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Durante este tiempo se añadió el flúor al grupo de los halógenos; se agruparon oxígeno,
azufre, selenio y teluro en una familia mientras que nitrógeno, fósforo, arsénico, antimonio
y bismuto fueron clasificados en otra.
El tornillo telúrico
Esto llevó a Chancourtois a proponer que las propiedades de los elementos son las
propiedades de los números. De Chancourtois fue el primero en observar que las
propiedades se repetían cada siete elementos, y usando esta representación pudo predecir la
estequiometría de varios óxidos metálicos. Desgraciadamente, incluyó en su clasificación
algunos iones y compuestos además de los elementos.
Meyer y Mendeleiev
En 1868, Meyer construyó una tabla extendida que entregó a un colega para su evaluación.
Desgraciadamente para Meyer, la tabla de Mendeleiev se publicó en 1869, un año antes de
que apareciera la de Meyer.
En este periodo escribió un libro de texto sobre química inorgánica, Principios de Química,
que tuvo trece ediciones (la última en 1947) en el que organizaba los elementos conocidos
en familias que presentaban propiedades similares. La primera parte del texto se consagró a
la química, bien conocida, de los halógenos.
Luego, comenzó con la química de los elementos metálicos ordenándolos según su poder
de combinación: metales alcalinos primero (poder de combinación de uno), los
alcalinotérreos (dos), etc. Sin embargo, era difícil clasificar metales como cobre y mercurio
que a veces presentaban valor 1 y otras veces 2.
Mientras intentaba buscar una salida a este dilema, Mendeleiev encontró relaciones entre
las propiedades y los pesos atómicos de los halógenos, los metales alcalinos y los metales
alcalinotérreos, concretamente en las series Cl-K-Ca, Br-Rb-Sr y I-Cs-Ba. En un esfuerzo
por generalizar este comportamiento a otros elementos, creó una ficha para cada uno de los
63 elementos conocidos en la que presentaba el símbolo del elemento, su peso atómico y
sus propiedades físicas y químicas características.
Cuando Mendeleiev colocó las tarjetas en una mesa en orden creciente de pesos atómicos
disponiéndolas como en un solitario quedó formada la tabla periódica. En 1869 desarrolló
la ley periódica y publicó su trabajo Relación de las Propiedades de los Elementos y sus
Pesos Atómicos. La ventaja de la tabla de Mendeleiev sobre los intentos anteriores de
clasificación era que no sólo presentaba similitudes en pequeños grupos como las tríadas,
sino que mostraba similitudes en un amplio entramado de relaciones verticales,
horizontales, y diagonales.
En total Mendeleiev tuvo que mover 17 elementos a nuevas posiciones para poner sus
propiedades en correlación con otros elementos. Estos cambios indicaron que había errores
en los pesos atómicos aceptados de algunos elementos y se rehicieron los cálculos para
muchos de ellos.
Sin embargo, aún después de que las correcciones fueron hechas, algunos elementos
todavía necesitaron ser colocados en un orden diferente del que se deducía de sus pesos
atómicos. A partir de los huecos presentes en su tabla, Mendeleiev predijo la existencia y
las propiedades de elementos desconocidos que él llamó eka-aluminio, eka-boro, y eka-
silicio.
En 1898, William Ramsey sugirió que el argón se colocara entre el cloro y el potasio en una
familia con el helio, a pesar del hecho de que el peso atómico del argón era mayor que el
del potasio. Este grupo fue llamado "grupo cero" debido a la valencia cero de estos
elementos. Ramsey predijo con precisión el descubrimiento futuro del neón y sus
propiedades.
El número atómico como criterio de ordenación
En 1913, Henry Moseley publicó los resultados de sus medidas de las longitudes de onda
de las líneas espectrales de emisión de rayos X observando que la ordenación de los
elementos por estas longitudes de onda coincidía con la ordenación obtenida con el criterio
de los números atómicos.
Johann Wolfgang Dobereiner (1780-1849) descubrió que los elementos con propiedades
semejantes pueden estudiarse agrupándolos en ternas o triadas, en las que el elemento central
tiene una masa atómica aproximadamente igual a la media aritmética de las masas atómicas de
los otros dos.
