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Fragmentos Póstumos II - 1875 A 1882
Fragmentos Póstumos II - 1875 A 1882
P O S w
re
V o l u m e n
tétaos
I RII.DRICH NIETZSCHE
F R A G M E N T O S P O S T U M O S
V O L U M E N I I
(1875-1882)
Diseño de
Carlos Usarte Gonzálet ABREVIATURAS Y SIGNOS 9
INTRODUCCIÓN AL VOLUMEN I I , por Manuel Barrios 11
CRONOLOGÍA 31
1. N I 4. Invierno-Primavera de 1875 39
2. U I I 8a. Hasta comienzos de Marzo de 1875 41
3. MP X I I I 6b. (U I I 8, 239-200). Marzo de 1875 45
4. N I 3b. Primavera de 1875 63
5. U I I 8b. Primavera-Verano de 1875 65
6. U I I 8c. ¿Verano de 1875? 105
7. Mp X I I I 6a. 1875 121
8. U I 6b. Verano de 1875 127
9. U I I I 1. Verano de 1875 131
10. N I 6. Verano de 1875 163
11. U I I 9 . M p X I I I 4, 6-8. 47. Verano de 1875 167
12. U I I 10. M p X I I I 4, 13-46. Desde Verano hasta finales de Septiembre de
1875 205
13. D 10a (DmN). Verano-Otoño de 1875 223
14. M p X I I I 4, 9-12. De Otoño de 1875 a Primavera de 1876 225
15. U I I 11. ¿Primavera de 1876? 229
16. N I I 1. 1876 235
Resenados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido 17. U I I 5b. Verano de 1876 243
por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las 18. M i l . Septiembre de 1876 257
correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes 19. U I I 5c. Octubre-Diciembre de 1876 269
reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en 20. M p X I V 1 a (Brenner). Invierno de 1876-1877 291
todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transforma- 21. N I I 3. Final de 1876-Verano de 1877 297
ción, interpretación o ejecución artística, fijada en cualquier tipo de 22. N I I 2. Primavera-Verano de 1877 307
soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva
23. M p X I V Ib. Finales de 1876-Verano de 1877 327
autorización
24. M p X I V le. Otoño de 1877 369
25. M p X I V I d . (Gast). Otoño de 1877 373
O de la edición de la obra: DIEGO SÁNCHEZ MECA, 2 0 0 8 26. D 11. Invierno de 1877-1878 377
t' de la introducción, traducción y notas MANUEL BARRIOS y J A I M I A S H U N / A 200X 27. N I I 5. Primavera-Verano de 1878 379
O EDITORIAL TECNOS ( G R U P O ANAYA, S. A.), 2 0 0 8 28. N I I 6. Primavera-Verano de 1878 391
Juan Ignacio Luca de Tena, 15 - 2 8 0 2 7 Madrid 29. N I I 4. Verano de 1878 399
Maquetación: Grupo Anaya 4 0 5
30. N 11 7. Verano de 1878
ISBN: 978-84-309-W83-4 (obra completa) 4 3 1
31. N 1 5. Verano de 1878
ISBN: 978-84-3094812-3 (volumen I I , 4 3 3
[7]
COMENTOS
4I •
A v d, 4. *¡g :::::::::::::: SS
»• N , „ , . OMflO * ««• • 445
I 5 » ? g & S = = = S Í = :: ¡ 2
39 , 3 c . « ^ * J ? 2 ,
N 453 A B R E V I A T U R A S Y SIGNOS
* N I V 1 Í ¿ ^ » ^ : 46?
41. NIV1.^ ^ ¿ ^ 477 AC El Anticristo
42. N I V ^ K V A ^ O * ^ 477
BA Sobre el futuro de nuestros centros de formación
43. M i : . Julio-AÍOMÍ * 479 C V Cinco prólogos a cinco libros no escritos
44. NíV4.Agc^de'^ 481 DD Ditirambos de Dionisio
45. Ml3 A ^ t o ^ ^ - ¿ 483 DS David Strauss. Primera consideración intempestiva
46. D 13. S ^ ^ r ^ r u h ^ ^ . 4 8 5 DW La visión dionisiaca del mundo
47. NIV 5. Sepoembte-NovieiliM EH Ecce homo
FW La Gaya ciencia
GD Crepúsculo de tos ídolos
SEGUNDA PARTE GM La genealogía de la moral
491 GMD El drama musical griego
1. n V 1. Principio de I $80 507 GT El nacimiento de la tragedia
2. N V 2. Primavera de 1880 HL Sobre la utilidad y los inconvenientes de la historia para la vida Segunda conside
5 1 5
[91
A(¡ M»sn>s R I T M O S
(K
- i Munich Mauser. (ed de K Schlecht«)
1 ^ 5 1 ed deci Colli y M. ^
A., INTRODUCCIÓN
di*
AL VOLUMEN II
SKiNOS
Friedrich Nietzsche, 1875-1882:
Incluido por los editores Las metamorfosis de un espíritu libre
Palabra uídesrifraNe
Tres • mas palabras indesci (rabies , En este segundo volumen de la edición íntegra en castellano de los Fragmentos
.
Postumos de Nietzsche se incluyen los apuntes redactados por él entre comienzos de
Laguna de una palabra , >v (
1875 y verano de 1882. Se trata de un extenso material, que abarca el complejo y dila-
Laguna tado período comprendido entre los años finales de su docencia en la Universidad de
Ncgria en el texto original. Doble subrayado en manuscrito Basilea y los primeros años de su existencia como filósofo errante: años en los que
Leerás espaciadas en el original, subrayado en el manuscrito. Palabras en otros
Ksc-mas Nietzsche se desprende definitivamente de las ataduras de la profesión, asi como de
la tutela de los grandes referentes de juventud, Schopenhauer y Wagner; en los que
transforma de manera drástica el estatuto de sus relaciones con la filología, la filoso-
fía y el arte; en los que se reinventa a sí mismo bajo la figura del espíritu libre, incor-
porando a su proceso de emancipación intelectual sus numerosas lecturas de textos de
autores científicos, pensadores positivistas, neokantianos y moralistas franceses; y en
los que, por último, comienza a gestar algunos de los motivos centrales de una de sus
obras más singulares y emblemáticas, Asi habló Zaratustra. Nos encontramos, por
tanto, ante un cuerpo textual de enorme importancia a la hora de procurar desentrañar
el sentido más profundo de esa difusa y tantas veces malentendida —cuando no, sen-
cillamente, desatendida— «etapa intermedia» en la evolución del pensamiento nietzs¬
cheano: una etapa tildada a menudo de <q>ositivista>> o «alustrada», sin mayores preci-
siones acerca de lo que comporta en su caso el empleo de dichos términos. Y, sin
embargo, es precisamente en estos años cuando se produce la decisiva irrupción de un
nuevo estilo de filosofar en la obra nietzscheana, ligado de manera indisoluble a la
asunción de unos presupuestos teóricos sumamente originales, que sancionan la des-
pedida del ideario romántico de juventud. Es, pues, en este periodo de crisis y transi-
ción, antes del Zaratustra y de las grandes obras de madurez, donde comienzan a
emerger los perfiles más característicos y perdurables de ese Nietzsche que continúa
siendo un destacado inspirador del pensamiento contemporáneo.
[11]
12 su_ tiempo, Nici/schc habia
tiempo. N»ct/^he natii» INI KOIMJCCIÓN 13
. . . de la ciencia filologica ^ am ,, |o sterna acadé- OStK
1
^ ^ S T S r i ! SUS C O m C n t a d
° 3 R
° h d c e n s u c a r t a
*» * * de febrero de
^ T ^ c ^ ^ * - escuela de Irepresentantes
r c s M tan es o«titules
f £ £ Í no
£ 5podía
2 entender del gesto
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' U p r Í C S Í Ó n
* de PNietzsche
° f l o l ó c a r d e
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m*o * - ¡ ^ ^ n d a L - . o n de su mae ^ e g ^ ad.iH.ustnil.vos ruptunsta En«su
l t f
parecer ^ r ; ; > ¡ l K n u t K a de Nietzsche - , a plano, como algo irrelevante. Fue precisamente esta incapacidad para reconocer
hasta que punto la pasión por la música y, sobre todo, la pasión del conocimiento
: :;;„ ¿ , , ¡ u k , - - i * m m i único N l s i q u ¡ e l
modulaban y conferían sentido, originalidad y peso específico al acercamiento de
!; „ion publica, de una
opi ^ s n a a defender a su colega y buen Nietzsche al pasado helénico lo que provocó no sólo la incomprensión generalizada
nióloso de prestigio que se ^ ^ ,¿ deslices, errores e .nexacti- con que fue recibido El nacimiento de la tragedia, sino también la forma tan sesga-
u e n l é d e
«n.ga pudo evitar, mas alia de! proporcionadas en gran da en que se interpretó después la evolución de su pensamiento.
S í por Parte de » ^ » ^ ¿ ^ 2 ^ de El nacimiento de ¡a tragedia Cuando, a instancias del propio Nietzsche, Ritschl tuvo que manifestarle qué
medida por el propio Vetzs.be- " ^filosófico que poseía esta s.n-
J d
impresión le había causado el libro, no hizo sino evidenciar aún más la distancia que
consistiera básicamente en una ren-m - ^ ^ existencia . En su recensión del libro 1
separaba a su propio enfoque del de su pupilo: «debe usted de considerar que soy
guiar consideración del arte como ™~ ^ ^ ¡ i tido en este punto, sin entrar a
b í a ns s
demasiado viejo para asomarme a orientaciones vitales e intelectuales totalmente
previa al estallido de la polémica. Kc tratamiento de materiales filo- nuevas. Y, lo que es más importante, por naturaleza estoy totalmente dentro de la
L i o en una de esta obra provenía del corriente histórica y de la consideración histórica de los asuntos humanos, y tan
lógicos por parte de N.etz*he ^ a ^ n a n a y en la música wagne- decididamente, que nunca me pareció encontrar la salvación del mundo en uno u otro
hecho de haber reconoc.do en l a J u W t i a ^ pe ^ fó
sistema filosófico... al igual que tampoco me parece que una religión baste, haya
é bastado o haya de bastar jamás para las diferentes individualidades de los pueblos.
nana dos grandes fuerzas ***** ^ T T ^ l de ellas el sentido de la
Usted no puede exigir al "alejandrino" y al erudito que condene el conocimiento y
Nietzsche lamentaría «e,
vea sólo en el arte la fuerza liberadora, salvadora y transformadora del mundo... ¿Se
¿ £ t ^ T r « « t » con formulas schopenhauenanas unos presen .m.en- pueden valorar sus intuiciones como nuevos fundamentos para la educación* ¿no lle-
«el haber puesto esperanzas donde nada había que esperad, como garía la gran mayoría de nuestros jóvenes, si siguen tales caminos, sólo a un desdén
era el caso de la obra de arte venenaría, así como el haber confiado vanamente en inmaduro por la ciencia, sin conseguir a cambio una sensibilidad acrecentada para el
una posible renovación de las instituciones docentes gracias al empuje de una nueva 4
arte?» . Es indudable que estos recelos de su antiguo preceptor tuvieron que hacer
generación de filólogos, imbuida del espíntu trágico-dionisíaco de los griegos pre- mella en aquel joven príncipe de filólogos recién destronado, resultándole bastante
socráticos. Pero, a pesar de todas estas rectificaciones, decepciones y abandonos, en dolorosos de asimilar. Más que nada, sin embargo, debieron parecerle extraordina-
lo más esencial, su cometido intelectual nunca se apartaría del planteamiento esbo- riamente sintomáticos. Casi se diría que presagian los distintos jalones del trabajo de
zado aquí por Rohde: atisbar en los diversos movimientos culturales pujantes en la crítica de la cultura moderna que Nietzsche habrá de acometer en los años inmedia-
época los motivos de la crisis de fundamentos del ideario metafísico-moral del Occi- tamente subsiguientes: el ataque a la figura del culrifilisteo en la primera de las Con¬
dente cristiano, e indagar en ellos los posibles estímulos para una resolución afirma- sideraciones Intempestivas, el cuestionamiento del presunto objetivismo del sentido
tiva de dicha crisis, tomando a la cultura trágica y vitalista de la antigua Grecia como histórico en la segunda o la búsqueda de nuevas bases vivenciales para la educación
en la tercefárclbe pensar, por tanto, que las observaciones de Ritschl. además de
elemento de contraste. . r tí
agudizar el sentimiento de soledad de Nietzsche ante la difícil tarea emprendida, con-
A esta formidable tarea, de innumerables registros e imprevisibles desarrollos, tribuyeran también a matizar su primera impresión de que el rechazo hacia su libro
es a lo que verdaderamente se había sentido llamada la polifacética personalidad de se hubiera debido única y exclusivamente a la disputa entre las escuelas filológicas
Nietzsche cuando trató de aunar en su primer escrito las muchas almas que habita- rivales de Berlín y Leipzig, o a lo que en otro plano se conoce como el enrrentamien-
ban en ft «Ciencia, arte y filosofía crecen ahora tan juntos dentro de mí, que en todo to entre «filólogos de la palabra» y «filólogos de la cosa»'. Por más que las tesis his-
4 Porto HP f Ritschl a Nietzsche del 14 de febrero de 1872. Texto tornado de Curi Paul Janz,
2 ? 2 S £ Z * M i «m->Sm.Trad. de laeobo Muftoz e .s,dc
ro Regnerà. A l t o . . M ^ ' ^ ^ ' ^ „ „ «filologia de la palabra,.
d l s p u t a e n t t e
1
a s a s a * * ***
M
/, /a tniftniui se hubiesen nulriilo en b U o n a 1N I t'fíDUCCIÓN 15
. . W K C V O l o t ó n * f ""Tn'n'ul.c.on heterodoxa .le una filología roniá„, ic
B ,
lida u V P " , , U
'" " , K
V n no* S
filología elasinsta. Itt poiición do orientadores. La alternativa al superficial optimismo moderno era susceptible de ser
w^nda v i'xpiiK-t'l-i .le I.» K 1 1
, u . \, sobre todo, estábil guiadapo,
l i n n t M l J I s
interpretada como un mero escape csteticista, y el «Ensayo de autocrítica» antepues-
t , c
N , C I / M ) H - diiorw ' " ,T KlN l M
' " ^ !||e mee \ iailn-alul.nl. en la que el par clásico- to en 1KK6 a la tercera edición de El nacimiento de la tragedia constituye un claro
1 , 0 reconocimiento de que, en este punto, las reticencias de Ritschl ante la eficacia de
unacomcpción C I U ^ . I K . I '"f " ¡ ^ \clu ventos entre arto y conocimiento,
o n C 0
algunos de esos «nuevos fundamentos para la educación» pronto habían comenzado
l u c L l s
romántico, al igual l " ^ V a quedar desbordadas por un pensamiento q U c
a ser compartidas por el propio Nietzsche.
n l / , , n a > , , u a
entre impulso > - '"' ^ ,^ , | ionismo invertido». Lo que los filó,
)M J c lip a
No hay que olvidar, sin embargo, que ni siquiera en su primer libro la apuesta
N v
s,- dejaba icdiieir a la »"P * ^ q e aquel brillante advenedizo hab[
v r c r j U a
nictzschcana se limitaba a ser, en sentido estricto, una solución «estética» de corte
de la época so roisiiaii a i ^ . ^ ^ oroso edificio do la cultura apolf- pnm
romántico, por cuanto ya el arte funcionaba ahí, a determinado nivel, como lenitivo
hecho con su cienoia lo mismo' ^ ,, ^vidad y qufl él se había atrevido a ( ante la turbadora irrupción de la «sabiduría dionisiaca» de Kant y Schopenhauet . El6
oca. que ellos teman por quin > * tras el luminoso mundo olímpico de
coim recurso wagneriano al mito debía contar con este conocimiento trágico y era de
desmontar piedra a nodra. par ^ ^ pnmordial de sesgo dionisíaco. Del
o s c u l v hecho una intensificación de sus propios elementos críticos lo que debía llevar a la
los dioses homoncov latía j explicar cómo el sentimiento des-
J c c r t a 0 a razón a disolver su falsa autosuficiencia y reconocer su dependencia de los impulsos
mismo modo en que ' ^ ^ ^ , | s griegos con su profunda
J o a m v j v i r e n t r c 0
vitales. Sólo que todavía en esa época el valor superior del arte respecto a la ciencia
bordante de una wOi p ^ espantos de la existencia, había demostrado cómo la poseía una connotación metafísica y el papel rector del artista como nuevo educador
sensibilidad rara os o ibili/arxo con una concepción filosófica del
vmMt
derivaba de su supuesta capacidad para expresar directamente la esencia del mundo.
Por eso el filólogo pretendido por Nietzsche debía ser ante todo artista. Mas no por
munuo^ias
mundo. masZaun. 'íaV i a ^pus t o on o idónea cómo ora oso también, a fin de cuentas,
había ello dejaba de ser filósofo. Y conforme se fue abriendo la brecha con los distintos
, que hacían su. colecas de profesión, aun sin querer reconocerlo debido a un falso aspectos del ideario wagneriano, este papel fue haciéndose cada vez más predomi-
4
- - • * encía do estar limitando su trato con la Antigue- nante, hasta terminar decidiendo el auténtico sentido de su mptura con la filología
1
dad") estudio aséptico de un asunto académico, estaban, de hecho, transmitiendo profesional.
al ia-s \ proyectando sobre el helenismo todo un cúmulo de prejuicios, abonados en Así, en 1873, en el mismo año en que Nietzsche publicaba su último trabajo filo-
nnmera instancia por la recepción cnstiana de una cultura griega crepuscular, «ale- lógico de carácter erudito, su ensayo inédito Sobre verdad y mentira en sentido extra-
jandrina» >• sancionados lueao por un neohumanismo, que había venido a fijar en un moral le permitía explorar la génesis metafórica de los conceptos y la íntima cone-
patrón racionalista cada \ez más estrecho y amoldado a las buenas costumbres xión existente entre conocimiento e invención poética, subrayando de este modo el
pequerio-burguesas su imagen del hombre griego como prototipo de una humanidad componente de ficción útil para la vida situado a la base de todas nuestras verdades.
ideal. Contra ese blando clasicismo acuñado por la filología oficial, desprovisto de La música dejaba de ser, por tanto, expresión inmediata del genuino ser de lo real.
7
sentido trágico y de capacidad para revitalizar la propia época mediante una confron- Con este enfoque, que proporcionaba un «giro retórico» al problema de la verdad.
tación intempestiva con el pasado, había reaccionado Nietzsche, y no por cierto Nietzsche podía seguir defendiendo la conveniencia de ver la ciencia con la óptica
mediante el simple anhelo de una recuperación, tan imposible como reaccionaría, de del arte sin recaer por ello en las tentaciones irracionalistas de su metafísica de artis-
dicho pasado, sino activando ya una primera indagación genealógica, que lo era tam- ta. Ambos remitían a un mismo trabajo originario de figuración, desvelado por esta
bién del ongen de los prejuicios de la filología clasicista, para comprender qué otra crítica filosófica a los fundamentos del conocer. El camino para un desarrollo más
dirección podía darse a las anestesiadas fuerzas del presente. A quienes, como coherente de su temprano proyecto de que lo que era filología terminase convirtién-
8
Ritschl. se escudaban en su pretendido «sentido histórico», Nietzsche podía replicar- dose en filosofía quedaba así abierto. Si todavía en la época de redacción de El naci-
les que era justamente eso lo que les faltaba, por haberlo domesticado bajo una abso- miento de la tragedia el ascendiente de Wagner había retraído a Nietzsche a la hora
luti/acion del Jetztzeit. intemporal izando los valores de la sociedad burguesa de su de poner de manifiesto sus ya numerosas objeciones a la metafísica de Schopen-
tiempo. En U «enferrrvcdad histórica» denunciada por la segunda Intempestiva había
6
T ^ : z ? ^ z ^ ¿ ^ r - d o d e , a r e , a c i ó n c o n e i o n Ctr KSA 1 101 y 118: El nacimiento de la tragedia, ed. CiL. pp. 129-130 y p. 148.
7
t e r m , n o s e n a u c e l
Para las implicaciones de esta expresión, cf. Manuel Barnos Casares. «Retorica y ennea de
Niet/sché contraponía / j ^ ^ L S ^ ! ^ ^ joven la gramática teológica de la Historia en Nietzsche». en Sarrar el abismo. Ensayos sobre Sietzsche,
1 y
ooMaádo ífcfflcnd.entes a..n Z J ^ ^ T í ? ™ " trágico-dionisíaca, K u l t u r
Hölderlin v ¡a disolución del clasicismo. Pre-textos, Valencia, 2001. pp. \ 39-174; asi como d estu-
aun oe su formulación wagneriana, podían resultar des- dio de Enrique Lynch. Dioniso dormido sobre un tigre. A través de Sietzsche y su teonadel lengua-
je Destino, Barcelona. 1993 v la introducción de Luis E. de Santiago a su edición de los Escritos
sobre retórica (Trotta. Madrid. 2000) de Nietzsche. f . . ,
fi nnllp
^ * f c W ^ c ^ J ^ * P Ph
J *>hlí ie
<**•. 1920; Manuel • Con esta fórmula, tphilosophia facta est quae philologuxput» («se ha hecho filosofia lo que
fuera filología»), que invertía la máxima de Seneca y llamaba a una superación del ejercicio con-
Sietzschr y ¡a polémica sobre aSlJZt I , 8 ° «iuervóf. «Intro¬ S a n h a
vencional de la filologia por medio de una concepción fílosóticadelmundo concluíaN^he su
T *° U
<* d t l
fi^Sn^wJ?^**' Mátala lección inaugural Hörnern v lafilologiaclásica, impartida el 28 de mayo de 1869 con motivo de su
• »8".Analcctamalacita- m,daddeMal toma de posesión como catedrático de filología clasica de la Umvers.dad de Basilea.
'* , . ^ u - / mau. ropevto » los termino* cn q u c IN I RODUCCJÓN 17
1 !
., rJ •••• . >u>,i > ' " lo -ha a pcrtniti, m
Z * * la rvahdad^ sentuK o moderno > volver la vista ntS^ de un ámbito metafisico de | L £ T ^ ' " T
a •
J c | Nin 0 d l b o r a r l — B
' ^ r ^ ' l - - - , . , en ,uc c>u, supieron o r ^ la decadencia desde un abU uto "afuera" n . l * "Y "* ^ * o r i
ginaria e Incontaminada- ™ ^ n 2 5 m T ^ *^ "
',, ¿er/is irreductibles en conflicto, p r o m o v i ó l o un a arieong uní cdhHM T.A i ai ' <- d n t ! c o
motivo, «nada más necio que atribuir a los
o o f D u e b ^ r ^ ^ ^ , M á S b l C n
« d i e r o n toda cultura viva presente en
cultura saludable. ^ , reiterar el punto de vista q
a q l l i U e h a b S S h S S mitn H í g d C a d m i r a d ó n
« * arte de aprender fructíferamente»".
S i C U
Apareniernente. ^ J ( J e ¡ a tragedia, al destacar la capacidad de mantener También cl m, o de la pureza racial se tambalea en este punto. Y, con él, la rígida con-
,m
aostemdo ya en ¿7 nai ^¡^ e M t n D u e s X O s como una de las pr incipales condic¡ 0 traposición entre civilización latina y cultura alemana, que había llevado a Nietzsche
,n1 H1
en fructífera tensión f _ ' J d f i m u d o r a de la vida. En realidad, su idea de córrio a compartir con Wagner su menosprecio por el Renacimiento italiano en no pocas
nes de crean* .dad de una v ^ expresión a una cultn.
d e q u e
formulaciones de la época de El nacimiento de la tragedia. Se trata de otra délas
* «<« ^ a l j
" ~ ^ r -nos en esa misma medida, va divergiendo ¿ importantes aportaciones de Burckhardt (en concreto de su obra La cultura del Rena-
, adoptando ma. e>Nak
r J a ^ En efecto, tal como ya pusiera d e
cimiento en ¡taha), minuciosamente analizada por ese gran conocedor del pensa-
miento nietzscheano que es Giuliano Campioni". La estirpe de los poetas-filólogos
S í ^ ^ ^ ^ ^ ; — de M S O b r e l a Í d a y C l P C n S a
del Renacimiento, a la que Nietzsche atribuye en principio cierto desconocimiento
^ K , m'nuenc a de Jacob Burckhardt se muestra decis.va en este punto: el
3 a
18
de la Antigüedad , se contrasta ahora favorablemente con la especie actual de los
N.etzsche. * ^ . t o en las lecciones de / W , 2 n e e a d e s c n G rfjf
«simples filólogos-eruditos» y se valora como precursora en el redescubrimiento del
S E R ^ ^ - ^
19
c o n i d e a :
sentido pagano de la existencia cultivado por Goethe o Leopardi . A veces, en la
r n ~r f r R misma secuencia histórica aparecen consignados también los nombres de Schopen¬
t L m S J m ^ m ^ entre otros por su colega de Basilea, Ludwig Rutime- hauer y Wagner; mas no cabe duda de que la apelación a la autoridad de sus figuras
v e T r L i i t e a Nietzsche afrontar desde una perspectiva distinta el problema de l a
se va cargando de un componente retórico; lo que se estima en ellos es sobre todo su
decadencia de la cultura moderna-. Como un.dad viviente que es, un organismo función negativa, en tanto críticos de una cultura cuyos fundamentos se revelan
inconsistentes. Pero Nietzsche guarda ya evidentes distancias trente a sus puntos de
social resulta capaz de extraer un vieor renovado de la incorporación de elementos
vista. Es algo similar a lo que ocurre con las numerosas referencias laudatorias a
que en pnnctpio. parecen poner en peligro su existencia y que, de hecho, le llevan Goethe que se registran en los fragmentos postumos de este periodo, las cuales con-
en ocasiones a enfermar. Aquí la unidad ya no posee el rígido sentido unilateral que viven con una neta oposición a las formas idealizadas y excesivamente unitarias bajo
le asigna Wagner. en una formación cerrada, puesta además al servicio de su nacio- las que el clasicismo weimariano había concebido el carácter paradigmático de la
nalismo ^ g e r m á n i c o . Contra e! abandono a esas potencias estabilizadores, «contra cultura griega. El filósofo insiste, por el contrario, en que la gran lección de los grie-
la supravaloración del Estado, de lo nacional, J<acob> B<urckhardt>» (KSA, 7, gos consiste en mostrar cómo «los mayores productos del espíritu poseen un trasfon¬
do terrible y malvado» (KSA, 8, 19). La crueldad, la envidia, el impulso uránico, la
780), profusamente empleado por Nietzsche en sus anotaciones para Nosotros, filó-
rivalidad constante, el placer de fabular, la falta de moderación o el apasionamiento
logos, se convierte en un poderoso aliado. Este sentido positivo de la contaminación son rasgos característicos del pueblo griego, que desmienten la unilateralidad de la
cultural se aplica tanto a la concepción del propio ejercicio educativo, en cuanto ino- imagen acuñada por un racionalismo optimista y superficial. Su verdadero «carácter
culación de elementos extraños, innovadores, dinámicos, como a la manera de enten- instructivo» (ibid., 18) deriva más bien del hecho de que «el elemento humano uni-
der cómo los gnegos conquistaron un sentido más bello y noble de la existencia. Un versal» se manifiesta en ellos «con un desenmascaramiento e irmumamdad tales»
Nietzsche cada vez más acostumbrado a la enfermedad como su estado habitual, (Ídem) que invita a desmontar todo el edulcorado constructo del humanismo meta-
aquejado de frecuentes vómitos y dolores de cabeza, que acabarán por decidir, en fisico. Lo que Nietzsche aduce, pues, en todos esos casos s e £ ~ ¡ ^ » £ " *
ipos de la actitud más radteal que espera de los filólogos del mtunxEn su tmo con
mayo de 1879, su retiro anticipado de la universidad, pero que también lo pondrán, la Antigüedad, éstos deberían adoptar una perspectiva «mas escepuca». Claro que
paradójicamente, en el camino de su creación más libre y personal, va mostrándose
cada vez mas proclive a interpretar la situación de crisis de su tiempo — a l igual que
C m 0 < C S t a d 0
1 ! t ? ^ ° ™' '"•«nwdio». del que cabe esperar tanto
d e s c u b n m i e m o d e m e j r e s y m á s
s a t : ~ z r ,T '
utocnio en el n r m t l 7 A l ' a í | u e ,
^J " 3
simbólico de la peste 0m o , , v o
n,ICn,
llegar a tdcntiftcar el punto donde su camino se separa del de Wagner. Por eso las
* óchat> v * » * > al íctH>mcno del wag-
4 p w t n , c m c n l c
" " ^ « M ftn kJdto cntusia*
1
Campiom.op. eil.,p. 1*1.
:
Cfr Andler. op. ciL, \t 2 1 0 .
lo I,
"IH) , J ,
1
ti i ISIkfjDIXClÒN
'Mi j
v a l i d e s de la v.da activa El u ^ ^ Z ^ ^ ^ ^ ^ ™ ^
artista como educador directo» Í K ^ ^ L ^ Pchgroso» consiste en tomar «al
M i n. hKiiiriHis heredero». Su actitud''' T ? M ™^ ' " ,' " I " * " " T O r del velo de Maya y o r a d o r
H
d.recK. del m.MerK.so Uno pnmordial- « aHrma ahora que sus o p m i o L no deber,
rt/acheen 1 * 7 4 . relirit*nd»sc a la negat, va tomarse en seno, puesto que el arte «existe para un momento de Zguo en la batalla,
23
"' '„,'„,,- )• " . n i " " " " I „Kcn f l l i t i f i n K . /-'/ W//7/rrf
¡ ™ uut ^ * ^ * ^bar ta
( J I K J | ) #
lurrLMs que se planta en el camino hacia una fusión entre los hombres- rehaones l l u m O T C S r e i , o n e s
1 1 m v
cepto de cosa en sí lo que impide a Nietzsche —a pesar de sus grandes débitos a la
«. ••»• /;„
^"i/a. , •-••«• i"" "- filosofía positivista del momento, con su reducción quimico-fisiológica de las repre-
"i ^ ¡ r . . c f i l c M H ' V c n * n i t o n l i i c o n ION «iiipiiCNtiw tan poco
y
/ti \ tnmlena .1.1 mundo I l |vi»nnm<< M liopenhaiieiuino tiene tan poco sentido como hu insistido Cíianni Vattimo, cuanto por razones de critica de la cultura *. Por
iOiiiiiHiiilinid.i.liMipiimiwihMle DIIHNIU.' I .i ..negación lógica del m u n d o » a la que lo mismo, la confianza en el progreso de la que habla Nietzsche en esta época es la
de una Ilustración crítica con sus propias presuposiciones idealizantes, que se des-
af H fierv ti dliin%Mii» «',•, Minn rimcuo consiste mas bien en una asunción de la
nutren de toda fe en el curso necesario hacia un determinado fin de la Historia. Lo
imjhuihilhUI .1. .." i l.i i v n . i.i .le l.ts vosas, consccueuctn ilel ejercicio de que se da para Nietzsche es la pura y simple «posibilidad del progreso» (KSA. 2.45),
tumuUUl ¡\uum\tu A iU l{',iOhu de la M ul.nl. \ icsiilta peí lectiiinente compatible con considerado al margen de toda instancia teleoiógica o providencialista. como mera
mu ..iifiiiiMi mu pi.it in ,i del rniinJi»» iKs \. .\ M U I s|o es. pues, lo que queda de propuesta de Tines ecuménicos, es decir, radicalmente secularizado.
s. Iii'/vnlmuei en U Í I M . * O del .1. M - M I I U M .ii.unienlo del Niel/sclie ilustrado, que Así pues en lugar de pesquisas metafísicas, el nuevo trabajo de cntica de la cul-
eiliende en e*tin I C O I H el nudo de su libn.u ion |>er\oiial al plano de las convic- tura parte de una UrdtgaOiÓD histórico-psicológica que se remonta a estratos anteno-
»lone» iWhjinsav muíales \ melufUu ^ de 1.1 humanidad I >el mismo modo UUC el • tes de la evolución espiritual de ta humanidad y comprende de este modo el proceso
,l(
' ,|t!
i --11' iInUI d. 11 - O I I I | H I S , uaguciunía, de su mixtifi- •
, , M , , ,
' N
< ' M " C M I l.i , H n|ia vemad del mundo \ led.mtt nos de la aparien- I
« Como escribe en unfragmentode primavera-verano de ^ ^ ^ ¡ ¡ ^ g S T
• C ' , V . W . M , . „ . | ,| K naulr
V j líietio San»lie/ Meca. Aldobaun.
p«j IIMIHU, |í.^vS 4 l h , u . . M ( t > (J _ , || (a rcUci^'
| j u | | ; i t ( ( | | M | l l M t l V
u
Roma Han. l 85). p. 53* ^ L
M S u M , t r
,\ .V ! \ r " ""IMiih. en i, l inocmiiUd de
• * MI »i ni, a A lo* picniu un i(r lo\ (iloliHlod
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iNTRíífJIX^.Vjn
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i\>: UH\Op a l n o t í s m o bnr-dUy cncrni u:
..IMflf'M """ ' , h l . . 'I» |M-'l«rt( » ' ' " r,
l' »píí) íirlinta^ del h e d n i m a artí»t»c« ck l í Z ^ ' V también somos
ni
ZLu,Ì„ f ttnif '*'« * ' ' , |, , nu Min |M' il
(| v '•' ' I " " Iim iralar de p c r * u a í l i r n í « de que a e b e n v » til Zif 0 1
* * * * 1
^1 1
supone el a r t í r ó c a
1 C 5 t o c o n o c n c i a
m o i a ó n emparentados con la r e c t i t u d i t ^ " ^ ' « » «nti"
ti liuti «'M " M
'* I « M y r M i i " " " J " ' " ' N ' * «"«lanciai 1 c
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aunque leamos sus ú l t i m i 7 y ^ S ^ ^ t^ ^ ^^ ^
IH * MniMMl""* ' '
MI , T V
**?J** i . , «n r l n " > » , M , i 1 H K 1 r n
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lccí. n u c h
-A é...A.„. ii r*^iLmdiiuA herederos novjtrf>v mm^Uct« ^
i^iMfvn -i I " •'«' '' ' . .| . „ , , , mu. u i "
( l e l e n i o r e t o r n o , Su | ¡ | 0 > odo, los herederos y const
tu d i p i i i " ' I * ' *'"'" S # f f l U H ' l « . n i e*'"' I » " " " ' ' ' " ("niiivig. 1
irnadores de una voluntad
«..fin dufdril»' |Mnt" * "* | m o f l . i ni» ni» «'ri m i n i m e l o de I n * flunio- h
>accr
M
' . ' " ñ . d , „ ! . , q u r la l i i i i i n i «fri r a p i n i t i Ubre a d o p t a r a In r z " - i
„ ^ i.» i n t u ì . " ' % ,„,„. | , ,
( h'-n Imbuii» <lr d e m o l ì .
I M í n u l a — la aulosuperacton de la morale
MjJ** 1
* * ',,:,,„, „ i.iqne. imi» »ill.Mlr< •'. |>HH r-;o di* l i b e r a c i ó n l i n el procese, de e l a b o r a c i ó n de esta obra, nuevas lecturas eientif.eas — K . Sem¬
per, A V. l-.sp.mi.s- f i l o s ó f i c a s - P a s c a l , S a i n t e - B e u v e - y literarias - S t e n d h a l -
' '"" ''' i* ' 1 ' krMM y *!• «i' wliMliilde « i » p r ( Ini e « é p l i c i i . r i I r i i i p c n i i n c n -
sc a ñ a d e n al tratamiento nietzscheano de los prejuicios de la moral, donde destacan
""! '''.'<'«. ut oomeiuará i p M , , , f
" " 'H»" "* 1
pcnmnníonio,
,.is criticas al altruismo, ya sea cn su versión religiosa o utilitarista (J. S. M i l i ,
!" ' ' ,|> | , , ri !.. infiniti»»" I l mievn e i l i l o i | i i r I r nei i m p a n a r l i cn
P M M - g l
I I . Spencer). L a controversia con el cristianismo, que en Humano, demasiado huma-
- È ¿ . t u ifiMKitiit M / n l o r n nurle p o i In* d o l e n c i a * o c i i l i i r c i v por no mraba en t o r n o a los estragos de la Reforma luterana debido a su espíritu contra¬
l. HHMIII. M inui r l u l x ' u u imiv i r p o s n i f i i i l e * u * n o t a * de t io al Renacimiento, se centra ahora en la figura de San Pablo, de la mano del estudio
• , , i „ , „ i , I M . I . ' - i U vtve/n • i n i r i i s n l i i d u n vionn de H I I p r o e c H o c r e a t i »
( n de I l e i marni I - ü d c r m a n n , La antropologia del apóstol Pablo y su posición dentro de
t u un» lutei uur «»« ol»r*« «r «IH r o t a i en e«l<»* unos i l un t i l m o M H p i r m i n i l e . Así CH: su doctrina sagrada2'', anticipando importantes ideas de El Anticristo, en particular, la
,•.,„„, „.,,,. ..„,,M. .(u. n u i p r i i i i m i i c n u l e * no e m p i e n d o * e n Humano, d i s t i n c i ó n entre J e s ú s y aquel verdadero «inventor del c r i s t i a n i s m o » . U n libro de
rn,,iMamut*, ij.ii. ,. n IS 'o \ / / via/cu* i IH stimimi. \\:Ì\M UH\O e n iipenns m e m o r i a s de la corte de N a p o l e ó n Bonaparte, escrito por Madame de R é m u s a t , es
t m m i i e « . ilitmoi* r i « r r i m » %W IN7U. m g m r n d u n i Li incorni U n n i t e n u i l i e a , si bien a m p l i a m e n t e anotado por Nietzsche cn varios cuadernos, i n t e r e s á n d o s e sobre todo por
rthtifiiliiihto indi « l i o - ri-f»» ion i l r la r s u t r n r m n i l t l i i i i a d e l l i l ó s o l o y e n In v a l o r u - la detallada d e s c r i p c i ó n de esa « s e n s a c i ó n de podeD> que emanaba del emperador.
i. ima titilliti i . l i . MUI . j i i r no Www i l r s l o t i d i i i la \ lejn t ' o n l i m i / a moral cn N i h i l i s m o , t r a n s v a l o n t c i ó n , voluntad de poder son t é r m i n o s que a ú n no ha a c u ñ a d o
l.l di OH pol'lti l i t i I S MI p r o p i a m e n t e el vocabulario nietzscheano de esta é p o c a . Pero con el trabajo en estos
A enti « I V « i o N o v a » del t o m n u n i e n l o Minio p i o v i s i o m i l de Aumra en IOH materiales, c o n el a n á l i s i s del problema de la procedencia de los valores morales,
ipMiiii. pn puniorttw de I N N I » (oiiMjiid l a i n l ' i r n N t e l / s e l i e M I s i g t i i e n l e l i b r o , en lunmt, obra situada cn el centro de esta etapa intermedia en el proceso de madura-
c i ó n tic la f i l o s o f í a nietzscheana, prepara el suelo a partir del cual han de brotar en
•I ijnr il. -..iiM-ll i riiti.I.IMI* ni.lini,m. l i ,lra de la t m u l o s u p e i u c i ó n d e la i n o r a i » , una t
p o c o t i e m p o . Tras su p u b l i c a c i ó n . Nietzsche regresa a la Engadina en el verano de
' ' J ' " ' M'I'' a i*n pi pnVloyo ailadnlo rn INH7 n la « e m i n d n o d i c i ó n :
I S S I I l u r a n l e su estancia en S i l s - M a r i a . extracta citas e ideas de Spinoza, que t o m a
«No i rtlh innimiM dihln d r n i i o ile n o i o t r m hahla l a i n h i ó i i u n " ( l i d e b e s " ; l a m - del v o l u m e n de h i s t o r i a de la filosofía moderna de Runo Fischer, y en ese m i s m o cua-
!
,
' ' ,
" ' M , , , ,
" " N
" - 1
- J - • ' i m i m a tic i t o s o l t o s N c s l n es la d e r n o anota en agosto, « a seis m i l pies sobre el nivel del m a r y m u c h o mas por enci-
HIIMTM m
. «jiu iiiiu M |<n. .1. «oblili o K d n tendo, la i i l i n n a m o i a l e n In q u e m c l u - m a de las cosas h u m a n a s » ( K S A , 9 . 4 9 4 ) , el hallazgo de su pensamiento mas abismal,
M v m.H , n». p w « n o n « I n o %ouio\ ami fwmhys de < nm temia, c s j u s l o el d e l e t e r n o r e t o m o de l o m i s m o . De creer a Nietzsche, se trata de una r e v e l a c i ó n
h v , r t 1 , 1 , | M 1 l , , s u b i t a , de u n acto de i n s p i r a c i ó n . Pero que llega cn cualquier caso c u ^ d o s u d e m m -
l " " T *" ' " * ' d a a i n o s vrtu nlo v eiulneo, a l o quo no
> M » u taoi n.un.se | i „ « |,, \ if f»nt la \ r i d a | . hi | i i s h c i r t . c i a m o r a l cia tic la « p e r d i d a d e l centro de g r a v e d a d » de la existencia por parte de la m o r a l deca¬
v (
ilMdoi ni » -n " , , H W
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** ' ,u n , , s
"i"-» tic IKCIVIH a cso y M I 1« ide i de que el p r o p ^ despliegue de la m o d e r n i d a d ilustrada requiere
c o n c i etici U a
• \ K n L L oor la c e n c a para abrirse hacia u n expenmen-
'••MI , r n r t n i g o s de n u l o i t u n a n t i c i s m o V
, ,
'" | ""'«•I,
•' '"' (( i., h «/<"»". entupido, c t c . h
t
"" ' , M ,
«• '«'ligion rrpcntm^ a la ausencia de comas en el original. Se mantienen en cambio los dos puntos, los
|t 1 M
H guiones largos, los puntos y comas, así como los signo* de admiración e interroga-
'' , t,-ruli"i" I.I •' .ili .tn/«r dcicr.
n
ción y el empleo de texto en mayúscula. Es habitual en Nietzsche el uso de los guio-
' " ' , . i .ion de liip*><esis del ctcr. nes largos para marcar con énfasis una pausa, llamando la atención del lector. Lo»
1,1
" .,,1,1,- el sei de I" real, per» no r dos puntos suelen expresar el comienzo de un periodo o de una subordinación. Tam-
s , , t i r c c l tle cr H
7 'V-iH n»n " - c r , He bién son frecuentes las comillas, que suelen indicar su reserva critica frente al uso
' *° *(mii •' nMii.DI * romo una concep. convencional de un término. Las palabras que aparecen en negrita en la edición cri-
, ¡. n ntu de muí poaibj. tica alemana aparecen en nuestra edición en versales, y las palabras con un espacia-
, 1
"I de l ' i r e i p i i ; , , | a
do mayor entre letras, en cursiva.
1
' " ,1,1c I * * eonuen/n a trnnscríbir l 0 s
Conviene no olvidar cl carácter fragmentario y preliminar del material que aquí
"''"¡ las i«»ta¡* irteridiis al eterno retorno. se traduce. Al tratarse de apuntes, borradores y notas de trabajo, el estilo no posee el
" i'.*, ,ueee luga/. | K T O poderosamente acabado y la pulcritud de los textos publicados por Nietzsche. En ocasiones, las ideas
ip
, , .„ ,! q el amim lo de lil mUCT- y los argumentos no se desarrollan por completo, algunas frases quedan entrecorta-
lh
1 1 l l , m l M , U I 1 U U K íri
das y a veces la falta de contexto hace difícil saber a qué puede estar refiriéndose su
laude «I"»' " ' * ° * ' »nsi- autor. Con ayuda del extenso aparato critico de la edición CoUi-Montinan y los resul-
Y Je una intensa almnaeion de la vida. tados de la investigación especializada, hemos procurado aclarar estos pasajes oscu-
Va eauee exptesivo a esta ( i i h i l o s a acep- ros mediante las notas de nuestra edición, que también señalan los distintos niveles
k-l inái de t ¡cm»\a. la soledad a/ul de Asi de elaboración de un texto, documentan las obras de referencia empleadas por
c\ hon/onic. Niet/.sche. explican aspectos de la traducción y. ocasionalmente, añaden algún
comentario de tipo exegético.
En líneas generales, nuestra traducción de conceptos clave se ha ceñido al glosa-
KU..,.I.'M.II VOll'MKNIl no de términos acordado por el equipo de traductores de esta edición integra en
tellano de los fragmentos póstumos de Nietzsche. Se ha procurado ofrecer una
do la edición critica a cargo de traducción para un mismo término. Sólo en el caso de términos controvertidos, ce fre-
M n
cuente aparición en estosfragmentosy que no poseen una versión univoca en
H, rif Kritische iivsam-
llano, nos hemos permitido ciertaflexibilidadcuando el contexto lo requena. Asi en
luu s i W.dtei de viruyier. y. más el ca<o de términos va referidos en el primer volumen como «Bddtmg* o «Tncfa»,»
I U M M S L 2 y 3. y V volúmenes t
bien hemos traducido preferentemente Bildung por «fc*rnaaoro» o «íotrnaooo cutr
ñas reviente edición de bolsillo, ral» Y solo a veces por «cultura», y Trieb por «impulso», mejor qac pee
j a r V f k S A L publicada por las junto a la valiosa aportación que ha supuesto este « ^ ^ ^ ^ J ^
VMfta«* \<fte. dV Munich. \ W.ilter de Ciruytcr en , traducción por acuñar un glosario de lerminologia
a
»%a*>n*Jr> |Vur»*c i^gg ^ j y |, 2 y J ( • K S A S) se incluyen los
m n K u t t do contar ademas con los logros de destacados ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
a n «M eaV K W nr» se cncuen- l
Nieusche al castellano Mención especial merecen las ^ ^ ™ ^ ^ ) a t
A\ eOITVN>
> cuadernos Andrés Sánchez Pascual, cuyos resultados hemos temdo bien prcseoies a lo largo oe
hojas toda esta edición. Quien esto suscribe tuvo;
ese \ ersatil traductor que es Altredo Bregóos S uno eo U edaca*
llano de Humano, demasiado humano tAkaL De la
;vu» Jr m "A* l P«
(Madrid,
CTOJK atahorade
•aaa*>rav O» e minKio mu*.» »- ¿ \ * T * i . hemos evtrani E
nroou versión de k * _ l M a 0 n d L Bdaaowa
• I » cmmo» «Jr l i e*¿v toe Umtirun. c o n * * * " cuenta Us * * * * * * *
FRAGMENTOS PÓSTVMOS
JO . . kvimi«-'»tos en una labor que
r u
to
d,,,cul.adcs ^ * £ ^ « « l m ¡ n » r i . ^ N á ^ h c . .875/.876: es.u-
diver*» apoyos rcc.b.do para £ « , u k N» d f A K U_ i J a d d e S e v j
S 1 1 0 8 C U a l £ S t 3 r e a Verano-Otoño de 1875
^ ^ « « ^ 2 ^ ^ ^ y ^ " ^
habría sido bastante menos llevadera.
Nietzsche pasa sus vacaciones de verano en Steinabad, en la Selva Negra, donde
MANUEL BARRIOS C A S A R E S recibe la visita de Louis Kelterborn. Sus amigos Overbeck, Rohde y Gersdorff están
Universidad de Sevilla en Bayreuth para asistir a la repetición de El anillo del Nibelungo. De vuelta a Basi-
lea a mediados de agosto, pasa unos días con su hermana y con Rohde. Trabaja en la
Cuarta Consideración Intempestiva sobre Wagner que, una vez terminada, no publi-
ca, como tampoco la redactada sobre la filología. Su hermana le lee a Walter Scott.
Sus cursos en el semestre de invierno son: Historia de la literatura griega 111 y
Antigüedades de la cultura religiosa de los griegos. Seminario: Diógenes Laercio y
Democrito. Lee las Observaciones psicológicas de Paul Rée.
Invierno-Primavera de 1876
[311
PÓSTAOS .
C O r r i g e l a S
bas de Humanaba!! ZTnt ^ * ^ * ^ P™"
Primavera-Verano de 1878
Pauí Rée concluve su obra El origen de los sentimientos morales, y también En el otoño su salud empeora, de modo que sus achaques y recaídas son frecuen-
Brenner v M a W * se ocupan en proyectos literanos propios. Hablan de fundar una tes y graves. Las continuas interrupciones de sus obligaciones académicas le llevan
«Escuela de educadores» a la manera de un nuevo convento o Universidad libre. a abandonar definitivamente la docencia. Pide la excedencia, que le será concedida
Nietzsche visita al doctor Schron en Nápoles. que le tranquiliza ante su temor de por el Consejo de Gobierno de la Universidad el 3 de mayo de 1879 con la pensión
tener un tumor en el cerebro. Visita el museo arqueológico. correspondiente. Nietzsche trabaja ahora en la redacción de El caminante y su som-
bra. A comienzos de marzo se publica la segunda parte de Humano, demasiado
humano. Burckhardt le felicita efusivamente por esta nueva publicación.
Primavera-Verano de 1877
Primavera-Verano de 1879
^iie\zsene sigue pensando en casarse. Ahora querría hacerlo con una mujer rica
para así poder dejar la Universidad. Le pide consejo y ayuda a Malwida. A principios Elisabeth acompaña a Nietzsche en Basilea y, junto a Overbeck, ordenan los
de abril Rée y Brenner dejan Sorrento. Nietzsche visita con frecuencia a Reinhardt asuntos administrativos y económicos de su excedencia y su pensión. A finales de
von Seydhtz y a su esposa, que pasan también una temporada en Sorrento. mayo los dos hermanos pasan unos días en Bremgarten, para proseguir luego su
El 8 de mayo parte con dirección a Pfáffers para una cura en Rosenlauibad, estancia en St. Moritz. Lee El verano de San Martin, de Stifter.
donde llega a pnnopios de junio. Durante el verano trabaja intensamente en Huma- El 10 de septiembre envía a Gast el manuscrito de El caminante y su sombra para
no, demasiado humano. Rohde. que acaba de contraer matrimonio, desaconseja a que lo pase a limpio. Viaje a Naumburg a finales de septiembre para visitar a su
Htetische abandonar la Universidad. Su hermana Elisabeth le a c o m p a ñ a dos sema- madre.
L u c e n i a N i e t z s c h
TreT¿VT i : e conoce a G. Croom Robcrtson, director de
L
t 11c I V I II" K I
sl.ula a Holz** El 25 de enero, Nietzsche envía a Peter Gast la continuación de Aurora. En febre-
Je marzo. Hei ro recibe la visita de Paul Rée, que le regala una máquina de escribir. Van juntos al
teatro a ver La dama de la* camelias, y realizan excursiones a Santa Margherita y
Mói
En marzo, Paul Rée va a Roma, donde, por mediación de Mahvída von Meysen-
bug, conoce a Lou Salomé, joven rusa, gran admiradora de Wagner. Rée da noticia a
(c I Nietzsche de este encuentro, y también Malwida. A finales de marzo, Níetzsche se
i Iü \omhra dv Venecia, embarca rumbo a Mesina.
/VI" * T ' a Overbeck lamb.cn lec | a
Primavera de 1882
,T -
ft» mediata»! de l e w t ¡ « I . ; ^ ^ ^ y Ortentiermg m M ( ) B R A Mr
é <
a Túnez
" '"" n , J , ( n c a N,et/«.hc como «el Montaigne, i'ascal y Dide-
VrrwuhOtttnti de IHHI
I. N I 4. I N V I E R N O - P R I M A V E R A DE 1875*
1
i m
Romundt, el 9 de enero: su escrito debe estar listo entre el 9-10 de marzo; lo
más tarde, el 10 de abril.
1 |2P
Pasaje sobre Fausto
Hölderlin , -¬
Conclusión de Empédocles.
l [3F
1875 4 5 Filolog. Wagner
1876 6 Prensa.
1877 7 8 Religión. Escuela,
* Libreta de 110 páginas, con pocas de ellas utilizadas. Contiene anotaciones ocasionales, un
esbozo de carta a R. Wagner, material filológico y apuntes para las Intempestivas.
1
Heinrich Romundt, amigo de Nietzsche de su época de estudiante en la Universidad de Leip-
zig, fue contratado como profesor ayudante de filosofía en Basilea durante el semestre de verano de
1873. Nietzsche compartió domicilio con él y con Franz Overbeck desde el verano de 1874 hasta ei
10 de abril de 1875, en que Romundt, tras una crisis religiosa que le llevó a plantearse su conver-
sión al catolicismo, abandonó Basilea.
2
Influido por la pieza dramática La muerte de Empédocles* obra de Friedrich Holderlin, su
«poeta favorito» de juventud, Nietzsche había esbozado entrefinalesde 1870 y principios de 1871
una tragedia, con Empédocles como protagonista —cf. 5 [116], 8 [30-37] v 9 [4] Fragmentos Pos-
tumos (1869-1874), Tecnos, Madrid 2007 (= FP), vol. I, pp. 138,206*208 y 229-230—. En algunos
rasgos de esta figura cabe atisbar un precedente del personaje de Zaratustra- Véase, al respecto,
Vivetta Vivarelli, «Empédocles und Zaratustra: Verschwendcter Reichtum und Wollust am Ünter-
gang», en Nietzsche-Studien (= NS), 18, Walter de Gruytcr, Berlín (1989), pp. 509-536; y Manuel
Barrios, Hólderlin y Nietzsche, dos paradigmas intempestixw de la modernidad en contacto* Refle-
xión, Sevilla, 1992.
3
Plan para diez nuevas Consideraciones intempcstiws, una vez publicadas las tres primeras. El
2 de enero de 1875, Nietzsche escribe a Hans von Bülow (Kritische Studtenausgabe Briefe - ICSB,
5 3) que licnc previsto dedicar los cinco años siguientes a dicha labor. No obstante, en el fragmen-
t
to que viene a continuación se propone condensar ese trabajo, a razón de dos escritos por año, hasta
completar la serie en 1878, dejando abierto el interrogante acerca de su futuro más allá de esa fecha
(véase infra, 1 [5]). Así, los planes se suceden a lo largo de este periodo, llegando a proyectar hasta
trece Intempestivas, de las cuales sólo publicara Richard H'agner en BayTeuth, quedando en estado
fragmentario la que habría llevado por título Nosotros, filólogos, y en la que trabaja intensamente
hasta finales de verano de 1875.
39]
A M E N T O S ATOMOS
gociaMsmo . •
IO Minian. N a t u r a l a
1878 ' , , dt
,),> •l i liberación
11-12 Kl camino , i n
i -
1879
13
ISSO
1 |4|
l u d i o . El filisteo de b cul«u*
Pre
1. Histona.
2. Filosofía.
3. Antigüedad. MARZO
4. Arte. 1876 Pascua. Abril. Mayo. Junio.
5. Religión. Julio. Agosto. Septiembre.
6. Escuela. Octubre. Noviembre. Diciembre Anotaciones para «NOSOTROS, FILÓLOGOS»
7. Prensa. 1877 Enero. Febrero. Marzo. 2[I]'
8. Estado. Abril. Mayo. Junio.
9. Sociedad. Julio. Agosto. Septiembre. al soplarla" t su^na T f " n ^ * ^ " ^ ^ si,
10. Hombre como yo B ó Z n g k I 335) apreciación (SENTENCIAS IND., ed.
Octubre. Noviembre. Diciembre.
I I . Naturaleza. Un instrumento de viento repelente a simple vista: debe probarse primero.
1878 Enero. Febrero. Marzo.
12. El camino de la liberación.
7 años de Universidad
Pascua de \S69 — Pascua de 1876. 2 [2]
800 páginas en 24 meses,
Pascua de 1876 — Pascua de 1878. Thema ta.
e.d.. una página todos los días, cada tres meses, 1
24; 800 33,
Intempestiva.
72 Teoría de lo ridículo. Con compilaciones.
Así pues, a los 33 años de edad habré acabado las Intempestivas. Teoría de lo dramático. Con compilaciones.
L41]
2
"^ » ^ ^ „ . ^
Sitsotrvs hloHw 2|7|
Plan apmumatk> a
í koesis del t
2 [8|
lit 11 Mfli)
Klinger dice «La cultura — n.., -
U t U r a c f
temor*. ' * ™ o de sentimientos más Ubres y carentes de
1
5 U futura educación del ß k W ' u tfmancip jcion de Wolf
6 ü n e í ^ y ámanos - y cm»
í o r
•^ J L - ¿nevos
W M
b Üénesis de tos » V -
C, Su efecto en tos rx !v*Z,ezos r
d. Su posiciónfrentea ios gney
e. Porvenir.
2
' V á contra los enem os de Ig J
C 30 -Qiud te. asme, imeras doceam* Non opus est %
2
Q r t pendiente una gran duda, la de si se puede ded.
nacionalidad v el parentesco con otras naciones; una lengua
que el indicio habitual iw tan siquiera regular) del dominio ím
habido alguna vez pueblos autóctonos! Es un concepto harto (
gos que aun no vivían en Grecia. Lo propi amen te-griego es rr
tado de una predisposición que el de instituciones adaptadas, i
incorporada.
( eves catecismos, p. ej
sobre lheraansíflflL
principales atributos de los gnego*.
Griegos y romanos.
Lo que se puede aprender de los griegos.
' c í a
_ 'ón humaniza del individuo, emancipada stände der Mit und der Litteratur [Consideraciones y pensamientos sobre diversas cuesnones del
1 1 0 C í
mundo v de la titeraturu], n." 581. en Werke, vol. XII, 1809.
• í ^ ^ ^ ^ ^ ^ ' ' t ^ e a de palabrai, sino de tótig^^
e o m n P u o
" > Citado por Wolf, KS, 1046.
3. M P X I I I 6B. (U II 8, 239-200). M A R Z O D E 1875*
Anotaciones
para
Nosotros, filólogos
3[1]
Pasad por alto y ocultad vuestras buenas
obras, y reconoced ante la gente
los pecados que cometisteis.
Buda>.
3[2P
El día ocho de abril de 1777, en que F. A. Wolf ideó para sí el nombre de stud
phil. fue el día en que nació la filología.
1.
3 [3P
Contra la ciencia de la filología nada habría que objetar: pero los filólogos son
también los educadores. Ahí radica el problema en virtud del cual esta ciencia ha de
comparecer ante un tribunal superior. — ¿Y acaso existiría aún la filología si los filó-
logos no fuesen un cuerpo docente?
3 14|
Es difícil de justificar la predilección en que reposa la Antigüedad: pues se ha
originado a partir de una serie de prejuicios:
1) por el desconocimiento de la otra Antigüedad.
4
2) por una falsa idealización de la humanidad de las humanidades cuando
resulta que hindúes y chinos son en todo caso más humanos.
:arpeta tránsenla por Cari von Gesdoríf con anotaciones para Sosotros. filólogos
tdÁ ^ i n i c IUM riin «unm ivid. nota a maienal numerado aquí como 2).
n
as de páeinas
i
i Nietzsche saco en préstamo de la biblioteca de la Universidad de Basdea. el día 9 de mayo de 1871,
el libro de J. F. J. Arnoldt. Fr. Aug. Hdjf» seinem lerhMnisse =um Sentasen
Aug. iibll en sus relaciones ctm la enseñanza y la pedagogía) Braunschwig^ 1861 - °~V™
* / . . u- u ^ i U M « TmrMXhiiri lie Gottineen como «stuoio-
aundo aun no cxisua una Facultad con esa muhetóa
l Cf. wfm* 7 [6].
4
HuMiimuits-\fenschhcit.
******
3. MP XIII 6B ÍU II 8, 239-200». MARZO Oh 1875
1V
imuL
do. Wolf precisa que « t a cultura definida como espiritual o literaria, «en un pueblo
r tr i. N «
4 t P |óna
felizmente organizado, puede comenzar a desarrollarse antes incluso, como orden y
i>no«c -jU^ concierto dc la vida externa» («civilización»). Luego contrapone el extremo Onente
asiático («similar a esos individuos, que no carecen ciertamente de h.giene, decoro y
k'lC ^ n d u k » ^ s i k entonces hasta a h o r a comodidad en sus viviendas, vestimentas y en todo su entorno, pero que nunca sienten
la necesidad de una ilustración superior») a los megos («entre los griegos, incluso
na. K conclusiones engaños<u entre los más cultivados del Atica, solió darse el caso contrario, hasta el punto de sus-
7» % e n
OS citar admiración, y se descuidó como algo insignificante aquello que, por nuestro amor
recuela al orden, solemos considerar la base del refinamiento espiritual mismo»).
:
-J"» *" f ^ . ! , . * * a » < ^ ^ L u i d o debida a los artistas, q ^ U e
1
^ también p o r ¿ v i t u j i * * ^ J ? * la .«»/ñwv/i^ un atnbuto de toda
U n K > l
3 [8]'
* ^ r r e debido a los literatos. «Hacia el final de su vida, como tantos otros antes de él, Markland sintió una
manera a ' " M * rom» P" - 13 L o m Í S n ,
° * i que abre\ tatuni de la historia de I a aversión tan enorme hacia toda la fama erudita, que destrozó en parte y en parte echó
9 0
í ^ á , «or A» d u r a c i ó n autóctona en la que estudiar al fuego varios trabajos a los que había dedicado largo tiempo y cuidado».
Pred
tcT^tt n^^un* ^ ^ de forma paulatina, las razo. a
3 W
De hecho, ahora se * to
paiwen percatarse de ello, por el con- «En la época de juventud de Winckelmann no había propiamente estudios de la
« « i r ^ / » * * " ^ ^ ^ ^ ^ modo tan intenso cuanto es posible. La Antigüedad como disciplinas retribuidas en empleos comunes para ganarse el pan —
á r c ü S se leía y explicaba a los antiguos para prepararse mejor de cara a la interpretación de
^ fuera de su ^ ° r ^ lingüistica ha producido la mayor disper- b
la Biblia y del corpas juris».
fusttria ha obrado " ^ ^ I V ^ ^ o p i o s filólogos. Sólo les queda aun la escue-
ón. e a * * » h deserción entre 1 ^ * ^ ra, la filología se halla en
SI
4 - 1 -
tow an0
3 [10|'>
la; pero í P " * . ! f e ha sido arrebatado. Es muy dudoso que, en tér- Recordaba en cierta ocasión F. A. Wolf lo temerosos y precarios que fueron los
awter * ÁJmpmnrtnm su biólogos: en cualquier caso, se d e
minos genérate*, se vaya a aa Virrimcutpu primeros pasos que dieron nuestros predecesores para la conformación de la ciencia
ma de una raza agoc [filológica], hasta qué punto los clásicos latinos tuvieron que ser irmoducidos de
contrabando, como si fueran mercancía sospechosa y bajo pretextos, en la plaza de
las Universidades; en el catálogo de lecciones de 1737 de la Universidad de Gotin-
3
Ifc nuestra termMogia muestra cuan inclinados estamos ga, J. M . Gesner anuncia las Horatii Odas «ut in primis. quid prodesse in severiori-
12
con un fabo rasero: d exagerado sentido de la literatura, p. e bus studiis possint, ostendat» .
Wólf habla de la «historia interna de la erudición antigua», a la
na «la historia de la docta ñustrucion*. 3 |HP
Newton se maravillaba de que hombres como Bentley y Haré mostrasen afición
por un libro de comedias (puesto que ambos eran altos dignatarios teológicos).
3 16]
;Qué burla soportan los estudios de «humanidades^ por
también belles lettres tbellas Uñeras)'. * Cf Wolf KS 1110 Jeremiah Markland (1693-1776), destacado estudioso inglés de la litera-
tura gnega, discípulo de Richard Bentley (véase 3 [111, nota), rechazó en dos ocasiones una cáte-
dra de griego en Cambridge. Tras anotar exhaustivamente su ejemplar del Sovum Testamentum
Graecum (1723), de John Mili y Ludolph Kuster. Markland escribió en el reverso de la primera
Argumentos de Wolf por los cuales no cabe situar a egipcii página que no deseaba ver publicadas dichas anotaciones, entre otros motivos, argumentaba, por no
otras naciones de Oriente en una única línea junto a griegos y roí haber podido consultar los suficientes libros como para asegurar que no hubiera allí errores o cosas
ya dichas anteriormente por otros eruditos. Pese a ello, muchas de esas notas aparecieron en la obra
de William Bowyer, Criñcal conjectures and observañons on the Sr» tetamenl callee ^Jwm
" e p a c i ó n que habna que denominar ordenamiento c varia* authors (Londres, 1782). Wolf habia publ.cado va una biografía de Maridand en Literans-
u n ü c v j t u r a
superior del esointu nrr.n,,,*. cheAnaiekten (1818).
>°Cf. Wolf. KS. 735 ss.
_*_*~ MJmJW
f wm
^"ucracion o templan» U ^ ^ K t ^ o i a a a r (1691-l76l>. profesor de poesía y retórica en la Universidad de
m
«ociada v
a! cuidado y la inteligencia en el gobierno de rr \t* \ I TS «sobre todo para demostrar la ventaja de estudios mas rigurosos».
n
o"ff Wolf KS 5*5 Alusión " i de Terencio. Richard Bentley (1662-1742, «ó-
R
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logo y h e l l t a f «* ** *— " *** *
KS.II- .
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1
minti** *] V MI-XiUMMU 11 8. 239-200). MARZO Oh 1875
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JM'I " "<>•• 8
•
emprender una valoración de n»Hn ~i ™„ . J ,
erma cuando s _ c se trabaje aquí en cues iones d e a l n ?' J C m o d o
Mientras
•0HaV c> baci, ella p r ^ * a
los griegos; hay md"caTuí^ / *
q u e ~ * ^ ^ « / o de
quero. los poetas-filóUgos to¿£?X£ T ^ ™ " « siglo II,
g c l a s c s
m trotto u 'templa cuánto c a A * 1
superiores, ((¡oeUie-Schiller) ° ^ * *•»
Yo crei' H ,aj
Huma**** ' , >te en una cierta i '
••«ciencia bruta' de
( i í s n a
ü l
3|16J
derecho militar y f , c
ìfli'S lo> partidos p o l i t J "re- ¿ n é S t C 3 fin
aSfa* / a ^ f f ^ °" ' * - Principio retinado?
tal como se m a n i f i se c s t a güedad" a m , g U
° S : ¿ n
° 8 6 f a l s e a B i l a
incepción de la Anti-
ff *BCarui mentó e inhumanidad T '
manifiestan en ' im
un cocinero griego es m á s cocineé productos del espíritu poseen un trasfondo terrible y malvado; la consideración
por lo que han pn.
esceptica: como mas bello ejemplo de vida se aduce el helenismo.
resultan tan aJeeui
Resulta difícil juzgar de manera correcta.
que otro cuaJquiera.
3(18|
3
í 1 3 1
- • • - ^ mmmmM a la Anoguedad esto se dice ciertamente a l a No es verdad que sólo mediante la Antigüedad se pueda adquirir formación.
^ ^ -—„0 cristiatiismo es una parte de la Antigüedad, en Aunque se puede adquirir partiendo de ella. Ahora bien, no lo que hoy en dia se
' ' ^ J ^ v a d o ' i a A f l ^ w W . en tercero, de ninguna manc a ha estado en denomina formación. Sólo sobre la base de un estudio completamente castrado y
•-• \ ,-nnrrario na ra scmitr m a n i ^ u . falaz de la Antigüedad puede edificarse nuestra formación cultural.
Para comprobar, en fin, qué infructuoso resulta este estudio, no hay más que
.Tistunismo mvo qae dejarse superar contemplar a los filólogos: justamente ellos deberían estar educados por la Antigüe-
represe Nosotros padecemos dad de la mejor manera.
p—ai y ffkm frrlwtimiát lo humano, la ingeniosa menaaciüad que
ffr
3|19] . • +mmm mm -
La Antigüedad gnega no ha sdo tasada aun como un todo; estoy convencido de Qué poca razón, cuánto azar domina entre los seres humanos es algo que mues-
que si no se manuoiesc esaradicaos*!glorificación en torno suyo, los hombres de tra la desproporción, que casi es la regla, entre la así denominada vocación vital y la
hoy la apartarían de si con borrar la gkmficación es. por tanto, algo de poca monta, disposición que se tiene para ella: los casos afortunados son aquí excepciones, tal
puro oropel. como lo son los matrimonios felices, y tampoco éstos son debidos a la razón. El
hombre elige la profesión cuando todavía no está capacitado para elegir; no conoce
3051 las distintas profesiones, ni se conoce a sí mismo; gasta luego en dicha profesión sus
años más activos, le dedica todas sus cavilaciones, se hace más experto; cuando
a gran sentar para un filólogo el que su ciencia haya trabajado tantc alcanza la cima de su intelección, ya es por lo habitual demasiado tarde como para
wres, que pueda dejarle en posesión de esa herencia, tan pronto com< comenzar algo nuevo, y la sabiduría en la tierra ha comportado casi siempre algo de
catado para ello - e» decir, tan pronto como se sienta capaz de debilidad senil y de falta de fuerza muscular.
«¡nor de tradik
•» Sobre los ooetas-filólogos del Rcnacmicnlo. cf. la obra del historiador del arte y la cultora
mas üc veinte a ñ o s de iraroyo ° {
ieS en la Burckhardt ( 1818-1897^Dw ^ ^ Z Z Z ^ t Z
¡daron incompletas. Julius Char . n
mU> ltcrc ad m
'en WnmJd " * " la la liliteratura alemana a raíz de su en
6 Cl m i c r n o 1
lio. Niet/whf™! ' * WM-1805. . to irnaI
cI
• * » U ^ L T ^ r * ™*> cmmo, carnal vital de 1«
icra
i« la uiuivii.""» «dionisM
la dimensión il'IflÍ ? 5 1 1 0 7 1 5 1 1 0 9 1 y 1 4
..en el sentido de un h l , n » A i « s ^ r ™
'•ut U accr que «se humanicen» W - üCfl [3], así como Richard Wagner en Bayreutk (=WB), Cf* Uh
i. Nict/schc no es del todo co^
«juí Véase, por c)cmp\o, * I
3- MP XIII m (U II 8, 239-200,. MARZO DE 1875
51
3 |22|
1
«KM** • B J u a n u u
. u , "- « na adiestrado para filólogo en a forma en aue hrw «•
hace. Hay que proc amar en auc m<»HMa i™ ÜZt: • ^
m e d l a a l o s
¿ , Jorma en que noy se
— Por consiüuientf «1 ¡-.M medios imposibilitan aquí el fin último.
i
1
N k pregunte- ahora f* * • ^ q u i ¿ n e s s o „ , M g r j e g o s y ^ Por consiguiente, el filólogo como tal no es la meta de la filología. -
3(231 17
1 !
j H uivuciiiüue nioiogo saben
nada (¡Voss resulta por ello digno de estudio!)
m e d , d a P U e d e , a C U t a r S e C m
No «be » ^ ^ S S S « 1* ' ° °/"»-
{¡¡, S . ^ - ^ E S S - no « . "*o, una c o m r e n s , ó n de P s i 3 1241
* w con este saber. Lo q . , J*>«8S.
mostrarse como individuo, cuai
>endiente, cuando uno depende,
ai' .micacica ( j ^ ^ o d o lo mismo que haca en la escuela,
lependiente, cuando es independ
w c o n ^ ^ ^ l „ de ganarse el pan.
m t c 0 C I 0 te.
r
a t ó K y U ¿ p 2 d , e.^considerado, al igual que Hótderlin,undeeaa«aae '>' 1 • • h l
t — tofdósotoi más ilustres. V\\. 5 1 . ü alus** de S c £
m d , v , d u o
eos «rieW í latinos que akanzó gran notoriedad con sus s-ersiooes de la ¡liada y la Odisea. B filo-
« « H z u » e . ^ T l T " ^ *' y * TT/^nfes^ ^ f S ^ Z ' N Í u l l c r polem'uo con el. acusando de formalista su proceder filóloga « bien
a » de flrea»
case ****** P » N'iet/xhc M
* **aer «Baa k f . w T T S * " l a m e n t e esa fra ambos coincidieron en su critica a la Simbólica de F. Creuzer.
F c
* ¿*U * ^ * c h ha^i ipesim
nrooii vida O
3- wxmm " I I I U ^ M A ^ , , , , , ^
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incompetentes. -*
0
•i. i ' V" , M d" w**»**" »" i » n a pura ,-1,
! u m , J , M H , l V 1 s , U i l s 1 1
ih-«t.N i . " ^ i g L i o ' I «*r*"' ' - - ' " y retraimiento 4.
) .y d
W ^ ^ |e este tipo. *(
|tu|iiertf«l4«il'"^ * M na
3 |49|
Cuando digo que los griegos fueron in summa más morales que los hombres
modernos, ¿qué significa esto? Ya la plena transparencia del alma en su proceder
pone de manifiesto que no sentían vergüenza; que no tenían mala conciencia alguna.
H
' M-„ .^HtadoiaWarooa oto* r ^ b r t a , y piMatO que no saben hablar con g e n , e Eran más abiertos, más apasionados, como lo son los artistas; les acompañaba una
especie de ingenuidad infantil, de manera que en todo lo malo poseían un rasgo de
pureza en si misma, algo cercano a la santidad. Resulta llamativo cuánto individuo:
¿no ha de residir en ello una moralidad superior? Piénsese en su carácter, constitui-
in isiwiiiv do do forma paulatina. ¿Qué es, a fin de cuentas, lo que produjo ahí tanta individua-
l M Jeteal aapJoOei> IÍu*io por loa « » » • * fuertes y vigorosos tic la Antigüedad.
lidad? ¿Quizá la vanidad, o la rivalidad entre ellos? Es posible. Poco gusto por lo
V1*1
hrt» \wtt** .uUi\Mk*f* v por clk
convencional.
Uoli din- --leaja* n i i ^ . . K M CU tinta partes es aquello que. logrado por
1
i-ii tucn asimilada w vt»micrtc en alimento espiritual»* . 3 1501
Piénsese de qué modo tan diferente se transmite una ciencia a como lo hace un
talento especial dentro de una familia. La propagación camal de una determinada
fwMhladpara OMrtt a (amanoi de ION antiguos, solo un talento pfO- ciencia resulta algo sumamente raro. ¿Acaso los hijos de los filólogos han de llegar
düefno j m
e»»nuVior>c* Je ci*mprendei plenamente producciones fácilmente a ser filólogos? Dubito. No surge asi una acumulación de capacidades
• misma especie v captar en cita algo más que ciertas virtudes de orden filológicas, poco más o menos como, por ejemplo, surgió una acumulación de capa-
M\UIStitl,>-
cidades musicales en la familia de Beethoven. La mayoría vuelve a empezar desde el
principio y. por supuesto, con la ayuda de U r o * no a través de viajes y de cosas asi,
sino más bien por medio del aprendizaje.
ed.ul solo c o n o c i ó tco-
.i prtHlucción. es decir.
Seguidamen
latín
* • * MMi* i 11
Wolf. KS, 834.
v *u timo c%ulo r - Wolf. KS. 84*.
11a Goethe. Winckelmann US05V ^
1
— - ' ™ el que h«Na tir la n.**l» * * * * *
•Tua tomada de Minger. cir.n.
*******
* ,Oué un»» de oMsioncia p | M P X , B
a s m i l n
* "" ™«».» 2 ( % M A K O D E | S 7 i
57
tenía la sensación que quizá debe b h
S U S d o t e s n a t u r a , c s
ra: 00 obstante, había realizado amc \l 1 ? " ° ^
S de otra mane-
p a r a m a r
bien de sus semejantes (se refiere a « r- , ° . y ° gloria de Dios y en
d e s p u é s s i n
u n
d es c.xvulfHUona, o bien la d . gO, el genio de los antiguos páganos le ¡ 2 ^ ? ^ ' embar-
D P Y deses e
rtLl
3 S U V C Z p r Í V Í l e i o d e
cosas nastan.e chocan» ^ modo por completo absurdo Cl]a
casta, el que la mejor c u l t u r a n c ^ o ^ t ! ^ " ' S
runda necesidad , - cenipo^n somos nosotros! zación, el que incluso c i X ^ o ? ! ^ ? integramente al servicio de !a civih-
r e m u n e r a c i ó n
Ha de quedar claaq , guedad. , q
a Aí<I
una especie de lujo, al meno To sean n ^ L T > «»no
8 d 0 s 3 n a d i e q u e r e n u n c i f
5.
3 , S O R s i m l s m n 0 e n v i s t a a l o s
L O propio del * » « « P ° / otros. Por
eso los gnegos teman por «decoroso el trabajo manual. 3 160)
Tal como se sitúa el hombre ante su vocación vital, de un modo escéptico y
melancólico, así debemos situamos nosotros ante la suprema vocación de un pueblo:
3 5 para comprender lo que es la vida.
' No es mucho lo que se puede conseguir con laboriosidad, si la cabeza es obtu-
sa. Los filólogos que se precipitan sobre Homero creen que es posible lograrlo a las
3 |611
> bravas. La Antigüedad habla con nosotros cuando ella quiere, no cuando queremos M i consuelo también vale de forma especial para los individuos tiranizados:
nosotros. éstos simplemente querrían tratar a todas esas mayorías como a sus peones y hacer
uso asimismo, en beneficio propio, del prejuicio extendido aún a favor de la ense-
3/57/ > IIII) ^ » ' ^ 1 • ñanza clásica; precisan de muchos trabajadores. Pero tienen necesidad de una incon-
La admirable hija de Bentley, Joanna, se lamentaba de que su padre hubiera dicional comprensión de sus metas.
dedicado tanto tiempo y talento a la crítica de obras ajenas, en vez de dedicarlo a sus T ;
3 [62] - •- " •• " ' "
propias composiciones. «Bentley guardó silencio durante cierto t i e m p o , como reclui-
La filología, en tanto ciencia relativa a la Antigüedad, no posee, como es natu-
do en sí mismo; finalmente dijo que la observación era del todo atinada; él mismo
ral, una duración eterna, su material ha de agotarse. Inagotable es en cambio la aco-
modación siempre nueva de cada época a la Antigüedad, su medirse con ella. Si al
d d H a d l a
I- «¿¿ta * "" ' « « o Nietzcbe para ctfBCten*
i• ^ , u v n ,
r .uMKCH t.m* ¡* A j 4ntiy«-¿"t solo „ / I | | # . | f > 0* ,
y nadie se siente llamado a existir ñor «i ; „ - m
T y p a r a l o s o t r o s
T i , ,c
de hecho. > f 7 ^ n d e r * c . I * ìn ^phc.ulo la \ » u i i c d
h a * K a d
íenemos, asi pues, una tortuga V L ^ Z r ^ A ^ u ^ *° '
a s u v e z e n u n a
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i.k»k¥ *v no u..hna
hahna de
A ^; »^ .....navi--'
ax'^
>m > l
. ,. , p ikc .u, m
d la. i, se
s r lia , _ r vP*a *
I » . tasado
(l
u
1 tercera y asi sucesivamente P e r T . ^ T ^ Í ^ ^
[)1;ls p s1
de la exf*
rado 1° ^ ^ . ^ c u a l ^ ^ > l s.^ue que los hombres r S > 3 |65|
presupues ü s u v i d a m á s H c a e
« lucge^ ^ ^ ^ ^ * -
^ar * * 55 apenas cabe hallarla entre los griegos- "esa ^ ¡ ¡ 7 " " f P° S 1 t u a i ó n l l U L
resultan ^ ! ^ ^ o > . ' . . ., n l s o haca la Antigüedad clásica ,. rios del futuro. ¡Terrible! Pues se déte
s M a e D e
i Pásente nuestros v.siona-
cíasflohan sMo 1 | e s . 11 1 . este conocimiento
Iin U s 6
S e . Z • . 7. J^-gar según el siguiente cnteno: cuanto mas
í e o e r t m c S m
espíritu, tanto mayor sufnm.ento (como demuestran los griegos). Por tanto, t a m b ^ .
cuanta mas estupidez tanto mayor bienestar. El filisteo de la cultura es ía criatura
mas satisfecha que se haya visto nunca bajo el sol; y ha de tener una estupidez pro- y
porcional a ello. ^
— . ~ • — u , u c
" superior se deja traslucir en c u u » . — 7- y sólo para nosotros y, p. ej., medir la ciencia en función nuestra, con la pregunta:
¿qué es para nosotros la ciencia? Y no, en cambio: ¿qué somos nosotros para la
Z ^ ' n Í J T ' S U t a , e m
°* - ¡0u¿ curioso! El modo en que vive»
m e d , o c r e
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•'«••'I™'** mu m r j r
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drtft- tañerse u n idor dt a¡K (Juien. decr de una vez U>do aquello en lo que ya no creo - tamben en lo que
°' «* ito creo
hoir, :•<>
UI ser human., se hal la en medio de un gran hemdcro de fuer«» y se figura que
M
álCDO hervidero es racional y posee una f inalidad racional t-rror'
tec ,, „ I . . U . U
ÜIH" ÍM - • ••I- ' Y Y» t r e » que ni j = s ü u I.o único racional que conocemo» es esa pizca de ra/An del homtae: úene que
i 'era exprimirla mucho y se precipita hacia su perdición cada vez que quiere abandonarse
torna a algo asi como <da providencia».
.mceimicni' -•" N-, que ha »"Pado 'dologí;, son laapari
rr y de Wagner: con esl» puede (razarse un¡ I a única felicidad reside en la razón, el resto del mundo entero et algo tmte.
de (io Panorainio, U máxima razón la veo, en cambio, en la obra del artista, y es él quien puede sen-
juc descubrir ahora los siglos v y v i . i,
que IJ< urh. como tal; es posible que si hubiese algo que pudiese ser producido de modo
consciente, proporcionara un sentimiento aún mayor de razón y felicidad- p e j , el
M7I| curso del sistema solar, o la producción y el cultivo de un ser humano.
Recomiendo el cuiüvo del estilo griego, en lugar del latino, sobre todo La felicidad reside en la rapidez del sentir y del pensar: todo el resto del mundo
/fcmmteno la simplicidad Hay que remitirse a Uoparúi, que es probablemente c] es lento, gradual y obtuso. Ornen pudiese percibir el recorrido del rayo de luz sería
muyot c\ith\Ui del sif' muy afortunado, pues dicho curso es sumamente rápido.
