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Este documento resume las principales creencias cristianas sobre la constitución y capacidades de la persona humana. Explica que el alma es espiritual e inmortal creada por Dios para animar el cuerpo. También describe que el cuerpo y el alma forman una sola naturaleza y que el hombre tiene libertad, inteligencia y voluntad que le permiten conocer y amar a Dios. Además, señala que el trabajo es una forma en que el hombre, a imagen de Dios creador, perfecciona el mundo.
Este documento resume las principales creencias cristianas sobre la constitución y capacidades de la persona humana. Explica que el alma es espiritual e inmortal creada por Dios para animar el cuerpo. También describe que el cuerpo y el alma forman una sola naturaleza y que el hombre tiene libertad, inteligencia y voluntad que le permiten conocer y amar a Dios. Además, señala que el trabajo es una forma en que el hombre, a imagen de Dios creador, perfecciona el mundo.
Este documento resume las principales creencias cristianas sobre la constitución y capacidades de la persona humana. Explica que el alma es espiritual e inmortal creada por Dios para animar el cuerpo. También describe que el cuerpo y el alma forman una sola naturaleza y que el hombre tiene libertad, inteligencia y voluntad que le permiten conocer y amar a Dios. Además, señala que el trabajo es una forma en que el hombre, a imagen de Dios creador, perfecciona el mundo.
Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción
Postulante a la Maestría de Auditoria Interna
Antropología Teológica TEMA 1: CONSTITUCION Y CAPACIDADES DE LA PERSONA
Alumno: Pedro Ismael Cáceres
1. El cristianismo comparte convicciones con muchas tradiciones religiosas y humanísticas.
Referente al alma, la concepción cristiana contempla que el alma transciende al tiempo y pervive tras la muerte, así también transciende la materialidad en la que el alma funciona. El alma cristiana supera el materialismo que sostiene la sola existencia del cuerpo y al panteísmo que defiende la idea de que solo existe lo espiritual. 2. El fundamento bíblico sobre el alma son varias, el más fundamental encontramos en el Génesis que declara que el hombre es creado a imagen de Dios. El alma es la condición de interioridad del hombre en la que, después de ser formado por el barro, Dios procede directamente a depositar su aliento divino en Adán. El aliento divino es el alma cristiana. En cuanto a la pervivencia del alma, se fundamenta en la Alianza en la que Dios promete a Israel congregar a su pueblo, incluso más allá de la muerte. El Evangelio afirma la pervivencia del alma como un sujeto personal después de la muerte. Jesús sostiene que se puede matar el cuerpo, pero no el alma. Con su resurrección se confirma la esperanza de una vida plena. Con la resurrección de Cristo, la vida plena es un don y se supera la pervivencia. 3. Para el Magisterio, el alma es espiritual e inmortal creada de forma inmediata por Dios. El alma y el cuerpo fueron creadas simultáneamente por Dios, es decir, el alma no preexiste al cuerpo. Al ser creados por Dios la materia y el espíritu son buenos. El hombre no es solo reflejo de Dios sino es la verdad más profunda de la realidad porque su origen está en Dios. La persona no es una dualidad ni unitaria. El cuerpo y el alma hacen una sola naturaleza en la que el alma es la forma del cuerpo, es decir, el alma que integra al cuerpo hace al hombre humano viviente y como no son dos naturalezas unidas, su unidad constituye una única naturaleza. 4. Las tres propiedades que el cristianismo atribuya al alma son la relación única y directa con su Creador, esto es, el alma es creado y no emanada, es espiritualidad, es decir, no se reduce a la materia sino la transciende y como persona participa en la condición espiritual e inmortal, es decir, el alma no se destruye con la muerte. 5. La corporeidad está integrada en el designo de Dios que, unida al alma es una síntesis del universo material. El cuerpo es un espíritu encarnado que pertenece al designo de Dios para siempre y sufre también las heridas del pecado, es santificado por Cristo y está llamado a resucitar. 6. La valoración del cuerpo para el cristiano se basa en la concepción de que es el templo del Espíritu. El cuerpo participa de la imagen de Dios y es animado por el alma espiritual y es la persona humana destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu. 7. La apertura a la trascendencia se basa en la imagen de Dios que le da al hombre la capacidad de conocer y de amar del espíritu humano. El espíritu humano, infinito e insaciable, abre al hombre a la trascendencia. Por naturaleza es capaz de Dios, es decir, está preparada para conocer y amar a Dios. El espíritu del hombre está preparado para recibir la revelación, para poderla acoger y entenderla. 8. El corazón es lo más alto y más profundo del ser humano. Es el centro íntimo y espiritual del hombre. El corazón alude al aspecto afectivo de la psicología humana y es donde se tomas las decisiones. Esta afectividad pertenece a la esfera espiritual y no se reduce a las pasiones que compartimos con los animales. 9. La sabiduría de Dios ha creado el mundo. El Creado actúa según el proyecto de su sabiduría. Esta sabiduría queda impresa en las criaturas y el ser humano, imagen de Dios, puede captar esa sabiduría en las cosas. El fundamento cristiano es el realismo en la que el hombre por medio de su inteligencia puede comprender las verdades encerradas en las cosas, pensadas por Dios y accesible, aunque limitada y parcial. 10. El cristiano no cree en el determinismo. Defiende su libertad y responsabilidad. El bien se logra solo con el uso de la libertad. La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha dejada al hombre en manos de su propia decisión. La libertad está en relación con la verdad que es Dios y con el amor que es hacia Dios, sí mismo y los demás. 11. El sentido de la actividad laboral es el señorío. Es la imagen de Dios creador que por medio del trabajo ha creado cuanto existe. El hombre imagen de Dios reproduce la acción de su creador como señor sobre lo creado designado por Dios. El trabajo es el perfeccionamiento del hombre y el progreso de la sociedad, es decir, es un bien para sí y para los demás.
Obras escogidas de Tertuliano: Apología contra los gentiles. Exhortación a los mártires. Virtud de la paciencia. La oración cristiana. La respuesta a los judíos