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Resumen psicopatología l

Psiquiatría:
Coyuntura socio histórica del origen
Revolución francesa (1789). Libertad, igualdad y fraternidad como ideales.
- El psiquiatra se desprende de la medicina y actúa ante una necesidad social.
Estudia las diferentes formas de sufrimiento psíquico; el psiquismo está siempre en
conflicto - el malestar es inevitable.
- El alienado mental es el “loco”
- La institución asilar comienza a buscar la libertad
Paradigmas
1- Alienación mental. Pinel
- Causa moral
- Estado en el momento
- Diagnósticos: manía, melancolía, demencia, ilotismo.
2-Enfermedad mental (1820)- Falret y Kraepelin
- LNSM.
- DDHH que no se tenían en cuenta.
- Desmanicomialización como objetivo.
- Fases. Diacronía (evolución)
- Causa orgánica
- Paralelismo psicofísico
- Enfermedad mental: aquella que obedece a leyes (regularidad: sucesión de fases)
- Cae el paradigma porque el lugar de la causa orgánica queda vacío.
3-Estructuras psicopatológicas. Freud
- Nacimiento del Psicoanálisis. Vida cotidiana.
- La causa no es orgánica: es sexual.

TP 1: Etica y Pathos
✓ ¿Qué es la psicopatología? El pensamiento psicopatológico ¿es uno o es plural? ¿Dónde
empieza lo anormal? ¿Qué se considera patológico? ¿A partir de cuándo alguien “está
loco”? ¿Cómo estudiar al psiquismo enfermo? ¿Qué es el sufrimiento psíquico? ¿Cómo
acceder a él? ✓ Los diferentes discursos sobre el padecimiento mental. La antinomia
normal-patológico y salud-enfermedad en psiquiatría, psicoanálisis y salud mental:
distintos momentos históricos, constitución de saberes y crisis. Diferentes éticas que
subyacen a las prácticas en salud mental: la ética del bien universal, ética del control y la
adaptación, ética del deseo y el bien decir. No hay clínica sin ética, no hay saber sin poder.
Universalidad del pathos, particularidades de los tipos clínicos, singularidades subjetivas.

De battista-el elogio del pathos en los tiempos del empuje de la despatologización


La psicopatología estudia las distintas formas del sufrimiento psíquico. El psicoanálisis la
subvirtió al introducir la hipótesis de lo inconsciente y desarmar la antinomia salud =
normalidad y enfermedad = anormalidad: el psiquismo está siempre en conflicto.
La enfermedad no está determinada por un funcionamiento deficitario o por una carga
hereditaria. La psicopatología se convirtió así en una psicopatología de la vida cotidiana:
el malestar es inescindible de la condición del ser humano en la cultura, que exige una
limitación de la satisfacción pulsional en pos de la vida con otros.
La existencia del ser humano es en sí misma sintomática y no se la puede concebir sin
cierto malestar: el primer deber es encontrar un modo de soportar la vida

El sufrimiento afecta cada uno de los seres hablantes en tanto no pueden liberarse de ese
cáncer lenguajero, de ese parásito que es la palabra (Lacan). Las vidas humanas parecen
regidas más bien por la evitación del displacer que por su ganancia (Freud).

Las condiciones de posibilidad del sufrimiento no están en la etiqueta diagnóstica, sino en


la condición humana misma. Y ese es el significado más preciso de Pathos.

Esta idea de situación psíquica o situación libidinal es más propicia para pensar las
modalidades de soportar la vida que, en determinado momento, alguien pudo encontrar y
que adquieren la forma de presentaciones diferenciales del malestar, modos distintos de
habitar el lenguaje, de vivir con otros. No puede encasillárselas en diagnósticos tomados
como etiquetas, que hablarían por sí mismos de la gravedad, el riesgo o el pronóstico del
caso. No se trata tampoco de modos estáticos, sino que sufren modificaciones, hay crisis y
nuevos ordenamientos que requieren de un diagnóstico fundado en una lectura cuidadosa
de las coordenadas de cada situación en su singularidad: el padecer, sus causas, las crisis, la
relación con los otros, en el contexto de una historia personal y social marcada por distintas
elecciones sabidas y no sabida

Según la OMS «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades»

Ley Nacional de Salud Mental

- Definición de salud mental: proceso determinado por componentes históricos,


socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y
mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la
concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.

- Definición de padecimiento mental: todo tipo de sufrimiento psíquico de las


personas y/o grupos humanos, vinculables a distintos tipos de crisis previsibles
o imprevistas, así como a situaciones más prolongadas de padecimientos,
incluyendo trastornos y/o enfermedades, como proceso complejo determinado
por múltiples, componentes, de conformidad con lo establecido en el artículo 3°
de la Ley Nº 26.65
- Tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las
personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental
que se encuentran en el territorio nacional
- Debe promoverse que la atención en salud mental esté a cargo de un equipo
interdisciplinario
- El proceso de atención debe realizarse preferentemente fuera del ámbito de
internación hospitalario
- La prescripción de medicación sólo debe responder a las necesidades
fundamentales de la persona con padecimiento mental y se administrará exclusivamente
con fines terapéuticos

ARTÍCULO 4º.- Las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas
de salud mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen
todos los derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los
servicios de salud.
ARTÍCULO 5º.- La existencia de diagnóstico en el campo de la salud mental no autoriza en
ningún caso a presumir riesgo de daño o incapacidad, lo que sólo puede deducirse a partir
de una evaluación interdisciplinaria de cada situación particular en un momento
determinado

DSM IV
Cada trastorno mental es conceptualizado como un síndrome o un patrón
comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar
(p. ej., dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o
a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o
pérdida de libertad.
Además, este síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta culturalmente
aceptada a un acontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser querido). Cualquiera
que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción
comportamental, psicológica o biológica.
Los conocimientos actuales indican que hay mucho de «físico» en los trastornos «mentales»
y mucho de «mental» en los trastornos «físicos»

Freud-El malestar en la cultura


El dolor es inherente al ser que habla, porque estamos insertos en una cultura que implica
una renuncia pulsional. Buscamos la solución para hacer más soportable el padecer:
Los calmantes, los “quitapenas”, son sumamente variados e indispensables. Freud enumera

- poderosas distracciones: nos permiten olvidar por un momento nuestra miseria


- satisfacciones sustitutivas: síntoma.
- sustancias embriagadoras: que nos aseguren alguna insensibilidad al dolor o algún
otro viaje más dichoso;
- sublimación: que nos permita corporizar y socializar fantasías indecibles e incluso el
delirio, que construya un mundo más afín al deseo.