Pensar en uno mismo proporciona escasa felicidad: así que cuando, por el con-
trario, uno siente por tal motivo mucha felicidad, eso se debe al hecho de que, en el
"Oraus m nullius avaris», dice Horacio. Denomina nu%arl (en fondo, no piensa en sí mismo, sino en su ideal. Dicho ideal se encuentra lejos, y sólo
II. 9))ë\u pri quien va veloz lo alcanza y disfruta.
d, lo cual es típico de un romano.
Una coalición de un gran centro de hombres para la producción de mejores
3 |W| hombres es la tarea del futuro. El individuo debe acostumbrarse a tales exigencias,
Wolf "^c mi de modo que, afirmándose a sí mismo, af irme también la voluntad de dicho centro,
' se mire, es un prejuicio considerar que Ja historia de los v. g., respecto a la elección que haga entre las mujeres, o respecto a la manera de edu-
con/lit tos i - haciendo más digna de crédilo a medida que ha ido car a su hijo. Hasta ahora no ha habido ningún individuo o, a lo sumo, sólo los más
aproximan
IiiÉay**
t »-4l raramente libres; éstos también estuvieron determinados por tales ideas, pero por las
1174|
dañinas y absolutamente contradictorias. Organización de los propósitos individua-
les.
4 m
IT I IllipâM u MliJlX-iL—.
Historiadora, p. q todoRarite
Gevgriai*. p ej. d Ada» 4c ftacacL
mê&jo*. p. ej. C a t M L
Ti m i mmfcniilM-iiiim
Oàacosgreco- i nia.^ej.Anai-rs*;
H
' * ° " ! Coefora». junto con crilic. y h e r n u - n u t ¡ . C Cll
\ .|.|IH»Ul
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lrela^nmii"
Ser
IXMuiopuakciK-aNir^.^^^^ j del artista metido | n q u i e t u a f Utlí .
Cl
entendido en «posición al resu ***** ¿ ¡ ' °* 5IH
. r o n , se detVnde con,. C malentendido? Cuando escribe, ¿ C U a I e s > Empezar desde el principio es siempre un engaño: incluso lo que nos impulsó a
ese presunto «principio» es efecto y resultado de lo precedente. Pero una ruptura tan
**oot " 4
. ¡ ^ « C e n a n t e s , las novelas de caballería; Wagn fuerte y decisiva viene a ser signo de un estímulo anterior fuerte y desmedido. El
er Bl
radicalismo de nuestras opiniones y de nuestra verdad es consecuencia del radicalis-
[ j ^ ^ í s S » £ — o,o s g ¡ mo de nuestros errores y equívocos. La gran ley de la recomposición — en ella resi-
d y s i m b P a r a
de todo el llamado «progreso». En el fondo, el dictamen moral debería ser siempre
de la misma especie ^ ^ ( ^ ^ g a n a s que el resto de los hombres. el mismo. Pero mientras que el entendimiento y la experiencia aumentan, la cualidad
2 K ^ ^ t e n e r ^ ^ ^ moral sólo se recompone de continuo. A la postre, apreciamos una doctrina por sus
efectos, p. ej.. según si ha causado la muerte de muchos hombres o si les ha hecho
perder la cabeza; esto no es justo. —
Escuela Je los educadores.
5 (21
Dónde está Reconstruir la Antigüedad a través de escritos — una tarea completamente irre
El médico ' suelta aún.
El investigador de la naturaleza
El economista 5 13]
Hl historiador Je la cultura La fe en la individualidad — ¡si se pudiese hacer abstracción de ella! El caso es
El experto en la Historia de la Iglesia que estamos en unos tiempos en los que las opiniones humanas tienden a ir unifor-
El experto en los griegos * mándose mucho; pero con ello los individuos se van haciendo más parecidos, aun-
El experto en el Estado. que sigan estando separados. La hostilidad se patentiza entonces en las pequeñas
diferencias de forma tanto más aguda.
5|4]
Hay que plantear una a una las razones por las que griegos y filólogos tienen
que entenderse entre sí con tanta dificultad: y proporcionar así una caracterización
0 l w b e c k Cl 3 0 1 8 7 5 : E l
lado un * ™>° * « j ^ n Kelterbom me ha rega- de los griegos. , . >. ; • AM ; *
4 8
^ ^ ^ S ^ ^ S ^ * f « de cuarto; se trata de la
B u r d h a i d l
Bmmgartncr e s Z 2 , , - > d caso es que tiene ventajas frente al trabajo de 5 [51
0 f d c n a d o v u n
el de Baumganncr en c J h n ^ ü ! ^ complemento estupendo; mientras que
Todas las religiones descansan en última instancia sobre ciertos supuestos físicos,
* docente no pod* ^ m ^ J Z ' ^ ' * ^ * - P- > ' P ° 1 9 8 2 1 7 6 or s u C O n d l C 1 que existen previamente y que luego la religión ha amoldado. P. ej., en el cnsuarusmo,
P ^ * i . B u r c k h a r d t h * m T ^ L V ^ ' " ' ^ ^ 1872. y a la salida de clase acom-
usu q u C
la contraposición de cuerpo y alma, la importancia incondicional de la tierra como
r e s u m , c r a e l
«oblo con gran satisfacción esie cua&rnr7áT" i contenido de la lección impartida. «mundo», el acontecimiento milagroso en la naturaleza. Sólo una vez que han adquiri-
lun 1
'7 «UB,h kv. \: -vj 7\,' " 1 vKelterbonj Dichocuadernose«•>
1
do predominio concepciones opuestas, p. ej., la estricta ley natural, el abandono y super-
! l : n
, : • - • • - rc.crencu, d, V - * , " " ' " ^ t n e i Mas adelante indica** J fluiuad de todos los dioses, la estrecha concepción del alma como un proceso corpóreo
B u r c k h a r d l W t e m a I c n a l
B 3 2 ^ l t ^ cuatro ^ * ediciÓD de la Griechisch n,n - todo ha terminado. La entetv grecidad descansa, empero, sobre tales concepciones.
4
^diu7 ^ - 5 5 & s
' (n'samnteae f*r~~
Gesammelte > M , t c n s u s
7 I
* Cuaderno de 240 páginas (vid. nota al material numerado aquí como 2),
^ ^ - P ' ^ véase . (7, , sobre todo, * y
Cl t C r m m o
«^on Qu.xotene», que traducios por [65]
5 U 1 1
" * PRIMAVERA-VERANO D E 1
67
" „. se n o * cuando * abre una c e r r * ^ SIISI
( on la desapanción del cristianismo también *• h» «A ... 1
1 6 1 v c m a s c c r e a n o „..
lili ena parte de la Antigüedad, en e s ^ Í ^
' m m * j r r ^ r A >• - ' » a bU
5|181
5
En las postrimerías de la Antigüedad subsisten figuras enteramente no-cnstia-
" L , h,.s.ona de- los ,-negos s.empre se ha escn.o hasta la fecha desde un punto de
nas, que resultan más bellas, puras y armoniosas que todas las cristianas, como,
vista optimista. vsait, p. ej., Proclo; la mística, su sincretismo, son cosas que precisamente el cristianismo
no puede reprocharle. En cualquier caso, mi deseo seria convivir con ei/a5. Frente a
r m " ' ^ ellas, el cristianismo aparece como la más grosera vulgarización, aderezada para las
I I deseo de lencr como fuese algo seguro en Estética indujo a la veneración ae masas y los desalmados.
Aristóteles; creo que poco a poco va a ir demostrándose que Aristóteles no entiende
nada de arte y que lo que admiramos en el sólo es el eco de los sabios discursos de
Todas las orientaciones de la Historia se han puesto a prueba en la Antigüedad.
los atenienses. " "' * ' "
Únicamente resta aún la consideración critica. Sólo que no hay que entender por tal
MUI la crítica conjetural e histórico-1 iteraría.
l os gnegos son interesantes, total > endiabladamente importantes, por haber
e
tenido semejante cantidad de grandes mdi\ iduos ¿( ómo fue esto posible? Es lo q "
hay que estudiar
2 a
L aalusión conjunta
m i s m a a Goethe y Leopardi en WB, LO
Véase nota al fragmento 3 [151 alción conjunta
_ c í
thttjnwnto .1.118]. de enenv-febrero (KSA, 1), 503; a Goethe como poeta-filólogo en > [109] y 14 \s\
1
aaajra 4c In oerriduri que \a cediendo con dil Cf. 5 [271 y nota a 5 [33].
^ r o s P E U M O S
h a 3 a h ¡
mos percibir previamente una c esme^í n a ° P ^ p i d a , ahí pode-
1* > Í E S * - * * P « « S i e n t o de cometid^'*. S8 n e g 0 S ¿ C Ó m C n S Í
i s Í
guieron la libertad tantísimos hombres c S « elío^' *° " ° ° "
hV que « " - " * 2 S 1 " T ' í o bueno y lo racional en el ser h u Vr m a n ¡Educar a los educadores' / / W » " , p n m e m s t l e n e n a u e
y , r r a c , o n a l A , 8 ú n d i a Y para ellos escribo. ' ' ™ Mearse a si mismos!
*° -
5 [261
Ésta es, pues, la novedad en toda futura marcha del mundo: ya no cabe dominar El cristianismo ha conservado, en relación a las «cosas mundanas», justamente
al hombre mediante representaciones religiosas. ¿Que si ahora los hombres se mos- los puntos de vista más burdos de los antiguos. Todo cuanto hay de más noble en el
trarán peores? No estimo que bajo el yugo de las religiones se hayan mostrado bue- matrimonio, en la esclavitud, en el Estado, es no-cristiano. El cristianismo necesito
los rasgos desfiguradores de la mundanidad para acreditar su vaha.
nos y morales; no estoy aquí de parte de Demófeles*. Difícilmente han hecho mejo-
res a los hombres el temor al más allá y, sobre todo, el temor religioso a las penas
divinas. 5
Asueno con una comunidad de hombres, que sean independientes, que no tengan
miramientos y quieran llamarse «andadores, que todo
* Cf. WB, 3,445. de su critica "y se sacrifiquen por ^
a No queremos construir con apresuramiento, no saotmos 4 p resienan -
s t o , ^ « su Filosofía del inconsciente ( 1 8 6 9 ) £ ' , , . «.*—«> tfm> nátsinústas indolentes, que se resignan
P ^ ^ S S ^ a ^ ^ ° ™y 2 por Nietzsche. Sobre1 y h e g e I Í a n S dia y si no sería lo mejor no constnar. hay pésima
d« M e n X ° Zur i f t ^ S '^*che, cf. F. Gcrratana, «Der W a t a » j < d e N a los que no queremos pertenecer.
e V Haf1
391^43. " * ' ™n-Rezeptions Nietzschcs (1869-1874)», en NS 17 0™*)
ponena 7
Cf. 5 [19].
pirador
ior de la compañón. * q u e d e n e n d
e la conveniencia de la religión como vehículo
vión propia del nlologo: lodo un | , e S a n
5- 00»/fWliAVliRA.VKRANí)D|.;i875
I OH _^ ,n.|H r ,e h i de imeslipai una Antigüedad en " al
n t c
, R L A N , E
l a S l o
71
' S ^ ^ X T a j ^ ^ n , üedadel mavuno valor. IVro » 5 [341
que le b» >' " J
. „ ^ . t a en ' - . fal.arin de i n m o d C ^ ¿Es cierto que el filólogo, en la media-, M
¿ e n l o n a s a ! a Ant
educación formal, resulta educado 61 mismo T 2 ? " T " 'güedad para la
.^,,ad. d " | n e n I e po> ^ h a u l o or ,enú,ulose * Pero ¡vaya una < > p o s i c ^
, O S C O n o c i
J ,
mientos, los Jaca. Formal es la mane en uuT n ¡ f S ^5 '
£ » ^ T Í \ X l - « » ha obtenido su tuerza ¿ la manera en que se surte de J S S S ^ ^ J ^ ' h a b l a
«—•
ta ' t t n del niólop-- D.oho . ta ^ e^ , n
5(351
Si la tarea del filólogo fuese la de educar formalmente, debería enseñar a andar
v se desenb.ese en pandad la An ^ ^ n > r / ) ( , „ v « en «o
r a v u e /, ' *>o bailar hablar, cantor comportarse y conversar: y esto es más o m c n T í o que Í
• , , suyo. £V ™»<™ * " J ,
J U r i t ( a pós ¿ p e » * » « r m a de la Antigüedad e l aprendía también de los educadores formales de los siglos .1 y nx Pero en est'e caso
siempre se piensa tan solo en la educación del hombre científico y en ella «formal»
significa: pensar y escribir, apenas hablar.
¿„ Je/ w " corporativo de los filólogos en no dejar „ , , 5 1361
d e l a t a r e a d o c e n í e q u e s e a
Aspectos destacados de la Antigüedad: p. ej., el poderío, el fuego del arrebato
¿ f l & ^ Z Z Z * ' ^ en el sentimiento musical antiguo (a través de la primera Oda Pítica), la pureza del
T...^iu e cumplir. sentimiento histórico y la gratitud por las bendiciones de la cultura, fiestas del fuego,
fiestas agrícolas. El ennoblecimiento de la envidia, los griegos como el más envidio-
5 P so de todos los pueblos. El suicidio, el odio a la vejez, p. ej., a la pobreza. Empédo-
. Ojalá hava aleunos que sientan como problema la cuestión de por qué han de
cles sobre el amor sexual.
I ser precisamente los filólogos los educadores de la juventud mas noble. Q , z á no u
I siempre sera así - De S I T O , sena mucho mas natural que se inculcase a la juventud
5[371
I fundamentos de geografía, ciencia natural, economía política, sociales, que se le Deploro una educación en la que no se ha llegado a comprender a Wagner, en
I onentase gradualmente a la consideración de la vida y, finalmente, que m á s tarde se la que Schopenhauer suena áspero y discordante; ésta es una educación fallida.
I Je mostraran los aspectos más relegantes del pasado. De ese modo, el conocimiento
I de la Antigüedad formaría parte de lo último que llegaría a adquirirse; ¿es esta posi- 5 [38]
I ción de la Antigüedad en la educación la más honrosa para ella o lo es la habitual? Existe una vieja contienda de los alemanes con la Antigüedad, e. d., con la cul-
I — Hoy día se emplea la .Antigüedad como propedéutica para pensar, hablar y escri¬ tura antigua: cierto es que lo mejor y lo más profundo de los alemanes es precisa-
I bin hubo un tiempo en que constituía el compendio de los conocimientos mundanos mente lo que se resiste a ella. Pero el punto principal de esta cuestión es el siguien-
I e n u
} <i e justamente por medio de su enseñanza, se quería obtener aquello que hoy te: dicha resistencia sólo está justificada cuando se refiere a la cultura romanizada:
I mdria a obtenerse mediante ese pian de estudios descrito arriba (plan que se ha no obstante, ésta ya sólo es el residuo de una cultura mucho más noble y profunda.
I transformado en consonancia con el manee de los conocimientos de la época). Por Contra esta última, el alemán se opone de modo injusto.
I consigúeme, el propósito intrínseco de la enseñanza filológica ha cambiado por
completo, antaño fue la instrucción material, haf se trata tan sólo de la instrucción 5 [39¡ - ,
jornal. — Veo en los filólogos a una sociedad de conjurados, que quiere educar a la
juventud basándose en la cultura antigua; comprendería que desde todas partes se
5 f33r criticara a esta sociedad y sus intenciones. De ahí que importe mucho saber lo que
estos filólogos entienden por cultura antigua. - Si yo viera, p ej., que educan en
ve w ^ ^ T * ™ * ^ * ™ 1
ha sido bien puesta de relie- contra de la filosofía y la música alemanas, los combatiría, o incluso c o m b a t a
Po Kocnh como algo prop.o de Sajorna: el tipo de este filólogo es G. Hermán*. cultura antigua; en el primer caso, quizá, mostrando que os filólogos no «an enten-
a
dido d.cha cultura. Ahora observo 1) un gran cambio en la P ^ ^ ^ f ^
1
antigua entre los f.lólogos. 2) algo profundamente mantiguo en ellos mismos, algo
Cí 7 (6j También 3 Í321 v t fíai, •
m a 7
* Hernán,, Kóchh (1815- »7n v ^ ^ W
1 2 m o t e c a d e 1 3 u n i v e r s i
, i t — l minera de entender el estudio de la Antigüedad de
> ^ r z t ^ B ^ ^ * n' 3 b ¬ ta distancia frente al formalismo y la ^ ^ ¡ ^ ^ ^ uchmann. Ono Jahn, si bum nunca
* 1« llamados , . u ~ * . ', ^ ' & b- uno de |m n
wWort UCita
'fjfcJumirV u PñjloIogen,> (filóloPfK a-i . ^ c a d o s representantes üc ia esta escuela histórica b e r l i n e s a , V é a s e mfra, 5 [1061 y nota,
ü t ¡ 2 & W ' K T ^ ^ «>" S e l ' W
1
« la de los «Sachph¡lolog<£> 3
se aproximó tanto como el joven Nietzsche a la mu B
0 1 1
*-N*«»*c FneoncfaRitschía^^? f . ^ Augiut Bóck o Karl Ottfried
% U
^ A , , laod** tepe** » U> ^ ^ I ^ ^ S ^ ? ^ 4, M
V W
" " ™ *M AVERA-VE RANO DE 1875 „
¿Siguen también los filólogo» alimentando dicho* nrri,,i^.-> c .
E n
cen la Antigüedad. S, no los a h i n a S a ^ - m * « I * > . "> cono-
Mando puro y profundo-. ~ ™ «e lo rná. . i d e se pone de mamf.esto que e £ Z S r t ^ S ^ S S ^
mi OT
L l Z . ra» v UM buena educación. anm.,,1 'j"*«lai
. n o , estimación uci «cío, scnliu 5|46|
l'ar¡| i
b era S e S •
de un Homero con el de Freitag^ etc.; i T ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
IP*M d «sistema de la cultura». P 0 F
W W e t T "como
* " elr rasgo 1
^ característico
°' 1
J de P a g a n q U C
" la Antigüedad. 5
" Goethe h a ^ l e ^ e T -
C to en Winckelmann
. . . ... .i.r.mm(r reconocida al fin.
I UrneUdcla
H,**» de I*. meta* y *us errore. 5 [47|
2
Mcdim de U cultura Nuestra postura ante la Antigüedad clásica es en el fondo la causa última de la
I
iimproductividad de la cultura moderna: pues todo ese concepto moderno de cultura
lo hemos obtenido de los romanos helenizados. Y deberíamos hacer distingos dentro
de la Antigüedad misma: ya que sólo en la medida en que aprendamos a conocer su
||l mrr- Para l ( , s
año» de mí vida en que estaré en l única época productiva, estaremos también en condiciones de condenar toda la cul-
r a
tura romano-alejandrina. ¡Mas con ello estaremos en condiciones de condenar al
íff ifi'rfia mismo tiempo toda nuestra postura ante la Antigüedad, asi como nuestra f¡lología\
p j ,,„„•, «ic mi vida en que estaré en los cuarenta,
a r j m
run -i /u Humanidad Para los años de mi vida en que estaré en los cin- 5 [48|
ih
Hay un modo de dedicarse a la filología, y es el habitual: se lanza uno, o se ve
lUCflfe
lanzado, de forma irreflexiva sobre un ámbito cualquiera: a partir de ahí, busca a
5|43| •^ - • « l « § *J derecha e izquierda, descubre algunas cosas buenas y nuevas — pero, en un momen-
Puesto -)iic el instituto de emeñan/a secundaria debe educar para la ciencia, hoy to de debilidad, se pregunta: ¿qué diablos me importa todo esto? Entretanto se ha
«be decir ya no puede proporcionar la preparación para ciencia alguna, tan inabar- hecho mayor y se ha ido acostumbrando, así que continúa dedicándose a ello, como
cables sr lian vuelto h*iy tan ciencias. Por consiguiente, ha de preparar de un modo ocurre en el matrimonio.
gencr.il <• «I para todas las ciencias, c. d., para la cienfi/icidad — ¡y para ello sir-
ven los estudio* clasico*' ¡He aquí una increíble filigrana! ¡Una justificación de 5 [49|
1
I" mas desesperadla I.o subsistente debe seguir justificándose, aun después de que La filología actual en su conjunto ha perdido el hilo conductor: quienes antaño
la guiaron, son rechazados ahora; no obstante, en líneas generales, su influjo y apre-
H haya visto claramente que tu anterior justificación se ha vuelto injustificable.
cio aún se basan por entero en la reputación de aquella guía anterior, p. ej., en la repu-
111 »1 tación de las humanidades.
'•(T.notu a 3 [411.
RM¡MENTt)S PÒS[ I \1< ÍS
f
74
Q i . itncncs con los antiguos tiene »1
n
ti II 8B. PRlMAVhRA-VERANO D E 1875
75
Cap. 5.
El filólogo del futuro como escéDtico r
C U l t U I C n
siguiente, como aniquilador del cuerpo de filólo? **^ ° "
5
5M , «empre MUíJ»™ ^ ^ ciencia - l j
A n ü c á u i
c o m o
5|56|
'• Á quienes dicen: hay que responderles: ¿ 1 * * , ¡ q u e ¿Existiría aún la filología como cienria ¡ c r -
f u m
aun cuando se rechacen • cualidades, y quien juzga tiene «¡"J* % q u e a sueldo? En Italia hubo ^ ^ 0 ^ ^ ?°
P n d n a p a 1111 a l e m á n a l
,a cenca pura' Deben en/uu u ~ ^ de supavr a la Antigüedad ZV* que Leopardi? ^ ' ' *• mismo nivel
encima de ellos: as, que. ^ ^ impura y limitada; cosa
n o „' ^ s i n 0 q u e
Cap. 4.
sideraciones Intensivas. Alusión ^ ^ , Kulturgeschid* ¿ ihrer natür-
1 l i n o a a l
historiador del arte, simpatizante de U h Mrauss> ™£ g cultura en su evolu- l a
b i - J ' ' *nza entre los fiiAi i t llefm Bnhsicklung von den áltesten Zeiten bis zur Crtgmwvf [mmn
* ¡J* * 1 1
> ^opm.óa pública *" * S 4 U C
'>"""'" 0 DO ¡>U$d*n cntcnuc ción desde los tiempos antiguos hasta el presente], Aug^burg, 18/4.
t o f g a n d 0 p o r c
° ^ í a hoy su 2 ¿ ¡ £ J j ^ J J P^juic.oH hacia ella, lo W
iMhNTOS POSTUMOS
r m d e c ó m o ta n
d o a suceder las cosas. Pero eon ello a n H "
ga ?"^ . °- J
1 S Í d
Los filólogos son charlatanes frí U modo. ¿.Cuánto poder sobre las osa'Tiene i C w ^ ' " , * ' ° *
^^nndentnbu.oa.abeneza v
educación. Para mostrar entonces co^o las cosasñuédén S 7 T * *"
I V complexión deforme t o d a
Escuchan y contemplan Con incapacidad para el s i m b o l i Sm Los gnegos como el único pueblo gema/ de la Historia Universal; lo son tam-
Aprecian lo simbólico Fervorosos esclavos del Estado bién como alumnos, comprenden mejor que nadie y saben hacer algo más que mera-
Tienen una libre virilidad Retorcidos cristianos mente engalanarse y adornarse con lo prestado: tal como hacen los romanos
Lectan una mirada pura al mundo Filisteos La constitución de la polis es una invención fenicia: incluso esto lo han imitado
*w* nesimistas de pensamiento los helenos. Durante largo tiempo han ido aprendiendo, como alegres diletantes, de
todo cuanto había en derredor; como también es fenicia Afrodita. Tampoco reniegan
en absoluto de cuanto es incorporado y no-originario.
humanismo
17
aliada al campo de batalla: y por tanto es natural que los adversarios del humanismo 5 [66]
havan sido hostiles a la Anngüedad. Sólo que la Antigüedad del humanismo era una Los egipcios son un pueblo literario en mayor medida que los griegos. Dicho
Antigüedad mal conocida y falseada por completo: vista en puridad, resulta una sea contra Wolf.
prueba contra el humanismo, contra la naturaleza fundamentalmente bondadosa del 18
5[67] * ^ '-'- V ^ ;
hombre, etc. Los adversarios del hurnanismo están en un error cuando combaten a la
El primer grano en Eleusis, el primer sarmiento en Tebas, el primer olivo y la
Antigüedad: tienen en ella a un poderoso aliado.
primera higuera.
5|61|
19
Concibo las religiones como narcóticos: pero si se dan a pueblos como los ger- 5 |68J
manos, entonces son puros venenos. Esencialmente, Egipto había perdido su mito.
5 [69]» . . . .
5[62p La aparición en carne y hueso de los dioses, como ocurre en la invocación de
¿Qué estado tomaron los gnegos como modelo para su vida en el Hades? Un Afrodita hecha por Safo, no hay que entenderla como una licencia poética, se trata
estado exangüe, onírico, débil: una reiterada acentuación de la vejez: un estado en el de alucinaciones frecuentes. Muchas cosas, como, por ejemplo, el deseo de morir,
que la memona se agota cada vez más y el cuerpo también. La vejez de la vejez — las conceptuamos de manera simplista, como si fuesen retóncas.
así vivimos nosotros a ojos de los helenos.
2 1
5 |701
5 |64| W K T ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
u m u i c
comporta, cf. Burckhardt, GK. 1, u . véase "/
c n s e ñ a n
^ de lo cambian^?^ SSEf" " e s e f l a n 2 a
de lo necesario y, a continuación, 11 [45] y luego en WB, 3, la aplica Nietzsche a los alemanes.
, e
" ' m u d a h k
- & onenta al joven ante la naturaleza, se le » Cf. Burckhardt. GK, 1, 28; Wolf, KS, 817-819.
18
Cf. Burckhardt, GK, 1, 19.
19
Cf Burckhardt, GK, 1,28.
20
^ ^ S ^ ^ ^ ^ ^ t \ ' ^ ^ i
^ ^ <k lo» que «íguen en el Cf. Burckhardt, GK. 1, 45. . . f
d e e c l o s y padecimientos que esto
S o b r ¿ m 2 3 6 3
. Uculturagn ^ B ^ ^
ega
0 d c a
P"<"«de Baumgartncr sobre las 1«*»- " v» r A C ^ » * * * ^ - -
ÜU1C t l
comporta, cf. Burckhardt. uK, L, u- 3
8 B . PRIMAVERA-VERANO D E 1875
a , », fTt/«-n
* * - " » ~ * , . .-jfofft»». COTI U H
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-J*-* " l « U capcac-ón y c u t a S |75|
L JUiMM»' * ° * > ^ ^ I . .mnorUI
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La «neta separación entre la volumen « - i . •
d , n l e l e c t ó
como también a los griegos
a s i * » * caracteriza a lo, gemos,
5|76|
«La melancolía inherente al genio se ha** ™ i • .
Caro es el intelecto aue dumLZTv^
m á s 1 S £
pemte fa »rtW*l * * estada*». Schopenhauer. ¡Cf. los griegosT
* f"l , - ^ «Tártano* consistían en fiestas, caza y guerra• 5|771
5|78]
cuitan griega reposa en ta reU - ; : Je dominio de una clase poco numen*» La sobriedad de los griegos en su empleo de la sensibilidad, en la comida v la
w h r ü estamento de esclavos entre cuatro y cinco veces superior en número. C o n
bebida, así como en su gusto por esas cosas: los juegos olímpicos y su divinización
aderada conforme a la masa, ürecia roe un país habitado por barbaros». ¡Cómo cabe — muestra lo que eran.
hallar « quiera Au«u>w a los Contraposición entre el genio y l 2 e q u e
pnaba la vida, medio animal de nro y de carga-- . Los gnegos creían en l dífere . 1 5 [79]
a n
cía entre las razas: Schopenhauer se sorprende de que la naturaleza no haya preferí- En el genio, «el intelecto mostrará los defectos que no suelen faltar en todo ins-
13 J trumento que se utiliza para algo para lo que no está hecho». «Con bastante frecuen-
do crear dos especies separadas . - * - - i •> -iym • i
cia, deja a la voluntad en la estacada en un momento inoportuno: asi, el genio se hace
más o menos inservible para la vida, hasta el punto de que, de vez en cuando, su
5 |731 modo de comportarse recuerda a la locura» . 33
VI bárbaro es al gnego loque «¿1 animaJ que se mueve libremente, o incluso que
26
vuela, es el molusco pegado a su roca, que ha de aguardar lo que le depare el azar» . 5 [80|
Imagen schopenhauenana «Si la fuerza cognoscitiva anormalmente acrecentada se dirige de repente, con
toda su energía, a los asuntos y miserias de la voluntad — ahí donde todo se magni-
sin fica de manera descomunal con excesiva viveza, en colores demasiado chillones,
34
*° ícwral en lo particular constituye precisamente la característica bajo una intensa luz; entonces el individuo cae en puros extremos» .
«aadamcntaJ del genio»-" de Sdiopenhauer. Piénsese en Píndaro, en la npo\ir\feXa?* t
S e g n S c h o p e l l , , e r , 0 0 , 0 a n t c 1 0 0 , 0 s u s
5[8ip . ;
la lMMt"^ " * raíces en la claridad con
qw gnegos se percatan del mundo y de sí mismos y mediante la cual acceden a Los griegos carecen de moderación. Hipersensibihdad, vida nerviosa y cerebral
esa toma de conciencia reflexiva sobre todo ello* anormalmente incrementada, vehemencia y apasionamiento del querer.
5 [82]
La mejor suerte que puede recaer en el genio es la dispensa de as ocupaciones
<'»U.9|» y el ocio libre"; y así supieron apreciarlo los griegos. ¡Bendición del trabajo! Nuga-
!.. t t Al ri llamaban los romanos a todos esos anhelos y afanes de los helenos.
30
£ fítcken Nachlan [Del legado postumo manuscrito), eá Schopenhauer, op. cit, 2, 438.
31
Schopenhauer, ibid.
31
Schopenhauer, op. cit., 2, 434.
B N T Í ^ BÉ cap. 31. «Del genio* 31
Schopenhauer, op. cit.. 2, 445.
H
Schopenhauer, ibid.
W Cf. Schopenhauer, op. cit., 2,446.
a u C T
" Schopenhauer, op. cit. 2,447. «Nugan»: Cf. 3 [71],
'»-2.437
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son. como dice Ue te„bergT« ^
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5|90]
Proclo, el que veneraba de forma solemne a la luna creciente.
I cur vaf M M vivacidad en lugar de un movimiento mecánico resultado una cierta esterilidad de las concepciones fundamentales; ya que éstas "
gll J| Id flliHllí» hacen avanzar a la ciencia, pero no a los filólogos.
51911
5|«7| convertir actividades conscientes c*n actividades La derrota política de Grecia es el mayor desastre de la cultura: pues ha susci-
h* tvt> d e sentido, la historia de la humanidad es la de su tado la nefasta teoría de que sólo se puede fomentar una cultura cuando al mismo
>logo ejerce de esc modo inconsciente un gran tiempo se está armado hasta los dientes y pertrechado con guantes de combate. La
ediKaiiun in propagación del cristianismo fue el segundo gran desastre: allí, la fuerza bruta, aquí,
bcstiyar en alguna ocasión c ó m o su capacidad,
numffD de actr el intelecto obtuso obtuvieron la victoria sobre el genio aristocrático entre los pue-
c tl.Mjproicdc ado de actividades que una ve/ fueron conscien- blos. Ser filoheleno significa ser enemigo de la fuerza bruta y del intelecto obtuso.
Esparta fue la ruina de Hélade en la medida en que obligó a Atenas a actuar como
Estado confederado y a dedicarse por entero a la política.
B Oí Si.hí^ttkmc t i / , 2,44* 1 j vitj de Hacon. correspondiente ¡t su obra / V Dignitaie
ti iutmrntu 1 in>ir~ ~ L V cap 3. re/a literalmente «sí: «Inliniaruin virtutiim, apud vulgus, 5 |92|
Uu» oí, tncttiarum *in;if JOO, itiprcmarum *emus nullus»; esto es: «til vulgo ensalza las virtudes
mlcriorci. admin lat mediana* . n»> ,<-aprende en absoluto las superiores». En la versión de Lo que es seguro en el orden global es el incremento de la potencia militar de
Ntrt/fe hr «lo» ftk>rtyin enrizan 1st virtud! inferiores de los griegos, admiran hu medianas y no la humanidad. La victoria de la nación más poderosa: no sólo va siendo la medida
< oinpiendcn en ata>Juti> la* *uner¡tfe*» de la fortaleza física, sino, más aún, la de la fortaleza espiritual.
i en aluuKi j la famosa declaración del sacerdote egipcio a Solón,
mugid* en rl W , . pUb«ti.u «>>so<An. ¡m griego* 5193| 41
' ^ f * * 1
M i ti•i. Con Sócrates nos hallamos ante algo así como un fenómeno de la conciencia,
"I ¡ana de Pacsium íanl l'osidonia), en particular el dedi- del que luego han surgido los instintos del hombre teorético. Que alguien prefiera
• .t.'i' i ethrJim ravgos de la arquitectura clásica del l'artenón. morir antes que hacerse viejo y débil de espíritu.
ow ht/o por lulu en 1787. apenas tres decadas después de que
te impfe%M*mdf, por ellos Nict/sche recoge aquí una obser-
Jc I m, tkr ( „ (n wmmi lw Wcrke, Schwabc. Uasi-
e n m f (
5194]
rciendo una similitud entre las composiciones musicales de Con el cristianismo obtuvo la supremacía una religión, que correspondía a un
icstra una irregularidad consciente. Cf. (iiuliano Campje-ni, estado presriegO del ser humano: fe en sucesos mágicos de todo tipo, sacrificios de
,nl
Ottlo ha .cailadn laminen < ai"P" - sangre, temor supersticioso a castigos demoniacos, renuncia a uno mismo, visiones
comparará el estilo decadente de Wag-
1
' cubre de volutas uc
me parece que « (i. C Lichtenberg. Vermischte Schriften. Gotúngen. 1867.1. 186 (BN).
<wi. iainh.cn en H """ ¡ T " * H arta a Cari l ucha, de julio J
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íKSH. 8.415,
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vertebración han hecho ¡nmonal .1 5 1102|
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A t e n a s , , Hai , E:
¡ G e n i a I U n s a c r i f i c Í Q
El genio hace tributarios suyos a todo* ann-ib*.
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¡U»dta < ^ " « o enorme ¡ J * , , „ c o .os persas ^ ^ S S T S T ^
ateniense, el a s i l u S
completo las ganas de seguir viviendo. Pero luego me repito a m i mismo: si alguna 5[106] * s a '• •< >
vez se ha de vivir, es ahora. — A decir verdad, tuve a Strauss por m u y poca cosa para ¿Que si ha habido muchos filólogos dotados de talentol Lo dudo; puesto que la
43 razón se abre camino en ellos con demasiada lentitud (contar manuscritos, etc.) — ^
mí: no quise combatirlo a él. Unas cuantas palabras de Wagner en Estrasburgo .
filología de la letra y filología de la cosa — ¡una polémica estúpida! — iY luego la
valoración desorbitada de cualquier persona inteligente que haya entre ellos!
5Í99]
Si los romanos hubiesen desdeñado la cultura griega: tal vez ésta hubiese pere- 5 [1071 *te ' ; *• -•**••'- ' ; '
cido de manera radical. ¿Dónde habría podido resurgir? Cristianismo, romanos y El elemento humanístico fue fuertemente implantado por Carlomagno, mientras
bárbaros — todo ello habría sido un mismo embate. Que la habría borrado por com- luchaba contra el paganismo con los más duros medios coercitivos. La mitología anti-
pleto. Vemos, pues, el peligro bajo el que vive el genio. Por eso, ya Cicerón es uno gua se divulgó; en cambio, la alemana fue tratada como un crimen. Creo que aquí sub-
de los grandes benefactores de la humanidad. — Para el genio, no existe la providen- yacía, en el fondo, la sensación de que el cristianismo había acabado ya con la reli-
cia: sólo para los hombres corrientes, vulgares, y sus necesidades, existe algo así; gión antigua: no se la temía, antes bien, se hacía uso de la cultura de la Antigüedad,
encuentran en ello su contento y, más tarde, su justificación. basada en ella. A l mundo de los dioses germanos sí se le temía. — En estas circuns-
5 flOOJ
45
Cf. Burckhardt, GK, 2,29 ss.
0 3 e n e m ¡ S t a d
Helén^TS m 0 r t a l b r o t a l a
^ griega, y el ceiév j a r e t a *
p o r m á s s o b r e e s t e p u n t 0 1 0 5 ant
£ X ^ 3 2 Z ^ z r ^ ¿ " infra nota al fragmento 16 [8]. x n ^ o h e en el contexto de la disputa entre
« Vid. supra, nota a 5 [33] S o t a £ f ^ ^ T ^ £ mklasmche Ptóto-
d Í K
Q e
^ ^ t ^ ^ é s t a s
*>" probablemente las iniciales de Overbeck, Rob* logie, Gotha, 1920; Manuel Barnos Casares, ^ BibUoféca Nueva, Madrid, 2002; Luis E.
•Metzsche alude al t*nr voluntad a partir de «El nacimiento de la tragedto.J^B U><*e<: , ^ ^ q
e n I r o
noviembre de ifm flue tuvo rnn u/-,^. a g n e r CT
« -1 95 de de Santiago Cuervos, «Introducción» a E. ^ / c r e s p i l l o , La idea del limite
l VeL V Estrasburgo entre el 22 y el sobre «El nacimiento de la tragedla». Agora. Ma aga, » .
en filología, Universidad de Málaga, Analecta malacitana, Anejo XAH,
— « 5 « S í » « m . S m m t é r m , n o a p a r e c e M Cado ¿
F R A G M E ^ S POSAMOS
5-Ul.KB.PR I M AVKRA.V|.:R A N O D E l g 7 5
H5
5 1M1I
Entre nuestro arte y filosofía más elevados v la M ' A N T I G U A Ant
ésta se conoce verdaderamente, no hay contra Hi Jí /.« i 'K«cdad, si
ti izada . Ahí residen mis esperanzas.
n c n * C O n t r a d l c c l 0
" alguna: se apoyan y se sostie-
5(1121
Hay ámbitos en los que la rath no puede ocasionar sino desarreglos y el ftló-
que no d.sponga de mas recursos estará perdido entonces y nunca r ^ r a ver la
l o g o
natural, tampoco una mente calenturienta obtendrá ningún resulud^hay' que ten"
la fantasía griega y algo de su devoc.ón. Ni el poeta tiene necesidad de ser coheren-
te: en general, la coherencia es lo ultimo por lo que podría entenderse a los griegos.
5IH31
saceruuic ^ - t - r ,• j-neanui n u » ™ — — ^ " i i caso d rm J
ff e u J l n
Casi todas las divinidades griegas son compuestas, formadas por una serie de
m,smocas™alen^toj*^nen del yugo de la teología: £ e estratos amontonados uno encima de otro, ora con cierta consistencia, ora de modo
W fi|ológico
precario. Me parece casi imposible desmenuzar esto de manera científica: pues no
mención, porque el « * ™ * ? , llegado a desarrollarse un ele» " n 0 h a
puede haber ningún buen método para ello: ya la mísera inferencia por analogía
^ t t r ^ o m f e e t e U e r e n t e a los poe«as-fi,6 gos de" £ j Io supone aquí un excelente modo de razonar.
S S ? í en beneficio de ,a cencía, no del hombre.
5 11141»
¡Qué lejos de los griegos hay que estar para creerlos capaces de semejante
5
"°Lo impopular de la nueva cultura del Renacimiento! ¡Un hecho terrible! autoctonía de miras estrechas, como hace O. Müller! ¡Qué cristiano hay que ser para
tomarlos, con Welcker, por originariamente monoteístas! ¡Cómo se atormentan los
filólogos con la cuestión de si Homero escribió, sin comprender el principio muy
l a
superior de que el arte griego mantuvo una larga enemistad interna con la escritura
¿Qué es entonces V Antigüedad, frente al arte, la ciencia y la filosofía y no aspiraba a ser leído!
9
modernos Ya no es el tesoro de todos los conocimientos; ha quedado superada en
los ámbitos del conocimiento histórico y natural. El sometimiento a la Iglesia se ha 5 [1151«
quebrado. Ahora es posible un conocimiento más puro de la Antigüedad, ¿aunque se Los griegos estaban tremendamente atosigados por el placer de fabular. Hasta
trate también de un conocimiento más carente de efecto, m á s debilitado? — Asi es el punto de que en la vida cotidiana se les hacía difícil mantenerse a distancia de lo
ciertamente: si se mide el efecto sólo como efecto sobre las masas; pero, para la pro- «mítico», del embuste: como todo pueblo de poetas, sienten ese placer por la menti-
ducción de espíritus superiores, la Antigüedad es más poderosa que nunca. Goethe ra, así como la inocencia que va unida a ello. Sin duda, los pueblos vecinos encon-
como poeta-filólogo alemán: Wagner como un estadio aún m á s elevado: lucidez res- traban todo esto desesperante.
pecto a la única posición digna para el arte; nunca una obra antigua ha influido de
forma tan poderosa, como lo ha hecho la Orestiada en Wagner. El filólogo objetivo-
Vivir en las montañas, viajar mucho, moverse con rapidez de un lugar a otro -
castrado, que por lo demás es un cultifilisteo y un enemigo de la cultura, y que ade-
en todo ello ya podemos equipararnos hoy día a los dioses griegos. También conoce
mas practica una ciencia pura, es sin duda un fenómeno lamentable.
mos el pasado y casi el futuro. ¿Qué diría un griego si nos viera. —
5flI0J»
d e f e n s o r
*• y í S S Í ^ ^ y ^ a l í g e r o todo un enemigo de los jesui- autor leído por Nietzsche ya en la época de El ™
Nietzsche alude también a Escalígero en su p r i m e r a ^ ^ ^ ^ ¿ la Univer- m o l e c a d e
S 11221""
Son los egipcios, y no los griegos, el pueblo gmwbuimtrik científico, el pueblo
d c literatura. Loque en los griegos t.ene el aspecto de ciencia, procede de Egipto
! a
y luego regresa allí, para reun.ftcarse con las antiguas corrientes. La cultura alejan-
drina es una amalgama de la helénica y la egipcia: y si el mundo moderno se vincu-
la a la cultura de los antiguos, entonces
. „.«,« . . l)inr l . u v en la frivolidad de los dioses- „
'"ríp. < d e d.^dad. Es* 59
5 [1231
El vidente debe estar lleno de amor. De lo contrario, no inspira confianza alg
EU-
auto-elevarse e>. su na a los hombres; v. g. Casandra.
5 [124]
5 1
* Viidides sobre el t J c n w n c r a asidua por todo aristócrata La filología clásica es la cuna de la Ilustración más superficial: empleada siem-
H elemento r ^ y ^ « " > S e t u v i e r o n a raya e n t r e T I * *
m a n
pre de forma deshonesta, poco a poco se ha ido convirtiendo en algo del todo inope-
delata en las planas .Jcnotona - ^ ^ c u w ( o p tre .
u d o ^ SI rante. Su eficacia es una ilusión más del hombre moderno. Propiamente, se trata tan < ~
,
W o ve*, los mantuvo a to* •
a s u .. sólo de un cuerpo de educadores, que no está compuesto por curas: en esto es en lo
que el Estado tiene interés.
Se ha agotado por completo su utilidad: mientras que, p. ej., la historia del cris-
5 2
'' °Z *¿~u «r.v*fc núes, la emidia Je ios dioses? No se cree en una dicha - tianismo todavía muestra su vigor.
, T o t i J ' una fehedad desbordante. Esto debía poner, &
" , ' , , i ' h l ,r <u alma * sentía herid» con demasiada facilidad- les i l ? 5 [1251
Ü & Z S **«•• es Ahi donde había un talento n o ^ De los discursos sobre la filología, cuando provienen de filólogos, no puede
el tropel & - ^ debta resultar extraordinariamente numeroso: si aquél sufría una' extraerse ninguna enseñanza, son la más pura charlatanería, p. ej. Jahn («Importan-
60
cia y lugar de los estudios de la Antigüedad en Alemania» ). Insensibilidad total ante
destracu so B V U \ia" .También era demasiado arrogante! Y , sin embargo, cual¬
lo que hay que defender, ante lo que hay que proteger: así habla la gente que ni
quiera de ellos se habna comportado con la misma arrogancia, si hubiese tenido ese
siquiera se ha parado a pensar en que se le podría atacar.
talenio. > cualquiera habría representado con gusto el papel del dios que envía la des¬
i 5 [126] 61
No es cierto en absoluto que los griegos únicamente hayan tenido orientadas sus
5|U1] miras a esta vida. También sintieron temor ante la muerte y el averno. Pero nada de
Los dioses ¿negos no exigían conversión alguna ni eran, por lo general, tan car- arrepentimiento ni de contrición.
eantes \ entrometidos aun asi. era posible tomarlos en serio y creer en ellos. Por lo
denus, en tiempos de Homero, el ser de los griegos ya estaba ultimado: es necesaria 5 11271
la lurenva de las imágenes y de la fantasía para apaciguar y liberar en parte a un «El impío exterminio mutuo (inevitable, en la medida en que solo una única
immo dosmedidamenre apasionado. Cuando les habla eí entendimiento, ¡qué dura y nóXtc quería sobrevivir), su envidia hacia todo lo superior, su codicia, el desmoro-
e n r í e s parece hi \ida' No se engañan. Pero juegan con la vida envolviéndola con namiento de sus costumbres, la situación esclavizada de la mujer, la falta de escrú-
w h a [ o m i r l a pulos en el perjurio, en la muerte y el asesinato»" B<urckhardt>.
5«fc!^ c ^ ^ ^ ^ - * vida como un juego: la seriedad Ies era
L a m i s e n a
ses, ¿umdo Ie> es - ° T i de los hombres es un goce para los dio-
puede U n i ^ H * ' 1 ^ gnegos sabían que únicamente por medio del arte Cf. supra. 5 [66],
« M U en un goce, tf* twgoediam. * Burckhardt, GK, 2, 277. Antigüedad. Ensavos
» Titulo de, primer ensayo d e . l i b r o * ° ^ ^ ^ Z t i \ n£SrM**>^
populares (Bonn. 1868). conservado en la biblioteca de discípulos a Uñeta
S t a e historiador Je la música, torme- en Bonn «ja «cu ^ ^ ^ S Upolemizado
d o con él
««se umbien U ñusna idea, demente modificada, " von \
enEi xacimiento de la tragedia. \ case nota a - w . kcciones de Burckhardt,
La misma idea aparece en el manuscrito de entero a
a: «es completamente falso pensar que los griegos únicamente se han dedjcaoo por
acá v no se han preocupado en absoluto por el mas alta».
en MA. 154 vide trueoedM*'- «Burckhardt. GK,1,80.
P CI., en c! i unLitU
«1« fucrm
de IV*
5(1361
«Ilustración» y cultura alejandrina es „, i - ,
<M*l Ae termina medio h á l l a m e los atributos de | D M p t l % quieren los filólogos. No hclenidad. ' e l
» 1 0 4
casos! — lo que
5 11371
. - " venció que uno aprecia en los doctos es. con respecto a tos
Hercules. pedantería.
— km? na*** rilo seguramente se
Q muo dei kervf ^ Pr 511381
<*isó
¡Formación clasica! S, al menos hubiese en ella tamo pagamsmo como Goe
poca¬ halló y ensalzo en Vvmckelmann - que en absoluto fue Ó ^ ^ E T C ^ O
todo el falso cristianismo de nuestro tiempo lo que se da o ronda por *Á<TZ**>
ì l 3
dei hombre; generaciones venidera - esto es d e m a s í o para mi y debo componérmelas mientras ll«a el día en que
> ì U ^ > **** > j debe preceder ai arte figurativo. ^
La pueda dar salida a mi repugnancia al respecto. En relación iestagnación daV
•gode obras sica», se cree, como si dijéramos, en la magia; ahora bien, como es natural, quienes
todavía tienen en mas alta estima a la Antigüedad son también quienes más e '
dicha formación, los filólogos: pero, \qué hay en ellos de clásico'.
forr^oc . - j a » ¿ 0 « • por eso! ¡Algo que no v | a e
5/J34| 5 11401
a a su ane como para arrinconarlo, al igual o» Silencio de cinco años. Alumno preceptor educador.
Ose ai páHico fRienzi) o somete el p ú b l i c o a él. W'ag&í
edipea ai pt roer 1
' "— nen ios ínfenores quieren un público, pero lo 5 11411**
ouscan a de medios - 66
~ .¿ prensa, H a n s l i c k , etc. ¿Qué es talento? — Querer una meta elevada y los medios para alcanzarla
51135| 5[142] _ . .
Los filólogos son esa clase de personas que aprovecha el confuso sentimiento
Us fúoioeoí qae'r. de su ciencia no tocan nunca las raíces, nunca plantea: de su propia insuficiencia que tienen los hombres modernos para ganarse asi el pan
ia fiioiogu Víala concienaa? ¿ O acaso falta de reflexión? y el salario. p
5
erudttos a.emanes y sus así Uamados pensadores, *****
de la rnstona real, han hecho de la tetona su tema y. como
^mo el capítulo sobre el culto griego al héroe, 2, &
han ¡mentado demostrar su raconahdad Me
cerá en esta contribuc.ón alemana a la cultura europea el mas funesto legado. ,su
H mwicoiofo auanaco. profesor de Estética e Historia «¡»
* * * de ia infiuyer,te obra be U* helio mwítc toria es falsa!
*ac ra :,- en ., reía ion formal entre los son**
:
irporado luego
a dionuüuM del m***ZL
Usuóe//amano, d<*^
ui , . ntes conio si hicsen |KIM>IM% madura J U Mm « « « T E R A - V E R A N O DE 1 8 75 „
n i
i ' ;'i , I * es lo quo del se, do los Huras veces la cadena que va de un nenio • m.„
s
. f ah - - A fin de cuentas, la eos;, q u ^ ^ g n i
1l 1 C l l ; i
„„„,, manera se dio algo así entre M r ^ l T Í " ' , ' * 2 "* »"
Ili il i V i i í LSon
i v i e>,as c o n s i d o t . u u.tuvs a d e c ú a ^ . *c¡!
s
¿"un e l e m e n t o Pa^ La fatalidad de todo gran talento: lo atraetodohari* «: I J ,
«ente *»cn ' ^ a la mejor > más elox .ula representación . d o rsuya, jomo to Ro™, hasta. q u e d j ^ ^ " u ^ ^ T ^
¿Es que ofrecemos • * J * k L
, acento en la teetunt de los « ¿ T
J S 1 c
«1 I embrionarias, quedan sofocadas de este modo" luerzas, todavía
8 U o s
jclosanMfciuo^',' ; 1
° k l s 0 n
( j ù n t i c i : e d a d evia situada e n u n a etapa t v r ó „ - Mostrar qué predominante e también la decadencia en la Hélade qué rara y
S
t r o ' u»e - o v a c i ó n
K l
^ , m i o t u ' a a q u í a despuntar el alba. ^ ^ la
a
breve es la grandeza, que insuficientemente apreciada (por el lado falso i *
\ida Es al linai oc la ¡Qué rudimentarios debieron ser los comienzos de la traged,a en TespU' e d
las conformaciones artísticas de las incipientes orgias. Y así también la prosa'resuU
tó al principio muy ruda en comparación con el habla real
5 M
clarificar de una vez por todas las * * * * * del estudio histórico m ^ ^ _ Los peligros son: se tiene apetencia de contenido o se es indiferente al mismo y
se pretende una excitación de los sentidos mediante los sonidos.
^ S L * m — ' i iff ' « « " g * 0
- 0 c o n l o s g r i e g o s
Lo agonal es también el peligro de toda evolución; sobreexcita el impulso crea-
Consc-cuenciasde Premura « £ • tivo. — El caso mas afortunado en la evolución se da cuando varios genios se man-
i, filologa Filisteismo cultural tienen a raya entre sí.
ia iuoic*- sobre%aI«ación de la lectura y la escritura ¿Acaso no quedaron cortadas de raíz muy muchas espléndidas posibilidades?
FaJta de solidez j ¿Quién habría tenido aún como posible en su época aTeócrito, p. ej., si no hubiese
Extrañamiento entre el pueblo y sus necesidades. existido?
Los propios filólogos iy los historiadores, filósofos y juristas, todos ellos El máximo acontecimiento sigue siendo por siempre el precoz panhelénico
1
H O M E R O . Todo lo bueno procede ciertamente de él: aunque, al mismo tiempo, ha
xicados por estos varvres). ' u sido el obstáculo más poderoso que ha habido. Homero lo simplificaba todo, y por
Ha> que ensenar !as u-rdaJerus ciencias de la juventud. eso los más serios lucharon tanto contra él, en vano. Homero venció siempre.
1£ asimismo, verdadero arte.
El factor de sometimiento propio de las grandes potencias espirituales también
De este modo. üegará a existir, en una vida superior, el deseo de una venia 'ra es visible en este punto, pero ¡qué diferencia: tomar a Homero o a la Biblia como un
Historia. poder de esta clase! 73
11
Idem.
I>MA,261. I 11
Cf. MA, 262.
I T
< Cf VM. 220.
V UIUU PWM#WfcA-VERANOlJRI875 93
U 1 , a
»r ^ * > — * * " " " " " - ^ *
,
c i l aflija. Los dioses han «do inventados
n c i a comodidad de los hombres- su
p a r a
hay mucha menos facilidad. Cuando los dioses del Ohmpo pasaron Vsegundo
plano- U. vida griega se volvió más sombría. - Mientras nosotros investíamos y
trabajamos, los griegos celebraban fiestas. Ellos son los jesteiadores
• 1
sur*.' a W 1 0 lo hwewn. la Am.suetUl q u e d J > l No ven a los dioses por encima suyo, como señores, ni se ven a sí mismos como
siervos, como hacen los judíos. Es la concepción de una casta más feliz y poderosa,
una imagen especular de los ejemplares más logrados de la propia casta, asi pues, un
n. _ - ^ « n . «"-o p> _ „ , , , hahc-r hecho p o ¡ ^ S
h m m i t K l s b l e ideal, no una antítesis del propio ser. Se sienten completamente afines. Existe inte-
7
Antigüedad. Junto con el c V ^ ' a ' rés recíproco, una especie de sinmaquía ". Uno piensa aristocráticamente de sí
p mismo cuando inventa semejantes dioses. Y de ese modo también el mendigar y
ni dad Ahora resulta demasiad comprar su favor adquieren el carácter de algo aristocrático. Es una relación análo-
Ca
me • • - - o> sido utilizada de b ¬ ga a la que se da entre alta y baja nobleza; mientras que, por el contrario, los roma-
a rwsotros, y * * * ^ ha apoyado la opresión religiosa, enm nos tienen una autentica religión de campesinos, caracterizada por el temor a íncu¬
mas atnv * " A ^ d T h « £ • • • * • - l J broma capital fue decir: «¡] A n t i g ü * ! ^ ' bos™ y apariciones.
a
dola bajo l l ; 7
. - • •"• " ' " ° " > " V de esc niodoi
sido >upei 5(1511
A ! A o M t t convertía en algo inocuo. ¡Resulta tan plausible h n
.dieacion J ' ^ h m M i f M i ^ T a
f r a t e s ! ¡Va podía uno vérselas con p i í ? ' Quiero enseñorearme de la literatura tanto que, v. g.
h enea e n c a n a ^ ya se libró durante los h a t a J I a ü u e coteje la ávayvwpíoEu; 80
14. Mutismo.
mmmm Depende de por que se tema su disfavor. De modo que ahí donde no se
15. Menosprecio e incomprensión de lo anterior.
¡ ¡ ^ . ^ • ° b j « " o con las propias fuerzas, se buscan fuerzas 16. Divulgación mediante charlas, viajes, librerías, bibliotecas
t a n t 0 C l C U Í t f e i I S 0
«** Donde? ' ° P° Para el a/iwo ¿e- las fatigas de la
T C T n c á m a ,
a Jos dioses m i v e n r ^ r ° ^ g° «w acción, se ruega
i n c o r d i a y perdón; por tanto, el culto relirioso como fltfvto * /« ñ «Symmaehie, Las synmajias o —
diferentes ciudades-estado gnegas para contrarastar los miemos ue
S f l
\ Nietzsche escribe «Kobolde, En la Z ^ l Z Z
menor, que habitaba en cuadras, cuevas y casas. Su eqmvalcnt. aproxim
na podría ser el íncubo. ^ j ^ u imcra vez por Aristóteles en
nr
U 1 4 ü a
« Anagnórisis. «reconocumento». iue el t e r m i n o ^ ^ d o ^ £a l la
o t a g o m s t a d c
< ™ S c £ * l , " • T ^ " ' ' contemplación de la W g * J su Poética para referirse al instante en que. por un yro i pa circunstancias en que se
l o rie
*» * l «meare ¿ T ^ T " * * « 8<« • tratad.) exlensamen» J tragedia se le revela alguna inquietante verdad sobre si mismo o soore
l 3 J J halla envuelto. **fw^^
m iwy. Véase aquí también 5 l '
magnitud motivos de la pérdida
wWPf rtpara todo* y las «otas de arte
a un 5. U II HB. PRIMAVERA-VfcRANO DF. 1*75 95
\u\ obra* "**
«j
0
• «ara el eludió de la literatura, pasado» sólo es posible si al mismo tiempo ya estamos más allá de él. Pero el peligro
Oí*** ¿/¿fui»» r " " ' " ^ r ,f
\alor absoluto. m u n latente en la sensibilidad aquí exigida es grande, dejemos que los muertos entierren a
^ ¡ l , i < * i a hiftorico-litenMm sus muertos'": asi nosotros mismos no desprenderemos un hedor cadavérico.
4 ralseamie* k. _ ^ 1 I ll ^
51158]» -~ • %
incatura, algo exagerado; y cuando Lo muerte de la cultura antigua.
1. Significado actual de los estudios de la Antigüedad, ambiguo, mendaz.
-||o es una prueba de que el instinto „17 2. Tan pronto como conocen su meta, se condenan a muerte; pues su meta es
c
, débil Quien posee mejor paladar °0c| D describir la cultura antigua misma como una cultura a la que hay que destruir.
uduo resol*
ind) y con pesadumbre en quienes tratan d ^ 3. Recopilación de todas las representaciones a partir de las cuales ha brotado
m I
rcpognacia en el ^ r _ ar Sltu
)ie la cultura antigua. Crítica de la religión, del arte, de la sociedad, del Estado, de la
corro» »i mi««n «de arrim. moral.
4. La cultura cristiana también resulta negada con ello.
5|l«l 5. Arte e Historia — peligrosas.
6. Sustitución de los estudios de la Antigüedad, que se han vuelto obsoletos
para la educación de la juventud. OTO
De este modo, la misión de la ciencia de la historia ha quedado disuelta, y ella
.... i-../.!. mra tasar debidamente L S J «liixrtau». -
misma se ha vuelto superflua . toda vez que el círculo internamente cohesionado de ¿ •
esfuerzos pasados ha sido condenado al completo. En su lugar, la ciencia debe ocu-
parse del futuro.
S|IW|
el culto religioso se ha conservado un grado anterior de cultura, se trata de
MU|)cnivcfictaa». Las épocas que celebran un culto no son aquellas en q éste se U C
5 1159|
inventa A menudo la oposición resulta muy llamativa. El culto griego nos retrotrae El maestro de lectura y escritura y el corrector son los primeros tipos de filó-
a convicciones > costumbres prehoméncos; es casi lo más antiguo que sabemos de logo.
lo* griegos; más antiguo que la mitología, la cual, tal y como nosotros la conocemos
lia sido sustancial mente configurada por los poetas. ¿Puede llamarse griego a este 51160] , *!
Nuestros filólogos se asemejan a los verdaderos educadores tanto como los
culto? Lo dudo l os griegos son culminadores, no inventores. Hilos conservan algo curanderos de los pueblos salvajes a los verdaderos médicos. ¡Qué estupefacción
gracias a esla bella culminación. i* »••;». ¡ despertarán un día lejano!
5|156| 5 [161]
Nos upara por siempre de la cultura antigua el que su fundamento se ha con- Todo con actitud crítica.
valido en algo dcf.mtivamcntc 00*00 para nosotros. Una crítica de los griegos es 2. Literatura.
•| a ve/, esta misma medida, una crítica del cristianismo, dado que el fundamen- 2. Representaciones religiosas.
c t l
1 2 C n 1 0 5 í n , u s 2. Representaciones morales.
Todaví V T "P - «I culto religioso y la magia natural,
d , a n U 1. Educación. ' * 2 ¡ S r i.
de I t Z í t ~ ^ desfasada.^ pero ya están en trance
1. Relaciones, entre sexos, países, etc., entre clases.
hstü xeria UNA [ARPA ^ 2. Estado. 1
' *~
a m
ti, iamh,cn el cmuam 'mo vT'T'T ******** > <> «feo irrecuperable y, con 1. Arte del lenguaje, Concepto de culto y de inculto.
h a n n a s í a
mslni suciedad y nuest poll] m c Aprésente 2. La filosofía y la ciencia.
1. Sobre la filosofía clásica y la Antigüedad en la época moderna.
MI571
-
1. Sobre griegos y romanos. •
Tarca indicar I Después de cinco años y med.o, e. d., otoño de 1875 pascua de 1881
Pascua de 1882 + siete años y medio = mediados del 89, p. ej., a los 45-46 anos.
, m m e k a r a c , e r i z a r
•£ £ ¿ * 5 » i C S í i S * **** -*«•» ' i
u, y u c
' Kf"sj sig „j ., , » o obsoletas
f lL |t;|{
11
^ H í ? r <
£ * ^ y f c
« a ' v a n i . a d o r d e represen* Cita bíblica, cn Mateo, 8, 22.
a c «Cf, 19 [20].
" * • " * " » « • „ , supe í t ' - " 'a medida en que quiere tnutfjx*
1
^ ^ ^ c a m e o W «ser ¡us.os c o n '
sh ^WAVfcJLVVBlAHO
ytea*ria**te. de la vafe. *¡
• ¡¡ ^ £ £ S 2 3 ¿ en n o <W méao. U coocuttcioii y el «increosmo
1 1 > W
* H * " * ^ l ,
l U OVO" < " 8 El a
El I «o y contrario a la Ilustración,
9 a rclupo». También la Mxiedad
10 Lai
preservarlo de U nusena v el aburrí
J l ' S . T i r pencoev- . » » ñor medio de « p ^ * * ^ miento.
Rezo (Maldición, juramento).
1 Sacrificio.
f o r m a m a s S |
2 Éxtasis y sus medios. Mántica. Oráculo. Invocación. Magia H sacerdote
JTJZZZW** « « * ^"a y que , . "n 4
a
Onentacion (F<orma> del templo). ^
habrá un « - wu ^ 5 Purificación (Misterios).
6 Formas complejas: fiestas con espectáculos.
0 0 c n u n m u n d o mct
* A oowbfc wn U t n g t ^ 1 «
c
afisico? H a v a) Cultos del Estado.
- i — ínmmñmrelso dc U humanidad hahiH;. hacto . i . yQ b) Cultos gent<iles>.
como c v i n c i i • * * ^ ^ ¿ ^ ^ crecj
do iofcfe h h»e de c u medicina intcnor. " - c) Culto doméstico.
d) Culto a los muertos.
nuciros matnrm**», etc son la causa El hombre bello, el hombre sano, sobrio y V Conceptos importados: el de la muerte sustitutoria.
emprendedor lambien transforma todo su entorno cn al«n M\t\ a M I ' V I El estado sacerdotal. Hipócrita. Aversión a un planteamiento serio de
cualquier problema. (Culto, sacrificio, presión a los dioses).
5/1651
V I I El mayor pecado contra la inteligencia de la humanidad es el cristianismo
¡ m h a l l a n t o d o s , o s i n d i c i o s d e histórico.
do J Icou^V " * * esta-
C U a J Sg r C g 0 S h a b r í a n
V I I I Dios, completamente superfluo.
niu> distmio sr hubiesen ^ '° ' legado a ser algo
H n m e m l o s h a , i b c r í l d
IX El ocaso de la humanidad: no hay nada eterno.
a la frivolidad que es prop^dc^ H° o de eso, merced
, r a n s f o r r n a c o n
X Envilecimiento de todos los motivos, impureza del pensamiento, errores
ni y Momhria en la rvlilu, h ^ ' de una religión barba-
c , c r T a m c n ! e 6
fundamentales de todo tipo, en las clases sociales, en las aspiraciones.
Ahora pueden apreciarse las tmZH^ ^ ^ "favor acontecimiento* .
r c r c w n C o n , r a n a s ) a
X I O se vive únicamente bajo ilusiones: o se vive de la manera más difícil,
P tai'ionesJaad<»rxjondfi^T - manifestación de antiguas
c m c n I O S
sin esperanza, sin ilusión, sin providencia, sin redención ni inmortalidad, pero con
I Tiempos pnmiiivo* tov- afines, de índole extranjera. una mirada de amor compasivo hacia uno mismo. Divorcio entre dos concepciones
y S m b n o s
m Miedo > culto a los muertos °* ° C h i s m o . Sacrificios humanos, del mundo, la cotidiana y la de los más raros instantes del senúmiento y del pensa-
miento. (Desprecio y amor, sentido y sensibilidad, potentes por igual). Esta concep-
ción dc la religión requiere de la ciencia (como instrumento de una comprensión
4
La hgere/a y f n v o h ü ^ ^ T r a
C d c , a
q ™ ' n i a religión sombríi i.
a m ,
sumamente despreciativa con las flaquezas humanas y falta de finalidad de los hom-
K l o n
" ^ Poetas de Jonia. bres). Dicha concepción aumenta conforme lo hace el conocimiento del mundo. —
"Í"J ( f MA
17
Cf. VM, 95.
• « « U d,v „ 11
lno
Cf. 17 [20].
*^ 1*4 ÌS J l MI
•
~ el uwco principio de !.. N ut.,- l
Ì M Ì u ci, _ m D
eri
5||73]
Id carácter pueril de la filología: ha sido idead» r w i ~ m
s w n j r la grveidau mcv m , c i o s i d a d que os solo un nrw
nU
U
° ftm alumnos. "ueaaa por los profesores para sus
5|174|
eomo un filólogo, Cl Figura cada vez más genérica de lo modélico: primero personas, luego institu-
amio un !ilolo»o. pero > • ^ ^ a > quo
que |lo que
que so
se luoso
fuese tambie"
w u
J t f u ¡ u
lambii ">* c o s a n u
m
> 0
C ü
5(16*1 5(176|
queda de un autor debidamente
¡No utilizar a los hombres como cosasl
5 |16
L a falsa imagen existente de la dedicación a los antiguos refrena incluso a los 5 [177|
una corriente de libertad, mientras que nuestra filología altamente desarrollada escla-
iperfectos surgió
n
viza y se pone al servicio del ídolo del Estado.
:
t&m ** ' * *****ái***mi^•• - 5(1781 91
Quiza algún día las mujeres se ocupen de las ciencias: los hombres deben crear Cuanto mejor organizado está el Estado, tanto más mortecina resulta la huma-
espintuaunente. Estados. le>es. obras de arte. etc. nidad.
Hacer que el individuo se sienta incómodo: ¡mi tarea!
511711 ^¡Zfftnk ¡Incitación a la liberación del individuo en la lucha!
Sólo debe estudiarse la Anngucdad modélica de la misma manera en que se La cima espiritual tiene su momento en la Historia, para lo cual requiere de una
~ " humano modélico, así pues, imitando conforme se comprende, y energía heredada. En el Estado ideal se ha acabado con todo esto.
modelo ry alejado, reflexionando sobre los itinerarios y preparan
nhnendo las etapas
apas intermedias
intermedias. 5(179] *
La norma del estudio eside
resideenenlolosiguiente:
siguiente sólo debe estudiarse lo aue incita La cultura espiritual de Grecia es una aberración del inmenso impulso político
a ¡a imitación, lo que se aprehende con amor y del áptOTeÚEiv. — La jtóXtq, altamente contraria a la nueva formación cultural. A
Esto sena lo mas cometo: un canon progresivo pesar de ello, existió la cultura.
ceníes, jóvenes y adultos
51180] . , ., .
5|I72] Sólo de la energía suprema de la vida surge el juicio supremo sobre la vida, el
e h c l d o l a
espíritu ha de estar lo más alejado posible del decaimiento.
Z ^ ^ ^ ^ ^ Antigüedad: siempre con alma dis- En mitad de la Historia Universal es cuando el juicio será el mas correcto, pues
l i a c c n o
— * ese modo- . " - « o se ve nada de una pedagogía tu»
¡ 0 u i ¿ n
entonces existirán los mayores genios.
" " « " ^ e s • los jóVenes' *" >' * A n t . g ü e d a d que son
Producción , / , / genio como único que verdaderamente puede valorar y negar la
vida.
Cf. 23 [82],
t m ""«Klad parece „ ,, a Wagn«
N m é m m ( r c f c n d ü
Vs MA, 234.
KRAÍAWMOS POSTUMOS
5fH7] 5 I1901 96
Desearía un libro sobre el modo de vida de los doctos He de manifestar en breve op.niones que se consideran ignominiosas para quien
las sostiene; hasta los amigos y conocidos se mostrarán entonces «qjuvos j'medro-
sos. También he de atravesar este ruego. Tras ello, cada vez me perteneceré mas a mi
l C , U d 0
mismo.
m c « ^ 4 4 ^ 2 1 Cf 'touZ¥*? por Nietzache en esta época enj
1 6 0
^ « . V s c o n , ¡L;L£Í i ^ T » ^"»™ de « W aforismo aparece la refere^
£ * ~ < S ^ pruno» .00 e s b l s de nove
c_ - \ 1 1 \ in 18) Nietzsche añade el titu-
0
«"*> lwo Scon» Véase también? M a l e z a , díanos llenos de ideas, etc. Y « * * T •"VsMA, 235. Un;,a vez transcrito este fragmento en M11.13 m. i*h «
n o v c I , a
d -mmonaI% e 7 ^ ? ^ T Z » ' « - « «".en gusto llamar, con Scí lo: «Fatum tristissimum». , . . „ \ n i , 8 (n.° 15), Nietzsche añade el titu
M
-vlíu °* 8 de diciembre de 1875 ÍKSB, 5. 126). <* Vs MA, 619. Una vez tránsenlo este fragmento en M l 1
lo: «Ventaja de ser despreciado». Cf. 9 [IL conclusión.
***** ¿ S í f c S ? * *• - M I , . 15 („ • , 9K Nictzache añade el #
n , M , , S
F R A o , ^ » " *
c n , s a
— ^mnjj^a. por j aP desprendida de i a t e r r i
Si se piensa en la enorme masa de esclavos que había en el continente sólo
e m n C W
- ° : S T e s e modo, brotara de repenteel genio. - Así me habla ,
n a cabía ha lar griegos de manera esporádica. Una casta superior de gente que no nace
nada, políticos y demás. Sus rivalidades los mantenían en tensión fisica v espmtuaí
Teman que conservar su superioridad cualitativa - éste era su poder de fascinación
sobre las masas.
época imperial son gente agotada y sirven a la perfección
5 [200|'"o
jnanjdad futura. Se muestran humanitarios, sobre todo con-
frontado* a Roma, abominan de los combates de gladiadores, etc. Resulta completa- El discurso de Péneles, un gran espejismo optimista, el dorado atardecer con el
que se olvida un mal día — inmediatamente después llega la noche.
mente erróneo sacar de ahí conclusiones acerca de su época de juventud.
m
$\m\ . •»»
Homero se encuentra tan a sus anchas en el mundo humanizado de los dioses y
siente tal deleite como poeta, que tiene que haber sido alguien profundamente irreli-
gioso. Moldea dicho mundo al igual que lo hace el escultor con la arcilla y el már-
mol.
5/197/ '
La polis gnega tuvo una actitud excluyeme hacia la formación cultural, su
impulso político fue en este sentido altamente paralizador y estabilizador. No debía
íaber historia ni devenir alguno en la formación cultural, ésta tenía que quedar fíja-
< ¿ u
no/onif ' y, - V . {*? ¡ J - - "Parlado de Vs MA. 233.
m
d e c n b c
venden si mismos» deh i iiT"*" » **" a lo» sofistas como aquellos «que se
« Vi 18/471 ' enjeñanza». q U C C O t o l
^ ^ ^ ^ é S ^ ^ S ' fragmCTtoCT
^ (a.* 16). Níetzache añade el título: M 1
6 [11
Imitación de la Antigüedad.
El medio, la filología, imposibilita la imitación al filólogo. Conocer sin saber
De ahí que: o bien la filología se ha convertido en algo puramente histórico —
o bien se ha ido a pique (Schiller).
Incluso el conocimiento histórico de la Antigüedad está mediado por la repro- ^
ducción, por la imitación.
l
La grecidad goetheana (la C(09pocmvr| griega, transferida en el arte al hombre
moral).
6 [2]
La Antigüedad griega como compendio clásico de ejemplos para la explicación
de toda nuestra cultura y su desarrollo. Es un medio para comprendernos, para orien-
tar nuestra época y de ese modo superarla.
El fundamento pesimista de nuestra cultura.
6 [3]
Sócrates, he de confesarlo, me es tan cercano, que casi siempre estoy en lucha
con él.
6 [4]
Ciencia y sabiduría en conflicto.
* Cuaderno de 240 páginas, descrito supm (vid. nota al material numerado aquí como 2).
1
«Sofrosyne»: moderación o templanza, asociada al cuidado y la inteligencia en el gobierno de
W
a propia vida. :;: ^ ^ 5 ^ ^ ^ ^ ^ S B B ^ H H B "
[105]
- - "** E n
" ° na e 8 la,ria 6
U11 «C. ¿VERANO DE 1875?
107
fue cuando pudo serlo, tal vez con la excepción de Solón, según se deduce de sus pro-
£n tercer t»p» consciente y lógicamente
correcta > • . pios poemas. j>
^ la ciencia, así como para la v,da etica. También la independencia es sólo aparente: en última instancia, cada uno está
De ello se deman danos para ligado a sus predecesores. Fantasmas unidos a fantasmas. Resulta cómico tomar todo
esto tan en serio.
6 (51 f w * y Toda la filosofía más antigua como un curioso pasaje del laberinto de la razón.
Ciencia > sabiduría en conflicto, Hay que adoptar un tono como de cuento y ensoñación.
Presto en los filósofos griegos mas antiguos.
6 [8]
6(6| Aristóteles en su juicio estético.
tonos coloreado contra Empédocles
con respecto a la tragedia.
9
2. Córoo se comportan con los no-füósofos
0 Demóstenes.
3. Es mucho lo que aepende de su personalu Tucídides.
de mi consideración de sus doctrinas. Artes figurativas.
4. Ciencia y sabiduría en conflicto en ellos. Música.
5. Relato irónico: todo es falso. Tal como el h
6 [91
' Cf. 6 [44]. Para la expresión «sombras del Hades» véase también nota a 3 [51].
nMJUBHíCS POSTUMOS
6, U II S C . ¿VliftANO b k IK757
109
ii 1 , n- Comparac.on entre los Clósofos «riego» m i s
h
LOP ... «*«n,j
f >
°H^ CuWWtfnc» ( 5 í x , c
' , l e s d c l o s
''''«solos m ¿ . . La fdosolia gnega más antigua es una filosofía de genuino» hombres de Esta¬
c m , s c a r e s u l t a e c a m b , l a
do. ¡ Q " ' ; " °- condición de nuestros estadistas! Por lo
demás, esto es lo que más distingue a los presocráticos de los postsocráticos
con de la cultura griega p o r q
1
En los presocráticos no existe la «infame pretensión de felicidad* que se da a
la sus impulsos: la fatalidad Q Ü ¡ ! «o n U c s
partir de Sócrates. No todo gira ciertamente alrededor del estado de sus almas: pues , *
< | U e sobre dicha cuestión no cabe meditar sin riesgos. Más tarde, se maiinterpretó el
IT _ Jo el máximo de fuerza h i s r ° • ^
yvónH oauTÓv" de Apolo.
¡^msmo mas tardío y ? " * * J ^ ^ ^ E
enjuiciado siempre de forma ¿Si ^
Tampoco parloteaban ni insultaban tanto, ni escribían.
0
te grande. _fe• -^ J . I . . _ — _
- —- m. mI- Anaximandro — El perecer y el sureir en \* .
prae g l a
La falsa opos"."*»*-— como culpa y expiación. * " " ^ e z a , tomados moralmente
entendieron mejor este asunto (Pita8o s Heráclito — legalidad y justicia en el mundo.
Parmcnides — el otro mundo tras éste- v j s i e
i r-» 'y mundo como nroblema m i m
naturaleza, en c o o p » » » c o n d artistagnego. as. como con el hombre de Sócrates: nada resta para mí sino yo mismo; el angustiarse por uno mismo se
convierte en el alma de la filosofía.
Los concibo como los PRRVRSORES DE UNA REFORMA de los griegos: e r ° P 0 nn
0
como pRcunoies de Sócrates. Solo que su reforma no llego a producirse, y p-" e n Intento de Platón de pensarlo todo hasta el final y de ser el redentor.
goras se mantuvo restringida a nivel de una secta. Una conjunción de fenómeno
trajo todo este espíritu de reforma — El desarrollo de la tragedia. E l reformador fJ 6|221
casado es EMKDOCLES: cuando fracasó, no quedó otro que Sócrates. L a hostilidad Hay que describir a las personas: tal como he descrito a Heráclito. Entretejer a
de Aristóteles hacia Empedocles resulta así muy comprensible. la vez lo histórico.
10
Fjn|)edocles — Estado libre — Transformación de la vida — Reforma popular 6|231
— Intento con avuda de los grandes festividades helénicas. — En el mundo entero domina el desarrollo gradual, entre los griegos se avanza
Asimismo. la tragedia fue un medio. ¿Píndaro? con rapidez, pero también se retrocede de forma terriblemente veloz. Una vez que el
genio helénico hubo agotado sus tipos más elevados, el griego sucumbió de manera
No han eikxwtrado a su filósofo y reformador; confróntese a Platón: que fue
vertiginosa. Bastó con que una sola vez se produjese una interrupción, y la gran
desviado por Sócrates. Tentativa de caracterización de Platón sin Sócrates. Tragedia
forma de vida no llegó ya a completarse: de repente, había desaparecido; exactamen-
— concepción profunda del amor — Naturaleza pura — ninguna conversión fanáti- te tal y como ocurrió en el caso de la tragedia. Bastó un testarudo inigualable y pode-
ca: es evidente que los griegos estuvieron a punto de hallar un tipo de hombre aún roso como Sócrates — y la fractura fue entonces irremediable. En él se consuma la
mas elevado que los anteriores; pero que entonces se produjo una fractura. E l proce- autodestrucción de los griegos. Creo que todo se debe a que era hijo de un escultor.
so se detiene en la época trágica de los griegos. Si algún día hablaran estas artes figurativas, nos parecerian superficiales; en
Sócrates, el hijo del escultor, salió a la luz su superficialidad.
í h Z " ^. i O S c i
* * * * * * ^ Pumo de vista de sus peligros y decadencias, 6 [24]
del mito 3 r 1 1 1 111
* *** corrientes trágicas. Nueva interpretación Los hombres se volvieron más ingeniosos durante la Edad Media; el calculo con
dos medidas, la agudeza de la conciencia, la interpretación de la Esentura fueron los
^ U s prelinünares de loa rtfc*nadc«.. Intentos de conquistar la imagen del medios para ello. A la Antigüedad le faltó esta modalidad de apeamiento del espíri-
mund,
tu debida a la presión de una jerarquía y una teología. Por el contrario, los griegos fue-
W, 4 f
' U d
~ - S ó c r a t e s El desvuuio Platón. 1 K ¿ ' ¿ ron más bien, bajo una uran libertad de pensamiento. ^ ^ l ^ ^ ^ r
zaban a creer y dejaban de creer en algo a capacho. De ahí que les faltase
la sutileza extravagante v, con ello, la especie de mgemo « ^ ^ ^ ¿ ^
moderna. Los gneuos eran poco ingeniosos: por eso se ha dado tan* rekvancta a la
ironía de Sóerales En esc sentido, a menudo encuentro a Platón algo torpe.
.Mii&nenm
v 1 f a m a c o m
l * ^ ^ * * ? ° Poeta a sus elegías, en la» ^ CT. M A . : M
a C O n l a
«ue contrasta la iniquidad de la v d j *
FRAGMENTOS FOSTUMí >s
11:
6
W „ v Demócnto. los griegos estuvieron en |„ . m
Con Fmpe**K , , , M h mejor
u m a u s l M l l r a / 0 d j «•>. tJllW ./,V|-RANOD»|«»J
113
lado es también el espíritu libre tiránico, al que los M I M M - - ----- - -
¿ r e y m signo de mentalidad democrática * 1™" - ° , g u a , m c n l c d i o
, ho|x-nh.me, y p l á n t e s e D O T *
a
hrc < falta en todos!. ,^ Sl < N pie si algún tirano hub.esc s.do un ° ' C f e
™ ^ : U C f o r
**> posi-
Con su ex.gcnc.a del filósofo entronizad». Platón expresaba una idea que anta-
. actitud d c s p r e j u í c i ^°te« H 0 1 i (
6 [27] 6 [30]
Ya no creo en la «evolución natural» de los griegos: estaban demasiado d Las tendencias centrahzadoras, surgidas a raíz de las guerras médicas: de ellas
de talento como para ser de un modo gradual, a la manera pausada en que exist O 1S se apoderaron Esparta y Atenas. Por el contrario, entre los años 776 y 560 no habia
piedra y la estupidez Las guerras médicas son la desgracia nacional- el éxitofi nada de esto: la cultura de la polis florecía; pienso que. sin las guerras médicas, la
demasiado grande, se desataron todos los malos instintos, el deseo tiránico de dom' idea de centralización habría llegado a plantearse en términos de una reforma del
espíritu — ¿Pitágoras?
nar toda la Helade se propagó a cada individuo y a cada ciudad. Con el dominio H!