Los trabajos de Henry Mosley (1887-1915), relativos al estudio de los espectros de rayos X de los
elementos permitieron conocer el respectivo número atómico. Se Comprobó que al ordenar los
elementos según el orden creciente del número atómico las parejas que resultaban alteradas en la
ordenación de Mendeléiev se hallaban correctamente dispuestas. De este modo se establece el
sistema periódico actual
Moseley en 1913.
Sus experimentos demostraron que los elementos producían rayos X de longitud de onda
tanto más corta cuanto mayor era su peso atómico, pudo construirse una nueva tabla
periódica de los noventa y dos elementos, ordenados de acuerdo con la longitud de onda de
los rayos X correspondiente a cada uno de ellos. Esta tabla demuestra, a diferencia de la
propuesta cuarenta años antes por Mendeléiev, que las propiedades químicas de los
elementos son una función periódica de sus números atómicos.
Robert Boyle (diferenció entre elemento y compuesto químico e investigó, junto a Mariotte, cómo
se comporta un gas en relación con la presión y el volumen manteniendo la temperatura
constante, entre otras muchas cosas), Antoine Lavoisier (identificó 27 elementos químicos, re-
definió el concepto de elemento como una sustancia simple y clasificó los elementos en metales,
no metales, metales de transición y metaloides, entre otras muchas cosas), Humphry Davy (por el
descubrimiento de los metales alcalinos y alcalino-térreos por electrolisis, entre otras muchas
cosas), John Dalton (formuló el primer modelo atómico, que lleva su nombre, y publicó una tabla
de pesos atómicos, entre otras muchas cosas), Henry Moseley (gracias a sus estudios se
clasificaron los elementos por su número atómico, y no por su masa atómica como se hacía), etc.
Döbereiner
Hacia 1817 Döbereiner encontró cierta relación en las propiedades físicas de algunos
grupos de tres elementos, a los que se les llamó Tríadas de Döbereiner o Ley de las
Tríadas. Esta relación se centraba en el peso atómico, y el enunciado era el siguiente: el
peso atómico del elemento central de la tríada es aproximadamente igual al promedio
entre los otros dos elementos restantes. En 1827 se había encontrado esta misma
similitud en varias tríadas más. En 1950 ya se habían encontrado unas 20 tríadas con la
misma propiedad física.
Ejemplos de tríadas donde se demuestra que la suma de los pesos atómicos del elemento de
arriba con el de abajo es aproximadamente igual al peso atómico del elemento del medio. |
Fuente
Pero Döbereiner no solo encontró relaciones en las propiedades físicas de los elementos,
sino también en las propiedades químicas. Por ejemplo, el Li, el Na y el K reaccionan con
cloro formando compuestos químicos de fórmulas similares (LiCl, NaCl, KCl) y forman
hidróxidos obteniendo fórmulas similares (LiOH, NaOH, KOH); el Ca, el Sr y el Ba se
combinan con sulfatos formando fórmulas similares (CaSO4, SrSO4, BaSO4) y reaccionan
con cloro —diatómico— cuyas fórmulas son similares (CaCl2, SrCl2, BaCl2); el S, el Se y
el Te reaccionan con hidrógeno —diatómico— formando fórmulas similares (H2S,
H2Se, H2Te) y reaccionan con oxígeno —diatómico— formando óxidos de fórmulas
similares (SO2, SeO2, TeO2).
Resumiendo el párrafo anterior. | Fuente: Wikipedia
Chancourtois
En 1864, el mismo año que Newlands publicó su aportación a la Tabla Periódica (de lo que
se hablará en posteriores párrafos), Chancourtois creó un sistema para organizar los
elementos químicos basado en los nuevos pesos atómicos obtenidos gracias a las ideas de
Stanislao Cannizzaro (químico italiano conocido por diferenciar entre masa molecular y
masa atómica y por la reacción de Cannizzaro) que contribuyeron a la Tabla Periódica.
