General de la
Nación. La Escuela de Cirugía, que en octubre de 1833 todavía
abrió sus matrículas, fue clausurada por decreto del 19 de oc-
tubre del mismo año, solicitándole al director de la Escuela que
Disección de Anatomía, BIU entregara un inventario completo al naciente Establecimiento
de Ciencias Médicas, en el que incluyera el archivo y lista de en-
seres o instrumental quirúrgico que le perteneciera. A sus alum-
nos ingresados para formarse como cirujanos romancistas, se
les abría un nuevo y prometedor futuro, solo esperando que se
abrieran las cátedras de la nueva Institución.
222
Unidad 1: Colegios de Cirugía
Cirujanos poblanos
A partir de 1804, empezaron a egresar del Hospital de San Pe-
dro, los primeros cirujanos formados en ese establecimiento.
De acuerdo a los documentos encontrados en el Archivo del
Real Protomedicato, el primero que solicitó el examen para
ejercer la Cirugía fue Miguel Vieyra, quien presentó ante ese Tri-
bunal un certificado firmado por el Primer Ayudante Mayor del
Cuerpo de Cirugía Militar de los Reales Ejércitos y responsable
de la atención del Regimiento de Dragones en el Hospital Real y
General de San Pedro; Francisco de Arruti, que había sido apro-
bado públicamente por Nemine discrepante, fue el que certifi-
có y juró en la “debida forma” que Miguel Vieyra había practica-
do en las Enfermerías de hombres y de mujeres diariamente la Conclusión:
“facultad Chirurgica” durante cinco años, realizando visita a los
enfermos, curaciones y operaciones y haber realizado diseccio-
nes de cadáveres para conocer la causa de la muerte. Manifes-
taba, además que todas estas actividades las había realizado Durante los primeros cincuenta años del siglo XVIII,
coexistieron en España tradición y modernidad, pero a
en su compañía y con “una grande aplicación, tanto en lo espe- partir del reinado de Carlos III, la medicina y cirugía
culativo, como en lo práctico”; mostrando una gran destreza en españolas asimilaron un clima europeísta a través de
lo que se le había asignado. El certificado fue firmado el 17 de diferentes vías, por una parte, la llegada a España de
médicos y cirujanos destacados y en segundo lugar los
abril de 1804. viajes de estudio de españoles a otros países europeos. A
estos factores, hay que sumarle la creciente difusión, en
versión castellana, de los textos franceses y anglosajones,
así como la adquisición de instrumental, libros y material
científico. En el ámbito de la Cirugía, los Borbones
promovieron la gran reforma virgiliana de los Reales
Colegios de Cádiz, Barcelona y Madrid. Estos centros,
modelos en su género, además de becas y pensiones para
cursar estudios en el extranjero, demostraron hasta finales
del siglo una constante inquietud por recibir los mejores
libros de texto e instrumental quirúrgico que les
permitiesen actualizar sus conocimientos para igualarse
con las Escuelas de París, Londres y Leyden. Se
convirtieron así, en el estímulo de la profunda
transformación de las profesiones quirúrgicas en la
península. Desde Cádiz primero y posteriormente
Barcelona, la nueva cirugía ilustrará a los profesionales de
la España del siglo XVIII. La Nueva España participó
también de este movimiento con la instalación del Real
Colegio de Cirugía de México a partir de 1768; impulsando
al igual que en el Viejo Continente, el desarrollo de la
cirugía y el acercamiento a la medicina.
Certificado de Miguel Vieyra, Biblioteca “Lafragua”, BUAP
223
Unidad 1: Colegios de Cirugía
Bibliografía:
Bartolache, j. i. (1773). Mercurio Volante. Memoria de un Anónimo sobre la importancia de la Anatomía para la Medicina. (15) .
unam.
Carnivell, f. (1785). Tratado de Vedages y Apósitos para el uso de los Reales Colegios de Cirugía. Madrid: Imprenta de Joseph Do-
blado.
Martínez, m. (1748). Sceptica y Cirugía Moderna con un tratado de operaciones quirúrgicas (3ª edición ed., Vol. I). Madrid: Imprenta
Real.
Ocaranza, f. (1995). Historia de la Medicina en México. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Riera, j., Riera, l., & Sarrionandia, m. (1998). Médicos y Cirujanos Ilustrados de la Bascongada (Vol. LIII). España: Universidad de
Valladolid.
Velasco, r. (1946). La Cirugía Mexicana en el siglo XVIII. (S. d. Asistencia, Ed.) México.
224
Unidad 2:
La anestesia
Salvador Rosales y de Gante
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Objetivo:
Señalar cómo en el siglo XIX y de manera notoria a partir de la segunda mitad del mismo, con el avance
científico médico que floreció en esa época, una de las ramas de la medicina más beneficiada por ese
avance fue la cirugía, que con la introducción de la anestesia, logró que su práctica alcanzara por primera
vez en la historia que los cirujanos llegaran a disfrutar de tanto o más prestigio y reconocimiento que los
médicos.
Introducción:
Una condición necesaria para que una intervención quirúrgica pueda efectuarse es realizarla sin dolor.
Fue hasta finales del siglo XIX que el alivio total del dolor se convirtió en el elemento clave para el
formidable avance que la cirugía experimentó a en ese entonces. La anestesia (del prefijo griego an y el
sufijo aisthesis, significa "insensibilidad") actualmente se entiende como un acto médico controlado en el
que se usan fármacos para bloquear la sensibilidad táctil y dolorosa de un paciente, sea en todo o parte
de su cuerpo y sea con o sin compromiso de conciencia. La anestesia es aplicada por el anestesiólogo,
que es el médico especialista en esta práctica de la anestesiología y también de la reanimación.
226
Unidad 2: La anestesia
Introducción:
El inicio de la anestesia en
la cirugía
A lo largo de la historia de la cirugía se habían intentado muchos A mediados del siglo XVIII se inició el descubrimiento y estu-
métodos para aliviar el dolor, tales como el uso del alcohol, el dio de los aires, como se denominaba entonces a los gases. El
opio, la raíz de mandrágora, la compresión de las arterias en el descubrimiento del oxígeno por Joseph Priestley en 1774, pron-
cuello para provocar isquemia cerebral y la sangría para cau- to corroborado por Lavoisier, debe considerarse como un gran
sar la pérdida de la conciencia, Otro método empleado fue la logro de la ciencia, pues a partir de entonces se establecen nue-
contusión cerebral; también se empleó la aplicación de frío in- vas bases científicas de la Química que posteriormente revolu-
tenso o la compresión de raíces nerviosas. En realidad, hasta la cionaron los conceptos de la fisiología. También debemos men-
mitad del siglo XIX, la cirugía era considerada como la antesala cionar que Priestley por esa época descubrió el óxido nitroso,
del infierno o como una verdadera práctica de tortura, por los este gas fue el primero empleado en la medicina como anes-
terribles dolores y sufrimientos que producían las operaciones. tésico, aunque a principios del siglo XIX se utilizó en Inglaterra
durante exhibiciones y reuniones, como un gas que se inhalaba
en forma pura durante las demostraciones que frecuentemen-
te se llevaban a cabo en la época pre-Victoriana, se lo conoció
como gas hilarante o gas de la risa. Tuvieron que pasar muchos
años para que el óxido nitroso tuviera su primera aplicación en
pacientes. A su vez en 1821, José Recamier, profesor de Medici-
na en el Colegio de Francia realiza la primera intervención bajo
anestesia intencional provocada por hipnosis, cuando efectuó
la cauterización de una herida sin dolor para un paciente, este
hecho trascendente pasó completamente inadvertido para los
historiadores de la anestesia.
227
Unidad 2: La anestesia
228
Unidad 2: La anestesia
“Hoy he visto algo que va a dar la vuelta al mundo”. Había na- En Europa, a partir de 1846, James Young Simpson, obstetra
cido la Anestesia. Posteriormente el Dr. Oliver Wendell Homes, de Edimburgo, adopta por primera vez el uso de éter en la prác-
profesor de anatomía en EE. UU, en el año 1847 fue quien in- tica tocológica en ese continente.
trodujo formalmente el término “anestesia” dirigido a procedi-
mientos quirúrgicos.
Existe el antecedente de que en 1842 un boticario y médico
norteamericano, el doctor Crawford W. Long (1815-1878), médi-
co rural en Jefferson (Georgia), operó haciendo inhalar éter a un
amigo suyo, quien sufría de dos tumores en la nuca, la cirugía
realizada el 30 de marzo de 1842 sin dolor fue un éxito. El hizo
su crónica de este hecho en diciembre de 1849, cuando ya se
había difundido años antes el reporte de la anestesia aplicada
por Morton.
229
Unidad 2: La anestesia
Desde luego la situación anestesiológica a fines del siglo mía en 1878. En 1895 Alfred Kirstein diseñó y utilizó el primer
XIX, estaba limitada al uso de los agentes anestésicos iniciales: laringoscopio en forma de U, al cual denominó autoscopio, fue
el cloroformo, el éter y el óxido nitroso, que podían usarse solos perfeccionado por Chevalier Jackson. Pero para la inhalación
o combinados, administrados por médicos a menudo sin expe- de los gases era necesario contar con un equipo especial, que
riencia y todos sin excepción carentes de la formación adecua- paulatinamente se transformó en la máquina de anestesia. Poste-
da. El especialista en anestesia no existía y el estudiante de me- riormente ya en el siglo XX durante la primera Guerra Mundial se
dicina recibía una instrucción mínima al respecto, por supuesto mejoraron las técnicas y los equipos de intubación nasotraqueal.
no existía ningún tipo de enseñanza formal de la anestesia, la
cual aún permanecía en estado embrionario en manos de un
practicante, enfermero o hermana religiosa.
230
Unidad 2: La anestesia
La divulgación de la
anestesia en el mundo
médico.
La noticia de la anestesia se difundió rápidamente en todo del Anteriormente el 29 de marzo de ese mismo año se había
mundo, de tal forma que el 12 de diciembre de 1846 en una re- efectuado la primera administración de anestesia en un con-
unión de la academia de Medicina de París, Malgaigne comuni- flicto bélico durante la guerra México-Americana en Veracruz,
ca cinco anestesias realizadas por él mismo. Pronto el uso de México, por el cirujano militar Edward H. Barton, quien adminis-
la anestesia se fue extendiendo no solamente en toda Europa tró éter a herido del ejército norteamericano. Posteriormente
sino en todas las latitudes. Fue utilizada en La Habana, y por durante ese conflicto bélico en varias ocasiones se administró
primera vez en Latinoamérica, por el cirujano Vicente Antonio anestesia tanto a soldados norteamericanos como a soldados
de Castro, el 11 de marzo de 1847. Poco tiempo después, el Dr. mexicanos heridos en las batallas de esa guerra. Pronto el uso
José Matilde Sansores practicó la eterización en un paciente en de la anestesia con éter, se difundió al resto de los países de
el Hospital General de San Juan de Dios de la ciudad de Mérida, Latinoamérica.
Yucatán, el día 4 de junio de 1847, siendo el primer mexicano Pero también el cloroformo llamó la atención de todos los
en utilizar la anestesia inhalatoria en nuestro país, lo cual fue que practicaban la cirugía en el mundo, lo que ocasionó que
fortuitamente facilitado por la situación política que durante la igualmente se utilizara y estudiara los efectos de la inhalación
guerra México-Americana guardó Yucatán. del cloroformo, lo que se conseguía por medio de un aparato
sencillo, o una esponja o compresa, que se colocaba delante
de la boca y nariz del enfermo, logrando un efecto semejante a
la etherización, palabra creada para explicar el estado de ador-
mecimiento o insensibilidad por la inhalación del éter.
El Cloroformo fue empleado considerablemente en todas
partes con éxito, sin embargo se citaron algunos casos fatales
por el empleo de este agente anestésico, lo que ocasionó una
gran discusión para explicar las causas de esos fallecimientos;
pero también ante los buenos resultados del uso de este anes-
tésico, los cirujanos consideraron que de ningún modo a pesar
de los accidentes fatales de que se hablaba, sería conveniente
privar a los enfermos del beneficio por el cual no sienten dolor,
como lo refiere la disertación sobre el uso del cloroformo, pre-
sentada y leída a la Academia de Medicina de Puebla el 20 de
octubre de 1857, por el Dr. Manuel Ibarra, Profesor de Medicina
y Cirugía, donde analiza el resultado de cuarenta amputaciones
realizadas en noviembre de 1856, en el Hospital de San Pedro
de la ciudad de Puebla, en donde una de ellas terminó con la
muerte de un paciente.
Disertación sobre el uso del Cloroformo de Manuel Ibarra, Biblioteca
“Lafragua”, BUAP
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Unidad 2: La anestesia
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Unidad 2: La anestesia
Conclusión:
Con la introducción de la anestesia, las posibilidades de la actuación quirúrgica adquirieron una capacidad
completamente nueva, que no se conoció anteriormente y que unida a la asepsia, antisepsia y la
hemostasia, posibilitaron que la cirugía obtuviera un gran realce, al mejorarse notablemente las
indicaciones quirúrgicas y la exitosa curación de patologías que anteriormente eran intratables. A través
del tiempo el hombre se ha inquietado y preocupado por mitigar o al menos controlar el dolor físico, en
ocasiones con buenos resultados, en otras con menos suerte. La posibilidad real de que la cirugía pudiera
realizarse sin dolor se logró en el siglo XIX, cuando el avance del conocimiento y desarrollo científico de la
química, biología y la medicina permitió no solamente entender la naturaleza de los gases y su
importancia en la fisiología, sino además posibilitó su utilización médica para el logro de la anestesia.
Bibliografía:
Del Castillo, f. (1978). ¿Cuándo y por quién se aplicó por pri-
mera vez en México la anestesia por inhalación? Gac Med
Mex (114), 265-278.
Ibarra, m. (2007). Disertación sobre el uso del cloroformo como agente anestésico. En r. Cortés, d. Pérez, s. Rosales de Gante, &
c. Viesca, Textos clásicos de la Medicina II (págs. 197-205). Puebla: Fomento Editorial buap.
Morton, w. t. (2007). Los comienzos de la Anestesia Quirúrgica. En r. Cortés, d. Pérez, s. Rosales de Gante, & c. Viesca, Textos
Clásicos de la Medicina II (págs. 193-195). Puebla: Fomento Editorial buap.
Porter, j. (1852). Medical and surgical notes of campaining in the war with México during the years 1845-1848. Am J Med Sci, 23,
13-27.
233
Unidad 3:
Asepsia y antisepsia
Salvador Rosales y de Gante
Unidad 3: Asepsia y antisepsia
Objetivo:
Que el lector relacione que en el siglo XIX, con el avance de la teoría bacteriana, se desarrolló el
conocimiento de que en los quirófanos es necesario recurrir a la asepsia y la antisepsia, es decir lograr la
ausencia de gérmenes que puedan provocar una infección, así como conseguir la destrucción de
gérmenes para evitar infecciones. La esterilización y la aplicación de antisépticos son formas de asepsia,
que medicamente definen al conjunto de métodos aplicados para la conservación de la esterilidad, este
procedimiento incluye la presentación y uso correcto de ropa, instrumental, materiales y equipos estériles,
sin contaminarlos en todo procedimiento quirúrgico. De manera análoga se busca lograr la antisepsia
mediante el empleo de medicamentos o de sustancias químicas para inhibir el crecimiento, destruir, o
disminuir el número de microorganismos de la piel, mucosas y todos los tejidos vivos.
Introducción:
Los conceptos referentes a la asepsia (Conjunto de procedimientos científicos destinados a preservar de
gérmenes infecciosos al organismo, aplicados principalmente a la esterilización del material quirúrgico) y
a la antisepsia (Método que consiste en combatir o prevenir los padecimientos infecciosos destruyendo
los microbios que los causan), aparecieron en la medicina hacia segunda mitad del siglo XIX, fue resultado
de un profundo encuentro de ideas en ese tiempo novedosas, cuando la mentalidad anátomo-clínica
estimuló de forma decisiva el desarrollo de la patología y clínica quirúrgica, debido a que los resultados de
la práctica quirúrgica hasta ese entonces, distaban mucho de ser satisfactorios, con tasas de mortalidad
post-operatoria elevadas, porque los cirujanos del periodo anátomo-clínico, así como los de todas las
épocas, tenían que enfrentarse con las tres barreras, el dolor, la hemorragia y la infección.
Durante siglos los esfuerzos de los cirujanos encontraban un valladar en las infecciones que diezmaban a
sus operados, los que esperaban la muerte que les sobrevenía, entre otras causas, por erisipela, gangrena,
tétanos, septicemia o por infecciones necrotizantes de las heridas.
Es importante recordar que la Higiene, como parte de la medicina que tiene por objeto la conservación de
la salud y la prevención de enfermedades, existió desde los albores de la medicina técnica, pues el
principio de la limpieza y el aseo, cuya aplicación cuida el individuo fue una práctica habitualmente
forzosa en la atención de los médicos hacia sus enfermos. Pero también debemos convenir, que la idea de
enfermedad infecciosa como manifestación clínica de un contagio provocado por un microorganismo,
apareció objetivamente hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando se desarrolló la teoría bacteriana de
las enfermedades.
235
Unidad 3: Asepsia y antisepsia
236
Unidad 3: Asepsia y antisepsia
En su disertación después de realizar un acucioso estudio El doctor Philipp Ignaz Semmelweis nació en la ciudad de
sobre esta enfermedad y las pacientes que murieron por ella, Ofen, en 1818, territorio que en aquel tiempo era parte del im-
encuentra que hay bastantes casos que muestran la frecuen- perio austro-húngaro, y falleció en Viena en 1865. A los 26 años,
cia de la enfermedad entre los pacientes de un solo médico al terminar sus estudios de medicina ocupó el cargo de ayu-
cuando no era en grado alguno epidémica. En su trabajo llega dante médico en la sección obstétrica del Hospital General de
a concluir que la principal causa de la fiebre puerperal se debe Viena; durante el primer mes de su trabajo hospitalario de 208
a que el médico que practica autopsias de pacientes muertas pacientes que ingresaron, fallecieron 36 parturientas de fiebre
por esta causa, y que después atiende el parto de una mujer, puerperal, lo que impulsó a Semmelweis a iniciar un estudio
ocasiona que la parturienta contraiga la enfermedad y muera. para investigar las causas de esta enfermedad.
En las conclusiones de su estudio, señala claramente que un Todo indica que el trabajo del Dr. Oliver Wendel Holmes pu-
médico dedicado a la tocología, no debería nunca tomar parte blicado en 1843, cuatro años antes de que iniciara sus investiga-
en autopsias de casos de fiebre puerperal. Pensaba que, si un ciones no fue conocido por Semmelweis, ni por los médicos de
médico estaba presente en dichas autopsias, al igual que en la Viena de aquel tiempo. Además, en esa época no se conocían
casos de peritonitis, deben tomarse precauciones como lavar- los agentes patógenos microscópicos, y persistían las precurso-
se perfectamente, mudarse todas prendas y no asistir partos ras ideas de Fracastoro sobre las enfermedades producidas por
en las siguientes 24 horas o más. Lo mismo debía efectuarse el contagio de miasmas. El desconocimiento en aquel entonces
después de la autopsia o tratamiento quirúrgico de casos de de las infecciones microbianas contribuyó a que sus observacio-
erisipela. nes no fueran tomadas seriamente por los médicos vieneses.