Tres fuentes de que proviene nuestro penar:


- la hiperpotencia de la naturaleza
- la fragilidad de nuestro cuerpo
- la insuficiencia de las normas que regulan los vínculos recíprocos entre los hombres
en la familia, el Estado y la sociedad.
-
Respecto de las dos primeras, son inevitables
Diversa es nuestra conducta frente a la tercera fuente de sufrimiento, la social.
Puesto que la cultura impone tantos sacrificios a la sexualidad, y a la inclinación agresiva
del ser humano, comprendemos mejor que los hombres difícilmente se sientan dichosos
dentro de ella. Al hombre primordial, que no conocía limitaciones pulsionales de este tipo,
le iba mejor.
También la religión es un “calmante” para apaciguar las angustias impuestas por la
sociedad. Brinda al hombre el amparo que un padre da al niño.
Además de las tareas de la limitación de las pulsiones, para la cual estamos preparados, nos
acecha el peligro de un estado que podríamos denominar «miseria psicológica de la masa».
Ese peligro amenaza sobre todo donde la ligazón social se establece principalmente por
identificación recíproca entre los participantes, al par que individualidades conductoras no
alcanzan la significación que les correspondería en la formación de masa
Se descubrió que el ser humano se vuelve neurótico porque no puede soportar la medida
de frustración que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales

Como último rasgo de una cultura, apreciamos el modo en que se regulan los vínculos
recíprocos entre los seres humanos y la medida en que la cultura se edifica sobre la
renuncia de lo pulsional, el alto grado en que se basa en la no satisfacción (mediante
sofocación, represión) de poderosas pulsiones.
Dos orígenes del sentimiento de culpa: la angustia frente a la autoridad y, más tarde, la
angustia frente al superyó. La primera compele a renunciar a satisfacciones pulsionales; la
segunda esfuerza, además, a la punición, puesto que no se puede ocultar ante el superyó la
persistencia de los deseos prohibidos

TP 2: Psiquiatria y enfermedades mentales


✓ El paradigma de las enfermedades mentales o entidad clínico-evolutiva: de la alienación
mental a las enfermedades mentales. ¿Cómo se define una enfermedad mental? Cambios
en el método clínico: importancia de la evolución -diacronía de las fases, secuencia, estado
terminal-, búsqueda del detalle y del fondo mórbido. El método anátomo-patológico. ✓ El
síntoma como signo, índice semiológico de una causa orgánica. El concepto de paralelismo
psicofísico. La construcción de la semiología psiquiátrica: síntomas fundamentales de la
demencia precoz, la paranoia y la psicosis maníaco-depresiva
Falret-Las enfermedades mentales y los asilos de los alienados
Falret propone que en lugar de remontarse a la lesión inicial de las facultades en las
enfermedades mentales, el médico especialista debe ceñirse al estudio de los estados
psíquicos complejos tal como existen en la naturaleza. Lo que corresponde a la fase clínica.
La anatomía patológica y la psicología normal pueden proveer herramientas auxiliares pero
no bastan por sí solas.

Solo la observación clínica puede procurarnos el conocimiento exacto de estas afecciones y


darnos los datos necesarios para su etiología, descripción, clasificación, pronóstico y
tratamiento.

Noum organum: tiene su base en el funcionamiento cerebral pero una vez producido por la
acción simultánea de nuestra doble naturaleza (alma y cuerpo) prosigue luego su evolución
particular. A consecuencia de la acción combinada ficha antes, las ideas y los sentimientos
del hombre en estado de salud y enfermedad se transforman en causa de nuevas ideas o
sentimientos, los que a su vez engendran otros por un encadenamiento sucesivo:
Teoría de la Resultante psíquica. Porque en ese movimiento incesante de la mente sobre sí
misma, el primer resultado producido se convierte en causa de nuevos efectos secundarios,
terciarios, etc. Esto explica la diversidad y complejidad de los fenómenos psíquicos.

Propone que la lesión que debe estudiarse en las enfermedades mentales es la de la parte
afectiva de nuestro ser; la de los sentimientos y de las inclinaciones.
Es necesario penetrar profundamente en la intimidad de la naturaleza intelectual y moral;
remontarse al pasado de los alienados, seguir la afección en su desarrollo desde su origen
más lejano hasta el periodo en el que se observa.

Pertenecemos a la escuela anatómica pues admitimos la existencia de alguna lesión


orgánica en toda enfermedad mental, es necesario observar los síntomas físicos y morales
y su orden de sucesión en lugar de concretar la atención en los hechos que pueden
contrastarse al interrogar a un alienado en determinado momento

Estado melancólico: un estado general de postración y de entorpecimiento de toda la


naturaleza moral del hombre afectado primitivamente por la enfermedad que representa
el suelo a través del cual germinan y se desarrollan los factores mórbidos.

Libro de Cátedra-cap 5: segundo paradigma en las enfermedades mentales (1854-1926).


Falret y los cambios en el método clínico

Siglo XIX
Avances en la realización de las autopsias, se erige una medicina sustentada en el método
anatomoclínico, de cuya ejecución se desprende una determinada semiología, que permite
arribar a diagnósticos diferenciales
Esto significó una mutación esencial para la historia de la medicina occidental, ya que a
fines del siglo XVIII nace lo que se conoce como medicina moderna. La mirada positiva del
médico funda a la enfermedad como objeto del conocimiento

La psiquiatría, del siglo XVIII, intenta seguir los mismos preceptos que habían llevado a los
progresos de la medicina de la época: la clínica debía ser objetiva, con criterios claros y
estandarizados. Las enfermedades serán plurales, variadas y diferenciables. Lo patológico
halla un fundamento en la anatomía. La experiencia clínica deviene mirada anatomoclínica.
Se abandona entonces la noción de unicidad de la alienación mental precedente
Falret
- fue uno de los más destacados impulsores de los cambios en la psiquiatría de la época,
sobre todo a nivel del método
- propone considerar la evolución de la enfermedad en el tiempo, la secuencia de fases que
atraviesa y que pueden distinguirse a partir de la identificación de signos, detalles clínicos,
cuya configuración particular y su fondo mórbido específico permiten diferenciar a una
enfermedad de otra.

La mirada sincrónica del primer paradigma es sustituida por una mirada diacrónica
Vemos así cómo se va instituyendo un nuevo consenso en el abordaje de la patología
mental: el de la enfermedad mental entendida como una entidad clínico-evolutiva, en la
cual una serie de índices semiológicos aparecen en determinada sucesión temporal
Presta especial importancia a lo que constituye el fondo mórbido de la enfermedad, su
coloración más allá de los síntomas llamativos.
Distingue así entre
- síntomas básicos o de fondo: permanecen a lo largo del curso evolutivo de la
enfermedad y son esenciales para el diagnóstico
- síntomas de superficie: se imponen con mayor facilidad a la observación,
Aquí el síntoma no tiene valor propio, no tiene valor en sí mismo, aislado, sino que debe ser
ponderado junto con otros

Esto marca una clara distinción con respecto al paradigma anterior, en el que se sugería
dejar evolucionar a la enfermedad de acuerdo a su curso, sin intervenir.

Falret propicia más bien una intervención activa en la detección de los signos previamente
detectados y que constituyen la semiología que el médico intenta localizar en el enfermo

- Primer paradigma: el médico sólo está preocupado por determinar si se trata de


un cuadro de alienación mental o de otra enfermedad médica;

- Segundo paradigma: el médico busca activamente los signos que le permitan


predecir la evolución del cuadro y su pronóstico, para así poder arribar a un
diagnóstico positivo y diferencial.
La anatomía patológica es una ciencia que tiene por fin el conocimiento de las alteraciones
visibles que el estado de enfermedad produce en los órganos del cuerpo humano. Abrir
cadáveres es el medio de adquirir este conocimiento

La innovación de la anatomopatología le provee al campo de las enfermedades mentales


un fundamento real, objetivo e indudable de la patología: "Una nosografía fundada en la
afección de los órganos será necesariamente invariable". Este supuesto potente modifica
para siempre la observación clínica de la patología mental: La mirada clínica opera sobre los
fenómenos patológicos; una reducción de tipo clínico.
En este segundo paradigma la enfermedad pasa a formar parte de la vida misma que es
ahora considerada como una vida patológica.
El síntoma se convierte en un índice semiológico, entendido como el conjunto de rasgos
invariantes, claramente definidos y delimitados, que poseen una persistencia (se repiten en
un mismo individuo) y una dimensión transindividual, es decir, que se presentan en un
grupo más amplio de enfermos, a modo de manifestaciones de una alteración en el
funcionamiento cerebral.