Construyó una hélice (un cilindro con su base dividida en 16 partes iguales) de papel donde
se mostraba un gráfico de espirales, a lo que le llamó el Tornillo Telúrico (el telurio era el
elemento que se encontraba en el centro de la gráfica), donde colocó los elementos
químicos conocidos hasta entonces dispuestos en orden creciente de sus pesos atómicos.
Los elementos similares se encontraban alineados verticalmente.
En la Fig. 1 vemos que los elementos que se alinean verticalmente (ej.: Li, Na y K) tienen
propiedades similares. En la Fig. 2 vemos el Tornillo Telúrico, cuyo desarrollo está a su
lado derecho (donde también podemos ver que la base del cilindro está dividido en 16
partes iguales). | Fuentes: Fig. 1 y Fig. 2
Tornillo Telúrico de Chancourtois | Fuente
Newlands
Siguiendo con los trabajos de Döbereiner, Newlands ordenó los elementos químicos en
orden creciente de los pesos atómicos (excluyendo al hidrógeno), observando que cada 7
elementos resultaba haber similitudes en sus propiedades; es decir, el 1º y el 8º
elemento tenían propiedades similares, el 2º y el 9º tenían propiedades similares, el 3º y el
10º tenían propiedades similares, etc. A esta nueva clasificación para los elementos se le
llamó la Ley de las Octavas de Newlands, publicada en 1864. Pero este método se dejaba
de cumplir a partir del calcio, por lo que los científicos no tuvieron muy en cuenta el trabajo
del químico inglés; aunque la Royal Society of London no tardaría mucho en concederle la
medalla Davy (en 1887).
Hay que tener en cuenta que el elemento G es actualmente el Be (antiguamente glucinium)
y que el Di (didimium) fue un elemento conocido hasta 1885 (mezcla de praseodimio y
neodimio). | Fuente
Mendeléyev
Más tarde, a principios del siglo XX (concretamente en 1902), Dmitri completó algo más
esta Tabla añadiendo un grupo más, el grupo cero, formado por los gases nobles existentes
en la época (He y Ar). Esto fue algo que no gustó mucho, puesto que los gases nobles no
tenían sitio en la Tabla; debido a que tenían un valor cero en valencias, se le clasificó como
grupo 0 y todo quedó de maravilla.
Meyer
Julius Lothar von Meyer fue un químico alemán. Nació en Varel el 19 de agosto de
Su trabajo más importante fue el desarrollo de la ley de las octavas; se dio cuenta de que existía
un patrón en la composición atómica de la mayoría de los elementos químicos presentes en la
Tierra. Fue este trabajo uno de los primeros predecesores de la ley química de periodicidad de
elementos.
Newlands fue el primer científico en organizar los elementos de acuerdo con su peso atómico. Este
químico es considerado uno de los científicos más importantes en la historia de Inglaterra por
haber sentado las bases para el desarrollo de la química moderna.
Los primeros aportes de Newlands fueron dos ensayos acerca de la composición de los
compuestos orgánicos. Primero sugirió una nueva nomenclatura, y el segundo ensayo
hablaba acerca de la recomendación del uso de una tabla para poder demostrar las
diferentes comparaciones y similitudes entre elementos.
Sus primeros aportes se vieron perjudicados por la falta de conocimiento que existía para la
época acerca de la estructura y la valencia de los elementos. Sin embargo, sus primeros
trabajos son bastante importantes, pues muestran su pensamiento acerca de la
sistematización de la química.
Su primer aporte en lo que respecta al peso de cada elemento a nivel atómico agrupó sus
ideas junto con las de muchos otros autores para explicar la observación de dos diferentes
fenómenos.
El primer fenómeno era la existencia de triadas. Las triadas eran agrupaciones de tres
elementos químicos distintos en un solo grupo. Cada uno de estos elementos tiene
propiedades similares y un peso atómico significativamente similar.
Además, descubrió que el peso atómico de elementos análogos siempre era un número, el
cual era un múltiplo de ocho.
Primeras tablas
Originalmente, Newlands utilizó los conceptos de peso atómico y equivalencia sin una
distinción particular en su significado. Por tanto, en su primer trabajo oficial, utilizó los
valores atómicos que siempre se habían creído correctos hasta la época.