Antes, eso dependía de la unidad de las fiestas y el culto: también aquí pudo
Atenas (en el ámbito esptnruai, quedó sofocada una gran cantidad de fuerzas- basi
haber tenido comienzo la reforma. La idea de una tragedia panhelénica — habría
pensar que improductiva para la filosofía resultó durante largo tiempo la ciudad d desarrollado entonces una fuerza infinitamente más rica. ¿Por qué no se logró? Des-
pués de que Corinto, Sikion y Atenas hubiesen desarrollado este arte.
de mera 5 S ¡ E ^ ' ^ ^ '° S S r a n d e S m Ú S Í C 0 S
5 teTfa^S?^^" 0
* U f 0 r m a s u
P ™ que cabría pensar. A sus hé-
r e
6 o í 1 ww* *m mümtkm«gnUfoi -mmm « a » * - - -
¡qué terrible fue que tuviera que La mayor pérdida que puede sufrir la humanidad es el no llegar a realizar los
to no puede ser a p r ^ ^ 1
*"™* ^ 5
~ acontecimien- y A t e n a s e s l e tipos supremos de vida. Algo así ocurrió por aquel entonces. Hay un profundo para-
ftari'de Atenos fue el obstárui™ ™ * * ' ° I T
Profunda, ¿ a hegemonía espiri¬ b a s l a n l e lelismo entre este ideal y el cristiano. Por emplear la observación de Schopenhauer:
* al momento en que aún r» e f ? T u " " " ° ' - ^ ' f?/ Wfl A l g u n d í a h a b r á r e m o n t a r «los hombres nobles y preclaros se percatan bien pronto de esa enseñanza del desti-
ft* a consecuencia de las euerJ 5 h
no era necesaria, sólo lo e g e m o n í a : no y se pliegan a ella de forma sumisa y agradecida: ven que en el mundo pueden
" « « » ^ ¿ € 1 ^ . ^ ^ ^ ' " * ' - d-, -sólo después de que se evidencióla c hallar sin duda aleccionamiento, pero no felicidad, y concluyen diciendo al fin. con
Agngento. ^ , c o
Vitelo estaba, p. . , mucho mejor dotada, así como Petrarca: «altro, diletto, che 'mparar non pravo»". De este modo, pueden llegar
e j
incluso al punto de cultivar en cierta medida sus deseos y aspiraciones, aun cuando
sólo sea en apariencia y como jugueteando, mientras que en realidad, en la seriedad
de su fuero interno, no esperan sino aleccionamiento; lo cual les confiere en todo
caso un aire contemplativo, genial, sublime». Parerga 1 4 » . ¡Compárese con esto a
n nin- los socráticos y su persecución de la felicidad.
usos
**** "Jl^UIU.
nombres a su antoj ^ -HXPIuutrco. Solón. 21. Los trenos eran contriciones de la tinca gnega arcaica, en las que
«c entonaba un lamento fúnebre en memoria de la persona talltxioa.
¡ *A. 261 14
«Lamento desconsolado». , .
» Petrarca, triunfo de amor. 1.21: «otro deleite que saber no ansio».
5 Í 7 , > B
^ C J K . U 6 6 , 2 0 I
I
atc nienses cvm 'o* '"dios en Tu ¡ 6
U U K . ¿VERANO Dfc I B 9 T
hombre* desean por si m i 8 r n ^% maravilloso para la producción de genios- nunca ha, k wl~ ™^ 1111 t e r r e n o
describir todo esto. Allí se nos perdió algo indecible ^ Habría que
6 3 4
I '' b de que rodas las cosas favorecen a quien ha h ^ L
* una hermosa ^ ^ ^ * fa . ^ *cho OT V ] d a A ü J ] c u a n d o d e |
trae I(
pupo• p e ™ " " " _ , ^ quiera conocer se vera obligado al T '
| q u l t f n t r
de la misma, dan al pueblo una toS^S*^ te
g 0 S
rar la no mtcncionalidad. p. ej.. cada vez que una época en pleno florecimien- Postura de Heráclito ante los persas: era consciente del peligro de lo helénico
que y lo bárbaro.
to se ve asaltada de repente por una nevada que lo sepulta todo. Reina aquí una estul-
Anaximandro como fundador de colonias.
ücü tan completa como entalatail i Hasta cieno punto, todo pueblo, incluso en Parménides como legislador.
tas condiciones mas desfavorables, lleva a cabo algo que hace evocar sus dotes. Pero
para poder remar de ese modo ¡o mejor de si mismo, es preciso que no concurra infor- Empédocles, el demócrata, que trama reformas sociales.
tunio alguno Los griegos no llegaron a ofrecer lo mejor de sí mismos.
También los atenienses habrían alcanzado algo más elevado sin el furor políti- 6|39]
co desencadenado a raíz de las guerras médicas: piénsese en Esquilo, que procedía Las palabras son las seductoras de los filósofos, que se debaten en las redes del
de la época anterior a las guerras médicas y que se sentía descontento con los ate- lenguaje.
nienses de & fanpa ; «aaaaaii^áattaliaaaV» 6 [40|
El poder del individuo es extraordinario en Grecia: fundar ciudades, dictar
6 f3JJ leyes.
Dado k> desfavorable de la situación de las ciudades griegas tras las guerras
Micas, se eliminaron muchas tméaooes favorables nara f»l ci irmmipnrn v deS3- 6[4i] -mm- •
La ciencia escruta el curso de la naturaleza, mas no puede nunca disponer del
hombre. Inclinación, amor, placer, displacer, elevación, agotamiento — nada de esto
CT e i 4 1 6 a conoce la ciencia. El hombre ha de dar algún tipo de interpretación de aquello que
i con \us habitért *° - C '<» atenienses entraron en
- — ~ » , v dr u hechT ¿ ^ « * n c 0 c l c , o n
« . denominadas convencional mente «d> vive y experimenta; y, de ese modo, valorarlo. Las religiones extraen su fuerza del
• * • * « U ...... / V " " * * v ü
••••••• "Wkfidei en k» c u t o * » M i I H * hecho de ser tasadoras de valor, criterios de medida. Contemplado en el horizonte del
**Waat Sruruan, I864wftv. ^ ^ W » Nietzache ciU por la traducción alemana de
a 1
mito, un acontec.miento presenta un aspecto distinto. La interpretación de las religio-
* UatPD. uñir pu \* nes tiene la peculiaridad de medir la vida humana según ideales antropomorfos.
3 4 5 5 N
^ ^ ^ • ^ A J o W ' A u n ^ , ?' ' » " 2410b Se trata de una reedición
fe» n * ^ ^ ^ ; ' £ ****.lm coloque y charto. de * * * * * £ * ¡
"CTo [49] y 6 [SO]
Í U
^ . / W . I . 2 I 1 .
, wTT»S
c POSTUMOS
IN
«,v llfüt' demasiado tante t« i u
6^0« SC. ¿ V E R A N O Dm 87 s
6 \42\^ h . vivido y ^ conio Démostenos, llegan den,* 117
..:,»na enega k * - i Cultura de la ciudad .
m a %
luM
r7f^ u n a J c , , cumbres de! espintu griego,
s q ü e
Cultura universal <*•>-•._, - MMNÉidMi
I - S Ü U I I O supone adtrn. • . Cultura popular: cuán débil entre los nríP
cultura cívica ateniense
nsc, descolorida. , g S
° ' W t e n
* > propiamente a la
con cl
6 1481
« e l » de la tortuga - | Ay, los griegos C O r r i e r
1,
A cada uno le llega una hora en la que se nrem.nt
Historia eHKM> ielices, sino aquellas q ( U e
v e . sin m á s ! ¡Y, sin embargo, se vive' - Unaihora ? r
° : i C ó m o s e
,Mada rap.de/'
dJs.ada - - t a ! ^No° busco e.i" «.vu* ^ ^ ^ eneor v i
guerras
.i Lis ÍÍUC
medicas, No p u poco de tierra, y así se crea su dosis de felicidad en T A ?
n
G L U 2 Y A F E R R A R S E A
6
i ^ K a ^ de lo «Cónico (sus f i , o s o f i , as ^
del Hades del ser gnego^ . , 0 ¡ ¡ | ¡ g r o s d e ,„ h e l é n ¡ re algo al respecto hay que prestar o í d o s con atención, pues lo que se percibe es un
aspecto relativo ^posibilidades de vida, y el solo hecho de oír hablar de ello apor-
4 quienes vendrán después; todo
v i es. en amtrapos.e.on a S^Ues y las sertas, y a la v,.a contempla *
u e s e h a lo
aquí resulta tan n e o de inventiva, tan meditado, audaz, desesperado y lleno de espe-
k,,rar una /«mu * « f e 1 «° grado. ^ ranza c o m o en los viajes de los m á s grandes navegantes a través del mundo y, de
corno
hecho, t a m b i é n tiene algo de eso, de periplos por las regiones m á s remotas y peligro-
sas de la v i d a . L o sorprendente en esos recorridos vitales reside en la circunstancia
* ' A t a l o s hombres viven una vida dramática; otros, una vida ¿pica; otros, una de que dos impulsos rivales, que pujan en distintas direcciones, son obligados aquí,
,da con/usa y sin arte. La historia gñega tiene en las guerras médicas un daemoner
v
como si d i j é r a m o s , a caminar bajo un mismo yugo; el impulso que quiere el conoci-
PM . ta • Jt f r. f
miento tiene que abandonar una y otra vez el suelo que pisa el hombre y aventurar-
machina. se en l o i n c i e r t o ; y e l i m p u l s o que quiere la vida ha de intentar una y otra vez hallar
un lugar m á s o menos seguro, en el que poder establecerse; recordemos a James
ó|46j Cook, que, c o n la p l o m a d a en la mano, tuvo que navegar a tientas a través de una
cadena de arrecifes a lo largo de tres meses; y cuyos peligros crecieron tanto a veces,
que incluso v o l v i ó de buena gana a buscar cobijo a un lugar que poco antes habia
25
Ln Anaxágoras. el voüc, es un áiTCOc; machina. tenido p o r uno de los m á s peligrosos. Lichtenberg IV, 152 . Esa pugna entre vida y
c o n o c i m i e n t o llega a ser tanto m á s intensa, tanto m á s singular esa marcha bajo un
m i s m o y u g o , cuanto m á s poderosos son ambos impulsos; por consiguiente, cuanto
m á s plena y floreciente es la v i d a y, por otra parte, cuanto m á s insaciable es el cono-
Tentativa de una cultura popular. c i m i e n t o y c o n m a y o r avidez empuja a todo tipo de aventuras.
¡Derroche del espíritu gnego y la sangre griega m á s preciados! Hay que mos- 2 Por e l l o n o m e c a n s a r é de traer a m i mente a una sene de pensadores, cada
trar en ello cómo los hombres deben aprender a vivir de manera mucho más sensa- uno de los cuales p o r t a en sí m i s m o esa incomprensibilidad y debe suscitar ese estu-
ta. En Grecia, los tiranos del espintu han sido asesinados casi siempre, y sólo han por p o r e l m o d o e n que h a l l ó su propia posibilidad de vida: los pensadores que vivie-
t o a
tenido una exigua descendencia. Otras épocas han mostrado su fuerza en el hecho de r o n en la é p o c a m á s v i g o r o s a y fructífera de G r e c a , en el » 8 . » ^ ! " ^ ™
1
pensar hasta el fin y perseverar en todas las posibilidades de un ú n i c o gran pensa- m é d i c a s y d u r a n t e las m i s m a s ; pues, en efecto, estos I f " ^ ^ ^
miento la cnsiiana, v. g. Pero entre los griegos era muy diñeü alcanzar esta prepon- incluso bellas posibilidades de vida; y me parece que los griegos postenores han
deranaa; todo estaba sometido ahi a una enemistad recíproca La cultura de la ciu-
dad"Cf.MA.Jil.
es la única probada hasta ahora - hoy día, todavía vivimos de ella.
1
, J ^ * ? * ^ ^
- G o o r g C h n ^ p b Lichtenberg (1742-1799).
m e r
a C X P Í W , Ó n S O m b r a $ d d
gróssentheits aus schriftlichen Nachrichten eimger * ™ . J Jactadas por algunos n c i a s
I C£ WB°Í 5 ? ' « * * » véase también nota a 3 [51]. de la vida del capitán James Cook extraídas en su mayor pa Lichtenberg y Frie¬
erloaún moto, en c u a k ^ X | l l i e r l l ( l V e
d S e n U e l ü
^Noviventn: "*^ 1
helcnico. a fin de crear una mayor libertad v hacer n, y to
las ro rc
ningún pálido y abatido erudito-» Co capciones existentes. Importancia del anua v a-i P K wran las estrechascon-
ncai. rundún '
L A R N L
^ H 1
B y oci mar para los griegos.
proentes, ningún
F
/ e n e>u tarea: pues hombres así , °SpT L todo, la lucha contra el mito. Contra la polis quese f n J ^ í ~ *io, ante
S o n
neres. - í O ^ S E J U l " I lo helénico; de evitar las g u ^ m é d ^
d j Jeiar escapar. Mas bien, uno deh H
tas e hi ltf n o
C r i a
¡odos los filósofos. ^ m e d l C a S
" U n a m
»«na mira panhelénica en
infhecuei , se hubiesen recreado sus figuras y ¡ p
Anaximandro. Lucha contra el mito ñor cmmtn A
P C U a m C S t e d e b l h t a
» Cf. h |3S|.
7. M P X I I I 6 A . 1875*
7 |1)
veneración por la Antigüedad clasica, tal como la mostraron los italianos es
L a
7 [2]
Surgimiento del filólogo. Cuando una gran obra de arte hace su aparición, siem-
pre se sitúa ante ella un observador, que no sólo percibe su efecto, sino que además
querría eternizarlo. Así sucede también con un gran Estado y. en definitiva, con todo
aquello que enaltece al ser humano. De este modo es como los filólogos quieren eter-
nizar el efecto de la Antigüedad: sólo pueden hacerlo en calidad de artistas imitado-
res. No como personas que viven conforme a ese modelo.
[121]
F R A C i M t ^ S PÓSTUMOS
7
M P X H U A . 1K75
Su relacen con I - i - " ^
Su influenci. en los no-' ¿ Uceará a haberlo.? que estos mismos eruditos sean al mi«« .
r 0
f s q u e s m o
8 0
h m b r e S c u h o B e n
gcneral? - Así pues, esta capacidad educadora d e l r °u , °
g C 1 1 1 f l i ó l o 8 d e l a
A ü e d a d ; pero en este punto se p r e g i ^ ^ i ^
ntlg : °
Concederle a un pasado remoto un valor tal que sólo n J ' ° ^ " C g a d 0 3
vivenciado».
' La edición Colli-Montinan sugiere que este texto puede ser la letra del Himno a la amistad, Ahora bien, hay muchas cosas a las que el hombre se ha acostumbrado tanto,
puesto por Nietzsehe durante el invierno de 1874-1875.
Cf. 3 [31 ]. que las tiene por convenientes; pues la costumbre tiñe de dulzura a todas las cosas y
[ Alusión al siguiente pasaje bíblico: «,Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque en la mayoría de las ocasiones los hombres aprecian la conveniencia de algo en fun-
diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la mise-ción del placer que suscita. El placer por la Antigüedad clásica, tal como ahora se
ria yyia
nconita lafe.
fe. Esto
Esto era
era necesario
necesario hacer
hacer, rím
smApinr
dejar deUn™*
hacer„„,,„n„
aquello. ,n..í~.
¡Guías -ciegos,
w , c míe coláiselel experimenta, tendrá que ponerse a prueba alguna vez y habrá de analizarse cuanto
quecoláis f
msqum. y tragáis el camello: (Mal 23:23-24). Se ha especulado que «camello» es una traduc¬ hay en él de placer por la costumbre, y cuánto de placer por lo desacosmmbrado: me
ion errónea de la palabra i», tela de cierto grosor en su trenzado, que permite colar refiero a ese placer íntimo, activo, joven y nuevo, como el que despierta día tras dm
X ^ Tnm / 13 6
r X m
•io
^ A*. A < ™. « Por el hecho
v c n d n a c n t
• • de
> que
. la ley
i_ t... nninibia
judía prohibía una fecunda convicción, el placer por una meta elex^da que qu.eK
medios para ella: en cuyo caso se avanza, paso a paso, desde algo desacostumbrado
: s : ¡SEISES ^ i r ™ - * v o l a d o r e s m a n e r a q u e 1 0 5
r c
en pri^D. Asi. m ^ ^ ^ * ™ * * * P « " P ^ de que su propia ciencia no la ^ n ^ ¡ I ^ - Pero ,1 de hecho el nivel de ^ ^ X ^ Ü ^
d 1
u querrá ante iodo ™ '«>- ? « segundo término , estudioso; o tos es muy bajo, entonces resultará que se 1c Cgüedad no educa, o bien los filó-
filólogos de ser eévadon ^ ! \ ™ *™'no. investigador. Pero la pretcnsión * de la Antigüedad: la culpa ha de recaer aquí O iULU M B D » _ b ^ , afirman los £ S 0 q u c
«odos los hombres cultos .' Sea como fuere, debe tt&»
mt aos ««TUMOS
I o d
caso, la mentada deficiencia de su criterio podría ponerse de manifiesto inte
r
En segundo lugar « i a ^ " £ del presente, se podría resumir las diversas posibilidades en esta tesis: Tres cosas ha
de comprender el filólogo, si quiere probar su inocencia: a la Antigüedad, al pre-
6
¡ e Va sí mismo: su culpa radica en el hecho de que o no comprende la Antigüe-
7 |7| II faut diré la vérité et sMnmoler- dad o no comprende el presente o no se comprende a si mismo. Primera cuestión:
Voltaire ¿comprende el filólogo la Antigüedad?
S U P n g
n„P hubiera espíritus más libres y superiores, que estuvieran des
° TllmSS acmalmente en boga y la llevasen ante su tribu
contentos con.la, ° ™ " ^ . aleo así: «tengáis o no derecho a acusar
e I o d o
Schopenhauer.
Dühring.
Aristóteles. . - --• ' " " j j j t l F -
Goethe.
Platon.
8 [21
Contra la poesia linca de los alemanes. Leo aquí que el mayor lírico alemán
1
sería nada menos que Morikel ¿No es un crimen ser tan estúpido como para no sen-
tir o no querer sentir a Goethe como el más grande? — ¡Pero qué cosas deben agitar-
se en la cabeza, qué concepto de lírica! Me he puesto a repasar a ese Mòrike y. salvo
cuatro o cinco cosas escritas al estilo de los cantos populares alemanes, me ría pare-
cido sumamente flojo e impoético. Sobre todo le falta por completo la claridad de
visión. Y lo que la gente llama musical en él, tampoco es gran cosa: y pone en eviden-
cia lo poco que la gente sabe de música: ¡la música es algo más que unos dulzones y
afeminados chimpunes y kling-klings\ — Pero tampoco hay en él ni una sola idea: y
yo sólo soporto a aquellos poetas que, a diferencia del resto, también tienen ideas,
como Pindaro y Leopardi. Mas ¡qué cabe esperar a la larga de una de esas pueriles
indefiniciones del sentimiento, como la que se expresa en la canción popular alema-
na! Antes prefiero incluso alabar a Horacio, por mucho que lo tenga todo ya perfec-
tamente delimitado y encaje las palabrejas e ideillas como si fuera en un mosaico.
8[3P
Según este orden:
* Cuaderno de 148 páginas con poesías, notas para CV y fragmentos del verano de 1871, así
[127]
4L
Has. UutftiJihU.
tcononut» national.
i ü d
Ocnaa de I* ^ - 5 ft
¡listona. «ll 1 2 9
«MI S|«l
Plano de todo upo No se necesita en absoluto «buen f
Mucha na.ura.eza J g l n c l u s o e * £ ^ ^ ^
I) Ocio de leceiono sohre el ser de los griegos
1 / V. lili' Ufc IVk». »••>'*- ™— i 0 O _ _ _ « _ w. - -h • i • • l I _ _ _ _ _ _ _ i_ _
U e s v
leer j Nc/iopenhjun: ^ > olver a
P r e te0na d £ e s c o n
pn^> tí^ " ~ ^ ' '"° • * Zuranos B a l m .
^ En el P l a t o n , ^ T e o n . a d e m o d o s > ^
S l
"Sn u •+**9 1/m.he, respectivamente, el 26 de mayo y el 21 iJf
p n m c r a f ü c
no t i * t ^'ameni tetada por ¿J en uno de los cuadernos de ñolas A
-r., * ''J' l^e'a wvunda ¡ conservan una serie de anotaciones al margen de
'w. t-n cumio a \ À n la introducción; si bien Nictzsche volvió a leerb
**íwndM por el el 22 de i « segundad Niefzxchc confunde aquí dos ojjjj 6
Cf. WB 2,435.
r/i/ot Matemática tHerlin, IK68), de Friedn" 7
a 11 [18] y 14 [ a
Para el juicio de Nictzsche sobre el {hiijote cervantino, véase también ¡njra, 23 [140]. El día
J rV> Sucesiones) de losfdósofos.^ de diciembre de IS75, escribe Nietzsehe a Erwin Rohde: «Pero quizas quierasreleerahora Don
1 %
"'"> • -i - h por I),u «-ru-. I aerci». Nn ' r í uijate; no porque sea la m i l alegre, sino porque es la lectura más amarga que conozco. Yo lo hice
1 1
ros pTcpiatómcnn uuntnte las vacaciones de verano, y todo sufrimiento personal me pareció minimizado, incluso
""Mimbre en U i •« como algo cnleramente dipw de que uno so ricnt de ello sin hacer siquiera una mueca. Todo serie-
fcnjciâuc* lite- [,u
rnpartía claaes de lerno^ d y toda pasión y todo cuanto importa de \ eras al corazón de los hombres es quijotismo, cosa que
w bueno saber en algunos casos: en los demás, por lo habitual, es mejor no saberlo» (KSB. 5,126).
•u.ll)
• U H I L V E R A N O D E 1875*
1
9 in
El valor de la vida, de E. Dùhring, 1865.
_ , , . „ —j™»» avLHuu I H J S I I I desde nume¬
rosos frentes, cree haber escandalizado a la filosofía de escuela, en primer lugar por-
que tiene en cuenta el porvenir económico de la humanidad, y, luego, porque reduce los
conceptos de justicia al de venganza. Por otra parte, se sabe en plena consonancia con
el espíritu de la época y opina que los intentos de eliminarle fracasarán justamente
debido a dicho espíritu. Mal estilo, falta de porte y altura, maneras echadas a perder en
las concisiones («puntos de vista materiales», «la nación se aleja del mundo orúrico, en
el que reside el punto gravitatorio de su existencia», prospectiva» «retrospectiva,
«dimensiones colosales que el pensar debe adoptar»). En el lenguaje hay algo ilógico',
pero que no es en absoluto lo ilógico de la reflexión entusiástica, sino*más bien una
conjunción de impureza (porquería), aridez y falta de práctica en el estilo. No me es
lícito pensar en Schopenhauer, ni tan siquiera por lo que respecta al ethos. — De la
«desesperación del mundo» — bella expresión — no se dice por tanto ni palabra. Se
proclama a sí mismo el «más resuelto antagonista» de Schorjenhauer, ¡aunque mues-
tra, sin embargo, un «enorme respeto por su empeño y sus logros» — A Feuerbach le
atribuye «la tendencia vigorosamente viva, que hoy día sabe presennr una parte de la
dignidad de la filosofía. oDoniéndose con brío v acierto al oscurantismo». Berlín, 1865
Introducción.
— «el vigor del optimismo radica en el hecho de pasar por alto e ignorar» lo
disarmónico en este mundo, el pesimismo «superpone dos sistemas», «no conoce la
fuerza del pensamiento unitario». — Por tanto, el optimismo seria la filosofía de los
hombres más lógicos — en lo que respecta a la deducción del material presente, pero
éstos muestran a propósito un material incompleto y desatienden el resto. La solución
de los pesimistas es ilógica, yuxtaponen dos mundos lógicamente inconciliables: ya
que para ellos el orden superior de las cosas no debe explicar el inferior, sino mas bien
cancelarlo, aniquilarlo; con frecuencia toman la ciega sinrazón como causa justamen-
te de la existencia del mundo real. No es una necesidad lógica, sino poética, la que ge-
nera el pesimismo. Mientras que, por lo general, no es la necesidad practica la que
p p n ^ «i A M t i m t a — |M* r * m ú * i « se encuentran a gusto y solo si son obligados a
[131]
KRACiMI N T O S P O S T U M O S
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de a filosofa * n F*' ^ m ni al ni al in^iintr.
r t m ;
o c a no a T o d o ^ .
- < r • / d J t o b J e t o d e h hechos dados, nuestra reconciliación con sus aspectos negativos sólo puede ser una
d
reconciliación táctica» «Dicha reconciliación sólo se race propiamente
«ornamente présenle,
teoncos v a l o r a r e s p ^ ' ^ y
por tanto, en la forma de una aspiración». Se busca la resultante de movimientos aní-
euienK" ¿ j u i c i o teórico establece la concordancia con un concepto ^ la , p u r s micos aislados y se emplea como fuerza de resistencia frente a las diversas opresio-
R l a c - ó n practica. la concordancia con una aspiración, de*?*'* e s
nes. Así se llega pues a una armonía, no carente de disonancias, por descontado
c o ¿ que m posee una medida de ¡0 que debe ser. %c % I 0n %
pero armonía al fin y al cabo. La reconciliación con el elemento individual se pro-
duce a partir de la consideración del todo. La imposibilidad teórica de indagar por el
El juicio elobal sobre el valor de la vida es la resultante de determinación
fundamento de lo que existe de hecho ya es ella misma una disarmonía. A nuestro
mentales; no puede haber un concepto teórico que establezca p r e v i s t e ^ entendimiento sólo le resta «superar la idea de los inconvenientes particulares
debería estar conformada la vida para obtener nuestro beneplácito. Son absuidoT como mediante la representación de una conjunción mayor», modificar la representación
tanto esos puntos de vista; hay que negar el mal, puesto que sólo es mal realm P¡or particular mediante el conjunto de las restantes.
desde el punto de vista humano. O con Spmoza; nada es de suyo despreciable- ? Mas la reconciliación teórica no basta; si el pensamiento estuviese en condicio-
sólo nes de proporcionar una calma imperturbable, la sabiduría contemplativa (al igual
el querer del hombre estampa sobre unas cosas el sello del bien, sobre otras el H
mal. Si se renuncia, pues, de modo general, a lo humano, se pierde toda medida que todo cuanto promete satisfacción mediante la pura teoría, p. ej„ el arte) merece-
ría una dedicación exclusiva por parte del ser humano. Sin embargo, ésta no es el
una valoración practica. Asimismo, se pierde el juicio moral (ya no es lícito hablar medio para domeñar el mal. Precisamente la filosofía debería reconocer que no basta
de bien y mal e incluso cualquier decisión que no sea puramente teórica debería cali¬ un mero ordenamiento de las ideas cuando se trata de estar a la altura del mal. Ha de
ficarse de engaño). — Por consiguiente, en la aspiración es donde se mide el valor añadirse la acción y la consciencia de la acción; la modificación real y efectiva de
de las cosas; para quien no tiene aspiración alguna, no existe ningún valor, para los sentimientos debe dar otro fundamento a las representaciones, el temple anímico
quien conoce puramente, falta todo bien y todo mal, todo asentimiento y reproba- ha de ser modificado.
ción. Quien no aspira a nada, sólo formula juicios puramente teóricos. Me parece, Ni siquiera una teoría que se oriente hacia una visión armónica del mundo
pues, que toda altura del juicio sobre el valor de la vida depende de la altura e inten- puede prescindir del presupuesto de que la fuerza de la acción es necesaria contra el
sidad de la aspiración, es decir, depende, en primer lugar, de la meta y, en segundo, mal Sólo aquello que para los hombres se mantiene I N A L T E R A B L E puede limitarse
del grado de empuje, de arrojo en pos de dicha meta. meramente a incitar a un ordenamiento de las ideas. Ahí donde la intervención del
Toda valoración positiva es un tender hacia algo; toda negativa, un ir en contra. ser humano puede aún cambiar las cosas, las acciones son lo pnmero. Con frecuen-
Todo juicio práctico remite a la inclinación o al rechazo. cia, el optimismo suele volverse despreciable, porque.
los males, e incluso una gran parte de los filósofos ha supuesto
Incluso puede que todo lo puramente teórico caiga bajo la forma fundamental
de lo practico. El entendimiento dicta la ley sobre lo que es inteligible y lo que no:
donde la fuerza de la acción humana posee todavía P^^^¿^T y
sobre el valor de la vida resultará d.verso según se trace la hnea entre lo invariable y
por tanto, sobre lo que debe ser y lo que no: aprueba aquello que es conforme a su
propio ser. v M M lo susceptible de cambio por parte del hombre»'.
Éstas son las ideas de la introducción. h •
S bre e l a l 0 r
co-J^t ° l * k v i d a a
- brevemente, un movimiento0M En resumen: de las muchas ^ ^ ^ ^ ¡ ^ e ^ valora-
nión sobre el valor de la vida que se nene en c a t a ac- t a m p o c o
c l o n e s
2 2 ' : V l t a l
r « ^ c
° ^ a la vida misma. ¿ ciones se trata de conocim.ento puro, todas son ^ « ^ ™ ° J £ ^.ca e p u e d
a q u e 1 0 que ¡nvanab|e human resuita
*«w s s i « « <=' ° s£ Ha suma es sino una afección anímica: el ju.ao sowe
ser conocimiento puro. Quiero añadir, inciusu, M
^
n en la manera en
t
* la v i E S E U S , g U Í e n t e C u e s , i ó n :
I** 5 vez la entera d i * * " *
y a m m i c a
todos esos juicios conocimientos impuros: la i m p u r a
™ ^ l i a b l e con U n despliegue armonioso del ser?
1
Cf. todo este párrafo con WB, 3.
t a a n , c s d c e
VJOícion o coinciden.-,, , ™ \ , " ^ ° " >'">• ">»"> y
U
ton ideas halladas en la l«-f ,r=, He ..tros autores-
, RAGMENTOS P Ó S T U M O S
Ü ,
* »1-VKRAN0I) , I 1 H 7 5
m á x , m a s
praxis. Los primeros perseguían | sensación* í °" *
a s errónea» en la
? t e n t e r a s v
intenso poder de las representaciones abstractas en \ subestimaron el
2 S ' on 1 f i n i o s es nuestro prop.o ser. no una magnitud t r S s i m u l a r o n u n
b l e 1 triunfo sobre la sensación y el afecto cayeron en 1 T ™ ^ ° °
metro con el que ' deberíamos conocernos a nosotros mismn. . ten ello exteriormente. según los esquemas del catecismo ^ ¡ f f 1?"/ * S P° re ularon r
m S S m s
° la X i ^ de cualuu,or a-,, con nosotros. ° Para > e
t e : muecas e histrionismo. - Ni siqmeía
m c n
mente la única amóme que conocemos. Nos parece asi que el mundo disarmónic es lícito ponerlas bajo sospecha
existe v que. en cambio, aquella armonía del principio de identidad no es más q Ue
como si fueran perturbadoras de la felicidad. Sin amor ni odio, la existencia sería un
una teoría, una representación. ¿Pero puede pensarse como real lo que está en con- desierto solitario. Los hombres no desean en absoluto una calma uniforme, buscan
tradicción consigo mismo? La denominada filosofía de la realidad se remite con s
excitación y emoción. Provocan por igual placer y dolor. Nada grande se lleva" a cabo /
este título al prejuicio papular acerca de lo que es real e irreal. Ahora bien, si, p. j . e
sin pasión, di ce. Aristóteles. La vida misma es esa grandeza que no se lleva a cabo sin
se sostuviese que sin el concepto de una realidad a r m ó n i c a , las cosas no podrían pasión. Hacer abstracción de las pasiones lleva, por una parte, a la ascesis. por otra,
evaluarse en absoluto, ni siquiera de forma errónea, entonces, incluso el juzgar, el a un goce escuálido y bien calculado de los sentidos; todo cuanto confiere valor a la
vida queda aquí destruido. En el segundo caso, el hombre cae por debajo del animal,
determinar valores no sería sino un medir el mundo real por el rasero de otro mundo
en el primero, se convierte en un monstruo nauseabundo («paladea con indiferencia
que tenemos por MAS REAL.
las raíces de toda aspiración»). Allí, uno se vuelve contra una parte de las condicio-
En consecuencia: la distinción entre dos mundos, uno de los cuales es el peor, nes de la vida, aquí, contra todo su contenido. El suicidio común es algo relativa-
el más irreal en comparación con otro más real y mejor, o sea, la tesis del pesimis- mente inocente frente a la iniciativa de dar muerte a la esencia misma de la especie,
mo, es el hecho que precede a toda valoración; está inscrita en la constitución de! no sólo a un individuo particular. Incluso el asesinato puede parecer un delito menor
entendimiento que enjuicia, el cual parte de la identidad como de un mundo que le que la tenebrosa labor de la gente que envenena la vida con sus imputaciones. — Y
es accesible. El surgimiento del entendimiento y su c o n s t i t u c i ó n no pueden deducir- asi prosigue toda la retahila de desvergonzadas invectivas; entre ellas, las siguien-
se del comportamiento práctico con las cosas, el entendimiento no es una conforma- tes: «la erradicación de todo lo grande y noble, el desprecio y la hostilidad hacia
ción del animo. Antes bien, toda inclinación y rechazo presuponen ya el entendi- toda emoción y sentimiento humanos» —; «en alianza con el libertinaje y la vitali-
miento y. en el. ai principio de contradicción; sin lo lógico, tampoco habría ninguna dad más obtusa», «una presunta filosofía tiene el atrevimiento de sembrar el odio a
la vida y a lo viviente» ¡Piénsese además en Buda y Cristo, etc.! «Puede excusarse
«nsac-on, ningún estado de ánimo, nmguna r e p r e s e n t a n .
al individuo, cuando orienta sus pasos al claustro del convento; pero esto no puede
convertirse en doctrina universal sin que adopte el carácter de un comen contra el
De tea^J2° * * * * * * * * * tentaciones y movimientos anímicos. intelecto». Lo cual debe querer decir: puede disculparse al individuo en su negación
h m b i é n
práctica: pero no al individuo que hace de ella una máxima teórica universal, pues
cuenta las q * * £ £ Í * * * ^ «"* TUl
tfceon X^^™??™* E» indiferente, en general, * 0 *
esto sería un crimen contra el intelecto. «Si el lazo de la humanidad estuviese arto
con más fuerza, desaparecerían también esas tristes excepciones el >ninw iwefta-
ría ligado únicamente a sus propias miras egoístas, el destino individual a ú n a l o
bastante poderoso como para sofocar los afectos, que se remiten
' 11 M A . ?: umplia. a la humanidad. La fuerza de la pasión se ^ « ^ ^ ^
y el odio escaparía al poder letal del destino particular». .Pero aquí todo esta
a su propu r j l o V ) f i a
fRAi.MFNmS PÓSTUMOS
r u U U V a l
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' I " a . W • * » > < T " , " " ' " • « ha '° 9
OHM.VKRANOOKIB7S
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| .za ha dudo, el lundamento reposa en los impulso*
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jhaelfJV ií n J U S h
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' d m a > o r m a l
^ u c c o n o c e e l m u n d o ( ¡ I
° i . las faltas más graves contra nuestro propio bienestar, pero no las sintamos con aquel
mln un, " P n m C r
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^ ™ « * un estado de á n i m o satisfecho. U aguijón que acompaña a la sensación de injusticia».
W ¿ un" m^r' a I n
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» b * * c t e la desenba como repro;
° u n a r c
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n\^ZÍ" 1
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« « P * de mjusnc.a. el .mpulso de resarc.m^
„ . La gerencia cómodo W^¡¡¿SSÍSSSm
deber * *™en los conceptos d e s t e ñ i d o s de j u s * * y
El gusto por la vida tiende a los camotes, a la ^ fc „
a otro. Tal vez la uniformidad del talante no sea mas que una gran can
'<* ¿ v e r s o s npos de c o n d u c u : j g ¿
c n l a s
¿ c a r n a c i o n e s espontaneas que I» ****
m * . M * M « » n i M 1 MUS
«*«I.Vfca NO^,»
A 7 5
139
| Impetu vital. ( ada individuo es un nuevo ountn áa L¬
l | c
1 v l M a
a eonscíenciS un mundo nuevo. - M« permite que llegue
(¡Ahora bien, en verdad «ato es también m.t«i, -
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re¡das\)
c ***** y mística y por ^ s u p u e s t 0
DX ^configuración fundamental en la — ^ - - •
w l l a I a alternan, ¡a de ascenso y caída la oscila.? x vitales. 1
' ™ '« < o r ° > < l i > S mple U
m
ondulatoria se da en casi todos los pToce^ nitu^uT T ' " *•« I
:r ' W ^ ^
,0
l e n t a * H. ritmo domina toda la i S S ^ ^ ^ >•»* 1
Las ondas son acumulaciones y disminuciones »h~« . , I
a por lo demás de modo uniforme. S u ^ ^
b u i d f
c i ade contracciones y d.lataciones. Ascensos y bajadas de a o S d - S S
T*KH> de un cierto cansancio* £ ¿ S «O - S U C ü d c n
" ^ C O n n t c
^ternanca. los estados v c n ^ n J ^ ^ o X ^
d,l repite de manera um forme, cuyas pulsaciones aisladas no distinguimos. S e m u n o t í
partir
I ta « u s e n c i a de estímulos » ¡ . h
^ .mprcs.ones de luz y sonido como continuas, cuando de hecho son ritmtcS
rn ION mejores casos deriva en h alli Ahora bien, la sensación como tal no es algo así como un movimiento. Si intentamos
Í M . M I . , 1 resulta demasiado déhn °> representárnosla de ese modo, volvemos una vez más a concebir esta fuerza en un
sentido inverso. El movimiento libre de obstáculos de una masa en el espacio vacío
" e l l o . , . , la negaeión de ese e ¿ ^ s
no se representa como una fuerza desde el punto de vista de nuestra sensación. El
1 a
a luer/a motriz; condena la ded,,^' movimiento pertenece por entero al aspecto formal de nuestro pensamiento, no tiene
nu«,.c»iüdo. Paralizante r ^ t a S í nada que ver con la sensación. El movimiento tiene que desaparecer primero, e. d..
inercia del impulso vital. (Esto l o T tiene que conducir a un efecto estático, antes de que concierna a nuestra sensación.
..dez es esa de la «/„<•,, ,„ , « l l c |
La sensación es el signo de un movimiento que se ha hecho perceptible como estan-
¿nide la tena para el movimiento .inimico se halla destruida co, es decir, de un movimiento cancelado. La representación habitual, el que la sen-
usar — itlaWWinni i entre ias representaciones del rntrnA*~; sación sea expresión directa de un movimiento suscitado dentro de nosotros, es falsa.
aun El movimiento como tal no lo sentimos.
v a r i t t , J
» *<* "ene acceso el ánimo embo- Por consiguiente: en los estados continuos de la sensación hay un ntmo elemen-
fchnat ahafc a loa ascetas y fiio>otos del ascetismo: éstos sentían aburri- tal. Pero ¿y en las sensaciones interrumpidas? ¿Hay una alternancia periódica unifor-
aattaUiosen un «fallecimiento parcial de la capa¬ me? Dentro de cada clase de sensaciones, ascenso y caída son del todo manifiestos.
* » . en ese caso, ci aconseja arreglárselas de modo artificial y limitarse Pero diferentes estados anímicos parecen sucederse de modo irregular. Los puntos
1
f j f j y ^ * lepre vrr, \u> ion abstracta; para el anciano, el estímu- álgidos de la vida poseen la apariencia de cimas aisladas.
* " i t C K r r j m n i C n
eomien/a allí donde un «prematuro Una cierta disarmonía, es decir, una cierta mezcla de consonancia y conflicto
m Pasos* vtuic*. lo vuelve a uno casi senil. IX- nada se ha deguar- parece ser la verdadera forma de la vida. El movimiento dentro de los limites de lo
totalmente armónico es lo que confiere su atractivo al juego. Dühnng toma aquí
nes isac cte tajcrer reconquistar «el fresco estímulo de la vida»;
mucho en préstamo de la analogía entre música y vida: por lo demás, su teoría ya está
lurmUd del afueran. U etisíencu decaería». A q u í es preciso renunciar
contenida de forma simbólico-mitológica en mi concepción de lo apolíneo y lo dio-
mi » umhen el prestato carácter parali/ante del aburrimiento. Así.
nisíaco. Lo dionisiaco es, en ese caso, el fundamento disarmómco. que anhela el
x una estánmas «muda de U vida, en c o m p a r a c i ó n con la vida plena ritmo, la belleza, etc. El ritmo de la vida orgánica — ¿hasta qué punto se amolda a
la forma de tos estímulos que se acumulan? De entrada puede seoürse el contraste
117!' U r
** > U
hs> que conocer la medida de las aspi- hasta la completa destrucción de la sensación; por otra parte, al menos durante un
SXL U 1
f* * *» > 1 U
4 U u.,Hfaccón. tiempo, el ritmo de la vida orgánica puede ceder enteramente a los estímulos acumu-
lados, transponerse en ellos - todo esto constituye el fenómeno dionisiaco. ^ cam-
«rvaiaru «•"n*iucra»cn con indilcrcncia las situaciones dun>
i la infelicidad.W bio, la actitud mesurada ante los estímulos que se acumulan, el mantenirmenmdel
na ve/: es dentro ud propio ritmo, la ordenación de dos configuraciones nmucas entre s y^n ftm la
transposición del propio ntmo a los estímulos acumulados t- belleza) consütuye
naba de manera « r
rente del nuevo fenómeno apolíneo. 1
c^nnenhauer Dühnng lo explica así. La
¿Por eso veneraba tanto la
0 sensación se une inmediatamente al sonido tía muM^a es un «mcu.
"^^aiodomte^ ? ^ el estimulo U U i « f H g
^ ntwe a U retativi vacuidad c .ndeicnn»»*
^A(iMhNI<)SWÌSTUMOS
* Hl 1. VKRANO DK 1K75
^ J»»*«» Ai
" ,ra b
r ¡ 1 , ', ! » ; , , . i u
' « i"; c m
^5s 141
hombre particular, en su desamparo ante la ávávrn má
ur
i n o un niño que se ha vuelto consciente* y
c 0 »versal, se siente justamente
1
1- El juego es la tarea propiamente dicha del nifto „ . • •
ktnudat. L'I una neccsidad
U como lo es la actividad creativa para la edad ¡mm^TaSi J
HI conocimiento e* lo M - * , , Ut
, . cnuna i a v , d a don más seria para un niño, nada de algo e n t r e t ^ n i r ^ ^ ^ f ° ° -
C
ncia suelen juzgarlo los adultos. Incluso ™ *T
,tar.a y. tranwend.cndo ^ 'la ^.ndiMdual. capta el destino universal X . cuC
un ^ h
h existencia nuestra tan seria; cómo habria r^fdfsurgT íeTSda^
asunte. Asi M coro .erte el ^ n o c i ^ ^e > m i e n q
s t a ¿
vena Distinguir de forma rigurosa el aprender y el jugar. La escuela debe mostrar una
còrno se ha e sobria seriedad que prepare para la vida. La superación de los obstáculos y la percep-
incrementada del mundo. Si en alguna ocasión llegásemos a teZ
ción de nuestra capacidad van asociadas a un sentimiento de alegría que rebasa en
«ponencia d< \ también, de la finalidad reservada a nuestra e ^
intensidad a la alegría del juego. En lo tocante a ciertas condiciones artificiales, tie-
eie, ci centro c tros empeños se vería alterado; no seguiríamos ere
nen razón quienes consideran la escuela como el inicio de la atrofia de la vida: ha
tendo que en I > en las instituciones sociales se diera cumplirnien sido una existencia carcelaria. Pero el trabajo de aprendizaje puede constituir una ale-
io a algo dotad 'terna. (Pienso, a propósito de esto, en cómo seme gría y una satisfacción, son estados accidentales, modificables, los que hacen de él
jantes ilusione s en particular ya han sido reconocidas como tales lo contrario.
los iinegos ere na olímpica, que todo el mundo dirigía su mirada ¡Principio absurdo el de que se trataría sólo de aprender a trabajar y de ejerci-
hacia tal aconte ¡ los dioses.) Si faltara la infinidad de perspectivas. tar las fuerzas! Dühring tiene razón al decir que es una ironía sobre la esencia de la
I I H J O debería h, La inmortalidad de la especie es el presupuesto vida (se oculta, por lo general, el fracaso de la pedagogía, p. ej., en los centros de
implícito de (04 rotaciones supenores. ( M e gustaría indagar qué es enseñanza secundaria). Esta máxima hace abstracción del éxito, atrofia la relación
lo que debe la h usías, al pensamiento impuro, e incluso si es posi- natural entre esfuerzo y recompensa y la convierte en un sufrimiento al que no
ble una \ ida sui 1 escepticismo haya llegado aquí a alcanzar el pre- corresponde compensación alguna. Por lo demás, resulta cómico querer hacer de la
dominio, p ej.. vida una carrera de obstáculos. La naturaleza no ha vinculado la satisfacción al
La Torma f esfuerzo, sino al resultado exitoso del esfuerzo: de lo contrario, este sentimiento
íeamentaJ de la \ ida del niño es el presente; carece de todo el incre- desaparecería y dejaría su puesto a la aversión hacia una ocupación esencialmente
mento de placo
r dolor que conlleva la representación retentiva <de impresiones^
s una suerte El hambre y la sed son ciertamente sentimientos mucho más m Ú t Í
El ánimo del niño encuentra sus límites en la casa y en la famili*
lio d e L l v r , S I C n 0 r C S T 0 d a U V Í d a
M
m ñ 0
P 0 5
^ u n rítmo m á S b r C V e : 8 1
de ahí de bueno o de malo está muy acentuado por esta lunttacton de todo suampo
U l c n l e a c ü v o l c de visión. El mayor mal es la injusticia en la ofensa de * S
est* 'tT ' ^ " ^ «>nespondc la inquietud de la sensación. Por
Ésmo sino / ™
3 1111 00, d o r g a m s m o
no sólo ha de preservar el equilibrio dolo-
del felicidad es la que procede de ^ ^ ^ X ^ ^ ^
debe incitar a la sensación a experimenta el amor de los padres o no! h l amor ae i w v*
•cede
externos. — E l llanto pret a la
g w s c 31 3
desam
woueunarepr P " « t a situación de penuria y
t Ó n c o n s c i c n |
robiar d i c h ! ! * « ^ ^ c , que sienta la impotencia de sm * áváYKii: necesidad. _ , _ • wiMr^he
É
f
U naturaleza C 0 S a s
^ ese caso se podrá calibrar qué m > Tndo el paréntesis es una observación del propio Ntetzscne
l o d o s s u s c * Platón. Lém* 803c. así como M4d.
ernbargo en el u^T* «*<*°s con la luz del con*'
C l
^ ««conocmiento alcana un grado tal. « * '
FRAGMENTOS P O S T U M O S
^ « r t - k - por m ^ t o y t ^ » « 5
" La -usaci* pan con «*' niAn ^ puede
imo no — r ^ S" C T ^ ^ Í ^ V vr R A N Í ) Dt , 1,75
. . . . L |
^ L . . . . ™ ri.-*.
rfo Pero siempre quedan casos en 1« que rólo ~ ui M
d que sufre. Dado que quienes sufren l?*****- El honor - que se mantiene expuesto a la ofensa, es un concepto negatrvo -
de toS» pan todos. La fuerza de resistenciT * Completamente distinto a el es el reconocimiento de dignidades vanemos Wtiri.ku
aseuni i> « r ig—»derecho solo a igual poder nnr, H ,
¿
. 4 * ta s — s t o ha produc.do desigua dad
f e r d áerecaosrf*eow También en taies condiciones rien ^ V
J res^L ^ aT 4 * 1 ' »
,e » c m pero esa no poseed ongen habituaL es " m o i , ^ ^ ^ * * * * , poder sobre nuestra conducta. Este honor no es más que la aprobación que nuestro
d mm*m de « « a j ^ M i e a » j a y ^ donde se ha c o f o r r r 2 > obrar y nuestro ser encuentra en los demás. Todo tiende a él. quien requiere en mayor
m t m ê 0 n
Ci
t ^ ^ e n ^ « ^ m i e n t o ps**aro poseen una . m p o r f ^ % se siente como dolo, sino como una r ^ r j ^ ' ^ ^ ^
°££%c í>ühnng'» -Uno podmMncluso sentirse t e ^ > O énsese en el gusto, en los diferentes grados de acidez. Hablamos E o ? S ? í
n 0 Pl
í.SaaaanenK dolorosa de 1c» obstáculos incrementa M adT* embargo, un sunple incremento cuantitativo produciría va dolor
1
s i n
i . * * ««he nada de de su
su efecto
efecto paralizante y d e p r i ^ - de a V | M
ÍSta
enícrmed M
ral va del dolor al placer, esta es la dirección positiva. Ciertamente, también el pla-
r k
-
lar o «*-*mer renunciar— debido a 'rnentc ^
ellaT^'
cuando ° a ellas cer desaparece en esta dirección hacia un punto de indiferencia; pero seria erróneo
a
m arnos m„- -
Jor . Más bien, la necesidad desaparece en el placer. Lo negativo debe buscarse en el sur-
vy me
ar
• i gimiento de la necesidad. (Por el contrario, yo digo: todo placer es una excitación que
se convierte en dolor debido a una intensificación del estímulo; todo dolor sólo es
V El amor acor a_
cuantitativamente distinto de un placer y hay un grado para el tránsito de place-
iguna clase sin una base sensual; se trata siempre de dolor. No siempre se siente como tal este placer en particular; pues vivimos en un
oponía iic producir con la mera intención y la buena voluntad estado de innumerables excitaciones placenteras particulares, de lo cual es expresión
man
damicnto d nal a kw hombres es sólo una metáfora del amnr \~ ' el sentimiento de bienestar del hombre en su integridad. Un grado mínimo de exci-
M
. ... "'o>", se recu- tación, y el dolor se siente como placer; asi que también en todo placer se alberga la
rrc a la ayu o de una sensación conocida para indicar qué objetivo ten
necesidad, la carencia, la demanda de excitación; el dolor no es más que el exceso de
ÍAÍÍÍ Í/UÍ' /ni ndimiento en el trato general entre los hombres. Ni siquie-
satisfacción de esta carencia y esta necesidad. Por tanto, ambos, placer y dolor, son
ra c* una ai or. El amor universal a los hombres es una determinación positivos, es decir, superadores de una carencia, pero el dolor crea a la vez una nueva
intelectual. terreno del sentimiento (recuerdo de emociones particula- necesidad, requiriendo una disminución del estímulo. El placer demanda un incre-
n pasadas, ademas de una abstracta aspiración hacia algo más universal). Antítesis mento del estímulo, el dolor, una disminución: en este sentido ambos son negativos.
9
MtN Alrodim Urania y Afrodita Pandemos , válida para todas las épocas y todos los La necesidad es fuente común.) Sería un auténtico sinsentido decir que el placer no
pueblos M hombre puede hacer abstracción del ser entero de su naturaleza, ceder al es otra cosa que un dolor atenuado; de manera que uno tendría que felicitarse si su
placel del ínstame Mucho mas repulsiva es la actitud calculadora. L a espontaneidad vida se desarrollase plena de dolor; la abundancia de dolor abriría incluso la perspec-
tiva halagüeña de una idéntica abundancia de placer.
<Je la naluralc/a no conoce la separación entre la sensualidad grosera y la más noble.
Dühring distingue entre los sentimientos de amor que surgen de modo comple-
,Vuc es sensual, que es espiritual' Solo quien piensa en lo más grosero de la sensua-
tamente normal, en el primer florecimiento de dicho afecto, y los que resultan inhi-
lulad puede, como IMaion. hacer esa dist.nc.ón.
bidos y ampliamente investidos de penalidad; repudia a estos ulttmos; solo por una
na opinión ampliamente difundida concibe lo sensual y lo espiritual en el
opinión contra natura cabe celebrarlos como el culmen de la
donde se tual. En verdad, parece que la sublimidad lírica se logra a través de W * » »
de amor: tálgica. El amor sólo conserva su genuina naturaleza ah. donde
sufrimien- tación dramática. Pero, ¿qué puede significar un anhe o inopeiante e n - ^ ^ í s
otro. MI' una vida activa? Los poetas no prueban nada: es mas fácil Y ^ ^ ^ ^ ™ b
contentar
> v v v , w estimulante conferir una expresión cautivadora a la no n a t u r a ^ q u « j ú r a t e _
Asi nu,.v ....
L T" " ' unginana, nu ac u v - r
> emociones
*> «n mundo de dehcada.s ,deas y ' - mucho*
Goethe, Fausto, v. 3250.
s
IK \t.\t! , S
''' ¡ TUMOS
^ de que la scnsih.hdad, l l I U e
dolí no n**1
,rca un arando de poesía, no obstante, es un rell..». ,t i
tnitno. Si • . i . <-n^i>* 1 -i wMw^iAn «nejo de la potencia une ooera en <•
foridO de l a tosas. L a sensación HC corresponde con esas .deas d e s t í n rque
jleclos no fi- éstas han *.do creadas previamente por l sensación-. auui^ c M ^ ^ S
r l Z ^ l uno.
a
i a perviva en un segundo individuo 7rv a hombre, sin voluntad propia, como una cosa. Con el casamiento cambia de propieta-
rio, antes lo era el padre o el abuelo. En el derecho romano, la esposa vale tanto como
w uuiización de una coyuntura favorable» p
la hija por lo que respecta a la herencia. En otros pueblos, se evidencia en la consu-
sa y no temía a la muerte — ¿puede hablarse SM mación del matrimonio la imitación de una operación de compraventa. Pues ongina-
a na DTaJeza? ¿Habrá llevado a cabo los cometidos de su pasión so!
riamentc el matrimonio no se contraía entre dos personas, sino que éste se cernía
sobre la mujer como una fatalidad, la mujer no tomaba parte alguna en la conforma-
- - - - - - ..-: r \ . \ : . : esencialmente sensual. Q amo- ción del matrimonio.
x como afecto espontaneo. El amor del niño a los padres es El matrimonio precede a la familia completa, debe necesariamente reposar en el
t h « anona inclinación instintiva. Es gratitud comorespues- instinto: pero ¿cuál sería el instinto capaz de impedir la promiscuidad?
••- ~ • :• . : c r v que no original, pero similar a • El placer sensual inferior se halla dominado por la ley de la alternancia. Pare-
ce pues que a nada se orienta menos la naturaleza que al matrimonio. En realidad
Sckopaútaueracerca del amor. Quien desprecia la vida,tan- se intenta explicarlo como una formación nacida de la necesidad, como un afán de
I amor. La realidad no tiene por qué cumplir lo que la sensa- excluir las lesiones y disturbios que van ligados al concurso de la promiscuidad,
/tomo ha sido posible, entonces, que la mujer no haya llegado a comemrse sunple-
• de serna ilusión engañosa. La sensación y el sentimiento
mente en la esclava del hombre? De tal manera que se la habna podido revender
i engaño El ser humano sólo puede acusar de fingimientoal mientras que la esposa, en caso de repudio, regresaba al a n t i g u o " ~
i ¿socadas a la sensación. La representación está r# rrnanen- podría estar tentado de hacer de la forma más noble de amor ^ ^ ^ ^
«capar el futuro de la sensación. Es aquí donde resulta pos- macón del matrimomo: pero la poligamia habla en contra ^ ^ ^ ^ ^
inev
*abie t i entendimiento deja que la dimensión de lasen- por consiguiente, es en verdad la realización del amor pero no tanto del amor a la
*penencu pasada crezca también ilimitadamente hacia el mujer, cuanto del amor a los hijos. (Esta parte es ™deb£
a «emacion aun este en fase de crecimiento; le es MP° ' slU
¿Qué quieren aquellos que consideran l = n ^ e
m
* b
«ensación. El primer amor cree en el s i g n i f i ^ de sus esperanzas? Difaman a la naturaleza, porque * han enam
raleza. «Con el cinto, con el velo también se rasga la b,l a ut^om l a j ^ ^ ^
^ * U s lo han ensalzado en estos términos y no han ^ u n
idea radica en la sensación artificiosa; procede de ^ ^ l a s sensacio-
iun. que únicamente conoce la experiencia extema-" ^ v,da. Schopenhauer y también los poetas piensan con repugnancia en
u m c n u
pienso'! , ' ^ ha>a crrwcv originarios inevitable». W
es
h*rza m, mundo de ensueño. " Naaachc cía aqui los verso. 100-101 del ( * « * • t ' * * — * H * »
> recetar
-
4M OTIÍH vr Aun cuando esa mag»»* "
141 . Creen que " ™ » P»r e s e d c v
h l ( n c i m
. e m p a ñ a - , al * * * se»*.» - . , s e r la c o „ s c C u J ^
l k 0 t
U
»'' VHR A N 0 ,
u n o
c n t
E
o 8
anatómie^íSf
L r la familia, por la posteridad, p o r M ^ S , * mclusoTnTmo ^
uc nos importa ante todo ^ ^ s ^ ^
dol
* ^ C ^ í * birronte para hacer manifiesta la V f c > res de la agonía por los mismos que preceden a u n T T °- 1
n^enTo de la üimitada vida universal, que promete ligarse al Los sueños ejercen un poder similar al de lo real, sus sombras caen sobre el día;
ese con frecuencia superan incluso a la sensación de lo real. Cabe aducir el dolor de la
! E L (Todo
anhelo /T«tn es
es endeble:
endeble: yvha
ha dejado
dejado ccompletamente de iauo
o m p l é t e m e ue lado ,a
h protunda penetrad
ión sensación para la recriminación de la vida, pero no hay razón alguna para incluir en
de Scho^enfcuer en la esencia de la ilusión en todo lo instintivo.) el cómputo los juicios teóricos falsos.
La significación de la muerte ha de juzgarse por aquello que aniquila. La muer-
V 7. La muerte. te más grave es la de la edad madura; con el dolor por la tarea inacabada, con la preo-
Sí la muerte no fuera cupación por los que quedan atrás. Es la inoportunidad lo que hace aquí tan amarga
upamos en absoluto a la muerte. El morir es un acto de la vida. Sólo morirá con dignidad quien haya man-
nacimiento tenido en vida una conducta noble y firme.
ya no es vida. De todo sueño se puede aprender cómo puede invertirse la relación Si se quiere acusar a la vida debido a la muerte prematura a la que casi siempre
natural entre representación y sensación: una presión dañina sobre el corazón, y los conduce, no debe uno volverse hacia el hecho de la muerte, sino hacia el dominio del
sueños se vuelven angustiosos. Todos los afectos inventan representaciones allí don- azar. El concepto común de azar posee plena verdad.
Ahora bien, el mayor atractivo reside precisamente en la comprobación de las
de no las encuentran en la realidad. £1 más allá se decora con imágenes, que en pane
posibilidades de la existencia. El hombre gusta realmente de poner en juego vida y
son creaciones del temor inmediato, en parte de los afectos reactivos, que claman por
muerte en determinadas circunstancias; los éxitos que se logran con el máximo nes-
una existencia mejor y por la justicia. Puesto que el sujeto queda aniquilado, no tene- go suponen para él la satisfacción suprema. El azar no es una desafortunada ley del
mos nada que esperar m nada aue temer de la muerto Poro ;nué hav entonces de ese mundo. La existencia no es la representación dc un espectáculo en el que nosotros
« certeza que se vive y se suire; pero ¿ q u i e n
^awjju;» t u » yi^y»- e| e
sólo tendríamos que tomar parte como espectadores.
Más bien, se debería considerar la muerte como una cierta « a a o b o c ^ d o
,
aquel a quien conciemen esa vida y sufrimiento? ¿ E l una nada absoluta, a la q"
todos los males de la existencia individual, no dom.nables de otra manen. La idea
está reservada la sorpresa de convenirse en portadora de la existencia? En ese caso,
del carácter efímero de toda sensación y sentimiento es el ultimo refugio. La muer
nos es lícito interesarnos por esa nada, pues nosotros somos esa nada, a la que va a*
ciada la expectativa de una vida futura. Lo que ya nos ha tocado vivir, nos toca
wwrio nuevamente (éste «nos» lo es en el sentido de un sujeto completamente . 12
Cioelhe. Fausto, vv. 1339-1340.
L o s ñ
ejrmnado). ™ ™ de la metafísica no nos ayudarán de aquí en adelante, p*>
i M , N ros POSTUMOS
IMI
9 U I I I 1
-VK AN0 R 0 E 1
875
figuración trágica de la vida sea ta _i m á < ! 151
p l e n a
en ta que vida y muerte se limitm Z* dc contenida
Um-nw , niai»-', , , rvsiu.a I - . Í - . ^ U O , •:«H»J*¡y r a
s e P o r
U se confirma ante la m u e S f e U ^ ^ a e s a u . a u
h o n z o i
d c la vida refulja en su todo su esplcnn^ « e es nccTsari* ^ndes pasio- las
q u e l a lía
Si la tragedia es. entre todas las "n , ^ ™
q u e n o s
rosa, también es verdad que la vida 2 conmueve do r
«ración trágica. - Por lo demás U f ^ x i ^ n l ^
c a " s u 1 p o d c
f u e r t e no puede faltar en el c o ^
d e l o
hacer insulso y aburrido. La muerTno t < ™ ^ . 3 ^ T *
e, medio a travos de, cual g2£
eem» * • muerte J ' - * 3 s
rtflrtia ilar de la vida como nara « d
°s 3 i s s i n o s c
" Í S ¡ ! «
f nïLmcntccomo
îla S^ „i f ÏàÏ vida nnsma. En .o
contener en sí misma uña 4> 3pé VIL La vida en común.
Una vez eliminados los reproches ala v"d • a¬
e o B U
V l d u a l s e a b o r d
la miseria social, dejando entrever la perspectiva^ ' a la cuestión de
<- t - - - * ;
*< , a p ¿ r d , d a d e i a
55ï& creciente cultura no hace sino aumentar la penuria rt^ ° 7
de males desconocidos y ni siquiera satisface las n -A A
terriMe.La
multitud
P e n , r a ü n m a s
c o m p o r t a u n a
vi*. B W ! « Ç * î ^ carene.a esenciaK <* „ por último, se da por doquier una superpoblación v ™I • especie; C o m u n e s d e l a
./„,,, * i a * r ta i
v< ^ de la naturaleza, comparable al f t n s a imputaciones. Así que los males sociales pareced f " S ^ / V , d a P r & n U C V a S
- P - ^ r ^ S " * una pesadtlla. Pero, por otra p S * ^ con males mayores y que en su esencta J ^ ^ Z ^ S n t ^
que conclave /a intensa a ^ , . el q ^ i
âWid*.^*Œ Cns«-*» es un sùet^C
p o s l b l I j d a d e s d e Ue
demostrarnos una antinomia como ésa. Pensamos, con razón, que la capacidad de
Zec te dei sonar. Según SdwpenMi^. H ^ * " ™ " " * c i e n c i a no alcanza alc^ n o
aumento de individuos está ligada subjetivamente en verdad a determinados límites de
S o fin mas elevado, el fruto de la existencia; volverá a nacer para ap,, velocidad, y que, por lo demás, sólo se halla limitada por impedimentos objetivos.
ÍÍLon de/ placer de vivir y de sus sufrimientos en una nueva ex.stenci^ Imagínese ahora una ley según la cual la fuerza subjetiva misma, al aproximarse a un
determinado límite, disminuyera, e. d., estuviera comprendida en un curso gradual de
1' el suicidio es una transgresión del orden de la salvación eterna. «¿Q uiénDÍ
la especie hacia su gradual desaparición. La procreación debería limitarse finalmente
loa- esa idea tmul de que la v,da es la preparación para un más allá? ¿Quién, a la mera reposición. Hay muchas analogías para una idea así. Tanto en las formacio-
conive esa iuea mwu. • . o J- n-u •
ha o/do hablar dc prueba, disciplina y cosas similares ?», d i c e D u h n n g . nes cósmicas como en las individuales se repite la ley de la disminución de las fuer-
zas creadoras y de la transición dentro de una persistencia casi uniforme del cambio.
Es una gran equivocación juzgar el suicidio según los parámetros de
Sólo hay tres posibilidades: o se mantiene la capacidad de crecimiento adicio-
cepción general, sin tomar en consideración su contenido concreto. La muer
nal; en cuyo caso debería agrandarse la superficie del planeta (de lo contrario, un día
una puede ser una gran acción o la expresión de una miseria absolutamente: v # faltará incluso el suelo en el que los hombres puedan estar de pie). O bien potencias
0 de una repugnante cancatura de la naturales*. Puede parecer éticamente mato destructoras objetivas contrarrestan el crecimiento adicional. O bien se da una dismi-
te pero también un grave abandono del deber y una escandalosa injusticia nacían nución de la fuerza generatriz. Exceptuando el primer caso, resulta forzosamente
que sobreviven.
soorc\i\en. nnceitftf necesaria una contención del crecimiento. La experiencia habla
m en
La muerte es una aniquilación, cuya esencia (la de ambas) ha de reconc» - to de que la fuerza subjettva dtsmtnuya: hasta el ^ ^ j ^ ^ ^ ^
aumento ni disminución, sino uniformidad. El ^ J ^ t ^ T ^ l
f ha stdo aniquilado. La vida es la medida de la muerte. Aún mas ímp
fuerza misma, combinada con la extensión de los ^ ^ ^ ' ^ Z
nuenees la medida de la vida. Qué contenido pueden * * ^ ^ t depende en última instancia la velocidad ^ ^ S ^ ^ ^ ^ ^
\ luchas de Jos hombres es algo que únicamente J™ SC C
á e e \0 modificación de La periodicidad? De manera que la constancia
a h l ü
uene. La máxima energía de la vida se despliega la^
irJúffOfv fnczsos h í q u e
N Desde este párrafo hasta el final del apartado, cf. WB, 4,453.
; M l -NK>S POSTUMOS
9 Ul
»>-VERANO DKuns
soc.al. certas potencial han dc considerarse
n f l j c •
C O m
' . ^ j c ' U pmpi^ii: 2) su principio inspj , ,n algo horrible y bestial, es que estoy ciego') £ " "V*.
t
M i i l t n u s ra(
3
KM te se funda de veras en la lucha (no en el ^ brecho úmcamen-
«* queu.s..»^)j ¿: . o del numero de población ° / > cnos que se renuncie en general a la imposición
a m e n í s
e m
m imposictón dJe \ l ' T ™ * >- h ü m a n a s A
.<M.i? h l S5M g m o r a h l zZ a a
Malthus.
Malthus, dedc la manera más edificante, a favor HJI
del ;i™
~ ? P í a m e n t e contra
previamente
S Í t r a b a s
Ahora bien, podría establecerse un punto en 7 ^ " »
n 8Un a m e n t o d e
Cial estaría ya en condiciones de transformar un deterrr,ln ,a V un-
e s t e M t o d e su
ción en una existencia de mayor capacidad vital En « n í í ? . P*rpobla-
D Ü h r i n g e l
csinato en masa sería más recomendable que el LceSmoT' ^ J T
as '
i n t , U S
l de la vida que ha logrado el más pleno
c i a ^ ^ l ^QUC1™ 3
^RCPRE&LÓN
^
' ° resulte completamente infructuoso y no sea p o s
e inhibición de la energía vital» - dicho sea de D L
uno dc los más poderosos promotores de energt S ) ** "
>llt
''° »' ? T ; ^ : • S i q u i e r estado de los medios para s a t . & ^ .uj*.
1
s
t
consiguiente, la vtda tendrá que hacerse más rica en contenido conforme
P o r
8 e
aumenten las resistencias: pues cuando el tndivtduo quiera imponerse en m e d u l a
superpoblación «el juego del esfuerzo individual se volverá más signiücativm
t e n m ^ u n a gran parte de la sociedad: y desde luego se pone así d > p
(¡0 h . que estupidez!) «La ponderación del derecho podría llegar a ser entonces más
¿ á t a n o s , rentados. En benéfico de ellos. la mayoría debe llevar a S * importante de lo que lo ha sido nunca» (pienso en gente medio muerta de hambre en
¡ f f i n ataduras familiares, como bestias de carga. Yo me incl.no a pensar ^ una nave a la denva en medio del mar, con el problema de cuál de ellos debe ser
actitud ñus noble debena conste™ lodos los males que se derivan de l a
comido en primer lugar: ¡en verdad que el concepto de derecho se hará entonces más
Nación como minucias en comparación con la gran iftjfeflfcia de esta doctrina?" sutil que nunca!).
con el proletariado l n estado de indigencia es malo, como para quitarle a unei 1 Dühring sólo ve en la insatisfacción social de hoy un acicate eficaz para supe-
aan.i> de wwr. pero un estado de injusticia es peor. Los políticos no tienen confié rar la pereza; los males sociales no le parece que sean aún lo bastante grandes aquí
AI jlgunj en la moral indo iduaJ. pretenden deducir de esa teoría costumbres y dere. o allá como para espolear la pereza de la fuerza popular. — Tampoco tendríamos
chos tendentes a la limitación del matrimonio. Una parte de la sociedad pone impe. razón alguna para tomar en consideración un lapso de tiempo inabarcable, como hace
Malthus.
dimemos -¡ IJ orra por medio de la legislación y la administración del matrimonio^
ésta es la consecuencia practica de dicha teoría. ¡La m á x i m a injusticia de la minoría
VIH. El conocimiento.
hacia la mayoría! ¡Mala alicrnauxa la que hay entre las penurias de la superpoblación ¿En qué medida el mayor o menor grado de conocimiento puede Regar a ser ,
\ Jos remedios aducidos por la concepción malthusiana! —
fuente de alegrías y de sufrimientos?
Dondequiera que se presente una verdadera s u p e r p o b l a c i ó n , no hay masalter- El conocimiento se basa en una carencia. La «pura alegría del conocimiento»
ñama que la de recondueir la fuerza de la población hacia el exterior o eliminarlos no es sino la satisfacción por el obstáculo eliminado. Siempre debe precedería una
obstáculos a un mayor desarrollo de fuerzas. También a q u í son inevitables los dolo- aspiración; como ocurre en todo lo práctico. También aquí el trabajo es el elemento
res del parto, con guerras internas y externas. La guerra no es un mal sino en d mediador entre carencia y goce.
mismo sentido en que lo es. en lineas generales, el dolor. Reprobable sólo lo es cuan- El «sujeto puro del conocimiento» es una quimera. Pues todas las manifestacio-
Jo no es consecuencia de una necesidad. En ocasiones, en el mecanismo del eng* nes del ser humano, acciones o pensamtentos, tienen en común el éxito y el fracaso.
En el ámbito de la teoría, el mal se presenta bajo la forma del error. El desengaño
puramente teórico no ha de considerarse como un mal.
El error I es en sí mismo realmente un mal? ¿Acaso no lo son tan solo las con
ni error, ,es en si UUMOU I ^ U
( - ^ o Mipntrvs una representación se tiene
t o t c
'nomista representante del liberalismo cl»j» meias prácticas de representaciones talsas? Mientras una r,pre
secuenci
"¿Ir*
nrUcrcvc I7*8i expuso la tesis dc que la poblaci**'" venlaUe™, n
P O r o ^ = ^ = en su < ^ £ * £ Z ¿ £
nentras que Jos usos
recursos naturales io
lo harían
h a r í ^ auténtica verdad. Los («juicios pueden haeernos por tgua ante fel.ees como
f ' . r > K T ananetKj, geno
r
t M
mn k.
iKves.U.de.oserCs^
1 aún entre representadón y objeto. El J
a u n £ £ g g ^ g *
r i m
nena la concepción
existencia. de | i(i
Unicarnent' a V a
entendimiento, por e//o está capacitado en cTenosemJ^ transcendente para el
W M w t o a r a
«feM <fe lo real. "° P ^P^entar la natu-
nrpar ... representaciones, tanto m ,,
(> a s f a ( B entendimiento tamban podría realizarse enriquísimamedida en el engendro
^^^^ ampenencias reales. ( ! ) El hombro más funesto del mundo. — Depende de la medida y «o del hecho m ! L n 7 ? «
OldKVlOfl re d e s n í ^ E l
hbno tcon el curso objetivo de los asuntoIT"*
equilibrio — * ™ "*** el «lor de la
.USldCJ- sentimiento, es decir: ha de ser una/e.
m comprnaon
non alguna alguna
hacia los desengaños que derivan d Q e
Un»
,J r x r k i a n i c ^
mora' > IX. ¿ a e n el valor de la vida.
U moni abaoba&a es ssssysnW Si el limitado vistazo que somos capaces de echar en derredor nuestro nos
se Puede refuerza en la fe de que también al cabo de una investigación más dilatada hallare-
¡as nsrimmces como un poder desde ;
inuiduo i.i L'i.iin.HK.i antes q | j mos las cosas conformes a las demandas de nuestro ser. surge la fe en el valor de la
iU "11! U e a
existencia. . -
uua A s i « esss» te moral ha dc adquirirse a partir de las fuerzas impulsoras y.¡
cañeta hndamenul de la vida, antes dc que a uno le sea licito oponerse con ella8 Aquí pueden producirse alteraciones. Debido a destinos atroces, la confianza en
la vida puede verse completamente alterada en el individuo. «El comento, asi como,
la en general, el retiro de los quehaceres mundanos poseen de vez en cuando un buen
U a o n J existe por la vida, y no al contrario. — May que guardarse muy mucho sentido.» (Ahora bien, la atrocidad del destino universal es mayor, sin duda, que la
* las p n n y j a i o o r i mtmdndas: hemos de abandonarnos m á s bien al carácter de de cada destino «individual» — )
la \¡da Asi ci*cc.haremo* una sadsfacción duradera. El estado normal de ánimo se quiebra en ese caso. No tenemos ningún derecho
Muchas expectativa* frustradas se deben a presuposiciones exageradas respec. a exigirle que se esfuerce con sus propias energías en reconciliarse con la vida. El
lo
o a nuestros ¡»eme>inre> Al sufrir por una injusticia, es en realidad a consecuencia instrumento está herido.
dc juesmt ver por lo que padecemos Por lo demás, el sentir ajeno, que no toma en Pero lo que resulta justificado para el individuo, no lo está para la totalidad, no
COI
•idcrjwon nuestros destinos, no suele ser m á s que apariencia; los hombres están siendo lícito incitar a la humanidad a que maldiga la existencia. Si la humanidad
OCL
udos con sus propios apremios, no tienen ojos para los de los demás. fuese una totalidad consciente, no haría mucho caso del sufrimiento de un miembro
en particular. (¡Al contrario! Basta pensar en el dolor de muelas y cosas asi en un
,( orno puede desesperar un hombre de la salvación de la especie! Si les reprc-
hombre.) (¿No habría que imaginar esa consciencia global precisamente como algo
los otros toda su wlfandad y baje/a. no obstante, a ú n se tiene a sí mismo. Los
que sufre de manera constante?)'-. En la medida en que es posible tener alecciones
res de gran wilunüd creen en Ja posibilidad dc sus concepciones y por eso no cuyo centro de gravedad cae en otros seres, cabe amplificar la sensación individua
acusa i a los demás runubres de una manera desesperada.
hasta un sentimiento compartido universal: y a partir de ahi dominar y concihai e\
a desesperación verdaderamente miserable se da ahí donde uno mismo sien* destino individual (¿ Cómo? ¡porque se aprende a participar en otros muchos y mayo-
ijue resentí aquello que maldice Lna gran parte de los sufrimientos espintu^ res sufrimientos! ¡El dolor más intenso predomina sobre el mas ^ » l e
M
* ° * « o que
• • " - - ' > V ' : r . . ^ : , . C c i — r u t i c » * I . manera iento de venganza.
tinl ' K W t B e
P « K e d e del « . /
n
p a r a l a u s l l c i a
ca - prevención de la ofensa mediante la intimidación j PúWi-
La inteligencia guiada por motivos prácticos sah» •
A
aquí en lo piarli i- i cree seriamente en su tesis," puede di
S
9quf
coÌ eanza, no habría justicia alguna. ' «entrniiemo de ven¬ q u e s m
eluve finio posible socialismo.) °sil ' e p n En el derecho penal hay dos clases: por un lado 1 «
ticas (así que esto no tiene nada que ver con ^ K ^ c T E S " ^
a r
de
,
o ( f l / l„ ^ v in/a*
n M creer también en los hombres buen*.
J c h c
que un hombre debe a otros seres humanos; la o f f i ' nuram.entos
U , C / J l
o vale también en derecho civil. Sólo en la medida en que la no observancia
E s t
' " U « ¿ . t u c . o n subjetiva de nuestra especie y , U e g 0 a
o |a alteración de un estado es una ofensa, el concepto de inviolabihdld ™ « -
- fines H ^ tó en un concepto jurídico. El derecho no prescnbe nunca una conducta positiva.
n. En ambas direcciones busca Duhnng la confirmació, que procurar bendición, el mal, maldi-
existencia hu 0 6
ción. El impulso de gratitud es la base de las representaciones de recompensa tal
•oncepciones.
todavía impcrt como el impulso de venganza lo es de las de justicia. Así es como odio y amor tie-
Si hay alg Med.i disponer el ánimo a la serenidad filosófica, eso | e s a
1
nen también sus mundos del más allá.
templaciófl de i ido cuvo significado se extiende infinitamente más allá deld" ' ¡Es, por tanto, la «justicia eterna» de Schopenhauer algo tan serio y digno de
tino humano (¡t iemos nosotros de un «significado»! En cualquier caso venerar con tanto énfasis! ¡El desatado impulso de venganza, que incluso conforma
quien significa -da\ 1a!) — No hay peor enemigo de la fe filosófica el q u e ideas transcendentes! Quienes invocan el tribunal de la eternidad muestran, como en
logismo (que. d o. desconoce ya el concepto riguroso de una objetividad red un espejo, su propia imagen. — No se ha de atender tan sólo a la afinidad y al con-
diftimina la dife entre fe > saber). mi traste de las ideas, sino, sobre todo, a aquello que incita a todo este juego, a la vio-
que tenemos la necesidad de justificar nuestras concepciones lencia de los impulsos y sentimientos. Los sueños <no> son sólo las causas, sino
|:n la mcdn
lo sabido, mediante nuevas experiencias e indagaciones, nos también los efectos de nuestros estados de ánimo: invenciones sobre la base de nues-
generales, que n¡ tros impulsos y sentimientos. Y, al igual que los sueños, también todo el mundo
hallamos en el ai je lije. Ésta posee, no obstante, unas bases reales, incluye un
imitado. \ se distingue por tanto de la fe en la autoridad. (Por representacional de las ideas.
saber, aun cuandi
5 siempre han sabido arreglárselas bastante bien con un saber La representación de un tribunal transcendente es una invención y, por otro lado,
otra parte, las reli en tanto que producto del sentimiento de venganza, entra en conflicto con la más
«aun cuando fuer MJO \ nunca lo han desdeñado del todo. Así pues, esto no
noble actitud de la conciencia. Solemos correr al amparo de los dioses, cuando nos
de/ana de ser lo n saho por el hecho de que Dühring pone lo sabido como base
í n t i m o s indignados por una injusticia sufrida.
.1 partir de la cual
ze la i mención mientras que. por el contrario, en las religio- 5 6
m ú l i o sostén'de la fe vacilante res.de aquí, el mando moral
nes. tahitualmenti .encion es la base a la que se adhiere t a m b i é n de forma espo
radica algo de lo s, más ptra apoyar que para ser sostenido, pero en ningún caso
pura sen ir de tum
iejíismo teorico y la unidad del sistema de las cosas, te metafisico es la culpa metafísica, y " t a no e s ^ p e n i. f c l c u
idealismo teorico nunca se puede deducir el idealismo práctico, una con- segundo presupuesto de un desquite metatisicoes , ^ y nza. ¿ venga
Ljiti i* trario, como demuestra has'acK pable: el Wcero - un juez y ejecutor ^ ^ ¡ ^ ^ sfhopenhauenana. La
s
Asi ha entend.de Kant la religión. La versión ^ ™ " „ del signito-
rudo realismo vital va aparej*»
histona universal como el JUICIO universal. £ . Una causalidad m f o l c 0
ynrnie ta L de j u * * * * » , m c r
P An lamhtcn por doquier un poco de fcl i»
topoun*» f l » de te* com*1 La imagen S J r t e como si no hubiese len«W, l P»f*ca aquí C J Z Í ? * ^ ' f » -
m f U M C
c , c U la felicidad- P.aeer y « - ¿ ^ , 2 ^ ^
imeraemo* mí* * f ? \ j « » JeM in«n»íecho«, a U enenci
1 c
Ahora, por ultimo, qu.ero exponer n ^ ! ^ ? ^ * ^
Jrza No se ama a quien se venera, corno es sahSr?
a m a r i a
puro sería aquel que tuviese, no que venerar 2Í2 ^ «»do más
a m a d
desprecio es cuestión de la cabeza. ^ «no despreciarte El
Quien podría amarse a sí mismo de forma M
•ocum/^r- ^ viciado. Sólo es r w _ W f amor a sí mismo plenamente purificado — seria *n7 i o «a, con un
í ? l i
™ ' —
:
d núcleo del cristianismo, sin ningún tipo de e n v o l r l ^ i ™ ^
' - ' - C o b r e s y se los di*£*+ El conocimiento de s» mismo surge de la justicia con unoSno- y la iusticia
S***é«™ en « e caso, poede uno depositar esperanzas en la h u m a n é el fondo un sentimiento de venganza. Si alguien ha s u f r i d a Z ¿ ^ T ^
c s e n
B L o l m l l n e | W e m ü c h o m a ^ «guro. por el conlrarm. \ hombreé q u e c
causa propia, s» se ha herido lo bastante a sí mismo, por su pecanünosidad -
ir U vata y crea en'el vator de la mwru justo cuando se quiere y afirma s c
comienza a experimentar contra si mismo el sentimiento de venganza- su incisisa
rnente . i mi«no. cuas* ao «ak de . . de manera que lodo lo extrapersonal se * introspección, cuyo resultado es el autodesprecio. En algunas personas se Ilesa al
cibe un «>h como una débil wmbra. - * ft) ascetismo incluso, es decir, a la venganza sobre uno mismo por obra del repudio y
< t t
del odio (la misma tendencia se pone de manifiesto en mucha de la prisa y del tra-
Fot camifutaÉc. para ei hombre activo ordinario, el valor de la vida se basa en bajo — ) .