El psiquiatra debe realizar una interrogación activa del paciente, no simplemente


considerar los rasgos más destacados que describe, sino proceder a la indagación
exhaustiva de las características de la enfermedad. De este modo, el método clínico de la
interrogación activa está determinado por la búsqueda de pequeños signos tipificados, con
la dirección precisa por parte del examinador, el cual detenta un saber que orienta el ver. La
colección establecida de estos signos clínicos conforma el thesaurus semiótico: el
verdadero tesoro de la clínica psiquiátrica clásica en el cual se compendian los signos
característicos de las distintas enfermedades mentales.
A mediados del siglo XIX surge una nueva manera de entender y demarcar la patología
mental. Las enfermedades mentales son entendidas como especies morbosas naturales,
irreductibles entre sí, y no como variedades de una de ellas, que se hubieran transformado
en típicas al menos por su semiología y por haber seguido una evolución propia

Kraepelin agrupa tres clases nosográficas de enfermedades a partir de criterios, que


constituyen ejes orientadores para organizar la clasificación de las enfermedades
mentales, atravesando y delimitando la conformación de cada cuadro clínico
- El criterio etiológico le permite ordenar su clasificación al jerarquizar la
prevalencia del tipo de causa, esto le permite ubicar cada clase de patología en
la categorización de las enfermedades. La causa siempre es considerada
orgánica, pero Kraepelin diferencia entre las causas exógenas y las endógenas.
- El criterio clínico-evolutivo combina tanto la relevancia de los índices
semiológicos que caracterizan a las enfermedades mentales, como su
distribución secuencial en el tiempo y su forma de terminación. Diferencia:

- síntomas fundamentales: son propios, distintivos y específicos de esa entidad


mórbida y no de otra, se encuentran presentes en toda su evolución -son
permanentes- y se expresan con total claridad en la fase terminal.
- síntomas accesorios: constituyen fenómenos incidentales y transitorios en el
proceso mórbido; no son permanentes ni se presentan durante todo el curso de
la enfermedad, por lo tanto no podría establecerse un diagnóstico certero y
diferencial a partir de ellos
- Criterio psicopatológico descriptivo: utilizado con fines meramente
descriptivos en función de las facultades mentales afectadas en cada
enfermedad. Le permite a Kraepelin diferenciar las tres formas que presenta la
demencia precoz:
- hebefrénica: esfera de la afectividad
- catatónica: voluntad
- paranoide: juicio
Evolucionan a un deterioro de la personalidad.

Luego de haber buscado durante mucho tiempo el fundamento de la patología mental en


las alteraciones del cerebro de los alienados, llegamos poco a poco a comprender que por
más importantes que fueran esas lesiones, no podían bastar para explicar científicamente
la enorme diversidad y los matices tan sutiles de los fenómenos psíquicos de los alienados.
A partir de entonces, comenzamos a buscar en la psicología los medios para suplir la
insuficiencia de la anatomía patológica.
Falret
Otro legado de este segundo paradigma ha sido el thesaurus semioticus que se conformó
en esa época y que tiene su vigencia entre las disciplinas que se ocupan de la salud mental.
Con respecto al método, es importante señalar que las innovaciones introducidas en el
método clínico condujeron a un cambio en la relación médico-paciente, tendiente a la
objetivación del supuesto enfermo. El dispositivo prínceps de enseñanza de esta clínica -la
mostración de enfermos- pone de manifiesto que allí el sujeto queda reducido a ser el
objeto de la mirada del médico, que es quien detenta el saber.

DSM lV: Esquizofrenia


Tienen síntomas psicóticos como característica definitoria.
- ideas delirantes
- cualquier alucinación manifiesta
- lenguaje desorganizado
- comportamiento desorganizado o catatónico

La esquizofrenia es una alteración que persiste durante por lo menos 6 meses e incluye por
lo menos 1 mes de síntomas de la fase activa
Los síntomas característicos (Criterio A) pueden conceptualizarse como pertenecientes a
dos amplias categorías:
- los positivos reflejan un exceso o distorsión de las funciones normales
- los negativos reflejan una disminución o pérdida de las funciones normales.

La paranoia
- enfermedad endógena o constitucional, de causas internas,
- sistema delirante, duradero, inamovible, de desarrollo insidioso y de aparición
por causas internas, acompañado por un perfecto mantenimiento de la claridad
y orden de pensamiento, voluntad y proceder (diferencia con la DP).
- se suele producir una transformación profunda de la concepción total de la vida
y es a esa "dislocación" [Verrückung] del criterio respecto al medio ambiente,
que se desearía caracterizar con el nombre de "paranoia" [Verrücktheit].

Clínico-evolutivo y estadio terminal: Se detiene en describir el curso de la enfermedad. El


modo de inicio es insidioso, es decir, solapado, poco evidente al comienzo y progresivo. El
sistema delirante que se desarrolla se encuentra en continuidad con la personalidad; su
evolución es continua; su terminación no es demencial, pero sí incurable en lo que respecta
al sistema delirante.
Psicopatológico descriptivo: La descripción clínica del síntoma cardinal está en estrecha
relación con la psicología de las facultades. Se trata en el caso de la paranoia de un sistema
delirante inquebrantable que no impide conservar el entendimiento y el orden del curso
del pensamiento

Paranoia kraepeliniana reposa en dos mecanismos fundamentales:


- el delirio de referencia o de significación personal: el sujeto interpreta que
distintas situaciones de la vida cotidiana están en relación directa con él
- las ilusiones de la memoria o confabulaciones: se trata de falsos recuerdos, o
recuerdos de un acontecimiento realmente vivido por el sujeto, pero que es
interpretado de un modo particular, auto referencialmente

De Battista-Importancia y vigencia de los fenómenos elementales


Se presentan durante todo el curso de la enfermedad
Sólo el análisis detallado de los fenómenos psicóticos es el camino que para Lacan lleva a la
estructura, su economía y su dialéctica.
Es necesario no quedarse únicamente en la descripción de cómo determinados fenómenos
aparecen, sino que hay que "buscar algo más sólido que los explique"

Kraepelin-Demencia precoz y paranoia


Kraepelin se interesó por las enseñanzas de Wundt. De él extrajo la convicción de que la
psicología normal podía resultar útil para entender las enfermedades mentales, base del
análisis psicológico descriptivo que atraviesa su sistema nosográfico.
Kraepelin apele a la perspectiva clínica evolutiva, la cual se funda en el análisis de los
desórdenes que se presentan en las diferentes esferas de personalidad, lo que hace del
criterio psicopatológico descriptivo
Propone que los trastornos mentales representa las manifestaciones psíquicas de cambios
cerebrales más o menos sutiles particularmente del Córtex

Demencia precoz
Enfermedad mental caracterizada por el debilitamiento temprano y progresivo de las
distintas esferas de la personalidad hasta su completa abolición en la fase terminal.
El inicio está signado por una tonalidad depresiva junto con una perturbación de la
voluntad y de la afectividad. Y en menor medida, del curso del pensamiento.
Es endógena (el tratamiento es calmar el síntoma )
Serie de cuadros clínicos cuya característica común consiste en una evolución signada por
debilidades peculiares:
- indiferencia afectiva (hebefrénica)
- pérdida volitiva (catatónica)
- deterioro del juicio (paranoide)
Aspectos que, a su vez, resultan decisivos para establecer el diagnóstico diferencial con la
paranoia. Están conectados entre sí por transiciones fluidas.
Deterioro de la personalidad y falta del sentimiento intenso de la vida.

