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El Monte Calvario 

Etimología de la palabra: remite al latín, que a su vez tomó el término de lenguas


antiguas como el arameo. Originalmente significó “Lugar de calaveras”, también lugar
de padecimiento. Se refiere a un lugar en las afueras de Jerusalén, donde
presuntamente se ejecutó a Jesús de Nazaret. 

Este lugar, era propiedad de la Familia Redolatti, se llamaba “Parque Redolatti”. 

En la década de 40 del S XX, tenía similitudes físicas con el Gólgota (a las afueras  de
Judea) donde fue crucificado Jesús, por eso se pensó en recrear en este espacio un
ámbito que reuniese la belleza del paisaje y la belleza del arte, como lugar de encuentro
y manifestación de fe de la religión católica. 

La construcción del paseo fue producto de una importante presencia social y política de
la Iglesia Católica en Argentina entre los años 1920 y 1950.

Lo que hoy disfrutamos es  producto del esfuerzo y la generosidad de numerosas


personas.

 Un destacado astrónomo y sacerdote de La Plata, FORTUNATO DEVOTO, solía venir


a Tandil sobre todo en verano a hacer retiros con grupos de seminaristas. La familia
Santamarina había donado la estancia Ramón I a la Iglesia y por eso llegaban
sacerdotes de distintos puntos de la provincia. A Fortunato le gustaba mucho “El parque
Redolatti”, por eso habló con el tandilense Pedro Redolatti (su primo) y le propuso que
donara las hectáreas a la Iglesia. Redolatti aceptó. 
El sacerdote llevó la iniciativa a la Presidenta de la Sociedad San José de Buenos
Aires. Se trataba de una asociación laica que trabajaba mucho para la iglesia y la
beneficencia. Estaba compuesta por familias aristocráticas de Buenos Aires. La Sra.
Elisa Alvear de Bosh (miembro de la asociación)   adoptó la idea con gran entusiasmo. 

Estas mujeres tenían muchísimos contactos y eso fue muy valioso para obtener
colaboraciones. 

El  Ing. Alejandro Bustillo proyectó gratuitamente el diseño de la obra. 

La Municipalidad de Tandil también cedió el terreno para prolongar la Av. España y la


familia Nocetti Campos hizo lo mismo con un cerro vecino. La Municipalidad forestó,
asimismo, con numerosos olivos ambos laterales de la avenida.

En 1941, Monseñor Devoto falleció y no alcanzó a ver su idea hecha realidad.

Además de los olivos, también hay eucaliptus, pitas y coníferas.

Con la madera de un centenario alerce donado por el presidente de la Comisión  de


Parques Nacionales, Dr Ezequiel Bustillo, se construyó la primera cruz de madera cuyas
dimensiones eran de 17 metros de alto por 8 de ancho. Años después se deterioró y fue
reemplazada por una cruz de cemento (exactamente en 1949).

La Sra. Ernestina L. de Acosta donó el Cristo realizado en piedra de Francia de 22


metros de longitud. 

Una vez que contamos esto, anunciamos que nos dirigimos hacia la calle
Necochea, por Payró para conocer parte de la historia de la explotación minera.
Un sistema de producción que generó una gran comunidad en torno al trabajo. 