Señalaba como inconveniente, alternar las prácticas seña-
ladas con los deberes de la obstetricia. Recomendaba que, si
se presentaba en la práctica de un mismo médico dos casos
de fiebre puerperal en un breve periodo, el doctor obrará cuer-
damente abandonando la práctica obstétrica al menos por un
mes. También manifestó que es deber de un médico tomar las
precauciones para que la enfermedad no fuera introducida por
enfermeras u otras ayudantes. Finalmente marcaba que ya ha-
bía llegado el momento de considerar la existencia de un foco
de infección, en la esfera de un solo médico no como una des- Bacterias
gracia, sino como un crimen.
La primera referencia de impacto, en relación con las infec-
ciones nosocomiales, la realizó en 1847, cuando basado sólo en
la observación, relacionó tasas mayores de mortalidad debidas
a la fiebre puerperal, a un menor apego al lavado de manos.
En Viena, donde trabajaba, observó que la propagación de la
fiebre puerperal, que ocasionaba numerosas muertes entre las
mujeres que parían en hospitales con precarias condiciones sa-
nitarias, era ocasionada por los médicos que la trasmitían de
una parturienta a otra cuando las examinaban sin lavarse las
manos. También se dio cuenta que, en la Maternidad del Hospi-
tal de Viena, cuando las mujeres eran atendidas por las matro-
nas que se lavaban las manos, tenían una mortalidad menor a
Dr. Ignaz Semmelweis, BIU causa de esta infección, que aquellas que eran atendidas por
237
estudiantes de Medicina, cuando previamente practicaban ne- Debido a la incomprensión, decide abandonar Viena y se
cropsias en anatomía patológica, y que no se lavaban las ma- traslada a Budapest ingresando en forma honoraria en el Hos-
nos adecuadamente. Por esta razón promovió la desinfección pital de San Rafael, poniendo en práctica las mismas disposi-
de las manos mediante lavado con una solución de hipoclorito ciones sobre el lavado de manos de los médicos y a pesar de
de sodio, en forma obligatoria para médicos, estudiantes y per- la resistencia al cambio, consigue que la defunción por fiebre
sonal del servicio hospitalario, disminuyendo la tasa de morta- puerperal descienda a menos del uno por ciento.
lidad, de 14% reportada en 1846, a una tasa de 1% en 1848, cifra En 1860 publica su trabajo Etiología, concepto y profilaxis
inferior a la del pabellón de las parteras. de la fiebre puerperal, pero pocos médicos al leerla admiten su
A pesar de demostrar esta disminución en la mortalidad, y teoría. Al año siguiente en el Tercer Congreso de Médicos y Bió-
contar con el apoyo académico de prestigiados médicos como logos Alemanes reunidos en Speyer, el profesor Lange, de Hei-
Skoda y Von Hebra, quienes consignaron los descubrimientos delberg, es el único que defiende la teoría de Semmelweis de
de Semmelweis en la revista de la Real e Imperial Sociedad la contagiosidad de la fiebre puerperal, quien consigna que en
de Medicina de Viena, no se logró evitar que la indiferencia, así la atención de 300 partos siguiendo el método de Semmelweis
como la molestia y antipatía de médicos cirujanos y obstetras únicamente lamentó una defunción.
-en cuyas salas morían numerosos enfermos a consecuencia de Pero ante estas evidencias sucedió algo insólito, origina-
las formas más variadas de fiebres quirúrgicas y supuración de do por la ignorancia, el orgullo doctrinario y la intolerancia al
las heridas-, lograran su despido del hospital, acusándolo ade- cambio de la sociedad médica de entonces, que además de no
más de ser enemigo del Imperio, bajo la imputación de haber aceptar la teoría de Semmelweis ante su permanente y decidida
mostrado simpatía hacia un grupo de nacionalistas húngaros, defensa de la misma, es tildado de loco por lo que su condición
por lo que Semmelweis es degradado y desacreditado por sus de médico se fue deteriorando, condicionado por el adverso cli-
pares, y sus observaciones pronto fueron dejadas en el olvido, ma social que lo envolvía, por lo que manifiesta paulatinamente
a pesar de que ante la Real Sociedad de Medicina de Viena pre- síntomas de desorientación, enojo, confusión y accesos de fu-
sentó su trabajo. ror. El 20 de julio de 1865 ingresó al manicomio de la ciudad de
Viena y el 14 de agosto de ese mismo año, muere en medio de
delirios febriles posiblemente ocasionados por una septicemia,
que se dice fue provocada por una herida en un dedo durante
una de sus últimas autopsias.
A pesar de que las observaciones de Holmes -como las de
Semmelweis-, sufrieron de una fría acogida por la mayoría de la
comunidad médica de su época, no es posible ignorar que por
ellos había nacido el concepto de asepsia, y en el caso de Sem-
melweis encontramos sin duda, que la intolerancia que sufrió
por revelar una verdad, lo convierte en una víctima y un verda-
dero cruzado de la medicina universal.
Cirugía en el siglo XIX
238
Unidad 3: Asepsia y antisepsia
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Unidad 3: Asepsia y antisepsia
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Unidad 3: Asepsia y antisepsia
invención del catgut, ya que fue el descubridor y el primero que dose en las prácticas listerianas, von Bergman preconizó la es-
utilizó el catgut como hilo de sutura. Se trataba de filamentos terilización del instrumental quirúrgico por el calor, que probó
realizados con láminas de membrana de serosa intestinal de ser mejor que la química. En tanto, el cirujano Gustav Adolf Neu-
bovino. Su ventaja al ser proteicos, es que eran digeridos por el ber (1886), introdujo la manipulación aséptica de las heridas y la
organismo y reabsorbidos. Recibió importantes reconocimien- prevención de las infecciones.
tos por sus aportaciones, por eso el género bacteriano Liste-
ria es llamado así en su honor; se le otorgó en 1897 el título de
Barón de Lyme Regis. A su muerte se celebró su funeral en la
Abadía de Westminster, donde se grabó su efigie junto a la de
Hunter y Willis.
La antisepsia pronto se extendió por el orbe, pero induda-
blemente un acontecimiento destacado para esta técnica se
produjo cuando Johann Von Mikulicz-Radecki un cirujano aus-
tríaco, introdujo el uso de guantes de algodón estéril, para evi-
tar infecciones y para proteger al cirujano. El uso de los guantes
de goma se produjo después de 1890, cuando William Stewart
Halsted (1852-1922) en el hospital John Hopkins de Baltimore,
solicitó a la Compañía Goodyear, fabricarlos para sus enferme- Cirugía con fumigación, BIU
241
Unidad 3: Asepsia y antisepsia
Conclusión:
Como hemos visto, el avance de la antisepsia a finales del siglo XIX fue importante, a pesar de que aún no
se contaba con la terapéutica antibiótica que surgió en el siglo XX y que indiscutiblemente mejoró no
solamente las posibilidades de la asepsia y la antisepsia, sino el avance general de la medicina y la
cirugía.
Bibliografía:
Haeger, k. (1999). Historia de la Cirugía. México: Corporativo Intermédica.
Semmelweis, i. p. (2003). Etiología, concepto y profilaxis de la fiebre puerperal. In r. Cortés, d. Pérez, & s. Rosales, Lectio et dispu-
tatio (pp. 219-238). Puebla: Fomento Editorial buap.
Wendell, o. (2003). Contagiosidad de la fiebre puerperal. In r. Cortés, d. Pérez, & s. Rosales, Lectio et disputatio (pp. 239-253).
Puebla: Fomento Editorial buap.
242
Unidad 4:
Cirugía y cirujanos I
Salvador Rosales y de Gante
Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
Objetivo:
Este apartado señala la presencia de los más destacados cirujanos de la primera mitad del siglo XIX, cuyo
desempeño estuvo basado en la idea de que el conocimiento medico se establecía en la autopsia y la
hermenéutica , poniendo especial atención en el hecho de que el enfoque del problema en cirugía y
medicina, debía interpretarse basándose en las alteraciones naturales del organismo y en el estudio de
los tejidos como elementos primordiales del mismo, lo que sustituyo a la idea de la teoría humoral,
estableciendo que la lesión anatómica está relacionada con la sintomatología. Este concepto de
interpretación de las lesiones implantó una relación entre los fenómenos visibles con sus causas,
permitiendo la creación de nuevas técnicas y procedimientos medico quirúrgicos en el periodo de la
ciencia romántica.
Introducción:
Cronológicamente el siglo XIX inicia a partir del año de 1800, pero comprensiblemente quienes vivieron
esos momentos fueron seres humanos que nacieron en la centuria anterior, por lo que el desarrollo de los
contenidos históricos y sociales de esa época tiene inevitablemente su origen en los años finales del siglo
XVIII, más aún cuando se pretende estudiar los aspectos referentes a la práctica quirúrgica, que al final del
periodo de la Ilustración mostró importantes cambios, relacionados no solamente a las trasformaciones
sociales y políticas tan importantes como la Revolución Francesa, sino también de los avances
relacionados con el conocimiento científico técnico en general, y de manera especial en lo referente a la
medicina y la cirugía de esos momentos.
244
Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
Introducción:
245
Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
246
Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
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Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
Larrey sirvió en un total de 25 campañas, con 60 grandes saludó con esta expresión, «Yo saludo el honor y la lealtad de
batallas y 400 enfrentamientos menores. Napoleón siempre le tal doctor». Acto seguido, ordenó redirigir la línea de fuego para
tuvo en gran consideración. Tras las campañas de Córcega, Es- salvaguardar al cirujano y su ambulancia. Al final de la batalla
paña y Oriente, regresó a Francia y recibió de Napoleón el título cuando fue apresado por los prusianos y condenado a morir
de barón y el nombramiento de cirujano honorífico del Cuerpo fusilado, escapó de la ejecución por la intercesión, ante el ma-
de guardia personal del Emperador. Fue citado por Napoleón riscal Gebhard Leberecht von Blücher, comandante en jefe del
en su testamento en Santa Elena con estas palabras: ejército prusiano, de un médico alemán que había sido alumno
suyo y que le reconoció. Conducido ante la presencia de Blü-
cher, éste le agradeció profundamente haber salvado la vida de
“Para el cirujano del ejército francés su hijo, herido y capturado por los franceses en una campaña
previa en Austria. Le ofreció alimentos, dinero y salvoconducto
barón Larrey dejó la suma de cien mil para viajar a territorio neutral.
Después de la derrota en Waterloo, varios oficiales france-
francos. Es el hombre más virtuoso ses de alto rango fueron proscritos y señalados como enemigos
de Francia incluyendo a Larrey, que fue despojado de títulos y
que he conocido. Ha dejado en mi emolumentos. Sin embargo, prosiguió su actividad como ciru-
jano en Francia y logró sobrevivir a las tormentas de la restau-
espíritu la idea de un verdadero ración.
Realizó entonces interesantes observaciones sobre los me-
hombre de bien.” canismos de la hemostasia, sobre procedimientos de drenaje
del empiema, del hemotórax y del hemopericardio, y sobre
la conveniencia de aislamiento de pacientes con infección. El
En numerosas ocasiones atendió a heridos de las fuerzas 20 de diciembre de 1820 se convirtió en miembro de la recién
enemigas, ganando también entre ellos el reconocimiento de fundada Academia de Medicina, pero, en varias ocasiones se le
su abnegación. Durante la decisiva Batalla de Waterloo, el Du- negó o bloqueó la entrada a la Academia de Ciencias, cosa que
que de Wellington quedó sorprendido por la visión de una am- por fin logró en 1829. Después de la revolución de 1830, recupe-
bulancia francesa en proximidad de la vanguardia del ejército ró algunos de sus títulos e ingresos y fue nombrado cirujano jefe
británico, cuando fue informado de que el cirujano que atendía del Hospital de los Inválidos en 1831. Murió en Lyon el 25 de julio
a los heridos en la ambulancia era Larrey en persona, el duque de 1842, a la edad de 76 años.
de Wellington, conocedor de su fama, se quitó el bicornio y le
248
Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
Guillaume Dupuytren
Nació el 5 de octubre de 1777, en Pierre-Buffiére, donde realizó 1812 fue profesor de medicina operatoria en el Hôtel-Dieu; final-
sus primeros estudios y después fue a París, pero por la situación mente, el 9 de septiembre de 1815, fue nombrado cirujano jefe.
que se vivía entonces en la ciudad, se trasladó a Limoges donde Dupuytren también ganó la cátedra de cámara de Luis XVIII
se inscribió en la Escuela médico-quirúrgica del Hospital Alexis. y de Carlos X, frente a Roux y otros competidores. Recibió el títu-
Después regresó a París y siguió los cursos de Corvisart y de Bo- lo de barón otorgado por Luis XVIII en 1820; también ese año fue
yer en la Charité, de Pinel en la Salpêtrière, y de Cuvier en el Jardín aceptado como Miembro del Consejo de Salud y de la Acade-
des plantes. Desde su época de estudiante reveló un marcado mia de Medicina, de la que fue presidente en 1824. Fue admitido
gusto por el estudio de la anatomía y la anatomía patológica. como Miembro de la Academia de Ciencias en 1825. Dupuytren
Realizó importantes innovaciones quirúrgicas, aunque no es recordado porque renovó la docencia de la cirugía francesa
fue un científico apreciado en su ambiente debido a su agre- al incorporar las enseñanzas de Bichat, lo que significó acoplar
sividad y marcada antipatía. Francois Percy, cirujano contem- a la cirugía la mentalidad anatomoclínica.
poráneo de Dupuytren lo describe como “el primero entre los El 15 de noviembre de 1833, mientras impartía una clase,
cirujanos, el último entre los hombres”. Considerado como tuvo un accidente vascular cerebral que le dejó algo de parálisis
uno de los creadores del método anatomoclínico, una de sus y dificultades para expresarse. El 24 de noviembre partió con su
aportaciones a la cirugía es la descripción de la retracción de familia a Italia. Poco tiempo después, un resfriado se conver-
la fascia palmar que lleva su nombre. También realizó trabajos tía en pleuresía, enfermedad que acabó llevándolo a la muerte
sobre luxación congénita de cadera, la formación del callo de el 8 de febrero de 1835; tuvo un gran funeral de acuerdo a las
fractura, y el signo de Trendelenburg. posiciones que llegó a ocupar. Legó una parte de su inmensa
fortuna a la Facultad para crear una cátedra de anatomía pato-
lógica, pero el legado realmente sirvió para erigir el Museo de
anatomía patológica que lleva su nombre.
Guillaume Dupuytren
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Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
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Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
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Unidad 4: Cirugía y cirujanos I
Conclusión:
A finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX la cirugía en Europa había conquistado su reconocimiento
social igualándose a la medicina clínica, había mejorado su base científica, su vinculación con la anatomía y
la fisiología y los métodos de formación de los cirujanos, pero su práctica habitualmente se limitaba al
tratamiento de los traumatismos y de afecciones externas, así como a la realización de amputaciones. Al final
de la primera mitad del siglo XIX se sentaron las bases de la anestesiología, que al suprimir el dolor humanizó
el tratamiento quirúrgico y permitió a los cirujanos realizar operaciones más laboriosas y tomarse el tiempo
requerido para cumplir cabalmente con sus objetivos.
Las aportaciones científico-médicas de esta época se produjeron de manera más notable en Europa, de
manera más clara en Francia y también en Inglaterra, debido a ello para estudiar la cirugía de principios del
siglo XIX es imprescindible tener en cuenta estas escuelas europeas de medicina.
Bibliografía:
García, a. (1987). Historia de la Medicina. México: Interamericana McGraw-Hill.
Laín, p., & Gracia, d. (1973). La cirugía en el romanticismo: el mundo anglosajón. En p. Laín, Historia Universal de la Medicina (págs.
302-305). Barcelona: Salvat.
López, j. m., Balaguer, e., & Ballester, r. (1973). La cirugía en el romanticismo. En p. Laín, Historia Universal de la medicina (Vol. 5,
págs. 295-301). Barcelona: Salvat.
252
Unidad 5:
Cirugía y cirujanos II
Salvador Rosales y de Gante
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Objetivo:
Presentar de manera breve datos de la vida y obra de algunos cirujanos de la segunda mitad del siglo
XIX.
Introducción:
Las aportaciones científicas en el siglo XIX sentaron las bases de la anestesiología, que al suprimir el
dolor permitió a los cirujanos realizar operaciones más laboriosas. A finales del siglo y principios del
siguiente, llegó el momento de la transición de la cirugía general a la especializada, coincidiendo con
una nueva época donde el diagnóstico y tratamiento se van perfeccionando hasta la actualidad.
254
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Cirujano Aportaciones
Sir James
Varias enfermedades llevan su nombre: La
Paget Ejerció la cirugía en el Hospital San
osteítis deformante o enfermedad ósea de
(1814-1899) Bartolomé de Londres. Es pionero en la
Paget; también la Enfermedad de Paget
Cirujano y Patólogo Inglés. investigación anatómica e histopatológica
de seno (un C.A. de mama intraductal) y la
Fundador junto con Rudolf Virchow de la de las enfermedades esqueléticas
enfermedad de Paget extramamaria.
patología científica.
255
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
256
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Cirujano Aportaciones
Lewis Albert Sayre Profesor de cirugía en la Escuela de El primer profesor de Cirugía Ortopédica
(1820-1900) Medicina y Cirugía de New York y profesor en EE.UU. Centró su práctica en las
Cirujano Ortopedista. de ortopedia de la Escuela Médica del enfermedades de la columna vertebral,
Norteamericano Hospital Bellevue huesos y articulaciones.
Joseph Lister
En 1867 introdujo la antisepsia La antisepsia posibilitó el desarrollo de la
(1827-1912)
quirúrgica por lo que las infecciones y la cirugía de las grandes cavidades, a finales
Médico Cirujano Inglés.
mortalidad de las cirugías, disminuyeron del siglo XIX. Fue el preludio del gran éxito
En 1897 recibió el título de Barón y la Orden
notoriamente. de la cirugía en el siglo XX.
del Mérito de la Corona.
Richard Von Volkmann (1830-1889). Nació en Describió la contractura y parálisis Fue el primero en introducir los métodos
Sajonia, Alemania. isquémica que lleva su nombre. antisépticos de Lister en Alemania.
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Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Theodore Kocher
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Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Cirujano Aportaciones
Edward Hallaran Bennett (1837-1907) Describió en 1882 la fractura-luxación de la base Se le atribuye la introducción de la
Anatomista y cirujano irlandés. del primer metacarpiano que lleva su nombre antisepsia en Dublín.
Friedrich Trendelenburg (1844-1924) Fue el primero en utilizar anestesia por vía Diseñó también una mesa quirúrgica y
Cirujano Alemán. endotraqueal y diseñó la cánula y la posición describió el signo y la marcha que llevan su
Nació en Berlín que llevan su nombre. nombre.
Theodor Kocher Fue el primer cirujano que recibió el premio Inventó un método para reducir la luxación
(1847-1917) Nobel en 1909, por sus aportes al tratamiento de hombro y diseñó una pinza hemostática
Cirujano Suizo quirúrgico de la glándula tiroides. de grapas que lleva su nombre
Ludwig Wilhelm Carl Rehn (1849 –1930) En 1896 fue el primero en suturar
En 1880, llevó a cabo la primera tiroidectomía.