Sin embargo, en 1864 utilizó por primera vez nuevos valores basados en los estudios de
Williamson, los cuales sí eran correctos.
La primera vez que utilizó los nuevos valores numéricos fue para desarrollar una tabla en la
cual estaban incluidos los 61 elementos químicos conocidos hasta el momento. También
desarrolló una segunda tabla, en la cual 31 elementos fueron agrupados en 10 categorías
que contenían una o más triadas.
Sin embargo, las tablas de Newlands estaban bastante incompletas. Esto se atribuye a la
falta de conocimiento de la composición química de elementos, que para ese entonces
habían sido recientemente descubiertos. Además, ciertas ausencias sugerían que aún
faltaban otros elementos químicos por descubrirse.
Luego de desarrollar estas tablas, Newlands dijo que si los elementos se agruparan de
acuerdo a su peso atómico, podía determinarse que los elementos con números similares
pertenecen a los mismos grupos.
Gracias a las tablas de Newlands, el científico determinó que cada elemento de cada grupo
se diferenciaba de su elemento contiguo por 7 números. Es decir, existía una diferencia de
siete números en el peso atómico entre los elementos. Esto hacía que el octavo elemento de
cada grupo fuese una repetición del elemento anterior.
En palabras sencillas, cuando se organizan los elementos según su peso atómico, existe un
patrón que se repite cada ocho elementos. Sin embargo, la tabla de Newlands tenía algunos
errores, los cuales se atribuyen al hecho de que varios elementos no se habían descubierto.
Cuando Newlands propuso esta ley por primera vez la comunidad científica no dio su
aprobación y el Colegio Real de Química se negó a publicar su trabajo, pues era puramente
teorético. Sin embargo, cuando presentó la ley de las octavas por primera vez, incluyó
todos los elementos químicos descubiertos para la época.
El hecho de que las bases para su análisis fuesen tan rígidas no ayudó a su causa. Sin
embargo, luego de que Mendeleev publicara su propia tabla en 1969, Newlands pidió que
se le reconociese el trabajo que realizó años atrás, y gracias a esto le entregaron la Medalla
Davy en 1987.
esta ley se dejó de cumplir desde el elemento calcio en la tabla periódica, por eso su trabajo no
fue tenido en cuenta por muchos científicos.
Como muchos de sus coetáneos, Newlands usó primero los términos ‘peso equivalente’ y ‘peso
atómico’ sin distinción en el significado induciendo al error.
Posteriormente se descubrió una familia de compuestos inertes, formada por el helio, neón,
argón, kriptón, y xenón, o lo que es lo mismo, el grupo de los gases nobles. Este descubrimiento
transformó a las octavas de Newlands, en novanas.
A veces dos o más elementos compartían la misma fila y columna, y otras veces parecían
cambiadas de posición arbitrariamente. Como a partir del calcio dejaba de cumplirse esta
regla, esta ordenación no fue apreciada por la comunidad científica que lo menospreció y
ridiculizó. Miembros de la Sociedad de Químicos. I ncluso sugirieron en forma de burla
que habría sido mejor ordenar los elementos químicos de manera alfabética. 23 años más
tarde fue reconocido por la Royal Society, que concedió a Newlands su más alta
condecoración, la medalla Davy. F
En 1864, el mismo año que Newlands publicó su aportación a la Tabla Periódica el
geoólogo francés Alexandre-Émile Béguyer de Chancourtois ( 20 de enero de 1820 – 14 de
noviembre de 1886) creó un sistema para organizar los elementos químicos basado en los
nuevos pesos atómicos obtenidos gracias a las ideas de Stanislao Cannizzaro (químico
italiano conocido por diferenciar entre masa molecular y masa atómica) que contribuyeron
a la Tabla Periódica.
Construyó una hélice (un cilindro con su base dividida en 16 partes iguales) de papel donde
se mostraba un gráfico de espirales, a lo que le llamó el Tornillo Telúrico (el telurio era el
elemento que se encontraba en el centro de la gráfica), donde colocó los elementos
químicos conocidos hasta entonces dispuestos en orden creciente de sus pesos atómicos.
Los elementos similares se encontraban alineados verticalmente.