INDUSTRIA DE LA PIEDRA - CANTERA LOS NOGALES


Bajo la denominación de canteristas se agrupa a un conjunto de hombres que llevaron
adelante una de las industrias más florecientes que tuvo el sistema de Tandilia en sus
comienzos, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.
Este sistema de explotación de la piedra se caracterizó por el aislamiento físico,
económico, cultural y social de los hombres que la realizaban.
Prácticamente todas las canteras mantenían condiciones de aislamientos entre los años
1885 y 1906, manifestadas en las alambradas, en los guardias y en el permiso que el
patrón o encargado debía otorgar al canterista o a su familia para casos especiales
como lo eran las visitas al médico, compra de medicamentos, entierros, etc, etc.
Entre 1909 a 1913 fue la época más próspera de la extracción y trabajo en piedra en
nuestra ciudad. Un total de aproximadamente 10.000 personas vivían en las canteras
de Tandil y la zona.
La llegada del ferrocarril en 1883 trajo la oportunidad de una mayor explotación de las
canteras. Se abarataron los costos del transporte, que hasta ese momento se realizaba
en menores cantidades en carretas. Justo entonces se estaban realizando en Buenos
Aires y La Plata trabajos de urbanización y había una gran demanda de adoquines.
El economato minero de las canteras, está indefectiblemente ligado al sistema de
trueque como medio de pago de los jornales mediante fichas, las cuales debían ser
trocadas en los almacenes del patrón, a cambio de alimentos, ropas etc. Estas
monedas se llamaban PLECAS.
En las últimas décadas del S XX, el modelo de explotación intensiva de las canteras fue
ganando una creciente oposición en la población local y se conformaron organizaciones
ambientalistas en pos de la preservación de las sierras, en un largo proceso que
culminó con la sanción de la Ley Provincial de Paisaje Protegido Nº14.126 en 2010.
La cantera que hoy visitamos, dejó su explotación en la década del ‘70 por estar muy
cerca de la ciudad.

JUAN BASSO

SU HISTORIA EN LAS CANTERAS DE TANDIL

Don Giovanni Basso llegó a la Argentina antes de finalizar el siglo XIX y se radicó en la


cantera ‘Albión’ de Tandil (entre las sierras ubicadas entre RN 226, RP 74, avenida Don
Bosco y lago del Fuerte).
Anteriormente había viajado a España en busca de su amada, de apellido Aguirre.
Cuando llega a Guipúzcoa, se encontró con que casi toda la familia había desaparecido
a causa de la guerra y regresa con su cuñada (única sobreviviente) a Génova (Italia)
donde vende sus pertenencias y se embarcan ambos hacia nuestro país.
Luego de una breve estadía en Buenos Aires, compran terrenos en la parte norte de
Tandil y se casa con la cuñada formando la familia Basso-Aguirre. Tienen varios hijos,
todas mujeres excepto Juan que se queda en Tandil y se dedica al tema de la piedra.
Juan viajó al norte del país para fabricar los primeros adoquines – que eran de madera
– (sirvieron para pavimentar la antigua Avda. La Plata en Buenos Aires) y así evitaban
que patinasen los carruajes. Posteriormente regresa a nuestra ciudad y se casa con la
hija de un tal Rosselló, América Rosselló. Sus familiares  eran propietarios de gran parte
de lo que hoy es Villa Italia y La Blanqueda. 
La familia Basso-Aguirre explotó muchas canteras, pero en la que más se destacaron
fueron ‘Cerro Leones’ y ‘Los Nogales’, donde actualmente residen los integrantes de la
familia Basso.
Esta última cantera dejó de producir a principios de los años ’70 dada su cercanía con la
ciudad. Se encuentra sobre la derecha del Calvario de nuestra ciudad.
Existe una ‘pleca’ -ficha- de cuero, pirograbada con las iniciales ‘J B’ (Juan Basso) que
se empleó en la cantera ‘Cerro Leones’ y se considera una ficha de control, ya que se
entregaba por cada vagoneta de adoquines. Un ejemplar de la misma se encuentra en
el museo de la Cámara de Diputados.
Trabajar la piedra requería especialidades y destrezas artesanales, que se transmitían
de padres a hijos. Había más de diez especialidades. Este oficio no era oriundo de
Argentina, por eso llegaron miles de inmigrantes italianos que conocían el trabajo,
también llegaron yugoslavos, montenegrinos, españoles y otras nacionalidades
europeas. 
Estos grupos sociales trajeron ideologías novedosas para la población local, con el
tiempo lograron organizarse para defender sus derechos como trabajadores. 
En estos espacios de canteras, las comunidades que se formaban compartían
costumbres, sentimientos y formas de vida. Dependían mucho de sus patrones, en
general venían de las mismas zonas de Europa y por lo tanto entendían el mismo
idioma y tenían las mismas costumbres. 
En el auge productivo de las carteras (1909), se contabilizaron más de 300.000
toneladas de granito para adoquines y cordones. 
Hasta que se mecanizó la extracción y el triturado del granito, el trabajo era totalmente
manual, por lo cual, a mayo demanda del producto se necesitaban más horas de trabajo
obrero. Las jornadas laborales eran muy extensas, no había descanso los fines de
semana y eran pocos los momentos que quedaban para el ocio. Solían juntarse en las
fondas de las canteras los domingos a jugar a las cartas, a las bochas o sólo a
conversar. También había aficionados a la música e incluso se improvisaban pequeñas
obras de teatro.
Los obreros solteros vivían en grandes barracas. A los que formaban familias, les
asignaban casillas de madera en el interior de las canteras.
La división del trabajo se organizaba según las especialidades:
 Compañías: formadas por un cortador, un refrendador y el adoquinero o
cordonero. Trabajaban manualmente la piedra para darle la forma deseada.
 Barrenistas: se encargaban de perforar el mazo de piedra.
 Herreros: afilaban herramientas y encendían la fragua entre otras tareas.
 Marroneros: partían la piedra con una maza.
 Patarristas: ponían petardos en los agujeros de las piedras para generar trozos
menores.
 Foguines: calculaban la cantidad de pólvora necesaria para barrenar o producir
las voladuras de macizos.
 Bochas: peones menores que cargaban al hombro distintas herramientas.
 Zorreros: conductores de vagonetas o zorras que descendían de los cerros a
través de rieles, cargadas de adoquines.
 Cuarteadores: subían las mismas vagonetas vacías, al cerro, a tiro de caballos.
Luego bajaban los caballos.
 Arreglavías
 Maquinistas y fogoneros: accionaban calderas para triturar las piedras
 Desgalladores: de manera solitaria bajaba de los cerros atado de una soga
martillando los macizos para asegurarse que no quedaran trozos sueltos que
pudieran desprenderse y provocar accidentes. 
Entre 1908 y 1909 se organizó lo que se llamó “Huelga Grande”. Duró once meses. Se
pedía entre varias cosas, aumento de salarios y reducción de jornadas laborales. Fue
casi un año de violencia, angustia, tensión y finalmente algunos logros, como la
reducción de la jornada laboral a 8 horas en invierno y 9 en verano, aumento de los
salarios e indemnizaciones. En esos momentos las mujeres de los obreros colaboraron
en la lucha, por ejemplo, se organizaron para enjabonar las vías para que no pudieran
llegar los trenes de carga.
Con estos sucesos y otras variables, el esplendor de las canteras comenzó a decaer.
Épocas de crisis económica, mecanización del trabajo, despidos y menor demanda de
granito, provocaron un cambio significativo en las comunidades de picapedreros.