Cirujano Alemán exitosamente una herida en el corazón.
259
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
260
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Cirujano Aportaciones
William James Mayo (1861-1939) y William se distinguió en la cirugía Charles Horace introdujo varias
Charles Horace Mayo (1865-1939) gastrointestinal y diseñó varias técnicas de innovaciones en el campo de la neurología,
Cirujanos Norteamericanos cirugía abdominal y unas tijeras, así como la otorrinolaringología y en la cirugía del
Creadores de la Clínica Mayo de una mesa donde se coloca el instrumental bocio. También diseñó técnicas de cirugía
Rochester. básico en las cirugías. ortopédica y de tratamiento de cataratas.
261
Unidad 5: Cirugía y cirujanos II
Conclusión:
En la elaboración de esta visión panorámica de la práctica quirúrgica durante la segunda mitad del siglo
XIX, comprendemos fácilmente que el avance quirúrgico se extiende de manera ininterrumpida hasta
1914, año en que se inicia la primera guerra mundial.
La nueva visión científica y técnica del positivismo fue rápidamente adoptada, de manera que los
avances obtenidos por la investigación en medicina y cirugía, se constituyó en la aplicación terapéutica
para la patología quirúrgica de esos momentos.
Bibliografía:
García, a. (1987). Historia de la Medicina. México: Interamericana McGraw-Hill.
Knut, h. (1974). Historia de la Cirugía. En P. Laín, Historia Universal de la Medicina (Vol. VI). Barcelona, España: Salvat.
262
CAPÍTULO
VII
Unidad 1:
La Real Expedición
Botánica de Nueva
España y la renovación
de las disciplinas de la
medicina y la farmacia
en el cambio del siglo
XVIII al XIX
Alba Dolores Morales Cosme
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
Objetivo:
Describir y mostrar las labores de la Real Expedición Botánica y
vincular su desempeño con la reforma sanitaria que se llevó a
cabo en el imperio español, cuyo propósito era renovar las
instituciones relacionadas con la práctica de las disciplinas de la
salud.
265
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
Introducción:
En la segunda mitad del siglo XVIII, la medicina, la cirugía
(entonces disciplinas separadas), así como la farmacia
experimentaron un proceso de renovación basado en la creciente
especialización de los saberes relacionados con cada área. La
llegada de la Real Expedición Botánica, así como el
establecimiento del Real Jardín Botánico de la ciudad de
México y su correspondiente cátedra, fueron espacios donde
farmacéuticos, médicos y cirujanos emprendieron el análisis y la
sistematización de diversos recursos botánicos con los que se
buscaban alternativas terapéuticas.
Durante la Ilustración, la terapéutica tradicional que respondía
al sistema humoral se fue modificando dentro de un proceso
complejo que interpuso teorías y conceptos. Así, mientras
pervivían los remedios de la polifarmacia galénica, entre los
que abundaban los purgantes y tenía un lugar
preponderante la práctica de las sangrías, también se daba lugar
a terapias musicales, a curas con simple agua o se adoptaban
teorías nuevas como el brownismo. En medio de este
proceso se encuentra el conjunto de plantas colectadas
por las diversas expediciones botánicas organizadas por la
corona española en la segunda mitad del siglo XVIII para recorrer
sus territorios americanos.
Los productos vegetales investigados se ordenaron en nuevas
farmacopeas que progresivamente desecharon los viejos
remedios que habían sido referidos únicamente porque
Figura 2, Fiesta en el Jardín Botánico de Madrid. Mociño, p. 232
aparecían citados en las obras de los autores antiguos y
de igual manera se fueron modificando los formularios
hospitalarios.
Fueron precisamente estas tareas las que ocuparon
a los dirigentes de la Real Expedición Botánica que
permaneció en territorio novohispano entre los años de 1787 y
1803. Sus labores de recolección encontraron un espacio para la
sistematización y el análisis de plantas en el Hospital Real de
Naturales y en el Hospital General de San Andrés donde se iniciaron
los primeros intentos por establecer una materia médica local. Se
trató de una empresa muy productiva que se ocupó de colectar,
clasificar, describir y dibujar unas 4,000 especies de plantas
americanas, muchas de las cuales fueron conocidas en el
viejo continente, gracias a las remisiones que su director hacía a
los funcionarios metropolitanos.
Afortunadamente, la Real Expedición Botánica ha sido bien
estudiada por investigadores de diversas áreas. Sus trabajos han
alimentado textos de tipo histórico, médico, botánico, filológico,
entre otros. Es decir, se trata de una empresa que después de
más de 200 años de constituida nos sigue proveyendo
conocimientos diversos y nos permite reconstruir buena parte
de la historia científica del país.
266
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
La Expedición botánica
Por otra parte, estas empresas también se vieron involucra-
das con las reformas borbónicas que tenían como propósito
Figura 3, Instrucción para transportar plantas por mar y tierra. Mociño, p. 87.
267
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
Mociño, p. 51-79
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Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
269
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
A pe sar de las confrontaciones, el Departamento de Por su parte, Cervantes continuó sus trabajos de recolec-
Observación funcionó de 1800 a 1803, lapso en el que fueron ción e identificación de plantas en los alrededores de la ciudad
atendidos más de 800 enfermos afectados por diversos padeci- de México. Estas labores fueron posibles debido a que el cultivo
mientos tales como tabardillo, pulmonía, diarrea, disenterías de los conocimientos botánicos, dada su utilidad en asuntos
y males del hígado. Los trabajos empezaron con el examen de industriales y sanitarios, siguió siendo de interés tanto para los
90 plantas propuestas por Sessé. Entre ellas se incluyeron funcionarios de la nueva República, como para los farmacéuti-
nume-rosas especies purgantes como la raíz de Michoacán, la cos y demás profesores de ciencias médicas.
Jalapa, la maravilla, la barbudilla, la hierba estropajos, la
trinitaria, cu-yas flores se empleaban como emolientes, y el
tlanchinole que se empleaba como purgante violento. Conclusión:
Como antidiarreicos se probaron la prodigiosa y el tecomatl.
Como diuréticos se ensayaron el maguey, el mastuerzo y la raíz
del dictamo real. Esta última planta también se probó en casos
de sífilis junto con el ruibarbo de Ixmiquilpan, la matricaria y el El establecimiento de un jardín botánico y su correspondiente
guayacán. cátedra marcó una etapa diferente en la práctica médica y
En 1803, el Departamento dejó de funcionar oficialmente. farmacéutica. Para los boticarios representó el primer acceso a
Sessé y Mociño partieron a España para dar fin a los trabajos de una formación de tipo institucional que llegaba a completar su
la Expedición y proceder a la edición de los resultados; etapa instrucción hasta entonces netamente gremial. Con base en los
en la cual tocaría al médico novohispano sortear las múltiples lineamientos de Lavoisier y los postulados de Linneo, los
vicisitudes para resguardar los trabajos de la expedición. practicantes de farmacia emprendieron el análisis moderno de
la materia médica local. La especificidad de los conocimientos
adquiridos serviría para que poco tiempo después, estuvieran
en posibilidad de guiar las novedosas prácticas y saberes hacia
la conformación de la carrera de farmacia surgida en 1833.
Si bien parte de la historia de la expedición estuvo marcada
por los conflictos con diversos personajes e instituciones
novohispanas, se debe apuntar que lejos de representar
posturas anti-modernas, los médicos, boticarios, y demás
personajes ilustrados como José Antonio de Alzate, pudieron
sostener una postura lo suficientemente informada como para
discutir los fines de la empresa, que se vio obligada a adecuar
sus objetivos a las condiciones locales.
Los trabajos de recolección y análisis de las plantas
emprendidos por la expedición fueron el referente obligado
para los proyectos emprendidos en el siglo XIX que tenían el
propósito de estudiar los recursos botánicos locales. Las
farmacopeas decimonónicas y los nuevos centros de
Figura 7, José Mariano Mociño. Mociño, p. 429 investigación surgidos en ese siglo sostuvieron los mismos
propósitos que los expedicionarios coloniales: estudiar la
riqueza natural para dotar al país de una materia médica
propia.
270
Unidad 1: La Real Expedición Botánica de Nueva España y la renovación de las disciplinas de la medicina y la farmacia en el cambio del siglo XVIII al XIX
Bibliografía:
Aceves, p. (1933). Química, botánica y farmacia en la Nueva España a finales del siglo XVIII. México: Universidad Autónoma Metropolitana.
Aladren, m., De San Pío, & Puig-Samper, m. (2000). El águila y el Nopal. La expedición de Sessé y Mociño a Nueva España (1787-1803).
Madrid: Lunwert.
Arias Divito, j. (1968). Las expediciones científicas españolas durante el siglo XVIII, expedición botánica de Nueva España. Madrid:
Ediciones de Cultura España.
Gonzalez Bueno, a. (2000). Plantas americanas para la España Ilustrada: génesis, desarrollo y ocaso del proyecto español de espe-
diciones botánicas. Madrid: Editorial Complutense.
Gonzalez Bueno, a., & Rodriguez Nozal, r. (2000). La expedición botánica a Nueva España (1787-1803): un análisis de sus re-
sultados. En p. Aceves, Tradiciones e intercambios científicos. Materia Médica, farmacia y medicina. (págs. 255-282). México:
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271
Unidad 2:
La materia
médica
Gabino Sánchez Rosales
Unidad 2: La materia médica
Objetivo:
Conocer la materia médica usada por la medicina en el siglo XIX para combatir las enfermedades de la
época.
Introducción:
Durante el siglo XIX la materia médica usada por los médicos para combatir las enfermedades poco
cambió frente a la materia médica existente en los siglos pasados ya que durante todo el siglo los
médicos continuaron usando las preparaciones galénicas conocidas. Sin embargo, no todo fue
continuidad sino también en el siglo del progreso hubo cambios y rupturas, pues al final del siglo
producto de la existencia de las nuevas corrientes epistemológicas de la medicina materializadas en la
estructuración de nuevas formas de encarar el fenómeno de la enfermedad, como fue el surgimiento del
modelo microbiológico y etiológico, éstas provocaron un cambio epistémico terapéutico trascendente
que se reflejó en la farmacia, comprendida como el espacio físico donde se continuaron comercializando
los nuevos medicamentos que significaron una revolución en medicina ya que las drogas de patente
fabricadas en los modernos laboratorios farmacéuticos inundaron el mercado mundial poniendo en las
manos de los médicos y de la medicina nuevas fórmulas y nuevos productos para combatir las
enfermedades conocidas por el hombre de la época.
273
Las boticas.
Durante el siglo XIX los espacios donde los médicos y los en-
fermos adquirían los medicamentos que necesitaban para
combatir las enfermedades fueron las farmacias o boticas las
cuales conforme a la legislación fueron los sitios reglamentados
y autorizados para surtir las recetas que los médicos expedían
a los enfermos. Señalemos que las boticas como la de Venegas
que se encontraba en el centro de la ciudad de México, estaban
regidas por un farmacéutico titulado el cual era el responsable
general del cuidado y preservación de los medicamentos, así
como el que garantizaba la calidad y pureza de los mismos, y de
las sustancias que usaba para la preparación de los remedios Figura 2, Farmacia. Schott, p.
galénicos.
En el siglo XIX la farmacia se establecía conforme a un orden
social que el farmacéutico había heredado de los siglos ante-
riores, ya que regularmente las mejores contaban con varios
departamentos, como puede verse en las pinturas o ilustra-
ciones que conocemos de su historia. Así, una gran sala que se
comunicaba hacia la calle era propiamente la farmacia; en ella
había inmensos anaqueles regularmente de piso a techo pri-
morosamente decorados y donde se colocaban los preciados
medicamentos que eran guardados en preciosos “albareros”
Figura 1, Botica del siglo XIX. Schott, p. confeccionados en cerámica, barro o incluso en elegante por-
celana que anunciaba su contenido con elegantes letras latinas.
Las boticas regularmente fueron certificadas por las autori-
dades sanitarias a través de las “visitas” de inspección que las
autoridades practicaban a los establecimientos de la capital.
Tal práctica de vigilancia sanitaria a las farmacias conforme
a cierto grado de organización y fortalecimiento del Estado,
también fue practicado en las boticas de las antiguas ciudades
coloniales como fue el caso de Puebla, Guadalajara, Oaxaca o
Morelia.
274
Unidad 2: La materia médica
275
Unidad 2: La materia médica
276
Unidad 2: La materia médica
dos o tres”
Aceves, p. 64
277
Unidad 2: La materia médica
278
Unidad 2: La materia médica
279
Unidad 2: La materia médica
Conclusión:
280
Unidad 2: La materia médica
Bibliografía:
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281
Unidad 3:
Los jardines
botánicos
Rodrigo Antonio Vega y Ortega Baez
Unidad 3: Los jardines botánicos
Objetivo:
Comprender el desarrollo e importancia de los jardines botánicos en Europa y América del siglo XVII en
adelante. Dicha importancia se resume en las aplicaciones médicas y agronómicas como parte de los
propósitos científicos de las élites de distintos países. También se explicará la conformación de los jardines
botánicos como centro de las ciencias naturales.
Introducción:
De sde los oríge ne s de los jardine s botánicos mode rnos e n e l mundo occide ntal, la Me dicina ha estado
re lacionada me diante las plantas te rapéuticas. Aunque e n la Antigüe dad dive rsas socie dade s han cultivado
e l e studio de las plantas, fue hasta e l siglo XVII que e n Europa se conformaron e spacios donde se estudió
racionalme nte la dive rsidad de la flora a partir de su lugar de ntro de la naturale za (plantas, animale s y
mine rale s) y de la utilidad que te nían para e l se r humano. Los propósitos de los naturalistas de Europa, y
de spués los de América, se ce ntraron e n que e l jardín botánico se constituye ra como una institución
cie ntífica para de sarrollar la inve stigación, la instrucción, e l e ntre te nimie nto y la e conomía e n torno de las
especies vegetales.
A me diados de l siglo XVII, las institucione s botánicas fue ron e spacios cie ntíficos de carácte r urbano que se
dividían en dos áreas: una era privada en la cual laboraba un grupo especializado de naturalistas ya fuera
asalariado o voluntario; y otra era pública, pues estaba al alcance de todo tipo de visitantes donde entraban
e n contacto con e l otro grupo. Esto propició que los jardine s botánicos se vincularan con los estudios
médicos, farmacéuticos, naturalistas y ge ográficos que se lle vaban a cabo e n unive rsidade s, agrupaciones
profesionales y colegios de varias ciudades, entre los que sobresalieron los grupos de médicos y boticarios o
farmacéuticos. En cada jardín botánico urbano se emprendió el reconocimiento utilitario de la flora local, a
la ve z que se e spe culaba e n torno al “orde n oculto” de la dive rsidad natural y se de te rminaban especies
hasta entonces desconocidas.
283
Unidad 3: Los jardines botánicos
Antecedentes.
En el siglo XVII sobresalieron los jardines botánicos de Londres,
Ámsterdam, París, Madrid, Salerno, entre otras. Varios de ellos
fueron patrocinados por los monarcas o los aristócratas, debi-
do a que empleaban las plantas en las boticas reales para uso
de la familia real y los nobles.
Jardín Botánico de Madrid. Mociño, p. 91. Entre las características de los jardines botánicos estuvo
la vertiente pública al considerarse como espacios urbanos
En el siglo XVIII, los jardines botánicos proliferaron en varias en los que hipotéticamente la población general podía entrar
ciudades europeas y americanas a la par que nacía el “espacio libremente para admirar lo que allí se exhibía y aprender algo
público”. De acuerdo con François-Xavier Guerra y Annick Lem- dependiendo de sus necesidades. A la par, se provocaba la in-
périère, el espacio público dieciochesco acogió a las disciplinas teracción entre diversos grupos sociales y medios intelectuales,
científicas como parte de la nueva sociabilidad culta desarrolla- además de la convivencia entre hombres de ciencia y aficiona-
da en las ciudades. Ésta se basó en la pretensión de pasar por dos. Esto fue la base del entretenimiento racional tan popular
alto las distinciones sociales, religiosas, regionales y, en ocasio- entre los aficionados a las colecciones de plantas como mues-
nes, de género, para dar paso al intercambio de ideas, objetos tras de la representación de las riquezas de la flora nacional
y conocimiento bajo la guía de la razón. En este sentido, el es- y medio de atracción de individuos dispuestos a invertir en la
tudio racional de las plantas reunió a varios hombres, e incluso explotación de éstas.
mujeres, sin que sus características socioculturales fueran un
impedimento para la práctica científica.
284
Unidad 3: Los jardines botánicos
285
Unidad 3: Los jardines botánicos
286
Unidad 3: Los jardines botánicos
La cátedra de botánica
La cátedra a la que asistían alumnos fue otro espacio urbano, más fueron la base sobre la cual se dispuso el “orden natural”
constaba de un salón en el cual se impartían lecciones teóri- bajo la clasificación racional de las plantas mediante la relación
cas y prácticas basadas en la taxonomía de Linneo, a cargo de directa entre un jardín público y los libros de Botánica reserva-
un profesor y un ayudante. El catedrático conjugaba textos de dos a los naturalistas. Lo anterior dio paso a la concepción de
apoyo a la explicación docente con su propia experiencia. La que el estudio metódico de la naturaleza era posible, pues no
parte teórico-práctica se realizaba en tres espacios distintos. El se componía de misteriosos poderes y fuerzas, ni era vista bajo
primero era dentro del salón donde los alumnos reconocían la supersticiones o prácticas populares.
anatomía vegetal empleando especímenes en macetas, otros
recién cortados del jardín y algunos secos.
El segundo espacio tenía que ver con el reconocimiento de
los especímenes vivos en los cuadrantes del jardín teniendo
como referente la experiencia de un jardinero mayor y los ayu-
dantes. Por último, las excursiones de colecta eran el momento
en que los jóvenes pupilos ponían en práctica lo aprendido en
el aula y recolectaban nuevos ejemplares para su reconoci-
miento taxonómico en clase.
Schott, p. 264.
287
Unidad 3: Los jardines botánicos
Conclusión:
288
agentes del intercambio de especies vegetales que contribuyó
al conocimiento de las terapéuticas locales de varios países.
Unidad 3: Los jardines botánicos
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289
Unidad 4:
La Farmacología
Gabino Sánchez Rosales
Unidad 4: La Farmacología
Objetivo:
Conocer la importancia del papel de la farmacia durante el
siglo XIX con la finalidad de comprender el origen y desarrollo
de las prácticas científicas que dieron origen a la farmacología.