Paranoia
Grupo de casos donde un sistema inquebrantable y duradero se desarrolla gradualmente a
la vez que se conserva por completo la presencia del entendimiento y el orden del curso
del pensamiento.

TP 3: Psicodinamismo y esquizofrenia
✓ La concepción psicodinámica de la enfermedad mental. Fundamentos de la crítica de
Bleuler al criterio clínico-evolutivo y a la demencia precoz. Definición de esquizofrenia.
Síntomas fundamentales (cardinales) y accesorios; síntomas primarios y secundarios:
características y ejemplos. El concepto de “reacción” y el rol de lo psicógeno. Utilización de
los conceptos freudianos.

Bleuler-La esquizofrenia
- Crítica la evolución en fases: puede retroceder, avanzar y detenerse.
- Diferencias de grado
- Puede haber esquizofrenia sin síntomas: latente
- Criterio psicopatológico descriptivo: leyes del proceso primario (condensación y
desplazamiento) y liberación de los complejos afectivos.

La esquizofrenia
Punto de vista anatómico: en todos los casos severos de esquizofrenia se constatan
modificaciones anatomopatológicas en el cerebro. La intensidad de tales modificaciones se
corresponde con la gravedad de los síntomas primarios, tales modificaciones tienen un
carácter crónico en los casos de evolución crónica, y un carácter agudo durante el curso de
los brotes agudos de la enfermedad. La esquizofrenia es así no sólo una entidad clínica,
sino al mismo tiempo una entidad anatomopatológica
En todas las formas de esquizofrenia, encontramos un trastorno particular de pensamiento
caracterizado por un relajamiento de las asociaciones habituales.
En la esfera afectiva constatamos un ostensible trastorno, que, en los casos graves, puede
ser tan acusado que durante años no se detecte la mínima manifestación de los afectos.
Los enfermos llevan una vida puramente vegetativa, incluso sin preocuparse de su propio
cuidado
En los casos menos graves estos síntomas son menos acusados, pero en el fondo se trata
solamente de diferencias de grado
Los síntomas catatónicos se encuentran de forma pronunciada casi únicamente en las
esquizofrenias o como mucho en las formas mixtas
En cada fase evolutiva la enfermedad puede permanecer estacionaria o incluso mejorar.
Antes y después de cada brote agudo hay un periodo de evolución crónica; e incluso en los
casos que, aparentemente, evolucionan de una manera de lo más lenta y regular, la
posibilidad de un brote agudo jamás puede excluirse. Debido a esto, la intensidad y la
gravedad de la enfermedad son enormemente variables
La demencia manifiesta de orden esquizofrénico puede ser identificada por el hecho de
que las asociaciones falsas e insólitas se producen en gran cantidad, el interés hacia el
mundo exterior se modifica o falta por completo, y la vida afectiva está como bloqueada
La esquizofrenia es una afección fisiógena, es decir, de base orgánica. Sin embargo, posee
tal superestructura psicógena que la gran mayoría de los síntomas manifiestos de esta
enfermedad, como son las alucinaciones y las ideas delirantes, así como todo el modo de
comportarse del enfermo, se derivan de factores y mecanismos psicológicos
La esquizofrenia, por un lado, tiene en común con las psicosis orgánicas la existencia de
síntomas directamente derivados de un proceso cerebral, y por otro, con las neurosis, la
evolución de síntomas psicógenos sobre la base de una constitución particular.

Cap 6 libro de cátedra-Tercer paradigma: estructuras psicopatológicas


Las principales concepciones de este paradigma hallan expresión en las propuestas sobre la
Spaltung o escisión como proceso patológico propio de la esquizofrenia en Bleuler y en las
corrientes fenomenológicas
En este marco paradigmático la psicopatología tiene un carácter predominante, mientras la
psiquiatría clínica queda ubicada como una disciplina médica necesaria, pero sobre todo
práctica, sin demasiada profundidad conceptual
Según Bleuler, la esquizofrenia tiene una causa orgánica, que se expresa en síntomas
fisiógenos, y una superestructura psicógena. Se quiebra de esta forma el supuesto del
paralelismo psicofísico característico del paradigma de las enfermedades mentales.
Encontramos en Bleuler un criterio psicopatológico y psicodinámico, que incluye en sus
descripciones el dinamismo del psiquismo enfermo. La etiología de la esquizofrenia es para
Bleuler orgánica, probablemente auto-tóxica.
El autor retoma de Freud la idea del papel de la afectividad en la patología mental y formula
el concepto de complejo afectivo: representaciones cargadas de un cierto montante
energético, que influyen en las operaciones psíquicas. Supone que ante un proceso mórbido
orgánico como lo es el de la esquizofrenia, la mente del enfermo “reacciona” de acuerdo a
sus complejos.
Señalamos la importancia del concepto de reacción propuesto por el autor, ya que se puede
derivar de ello una concepción activa del sujeto, que no queda simplemente a merced del
proceso mórbido, sino que “reacciona” ante él con sus singularidades, es decir, con su medio
y experiencia de vida.
Los síntomas primarios, de origen orgánico, son los que se encuentran en relación más
directa con la causa orgánica y se manifiestan en la perturbación primaria de la asociación, o
sea, en la escisión psíquica fundamental. Incluye tanto síntomas físicos (fiebre, parálisis,
temblores), como síntomas primarios psíquicos, a saber, la escisión de las asociaciones y la
predisposición a las alucinaciones y delirios, etc.
Los síntomas secundarios son la consecuencia reaccional ante la disociación de las funciones
psíquicas. La psique reacciona ante el proceso patológico y produce otra serie de síntomas
como las perturbaciones a nivel de la afectividad, que pueden dar lugar a un evidente
desinterés por el mundo exterior (autismo), la ambivalencia y la discordancia afectiva, la
rigidez emocional y el negativismo -a nivel volitivo-. Todo este cortejo de síntomas está
ligado para Bleuler a la historia singular del enfermo
La concepción de Bleuler sobre los síntomas fundamentales y accesorios de la esquizofrenia
conserva las ideas de las elaboraciones de Kraepelin, aunque le da mayor relevancia a los
trastornos de la asociación, de la afectividad y al autismo como síntomas fundamentales.
Para ambos, las alucinaciones y los delirios son síntomas accesorios.
Nos encontramos con síntomas que son fundamentales para el diagnóstico y primarios en
relación a la causa -como el trastorno de las asociaciones- y con otros que son
fundamentales para el diagnóstico, pero son secundarios con respecto a la causa orgánica,
es decir psicógenos -como la perturbación de la afectividad y el autismo-.
El psiquiatra francés Henri Ey propone la existencia de un “hiato orgánico-clínico”, una
grieta entre el cuadro clínico de las enfermedades mentales y sus procesos orgánicos
generadores.
Jaspers ya no defiende el paralelismo psicofísico, no obstante, continúa sosteniendo la
existencia de una causa última radicada en procesos corporales que deben explicarse
teóricamente, aunque no se los pueda captar intuitivamente.