En medio de tantos malestares, en 1912, el símbolo que daba mayor identidad a Tandil,
su piedra movediza, cayó de manera inesperada. Si bien nunca se pudo comprobar, se
propagó una hipótesis posible que sostenía que un grupo de obreros organizados
habían barrenado la zona para que la piedra perdiera el equilibrio, tal como sucedió.
Caminamos por el sendero de trekking y llegamos hasta la parte de atrás de la cruz del
Calvario y retomamos la primera historia.
Al inicio del tour hablamos de los aportes de las mujeres de la Asociación San José. 
La Sra. Alvear de Bosch donó la escultura del Santo Sepulcro que sirve de corona
para La Piedad (que recuerda a La Piedad del Vaticano o Pietà, grupo escultórico
en mármol realizado por Miguel Ángel entre 1498 y 1499 y se encuentra en el Vaticano).

Para recorrer el Vía Crucis es necesario subir 96 escalones, construidos en piedra


migmatita, con sus terrazas intermedias de lajas rosadas, blancas y grises de la cantera
San José del Carmen. 

A lo largo del recorrido, hay un total de 17 estatuas realizadas en piedra.

El predio se inauguró el 10 de Enero de 1943. Vino al acto el presidente de la Nación,


Dr. Ramón Castillo, y una multitud calculada en 40 mil personas. El Monte Calvario del
Tandil es indicado como el segundo existente en el mundo y está declarado patrimonio
nacional.

Fue muy valiosa la generosa contribución de los artistas que cotizaron sus propias
obras a precios mínimos. 