«I techo de que te o w p a st mismo mas importancia que al mundo: y | causa dt a
Que, a pesar de todo, el ser humano se siga amando, parece entonces un mila-
que %c inférete un poco por kw otros seres radica en su gran falta de imaginación, gro de la gracia. No es éste el amor del ciego y ávido egoísmo. Porreglahabitual, se
de mndo que no puede poner* en el lugar de otros Ouien pueda hacerlo y posea un suele atribuir a un dios semejante amor puro e inconcebible. Pero somos nosotros
1,/,,/on : ' • .p'-M» del '..iloi <!<-• I Í I V K I ; Í ; a no ser que mismos quienes somos capaces de un amor así. Es la gracia de un perdón concedido
w twutc 'tu \¡¡;mtii.MUt mitítco para todo este trajín, + •'&00friWq§-. a uno mismo. La venganza queda abolida. Y con ella, también, el conocimiento de si
Si aijfufcn fuete capa/ de acoger en si una consciencia colectiva de la humani* mismo. Volvemos a actuar y a vivir. Pero todos los motivos habituales, que nos guían
fjil, w desmoronaría entre maldiciones a Ja existencia. Pues Ja humanidad carece de en otros casos, aparecen transformados. Aquí está la diferencia entre budismo y cris-
neta J / K U I U I n (on^xuencu, aun en el caví de que fuera capa/ de ello, el hombre tianismo. El cristiano actúa movido por ese amor a si mismo; y cuando ya no es
0 podría hallar en la contemplación de Ja UtUiiniad su consuelo y apoyo: sino su de- capaz de seguir haciéndolo, aún dispone de la «auto-compasión». Toda compasión
cs, como lo son los seres humanos, débil. — Pero Cristo se despreciaba a sí mismo
•vprrat inn Si en todo manto hace ve la ausencia última de meta de la humanidad,
y sc amaba a sí mismo, y percibía a los hombres como iguales a él.
1 quería* a adquiere a su» propim ojos el carácter de «/) despilfarro. Creo que no
El cristiano actúa y considera irremediable la acción: a cambio, se consuela con
v nada iiannarable a este senfirse despilfarrados en cuanto humanidad, tal como • - ~ • - alta estima ninguna ambición
17
mo. tk%piU*mroc Im brotes individuales de la naturaleza . Todo era necesario y
r» en nosotros Só|„ tcñcmtn que contemplar el espectáculo! Propiamente.
r q u c
I
t* "**** aún de todas
Je U* cuilo ÏHHNK uirm« hic. i»
lS1 i ™ - «»elementos químico» .;r ^ « que
P
,so. Ü división no llega al infinito. Si K ° y O X Í g c n o
Encua uier
,'¡ cunlcrcncia de toda la tierra: una única m o l é c u l a ^ ****
r cubrir la a g u a
0 0 0
Km l l cfusil y un poco menor que una bola de cricket Z " " " . f "«Vot que una bala
l i 8rooleeOUi últimas; las masas más grandes del u a hacer visibles
ta
más pequeñas el que escapan a los sentidos humano, l a s ^ n ! ^ ^ ^ «»
das; las últimas, demasiado pequeñas. " P™"*™*, demasiado aleja¬
'"' |.; ias moléculas se encuentran en constante
s
« - « a •éMuuu, que est. compuesta por átomos y por v ü n a jeha reciproca: hasta que algo así como un g o l i * T s T T ¿ * ™» , m p u l s a d a a
luc a
. ...... energía son las leyes que gobianS?^ separar los dos o más átomos simples d ^
i r a
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J ° a
^ «*»
P.monees surge un nuevo estado de cosas'* i J ^ f S ^ ^ J ^ ^
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^ la
U nuquiiu. * mueve incesantemente. Lste es un nuevo límite para m í ^ ^ S ^ o S se "
queda quicio. se
u n a los grupos. Con una temperatura mucho*^ En todo sistema que queda abandonado a sí mismo pueden estar activas pode-
conocer ia> v- ••" : ^ V V N ! MO está bien establecido n J r rosas fuerzas internas entre las distintas partes, pero acciones y reacciones se equili-
haix la nwruÎK bran, el sistema se mantiene en reposo. Una esfera de vidrio hueca con numerosos
iso cualquiera de defunción es causado por las ha
del mismo mod peces dorados moviéndose vivazmente, al ser depositada con toda delicadeza sobre
j , siempre sc produce una gran importación & unas ruedas, se queda quieta, aun cuando la superficie de la mesa sea una Usa super-
Juras Tr
:amino de cada grano individual de hann ficie de hielo: es un sistema. Otro lo es el fusil junto con la pólvora v el plomo: mien-
aire que sopla hacia el Ecuador; pero nadie puede p re tras que la bala es proyectada hacia delante, la culata del fusil résuha proyectada
panícula indiv idual de aire. Y así ocurre también en hacia atrás. Si el fusil pesa 3.000 gramos, la bala, 30 gramos, y es proyectada hacia
««tica de las naciones. La ley natural de todos los indi- delante a 300 metros por segundo: entonces, el arma se proyecta hacia atrás a una
<; sc trata de seres vivos como de partículas de mate- velocidad de 3 metros. Por lo tanto. 3.000 gr. x 3 m = 30 gr. x 300 m. — Si lanzo a
una gran contienda, el campo de batalla suele estar la tierra una piedra por una pendiente, parece que el movimiento tiene una sola direc-
ción, pero en verdad es el resultado de una atracción mutua entre la piedra y la tie-
oculto a nuestro» i ON lo que hacen en el los individuos, pero podemos
rra. La tierra se mueve en realidad hacia arriba, en dirección opuesta a la piedra, de
juzgar, e incluso pi ichas ocasiones, el resultado de la lucha. El resultado forma completamente inapreciable: sólo que. dado que la masa de la tierra es muy
global que puede J upo esta determinado por leyes simples, grande en comparación con la masa de la piedra, la velocidad ha de ser extraordina-
Se supone qu inudiú de enfermedades está causada por gérmenes riamente pequeña. Peso de la piedra x velocidad de caída = peso de la tierra x velo-
orgánicos, nuestro ento de los mismos es total. El aire está plagado de -u-J . — - « n „ ,«of~ii- ci A <»¡í»rr*É» cu fiipr7n de atracción o repulsión sobre B,
rtJ
ellos, luchan entre sa de los mas fuertes. Estamos ligados, por tanto, de
ta forma nus wtim. lundo de criaturas y no las conocemos mucho mejor
les. se puede conocer esta ley.
de lo que cooocerrx La «cantidad de movimiento» es el producto de la masa por la velocidad, t n el
Pero si que con andades de estos estados predatorios, como, fusil, por tanto, las cantidades de movimiento son iguales en ambas dire^iones.
ej.. que el cotera i enfermedad de las zonas llanas, que hemos ¿Qué diferencia aqui. sin embargo, la bala del M i de la culata del arma. La bab
4 . m f mcr
m bdodel - La vacunación previene los estragos de la puede superar la resistencia: esta fuerza de penetración es la nota c « c t e t » a ^
v iruela. pero som deben mutilarse para volverse carentes de una sustancia dotada de una veloc.dad muy grande. Liaremos
valora ojos de su icn de este modo los dejará libres, cidad: está en relación con el peso o la masa del cuerpo. Es \o " » f > < g _ *
Aun mayor i ito de las moléculas de la materia inorga- una bala de 60 gr. de peso a una veloadad de 100 metros pal J J *
nica
pie i elocidad es
dupl
' r «tracto de U> primera» veintidós W n « Slewart. the r r h ^
Je enen^de ¡m^S?™* ** 0
* , M n w h
* l»í | IX. adquirido por N a »
h R A t ; M i ; N T O S POSTUMOS
¡1
p iiesrcnanos
« ? T ° i ! L)-« < un kilogramo
„ a un
un metro
metro de
de altura,
a l ^ e mempleamos
p l e a m o g un. '
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r a m a
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• s, ' A t a m o s n W ' « . " - de,
u n | J a d d e m e d l d a d e | l r a b a j o
U n a
•
energía: a ésta 'a consideran ^ «u ^ k ^
10121 . « , . . ,
Un amor que todavía es joven del todo - cálido, como leche recién ordeñada.
1 0
' Ama a Dios sobre todas las cosas (incluso al punto de no temerlo) y ten fe en
él.
10 MI
Lo que hay de holandés en la voluntad de Wagner*. La maldición de la destruc-
ción Voluntad inhibida. Lo celoso e iracundo.
10(51
5
Rey de Baviera . Sombras de ta tarde. Refugio.
10[6]
Matemática.
Mecánica (con historia).
Física.
Química.
Ciencias naturales descript<ivas>.
Fisiología.
Cosmos.
Geografía.
Historia.
Economía nacional.
Filosofía.
medida en ^ r° !U A d u m r a
Alemana. Como es sabido, la libra, usada como unidad * De «holandés errante», se entiende. £ fragmento de principios
5
M e d í a Luis II de Baviera (1845-1886), amigo y mecenas dt Percutieron de forma
i t x l ' ^ Z £ í £ ^ - ™ en todos los lugares el mismo peso tfg. de 1874, Nietzsche comenta cómo las extravagancias, ác\ rey^de P
e n B e r l í n es ba
ñera A ^ O S ^ Í ^ ^ ' m e
1"
m m
P ^ 467. F.n 1854, la Unión A negativa en la popularidad de Wagner (cf. 32 [391 - rv, i, w j .
e x a c , d e l a l i b r a c l d e 5 0 0 r a m o s A C 5 t a <<libra
< " ^ « ¿ X ° * -
[163]
" d r é n a n o s : 3.186,2 pies renanos equivalen a, kilémetro.
N , o s
rK \(iVfi '*< ' S i l M< >\
Mi ™
, n t c n s o s b k U r r S U C n < l a m u
* 'Ta I*** * * ^nc.
1 0
'Vscrrtorc*. E5Dk, oral. Ante adversario.. Ramo mqu.eto, a ^ , 1 9 1
Con**** entre la cima del arte y | perv^ ( W
a m a , ,
^ ü X a c a quebrada Acentuación de lo autontano * ^ gpegos, el Estado se ocupaba de estos asuntos. masculma. Entre tos
s
10
Servidor > amigo. kur*enaJ Descripción de los principales caracteres.
panorama de los géneros.
Riqueza.
' * VTcnsoanismo. una fon» de b .Amigüedad pensada y ejercida
1
10 1191*
hasta el
desenfrenad. radKabdad U a c i a n o una onen a c ó n * r„ - q u e Músico — Poeta — Escritor — Actor.
B poder vwfcnto. lomando y dando a cambio - la cultura de Jas p o t ^ S J
5
Estoy preparado.
!0|J4J
Quienes, por desesperación, se retraen, como Jacob Burckhardt.
10 f 16]
Cómo Wagner ha liberado pnmero la lengua de la m ú s i c a y ha disociado los ele
Trabajos preparatorio*
para «Richard Wagner
en Bayreuth »
1
11 IH
35. Sobre Wagner. La lucha contra la ávávKn.; en eso se basa todo progreso
en aprender a no considerar necesarias ciertas cosas. Wagner ha eliminado la deses-
peración del hombre moderno de tener que ser siempre nada más que un epígono.
Mientras que, por una parte, somos completamente deudores de la cultura antigua,
debido al Estado, la sociedad, la religión: por otra, Wagner saca a la luz al hombre
previo a toda cultura que hay en nosotros y así arroja lejos de sí la pesada carga.
11 [2P
36. Wagner siente la deshonra del arte moderno en el seno de la sociedad
moderna, la contradicción entre sus exigencias; no soporta mantenerse apartado de
manera quietista en un rincón, antes bien, en cuanto artista, reclama para el arte su dig-
nidad pública y se convierte en un revolucionario en todos los sentidos. Todo en él es
profetice Los eruditos de la letra no tienen nada más que decir. Por primera vez se
pone en evidencia y se desprecia el arte de la escritura y la poesía- Al reanimar el mito
cristiano y el nórdico, en absoluto está expresando nada de modo dogmático ni siendo
retrógrado, como en cambio sí que lo son los poetas. El evangelio del amor se contra-
pone al del poder, a la convención, al espíritu de los negocios y del dinero, y al de los
contratos. Siente inclinación por los pobres y marginados de nuestra cultura, descubre
al mimo y al músico. Enternece los corazones y los conmueve. Y absorbe en si todos
los intereses de un período de siglos, siendo el punto de inflexión. El máximo artista.
11 ¡31
Carácter de la cultura moderna: el saber, su ftmdamento; la utilidad, su alma.
¿De dónde extraer entonces las esperanzas en una humanidad más noble? ¿De dónde
ha de venir el amor a los hombres? La religión ya no puede servir hoy día para el
ennoblecimiento del individuo, su sentido de la verdad se rebela en contra de ello. El
«amor a Dios» no es m á s que una frase. ¿Se habrá acabado, pues, con la cultura? La
* U II 9: Cuaderno de 72 páginas con anotaciones para WB, al igual que la carpeta de hojas
sueltas MP XIII 4.
l
Cf. 11 [201; WB, 4,451.
í
Cf.WB,8.475.
[167]
FRAGMENTOS POSTUMOS
acostumbra a dejarse amar y, con ello, a dominar: ayuda a los demás ante la deses-
lo que fue analogías para lo que está por venir, y así el carácter alemán de \ ^ * peración). La astucia y el arte del engaño: innumerables excusas, evasivas y. por asi
de Beethoven. el suyo propio, el carácter alemán y el de sus grandes príncipe** ' 0 el
decirlo, expedientes aducidos en el drama de su vida, que él localiza y aplica con la
presentan corno garantes de que algo análogo a lo que él estima necesario en elfi*¡! velocidad del rayo. El tener siempre ta razón: su falta de razón siempre se refiere, a
ro ya existió alguna vez; valentía, fidelidad, sencillez, bondad, espíritu de sacrifT 10 sumo, a la forma, al grado o bien a que el material recopilado no le era conocido.
todo eso. tal y como él mismo lo ha expresado de forma condensada en el esplénd° Todos estos peligros son los peligros del actor dramático, intensificados de mane-
do simbolismo de su «Marcha imperial» — eso es su germanismo. Busca la aporta ra especial por su lucha, que no se deja amilanar debido a los medios empleados.
Wagner tiene algo de sus héroes, que nunca pecan. — Por lo demás, la religión de la
ción que los alemanes han de dar a la cultura venidera. No se trata ciertamente del
5
música habita en todo su ser: siente que los contratos, el poder, el esplendor, la lucha
«'historieismow de los eruditos alemanes, como opina Hillebrand . Pues éste es en
y la victoria no dan la felicidad, que toda voluntad poderosa lo vuelve a uno injusto,
realidad reacción, espíritu de la mentira y optimismo. Sino de aquello que late en el y por eso designa al amor como lo más elevado. El amor empedocleo . Quiere cier- 8
gran corazón insatisfecho, y que es algo mucho más grande que una nación a eso tamente ayudar, ser útil, salvar — y esto lo condena a semejante vida de apasiona-
es a lo que Wagner llama alemán; vulgarmente, se denomina así a la faceta cosmo- miento e insatisfacción.
polita de lo alemán, pero ésta es sólo una caricatura. Los alemanes, los más grandes
alemanes, no son nacionalistas nern tamrwA fncmnnniitdc cAio, ^r,»™;,™.
11 (7P
locura de que deberían 28 En el drama, su PASIÓN es D E LARGO ALIENTO y tiene la forma de un arco,
que asciende y desciende rápidamente; Wagner no es demasiado idílico, si bien se
extiende como un lago en calma. Se mueve de forma inquieta, como si chocase de
32. El amor en el Tristón no ha de comprenderse de modo schopenhaueríano, repente contra afilados rompientes ocultos y fuese adoptando poco a poco uri movi-
sino empedocleo: falta por completo lo pecaminoso, el amor es indicio y garantía de miento arrollados de manera que la inquietud se transformara en la quietud de un
una eterna unidad. movimiento amplio y veloz, y él se precipitase entonces al fondo ^ ^ " £ e l
nente y majestuoso /- i placer por la pasión, algo as» como el placer del mar por el
oleaje y la tempestad.
b^^t^S R l C h a r d
*
CT
G n u * ,
I a
que Nietzsche debió conocer proba-
nt ta. ( ^ e i T ^ T m ,* **« '"''educción al tercer y cuarto volumen
4
CíWB.io,5f -5Ó5 M '
de Wagne,, cf. , g. las ya g r a n a s anemones de !os fragmentos
. ^ ¡ 2 T 2 ! ÍS d e u t t c h e P u b j i k u m
» («Schopenhauer y ? í * g Sobre la falta de mesura ^ »-©—• —- - i
h
f l
• -, r * y V, : r:
[el dd desarrollo hWoriX] - Cf. WB, 9, 494.
oe Alemania a la civilización europea».
m 41 »MI.Vif »S POSTUMO*
ff H «* * í i n n m i o en ci , | , ,
i n » * * IM|j|
i-I l'I.,
. due W.i«nci « r n l e </r « m * . ,, H < ( / t i
I I . U H 9. MP XIII 4. 6-t. 47. VERANO W. ^
fi 1 8 7 5
1 O rnirriaruä tt
"Ìt>.
íivrx>rn' ile il
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M, H
K
, r i ' ' ''-1 , ^ ^ •»
l o
1 1
' '¡Cómo me sentí en Nirmsdorf, en la «Cioldene Aue«' I ^ h _ l u u iu c
nunca hubiese habido una orquesta antes de que sonase la suya: antes de él. la vida
W„ p.ir.i poder oWrutar «el fturro como de una pieza popular! Las can° animada de todos y cada uno de los instrumentos no existia en absoluto.
Cl0n<1 J
Goethe se canta» cm pmkmnndad a la canción popular, no previ *
m e n t
hace el gran poeta. * como
111131»
26. Lo superjluo en el arte: incluso lo que de bueno hay en un deterrninado
Uli« estilo debe darse sólo de vez en cuando. La riqueza del arte, en su diversidad de for-
no acto del ( repítanlo de lote , U Ü mas y repeticiones, tiene el inconveniente de agotar y embotar la forma. De ahí que
' " ^urniuo en el arrebol vespertino
In
d, de verán.; tardío, profundam
ntc tórrido, el sentimiento de duelo | ¿ 0
ndo relatando* , el recuerdo conmovedor. La noche irrumpe de 14
e modo trágico Como comenta Mazzino Montinari {Che cosa ha veramente detto Niecsche. Ubaldini. Roma,
1975, p. 23), Nietzsche interrumpe aqui la fatigosa tarea de redacción de su Intempestiva sobre
Wagner y se abandona a la evocación de los días felices de su infancia en lugares en los que solia
pasar sus vacaciones; algo a lo que ya sc habia referido en más de una ocasión en sus escritos auto-
biográficos de juventud, así en el compuesto en agosto-septiembre de 1858 (Aus meinen Leben),
donde también cita el verso «la tuna ha salido» del Canto de la tarde de Matthias Claudius (1740-
.•«nhmadn con fe del fri^menlo I I f I5J, aparecen en WB, 9, 488-489. Cí IK15). Nirmsdorf es la localidad en la que el tío de Nietzsche era pastor protestante. La «Goldene
Aue» (pradera dorada) es un valle cercano. Plauen, un lugar visitado por Nietzsche con su herma-
na en los veranos de 1853 y 1857. Pobles es otra aldea de Sajorna, donde vivía su abuelo materno.
den %u nmi r
David Ernst Ochlcr, también pastor protestante. Rocken es la localidad natal de Nietzsche. En Ptor-
' ^ *f ' ^ní(í-n uher Personen und Gegenstánde, denni* ta cursó estudios medios y en Bonn, universitarios. La Neugasse es la calle de Naumburg en la que
i Un 1ní
*>H*Ar,m 7 * l^tarionri tohre los personajes y circunstanciasmen- vivió inmediatamente después de haber abandonado Rocken. de abnl de 1850 a mayo de 1856. o
U] 1m t n a
b * e»TaJ<-Z' * " * u™ interesante acotación a propó- sea, entre los seis y los doce años. , , ... .
anli 0 0
-'ndudabíeñ^ * P * ' ' ™ de este modo en la conocida querella entre " Na-t/sche alude al poema Vida campestre, de Ludwig Chnstian Holty 0748-1776) cuya pu-
•cu a s í
der ^ ^ T e n T ^ * """<> lo» rumanos, puede hallar ntera y última estrofa comienzan con las palabras «hombre ^ensamente afortunado aquel que
fte n« *""»<>* géneros poético*. Pero no se puede prtJJ huye de la ciudad» (cf. Gesammelte Werke und Briefe. Wallstein Verlag, 1998, pp. 2-0-224).
r t r t w n o
* I M ^ "' « única y excluiivamente a entott miníelo» 9
• S K C y
" - I» vuia oíros modelo*. «
, c n c r r H
g¡£ » De nmo Nietzsehe solia ir a patinar en invierno a ese pequeño lago helado a las afueras de
.."le dúnéi .4.
t n , a t , c n , f c , a
Naumburg.
""• u r * ^ * W 7 i° ° «fcamcura
•"••••warm Ptrf T»e/a a b . i ^ / ü Í T W J
^ "n / r/w*//«' constante » Letra de un aire popular
,g
s78-tM0). el asesino del Rey Enrique IV de
a
¿Enigmática alusión a rtancois Ka\amat vi-"°
1
com* B
Fran< le
aunque nucfilro t 10
"(7 in» „ • ñ m
1 í ur,,n y
CT. WB, 9,493.
"o que otros penianm. ;u/íí 11
Sobre el ¿flujo posterior de Wagner, ct. fr. 1- IN
172 . „ s [ j tragedia urtcua
» - U " ' MPX.1M.M.47 V E R A N O
DE , « 7 5
XTr
y
« «• imitan * ^ naeeaui una impronta w ; u . « „ * « o T ^ » „o pud.eron descnb.rse cosas ules como un lago entonce», va
* " ^ J T Í i 'rneíod.a libre > p r o l o „
1
^^, ii».^ g a d a
rior - P" ' " ^ es
un decurso draL,« ™' - Ú n a S t
d e
fuese una rígida ley, obstaculizó y estorbó " 2 , ' T °
s i - P»*»
2 mutación es « « £ ^ 5 * < < * " T ^ ^ " *4o?*Sj ras A menudo se daba aquí una contradicción- la del TVL ^ * P l « mane- m ü l t i
buscara con afán ^ ^ m ^ para ello. hay ^ SS partes también les resultaban ~ r ^ ^
poesía una enorme cannoao « ^ ^ partes y de sus secuencias entre los músicos menores; fáltate la c o S S ^ t í
! a s
junto, eran cuatro piezas. (Del mismo modo en que Esquilo escogtó cuat o punuToe
- i , t a a c i a del pasado, también debemos sentirnos HKK. . m a y del mí o y mas tarde las piezas se hicieron autónomaT, Por c o ^ S Í
v l d
P
^ w t o a a e B « n w l o a r s e ha gastado y se ha roto: es la invención de la forma grande para la pasión, al no ser entendida ésta, condmo de
vuelta al movimiento aislado con contenido subjetivo y la relación de tensión entre
las partes desapareció por completo; sólo que ahora solía recurrirse al anterior efec-
alcanzado to de contraste. Pues se ha de tener una pasión para poder representarla, para apren-
y
der a comprenderla: músicos como Schubert, Schumann, Mendelssohn sólo tienen
1 1
ethos, y por eso la sinfonía posterior a Beethoven es un constructo tan extraño. En
'T u m á s » pre-wa^enaaa poseía un carácter épico-lírico; un estado de los detalles, todos ellos balbucean todavía el lenguaje del pathos beethoveniano, y
ammo. p * dcvmx co*mo. jovial etc.. quena expresarse; una cierta homogene». esto confunde aún más al oyente. Los medios no se corresponden con el propósito y
dad de las formas v una duración rxokmgada situaban finalmente al oyente en «ficho el propósito, por lo general, no es nada claro. La larga sinfonía en do mayor de Schu-
cando anímico U Joma global de una imagen del estado de ánimo adoptaba cier- bert resulta tediosa, porque los movimientos individuales sólo aparentemente tienen
ttj leyes reiaüvas al coaúaao y al final, míen tras que la huida del aburrimiento y U justificación en el conjunto, pero en realidad la poseen únicamente en las minucias,
monotonía determmaba la duración. Luego vinieron los efectos de contraste entre en los detalles. El único efecto que han provocado estos músicos es que han difundi-
do y hecho más accesible una multitud de formas expresivas, sobre todo en el Lied.
estados anímicos que se sucec .¿r s unos a los otros y más tarde, en la misma pieza
Tenemos el ejemplo de la novena sinfonía de Beethoven: el primer movimiento da
musical, se dio tarribién el contraste del ethos. Con mucha frecuencia se trataba del aquí el tono y la dirección de conjunto de la pasión y de su curso: luego prosigue el
contraste entre un motivo masculino y uno femenino. Todos estos aspectos remiten viaje con estrépito incesante a través de bosques, abismos, prodigios: a lo lejos brama
aun a estadios primitivos de la música Por eso, la mayoría de las veces, la música la cascada, precipitándose en poderosos saltos, con imponente ritmo en su estruen-
•»oJo quiere distraer y. como mucho, conmover. Jos estados de á n i m o no han de ser do. Un alto en el camino — eso es el segundo movimiento (auíoconicienrúi de la
m oernasiado r*ofundos, ni demasiado intensos, y por eso el contraste tampoco ha de pasión y enjuiciamiento de si misma), con la visión de un descanso eterno, que se
ser demasiado atrevido Pero poco a poco se fue empezando a descubrir una gran sonríe, tristemente feliz, por todas las andanzas y cacerías. El tercer movimiento es
cantidad de formas simbólicas para todo tipo de estados de á n i m o . Y entonces suce- un momento en el trayecto álgido de la pasión: su camino discurre bajo las estrellas,
inquieta, a la manera de un cometa o de unos fuegos fatuos, espectralmente inhuma-
dió algo nuevo: el individuo se cansó del contraste deliberado así como, en general,
na, como una especie de deriva, un desasosiego, un ardiente fuego interior, un avan-
del estado de ánimo, oVI rfttoc^ y de sus contraposiciones; mientras que, por otra zar agotador y tortuoso, sin esperanza ni amor: rudo y burlón, como un espíritu que
arte, se m¿ocada vez mas refinado en la captación de estados de á n i m o raros, enla no hallase nunca la paz, removiéndose en su tumba. Y. finalmente, el cuarto movi-
c a r a c r w
Í5SÍ5 * f* ^rrnaJei (indolentes, infantiles, seniles, nacionales). Bec- miento: un grito que desgarra el corazón: el alma ya no soporta su
«ven wwaém el lenguaje de la pasión, ya no el del estado de á n i m o : y con ello ta el vértigo sin descanso expulsa lejos de sí la vistón de un " ¡ P « W ^
punta en ella, se desespera, sufre de modo homble^Entonces
*u soledad, su independencia e incluso la eterntdad del ^ ^ ^ ^
sino su maldición. En ese instante el alma
* * Sobre 1J m í w í . r ^ ^ i - ~ flhrr^
i " - ' " V * rrmwcaJ. véase *obre todo R VVagner. habla como a cualquier otro md.v tduo. como se le habla a los amigos, y
x*rtñen. H. 356-379
IKA1
rrtOMIK-Jcl ^,'^7 gpT w/^/ * « r / „ « . ,,, j rmria opera, la mala múniea siníónica. d mal dr»™ u f"
a * oc wagner ( < a i
- W i W | l l f c j (
obsiaiilc, W/W^«.» que sintieron el efecto buscad,,Ti É , ,. - " • Hubo, no
S p c i , r c a n
CH^S^M 1 1
"
|1¡ir;i
/ tttifh "
' " " d é c a d a uru, | , iravcsad., por la satisfaeeiófl de la
íüí
( c
ha hciii" en el ámbito de la múnica I, S 1» que paatfV y quiere, de una obra que no , " n e Z r L t ^
Sólo en esc momenlo ha ba.latl» Wagner la ^ ^ « ^
,,,,«, |iberail«i del liaslondo: en cuto ' ^ ' ^ " t l , , pasión polifónica,; el miedo a la
ifc la I ,„ , .ip.ii tdad para modificar el tenip,,^ I * " " »u
1(í a
i'icmr», c
dg, en suma, lodo ese querer-seducir, es algo que ha abandonado. Nada le resulla más
jn arquero que siempre diese en el b j "* iln
lOfOpOrtable que perder a sus oyentes, en esto es un auténtico artista que quiere
H>tJ ftl
alberga la tempestad y el luego, la m i i u ^ hablar de manera tnttltgtbl* del mundo sublime de su ser; una obra de arte que no
agua en ci. nui».- «««.terminada, nunca scritimenlal, sino com i
w v quiere hacerse entender es una contradicción. ¡Pues cl arte no es sino la fuerza que
8
«rirrírt. JtHanal - i * ahí que, en tu caso, el drama acá la vida en m o v i m i 1 " cn| quiere comunicar efectivamente aquello que uno ha vivido, y nada más! — Y así es
ffllI li, ,f ct y «uhistoria, v" •«••' de» irlo, un ha/ dc fuerzas y lenguas dc fue ° como llegó a reconocer entonces las debilidades de la comunicabilidad en cl drama
i .....,-tnri i ru/ ni w rcnelen se inflaman y se consumen. ' hablado y en la música como tal. lil primero ha dc influir en cl sentimiento a través
ruado muchos medios expresivos siriguliircN il dc las ideas, la palabra, el gesto, y pertenece por tanto al ámbito dc la retórica. Pero
I A c
no siempre la pasión es elocuente, aquí debe serlo, y ciertamente dc forma prolija.
l.ipj .mr, y w r W i l i í t i B O p ' r " ' * " " cir uwuginic».
inteligibles ruca
mc Pues nono soio
sólo es es necesario
necesario inven-
invM
|,a palabra es un modo de comunicación demasiado usado y desgastado, asi que el
lar «Me <irnlK»liuno, «in» también cdiuai a un amillono (pie lo entienda, lin el con- poda verbal debe teñir cl lenguaje y las ideas con colores desacostumbrados, a fin
t lerfii. i ti«j ha«" urridu ni tonudas IH asumes, domina ahí la ¡licuación del «arleclc- dc hallar tic esc modo la expresión dc la pasión; mas con ello incurre con facilidad
VOIIÍIH v del y\isu> elevado Pero n i la malograda c informe masa dramática dc la BD la incomprensibilidad; por otra parte, también debe elevar el conjunto mediante la
irprr.i •»«• lia irim>du< i<l<> •! ml.iv»> mu< ha i ouiprcnsión por lo simbólico. Lo que se profundidad de las ideas y dc las sentencias, y entonces cae en lo falto de veracidad,
buw.ilw cr.i r l rfrttn y ic ha %uUt lo bástanle honrado como para inanlcncnc es decir, que la pasión no se expresa así realmente y, por consiguiente, tampoco se
Comunica. Mediante la unión de música, lenguaje y gesto, Wagner consigue ante
lc(ii«i dr la Mjhlime hrjwx re I . I que dehende la "dignidad de un arle carente decrec-
todo representar directamente las emociones fundamentales del interior, que no son
ió», dc manera que p<>u> .i pino se; lia ido incorporando Inda una gran cantidad de cxprcsablcs tan sólo a través dc la palabra y del gesto; y gesto y palabra se hacen
olc< ios, en dnif dc formas sirnbolnas i omprcnsihlcs: hasla que al fin ha podido sur- entonces fácilmente comprensibles. A partir de esc momento, cl intérprete dramáti-
gir uri^niin y cntcfliirearw de lodos cllin l'ues ninguna forma es tan vulgar que no co pudo volver a ser natural (el de antes debía ser afectado, declamar sentenciosa-
í""*da, n i nimio» ,J un geni», interpretarse como expresión de lo m á s noble y eleva-
C mente, etc.). La economía entera del drama podía simplificarse, cl elemento idealí-
do f.» parir dc Sthtlhr de Shakespeare). c\ sciilimíaDtO habla sido educado
í v
zame no tenía ya que producirse I través de una gran complejidad de la construcción,
I»»» i nnicrnplai sobre el eucnari» | pasión de largo nl.enlo: lo cual requiere un PH"
a
etc., la fuerza tic la música era capa/, dc elevarlo todo a cada instante. El lenguaje se
Kiní" d r , uUum. dado que, ,ie lo contrario, el pueblo prefiere HÍen.prc la obra Irag- convirtió
> nre», inde de la totalidad y la larga duración TodaN eafaa prcfiguracio* ciso
ne v prepara, mru-s par, ,ales nnl.encn su pro „a
t de abst.rdo y vana erudiC •
r t U m H ilumino*
v £ t f » énea, el eacnb.r y hablar al respcclo. resollaba algo C P f l ^ a la vida interior, como nunca r , .. ,¡ n M M V
l H> U r
m ci •o**"*- >'• ' n c. « . i'/
( luand" Wagner *e ocupa tan pronto del miu cr l¿ :!!: 1!
de todo es ma
^'«én Esquilo
rnodificaba sus concepciones a voluntad, incluso '' H , j m e T
- puro, para hacerlo en la <*JX* ban como ios discípulos en el Fausto, aguardándole ™ j * ^
héroes del poema no son alto,. Tampoco los de Leipzig tienen derecho a ^ l / ^ o . c ^ ^ ^
bien, mediante su comportamiento con Wagner han traioo
procesos, en la secuencia de
v * k a « c r v n M á i o poetas
suscitan confusión a l »^ r C T cnmrEsqodos
Cf 8 (6) y 14 [ft] Para la L^paraciáa
.ef » B . " déla
w ensayo «Arte alemán el eco
del ben»
cada pndctww a
Cf. WB. 10: la referencia a M o crecer, en * B. ». h
lit U.1
U D 9. MP Xin 4,44.47 VERANO D t 187$
-'
r
i ca ¡oorir que ser infiel a su elemento más íntimo, a su pasión d^\ lZ\T^r
d ° ,MC, r
6 a
en esto radica su grandeza y su indispensabilidad, en que suscita la apariencia de un
fiero, a i* v •ano muestra la lucha sin* ' mundo más simple, de una solución mas precisa de sus enigmas. Nadie puede pres-
lut.hd P * ^ , r
'K-n. ley. tradición, eonver?' cindir de esta apariencia; cuanto más complicado llega a ser el conocimiento de las
nancra mas bella q c U C u a leyes de la existencia, con tanto mayor ímpetu anhelamos esta simplificación, aun-
dúo moribundo se contra ° que sólo sea por unos instantes; y tanto mayor se vuelve la tensión entre conocimien-
_ ara ésta! — Ahora bien, e u * to e individuo; el arte existe para que no se rompa el arco. Ahora bien, dado que este
1 0 para la batalla misma: parae^ abismo se hace cada vez más profundo y el individuo, en la época del ocaso de las
' tando el porvenir, lo compren^
IV IS religiones se halla sometido a una tensión cada vez más fuerte, estamos llegando a
un periodo del arte, en el que éste resulta necesario como nunca antes lo fue y está
. asalta una ligera fatiga. El arte es el
mos todo de un a presente como nunca jamás lo estuvo.
ño reparador para el reparador reposo del
sucri» i para el repi las sagradas sombras se disipan y el arte
guerrero Promo MM** * numpir deposita sobre los hombres desde la hora
U |211 frt**-
üueüa leti» entonces ñero Del teatro y del afán de diversión. El hombre toma lo acostumbrado por lo justo.
mas temprana Asi-d ar* es U su^criu ente ue ICIJCJUUU u t i i n u n u u , aunque su Toda nuestra vida y nuestro ser resultan en verdad algo sumamente fuera de lo
arte es un grado superior de religión, sin sus común y digno de reflexión — ¡son algo corrupto! . 32
n í n beneficio ez no sea natía imposible una situación Wagner como navegante de cabotaje 35
_ frían rxesc.ndr,hr del arte v de la religión, pero es algo Cuentos para niños y mujeres 36
cota» venga determinad^) breve si se toma en consideración el auténtico camino recorrido > no se
sido
le ver vahin mientra* tt»d
11
s u h i ; , y pleno de **+
m
Cf. I I [23].
»VaWB»4,447. Cf. I I [22].
M
Cf. Wll. 4. 452 y 11 (20].
» C f I I [22].
*Cf. W. S, 477 y I I 125].
"VsWH. 4. 44b v I I (221.
»'*UI
FRAÍiMFNTOS PÓSTUMOs
res enfrentados entre si que debió sufrir el mundo - ^*o % A locamente vulgares son nuestras instituciones Su™ "í*** qué
lores e J C U r s d e
" d c los griegos quizá no habria modo T "° ^ * ™ " > *
i *.ampliando. Pero, con la infinita dispersión del espíritu h e ! ¡ ? > « ¿ 5 > £ pación, y se tendrían estas objeciones por q ntfn 5 ? nuestra
U i m c r a s
d e f i c i n i a 8 a
C
vio civilizador del helenismo también se ha .do deteriorando °> d 7 * * h
efecto hora los seres humanos - y nunca han ¡ 0 0 ^ ^ " * T A L C O M O
cada vez más; ante todo falta unidad, solo has un confuso vaivé ^Palid^í a r a r t e » , se diría. Contemplar en el mismo lugar a ~ " 5 6 S e m e
d e , 0 S h
za de recopilar v unir, de hilvanar los hilos mas distantes y preserva , O % e n
£ s mas selectos, la más entregada ^ ^ ^ . ^ ^ ™"
e S p e c t c u l
S aIe
0
la dcsoladora inmensidad del mar, una calma u ^ l T J ^ ^
n
Tiene, hablando médicamente, algo de astringente, reúne y enlaza J Íand acá atrás, ¡qué estéril y repugnante me parece entonces l a ^ t
estab
lado, debilitado y abandonado: en este sentido, se cuenta entre I nv ^ a 0 s tat el arte, que indigna la manera de cantar y hacer música en nuaslroTea^H^
res culturales y es el primero de una nueva estirpe de hombres. D o ^ ^ ^ P O f ? reuniones socales, la de leer y hablar en nuestros círculos intelectuales' Y é q u
11 [23J» n w
19 Una reforma del teatro - A un observador superficial esto nued* „ 18. Wagner pone especialmente de manifiesto su poder en el modo en que
cerle casi ridiculo. Bien, hágase la reforma, ¿qué pasaría entonces ' ,TA T subyuga a quienes se le resisten. No hay ya ningún músico de talento que no lo haya
que, mediante ella, se habría camb.ado y reformado S S , ^ *? escuchado interiormente y no lo considere más digno de ser escuchado que a todo
<el> resto de la música. Algunos, que quieren significar algo a toda costa, combaten
precisamente contra este impulso interior que les domina, mas ¿dónde es posible ver
Esüdo con iustíc^v ZTV • ° ' P rt 0 d a S
costumbres y en el p a r t e s e n l a s
hoy a alguien que aún haya podido mantenerse a salvo? — éstos se empequeñecen a
r a d a k ^ ^ i ^ ^ P ~ * de hasta qué punto está degene- sí mismos, buscan malos aliados y malos amigos, adulan a la época y de esta mane-
uno replanteárselo n7n , 9 l d a n u e s t r o s
vergüenza - debe t e a t r o s s o n u n a
ra se corrompen: tanto más cuanto que simulan con afectación la forma grande, pues
cia o ^ " ^ ^ " » y C M
«> determinado momento la tende, ya no son honestos, sino que pretenden engañar, En el mejor caso, son aplicados y
barie, el deleite más vubar I T n f ° Í n S 0 , í t 0
P l e j o « La más extraña bar- y c o m
aprenden lo que es susceptible de ser aprendido en música: y en la confianza de que
mezclados con la seriedad d i , I O n e s
eruditas, la presunción y el histrionismo las «personas cultivadas» no notan la compleja diferencia entre original y copia,
^ J i a a v d
' e z de dinero, la vanidad social, el embota- entre lo que se puede aprender y lo que no, se dedican a crear. A todos aquellos que
desean componer a toda costa se les debería recomendar lajonna menor, algo que
yo, con expresión libre, denominaría el epigrama musical, para cuyo logro tal vez
bastaran el ingenio y la fuerza configuradora, y así podrían ser honestos, ya que de
^Panfr? " S o 2 ^ ^ases leu V II 9, 43), sin indicación del ahí podría surgir algo excelente, como ocurrió entre los gnegos. que se dedicaron a
E & I * ^ h « S ^ « • Pane de Antigüedad oriental, y, por c.erto, qu las formas menores, cuando las grandes quedaron agotadas.
8 0a J
^CieniPo rn^r " * » * i ^ ^ radicalismo. Hoy, vuelve a salir un El propio Wagner no quiere una escuela de compositores.
; V S
«SMSJ 5Kolj?m c l e m c m o d e í n t c r c a m b í o y p a 1
# C f d
Primer párrafo ^ I J [ 2 I ]
41
Cf.WB, 10, 497 y 11 [37].
manera que «
, 0 ï
pmccVmcv w unan I * ^ W
ilq ;ier
tU L laijcrcf " J
' ^MPXHU.M.47.VF.RANODE,
ojjifsc seda en Jos a J' 8 7 5
MS
/tKaa y pedante*, dc mo cimarlo ante*»- Y esto lo ha comprendido Waimcr F » ,
d
rufiicftic dotado* y I* • le las fibras de su ser. " gner. Ei popular en todas y cada
UH
* .tbhcjcion
se han vuelto superr que muchas cosas se encuentran muy debilitadas; y la resistencia de quienes han
dad solo trabajan con vistas a esta elim Hí Ulr<
detentado el poder hasta hoy, p. ej., la de los eruditos, no puede estar en condiciones
0
mtiva de su especie por obra de un genio! ¿Como alguien que e s p e r ^ e T ^ ' " ^ de librar muchas batallas. Con el nombre de «Bayreuth» designo una de las más pro-
mientras un hechizo le obiiga a un agotador trabajo bajo tierra privado fundas derrotas que han sufrido los eruditos alemanes; ellos no estaban a favor, smo
U
iQuien tendría aun mucho que decir hoy día sobre Esquilo y Sóf< Ics>M ' 0c rabiosamente en contra, así que se encontrarán con el desprecio de las generaciones
relevante, la qumr^encu de su arte, ya se ha dado, así como la suprema \ „ n
venideras.
con cV la veneración de que han disfrutado, casi a base de buena fe Y ¿1 * f
46
11 [271
K L h
S ¡ CT m p u n t o d e m f l
; x , ó n
' a l
<15.> La fundamental naturaleza ética de Wagner se despliega siempre de
S U m a d e S 3 b e r t o d a v e z forma luminosa. También ella necesita de la luz del sol. es decir, del éxito en el
brá r ^ ^ J ^ t T ^ ' <** la
empeño. ¡Una gran meta conlleva grandes peligros! Y si no se está capacitado para
na l3L^S¿lSE^^ b ü
u C n a
^ d C , a e r U d í C ¡ Ó n y d e 1 3
niñez», P a r
u n ^__.2^Z?J^>
c i c r l í l - P » ^ alcanzar
a i f w
^ l o * V de una
_ —v......s.mplicidad » y la i ,„,.,
* £
ascr
| _especie
* a f edem iintencionada
né **2
t a de envejec; r a r l f l a i c n «Cf. I l [9]yWB, IfHKSA. I.505V .„t,<«™ «veriles, proclamándose «los
que - ^ . - 7 ^ : . . , . . . i n o ser caf^ ? Cf. W. 4. 450. A la muerte de Alejandro Ucno = uos ^ e , ore. ^ ^ ^
s
^, n ,„u*..»v
l u . - imperio V se enfrascaron en veime ano* uc
n 0
diadocos» (sucesores o herederos) sc repartieron ^ 1 ' ^ * , pues>. Véase más aes
C
'"chas por el poder. Tras ellos gobernaron los amados ^ f™^ ™\ , ¡ 5]. 11 [581 5
U M 9 . M P X U I 4 . 6 4 . 4 7 . VKRANO 1 » 1875
í U e i
T ^ h tvitunikva. osen... e inquieta, asi comenzó Wagner, buscand *a |N e ,11281
C
l \n VI • ien »hi donde la •WOntr.iha la mavona. hasta retroced ° v e k X D
14. Como músico Wagner tiene algo de üemóstenes, la terrible seriedad ante
untos y el alcance, la potencia de su alcance, que le hace aprehenderlos en cada
: w - - mtcntar arroja, loos dc s, ,a ^ n a > b
0
tentó; lanza su mano hacia ellos y, al matante, los tiene atrapados, como si ™
esta
0
mese de bronce. Al igual que Demostenes, oculta su arte, lo deja caer en el olvido y
^ J S ^ t e ; toda la comente se prectpito tan pronto por c ^ ^ embargo, es, como aquel, el ultimo y supremo representante de toda una sene de
^ • • a d otro v*He. se abno paso rvr las mas oscuras gargantas. a ^ £ i r Ltentes espíritus artísticos. No hay en él nada de epideíptico, cosa que se da en todos
¡ ¡ W r v s ; : * loa too > causo estragos - en la noche de jos músicos anteriores, quienes, llegado el caso, juegan y hacen ostentación de su
arte: con Wagner no se piensa ni en las cosas interesantes, ni en las que deleitan, sino
J» U altano en ñ g a n s siempre nuevas, en la tideltdad de Elisabeth ! a N e se siente únicamente lo necesario. Para ello se requiere una enorme fuerza de
aU
a n n h á ü
en u Rwrtr;. la del amigo al amigo. l dela *t voluntad y la máxima pureza artística de carácter. Nadie se ha impuesto leyes tan
i al holandés errante, la de Brurrtofe * Ídot
nicias como Wagner, basta considerar la relación del canto con el discurso no can-
es
vC'V
Mgmdo: ¿por que esta palabra bJ¡t£ "* tado v. de nuevo, la relación de la melodía vocal con todo el contexto sinfónico de la
e incesantemente le daba q f^ertsa^ * 1 1 música para contemplar un verdadero milagro. ¿Y no es cada partitura de Wagner
U e
una especie de demostración de que. ames de él, no hubo autentico esfuerzo alguno,
primordial de Wagner: la relacióne2?
ni trabajo ni minuciosidad? El cuidado y la inventiva que pone hasta en los detalles
ntad y el intelecto. - que se g u a r S más nimios son todo un ideal. ¡Qué supone, comparado con él, un poeta'. Algo muy
resulta necesario para mantenerse ÍM¿L relaiado y despreocupado, como un hombre afortunado por tener muchas horas
tibies peligros de la infidelidad v l a s ¿ ^ libres que rehuye el trabajo. De manera que Wagner ha elevado bien alto a todos
Jos impulsos pugna por extenderse has*, aquellos músicos que desarrollan su arte y que saben poner toda su alma en la eje-
o mas intimo del alma de Wagner es d é cución, porque su tarea requiere auna. Wagner ha eliminado al virtuoso artesano del
anistjeos también han de mantenerse En¬ arte: éste ya no atrae. Con su esfuerzo, peso y rigor, Wagner ha facilitado la labor de
e curiosidad lo incita por otros derroto* quienes ejercen un arte, les ha protegido del sentimiento de ser indignos. Y de este
smtonica: ¿ n o habéis notado con que r^- Waeter ha ¿-.-.dudo a t. ¿os \o< q-e -c a. arte: ¿sr.tr- tt :•>-"• > *
será posible salvar del desprecio general la ctedicacioo superficial al arte propia de
nuestras cortes, teatros municipales, sociedades de conciertos, métenosos
abre paso, para no darse tan gran púcr
del arte v toda clase de «senté dada a la bebida en sikrjcío», que practica d
sunei r. como la de un e*
sas gabinetes para su propia y endeble satisfacción personal Nosotros, qrefabero
pa^blema mas innme £ todo canto depende de un arte concebido de manera adecuada, que alomado de
en la ini"rnidad de a¡e> deberes implica - despreciarnos r^foncUrnente todas las m s a a c i o i w j £ a d
agner incluso el conce?- tomento del arte existentes en la actualidad ¡Sin dnda, d contraste se ha agudizado
amor sexual, tnaaat* enormemente! Y es probable que nuestros c
para superarlo- Con LVrnósfcBes se acabó todo. Pero aunhay j
son como el terreno fértil en el que Wagner p*tde sembrar - o a s a » H « .
_mre:- mams, saben ruchar y trabajar: Bayreqmlo oem ^ r a - Ar- ña-Con
bajo para los días venideros, el de extirpar fas era a
¿ste trabajo D O S ennoblecernos; ya qjue. hasta ahora.
¿os
:-;OS ur- cosa ca¿: óespreciabte. > >o
«•cate recooocftles; porque al menos en dios se
h , ^ ori Rhm ^ ^ « r u r*n
fit* M
¡dio. aa.wnen maga en el ampo parava*
cuanto hay de \ivo en el mundo' Se ima tifo
- en ese ínstame, > extraie
Kcnrrii w p * J I J O I A para la mist ritu de la fidelidad, del amor, impera entre los hombres. El arte habido hasta ahora
ha sido el fruto del lujo (no, empero, el arte eclesiástico): también la música ha par-
«le duuntu de aquellos que ** abandonan
ticipado de este estado de cosas y ha tenido un carácter lüdico. hasta que rexx»bró el
pou, h-*iradn * tratase; la cosa resiste m
sentido con Beethoven y fue depurada por Wagner. Pues Wagner es el hombre catár-
de un mntKiwm. nacido de la confusión, a tico para el arte. Ha sido realmente en los pobres y no pudientes, asi como en los
«uro. la mirada * enturbia y el disccrnimi. poco instruidos, en quienes el arte de Wagner ha hallado su más firme defensa. —
Wagner tiene toda la razón: ahí donde terminan los políticos y los sabios, ahi comien-
52
za el artista , como visionario y augur de nuevos pensamientos. La inmensa esfera
HrummuHn drr Of* [Sobre el destino de la ópera]: «en cualquier
r
que ha de ser conquistada a renglón seguido es la de la educación: y sólo cuando una
(Udera* lítdidade* de cara a la solución de un problema sumamen- masa de hombres lo bastante grande se sienta en contradicción con todos los pode-
« m a de Shakespeare
«e»peare como una
como una improvisación
improvisación mímica
mímica fijada,
lijaos.*df res existentes, cargarán los hombros contra la estructura. Es un arte sectario y será
I Vi In .1 . J DHi r
, .„„,(,ivl
cuaderno de anotaciones para su cuarta Intempestif una educación sectaria: pero con la suprema aspiración de ir más alia de todas las
lo del hecho de que tanto Shakespeare como los ani'-
*t ue que. . lanío
L O v art/f*.. w . L„
rmaxcspeaie
- i ,m.T<iiriww
en inferir i»
sectas. Subyace a su esencia el no establecer un limite, no circunscnbirse a una clase
nr
». Wagner ha sido el primero en infenr»
. „ que su esencia radica en un cxtranamie
y Wagner, St hauspieter und Sdnger [Sobre or***. í0
Alusión a la escena tercera de El oro del Rhin, en la que Albench se transforma en sapo y
fcgfe (4.- ed., a cargo de Pon * Wotan y Loge aprovechan para capturarlo. i„rciHUi
«ka como termino tecntct m » Cf. R. Wagner. Dos Kunstolrk der Zukunft [La obra Je « £ * ¿ > ^ ^ Í ^ a W - h l
u n J
M I neologia
C
" Paráfrasis del motto de la primera edición (184*1 de la obra de " t " ^ » ' '
Solution [B¡ arte y la evolución), GS. 3. 3: «Ali, donde una ver el
la ir * la sabiduría política y la filosofia: ahi donde ahora termina el sabio pohbeo y el f.losoto. comien
-PociiKo del " »» «cfine con la ^ > 'a de nuevo el artista».
m U W t a 1 , l , n o u n rM
* *» «nr que imnr,* . *g° genérico del
q m p f O V U
* AmJdttto esta indicación a Jos* I-""
ïA
1X9
_ l-.n CIIOH
c u . lodo
i t
¡1HÍ! .»u., problema
proweiria y
y M|, | ^ ,
W ) u
U u ( m
V , v , d o
^suulo de manera victoriosa, no se intercala n , „ L ^ * Naa»
il MH J!! ,ón a Aris.ulelcH. com« ocurre en Le*si„ | 2 K ^ ' ^ Kón y ad-
i'; • »..,«,,. .o escelcnle para ejercitarse en una de las tareas , n l í M '^ un me- V , N TO,M
l U
.a en su devenir, ver cómo se corrige a sí mismo
lllS ' ^ a u„
ungran
gran
*
q U C c u a n d o
"ics, escupe fuego incluso — cómo se libera se ' , T ^ un tras-
n n
N desde la indeterminación. Kslos escritos n« nenen n 7 ^ X
| o ( >
C a n ó
cos, ni de rígido: sino que lo canónico reside en las obra * *
c o n c c
h i rla experiencia vivida, de despellejarla en concentos On * "
v.m. pro», I U l c
11
«. l ' a | „ X mejor; fue una dura imposición para Wagner el tener que hactr," ' h W ^ '° ^
de su vida imdie le alivio esa carga. "¿«rio. hn ningún momen-
M H . ^ . « m , . , ou yi>l.
I I
...i
U L I
i . . „
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""Hi,.
, , , I , ,
Ni. Para la conclusion.
' ' I ' ' ^ - I M V U ; ; ' ^ >
*V i
M»' donde
aparece, a tierra se convierte en un jardín estival y los rosales no cesan de nore er
lltVl
lodo se le ha de convcrt.r en salud, por duras que sean las escuelas p^las que haTa
oui
de pasar. Se alimenta de veneno y se vuelve así sano y fuene, cuando! e a n ^ o
MJHJ qUOdaria arrumado de ese modo. Cada peligro le hace más valiente cada Y I C W
» r w u c , n K - , . , d o «idc irrumpir J" C i m
Cfrc
Ofe prudente. La burla del mundo circundante es su estímulo y acicate la disfruta
w quiebra •tilonccs el periodo artificoso como una alabanza y un balsamo: si duerme, «durmiendo reúne nuevas energías»- si
' " " K C C s o n a s
- > * •* « c a p a n p á g i r j ^ ) se extravía, vuelve a casa del error y el extravío con el botín mas maraviUoso Hace
^ ' u
¡ c v
' - « ' ^ u a alemana: a s i - ^ al cuerpo cada vez mas vigoroso y cuanto más vive, menos vida consume:rigesobre
• dudo, cuando csc.tbta en prosa, el lector fc„'? el hombre como lo hace una pasión alada y lo deja volar precisamente cuando su pie
Oli Cl (MicNo V v.HTV pucNo VCT ¡1M . u a m l o creaba como artista; pero en c u J E se ha fatigado en la arena o se ha herido en las piedras. No puede hacer otra cosa sino
Pitie rn proaa — ¿a ojotn hjN i de dirigirse » ¿ N o tema que poner sus miras ¡ L compartir, y a cualquiera le es licito participar de su perfume; benévolo y cantativo.
carece de suspicacia, no examina a las personas y no es mezquino con sus dones.
«pet***» eufta*». en lot erudii - t . I M debía hacerlo; y de ahí el tono forado d
Habiendo sido rechazado, regala con mayor riqueza; habiendo sido explotado por
MoKnijiv a u mivno 1 J ncv<M O . U I c impuso M I S escritos teóricos, lo ha refalo aquellos a quienes obsequia, aún les regala hasta la joya más preciada que posee: y
•I mismo « l e bello medio de comunicarse, el ejemplo. Megusti- nunca los obsequiados fueron del todo dignos del regalo: asi lo enseña la experien-
ita vifxt A que * rado de confusion
*~ *ruhr L
" Tan llegado las prnclamas sobre Wagnervlj cia mas antigua y la más reciente. Por todo ello, el gran talento es la cosa más enig-
mu»K4 « el no huNoe eacnto nada y >s textos como fíocthtnrn. Actores) l u mática que existe, un abismo en el que reposan emparejadas la fuerza y la bondad,
AM*n. «.ViAnr * J i m v n w Je .^yuriA v i g a n una energía que hace t'nmudt un puente entre el si mismo y lo que no lo es: ¿quién podría enunciar la finalidad
para la que existe? ¿Debería existir verdaderamente lo superior por mor de lo infe-
'•«• M M M l hacerse *arfi * c nu* rv con el progreso de nuestra civilinc I. V
rior, el máximo talento a favor del talento mínimo, la gran virtud y la santidad en fun-
Ile ftfÉ un autentico f n a hum ^ i desde lo \ i \ i d o : ¡Que tendrían aun IIV'I, V I 11U1AUII\' U O V i K v «
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• • • i- ^ ^ ^ L W _B T
| H « M hombres rvvjuda*. qm no km w i do nada, nuestros estetas e historiadM ción de la fragilidad? Si éste fuera el caso — concédasenos sólo por un i
dei * * ' FVrv uvluao los cxrttm de esleiicji mas eminentes del pasado han perdú estimulante posibilidad: eso seria como un rayo solar de amor, en el cual toda la vida
l
des* entons. Nos en d u se M I M M — ' % escritos de Wagner que el L * terrena brillaría con dorado esplendor.
de I ess.ru; o los evnlwen p r u u de i_ Ademas,
A -A 1~son mas mácricos
filMISy V
o*taP
Nfn mas Hales de vomprender que los ex ni ticos de Schiller, amen de ma* ». Con Wagner se ha vuelto a evidenciar una mm mas que el ^ i d u o ^ e n el
K i Í S en las
i w escuetas
ú n e l a s v: unnfr transcurso de una\ ida humana ordinaria, puede mostrar algo . i | ll I • l+J—*
ZÍ** m u ï v
^ ¡ M Je Schiller Son os escritos de esteta mientras que quienes depositan una confianza ciega en el canon ^ ^ ^ T *
•Urta' la e v o l u c L . permanecen sordos y ciegos ante ello. Todos los hombres cesados *
existen ( > rnaiivos-es, a tenga uno que pft*
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jifU'- iMantra* ~
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"** pOT donde ha ido pasando
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. .. o se ha ceñido a los limit
n o c a s , 6 n
mea it* * nil neral. de cualquier pasado propio. Medítese tan V J I O . o. en
fii*e*acwn
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Farias í
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g ta consideración: ¡Qué es lo que estaría en i
a n l es
1 W a g n c r n a n c a
l c o m o c l
íuestra ahora Bayreuth!; ¡y qué grande era incluso la ! ! ¡ f c ? ? I * f t •»
q u e
los demás seres humanos ni siquiera habían llegado a Z l w
i e
p e m m K
L o también en su mente como un sueño, meramente c o n w h ^ T Í -
MI M ; A muchas co»a» a hora de morir. Todo arte ^ *¿! füear de hablar de Bayreuth, hoy se hablase de una «utopía^. - q U e CT
~" - k. iiMdo m susto de muerte, tosió arte monacal mente X S £ 'a cantidad de cosas a las q las personas a c o m e d í a s tZZZi
u e °" aS m
,,í incluso las personas menos conformistas y más auwia« K S!?^ ^ ****
™ > ~ «Púdic S c S a hablar de utopía. Apenas un grado
^ ^ ¿ ^ « esu^eodo - .ente obligado a un silencie ^es humanos un poco mas de obstinado egocentrismo de su c r e X n ^ a ^ .
Este aasaa agua bendrta y punficaciones; pues ¡quién no ha ° S 8
d o : y, en el fondo los contemporáneos de Wagner han hecho de todo ^ S .
, « l i m a eo d rerjuajnantt cuito a los ídolos del arte actual ffi^ to asco e impulsarle a retraerse en s, mismo. Pero él no se dio por vencido y se rSn-
tuvo firme en su voluntad de comunicarse.
ro — a elk> se consagra. ' "^"c^
mojigatería con las que aqui y allá
toleraba la promoción de su arte, como si el alboroto popular nocturno por las calles
d e Nuremberg (en Los maestros cantores) tuviese que ser puesto en escena como una
8 & de destacar d «npulso comunicativo de Wagner y su inventiva a I i ¿anza de ballet; aguanto, aun cuando a menudo lo hizo con el más amargo de todos
de a i , m lía i i " * " como el suyo, concebido con la máxima ener* los esfuerzos, que su obra conquistase un lugar entre los hombres justamente bajo el
}
nacido para ta bdteza. pweceria condenado a ser siempre una quimera si Wa nombre y las formas combatidos por él, esto es, bajo la forma adulterada de la
no poseyera esa versátil e ««rxable capacidad comunicativa. Proyecta sus ea id f! «ópera»; padeció incluso el tormento más cruel — gran mártir— el de ver a sus ami-
las distintas cu.—laar— y épocas, y aun cuando la expresión de las misní gos borrachos de «éxitos» y «victorias», mientras su pensamiento único y elevado se
59
parezca poco Jiijawfci», sm ernbargo. se mantienen puras y grandes en la menJ veía quebrantado y rechazado . En compensación por todas estas profuiidisimas
de Wagner. Ahí donde en la distancia se divisara una oportunidad, pequeña o impor- penurias, dijo finalmente: mi gran obra de arte está terminada, ahora tendréis que
tanie, de mostrar sos ideas con un qemplo. estaba dispuesto a aprovecharla; ahí contemplarla — ahí, sobre la colina de Bayreuth. ¡Ésta fue su venganza: comunicó
donde se le abnera ua alma medianamente receptiva, ahí sembraba su semilla. Wag¬ su posesión más preciada, el tesoro reunido a lo largo de veinte años de labor magis-
tral! — pero aquel a quien se le otorga ese don, también ha de saber recibirlo: y un
ner suscita esperanzas ahí donde un frío observador se encoge de hombros; se enga-
gran sentido del donar requiere un gran sentido del recibir. Aquí, sin embargo, el
ña cien veces con tai de tener razón una sola vez frente a ese observador — y, a la tesoro resulta casi demasiado grande: para alzarlo, Wagner tuvo que rransmirimos
larga, para tener definitivamente razón frente a todos los escépticos. Las pequeñas también a todos nosotros su fuerza, su confianza, su osadía, su relampagueante poder
y grandes orquestas que ha dirigido, los músicos y artistas en particular a los que ha de intuición, su fiel actitud: y esta daimónica capacidad de transmitir la naturaleza
pronunciado un» palabras, ba ciudades que le han visto seriamente enfrascado en toda de Wagner es casi tan admirable como su naturaleza misma. En cualquier
su acto idad. los principes y damas que, a medias con temor, a medias con amor, han orquesta que Wagner dinja se puede apreciar un ejemplo de ello; la denominada y
tratado de obtener algo de él, los distintos países europeos a los que ha pertenecido también por primera vez practicada por él «modificación del tempo» no es en el
durante un tiempo, las noticias, transmitidas febrilmente de boca en boca, que ha fondo sino la transmisión del ritmo del alma de Wagner a las almas de los músicos
dado de sus planes (y de las que han venido viviendo casi exclusivamente, desde dirigidos por él; y así como las almas de los músicos son redimidas y transportadas
hace y ^ a d a s , loa críneos de arte de las revistas), los escritos a los que ha recum- a lo alto, así también el alma de la música se redime de las férreas barreras del tiem-
00 P dldo po matemáticamente dividido y es entonces cuando de veras nos habla de un modo
í ° raanos
a U obra, los discípulos que ido forman-ha perceptible. Y tal como Wagner se comunica a sus músicos, asi deberá comunicarse
por todas partes hallarnos el eco de su pen.sam.ento, a menudo d e s l i g u é
« ^ in^ionada, pero bajo mil formas distintas; y no habrá que espe"
• Cf. Wagner. El arte y ta alució, en GS. 3. ^ ^ « S g denoS
IC
^"Fwnda también la preponderancia
DrenoruW^., ^ „ . Pues
D . . * .ya no
no es
es P°
P°s lble grandes sabios y edulcorados de nuestra moderna barbarie p^. s u s p i r a d
de su eco. hombres prácticos... "Bello ideal que. sin embargo, nunca ha de ser alcanzado . ASI susp
filo exaltado». . ;/)
< f wa JO.
CI
"««ner. lomunuwión a mis aminos, en cía.
FRAGMENTOS PrtSTUMos
I I . UII9.MPXI.I4.M.47.V1ÍHANOD,,,«75 ,„
t c m P
Ha nuestra gran música! "mores alemanes, riéndose en
8
la Cf*
1 1
*5 Oeto y trabajo en Wagner: siempre hay lugares de descanso y pausas de
para los grandes movmucntos culturales, y a ellos corresponden también por
s 0
11 P f l .„ ntero determinados talentos: as., dentro del muy solemne y fervoroso movmuento
u.«i»nt»r es erandi lemos a serlo
2 Ja Reforma, Montaigne constituye uno de esos momentos en que se-retorna-a-si-
Ira-descansar, un apacible estar sentado y respirar; así lo leyó sin duda Shakespea-
re De vez en cuando experimento esta acción benéfica con Horacio, y hay estados
Entre tepelign* de Wagner se podría contar también a su,
1 1 3
' 7 7 r
d e ánimo en los que frases como las suyas comportan un mágico apaciguamiento
.ornamente adm.rable como a lo largo de su vida ha evitado, d e > ^
a A sí se demora Wagner en la historia; y no hay duda alguna de que ésta tiene asigna-
a g e n t e , toda tbrmacón de un parteo, y como, por otra parte ^ " > J
apalf^ ***
da hoy en día la misión de poder conceder un respiro en medio del tremendo comba-
u ane ha concttado en torno suya a un circulo de adeptos, q u e , te en pos de nuevas metas y, por así decirlo, hacerle sentir a uno apartado de todo. Si
limaba. Pero s.empre se ha ab.erto paso entre ellos, atravesando ese c i r c u í desde hace un siglo los alemanes se han dedicado de manera especial a los estudios
ha dejado rnaniatar. Su camino ha sido demasiado largo como para y note históricos, esto indica que, en el movimiento de la época moderna, ellos son el poder
- ^ *- — *V\ #
w Ii/Jart /lar/id ¿a 1 *-v »- * — * - *que un, "divida que frena, inhibe, retrasa y sosiega: cosa que quizá algunos podrían convertir en un
[portarlo
insólito motivo de alabanza en su honor. En conjunto, sin embargo, resulta ser un síntoma
pado - que a casi todos les ha (altado el aliento en alguna ocasión. En casi y escar- sumamente peligroso el que la lucha espiritual de un pueblo esté orientada de modo
05
períodos de la vida de Wagner. sus amigos han querido dogmatizarlo i !i preeminente a la historia, un signo de debilitamiento, de regresión y decadencia, de
4 e m
sus enemigos; y si una especie inrenor ae amoicion ae dominio se h u b i p ^ . ' ^ 3 haber enfermado; esto es lo que, en la historia del espíritu moderno, representan
do en él. hubiera podicL —^ j„J i * - uc
«vw» . ias circunstan
Alberga. c s c
nuestros eruditos, en contraste con todos los movimientos de reforma y de revolu-
ción, pues no se han planteado la tarea de mayor orgullo, sino que se han asegurado
cías de la música alemana. ' • a&Éfr una especie propia de apacible felicidad. Cualquier paso más libre y viril los deja
La desafortunada creencia de que una escuela de compositores debía vincular ciertamente rezagados, un hombre creador sólo puede detenerse entre ellos si algu-
se a él y llegaría a hacerlo no ha sido nunca, como me supongo, la creencia de Wag- na vez está cansado. Así se sitúa Wagner ante la historia y la filología; éstas son para
ner; a quienes, en cuanto músico, quería educar y e d u c ó , fue a directores y concer- él un solaz tras un tempestuoso viaje. Quizá la historia ya no podrá seguir siendo esto
cuando, como deberá ocurrir en algún momento, sea escrita por un alma poderosa en
tistas magistrales, a intérpretes verdaderamente d r a m á t i c o s . Por lo demás, en devo-
un sentido más riguroso y profundo que el que los eruditos alemanes han practicado
lución de la música ha llegado el momento en el que se revela una energía y una hasta ahora: en todos sus trabajos hay algo de exculpatorio, sumiso y complaciente,
moralidad artística altamente superiores cuando se decide ser un competente maes- y el curso de las cosas les parece correcto. Ya es mucho que alguno permita que se
tro de la representación y de la ejecución musical en vez de seguir componiendo, e> note que está conforme justamente porque aún habría podido ser peor; la mayoría de
decir, en vez de mvializar lo verdaderamente grande en sus efectos, cosa que ocurre ellos cree de manera espontánea que dicho curso, tal como ha sucedido, es muy
bueno. Si la historia no continuase siendo una Teodicea cnstiana encubierta", si estu-
cuando se le hace susceptible de imitación y se multiplican sus efectos. Se requiere viese escrita con mayor justicia y vehemente condolencia, se convertiría en un temi-
una dedicación mucho más reverencial a la música y precisamente por ello una res-
1
P ™ ! ! , * * ¡ " n > W o impulso productivo; mientras que la tarea de proseguiré.
M W a g n C T s i
T n S ^ H * W * ha planteado y requerirá de los
c (
^ £ M f " C
» * » » - n precedentes. D g £y d e c a r á c t e r • Nietzsche alude aquí a la guerra franco-prusiana de 1870-1871. « ^ " ^ n
* • « Wnn»; m a c o w ' U
n
e X P
[ e S ¡ Ó nm u s , c a l e n
*> ««¡re p o p u l a r » corno < ^ * franco-prusiana con el arreglo musical realizado en 1X54 por ei W*MM
m e l o s a
" > vulgar, que cualquier lansquenete de un * 61
Vs WB, 3, 444-5. rd<«nfia es una teología encubierta», que
k « Variación sobre la frase de Ludwig reuerbach, «la § , . 3 4
tienen , a ! , a >
^ ." > -' i ' s, una maravillosa i en ania , pr« ,,.„.„ „„,
n L u ta mufk», otrt uTvítd^dZ
p ; i i a de
tión. acorne'e L
1 f n
° u'isica. Por las creaciones de Wagner se dcsplM-. ;» un ,,j „ ,.,'.„'„ \'[ .
K ;
m» u
r11
"n.n cordialidad y franqueza en el trato con ella, como no se dcia *cn Kúii
filosofías medí. "f', nitor alemán, a excepción de (ioethe. Se debía i«»der cantar cada palabr» ,i,„. y
su sabiduría;) ^ •
SanWO a su fantasía lingüística, y a la que cualquier otro habria uaúd
. . i ñ i c 0-encs. como Wagner. ú n i c a m e n t e saben extrae! H > D E
T \ p cs nuestra lengua casi está demasiado vieja y ajada para cao; y, i
U
c
jiras I I K M ^ i s j o n acrecentados, pero en absoluto
y " e a s
! i asestado a la roca con su bastón hizo brotar de ella un rico man;
0 p c
algo a b que se da rbrma y se sigue desarrollando con amor y devoción temerosT siempre resultará algo puramente mezquino y estéril el reproche referido a determi-
pasado se vndv*mrt«#ctii> maleable que una realidad efectiva y contiene más sis nadas insolencias y extravagancias o a las frecuentes oscuridades; por otra parte,
DOS de una realidad pedente que cualquier acontecimiento del pasado. ¿Dónde¡1 quienes hasta ahora han censurado de manera más intensa no estaban en el fimdo un
ha ptasado ea cuerpo y alma la Edad Media caballeresca en una configuraoá escandalizados del lenguaje cuanto del alma, de esc modo de sentir y de suínr, p<*
ser completamente inaccesible e inaudito. Sí queremos esperar hasta que esos críti-
acama, como ha ocurrido en Lohengnn? ¿Y no hablarán Los maestros cantores^
cos tengan un alma diferente, entonces ellos mismos hablarán también un lenguaje
La esencia alemana a las épocas mis distantes; y. más que hablarles: no serán nj¿ diferente- ¡y me parece que entonces la lengua alemana se encontrará en general en
bien uno de los frutos mas maduros de esa esencia, que siempre sabe reformar, ce mejor situación que ésta en la que se encuentra ahora: es decir, algo mas venena-
revolucionar. > que sobre la amplia base de su bienestar tampoco ha olvidado el ría y menos david-straussiana!
7
nobk malestar de la acción inixn adora
Recordar como tinicarnente en la música se supera el factor plenamente ené- 11 (411 i estructura composiltsa oc cualquier
- este es el tnunfo supremo del espíritu moderno, y el primer músico, Wagne 2.
mayor que la de la tragedia antigua; y
vuelve a man;íestar in nuce la m¡;m fi.—». superación. a depende del electo de las grande* for¬
™ soma, de cuanto hay de la Antigüe
mas, ue sus conirasics, ue »u.-> *.m<».w — « r — - 4.-««—« cada a
, n m
dad en la construcción de dichos dramas. Piénsese en las ^ ^ ~
j_, _. i„ ; L- los ues actos cnuc » , aquí se nace
(
W a C T rl a
*M^i¡2T * ^ 1**™ 8 " « * * P° * f ¿ ¡ i
C r e a c K , n e 5
l o s
parangón alguno en la pt<*ia
n
4 t r t
^ ""os y corrupciones de siglo* p « £
««ttiJarts, u . . . . . . . .. 1...., | ~
U J a í C i „ i, designé
' »s múltiples perdidas y mutilaciones en n i l i l l l B t t n s
9
11. "» -MPXII!4.6.8.47.VERANO F
D 1 8 7 5
nrnnco A.1
de mis
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amfrerado. La escena h J d R h i n c o n A
K
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" ^Si»V
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i g r n" ^ ^ ¡ c ^
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d
oodn»"»
p 0 * „suena
idea nos , _ „ meramente — y no 'sólo
,. a mí ™,* * i r que ?°*
q casi lodo el re«<, A.
' ¡ o d oe l r e s ,
° d e
£ f c a Í T e S o amoroso de Sigtrido y B r u ñ i d ¡ S * * P ^ J C
!? ?d hab ar únicamente de mí - «^¿Z^Z^J?.?>*>
^ Z s c u h de las dtoses etc. , luego la escena de las N o r r ¿ * e | ^ »1 s, hubiese de ser ejecutada por g e r n T ^ L m r t e s e í t m a l ™ ^
como si tuviera que ser enseñada y demostrada por g e n j " q u ^ i l ^ r a ™
nnm acto (del preludio) de El opúsculo de ios citases. En el T ^ ^ ^ S
eI de|
^ecolalia. En todo el res o te la música no hay sino breves momentos e X T u e T e
Zn Ven el 2 ' acto), el anhelo de muerte en el t e r o » acto. En algún ¿T* *«W
SS?¿5^. acto 1.Sfe**>. acto I). la conclusión r S u ^ * ^ ¡ * i t
jn
música de Wagner raros
^ntes de olvido que, por as, decirlo, nos asaltan y en los que la música hablaTon-
hr a la caída de un torrente, con un estrepito cada vez más v e r t i g i » n o s o
misma y dirige la mirada hacia el celo, como la Cecilia de Rafael, lejos de esos
c s i g 0
la amplitud creciente aitiempoque la celeridad del sentimiento con I £ < a
oyentes que requieren de ella diversión y entretenimiento o bien erudición™ No he
1
dad Otros actos contienen una catástrofe y a continuación una sacudida *N sabido por que otra vía podría haberme hecho partícipe de la felicidad más pura
/ración del sentimiento, debido a la magnitud de lo acontecido: así M u W luminosa, solar, sino a través de la música de Wagner; y eso a pesar de que ésta no
segundo acto del Btnafaf O el cortejo de hombres con el cadáver de Sigftídb * e ne|
siempre habla m mucho menos de felicidad, sino de las fuerzas telúricas más terri-
bles e inhóspitas del afán humano, del sufrimiento inherente a toda felicidad y de la
finitud de nuestra dicha; es, por tanto, en el modo en que habla esta música donde ha
11 f42J** * itfi', J*^» de hallarse la felicidad que mana de ella. — Téngase en cuenta sin más qué clases de
3. Una impetuosa voluntad, que. como si dijéramos, quiere salir a 1 escenas, conflictos, catástrofes son del gusto de Wagner y en cuáles se complace su
todas las vías, grutas y gargantas, saltando, trepando, volando, revoloteand ^ voluntad — y entonces se comprenderá quién es él y lo que la música significa para
peando con runa los muros: una corriente vertiginosa, elemental, que por toda* ° * 8 l él. La actitud de Wotan ante Sigfrido es algo prodigioso, que no tiene parangón en
tes se desborda, insatisfecha- fuera del lecho del río; una deidad del mar h toda la poesía del mundo: el amor y la enemistad forzada y el gusto por la aniquila-
ción. Esto es sumamente simbólico para la personalidad de Wagner: amor por aque-
indómita, que reposa, inquieta, en ocultos arrecifes, que halla m á s deleite en la llo a través de lo cual uno es redimido, juzgado y aniquilado; ¡pero amor sentido
menta que en el reflejo de un cielo despejado — ésta es una faceta de la nataisi enteramente al modo de los dioses!
de Wagner. terrible y carente de reposo, martirizante para sí y para los demás (med?
69
la Noma el espíntu que siempre está «insatisfecho» ). Unida a un espíritu estrecho 11 [43] 71
y que por un acaso hubiera conquistado el poder, esta voluntad habría resultado algo Bajo una lluvia torrencial y un cielo encapotado se colocó la piedra inaugural.
funesto. Sólo un espíritu enteramente elevado y libre podría indicarle a esa naturale- Durante el trayecto de regreso a la ciudad, guardábamos silencio y Wagner dirigía
za indómita un camino hacia lo bueno y benéfico y librarla de abalanzarse con furia hacia su interior una insistente mirada, que no podría describirse con palabras.
destructora sobre sí misma. Este espíritu, que se posó sobre Wagner y que como una Comenzaba ese día su sexagésimo año de vida. Una ojeada veloz que condensaba
llama encendida Je indicó la ruta al navegante zarandeado de aquí para allá en medio todo lo vivido hasta entonces.
de la tempestad era el espíritu de la música; éste le guió, sin haberlo encadenado pre- Alejandro, que escanció una misma copa para Asia y Europa — su mirada inte-
samente: tal como en cambio habría hecho, por ejemplo, el espíritu de la política, si rior — ¡que hubo de ver en aquel entonces!
nuciese querido acoplarse a una naturaleza semejante. De ese modo pudo Wagner Quisiera echar un vistazo a esa ojeada interior: contemplada desde ahi, la
S ^ Z Í P U C S e r a m
P e s í r i t u
amoroso el que, con bondad y dulzura, le empresa de Bayreuth presenta un aspecto de lo más maravilloso.
palabra , 1 ? ' s u a v e u n
espíritu al que la acción violenta y la Los que mueren, ven volar ante sí, a una velocidad increíble, toda su vida. Así
^ u Z ^ L " ^ y ^ ™ queda ver a nadie encadenado, les sucede también a quienes confirman la tarea de toda una vida con un determina-
le ^ 2 2 2 1 ^ " e 0 8 q U C , e 3 5 3 , 1 0
™ d
terrible la duda de si todavía e d 0 do acontecimiento: el significado de la piedra inaugural. Esta mirada interior infini-
roso^ eo u 2 ¡ ? 2 & ^ y d e n
^ b r e él su noble y pode¬ u e v o tamente veloz de Wagner es ciertamente el supremo espectáculo.
n a
' ^ * * ! P r o f i
^ gratitud y una plétora de votos inexpresados le Wagner descrito en función de la manera en que contempla su empresa de Bay-
reuth: el tormento y la preocupación del primer al último momento, el veneno en la
deformación de sus ideas fundamentales, ¡cuánto hay que sopesar!
G S 4
Z o T ^ ^ 225 *« «Hse único... don ;
70
nOSOtros
3S r y ^ J ^ c n
* nuevas", es lo que la joven N . , c o s
Cf. WB, 9,490.
c
nosotros-. «acery solo med,ante él podremos algún día llegar a ser un g 71
VsWB, 1.434.
(•RAtiMi-'MDS POSTUMOS
* ° 199
«5* 11 [461 741
S ,0. Wagner en Bayreuth — ; espectáculo dentro • ,
It f44j£ m n acontecirruento sólo es .erando cuando lo es p U n
U
a r a
A. ¿ o í « « Y «*m„ Uegóa serlo M^" ^ "^^Wo!
" S e n t ó de- Bayreuthmc preocupa: .donde están l „¡ " o s • r i o . Lo ético. Lo peligroso.
to ^ M U S , c o es
cntor. Lo impro-
Ä cuanto oue aut„ el mayor espectáculo. W ° ¿ ° £ ' W S ^ a e
VlS£1
B D E L O Q U E E S C A P A Z
-
"• .Inhdo desde un observatorio mucho mas amplio Y • ° . M i * m
ij. / W « r (1. resolutivo. 2. astringente. 3 letúslaHnr a - .
Plenamente, no solo debe-riamos mirar a ¡ £ £ ° ¿ *» e n * ^
os
* - ;> El filólogo
Lo alemán
Educación de uno mismo
, Los aJemanes son un puewo que apremie: y si en alguna oca,; - Los dramas
excepcional, surge un gran talento enrre ellos, dicho talento se pone C b S * * H £1 lenguaje de la obra poética
HesTen una medida que resulta inconcebible en otros pueblos. Así, ¿ í ^ * < La armonía
Lo plástico.
d arte y la voluntad de Wagner resultan algo inconmensurable para l I ^ « a í 0 s
norque'éstos no están ail llfll rfniB a semejante polifonía de los m á s El poder de Wagner 1) resolutivo
S
res en sus amstas v porque, por lo general, sienten mas fastidio que admira, ° ^ 2) astringente
amplio espectro del saber alemán. Para convertirse en un maestro de ¡¡ ¿ A S ? ^ 8
3) legislador, organizador de masas
03,
cualquier \ida hurnana es ya demasiado breve: apenas se termina de aprend' ^ 4) comunicativo.
do se dniden ios ámbitos y se busca la perfección, por ejemplo, en el arte deV^
cución. Wagner ha Uegado a ser un polifacético maestro de la música y de l ^' a
11[471"
así como un inventor y un ampliador en cada uno de sus requisitos técnicos Introducción. ¿Desde qué punto de vista ha de considerarse el acontecimiento
de Bayreuth?
llegado a ser mucho rnás: y para llegar a serlo, no se ahorró de apropiarse mediante I
Algo nuevo en una vida — silencio -- ser puro 9. La mirada de Wagner.
arjrendizaje, como habría hecho cualquier otro, la cultura más elevada en el campo en
el que debía crear e inv entar. Wa Devenir. La naturaleza ética fundamental 3: contrastes, fidelidad 15. 32. Espí-
or
del lugar del arte en la verdadera , s o u v w
ritu de la música. y.
ciones de vida pretéritas, el fdósofo. el historiador, el esteta Wagner, el mitólogo ale El que aprende 1: la Historia, dominada por el artista 6.
man, que por primera vez forjó un anillo en torno a ese espléndido y antiquísimo Peligros 33. L o favorable 7. Lo intempestivo 22.
eníramado y dejó grabadas en él las runas de su espíritu — ¡qué plétora de saber tuve
que reunir y abarcar para poder convertirse en todo eso! Y, sin embargo, ni siquiera Ser y manifestación del poder (polifonía y unidad de sus manifestaciones de poder).
toda esta suma aplastó su voluntad de acción, ni los aspectos particulares y más atra- Polifonía del talento {efecto de la voluntad dionisíaca, que quiere extenderse por
todas partes). ¿El gran talento para concluir?
yentes hicieron que se desviara; para sopesar lo inmenso de un carácter semejante,
Lo actoral (si es que, en algún momento, se quisiera explicar todo por medio de
tómese, por ejemplo, la gran contrafigura de Goethe, el cual se asemeja a unaredflu-
un defecto).
vial muy ramificada que. no obstante, no transporta al mar toda su energía, sino que
Lo improvisatorio — Extrañamiento de sí mismo 13.
por sus cauces y rneandros pierde y dispersa a! menos tanta como llevaba consigo en
Evolución de la música de la pasión y del drama 24. 28. 29.