TP 4: Psicopatología freudiana
✓ Discontinuidad del psicoanálisis con el campo de la Psiquiatría y la Psicopatología de la
época. Observación clínica de la psiquiatría (mirada, signo semiológico, causa supuesta en lo
orgánico) y escucha clínica analítica (escucha, posición del oyente y configuración del relato.)
✓ La posición analítica y la posición del psiquiatra. Novedad freudiana con respecto al
síntoma y a la causa. El síntoma en psiquiatría y en psicoanálisis: índice natural Vs. formación
de compromiso resultado de un proceso de elaboración inconsciente (formación sustitutiva/
satisfacción sustitutiva). ✓ Distinción entre inhibición, síntoma y angustia. Funciones del
síntoma: ganancia de la enfermedad, refugio en la enfermedad y resistencia a la curación;
beneficio primario, beneficio secundario y necesidad de castigo. La función de la fantasía en
la posición neurótica. Diferentes satisfacciones en juego en el síntoma: sustitutivas, yoicas,
paradojales (satisfacción en la renuncia). El punto de vista metapsicológico en el abordaje
freudiano: tópico, dinámico, económico.

Freud-Conferencia 16. Psicoanálisis y Psiquiatría


Idea delirante: posee pleno sentido, tiene sus buenos motivos, pertenece a la trama de una
vivencia, rica en afectos, de la enferma. Es necesaria como reacción frente a un proceso
anímico inconciente colegido por otros indicios, y precisamente a esta dependencia debe su
carácter delirante, su resistencia a los ataques basados en la lógica y la realidad. Es a su vez
algo deseado, una suerte de consuelo. La vivencia que hay tras la contracción de la
enfermedad determina unívocamente que habría de engendrarse una idea de celos
delirantes y ninguna otra cosa
La psiquiatría no aplica los métodos técnicos del psicoanálisis, omite todo otro anudamiento
con el contenido de la idea delirante y, al remitirnos a la herencia, nos proporciona una
etiología muy general y remota, en vez de poner de manifiesto primero la causación más
particular y próxima

Freud-Conferencia 23. Los caminos de la formación de síntoma


Los síntomas psíquicos (o psicógenos) son actos perjudiciales o, al menos, inútiles para la
vida en su conjunto; a menudo la persona se queja de que los realiza contra su voluntad, y
conllevan displacer o sufrimiento para ella. Su principal perjuicio consiste en el gasto anímico
que ellos mismos cuestan y, además, en el que se necesita para combatir
los síntomas. Crean, entonces, un sustituto para la satisfacción frustrada; lo hacen por medio
de una regresión de la libido a épocas anteriores, a la que va indisolublemente ligado el
retroceso a estadios anteriores del desarrollo en la elección de objeto o en la organización.
El síntoma repite de algún modo aquella modalidad de satisfacción de su temprana infancia,
desfigurada por la censura que nace del conflicto, por regla general volcada a una sensación
de sufrimiento y mezclada con elementos que provienen de la ocasión que llevó a contraer
la enfermedad.

Por el análisis de los síntomas tomamos conocimiento de las vivencias infantiles en que la
libido está fijada y desde las cuales se crean los síntomas. Lo sorprendente reside en que
estas escenas infantiles no siempre son verdaderas. Más aún: en la mayoría de los casos no lo
son, y en algunos están en oposición directa a la verdad histórica.
Causación de la neurosis:
Formacion del sintoma en el caso de la neurosis histérica
La fijación libidinal del adulto, que hemos introducido en la ecuación etiológica de las
neurosis como representante del factor constitucional, se nos descompone ahora, por
tanto, en otros dos factores: la disposición heredada y la predisposición adquirida en la
primera infancia
La constitución sexual hereditaria nos brinda una gran diversidad de disposiciones, según
que esta o aquella pulsión parcial, por sí sola o en unión con otras, posea una fuerza
particular. La constitución sexual forma con el vivenciar infantil otra «serie
complementaria», en un todo semejante a la que ya conocimos entre predisposición y
vivenciar accidental del adulto
Punto de vista económico: No podemos menos que decirnos lo siguiente: el conflicto entre
dos aspiraciones no estalla antes que se hayan alcanzado ciertas intensidades de investidura,
por más que pre existieran las condiciones de contenido. De igual manera, la importancia
patógena de los factores constitucionales depende de cuánto más de una pulsión parcial
respecto de otra esté presente en la disposición

Freud-Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis


Hay una etiología sexual en todos los casos de neurosis, pero en las neurastenias ella es de
índole actual, y en las psiconeurosis son factores de naturaleza infantil (y por eso no son
consabidos para el enfermo. Este los ha olvidado —sólo que en un sentido preciso—).
Por regla general ambas neurosis se presentan juntas

Freud- Conferencia 32. Angustia y vida pulsional


Dijimos que la angustia era un estado afectivo, o sea, una reunión de determinadas
sensaciones de la serie placer-displacer con las correspondientes inervaciones de descarga y
su percepción, pero, probablemente, el precipitado de cierto evento significativo,
incorporado por vía hereditaria, y entonces comparable al ataque histérico adquirido por el
individuo
Luego partimos del distingo entre angustia realista y angustia neurótica; la primera es una
reacción que nos parece lógica frente al peligro, a un daño esperado de afuera, mientras que
la segunda es enteramente enigmática, como carente de fin. En un análisis de la angustia
realista, la redujimos a un estado de atención sensorial incrementada y tensión motriz, que
llamamos apronte angustiado. A partir de ese estado se desarrolla la reacción de angustia.
Serían posibles dos desenlaces en él. O bien el desarrollo de angustia, la repetición de la
antigua vivencia traumática, se limita a una señal, y entonces la restante reacción puede
adaptarse a la nueva situación de peligro, desembocar en la huida o en acciones destinadas
a ponerse a salvo, o bien lo antiguo prevalece, toda la reacción se agota en el desarrollo de
angustia, y entonces el estado afectivo resultará paralizante y desacorde con el fin para el
presente

El desarrollo de angustia es lo primero, y la formación de síntoma lo posterior, como si los


síntomas fueran creados para evitar el estallido del estado de angustia. Ejemplo: agorafóbico,
por ejemplo, inicia su historia patológica con un ataque de angustia en la calle. Este se
repetiría toda vez que anduviera de nuevo por la calle. Ahora crea el síntoma de la angustia
a andar por la calle, que también podría llamarse una inhibición, una limitación funcional
del yo, y por esa vía se ahorra el ataque de angustia.