Años después fueron reemplazadas algunas de las estaciones por su deterioro,


perdiéndose obras de gran valor, como las de Carlos de la Cárcova y Tenti. Las obras
eran la expresión de lo más representativo de la escultura argentina

La nómina completa de artistas y artesanos que tallaron las estaciones son:

 “Jesús condenado a muerte”, José Berna, italiano. 


 “Jesús carga con la cruz”, Humberto Cerantonio, argentino. 
 “Primera caída de Jesús”, Ricardo Musso, argentino. 
 “Jesús encuentra a su madre”, José Berna. 
 “Jesús y el Cireneo”, Antonio Sforza, argentino. 
 “Jesús y la Verónica”, José Berna. 
 “Segunda caída de Jesús”: Roberto Capurro, argentino. 
 “Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén”, José Berna. 
 “Tercera caída de Jesús”, José Fioravanti, argentino. 
 “Jesús es despojado de sus vestiduras”, escultor: José Berna. 
 “Jesús clavado en la cruz”, Humberto Cerantonio. 
 “Jesús muere en la cruz”, José Berna.
 “La Piedad”, José Berna.
 “El Santo Sepulcro”, José Fioravanti

Hubo otros artistas y otras esculturas que se reemplazaron a raíz del deterioro por vandalismo.
Por eso no se puede dejar de mencionar a los escultores en su totalidad:
Las primeras, eran esculturas originales de los artistas:

 José Fioravanti 
 Carlos de La Cárcova 
 Horacio Cerantonio 
 Santiago Berna
 Pedro Tenti
 Roberto J. Capurro
 César Sforza, Antonio
 Ernesto Soto Avendaño 
 Ricardo Musso. 

Un 10 de enero de 1943 se llevó a cabo el Acto Inaugural del Calvario de Tandil.

Bajamos por el lateral hacia la capilla.

Sobre la ladera del cerro se ubica la Capilla Santa Gemma en devoción a Santa Gemma
Galgani (una santa de 25 años). 

Proyectada por los arquitectos Rocha y Martínez Castro, la donó Elena Santamarina de
Saguier en memoria de su esposo Eduardo Saguier. 

La construcción fue dirigida por Valentín Zámolo. 

El altar, el confesionario, las paredes y el piso son de granito de la zona, tallados por los
artesanos Pedro Pedrotti y José Pisculich. 
José Santiago Berna construyó dos relieves con vitraux que muestran azucenas a los lados del
altar, Símbolo de la santa, Gemma Galgani, canonizada por el papa Pío XII.

La capilla de Santa Gemma, se inauguró años después, el 12 de enero de 1947. Se accede al


atrio por tres arcadas de estilo románico.  Su tejado está realizado en pizarra francesa.

Sobre el frente de la capilla, contamos: 

En el año 1962, por iniciativa de los Padres Carmelitas, se inauguró una reproducción de la
Gruta de la Virgen de Lourdes. La réplica de la Gruta está guardada por una gran reja forjada
de hierro.

Hacia un costado y delante del altar se halla la imagen de Santa Bernardita arrodillada,
mirando hacia la gruta donde está la virgen. 
Un altar de piedra de Barker, trabajada por Pedrotti y Jarque y un gran candelabro de hierro
para cien velas, obra de Otilio Galicia. 
Por su parte el artista Carlos Allende -famoso por sus "bochas" de piedra y sus tallas en raíces,
creador también del monumento a Juan Fugl y al Gaucho, entre otros- forjó el crucifijo y los
candeleros para el altar.

A partir de 1949 comenzó a desarrollarse la Procesión del Santo Entierro desde el Calvario al
Templo de la Iglesia del Santísimo Sacramento, con un recorrido de 1,5 kilómetros.

Bajamos hasta la entrada del Calvario y nos despedimos de los concurrentes agradeciendo su
participación en el proyecto. 

Si pensamos que el patrimonio es el conjunto de bienes tangibles e intangibles que otorgan


identidad a una ciudad, podemos pensar también en la importancia de preservarlo.

Nosotros como una generación joven, necesitamos tomar conciencia acerca del valor de cada
espacio y de cada rasgo cultural para poder no sólo preservar sino también dar a conocer
nuestro patrimonio.

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