^ * 2^ * ^ * tiene y produce mayor gozo, que en W
El poeta. 23. E l diálogo.
arle tU \L\ • , prodigalidad nncuuas
i"™'£»»<uau. ' uuc " '
m uun-»v»« i — El sentido rítmico en lo grande 2. Ninguna composición nebulosa, como pare
r ^ T T r T * ^ a t £ m o n z a r e i n l i m i
^ - Pero que tenga miedo qu.en q>* ce al principio. J—OÉL
m q U C T e m 0 S
^ L *** a ser más valientes, puesto que po J
0 5 J 0 S 3 h é r o e h a a r e n d i d 3 , e
Ene K S 2 ° ^ «™ P ° "^ 15
» J ^ ^ Í ¿ ££to
« Como indica la edición Colli-Montinari. se trata de un pnmer
mb é
« M * S S S ü 5"» e l s i n o
« ' "* v a
P°' e s d e l s a b e r y «muada de los fragmentos incluidos en este cuaderno U 119 con ^
Intempestiva. Con antenondad a estos fragmentos, Nietzsche ya había compuesto un plan para
que le está predestinada
obra a comienzos de 1874 (cf. 32 [18], FP, 1, 539). numeración fue añadida por
" Segundo plan para la tercera Intempestiva, mas detallado. La numeración *™
:?*uu Nietzsche a partir del índice que aparece infra, en 11 [60].
V,W
-3.441-443
, , /i!f«n*t. Je lav que depende en lo p
M r u (
l|
" li. " « * M » * I I 4 « .„ . ( V E R A N O
201
A) Hada el puro esteticismo y la I I V
trivialización (o la ausencia üe m i » , * ¿«wipcion de los seguidores
*-'í¡nei (t:se v„ , C at
n a s
^WW) 1 Riesgos de la imitación
' de .
lì) Hacia lo comprometedor y peligroso | Lo político, etc.
11 1501
erar - c o n t r a
" ; ;^ 1 3 a U a
? y < r e l 0 S e m d i t
« ^ d (sobre los derechos de la fan-
(
s u n e
pudiera contemplar este ínstente, quedaría ciego para todo cuanto existe en la actua- el arte dramático .
Un ansia apasionada de lujo y esplendor en Wagner mas precisamente por ello
se encontraba capacitado para comprender en lo más hondo dicho impulso y conde-
II (4a narlo Su vida exterior, con su alternancia de miseria y lujo, es, frente a esta tenden-
cia, como una farsa carnavalesca. A l criticar el arte del lujo, se criticó y examinó a si
3. El estado de ánimo originario del dram<aturgo> ditir<ámbico>. mismo.
4. Palabra Melodía Gesto.
11 [52]
I-hl poeta ¿mmmX*' " Como música. Lo demosténico.
7. El músico. , . i Como poeta. El lenguaje.
Escritos en prosa.
8 Lo concluyeme y lo astringente. ' - *"
Efecto subyugante en los adversarios.
Ilf41] Concluir, hacer superfluo.
1 a 0
* * • * í* ***'*: el Dfjjvlíí de la influencia - adonde sea:
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Z ******* p * > a
cdici6n dcta
Síísssfrs d
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Brockhaus, Lc.p/ig. 1868. refiriéndose a las palabras ^ ™ ¿ ° ^ la fantasía
! W i (Ulli*
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1 . impn»'** *
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I I . I M I 9 . M P X H U , M . 4 7 VI.kANO Dfi
Afán comunicativo IH7-S
2*0
P a r a e n t e n d C T l
, luMSr/^ ° . deberru» procurar hacer
Los amigo» üV ^ ura idea de la eiencu
t i dramaiurgo ditiràmbico—
I cga su reino a k *
11(5«""
c6 Lo improvisatono. El dramaturgo ditiràmbico
11 |S-'I
Comunicación A H I ¿migo* l « n quodui subyugado), con Pero antes tuvo que darse la música de Beethoven; la de la
0 8
«tor- sonai . ***** ,m r
'* -
tol § 7_ El músico. Sentido demosténico del rítm<o>
.fesso modo en que no llega
— I J. proteger
nntf,v«.r a
subyugar a sus amieos
J
» sus
t l K enemigos frente COn SU
* ¿ Poeta y escritor. Comunicación en forma de mirada retrov^.v,
§ 9. Un purifícador del alma, un purificador de si mismo: elWto^ado al
nerrr^ud. rte» eliminado. El gran talento. «onaoo
poco Nega, u a
I l [60P
Educador para sus amigos 1. Como aprendiz (fidelidad).
2. El sentido rítmico en lo grande.
3. Voluntad impetuosa y espíritu de la música (fidelidad).
11 \5é 4. lenguaje de la poesía.
5. Ocio e Historia y Filosofía.
¡fím
llegará a ser Wagner? — • ¡gM** ^ - 6. La Historia, dominada por el artista (fidelidad).
el dios quiere poder alianzas, culpa, falta de libertad 7. Los amigos de Wagner como peligro. Ninguna escuela de compositores.
tasca un héroe, que ruche libremente por él (en contra suya), para afirmar su 8. Talento para la comunicación (transición al capitulo final).
poder 9. Algo nuevo en una corta vida. Callar y ser puro.
Conversión de la vtAmcad. — 10. El gran talento.
Después: soso para liberarse de su culpa 11. Los escritos en prosa.
Cuando muere Sigfhdo. Wotan se ve liberado de su culpa y elige su piof* 12. No a un arte del lujo: reforma de la sociedad.
13. Lo improvisatorio — Extrañamiento de sí mismo
14. Lo demosténtco, desprecio haca los aficionados al arte habidos hasta b
ii m 15. La evolución ética, la fidelidad, concepto principal.
16. Los diádocos de Wagner. Muchas cosas son muy débiles.
*w ya, sólo llega a saberlo el héroe al fina'
C L
tmient mpasK-n del m u n d o > J
« h cosa más compasiva d cuaderno, probablemente postenor
a ¿«Ja paso. ¿ 0 » f • Reordenación de los fragmentos contenidos en este cuaderno, pro
"Ittnoi redacción de WB. , ,, |551y IUM].
[ 4 7 1 u
M
Sobie los diadocos de Wagner. \easc también I I l *
" f f . 11 1311; Wagner, la obra de arte del futuw,eti GS. 3. « M *
14
Indice de lot fragmentos de este cuaderno U H 9.
amxtuvrnte. ti « t v e ssspertW a mucho» U D ,
de quienes ÍC le resisten ^ H
19 Reforma del « t r o . en tanto en cuanto que no es y » .
ea Barmu* >, por otra parte, su contrario.
A A-uie^andro. lo asmngente, san^.f.cadrjr del m u r H Í n
^ 7 ^ : Cuaderno en cuarto de 162 páginas, con notas yparte de copis en limpio para WB.
4 :
™ Cuaderno de hojas sueltas con anotaciones para\\ B. porel 4§»o n a d o
'Wagner leyó la Orvstiada en verano de 1847, quedando uert ment'» cas s u s wld
1 y P rL a s
í"" , ° Bmmtíes. hasta el punto de que. según a « ^ ^ ^ í decisiva a partir
Wbre el significado del drama y. en particular, del teatro, se lomaron
u c
esas impresiones» (Mein Unen. Munich. N I 1. P- 407).
Cf-WB.2,435.
'CE 12 [281.
[2051
I tí \<iMI N I O S |'( )S 11 I M , , S
1 2 . ü n l 0 . M r O T 4 ^ OhS.>KVBRA W l t t »^
207
.o que es el arte en nuestro tiempo. En la mayoría de los caso, . ,
L l o s
.Itico-cgoísta.
r algo d g . C raüa
, n nosotros, lo que los nacionalistas veneran supone justamente la faceta más ho¿
I a música de Wagner produce la impresión de un trabaja sublime e
•\ o al menos la más peligrosa).
cion con el esldo superficial de sus predecesores. ' n
^mp^. El fenómeno estético pregunta: indaga de antemano: ¿hay otras fuerzas afínes!
I o «tcna/-indisciplmudo».
1 2
^Se tarda un tiempo antes de que comience el drama, e incluso la expos<ición>.
Infancia — algo de viejo, resabiado — la juventud del hombre, su ingenuidad,
Rmtrx'usio* de U .igncr — sólo se podrá reconocer por completo todos l 0 s
lao mucho más tardío en los modernos.
a
g i \ ^ .i ION que ol. en cuanto artista, escapó, cuando haya imitadores de momento " Leipzig — mal gusto en lo espiritual, superficialidad de sentimientos, naturale-
aquí hornos de enumerarlos. '• za acomodaticia, malas tendencias dominantes en la literatura.
Wagner daba la impresión de dedicarse al diletantismo, a disfrutes y gocecillos
sin un eoce digno de ese nombre.
i*nmcro creemos a un filosofo. Luego decimos: « a u n q u e pueda estar equivoca- Nadie debería quejarse de la falta de experiencias, sino más bien de su super-
rlo en la manera en que demuestra >us tesis, estas son verdaderas». Mas a la postre: w
fluidad. • " • •'• -**• . . " . i.
es itultícrente lo que digan sus tesis. I.i naturaleza del hombre está para nosotros por
En Tannháuser, la naturaleza mejor no puede propiamente sino sufrir y rogar por
encima de cien sjaierna.s i orno maestro podra haber estado equivocado cien veces: la otra, se encuentran separadas. . .
[Vio M¡ piopio esta en V cierto. \ a ello queremos atenernos. En un filósofo hay En Lohengrin. ansia de abandonar del poder en favor del amor, de la fidelidad
aleo que nunca pucvlc haber en una filosofía: a saber, la causa de muchas filosofías. incuestionable. ,
En E l Holandés, una lúgubre errancia, que se conviene en maloicion. el sum-
miento de la nostalgia de hogar. ,.,,
Afán de poder, delirio sensual - horrorizado ante la rauseabunda moralidad y
IV como quedan completamente superadas con Wagner las contraposiciones ^ A c a t i aterrizando en el mundo del teatro, en el de la fiñott* sobre todo, en
estéticas *suhretnx*«. «objetno-. romántico, clásico, ingenuo, sentimental: estas no
el de la vanidad. nttbos más extremos
Inquieto, gran menesterosidad — siempre rjrerjarado contosnwnos ra»
No se formó en nineún escuela de artistas, m tuvo n
— - — «cnfcr: «t U crxva de Goethe dominaba algo bien disanto. 12 m i * la vida, de poder e inflneo-
IKTJVion poetas > literatos actuales, la joten Alemania, el romantKtsi Renunciar a la fidelidad a cambio de posiciones en
cía (maestro alemán).
1
•ak 4 • f w L W i m Goeihe. SchiHcr, Schopenhaucr. B c * u S n « t W *
WTÍ de! ser aJc^run «c*v A I T C*JV Í W J J«* /W.> (tras-Lutero)-
5
Vs VVB, 2, 435-436. Cf. El viajero y su sombra t= WSi 203
' C t t l i n i 12 (12). WR 3.440.
I I ' \< ( M I S íf IS Ti JS I | !|M(
s p r
pH-nst. para scnliiM- un maestro) °ícsi 0 n
( f'.ua quien csto> creando ' <• oiilenipl.i .1 sus oyentes con l a
pueblo.
0
a l P
£xilo Consolidar etapas ti se anuncian los amigo, los mensajeros de épocas y sentidos t W o i ^ o s
dando albergue - descubre el efecto incomparable que ya ha provocado
Amigos
Peligro por parte de los amigos de etapas anteriores.
111 sintónico
Ve en la guerra una batalla contra la «civilización», y la confianza en la valen-
A orno puede alhv-rvarse el tía alemana.
Se da cuenta: su arte es la obra de arte del futuro y una precursora, una incita-
ia i MI ción a la nueva sociedad. Su actitud ante lo venidero la concibe de modo distinto a
Necesidad común n
como lo hizo en la etapa anterior.
Materia iic las sacas • *-
Fidelidad.
Ha ido madurando dentro de la sencilla sublimidad del mito.
! os vehementes anhelos del alma popular.
I2[151"
Habla ante todo conforme al sentido de las sagas populares.
Somete a examen a la civilización moderna. Si una multitud sufriese la misma necesidad que él sufre — esa multitud seria
II lia al fin la mirada que mira hacia delante, transforma el mito. el pueblo, se dice Wagner. De manera que sus mismas carencias hallarían idéntica
satisfacción. Puesto a indagar qué es lo que le consuela y le alienta con mayor hondu-
Quiere contribuir el mismo a propiciar el cambio político: ¡craso error, se figu-
ra en medio de su necesidad, da con el mito y la música: aquí recibe la satisfacción
ra que el momento de ia creación del pueblo está a las puertas! ¡Revolucionarioa
más profunda, por tanto, aquí también es donde ha de sentir sus carencias de la forma
favor del teatro''". *^mimmy-
más profunda, y donde ha de estar la necesidad. Ahora bien, la música es un arte de
¡Mccto a trises de sus escritos, prestando ayuda! Sigue pretendiendo que el efecto
excepción, no está al servicio del lujo, sino que ha surgido como consuelo para las
Ka inmediato , También como artista toma Unió esto en consideración (Tannhauser)! gentes humildes y sencillas, de manera que Wagner halla una espléndida copenenen-
ropaga su fe corno artista (también como escritor), lo que se agita en él y le cia entre ambos y siente su fuerza dramática como una fuerza unifteadora entre
conmueve con mayor fuer/a. eso lo incorpora a sus obras de arte. Tannhauser, Lohen- ambas esferas. Plantea entonces su obra de arte, que ahora provoca en él un efecto
gnn. Queda pendtente una cuestión: ¿hay otms Wagner? tan incomparable, como un interrogante: ¿dónde están aquellos en quienes obra el
1- J í í Í ° C C C ,
4uc sentía él mismo concluía el que debía haber causado.
f o r t í s , m o
mismo efecto? Esos han de sufrir y padecer necesidades, al igual que yo. Una mul-
Iju c^ras de arte se convirtieron en internantes - si sentís lo que yo siento, enton- titud de nosotros es el pueblo que anhelamos. Pero entonces experimenta una terri-
l ,ar l o
T% ; ~ ™™ mismo Kntonces descubrió el malentendido - su tern- ble decepción, aunque procura remediarla con sus escritos; todo está alienado, se
•Jiiam.cnto. Ya no tuvo ningún deseo de mantenimiento del mundo político. sigue midiendo conforme a los viejos patrones, por doquier se critica a la antigua
usanza, no se percibe el nuevo interrogante. Se desespera, porque el pueblo no exis-
to, su necesidad no es sentida, su obra de arte es un mensaje dingido a sordos y cie-
IT gos, las expectativas de influencia v poder son desoladoras. Vadla y comienza a tam-
b a r s e . La posibilidad de una subversión del orden de cosas existente se presenta
m
; * ¿1 como una esperan/a de que quizá tras ello sea posible plantar de nueva
Wfc*. cf. tanib.én I2[I5J, 12 [ I 6 j y 12 |I7J. ^juMP^
f Poco tiempo se convierte en un refugiado político y se encuentra en la misena.
¡ " * • « * « " ' * » . GS. 4,378; «l¿este modo, a P » " " ^ ¡ ¡ 5 * l a
, m
segunda gran crisis.
[f
V
''' '"' ' ' de una m e d i t a c i ó n en (orno ¡1 " "'' "¿ .„rf""'
, l s t , l N l
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Si 1 1.
• ^ ompleiamente en 1 2 . (TU IO. MP XIII 4, 13-46. D h S I » . VhRANTj HASTA
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" « " ^ 1^1 el ^ 8 t n o
vio o , M „ n . N o ^ J t ^ S
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| oasado resulta más abarcable gracias a una re,
•ul .ilo-nuna. luterana H % 8 U t sólo « i é n la presente y futura, se muestran a cst
a r n b
¿ntCrii
' o o r tanto, de ser juzgadas de ese modo tan si
t l b l e S
L l
' ; se dedican al arte, la profundidad o superfi
s
.eren dogmatizarlo, e t \ c < £ bom . b r e
frivolidad de esa dedicación, se emple:
d a d Q
ver3
la ^ e a r épocas y pueblos: su necesidad
¡" > sus expectativas. c ¿ * p3r3 ia S e
b'di"" ' P U E D E S A B E R B A S T A N T E D E U N
v — t r a s que e. a T o r a ^ C "'Toro por qué maestros siente inclinación, etc. Si el propio -> * % Q u t n
C|
manera s i m b o l le da! - W
l
4 .
ICa> g £ e'sta valoración, uno no puede irritarse con él p ^ d h e c ^ ^
con el que ^ cuewa fa d.sponer aqu. de una pauta para fijar los valores: en su concepeXieb
te es el sistema solar. Hombres sin arte es algo que le resuha rape»
a n s a * poder se han eomertido ahora en algo l m sable, ta como lo son hombres sin la representación del espacio y del limo
iada en donde no se exprese el arte, en el modo en q¡
a k creación. Su arte de suprema P « r f e c c i ó r i T r í ^ S'o halla
mmm"sueña, camina, come, conversa, escribe, lee, combate,]
s* no
lograr un efecto para experimentaH0 P
bees» de-tai
ei pa**òo por .AIPXULA3U.
H RAÍ.MfcNTOS PÓSTVMOS
H f f e t t U X I ^ s ^ ^ , ^ ^
I I presentimiento de Scnwe • d a . ele h a h t a
B |
humano es envidioso, un enemigo de U cxcel™ i
s c r
dificultades . desde lo degcncuulo hacia el -
| n | K n t o
Joño; por eso no soporta una situación en la q S ^ ^ ^ ^ '
I * ' ™ Unihién unl^l
à e e
juier. un * ™ ° * un naso m va, el estado de legal.dad »• ^ no tenga una fuerLl a
111
ios hombres pretieren la vengan/a al derecho ,.n<
IM»S. mauíéntieov caduc. a Cl6 C g 0 i s t a
„ a c i ó n en la que nadie pueda causarles daño (en o l í í ?
situ que
U n
y durante la creación- . 1
m* .sticia); prefieren el TO Kepfcúvew» al ur, a C ^ s d "° *
9 Purificarse antes y ou. ^ ^ — f c una injusticia, - y sin embargo I S S ^ <*.*r dañados, a
n U n a sll
día no tenía carácter nocivo alguno. " uacion en la que la
e n V
Î T " U " M,.o. M # ' Estaban protegidos los unos de los otros, así como de las explosiona a, ,
, i HC su envidia: y ahora se han puesto en una situariñn A T ^ de mal- e l 0 n e s
d 3
i p a a poder vengarse de los otros. Es que 2 p u ^ t ^ T
d
7 **
q U t
' nuí ha formulado Tucídides su teoría del Estado- " ¿ S ? ^
A
dides habla de su mas marna c- n mmgmlxitom'- «• <nssf La noble/.a de sentimiento consiste ignanimi
rm humana! t k c p : falta de desconfianza, ingenuidad.
_ n « 1 . « , n t o estuvo acompaso i m l c
* U musica» hmida*, Según se aprecia en este fragmento, punicr Nv, * ^.MÜUOSCS capaz deregu
empane el princip o darwiniano de que la lucha ^ J V ^ ^ e r c ademas una
11 t^ai i.I*MJ il
larsc por si sola y producir una evolución positiva.
«"lora, que contrarreste tanto la inclinación ^ ^ ^ W ^ ^ ? <*
^«35*5
2 2 I T
X
v. las l l e r a s 4 0
Las natunaezay u - V c— p i o n e s son , i " »cta M,Cí
> V cualquiera y ciertamente también a todas las J ^ c ^
f l
^
6
u .J Ah. donde ha de l i a r s e un progreso, nene que precede , ^ *¿L k % r ' ^ . a época moderna resurja precisamente un arte como el de ¿ ^ S * *
13 C A ? ¿ N O
Las naturalezas mas tuertes fijan el upo y lo conservan Vk U n Le 'contradicción para quien sitúa ante su alma | ima«en H a
C r d
protunda en su interior. . . . . . . * ( ¿ ¡ 3y Wgner da entonces una respuesta a d.cha S ^ ^ ? ^ *
t a
\ o es la lucha por la existencia el principio mas importante' r ^ « ° l o e n d e de la fortaleza de la época moderna, aunque V ^ 2 T ? * í
C m
tómese <su> moral, religión, lenguaje, libertad. N o han perecido: pero que son una Waener se ha percatado de la posición de la música respecto al mundo aparente de
nación que ha sufrido en profundidad, eso lo han demostrado por el modo en que han ]a vida moderna visible hoy en día: este mundo es informe y por ello antagonista
inventado la música: han experimentado las bendiciones de la enfermedad. — de toda configuración. En todo aquello en lo que actualmente el hombre trata de
Contraria a esta doctrina es el darwmismo, una filosofía para mozos de carni- dar forma a la apariencia <se> pone de manifiesto un cansancio indescriptible:
todo cuanto ha existido, todo cuanto fue más bello, incluso lo feo. ha sido más
cería. ¡Y qué decir del lugar que se le otorga ahí a la crianza, a la mujer! ¡Aunque es
sublime. El modo de andar, de estar de pie, de moverse, la forma de estar en socie-
verdad que las mujeres sólo tienen ojos y sienten inclinación precisamente por los
dad, las maneras de los oradores públicos, los gestos de los jóvenes, las artes feme-
mozos de camtcena más fornidos! Ni siquiera entre los animales sucede así.
ninas: todo, todo aquello a través de lo cual las épocas pasadas han dado forma al
Por lo demás, con mi consideración quiero mantenerme junto a los seres huma- cuerpo y lo han convertido en espejo de bellas o grandes emociones se halla
nos y guardarme de extraer conclusiones acerca de la evolución animal a partir de las corrompido por completo o reducido a una tardía imitación: en el mejor de los
leyes sobre el ennoblecimiento humano sobre la base de las naturalezas más débiles, casos, es renacimiento o, más bien, fioritura postuma del mismo Qa civilización
degenerativas. Si estuviera permitido hacer esto mismo e incluso mucho más, a par- los francesa). El hecho es que si se toma aquí la música como antagonista de la gim-
tir de la bestialidad y sus leyes se llegaría también a sistematizar bestialmente a nasia, se alcanza en ella un punto a partir del cual la vida moderna se presenta
hombres: tal como hace el señor Háckel en Jena y colegas suyos como D. Strauss. como algo bárbaro y repugnante. Pues quien vive inmerso en el curso ntmtco ae ta
gran música, reconoce ante todo en si mismo y. a partir de ahí. también.ja ios
12 123] °*os, qué incapaz se suele ser habitualmente de contraponer a esta pura cte au
Que las naturalezas más ideales no son tan buenos ciudadanos — Poderosamente inquieta vida interior de la música algo que le corresr*nda auno»
d e
imagen, de manifestación: cuando, por el contrario, en esta indagación tan solo
12I24P *a*r -<£ a
* «ene por lo general la penosa sensación de que uno esta asomando : i un a
con I d
J° c desfiguraciones y exageraciones. Ahora bien, hoy en
«presan d é 7 , * *q U é q U C e n t , e n d o
* * * « t a n g e n t e de J J ^ J rcli' l m
^ i ó n de l . , s . c a misma, que no sólo el rito» de la gimnasta ha de
Im
«Prepon de que es un simpliflcador deVmundo. formule) esta observación
> X I 4
l 2 U 11 I»- M ' " - OKSOK Vl-.KANí) HASTA
mm ella: todo cuanto connene un proceder r » t „ o . \ llC a m 21?
1 , C |
?L \o .ndividuos. la política de los pueblos. |
S '¡ a s r yusión que lodo lo comprende"'. kn ^
la eos, la
" ,Ies reciPAKOS. la lucha
lucha de
ue clases,
ciases, el
ei conflicto
eontiicto eentre n Y " « "'"t,, n
s , un« < C r r n a de su propio querer sólo que eon .lusi^e V ^ ? " *
V
T , espontáneamente, el hombre colmado de musica £ v n? fiS l t ì
* * 2 prever el trágico resultado de este querer isJJ¡S¡SS^ *
1,11 u , :P m aln
íuncion de la música: comprenderá une quiere decir t u » d « ^ á ] ¡ ¡ ¡ ^ r y
5S 1 ^he listamente al amor"; y justamente aquello <„ ° ° *de
tmisií.J cosa que no solo compr.Mid.eron los griegos, sino q u é í ,'U U^ ^ C h
<3¿ Í I aspiración es lo que más debe amTp! <?, & " "
• »^ *
(
ü 0
, n d l
u
la tanca vo.ticac.on de la pasión i m p e g n a i > hasta el „ . , „ „ ° « m « 1 Cuanto ra^n se aproxima a la n ¿f* '
d e s u q u c r e r
i e o
¿ a musaa desde una pr.-tund.dad m a t t a n t e todo eso £ * H a fl- f ¿ g ! través de la vida como un f uego afín £ 2 Í
s c q
í f e í ^ u c la voluntad que se manifiesta en la música es pura^nocLT *
, u l V de su mundo moderno. a SÓ
¿ * '° 5 en cuanto voluntad que ya se ha vuelto .mpersonal £ S 2 ¡ y
tes de consecuencias: consagrando a los individuos con su estricta música \ s frente al griego; y la gimnasia, un lamentable fragmento.
téndolos en instrumentos del poder subversivo de la música, podrá albergar esas!?*
zas de extender su influjo por todas partes: ¡quien podría dudar, por ejemplo fe** 12 2
' La acostumbrada superficialidad — ¿o se trata más bien de la fatua vanidad de
una sociedad que hubiese acogido en su seno el verdadero espíritu de la músicaT
los hombres modernos? — trae consigo el que hoy en día ya no se preste oídos a las
Beethoven se asemejaría bien poco a nuestra sociedad actual en su forma estatal *
profundamente sentidas objeciones de Platón contra el arte, producto de la más rica
su educación, etc.! En segundo lugar, esa negación de la apariencia del présenle
experiencia; pero quien todavía esté en condiciones de aprender algo, ése deberá
puede conducir fácilmente a un grado uheñor de negación. Quien, como !
darse cuenta con suma precisión de que el dominio de un arte poderoso también con-
hauer, ve en la música un mundo detrás de este mundo, un mundo que no se agota
lleva una multitud de riesgos, y de que justamente los mayores artistas han obrado
en la forma de la inaoiduación y. por otra parte, deduce el precario y profundamen-
ese efecto, el de suscitar el temor en los pensadores más preocupados casi con toda
te desesperanzado carácter de la vida del poder separador de la indiv<iduación>,
nueva aparición de tales poderes. Con demasiada ligereza se nene la impresión de
debe hallar en la música, aun cuando lo haga sin conceptos ni imágenes, la concep-
que el arte tendría que establecer las finalidades de la vida activa, y, bajo el equivo-
ción de un mundo mejor, de un mundo inocente, pleno de amor, más sereno y pro-
co más peligroso, se toma entonces al artista como educador directo. En cambio,
fundo.
cuando su admirable tarea se concibe de forma correcta, a saber, como una inicia-
Retirándose por completo de este mundo, el músico se encuentra, tal como ción a una vida de lucha e instauradora de sus fines, se tiene derecho también a pen-
W'agner ha desento a propósito de Beethoven, en una esfera cercana a la santidad: la sar al artista separado de la vida del modo más intenso y a adjudicar a su influjo un
pureza incompar<able>, la emoción, el ardor, la inmediatez infantil, la absoluta falta cauce que no se entrecruce ni determine para nada el curso de la vida. Coincidiría
de disimulo, Ja ausencia de convencionalismo, todo esto es propio de la música y no "no aquí con la opinión de Platón si con una cierta rigidez insistiese en la idea de que
del resto de artes, que se hallan demasiado próximas al mundo de la apariencia, en
MIU que replicas suyas.
Bien podría parecer
• aquí
»HUJ que una coexistencia semejante de oe la
¡a música
».*..»- y *
R
bilidd l rr ¡ J , e x l e n s a
cita del Beethoven de Wagncr en 13 ( l ]. .. .
«¡*to aparente debería constituir una dedeformación, ya que su incompati SÍ la J ' r W a g n e r
comunicación a mis amigos. GS. 4. 325: «no puedo concebir el espintu de
U n i t
f l d l
En este punto
into hizo
U I i b , e
ht2 Wagner'su segundo hallazgo, aqu ^'««noescnclamor»».
K
sica yv desde um . "a d 2 v ' traduce el término griego «orehestikós». que significa «perteneciente.
na L
asco m ¡ ».Véase también Fragmentos Pósmmos, vol. 1, 5 120].
a
(
h u m a n o s d e t o d a s , a s
UÍTLTJLJ^ ¿pocas no hace esto corí WB, 7, 468 ss.
$ m C O m o B h
° * ^ ^ e n contempla a la naturaleza en su con
1
1 Mus
• Wagner se pregunta m W
u en identica me • S 5 íü
^5eba'ver un mundo asi él lo considera como dramaturgo (el rtra
n 1 , e l Qr
Mie sentido guie £ /„ <K . tico una ruma de la literatura^ . * **ma no
/ « M U ' aM.'s'J e^ J , fcnÓmCn S P r d C C i r l 0 C n t r C S
obra* K r o
^«J?sV * ^¿¡S 5 5 °' ° ' r audible, «
» v ida. Esto re
«resultavi d
eter^ 4 0
ut * i e l i g
£ ' h a visto por primera vez este fenómeno? En la ópera
D ó n p m
12(30]«
8), 12 [26], 12 [19]. 12 [28].
A GS. 8, 258 ¿ «Así como Tasso se consue * F* Goethe denomina simbólico a todo su quehacer.
uanto sufre - c o n lo que él [Goethe] alude pr Así se ha de entender también el decurso vital de Wagner. de manera simbólica.
mente « tu me de poeta- yo pu< de que me haya sido dado el escribir al te**»
a Gotte. Tasso, V 5, 3431 i
del texto correspondiente a WB 3 y 4 W j j J de ^ £ WB, 5,458-9. <** ' ÉjP* *
"Cf. 12 [19].
cuaderno
1 I 1^1
"Ct 12 f 18) y |2 m
;cf.ii4i
li f-12[24] 7c
h e e
izas» en sus Doce Cartai de un ^ f t esU ¿I**'
^ ^ ¡ « e t h e cn carta a Hckennann. techada el 2 de mayo de 1824. «he ° g ¡ ^ ^ f f
rw usiasmo por Niet/schc. No obstan te,
a
y
C T c l **« tólo s.mbólicamente. v. cn el fondo, me ha resultado bastante indiferente q
de este aulor el juicio desfavorable de r a n
acerolas o platos»
FRAGMENTOS POS TUMOS
M P X I M 4 , 3 4 6 DE
u u II I " ' " - »DEVERANO HASTA
Coaua m en mm ^ u" *™ corrompido y d e s c u b r i d ^ 221
C B j s i f i c a t i a
^,nsfi«" Í " ' y r a d o r a
* doloroso devenir y e n C f
S l d c r a r
.lid^ ? „ran naturaleza todo debe resolverse en salud y ganancuTl T
! i i g
< ó p^ h s por las que haya que pasar: cómo se a l i m ^ t
1 2
'-" r
_ No sólo el «MIO» «¡no también la h u m a r a adente-
1
P
h erud.ción con esa fídeUJuJ haca un yo supenor o. d i e h o S a b
5
12
|331 ¬
con , nada más desesperante que hablar de esos extraños y c o m W
L.
Este yo supenor « q u . n o de el un.camente acciones g f e ? ^ > > h a v P s e s t a
¡ ¡ S K ; ^ ^ > aprender para poder l U ^ f ^ f s ^ a ma a los demás cuando estos no han llegado ellos m mos ya ¿ lS a
d e
lo condu.o an.e tanras cada vez mas dit.c.les para ponerlo a ° * * h ** l el recuerdo de estados propios similares, aun cuando mucho rnás debuts
n e s p
cerio Pero los mayores pebgro y pruebas le afectaron no e o Q ^ m e d i a n t e una búsqueda contemplativa en su interior, sino a mitad de carril
m o a Sea
V necto al que habla. Sin embargo presuponiendo que existan oyentes así de
e los sufre v padece en persona, no conio a quien solo aprende a V e S * ? ^ eC
sin no resP s i d e r o posible, desde luego, el ir imprimiendo poco a poco en el
se fueron desarrollando mas b.en a partir de una conjugación de ¿ ° q u e
con
5 C su c a p a
nto'la huella enteramente propia y única de un gran talento de forma tan
aprendizaje, a part v s e n t i m l
involuntariamente, partiendo de la decisiva seguridad de esta huella l k -
u e
n í t i d a q
inferir ese estado en el que el artista se siente impulsado a crear, esto es
zación siempre creciente y para cuya comprensión tuvo que contar con | V * a
g U e
T u e siente sobre sí la huella del mundo como si fuera un llamado de su fuer-
v la filosofía: éstos son los peligros de las intenciones que el artista internu ^ C n
\ propia. Ahora bien, del conocimiento de ese estado depende todo, y toda
pureza de su travectona: su arte debía servir a dichas intenciones, debía obr"' ^ ación al arte sólo puede tener esta meta, la de llegar a descubrir a los nó-artis-
más resultados y lograrlo de manera más inmediata de cuanto es capaz u ^ n na vía de acceso esos ocultos misterios del alma, en los cuales se ha gestado
máxime un nuevo arte que lucha por salir a la luz desde la oscuridad; en U 2 W S
tira de arte. El artista sólo lo es en la medida en que comunica algo acerca de
da en que fue concretando toda una serie de medios para curarse a sí mismo ai le misterios; mediante su modo de hablar y comunicarse quiere convertimos en
hombre moderno y. en fin, a la vida en general, cayó en la enfermedad más grave ^ompañeros de iniciación, con su obra quiere apuntar hacia algo que está antes de
en la que puede caer un artista, la de las intenciones concretas. Primero pretendió la obra y después de ella. «¡La naturaleza es en su interior mucho másrica,más
del arte todo aquello que su destino personal no le había deparado: desilusionado noderosa, más gloriosa, m á s terrible, vosotros, tal como vivís habitualmente. no la
al respecto, reclamó entonces de él satisfacción y compensación por esa enorme conocéis!» nos grita el artista, «¡seguidme y dejad de una vez tras de vosotros ese
carencia que sufre la humanidad moderna, y dentro de ella cada individuo en par- fragmento oscuramente iluminado de naturaleza y vida que realmente parece ser lo
ticular: desilusionado aquí también y condenado a la desesperación, vio en su arte único que conocéis. Os conduzco a un reino que también es real: vosotros mismos
una religión, el consuelo para la existencia en general. Y sólo entonces lo inten- deberéis decir, cuando desde m i caverna retornéis a vuestro día. qué vida es más
sl
cionado de su querer se elevó tanto a la inmensidad, que su arte y todo cuanto no real\» .
era intencionado en su ser pudieron desplegarse con total libertad y sin impedi- Si ésta es hasta cierto grado la voz con la que todo gran artista se dirige a
mentos. — . - ,/ , nosotros, ante todo es la voz de Wagner. A lo que nos invita es al regreso a la natu-
raleza; y al menos en este contexto, uno no ha de temer que surjan malentendidos
«ra con esa palabra. No se trata en verdad de una cómoda decisión relativa al hecho
de existir de manera natural y deambular en idílica simplicidad: tan inofensiva no
4
era aquella apelación. E l artista sabe muy bien que si él no nos muestra el cami-
Meditar sobre lo que es Htogner, dejando a un lado la consideración de todas las
no, ninguno de nosotros encontrará j a m á s la entrada al universo primordial de la
manifestaciones de vida y poder de su naturaleza múltiple-unitaria: ésta ha de ser naturaleza, que aún permanece ignoto. Pues demasiado pesada es la carga que cae
cura y el restablec.miento que debe ansiar cualquiera que haya pensado en corn sobre nosotros; un velo tejido de fríos y artificiosos conceptos y consignas doc-
ido evolucionando Wagner y haya sufrido al hacerlo*. Un poder y una cap " J¡ enales obstaculiza nuestra vista; nuestro sentimiento apenas si se rebela ante la
e r a m e m e g n m d e s u e
H^ ^ ' < han llegado a hacerse verdaderamente W ^ ^diaueidad de los legalismos m á s complicados y duros, o se rebela de forma
C S p l é n d l d 0
^ M » B l d o ; donde aparece un talento d i c h a ^ompasada; hemos desaprendido también el lenguaje del sentimiento: de
q U C S O m ü s
2 * ^ a s i a d o débiles y no podemos llegar demasiado lejo con
~ « P ^ u l o , el observador no puede hacer apenas otra cosa que i n * * " Q U e
* « solas fuerzas para hallar la naturaleza. Pero también la mano de nuestro
¡ ¡ Í T Í M V t ^ ?" X M
' :
y l a
referencia a la historia y la filosofa
' w
rara lo que sime l i n n . i v a A A^<
1K XÍ.MI SIOS POSMlfMov
vor así como todas esas obras musicales, tan íntimamente emparentadas con
"lias del divino período de la sordera total del maestro. El efecto que causan
obre el oyente es el de liberación de toda culpa — el efecto de jovialidad trans-
ciende aquí de inmediato el de toda satisfacción por la belleza. Cualquier obje-
ción de la razón orgullosa de sus conocimientos cede aquí de inmediato ante la
magia de su preponderancia sobre nuestra entera naturaleza; el conocimiento
huye confesando su error, y la inmensa alegría por esta confesión, en la que nos
regocijamos desde lo más profundo del alma, es tan sincera como el gesto total-
mente absorto del oyente, que delata su asombro ante la incapacidad de nuestra
percepción y de nuestro pensamiento respecto a este mundo, el más verdadero de
todos. — Todo dolor de la existencia cesa ante el increíble regocijo de poder
jugar con él; el creador del mundo, Brahma, se ríe de sí mismo, al reconocer el
engaño ejercido sobre sí mismo; la inocencia reconquistada juega burlonamente
con las espinas de la culpa expiada, la conciencia liberada se mofa del tormento
superado. — Ahora proyecta [el artista] su mirada sobre la apariencia, que. ilu-
minada por su luz interior, vuelve a comunicarse con su interior en un maravi-
lloso reflejo. Ahora vuelve a hablarle nuevamente sólo la esencia de las cosas y
se las muestra a la sosegada luz de la belleza. Ahora comprende ¿1 el bosque, el
ar
royo, el prado, el éter azul, la alegre multitud, la pareja enamorada, el canto de
lo
s pájaros, el paso de las nubes, el bramar de la tormenta, las delicias del des¬
c a n s o
renovado. Ahí impregna toda su visión y sus figuras esa maravillosa se-
renidad que, gracias a él, ha llegado a ser por primera vez propia de la música.
nclu
' so el lamento, tan í n t i m a m e n t e vinculado desde el ongen a todos los so-
n,a
° s . se aplaca, hasta llegar a convertirse en una sonrisa; el mundo recobra su
1 I inanuscTÍt
Nietzsche
C-o*!^í O de WB para la imprenta, redactado por el propio
f
e lra
Kiuento concluía la primera version de WB.
" *H,7,4^
12231
111*0 ™ el Pmaivm ^
del K a « n „ o «, e s c u c h ^ »
r
s." I , h
, .
4 M P X I I I 4, 9-12. D E O T O Ñ O D E l í o s
A P R I M A V E R A D E 1876*
1
1^ I }' Wotan ansia el poder.deja de ser Ubre, se ve envuelto en la culpa v la m.L
ticne necesidad de un hombre Hfrne.
d i c l
2 Debe oponerse a lo más amado, aniquilarlo — debe castigar al amor más
i (v a Brunilda).
i Lo atrapa la náusea por el poder.
¿ El amor al espléndido hombre ttfere, a Sigfrido, lo transforma, le cede el
do a é\, renuncia.
m u n
Vé cómo la maldición atrapa también a lo más amado y sufre temblemen-
5
U 1313
Sus escritos no son populares. .
Sí lo es, en cambio, su arte: supera la oposición entre pueblo y clase culta.
i distingue de toda la cultura renacentista (Cioetk MI , 9-12. O H OlOftO OH. .875 A PRIMAVF-RA I *
l h c 14 M 4 L
\ Q,
ISw I U (
M|4|
U
Ser:
de la humanidad)»- . . _ - MlI
M¿Que
n-
llegará a ser [Wagner]?
como poeta
artista figurativo (9)
músico
Aquel que mira al pasado y lo interpreta — él ha anticipado ese pasado. y en conjunto
Diversas tases en W'otan. va en pos del poder — siente náusea de él — lo aban-
dona — lo consagra al hombre libre. III. Lo que llegará a ser.
Conclusión — palabras de Wagner: donde la sabiduría política y el arte'', etc.
estilística.
Palabras de Sctaller»
El simphficador del mundo — el intérprete de su historia. Sus medios para este fin:
Modelos ejemplares, 0<
M|»l" . , Obras escritas,
El gran acontecimiento Para entenderlo por completo, es necesaria la mira Busca protección para sus obras de arte entre los poderes existentes.
de Wagner sobre si mismo — cómo ha ido evolucionando, qué es y qué llegad Pero crea únicamente para los hombres de un determinado futuro.
0, 505
Jtrvo de WB
FR AUMENTI MS P Ò S T U M o s
14 | * | _ ,
Facultad artística de comunica
l j suprema capacidad de t tununn arse habilita para |
Poeta mi * Ha l
ntfi*l:i/add
amplio de circunstancias;
Oran mo en el dominio de la pasión m a
w ima Ur
el hombre >idí Í5. U M M - ¿ P R I M A V E R A DE 187 *
»« fa 6 ?
•sonas cultas»
í c o m o p a r e c e5 3 w
^^*¿%ST utilizada
^ Ä i
de modo casi
9. E l i
10 La comunicabiiidad demònica. necesarios, hay que
-arlos claridad cómo cruje
11 Lo no comunicale a los hombres de hoy:
l andamiaje «"6 r¬ imiemo. La danáác
Obra de arte del futuro e
ja primera exigencia;
e s
U[\\\
Sigfrido, «agido de una alianza contra las costumbres Es el momento adecuado para ocuparse al fin de la lengua alemana de
El hombre libre, sin miedo manera artística. Pues su cuerpo está enteramente desarrollado, si se la dea
Deja de ser libre, se vuelve infiel, a causa del olvido degenerará con suma rapidez. Hay que acudir en su auxilio con saber y diligencia y
Pero en su muerte redime al mundo de la maldición dedicarle el esfuerzo que los rétores griegos dedicaron a su lengua — incluso o
Wotao do ya era demasiado tarde como para concebir esperanzas de una nueva juve
Hoy, todos los tarros de color — hasta el estilo alemán de Lutero — están listos para
su uso; sólo falta que llegue el pintor y el colorista adecuado. Debería formarse un
gremio, para que algún día pudiese surgir de él un arte. También nuestros
eran naturalistas en cuestión de estilo.
15 [41
l . Preparación y educación. 2. Planta del edificio. 3. Material de construc-
ción.
d
' Cuaderno de 236 páginas con anotaciones y parte de la copa en Un*» de WB. asi como ¿a-
'doí i DS.
1 S r
En muchos de los fragmentos de este cuaderno, asi en los tres racimen*. ^ ^ " ^ " ^
k cons.dcrac.one, sobre el idioma alemán que parecen responda s s u P " ^ * * " ^
**U del estilo írf — mai M i w m * » en lodos lo* « * » las expresiones en a¡c
aproximada al «ntido
c.
«.'n MIS análisis lingüísticos
i 5. U U H ^ M A V K R A O I , , ^
1^ 1*1 Añminios al Üa\ij Stmuss 231
„ „ * «se sabe desde hace tiempo que Dios, siendo » o m n i , c slilí s l i c n
unitario; ama la casaca multicolor d. i
P
s,dad de una sede en particular» P n ? N c
^\ rsáO^^L** 8 U 8
o ^ v a c i « m e s , sus sentimos, sus l ^ - 0 S l
« ocurren
0 0
S i ^ S d S como un virtuoso Unías las mentalidad^ de u l tS Cuerda
d
ju «Asi es como Schle.ernuchcr, a su numera. vuelve S * ° l para entremezclarlos. hn I legel todo es una g ^ u ^ n *
tt C x t p I , l i n
P Al
oier u
1 ^ te juego de colores, pero que hiere los o j ^ ^ ^
n ^ en Heú>
bre». . , ....
287 «una clase social decididamente en ascenso» 5 C o m o c s t , 1 , s l a l i e g d c s
í i ^ * * ' ^ « s i t í ^ r
P ^8 «Desde nuestro punto de wstaresulta tan inseparable del u 15 [ I ! ' 1
u e v a fe no puede mover montañas, pero sí palabras. —
P
* reflejo en el sentimiento o a tel. edad que conlleva, **** - q u c
n ü n c S ü
ser anulado, en su valor de felicidad, por circunstancias * ¿ e x t
1 5 |l
n 49 «el culto cnsttano. ese ata\ I O zurcido para un dios-hombre r * K
£ n é d o c l e s decía a los agrigentinos: que perseguían los placeres como ,i „ ¡
P
do v p.erde todo su porte tan pronto como un hombre L t ^ ^ l ú s e
£ 5 * al día siguiente, y que construían sus edifidos c S S ^ K
s e n
nda cnnj
))
- nunca- Strauss construye su libro como si este hubiese de morir rreañaTTse
r
or,r
m , i o si no tuviese que morir nunca. —
n n ^ y«
15|6| • c compon cor"
Lichtenberg: -se que esentores famosos, pero que en el fondo
eran
superficies - cosa que en Alemania es tacil de hallar conjugada - ™ fnentes v 1 5
' No el libro de Strauss, sino su éxito es la circunstancia que nos obliga a hablar
presunción, han sido tenidos por mentes superficiales por parte de las m e i n r ^
3 Jüre N o hay ni un solo pensamiento en el, que merezca considerarse bueno y novedoso. —
tes a las que he podido preguntar al respecto» . s rn . en
1 5
^Andrajos bien lavados visten desde luego de limpio, pero en cualquier caso
?
'* ' E1 NcATsrmo Testamento lega en herencia su sabiduría a quienes son «pobres d siguen haciéndolo de forma andrajosa.
espíntu». porque estos no han aprendido nada, o bien han aprendido demasiado o na<h
de la forma correcta y solo han leído malos libros, como p. ej. los suyos propios. 15 |15] 12
Los dialectos del sur de Alemania se han comido desde hace tiempo la forma
15 |8| única de pasado. _ _
Rückert simultanea, de mala manera, imperfecto, presente y perfecto, p. e..
¿No era opinión de Aristóteles* el que habría que suprimir las producciones de
Mas cuando en la aduana de la frontera
los hombres ancianos — por no ser plenamente aptas para la vida — ?
No quería declarar lo que lleva
Y tiene que abrir sus maletas,
15(91* „
El aduanero ha olfateado el hallazgo.
Otto Jahn, a quien el lumno a la alegría de Beethoven no le parecía lo bastante Introducir de ese modo un perfecto en la narración es algo absolutamente
aleare. reprochable.
1 5 ( 1 0 , 7
15(161 . T a A -
¡Los efeoos de Hegel y Heme sobre el estilo alemán! Este último destruye la obra Omisión del participio: «Die Post ist durch, der Bruder is mit, das Lied is aus.
recién acabada de nuestros grandes artistas del idioma, o sea, el sentido recién a c die Sonne ist unter, das Thor ist auf, der Gast ist fort. das Geld ist w e g ^ t e B ^ g
ist über». «Er hat ein Halstuch um, er hat die Sache weg. er hast das Rathsel heraus».
con añadí
A 137^ FP l 444
ßnery esentar, y los números de páginas indicados aquí a la edición de la obra ÜC Alusión a Corintios, 13, 2. Cf. frgto. 27 [35], de pnmavera-otono de IS • ^rr. ^ ^ ^
s
y Ut nuevafe, Leipzig, 1872 (BN). la m' ' 7 v ¿ a s e El mismo fraemento anarece va en el cuaderno de pnmavera-uonu ^
*G. Ch. Lichtenberg, Vermischte Schriften, 1, Dieterich, Göttingen, 1867, p. 1
m
7rT ft ^ ì 2 7 1 1 2 , 1 É
* l " * ' " "Will de 1873, FP, Í, 439. 1 1 ue losjuosofos más ilustres, de mogones utiuv..
. Xi K ° 2 7 8
Í 1- pnmavera-otoño de 1873, FT. 1,438; Afü/efl, 5, 3. de I»' 1 ,. £f frgto. 27 [661, de primavera-otoño de 1873. FP. 1. W
ñ 0 prosigue
/«-A**». I 3 3 5 b
- 26-1336 a 2. Véase también frgto. 27 [11]. de primavera-oto 19 [631; WS, 199; frgto. 27 [72], de primavera-otono de 1873, tr. . ^
^.1439 " En los fragmentos siguientes, hasta 1? [26] y con excepción de 13
5 [125] y frgto n a l , s i s
^ aspectos lingüísticos y csúlísticos del idioma alemán.
' Cffrgto27 Í29L
MOS
t a n t t r i l t a h j 1 1 scheuen.»
fjdo^un ^ t » d o » ] . por " **•* de uiu a ( H > s i J ^ * " ' , e ^ 0 n
1 Oí
¡ J ^ , , den Hasen lodu (ant.guamenie. «todtem.» * j S
2 1 1 íWI
|5 I Mfl /ferffwtf * totalmentecorrectas: «mich dünkt» [
A*rZLL*mm
oareceme au «6»].
wwji «es
-** friert
">v»i mich»
UHUI« y «mir
«nur frf , T v n c r t / t
, T C :
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d »mir
La
1 5
' ? ! forma de conjuntivo se ru desarrollado a partir del i m r w f tjünlct^ l"P ipeo en la cara»! y «ich schlage dich ins ( " ' *
0 J C V t« dir ms
11
on del n
u o r r i ™ " - » * e Ä O E 1 5 | 2
F ! empleo del genitivojunto a un verbo suena hoy ceremomoso
. hable»! se empleaba para expresar todo no c u m r ^ S ^ ^ Ä n-hme des perlenden Weins», pero es sumamente habitual p c u ^ ^ ^
1 0 ahora distinguimos «ich spräche» (aún no c u m n l i H ^ ? ^ " tie!. e
der hme oc £
Bo d £ . J ^ _ P - e . cuando la geme
D a l a b r a s v 1 q s h a c e < p w n
e
des genesen».
El presente de con¡unti\o se diferencia del de indicativo en q U
e l
de conjuntivo. > aun sigue ocurriendo asi. Antiguamente, «ich spräche» ( nd «o eewahr. bedürftig, bewußt, befugt, gedenk, verblichen, froh, wenn, aiisichug». Los
1
Ucio. CO
dialectos vulgares ya casi no conocen para nada el genitivo: «dem Nachbar sein Gar-
lente. - »ürde sprechen*. Antiguamente, «er spräche» (en discurso
«er spreche» (presente de conjuntivo). — En Suiza se ten» (per° también «'s Nachbars sein Garten» [«del vecino su jardín»),
issen sc über den Balkan Begangen» f los rusos havan —*- u.
[deben 15124]
«Amtmann's» es genitivo (en el sentido de «gente de Amtmann»), D domo plu-
ral está bastante extendido en los nombres de lugares terminados en «-hausen, -hat-
ten, -bergen, -thalen, -felden, -walden. -linden, -eichen». «Baden» se emplea por -zu
15 p q den Bädern», «SchiAhausen» por «zu den Schiffhäusern». Asi sucede en Rothens-
1. .Deberíamos esforzarnos en limitar el empleo de los verbos auxiliares] lein. Altewburg. Se omite la preposición «Zu».
2. ,f:vitar el encastllamtento de laspreposiciones\
3 ¡Se debena tener cuidado con el empleo de «müssen», «dürfen», «wollen». 15 [25|
«sollen», «mögen», «können»' Tareas: un extracto sencillo del libro de Overbeck. CnsrianidÄi de la Teología.
4 lar bien la comptjución de frases con «dass» se ha vuelto excesiva. Y de mi libro «El nacimiento de la tragedia».
1
5. , Re Mobleimiento del conjuntivo y d<e/ imperfecto .
ez de la profusión de preposiciones. 15126] . ^_
ilabar las gestas de los Cuidado
i-uiuauu Lcon
U I I las palabras compuestas
las paiaoras como «Forschungshültsminel»
LUUUJUGQSMH vumv —-c— [«medios
n Fremden setner Herkunft auxiliares
iares de investigación»] -r..i*.iri/-imnf« [«lucha
**SA*«S.I «Culturkampf» i «lucha cultural»].
cultural»!.
J _
Asimismo, hay que tener cuidado con la confianza en la tuerza de una sow mmr
.» en vez de «preguntar. l o s « ' _/ / , . , „A\e- Anschauuní N on der Leis-
/ 1
bra „m ,
r Wunden heilen» [«curar de su.
£ . c o n s e r v a d o » i n e n lo. verbos ^^ff
ac la capacidad do rendimiento de la moderna w u . * » - - —
rfuhrcn, überweisen, erlöien, erlassen (der Hall. <= ^ ¥
""Pasión tipográfica»].
entsetzen, berauben, verweisen (des ' - ^ ' ' ¿ Bes* a n
s
La lengua esenta carece de cnto»acum > con el o de un *< |ípl Est ¿tica H. De ética y teoría de la felicidad
e x i r
Poi ^ K . a o r d i
ps» logra* * eme. debe esforzarse en , ^ nw, n a r i o
en
16,2
fiarse «te la lengua esent ser mas clara, más c o n c * Sadie juicioso — boda — ruina — Felicidad de la joven.
ca. pero dificultad estnba en hacer . . sentir de modo a p t o x i t r ^ ^o-
l a s
te entonación Pregi i: C o m o destacar una n u u T ° . Pasio.
uoc transmite la O » Í : M I r r e ^ . u , . ^ u „ . u ucsiacar una palabra sin
c a
1 6
talí personas que poseen talento para la representación sólo v
m
recurra
a la ayuda del tono i cuando no se nene signo alguno de entonación)? Y
de la frase? mpra
lugar como destacar
c " A menudo debe escribirs^fT^
A M
r f M
[235]
• A I 3 l , r u i a l d e 9 í l J . I 7 f l | y 17(7V¡
i
FRAGMENTOS PÓSTUMOs
Traducir. l f i
- N II 1. i K 7 í (
Historia de la literatura.
237
Sobre filología.
Libro: los profesores libres. profesores
1. Camino de la liberación.
2. La escuela de los educadores.
3. Los caminantes.
9
4. ¡Salve la muerte! |6 I ' " „:da leve.
rfo hacia la libertad-
¡¡¡ertc de la cultura antigua.
profesores.
El ascetismo, considerado bajo la perspectiva general del • jerynmo.
Su Mu
también el sacrificio no egoísta. »cidi propiedad y trabajo.
16 UY
Todo ser humano posee sus recetas para soportar la vida ( 16 [1°' Consideraciones intempestivas
e n
tenerla leve, en parte para aliviarla, si ésta se ha mostrado g r a v o s a ^ ^an 6 Para ! El filisteo de la cultura (falsificación de moneda de la cultura)
sión), incluso el criminal. Hay que recopilar este arte de vivir a r ° a- 8 c 2 La Historia.
0 3] El filósofo.
doquier. Y aclarar qué es lo que. propiamente hablando, procuran las Por
recet
¿ El artista.
religión. asd ] e a
5 El profesor.
No para hacer de la vida algo liviano, sino para tomársela con leved d 6. Mujer y niño.
Muchos quieren hacer de ella algo gravoso, para ofrecer a renglón se a 7 Propiedad y trabajo.
supremas recetas (arte, ascetismo, etc.). &*msus 8. Griegos.
9. Religión.
b
16 ¡S] 10. Liberación.
«La vida leve» 11. Estado.
{peía ¡juíovtec,) 7
12. Naturaleza.
«Camino hacia la libertad espiritual» 13. Vida en sociedad.
Los griegos
16(111
1. Naturaleza 1883
*Vs 19 [41]. 2. Mujer y niño 1878
J
VsI8[30]; VsMA555. 3. Propiedad y trabajo 1881
6
Vsl7[85], 17 [741. 4. El profesor 1882
7
En esta referencia se halla una importante clave para muchos de los juegos terminológicos
5. Sociabilidad 1884
efectuados por Nietzsche con la raíz «leicht» (ligero, leve, y, en sentido figurado, fácil, carente de
esfuerzo), que emplea, por ejemplo, para hablar a menudo de «Erleichterung» (alivio, aligeramien- 6. Los que viven con levedad 1880
to), o como cuando califica a la Tierra de «die Leichte», «la ligera», en Así habió Zaratustra^ Pues 7. Griegos
con la fórmula «das leichte Leben» Nietzsche está traduciendo la expresión empleada por Home- 8. Espíritu Ubre 1877
ro (¡liada, 6, 138; Odisea, 4, 805) para referirse a los dioses griegos, «rheia zóontes», esto es, 9. Estado 1885
que viven sin esfuerzo, aliviados de la pesadez, dificultad o carácter gravoso de la vida de »
tales. Como escribe Karl Kerényi en su estudio Dionisos. Raíz de la vida indestructible ^ 16 [12]
Barcelona, 1998, p. 14): «El zóein, el vivir de manera continua, sin nada reseñable ni una Siete consideraciones intempestivas — 1873-78.
nación partícula; a menudo implica en Homero una doble definición que corresponde a ^ Para cada consideración, un apéndice en aforismos. / «ricos^ Qfftt4
mimmo del vivir: "vivir y mirar a luz del sol", "vivir y tener abiertos los ojos e n t e r r a , ^ Más tarde: apéndices para las consideraciones tntempesttvas (afonsticos).
y ser . Este curso de la vida resulta fácil en el caso de los dioses: de ahí que se llamen ^
soontes^ los que viven con facilidad"» (Herder, Barcelona, p. 14). La vida de \OS£g ^
6 f á c i l
S ^ s ^ ? * * * * ° leve - e incluso, en cierra medida, « £ ¡ £ p * <
Fragmento tachado por Nietzsche. . cuatro primeros e t i v a L o s
C demd S
correZS ' P a n p a r a
°™ r TlaTnac bada Nosotros, filólogos.
u n a c o l e c c i ó n d e
1
1 6 P " rfg ha de ver primero una c o w , « 0
1 4
Eorecisa: velarla a propósito Mucho* r ^ e X V ^ *
fcl
* ^ ^
. ^ j T o ^ r a n (como le ocurre a Schdler, lT¿Z&*£
l dutlé tema/u. no comer nada pitido- ^ * ^ » M S S
ftr kt noche. solo iec-i y * del ve*
Cuatro hora» de paseo dtano (con un cuaderno) 1 6 1
ü Quien elimina es un artista, quien añade. calummador
ftaupüacu* **** lengua alemana. u n
I* fié/"
d*elirium tremens del asceta
» rxídaoo* rucia la libertad. Si alguien no
puede a
. t e m p e r a n t o es c a r n u d o ) , tal vez pueda subirá o ^ * 1 6 1
T O t X 0
u ' influyente impronta del espíritu libre - se considera a sí rrnsrno como -
MT desamóla de modorntensarnenteanormal una única fuerza * EncsT* doctrina que ha sido marcada a hierro en la humanidad,
t ' P™*> a la libertad como ^l'd^^^l
mido
1 6
menudo venganza por impotencia (Isócrates)
16 |30p>
Se puede estar orgulloso de una serie ininterrumpida de buenos antepasados que
lleguen hasta el padre: es una legitimación del propio yo ante uno mistno. Pero una
sola interrupción en la cadena destruye la nobleza. ¿No nenes entre tus antepasados
1
' " t " "/ '** -Hay drvenjMrxrloaiVM hacia la libdUÓ Si uno nene un É>gJ*
^ J * ^ uaenurio a » otro Afano, por ejemplo, el sent.do de .ndependene^ Ha.
P"» el carente de amor» lft
Vs MA 151; 17 [11.
,7
V s M A 595.
loa días de estancu de Niet/uhe en "Vs |7[841.
"V* MA 272.
J J ^ d e i . juventud tienen a j p rnás de divmo». C u del fiWwfo > sfi wv
»MA2oO.
V s
4 > l V , m h , c l N II 1 i f ,
«ufldo I" ~ ^'"'^ *' ' '" Ktado' n^'^fnt^ H7
241
Jllslîln
u.intoes posiMe. e d . la obediencia se muestra conui el mi K'nt. 0
de mayor utilidad al bien general con nuestros im s l r o í > f r a c
1 6 4
\ti\.U\ ' Con la libertad sucede como con la salud: es algo individual.
l a libertad de espíritu, los cuentos de hadas, la lujuria elevan , i
sobre la punu de los p í o *" ** a l
ta** 16 I441 34
*Vsl7[48].
"Vs MA 283.
,:
Vs MA 286.
11
Vs MA 286.
M
Vs MA 291
"Cf. 17 [50].'
„£ 1«]: cf. MA 291
C
f MA 284.
a tiempo ci objetivo externo, un p e q U c n
J
iBku del sol bnJia ai fondo y muestra sobre quéflta-^ * -
U y c n
•a. "as o i a s .
rocas
1
s VERANO
' ^ diminuido. A n t j
r ,C0K
ambo I CU u r la ^T
w
A h
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- P e e f e ^ " ^ e, « 6
\1 L { l
lo estético: algofiterte.
h r e
to si tenéis mucho, podréis llegar a ver el fondo. en e s e e i Ste ta distancia del observador! El artista creador no ha de v e 2? *
let
Hei). j u s t a m e n t e aquí es donde se pone de manifiesto en í í ^ ^
45 del sentimiento mas intenso de su oyente. • '"»9*
lé |53| r
" El wefüj extiende un velo sobre la realidad; algún que otro anifiaoso parloteo
Para ver una cosa al completo, el hombre ha de tener dos r»
J 0 S
oculta algo y lo destaca; lo «vagoroso». ¡Experimentar de forma totalmente ,n, nu
,tro de odio. ' ^ de amorv últimos medios con los que el arte obra su efecto! ¡Eso es algo muy extraño- Son
0 S
cosas bastante estúpidas lo que de ahí resulta. Lo mismo pasa con la religión
I6|54| El gran valor del pensamiento impuro para el arte.
Los hombres productivos rara vez llegan a ser espíritus libres- los Para la imitación, se requiere amor y burla conjuntamente, como en Arquiloco
mantienen religiosamente anticuados. Los políticos ' ^ o e t a s
^ |Sin duda, éste es el estado más fecundo del alma humana!
17 |3p
Los dos mundos, uno tras otro: la vida de Sigfrido y, en su trasfondo, el desti-
no de los dioses. Algo sentido de manera sumamente metafísica.
1714]
F 0
A los alemanes ha vuelto a irles una vez más tal y como les íuc t r a s ^ * £
también han echado a perder por completo ahora la reforma de Scmller y Uoetnc,
[243]
Jcmk* ci uuc s actuaban u * V i I - I
• elio, v n»* es*. t u ptu
v
17 UIMB V I RANO
D | 1K76
c* dr uuc ri set hunurio sr ciu/rai»iirA#4 I». ^ i c un
jerti*»wda prcvipil***». pero lo ructoeui, tal con» ,7 [\M eres en la» que. P«r más que uno profundi
llUj
I7|5|
Vthfc ci 7 1
•erto u i m c r x a l c n pro de la rmiiurud » T memos el talante hostil del prójimo, porque sabenw
5 0
la nuestras intimidades y aprende a d e s p r e c i a r * ^ S L " "* * * *
S. -hre Cl I aCC
nosotros mismos. • > « K deap^
a
Sobre U rciutioo
1 7
''fc'omo es posible que suframos más por el desprecio ajeno que ñor .1
I n a .ardui U emoción más elevada N o S resulta más dan.no. * * * prop*>?
ala
set humano
1^1
1 7 í!
S estado genial de un hombre es aquel en el que se haba a la vez en un
17
sta WÊ cada certo tiempo se produzca el adormecimiento . de amor y burla con respecto a una y la misma cosa. c s a ú 0
La estratagema más sutil del cristianismo fue hablar de amor corno k> fue tam-
bién la de Platón. Hay en ello tanta ambigüedad, tantas resonancias y evocaciones,
Hay quien dice «no voy a acercarme a ese autor; habla tan mal de los hombres, que hasta la inteligencia más vulgar percibe el fulgor de esta palabra; la mujer más
que él mismo debe ser bees rmlo> Respuesta: pero entonces tú mismo debes ser m anciana y el hombre más racional agradecen al amor los momentos mas nobles y de-
peor, porque hablas mal e incluso calumnias a las mejores personas que existen, IB sinteresados de su vida.
que dicen la verdad y no faenen miramientos para consigo mismas. 14
17 [20J
la per-
Que los judíos sean el peor pueblo de la tierra es algo que coooieroa a
" M U la doc-
fección con el hecho de que fuera precisamente entre los judíos donde Mirgio
* menudo el hombre enfermo esta más sano en su alma que el hombre san trino jkaai_*¿ _ . . 1 . humano —
~ ^ . A « /Ut « r humano
. - y con
. . . .
i a m i a i [ « . t i i i i i i i u o i u a w _> f i v .
hecho de que la rechazaran para sí mismos.
"1121
fundidad de à * * *
n agudeza ni pro
ha*
I mundo \l* MA 405.
vi A
1
r
* ** fc*n*tparte dd con;umo de anotacKJoea dal cu* *
mcnU)
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w c r 5 h 6
.tu- J cr. „4 5 " l
el con,*.m.m«-
el ututo «Valor de la enfermedad pera
r 0 t t 4
i* — UM08
17 [211
hi camino hacia la libert-ul 17. SJ II Í B . V K R
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ición P«ntua|
Cs A N ( ) [
la vi Ja. C trato con los aneamos, servio a l fe ' H f l S viverla insana: hasta el P u n u ? ^ T a t ^ ^ ^
Ingreso en confesiones rclijiiosav Matrimonio. Mujeres I ' I '0te".S«iSi e r v
K : debida y ni siquiera pueda recuperarse. Z l l Z ^ ^ ^
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bei así realmente qué es lo que demanda!
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* * » * del í/u*^™ ( B W c
nunca.
U a n d o
ores empeoran. '°s fon.
17|31|»
17|24| Cruza la noche un caminante
Vuelvo la vista con pesar a a buen paso;
que el ondulado valle y las extensas laderas
pasa voy sintiendo cada vez más
bición. lleva consigo.
Hermosa está la noche. —
Avanza y no se detiene,
no sabe adonde su camino irá. —
re/uión emocional en el origen de la primera Consideración Intempesta
Miedo por el genio y su obra, airién del espectáculo del conformismo de Strauss. p En medio de la noche canta entonces un pájaro
adulterada ít>todos
rrvin* loa
U> sustentos
• . . i __ « * - • . _• . * . . < J _ «. i — /.nnnntfei;- «Ay, pájaro, ¿qué has hecho?
r
dad vacilante con respecto a lo justo y lo injusto, y la desenfrenada ¿Por qué retienes mi paso y mi sentido,
* en medio de ta vulgaridad! ¡La especie engañosa de felicM- y viertes sobre mí la dulce pena del corazón,
haciendo que me detenga
ir m i y deba escucharte
para entender tu canto y tu saludo?» —
{¡J* Acidad y grandezaX » |lado *
•motón en el estilo se muestra un reflejo de esta ambición, como re
c a m m
° mrnmt ti mismon
y* MA, 42i.
17(451 , f f * * -••*«• *
Emplear el canon de bpicuro.
17¡35}» U r t l II i Win |i
i/*the en ^ * ajetreo».
f no deberla c "Vi II (12
FRAGMIN m s PÒSTUMos
n
17|5Il
La enfermedad moderna es: un exceso de experiencias. De ahí 1 7
^Ouizá sea precisamente la inquietud anímica estado que me
mundo deba. llegada la hora, recogerse en casa, para no perderse en h ^ ^ t Isa a la creación. Las personas piadosas, que tal. extirpan de
¡¡¡felá mejor de sus actividades.
17 [52¡
39
Es un mal síntoma el que se le dé tanto bombo al amor, a la patria 17 I581
ca. Parece que no haya nada más elevado que ensalzar. a a
P* El espíritu libre siente una «envidia divina» del bobo bienestar de los hombres,
vEueooTVTiKÓv es la envidia divina.
|7|53F 17 591
Se está incrementando tanto la agitación moderna, que todos los grandes logros 1 La simple apariencia
. . de
, verdad.
, .
de la cultura desaparecen por ello, pues poco a poco les va faltando su sentido apro-
piado. La civilización desemboca así en una nueva barbarie. Pero la humanidad u i7i60i . . v
* ^1
puede dejarse guiar única y exclusivamente por esta corriente de los «activos».Tenso
depositadas mis esperanzas en el contrapeso, en el elemento contemplativo del cam- Los obstáculos resultan algo necesano para producir el gemo.
pesino ruso y asiático. Algún día, esto corregirá en gran medida el carácter de U
humanidad. 171611«
Hallar la línea media entre tres aptitudes, ése es mi problema.
17 154135 7
Dar centralidad a cualquier tipo de afición e inscribirla entre los talentos ya
Hacia el Oeste, la locura del movimiento no deja de incrementatw. existentes.
ad s
que a los americanos todos los europeos les parecen ya gente re 1 aj ?^ ^j ^su c
He £ S m l a
« que existe el hombre universal europe Vs 18(16} indignarse ttnte la dicha
Ne aprenda de idiomas?». odclXi ? « ^4I1101. Mi 78. Propiamente. « V ^
W 2
^ ^ t T
*Cf. 16 M51 Trí*? * demás); cf. Anstostelcs. frica a \uW*
1 l08b
'
:
C f
- 16 131.
* Cí. 18122
" Vs MA 285
* Vi MA ?«<
FRAGMENTOS PÓSTTJM
• 7 Ifr4| 4
17. ^ II 5B. VERANO DE 1876
Us opiniones religiosas se puede deshabituar urto
I ) e
empieza a uempo. H c
° * uteu,. 41
.7 I? *? ^ns vivir como los dioses, que viven con levedad si n ~ ~ _
P or l a V C r d a d
rno P ' P°*«nos un vivo
17 |65|
El mayor defecto de la enseñanza actual es que se i m p a r t ,
C p r h 7 5 1
mezclado. *» ° or a í i t7l , os espíritus sumisos.
' ai tipo de evolución superior necesidad de la libertad de espínbi
17|66|« , M
2
" rénesis del espíritu libre - Evolución, no costumbre
¡Viva los nobles traidores! 3
" Espíritus parcialmente libres.
i7 tm . «* • * * .'. j |
171 . I''' E s tados, los matrimonios, etc., se basan en la fe, no en el saber. Pero
47
7 6
48
17I771
Saola envidia '*•*••'*?&.'-wrt. '
Que Cristo haya redimido al mundo es una desfachatez.
45
171?©!
49
17 [781
Elevar la pulcritud a pureza: quizá hasta el concepto griego de belleza Es algo inherente a la pureza el que, en el transcurso de la vida, uno busque cada
vez menos refugio en lo metafisico.
17|71|" 17 |79|»
Las opiniones generales las hereda uno por costumbre, para dedicar entonces El pensamiento impuro y el estilo.
toda su energía a sus intereses personales dentro de determinado círculo. Esto pre- 17 W * , .
viene el despilfarro de la fuerza personal. Juzgar al arte en función de sus efectos y en función de sus causas — ¡dos este-
17|72|- ticas!
Humano y demasiado humano.
17[81]
Vías para la liberación del espíritu.
El asceta, un cerebro enfermo e irregular.
l-.l alivio de la vidfc. feá¡w Éxtasis, voluptuosidad del intelecto.
Mujer e hijo.
Estado y sociedad 17|821»
¡Se están perdiendo el ocio y la ociosidad! ¡De nuevo se les difama!
•lili.
,mpuro>> cf M A , 5 1 , n 1 y 17
" r??o?f
' "* *'
<•- MA 284.
^ ^ j e e t a d o per,, no culmtrudo hbro del arado. 1 *
FRAfìMI NTOS PÓSTUMt
1 7
f( orno se logran I M éxito»: v. Libertad c s p i r i t U a , 17. U H 5B. VERANO DE 1*76
$ Ociosidad.
M l ' f e s p í n n . Ubre actúa poco: de ahi „ i r a e g u r i d a d ame ^ ^
17 IH4I '
A la vista de todos está el que. tras la ultima guerra c
*%B**» s e d e S V Í a e e
" ' p e n S a m
' e n U ) : a l
«"Pt-cUmo, con f a c i l i d a i
a l c n
casi iodo* los alemanes se habían vuelto un grado m á s d h , *n . C S e
17 W . 1 7
' ' f . n l Francia originariamente católica y una Rusia grecc-catóUca iam* „ f m
Ln conclusión: los espíritus libres son los dioses que viVen „ ¿ alianza - por eso el estad.sta a.emán ha fcoJ5S£^££
° *****
n
ran
I7|86|
Con la religión se echa uno a perder la cabeza — n o hav n
1 7 |9
Con los mismos medios con los que se ha destruido el pequeño Estado se des-
, i a v
que
luto m e d i t a r
oí ai ^ye el grande.
I7|87|* 1 7 9
' ^ librecambistas son unos delincuentes, los estadistas, etc.
No deberían educar para ser como ellos, sino para ser más q U e e ]| s
Los hombres asignan a las causas ios mismos predicados que a los efectos. 17 [ÍOOJ 65
No se puede basar una ética en el conocimiento puro de las cosas: ahí hay que
I7f*| ser como la Naturaleza, ni bueno ni malo.
l a falto de carácter puede ser signo de un exceso de espíritu. 17 [101]«
Quisiera la definición de canalla. El bandido, el asesino, el ladrón no lo son.
I7|u||
Cuando todo el mundo se convierte en e s p í r i t u libre, el fundamento se debili- 17[1021« ^
to: una culiura así acaba por desmoronarse o se desvanece como el rocío y En la Iglesia católica se ha creado un oído (con la confesión) al que uno puede
bla. currar sus secretos, sin consecuencias. jQuc alivio! También es un acierto la
" í f i i , ^ S S a S m u y C n l ^
Que al comien/o de t«xJm los vicios a ú n nos hallamos, empero, muy J,
Cf.MA 228.
caniai de la virtud "Cf.MA48l.
ft
'Cf.MA 453.
U
Cf. 18 [loi
M
" . I 8 7)
M ( ,
f 18 52]
cf. 17125)
17(741.
Vsl
M531;18[56|.
FRAGMENTOS PÓSTUM
V C r
,«smo ruede apartarlo de sf? Sólo de la siguiente manera- ? ' * el .
L bssssfl satifftcerlas tamb.cn Se tabnca una neeesi,i ?SL
f
" ra un c encu la cual, debido a ta c o s t u m b r e " ^ * * * C > ¡ S n
5 18. M I i . SEPTIEMBRE DE 1876*
ac.er penoso hasia convertirse en algo placentero. Piénsele ^
caf Q W
tabaco. *Wa>í
i7|i(wr La reja del arado.
Cvnil misos
Linci o> 1 8
' ¿«Sí q " ¡ g ' l I f
e r e s s e
' > u i r m e a b a
muchos obtendrán distru- C O n e l a d o ! e n l o n c e s
1813]
3. Separación del ambiente falto de comprensión: — Se produce una henda y un
agravio profundos cuando en alguna ocasión notamos mer^spreoo hacia nosotros por
parte de personas con las que hemos tenido un trato de confianza durante largo tiempo
y a las que se les ha brindado lo mejor que uno tenia. Quien trata a las personas de forma
cuidadosa y no las hiere, para no ser hendo. experimenta rubttualrnente. para horror
1257]
J R A U M I M O S POSTUMOS
259
4 Medios
1 9 1
distanciar de si a la gente: ^ se , . diente8, paraque golcCTezca
a
C
- mas a algu.cn en contra de uno que cuando se fe C * *
que el qu.ea- quitarse de la mente con todas sus
N o
W
P
fi*r^*W?%
ü e
d „ .os r i " « P
r o s
"» E «S£í2SS£r.
P
T l c c n d a d al p r e s a r una le; a los hlologos. en la | w ' " * ¡ ¡ ^ 18 I ?!1
Para liberarse del temor a la muerte, quizá no haya sinr
C Ü C a
" ^ J a k* estadistas, en la finalidad del Kstado; a los c o n t ? C > 0 - runa vida eterna; en todo caso, otro más seguro es ínsp )rar
deseo
r e i n e t a de d i ñ e n , a las mujeres, en la e o n t , n g e n ^ > S s
nTcl.nac.one> > compromisos V
Qe
sus 1» Se nos acostumbra a las opiniones religiosas durante los primeros amn,
3
B d e nuestra vida y durante los quince años siguientes se nos
t i V * lí « B g K ^ S u t ^
1 8 5
' s. fcs conveniente exigir mas: - Quien quiere lograr l ° - , a 0 Z e n d í a s u e l e s e r a 1 o d z a ñ o s c u a n d o
Lacniel
sabio y ¡>-
dad es con frecuencia signo de un estado interior convulso, que anhela" ° "
miento: y lo mismo cabe decir de cierta cruel falta de miramiento del pan* 18 fl2| 6
38. Es signo de una mentalidad o bien muy recelosa o bien muy ahrva el ver
en toda la gente, incluso en amigos, benefactores, maestros, el peligro de un predo-
24. Si se viaja de un lugar a otro y se pregunta en todos ellos qué mentes son minio tiránico y cuidarse de no obtener grandes favores. Pero no habrá espintus
las mas valoradas, se descubrirá q u é poco habituales son las inteligencias superiorci. libres, si no se tiene este carácter.
Es precisamente con las inteligencias respetadas e influyentes con las que menosse Humano v demasiado humano.
tener
ración por el hecho de ser abanderadas de las opiniones provechosas, y de que 1< _ 18|13] «staniimpW " \
les confiere su reputación es el benef icio de la mayoría. A la vista de esto, un paisde 51. Las personas cuyo trato nos resulta desagradable nos hacen un favor cuai
muchos millones de habitantes se viene abajo, y todo lo que resulta valorado se le do nos dan un motivo para separamos de ellas. Luego, desde la distancia, estanw
vuelve a uno sospechoso. . mucho más dispuestos a tributarles o concederles un beneficio.
Deloquesetrataenelcasode patriotas y librecambistas es del provecho de 181141
personas pmadas, que se han revestido de un barniz de ciencia y amor a la p f » honrado
y un granuja; por el contrario, lo que suele ser grande es la diterencia intelectual. Las
18 | * | ' leyes contra ladrones y asesinos están hechas a favor de los cultos y ricos.
27. Sui p , iadigna e insoportablej^*¡gS
mendo que no u nina o s ó l o t e n g á i s una < ^ » " £ >
la liberación de I tícndO u n t o el suicidio cuanto esa 55. Hay mucho más contento que descontento en el mundo. En la pravuca.
ganosas de la vid. ' ^ m ^ ^ optimismo el que domina; - el pesimismo teonco surge de ™ ^ J z L
L a n a madura. Cuando -dhP ^ > absurda que es la base de nuestro contento; se asombra de * ,
, voluntad dejan de ^ r
a ;» p^ 0
\ racionalidad que hay en dicho contento; lo que le resultana comprensible
mordiendo el anzuelo per Acontento permanente.
FRAGMFNTOS POSTUMOS
quesean las razas y la diferencia de origen loqoc&avs¿ escrito algo, sigue demandando nuevos escritos — como si por d hecho de haba
i innr" en grandes Estados. sido obsequiado en una ocasión, hubiese obtenido una prerrogativa sobre el "
te.
16
18 |25]
64 ia pronuncian los eruditos muchas bellas palabras, 71. Los signos de una desconsiderada superioridad por pane
terrea em ki ñas
es laboriosidad, se morirían de aburrimiento. gas o en deuda de gratitud hacia nosotros son muy dolorosos vaos
profundo del corazón.
18 | 2 i p
0 5
18 (26| ,
65. H a Rochefoucauld son útiles cuando s ? ^ * * 77. Se lamenta la falta de disciplina de las rnasas; si estuviese pssAaé^d
motivos del i que el supuesto de la injusticia radical de toe - reproche debería recaer con dureza sobre las capas cultas;tenasa es u n l a » ateta
cion. ae todo jmao gían aflujo en el hecho de que el ser hurnano * * buena o tan mala como lo son las capas cultas. Se muestra mala e • * J™*? a r i
tt ét M querer violento. tafl» la misma medida en que se muestran indisciplinadas las capas cutas; seaprtcede
como guía, viva uno de la forma que quiera: se la eleva o se la echa a perder según
"no se eleve o se eche a perder a si mismo.
1 8 , 2 ? l
demás (
mera !