De la angustia en la histeria y otras neurosis hacemos responsable, en efecto, al proceso de la


represión. Aunque, no es la represión la que crea la angustia, sino que la angustia está
primero ahí; es la angustia la que crea a la represión. Se trata de la angustia frente a un
peligro exterior amenazante, vale decir, una angustia realista
La angustia es como estado afectivo la reproducción de un antiguo evento peligroso; la
angustia está al servicio de la autoconservación y es una señal de un nuevo peligro; se
genera a partir de una libido que de algún modo se ha vuelto inaplicable; lo hace también a
raíz del proceso de la represión; la formación de síntoma la releva, la liga psíquicamente, por
así decir; se siente que aquí falta algo que unifique los fragmentos
Esa descomposición de la personalidad anímica en un superyó, un yo y un ello, que les
expuse en la conferencia anterior, nos obligó a adoptar también otra orientación en el
problema de la angustia.

Freud-Inhibición, síntoma y angustia


Inhibición:
- restricción de una función; no necesariamente es algo patológico.
- consecuencia de un empobrecimiento energético
- puede pasar a ser síntoma cuando la restricción funcional es grande, o bien cuando
aparece una función nueva
- algunas tienen el sentido del autocastigo: no hacer la función porque ello traería éxito
(por ejemplo en el trabajo) y esto está prohibido por un superyo severo. En este caso el yo
evita un conflicto con el superyo.

Síntoma:
- indicador de un proceso patológico.
- no puede ser ya descrito como un proceso en el yo.

Angustia:
- se nos presenta como algo que sentimos y que es displacentero
- implica un acto de descarga (motora, que afecta los órganos respiratorios y el
corazón), y la percepción de dicha descarga.
Relación entre formación de síntomas y angustia: el síntoma está para eludir la angustia.
Relación de la inhibición (que implica desviación de la libido) con la angustia: se inhibe la
función porque cumplirla sería angustioso.

De todos los nexos mencionados resulta la ganancia (secundaria) de la enfermedad en el


caso de la neurosis. Viene en auxilio del afán del yo por incorporarse el síntoma, y refuerza
la fijación de este último. Y cuando después intentamos prestar asistencia analítica al yo en
su lucha contra el síntoma, nos encontramos con que estas ligazones de reconciliación
entre el yo y el síntoma actúan en el bando de las resistencias

TP 5: Psicosis
✓ Clínica freudiana de las psicosis. Coordenadas clínicas del caso Schreber: segunda
enfermedad, motivo de internación, coyuntura del desencadenamiento, presentación
hipocondríaca inicial y modificaciones, distintos momentos en la elaboración del delirio
(persecución, grandeza). Diferentes tipos de manifestaciones: proceso mórbido, normalidad
conservada, intentos de restitución. El delirio como intento de autocuración en la paranoia.
La paranoia como defensa frente al deseo homosexual (etiología sexual y fijación al
narcisismo). El problema de la especificidad del mecanismo de formación de síntomas y de
la represión: proyección no patognomónica, represión por desasimiento (tres tiempos), “lo
cancelado dentro retorna afuera”. Neurosis narcisistas vs neurosis de transferencia:
introversión de la libido en el yo, introversión de la libido en la fantasía. El caso de la
melancolía: identificación al objeto y severidad del superyó, el factor de la desmezcla
pulsional, diferencias con el duelo, sentimiento de culpa. Reformulaciones a partir de la
segunda tópica: la proyección como sobre-investidura de las interpretaciones del
inconsciente. Pérdida de realidad en neurosis y en psicosis. Diferencias entre la reacción
inicial y los intentos de resarcimiento. El problema de la negación.
✓ Clínica de las psicosis en Lacan. Críticas al concepto de homosexualidad como factor
etiológico: causalidad significante. Lo rechazado en lo simbólico retorna en lo real. Distintas
modalidades de retorno en lo real: fenómenos de cadena rota, disolución imaginaria y
regresión tópica al estadio del espejo. La forclusión del Nombre-del-Padre como
circunstancia de la posición subjetiva. Posición con respecto al padre: rechazo de la
impostura paterna. Coyuntura y estructura del desencadenamiento. La solución de Schreber
y sus componentes: goce transexualista de la imagen, metáfora delirante, el amor a su mujer,
el lugar del testimonio, papel del ideal, asíntota.

Freud-Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia


Caso Schreber
Primera enfermedad (1884)
- hipocondría grave: manifestación de la angustia en la Psicosis
- adelgazamiento: fenómeno elemental
- perturbaciones de la cinestesia (sensitivo y motor)
- sin fenómenos suprasensibles (alucinaciones)
transcurrieron 8 años felices, solo apenados por no haber tenido un hijo con su esposa
Segunda enfermedad (1893)
- pródromo: signos que anticipan una enfermedad
- sueña que vuelve su primera enfermedad, atendido por el Dr. Flechsig; con quien está
encantado.
- fantasía de duermevela: “que hermoso seria ser una mujer sometida al acoplamiento”:
alejado de sus principios, la rechaza. Disruptivo para sus valores eticos y esteticos

Primer momento de la aparición sintomática


- insomnio (también había ocurrido en la primera enfermedad). Visita a Flechsig, se
hospeda en lo de su madre.
- intentos de suicidio (la misma noche de la consulta intenta ahorcarse)
- alucinaciones visuales y auditivas
- ideas hipocondriacas
- ideas de persecución francas
- manía persecutoria sexual (primero Flechsig, después Dios)
Tiempo intermedio
- fantasía del fin del mundo
- estupor catatonico o alucinatorio
- mutismo estuporoso: el sujeto está rígido; no habla y gesticula (alucina)
- sentía voces que le hablaban: una de ellas era la del Dios Ariman, que le decía“puta”; lo
considero benéfico.
- carácter injuriante, con tinte feminizante. Reconciliación con la idea de transformarse
en mujer de Dios. Fin acorde a la ley del universo. De esa unión resultaría una nueva especie
schreberiana.
-
Segundo momento
- manía religiosa de grandeza/megalomanía divina con misión redentora (a nivel de la
ideación)
- transformación en mujer a nivel estructural: consideraba que tenía nervios femeninos,
que le crecían los senos.
- delirio primario: vinculado de manera directa con la causa: avance de la libidio
homosexual (reprimida). Delirio.
- motivos: no haber tenido hijos; climaterio (desorganización); complejo paterno: lugar
simbólico.
- lo que aparece último es lo primero. Etiología.

Freud-Introducción del narcisismo.


Narcisismo:
- Conducta por la cual un individuo da a su cuerpo propio un trato parecido al que
daría al cuerpo de un objeto sexual; vale decir, lo mira con complacencia sexual, lo acaricia
- Complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación, de
la que justificadamente se atribuye una dosis a todo ser vivo (no es perversión)
La principal vía de acceso a él es el análisis de las parafrenias. La demencia praecox y la
paranoia nos permitirán inteligir la psicología del yo. A diferencia de los histéricos y los
neuróticos, los parafrénicos parecen haber retirado realmente su libido de las personas y
cosas del mundo exterior, pero sin sustituirlas por otras en su fantasía. Y cuando esto último
ocurre, parece ser algo secundario y corresponder a un intento de curación que quiere
reconducir la libido al objeto.
Nos vemos llevados a concebir el narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras
de objeto como un narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario,
oscurecido por múltiples influencias.
Respecto de la diferenciación de las energías psíquicas, al comienzo están juntas en el
estado del narcisismo y son indiscernibles para nuestro análisis grueso, y sólo con la
investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energía sexual, la libido, de una
energía de las pulsiones yoicas
Es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una
unidad comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones
autoeróticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo tiene que agregarse al autoerotismo,
una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se constituya.