Origen de la farmacología:
Introducción:
En 1833, con la unión de los estudios de cirugía y medicina en
una sola carrera en el Establecimiento de Ciencias Médicas, se
La farmacia como práctica para el conocimiento de los decretó que los estudios para la carrera de farmacia debían
medicamentos tiene un origen ancestral pero como ciencia realizarse en el mismo Establecimiento. La ley que estableció el
farmacológica tuvo su nacimiento en el siglo XIX, y es que fue a estudio de las Ciencias Médicas, también indicó que los futuros
partir de la segunda mitad del siglo cuando las prácticas de
investigación farmacéuticas derivaron en conocimientos farmacéuticos debían de estudiar cuatro años, dedicando dos
científicos farmacológicos experimentales, los cuales se años al estudio de la farmacia teórica y práctica, y dos más
comenzaron a difundir en México al final del siglo, dando lugar para la práctica en una botica a partir de 1868 en el
al estudio disciplinario de un conocimiento estructurado que
de la mano con la ciencia química ayudó a crear las bases de almacén Central de Beneficencia. Cabe señalar que la
la moderna farmacología en México. Esta ciencia se consolidó cátedra de farmacia teórica y práctica, la impartía el
con la creación de la Escuela Nacional de Química donde doctor José Vargas, utilizando el texto de Chevalier: Jornal
surgió la moderna carrera de químico farmacéutico con
una práctica y un saber orientado a consolidar a la de chimie médicale de pharmacie et toxicologie, editado en
farmacología. En ese proceso histórico el papel de las boticas París en 1827. Esta materia también la cursaban los estudiantes
y sus sencillos laboratorios fue de suma importancia, pues en de medicina, que la complementaban con la cáte-dra de
ellos surgió la necesidad de experimentar con el fin de
preparar las sustancias que la medicina requería, y que “materia médica” que impartía el doctor Isidoro Olvera. La
fueron el punto de partida del nacimiento de los vinculación entre la medicina y farmacia fue intensa durante el
laboratorios de investigación experimental donde conforme siglo, tan es así, que en 1846 los estudiantes de medicina es-
a los principios de la moderna farmacología se comenzaron
a realizar estudios sobre los efectos de los medicamentos tudiaban la cátedra de Química, impartida por Leopoldo Río de
en el organismo humano. En ese sentido, el papel del la Loza siguiendo el texto de J. J. Lassaigne: Dicctionnaire des
Instituto Médico Nacional fundado en 1889 fue fundamental réactifs chimiques employés dans toutes les expérince, editado
para el nacimiento de la farmacología en México.
en París en 1839. En ese tiempo Río de la Loza, que era médico y
farmacéutico -y a quien se puede considerar como el fundador
de la química en México-, tomó a su cargo la Botica de Venegas, y
en ese sitio fundó el primer laboratorio de química relacionado
con la medicina, pues:
“esa oficina de farmacia, desprestigiada,
abatida, montada sin orden, y bajo los an-
tiguos usos, pronto se regenera, y de una
pocilga en que estaba convertida, pasó a
ser un laboratorio adecuado para las ne-
cesidades de la materia médica y de la te-
rapéutica”
291
(Lobato, 1876).
Viesca, p. 71
Laboratorios de Farmacia
El primer laboratorio de farmacia muy probablemente fue un
espacio simple como lo fueron las prácticas experimentales
realizadas, sin embargo, éstas fueron punto de partida para que
siete años después, Río de la Loza en su casa
bustión de los gases, presentó una sesión Dr. Leopoldo Río de la Loza. Viesca, p. 107
química, la primera de su especie que en Río de la Loza fue pionero de la Química analítica en México,
además de los estudios de la Química general como aplicada,
México se manifestaba, haciendo conocer y también dueño de la Botica de la Merced, asociado con el le-
gendario Sr. Bustillos padre -el inventor de los jabones contra la
las propiedades del oxígeno, hidrogeno, caspa-, mientras que la Botica de Venegas de la cual fue dueño,
fue atendida por su hijo Maximino Rió de la Loza. Además, en
acido carbónico, azoe y demás gases que
“Tlascuaque fundó una fábrica de ácidos,
había preparado para la sesión científica”
(Lobato, 1876). montando una cámara de plomo, la pri-
Con el paso de los años Rió de la Loza enriqueció su gabi-
nete químico y de farmacia con instrumentos y aparatos que mera establecida en México, para fabricar
fue adquiriendo
ácido sulfúrico, todo con el correspondiente
“y que no conocía, y dedicándose a su es-
servicio de hornillas, hornos, retortas y
tudio, no cesaba de proseguir en él, hasta
demás utensilios, para extracción de
que se hallaba satisfecho de haber com-
ácidos, y la preparación de todo género
prendido la construcción, objeto y usos
de éteres”
determinados” (Lobato, 1876).
(Lobato, 1876).
292
Unidad 4: La Farmacología
Los “obrajes” que sirvieron a la farmacia y al desarrollo de Frente esa situación material que da cuenta de la penuria
la química en México durante la primera parte del siglo fueron colectivas de las prácticas científicas de los farmacéuticos, Río
escasos, y como ejemplo debe señalarse que en 1850 durante de la Loza, románticamente se dio a la tarea en su laboratorio
la epidemia de cólera morbus que asoló la ciudad, frente a la particular de efectuar
orden del Gobierno Nacional de realizar exámenes físicos y
químicos en la Escuela de Medicina para encontrar la causa la “análisis del aire, tomado a distintas al-
cólera, el catedrático de química no pudo realizar las actividades
científicas porque turas, se observó el estado eléctrico de la
“al comenzar los trabajos relativos al atmosfera: se analizaron las orinas y los
análisis de aire y de las aguas, según las excrementos de los coléricos […] y sus
293
Química médica
Durante esa época, la cátedra de química que estudiaban far- Años más tarde con la introducción del espíritu positivo por
macéuticos y médicos en la Escuela Nacional de Medicina. se Gabino Barreda en las aulas de la Escuela Nacional Preparato-
convirtió en “Química médica”, y se utilizó el texto de Pelouzze ria, se inició el proceso de consolidación de los estudios cientí-
y Fremy titulado: Abrégé de chimie, cuyo tomo segundo estaba ficos. Eli de Gortari señaló que en esa época:
dedicado al estudio de los metales y sus reacciones a los pro-
cesos de oxidación. “el positivismo modificó las condiciones
Sin embargo, a pesar de que los alumnos de medicina y de
farmacia estudiaban química médica, podemos afirmar que de desenvolvimiento de la ciencia en Mé-
durante ese tiempo los estudios fueron más teóricos que prác-
ticos, dada la situación real que sufría la “Escuela Itinerante”; xico, acumulando libros, instrumentos
ya que debemos recordar que desde su fundación el Estable-
cimiento de Ciencias Médicas, luego Escuela Nacional de Me- y aparatos –o sea para hacer posible su
dicina, nunca tuvo un espacio adecuado a su importante labor.
No obstante, la Farmacia como disciplina estaba mudan- aprendizaje por medio de la enseñanza-
do y en especial los farmacéuticos intentaban -conforme a los
principios que se estaban generando en otros sitios-, fundar y, también permitió y dio gran impulso a
una nueva ciencia, en ese sentido, cabe destacar los aportes
epistemológicos al estudio de las sustancias activas realizados la reunión de una enorme masa de datos
por el Dr. Leonardo Oliva, el cual en la ciudad de Guadalajara
publicó en 1850 sus Lecciones de Farmacología con el fin de que constituyen la materia prima para
dar cabida a la nueva orientación para el análisis de los medi-
camentos, pues para Oliva su acción debía analizarse en fun- las investigaciones científicas en México”
ción de dos disciplinas: la química y la fisiológica, con el fin de (Beller, 1985).
Viesca, p. 165
294
Unidad 4: La Farmacología
295
La farmacología del siglo XIX
A nivel mundial el estudio de la farmacología había progresado Pero fue Rudolf Buchheim profesor de la Universidad de
mucho con las nuevas orientaciones epistémicas impulsadas Dorpat, quien logró la fundación del primer Instituto Farma-
por los médicos, químicos y farmacéuticos quienes en conjun- cológico en el mundo, con la propuesta de estudiar la
to elaboraron una nueva ciencia que materializó Gustav Mits- farmacodinamia y el destino intra-orgánico de multitud de
cherlich, profesor de farmacología de la Universidad de Berlín, fármacos, exigiendo la independencia de la farmacología de
quien inició los estudios de los fármacos con el fin de conocer la tradicional terapéutica. A ese hecho siguió la fundación del
sus efectos biológicos, usando la química y la experimentación segundo Instituto farmacológico del mundo, fundado en la Uni-
animal. versidad de Marburgo en 1867 por Karl Philipp Falk.
296
Unidad 4: La Farmacología
Dos años más tarde Karl Binz fundó en Bonn, Alemania, el Las metas de la farmacología las cumplió Oswald Schmie-
tercer instituto cuya metas generales fueron el estudio de los deberger quien al analizar los extractos digitálicos, ésteres del
fármacos por medio de: ácido carbónico, el paraldehído, el hidrato de amileno y ureta-
no, logró el análisis de “la acción molecular entre el fármaco y
“técnicas químicas capaces de determinar los componentes idóneos de las células sobre las que actúa”,
estableciendo con ello las bases científicas
su composición […] sus transformacio-
“para un conocimiento preciso de la re-
nes intraórganicas y la eliminación de su
lación entre la composición química y la
productos residuales; [usando] técnicas
acción biológica de los fármacos”
de registro que permitiesen convertir en (Laín Entralgo, 1985).
estudiado”
(Laín Entralgo, 1985). Oswald Schmiedeberger. Castiglioni, p. 805
297
Unidad 4: La Farmacología
En México la institución que resignificó los estudios de far- Y la 3ª. Sección, que fue la encargada de realizar los estu-
macia antiguos, y fundó la práctica de los principios modernos dios fisiológicos experimentales para conocer los efectos de las
farmacológicos conforme a la nueva ciencia, fue el Instituto Mé- sustancias activas en el organismo animal y humano. Posterior-
dico Nacional (IMN), institución cuya creación se orientó prin- mente al surgir la Sección de Farmacología, está se encargó de
cipalmente a buscar en las plantas medicinales los principios fusionar los estudios, haciéndolos unitarios conforme a las mo-
activos de las drogas. Para comprender la envergadura de los dernas prácticas científicas de la farmacología.
estudios llevados a cabo por este Instituto, conviene tener
pre-sente que los mismos fueron realizados primeramente por
dos secciones: una la llamada 2ª. Sección de química analítica,
cuyo fin conforme al Reglamento Interno tuvo como objeto:
298
Unidad 4: La Farmacología
Esa división clásica, en torno al análisis químico y experi- “No se absorbe por la piel intacta, sí por
mental de las drogas, se superó al unir el farmacéutico el aná-
lisis químico experimental con el análisis fármaco-dinámico y las mucosas y serosas y tejido conjuntivo,
fármaco-cinético de los medicamentos.
En 1910, en el Instituto Médico Nacional, se formalizaron los pero en todo caso la absorción es lenta,
estudios de la “Sección de Farmacología Experimental” e inclu-
yeron la realización de análisis que permitieron observaciones variando el tiempo en que se verifica por
sistemáticas sobre los efectos de las drogas sobre los sistemas
nervioso, respiratorio, digestivo y circulatorio de los animales, la vía que se introduce […] la eliminación
destacándose los datos relativos a determinados aparatos
como cardiaco, pulmonar y urinario y particularmente los efec- se hace por la piel, por el pulmón y los
tos tóxicos o nocivos de las drogas. Para evidenciar lo señala-
do solo como ejemplo, destaquemos los trabajos del doctor riñones, pero estos deben de eliminar
Eduardo Armendáriz, quien al efectuar el análisis de la psoralina
-un medicamento contra el paludismo-, puso especial énfasis cantidades pequeñísimas, porque cuando
en los mecanismos de “absorción y eliminación” de la droga en
el organismo, concluyendo que la psoralina: se da el alcaloide a pequeñas dosis, no se
299
Unidad 4: La Farmacología
Conclusión:
Fue de este modo como la farmacología en México, siguiendo un proceso
histórico difícil finalmente logró constituirse como una ciencia, el camino
fue largo y en su constitución farmacéuticos, médicos y químicos aunaron
esfuerzos, sin embargo, convine señalar que el papel de fuerza social
impulsora correspondió al Estado quien en México fue el responsable de
construir el marco social y político para que las instituciones relacionadas
con la medicina, como fueron la Escuela Nacional de Medicina, los
laboratorios o el Instituto Médico Nacional cumplieran sus objetivos.
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300
Unidad 5:
El Instituto
Médico Nacional
Gabino Sánchez Rosales
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
Objetivo:
Conocer la importancia del Instituto Médico Nacional como la
primera institución de investigación científica médica que
hubo en México al final del siglo XIX.
Introducción:
Función del Instituto
El Instituto Médico Nacional fue creado durante el gobierno
de Porfirio Díaz en 1888 con el fin de estudiar las plantas
Médico Nacional
medicinales mexicanas. La institución fue el primer Instituto
de Investigación Científico-Médico del Porfiriato pues en su
diseño inauguró un modelo de organización del trabajo
El re glame nto de l Instituto Médico Nacional (IMN) e n sus
científico, hasta ese momento inédito en México. Sin
prime -ros capítulos de jó pe rfe ctame nte claro que:
embargo, la importancia de la institución aparte de su
trabajo de investigación y enseñanza de la medicina se
“El Instituto Médico Nacional de México, tiene por objeto
plasmó en ser la primera institución que ofreció asistencia
el estudio de la flora, fauna, climatología y geografía Médica
médica a la población (acción comprendida como
nacionales y sus aplicaciones útiles”.
beneficencia) durante el periodo llamado Porfiriato.
Con ese objetivo comenzó sus trabajos de investigación
sobre las plantas medicinales, que iniciaban en la 1ª
sección del IMN. Allí llegaban los ejemplares, a los gabinetes
de investigación botánica en donde se realizaba su análisis
y clasificación conforme a lineamientos de la sistemática
botánica.
Las tareas fueron ejecutadas por el director del Instituto,
doctor Fernando Altamirano y el Dr. José Ramírez. La labor de
clasificación botánica fue difícil, pues se debe recordar que será
hasta el siglo XX cuando los criterios de clasificación botánica
estarían en vías de conciliarse.
El trabajo iniciaba con el análisis morfológico y luego histo-
lógico para identificar los componentes de la planta. Una vez
realizado ese análisis se utilizaba el método comparativo para
clasificar el ejemplar conforme a género, especie y familia. El re-
gistro se complementaba con fotografías, dibujos a la acuarela,
lápiz o tinta. Los trabajos de la 1ª. Sección culminaban cuando
la planta debidamente clasificada se incorporaba al Herbario
del IMN, el cual con el tiempo albergó las colecciones “Altami-
rano”, “Langlassé”, “Maury”, “la Colección del Museo Botánico
Fernando Altamirano Carvajal. Dominio público Berlinense” y la “Colección de Lindheimer”.
302
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
Productos farmacéuticos
de IMN
La lista de los productos farmacéuticos del IMN fue extensa, y
con ello mostró la importancia de sus trabajos de química ana-
lítica en la 2ª. Sección, en la cual, también se esbozaron los pri-
meros pasos para la producción industrial de drogas naciona-
les conforme a un proyecto de Fernando Altamirano, quien en
1903 planeo la creación de la 6ª. Sección de Química Industrial,
con el fin de sentar las bases de la industria nacional de
medicamentos.
Entre los fitofármacos que producía esta sección de Quími-
ca industrial destacaron:
“extractos fluidos de cuauchichic, yoloxochitl, yerba del bo-
Materia Médica Mexicana, p. 251 rrego, belladona del país, pingüica, atanasia amarga; extracto
blando de zapote blanco; tinturas de corteza de yoloxochitl, se-
En 1910 el Herbario del IMN llegó a poseer 11,441 plantas millas del piojo, cicutilla y cucaracha; pulpa de cuautecomate;
medicinales. La importancia de la 1ª. Sección fue muy clara, resina y esencia de estafiate; extracto de mangle rojo; tinturas de
pues de ella surgió la 7ª. Sección de Biología donde iniciaron los peyote y picosa. Esencia de cominos rústicos. Extractos de peyote,
trabajos profesionales de esa disciplina, y de donde surgió el chicalote, simonillo, damiana y ololiuhqui. Polvo de la yerba del
primer biólogo que hubo en México, Alfonso Luis Herrera. zorrillo. Resina de la yerba del borrego. Ácido pipitzahoico granu-
Por otra parte, la 2ª. Sección de química analítica tenía lado. Pastillas comprimidas de ácido pipitzahoico y comprimidos
como finalidad encontrar: esféricos cubiertos de chocolate de ácido pipitzahoico. Perlas del
“los principios inmediatos que contengan [las plantas medi- mismo acido. Píldoras plateadas de extracto de picosa. Píldoras
cinales] y fijar su fórmula. [y] Hacer las preparaciones que nece- de extracto de peyote, de Belladona, de Chicalote. Obleas de an-
site la Sección 3ª. Para la experimentación” tipirina y quinina”.
La Sección realizó diversos análisis para conocer la
composición quí-mica de las plantas, usando métodos
como la disolución, la destilación, la precipitación, la
maceración, y otros que combi-naban algún reactivo químico;
así logró aislar la primera droga nacional, la llamada
“bocconina” un alcaloide de propiedades analgésicas que se
experimentó en el laboratorio y luego se usó en el campo
terapéutico. Durante las investigaciones químicas del Instituto,
este llegó a producir una lista muy larga de alcaloi-des con
nombres poco comunes. Todas esas sustancias forma-ron
parte del Museo de las Drogas del IMN, el cual contaba con 678
drogas hacia 1910.
303
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
Experimentación con
drogas
La experimentación de las drogas correspondió a los médicos
de la 3ª. Sección de Fisiología, y las experiencias con los anima-
les de laboratorio, se hicieron siguiendo un método fisiológico
sistematizado, cuando fue posible contar con cierta cantidad
del principio activo de alguna droga. Principalmente los expe-
rimentadores practicaban el análisis fisiológico siguiendo un
orden, así
“en cada planta se determinó: primero sí era tóxica, segundo,
las perturbaciones funcionales que producía su ingestión. Terce-
ro, los equivalentes tóxicos y fisiológicos, cuarto la comprobación
o refutación de las propiedades atribuidas por el vulgo, y quinto
las indicaciones terapéuticas, cuando había lugar a ellas”.
Materia Médica Mexicana, p. 167 El análisis se complementaba con la valorización de las alte-
raciones funcionales del animal respecto a su motilidad y sensi-
En 1912, por fin fue reconocida la existencia de la 6ª. Sección bilidad, así como las perturbaciones circulatorias y, por último,
y el Reglamento específico que tenía por objeto. en las modificaciones de la composición química de las excre-
I.- Buscar el procedimiento más económico y adecuado ciones a causa de los trastornos nutritivos.
para preparar las formas farmacéuticas.
II.- Preparar industrial y farmacológicamente los productos
necesarios para las labores del IMN.