^ Casi todo buen escritor escribe un único libro. Todo lo ^ f V ^ >
- • • - msmoy
• -
Larochef* o t
" * * * her*rȒ
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h
* ^
aaaw* U cena^eumenie ne**»ano para ^
ïKA(.MhNÏUSros , M M ( ) s
263
3
' iCÓmo es posible que el enamorado sienta con mayor " " o e, amor supre™ y e, as L j ^ ^ ^
m
La vida leve. mente a ti te puedes conocer. Esta es quizá la actitud del fundador de la religióncris-
a tiana ante el mundo. Amor a si mismo por lástima de uno mismo y de toda su
181301 -
ciable condición es el núcleo del cristianismo, sin envoltorio alguno ni mitología. El
101. Todo ser humano posee sus propias recetas acerca de cómo h
sentimiento de esta despreciable condición surge del conocimiento de uno mismo y
table la * ida. es decir, acerca de c ó m o mantenerla leve o cómo aliviarla
VCZt
éste, a su vez, de la necesidad de venganza. Si alguien ha sufrido lo bastante por causa
esta se ha mostrado gravosa en alguna ocasión. P*
propia, si se ha herido a sí mismo lo bastante con pecados de toda lasa, comienza a
experimentar contra sí mismo un sentimiento de venganza. Una incisiva introspección
18|JI| y, a la postre, el autodesprecio son las consecuencias naturales, en algunas personas,
104. Si. en el curso de la Historia, la vida ha de sentirse como algo cada w el ascetismo incluso, es decir, la venganza sobre uno mismo por obra del repudio y
más gravoso, cabe preguntarse si finalmente la capacidad inventiva del ser humano del odio. En el hecho de que el hombre se exija mayor esfuerzo y premura también se
resultará suficiente también para los erados m á s intensos de dicho agravamiento pone de manifiesto la misma tendencia a vengarse de uno mismo. Qoe, a pesar de
todo, el ser humano se siga amando, parece entonces un milagro, y por regla general
18 |32P se suele atribuir a un dios semejante amor puro e inconcebible, pero es el hombre
112. El hombre que carece de ese consuelo de tipo cristiano y al que, porotn mismo quien resulta capaz de un amor asi, en una especie de gracia que se concede,
parte, la filosofia no le ha proporcionado la contrapartida de la total irresponsabili- pues no puede dejar de amarse, ya que su amor no puede ser nunca algo cerebral. En
esta situación, el amor domina el sentimiento de v enganza, el hombre vuelve a ser
dad, se encuentra mal debido a ello: se conoce demasiado bien a sí mismo y se des-
capaz de actuar y vivir; desde luego, no tiene en muy alta estima estos actos ni nin-
precia, rwrque. de modo erróneo, atribuye la culpa a su propio ser; de ahi que m gún afán terrenal, algo casi carente de finalidad, pero no puede hacer otra cosa que
al prójimo con miedo a que éste se adentre en sus secretos. O bien tiene reawm actuar; así como el cristiano de los primeros tiempos se consolaba con la expectativa
su rxójimo por alguien mejor que é l , ya que lo conoce menos, o bien strn ^ ^ del ocaso del mundo y esperaba entonces librarse al fin de su despreciable naturale-
nene por tal, para ganárselo e inspirarle un sentimiento similar hacia sii ^ za, impulsora de sus actos, así, en ta actualidad, cualquier hombre puede saber que la
vanidad y ambición de los seres humanos se basa, en la mayoría de las o • ^ humanidad llegará algún día a su fin v que. por consiguiente, en toda ambición huma-
¡» debe imprimirse el sello de la carencia de finalidad, ademas, dicho hombre descu-
el seniirmcmo del propio desprecio: quieren que uno se engañe respe ^
bra e irá sacando cada vez más a la luz los errores fundamentales irisemos en todas
legran de cualquier juicio de sus semejantes, si éste les reza fcvon^^^ cs
*as aspiraciones; el que todas ellas tienen a la base un pensar impuro. Comprenae-
"J*n que es falso; su empeño cons.ste en evitar que salga a la luz
tua a ellos
s
* ^ M l M ] . C f . M A 108. L e n del libro de
c n n K u m
'>ühr, i í n N * » * re**»» aquí ideas anotadas entaconclusion a su resumen de
Goethe el animal aún vive dentro de la concha* w a V J É vida, ta 9 [ U
g , t /
f»
117
IRAtiMINlOS PÓSTUMOS
i9i34) . •' ^ ' « .....V. 18 (42P El ser humano esta predispuesto a ser padre o madre en « a ,
c u
go que el momo radica en que desde hace cuarenta años ha i m n ^ * * * a . porque en ella no es posible o, al menos, no es racional producir.
S r L • ulgar en los — celebrados: por ejemplo, » £ «tt¡¡
la puraaicahueteriaen torno al dinero y al rango social; las hijas b ¿ ' u * N a
qued
f] 1 Si las mujeres se dedicasen tanto a la belleza de los hombres, éstos lkeanan
1 8 |4
toác
k
rnayoriax ^ s ^ - * ^ ^ ^ ^ dicho parece ser algo irreconocible para el ojo de l h,„- •
n t e a
halla recargado de atributos que nunca pueden estar reunid* ^• ; ca ri ^ £| sentido de los castigos más antiguos no es: disuadir del delito
a
P h t ó n no es
es lo
lo bastante
r u s i a n u dramaturgo » - para fijar
y - lau miagen u > 1 S m o e n
n n u... i imagen de n au ; , nr un intento de reparar el daño, por ejemplo median^ ' '
p , J l o n
„Lloco. \s. »... que
„„, I.. sto a es. incluso, una caricato™
la su>a caricatura d i f °crat p ' <*.
S
,cra, N t ¿ a grltfi* " ios parientes de la persona asesinada; en segundo iZZ T
lUg m u h a p a r a
Usa Pc
ni
Zbiiia l a t o n t e ofrecen una imagen verdaderamente fie,*? keste
< ámbito
E o ur^ conjunto de medidas que adopta !a comun.dad Zev^T^
paja evtarden cuanto*
d i v i m d a d o f c n d i d a ; d e a h j
3
nial
"mal como el d modelo,
modelo; ñero pe*. ha>
ha> que
que saber
saber loor
leer este
« t e libro.
libro. Los \fiu t e l 35651110
- T — de
— -los
~ griegos, sino inherente
"Cierne a
ab °^ °
la naturau «bu n
qüÍCre
de evitar una injusticia, en la medida en que pueda repararse el daño- lueeo
to
de la tenebrosa filosofía del odio, que todavía está por escribir. a Parie form
a vez suele cometerse un desmán directamente contra el individuo en concreto
f a r
contra un miembro de la sociedad humana, — por eso, la buena acción \e es
0
'* 2Í ^ " ^ ^
no» *u rnv-scf ü U t > U
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. han cvi>»do hasu ah.ua. de «el a sigue unieamen»
•-< w * ni* f í
l 9 i IJ II 5 C . O C T U B R E - D I C I E M B R E D E 1876*
£ n o la naturales n. bueno ni nuio. i a eugeneia de ser b u e ^
ele ser lo k*.tual Le* r e n d i m i e n t o s de conciencia son Pe* „ 19|1| filología es el arte de aprender y enseñar a leer en una época en la en*
L a
>u
!
19 (21
2- :lase de hombres
l#W El hombre de Estado debe pero sin supravaloraoón i
naturale: tre los filólogos.
buena conciencia > para ello requiere de entusiastas sinceros y, mk^^^
^ quienes
3. Que los filólogos estén capacitados (más que los médicos, p. ej.) para edu-
i*i6ir car a la juventud es un prejuicio, que además la experiencia rebate a diario
i \ v Ouen posee el instinto de limpieza también en lo espiritual sol falso. Por consiguiente, sucede aquí como con los barrenderos, a qi"
tendrá apegado a las religiones durante un cierto tiempo y luego se refugiará^ examina nadie para decidir si son ellos los que mejor saben barrer las calles;
con que tengan la voluntad de desempeñar ese oficio falto de pulcritud,
meuhsica. mas tarde, también se irá desprendiendo paso a paso de la metafísica!?
modo todo estamento elude el oficio de educar a la juventud y se comenta coa que
probable que el instinto de limpieza siga más bien un camino opuesto en el árabiic
los filólogos — no lo hagan.
rnorai. por eso dicho instinto va ligado siempre a la impureza del pensamiento >
1 L 1
quiza lo ' '
19 |4|
Antigüedad ha sido
1« l « J * ^ filóloeos: v esto hasta
176. La reía del arado atraviesa el terreno duro y el blando, pasa por lo que hoy.
está mas arriba y por lo que está más abajo y los aproxima. Este libro es parad
-fc ele¡
y el maio. para el humilde y el poderoso. El malo que lo lea, mejorara;
bueno, empeorara, el modesto, se hará más poderoso, el poderoso, se hará má- 5. Que se pueda entender mal una tragedia de Sótocles en un centenar de
pasajes y simplemente pasar por alto muchos pasajes corruptos, y que. sin embargo,
se m i m i a . . „ i . , . , . i
1 u i - * —1;« rU h , n v \c\ haría el ñloloco más con-
r ™ »-*iiVUUVI J I .VUiU in^jv» v
V A J I I I V O l IU - — ~sj-—
erte" (
tales. J «que no importa la "mu
r n | v. . A . - i P-imnlind" "
4
* Quaderno en octavo de 250 páginas con snoucàoss» para SE. * B > MA. p
U i
? hagmemos.
C f
3[3l];5tl06).
Mbr mctarrwrfosas
126-)]
rade
KRACiMf N POS PÒSTUMI
19 (61¬
6 Creo entender a Shakespeare mejor que los p r o f
19. U II 5C. O C T U B R E - D I C I E M B R E - DE l 8 7 6
reír. *> « q ü e
S y enfe^as: y esta ignorancia se basa a su vez en el presti de los ¡ S gl0
011
*on.
P e C l a l i d a
todo, no entre aquellos que sólo son especialistas, y no maestros d y, ^
1 9 ll
23 Adivinar y delatar a un autor que no da su nombre significa tratarlo como
19 PP uno estuviera viéndoselas con un criminal disfrazado o con una picara belleza.
S1
14. Quienes saben alegrarse con nosotros están por encima que puede estar permitida con bastantefrecuencia:pero hay casos en los que se
Cercat
nosotros que quienes nos compadecen. La alegría compartida hace aT^ <<am g >t<al
nene que respetar su discreción, al menos tanto como la de un principe que viaja de
incógnito.
que se alegra con nosotros): la c o m p a s i ó n , al c o m p a ñ e r o de desgracia ' °
de la compasión requiere como complemento la ética, aún más elevada H i ^
9
tad » laamis. d e
19 [171
La apreciación de cualidades sólo puede ser comparativa, el propio interés quie-
19|10J- re el máximo aprecio.
15. Los seres humanos se hacen protestantes, católicos, turcos, cada cual en Emulación o aniquilación.
función de su pama, al igual que uno que ha nacido en un país vinícola se conviene 1 9 1 8
I !" • 1 A A A
en bebedor de \mo. , v .ilKWL
m ^E*
24. La ilusión del impulso sexual es una red que. cuando se desgarra, siempre
19 f l l j vuelve a tejerse ella misma.
17. Quien se niega mucho en el todo, fácilmente se otorgará indulgencia en la 19[191 . ta
27. Para obtener beneficio de una especulación financiera arriesgada. na> que
pane. Quizá no haya habido ningún otro estamento que haya entendido por erotismo
únicamente los excesos tanto como el clero católico, que ha renunciado al amor. Por hacer como con un baño en agua fría — entrar y salir con rapidez.
eso se ha permitido el placer ocasional.
19 [20]
28. El músico dramático no sólo ha de tener oído, sino también vista en el
19 (121* .., oído.
18. Se puede hablar de modo sumamente apropiado y, aun así, de mane ^
todo el mundo clame en contra. Así, Sócrates habló de modo ¿tro> m
1 9
ante un foro histórico-universal: sus jueces fallaron en su contra. LOS obreros se quejan de que se les hace trabajar * ¡ ¿ h ^ J
hablan rebajándose a la altura de sus oyentes. mismo exceso de trabajo se encuentra por todas partes, entre ios cu
n e a
- ' 1 9 | 2
' ' " Tres cuartas partes de todas las mentiras han venido al mundo gracias a la
la pereza v la codicia). A los sesenta, suele perder incluso eUudo
setenta, se presenta ante nosotros enteramente como una bestia de ai d e S p u é s antítesis
s
cara: basta con verle los ojos y la dentadura. Provi ¿ ^ sta 17
1 9 3
' Tono de la juventud, demasiado alto.
a
\9[24]
18 i V
38. La desobediencia e independencia, sobre todo internas de 1 191311 "'' H)ii0¿
pecto a los padres suelen ir exactamente tan lejos cuanto es posible es°d Shíos re. s
El vanidoso y el enamorado creen erróneamente que son vanidosos o están ena-
morados debido a otra persona.
como tolere el padre; de lo que se desprende que es mucho más ingrato serS tanto
hijo. - 19
19|32]
50. El mejor autor se avergüenza de ser escritor, es demasiado rico en pensa-
19(251"
mientos y demasiado aristocrático como para no tener que avergonzarse de no dejar
La ironía es innoble.
ver suriquezasalvo ocasionalmente.
5
19/26] 19 133]
41. Tan pronto como se ha comprendido que un príncipe ya no cuenta en lis 51. Para hacer que maduren unas uvas y un talento se requieren tanto días de
transformaciones políticas de su país y sólo sigue siendo de interés para los cortea- lluvia como días de sol.
nos y el pueblo llano, hay que hacerlo a un lado, ya que no se le puede tratar como
1
a un hombre privado.
52. Se subestima el valor de una mala acción cuando no se toma en conside-
ración cuántas lenguas pone en movimiento, cuánta energía desencadena y a cuántas
1 9 | 2 ? j
«a personas sirve como motivo de reflexión o de elevación.
42. La persona activa quiere distraerse con el arte, el artista exige la maum
concentración. Por consiguiente, deben sentirse mutuamente insatisfechos y g »9 [35]
se el uno al otro. El arte no existe en absoluto para esas personas ^ ^ ¡ ¿ S
53. El oscurecimiento de Europa puede que dependa de si cinco o seis espm
aquellas que poseen un excedente de ociosidad y, por tanto, pueden bnnu s
más libres se mantienen fieles a sí mismos o no.
"VsMAlSS.
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VsJ6í32].
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CÍ22ÍI0JJ; MA 372 4\MA133.
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P d c u p a í í , , > ;
3 275
í "' v i, • es responsable de sus actos, nadir lo C s
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\ \\to xaJc lamban para cuando el individu S U S e r :
h . „ . i la mala e inapropiada acción no comporta,* nincn'm A~
a >moser ' " ' " ^ J | lur de! M>1 y. sin embargo, todos*
w V I 1 1 0 a AP- *& ^ r 7 T 2 " C c t a T r ^ a , a q u c h a b r í a , u m b r a d ü
cSfl 1 p a s a d o
1 J U
' S!N
' ' I ! I ai Kl prefieren perdei la v isla por e o n i p | „ «ce* - extirpado de raíz la alegna por lo realizado. N ^ 0ü b s
0 b r a r
cl
^ S i o por la anticipación del placer o d d L i a ^ r , ' „
ne S
0
7 >t ano vi« " se suprimiese, ningún sentimiento corrtendríaI va al S í ? '
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C
1
H Ka > ' \ acción y nada le incitaría ya a un buen acto. El ser hurr^nT . *
dl V o W e
la rt^'* , a lo venidero como con respecto a lo n a ^ . nL - '
» W iieaniente se difunde cuando lo q i j fl 0 1 ( 1
I ful U e u
< f * > . f ^ c o n s i d e r a c ó n de s, resulta p r e S e .a v , ^ . ^ - £ *
1
s posible nuevas y mas amplia po.sibili^' «ría la consecuencia. Ya sea por conocim.ento o por mm,¡,.¿
0s
modo hnnda «ÍW" „cas todos los seres humanos, asi como todas las éticas „
a Ta libertad: .as ú.ttmas de forma mrust.ncada, y a ^ l a fi,^
prc > cu a s P A r en modo alguno a las consecuencias de la verdad, sino sólo a la mxd A
u re
humano
porque no conocía
avomiCTiw soio u
^ j , > a t
, ha# de toda su vida la oportunidad para ser buenos CSj p tancia que se le otorga al instante en el lecho de muerte»
m 0r
%-uardon a
(de ahí
4
19 l !J{ a a ser el que eres»": es éste un llamamiento que tan sólo en unos
< < U e g
aaatl .--c¿ lie :¿r.>^a s m z á * ; ciue quiere hacemos responsable de cada acción in6v 72. La persona autosuficiente se vuelve vanidosa cuando siente la autosufi-
A f T * ^ Puesto que existe d ofescontento, debe existir la responsabilidad y por tanto m ciencia superior de alguna otra, cosa, no obstante, que raramente sucede.
libertad ctootaanera que sea: así llegó Schopenhauer al concepto de libertad wtebgifc
Pero la evTüV»cB dd descontento no demuestra su racional razonabihdad; y solo a 19 [45]"
ruese, podría seguir argianentandose a .la manera Ade- c^k«««ih iier — Por lo demas.
Schopennauer. , fi n
73. No cabe extraer conclusión alguna relativa al talento sobre la base de si
cieno que d descontento existe ahora, pero quizá podría convertirse en algo m alguien es predominantemente vanidoso o autosuficiente: en ocasiones, el mayor
gemo es vanidoso como una joven muchacha y estaría dispuesto incluso a teñirse el
¡fe ambos del * * * ¿ Pdo. Esta vanidad constituye quizá un hábito superviviente y ya madurado de la
Venad* cosseide en este fragmento y en 19 [39], prehguracw» « c o n u n a
Humano, demasiado humano titulado «La fábula de la libertad inteligible» < ^ de monJ¡es
Ree ls de que no cabe establecer una distinción entre esse y operan, en e ^ ¡^pons^ * P t ^t" ' y > - 2 . Recuérdese el subtitulo de Ecce Homo. . ,
1 9 E n V s : <<cl m i e d o a
vhooenhauer para salvaguardar la libertad del ser nouménico del nornur . ^ cidio ¿ el E S Pronunciar sin cortapisas unas palabras sobre el s »
respecto a los propios actos se denva del hecho dc que el individuo no es P" ¿¿¿n. & üQ M^ t l
5
V
4
0
6
i m p u l s o r d c , a ét
>ea schopenhauenana».
*ccioa, abstracción hecha de loe condicifinamientos impuestos por el habito,
rucion psicofisica dc cada unn V
«MA 583.
«tos 16 [36].
r RAiiMhNT()K POSTUMt
1
X inni" 10
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1 9 ,4
k!«/ebue «en et uwmos, nos movemos y somos»:.
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„ iSflSSK - o un un.co e n e
g ro de « . h u R ^
w
19 | 4 ° |
Modifico bastantes nomos del periodo debido a los lectores. 19 [571
í!n «Un espíritu es exactamente tan profundo cuan elevado sea», dijo
en Ahora bien, bajo la denominación de «espíritu elevado» se piensa en la fuer-
energía del impulso, del vuelo; bajo la denominación «espíritu profundo», se
90 Se prefiere entregar a alguien todo el corazón antes que todo el diñe 22 y
a en la lejanía de la meta a la que el espíritu se ha encaminado. La frase quiere
s
Como es que sucede esto - Porque uno entrega el corazón y [ sigue conseí^
(
7
0 ¡S por tanto: un espíritu llega justamente tan lejos cuanto es capaz de volar. Pero
do. pero el dinero, no. sto no es verdad: rara vez llega un espíritu tan lejos cuanto habría sido capaz de
volar Así pues, la frase debe rezar: rara vez es un espíritu tan profundo cuan eleva-
1 9 ¿ do es.
93. Nmgun escritor ha tenido hasta ahora el suficiente ingenio para poder
19158|»
: f
escribir de manera retorica. * -* 111. Si antaño la viruela ponía a prueba la fuerza y la salud de una constitu-
eiónfísicay era mortal para los hombres que no la toleraban, acaso hoy día pueda
19152| considerarse la infección religiosa como una prueba similar para la fuerza y la salud
de una constitución espiritual. O uno la supera o perece espiritualmente.
% L'na bella mujer si que tiene algo en común con la verdad (¡por mas que
puedan decir las malas lenguas!): ambas hacen m á s feliz cuando se las destaque 19 [59]
cuando se las posee. Elementos de la formación cultural
1) Errores.
toa alianza es más firme cuando los ' ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ 2) Falsas conclusiones.
cuando se conocen entre sí: por eso, entre los enamorados, la alianza 3) Pasiones.
antes del \inculo matrimonial que después del mismo. 4) Los espíritus sumisos.
5) Olvido.
19|54|» 6) El ser humano como cosa.
100. Nmgun 7) Las naturalezas degeneradas.
_ .pnncipe
. que
. quisiera
. hacer la guerra se ^..«ámente
L « « M U L^~A~X,*Z. A a conocer p u b l i c ó 8) Ll surgimiento del sentido do la verdad.
un casus belli. Pero todos los motivos que damos a conocer
9NM
9) Porvenir de la cultura.
9
Cf. VM 170. >*.••-* ¡ira" von W
| *Ü2Í>
latas T . Í " ' 0 1 0
* " dramaturgo
dramaturgoalemán « « a - — , ^venir ^ „ ,i r
l 7 a A 1 > M A iw.
hl f
Òn
WWl st había refendo ya Nietzsche en la quinta conferencia ^£¡Aa¿* 8 SC
*^rt» ^Montinari sugiere que es.e pasaje puede haber estado inspirado por Scho-
' pasaje en el que también men ' ^ u , 2, 573. nota.
rKAl¡.N«-NTOS P O S M t M o s
, , u I I SC- otrruBRh-iJu
9 IKMBRI-. DI. 1 Í Í 7 6
1 9
Los n nado» entre los t stadn europeos „
, M ,
'i U l 279
1
(^[p anto lo hace el poder coactivo u n , i . !
cu
enei
> h< • de la» diferencias sociales.
Bjactanien ^ f^j-^ ( C n , r i
M ^ C p ^ " para las ciencia.. r
" -'•«•do í l s j ¡ < / S S
THb^-An ¿ la mujer. c
1
Libera* •' círculos entrelazados.
,sta
as a m ^ [ economía del espíritu.
ceñía su cuerpo: | h ^ ^ n ^ i N
a
L d c a
1 9 , 6 k
M4. Va no hav eAieadores — — AuS enc¡a de moralistas.
1
„ están educadas ellas mismas. — Hay profcToS* *
S e r
uadra. pero no caballeros. 'P on 0 e H %
Sirit" Ubre.
1« | t ó | * H e n
ble sin productividad — espíritu libre, pues.
116. r > vez en cuando, un partido intenta limpiar | a R Ü Sustos por la juventud pasada.
mugriento cristamismo y ataviarse con ellos — el efecto es escaso"? ° fe h a r a p s
Padre o madre. . . . . . . . . .
duda do l i m p i o , pero siempre de un n, \ ^ Í 0 s Producción del genio. Mitad del camino.
jos recién |a*a~ - •
'"eraw 0 0 0
El poeta como aliviador.
andrajoso.
Estética.
Poetas. Escritores. Filólogos.
117. A la vista de las innumerables iglesias que el cristianismo constru • — activos.
otro oeaapov • * > nene que decirse: en la actualidad, no hay bastante religión n ! Sociedad.
para derribar esas construcciones. O lo que es l o m i s m o : hoy en día falta r e l j Mujer e hijo.
Estado (griegos).
hasta para acabar con la religión.
Lo religioso. • & >•
Principios morales superiores (bien y mal) (vanidad).
1 9 4 Supremo alivio de la vida.
I* '
fatum tristissimum.
112. Las opiniones publicas proceden de las desidias privadas. Pero¿quées
40
*Cf. VM 181
" C f WSI99;I5[14J. * Inte
123. * M0*¡< . b r a Je Berrw^v ial 1*532! t c t ó n «el material de los cuadernos M l \ (La reja del arado) y U H l O g
o n t e n a
N l C U s c h t h a
« 2 Sietzsche alude aquí probablemente al subtítulo de la ^ ^yjen *CL indicado. ..unto a cada palabra clave, los números de los fragmentos
i rfr /or ode/oi / o VICIOM privados, beneficios públicos ( *,gentes registrados en ambos" cuadernos.
ador (KSA, 1,338).
Relación de temas a tratar en el libro proyectado
rRV.MIMOS 1M)S, I I M U N
, . U II 9C. OCTUBRE-DICiEMBRK
9 D B 1 K 7 6
2*1
rt* trt/
,„ ovación de los gobierno» alemanes en un úni™
X l7
e lü
.
trac de modo simultaneo a I-. memo..., denudada hetem
i c n « ho
^
OC a <u,en ove con agude/a, que capta tanto los a r n ^ f A , 41
a I75I • ^idad de lenguas es lo que impide la mayoría de b»
como u • I
19 r o i à m
7 ? 4 3
19 l l Las í/iez mandamientos del espíritu libre
»r»l
CI k cx»mpasivo se siente como el m á s fuerte eos N oamarás m odiarás a los pueblos.
o a tnten-enir tan pronto como pueda ayudar E ? ^ 6 rcporta
pl a
2 te dedicarás a la política.
Ko serás rico, ni tampoco un mendigo.
tice ^ í 2 A altarás de tu camino a los célebres e influyentes.
Tomarás mujer de otro pueblo distinto al tuyo.
Harás educar a tus hijos por tus amigos.
Themaía. No te someterás a ninguna ceremonia de la Iglesia.
Sobre la máxima. - No te arrepentirás de una falta, sino que, a cambio, harás una buena acción de más.
Sobre la novela corta. preferirás el exilio, con tal de poder decir la verdad.
Contra los poetas. Dejarás hacer al mundo frente a ti y a ti frente al mundo.
0 filosofo por placer, que piensa gustosamente en sus DredeciKn^
W S O r e s noc
sus sucesores (¿dónde está el placer?) " 19 [781
Diferencia entre espíritu libre y filósofo. Cap. II. El espíritu libre en el presente.
Tucídides como ideal del sofista-espíritu libre. Cap. III. Metas del espíritu libre: porvenir de la humanidad.
Ongen de la compasión. Cap. IV Génesis del espíritu libre.
El suicidio en fas religiones. ?
19 [791
EJ enfermo. • .. Porvenir en unos siglos. Economía de la tierra, permitir la extinción de las
Vanidades de los eruditos. r, malas razas, cría selectiva de las mejores, un único idioma. ¿Condiciones completa-
mente nuevas para los hombres, incluso para uno superior'? En la actualidad, es el
estamento comercial el que impide una plena recaída en la barbarie (telegrafía, geo-
Se intenta correlacionar entre sí las cosas que suscitan en nosotros grafía, invención industr<ial>, etc.).
sensación similar, p. ej., la primavera, el amor, la belleza de la J ¿¿ N A T U A L E Z A
nidad etc. No hay nada en absoluto que corresponda a este entrelazan» 19 [80]«
las cosas dentro el enlace efectivamente real de las causas. El poetaiy' ^ b
Decir la verdad cuando domina la mentira es algo asociado a tanto disfrute, que
fo gustan de disponer las cosas de este modo; arte y moral viene Por su causa el hombre escoge el exilio e incluso algo peor.
mano.
¡C£17[49].
8 a 1 v c r s i o n
l°s a m ¡ r R S * "o tachada se lee: «Tendrás en mente la verdad, pero sólo se la dirás
U ejarAs h a c e r a l
// maèéJt
^ » erudito*
A,
V,
l»W AWOA<«M ******
V uue se oche la esiupuh. -u u>n ilo ION alumnos de ha M
. rlytclvcs. que k> e*rupidi/an lodo, a los autores. te ' aio? Uler
» novela corta.
e
obre I» N
"'genio'» % el poder-
S O B
UPZ d<el> bueno.
1«
amaños no hallan en el mundo en | S esperé
&
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e l dest,na
3
i de pleno valor, se piensan que lo v e T l ^ A t -
able; y de este modo ligan sus c m o ^ ^ • E S
ha de residir n
media entre el fallo correcto y varios fallos erróneos, es decir, erróneo en cualquier
19(151
La denommada necesidad metafísica no demuestra nada acerca de unarea!ida¿ caso.
que corresponda a dicha necesidad: al contrarío, es porque nosotros nos sentiros
19(881
aquí necesitados por lo que oímos el lenguaje de la voluntad, no el del intelecto.}
Un poeta no debería tener en su ánimo un concepto tan deterrninado de su públi-
dos a error cuando creemos en este lenguaje. Sería admisible un din
co como ha de tenerlo el pintor, que exige una determinada distancia del cuadro, para
si se pudiera demostrar un que una necesidad nos lo hiciera aparecer como necesa-
que éste se pueda contemplar de manera adecuada, y una detenrünada agudeza visual
rio.
en quienes lo contemplan. Sólo disfrutamos los rx>emas modernos de forma parcial
cada uno escoge lo que le gusta: no nos hallamos en la debida relación con esas obras
de arte. Los propios poetas se sienten inseguros* y tan pronto tienen en cuenta a este
6
Themata. oyente como a aquel otro; ellos mismos desconfían de que se capte toda su intención
Del espíritu libre t# y procuran agradar con detalles o mediante el tema. Del mismo modo que, hoy en
1 « inexpiable y lo explicable. r f
«Modo cuanto hace bien un narrador se lo pierde el público actual: que sólo qute-
e l t e m a
Ocaso de la cultura antigua. * narrativo y al que lo que le uustana sena sentirse interesado, arrebatado,
Causas del arte. M * * Cla
e l
° h
*° e c h o c
p- * • * * * * *o m a l m u c h o m e ) o r l a s a c u s
El suicidio •< C f
* 2» U l .
V
****, Zsdir «Maldijo • los sabsos y no quiso vivir uno en buen* comP**
m tRAtiMl-N'IUS POSTUMOS
, . 9 ll«»«XTIJBRh.f)UUM8R|..f,,.. IW6
-
En el matrimonio, una muier bolla ha do tenor muchís ojos al nex 0
iega de su madre. ^
e n c i a ¡** * ren
P 5 X 1 5 1 , 1
M m a s
para hacerse perdonar oí hecho de ser bella. bue misma- uc
!«|91| 19,98
¿ u é es la reacción de las opiniones? Cuando una opinión deja de ser inu*.
Comvt¡cdt*i¿:JaJ de la verdad, de las opiniones en general ,e se procura otorgarle cierto atractivo oponiéndola a su opinión eornjanaTm
fln
ttanto. por regla general, la opinión contrana seduce y logra un nuevo partidario
C
ues entretanto ella misma se ha vuelto aun mas interesante.
. Que /ojm; una opinión ' — pregunta el hombre de Estado c
u a
6ts una fuerza? 19[991
Aristóteles opina que, por medio de la tragedia, el exceso de compasión y de
Los hombres se acostumbran a valorar más una iinfaiiT temor se descarga, y el espectador regresa a casa más apaciguado. — Platón opina! por
que lapropia,
el contrario, que se queda más inquieto y angustiado que nunca La pregunta de Platón
19 |94|" acerca del significado moral del arte no ha vuelto a plantearse todavía. El artista requie-
Los piadosos re el desencadenamiento de la pasión. Apenas nos agradan ya las pasiones que el cómi-
? — Cosa que les sine co ateniense quiere descargar entre sus espectadores: la lascivia, la mordacidad la im-
como prueba a fa\ uu IULU se cree que es
é pudicia, etc. De hecho, Atenas se volvió indolente. El arte no puede servir como suce-
Dios > con ello es feliz — como de hecho sucede — entonces, en consecuencu dáneo de la religión: pues para quien ha terminado con ella, resulta superfluo. y para
queda asi demostrado que existe un Dios. quien la combate, no constituye tanto un sucedáneo, cuanto más bien un aliado de la
religión. — Tal vez su posición sea, como admite Mainlánder, la de un aliado del cono-
cimiento, que deja ver a lo lejos, cual montañas azules, la paz y el gran resultado del
En una tragedia, por fuerza ha de predominar la oratoria que justamente se prac- 51
conocimiento . Sucedáneo de la religión no lo es el arte, sino el conocimiento.
tique y más se aprecie en una determinada época. Ya sea entre los griegos, entre los 52
franceses o también en Shalcespeare. En este último resulta evidente el influjo espa- 19 [lOO]
No es que las religiones no expresen verdades cualesquiera sensu allegorico^
ñol reinante en la corte isabelina: la exuberancia de imágenes, su rebuscamientos
sino que no expresan en absoluto ninguna verdad — dicho sea esto como objeción a
son algo unrversaimente humano, smo español. Tanto en la novela corta i t a t o ^ * Schopenhauer. El consensus gentium en los puntos de vista religiosos es más que
en Le Sage domina la cultura oratoria aristocrática propia de la nobleza y e ^ nada un contraargumento a la verdad subyacente a la base de los mismos. No es una
8
miento. — Nosotros carecemos de una oratoria cortesana y tampoco I M J J ^ ^ antiquísima sabiduría sacerdotal, sino el temor ante lo inexplicable lo que consutuye
tona publica, como los griegos: por eso no hay nada de elocuencia en e ^ el
ongen de la religión: lo que contiene de razón, se ha infiltrado en ella por vías
R e a
es naruraJisrno. Goethe vudve en el Tasso ai modelo del " ^ . s c u r 3 0 ferradas.
depende de los franceses. Wagner renuncia por completo al arte del
»VsMA212.
1 9
M otorgarle sie^P^ IBNÍ u P Mainlande Philip
M a i n l a n
, ^ c o n la
que lonc?? P
' ä n<dker r es
e una «voluntad de muerte individual», presente en todos k* ^
M a i t l
^ s u
***>•
la diplomada ^_ e l i o J m o d o 1
* P™* * L
* nueva psie„|, * ° ^ a % „ 11071* •„ de los espíntus sumisos preferir una explicación .
A
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a al retomado,. '^o g i a , ^ . , V 1 1
* **¿Z£*
ese .
p° rs a t i s f e c h 0 8
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tu ilidad.»
00**
r J nutru' reformador
i v . ^ » ™ - si tue^« . ——
.nsntuctones se les moldea por completo, se puede hacer de Jn °- Cn arr 0#f?La oscura pasa ^f^^ * V**B*mmmékm a ,
U
Has poca cosa fijada ahí. «.Remodelación de la humanidad'^ S» ^ r n á s íntimo de la fantasía humana. U forma ú h ú i de lo ^ ^
d a e D
> Litir por lo general ámbitos oscuros e inexplicables en ¿ £ T*° ° " C n
verdad" De hecho, no puede hacerlo en absoluto. Todo «fuer*) en de I " dmita esta suposición, resulta discutible. Pem l>
a d s e a IT^*
Uv progresa-
habido hasta la fecha ha tenido presente lo útil: era la lejana utilid,!^ ftL
d e mani
hu forma
A - con euo»
ñ
tki resurgir nunca.
suprema de la cultura precedente l
10
quedado destruida v TU
üca lo que el padre apreciaba en su hijo estudiante. Se habría tom H "%
idiot
L A R N ¡
da. Por tanto — ¿es posible conjugar la verdad con la vida? ^WN*.
1 9
'*E1 amor no ha sido explicado en absoluto por Schopenhauer. Ante todo, lo
sexual. Después, la inclinación específica, basada en juicios estéticos compartidos,
l'no cuida de sí mismo — y, además, cuida también de su hijo: este seguré que se han ido reforzando mucho por herencia. El negro quiere a la negra y des-
desvelo le impide al hombre vivir de forma completamente individual y despreoca- precia a la blanca. Con el «genio de la especie» no se ha ganado absolutamente
pada. Quiere instituciones que redunden en beneficio de su hijo. De ello depende la nada.
continuación de la especie humana: si los hombres no tuvieran hijos, todocaeriapci
tierra. El cuidado del hijo hace que uno se preocupe por las posesiones y por tener 191112]
una posición asegurada: por el patrimonio y la escala social. La avaricia y la ambi- No para ser inmortales, ni con vistas a la propagación de la especie se enamo-
ción son los impulsos que acaso estén relacionados con esta preocupación por la des- ran los seres humanos: contra Platón. Sino por placer. Se enamorarían aunque las
mujeres fuesen estériles; ¡sobre todo entonces! La pederastia griega no es antinatu-
cendencia: han aumentado mucho debido a la herencia, incluso en aquellos css
ral, su causa finolis, según Platón, ha de ser «engendrar bellos discursos».
especiales en que falta la descendencia: pues aun cuando se le haya cortado la mea
la cabeza, a la aspiración: sin embargo, el cuerpo se sigue moviendo. 19(1131«
El máximo interés lo tiene todo hombre por sí mismo, pero está acostumbrado
J respetar el juicio de los demás por encima del propio: la fe en la autondad. hereda-
Puede darse el caso de que un buen educador llegue a ofender grav da, y adquirida, fundamento de la sociedad, de las costumbres, etc. De estas dos pre¬
m i s a s s e
pupilo sólo por extirpar de raíz una tontería que éste quiera decir. deriva la vanidad: el hombre establece su propio valor ante si mismo en run-
C l 0 n
del juicio de los demás.
5
5 [175]; 23 [82].
6 ; I 9 í I I 0 ] , 2 3 í , 0 )
»CfM> 7 3
IRAtiMKNTOS PÓSTUMos
, 9 . U II 5C. C X ; T U B R E - D 1 C I E M B R E D E 1876
l
" ' i\\%> un momento en que nada de lo ético era todavía « m
oö,
si Sáb a partir del instante en que hay tradición. J ^ * ^
h ( t y
WS f i n . . * 3 lenguaje).
es. ' X 4 Cos esP^t- libres.
' Reducir las emociones no egoístas a egoístas es algo
1 9
q u e h ¡
5 Las mujeres.
et.Sd.ca. El instinto social se remonta al individuo, n " ' 6
que e r ^ t & e a . C m 7. \ÍSSfade l a v i d a
-
" ^ u b ^ t i r al incorporarse a un grupo. E l aprecio é¿'\¿2 ° P ^ ; v i r c e
8
m i e m b r o s má útiles
>•• ^
k
:t
Z * retuerza cada vez mas. Ahora ex.ste una 1 lama
* , q » k.
2»«s
u X e m
e
9 perecho.
10 pueblos-
'
61
19I116J "¿\
Aquí comienzan los «pensamientos y esbozos» del otoño e invierno de ig 76
»11171 o ^
Introducción.
Recordar a Goethe: «cuando uno habla, debe hacerlo de un modo positivo^.
19(118]
Humano y demasiado humano
Máximas sociales.
19(119]
La sentencia como tema de sociedad
19 (120]«
La cultura antigua.
L El pensar impuro en el fundamento de la cultura.
v A 1
^ 2* Eticidad. sw '
Las p*»
U II 5,21
Nietzsche indica esta separación respecto a las otras anotaciones
6! ultí
, la
1-20, con excepción de • decimotercera,
, " . «t^ria previo\\
contienen material nrevio(»°' ' cisado H
pre efl
u n d ,B
" Cf. Goethe, Maximen und Reflexionen, 841, 499: « C * " í j á t i c o basta*
r
opinión ajena, ésta ha de expresarse de forma positiva; de lo• P N )
I 4 V
mismo» {Sämtliche Werke, Cotta, Stuttgart, 1853, vol. III» P- -
u
Cf. MA 35; 22 [15].
M
Cf. 17 [1]; 17 [79].
h M P XIV 1A (BRENNER). INVIERNO DE 1 7 6 - 1 8 8 7 7
10 Pf una doble Estética. Una parte de los efectos del arte y <WW H „
A H a y
l 4 e l l o s
' «¡dientes causas; con este modo de proceder d i c h a ^ T í
es ella misma una e s p è c e de poesía y e f e ^
bfUJ
^ H p l arte en las cuerdas de la ciencia. La otra estética parte de L T ^ 2
^ s a cís absurdos y pueriles del arte: no es capaz de derivar 1 £
mU
íes Y por e»o intentara por lo general, minimizar el sentimiento artístico
S a n * * todos los medios esos efectos, como si fuesen falsos o enfermizos ¿ e
f nue se desprende claramente que estet.ca le resulta provechosa al arte, cuál r T v
y
mié Dunto ninguna de las dos puede ser una ciencia.
uc
hasta Q r
2 0 1 2
¡ 6 En efecto, estas consecuencias son problemáticas. Si, en un
momento dado, la acción mala e inapropiada no siguiera comportando ningún males-
esa fría actitud a la que uno se habría acostumbrado con respecto al pasado tam-
( a r
bién habría extirpado de raíz la satisfacción por lo que se ha llevado a cabo. Ahora
bien, la conducta humana viene determinada por la anticipación del placer o el dis-
placer obtenidos: si, por lo que respecta al llamado placer o displacer moral, ésta se
suprimiese, ningún sentimiento le contendría ya de cara a la mala acción, y nada le
incitaría ya al buen acto: a no ser la consideración de lo útil o lo perjudicial; la moral
dejaría paso a una doctrina de la utilidad. El ser humano se volvería tan frío y caute-
loso con respecto a lo venidero como con respecto a lo pasado. Entonces estaría
maduro para una fría consideración acerca del valor que posee su vida presente, la
cual siempre podría ser bastante dolorosa. así como lo estaría también para sopesar si
acaso no sería preferible el no-ser al ser. Ya sea por conocimiento o por intuición de
semejante estado de cosas, todas las personas, asi como todas las éticas filosóficas,
se oponen a la supresión de la responsabilidad: estas últimas de forma injustificada,
ya que la filosofía no ha de atender en modo alguno a las consecuencias de la verdad,
smo sólo a la verdad misma. — Que la vida del hombre en su conjunto no haya de
e
ner como consecuencia un sentimiento de placer o displacer, sino que concluya con
y una plena insensibilidad, es aleo que resulta rechazable por idénti-
motivo: se teme debilitar la fe en el valor de^la \ida y estimular la disposición al
C O n
*• P t a S í í ^ I t a s de diverso fórmalo, que contiene los «Papeles Sorrenunos» «be-
n c s
pS J t o * * ^ * " A " * " Krenner. También ha transenpeiones de Peter Gast y anotacio-
w UB
* í>nanamente, continuación de MA 39.
P91]
.MIMOS P Ó S l l i* M ( w
°*S¡¡
m \m > o d C r
l am [ida de sus fuer/as y posesiones, piensa en el mterca^L J ***» 0
I
lector * >
miembro de una secuencia d •
— , — : i a
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Propio» n S ^ i e n u . S l V U 0 I K K I | X > r s u s 1
del
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dc
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éste sus tuerzas y p o s e s a , ^
^ i s m o en dicho intercambio. Pues conoce bavtante
a I t 0
d
S^^ P*no.
StlíTff^
-h.i: tiencta es una presunción. O bien un ° ¡0 S ;
aje-
12 Se incurre con mas facilidad en un intenso afecto am * ^ c n nrimer lugar, porque conocemos demasiado bien las tkbüdades de
n S
esudo de enamoramiento onentado hacia otra persona, a q u e
a
P«niro c ° nios bienes y sus ventajas se nos han vuelto carentes de atiactrvodeb¿ a " ^
p r
plena maldad v libertad de animo. ^ « n estad ° C luego, porque el otro ha mostrado sus bienes bajo la luz más favorable Ana
'o de
Atarnos estar más enamorados de nuestras posesiones, para hacerlas pasar ante el otro
como más dignas de ser codiciadas. En el mieque, cada uno cree haber obtenido ven¬
20 |5|
tria d
del otro y logrado la mayor ganancia. El que realiza un trueque se tiene a sí mismo
20. ¿Cuanta mas bondad y felicidad habría entre los seres hum
k
poraí.astuto; la vanidad perspicaz incrementa en el hombre la fe en su astucia. El que rea-
;e*:vo. todo lo que hasta ahora le han entregado a Dios en tiempo enolk *
liza el trueque piensa que él es quien engaña, pero el que hace el trueqae con él'cree lo
cidkies. dominio del corazón, altruismo, amor, se lo entregasen ntw ü r T * mismo de sí. — Apreciamos el ser envidiados, porque aquellos otros que no nos envi-
Quiza dian, pero que pueden ofrecernos un trueque, son llevados a una tasación más aka de
nuestrasriquezasdebido a la extremada codicia de los envidiosos. — El sentimiento
er
Í | V . - i av. de pod ' heredado, produce la vanidad ciega (mientras que aquélla era la perspicaz,
21. Hay muchos que quieren convencerse o persuadirse de su propio valorpor capaz de ver la ventaja); el poder no discute ni compara, se considera a sí mismo el
medio de la alabanza, la admiración y la envidia de los otros; se aplican a ello con poder supremo, hace valer las exigencias más elevadas; si otros presentan sus talentos
mavor intensidad que a todo lo demás y emplean cualquier procedimiento, incluido y fuerzas con las mismas exigencias, no resta entonces otra posibilidad que la guerra:
el auioengaño y la autoembriaguez. Sí, prefieren cien veces admirarse antes que se sobre la legitimidad de dichas exigencias se decidirá por medio de una contienda, bien
útiles a si mismos y se aman mucho más de lo que les resulta conveniente. En elos a través de la liquidación de uno de los contendientes o. al menos, de su aptitud más
la varudad no es más que un medio de autocomplacencia. No quieren tanto distin- destacada. Los celos son el estado de irritación del poderoso en relación con el conten-
guirse cuanto sentirse distinguidos, siéndoles indiferente el serlo o no serlo. diente poderoso; la envidia, el estado de desesperación al no poder aventajarle: o sea,
al ser vencido en la guerra. La envidia, en la vanidad perspicaz, surge de una codicia
no saciada; en la vanidad ciega, la envidia es la consecuencia de una derrota.
'25. D e dónde procede la envidia de los dioses? Parece ser q u e e l g »
t 2019]
creía en una dicha tranquila y apacible, sino sólo en una felicidad
35. La resignación consiste en el abandono por parte del hombre del intenso es-
desaforada; le irritaba contemplar a alguien dichoso. Era algo que e d e t 0 d a s l a s tens
con . rt fl
estaH° a d a s cuerdas de su pensar v su sentir, y en su reintegración a un
ponerlo por completo de mal humor; pues su alma se sentía herí ,table.
\a as° ^ q U C S U
^ ***** vuelven njunarios y mecánicos. Esta relajación v x
facilidad ante el espectáculo de la felicidad. Ahí donde había un. tai « a * » a un placer y el movimiento mecánico no comporta al menos un displacer.
tropel de celosos era extraordinariamente numeroso: si aquel sutna ,^0* 2
.pt 19117]
V 8
1 * [35]'
1
* i MA 545 Cf. MA 89
•V»5fI20)
rRACIMI NTOS H > s n , M (
ja lósalo»
i K'l » m f«nfritu libre le remorderá más su concirnf¡«
1 0
'l rcm.>n,a r e l e s a por h a b e ^ ^ " > » ^ r q u e m a t r i m o .
l l l l e s U l
- ^ " « d , lenona Hcv.- SN
alU¡ hMe
„10 ^""n Z "» W" yP u n i b l c
- y '» primero* V mi,
71
101' !,' üuicn ensalza su salud, llene una enfermedad mai.
%
..I hombre y guardarme de ^ ¿ h 0 [l ' 8 12
Educación para el espíritu libre.
2
- de las naturales, ^ ^ c r , > <
• er nivel: bajo el dominio de la utilidad personal.
urakvas" - v
atóntales
, u i c s
y
y sus
sus li y V dN b l l e s
P r n
e extraer la prueba de o , „ • -
C e
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c y e " ido nivel: bajo el dominio de la tradición.
T r nivel: bajo el dominio de la religión,
u
>uede extrae* la prueba de q u * U IT <= » 4
c
e C g U
e
20|I5|»
34. R .uta practico tener mucha confianza, pero poca f„#
con los amifi * y esposas, y, ¡ contrario, tener poca confianza, pero •
a
11
Escrit r
Colll „ ;, P
P °° Nietzsche,
t a c l u i J o iNiet/sche. de
r su puno v leira. «ntohlcmente
^ • Con,"
eldS n M n U n a n i n d l c a n de su puño y letra.
V* tom**> por el propio Metzsche. probablemen
u n C r a l u a l u e c l resl d c e s l e c u a d e m 0
2 1 l2
Todos ios escritores experimentan la vida de forma demas^do consciente
demasiado insegura.
2 1
Peineta, gargantilla, pendientes, broche - E% único estilo es füigrar*.
2 1
^«delincuentes honrados»
«la vanidad del erudito»
«Amistad»
«Elogio del error»
«El hombre europeo»
2115]
La vanidad se compadece bien con el autodesprecio — Punto de vista mas ele-
vado del suicidio.
21 [6F
Período de mot<ivos> formidables [ ] lo personal, no lo impersonal
211814
No escuchamos con agrado contar acciones respecto a cuya realización el narra-
7 d e s c
° n f í a de nosotros: o bien éstas han de ir a parar por completo a lo asombro-
8 0
y excepcional.
8<> P á g m a S C n a n o t a c i o n e S l a m a y o m MA
1
Cf22 [? 31\ ° ^ "
4 h s c n t u
Cf MA ,^ n i POCO legible.
M A
• IW. Cf. lucidles, op a/.. 11. 35
[2971
I R A t , M I N I O S POSTtI M Q a
2* I ' 9
2 , N II 3 FINAL D£ 1H76-VHRANO DE 1871
I I espíritu Itnrc
H matnmoi
Observaciones psicológicas
ti PHI . . .
1 w wvaees oKHinucntiv. r r u v a n i e s Oc la "bulloni
wna
M
p r u v
4
alegría, N T cuando de h e e h , ^ S e i ï .
* « I . sentirse o b l i g o a! agradec.rn.cnu, para con ^
por cl q
grandes •»ro de Esiadc
do¬
2nm . |2
M
«ocienv. ***** -
2 1 l 2 Z
i L hombres ambiciosos, condenados a la inactividad debido a una enfermedad.
^ L t e n en los peores enemigos de si mismos. La ambición activa es u T ^
Sobre terreno \oíeanico todo se cria bien.
86 C ,e es una enfer-
°T perficial del alma, expulsa al extenor iodo lo pernicioso.
medad
me sup
; i ¡i.v
2 1
' ouien se permite hablar en público está obligado a contradecirá también públi-
Schopenhjuer ante el mundo, como un ciego ante la escritura amente tan pronto como mude sus opiniones.
21 j l é f 21 [261 13
El culmo de la vista es más importante que el del oído. El amigo, el más moral de los seres humanos. Aristóteles.
& carníno del librepensamiento no conduce a la libertad de acción (individuali Cf. MA 330.
10
Nietzsche vuelve a hacer esta anotación en 28 [421. Se trata de una alusión a un sueño lleno
sino a la tram formación de las maneras de gobernar las instituciones. de simbolismo que tuvo en los primeros años de Bas ra v que nos ha llegado a través del relato
de su amigo Overbeck: «he soñado que apoyaba la m; • en la mesa y de repente, la piel se había
vuelto vitrea, transparente, y a través de ella podía í r con claridad los huesos, los tejidos y el
juego de los músculos. De repente, vi un gran sapo ag apado en mi mano, e inmediatamente sentí
un deseo irresistible de engullir al animal. Supere m:itroz repugnancia v me lo tragué a la fuer-
1
ÍS¡» ' - Fmnz (hrrbcck unJ Fnedrieh ftOXStt Einc Fwndschaft. 2 vols., Jena,
A B e r n o u l l i
> Campioni ha «oblado que e»te parangón de la humanidad con u vol. I, p. 72). La acción de «tragarse el sapo» ae enseguida al recuerdo la figura del pas¬
puMd Je nata de .a economía cl aVtto uni es mucho menor que i' /jjíft* tor tragándose la serpieñtt dd7apimlo"dí AsiTaM~Z*mtustra. como símbolo de la superación
i presente tamban en f.rnot Renan, el autor de los I^logBiflM^ ^ « la nausea de la existencia motiv ada por el reconocimiento de su falta de fundamentof™>J*
0
unto influirá d Nietzsche de este periodo mlcrmcd.o. pero mientras que e n ^ mismo "' Nietzsche ya interpreta este sueño como incitación a engullir el pesi-
farro
rarro eau orientado teleologie
esta onentadu [*b*nU*r ,
KamtT¡T «fch e lo p.env. como puro gasto de de ^
Traducción ^
tarante > capte Cfc G t ampian
B cuenco de Plata, ïiueno* Aires. 1
^ Í S J ! * * Aristóteles. Étic* a Nkómaco. 1166a Iss; ¿rica a Eudemo, 1240a 23 ss Re
1
M 3 f t
» b . 3o-37, USla Iss,
indicación de enlace
rRAUMI N IUS K , | ,
S K
P
21, N U 3. FINAL D E IH7^VhRANO DI i R 7 7
il
U M \
Nunca se p*»^ * * * « o en una amante c„
Cu
o | enamoramiento están en su ultimo cuarto de existencia
C ° *nd 0
la
* « a r d Leuchtenberg Roon
21 M
Jea k » placeres con precaución, aoen, , Reja del arado.
i la boca. p e n a s
le q cpntencias.
un U e d
a lu I- j £ , conocimiento del hombre.
** orientación general,
21 pu - ser algo malo, en la mayoría de l
Religi°
ooiíoión.-
n
0 s
5' Arte.
for
2! P P 2 1 4
' La explicación natural concerniente a nuestros estados anímicos más elevados
Se laa»enu que los obreros socialistas tengan el mismo sentido bur •
deprop - ^ - :sr. rronto como alcanzan la meta. gues de afán es metafísica.
Erróneo: esto es k> correcto. Los puntos de vista a partir de la «ih,„ • •
S , t U a c l 0 n :
es rxoteccHXusta si J* 2 1
^PASAJE en el Tristam sobre la barbarie . 23
24
C. Desmoulins .
21 P3J Verdugo
Todo comer y beber en sociedad, algo repulsivo.
El cinismo tonifica de cara al ajusticiamiento.
25
Escuchar rumar, comer y beber — algo procedente de la pesada plací 21 [431
de/ luterà. El socialismo se basa en la decisión de hacer iguales a los hombres y ser justo
con todos ellos: es la máxima moralidad.
2 1 , 3 5 1
JBfr?**
Coatti h embriaguez. "LY.MA 13.
M
Plan para la publicación de MA bajo el seudónimo de Eduard Leuchienberg Roon. Al final,
lachado: «Historia».
l1 utilidad en la esencia de la moral — el habitante de la frontera como así
11
Cf. MA 566.
23 [42] C1 n o v c
» s t a irlandés Uurence Sterne, titulada liJu y opiniones ae imuim *
(109]
21
» | airacinu defaicierxia atfuc aunicmaiulo A,», ^ 21- N II 3 F W A L Dfe lOTa-VRiUNf, D E U77
ia. Abemos
.1
21 M 4 B -
l*»l
1 ices y cortinaje» uc ^ » 7 . IWMW imá» b
• * ° " M«c iugula n . u 2" i' s taP'\. americano ha curólo asi U locura
LO Q los
1 1 1
... un i "
c r e V w
5 6
2l I ' * , condiciones de los educadores.
verdad esta aguí completamente cabeza abajo, co •
apropiada para la verdad. * que Usuila . rapacidad contemplativa
Pan'CUI;
i a. í" testigo de diversas culturas
¿. ana «encía. - •» '¿ *•* - v ^ ^ . . - *
i í t e
<B> Themata:
orruma funebre en Carnaval será algo histórico en C Restablecimientos
Xros carruajes su día, ta] c
omo Necesidad de centros de cultura, de lo contrario. banalizaciÓB: ñor tu* l
i « universidades, las grandes ciudades no lo son^
w ^
cortes, i»» a
:i m
- an B U anza v desbordamiento de la pasión
21 |57l ,
Labrador. mmmmmwm^K'' ^ ^¡aaa*
Juez al tiempo que pastor de almas.
Cierto» conoctraientos se protegen a sí mismos: uno no los entiende
prólogo a renglón seguido. .
21 5;
Feea k verdad >., - "iitnrjpÉi . 21 |58]
El que se rebaja Contraste entre una concepción que hace sufrir profundamente, sus exigencias
La compasión enmudece de consuelo y la cultura científica.
211591"
Apreciación digna de un metafisico como Schopenhauer en tanto que testimo-
nio a favor del hombre (pero de uno no científico).
La ciencia proporciona satisfacción al que la fomenta: muy poco a quien recibí
21 |60]M
¿Y si el hombre estuviera dotado de inmediato de la capacidad de discriminar
* Cf. MA 25 la verdad sin haber pasado por la escuela del error?
"ce vini
„ «die Fata Morgana». En las leyendas del cicto ^ 21 | 6 1 | »
hada i su ei rey Arturo, adoptando la apariencia de • Efecto de la muerte en la hoguera, la crueldad como fuente de energia para el
eco ei > -rt^Ktfim mi al Mortred Va en tiempo, de N.et/sche. esta era expresión ncu- Prójimo.
dew*nar. como hacernos liumoo enganoia > i A *» a* a*
li I ,
mhien MA 233 Cf. VM 20* MA 131
M
C f 2 3
l«l; NUMI).
m N
' i M O N
-ll 4 í
,l ,s c t i o l ' « » ; i t l c s
"--nionia al instinto de conservación
Principio. I educados d | 0 s l ^ ^ ^ a l g P ' " ^ * ' ^ " cuando se üene hambre l
Conclusion « » n o sea r H ¿ b Í > .
"HI;'Il
u n a é p o c a m e t a f i
" ica a u n ar c a , , , u w w
" ^ ««-. w
4
21 l ^ l ' . , i n n n t £ * *
Resurrección cada HA» amvs
religa-
2 1 |76 io de la cultura?
cómo sería el genio
Si se ha a pensar en p ú b l i c o , uno ha de perni
itirsc el
r^Mtearricntc si
7 7
21 ' j ' g r e S 0 subrepticio, no efectista, de la ciencia en el mundo.
21 | 6 » r 21 [791
Muchacha-mica.
Mujeres matnmomos bodas
21 (801«
21 f a r mm- ? En aquello que amamos, todos sus buenos aspectos los hemos de
Optim* ismo> Pcsim<ismo> nada [ — ] Ahora bien, si nos amamos a nosotros mismos
21 fTIf ¡ 21|81] M
Tutuca verde grisácea y ropa interior azul claro [ — ] con ribetes blancos. Nos valoramos sobre la base de nuestro propio juicio o de la autoridad.
La comparación, un medio capital para deleitarnos.
21,721-
Las maias acciones se basan en errores, p. ej., la venganza, en la creencia en u 21 [821
L Para la historia de la cultura.
respoMbtJjdad al igual que la crueldad en tanto que triunfo del poder.
II. Humano, demasiado humano
m. Libro de sentencias.
ti Cf. MA 102
Cf. MA 27
*' En la mama página en que ge encuentran lo* fragmentos 21 |f>3) y [6*J« " u
"VsMA212.
na» legible «Canto f 1 ademas. debido a la enfermedad [ — — 1
' *CfMA24l.
f v
;;? M%.
H'f WH71
\2H
K m
literatura ¿¡Meya
v>
31H . +J~*
La moralidad *uelc Jcpcikto del éxito.
21 iwr
l\wh» final. u*o por la Si podéis, deberéis 2 2 N II 2- P R I M A V E R A - V E R A N O D E 1877*
11[3
Iu melo>dia <infmita> — se pierde la orilla, se abandona uno a las olas
2 2 l4
[ a rudeza que pasa por fuerza — arte
2 2
' ¿brar de modo que la humanidad, etc.: siendo asi, se debería poder soslavar lo
5
josa ¿Quién dice que un determinado modo de obrar sea, a fm de enemas, ad¿
la totalidad? La historia dice lo contrario. Mucho más en deuda se está con d
4
22 [6]
Las personas ignorantes que se han familiarizado con una filosofía tienen la
impresión de que ahora están por encima de todas las demás ciencias y de que pw-
den opinar acerca de todo — no hay nada más erróneo.
22 m
Fuego, seriedad y felicidad, qué raros en la mirada y en la expresión de un joven
22 [81
1. Tuowga. "' . iy?i, •T.r i i ^ s ^ ^ * ^ ^ 6 8 i s Í
2. El estilo de los escritores alemanes célebres.
3- Sobre la estética de la música 7¿|
4. Sobre la moral. •SYMT' -ZT^TiStetm.
5. Génesis de la literatura griega (génesis ahi de un libro).
* * La época «anti metafísica» "
Peligros de la música en el futuro.
1 o c t a v o d c 1
CfvSS\%T páginas con anotaciones, en su mavoria para MA.
U
' r™k>Q>
l 1
U * iJolojla Todo a modo u> ejercicio di* *
Certamen de Homcfv > HCMCHÌO. 3
ti I» » u>n el vino, también ci arte «e cuentan entre eso* consuelos
Atenea como Ososa del amor. V Tamb' ^ én
n e s contra de los borrachos espirituales resultan de suma un
i a c i 0 e n
•Srnoooes de la Iglesia católica? Pero todas las demás ventajas de la vida reposan 22|17|
mmacacm. En la evolución cultural hay curvas más breves y otras más largas. A la cumbre
So hay que agudizar el conflicto — praxis inglesa. Los hombres no sonconse- de la Ilustración le corresponde la cumbre de la contra-ilustración en Schopenhauer
y Wagner.
Usupresióo de esta fe libera energía, contenida hasta la fecha por los consue-
los metafisscoa. Por eso no ha de subestimarse.
rpas son hostiles al orden vigente. . . ü- a hun
v |, > , m o
Es nn I S S I I I U re " "-"^*»'
t * « • • todo
Ante • es una rvnucña
pequeña fracción uc
t n A n
a e
m . - / -ría de " t
I Plan para un proyectado libro de filología. C f < M
dibujo fe n*-^ . - Ai.j.iaj
iiciembrede IS76IKSH. 210». , c l , s c h c
aparece en el manuscrito
rKMìMFNTtlSPCVtTUMos
Mor '.
gelig'
3
011
apariencia
ana gracia
El presupuesto es que el ser humano se siente libre y malo D e
22
liiamissti a una mterpretación falsa y acientífica de sus acciones v° Del mismo modo que la niebla hace parecer más baja a una montaña, así suce-
Ea IBM parte de sus acciones introduce el concepto de pecado, en la ^'""'""oi de con el mal temple espiritual.
. ncepto de los efectos de la gracia divina. Una falsa psicología, un 41! ^
Seoenli
«V los motivos es la esencia del cristianismo 12 3
'¡v!e gustaría que uno comiese para sentirse saciado y no sólo porque algo sepa
22 |21 F t-, bien —razón de para qué la ciencia.
para quien el Estado es el imperio del diablo.
22131]
:: ::
Aíila, el huno, «un hombre tempestuoso».
El editor propone, pero el impresor dispone.
19
22 |32]
2 2 1 2 3 1
N II 2. PRIMAVERA-VERANO DE I877
313
— si se piensa por ello en los eteetos curativos m
lares ' t\» , ,hre V l'cna de melancolía
22 |36|-- s n
olí"¿aC° n veis que yo entone su cancón?
Todo arte a-prueba el pensamiento en devenir Tbd -
Mctóii, prodiaio instantáneo (el templo como obra de l e í JW*I ba
M«* ?S
el carillón
1B
escucha' . ^ solemne toque de campanas c n
hechizo de un alma en la piedra). Asi toda música. En déte? ***** la * «J % se ^ v i e r t
desd^ff a n t l 1
y ! , lúgubre
P
¡a
22 |37| t J
* l eño de melancolía.
V
y s i n
aún portador del idealismo (Prólogo). < embar 8o,
Se
8üir ri 2 2! 4
f escuela debe enseñar la máxima libertad en cuestiones de r<eligión> ) . e m
U
22 [SS\ roso más sobrio. La falta de claridad y las inclinaciones habituales trazaran
\ ida independ<tente>. Libro 9.
22 |39j« 22 |4
Música del alma bella. E píritu de juventud, que tiene prerrogativas, incluso para algunas travesuras —
^ lo que ahora me falta.
e s
22 [ 4 0 p
Disolución en la anarquía 2 2
'liste escrito, que fue dado a la publicidad en cuatro partes sucesivas bajo el pro-
vocador título de conjunto de Consideraciones Intempestivas y que fue concluido
22 f 4 I p entre la Pascua de 1873 y agosto de 1876
El corazón, desahogado únicamente en las Consideraciones intempestivas. Pero el
Víorir por alguien es una fútil prueba de amor. viento y el clima, que guían la vida más incluso que nuestra estrella y que no me <fue¬
ron> precisamente favorables, quizá me fueron sin embargo favorables en que
22 [42|
22149]
Sabiduría de poeta. •••„ - jm — a menos que esto mismo no fuera sino un engaño burlón a la credulidad ale
mana
22 J43P
Tan imparcial como la lluvia es el amor, que en ocasiones cala al pecador hasta 22 [S0|
los huesos. CAZA en el libro.
22 [44P
Nubes inminentes de aflicción, de malestar. Un fornido jabalí y también, ciertamente, gráciles corzos.
22 [51|
El carácter de la música dramática se halla tan alejado del ser alemán como lo
a e l c a r á c t
e r de la política bismarekiana.
22 [52]
e e s e n
r a m e n t 0 d e f r a s c s i n ció j f n d e ?" ^ d o caso un autoengaño. Sólo podemos pensarlo en contraposi
»w ?
33
contexto recognoscible.
Vs MA 145. e r
' e n t a n
t o que un querer libre; y esto es un error.
M
Cf.MA152.
* Cf. MA 473? .£*
" Tachado por Nietzsche.
Cf. MA 69; Mateo, 5, 45 r » t& * . »1 3 £A 599.
e f
nalahr^^ « f r a m e n t
° . « s i ilegibles, aparecen garabateadas y luego ttCW 17 [22].
e n
Nabras. r e s a n o [?] hacer algo que uno no necesariamente [?]»: V
IKAí.MI NlON |>. ,
i 14 S M
u n a
^ ¿lo ^ nevo en ofrenda al altar
( W n religión y arte — uoarao f " ne|' P
,r î,r,C
j a sido amiga, madre y médico,
r h
1
Manired: fekcrmann Riemcr — *m mm ''quien P*
ra
22 | « $ | * 6 2 1 m o d c n t r o d c l s u c f t o , i n o q u e e l , — 0 m i i m o e l r e 8 u I u d
tral, estremeciéndose i 31 l a
22|5é| ^ v
H ,641" escritos fueron cuadros para los que, como un químico, tomé los
s
AWuntad. Nada en absoluto relativo a alguna caractcrístic
consci entc<
C s t c
^'«S ^ d las materias que expuse y los empleé como un artista.
de querer, de aspirar a lo que sea, nos es inmediatamente consií •**
22 |57¡34
. lí, muchacha, el soldado, la madre, ¿no son egoístas?
651
221El autor, ia iu«* r
Así como no existen gestos humanos absolutos para el hombre, sino que siem-
pre deben amoldarse al simbolismo de un determinado nivel cultural, de una etnia,
El júbilo del hombre de conoc<imiento>
de un estamento, así tampoco existe una forma absoluta en ningún arte. «Dinamitar
las formas» no significa otra cosa que hacer que suba al poder un nuevo simbolismo.
22(601» Pero toda forma es convención o imposición.
ro orc on in
Duelo. La sangre borra una palabra precipitada, la sangre P P ' ^ - vll
22168|
tras una acción dudosa, la respetabilidad de una honorable. — El suicidio,
AMIGOS.
a fin de satisfacer un exaltado sentido del honor.
Creéis que estoy solo — aceptad entonces la compañía de un solitario.
22f61J* V «aai>* i 4 t
22|69[
¿No ha quedado nada del aroma de Sorrento?
Verdaderamente, tengo derecho a rememorar aquí este poema Lo que yo 11
e d e
v me vo> mirriendo de ella de manera persistente, con actitud m e d " "os
2 2 |8
.-v~v. °a, cuand' ,,a
2n bosques bávaros comenzó
^hizoporélBasilea
*****
L'n tranquilo y gozoso estar a solas conmigo mismo, con
bu enos F Sorrento se extendió a lo ancho y a lo alto
y mas — como quiera que me encuentre —
Y Rosenlaui le otorgó aire y libertad.
•parieron los montes, al comienzo, en medio y al final!
Cosa terrible para quien conoce el refrán!
do al principio el lenguaje era considerado como ciencia C
enzaciór- Trece meses hasta que la madre al hijo alumbró —
as promotores
áe loa demás promotore: del lenguaje. M A N U S C RRI ITTOO RBAASSUI LCA
EA. ¿Qué ha sido, pues? ¿Un elefante?
¿O acaso un ridículo ratón? —
22 (75J De esta guisa se preocupa el padre. ¡Reíos de él!
Es ta razón la que ha de edificar a los razonables
Sólo arte debe digerir el artista 1
22 [81P
¡Y, s » embargo, un artista es quien ha escrito este libro! Jacob Burckhardt.
No lo hizo su razón, su amor l o hizo. Desde que este libro surgió en mí, siento nostalgia y vergüenza
hasta el día en que en t i , cien veces más rico, un brote semejante florezca.
22|76/ Ya desde hoy saboreo la dicha de ir tras los pasos del mas grande,
si él se deleita con el fruto dorado del propio plantío.
Ornaos bien d marrilleo del telégrafo, pero no lo entendemos 22 [82]»
La forma de una obra de arte tiene siempre algo óe discrecional. El escultor
puede añadir o suprimir muchos pequeños detalles — al igual que el pianista. Hay
Caracteres: que componerla de modo que suscite un efecto; es decir, de modo que la vida susci-
lo que el zapato pintado del pintor es al zapato del zapatero,
Llnch van Hurten r 148&-
«ÉBileros» contra el Papado , historia d< a
•GcniesV ' 1 y c a r t a a R o r u i e ;
« Sl e l
poeta |l-»P»ner] no es un verdadero
*u*s
- era suabo
w j a a s o r también de obras sobre Hutten y « s i e t e s ¿ * « yflgf C f
e s
ya no sé quien lo es» (KSB. 5. 27SV
Uda por lo. hermano, fmmm. era famosa entonces y la expre on ^ y
uencu para
nara referirse
referirá a> grupos
«n.no, ,fe
ile aescritores
r d o r e s suabos.
suanos Qu./á. U.l £ * ¿ U 0 ¿ * ogía.
, C t o c h c dct
»lla aqui diferentes pasajes en el proceso de composición
piafando una nueva edición de las Intempestivas y ****** t>tM
neceo. se sirvió luego de esos
• Cf MA 625 Overbeck
mig
r
XAU.
C f MA 160
I KAOMHNTt >s l V > S | i i M(
J u
nacido un nillo. h u
| 1 J
flfl
* le ve Sa *li « n el bigote que «e deja?
«5
,l 1 !
22 m _ • y i é n
c
BeetrHnen ese noble y dulce sueño que desde el cora i o s¡ t» * L l bosque lo que escoja? d c
nru y le insta a acechar las lejanías en crepúsculos teñidos de" ^ " ^ e n y las ' f ^ ' e fuere lo que el terreno errar
alma solitaria, °jo: l W N ¿ r
^ c e d i e r e : que del gusto no sea
l e c
u r de no más de quince al contar:
d m
^ v ormento para los demás;
22|«7r Mteatff-a^^. ólo vea, escudo de ruines argucias,
t i extraordinario goce debido a la moral (en los relatosl v „i ¡ Q U C S
te remite este libro, pero él mismo hace la cruz ante el libro. y cada paso reposa.
a
• i y cortaniie —
a V
2 2 . N II 2- PK1MAVKRA-VURANO D n m
Y aún más sombrío y fiel mira el abeto, 22198) poetas aprenderán entonces a adorar formalmente la miseria y el desorden
Los
como nunca antes miró.
Y entre el hielo y la fenecida roca gris 2 2
'^verdad, no soy desagradecido, pero no veo ninguna obligación de estrangu-
alza la vista de repente hacia un resplandor: En la cuerda de la gratitud.
¿quién te hace una señal? larme con
En la mirada del hombre muerto
vuelve a hacerse la luz: 2211001" . , . .
«el más bello poema que jamas haya esento un joven»
su hijo Je abraza, lleno de pesar,
le besa. 66
22|101|
Entonces habla el resplandor de su mirada: ¡Hacerse naturaleza!
«Te quiero»
Y la montaña nevada y el arroyo y el abeto 22[1021
no dicen tampoco Mujeres que no sólo se asemejan externamente a las de Holbein y que quizá 67
tlC a c
< S > u 6
¿ U es mucho más rica. (Sucede que, en e, P ^ ^ f "
1
k
1
12 i ^guien, ante el espectáculo de los que sufren y mueren, es duro, ¿como que-
1
22 f l W „ _ ***
El defecto de casi toda filosofía es una falta de conocim
0 d e ! h
uuJisispsicológico impreciso. Los moralistas fomentan más este* °mb 16
2211 \ , perdura nos hace sentir conmovidos, provoca nostalgia — al
oedida en que no se conforman con los análisis ya existentes d i ^ ' ^ e r j ' ^ P
q u e
11
[ fuerza reside en un determinado objeto, está asociada a una localidad. Si se
e t 0 s e d e s t r u e t a m b i é n l a 0 l a v
•ruve el o ° j ' y »da. Al objeto mismo se k
r mina «muerte» o «vida» — «en el huevo está mi muerte», «aqui está tu muer-
Se hallará a los seres humanos y al mundo mucho más anodinos _ sobre todo en ruso — cosa que recuerda a los metañsicos. que también inde
[i)>
i:«n la «fuerza» de la voluntad.
pendizan
«Amarás a Dios sobre todas las cosas.»
2 2
''«Filisteos de la cultura». Pero no es bueno predicar a los vientos, no sea que nos
n\mp soplen el polvo a la cara — marchan adonde deben.
La evolución del Lied en la ópera vuelve a ofrecer un nuevo futuro a la música
absoluta (debido al incremento del simbolismo). 22[119] 76
*cr. io [3j. c,
ego junto al camino» y «el alma y su resplandon>.
T í MA216.
IKAUMFNTOS P Ó S T I l M o s
U
2 2 , N II 2, PKIMAVI-.RA-VKRANO I ) K , K 7 7
22|ÜOJ
Cua nto al camino
Ha i se enfría,
' ia sumora se emna, . O 0$¡.
Hasta que los rebaños de cabras pasan sin temor junto a mis ^ • 2 1 [11
^2M.Í7].
í t W h c
- a h i al hombrecillo».
M P X I V I B . F I N A L E S D E 1876-VERANO D E 1877*
23
1
J3 I ' «rteros movimientos del pie al deslizarse, tropezar o trepar no*» ^ , d
L 0 I C S u l
intelecto que actué cregamente, smo conforme a una ¿ "
tflü^ f j c eTalgún
en 3 * & momento, tal como los movim.entos 1„T££V^°
d
t»J° UI P
1 —
fc
dos
3pre^» h a de esa habilidad se hereda.
d j a m u c
piano- Hoy
23(21 hombres toman lo semejante como n tuera lo idéntico, p. ej., en ocasiones
L 0 S
2 3
' No se puede explicar lo que es la sensación: pero creo que, si se supiera, no seria
cosa, y seguro que detras no esconde ningún enigma del mundo.
23 [51
Aristóteles piensa que el sabio, el ootpót; es aquel que se ocupa únicamente de
lo importante, prodigioso, divino'. Ahí reside el fallo en la orientación toda del pen-
samiento. Da de lado justamente a lo pequeño, débil, humano, ilógico, defectuoso y,
sin embargo, solamente en virtud del más meticuloso estudio de todo ello se puede
llegar a ser sabio. El sabio tiene mucho orgullo del que desprenderse, no ha de enar-
car tanto las cejas, pues, a fin de cuentas, es él quien disfruta incordiando el disfru-
te de los hombres.
23 [6|
Tan pronto como se suscita el sentimiento de algo. p. ej., de propiedad, de mo-
ar
" quia, éste continúa creciendo conforme más se olvida el origen. Al final, se ter¬
i n a habl
ando de «misterios» respecto de tales cosas, va que uno es consciente de la
[327]
fK\(. M I M O S K > S ! l i M o
f —a
bordante intensidad del sentimiento, pero, cu Ncntuf u M P XIV I B FINAIJ.S l)K l « 7 ^ - V F . R A N O l )
t s , |
¡ « a IcLMtiiiK. i.tA»n par» ello. H desengaño .„ M t a ( u 32V
^,bc duda de uue a » « desperdicia una .nnu-.^,, , ^ W i , l l u N , , ^
Ajijz hallazgo <ie Schopenhauer
l U
111' ii" ° * L < arrebate esta expresión, por
21 'de vivir»-, no
A/ j. «W J« t/'"nm MW W .-.VÌI/,, CS tipua c „ , * flUC
J p ^ d e erarle agradecidos a su artífice. Noob la lengua ale-
^ ' liei""-
m !„ .me
..ne el oíi
e concepto
co»»-*-i'"' de voluntad de v... vivir
, | t , debería impe-
l"» '»t
|ie B 1 ( t a U n n
rn
di' °_ /eiud
. . Ve luer/a adan,
.a vital,- etc. Tampoco la reducción d ^ ^ ^ ^ ^ 0 1 1
d u n
<t$\ «voluo;, Icjt'S \^ ts»- " 1
j f | universal ( rm» u,C l 1
e n v e z e u n a u c r / a V ) t a i ' C O r i
"
,i»n la muMCJ, con ci caino. Los estoicos y RawuZ J .W, *klL? P e 'mucho mas - ^ « P ^ obtle
^rse
ru r V ; , t i - r m u * * u de la naturaleza! * ° ** « J & ^ S U S & C a u
(
f ÍSS^^ * "
n
C
> ^ es entonces, voluntad de vnnrt Al menos, es certamente ^ í
El arte, obstaculizando la ciencia entre los griegos. vida vida; luego, por tanto, es. por emplear la expresión más conocida
^ ^ d e conservación. ¿Es cierto que s. el ser humano m.ra en su mtenor. se per-
icstfnto» . ^ conservación 1 Mas bien, lo que percibe es tan sólo que siem
s / r t í o
mi ni m n m conforme a leyes químicas, como de manera mecánica en el mane^rj P i s a una variación de los músculos, influyendo en los nervios, y éstos, a su
hacen prec
10 h lian excitados de algún modo. Pero nada tiene en común con el instinto de conser-
tocar las I :bs adecuadas, sino solamente el hábito. En general la nai^!'- "*
vación este hecho de una constante excitabilidad y perceptibilidad del sentir. El ins-
no es mam jue un cómodo
- recurso y se emplea
• . por
- . y doquier* ahí «
donde
™ losefec
«os electo tinto de conservación, o amor a la vida, o bien es algo del todo consciente o es sólo
regulares BP los organismos aun no han sido remitidos a sus leyes químicas y meca una palabra oscura y confundente para otra cuestión bien distinta: la de que quere-
nicas*'. mos evitar el displacer a toda costa, y, en cambio, aspiramos al placer. Ahora bien,
este hecho universal de todo el mundo animado no es. en cualquier caso, ningún
2} m
m m -y hecho primordial y originario, como Schopenhauer supone de la voluntad de vivir.
Aritaño. toda* las metas y fines que el ser humano posee fueron algo conscien- — evitar el displacer, buscar el placer, presuponen la existencia de la experiencia y
3
te entre *us antepasados; pero se han olvidado. E l ser humano depende mucho del ésta, a su vez, la del intelecto . — La intensidad de la voluptuosidad no demuestra la
pagado en sus orientaciones, á v á u v n o n ; p l a t ó n < i c a > . Se 1c corta la cabeza al gusa- voluntad de vivir, sino la voluntad de placer. El gran temor ante la muene. con el que
no, pero este sigue moviéndose en la misma dirección. Schopenhauer argumenta asimismo a favor de su hipótesis de la voluntad, ha sido
ampliamente cultivado durante un largo espacio de tiempo por diversas religiones,
que consideran la muerte como la hora decisiva; asi es como dicho temor se ha incre-
b a l l S
' Incluso a las enfermedades oscuras, como p. ej. la demencia o el ^ " mentado tanto por aquí y por allá. Pero en el caso de que se contemple con indepen-
4
Vito, se las ha venerado e .deal./ado religiosamente. De esa forma, f ^ dencia de todo ello , no resulta ser sino miedo al morir, es decir, miedo al dolor con-
nes externas se han ido haciendo cada vez más bellas y grandiosas- comitante, un dolor no probado v que quizá se imagina demasiado grande, asi como
so ha tenido lugar con el impetuoso aféelo del amor, al que se le na co f Pedidas que sobrevienen al morir. No es verdad que se quiera la existencia a
las
C O s , a C n o
' P- J - como los animales, a los que Schopenhauer gusta tanto de remi-
un dios y, por tanto, no sólo se le ha idealizado de cara a la representa e
Para corroborar el inmenso poder de la voluntad de vivir universal.
bién en la realidad efectiva misma.
N I
á» * P*I0 la^^'he
v corrige esta ultima frase: «En ultimo termino, éste debe ser un proceso químico.
4 juntad de vivir no es esto» ,
* Nietzsche comgc la ultima frase mm*"** t or
«ec.ón de Niet/sche: «Pero en el caso de que se lo considere como hecho animal».
»*ce que nos acordemos de ella, nero
M v x i v II*- PTN AI-KS OK IH76-VÍOUMO DB um
W
'"rudia* como Paul de I agaruV opinan que | 0 s h tv[
VM
deberían quedar estableado* po, la ciencia. Ahora bic„. . " * l a c
t 0|1
, haber aspirado a eso otro, regocijarse, o bien se du*>. ,
describirse, explicarse de modo aent.feo pero entonces ' " H** | n . N r
' d *div^<X
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bado con ellos Pues la buena te en los mismos queda ^
^e>AX
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^Jgfi^ e l , a
" V o l u
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que uno ha aaiamafa* cuanto de_ erróneo > de humano £
cene, es la muerte .le todas las religiones, quiza algún día
.191x
.Míos que formulan máximas caen con facilidad en el errnr J
0 1m o r d e
Z3 \ VAn**a}*e"
fod° er ** s
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ala» con carácter univw^i
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••••i !P Pnxla-
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ttfH ^'V^S gcerca
av d* ' ¡ n a d a s épocas o clases sociales, pero fco, sólo es
m»f " ,ra determ escrito sobre los hombres — únicai
El sabio no conoce mas ettcidad que la que tonvi
incluso la palabra « n e n i a d » le resulta inadecuada. h , " Ves
e s s
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í¡¡»££ que han
fi^ífhuSoria
hecho todos
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que es
adentra por sendas no trilladas su tuerza se incrementa c o n f o r t ' U s
ÜC I a vida
a la vida cuando uno toma conciencia de sus cualidades como
„o. Es como uno de esos grandes incendios, que lleva c o i n s
6
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K o 8¡
8 0
V a
hai„> 1 ^ " ^ r i m i c n t o , suponiendo que existiera hoy efectivamente y con carácter
S ^° .¡ira probar algo distinto del hecho de que. debido a d e u ^ ¿Z
resulta avivado > sustentado por é l Propj ^ ^ 0 V ] u
1 K U
23|I5J . . . nesy en
do se halla" LJ aV«*-' * • J W-fHJ\J É J ^ I J Í J -
Para consagrarnos al conocimiento de la cultura, estamo lo expone, prueba que ciertas representaciones metafísicas existen v han
opiirtuno que cabe pensar se han conquistado y extraído todas" ^ ^ ^ t o m - ero no que sean verdad. Pero es que a esto se añade el que se trata'de un
y C a d a
libertades del conocimiento y, por otra parte, todavía caten**» „ „ unad,i limitado en el tiempo y que, p. ej., en la Mtigüedad. con mucha frecuen-
v
3 t o d o s
sentimientos fundamentales en que reposa la antigua cultura. ¡Cabe 1 los solía morirse sin pensar en sus pecados. Y, aun en el caso de que ésia fuese
que esto uJtimo falte dentro de unas cuantas generaciones posteriores cia,un
° v a c i ó n completamente universal, válida para todos los periodos de la
h er
Ufia
° dad y para todo ser humano, no se aportaría con ello ninguna prueba de la
23|lé|
h
erdad de la tesis afirmada por Schopenhauer.