Analogía con:
- enfermedad orgánica: El enfermo retira sobre su yo sus investiduras libidinales para
volver a enviarlas después de curarse. Libido e interés yoico tienen aquí el mismo destino y
se vuelven otra vez indiscernibles
- hipocondría: se exterioriza, al igual que la enfermedad orgánica, en sensaciones
corporales penosas y dolorosas, y coincide también con ella por su efecto sobre la
distribución de la libido. El hipocondríaco retira interés y libido de los objetos del mundo
exterior y los concentra sobre el órgano que le atarea.
la hipocondría es a la parafrenia, aproximadamente, lo que las otras neurosis actuales son a
la histeria y a la neurosis obsesiva; vale decir, depende de la libido yoica, así como las otras
dependen de la libido de objeto; la angustia hipocondríaca sería, del lado de la libido yoica, el
correspondiente de la angustia neurótica
- Vida amorosa: Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las
pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas; ahora bien, ese apuntalamiento
sigue mostrándose en el hecho de que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y
la protección del niño devienen los primeros objetos sexuales: son, sobre todo, la madre o su
sustituto.

Freud- Duelo y melancolía

Duelo
- Es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o una abstracción que haga
sus veces la patria, la libertad, un ideal.
- Trae consigo graves desviaciones de la conducta.
- El mundo se hace pobre y vacío:
- Pérdida del interés por el mundo exterior, en todo lo que no recuerdo al muerto, la
pérdida de la capacidad es escoger algún nuevo objeto de amor, perdida respecto de
cualquier trabajo productivo que no tenga relación con la memoria del muerto
- Consciente de la pérdida: la energía vuelve al yo para poder ponerla en otro sujeto
- Reconocimiento de la ausencia
- El duelo que no se tramita es un duelo patológico
- Prima la satisfacción narcisista de seguir vivo

Melancolía
- Se singulariza en lo anímico por una desazón profundamente dolida
- Cancelación del interés por el mundo exterior
- Pérdida de la capacidad de amar
- Inhibición de toda productividad
- Rebaja en el sentimiento de si que se exteiortiza en autoreproches y
autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa
- El yo se hace pobre y vacío
- La pérdida es reprimida, sustraída de la consciencia
- Identificación con el sujeto perdido
- Se generan reproches hacia el yo. Conciencia moral (se cree culpable)

El duelo muestra los mismos rasgos que la melancolía excepto uno; falta en él la
perturbación del sentimiento de sí. Tienen en común:
- Ambivalencia
- Pérdida de objeto
- Inhibición de todas las funciones (apetito sexual, ganas de comer, ganas de hablar)
- Pérdida del interés
- Profundo dolor

Neurosis y psicosis. Freud


Diferencia más importante entre neurosis y psicosis
- La neurosis es el resultado de un conflicto entre el yo y su ello
- La psicosis es el desenlace análogo de una similar perturbación en los vínculos entre
el yo y el mundo exterior.

Las neurosis de transferencia se generan porque el yo no quiere acoger ni dar trámite motor
a una moción pulsional pujante en el ello, o le impugna el objeto que tiene por meta. En
tales casos, el yo se defiende de aquella mediante el mecanismo de la represión; lo reprimido
se revuelve contra ese destino y, siguiendo caminos sobre los que el yo no tiene poder
alguno, se procura una subrogación sustitutiva que se impone al yo por la vía del
compromiso: es el síntoma. El yo encuentra que este intruso amenaza y menoscaba su
unicidad, prosigue la lucha contra el síntoma tal como se había defendido de la moción
pulsional originaria, y todo esto da por resultado el cuadro de la neurosis.
El yo entra en conflicto con el ello, al servicio del superyó y de la realidad; de ahí la
descripción válida para todas las neurosis de trasferencia
Igualmente fácil nos resulta tomar, de nuestra previa intelección del mecanismo de las
psicosis, ejemplos referidos a la perturbación del nexo entre el yo y el mundo exterior. En la
amentia de Meynert —la confusión alucinatoria aguda, acaso la forma más extrema e
impresionante de psicosis—, el mundo exterior no es percibido de ningún modo, o bien su
percepción carece de toda eficacia." Normalmente, el mundo exterior gobierna al ello por
dos caminos: en primer lugar, por las percepciones actuales, de las que siempre es posible
obtener nuevas, y, en segundo lugar, por el tesoro mnémico de percepciones anteriores que
forman, como «mundo interior», un patrimonio y componente del yo. Ahora bien, en la
amentia no sólo se rehusa admitir nuevas percepciones; también se resta el valor psíquico
(investidura) al mundo interior, que hasta entonces subrogaba al mundo exterior como su
copia; el yo se crea, soberanamente, un nuevo mundo exterior e interior, y hay dos hechos
indudables: que este nuevo mundo se edifica en el sentido de las mociones de deseo del
ello, y que el motivo de esta ruptura con el mundo exterior fue una grave frustración de un
deseo por parte de la realidad
Acerca de otras formas de psicosis, las esquizofrenias, se sabe que tienden a desembocar en
la apatía afectiva, vale decir, la pérdida de toda participación en el mundo exterior. Con
relación a la génesis de las formaciones delirantes, algunos análisis nos han enseñado que el
delirio se presenta como un parche colocado en el lugar donde originariamente se produjo
una desgarradura en el vínculo del yo con el mundo exterior
La etiología común para el estallido de una psiconeurosis o de una psicosis sigue siendo la
frustración, el no cumplimiento de uno de aquellos deseos de la infancia, eternamente
indómitos, que tan profundas raíces tienen en nuestra organización comandada
filogenéticamente. Esa frustración siempre es, en su último fundamento, una frustración
externa. En el caso individual, puede partir de aquella instancia interna (dentro del superyó)
que ha asumido la subrogación del reclamo de la realidad Ahora bien, el efecto patógeno
depende de lo que haga el yo en semejante tensión conflictiva: si permanece fiel a su
vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello, o si es avasallado por el ello y así se
deja arrancar de la realidad. Pero esta situación en apariencia simple se complica por la
existencia del superyó, quien, en un enlace que aún no logramos penetrar, reúne en sí
influjos del ello tanto como del mundo exterior y es, por así decir, un arquetipo ideal de
aquello que es la meta de todo querer-alcanzar del yo: la reconciliación entre sus múltiples
vasallajes.
Podemos postular provisionalmente la existencia de afecciones en cuya base se encuentre
un conflicto entre el yo y el superyó. El análisis nos da cierto derecho a suponer que la
melancolía es un paradigma de este grupo, por lo cual reclamaríamos para esas
perturbaciones el nombre de «psiconeurosis narcisistas».
La neurosis de transferencia corresponde al conflicto entre el yo y el ello, la neurosis
narcisista al conflicto entre el yo y el superyó, la psicosis al conflicto entre el yo y el mundo
exterior