304
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
305
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
Publicación del Instituto Médico Nacional En el “Asilo Español” el Dr. José Terrés, uso la piquerina ex-
traída de la Yerba del Tabardillo, o también llamada Yerba de
Antes de conocer los resultados terapéuticos del Instituto San Nicolás.
señalemos que los mismos se consignaron en las publicaciones En el caso de los productos analgésicos, en el consultorio
científicas, como fueron: la colección bibliográfica de los Eduardo Liceaga se usó el principio activo de la “llora sangre”
diferentes Datos para la Materia Médica Mexicana, que son que fue usado con éxito para practicar cirugías.
obras fundamentales para conocer las investigaciones clí- La boconina también se utilizó en el lejano Hospital de Guana-
nicas y los resultados terapéuticos de las plantas, sin olvidar la juato donde se hizo la resección de un tumor implantado en la cara
revista del Instituto llamada Anales, y que fueron los vehículos anterior de la tercera costilla izquierda, con éxito completo.
de propaganda científica usados por el Instituto para recomen- Destaquemos que, en la ciudad de México, en el Hospital del
dar entre la clase médica el uso terapéutico de las drogas des- Divino Salvador, el Dr. Govantes obtuvo resultados impresio-
cubiertas. nantes con el uso de la corteza de zapote, pues las propiedades
El Instituto Médico Nacional mantuvo vínculos instituciona- somníferas y sedantes de la droga, mostraron eficacia en 125
les con los diferentes hospitales que hubo en el Porfiriato. En casos donde se usó “sin que haya fallado una sola vez”. El expe-
ese sentido, los espacios médico-clínico-terapéuticos que sir- rimento terapéutico se repitió con una muestra más amplia de
vieron al IMN como sitios de investigación y de experimenta- pacientes y la planta mostró contundentemente su eficacia, pues
ción fueron diversos y variados como aconteció con el Hospital “de 411 veces que se aplicó para calmar la excitación en enfermas
Concepción Béistegui, donde Daniel Vergara Lope hizo expe- enajenadas, se consiguió el resultado en 371 y fallo en 40”.
rimentos clínicos con la psoralea pentaphylla de propiedades El ejemplo de la corteza del zapote y la sola posibilidad de
antipalúdicas. En el Hospital Juárez durante la epidemia de tifo haber encontrado un medicamento sustituto del “cloral” o del
que asoló a la capital a finales de 1892 y 1893, se experimentó “sulfonal” usado en la práctica médica desde que A. Kast lo in-
con la raíz del oso, planta considerada antitífica. trodujo como hipnótico en 1884, alentó a los investigadores del
IMN, ya que éstos señalaban que el zapote era un fármaco es-
pecífico productor del sueño y que contrarrestaba el insomnio
de los ancianos, de los que tienen enfermedades pulmonares,
de los neurasténicos y de los cardíacos.
306
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
307
Unidad 5: El Instituto Médico Nacional
Conclusión:
La fundación del Instituto Médico Nacional en el contexto de la organización mexicana para asistir a la
Exposición Universal de París de 1889 fue una propuesta del gobierno apoyada por los médicos para enfrentar
las enfermedades que diezmaban a la población. El Instituto cumplió con su fin de estudiar las plantas
medicinales mexicanas y crear medicamentos usando los principios activos de las drogas nacionales que se
usaron con éxito en los hospitales del porfiriato. Asimismo, la institución inauguró un modelo de organización
del trabajo científico, hasta ese momento inédito en México cuyos frutos se plasmaron en la aparición de
formas novedosas y desconocidas para realizar investigación científica en México, como fue el caso de la
química, la fisiología y la farmacología.
Bibliografía:
Hinke, n. (julio-septiembre de 2006). Fragmentos de una historia del Instituto Médico Nacional. CIENCIAS , 56-67.
Sánchez Rosales, g. (abirl-junio de 2012). El Instituto Médico Nacional y los inicios de la investigación médico-científica. CIENCIA , 10-17.
Secretaría de Fomento. (1895). Catálogo de los productos químicos. Instituto Médico Nacional . México.
Secretaría de Fomento. (1894). Datos para la Materia Médica Mexicana 1ª parte. Instituto Médico Nacional . México.
Secretaría de Fomento. (s.f.). Documentos relativos a la creación del Instituto Médico Nacional en la ciudad de México. tipografía.
308
CAPÍTULO
VIII
Unidad 1:
La Teoría Humoral
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
María de Lurdez Consuelo Martínez Montaño
Unidad 1: La Teoría Humoral
Objetivo:
Observación de la sangre
El le ctor conoce rá e l cómo la te oría humoral, e xplicaba e l
No es fácil, alcanzar a comprender cómo concibieron los mé-
de sarrollo de enferme dade s ante s de la teoría microbiana.
dicos hipocráticos esta tesis, sin la ayuda de microscopio ni de
reacciones químicas, y por ello es que consideramos que todo
fue consecuencia directa de la simple observación de la sangre.
311
Unidad 1: La Teoría Humoral
Órganos clave
Otra evidencia, para acentuar la importancia y significado pato-
lógico de la “flema”, consistía en ubicar el órgano en que residía
cada humor en un estado de pureza, y de donde pasaba a las
venas. El asiento de la sangre era el corazón, el de la bilis amari-
lla el hígado, el bazo lo era para la bilis negra y el cerebro era el
órgano en el que se generaba la flema.
Se pensaba pues, que la “flema” mostraba cierta propen-
sión en la gente enferma a dirigirse hacia las partes inferiores
del cuerpo, produciendo en ocasiones una acumulación mor-
bosa de “flema”; así, todo aumento de secreción mucosa, ya
fueran nasales, faríngeas, bronquiales, intestinales,
vesicales, vaginales o uretrales, se suponía que nacían de la
“fluxión de flema” en el cerebro.
Dibujo del médico Alcmeón de Crotona
312
Unidad 1: La Teoría Humoral
Presentación de
enfermedades de acuerdo
a la teoría humoral
En el libro hipocrático Sobre la enfermedad sagrada, se nos
explica, por ejemplo, la forma en que se suponía ocurría un
ataque epiléptico:
“Porque cuando la flema fría avanza hasta el pulmón y el corazón, la sangre se enfría.
sensación de ahogo. Porque no entra todo el aire que desea [el enfermo], hasta que
el flujo queda dominado y, una vez caldeado, se pone a circular por las venas. A conti-
nuación cesan las palpitaciones y el asma. Cesan en la medida en que cesa el agobio.
Si baja el flujo más abundante, más despacio; si es menor, más de prisa. Y si los flujos
descendentes son frecuentes, tanto más frecuente resulta atacado el enfermo. Así que
eso es lo que sufre cuando [el flujo] le llega al pulmón y al corazón; cuando le llega al
313
La obra de Alejandro de Tralles, denominada Terapéutica,
descansa en su totalidad sobre los fundamentos hipocráticos,
aunque también ofrece algunos rasgos originales. Para este
médico bizantino que trabajó en Roma, la naturaleza de la
enfermedad está basada en la teoría humoral aunque con cierta
tendencia hacia la teoría neumática, ya que consideraba que la
impureza del aire vital también podía causar perturbaciones de
carácter morboso. Estas impurezas podían acumularse tanto
en las venas como en las arterias, dando lugar a la inflamación,
que tarde o temprano se hacía piógena. La diferencia entre flema y
pus se hacía al ponerlas en agua; mientras que el pus se disuelve,
la flema se sumerge al fondo como una masa coagulada. Así se
expresaba con respecto a la tos:
“La tos, como ahogo o disnea, es sólo un síntoma. Tiene causas diferentes. Puede
deberse a discrasia, bien caliente o fría, bien seca o húmeda, lo cual a su vez, tiene su
causa en la naturaleza de la materia afluente. Así, pues, como la tos no tiene causa,
trate. Todos los médicos están conscientes en que, sin una diagnosis escrupulosa, no
314
Unidad 1: La Teoría Humoral
315
A nadie pareció preocuparle, que los humores buenos Este proceso fue considerado muy peligroso, porque uno
también salieran con los malos. Simultáneamente, había otras de los principios claves en la medicina griega, sostenía que la
teorías para explicar la enfermedad, aunque seguramente fueron sangre estancada se pudriría. Había una comparación con el
menos populares. Una sostenía que la enfermedad era debida agua fresca de un arroyo y el agua maloliente de un pantano.
a “residuos” no digeridos; otra decía, que todas las enfermedades Por supuesto, nunca existió la idea de que la sangre circulara.
eran consecuencia de “alientos” o “pneuma”, concepto que se Al pudrirse entonces, se convertía en pus. Galeno, aceptó una
halla también en la India, Egipto y en China. Pero en la práctica, transformación intensa de la sangre en pus.
el tratamiento debió haber sido semejante, fuere cual fuere la Un poco de verdad aquí, es que los coágulos de sangre que
escuela de pensamiento médico, la evacuación de los malos se quedaban en las heridas, se convertían en caldo de cultivo
humores fue la constante. para las bacterias, lo que se traduce en un incremento del hu-
Todo esto es bien conocido, aunque hay una parte olvidada mor purulento. La segunda fuente posible de la enfermedad era
de la teoría -igualmente interesante-, que explica cómo la en- la carne. Si estaba irritada, podría experimentar espasmos. Los
fermedad pasaba a un nivel microscópico. Por supuesto, los espasmos corresponden a una familia grande de síntomas, que
griegos no tuvieron un instrumento como el microscopio, pero van desde tiritar hasta calambres, pasando por las convulsio-
se valieron de otro mucho más poderoso y peligroso: “lo que nes y el tétanos. Desde luego, las causas expresadas del espas-
escapa a la vista de los ojos, puede ser conocido con la vista de mo eran inesperadas, excesivo sangrado y un purgante drástico
la mente”. preparado con eléboro negro tiró a mucha gente con convulsio-
nes agonizantes. Cuando la carne entraba en espasmos, ade-
más podía atraer sangre fuera de las vénulas o simplemente las
presionaba ocasionando la salida de la sangre, después de lo
cual ésta se pudriría. Por lo tanto, los espasmos eran un meca-
nismo importante en la producción de la enfermedad.
316
Unidad 1: La Teoría Humoral
El tercer sitio posible de la enfermedad eran las vénulas. El error en este caso, es que las partes circundantes inflama-
Ellas podían rociar su sangre hacia afuera por dos mecanismos, das no causan ningún problema a la herida, ellas sufren de la
fuera por pura fatiga o cayendo en un espasmo por sí mismas. infección en forma leve y no tanto como la herida, si aceptamos
Una vénula en una convulsión podía además desgarrarse y entonces el pensamiento griego, la absurda conclusión llega a
sangrar, o bien, la sangre quedaba atrapada en una vejiga, de ser perfectamente racional.
donde se filtraba y pudría posteriormente. Los escalofríos que Para evitar la aparición del pus, se estimulaba la hemorra-
ocurrían después de una herida, se pensaron que se originaban gia, o se sangraba una vena apropiada en otra parte del cuerpo.
en estas vejigas, presumiblemente porque las vejigas expuestas En una herida reciente era conveniente provocar que la sangre
se enfriaron y convulsionaron. fluyera abundantemente, y también cuando pareciera estanca-
Todas estas teorías se basaban solamente en la vista de la da; por lo que la herida y las partes adyacentes serían menos
mente “gnomes ópesei”. En 1969, el microscopio electrónico atacadas por la inflamación, cuanto más fluyere la sangre, y por
mostró que los capilares irritados, tienden a desgarrarse. Ahora lo tanto la herida empezaría a secarse.
bien, si aplicamos todo esto a una herida, donde normalmen- Otro hecho importante sobre las heridas en la Grecia anti-
te la carne es mantenida tibia bajo la piel, una vez expuesta al gua, está oculto en la misma palabra que se utilizó para desig-
mundo exterior tenía que sufrir por el enfriamiento. Los huesos, narla: hélkos, que no se puede traducir con precisión. El título
los dientes y los tendones, tienen al enfriamiento como un ene- del tratado hipocrático Perí Helkón (Sobre las Heridas), es tra-
migo, y al calor como un amigo; porque es de estas partes de ducido por Adams como úlceras y por Littré como heridas. Los
donde provienen los espasmos del tétanos y de los fríos febri- dos son correctos, porque la palabra hélkos cubre ambas situa-
les, que el enfriamiento induce, y que lo caliente quita. ciones tisulares.
De aquí viene el aforismo acerca de mantener tibia la herida,
pues con el escalofrío, las partes de alrededor de la herida de-
sarrollarán espasmos, atraerán sangre, llegaran a estar empa-
padas con ésta, y se pudrirá. La corrupción originada alrededor
de la herida, aunque de algún modo suene mal para nuestra
ciencia hoy día, nos enseña el cómo los griegos, lucharon por
explicar el mecanismo de lo que llamamos infección, o en sus
términos, la corrupción.
Ellos no pudieron acceder a la idea de que la causa era
“algo” depositado en la superficie de la herida. Por lo tanto,
usando el principio de que los estancamientos de sangre se
pudren, los médicos racionalizaron que el problema tenía que
surgir indudablemente de las partes de la herida: sangre que
fue atraída allí, y se volvió pus. Este pensamiento esta declara- Galeno e Hipócrates en un fresco.Schott, p. 54
317
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Hoy esto está en desuso, porque nosotros asociamos la úl- En defensa del iatrós, debemos decir que había varias ra-
cera con una noción de la cicatrización retardada y la mirada zones para crecer que el pus era una cosa buena. Primero, pa-
sucia de infección; pero en la antigua Grecia eso precisamente cientes con blanco y puro pus tenían un pronóstico mejor que
era lo que le pasaba a la mayoría de las heridas, no había ningu- aquellos con pus malo, esto es verdad. Segundo, en una supu-
na necesidad de hacer una distinción. ración de la herida, lo machucado ayuda, porque el pus limpia-
La infección era casi inevitable, y por consiguiente casi natu- ba el tejido muerto. Esto es defendible, ya que los pedazos de
ral, el médico griego tenía sentimientos ambivalentes sobre el tejido muerto también impedían cerrar la herida. Los modernos
pus ya que, ante su presencia invariable, no podía ser algo com- cirujanos prefieren sacarlos, para una esmerada limpieza de la
pletamente malo. A veces se le tomó como un humor bueno, herida. Los griegos recortaron los pedazos mayores y permitie-
pero en ocasiones era turbio y apestoso, a éste lo denominaron ron que el pus destruyera el resto. Un uso hábil de los procesos
ichor. Al primero se le interpretaba como flema madurada por naturales. Tercero, si las “hinchazones” no se manifestaban en
un proceso de coction, o pepsis, que nunca definieron clara- heridas severas, era un gran mal. Esto en verdad, en una heri-
mente. Este tipo de pus era inodoro, fluía puro y blanco, por lo da, la ausencia de inflamación puede significar que el cuerpo
que era de buen pronóstico. es incapaz de defenderse. Cuarto, los griegos sostenían que “la
Hoy, por supuesto, el significado de los dos tipos de pus es pus blanca era buena” previniendo realmente peligrosas com-
obvio: infección severa contra más infección. Para los griegos, plicaciones. Esto, también era el resultado de su lógica peculiar,
equivocando la infección “benigna” con el buen y natural curso pensaban que el tiempo brumoso previene los tiempos lluvio-
del evento, hicieron todo lo posible para asimilarlo. No fue, sino sos. Quinto, el concepto de “pus buena” era necesario para lle-
hasta el siglo XIX, cuando Lister puso en claro que ese alenta- nar un hueco en su corriente medico-filosófica. Tenía que ver
dor “pus bueno y laudable” estaba en relación directa con las con el proceso para eliminar los humores malos, por “madura-
bacterias. ción” y lo denominaron apóstasis o absceso.
318
Unidad 1: La Teoría Humoral
Conclusión:
Si bien, todo lo anterior expuesto puede aplicarse a las heridas externas, no ocurre lo
mismo con las lesiones internas. En afecciones tales como la pleuresía, perineumonía,
nefritis, afecciones del colon, o del hígado, del bazo, de la vejiga o de cualquier otra parte
semejante, fueron los dolores y las secreciones que se expulsaban a través de sus
orificios, lo que les indicaba a los médicos antiguos el lugar afectado, si no con exactitud,
por lo menos en una forma aproximada. Una vez conocido el sitio donde radicaba la
enfermedad, había que descubrir cual era el humor que se encontraba afectado y si
existía alguna de las dos intemperancias, una para lo frío y lo caliente y otra para lo seco
y húmedo. Cuando las cualidades antes descritas estaban en equilibrio, la enfermedad se
denominaba atemperante. Las secreciones fueron clasificadas por Galeno en tres clases:
aquellas que salían del lugar afectado al disolverse o consumirse la sustancia propia del
órgano; aquellas que contenían lo que producen dichos órganos; y aquellas que
acarreaban materias que acompañan los estados patológicos.
Bibliografía:
Brucells, a. (2000). La clínica y el laboratorio. Exámenes de sangre. México: Marín.
Salvá, v. (1857). Nuevo Diccionario de la Lengua Castellana (5ª ed.). París: Garnier hermanos.
319
Unidad 2:
La teoría del
miasma
Sandra Martínez Solís
Unidad 2: La teoría del miasma
Objetivo:
Introducción:
321
Unidad 2: La teoría del miasma
En general, todo lo maloliente podía producir miasmas, Enfermos de peste en un grabado de 1410. Schott, p. 108
322
Unidad 2: La teoría del miasma
Se dice que a Europa llegó con la entrada de doce galeras En el momento de la epidemia, las personas buscaron
genovesas con ratas infectadas al puerto de Mesina en Sicilia, remedios religiosos como rezos organizados, procesiones y
cuya tripulación se había contagiado en la ciudad de Kaffa, liturgias suplicatorias. Desde el cristianismo, la peste se en-
situada al noroeste de Crimea. En pocos días enfermaron los tendió como un castigo divino por los pecados cometidos y
habitantes de la ciudad y de sus alrededores; a los seis meses, como una señal del Apocalipsis.
la mitad de la población había muerto o huido del lugar. La
epidemia se propagó por toda Europa, siendo una de las más
letales de su historia.
La peste bubónica es una enfermedad bacteriana producida
por Yersinia pestis y transmitida al ser humano por las pulgas
que habitan en las ratas. Según Benenson, la respuesta inicial
suele ser una lifadenitis –también llamados bubones-, de la
zona inguinal y menos frecuentemente en los axilares y cervi-
cales. Los ganglios se encuentran hipertrofiados, inflamados y
dolorosos al tacto, pudiendo supurar en ocasiones. La fiebre es
frecuente y la afección secundaria a los pulmones termina en
neumonía.
El triunfo de la muerte. Schott, p. 107
323
Unidad 2: La teoría del miasma
“Empezó esta peste en Aviñon por el mes de enero y duró siete meses. Tuvo dos formas;
porque en los primeros dos meses dio con calentura continua y escupideras de sangre;
y éstos morían durante tres días. Después, en lo restante del tiempo dio también con
mente debajo de los brazos y en las ingles; moríanse dentro de cinco días. Tan grave
era su contagio, especialmente mientras duró con las escupideras de sangre, que no
solamente deteniéndose, sino sólo mirándose pasaba de unos a otros. Vino a tanto
que se morían las gentes sin asistencia de criados, y sin sacerdotes se enterraban; el
padre no visitaba al hijo, ni los hijos a sus padres; estaba la caridad muerta y la espe-
ranza perdida.”
(Cortés, vol. I p. 192)
En su versión más simple, los miasmas eran exhalaciones
pútridas y vapores o gases liberados por la materia orgánica
vegetal o animal en descomposición. En una forma más elabo-
rada, era la unión de varios gases o el desequilibrio entre los
mismos, y en los albores de la teoría microbiana llegaron a ser
considerados como la combinación entre una entidad viviente
y un veneno gaseoso. En cualquier caso, se difunden en el aire
y son inhalados por las personas que finalmente se enferman,
porque según esta teoría, cualquier mal olor es sinónimo de en-
fermedad.