El momento en el que se invente e introduzca la navegación aérea
para el socialismo, pues alterará todas las nociones de propiedad de la tien P^picio 2 3
Otando hombres de intensas necesidades espirituales piensan en la unión con
a- El ser una mujer, se ven asaltados por la sensación de estar aproximándose a una red que
humano estará en todas partes y en ninguna, se habrá desarraigado. Tei
idrá que
garantizarse la seguridad por medio de asociaciones con un riguroso corr va estrechando cada vez más y sienten desconfianza ante una irnposición perma-
recíproco y con exclusión de iodos aquellos que no estén comprometidos. nente- e incluso, en última instancia, cuando se trata de la educación de los hijos, ante
contrario, todo aquel que no pueda pagar o no quiera mantener su compro una lucha renovada sin cesar.
trasladara volando por los aires y aterrizará en cualquier otra parte.
23|211
23 \n\ Si se busca una explicación de la naturaleza y del ser humano que concuerde
La gente que carece de cultura científica, parlotea cuando habla de temas senos con nuestros estados anímicos más intensos y elevados, se topara única y exclusiva-
mente con explicaciones metafísicas. ¿Qué aspecto tendrían los hombres sin todos
y complejos y lo hace con petulancia. Sócrates tiene razón. La jactancia de la gente
estos errores sublimes? — Yo creo que un aspecto animaiesco. Piénsese en un ani-
es casi tan perniciosa corno Ja locura total. Desde luego, este empeño, esta especie
mal dotado con el conocimiento de una rigurosa información acerca de la naturale-
de demencia en las opiniones resulta harto esencial para el negocio y la construcción za: simplemente con eso no se convertiría en un ser humano, sino que. en lo esen-
de la cultura. Sin empuje no se lleva nada a cabo. Pese a ello: puesto que, en wm cial, seguiría viviendo como un animal, sólo que en sus muchas horas de ocio, como.
generales, existe eJ conocimiento de las verdades y procura satisfacción, mane P ej., el caballo en el establo, leería buenos libros, que le harían plenamente com-
mos alta su bandera, aunque sin gestos de patetismo. prensible el hecho de que la verdad y el animo/ se llevan bien.
» H U
el acto de combatirlo
Ha sta entre los pensadores de espíritu más libre se infiltra la mi^ [o
no a leer ni a interpretar
hablan de
le la naturaleza. Resulta entonces que la naturalc/a ha de na en
>y ¿ d i c t o ; los filósofos subestiman la dificultad de entender «almenó lo
neohfite, A W * <fo*0 alguien y no le prestan a ello su atención. Así. Schopenhauer ha malen
*Veasc su obra Ober das Verhältnis des Deutschen Staates zu
ixttinjrca l&W, partes 9 y 10.
IKAt.MI N I U S POSTUMOS
JJS
tendido por completo unto a Kant c omo a í M ,
ttlon
M |»XlV I» HNAl.l.SOk im-VI.RANOni- 1x77
C 1
nul ucnden hacia la e l a c i ó n alegórica y Piu-unuu,,, ' ' '«» „„, a,.radcro, cosa que tue su primera tarea, la , a n
nÍC
,efi* d
ñhearà. I * ahí que la creencia en las - c W * * >a
X a*** nlant» # , lementc firme para el hombre lo a P
">- y a c o n v c
c n t r
íl» < oto » ° ^
rsK .de
concibe el mundo como un enorme ser humano ci
1 nh
3 |24| T> «hoP« cuyo carácter resulla del Uxio inalterable: ese carácte
05 y Podemos
molam J l He dichas acciones. En tal medida, esto es panteism luizá pan-
<A^TL aue dicho ser no tiene interés alguno en interpretan mo bueno y y
^ iVmo. ^ percibe. Pero si ya en el ser humano u*ia esta d •
d a d
rtundo es Sc-hopc
mentado y torta.
23 ^mientos más amargos son los que no traen consigo una gran emoción
23|25J • J
* ZL*** f
Í - '
(
«M*¡# - L o S S U
i elevada, sea cual sea, posee en si misma su propio contento — sino
a s o n
Se reprocha al socialismo el que haga caso omiso de la desiguald H _pues la P aguijonean: así pues, aquellos, sobre todo, que nos son infli-
s o c a v a n y
c o r r o e
mente existente entre los hombres; pero esto no es un reproche, sino un ****** que ' desconsideradas, que se aprovechan de esa especie de supenori-
o n a s
115
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. .,-r dice con razón: «La comprensión de U eitncta
U*d* 1
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-s es la linea ue U C » U . * < * * V M
P Ú IcU'ítUKV 1*11 i\ rZ h n10n V L : dice de modo erróneo. «la as de
ia,ia
1 0
1 10
t&fijL*»E Enea" del "conjunto
' de, las
. cosas debe p< iónde
2? ß2\ las.át0T Lema ite rela-
cia ' ^ ¿ T a relevancia ética de la conducta humana,. í también errónea
r n
quier M M I •
intcn>ar»c por otro >er te por su señor; el soldado „ ^ SS** n
81
del temor, cuando ^ compre 13 P „ uno sufra martirio y muerte por causa de su fe, con ello no demuestra
denunvra individual tele» nto. heredado, surge m ^T'^ Par ' < a
0 )
A s l o b r c e ia e m l o
j^ua/da I j oporrunrdad de actu .Interesarse por otros por es¡k?* dero- ( E ' " verdadero». «Lo que se cree con firmeza, hace feliz, valeroso etc »
c
e s
• • É l (corno la ciencia), / w i t v* entonces algo no-egoísta, pero ^ T ^ ^ con ^ ¿ |a «verdad» no es de suyo favorable a dicha fe, en la medida en que se
n
sida— « l fondo ^ £lp
eiteradas comprobaciones e indagaciones. A él va asociada una especie de
resiste a r par/ios, a volverse loco: tal como dice 'vYinkler
u n Q l l e g a - c o n c s e
^'^siempre, con pathos; sin estos recursos, quizá su filosofía " " llegado " a
de i: V CaS iien
' 'Conocida
cpr tan cor. (p.
- ej., cuando califica
_ . . de auténtica perversión la mentalidad que
0
directamente una vergüenza, una especieXTrimen ^ L a a «no creer en ninguna metafísica»).
rrano a ía sociedad» Con-
23 |J4| Quien escribe acerca de las motivaciones internas del ser humano, no solo ha
El mundo sm eros — Téngase en cuenta que. gracias al eros, dos seres huma de consignarlas con frialdad; pues de ese modo no podrá hacer creíbles sus conclu-
no* se dan piacer el uno aJ otro: ¡qué enteramente distinto resultaría este siones. Tiene que ser capaz además de despertar el recuerdo de tal o cual pasión, o
mundo de
envidia, miedo v discordia sin él.' temple de ánimo, y debe, por consiguiente, ser un artista de la exposición. Para ello,
a su vez, es necesario que conozca por experiencia todos esos afectos; ya que de lo
13 m contrario causará indignación debido a la frialdad y apariencia de menosprecio ante
Jóvenes trágicos. En la propensión de los j ó v e n e s a la tragedia, en su mane-
— lo que ha conmovido y emocionado de manera tan profunda a otras personas. De
ra de profetizarle aciagos destinos, de pensar mal de los seres humanos, hay escon- ahi que deba haber pasado por las etapas más importantes de la humanidad y ser
dido algo de ese piacer que se despierta en ellos cuando alguien exclama: «¡Que capaz de ubicarse en ellas: debe haber sido religioso, artista, lascivo, ambicioso,
sabio es para su edad: cómo conoce va el curso del m u n d o ! » malvado y bueno, patriota y cosmopolita, aristócrata y plebeyo, y haber consenado
su capacidad expositiva. Pues en su temática no ocurre como en las matemáticas,
U/361 donde hay medios de expresión totalmente precisos, números y líneas, que son
totalmente inequívocos. Cada palabra acerca de las motivaciones del ser humano es
soberbio «pedículo: a partir de intereses locales, de P J,^ e r s o n a
"mprecisa y alusiva, pero hav que saber aludir intensamente para exponer un semi-
halla ta » 1 « pama, mi» pequeñas, de obras de arte realizadas por ur. A O . e n t o intenso.
una c «orí festiva, en resumida* cuentas, a part.r de meros punios ene r
Vo. va creciendo poco a poco una cullura duradera, que "J„ú^- w
>S
e d u c a
fiiic ! . de f °
11 0
incluso las supera con creces. Por lo jíeneralt^T ^
r r T i a
"
23 HIJ e
Í U 0
contraria
É
v . 4 m u e s —
modo
: ¿ ^ ; r ^ - JaaS ss r f
,ur
ucoiies m á s I < s i
¡opea de precisión dan siempre en el h l „ °*«n* 2S 2 ^fomprende de suyo que la educación en clase no es
d
nS^^J.
bienes s e m i ^ í ' S>
>ena deseable que no poseyeran ese
en
a
5 P^ vo cuando el individuo no puede ser educado al completo poí un
* < r v por consiguiente el carácter individual y el talento tienen que sW
miento Í C
^ / f a su P^pia suerte: lo cual es en verdad peligroso. ¿Pero acaso no e s W
donados s« F particular? rf — p t o r
23¡42¡ 110
biéfl * -; i ! » JMIII | a « . £ ¡
muchos escritos, p. ej., del Tristón Shandv A¬
4
•ierras cosas;
cosas; en prendi
• v la escuela de forma completamente imparcial: ¡pero para qué, si no se
se niega en el
el hecho,
hecho, pues,
pues, dede que
que < a»
=e «« ddoo preíldi
0u
0u caC1
dad lili'
1
Cuando los n cualidades desagradables e notn. 'la improvisación musical durante un buen rato: luego, la audición de
todo esta
agradecido hay gut s buenas cualidades, por el hecho J ^ ^ M de ais >uenas ocurrencias dando
havan madurado en f r
mediodía; luego, la voluptuosidad, etc.
suelo, con esa vecindad, con imZg* ^ í
jame podredumbre.
58
23 i j . c~g¿ del arte depende de ciertos conocimientos (ejerutación j : tamba
len en
ll\ arte más popular. No existe un efecto inmediato en el oyente, una apre-
Muchas cosas dei catolicismo restaurado son juzgadas por nosot disfrutan música
erronee que ahi se dan expresiones de una religiosidad men^ionaT^ *°* mediante la formación
k delirantes, falsamente exageradas: pero tampoco el , ** «gnenana, porque .
p r o
mo nesufca coocebibk salvo precisamente para naturalezas nórdicas. eSÜIItls musical más elevada.
23 |54| J ™°vedora que la infelicidad. — ¿Quién podría escuchar una música alegre
s
, , M
°nara procedente de un manicomio sin derramar lagnmas?
Alpnncipio se el porque es útil, y < * f ^ ¿
n.WíYsitanib.énpara^ *3162|
que es perjudicial. Pen
, a
'^nsalr? ^ "be™ & un arrovo en el bosque, parece hacerse audible, en notas
y V l b r a m
>S
mi
I I principal elemento de la ambicio» es | e a c c X V '
» » * r La Mt.slaccion por el |XHÍer no se cireunser.be al V[
«i r MI erróneamente dt>du< idos. — Remitir grandes rf~*
* ^ admirado* en la opimo» de otros Alahan, v J 5 * ° da l l ^ ^ í muy habitual. Antes
*1^Z3£* Antes que
que de
de eso, í J ^ ^ ^
r a
y eso, podría
L o Para el ambicioso que qmerc poder. *<*>•, J > s V
> > voluntad Je poder < . , -
a
es n s° hubiesen estado actuando durante l a r a o ü « « ^ 77
u í l c a u s a
*
Ict
c < ñ £ i S . Proq" t ú a n podría ser como un espejo de el obje-
Pos
: eroq
, l , V i ,
ne
13 P»l . la soledad, para poder servir detatmejor manera a muchos o a todos (a la
23 |64/ 8 ü S
J la buscas por otro motivo, te debilitara, te hará enfermar y te compra
Sígam ufeus j a y m r o * - Las ideas metafísica, .
E Un
^ r n b r o atrojado.
testimonio Ti *
iraJe/a superior, de sus necesidades más „ J? a Per,
>* .ie ellas en el tono más digno. -™ nobles:en
^ ^'^naso»
en
debe había
ida 231^ u ause n c i a de amor, sino la ausencia de amistad es lo que hace infeliz a los
loS
o l u t
supuestos n , e , a „ ¡
ÍMPO "*'«^ ?>kS s c o s q odos . e n
buscando organizaría de
n
«d, sobre
rfk» mucho n,ás que u „ SM, " " P. L*« %S
m ( a n l j l i a í
m
ctunil a oro de
13
. iendo también la estima d rr( c
in
tud. .fue encima inclina a enjuiciar al prójimo de modo sur, ' »*di 8¡n"^ V¡R
C n ? reSta
° «« como üna'espece de esc.avo domésUeo. ^ Z ^ l T ^
O s o Je distinguir grados de m o r a l i d a d yo nombran' a
0» ' r i dos personas, eon las alegrías y las penas compartidas, y debuto UmbS
dinacion a fa tradición. >. como segundo grado, el respeto , ° C
Prim ..
y
m o
Cro f o ^ ^ e r pudo ir negándose a muchas cosas y serv,r en muchas ocaswnes a™
13 m J
cion > T ; W H ' « L - I / « ' . V l los antiguos).
antiguos* S u j e c i ó n del
sujeción del i innt .t ie¿l e ^c 't^o«T( ^
/ hW
^ u! * * 1
aue : Presentante suyo, se fue labrando una posición superior supenortara
para lla. espo-
de alcance y pretensiones, intensificación del sentimiento den! 'ónd H ttac
e 00 hecho en mavoria en 1~
de ideas permitidas. Hn cambio, la exigencia de una condu'? ^teJ?
M 4 í
sa protegida sino por la sanción de la u^dici
sonaJ. en la que se suele \er el ongen de la moralidad, es mi ° ° a ¡¡¡¡U n C8 íst
estados - " i d o haciéndose :predomina
( |V, predominante; la base natural
n t e h a v c n
es decir, en la medida en que previamente tienen que'haber ¡ m r o d ^ V ^ ^ Í en ^ l i ^ d a , se mantiene de hecho una especie de polieamia.
81,50
s a C
e i
tada y
do rneur: v-co de -mal radical» en el ser humano. De la religión ^
tanto el mal radical como la creencia de que lo no egoísta es el LnTd* 2 3
0de| fiando Schopenhauer adjudica el primado a la voluntad y hace que el intelecto
moni Ahora bien, ral como Schopenhauer vio acertadamente, sólo ° e x
StClalcosae ompañe, el ánimo entero, tal como nos es conocido hoy en día, deja ya de m i
la medida en que se cede a determinados sentimientos, p. j . , ' a los d n e c U 3C
la demostración. Pues se ha intelectual izado por completo (del inismo modo que
benevolencia. Pero uno no puede exigir sentimientos, demandarlos S i n a S ^ '
?a música se ha intelectualizado nuestra percepción de los sonidos». M i opinión es:
pa
1 1
u,ch c
»kws en li»s pavos reales el n i . " s ¡,,, n J 0 V 0ñ
aburrimiento es la madre de todas I 1 «« «ora/ a quien se subordina a una ley reconocida ñor él v
. corno ocurre con el chiste, el c e n i n - a r t e s
* [871 Sana ley del Estado, la voz deDios en forma d e ^ ^
W tambor). Pues cuando algo ^ o í ^ S ^ S ? 5 ¡ í¡
d a ñ o
" n - 6 n o sin ella, resulta Indiferente; lo ™
swo.
SKXI oc
Se ibus-.
« ~ a la emoción por sí misma, el llanto, el sobre?? > s e í J N Í l e y e
í e n
¿ S a por ellas- - Dentro de las diversas esferas del egoísmo, kTuna
unorL la tensión: todo lo que excita es agradable, de manerT las í ^ C oral es cq«
ai
e
* £ á s elevado y lo mas bajo: aquí, a ponerse aquí del lado del egoís-
odo como placer por contraposición al aburrimiento.
^pi>H q u e e !
íU* en
m
dad conver V , .p cia y costumbre: a eso se le llama entre nosotros ser bueno
tida eI
J ( t n
una dilatada heren
a to, nosotros vamos a sacrificarte a t i ^ r b i e í e ^ g ^ ^
8 e e r a l ; a
buen
Sue tm jusnrica los medios. A quien quisiera envenenar a la hum " quí Z an
23 [90]
Se sobrevaJora en los artistas la improvisación constante, que justamente en Comoquiera que se responda también hoy dia a la pregunta por la critica de la
artistas mis originales no existe, sino m á s bien en los imitadores que tepnxte" facultad de conocer, la investigación es tan compleja, el examen de las propias ideas
cosas a medias. Beethoven busca sus melodías a través de muchas piezas, reun^ sutil, que su resultado no tiene absolutamente nada que ver con los resultados de
sus muchas búsquedas. Pero los propios artistas desean que lo que mas se v wwligión, del arte y de la moral. Estos últimos no se deben a semejantes procedi-
ellos sea lo instintivo,
I , , I .
H
lo"Ui'iiiwv,
«divino», Ilo" inconsciente,
w IMrVU«VI«HP>| y,
/ '
cuando hablan de ^ d o s científicos, sino a otros sumamente acientificos. La necesidad que hay de
. . . . . «e ,| os carece de consecuencia alguna para la «verdad», para la realidad de sus hipóte-
no exponen los hechos de modo fidedigno. L a fantasía (como p. cj. en ^ _ 0
CT u r i
n\u-Ar \ cuadro
' Mgniricar muchas.
a s ¡
JOÍCS, como si éste iñ" u l
la '* |¡, \ S
.i a* los moralistas consiste en
*'1 ^ n o e g o í s t a a inmoral y moral re
feC
;
' ¡"' - ' " P i e suceso ^ ^ « S Í S ¿V. ^ yy^úTf aa mmeta
e l a última évolue, moral, nue J a
ultima de la evolución
c g ! d d W u a l
^ l p a * V „ . de la evolución viene condicionada por -
d c t a l
^rt.t • manera "
' ^ í p ' ^ rp"suTte sin duda un concepto lamiliar, pero no sea un hecho reaL
1 C
1 2
con todo
eticamente
llamado «buena persona* a quien
s grandes hombres se suele corresoonH do* de acciones :ostumbre de la compasión v de ce
ir su concepción. De manera que quien K ? 0 1 1
b ^doto^r m á s bien a quien por regia generai na seguiao las cosiumbre<
mameníe
-fjv; roda
en la veintena, « Ï Œ Q j * ^ omito* ' "
5 * * °
5 sl
l a
m a I a
m
persona, la carente de costumbres ética)
C a l C u i a r
-P^
23fU¡ 23 1 prójimo es un resultado tardío de la cultura, cuánto debe
rfflrf c o n
' u w/«/««
Todo rs educado, bien por las circunstancias b i e n desarroliaao i a lontasía, para empatizar con los sentimientos ajenos como si
mm 1-1*1.4
los paites, i. los acontecimientos de la ¿ r ^ „ _ j ' . P°r los colega n haberse ^ aprendido previamente a empanzar. mediante el
q v e z h e m o s
a" al ro «odo
• esto' 0
^ d o con nuestros propios dolores y alegrías no presentes y a semirios como pre-
y, en muchos sentidos, idónea para que se ri, -P" ItCUe
» « « " a - 1 * esa forma, todo bueni ulibro Presagio está constituido por una sene de motivos completa-
n v se protegería
M; p u n g o •» a- sí
—mismo.. ¿a nto
q v _
Drl) t o s a l o s
aerada arrastrar tras dc •»! una retahila , palabras enhebradas, que dle científicos, fundado en métodos completamente disñntos, tu
envende ' Para «presarlo mediante un s Todas? ü m é M o s
semicientificos. Si la una se asemeja al otro, es por casualidad
n i l : cuando me leyeron # / * * * ^ urancto a s
Calderón en la traducción * religiones en su conjunto tienen que alberaar oscuramente ciertas averia
l o fue lo que me pa*>:
por I.. C U . I « c v„ ,,,„
W l k
jy MPX | V | B , , N A !
- M D E , 7
» *-VI-.aAHo D E l t 7 7
- v +
N .eiM« Osladlo.» c u l l , , , ^ | „ ...
Is
t(.'u . icrc el otro y quererlo atiemá* debid*
í ri
a
" i «íconinu»"- - - , j — u : imposition ha,i
C C
*oís*> ' c " la amistad. Según
e la concepción hoy día rabitua7¿U¿S ItH m
eso es g ( a | ,ón
re ac mas moral que existe. moralidad.
Pt)r /°r
a ^ión
23 ( I 0 U -^ - 71
11 U° • haber vivido durante un tiempo en el brumoso arnbie
Los arttas aw K» anagmaas de la pasión, p u e s c s t a
V q U
Hay \ «ara experimentar cuanto bien hace contemplar toda*
» ai artrsu die/ xevo nu> I J oportunidad da rmJZl "n a
mc n
.^do 7rnatmal y respirar a fondo aire puro.
c 0
« m i n » , deseable, ya He^Nü- q u e
V e r d a d
» S'°"«can l a p a S
fcn pane, ellos ni.smos V t a r S * ^ j g El arte de leer correctamente es tan raro, que casi todn
" W ^ abogados. Ahora b, " " '»«nf d e isión que hacerse interpretar de antemano un óoem^
c
ell ha corrompido mucho debido sobre todo a le*'™.
• digno de ser glorificado en e ^ »qiiS> M n
ley. desde
n e n c a d o realmente la 3 ? . 7 ^ £ > dica
r
n el más desesperauu ai \s. v-^g-nw, uan >uM;naao por doquier
aoc
pasión, SUDIÍZÜJO. cnnoNeciJo la pasión: p. j l J Z . ^
huma
es dee». AL¡» no ^ c e
y
^ iduo, sino según el acto y su resultado. Escudriñar las almas y examinar los
2J|lt3| , ^ 2 n
- "\s son cosas que pertenecen a una concepción de la ética que no o>pende en
J á ú r A - ¿ is remordimientos de conciencia pam la liberación espiritual — IJ ^soluto de la utilidad y del perjuicio. Hay que remitirse a la acción y no preocu-
rurtguria duda de que las remordimientos de conciencia han contribuido fewiZ parse con tanta angustia de los motivos (cuyo entramado es, por lo eternas, demasia-
esencial ai incremento de ia libertad espintuaJ en el mundo. Han solido incitar a una tf do \asto como para que no haya siempre algo errado en rodo análisis psicológico de
uva de las representaciooes que. sobre la base de conductas precedentes, han n r i i una acción).
unos efectos tan penuooaos; y así se descubrió que no había en ello mucho más salvod
habato v la opinión genera] existente dentro de la sociedad en la que se vivía. Siunopoda 23(1101
deshacerse de ambos, también podía evitar los remordimientos de conciencia. Climas espirituales de transición. Nos hemos liberado de muchas nociones
- Dios, vida eterna, justicia retributiva en el más allá y en el mas acá, pecado, sal-
tador, necesidad de salvación — ; una especie de enfermedad transitonarequiereun
23|l#4|
sucedáneo para esos espacios vacíos, la piel tirita con algo de trio, ya que antes esta-
Los anulas podrían ser los seres humanos m á s afortunados, puesto que les esa
ba aquí abrigada. Surgen entonces filosofías que representan, pot asi decirlo, climas
, producir lo perfecto como un todo y a d e m á s hacerlo a menudo; mientas
de transición para quienes aún no soportan directamente el aire fresco de las alturas.
que el resto de los seres humanos nunca trabaja sino en pequeñas parcelas de un. Compárense con la manera en que las sectas filosóficas griegas han servido como
Pero los artistas se malacostumbran lo perfecto, y lo
climas de transición: la antigua polis y su cultura han seguido operando en ellas: pero
.idiosos, no es***
también a destiempo, se plantean mayores exigencias, son ^^Xi^ií«» e n v , Q l ü
¿ara qué tuvieron que ser rebasadas? — Ciertamente, aun no se ha hallado la res-
rumbradoN a dominarse, son ai ¿ s e n i l u t a o s ; y. devez en cuando, a. puesta, ¿o acaso fue el sofista el espíritu libre total?
receptores capaces
MUI]
lamen-
23|105| . íntenorB^ No
No hay
hay que seguir haciendo caso de ntncuna manera a las personas que
l c v a
tan" | J
los con-
Ei pathos es pmpw del arte. — ¡Quién no se envenena y' se su ^ 9 ardida de la tradición popular (en la indumentaria, las costumbres.
te ai escuchar a alguien que se toma su vida con lanío paiciism
KRAliMl NIUs | . ( ) S | l
M( »s
. ^hres). » i n o
1 u t í
^ convertirá en una parte a- u
as, deja uno de ser bárbaro h.^lji.^^
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2.1 M U I b í C v
^S rtiic P
Lo sublime actúa como excitante y pimienta soh
ta sosiego a los excitados esta es una diferencia E H *arU C U r
U
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Í ^ O S
^..laridades de las lenguas mdigermánicas, que 1 « rtif
nana, cabe reconoce, las hudtas
" o,¡g.na,iamen.e lo» pueblos que tueron a u c a d o ? ^ ^
dej^t "
tado- , >e lo sublime, el cansado se aburre con lo b e ^ ? ^ I ? - be
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1
leflí *. „,ie P inílnaermamcas: de manera une l
o s u
, , - ""Atados M
euarw< se halla disociado de lo bello, resulta ¡den,." , ' ° , «° de '<í \. f^ts tribus r r i o s a y postergó a los sometidos. Q ¡ r . , 7
0 0
« »- ! U , , , 1
helio). v asi como hay un arte del alma bella, hay tambA ° < d ' SíS e i o
^ g ^ S 5101
victo
a
rc
^ n con tanta firmeza únicamente por lo agradecido que se le está a suTcon-
mera! de su voluntad de vivir (o de los ñervos/ ¿tT^ ^n>% . dcfie"
e
den
s e
-mulantes mas dolorosos. V t í r e n t e
al que ¿ , ^ ^ e
encías-
Si si r e.xamma con detenimiento cómo los errores de las has cosas que de ninguna manera remiten a una emoción estética, p ej
G
Jen tener habituaJmente su punto de partida en una falsa expUc^ °deteas restar muc * ^ ^ ñ , j impresión del aire suave y ligero, l a consciencia
C
8 fÍ1 Sofi
m o n t a a a
s U
en la ' d vencida, el descanso, el interés g e o g r á f i c o , el propósito de hallar
das aeck)oes y sentimientos humanos, cómo, sobre l base de un? í f U a
a
e r r
de la r ^ ¿ n o que otra gente halló bello, el goce anticipado de relatarlo algún día.
p. ej. de las denominadas acciones no egoístas, se ha edificado S
luego, para apoy arla, se ha recurrido gustosamente a la religión v a.) falsaétIc
bien sobre la física y sobre la concepción global del mundo; si se son " ''' ^ 3 03 01
tlvida discurre de forma tan agradable como los minutos en una rosaleda en
los que ia viuo
se da cuenta uno de lo injusto que resulta el menosprecio habitual de la ob ^ ^ las tardes de verano.
psicológica; cuando es precisamente la superficialidad de la observación
ca. es decir, el resultado de dicho menosprecio, lo que ha tendido y sigue tendient 2 3
'^a esperanza es el arco iris tendido sobre el torrente de la vida que se precipita
ineesartemenre las recles más peligrosas al pensamiento y al juicio humanos De con ímpetu, cien veces engullido por la espuma y vuelto a surgir una y otra vez. y
dónde fjroviene. pues, esta falta de consideración? ¿Acaso se debe a que también la que con tierna y bella audacia brinca por encima de aquél ahí donde ruge de forma
chusma mas vana y fatua de la sociedad, sea de sexo masculino o femenino, acierta más salvaje y peligrosa.
de vez en cuando con dichas observaciones?; ¿a que en determinadas épocas solían
dedicarse a lanzar sentencias morales en medio del carnaval de la frivolidad espin- 23 [1201 .
tuaJ. como si se traíase de una especie de confeti? — Pero la diferencia es francam-n Tampoco subestimemos a las mujeres más superficiales, divertidas, deseosas de
te extraordinaria cuando un pensador riguroso y ecuánime formula la misma tesis reír; existen para alegrar, ya hay demasiada seriedad en el mundo. También las ilu-
psicológica oescubierta un día dentro de ese círculo y la dota del sello y la impronta siones tienen su miel pura en este ámbito. — Cuando las mujeres se vuelven mas
de su autoridad Quizá nada sea hoy tan necesario como tarea previa para todo ho- capaces, más ricas en contenido, deja de haber en el mundo un lugar seguro para el
sofar futuro que el ir acumulando trabajo psicológico piedra sobre piedra, pw» disparate inocente. Los flirteos forman parte de las inocencias de la existencia.
lia sobre piedrecilla, y orxxiersc con audacia a todo desprecio hacia este
bajo. ¡A qué descubrimientos llegará una generación postenor gwciasa «mii * . . ' i ni 11 M m$ umúmwmmwttr— -
semejante.' Obviamente, hay que mantener alejados de este ' | jcos de i* a m
s ¡c0 og
Un medio socrático. — Sócrates tiene razón: para no quedar totalmente subyu
Schleiermacher animaba a sus alumnos a investigar los ban ^ h e c h o S
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S
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gado por Eros, hay que enredarse con las mujeres menos hermosas.
conciencia religiosa, a esos espíritus deshonestos: pues las ^ | teolog ml
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23IU21
aquí de antemano en la awiscrvación de la religión y la P qucefil ^ c r v l v e
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AI «ra se ha filosofado tanto en Aler
P ^ ^ ¿ £ * predominio de Hegel sobre fa
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del proximWad tantos escriio. t
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pero ¿me equivoco o bien tengo ra*
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n j ^ l l , ciencia;
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23 | l 2 j e n ^ l a del atractivo del riesgo, conoce el placer de la emoción del miedo
EJ reencuentro con lugares, con personas, a los que
uc jcNicrada a los hombres en sí.
io
¿1T*C m sus cabos: asi uno se Ilev consigo el tesoro. de 23
dieres en las colonias. — El respeto y la cortesía que los ainericanos dispen-
las mujeres son algo heredado de aquella época en la que éstas se hallaban a »
S í t vamente en minoría: es una peculiaridad de los Estados c o l o n i a l
Mientras que Schopenhauer afirma del mundo del fenómeno n
U e e s I e p e n n
«i relativas a los griegos se aclaran en base a ello. 1 ^na excepción: ahi donde
reconocer en los trazos de su escritura la esencia de la cosa en si r "t colonos se encuentran con muchas mujeres, suele prodi cirse un descenso en su v
roto» hm oegado toda conexión entre lo Acondicionado, el mundo meter*
BWBobouenos es conocido: de tal manera que en el fenómeno no aparecería2^ ración.
pm modo la cosa en sí. M e parece que por ambas partes se desatiende el hechol
23 1129J
que son diversas concepciones fundamentales erróneas del intelecto las que summis. El hombre sumamente evolucionado realiza las funciones narurales de la exis-
tran la n por la que cosa en sí y f e n ó m e n o dan la impresión de estar en unaanti- tencia como comer, beber, etc., con sencillez, sin los grandes discursos ni falsos
revestido tanto de errores al fenómeno precisamente, más aiin. adornos de que tanto gustan los estadios culturales precedentes. Al mismo ámbito
Jo hemos entretejido tanto con ellos, que ya nadie puede pensar el mundo fenoméni- pertenecen también la sociabilidad, el matrimonio: cosas sobre las que ya no se pone
co aspando de los mismos. Por consiguiente: han sido sólo los malos hábitos, los iló- aquel fuene acento que se ponía en otros tiempos. Bien, puede ser que todo esto
resulte ahora más «informal», menos grato a la vista, el aura religiosa se ha borrado
gicos hábitos del intelecto, heredados desde el principio, los que han abierto todael
de esas cosas y, con ello, ha desaparecido mucha «poesía». No obstante, dichas pér-
abismo existente entre cosa en sí y f e n ó m e n o ; este abismo se mantiene únicament;
didas se compensan con creces, sobre todo se ahorra mucha energía, se ahorra tiem-
en la misma medida en que se mantienen nuestro intelecto y sus errores. Schopen-
po (como en nuestra indumentaria) y no toda la atención se dinge hacia estas cues-
hauer. por su parte, ha recopilado todos los rasgos característicos de nuestro • * dones extemas. Quien quiere alcanzar la maestría en algún aspecto, ¿e eleva por
del fenómeno — e. d . de la representación del mundo forjada a partir d e e r r o ^ medio de su meta a un modo de ser aristocrático. — A l igual que en las artes. ID»
1 a b l
kmám y heredada por nosotros y en lugar de imputar como ^ P ^ : c l e r J e
d
iante la espiritualización, hemos trasladado una eran cantidad de cosas feas al ambi-
to. ha acusado a la esencia de Ja cosa [en síj como causa de este W « * w ^¿¿t ,od
e l arte, así también en la vida: hav que sentir lo que late en estas formas vitales
mundo Con ambas ( nes se vendrá a dar tcrm.no ' de Mmmera vista carentes de belleza, que nuevas y superiores potencias se albergan
una historia de la genesi miento, cuyo resultad., quiza podra d* ltltu
v
•» entonces una belleza superior se abre a la vista.
e>ta frase Jo que ahora nos el mundo es el resultadocsultauo d e u" » -, irí
I U i l r y 355
«tvawvww *¿* ilusión se logra que /n/n^o.j «dj |,
C o n
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cesiones a favor de la mera utilidad? ¿De q u e c n n „
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f ls» ' , í Bien, el brillo sulfuroso del Mal? ¿Y si W » < '° d e s a
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vida de ensoñación; de ahí que osla se eleve con q J ^ ° P l c t C \ a ,11341 * no fabular historias enteras de pueblos, de revoluciones , _
cuando el músico deja de hacer música. A veces se í ° dad ¿> e ! X
a
J V l a l i
s
9 qué el autor de novelas no rivaliza con el histohador? ^ f f í j
d e es, C
formación del músico es demasiado escasa y éste no di o ti C H
S p n e
en el que poder mostrar su espíritu. Lo mismo p ° de ¿¡&* a N
a s a P V
e x a c t
pensante de las mujeres. arne ^ \ m e
351
,11» tiempo se formulaban definiciones, porque se creía que a cada ~ i L
S - a inherente una suma de predicados, que a f i ^ * *
2311321 \ T ' ' • > d a C
* ° Pero en la palabra no se alberga nao una muy vaga alusión a las no
r
Quien compone sentencias en lengua alemana halla 1 so* 2 ? de modo racional sino para decir lo que uno quiere que se enúenda c^ una
d l f i c u l t
mente al final estas no pueden pulirse de forma aguda y <? ad d e
d e f m
se deja que cada cual delimite nuevamente el sentido de una palabra ?o
v es
1
verbos auxiliares se abalanzan como cascotes y trastos v i e j o ™ ^ " ^ « t ? ^ Rulante
U n a los
te. — Ni siquiera la mente más refinada es capaz de apreciad
de pulir sentencias, si ella misma no ha lidiado en este campo V * ^¡doT* " C s 1
to
to practico,
práctico, se toma por
se toma por algo
algo más
más fácil
fácil de
de lo
lo que
que es,
es, no
no sese siente
sient Ten * ^% 3 d i adiest
e s t r a
6
23 ^ \ la scuede los educadores surge en razón de la evidencia de que nuestros
C SUficiei dores no están educados ellos mismos; de que cada vez es mayor \a necesidad
dez lo logrado; de ahí que los lectores de sentencias extraigan di °u "e cnU
mámente .-.aso.• lo V mismo que * , quienes
* contemplan
*±~***¡camafeo
^ainaieosH de m8oceJ
N
se tiene d natural com-
- •' se aprende
Sólo en la emulación • a conocer lo - bueno:
- así, p "seldei modo I 4
c habltl •'itar la barba
o r
miento,
miento, uno
uno debería
debería ejercitarse
ejercitarse cuando menos
cuando menos en
en una
una cciencia
¡enría "en ' tota¿ p l a c e r d e
a C C r d e l c i
el individuo; ae que u u uay
n v M U I U U U C . ai margen üe los inte-
• • «-ia, cri Un arta .. , li U i a 4
componer de vez en cuando una novela, una consideración filosófica ^ * W ncionales, evalúe la buena marcha espiritual de todo el aénero humano- un
— A base de meditar sobre las propias experiencias, uno llega a comprende Misterio internacional de educación.
los ámbitos limítrofes afínes a esas experiencias — y de ese modo logra eU iambic
accesoa
muchas de las mejores sensaciones placenteras. ^ '*Una sentencia se encuentra en desventaja cuando se la toma por si sola; en cam-
bio en el contexto de un libro dispone de un trampolín a partir del cual uno puede
23 [133| elevarse hasta ella. Hay que saber colocar pensamientos menos importantes alrede-
Se es injusto también si se encuentra demasiado grandes a los grandes hombres dor de los importantes, para así engarzarlos, tal como la piedra preciosa se engarza
y demasiado profundas a las cosas del mundo. Quien quiere otorgarle a la vida el mas con una materia de valor más escaso. Si las sentencias se siguen una tras otra, invo-
luntariamente se toma a la una como realce de las otras, y a éstas se las relega para
profundo significado, envuelve el mundo con fábulas; todos nosotros estamos aún
dar relieve a otra, es decir, se hace un sucedáneo de libro.
profundamente imbricados en esa red, por muy libres de espíritu que nos sintamos
Hay una fuerte tendencia, innata y ancestral, a exagerar las distancias, a recargar 23 [138]
demasiado los colores, a tomar lo brillante por lo más verosímil. La fuerza se mues- A medida que el arte se va haciendo cada vez más pleno de espirimalidad, los
tra principalmente en todo este acentuar demasiado pronunciado; pero la fi* *® 80
maestros posteriores se dan cuenta de que las obras de arte de tiempos pasados no
moderación es superior, la justicia es más difícil que la abnegación y el ^ ¡ ^ i concuerdan con ellos y esto les induce a incorporar cambios aqui y allá y a creer que
do un asesino no quiere reconocer la maldad de su acción y s e ^ ^ asi r r o
l á n d o s e 'o único que en aquel entonces les faltaba a los antiguos maestros eran las condicio-
denominar bueno algo a lo que todo el mundo denomina malo, desvi nes técnicas. Así, Wagner piensa que Beethoven habria instrumentado mejor, es
de la evolución de la humanidad, ¿tenemos que concederle este derec ^ ^ ^ir, de modo más plenamente espiritual, si los instrumentos hubiesen sido mejo-
p r os
V v
música dramática plena de espiritualidad i i i v | „ ' 'etul ! '
0 m (
snia;
< í rni
y n<;
mas tarde entre las castas vecinas y emigró con las trib sab" c¡
ciado legado de la patria, conservado con tesón. U S 8ucr
n ¡ r a s £¡» d| K Se - r ~ u e nnalmente e, mdividlo y=a *
f
\ carga,
do esa carg
23¡U0\
Los poetas, conforme a su naturaleza aue p « i . , - , 2 3 1
a
'algo típico de las personas no científicas el preferk una expHcación cuaW
sonas de excepción poco «frecuentes,
de personas W W U W B , no siempre
siemore »\ alorfóv- ^ sta<¡ n
u arti
der una ofensiva literaria mayor contra una desacertada orientac"- ° ' >Pre. d e er
n
misma el contenido de siglos enteros: porque el camino que recorre a través de las
lectores españoles; luchó contra las novelas de caballería. De m m de loi d e l g U s t 0 H versas culturas es el mismo que realizan varias generaciones una tras otra. - Por
d e S a p e r c , b l o pasa ella también en varias ocasiones por el estado de inmadurez, de perfecto flo-
en sus manos dicha ofensiva se convirtió en la m á s universal ironizar ^
dC t 0 d a s l a s
Idmiento, de excesiva maduración: recorre toda esta serie de niveles, quizá prime-
aspiraciones de orden superior: hizo reír a toda España, incluidos todoTl ro como persona religiosa, luego como artística y finalmente científica.
n e a S y
él mismo se las dio de sabio: es un hecho que con ningún libro se ha reído? ° '
con el Don Quijote. Con semejante éxito, [Cervantes] forma parte de l a d e ó t e 23[146] / *
de la cultura española, es una desgracia nacional. Pienso que despreciaba a loshT ¿Acaso deja uno de sorprenderse de cómo Shakespeare era capaz de hacer
bres y que en eso no se excluía a sí mismo; ¿ o q u é hace sino tomarse a broma cuán- hablar siempre a sus héroes de modo tan apropiado, tan rico de pensamientos, de
do relata ias chanzas con el enfermo en la corte del duque? En realidad, ¿no se habria manera que éstos formulan frases que suenan cargadas de significado en sí mismas,
reído incluso del hereje en la hoguera? Verdaderamente, ni siquiera le ahorra a su pero que, no obstante, también se corresponden a su vez a su carácter? Para intentar
héroe esa terrible toma de conciencia sobre su estado al término de su vida: si no la explicarlo, se supone entonces que dichos diálogos son un mosaico de frases aisla-
crueldad, fue la frialdad, la dureza de corazón la que le inspiró la creación de seme- das, halladas de manera fortuita. A esta suposición me gustaría replicarle que en el
jante escena final, el desprecio hacia los lectores, que, como bien sabía, ni siquiera dramaturgo hay una persistente costumbre de no inventar ninguna acotación más que
por este final se verían perturbados en sus carcajadas. aquella que es conforme al carácter de una determinada persona, relativa a una situa-
ción: un hábito que resulta distinto por completo al nuestro: hacer la acotación en
función de su verdad, completamente al margen de persona y situación. Pero de vez
en cuando también nos preguntamos: «¿Qué dirías si estuvieses viviendo esa situa-
Poco a poco, todo sentimiento i n c ó m o d o , inic<ialmente> rígido, ción? El dramaturgo está acostumbrado a este discurso hipotético, se ha convenido
do agradable. De imposición pasa a ser h á b i t o , luego, costumbre, y in esIa£ ¿ o n turaleza el ingeniar siempre sus ideas bajo tales presupuestos.
e n s u na
tud asociada al placer. Pero las personas que han accedido a este u ^ e n e s en ipren-
quteren enterarse para nada de que fueron sus lejanos antepasados q 2
3|147]
dieron ej camino. Al igual que antiguas ceremonias religiosas repletas de sentido subsisten a la
C m 0 ex e
u! i ° P dientes supersticiosos incomprendidos, asi la histona, en general,
I^
> d° solo sobrevive a modo de hábito, acaba asemejándose al disparate mágico o
dls
En ocasiones, el ser humano ambiciona una emoción ^T^XsCD^ fraz carnavalesco. El sol que debía iluminar al Papa en la proclamación de
otros seres humanos sólo como medio. De la manera mas inte
J . MI* XIV IB H N A I I S I>1 IH76-VI fcAMj i »
tal WHm Vn
2 ! H 7 7
359
-do' es decir, que ahí donde te sienten puní-, ^
,á íConstruyan plano* continuado* de resitencia (que 3 2 i. imolun-
efl
T
QL
1
^ * imaginación), sometidos como estamos a la duMún h ¿ sólo exis-
I,ie
resulta. - El arte reposa por completo en la naturaleza arte v 2 2 *: juicios v sofismas. La ciencia no puede por menos que to-
ello í 0
U
««Si™ n d a m c m o
la moral, tal como lo hace en el caso del arte. Lon
leza envuelta v entretejida de errores y dc ilusiones, sin la cua " ^ a 3
| j g a d o
lf S » se debilite un poco este sentido: pero el propio sentido de la ver-
L A
n c nl)
q u í radica la compensación.
P- «jue> la materia misma es un arraigado prejuicio * ¿ hunw
de* aecho de que el ojo ve superficies planas y de que el o g
t K A . . M M u |
( S M l s
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2.1 H « I ¿ , .
j . M P X I V IB.HNAI.I:SOI-. t H 7 6 . V L R , .....
t í c e l o barbarizante de la a h s t i a c c i o n \ ul>hS
2 A S M j (
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Ib* m o * en la c i e ñ e w " 'ctó„ t (
"i.,, .(cito esperar hasta tanto no se halle wficiemcmente r ™ u
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I3|154|
" «a , A le ntos Además, la sabiduría no me ha caldo de|T,H ** * «*nte a P C ,(ia
^ 0
argurnen ^ ^ ^través^'^
u n a *>»>-
m j r a ( I a I n t u l t i v a
to
231155)
f L lectores de mis escritos precedentes quiero manifestar de forma expresa ou.
donado los puntos de vista metafisico-artisticos que en
"eos que en esencia
ese dominaban en
r del sentuniento ha venido al mundo en virtud d he a
h
ban
Johipc ñero insostenibles. Ouien se Dermhp
e r t 0 s
permite h»w»r • publico en teda
hablar en
s. no debido a las cosas mismas; p. j . , todo lo ^ ' eParece q u e
poco tiempoi
0aducc
a como causa de sus sufrimientos es erróneo es dec *nli I
micamentesobre la base de fabulaciones t » n s i c a s ^
esto, su talante estaría privado de pathos. °pudit. ausl 231160]
* —
Comoconc/uíion.
Quiero hacerme soWo antes de los sesenta años y considero que esto es para
23 (156J muchos una meta. Hay que ir apropiándose por panes de una gran cantidad de cien-
( D d prólogo) ni* cia y fusionarla en uno mismo. La suerte de nuestra época es que todavía se puede
Tras haber ido aprendiendo ano tras año lo difícil que es el hallar la verdad mete madurar durante un tiempo en una religión, y que. en la música, aún se dispone de
vuelto desconfiado ante la creencia de haber hallado la verdad: éste es uno de los pro¬ un acceso plenamente auténtico al arte; esto ya no será tan asequible a las épocas
espales obstáculos de la verdad. Pero si todos aquellos que tenían tan alto concepto de venideras. Únicamente con ayuda de estas experiencias personales pueden compren-
su conv icción, que le ofrecieron sacrificios de todo tipo e incluso no evitaron el poner derse los enormes tramos recorridos por la humanidad: lo cual es importante, ya que
honor, cuerpo y vida a su servicio, hubiesen dedicado tan sólo la mitad de su energíaa toda nuestra cultura descansa en dichos tramos. Hay que comprender la religión y el
arte — de lo contrario, no puede uno hacerse sabio. Pero hay que saber mirar más
indagar con qué derecho se adherían a esta o aquella convicción, por qué camino tu-
allá de ellos; si uno se estanca ahí, no los comprende. Asimismo, la metafísica es un
llan llegado hasta ella: ¡qué aspecto tan apacible tendría la histona de la humanidad estadio en el que uno tiene que haber estado. E igualmente la histona y el relativis-
¿Cuanto mas conocimiento habría! Todas las cruentas escenas, la persecución dejos mo. Hay que recorrer a grandes pasos la marcha de la humanidad como individuo e
herejes, nos las habríamos ahorrado por dos razones: primero, porque los inquisidores ir más allá de la meta lograda hasta ahora.
habrían inquirido ante todo en sí mismos y habrían soslayado la presunciori dej*. Quien quiere hacerse sabio, tiene una meta individual, en la que todo lo vivido,
deferjdiendo la verdad absoluta; y luego, porque los herejes mismos habnan d e j ^ fortuna, desgracia, injusticia, etc., se asimila como medio y ayuda. Ademas, la vida
ser paredaños de principios tan mal fundados como lo están los de todos^ humana accede aquí a su forma apropiada, pues el hombre anciano es quien alcanza
to m e t a c
xos y herejes religiosos, una vez que han sido examinados concienzu jt mV ° n mayor facilidad, según su naturaleza toda. La vida adquiere también un
Pero en esta ocasión tengo ante mí un tema, que quizá sea el m ^ ^«interesante, el tema es muy extenso y no cabe agotarlo con demasiada pronu-
la humanidad - pues, / q u é hay, bueno o malo, que no haya surgido, M El conocimiento mismo no posee ninguna meta ulterior.
fortalecido gracias a la educación? - y que a d e m á s únicamente P ^ ^ ^ 2 3
(161
gran escala, una vez que la incredulidad ha llegado a ser la vi^ d e c o n
1 P U r c z a é t i c a
de lo ? <k tos hombres ha sido promovida por algunas falsas ideas más
bien, qu.siera advertir sobre iodo a los j ó v e n e s vehementes, * ¡ * ^ p o d r i
al a hacerlo la verdad. Que un dios quiera el bien, que haya que vencer
oca, que no tomen de inmediato mis enseñanzas como una norma ^ fl u cr
P ° Para liberar el alma, que exista una responsabilidad por todos los actos y
tesis que hay que evaluar debidamente, y para cuya implantac
cak» es K> que ha eiev«do y refinado | MI, XIV IB PINAI.KS OE IS76-VKRANO Of i
******
tt S 7 7
Ha
—• —«*d l V
.„ -ceeder a una etapa superior, en U i .
q u c 0 m
ante
t n la epoca nnrlilerana. la inteligencia superior hu \
,tlO\ más propicia para que un pueblo , a s u m a
cvodKioMto <W costear, podía f i a r s e casi por s o b r e h u » ! > ' ^ o > ' S ! .¡ficas U C T Z a
•ofia. cien-
¿ 1 |1* :
h d
a n c r
ti. por
ia
" - . cuelas: scnai u ; » J .^uidiczas errtpreodedoras
C 0 U e
ftL
cesidad metafisica es una contrainstann- ^ ' f as épocas han sabido trazarse sus proptas sendas. Se cria a e s o T o W ^ .
c
l a
. La voluntad manda. ' °Puesi ^ ^ tmba an al unísono, como s. fueran al compás, y a quienes la tarea va les
les-1* ^ aquellos tiempos en que Alemania, en virtud de sus espíritus w j !
n
1 h3
| bras* los largos períodos extienden su duración. De ese modo, este estilo suscita
vulgares fcs lo mismo que pasa con los organismos simple ^ sa conjunto un temple de ánimo, una sed, hace que uno entorne los ojos, porque
jos. La toa y dificultad de todo el camino proyecta la apariencia ¿ f buena gana querría ver algo con claridad, pero todo flota a lo lejos, en una atrac-
v elevado sobre quien tiva transfiguración: como uno de esos ondulantes espejismos que al que está agota-
do sediento, le dan la impresión de ser (así se le presentan ante los sentidos* un mar.
23 |té7| un oasis, un bosque.
Si Jos seres hranano» no hubiesen construido moradas para sus dioses, la arquitecto-
ra estsm asn en nádales. Las tareas que el ser humano se propone sobre la base de falsos 2311721
stysaessos tp q., eJ de un alma deslindable del cuerpo) han dado lugar a las formas supre- Una nueva exposición de la teoría del arte ha de partir del hecho de que el ser
mas de catan. Las «verdades» no son capaces de procurar unos motivos semejantes. humano obtiene placer de todos los estímulos anímicos en si. justamente en tanto que
emociones, incluso de los más dolorosos: quiere la embriaguez. El arte le estimula
IMJ jugando al dolor, a las lágrimas, a la ira, al deseo, pero sin las malas consecuencias
Si se quiere tener expenencias sobre arte, háganse algunas obras de arte, no hay prácticas: no obstante, también hay hombres que aceptan incluso esas consecuencias,
otro camino para d juicio estético. La mavor parte de los propios artistas únicamen- con tal de tener la emoción (el cruel).
te resulta útil por adquirir, preservar y llevar al extremo la consciencta de os gran-
des maestros 2
pues, por ser. como qu.cn dice, un medio conductor delI calor. Al,*
23 [173)
Por desgracia, Schopenhauer ha introducido de soslayo en el concepto de «co-
naf m a j o s * una novela, una tragedia esto puede hacerse sin * ¡ ^ £ ¿ nocimiento intuitivo» la peor de las místicas, como si por medio suya se dispusiera
* que .las actn
de . idadea
.... . pnndpaJes de uno se vayan a pique; tampoco deoe
b
. ¿ ¡ d
e una mirada inmediata a la esencia del mundo, como a través de un agujero en el
guru manera, publicar tales cosas. En ger 0- wuito del fenómeno, y como si hubiera seres humanos privilegiados que, sin el es-
dnersas formas este es el principal truco Weoo y el rigor dc la ciencia, fueran capaces de comunicar, en virtud de un maravi-
J d e visi
tu° ° « » a r i o . algo definitivo v decisivo acerca del mundo. No existen esos
11691
™ emo el gra"'
0
m°re : y, | sucesivo, el milagro deiará de encontrar, incluso en el ámbito del
S c n 0
l na etapa de la cultura consiste en apreciar lo grande y k> exta ¿J¡0Í* ^cmnento, creyentes.
la productividad mas intensa, c l c o n / » n má» ardiente. W
FRAfiMt-NTO.N Pf\si1i Mt
v i n i
I l gusano de *eda que ha salido del capullo aún 363
s,
V th
•« j/t*j. C'uaiulo la ¡ i
1% Títoo* o ««fecemw. « t u último es lo Zh ?
4 n
ral? y °f ínóliticos, sociales o de todo tipo entre artistas, meiaf.sicos) son tan «ce-
os
oscomo p .
2J,I77|
sari n u e v o s e m C n o s
ee n e g
re. unan 1 0
over montañas, la de que cierto alto grado del tener por verdadero transfor-
torma mi segura en las religiones convencionales de p u c d 3 m
sas conforme a dicha fe, la de que el error se convierta en verdad, puesto
0
siempre Jo revestimos de una sutil membrana anímica — y es ésta lo que vem ^^Amor y odio, fuerzas no originarias. —Tras el odio está el temor, tras el amor,
eatoocrs Sentimientos heredados, estados de ánimo propios se despiertan ante esas la necesidad. Tras el temor y la necesidad está la experiencia (juicio y memoria). El
cosas naturales Vemos algo de nosotros mismos — en esa medida, también este intelecto parece ser más antiguo que el sentimiento.
mundo es nuestra representación. Bosque, montaña no son únicamente concepto, son
nuestra experiencia e historia, una parte de nosotros. 23 [187|
Ampliación de la experiencia. — Hay ocasiones en las que los sueños enrique-
23117»! cen realmente el horizonte de nuestra experiencia: ¿quién sabría, sin los sueños, que
Superstición. — Las personas en estado de gran excitación son las más supers- se siente al volar?
ticiosas. La restauración de las religiones se produce en períodos de gran agitacion e 23|1881 ns*qufl;i
incertidumbre. Ahí donde todo cede, uno se agarra al cable de las ilusiones del mas Anhelo de la muerte. — Como el que está mareado otea la costa desde el barco
aüá. con los primeros claros de la mañana, así anhela uno con frecuencia la muerte — a
sabiendas de que no se puede alterar ni la marcha ni el rumbo del barco.
l m
*i \ lo Ha todo cuanto
El niño moribundo. — A un niño que se tiene que morir seJe os * ^ v 23 [189|
quiere, chucherías — ¿qué importa si le estropean el estómago. o Tristeza y placer de los sentidos. — ¿Por qué la persona en un estado de tnste-
m á s
somos todos, en esa situación, un niño así? ^ propensa a abandonarse ciegamente a los placeres sensuales.' Es lo nar- 0
1
Sancho Pan/a dice «cuando el hombre se abat lo, U M lU . ' h ^ t-n,^^,
1 4
ve bestia»» . ^ ^ i l i X ! Letrilla;
t Dan/a de los pensamientos.
2J|IW|
" l fe.
una de las gracias te guía:
Cuando Richard Via^nei interpreta a Heethown ¡Oh, COtno deleiüis mi sentido! —
alma de Wagncc lo que >aa resonar a través de Heethwen!? ^ ¡ t s ¡Ah! ¡Qué veo! Caen
mica, la ejecución de frases ai* ¡a máscara y el velo de la guia,
quiera escandalizarse ñ o r 1 njUn
'° la y abriendo el baile
^ , o Bcctho.cn babna dicho .esto es yo y m . ^ g ^ " ^ marcha la espantosa necesidad.
t ü n
Í ^ Z •4
' ^ . e n X t a r a algo del alma de los 5¡K^
iebena scrsienipre» En cambio, cuando los maestros
Z K sel
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S!
0
P U c
Rosenlauibad
q u c
Junio de 1877
rmo que esto no le habría gustado nada a Beethoven y habría *
tenx til**** d e
- <- • Agosto de 1877
a
e
h aan" Esta l e s ¡ endurecida y afilada bajo el golpe de marullo del corocirmen-
S i
este libro. p da servir algún día como el hacha que haya que aplicar a la
Ue
el proceder del individuo, que elogia o censura, se sigue el principio «el fin"
los medios»: pues censurar no tiene tampoco sentido sino como medio de m f
w 1
cwn y. a parar de ahí, como motivo de acción; el elogio quiere impulsar. incitTai- Guia de viaje
t pero en la medida en que ambas cosas se hacen como si fuesen válida! para leer en ruta.
una acción que ya ha tenido lugar, no cabe evitar la mentira, la apariencia, en Prólogo, . , . . . , . ..
lodo elogio y censura; son propiamente el medio que queda justificado portáis Las personas que trabajan mucho dentro de una detenrunada profesión roanne-
superior. Obviamente, suponiendo que todos, tanto los censuradores como los cen¬ nen casi inalteradas sus opiniones generales sobre las cosas del mundo: en sus men-
t * * " , estén convencidos de la doctrina de la irresponsabilidad e inocencia totales, tes se van haciendo cada vez más duros, cada v ez más tiránicos. Por eso son tan
la i r—•• i deja de funcionar, a menos que la costumbre, sobre todo la de la vanidad importantes esas épocas en las que el ser humano se ve obligado a atandonar su tra-
y la ambición, se mantenga con más fuerza que todas las convicciones inculcadas por bajo, porque sólo entonces pueden volver a afluir nuevos conceptos y sentimientos y
esas doctrinas. su fuerza ya no queda consumida por las exigencias cotidianas del deber y la costum-
bre. Nosotros, los hombres modernos, debemos todos viajar mucho a causa de nues-
tra salud espiritual: y tanto más se ha de viajar cuanto más se haya trabajado. A los
23 ¡193] tí
viajeros han de dirigirse, por tanto, quienes trabajan en la modificación de las opi-
¡Ah, si los mediocres sospecharan de la seguridad con la que los
niones generales.
intu —
espíritu auf. vrvon
— que m todas las
vrven en l <. épocas — sienten
¿ñora* —
a sienten la mediocndad de sus p Pero de esta determinada consideración se deova una germinada forma de
ciono' SÍ el mavor éxito entre la masa les consolaría. comunicación: pues van en contra de la esencia alada e inquieta del viaje esos siste¬
m a s
de pensamiento urdidos hace tiempo, que sólo se muestran asequibles a la aten-
«on más paciente y que requieren un silencio de semanas y la soledad mas reconcu-
ta
' Han
!*> de ser ih». H
ser llibros, no .de
. . ilos que- uno ilee~ de ..smdo
corndo, sino de los que se consuUa
consulta
if- '^uencia: hoy se detiene uno en una frase cualquiera, mañana se demora en otra
35110
— . . ^ triste'- ^¡irt
ldo
" Cf Cervantes, El ingenioso hidalgo Pon Quijote. II. cap. I ¡: d rnasi< '"
C
PBaptri las bestias, sino para los hombre»; pero t i los hombres las sien Esbozo de Prefacio para MA
bestias».
:
En alemán, «Dichtcr p p
Ml
s
"'ii ri• -iv
CICMU iw..*»-- e—;-; — ^ , J i m . , ^ u 0
a Cí v
de restablecimiento esptntual. como si el arco volviese ¡a s
C S I a r tc Sac
cuerda y mas tirante que nunca. Se ha viajado de formí * s a ? < «Hw
No obstante, si después de semejantes observación os Cch
%nN¡ a 2 4 . MP X I V I C . OTOÑO D E 1877*
reIir
» de este libro queda pendiente aún una pregunta esen^ ? *ina S r
n Csv
responderla FI prologo es derecho del autor; pero del I ^ T ' ° soy ap v rfl
t 0 r I y o í
oe ^ . lS % s
2" lodos los oslados J - ,„„ 24, MP X I V 1C. OTOÑO t>K 1K77
2» 371
29 'w^sdisrruundelj,,,.; , , Experiencia. Pensadores. Necesidad,
30 •'^•..súgo. Interesante. Pureza. Venganza. =Ja propia época. ] . u
ndioso. sobrcN'alorado a
^ i , n
31
8 Q
,d
cter d * Arte I tado y Sociedad. Génesis ¿ " í l ^ * ? ; * * * *
e ag
32 i <e en experto en arte, hay que n ^ . , ' F - ° ^ de) mal humor solitario. Profesión. Sociedad "ra- Almo de l
ra scrlt
a
33 ^ ^ . n n Z , - H
ida 0
. ' Cues" " ayor exigencia. Fidelidad. Justicia. Modesta. Odio Ten** A
34 como pensador, * las pasiones v
M
e S c
recuerdo ' esté . e n U n a pu'
Re
aC,on
' f l a n z a . Juventud. Instante. Nobleza. Poder.
Con
Los números que aparecen en este fragmento se refieren a la ^ " J , - ^ J Kfí^^* 1 P^ecr y entonces, de manera ocasional, tienen hijos.
C
fragmen » an tenor En los tres aforismos siguientes también apurct
rRAliMt'NIOS K K | i i
MlK
24 W
Así. héroe —diagon
24 |9|
Iodos los poetas menores creen que el sano cni.
,llín
te asequible > que podrían disponei do el lan pronto*' «»» l i u
CJ
11 tc-tí o posee n ü s t a
'>w \ N
X I V I D . ( G A S T ) . OTOÑO D E 1877
24| I0|
1
<*iS 25- rviT
-r—w s «a ludo a lodos Nosotros, lectores mfr*
Jámente la mirada en este libro con ojos falsos y aviesos T"* ****
ñ u s que una cueva de locos o ^ ^ < ^ ^ ji Socialismo.
15
adorada, una imagen cómica y caricaturesca de la libertad , * V ' h a «mn espectador, se engaña uno acerca de Un sufnmitmif* v «
« b e * lo que di y chorno lo di; lo que fui capa, de £ ^ ¡ ^ ^ r ^ S Í ^ ° ' ^ " ^ d C 1 3
" - ¿ ^ u n t P b ! a C I Ó n q U e 5 m 1
esto es, tender un nudo eiectnco a lo largo de un siglo d?^ ° q u K > k m a s •* ? ^ propio sentimiento, como s. uno mismo, con su cerebro sumamente
dida
hasta la cuna de las nuevas libertades del espíritu. ' C > a c á n* « ¿ d o para el sufnmiento, se pusiera en el lugar de ellas. En realidad, los
practica una hermosa res ancha por todo lo bueno y | ¡? ° P
ahora^N d é i s table y cap» a c i o n e s aumentan con el crecimiento de la cultura del indKiduo-
0 m a
U C h e ^ nfcriores son las más obtusas; mejorar su situación significa: hacerlas más
Entre vosotros hay quienes deberían devolver lo pequeño con | ^ I T * 3
las caP ^ . i i e n t o . sufr m
con lo logrado: - con que sentimiento pienso en cada uno de . i ! ? * > C í ? 3
0 s
ap^ P " ^ . tiene como mira el bienestar del individuo, sino las metas de
s i n 0 s e
aquí, al tinal del libro, con un rítmico saludo- ' abe Y* c
^
P
nidai cabe preguntarse si en esas condiciones de orden que reivindica el
13 h
T m o podrían producirse grandes resultados para la humanidad similares a los
que este libro surgió en mí, nostalgia y vergüenza m han producido en las condiciones de desorden del pasado. Probablemente, el
n,eniaa
basta el día en que en t i . más rico y bello, un brote semeiam,.T ue
1 ^ ^ r e y la gran obra sólo crecen en la libertad de lo salvaje. Otras metas que
Ya desde hoy saboreo la dicha de ir tras los pasos del más era H ^ randes hombres y las grandes obras no las tiene la humanidad.
si tí se deleita con el fruto dorado de la propia cosecha '° * Tercero: puesto que hay que llevar a cabo mucho trabajo duro y brutal también
S
hay que conservar a los hombres que se someten al mismo, esto es. en la rnediaa en
que las máquinas no pueden ahorrarnos este trabajo. Si la necesidad y el refmamien-
io de una formación cultural superior se infiltran en la clase tratejadora. entonces ésa
va no podrá realizar ese trabajo sin sufrir de una manera desproporcionada- Un obre-
ro formado hasta ese punto aspira al ocio y no se limita a rei\indicar un alfvio de su
trabajo, sino la liberación del mismo, es decir: quiere endosárselo a otro. Podría pen-
sarse tal vez en una satisfacción de sus deseos y en una importación masiva de pobla-
ciones bárbaras de Asia y África, de forma que el mundo cotizado tuviese permanen-
temente a su servicio al mundo no civilizado, y de esta manera se considerase propia-
mente la incultura como motivo forzoso de senidumbre. De hecho, en los Estados de
Europa, la cultura del obrero y la del patrono suelen hallarse tan rjróxirnas. que la exi-
gencia mantenida de un trabajo mecánico agotador suscita un sentimiento de rebeldía.
Cuarto; si se ha comprendido cómo surgió el sentido de la equidad y la justicia,
y u e
1 contradecir a los socialistas cuando"hacen de la justicia su principio. En el
«tado de naturaleza no rige el principio: «lo que es justo para uno. lo es también para
S m q U e a h í d e c i d e e l E n l a
cJnT' ° Podtt medida en que los socialistas quieren la
del O H S u b v e r s i o n d e
la sociedad, recurren al poder. Sólo cuando los representantes
f i
™en futuro se enfrentan en lucha con los del antiguo orden y ambos poderes se
m P C d c l l c g a j d c
'«madas r " Mas sueltas de diferentes tamaños, copiadas luego por Petcr Gast,
«arante la estancia de Nietzsche en Sorrento.
[3731
IKAliMINTOS POSTUMOS
b i o d e las instituciones r . C ü S
sobre la tierra, sino I • desaparezca el tempera " " 1 0
dd tibiar al su proximidad, puede que sienta como esa excitabilidad casi
h
«uní
ura externa
« t e r n a añade o r e l ^ S 0
>H
' *. ^ t n t 3 conf»« o « c h a z o a los ú l t i m o s restos de . m o c i ó n y modera-
e s e
c c S f
ese tipo malo de l o m p S ? ° P C a
c<¿ d l tan asociados a un alma f i r m e , b e n é v o l a y cas, de buen tálame, ante
la. c i r c u n s t a n c i a s , ^ < S < > * " necesidad de andar prevenido por maldades y repentinos arrebatos!
s a
1
nuevo orden. *""" el " c n
C a
Q n
ció" ° die tiene n na j n o gruñón y el e n s a ñ a m i e n t o , cualidades
s o b r e t o d o e t0
llbr
n el mundo; los" socialistas d 'Subtes y P £ ha nacido, como sus predecesores, de la lucha, sino más
" ^v*«..»iua están están aaliados
i j a d o^l T ^
^ de* h!> J í
-rita l ' b r e
n
n tt o d
icion, las
las• costumbres,
— sil • la
*U moderación-
| | J V.J „ !.?. Odo.i7
°s w X . c 02
c n
l l o s \áe l a P ieio mundo. Una vez que se ha producido esta suprema convulsión
>titudes constructivas
aun de maniíiesso nuevas aptitudes constructivas. ' " ~*' no«.no L¿ "N us
b u i n l S
v
)
... _ i ai eíl
S e ' ! L del s í puede prescindir de la envidia y casi carecer de necesidades, él
n l m a
Si >a el auto: >e encuentra con que, situado ante su propio libro ] Una vez p b r i a dicho: el poeta — quisiera entrar él mismo en escena
n a
1
coa - " y de sus labios fluye la pregunta: ¿soy yo?, ¿no soy yo? J - * ^ * héroe- el autor ^ i g o . ¿Se trata de una tragedia? ¿De una comedia, o de una
m o n o 0
CUanlDrnii
un sentimiento semejante los lectores de sus anteriores ycomenzar c ^ ^ ^ 0
^ palabra capaz de agotar por entero la defmición:
en persona al autor de los mismos y éste sólo se l e s f S í *¿ *pa¡to q ff
vengan en nuestro auxilio y preparen al oyente:
u e e s t o s v e r s o s
presentes, í erosos estímulos y protectores de mi yo superior - les debo I I Juego de los pensamientos,
explicaci e lo que es el libro, sino sobre lo que significa para ellos, para una de las gracias te guía:
mi: ta misma explicación que me doy cuando, como queda dicho, miro a los ojos, ¡Oh, cómo deleitas m i sentido! —
asonibrado. a mi propia criatura y tan pronto la encuentro un poco inquietante como ¡Ah! ¡Qué veo! Cae
demasiado inofensiva. la máscara y el velo de la guía,
Cada uno de nosotros, hombres representativos de esta época, porta consigo allá y abriendo el baile
marcha la espantosa necesidad.
donde va esa excitabilidad interna de espíritu libre que, en un grado inaccesibka
todas las épocas anteriores, nos vuelve sensibles y reticentes ante la más leve presión
de cualquier autoridad. Es una casualidad el que hasta ahora ninguno de nosotros*
haya corrvertido por completo en el tipo de espíritu libre del presente, ^^T¡ I Filosofía de la cultura.
percibimos, corno si fuera con nuestros propios ojos, sus brotes y, por asi decir^ II Para la historia de los sentimientos morales,
boceto trazado de su esencia. Ahora bien, dado que el autor de este libro III La vida religiosa.
mí
IV Del alma de los artistas y escritores.
31 JLii I le hace un largo espacio de tiempo las huellas de esos grandes
V De las primeras y últimas cosas.
alzados por encimaa de ella, para ser alguna
a t o dicha ausencu VI El hombre en el trato.
a el no .se Je ha pasado por« ¡ ntu p V
H Mujer e hijo.
tipo esencial «s, intentando vislum -brarla imagen VIH Una ojeada al Estado.
del presente ,s md.cac.ones internas e ir retratandoKP ^ A
El hombre a solas consigo mismo.
Prestando cuidadosa atención a las horas cn las que ese espíritu a
1
Lista de temas para MA.
1 8 7 8
M
«nwcrito copiado por Peter Gast para formar parte de MA
[377]
7 N II 5. PRIMAVERA-VERANO DE 1878*
2 7
' I levanta un gran revuelo al hilo de sucesos completamente vacuos, como un
T nrensa es la falsa alarma permanente.
1
a ' rao m
atentado- ^ " | W W - . a. .
2 7
'cuando yo era estudiante, decía: «Wagner es el rornantictsmo, no un arte del
diodía y de la plenitud, sino del ultimo cuarto de hora: pronto se hará de noche»
Con esta manera de ver las cosas me hice w<agneriano>, no pude ser otra cosa, au*
2
27(41
El hombre fuerte y libre es no-artista. (Contra Wagner.)
27 [5|
Acaso está Wagner en condiciones de dar testimonio de sí mismo?
27 [6]
La energía de la m ú s i c a griega en el canto al unísono. Su desarrollo más depu-
rado en el tono y en el ritmo — por eso nos DANA la armonía.
27(7]
8 puntos sobre los cuales he de decidirme.
"[8]
De la religiosidad que va imponién<dose>: Treischke* y también los franceses
4
°das las cosas han de estar al servicio de la ma\ or gloria de Dios» .
C n d e 6 2
'tt£fi ^ Peinas, que recoge las ultimas anoucior^nan MA.
C t a c h e s c
'878. «fiere al atentado perpetrado
perpetrad contra el F.mperador ouiUem» 1 el 11 ma.
2j
1 D a l a b r a s
Heinrich , entre konnte mude) v tatare t sabia V
l n n
««omnanismo de Bis-
mar . ^ von Treitsehke ( 1834-1896). historiador alemán defensor del pangermanismo
tk
W,
* ""u/r,, x ? ( v
[3791
27. N » 5- PKIMAVl K A VI.RANO DB I
3K1
m a l entre los asirioh.
Oíft^J^é manejo de masaseenorm J 1, i U
^ Bai «dad del material en las
W
Co^ ci dà/*""'
27 1WI Ice*»* rnos es.cl.carncnte».
Oc /0
En U «""f" el prft». e s
Mu
Art 1 íl6l Nuestra conversación amistosa guarda ame la esfera toda
Porvenir de I J cultura. (Aislar fase)
ui.w mantiene ei, i la gran ciudad, que es donde
2 7
' ^~ —• similar a la que uno o n c
B hombre a solas consigo. 0* ""'leíoresulta: nadie nos,presta atención, aunque hay quien alcanza a oírnos
somos
5
Se que la independencia de pensamiento se ha increment H ' dramaturgos toman prestadas — ésta es su principal capacidad — ideas
S o b r e ^ I la eoopeya (Wagner sigue haciéndolo con la música clásica).
que qui
asaca se exprese en contra m í a v. Emerson, Goethe, p 9*
— k "erra, Esticas de » I ~ K -»n^-Safc***^'^
2 7
''LOS dramaturgos son genios constructivos, no inventivos y originales, como lo
¿Que es la frrvoiidad? Yo no la entiendo. Y, sin embargo, Wa R
democrático.
27 (MJ
La critica de una obra va asociada a un gran deleite. Y, además, a lo útil (
voces pan el autor), ya que fuerza a los admiradores a dotarse de razones ^ 2 7
^Me alegro de que la naturaleza no sea romántica: la no-verdad es algo única y
exclusivamente humano: librarse de ella cuanto sea posible significa cemocer, retra-
ducir al hombre a la naturaleza y su verdad. ¡Qué me importa aquí a mi el arte . — 1
Forma pétrea con v ida, imitando la forma de la madera — como simil para el Pero un aire vigoroso, al abrigo del sol y de la humedad, en ausencia de seres huma-
esuh hablado y escrito (el estilo de la lectura). nos — ésa es mi naturaleza.
Las columnas asirías con las volutas del capitel jónico — según las reproduc-
27(211
ciones. > , L •-<•- - 4
Veo a los enfermos que se dirigen en busca del aire de las cumbres de la Enga-
La columna egipcia, protodórica. asmo. dina. También yo envío a los pacientes a m i aire de las alturas — ¿de qué clase es su
El trono de Armclaa* y de Zeus en O l i m p i a , resuelto con animales -
enfermedad?
El tratamiento del cabello en el arte griego arcaico es asmo.
Excelente ahí donde concluye la ceremonia, cuando uno puede dejarse . " (221
El caminante a los amigos
Por F. N.
•Cfi y aquí, fragmento 22 [45].
'Cft I H de agosto de 1878. cWw*** , r a d
c a
l n
**nera!. se considera un elemento importado de Onente a través de laarqu
ircoj i ? ^ * ™ * " ' a d a asimismo por el empleo de materiales dc baja calidad y el empleo del
•-mestre de verano de 1878 a c
d
^diopumoN bóveda
JI I ^^^^
» hijo de Laccdemón y I aparta. l a
Danae) y padr
«2 tKM.MhNI,.S, V l M l
N i) 5. l'KIMAVI.W 187H
27. DK
arte Je la o* orme. U , a l
*ctj C a tfifi
Sus obi > se p r o e n i a n como masas repletas de . P
g n i n d
«til < nue expresa Wagner de nuestro tiemr
n j avilar aquí1 a m un artista
artista superior, para tratarlas.
superior, para tratarla s c
° urr^_. de barba-
j7 l .¿ ¿ es lo **
J
debilidad, el asilvestramiento de
Siempre atento a ia expresión más extrema
u
á s •hipersen-
la i " ° un ansia de emociones por agotam
C n
goumien-
Pal a b r ; r
?i d a d n C
Í I entienden los wagnerianos.
u hacia todos los periodos de moderación- rece! ^ ° P*t¡ J Sü SÍ0 esto
10
Hi>e a lo «alemán» nada mas que sus pronin, J d e l a
behW ,
comprende sus detectos. 11 i 3 3 1
naro con la música de Wagner, que quiere producir el efecto de un discur-
CtfBpw _ >Heve, que quiere producir el efecto de una nintura. Cuando se
a n rl
27|25| alcanzado
vulneran las
Es, en erecto, el a / í e del presente: una época más estét
socas más sutiles también lo rechazan hoy día. Vulgarizaci in* 1 aria h. rechaz
t 0 d lo Z7 P ] 4
. pathos lo logré cuando e s b o c é al hombre schopenhauenano- d
— Confrontado al ideal de Goethe, resulta profundamente ret ^ ° «téti i m 0
Di • r u i n é «la más ética de todas las músicas» al pasaje en el q U 2' fase: Intento de cerrar los ojos ante el conocimiento de la Historia.
e
éxtasis supremo. ¡Característico! se alcanza el 3 » f e: placer de la destrucción.
aS
27P7J
Wagner contra los astutos, los fríos, los satisfechos aquí reside su —
27135|
grandeza — intempestiva — contra los frivolos y elegantes, pero también —
El ritmo no llegó a la poesía de los griegos a través de la danza. La danza y la
coTimj los justos, los moderados, los que disfrutan del mundo (como Goethe], poesía, independientes. Así PUES: música y danza han debido ser independientes
contra los benevolentes, los afables, los hombres de ciencia aquí reside su —
durante largo tiempo.
reverso.
27 1361
27 |2Xj Espesos abetos negros recortándose contra las montañas y el verde primave-
Motivos épicos para la fantasía interior: muchas escenas producen un efecto ral — el sol en extensas franjas en el bosque, al atardecer — se espera la danza más
jovial.
débil en SU e s c e n i f i r j i p i ó n I>1 íJraoÁn u W n i ^ n l
» 137]
27 [29|
Mi error respecto a Wagner no es ni siquiera individual, muchos dijeron que mi
Wagner no sabe narrar ni demostrar con su música, sino sorprender,, e r a a c e r t
uel e
¡2 a d o . Forma parte de los poderosos efectos de tales naturalezas el
tar, mortificar, poner nervioso, hacer que uno se estremezca — lo M la compo- "ganar al pintor. Pero contra la justicia se atenta tanto por favoritismo como por
mación, lo ha convertido en su principio. El estado anímico reemplaza a Aquerencia.
sición: va por vías demasiado directas.
2 7
[381
27 |30| toéoílos o n lut
un al e f w ? n
W a n e r S e d
ambiciosa combinación de todos los medios con vistas
a l a m á s
27 139J 27 N M 5. PRIMAVHRA-VERANO Dü 1 8 7 8
385
27 |40J y ^
Si la naturaleza no se hubiese convertido en u n a .i8l - irada se abrió seguidamente a las mil fuentes en el desierto
Pero mi m» y útil frente a una excesiva precocidad
| 4 I | en Dios - la maquinaria teatral, los b a s t i d o r ? ^ P ° r
1
3
creeríais
27 v
f m u
fuella etapa ru
La ley psicológica del despliegue de la pasión (acciñ s
la sinfonía musical no coinciden: la aseveración Wagnerian"' ~* d; »*SQ ag
P Ue(lec eSto
,7 [491 . amanecía para mí la Antigüedad y la concepción goetheana del gran arte-
tada por su arte. - Toda grandeza está ahí donde d o m i n , on¿ »yb
a
2 0
A H ^ ese preciso momento pude obtener una visión lisa y ¡lana de la v i
m u s
domina la dramaturgia — asi pues, no en el paralelismo ¡c X ? a v> c a m e
? / tenía los remedios para que ningún pesimismo venenoso pudiera surgn-
¡>fl» ^¿enhauer se hizo «histórico», no por ser conocedor de los hombres.
s
27 (42| de a h í ' S C
Posee d e
P
27(431 27
^Wagner lucha contra la «frivolidad» dentro de sí mismo, que es en lo que se le
El Schopenhauer vivo no tiene nada que ver con el metafísico Es v.if al no ser aristocrático (contrariamente a Goethe), la alegría de vivir,
12
volteriano, el 4.° <Iibro> le es ajeno. ' n esencia
™ convirtió, <"
V<id,> s<upra>
27(44]
2 7
Mi retrato de W'agner iba m á s allá de él, yo había descrito a un monstruo ideal ^Wagner se imita a sí mismo de muy diversos modos — amaneramiento. De ahí
pero que quizá está en condiciones de enardecer a los artistas. El verdadero Wagner. que también haya sido imitado con rapidez entre los músicos. Es sencillo.
el Bayreuth real, fueron para mí como la defectuosa prueba final de un aguafiierte,
tirada sobre papel de mala calidad. M i necesidad de ver al ser humano real y sus moti- 27 [54]
vaciones recibió un estímulo extraordinario debido a esta humillante experiencia. Wagner no posee la fuerza suficiente para liberar y engrandecer su propia per-
sonalidad en el trato con los otros: no tiene seguridad, sino que se muestra descon-
27f45) -*:*» i <s*¿W fiado y presuntuoso. Su arte obra un efecto ASÍ en los artistas; es un arte envidioso
con los rivales.
Wagner recuerda a la lava, que refrena su propia marcha mediante la solidifica-
ción y que se siente obstaculizada de repente por los bloques que ella misma a 27 155]
mado. No hay en él ningún allegro con fuoco. Contradicción entre la zafiedad de la conducta y la suma delicadeza de la sen-
sibilidad.
27(46] jjÉpr Tilllilfi « •
Gracia e intimidad asociadas también constituyen algo alemán. 27 [56[
27(47] En él se d» " J 1
Falta de claridad de las metas últimas, vaguedad nada antigua.
Su alma no cania, habla, pero como habla la pasión extrema ^ £ S d e l V*
»1571
raímente tono, ritmo y mímica del discurso; la música, en cam »
d e l
RnJS llorido-orquestal, tras haber escuchado (en fecha temprana) «N
' " I *
m Q
V !
dvrepresen^ n o
°>do a los franceses, a Berlioz.
11
Níetzsche se refiere al cuarto libro de El mundo como voluntad y
hauer, que lleva por título El mundo como voluntad.
FRAGMENTOS PÒSTUMI
27. N II 5- P R I M A V E R A - V E R A N O D E 1878
Tanhhduser y Lohengnn no son nuena música |»,. ÌX7
, w
vedar, no son en absoluto algo que suela ser a l c a n , «nw .