La pérdida de realidad en la neurosis y la psicosis. Freud


Uno de los rasgos diferenciales entre neurosis y psicosis es que en la primera el yo, en
vasallaje a la realidad, sofoca un fragmento del ello (vida pulsional), mientras que en la
psicosis ese mismo yo, al servicio del ello, se retira de un fragmento de la realidad. Por lo
tanto, lo decisivo para la neurosis sería la hiperpotencia del influjo objetivo , y para la psicosis,
la hiperpotencia del ello. La pérdida de realidad (objetividad) estaría dada de antemano en la
psicosis; en cambio, se creería que la neurosis la evita. Ahora bien, esto no condice con la
experiencia que todos podemos hacer, y es que cada neurosis perturba de algún modo el
nexo del enfermo con la realidad, es para él un medio de retirarse de esta y, en sus formas
más graves, importa directamente una huida de la vida real. A esta contradicción se la puede
eliminar muy fácilmente: la contradicción sólo subsiste mientras tenemos en vista la
situación inicial de la neurosis, cuando el yo, al servicio de la realidad, emprende la represión
de una moción pulsional. Pero eso no es todavía la neurosis misma.
Ella consiste, más bien, en los procesos que aportan un resarcimiento a los sectores
perjudicados del ello; por tanto, en la reacción contra la represión y en el fracaso de esta. El
aflojamiento del nexo con la realidad es entonces la consecuencia de este segundo paso en
la formación de la neurosis
Ahora esperaríamos que en la génesis de la psicosis ocurriese un proceso análogo al que
sobreviene en la neurosis, aunque, como es natural, entre otras instancias. Esperaríamos,
entonces, que también en la psicosis se perfilaran dos pasos, el primero de los cuales, esta
vez, arrancara al yo de la realidad, en tanto el segundo quisiera indemnizar los perjuicios y
restableciera el vínculo con la realidad a expensas del ello. Y efectivamente, algo análogo se
observa en la psicosis: también en ella hay dos pasos, de los cuales el segundo presenta el
carácter de la reparación; pero aquí la analogía deja el sitio a un paralelismo mucho más
amplio entre los procesos. El segundo paso de la psicosis quiere también compensar la
pérdida de realidad, mas no a expensas de una limitación del ello —como la neurosis lo hacía
a expensas del vínculo con lo real—, sino por otro camino: por creación de una realidad
nueva, que ya no ofrece el mismo motivo de escándalo que la abandonada. En
consecuencia, el segundo paso tiene por soporte las mismas tendencias en la neurosis y en
la psicosis; en ambos casos sirve al afán de poder del ello, que no se deja constreñir por la
realidad. Tanto neurosis como psicosis expresan la rebelión del ello contra el mundo exterior;
expresan su displacer
La neurosis no desmiente la realidad, se limita a no querer saber nada de ella; la psicosis
la desmiente y procura sustituirla. Llamamos normal o «sana» a una conducta que auna
determinados rasgos de ambas reacciones: que, como la neurosis, no desmiente la realidad,
pero, como la psicosis, se empeña en modificarla.
A la psicosis se le plantea la tarea de procurarse percepciones tales que correspondan a la
realidad nueva, lo que se logra de la manera más radical por la vía de la alucinación. Es
probable que en la psicosis el fragmento de la realidad rechazado se vaya imponiendo cada
vez más a la vida anímica, tal como en la neurosis lo hacía la moción reprimida, y por eso las
consecuencias son en ambos casos las mismas
Otra analogía entre neurosis y psicosis es que en ambas la tarea que debe acometerse en el
segundo paso fracasa parcialmente, puesto que no puede crearse un sustituto cabal para la
pulsión reprimida (neurosis), y la subrogación de la realidad no se deja verter en los moldes
de formas satisfactorias. (No, al menos, en todas las variedades de enfermedades psíquicas.)
Pero en uno y otro caso los acentos se distribuyen diversamente. En la psicosis, el acento
recae íntegramente sobre el primer paso, que es en sí patológico y sólo puede llevar a la
enfermedad; en la neurosis, en cambio, recae en el segundo, el fracaso de la represión,
mientras que el primer paso puede lograrse
El mundo de la fantasía desempeña en la psicosis el mismo papel que en la neurosis, de que
también en ella constituye la cámara del tesoro de donde se recoge el material o el modelo
para edificar la nueva realidad. Pero el nuevo mundo exterior, fantástico, de la psicosis quiere
reemplazar a la realidad exterior; en cambio, el de la neurosis gusta de apuntalarse en un
fragmento de la realidad —diverso de aquel contra el cual fue preciso defenderse—, le presta
un significado particular y un sentido secreto (simbólico). Así, para ambas —neurosis y
psicosis—, no sólo cuenta el problema de la pérdida de realidad, sino el de un sustituto de
realidad.

La negación. Freud
- Rechazo, por proyección, de una ocurrencia que acaba de aflorar.
Tomamos la libertad, para interpretar, de prescindir de la negación y extraer el contenido
puro de la ocurrencia. Es como si el paciente hubiera dicho en realidad lo contrario.
En el neurótico, lo desestimado es el sentido correcto de la nueva representación obsesiva.
Por tanto, un contenido de representación o de pensamiento reprimido puede irrumpir en la
conciencia a condición de que se deje negar. La negación es un modo de tomar noticia de lo
reprimido; en verdad, es ya una cancelación de la represión
Por medio del símbolo de la negación, el pensar se libera de las restricciones de la represión
y se enriquece con contenidos indispensables para su operación.
La función del juicio tiene, en lo esencial, dos decisiones que adoptar. Debe atribuir o
desatribuir una propiedad a una cosa, y debe admitir o impugnar la existencia de una
representación en la realidad.
El juzgar es la acción intelectual que elige la acción motriz, que pone fin a la acción tentativa
que significa el pensamiento mismo, y conduce del pensar al actuar
El juzgar es el ulterior desarrollo, acorde a fines, de la inclusión dentro del yo o la expulsión de
él, que originariamente se rigieron por el principio de placer. Su polaridad parece
corresponder a la oposición de los dos grupos pulsionales que hemos supuesto. La
afirmación —como sustituto de la unión— pertenece al Eros, y la negación —sucesora de la
expulsión—, a la pulsión de destrucción. El gusto de negarlo todo, el negativismo de muchos
psicóticos, debe comprenderse probablemente como indicio de la desmezcla de pulsiones
por débito de los componentes libidinosos. La operación de la función del juicio se posibilita
únicamente por esta vía: que la creación del símbolo de la negación haya permitido al
pensar un primer grado de independencia respecto de las consecuencias de la represión y,
por tanto, de la compulsión del principio de placer

Freud-Sobre los mecanismos psíquicos


La paranoia
Los paranoicos no admiten nada indiferente en otro, y en su «delirio de ilación» usan los
mínimos indicios que les ofrecen esos otros, extraños. El sentido de su delirio de ilación es,
en efecto, que esperan de todo extraño algo como amor; pero estos otros no les
demuestran nada semejante.
Describimos de modo insatisfactorio la conducta del paranoico, tanto del celoso como del
perseguido, cuando decimos que proyectan hacia afuera, sobre otros, lo que no quieren
percibir en su propia interioridad
La paranoia no se introduce en el sueño.
Los pensamientos clásicos de persecución pueden estar presentes sin que se les dé crédito
ni se les atribuya valor
Quizá suceda algo semejante en muchos casos de paranoia, y en el momento en que se
contrae esa enfermedad tal vez juzguemos las ideas delirantes exteriorizadas como
producciones nuevas, cuando en verdad pudieron existir desde mucho tiempo atrás

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