324
Unidad 2: La teoría del miasma
Teoría de la putrefacción
Una teoría que complementa la de los miasmas es la referente El antiséptico, o sea la sustancia capaz de detener el exce-
a la putrefacción, según Alain Corbin, ésta se debe al alemán so de putrefacción, debe buscarse entre los cuerpos volátiles,
Becher, para quien constituye un movimiento interno perma- calientes, aceitosos, aromáticos, aptos a despejar las vías por
nente, en perpetua lucha con el principio de la cohesión natural las cuales debe circular el espíritu balsámico. La preferencia
e ígnea de las partes, del fuego elemental que se perpetúa gracias terapéutica de una sustancia aromática, fundada sobre su
al espíritu balsámico de la sangre. Desde una perspectiva me- volatilidad y su poder de penetración, fortalece una antigua
canicista, el movimiento interno resulta de la movilidad de las tradición, la que impulsaba a Hipócrates a detener la peste me-
moléculas liberadas de las trabas que las fijaban, por ello el olor diante olores, de ahí se comprende el fenómeno de los médicos
fétido y penetrante de los cuerpos que se pudren. De este modo usando sustancias aromáticas para contrarrestar los efectos de
fetidez y humedad definen la corrupción, las partes acuosas de la peste bubónica.
la materia orgánica se liberan bajo la forma de sanies y de pus.
Las partes acuosas, que por este fenómeno se vuelven volátiles,
se escapan bajo la forma de moléculas nauseabundas.
Por ello, si los miasmas pútridos emanados de los cuerpos
enfermos o en estado de descomposición son inhalados por el
organismo y vienen a romper el equilibrio de las fuerzas internas,
si se produce una interrupción de la circulación del espíritu bal-
sámico de la sangre, por obstrucción de los vasos, viscosidad
de los humores o heridas, es posible que se provoque el triunfo
de la gangrena, la viruela, el escorbuto y las fiebres pestilentes
o pútridas.
Ratas devorando un cadáver. Schott, p. 108 Para esta teoría, lo esencial no es la calidad del espacio, la
altitud, la exposición a la naturaleza o los vientos, sino el aná-
lisis de las cualidades de los lugares estrechos, apretados, de
la vida cotidiana. Así, los peligros se encuentran en el aire de-
generado, la cercanía de lo nauseabundo, la molécula podrida,
producto de la corrupción; el poder corruptor del miasma se
extiende a los vegetales, a la carne de la carnicería, entre otros.
325
Unidad 2: La teoría del miasma
326
Unidad 2: La teoría del miasma
327
Unidad 2: La teoría del miasma
Bibliografía:
Benenson, a. s. (1992). El control de las enfermedades transmisibles en el hombre (15ª ed.). Estados Unidos: OMS.
Cortés, j.g.r., et al. (2007). Textos clásicos de la Medicina II. México: BUAP
Corbin, a. (1987). El perfume o el miasma. El olfato y lo imaginario social. Siglos XVIII y XIX. México: Fondo de Cultura Económica.
Foucault, m. (2006). El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica. México: Siglo xxi.
Vargas, g. (2011). Dialéctica dek cincepto de miasma a través de la historia. Tesis maestría, 62. Bogotá, Colombia.
Volcy, c. (2007). Historia de los conceptos de causa y enfermedad: paralelismo entre Medicina y la Fitopatología. IATREIA, 20 (4),
407-421.
328
Unidad 3:
Nutrición
María de Lurdez Consuelo Martínez Montaño
Unidad 3: Nutrición
Objetivos:
Realizar una revisión histórica del concepto y el empleo de la nutrición durante el siglo XIX.
Introducción:
Desde la aparición del hombre sobre la tierra el tipo de alimentos que éste ha tenido que ingerir
para su sustento ha variado a través de los tiempos, debido a que se vio obligado a adaptar
aquellos que tenía más próximos y le era más fácil obtener con las escasas herramientas que
tenía.
La nutrición como ciencia es muy reciente, ya que apenas a finales del Siglo XVIII el francés
Lavoisier hace las primeras observaciones sobre la materia. Sin embrago, ya en épocas anteriores
hubo quienes intuían la importancia de los alimentos en el desarrollo del ser humano. Podemos
citar como ejemplos: en el año 475 a. C., Anaxágoras establece que la comida era absorbida por
el cuerpo humano y contenía “homeomerias”, Anaxágoras pensó que existen unas semillas o
substancias cualitativamente distintas cuyas reuniones da lugar a las cosas visibles. Creyó que
sólo podemos considerar que un objeto puede transformarse en otro o puede dar lugar a otro
(como ocurre con los alimentos cuya ingestión nos permite el crecimiento de los músculos,
tendones, etc.), si aceptamos que en el objeto que se transforma en otro, ya se encuentra de
alguna forma aquello a lo que da lugar. Así, pensó que en cada cosa existen semillas u
“homeomerías” de todas las cosas.
En el año 400 a. C. Hipócrates decía, “deja que la comida sea tu medicina y la medicina sea tu
comida”, y que “cuando se aumenta el reposo hay que disminuir los alimentos y el hecho
recíproco no es menos verdadero, ni menos importante”.
Sucesivamente a lo largo de la historia vamos encontrando ejemplos de lo que el hombre ha
pensado respecto a la nutrición. En 1202, el rey Juan de Inglaterra promulga la primera ley
inglesa sobre alimentos. En el siglo XVI, el científico y artista Leonardo da Vinci comparaba el
metabolismo a una vela encendida.
330
Unidad 3: Nutrición
Los inicios
En 1747, el Dr. James Lind -médico de la marina británica-, realizó el En 1790, George Fordyce reconoció la necesidad del calcio
primer experimento científico de nutrición, descubriendo que para la supervivencia de las aves de corral, y el estudio formal
el jugo de la lima evitaba que marineros con muchos años de de la nutrición, se inicia con el químico francés Antoine Lavoisier
navegación enfermaran de escorbuto, un trastorno hemorrá- (1743-1794), que al comparar la respiración animal con una
gico mortal y doloroso. Aunque el descubrimiento fue ignorado combustión, estableció que los alimentos son combustibles, es
durante cuarenta años, a los marineros británicos se les llegó a decir, sustancias que al ser oxidadas en el organismo suminis-
conocer como “limeros”. Lo esencial en el jugo de limón -la vita- tran la energía necesaria para su mantenimiento, demostrando
mina C-, no será identificada hasta la década de 1930. que la oxidación de los alimentos es la fuente de calor del cuerpo,
por lo que se le conoce como el “Padre de la Nutrición y de la
Química”.
331
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Los descubrimientos
gadores redactaron un documento de acuerdo a los principios
En 1816, Francois Magendie descubrió que los perros alimentados nutricionales en el Reino Unido, y en 1841, se establecieron las
solamente con carbohidratos y grasa, pierden su proteína cor- primeras raciones dietéticas recomendadas por el Consejo
poral y mueren en pocas semanas. Solo los perros alimentados Nacional de Investigación.
con proteínas sobrevivieron, lo que identificó a las proteínas
como un componente esencial de la dieta, con este trabajo, el
gran fisiólogo francés corrobora que los animales superiores no
podían vivir con dietas desprovistas de proteínas, y que no todas
las proteínas tienen el mismo valor nutritivo.
332
Unidad 3: Nutrición
sus clientes”.
(Casaña, p. 30)
333
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
En términos generales, era de suma importancia la sabia di- Hace muchos años, Brillat-Savarin escribió: “Dime lo que
rección de la dieta en las enfermedades agudas, por los buenos comes y te diré quién eres”, y es verdad que los hombres se di-
clínicos de aquellos tiempos, es decir: la nutrición no se limi- ferencian unos de otros por sus preferencias alimenticias, pero
taba al arte de recibir los nutrientes adecuados todos los indi- esto no quiere decir en modo alguno que sus necesidades nu-
viduos, era el tratamiento más importante para todo tipo de tritivas -tal como en la actualidad las conocemos-, sean dife-
enfermedades y entonces se hablaba de términos tales como rentes. Dentro de una cierta variabilidad individual de orden
la dirección adecuada de la dieta, los beneficios de la dieta, las cuantitativo, las necesidades nutritivas son esencialmente las
dificultades de la dirección de la dieta, los peligros de una ali- mismas para todos los miembros de la especie, y no tenemos
mentación inoportuna, los perniciosos efectos de la dieta de- motivos para creer que hayan variado desde la aparición de las
masiado prolongada o inoportuna, los accesorios de la dieta. primeras formas de vida humana.
A finales del siglo xix parecía que las necesidades nutritivas Al inicio del año 1900 Carlo Voit y Max Rubner midieron el
del organismo humano se limitaban a una cierta cantidad de gasto energético calórico en diferentes especies de animales,
energía, suministrada principalmente por los hidratos de car- aplicando los principios de la física en la nutrición, y en 1906
bono y las grasas, más una cierta cantidad de proteínas y de Wilcok y Hopkins, mostraron que el aminoácido triptófano era
sustancias inorgánicas, tales como calcio, fósforo magnesio, necesario para la supervivencia del ratón. Gowland Hopkins
sodio, potasio, hierro. Sería, pues, posible preparar una dieta por otra parte, reconoció factores accesorios de los alimentos,
adecuada, mezclando en las proporciones convenientes una diferentes en las calorías, proteínas y minerales, como materia-
serie de sustancias químicamente puras. Esta idea, formulada les orgánicos y esenciales para la salud, los cuales el organismo
por el químico francés m. Berthelot (1827-1907), y dio lugar a ex- no puede sintetizar. En 1912 Casimir Funk acuñó el término vi-
perimentos que demostraron la imposibilidad de mantener la tamina, un factor vital en la dieta, a partir de la palabra “vital”
vida de los animales alimentados con tales dietas purificadas. y del sufijo “amino”, porque creían que provenían del amonio.
m. Berthelot, BIUM
334
Unidad 3: Nutrición
Conclusión:
En 1934, el Dr. José Quintín Olascoaga Moncada, pionero de la Dietología en México, formó
parte de una Comisión en la Misión Cultural Urbana de la Secretaría de Educación Pública. El
1935 ingresó al Hospital General de México, como jefe de la Sección de Investigación de la
Alimentación Popular. El Departamento de Salubridad en 1936 inicia la enseñanza de la
Nutriología preparando al personal para las encuestas de alimentación. En 1943 en el Hospital
Infantil de México, se imparte el curso único para formar dietistas en funciones específicas,
estuvo a cargo del Dr. Rafael Ramos Galván. Los egresados se integraban al Servicio de
Dietología del mismo hospital.
La Nutriología surge formalmente en 1945, por una propuesta del Dr. Ignacio Chávez se crea la
escuela de Dietética del Instituto Nacional de Cardiología y en 1950 es trasladada al Instituto
Nacional de Nutriología de la Secretaría de Salubridad y Asistencia, que se creó por la iniciativa
del Dr. José Quintín Olascoaga Moncada. Posteriormente en 1960, la escuela de Dietética se
cambia al Hospital Colonia, de los Ferrocarriles Nacionales de México, donde estuvo hasta
1971.
Bibliografía:
Bourges, r. h., Bengoa j. m. & O’Donell a. m. (2015). Historias de la Nutrición en América Latina. Sociedad Latinoamericana de
Nutrición, incmnsz.
Cirilo a. b. (2010). La nutrición como ciencia. Rev. Salud Pública y Nutrición. 4(11)
González, r. c., Martínez, l. c & García b. s. (2014). El modelo de nutrición vegetal a través de la historia y su importancia para la
enseñanza. Rev. Eureka sobre la Ens. y Div. de la Ciencias. Coruña. 11(1):2-12.
Sánchez s. m., Mejía n. (2004). Historia de la Nutrición. Universidad de San Carlos de Guatemala.
335
Unidad 4:
Descubriendo
bacterias
María de Lurdez Consuelo Martínez Montaño
Unidad 4: Descubriendo bacterias
Objetivo:
Identificar el impacto en el área de la salud, de los trabajos de investigación
realizados por Louis Pasteur, a lo largo de los diferentes estudios realizados
para la construcción del conocimiento.
Introducción:
Desde los tiempos de Hipócrates se habían atribuido las
enfermedades, a ciertos desequilibrios de humores que se
encontraban en el interior del cuerpo humano. Hubo que esperar al
siglo XIX para que, de la mano de geniales investigadores como Louis
Pasteur, quedase firmemente establecida la teoría del origen
microbiano de las enfermedades infecciosas, según la cual, éstas son
provocadas por gérmenes patógenos ambientales que penetran en el
organismo sano; la determinación de las causas concretas y seguras
de una amplia gama de afecciones supuso el inicio de la actual
medicina científica. Pasteur dio también un impulso decisivo al
desarrollo de las vacunas, siendo especialmente recordado por el
éxito de su vacuna contra la rabia en 1885. Se considera que muy
pocas personas han salvado tantas vidas como Louis Pasteur.
Al entender que los gérmenes son los causantes de las enfermedades,
se revolucionó la atención médica, y se encontraron nuevas formas
para hacer que los alimentos que consumimos no nos hicieran daño.
Definitivamente, Pasteur fue un químico que cambió nuestra
interpretación de la biología en forma fundamental. Pero, además, al
examinar paso a paso su vida, se hace evidente que estuvo a la
vanguardia de una nueva rama de la ciencia: la microbiología, con un
sentido del método científico que le llevó a obtener los resultados
más brillantes de su época.
337
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Louis Pasteur
Nació el 27 de diciembre de 1822 en la localidad de Dole, Francia, A los 22 años, hizo el primero de sus descubrimientos claves
hijo de un antiguo sargento del ejército de Napoleón, que se sobre la configuración de los Cristales. Algo que le motivó a seguir
había refugiado en el oficio de curtidor. Su padre, que dirigía con sus labores científicas. Él estaba convencido que la disime-
una pequeña tenería, se había trasladado a Arbois durante la tría molecular era una de las características más importantes
infancia del pequeño. Louis no se destacó como alumno y era de los organismos vivos, creía haber descubierto una línea de
un apasionado del dibujo y la pintura. De niño, hizo una serie de demarcación entre las sustancias orgánicas elaboradas por
retratos de su familia que revelan un buen ojo para la precisión seres vivos (con estructura molecular disimétrica) y las pre-
y los detalles. paradas en los laboratorios (con estructura simétrica). Tales
Sus profesores alentaron ese lado artístico, pero su padre estudios han valido a Pasteur la consideración de fundador de
consideraba que pintar era una intransigencia, lo que impor- la estereoquímica, rama de la química que describe la estructura
taba era el trabajo sólido escolar, así que Pasteur estudiaba tridimensional de las moléculas. Se trasladó a Dijon en enero de
con tesón y cursó sus estudios secundarios en el Liceo de Be- 1848, donde ejerció como profesor en el Líceo, más tarde em-
sançon, donde consiguió el título de bachiller en letras en 1840, pezó su carrera en química con un empleo en la Universidad de
y en ciencias en 1842. Ese mismo año fue admitido en la Escuela Estrasburgo y pronto hizo un descubrimiento revolucionario:
Normal Superior de París, donde asistió a las conferencias im- demostró que moléculas idénticas podían existir como imágenes
partidas por el químico francés Jean-Baptiste-André Dumas. espejo (o versiones “zurdas” y “diestras”).
En 1845 obtuvo una maestría en Ciencias y luego adquirió un Notó que las moléculas producidas por los seres vivos siem-
grado avanzado en Ciencias Físicas. Dos años después, en 1847, pre eran zurdas. El descubrimiento fue un avance fundamental
consiguió su doctorado en Ciencias. para la microbiología, que apuntaló el desarrollo moderno de
las medicinas y hasta nuestra comprensión del adn.
En 1854, fue nombrado profesor de química y decano de la
Facultad de Ciencias, de la Universidad de Lille, y durante ese
periodo sus investigaciones le llevaron a corroborar, por un
lado, la idea de que las levaduras eran las responsables de la
producción de alcohol en la fermentación, y por otro, a descubrir
que la producción en el proceso de fermentación de ciertos áci-
dos y sustancias indeseables (que agriaban el vino o la cerveza)
era debida a la acción de microorganismos como las bacterias.
Pasteur resolvió el problema con el simple método de someter
a altas temperaturas las soluciones azucaradas iniciales; se eli-
minaba con ello las bacterias, evitando así la acidificación del
producto final.
BIUM
338
Unidad 4: Descubriendo bacterias
339
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
BIUM
340
Unidad 4: Descubriendo bacterias
341
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
342
Unidad 4: Descubriendo bacterias
Por otro lado, es importante discutir el interés de Porfirio Es necesario mencionar que, en 1889 el doctor Miguel Otero
Díaz por tener la vacuna antirrábica. Independientemente de (1855- 1915), preparó su propia vacuna en la ciudad de San Luis
que esta posición de Díaz muestra las creencias elitistas del valor Potosí, a 500 kilómetros de la capital del país. A diferencia de
teórico y práctico de la ciencia, hay que mencionar que la rabia Liceaga, Otero no contó con un cerebro inoculado. En 1888, el
nunca fue un problema real de salud pública en México, pero médico potosino fundó en el Hospital Militar un laboratorio pas-
estar en posesión de una muestra de la vanguardia científica teuriano. A partir del cerebro de un soldado que había muerto
de la época, podía ser signo de un buen gobierno, atento a la de rabia, Otero logró elaborar una vacuna que aplicó con éxito
modernidad y el progreso. por primera vez en el niño mordido, Refugio Galván. Miguel
Otero le envió sus trabajos a Pasteur quien, impresionado de
la labor, le regaló su fotografía autografiada. En su «laboratorio
pasteuriano», Miguel Otero preparaba la vacuna y la adminis-
traba a quien lo solicitara. Aunque Otero no introdujo la vacuna
antirrábica en México, fue el primero en elaborarla con medios
propios y aplicarla en la provincia mexicana.
Conclusión:
La aportación más destacada a nivel mundial de Louis Pasteur fue
en el campo de la microbiología, y el papel que juega en el proceso
de la vida humana. Un mejor control de las enfermedades que
perjudicaban a animales o plantas permitiría una mayor
conservación de alimentos que iban a nutrir a una gran masa de
población de las ciudades. Además, se contribuyó a mejorar las
condiciones higiénicas, como el método antiséptico de Lister,
aplicado en hospitales, evitando así la propagación de
enfermedades contagiosas, sobre todo en las intervenciones
BIUM
quirúrgicas.
No menos importante fue el conocimiento de los gérmenes
causantes de las diversas enfermedades y la creación de un cuerpo
teórico, que permitió la creación de métodos de prevención para
enfermedades, con base a los estudios de inmunología y la creación
de vacunas.
Se debe destacar la creación de un Instituto, que continuase la obra
de Pasteur, que recibió su nombre y que se inauguró en 1888, pero
que se ha ido ampliando como un centro de prestigio que elabora
investigaciones científicas. Contribuyendo a esta era bacteriológica
iniciada por Pasteur y Koch.
343
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Bibliografía:
Alcocer, a. (s.f.). El d. Miguel Otero y Arce. Sn. Luis Potosí: Biblioteca de Historia Potosina.
Boredename, g. (2003). Louis PAsteur (1822-1895). Sciencedirect, microbes and infection, 5(6), 553-560.
Latour, b. (1983). Give me a laboratory and I will Raise the World. Science Observed.
Marcet, p., & Sáez, j. (1997). Evolución histórica de la Sauld Pública. Madrid: McGraw-Hill Interamericana.
Rodríguez, r. (1995). El caso de la vacuna antirrábica en México ¿transferencia o imperialismo científico? Revista de Cultura
científica, 4-8.
Rodríguez, r. (1996). La ciencia pasteuriana a través de la vacuna antirrábica: el caso mexicano. Acta Hisp. Med, 291-316.
344
Unidad 5:
El modelo
higienista
Celia Mercedes Alanis Rufino
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Objetivo:
Conocer las principales características del modelo higienista en el siglo XIX, y comprender que
se convirtió en un elemento clave para atender los problemas de la medicina social de esa
época, así como mejorar las condiciones de salud de la población, sentando las bases de la
salud pública.
Introducción:
Hoy en día la palabra higiene es parte del vocabulario cotidiano. Asumimos que siempre ha
estado presente tanto en la vida cotidiana como en el desempeño médico. La consideramos
esencial para conservar la salud, pero la higiene no siempre ha tenido la misma relevancia en
las sociedades. Fue durante el siglo XVIII, en la época de la ilustración, cuando las autoridades
comenzaron a tomar medidas para mejorar las condiciones de vida y la salud de sus
ciudadanos, pues se necesitaban brazos fuertes para consolidar los nacientes estados nación.
Preocupación que perduró a lo largo del siglo XIX tanto en los países europeos como los del
continente americano.
Estas medidas se enfocaron principalmente en dos aspectos: el primero fue el saneamiento de
las ciudades con sistemas de drenaje para desechar las aguas sucias, alejar de los centros de
población los depósitos de basura, los mataderos de animales y los cementerios, así como
propiciar espacios ventilados, para disipar los miasmas. El segundo aspecto fue que médicos y
autoridades comenzaron a percatarse de que había una estrecha relación entre las malas
condiciones económicas y sociales de la pobreza –como el hacinamiento y la desnutrición–,
con las enfermedades que alcanzaban grandes proporciones y altas tasas de mortalidad que
mermaban a la población. Condiciones que estaban interesados en cambiar, por lo que, entre
otras medidas, se buscó brindar a los pobres servicios de salud gratuitos.
En suma, para mejorar la salud de la población se vio la necesidad de difundir las medidas
higiénicas más indispensables para eliminar los focos epidémicos y su consiguiente profilaxis.
Para ello se utilizó un lenguaje sencillo y accesible para que todos los sectores sociales
pudieran apropiarse de los preceptos de la higiene. Fue así que la educación sanitaria cobró
gran peso en el siglo XIX, títulos como “el monitor de la salud” fueron recurrentes, en
periódicos, revistas, folletos, libros, tanto para la población en general, como para médicos y
autoridades. Médicos mexicanos como Luis E. Ruiz, consideraron que al popularizar la higiene
se realizaba un acto para la humanidad, ya que era consciente de que las prácticas higiénicas
estaban lejos de la numerosa clase proletaria que no tenían la posibilidad de procurarse
“buenas habitaciones, apropiados vestidos y conveniente cama”, y en cambio, por las
exigencias de sus rudos trabajos diarios se exponían a enfriamientos, a los virus y a todos los
agentes capaces de producir enfermedades.
346
Unidad 5: El modelo higienista
La higiene
A finales del siglo xviii el método científico comenzó a permear Inglaterra fue uno de los países en los que tuvieron lugar
distintos saberes como la medicina. Fue cuando se llevaron a diversas aportaciones para la higiene pública en el siglo xix.
cabo los primeros estudios sistemáticos con bases científicas Allí confluyeron médicos, políticos y pensadores liberales que
sobre mortalidad y comenzaron a incluir estadísticas. La obra contribuyeron al robustecimiento de los preceptos higiénicos
del médico vienés Johan Peter Frank La miseria del pueblo, como clave para mejorar la salud de la población. El británico
madre de enfermedades, publicada en 1790 fue la primera de Edwin Chadwick tuvo un papel relevante. Siendo abogado es-
otras más que hoy en día se reconocen como los primeros estu- tuvo a cargo de la reforma e implementación de las “leyes de
dios de higiene, en ese momento parte de la llamada medicina pobres” en Londres en las décadas de 1830 y 1840 y junto con
pública. Frank también escribió Sistema de una política médica otros funcionarios posibilitaron mejoras sustanciales en la sa-
completa, obra que es considerada como el primer tratado de lud pública gracias a sus informes sobre las condiciones sanita-
higiene pública en la que asentó que la salud pública era parte rias de la población obrera.
de una problemática social amplia y enfatizó la necesidad de A lo largo del siglo xix las corrientes de pensamiento como el
organización estatal y la legislación de las cuestiones de salud. liberalismo y el positivismo, influyeron en la interpretación de la
Estas obras reflejan que los médicos no se mantuvieron ajenos medicina y la higiene. Desde las primeras décadas de esa cen-
a la problemática social que afectaba a la población, sino que turia el higienismo se convirtió en una doctrina con una base
denunciaban que las condiciones miserables de vida genera- científica ampliamente difundida. Para finales de siglo la higiene
ban enfermedades. Así la medicina se enfocó en esa época en científica ya estaba consolidada y quedaba claro que la higiene
afecciones como la desnutrición, la pelagra, el escorbuto, la tenía por objeto fundamental la salud pública. En el caso es-
mortalidad materna e infantil, la gripa, la tuberculosis, la fiebre pañol, la higiene pública -en palabras del médico barcelonés
amarilla, la viruela, el cólera morbo, la lepra y la sífilis y se vio en Pedro Felipe Monlau-, se enfocaba en la conservación de la
la medicina pública y la higiene, eran la clave para erradicarlas. salud de las colecciones de individuos de pueblos, distritos y
provincias, además de estudiar todas las causas de insalubridad
pública y buscar los preceptos oportunos para remediarlas.
La Primera Conferencia Sanitaria Internacional se celebró
en París en 1851 y en lo que restó del siglo xix se celebraron
otras nueve en distintas ciudades europeas. El objetivo principal
de las Conferencias era elaborar una Convención sanitaria in-
ternacional para la lucha en común contra enfermedades como
el cólera. La higiene pública cobró tal relevancia que a la luz de
los conceptos liberales debía ser la rama de la medicina que
asesorara a la administración pública. Gracias a esto la higiene
pública estuvo presente en legislaciones y códigos sanitarios,
en los servicios de higiene pública, en las sociedades científicas
que se dedicaron a la higiene como la Sociedad Española de
Higiene fundada en 1882 y en la creación de los institutos de
higiene.
347
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Higiene y sociedad
El interés por la higiene se hizo evidente en las acciones y en los Los trabajadores fueron receptores de nuevos preceptos
títulos de las obras que dejan ver que se buscaba que la higiene higiénicos, médicos y sociales, tema que cobró relevancia al
permeara distintos ámbitos, como la higiene pública, la higiene comprender que la falta de salud y la mortalidad impactaban
privada, la higiene del matrimonio, la higiene del alma, la higiene en la baja productividad de las fábricas, por lo que surgió el
industrial, por mencionar los más relevantes. Se realizaron es- interés en las enfermedades del trabajo. También hubo pre-
tudios puntuales sobre la atmósfera, abarcando aspectos ocupación por las instalaciones sanitarias y por los lugares
como el aire y las poblaciones del medio urbano. En lo que res- públicos, de diversión y las escuelas cumplieran con principios
pecta al individuo hubo estudios sobre la vestimenta, la limpieza higiénicos que ayudaran a preservar la salud de los ciudadanos.
del cuerpo, el ejercicio, el reposo. El estudio de las poblaciones Estos preceptos higiénicos científicos también normaron el
se centró en la natalidad, la mortalidad, la fecundidad, el ma- espacio de la vida privada, poniendo especial énfasis en la
trimonio, el desarrollo de la población y la prostitución. Cabe ventilación de las casas, la limpieza de las casas, del agua, de
mencionar que el matrimonio y la procreación se consideraron la ropa, de los alimentos, tener más cuidados con los bebés y
elementos vitales, pues de ello dependía la calidad de vida que con los enfermos, alejar insectos como moscas y mosquitos,
tendrían los futuros ciudadanos. La bromatología se dedicó a la pues sabían que propagaban las enfermedades. En suma, hubo
higiene de los alimentos y de los condimentos. una fuerte concepción social de la salud y también hubo una in-
tención de que la población adaptara estos preceptos. Por esta
razón y para vigilar la salud del pueblo por medio de la mejora o
eliminación de las condiciones dañinas, la policía médica tuvo
un papel relevante, es decir, se trató de una política médica apli-
cada por el gobierno que aseguró su cumplimiento por medio de
un reglamento administrativo que aplicaba sanciones.
348
Unidad 5: El modelo higienista
349
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
350
Unidad 5: El modelo higienista
Conclusión:
En las últimas décadas del siglo XIX todas las grandes naciones
tuvieron como uno de sus principales intereses la salud
pública, y dentro de su administración y economía política
priorizaron los preceptos higiénicos. Al principiar el siglo XX
médicos y autoridades se complacían con los avances que
habían logrado con la higiene hasta ese momento y se
mostraban optimistas por lo que vendría en el futuro. En
palabras del médico Eduardo Liceaga “en suma, puede con
toda verdad asegurarse que en la actualidad la higiene es la
expresión genuina del perfeccionamiento social realizado por
la fuerza del progreso científico.” Sin duda la higiene se
convirtió en un sinónimo de salud pública y fue la precursora
de la medicina preventiva. La cátedra de Higiene siguió vigente
en las aulas de Medicina hasta 1940, transformándose en ese
momento en la cátedra de medicina preventiva y
posteriormente en la de salud pública.
351
Módulo 8: Humores, miasmas y bacterias
Bibliografía:
Agostini, c. (2005). Las delicias de la limpieza: la higiene en la Ciudad de México. En p. Gonzalbo, Historia de la vida cotidiana en
México. México d.f: Fondo de Cultura Económica.
Alcaide, r. (1999). La introducción y el desarrollo del higienismio en España durante el siglo xix. Precursores, continuadores y
marco legal de un proyecto científico y social. Scripta Nova (50).
Carrillo, a. m. (2005). Vigilancia y control del cuerpo de los niños. La inspección médica escolar (1896-1913). En l. Cházaro, & r.
Estrada, En el umbral de los cuerpos. Estudios de antropología e historia. Guadalajara: Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla.
Martínez, f. (2003). La medicina científica y el siglo xix. México: Fondo de Cultura Económica.
Mateos, j. (2005). Actas de las Conferencias Sanitarias Internacionales (1851-1938). Revista Española de Salud Pública, 79(3).
Ruiz, l. (1904). Tratado elemental de higiene. México: Secretaría de Fomento, oficina tipográfica.
Staples, a. (2008). Primeros pasos de la higiene escolar decimonónica. En c. Agostoni, Curar, sanar y educar. enfermedad y Sociedad
en México, siglos xix y xx. México: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
352
CAPÍTULO
IX
Unidad 1:
El inicio
de la histología
Alejandro Martínez Rivera
Jesús Gabriel Sánchez Campa
Unidad 1: El inicio de la histología
Objetivo:
355
Unidad 1: El inicio de la histología
356
Unidad 1: El inicio de la histología
Los primeros
microscopistas
Marcello Malpighi (1628-1694) fue un médico, fisiólogo, anato-
mista, histólogo y botánico italiano, el cual gracias a sus estudios
y descubrimientos lo llevaron a ser considerado como el “Padre
la Histología”. En Florencia, en la Academia de Cimento, comenzó
a utilizar el microscopio para enseñar y estudiar la anatomía
microscópica. En la Universidad de Bolonia realizó investigación
por 30 años, observando el cerebro, la lengua, la retina, los pul-
mones, los nódulos linfáticos y las glándulas.
357
Módulo 9: Teoría celular
La Teoría Celular y la
Histología En 1850 el fisiólogo, médico y político alemán Rudolf Ludwig
Karl Virchow (1821-1902) en su publicación “Ommis cellula e cellula”
En 1838 un botánico alemán de nombre Matthias Jakob Schleiden rechazó la creencia de Schwann y Schleiden acerca del origen
(1804-1881) publicó un artículo en donde describía la estruc- de las células y agregó un postulado más a la teoría celular:
tura y el origen de las plantas, concluyendo que estos estaban
formados por células. Al año siguiente, su colega y amigo, el
prusiano Friedrich Theodor Schwann (1810-1882) fisiólogo, 3. Las células se originan a partir de
anatomista y zoólogo observó que las células del tejido vegetal
y animal son estructuralmente similares. En las obras de estos una célula preexistente.
dos científicos se establecieron relaciones y diferencias entre
los vegetales y los animales y ayudaron a formular en 1838 la
teoría celular y sus primeros dos postulados: La teoría celular dio origen a dos disciplinas relacionadas
entre sí: la citología (estudio de la célula) y la histología (estudio
de los tejidos) nombre que le dio Karl Mayer en 1819 a la “ana-
1. Todos los seres vivos están confor- tomía microscópica general” de Bichat en su obra “Histología y
una nueva división de los tejidos del cuerpo humano”
mados por una o más células.
358
Unidad 1: El inicio de la histología
359
Unidad 2:
Estequiología
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll
Conrado Robles Vázquez
Unidad 2: La teoría del miasma
La antropogenia
en la antigüedad
El problema científico se plantea de modo inmediato, en relación
Objetivo: con el hombre, las dos cuestiones que en el siglo xix recibirán el
nombre de “filogenia” u origen de la forma específica de un ser
viviente, y la “ontogenia” u origen de su forma individual. Ambas
Conocer de manera general, el concepto de cuestiones, sin emplear tales nombres, fueron tratadas en la
estequiología y sus formas de interpretación, desde la Grecia antigua, desde los orígenes de la physiología presocrática.
antigüedad hasta el siglo XIX.
Con respecto al origen de la especia humana, tanto en los
fragmentos de los fisiólogos presocráticos como en los escritos
de los médicos hipocráticos, hay textos que denotan con toda
claridad un pensamiento evolucionista. Por ejemplo, en Sobre
la dieta, la forma humana es el resultado de la configuración de
elementos cósmicos anteriores a ella. Por el contrario, Aristóteles,
361
Módulo 9: Teoría celular
362
Unidad 2: La teoría del miasma
363
Módulo 9: Teoría celular
364
Unidad 2: La teoría del miasma
La embriología
Tras el gran auge de la embriología preformacionista durante la
centuria de 1650-1750, la teoría generacionista del Wolff se apoya
ahora sobre datos microscópicos, regresando a la embriología
epigenética de Harvey. Durante el siglo xix la embriología se di-
vide en dos etapas, antes y después de la teoría celular.
Antes de la teoría celular, la embriología tiene más bien un
carácter empírico, como el descubrimiento de las hojas ger-
minales de Pander, o bien, especulativo, como la doctrina del
paralelismo entre las distintas formas ascendentes de la escala Conclusión:
animal.
La teoría celular condujo a entender celularmente la doc-
trina de las hojas germinales. A partir de 1841 se demostró la Al finalizar el periodo surgirá una nueva disciplina, la
genética, que tenderá un puente precioso entre la
condición celular del óvulo y el espermatozoide, así como la embriología y la filogenia. La genética, en efecto, enseña
fecundación, que consistía en la fusión de la cabeza del es- cómo se construyen y cómo se transmiten los caracteres
permatozoide con el núcleo del óvulo. De igual forma se fue hereditarios, a la vez que las peculiaridades de la
embriogénesis individual son puestas en relación
interpretando el proceso de la división del óvulo fecundado. comprensible con las peculiaridades de la estirpe.
La embriología comparada evolucionista pareció adquirir
forma canóniga, cuando Huxley y Kowalewsky demostraron la
universalidad de las hojas germinativas en la ontogénesis de los
metazoos y, sobre todo, cuando Haeckel estableció la pauta
común del desarrollo ontogenético y de la evolución filoge-
nética: mórula, blástula, gástrula.
Bibliografía:
Laín, p. (2001). Historia de la Medicina. España: masson
365
Unidad 3:
La Teoría Celular
Ruy Echavarría Rodríguez
Thania Ameyalli Ce judo Nevarez
Rubí Malpica Morales
Unidad 3: La teoría celular
Objetivo:
Introducción:
En la primera mitad del siglo XIX era un hecho evidente que “Europa” se había escindido del
resto del mundo en casi todos los renglones que conforman la vida cotidiana de una
civilización, al dejar atrás el Antiguo Régimen y llevar a cabo su arranque socioeconómico
sobre la base de tres pilares fundamentales:
1. La Revolución Científica iniciada en el siglo XVI y madurada en el XVIII.
2. La Revolución Tecnológica, producto de la anterior, iniciada con los incipientes
inventores del siglo XVII y desarrollada en el XVIII y el XIX.
3. El Modo de Producción Capitalista, desarrollado gracias a los avances ideológicos y
técnicos aparecidos en esos siglos, que en un mecanismo de retroalimentación siguieron
dándose, de forma acelerada, exigidos por el mismo Capitalismo.
Así pues, en la década de los treinta del ochocientos, los humanos de estas regiones vivían
ya los cambios consecuentes a los tres cambios de paradigmas mencionados.
367
Unidad 3: La teoría celular
Los precursores
En la segunda década del siglo xix las condiciones estaban dadas
para la consolidación definitiva de un largo proceso, tan largo
que encontramos su primeros antecedentes en las postrimerías
del siglo xvi con la ya mencionada invención del microscopio, Chester Moore Hall (1703-1771). Abogado e inventor inglés,
pero esa es la parte técnica; lo más importante inicia con un inventó el Microscopio acromático (1730), fabricó el primer
personaje de oficio mercader de paños y óptico por afición, y lente acromático, aunque de inicio lo inventó para aplicarlo
observador compulsivo de la naturaleza: Antoni van Leeuwenhoek en la telescopia.
(1632-1723) quien en 1674 descubrió los protozoarios y más tarde Caspar Friedrich Wolff (1733-1794). Alemán, precursor de la
los espermatozoides y los glóbulos rojos, en realidad Leeuwen- Teoría Celular, médico militar e investigador, embriólogo, cuya
hoek es el verdadero descubridor de la “célula”, tanto de las de labor científica la desarrolló en la Academia de Ciencias de San
los organismos unicelulares como de las de los pluricelulares, Petersburgo, Rusia; en su obra Theoria generationis (1759)
pero, sin disciplina ni metodología científicas no dio a su vasta adelantó la descripción de lo que podría ser el protoplasma,
obra el provecho que pudo haber obtenido. substancia a la que denominó vis essentialis, a partir de la que
se desarrollarían los órganos y el individuo mismo.
368
Unidad 3: La teoría celular
René-Joachim Henri de Dutrochet (1776-1847). Médico, Felix Dujardin (1801-1860). Médico, zoólogo y geólogo francés,
microscopista, fisiólogo y biólogo francés, entre sus numerosos identificó en 1824 las células en tejidos vegetales y animales,
estudios identificó las células tanto vegetales como animales, creo el término Protozoa, estudió la substancia intracelular
así como unidades morfológicas de los organismos [por lo que llamada por él sarcode (más tarde denominada protoplasma).
algunos lo consideran el verdadero fundador de la Teoría Celular],
pero él mismo no comprendió la importancia de su descubri-
miento, la que tampoco reconocieron sus coetáneos por lo que
no alcanzó difusión.
Dutrochet, 1824
369
Unidad 3: La teoría celular
370
Unidad 3: La teoría celular
Friedrich Theodor
Schwann (1810-1882)
Nació en Neuss, estudió Medicina en Würzburg, en Berlín fue I. Todos los vegetales y los animales
discípulo de Johannes Müller quien le orientó hacia el estudio
de la fisiología, en esa etapa de su vida descubrió y nombró la están formados por células y secre-
pepsina, descubrió los músculos estriados del esófago y la vaina
de Schwann de las fibras nerviosas, estudió la fermentación del ciones de las mismas.
azúcar y demostró el papel de la levadura -organismo vivo- en
dicho proceso, y acuñó en colaboración con Liebig el término II. Las células tienen una vida inde-
metabolismo, realizó estudios para demostrar la falsedad de la
“teoría” de la generación espontánea, pero sus resultados no pendiente cada una.
fueron definitivos.
Amigo personal de Schleiden, en 1838 conoció los trabajos III. Pero, en conjunto, todas las células
de este y su teoría sobre la importancia de las células, misma
que compartió y extendió a los animales, al demostrar que en se subordinan a la vida del organismo.
estos también existen células, evidencia que logró al estudiar la
cuerda dorsal (notocorda) del renacuajo y tejidos embrionarios
de cerdo y pollo; estudió la embriogénesis y demostró el de- La Teoría fue aceptada de forma rápida en Alemania, no así
sarrollo del organismo adulto a partir de células embriona- en otros países como Francia, donde en general fue rechazada
rias específicas, a partir de lo que concibió su Teoría de los (por los mismos Magendie y Auguste Comte), pero donde también
Organismos. encontró un defensor, fue en Claude Bernard. Sin embargo,
pese a su convencimiento de haber acabado con el falso con-
cepto de la separación fundamental entre plantas y animales, la
percepción de haber abierto un camino sin vuelta a una nueva
concepción estequiológica con la refutación definitiva de las
teorías vitalistas, hizo que Schwann después de una crisis
personal provocada por la incompatibilidad de su posición
científica reduccionista-materialista con su credo religioso
católico, abandonara la investigación, y se dedicara a la docencia
hasta su retiro.
A esta altura del relato hay que aclarar que la teoría de
Schleiden y Schwann era sólo eso: una teoría, estructurada sobre
Friedrich Theodor Schwann, BIU observaciones empíricas, sin demostración experimental alguna,
con bastantes errores de interpretación de los hechos observados,
Schwann expuso sus conclusiones en su obra Mikroskopische pero, aun así contenía una idea genial.
Untersuchungen über die Uebereinstimmung in der Struktur Las pruebas definitivas del acierto de la Teoría las propor-
und der dem Thiere Wachstum und Pflanzen (1839) en la que cionaron otros científicos, que en forma sucesiva acumularon
estableció la unidad de la Teoría Celular, con el enunciado de los hallazgos y experimentos que dieron certeza a los postulados
tres principios: de Schleiden y Schwann.
371
Unidad 3: La teoría celular
Otros contribuyentes
Robert Remak (1815-1865). Médico judío polaco-alemán, discípulo
de Johannes Müller, corrigió la teoría de las hojas embrionarias de
Karl Ernst von Bauer, descubrió las células nerviosas cardíacas John Goodsir (1814-1867). Anatomista y citólogo escocés,
(ganglios de Remak), pero, por su origen étnico y por su calami- precursor de la Teoría Celular planteó el rol de la célula como
tosa competencia académica con Virchow, se vio postergado centro de las funciones de nutrición, sus investigaciones sobre
en el escalafón docente, y fallecido a los 50 años por una com- el tema fueron aprovechadas (apropiándoselas) por Rudolf
plicación de diabetes. Aun así, le fue regateado el mérito de ser Virchow en la elaboración de sus aportes a la Teoría.
quien proporcionó las pruebas experimentales definitivas de Hugo von Mohl (1805-1872) Médico, profesor, biólogo y
la teoría, con sus estudios sobre la división celular a partir del botánico alemán, estudió medicina y ejerció la docencia de
núcleo, con lo que corrigió la teoría original de Schwann, y más la Botánica en Tübingen, llevó a cabo investigaciones sobre el
tarde su demostración de la evolución de los tejidos adultos a papel del protoplasma (nombre que, si no acuñó, sí fijó) en la
partir de las células embrionarias, todo lo cual dejó consignado división celular, con los que corrigió la teoría original de Schleiden,
en su Untersuchungen über die Entwickelung der Wirbelthiere. estudios que recogió en su obra Die vegetabilische Zelle y que
Hay opiniones, sin embargo, que le consideran el auténtico ayudaron a consolidar la Teoría Celular, por lo que algunos con-
creador de la Teoría Celular, llamando a su aportación la “Se- sideran a Mohl otro candidato a ser el autor de la Teoría.
gunda Teoría Celular”.
372
Unidad 3: La teoría celular
373
Unidad 3: La teoría celular
374
Unidad 3: La teoría celular
Bibliografía:
Arroyo, g. (1986). Diccionario de Biología. México: Ediplesa.
375
Unidad 4:
El tejido
nervioso
Migue l Ote ro Zúñiga
Jesús Gabriel Sanchez Campa
Unidad 4: El tejido nervioso
Objetivo:
377
Módulo 9: Teoría celular
378
Unidad 4: El tejido nervioso
379
Federico Oloriz Ortega (1855-1912); Domingo Sánchez y Sán-
Cuatro años más tarde decide alejarse de su querida Alma chez (1860-1947); Gonzalo Rodríguez Lafora (1866-1971); Eduar-
Mater y obtiene por ejercicios de oposición la cátedra, en pro- do del Río Lara; su hermano Pedro Ramón y Cajal (1854-1950),
piedad, de Anatomía Descriptiva de la Facultad de Medicina brillante catedrático de Histología Normal de la Universidad
de Valencia, con fecha 5 de diciembre de 1883. Mas definida su de Cádiz; Joaquín Alonso; Miguel Calvo; Mariano Gorriz; Tomás
vocación por los estudios histológicos concurre a otras oposi- Blasco Viale; Luis Rodríguez Illeras; Claudio Sala Pons; su hijo
ciones y alcanza en ellas la cátedra de Histología y Anatomía Justo Ramón Fañanás; Dalmacio García; Carlos Gil y Gil y otros
Patológicas en la Universidad de Barcelona el 29 de noviembre muchos.
de 1887. Pero va a ser 5 años después que logra la plaza docente
soñada por él, al ser nombrado el 20 de febrero de 1892, por
brillantes oposiciones, catedrático de Histología y Anatomía Pa-
tológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad Central
de Madrid.
380
Unidad 4: El tejido nervioso
Su labor científica
Uno de sus más brillantes discípulos, el doctor Jorge Francisco monografías: “Sobre las fibras nerviosas de la capa molecular del
Tello, dividió en 3 etapas principales la labor y actividad científi- cerebro” (1888), “Coloración por el método de Golgi de los centros
cas de Ramón y Cajal. En la primera, que abarca de 1877 a 1887, nerviosos de los embriones de pollo” (1889), “Nuevas observacio-
incursionó intensamente en todas las ramas de la Histología, nes sobre la estructura de la médula espinal de los mamíferos”
ejemplo de estos estudios son sus monografías: “Investigacio- (1890), “Algunas contribuciones al conocimiento de los ganglios
nes experimentales sobre la génesis inflamatoria” (1880), “Con- del encéfalo” (1894), “Estudios sobre la corteza cerebral humana.
tribución al estudio de las células anastomóticas del epitelio I. Región visual. II. Zona motriz del hombre y mamíferos superio-
pavimentoso estratificado” (1885), “Tejido óseo y coloración de res. III. Corteza motriz” (1899) y “Estructura del tubérculo cua-
los cortes de hueso” (1887), “Sobre los conductos plasmáticos del drigénimo posterior, cuerpo geniculado interno y vías acústicas
cartílago hialino”(1887) y “Textura de la fibra muscular del cora- centrales” (1902).
zón” (1887). Y en la tercera etapa, que abarca de 1904 a 1934, final de
su vida, trabajó casi exclusivamente con métodos creados por
el mismo, preferentemente con el nitrato de plata reducido en
sus múltiples variantes y son de destacar, en esta parte de su
obra, entre muchas, las monografías: “Las células estrelladas de
la capa molecular del cerebelo y algunos hechos contrarios a la
función exclusivamente conductriz de las neurofibrillas” (1905),
“El ganglio intersticial del fascículo longitudinal posterior en el
hombre y diversos vertebrados” (1908), “Algunos hechos de la re-
generación parcial de la substancia gris de los centros nerviosos”
(1911), “Sobre un nuevo proceder de impregnación de la neuro-
glia y sus resultados en el cerebro del hombre y los animales”
(1913) y “Acción neurotrópica de los epitelios. Algunos detalles
Dibujo de la médula espinal, Museo Cajal sobre el mecanismo genético de las ramificaciones nerviosas in-
traepiteliales, sensitivas y sensoriales” (1919).
En la segunda etapa, que comprende de 1888 a 1903, puso
todo su esfuerzo, capacidad y conocimiento en el estudio mi-
nucioso del sistema nervioso, para lo cual empleó principal-
mente el método de Camillo Golgi y no puedo dejar de citar sus
381
Trascendencia de la obra nes terminan siempre en las dendritas de las células nerviosas de
la substancia gris del cerebro, sin formar retículas, sin contacto di-
de Cajal recto y sin mezclarse con otros cilindroejes. Postuló la Doctrina de
la polarización dinámica según la cual la transmisión del impulso
El 12 de diciembre de 1906, Santiago Ramón y Cajal pronunció nervioso va siempre de las dendritas al cuerpo celular y de allí al
su discurso de recepción del Premio Nobel de Fisiología y Me- cilindroeje. Al descubrir las terminaciones aferentes de las fibras
dicina junto al científico Camilo Golgi, otorgado por el Comité sensitivas en la corteza cerebral del hombre, situó el concepto de
del Instituto Karolinska de Estocolmo en reconocimiento a sus las localizaciones cerebrales sobre una base histológica firme. Y
meritorios trabajos sobre la estructura del sistema nervioso. Su demostró que la regeneración de las fibras nerviosas se debía al
conferencia de recepción la tituló “Estructura y conexiones de crecimiento de la sección proximal del cilindroeje”.
las neuronas”, que constituyó la presentación y defensa de la
doctrina neuronal, basado en una detallada exposición del de-
sarrollo experimental propio y ajeno que condujo a su postula-
ción. Las primeras palabras de Cajal son rotundas: “Las células
nerviosas son entidades morfológicas independientes”.
Células piramidales teñidas con el método de Golgi por Cajal, Museo Cajal Ahora bien, es importante señalar que la doctrina neuronal
de Cajal es más aún, ya que esta se ha constituido en la “piedra
La teoría neuronal postulada por Cajal a partir de sus inves- angular” sobre la que se han construido, a lo largo del siglo xx,
tigaciones debe ser considerada, desde la perspectiva históri- todas las disciplinas neurocientíficas, incluidas la neurología, la
ca, como el eslabón final y definitivo del desarrollo de la teoría psiquiatría biológica o la psicofarmacología: es imposible expli-
celular. Doctrina que fue consolidándose durante la segunda car el mecanismo de acción de los psicofármacos sin conside-
mitad del siglo xix. Pedro Laín Entralgo dirá: “la obra de Cajal rar el efecto que estos ocasionan sobre algún elemento de la
constituye el definitivo remate de la teoría celular; con lo cual sinapsis o entender las principales teorías etiopatogénicas de
Schleiden, Schwann, Virchow y Cajal vienen a ser los cuatros hitos los trastornos mentales y neurológicos que se han formulado
principales de la historia de esta teoría”. sobre las bases de las conexiones sinápticas. Además, esta
El historiador medicina español, Francisco Guerra, profesor doctrina presenta una notable peculiaridad: 100 años después
de la Universidad de Alcalá de Henares, sintetizó la trascenden- del discurso ante los representantes de la Academia Sueca, la
cia de la teoría neuronal propuesta por el sabio en estas breves mayor parte de los postulados expuestos por Cajal continúan
palabras: “Ramón y Cajal sentó las bases del conocimiento actual manteniendo una vigencia científica particularmente asombro-
de la histología del sistema nervioso central, utilizando en gran sa, que ha hecho de este autor el científico clásico más citado
medida las técnicas histológicas de Golgi. Demostró que los axo- de la historia.
382
Unidad 4: El tejido nervioso
Conclusión:
El Quijote del microscopio falleció en Madrid, en la calle Alfonso XII No. 62,
el 17 de octubre de 1934. Con su muerte la cultura universal perdió a uno de
los grandes artífices del quehacer neurocientífico de todos los tiempos y
España a su máxima figura científica. El dolor por su pérdida fue bellamente
expresado por el poeta hispano-mexicano Alfonso Camín:
Llanto del sol, que se escondió en la altura
-Madrid en llanto torrencial se baña-
Llanto en la tierra propia y en la extraña
Llanto en la piedra inexorable y dura.
En el Madrid de aquella tarde oscura
sobre la caja el pabellón de España
fuimos a darle tierra a una montaña
que no encontraba espacio en la llanura.
En medio de dramáticos asombros
creí, al mirar el féretro en la acera,
-el cielo llanto, el Universo escombros-
¡Que al carpintero le faltó madera,
que les faltaban a los hombres hombros
y que a España le faltó bandera!
Bibliografía:
Álvarez, f.j. (1994). Las neuronas de don Santiago. México d.f.: CONACULTA-PANGEA.
Delgado, g. (2008). Don Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), figura máxima de las ciencias españolas. Cuadernos de Historia de
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Díaz, j. (2009). El legado de Cajal en México. Rev Neurol, 48, 1-9.
Guerra, f. (2007). Historia de la Medicina. España: NORMA- CAPITELL.
Laín, p. (1978). Cajal por sus cuatro costados. In Laín, p. Santiago Ramón y Cajal. Expedientes administrativos de grandes españo-
les: Servicio de Publicaciones del ministerio de Educación y Ciencia.
López, f., Álamo, c., García-García, p., & Boya, j. (2006). Relevancia histórica de la teoría neuronal un siglo después del Nobel de
Cajal: implicaciones psiquiátricas y psicofarmacológicas. Psiq Biol, 13(5), 167-182.
Martínez, f.j. (2002). La escuela de Cajal. La creación del primer Servicio de Anatomía Patológica en España. Rev Esp Patol, 35(4),
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Ramón y Cajal, s. (1942) Infancia y Juventud. Madrid: Espasa-Calpe s.a.
Ramón y Cajal, S. (1954). Páginas de mi vida. Madrid: Aguilar.
Ramón y Cajal, s. (1966). Charlas de Café. Madrid: Espasa-Calpe.
Ramón y Cajal, s (1981). Recuerdos de mi vida: Historia de mi labor científica. Madrid: Alianza.
Ramón y Cajal, s. & Tello, j. (1966). Elementos de Histología Normal y de Técnica micrográfica. México d.f.:
Nacional.
383
Unidad 5:
Genética y
herencia
Carlos Daniel Aguilar Pérez
Jesús Gabriel Sánchez Campa
Unidad 5: Genética y herencia
Objetivo:
Conocer el origen de los principios básicos de la genética
clásica o herencia mendeliana, como uno de los grandes
paradigmas científicos de la historia de la medicina y de las
ciencias biológicas.
385
Módulo 9: Teoría celular
386
Unidad 5: Genética y herencia
Leyes de Mendel
Gregorio Mendel estudió filosofía en Olmütz, en la actual El trabajo presentado por Mendel en la Sociedad de Ciencias
República Checa y teología en el monasterio agustino de Alt- Naturales en Brünn en 1865 y publicado el año siguiente contie-
Brünn también en República Checa, en cuyo huerto llevo a ne los postulados teóricos de la Genética, deducidos por Men-
cabo los experimentos de hibridación de diferentes tipos de del a partir de sus experiencias de hibridación con plantas.
guisantes desde 1856 a 1864. En lo que se basa son los principios de la genética moder-
na. En los experimentos de hibridación de guisantes, Mendel
se limita a observar a los pocos y delimitados pares de rasgos
característicos entre “redondos y rugosos”. De 355 fecundacio-
nes realizadas por los ensayos de Mendel, resultan aproximada-
mente 12,980 híbridos.
387
Módulo 9: Teoría celular
388
Unidad 5: Genética y herencia
Bibliografía:
Barquín, m. & Méndez, f. (2009). Historia Gráfica de la Medicina. México.
Cruz-Coke, r. (1993) Cincuentenario de la genética clásica del Profesor Noé. Rev Méd Chile, 121, 581-587.
Passarge et al. (2004). Genética Texto y Atlas. Buenos Aires: Médica Panamericana.
Pérez, o. (2010). De los albores a los albores: recorrido por la historia de la medicina. La Habana: Ciencias Médicas.
Solari, a j. (2011), Genética Humana Capítulo 1, Desarrollo histórico de la genética humana. Argentina: Editorial Médica Panamericana.
389
Índice
Introducción 4
Capítulo I 13
La Revolución Francesa 14
El Romanticismo 23
El Evolucionismo 33
El positivismo 39
Medicina y Sociedad 46
Capítulo II 52
Epidemiología y población 53
Viruela y vacunación 65
La epidemia de cólera de 1833 en Puebla y la Junta de Sanidad 75
Enfermedad y muerte 86
La enfermedad mental 95
Capítulo IV 140
Enseñanza de la medicina durante la Revolución Francesa 141
La Escuela Nacional de Medicina 148
Escuela de Medicina en Oaxaca 156
Inicio de la enseñanza de la medicina en Puebla 162
La formación médica en otras ciudades de México 170
Capítulo V 178
El modelo Anatomo-patológico 179
El método Anatomo-clínico 186
La lesión como fundamento 194
Laënnec y el estetoscopio 202
Fisiología experimental 208
Capítulo VI 215
Colegios de Cirugía 216
La anestesia 225
Asepsia y antisepsia 234
Cirugía y cirujanos I 243
Cirugía y cirujanos II 253
Capítulo IX 353
El inicio de la histología 354
Estequiología 360
La Teoría Celular 366
El tejido nervioso 376
Genética y herencia 384
Historia de la Medicina del siglo XIX
coordinado por
José Gaspar Rodolfo Cortés Riveroll,
Jesús Gabriel Sánchez Campa
y Guilebaldo Cruz Cortés
se terminó de editar en mayo de 2022 para su versión digital.
El cuidado de la edición es de Emma Lorena Márquez Anaya.
Este libro que ahora presentamos es el resultado de un trabajo colaborativo de
Profesores de la materia de Historia y Filosofía de la Medicina que se imparte
en tres Facultades de Medicina, de tres importantes Universidades: Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, Universidad Nacional Autónoma de México
y Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. La colaboración se realizó
mediante una red de Cuerpos Académicos que obtuvo como resultado final, la
realización de un MOOC que, desde hace tres años funciona en la Plataforma
Virtual Horizon BUAP, para los alumnos de las licenciaturas de Medicina, y por
incidente crítico, a profesores de historia y alumnos de posgrado.