/aill
c n
jrte más depurado y elevado, lufa rizadón. ° n ma „ **it v t .ni .1 músico que carece de sentido del ritmo.
27 blC
' p''' S;raic» (paralelismo), decadencia del sentido ritmico, recurriendo a e
27 m , * Pe eta-
'"ove^ | , e
,ri
pí* f¿rtr* °
ia
4 a
Evo
27|6I| * * *
Profunda desconfianza hacia JU inventiva musical en I 2 7
'^obtenido en recompensa a la más refinada moderación interior».
a dia
por todos los medios este detecto. lécti Ca *
• Pitias
cara Barcia
27(621
Escenificación del nacimiento de la tragedia — guirnaldas d 2 7 1 7
v algo que suscita en grado extremo la desconfianza hacia Wagner. es la pro-
¡4
tando sobre un cielo nocturno, a través de las cuales refulgen la ^aricasfio, n u b e s desconfianza de Wagner. Esto corroe con tanta intensidad, que en dos ocasiones
valle iluminado fantasmalmente por un impreciso exceso de claridaaf*^ yn píallegado a dudar de si un musico
he
27(63| ^
LA ENVIDIA DE PLATÓN. Quiere apropiarse de Sócrates sólo para él. Lo iinpregna
Sobre el puente — tras un encuentro con los amigos Soledad
de sí mismo, se propone embellecerlo, KCIXOC, ItóKpáTnc; , arrebatárselo a todos los 4
27 n mm 27177|
El «filisteo de la cultura» y la enfermedad histórica comenzaron a darme Wagner no posee grandeza ni sosiego en sus escritos, sino petulancia. — Por
alas. que: —
27[78]
27 [67J
Pasaje de Taine sobre los semitas. — Por lo demás, he llevado a engaño al lec-
Con SCHOPEVHAUER. Primero, ATENIÉNDOSE a él en lo general frente al aspee
tor: el pasaje no vale en absoluto para Wagner — ¿Acaso seria Wagner un semita?
lo particular; luego, en lo particular frente al conjunto. A
nora comprendemos su rechazo de los judíos.
27[68J h% .
a,ijii<i • " [79]
«Eufuismo musical» de Wagncr (Listz). Estuve enamorado del arte con verdadera pasión y al final no veía nada más que
en todo cuanto existe — a una edad en la que más bien son otras pasiones las
27 (69| 8 i ^ ^ ^ j«*v •. í J * ¡J* W
d a b l e m e n t e inundan el alma.
Música de las hijas del Rhin" — belleza otoñal.
U
Cfr.P U T
°». Cartas, 2,314c,
11
De El anillo del nihelungrt, de Wagncr
f-RAtiMl-N l o s K i S l U M ,
>S
27 \*m 2 7 . N II 5 WMAVHRA-VERANOOK 1
Hopenhauemxtu* me a K v o al c s e c t « ,
L c , , l
' - - - - - - l nsi, ,
do. U l
pausa, una recaída, un 1 ^ u odio a los judíos- & carga tanto sus temas com? s
cj.. ^ ' «forado gusto por la repetición. El p r o b l e r r J ¿ i r ^ ^ ; ' ^ ^ > >
un desator fica na oe amphtud y dura-
C Q n m v é x t a 8 Í & U
27 | 8 I |
Quien arremete contra >u c r x v a , no puede sino arre g > " *~
pue de ver, pues» 8¿>o a si nuamo? Tampoco se puede I H r ' ° k 0
c n t r
a
smo Autoc
V u t c ^ t n x v . o n . autoocificación, a u t o d e s p r e d ö ^
e n . [9íl .
7 r sonar las campanas (escrito sobre Richard Wagner).
n a c e
um» mismo * puedo n
ju/gar. amar, odiai
'od
2? I»2|
He «»back? harto oVI placer de las ilusiones. Incluso en l ^ un período
a
a t U r a l e
¿iM ver una montaña como si fuera un factum de la sensibilid- ^ *e d , Q
e
m
prendí gueMfcien nuestra complacencia en la verdad se basa en e M ^k^' 2 7 l9
«Lthoven lo ha hecho mejor que Schiller. Bach, mejor que Klopstock. Mozart
PaCerdela
27|«3| ,
C > mej°
B
r q u
TWieland. Wagner, mejor que Kleist.
tesfo d talento para ser íiel y. lo que es peor, ni siquiera la vanidad n 1951
recerio ta Amigos. Nada nos vincula, pero ambos nos sentimos gusto el uno con el o
otro hasta el punto de que cada uno favorece el rumbo seguido por el otro, aun cuan-
do éste discurra de manera diametralmente opuesta al suyo.
2" |*5|
Todo de lo sutil que sea la capacidad de juzgar. Toda critica dem 27(96]
macatto nos da acceso otros maestros. Mil fuentes en el desierto. La música no es ciertamente, nada monumental. Mucho MÁS lo es la poesía
(debido al pensamiento).
27 jftof
ftra qué j r n w i las necedades y extravagancias de Wagner, y las de su partido. 27 [97]
¿O es que cabe hacerlas útiles? Por doquier lleva consigo junto con ellas una em- Un refrán (Sorrento) transmitido a nosotros desde una falsa lámina: asi sucede
con toda la música del pasado.
pana Je alarma. Le deseo que no cambie.
27 m
rrollo aislado del sentimiento religioso p » £ f j ¡
fa*m/A». En la actualidad, se halla bastante W
/a de
tras us
i7 m Tormento
Amigos no queremos hacer de nosotros unos fantasmas.
encuentro.
Id V*
2 7 9
boi 1 2 9
8 Ä S*• C W M r i O M de Goethe con Edtemann, % 178. que vena sobre Byron
Ä
I* ! o s de otra; am
Wagner corre en pos de una quimera, la é p o c a , en p<> * * * * * * 1826). existente en BN en la edición de Leipzig 1868. Cfc UB B.
1
en el mismo lempo igualmente ciegos e injusto» .
t
6
2 8 . N II - P R I M A V E R A - V E R A N O D E 1878
Memorabilia.
281
Lenne desconfianza ante las denominadas acciones morales. El ser humano
< el función de como mejor se siente,
actúa e l m e n t e , se da un terco, autodespreciaüvo sentimiento de mora
E x c e p c i o n a
2 8 3 2
' ¡4 Splügen . Un simból<ico> ir y venir de las generaciones. A medio carni-
entre el norte y el sur, el verano y el invierno. El castillo, al sol del mediodía. Bos-
¡jue, atardecer, historia monument<al> escrita.
28(41 j
13. No he conocido a ningún hombre con convicciones que, a causa de dichas
28[5]
En el año 1877, yo no sabía esperar absolutamente nada del futuro. Ni siquiera la
salud — ya que ésta es un medio — ¿y qué habría querido yo alcanzar con ese medio?
28 [6]
3
Windlücke . Las piedras como testigos del pasado.
4
Krumme Hufe . Claro de luna. Patín. «Lo que de día conquisto con m<i> lira,
por la tarde se lo vuelve a llevar el viento».
¡Días felices de la vida!
[3911
„, FRAGMENTOS |»(>s 11
Mus
2 8
' Cuando niño. Dios, contemplado en su gloria ^ t>. 28. N II 6. P R I M A V E R A - V E R A N O D E
la génesis del diablo (Dios se pansa a si mismo, cosa <*crii n m e r
393
C só| Í
te la representación de su antítesis). Tfcrde m e l a n e ó K ¡ ? " « ¡¿ü W Cl
,i ¡ , ¿que si evoluciona!
Ha de Pforta. leíanos sonidos de órgano. — OlfeJJ Í J V a
28 |8] X , v
,«ll'l nía — Aguardar a la aparición del primer rayo de sol
A los siete años sentí la pérdida de la infancia p 1
1* M i ' r o m a
" burlarse de él y extinguirse. ^ ~ ««templarlo a c 5 0 1
n Ve
la desembocadura del Lippe (?), me sentí como un niño °° ¡m e
l 8
28(10) 2 8
'ni los viajeros- algunos saben sacar mucho de poco, la mayoría, poco de mucho
Torre en Sorrento, en la montaña. Mono amaestrado ,1 Ser visto (al viajar); ver; vivir; aclimatarse; proyectar lo vivido cinco
evviva evviva i l cuor di Maria J s ; pocos llegan al más alto.
5
evviva i l Dio que tanto l'ama .
28(11) mmsh "
28,2
La Apologia de Sócrates, leída y comentada con intima emoci ' 10. El secreto de todos los que tienen éxito es tratar sus defectos como virtu-
Memorahilia, que creo entender mejor que los filólogos. us,
° por las des. Así Wagner.
28 [12J 3^ 2 8
^Hacer útiles para los demás nuestros sufrimientos, tal y como hace el Estado
Me engaño de manera instintiva acerca de la intelectualidad de los seresh
con la muerte del criminal.
nos. acerca de su interés objetivo, que siempre equiparo al mío. Con ello les t r a t o *
modo muv aristocrático.
28 (221
Mitra — esperanza.
K\U\ UT • «È*
6
El ama de llaves de la parroquia de Einsiedel . — Signo de precoz seriedad ¡Locura de Mirra!
7
Cristo, de niño, entre los doctores .
28 [23]
28 (14j 9
Herido me ha aquel que me ha despertado .
Paseo en dirección a Golis cuando Ritschl advirtió en mí al filólogo, con un
madrugador sol cálido de febrero. Crepés". 28124]
M»*S!¿ 28 [26]
5
Estribillo de Nadie me ha ofendido; no obstante, me aparto de los hombres. No hay vengan.
u al
UIM cana
t o j u uc i c o r e r u u c l o / / , atirante una CACUI.UWU « guna
» * en *ello.* * Acto 111.
X Í S l e n t e e n l a
und an M v.Meysenbug, Berlín, 1877, p. 127. ^ncia e n V «la de Capri, en la villa de Tiberio, que Nietzsche visitó d a * * »
4
.16. ^ o 11 _ S o r r e m
° - Se la conoce popularmente asi por una deformación del termino «matroma
Cerca de Plauen. 25 'Hl ln.t« u
w u u n ; uunuuiiuuriitc asi y u i
una «v* > r t M
1 9 p
Lucas 2,41 -52. ** * , P1 - P m e i p z i g i
, r o m a n , a
» . Pues originariamente el lugar estaba dedicado al culto a Mitra.
• Cfr. Ritschl, K, Mirada retrospectiva sobre mis dos anos en ¥
m FRAGMENTOS P Ó S T U o M S
Madre — naturaleza — pasado — asesinar — Qrest ^^l.í'a mata al toro, al cual se aferran la serp.ente y el escorpión,
nal. Es sacralizado. e s
— te Spet
a
Culto a las Erinias ten cuanto fecundo). l
,«|40l „rar la antigua concepción del mundo! ¡Verdaderamente la M„-
ra por
* i R e
Ä l o s rfto«.. representantes de poderes reales! ; H a ^ X "
28 [29J 113 e
28J30J ^ aotig« - 05
28(31,
'lieño del sapo.
4. No dejarse arrastrar por ningún sufrimiento a la n r
TtAOÜC". e e n c , a e
Z 8 ,
N U Antigüedad.
v . " ei 8 e V
28 [47[
El sentido de las formas más elevado, desarrollando de manera consecuente lo
Sembrar sobre los propios defectos. más complejo a partir de la forma básica más simple — lo hallo en CHOPIN.
2*[37J 28 [48]
En la música alemana se le atribuye demasiado a los factores MORALES —
é| l t r a e n c o n t r o
Reclamar del individuo un audaz arbitrio de la vida. ¡Ahora mi - lo 2 2 ! u * toro primordial cuando pastaba en las montanas. T r a s ^ u c o n
^iendo l 8 SObre & U S h o m b r o
* y 'o "evo vivo hasta su cueva, donde realizo un
ran l n g 0 y v i n o d e
w, está
Nietzsche es» al"**
varios T , heridas. En la iconografía habitual, junto al toro j g + ¡ £
* Cent" alCS
* e n t r e e U o s
™ escorpión, que aprieta con sus pinzas los testículos del toro y
« Cfr. Platón, Fedón 99e; Filebo 19c; Politico 300c; y Carta Vil 337e.
do a El mundo como voluntad y representación, de Schopenhauer, ¿,
12
Cfr. la carta a Rohde de 3-6 de noviembre de 1867.
KRAOMI S i l o s >>OSH OS IM
4
28 f51|
I a orquesta en Bavreuth esta situada demasiado baja v 1601 „ aal como entre parientes, enteramente como en casa
n
2 un
auditorio ha% que creer de buena te en la corrección musical * 3 P a r t i r
de i a
Baj° '
28 pan
Wagner tiene la mentalidad de los legos, que prefieren la
0
causa Asi los judíos: una culpa, por tanto, un redentor. Así s i m n r r ^ ' " Do
lf
cultura. De modo erróneo, pero vigoroso. P' 'ca | 0
28 |54|
Con frecuencia he tenido la suene de pulsar la tecla adecuada de una persona?
disfrutar de su somdo a lo largo de días enteros; otros, en cambio, entraron en con-
tacto con ellos, por recomendación mía, y los hallaron una compañía insoportable,
presuntuosa, pueril — eran los mismos que me permitieron contemplar un verdade-
ro tesoro de bondad de alma, de á n i m o humilde y confianza.
28 E »
Lo que a veces me saca de quicio de Jas mujeres ^ | o que
bueno y hasta excelente si no está bendecido con el
29. N II 4. V E R A N O D E 1878*
1
19 I ' „ Goethe notaba en H . Kleist era su sentimiento de lo trágico del cual él
c a P
h0
X ^ faceta i n c u r a b l e d el a n a t u
l -eza E 1 propio
«
s ^ rabie Lo trágico tiene que ver con sufrimientos incurables, la com<edia>
c u
dor y . , . - 1
con cura*** .
2 9 [2
,' tproretar sus defectos como virtudes es algo que nadie sabe hacer mejor que
Aquí se pone de manifiesto la profunda perspicacia de su sentido de artis-
^ f d o s ^ t i t a s tienen algo de eso, como también las mujeres.
s ar s
2 9
Hay que saber separarse de una fase de la vida, tal como hace el sol con su
máximo esplendor, aun cuando no se quiera resurgir —
29 tfl i J «_ - «. a *
La verdad, al igual que el sol, no debe ser demasiado luminosa: de lo contrario,
2915]
La bebida y el lujo son para los pobres de pensamientos, que quieren tener sen-
saciones. Por eso los artistas degeneran con tanta facilidad.
29 [6]
Quien se adentra por un camino equivocado, cuando se da cuenta de ello, se
2
v<uelve> desconfiado, casi se le atora la garganta .
29 [7]
Si no se considera la vida algo bueno que hay que conservar, entonces todos
nuestros empeños por la ciencia carecen propiamente de sentido (de utilidad), ¿para
la verdad?
d e a n o t a c i
^rseSiT ° n e s de 54 páginas para V M y una obra no llevada a cabo que debena
' cfr i ' n u e v o
P unt0 d e m i r a
-
G o e t h e a Z e h e r d e l 3 1 d e o c t u b r e d e m {
'Antead f - . ., ,
et
%»a» de 7?2 ?? l a i m a
S e n
del pastor ahogado por la serpiente del capitulo «De ta;mtay el
s t n a o ¡ 0
Zaratustra, posiblemente relacionada con el «sueño del sapo» icrr. ¿1 l¿ip.
[399]
FRAGMENTOS W ) S n j M
29110| \
1 0 i 0l .„ pálida rosa que crece en las laidas de la montaña
Desde el punto de vista de la conciencia intelectual 1
2
sirn
v
ava
y fa MMtalgil De repente — ° nzab Por la
2 9 1
, necesitamos en modo alguno amar a nuestros enemigos, sólo necesitamos
29 112} "les amamos — ésa es la sutileza del cristianismo, y explica su éxito popu-
c r e e r
fantasmal. Trazar para cada curva el círculo aue i Siquiera es necesario propiamente creer, sino únicamente decirio y declarar-
4 l a c
°mplet e a menudo.
29113]
Quien admite homenajes es un mentiroso o está totalmente r
8 0 a c e r c a
2 9
'^Recreación del retrato por atisbos, en presencia de la* obras
uuras. v«aucnara wag¬
mismo. *<
»- de cómo la obra forja como por encanto la imagen del ser vivo — se da una
er
figuración ideal.)
29 f 14)
La metaf<isica> desnaturaliza el pensar, lo vuelve infructuoso (no crece de 29 [24]
manera conjuntada) y, aJ final, vacío de ideas. Cayendo la tarde, cuando los rayos ardientes del sol se asoman a través de las
jugosas hojas de los castaños.
29 ¡15}
Motiv os para una conside notmin- 29 (251
ían. ensalzada. Los fracasados íodo más
Seguir a la naturaleza, algo errado en Montaigne, 111. 354*.
intenso. E l gusto por las paradojas, preferir la noche al día, la muerte a la vida.
Trag<ed¿a> y com<edia> ofrecen una caricatura de la vida, no una reproduc- 29 [261
ción. «Patológico». -j^- Lib. 41, cap. 20: Persei «nulli fortunae adhaerebat aiúmus. per ornnia genera
Goethe contra lo trágico — ¿por qué ir en su busca? — naturaleza concm vitae errans, uti nec sibi nec aliis qui homo esset satis constaret». Montaigne, IU. 362:
29 [27]
2 9
M . nunca banerií* ZtLJung-Stilling*, el pasaje sobre el placer en la moral cristiana.
Seres tan dotados, como yo me representaba a los genios
29 [28]
2 9 I 7 acicl3d
' I nna de la nig £
, , 1 ser humano no sólo quiere que su modo de vivir sea confortable o útil: tam-
¡La enorme impresión que produce a los ancianos la doc el c
n
W ser un mérito y, en verdad, tanto más cuanto que para él esta claro que
i Horacio y Antonino ). n
ort <> es muy grande. Quiere resarcirse mediante el honor.
»fm
«Los griegos tienen por grande lo importante y por P c
ueño lo inSÍgnÍflCaI1IÍ
' ^ '"ng-Stillmg,
S ^ f ' Lebensgeschichte,
! * * 1753-1754. existente en BN. Existente en BN.
3.* edición, Stuttgart, 1857, p. 74b. txisien
i * g pania atributo)».
Cita de Burckhardt.
402 FRAGMENTOS PÓSTüMOS
29. N II 4. V E R A N O D E 1878
Hijo mió, vive de tal manera que no tengas 403
L CSÍdad
mismo: pronuncia tus palabras de tal manera que e u ° i d c
q u i e r
ellas que se puede confiar en ti; y no olvides
q u. c a tc
C a n «i « ron el arte de la inspiración, debe recurrir anm A-A . e n MO
olc 9
gria a uno mismo. Aprende a tiempo que el hambre ^ 8 r f f «toe ¡ S , a t nos. a fin de consagrar su arte, c o n m o J T f ™ " ¡ £ j
n a Io b¡é
Jos platos y huye de las comodidades, porque vuelv • s ar n V '
hacer algo grande en alguna ocasión; para ello d e h >sa l ^ O V ? , t l N u 1 . d V ' ^ p V d e S C n
" d 0 V J U
'° ' " P C n a l , d a d c S
* « 1 * & ¡ í £
eneientcnd,m,cm0,busca baj0
a
grande. '
29 [30J
Aquel olor de los campos de trigo, que se asemeja al "
L 0 S hombres e
"
29131} - Wm*^
191 ' • 41
mentira sobre lo que se sabe, como si no se supiese.
Título: Ironía o( p tura de la metafísica en educación?).
m ) S ¿ 0S
- r en suu riiirr.
¡un mentó! culmen y u A c
J u a
'niJ!de: 29
^Rejuvenecimiento de los dioses en la fantasía figurativa de los artistas.
29133]
El arte de Wagner. para eruditos que no se atreven a convertí- 29
descontento con uno mismo, habitualmente, un soporífero Jetare i? ° - f i l ó s f o s belleza de segunda clase», disfrute sensible junto a lo altamente ideal.
do, por el contrario, tomar un baño. z en cu^. e Ve Una lástima si no hubiese sido representado. Nuevos ámbitos, no de suma
nobleza, pero todavía ideales. No divinos.
Mis observaciones morales están por encima del tóriwmo m d ¿ — un f ' 29[45]
0
29 J37J . [((S
29[48]
La época en la que libros y conversaciones están recargados de p e ^ ^ . or Hay impulsos inmensos en su arte —y éste impulsa a ir más allá del mismo. 5
2 9 , 3 8
^he s e re n ere
a Wagner.
' nace i * * " " *
Del mismo modo que no se nace maestro — tampoco se
404 KKA(¡M|-NTüS Krtvn,»
0,
t'M()¡¡
29 151]
KJ arte de Wagner es par.i aquellos que so» Hi
en su orientación vital: o bien el haber asfixiado ^ " ^ « e s U c
K n i n
VMtad innoble, o bien el haberla desperdiciado con I»"" "atta!? Ue
fect
29 1531
«Los dioses de Grecia», una etapa en el cantino H «til 1
c „ h-íher ido a Bayreuth con un ideal: por eso tuve mi» ——:
tad dee la metafísica.
Q e l a d
esi| U ss j ó
5
** d e s e n g a ñ o s . El exceso e uJL\ de £ £ E £ E £
'ón: a l , d
f
ina[ el más am»n3° una violenta repulsión.
o c ó «J*
29 ( « i . . „
W ' lber
ciaSfiiertes IIIIUIHIÉI ' ;
29 ¡SS¡ 3 0
Vi cómo el gusto por el circulo de las ideas social<istas> se extendía a las cla-
Si la vida no posee el valor supremo (metafísica) ;hav oeriores: y tuve que decir, con Goethe: «no parecía percibirse todo cuanto
tabría primero que perder para conseguir algún tipo de dudosa ganancia».
mo si desde
poco a poco
3 0
^Goethe: «la nostalgia que me invadía, que tal vez yo había cultivado en exceso
29/56] *« «¿ en mis primeros tiempos y que traté de combatir con energía conforme avanzaba la
vida, ya no podía convenir al hombre maduro, y por eso éste buscó la plena y defi-
No se puede calcular lo difícil que resulta ir m á s allá del sentir literario Uno
nitiva satisfacción» . ¿Conclusión? 3
30 j6p
El término medio es lo mejor (en la elección de problemas, de la expresión, en
el
arte). Est<ética> poderosa. Ningún estilo barroco.
* Cuad.
a
13013 4 M
^ , H I L D E
G o c t h
M a i
< * del b de octubre de 1 S7& (KSB. 5. 344).
»Ct ifci
ibui
c , Campaña de Fruncía, noviembre de 1792.
Cí VM 230.
N)
^ _ i 58(i* [405]
ir Líchienberg. Ì.C .. Vermischte Si hnftenA^m^'
I K n 7
invi, .
«* KRA(ìMfNn,s P o s i l l M (
• II 7 VI-.RANO l ) L 1X7R
4<)7
Montaigne «quien alguna ve/ ha sido un verd t u
V
Milton en launc. L OJO. «ca varato quo ante U\.\ 1
l a influencia de Schopcnhauer
1) en i 'e los ultramontanos — protestantes v J A I < c
1) h i *
4l lose
M?m
V n , S e ñ o r a > W<
" * "
m i
- ° ° ^ " agner>- ^ ^ A M E N T A L
-
W• 1 » * -* w% •
f\ • a f j
iraetón en Wagner. de manera que rechaza . a
i j ii s e
5
. el «instinto»; °loc t o d
0 r i
üílsT „ he comparado a Wagner con Demóstenes, debo también poner de
fc ta «voluntad», en la práctica como a]p jnH ^ 0
£
^ t°on^raste. Brougham en Blass, 188, 196 p. 173. —
30118,15
Mi desconfianza trente al sistema desde el comienzo. Se puso derelievela» Palas Atenea
soma. el. típico como filósofo y promotor de la cultura. Sin embargo, la man* Sobre los efectos útiles y los efectos ornamentales de la capacidad de juzgar.
gummi se adnonó a lo que había de efímero en su doctrina, a aquello que no marco
su vida en contraposición a mí. La producción del filósofo fue la única influencia
—
válida para mi — pero a mi mismo me resultó un obstáculo la superstición del genio. Wagner, cuyos modelos y ensayos (comienzos) literarios pertenecen a
época, cuyo defecto general califica asi un francés — au delà <de> sa force,
Cerrar los ojos.
17
30|2O1
361101' ARTES ORNAMENTALES
Según LVmóstenes, el discurso debe ser sculpta, «esculpido». Cultura ornamental y del placer
el intensificado gusto por la pompa.
Demóstenes estudió a Tucidides en lo concerniente al estilo.
3 0
- A Ins sorprendentes
«Continencia de los escritores antiguos en la utilización ae ios
10 C f
medios de expresión que estaban a su disposición»*. - Blass, 100.
II
Cf. Blass, 191 y 118 ss.
Cüinthcr. 1878-I8H01BN.
• H Tainc, Historia de la literatura ingleso, Leipzig: (iünther. i a | f
27 Í4U
f r a g m c m o c i
(T ii cTv'M^ y p i e n t e , cf. E Blass. op. d i , 64.
red\amkeit, N I . . ¿e 878. 1
ca de Basilea el 26 de agc»«« U î 0
U41;30ll8l. &0
1 , 1 1 P
• O u de Lord Bniuaham ^>nfcr. VII, 129, U>mada de Bla*». ' V *
40H
'KACiMENTos^sn M(>S
P e I a s
emb«*X si cada uno se propusiera decir: esto no me gusta l e ° tita r
V a C o n
me siento en contra de la valoración tradicional — entonces sT¡ ^ 4o í
m á s Co
ración con los filólogos como personas honradas, incluso aunan Ne 30 [361
«Ipsum v relictum, sed sola posteritatis cura et abrupti
gro de ver puesto en duda su gusto clásico. °niesen el 4 c
blandimentis» :
30 ¡26}
^Nada sabe todavía de la maldad quien no ha experimentado cómo la cali mu ía
3 0
El ditirambo griego es el E S T I L O BARROCO de la poesía. más vil y la envidia más venenosa adoptan aires de compasión.
30(271 30 [38]
Contra nuestro desmesurado placer por las metáforas, por las palabras raras,etc. Ya que todos quieren la felicidad, <siendo> las cualidades y afectos muy distin-
— Elogio de Eurípides. tos y apenas variables: se deben utilizar con agudeza de ingenio todas las iniciativas.
Ética para gente de ingenio.
30 ¡2H¡
¿Qué pasa con un arte que ha llegado a su fin? Él mism la influen- 30 [391»
cia procedente de él beneficia a otros ámbitos, así como la e Probablemente: el dominio de los expertos y el fantaseo de la masa de que
desde ahora, al llegar a su fin, liberada. ¿DÓNDE, por ejemplc ,9 domina a través de los mismos.
30 ¡29]
¡JCfVM 349.
El camino hacia la sabiduría
3 Burckhardt, GK. 3. 190-211.
Fortalecimiento ct Cjoethe, Maximen und Reflexionen. 149.
Idem, 829
Moderación (lo bello como proporción) 22
] 27 [20].
Liberación.
L h b ad c a d í 1
a .° Ü ! J vivo, en verdad, pero sólo pensando en la postendad y despojado ya de todo
na
30(30] £f* const. Ü £-VM,377. ****
De la misma manera en que ahora nos hacemos fuertes
M\vda del espínfu. así, por analogía, la deducción a posterior
FRAGMENTOS POSTUMOS 30 _ M II 7. VERANO DE 1878
410
411
30 1¡40]
núien realiza algo que está
más allá del horizonte v i * * ] d e l a I está hecho para miopes — requiere estar m*.
• >„ nV de los conocidos: - la envidia y el odio como col ^
¡2¡C t
3 0 1
En vez de volcarse en la vida como un torrente, el arte warm •
1
fomentaren los wagnerianos las tendencias (por ejemplo, r e t í g ^ ^ 8e ^ sem
C
S
°tor P !"°
N t e q
como fenómeno moral era un fraude: por eso llegué a la conclu ión
fenómeno estético podía justificarse el mundo.
30 142] m 0
reconocerlo, aun cuando sea algo de mal gusto. Así se puede avanzar °
% C m p l
° ac ey
latragedia- A y e n q u ¿ m e d i d a estaba solo en mis oídos, los oídos de un hom-
30 [44F
Moral invertida, por ejemplo en el Tristón, en donde el adúltero h
a c e e l re
che: resulta algo completamente distinto en los griegos. Pro- 3 0 l 5 P
i El individuo y la multitud.
2 pervivencia del arte
30(45) 4 3 Neo-antigüedad
Demasiada música para el drama wagneriano. 4 Fuentes de energía
5 Imagen de un futuro p r ó x i m o
30(46] 6 Posesión
29
Relato: a causa de la muerte, moriendi perderé causas . Un suicida, que, bus-
cando la muerte 7 Educación. J 5
. • ' " •"
30 [54]
Uno se figura que. en un libro, lo primero que se oye de él es el tono fundamen- Polonia es el único país de cultura romano-occidental que nunca ha \Tvido un
tal — pero por lo general uno oye lo que pone dentro, a lo que denomina de esa Renacimiento. Una Reforma de la Iglesia sin reforma de la totalidad de la vida espi-
manera.
ritual, por eso, sin echar raíces duraderas. El jesuitismo — la libertad de la nobleza
la llevan a la ruina. L o mismo les hubiera pasado a los alemanes sin Erasmo y sin el
30 [48]*> humanismo.
Cap. VII. Educación. 30 [55)33
Los griegos estaban preparados, cuando un Homero les mostró obras de arte —
Alemania se muestra bárbara en su a c c i ó n - r e a c c i ó n .
' Pudo contar con que comprenderían composiciones largamente acariciadas
a S Í u n u e b , t i e n e
r
^lijada, 18,478-608.
Cf. VM 329
"Cf. 30(110]. , ^ v vjvir por 0»
Juvenal, 8,84. «Pr p, itam vivendi perderé causas»: perder las razones para
0 er v
ocla vida
»"Cf.30
Cf %n(53J.
r«i
FRAGMENTOS POSTUMOS 30. N II 7. V E R A N O D E 1878
413
s i g n d C 1 3 V l d a m t C l c C t u a l
, 0
' ' Deseo que los hombres de pensamiento ecuánime u * , D
c0 mo Prim" ° (como e n m a r t e s
n
como una especie de expiación, por el hecho de que en otro ^ W i c
p r
ica neíicrosa: cuyo afán rad>caba en convertir en «milagro >? f ° ° m ó l ^ lik s
S • - - *Wdo - • * h e c
f a u d o
u i , ^ ^ ^
¡K? ffNSf a h I donde e» arte se limita en sus medios, debe ser W e m , Q e n s u
ü
tenga o no fundamento. Quizas con m. apoyo tras su * Per¡
e s c r i t o 0r
*****
l n a
30 [57/
La invención del poeta puede convertirse en un mito, si ene
ida: — cómo oscilan el usus y el ÜA/ÍSMÍ de una palabra
ralizada: * Ü C n t T
3D l 6 7 1
perito así la clase de idealistas a quienes el objeto al que tanta atención han
H C
, wará, en consecuencia, a resultarles repelente - un r u o .deal^l m o n s l
30 |58J ^_eM
W<fc>a g n e r se atrofia.
Con la armonía del placer en el que se baña el ser humano
como con la armonía de las esferas: cuando vivimos en ellas, dejamos^ "k realme
0 s
de oírlas 6 3
30 f ?' ' usanada y hecha jirones está la vida humana, hasta qué punto se halla ae
30|59] nte construida sobre el fraude y el disimulo, cómo todo lo solemne, cómo
Análisis de lo sublime. ^ todo placer de vivir se deben al error — y hasta qué punto el ongen des
l3S
do semejante no hay que buscarlo en un ser moral, sino acaso en un arasta-
30 ¡60} ® do eso quería decir que un ser así no se merece en absoluto una vene-
c o n to
Mi manera de contar lo histórico consiste propiamente en relatar ir en el sentido del hombre cristiano (que erige un dios de bondad y amor) e
vivencias con ocasión de personas y épocas pasadas. Nada coherente — 0pÍas
, T Muso no descartaba la posibilidad de que dicha representación, al igual que había
particulares me han surgido, lo demás no. Nuestros historiadores de la literal So inoculada por la fuerza en la esencia alemana, también pudiera serle extirpada
aburridos, porque se esfuerzan en hablar y juzgar de todo, incluso ahí donde^ son Mr la fuerza. Asimismo, me figuraba haber descubierto en el arte de Wagner el cami-
vivenciado nada. no han
no hacia un paganismo alemán, o, al menos, un puente hacia una concepción del
mundo y del hombre específicamente no-cristiana. «Los dioses son malos y sabios:
30 ¡61} merecen su ocaso, el hombre es bueno y estúpido — tiene un porv enir más bello y
¿Qué es lo que todavía produce un efecto! Principio de los pintores, músicos y únicamente lo alcanza cuando aquéllos han entrado en su crepúsculo final», — de
poetas: se preguntan primero a sí mismos, partiendo de la época en que no eran pro- manera que será entonces cuando habré formulado mi profesión de fe. mientras que
ductivos. ahora
30 [62] 30 [69]
El miedo a que no se crea que las figuras wagnerianas están vivas: por eso ges- Aquello que primero es tradicional, se colma después y. por asi decirlo, rezuma
ticulan de una manera tan desenfrenada. no sólo de piedad, sino también de razón y motivos. De este modo, una cosa termi-
na por parecer razonable (en ella, muchos aspectos resultan aclarados y embelleci-
30 [63p °s). Esto engaña respecto a su origen.
Se cometen fallos frente a un modo de vida propuesto, porque nuestro estado de
30 Í701JS
animo es del todo distinto en el momento de la intención y en el de la ejecución.
a /
Por c l T e s l a
p e r c u s i ó n de una cultura pasada en una cultura transformada
30 [641 Nieto? ' 0 b a s a d a e n o t r o s
fundamentos. De ahi lo que hay de lógicamente con¬
11
El arte comienza con la caricatura. Que algo posea un significado, n o s i . «»la vida de un pueblo.
C l o n o
ce
nro aun nos complace más el que lo significativo sea objeto de burla
14
Es decir, desde
" Cf. VM 70.
F R A G M E N T O S POSTUMOS JA, N II 7. VERANO D E 187K
4M
415
3
Darnos oponernos a la falsa b a t e l ó n de W a
1
. 8 n e r c nuien se despide para siempre tiende la mano y , . u
tíífi
3 1
Hay lectores que pretieren la marcha y el tono algo g r i l n d ¡
l e c
* C<fíS*l. E mund° a" "
mejor que el hombre _ no supeditado a símbolo
1
*1*
30 ]73j
Wagner no tiene verdadera confianza en la música: le añade emi ,0(811 ^ j j c i ó n de Platón frente al arte, algo a la postre simbólico y típico.
para conferirle un carácter de grandeza. Se pone a sí mismo en conso
otros, únicamente les brinda a sus oyentes bebidas embriagadoras a con W ldnc]
creer que la música les ha embriagado. 30 [821' w <mer tendría que pensar otra cosa sobre el particular, pues bien, en ese
p a r a
hacerles l2
30 [75]
30
despojar por entero a los alemanes del rancio cristianismo — la mitología ale ^ Aquellos escritores que escriben con razón contra la razón tienen que tener cui
como atenuante, acostumbrando al politeísmo, etc. e n o lle
gar a sentir asco de sí mismos.
jQué horror las corrientes restauradoras*.
ISKJ i s , a d e E i n a
27(15], Burckhardt *Ntffe va* * - Próxima a Atenas.
Cf- 30 [681.
FRAGMENTOS PÒSTUMI
41* 30. N II 7. VERANO DE | H7R
Ü ¡
' H estilo RICO Sigue al GRANDE.
^. podido titular este libro: del alma de los ani-
C udades. artistas y escuelas compitan.
; r H
y de lo, ^
Los cuerpos formados mucho antes que la c x
« f t C * - * " de I . quinta p , a n c q u e
'*^J* t í t , , 1
p r c s i 0 n
horrible po, e l
30 [93J* 3 0
'comparación con la sinfonía del I I I Acto del Tristón [en] «El lucimiento de la
Prólogo. Actitud del sabio ante el arte. Los griegos, más refinados que nosotros. tragedia» — ininteligible y grandilocuente, tal y como me gustaba expresarme por
El sabio, el hombre de gusto. aquel entonces, conforme al modelo de Wagner —
No sólo crea necesidad el hambre i aunque ésta no debe ser demasiado ávida) -
«amor», dicen Jos visionarios: sino el gusto. Sí, el gusto ya supone el apetito — de
—
lo contrario, nada nos gusta. La crítica es el placer de lo bueno, con INCREMENTO DEL En el siglo cuarto se descubrió el mundo de la emoción intenor. Escopas, Pra-
PLACER a través del conocimiento de lo fracasado. ¿ D e dónde tantísimos críticos, si wteles, expresión. (Todavía no Fidias. Leyes del RIGOR.)
no obtuvieran un disfrute con su quehacer? En este sentido, incluso lo malo es mi*
que incita a suprimirlo y con ello despierta el placer. También el placer de mejorar- 3o i m j E j g ^ v , ' u i niumw ' ***** 1
30 ¡94] Emerson, p. 331, Essavs, «la vida de la wrdad es tria y. por lo tanto, triste, peto
no
Emerson, p. 328 (Essays), «El ojo del espíritu que p u l >o 4 7
« l a d e l esclavo, etc.»»'
^^^forimero
W!
f
aP
el poema (¡lenguaje!,, lo hTi™ ^
r e n d l
^ después ha entresacado el simbolismo de la " ^
^-
r a
! u c g o
p o r
c n
^otoodC ^¿2°*
,0
- ' S c « r i » r la -VAW-VW * SMIler (lo mejor es a p a j rt r d e m
0
O ' f ^ s menos: ¿de donde procede entonces el efecto s o b r e ^ ^ T
3 0 7 s" , logt1
haré intermitente, uno se desentiende de oasai^ Jl
3111
e
ll pendente ya sea de la mús.ca, ya del IT^T°
€> *:tac!iona la obra. - Con e.lo se dicta s é n e c a
3 0
íí«*
I» «'¡'"'sultado no es el drama, s.no un momento o una elección arh¡¿Z %
Í t« nuevo género deberá estar aquí atento! No dtsponer las
l a
% me figuraba una sinfonía que coincidiera con el drama. Q 301» abiertos algunos caminos a la música (o le quedarían abiertos
e d a n
dirección. Todos los artificios imaginables en su máximo potenciamiento. m ^ ^ i ó n orgánica y sólo recurra a Wagner como preparación. O bien sobre-
a
D 0 S l C
"CÍVMI44.
A
a . 30 [144
• Tratan e holda. Acto D, escena 3. Cf 30 (441, * . 3- w
FRACiMI N Ï O S P O S T I i M n
30. N II 7. V K R A N O D l i 1K7K
s
430
421
0PM 7 ,
l
J e / J de Wagner tona al se imenta una nmur.i
uïXntZ*^* i r a
3 0
S n?ato de la balanza, siempre saldrá victoriosa t o n Z T °
i e n t r
' V r u U * -v nebíes, cuya r a c i ó n extenor respecto a la idea del f , e s ^ ° j e l ^ °¡f ontra el pe/fe™ de su influencia.
n c ° ^ " « W razón n
JO ÍI2I/ , . AC
r t El sentimiento más propiamente ant i filosófico, el arrepentirniento,«na
Deseana no volver a escuchar nunca mas ciertos tonos de una n h en algo completamente extraño para mi
creíble; e incluso poder olvidarlos — Materna*. Calidad ^
3 0 1
30 ¡1221» Tengo la impresión de haberme restablecido de una enfermedad; pienso con una
La música de Wagner siempre interesa por lo que quiera que sea: y as' dulzura indescriptible en el Réquiem de Mozart. Vuelvo a saborear las comidas seiicillas.
descansar ora el sentimiento, ora el entendimiento. Debido a esta relajación' puede
tacíón conjuntas de nuestro ser es por lo que estamos tan agradecidos. Al f i n i S
se siente inclinado a contar sus faltas y defectos como alabanzas, porque nos hacen 3 0
' Dioníso, primer dios de los tracios, su Zeus, como Wotan.
productivos a nosotros mismos.
30 [133]
30 ¡m¡ Mendelssohn, en el que echan de menos la fuerza de la conmoción element<a> (ca-
Wagner, cuya ambición es aún mayor que su talento, se ha atrevido en innume- cho sea de paso: el talento del judío del Antiguo Testamento), sin hallar una cornpensación
rables ocasiones a lo que está por encima de sus fuerzas pero casi provoca esca-
—
en aquello que sí posee, libertad bajo la ley y nobles afectos bajo los limites de la belleza.
lofrío el vera alguien arremetiendo de una manera tan insistente contra lo invencible
— el fatum en él mismo —. 30 ¡134]
En el fondo, Schopenhauer ensalza la voluntad (lo omnipotente, a cuyo servicio
30 [lU]* 2
está todo). Wagner transfigura la pasión como madre de todo lo que es grande e
Un arte que desmiente la armonía de la existencia, y la sitúa detrás del mundo. incluso sabio.
Todos estos transmundanos y metañsicos. Efecto sobre la juventud.
30 ¡125] 30II3SJ"
e r 0 c
la critica de la moralidad es un grado elevado de la moralidad — P ' d e s t
Pri d° ° o lo ha confesado Wagner con bastante frecuencia en conversaciones
en toda critica, se mezclan en ella vanidad, ambición y placer por la victoria. deán ' q U l S e r a q u e l o h i c i e s e
^ m b i é n en público. Pues ¿en qué consiste la gran-
a r ! "Ü ' U a r á c t e r s i n o c
éste, en pro de la verdad, se halle en condiciones de n
30,,
423
X'ón
profunda aplicada a un giro vago, pero
,K . °' ' ' "* -
K g m i l ü
¿0UÉCS13FRÍV ÍDADVDCB D< 3
J Henipo se convierte en espacio»). ° »o U , 1 c
n i y
{ q
«Bojo deWotan». conmovedor, la comisura de los l _ *
a b i o ^ HECOMP
J U e |
irrita contra ciertas mentes mas retinadas, „ 7
tme - pero se irrita Hló|
0 r 0
Cr,
S U t ; S Se e
sa el espíritu de partido y que se percatan bien de la dejadez. sólo
A^/ezfl.- d 6
' * quebrad», u e s c e n a d e l a S h l j a S d c ! R i n l u c c
para Escribe ^ S
30 [139]
<7e Goethe, la noble resignación de Beethoven, la vida interior penosamente
l i r a d a de Bach, si crear sin hacerlo con vistas al brillo y al éxito, sin envidia.
Vivimos ei ocaso del ÚLTIMO arte — Bayreuth me convenció de ello "Tonalidades propiamente alemanas, ¿acaso no estaría Wagner casi queriendo
¿ V que él no es alemán?
36 [140]
El afeamiento del alma humana sobreviene tan necesariamente como 3 71
° '^C'est la rage de vouloir penser et sentir au-delá de sa forcé». Doudan . — Los
barroco sigue al clásico — durante épocas enteras. e l esI
"'o
30¡\4\] wagnerianos.
La frase de Schiller, «frente a lo excelente no hay m á s salvación que el amor» , 67 Milton: «matar a un buen libro es casi la misma cosa que matar a un hombre» .
sumamente wagneriana. intensos celos de toda grandeza de la que él no pueda Contra el partido.
extraer sino un aspecto — odio hacia todo aquello a lo que no logra aproximarse
30(1531"
(Renacimiento, arte del estilo francés y griego).
Temible salvajismo, lo compungido, aniquilado, el grito de alegría, la preci-
30 ¡144] alo
pitación, en resumen, las cualidades propias de los semitas — yo creo que las
r a z a s se
El error ha hecho poetas a los poetas. El error es lo que ha hecho tan alta la va o mitas acogen el arte wagneriano con mucha mayor comprensión que la
ración de los poetas. El error permitió luego a los filósofos elevarse a su vez m
7 [78]
* 1/2'
n
U
fti.^l.l
" ' 6 6 2
J .
'
7
* - .
FRAGMENTOS POSTUMOS
30. N II 7 VI-RAN()|)Ki H 7 H
474
425
30 (IMI
Para o Keller, Burckhardt: hoy día, mucho de 1 0 a ) f . -
de que ha * V* 1 0 e n C U e n U a C O n S C r V a d
° « • ™«yor ; ™ n e
> conserva
c / d
aguí p°r I;
n o h a c e m a s
30¡l#i
" u U
«V goza saKajemente. .AJI* -An de la libre, sino mús esri —
s e d
confes.on monstruosa,
U n a m e n , i r a n
q
¡ co„
u e
Vp ' ° P e < ü
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" ¿SÍ - S i n
ancias para cubrirlas y mucho tiempo libre Pa " ^ ^-
0 t l e n
n e c e s i
a
e l ^>" f C d e » libre, el ansia de p o s e r i ó i ^ ^ "°
vaTe e x r ^ ^-Tmcendad - no mitigación. ^ >^ d
>n * ^ * una dfcímcetón. La riqueza suele ser , U ^ T ^
neS
5 f o U i ° ' ' n t u pero suscita envidia, ya que gracias a ella
n U n ^ 7
P
3 0
< d * J ^ ° ^ c u l t u r a . En ese sentido, la impotencia esp.n uaTdel £
'rn^ieno de la salud de los antiguos es el que también su fil 0sofln
e
» < L S LA GUERRA- La cultura como mascara, la ri^u como consecuencia d e
0: h a y
falta de formación y barbarie interiores. ™*
para WB.
Cf VM 182
Cf Goethe, i -1828. ÍBN. 258)- • * refiere a l a falsa notica del .ncend.o del Louvre por la Comuna de Pans.
'«140 [24],
M ¿ II. 34
FRAGMENTOS POSTUMI is
30. N II 7. VERANO DE 1H78
c s e s e n t , d o resulu a l a
m p u
l
0""*^ Santini, Auber»' proporcionaron e l efecto d r a m ^ ' ^ s i
de
e
-«re « * ¿ «>
jécti\ ¿mente ' P^tre " 0 ^K C X
^•>lH«»"' S P
; u e s t a l ; de Weber, el colorido r o m á n i c o *
0 q
0
rosa ' « eu¿J° 4« ¡ g U a J
joracióo del genio. X ^ K ¿ el l ^
Supra y
Singún funcionario tan bueno como Bach. No posee la tranquilidad de Goethe ^Wotan, náusea furibunda — que el mundo sucumba.
frente a los males. Brünnhilde ama — que el mundo sucumba.
Siegfried ama — ¿qué le importa el medio del engaño?
301168] Lo mismo Wotan. ¡Cómo me repugna todo esto!
Junto a una moral de la gracia hay un arte de la gracia (Inspiración). ¡DESCRIP-
CIÓN! 30(177]
De la misma manera que el maestro Erwin von Steinbach^ depende de sus
30 |I69]« maestros y modelos franceses, Wagner lo hace de franceses e italianos.
le
Entonces creí ver que el cristianismo estaba a punto de desaparecer, Wagner
dedicó también algunas palabras mayores — obtusa s u p e r s t i c i ó n 83
— ahora —a en 30[178]
de las montañas. U construcción abovedada, pasada probablemente de los diádocos a los roma
^•probablemente.
30[!70|" _ -«5 compuso
30(179]
La gran ópera nene orígenes franceses e italianos. Cuando Spontini"
U Vestal, indudablemente aún no había oído ni una sola nota de auKcntic P o d e r f
V asto, voluntad de los romanos.
14 y-
0 B llin
« í ) S , ? U l S ü l - 1 8 3 5 ) , compositor italiano.
a F
m A u b c r
"Piloctet. r 0872-1871), compositor francés.
"Wabri poco legible. , Krwinh
o u
S ü h é r o c
Srk«Q de la guerra de Troya en la ¡hada. ^
E s
* ^ürgo ( 1244-13 > * ) . arquitecto alemán, uno de los eonstructores de
S t c i n b a c h
}0 11801 42(i
Am/tesis - Horacio, entre cosas que llegan a ser f i
_ f
r r r i e s n
, i ^ ) 5) p o r q ^ nos incita a medirnos con l vida a a
" entre cosas que son por completo puramente efím PüPat
»iem
a é
-dsos criterios; eso fortalece. ^ ««e** a
m a f i e r a
r o p i c a m p o r a s :
, r ^ - " ° -
p a s a d o 1 , c , v
3 0
' u i romanos. CREADORES de todas las formas redondas , f g ^ s s s : S 5 t - ^- ° - * h a c , a abajo _
n
0 s
con genialidad. ' óIo i n Iton^
101< 891
olencia del sentimiento excitado y el tiempo
dura se hall, q u e
3 0 C l q U C d m i S m a U t r 1 , 0 t i e n c C m r a
' & i Goethe, la mayor parte del arte ha pasado a su ser Otr L a
f T t s P ° " ° °
u n t e
^ vo£ de ° -
artistas teatrales, que en la vida son inartísticos y sólo — _ ^ cción- brando a su obra lentamente y ha tardado mucho ü l t ^
di ****
0 s a S Q n n o
do ^ ^ l u t o colocarse de manera imparcial en el punto de vTsuTdM
s
ÍPSS
m
-Teatro del Tasso. ° Pasió n t
s 0
mavor SE\?Rm¿D son los medios con los que Wagner logra su efeV % or¡ C r i t i c a c ' Je percaté de esto, con tristeza, y muchas veces incluso con un r e ^
nos'resulta molesto el que Wagner no haya encontrado necesariament ° <> 61 f nd .„ Pero al final sentí que, tomando partido contra mí y contra mi •
' l ! * ! n,rcaté de esto
9
30 ¡m¡
¡Cómo puede hallarse semejante disfrute en la trivialidad de que el P' amor m
pió es el que proporciona los motivos de todas nuestras acciones! 1) Porque durw
largo tiempo yo no supe nada de él (período m e t a f í s i c o ) 2) porque el principiop
ser puesto a prueba muy a menudo y agudiza nuestro ingenio y así nos proc: v y
31 X
Xo?or*P°^ completamente celoso también de Platón como el
^ o r literato
1 l2!
3 ones por las que la literatura griega no nc
DaZ
R a Z
¿ l. hábitos adquiridos en los centr<os
n S
enseñanza
» ^ m e n t a l de la filología
3] Tenemos demasiada imitación
31
^Cap<íntio> — influjo ético de los poetas, oradores, escri<tores>
p<ítulo> prosa y poesía.
Ca
4i [4|3
Tucidides, una perfecta emanación de la cultura sofistica.
^' ^ Introducción
No se debe leer nada sobre las literaturas; por consiguiente, tampoco hay que
escribir nada acerca de ellas. Así que diré cómo hay que leer. Tarea de la filología.
— Poner en guardia en contra de la lectura habi<tual>.
31 [61
Con quien menos de acuerdo estoy es con quien se mostró descontento con la
decoKación>, la puesta en escena y la tramoya de Bayreuth. Demasiada dedicación
e inventiva aplicadas en poner cadenas a la fantasía, en materias que no niegan su ori-
gen épico. ¡Pero comparar el naturalismo de los gestos, del canto, con la orquesta!
¡Qué clase de sonidos forzados, afectados, degradados, qué falsa naturaleza pudo
escucharse allí!
1 0 e n
E s t ^8de 138 paginas con escasas anotaciones.
1
d o c c a
0
-Vo „. ano min
queC/K " ™ y que siguen hasta 3115] se refieren a la literatura gnega y al semmano
1 m p i m i 6 c n e l
Orador ' semestre de invierno de 1878-1879.
0
' C r . M ^ ^ ! siglo iva.C.
1431 ]
FRAGMENTOS POSTUMOS
n
% arre del hombre de Estado moderno, despertar | a b
^ ^ ^ ñ m d K M
12121' también una diferencia entre los grandes hombres el hecho de si, al alzar
a
M a f C
^ e t a elevada, plantean a sus fuerzas exigencias cada vez
* ^ ^ a s bajas. Pero esto es algo difícil de apreciar por quien se h T d ^ t e °
1i él ¿ alcanzado por aquellos es en cualquier caso algo inalcanzabk a
pOflO* P ^ hombre insigne siempre puede renegar de su ideal.
c u a l u n
5
pesar* t
3 2 13
A los estilos en el arte le corresponden almas: perfilar el alma barroca. El alma
¡ vada el alma refinada, el alma aristocrática.
32 [41
Los oscurantistas sutiles. — Lipiner.
32 [5]*
Si un artista quiere impresionar, elevar, transformar a los hombres, puede ser-
virse para ello, en tanto que artista, de medios indecorosos: en tal caso, su santo fin
DO santifica nada. Pues su finalidad la juzga el tribunal moral; sus medios, el tribu-
nal estético.
32 {61
Alrededor de nosotros, una especie de formación de mitos. La causa: no somos
completamente sinceros, nos dejamos llevar por las bellas palabras.
32 [7]
Un hombre, descrito por un entusiasta y que le dice a éste: «¡Qué bien me cono-
c e d ! » , me produce el m á s profundo rechazo.
1 c o n
Cf VM^n" ° C T A V
° D E 5 0 Á
P *? I N A S
anotaciones para VM.
IS^M 144.
Cf VM, 320 C f
VMl3 ***
6
(/ 21 [20].
N'tetache a .Mane Baumgartn
1433]
FRAGMENTOS POSTUMOS
32. N III 2. r / l O Ñ o D i . i H 7 x
415
hienestar tras haber cumplido la tarea di* •
.11 dd^Si^ ESL
y a los ensoñadores del arte. ^ - <*> es l o q u c ^
(0 a P
Pm 0
E
Í S a n la preparación y los sentido. También ocurre con leTh^bt
siones fantásticas: y ahora he volcado el tarro de leche de estos n i n . U m e r o s a s
*xp» P "" onción muestra nuestra falta de fecundidad y de órganos en este ámbito S I
Tctda
como la tierra, no dejaríamos que nada se echase a perder.
^ 1
32
historia quiere superar lo extraño, el hombre se resiste contra el pasado, todo
debe ser «yo», «biografía» y «conocido de antiguo».
Amigos como ropa usada.
32 ¡14] 32 [23]
7 «Hay que llevar a pie al mercado lo que se ha producido con esfuerzo» E<mer-
«¿No hay que estar deshumanizado?» ¿Quién ha comprendido la ironía?
son>".
32 [15]' 32 124|
Emerson piensa que «el valor de la vida reside en las disposiciones insondables El desarrollo más o menos uniforme de la razón y del sentimiento es la meta de
de la misma, en el hecho de que yo nunca sepa q u é es lo que puede pasarme cuando 'a cultura (como fundamento de la comprensión, de la solidaridad y del avance colec-
me dirijo a un nuevo individuo». Ése es el estado de á n i m o del viajero, p. 311 impu- N - En ello reside la importancia de esas potencias mundiales que se organizan,
tante en Emerson, el temor a la pretendida ciencia — en cada individuo, el crea ^es como el Imperio romano, la Cristiandad, y, ante todo, la ciencia. En lo general
y e n l a s
entra por una puerta distinta. cosas pequeñas predomina el malentendido: de ahi procede el egoísmo
32/16)I6j na ^ntrico, no de ta maldad. - Una gran pérdida va asociada a esta cultura nivel*
hay u a
¿Algo te ha dado una gran alegría? Pues despídete entonces, nunca * * La «Historia» es el relato de los medios, canalizaciones <y> v i * de comuni-
segunda ó n onentadas a la uniformidad.
Ubi11*
.os n , , a H s , o ^ s ' ^ ^ ^
< v
* ~ » n r l i > , M J I I on e espíritu V f n •"«•tía
darnos de eliminar una especie de lodo que impide que n y a ° ^ U n I
S o s para alcanzar la saüstacc.on - cuando el arte y .¿g e J
n Pnrre si Pero esta lucha puede incluso convertirse en una XL - '« v e r H ^Ka
^aS 33
'
n , ñ o s s o b r e d h i e l 0 u n c a n d ü para13ventlsca
- la
s
13 satisfacción de todas las satisfacciones es £ ^
2
# ' L r a se le puede objetar a Sócrates que con la virtud humana no ocurre nada.
m
Jfucho con la sabiduría humana. ^
33,3
J . artistas piensan que los momentos agradables, un desbordamiento del corazón,
elobjetivo del mundo: se consideran los predicadores de los momentos felices.
0
33(41
Que los a r u s i a a n ú — " ™ * p i u ^ i t u ^ u intelectual
LüLcieciuai es u
j que ellos mismos descubrieron antaño en el propio arte mismo: hoy día, lo
hacen sobre todo cuando se presentan como pensadores y escritores.
33 [5]
¿Por qué todos los músicos son malos escritores, sin oído para el ritmo, sin rigor
en la secuencia de ideas? La música relaja el pensamiento y afina en exceso el oido.
El simbolismo difuso — hay que contentarse con eso.
3 3 ( 6 1
33 [8]
sin ^ t e r m i n a r
— «¿Hay una felicidad mayor que examinar el alma? - una vida
«amen: oó ftanó©*
A,u 0 a d e 5 0
' siór wc ,^ Inginas con anotaciones para VM.
a
Cf D I . . , 8 352. W ? >
¿
* ^ ' ^ í í ^ 38 a. Nietzsche ha glosado en su ejemplar de este diálogo platonv
U c k d c s
Sócrates» («Felicidad de Sócrates»).
[437]
Í RAGMFNTOS POS U i \ u
0 |9|
Oue es. enronivs. Europa''
(
(|K Cultura jjhcg;, d C s a
u |
s. helrniMiu». tilohelenismo de | «¡ ,-.„., ' ' a , ,
0 v
s
Mi el cristianismo portado, | CICHUM
t C " I " ^\-|
- ú n e n o s a.nt,¡K-os. ,n,o„tras ^ ' * J ^ í f ¿ S ¡
^ w t-uropa Hcga ahora tan lejos t <* %
minó (a mrnan.dad. el cnst.amsmo desfallece No hemos U e ^ r > 34. N I I I 1. O T O Ñ O DI- i* * 7 H
Se
d e
P
6
° sab - y
s
unporra un Dios' Pero la obra de vuestros padres y ancestros _ _ ^ e s ¿ ¡ J * j4|2| ^ b ¡ é n e i entus<iasmo> es una difícil cuestión.
\ B . La verdadera Maya. — Valores sin consistencia ni contenido 34131 ^ i a enfermedad de constitución espiritual—rxro tamo más la _
a p r e c
33 f 12|
Trabajadores chinos, para europeizar Asia. 34(41
poetas que balbucean, oradores a quienes les falta el aliento y se les quiebra la
músicos sin espíritu rítmico, sabios con el regusto amargo de la locura - estas
voz
perfecciones de la naturaleza son como verdugos, que consiguen de los hombres
^obstinados la respuesta: sí, necesitamos el arte.
34 (5|
34 W
Por ignorancia, el principiante, al igual que el arte en sus comienzos, aspira a
las metas más elevadas — de forma errada.
2
34 [7|
La sencillez es un pequeño llano en las cumbres del arte — ni al comienzo ni al
final,
34(8]
De inmediato se puede tener poca cosa, pero simplemente si se dispone de tiern-
p u e d e
L' * tener todo. El tiempo es el capital que comporta como intereses todas
l a s v i
^ e s y talentos del mundo.
N ni i m r . ., .
v
1C f r n o c n 0 C U | V 0 d c 5 0
- 301741 pigras con anotaciones para \ m
! C f V
M222.l . 1 7
M39
IRAGMKNTOS PÒSTUMOS 34. NUI I . OTOÑO DE 1878
441'
441
0
i I» n <* c
cfie
éPtica cruza las m o n t a ñ a s y favorece a R m ^ 0 a ^lu»
cal p ej. en el arle, en la rellcMon. en el planteam.enu, de 0 ¿ Ü £ > , „, '
s
' * "di.
^ « i» aue uno se separa finalmente poruue el •
3 4
' uLcro no es un héroe de l l a l l a s Sófocles no es un « ¿ i ^
!Hos eaniores de la fidelidad y la abnegación son e g o f í f ««fiie,, 0
•*3£«
llid
c l m u r q u e , a n a l u r a l e z a h a a , M d
«os orno Helvetius son amigos bondadosos de & -o ¿ ° "
S S E L - El .alenio quiere suplir á, carácter. Es un ojo 5fc <* 5«*
•íi., * * , no pan
para uu.enes lo contemplan. "«UU P a r a o fieura que ha comprado su alma con sus arando
54
^ ^ n i S p ^ » > P - - g e r desde otras panes í ^ ^ y
ha h y
3 4
' ^ m i n i o incipiente de los escritores. •'-la mo demasiado bajo el precio de compra ofrecido. ^
c m
..timar °
4
34IW ..... , ü 120]« „ con alguien que no sabe escuchar, sino que se exhibe a sí mismo
Libro anónimo, periódico firmado. M f c f l
r
tfo tratar n d o que de este modo conduce la conversación. Éste es el
p e n s a
estas sendas resulta impertinente, como si hiciéramos que el sol se pusiera y quelu
tierra se quedase quieta. 34
^Atmósfera estival del alma — dicha estrem<ecedora> — febrero.
34115¡
Por la manera de admirar del genio se reconoce con facilidad si se encuentra
injertado en un árbol silvestre de egoísmo indómito — en ese caso, admira de mane-
ra sumamente ostentosa en los grandes hombres de épocas pasadas sus propias face-
tas brillantes, las únicas que saca a la luz, arrojando una sombra sobre las demás-
o si, por el contrario, creció de un árbol ennoblecido como alguien del mismo lina-
je: entonces, ama lo que es superior y distinto a él: como Goethe.
34(16]«
cñm s
En su poder de hacer de algo una cosa e f í m e r a se reconoce lo ™J mQ
4
*CÍ VMI5I.
Cf.VMi5 . 6
* Cf 39 fiJ.
' C í W S 125.
35. N I I I 5. O T O Ñ O D E 1878*
jí * l o s o b r e r o s
51 n i c a C Í U d a d
•' V la " ~~"
J 5 1
Demasiado « é a r m c o » -
3 5 | 4
H muchas cosas que al
a y
hombres
K r 0 con dolor se acuerda de podría perturbar su sinceridad y
% del buen „ . tan
m = ostumbrados hay an estado hasta
perturbar su
educación, soio i c i c a u i « ^ « o w ™«, y I H uureza. y entregarles
entregMks
las nendas de su propio influjo en ellos. ¡Que puedan permanecer fieles a sí mismos
¿)! De esa manera permanecerán fieles a él, sin saberlo.
w
35(51'
Para muchas naturalezas puede ser bueno dar de vez en cuando una fiesta a sus
pasiones.
3516F
se vuelve a descubrir la encantadora grandeza de este primer jardine-
ro de almas de todos los tiempos
35 [7J
f d C n i 0c n o c , a v o 5 0
' ^ VM 2 2 o de Paginas con anotaciones para VM.
1Posib
' < a l u ^ aEpicuro.
[443]
3 6 . M P X I V 2 A . O T O Ñ O D E 1878*
vida-
^ ^ Sello y testimonio
«la pureza del espíritu tiene también como consecuencia la pureza de la pasión;
por eso un espíritu grande y puro ama con ardor y, aun así, ve con claridad aquello
que ama. — Hay dos tipos de espíritu, el geométrico y el que se podría llamar el espí-
ritu delicado. El primero tiene ideas lentas, duras e inflexibles; el otro tiene una agi-
lidad mental, que se ajusta al mismo tiempo a las gentilezas del objeto amado. Va de
los ojos al corazón y por el movimiento externo conoce lo que pasa en el interior» —
Según Pascal.
36 [41 .
Wieland: «<no> soy capaz de acordarme de haber oído jamas pronunciar la
J
palabra alpmñn r*n ,r naneo A* i ™ ™ nhrüc Pdirión de 1840. XXXI, 247 .
3615]
, El pensamiento no es sólo el nacimiento de la voluntad humana, sino que tan-
bién
to es tratado por el hombre como a una persona con voluntad humana. El cerebro
se e t i e n e a
nte un mundo humano
Juan, 14:6.
Schwarz, Leipzig.
[445]
37. N i l i 3. N O V I E M B R E D E 1878*
« IV T C U a n d
° H a C e 3 l g 0
" a r a C O m e W a r 3 1 0 ( 1 0
«I mundo v <
g o lo
,„ consce
1
insigue!
n 0
v
. sin embar-
3 7
'obstinación en el germen del pensamiento, o amor.
3 7
^Alegría del ayuno, alegría «obligatoria» — no acierta.
c
* uad
U 4 í > a l g u n a S < l , l >
^ ¡ ó n' ConSE í y — * " * - g ^ canovai de Basilea.
^""i-Montinari indica una posible alusión de Nietzsche al .ama^
[447]
3 8 . D 12. NOVIEMBRE-DICIEMBR
ede 1878
} 8
^lección inesperada. — Sólo una vida llena H A ,
, hasta qué P""to la existencia está c o m p l e ^ ^ ^ » V de
a
3 e n s e
no pocas ocasiones, el ascetismo puede
e n * n¡Sti * ~
g d d e
Sitado. - Los «pesimistas» son gente astuta con , í ' °
re ^ un J ^
e l e s C ü r e i
con la cabeza por su mala digestión " tóma ^ ^' g 0 e sm 0
^gado: se ven-
vengan
ere de la existencia se ríe de
huete e ü o ^ S ^ í? 3 b e
* q
b
únimto
™ se U e
suf
n o
su venganza, su orgullo, su tendencia a pen
JU a r , ^ ^ de s ^ alea-
5
do es todo eso, a su vez - miel v i r 7 g e n ^ s u f
^ su ane p a T ^
c Cr
Wn >ío Para 1
j $ V j v j ^ Mario 6
Bm£j¡J,S a i g u n o s
aforismos escütos por el propio Nietzsche y trws
C O m e J
^ 0 S o b r e I a
3 9
' I S e T ^ ^ e n t e inferido de las obras. Pero éstas según el efecto a r t í s t i c o
c o m
jnás ? ^ n el artista se equivoca con facilidad acerca de sí mismo.
poco a poco su naturaleza va cambiando según sus figuras'ofendas.
39121El Winckelmann de Goethe está absorbido por la cultura: por eso nos parece
vacío-
3 9
^placer en la coacción, siempre un nuevo obligarse entre los griegos.
Homero, bajo la coacción de la técnica antigua.
39 [41 . f
Coacción métrica.
39 [5]
Los tracios son los primeros en hacer el tránsito a la ciencia: Demócnto, Prota-
goras, Tucídides.
39 [61
Gérmenes de nuevos g é n e r o s , extinguiéndose.
Temas descartados, selección.
39 [7J3
Grosera simplificación del arte en el drama.
[451]
I-'RAÛMENTOS P ( > S I l i M ( ) S
5
' ^:;.:^
, laRclO
'' "•
, 0,o ,
J
4
H. Tarne. Das vorrevolunonäre Frankreich, Leipzig: Günther, 1877 [BN, 587]. 4014]
5
F Lenonnan, Les premières chiiiisations. Etudes d'histoire et d'archéologie, vol. II, Paris, 1874. La máquina controla terriblemente que todo suceda en el tiempo justo y de
* Alfred von Gulschmid, Seue Beiträge zur Geschichte des alten Orients. Die assyriologie informa correcta. El trabajador obedece al ciego déspota, es más que su esclavo. La
Deutschland^ Leipzig. 1876.
máquina no educa a la voluntad en el autodominio. Despierta apetitos que reaccio-
* Maximilian Duncker, Geschichte der Alterthums\ 7 vols., Leipzig» 1878-1883.
Champagny. Die Antomne, deutsch bearbeitet von Eduard Doehler, 2 vol., Halle, 1876-1877. nan contra el despotismo — el libertinaje, el despropósito, la embriaguez. La máqui-
I
•Alfred von Reumont, Lorenzo de Mediä il Magnifico, Leipzig, 1874. na provoca saturnales.
'•Alfred von Reumont, Geschichte Toscanas, Gotha, 1875 s. 40 [5]
II
Alfred Stern, Müton und Seine Zeit, 2 vol., Leipzig, 1877.
,J La ausencia de libertad del sentimiento y de la persona queda atestiguada con
Pasquale Vülan, N. Machiavelli. Rudolstadt, 1877-1882.
» Ludwig Geiger, Petrarca, Leipzig, 1874. . ig. LeipZ
'a tendencia revolucionaria.
14
Wolf Wilhem. Friedrich Baudissin, Studien zur semittischen Religionsgeschicnie, La libertad, mediante la satisfacción, la adaptación y el mejor comportamiento
1876-1878. Personal.
"AdolfFriedrich Schack, Spanisches Theater, 2 vols., 1845. . - y, 186**
*c
Lév
Oskar Peschel, Völkerkunde, Leipzig, 1874. ' *" 40 [24] ° P 8 anotaciones para WS.
• Ernest Renan {1823-1892), escritor francés.
• Cf. WS 248.
2 ,
CfWSJiUi9. Cf
- *S 220.
1453]
| R \ i i \ H M u s l'OSTUMOS . N IV 2. JUNIO-JUMO Hi. iK7'i
m
4^5
4 0 6
I ' i ar u ier dartmo de la maquina. nt„ -j,
t os
H b .
* ^l'rinir.
D* „r j e s ° c
d e dormir claro, rojizo, marrón
nensión de la construcción en su conjunto y t i c
s
" %
Frustración 457
Sirria Trinidad 14 **
1) Como doxa«.ion
4) tres en uno
2) Conto dum" ación
\\ Cono calma
2) PDC01
^ ^ i n o s , Selva Negra'
8
3)
campe
- - )
' 2
40 11*1 4) s U C
rfesde Viena" por mi cumpleaños
Vtforamos - ^ i s en función del esiuer/o que hacemos al P r ü ( l l uv
,í mensaje
.egu.rias. D> ahí * 8 5
V da r e a ^ S ^ o ,
B w ü s d a a l a v c r d a d
a %
os.
40 hilo por el que discurren los pensamientos de muchos r e d o r e s es tan fino
4tl|lí| ^, . E l
o vemos y creemos que vuela o planea, o practica el arte de los poetas ^
Contra toa titosófico-religiosos. que •£ * ¿ j como la desciende a menudo a lo largo de un hihllo delgado -
1 10
dos- *
40 (1*1
H « « « r v - v : j r al/w •'. mediante la difusión de la autoeducaci" 40 l 2
^ ^ debemos justificar nuestra retirada: universal
alto erado de carnificación y erradicarlo en sus formas mediocres. a |
40|2I|" .
La metafísica y la filosofía son intentos de apoderarse vioUntamenv <je ^
terrenos más fértiles: siempre perecen antes, porque arrancar bosques supe
fuerzas del indiv iduo.
4(1 [22| i t
Contra el desden fingido de las cosas más cercanas y su descuido cíecti
cepcion grosera).
1t f s u
8
V i WS 105 Ws ^ cumpleaños cM5 de octubre de 1877.
•
" Vi WS S ¿
41. N IV 1. J U L I O D E 1879*
4 1 P
£ libro más atractivo de la literatura griega: Mm<cnbüu> Socr<atit>.
4 1 3
' Se aspira a la independencia (libertad) por el poder, no a la
4 1 l4
¿a mirada extremadamente despierta, demasiado brillante, y la mano tartíoro-
53 — Tristán.
4 1 §
' Los fines hacen que la vida sea completamente absurda y falsa. ¿Trabaja uno
para alimentarse? ¿Se alimenta uno para vivir? Uno vive para dejar hijos (u obras).
4
Éstos, a su vez — etc. y, finalmente, salto mortale . Más bien, al trabajar, al comer,
etc., siempre está también ahí el final: con el f i n ligamos entre si dos finales. Como
para comer para vivir, es decir, para volver a comer.
La acción quiere ser repetida, ya que es agradable. Todo cuanto es agradable es
el final. ¿Existen las plantas para ser devoradas por los ammales? No hay ningún fin.
Nos engañamos. — Yo mojo la pluma para .
4U6]
Se han estudiado bien los climas, pero día y noche en general, etc.
* Cuaderno
1 « pT j j . ^ ocwvo de 50 páginas con notas para v. S.
A
2
C f u/c o ? ¿ caso he abrazado a la diosa TriviaV
U , e s !
' C Í : K 1 4 7 ] ; 2 8 [ | | ] ; 4 2 [48],
W
I 8
<P S 222.
sucesivas
^PWasdel t«ñZ U d
P ° t-nedneh Heinnch Jacobi ( l w - i a i * i . c u ^ — ,
r
alterna-
m ( c o n t r a
•» v S T °
a
Spinoza-Kant-Lessmg) y del ateísmo (contra
^ do- 'a r ^ ~ * a la que. a su juicio.
vía dir
[459]
I K U . M I MR)S rÓSI U M n s
41. N I V I . JULIO I)|.;i87ü
4M
4 1
' t o l a par» el mas r i a r s o su almucr/o diario resulta m a s
A m , o 8 vientos templados de febrero C u«nH« .
41 191" * J_ i _ J
Los socialistas ayudan al munto de la democracia.
41
'fomo el sol en un bosque de abetos, cálidos aromas y el puro frescor del v
w u f < w a v ' equiparación improcedente. len-
que
opla
to
s
41 MU
Cuando un igual presta ayuda a otro igual, no se trata de c o m n i ' a s 41 (2U ielo nnublado
itOS CIvIU uuiuuw y
aire húmedoj
—~
— mis
>itu
enemigos.
w u v y i i H ^
debe - la
r r equiparación restablecida. Si el fuerte ayuda al débil, sin nmJ ¿ sino (i. Sl
Rocas viento, bosque de coniferas, heno y mucho viento mis amigos.
Provecho
¿se
compadece • 4 1 2
' <!sphynx, Tcmístocles, Mithe, Paradoxe, Sophismus, Styl. Liieratur. etc.».
4 1 1 1 2 1
4 1
' ^ ' y 512 . Competencia — su utilidad, aunque nindameritalrnente perversa. —
2 9
1) con utilidad inmediata a la vista Va contra el equilibrio pero el otro grupo tiene el beneficio de la lucha. El terce-
—
2) sin esto, pero como capital ro que conduzca al asno. Pero si son ingleses, entonces el tercero mismo es el asno,
3) contra la utilidad inmediata respecto a lo que ha de venir que es conducido.
4) contra y sin «vanidad».
Todas las cosas pequeñas han sido otrora grandes. 41[241
Somnoliento y contento, como el sol en las callejuelas de una pequeña ciudad
en un día de fiesta.
«En lugar de venir, la extraña p r o s i g u i ó su m a r c h a » .
41 [25]'°
41 fl5J Terceras — octavas: m e l o d í a
una Infancia — aprender — primera magia
El cerebro, en fase de crecimiento. S ó l o las partes m á s recientes poseen
Dondequiera que haya nostalgia, se siente una perdida, pero también una sensa-
conciencia concomitante. Las m á s antiguas trabajan sin ese faro de control
ción de otro tiempo a medias recobrada.
La meta: el hombre, una gran actividad finalista inconsciente, como la
«Arrebol alpino de la s e n s a c i ó n » cuando el sol se pone
Ic/j de la planta. Aplicar también la sole<dad>-de-un-domtngo-por-la-tarde.
El niño goza el privilegio dc los grandes encantos que le provocan las cosas simples.
41 f 16)
41
Muchachas que ríen como tortolitas. Ufi|
El se
mimcnud muy piadoso — un bribón.
f
• H ) ? í f l V Carta de Ntctzsche a Hillebrand. mediados de abril de j « t * ¡ ^ ^ ^ ^ e n a .
, , r
^üH iehrbueh der lolkssurtschafi und Sozial»issenschaft. te
C r
' t i WS5. 1 R 1 6 6 1
1
Cf WS 275.20-» •ctVS
FRACiMHNTOS l»ÓS TUMOS
41. N IV 1. JULIO DE
4c:
4 1
Nidada bala, crepúsculo. vistoso aborrece la moda, _
o c 0 y a q u eé
C S l a
"o pie n s a; e t l
Ö. Debe
4 1 1 2 8 1
^ > disiate en las figuras de acompañamiento de i
*i organizar unafiesta,sino hallar a gente m . * •
j f 13?1 diflC ¡l o o £ ¿ espectáculo sin e a p e e t a ^ ¡ T "
f i e s t a e s u n * *Ha. U
4 1
' A ! acercan la tormenta, cuando la montana gris p a r e e c t e r r j
d e 1 3 5
t-s Q « i e n e s
P 3 1 1 0 c
' ^ " ' P™ 'Pcs Y soldados, lo haT" " * * U e n a
* pla-
l a c u n o s , d a d d e l 80ir,n el y
í¿-ítf*y °^ - *5532¿
2
'Z'culpa de Jean Paul. Carlyle'
Carlyle'= se ha echado a perder y „ h. s e
.11381 , azúcar, una comida, una escalera.
L inohterra- yv Emerson
Emerson, aa su
su vez
vez, el
el americano
americana „,¿* °nv „-,
a
c
r , c
e pas^
S Í ^ e s a •sa prodigalidad insulsa que a r m i , .
prodigahdad insulsa Í T ^° , s»S u
q u e k
^'cUa la cocina del
ventana ideas e imágenes. Ue ^ 3| del hotel.
nas
prixfait
4 1
' r L & í K w : lleguemos a ser /o todavía no somos: BUENOS
V 41 l °¡ 4
amarillo radiante, y sobre él oscuros trazos boscosos de un verde par-
ECrN 0
p o r a d o
E l P
CX)SAS MÁS CERCANAS- LAS sobre éstos, en una poderosa ascensión de la mismas lineas de
d u z C P
monta-
° ' Uas cimas resplandecientes de blanco nieve y gris azulado,
ñas, las ai
41 /J2J
Los consuelos del cristianismo serán pronto una antigualla; un óleo ia
do de emitir rraeancia. Entonces resurgirán los consuelos de la antigua Xr ' 4 1 4
' La grandeza de los antiguos reside en su impulso universal, en su visión y <sus>
un nuevo esplendor — y a elio se sumará ww^rra nueva especie de consuelo él ? loraciones de todo, en su escaso acento nacional (griegos y romanos).
tórico. '
13
4 1 4
4J ¡33J ' La comunidad surge para poner fin a la lucha por la existencia. El equilibrio,
La mayoria de los hombres se rebela contra quienes consuelan durante un tiem¬
po y exageran su dolor profundo e incontenible con palabras y quejidos. Encuentran su punto de vista.
insoportable que quien se consuela parezca aceptar que así dará fin con mayor faci-
lidad con estas desgracias, pérdidas, etc.: le indican que esto puede deberse a que no 41[431
siente con bastante profundidad y a que la capacidad de sentir profundamente es la felonía sólo
se origina en la comunidad . Tucídides: tpOovepóv de la bri- 14 15
inferior en ellos. En verdad, no sienten n i un palmo m á s profundo de lo que sentiría llantez, para oscurecerla — por consiguiente, entre iguales.
él, a menudo menos. Por consiguiente, a su pretendida superioridad para vencer el 41(44]
dolor ellos le oponen otra. He de tener únicamente naturaleza, para sentirla cerca de mi. En el contacto con
los hombres me vuelvo impaciente: y esto se convierte en algo cada vez más extra-
4ip4¡ ño. La gente me marea: para la naturaleza, es preciso que haya encontrado por com-
El gusto clásico — no favorecer nada que no esté en condiciones de llevar a pleto mi equilibrio.
expresión pura y ejemplar la tuerza de la época, un sentimiento, pues, de la fuerza y
41 [45]*
la tarea propias de la época.
Los hombres se comunican demasiado y con ello se pierden. A quien nene
p o c o l a
' sociedad le qu<ita> también lo p<oco> q<ue> t<iene>.
4 1
'Vil vez los dioses sean todavía mñ , x „ , , , „ a la h » „ „ il a i j ; i d
et\ rioinariamente un signo del desprecio.
[ c . sean .-rucies de forma inconsciente y destruyan i n o e e m e ^ ^ U n j ,
v 411*1 gracia, ong
tv. - ~'*VJ
4 1
' I w en vez de hábitos, intenciones en vez de i m p u l . SOs C o n
vez de « o c i a s , alegría del alma y del espíritu en vez de & e c ^ ^ > ^ 41 \& ]
a la q ^ le correspondiese exactamente un concepto, no tendría
duales, equilibrio de todos los rnovimientosy el placer de esta ¡ S ° ° * h ¿ U n a
M
oo-
\ T Platón acerca de las ideas eternas.
erutaciones y embriaguez - y después i ¡todo vuelve a ser inconsci^l , ^ d en
e
gen Err^ de
60
411 ' i o tener mucho carácter para defender las causas del buen gusto y de
s a r
4 1
' Este diálogo no es mío. Me fue remitido un día, con la única observa E S
ndo todos los grandes talentos se sitúan en el lado contrario
¡a leerlo Jv rransrrúrirlo. razón, cuanu
transmitirlo, Hice iu fprimero,
C l 0 n d e
podía mee lo hago iu
a u w u , nagu lo segundo. ^ que
la
41 6
41(501 ' E! supremo objetivo del arte no debería ser representado por los débiles.
no se hablaría de la salud del alma, el Estado no tendría que remediar
tantas necesidades ni daría tantos quebraderos de cabeza.
41 [6fl ^ ^ según la moral bíblica, según la cual, a quien tiene poco, se le quita
20
aSyywi
' Cf. WS 324 ru
-"« V 2. 3083-3084.
•CCWSIML
FRAGMIN POS POSTUM
4t+
4 1
'Yo *«* en Schiller. en Humboldt - una falsa A ü m i í i e H
41 1j ó í í j
cuando leo las palabras de Goethe sobre Schiller, « y t r a s 4 2 í N I V 3. J U L I O - A G O S T O D E 1879*
^ he de ponerme a llorar. .Por qué? t «. e n a
Pari,
ere
' -- ^
4 1 /69J
Caminante — Encuentro esto demasiado superficial y escntores queaunexp
ser, entonces, una sombra, incluso cada vez más profunda? p ! ? * * ;T¡
- Hasta ahora no sabia que los gordos tuvieran ni* ¿ W > q u é
liguas le P (Ge-ringel)
A R E C E N
a s r
la pmrundidad que los delgados. P err 0gati es * W !
(Ge-reutetes)? ^ p a r a d o
e e t r e a r
la palabra exacta. >y 3
«[31U voluntad libre, una maravillosa ilusión, en virtud del cual el hombre se ha
41 [721
El caminante y su sombra. vertido en un ser superior; la nobleza suprema, perceptible tanto en el bien como
Una charla mientras camina. ""d mal. Pero ya animal. Quien se eleva por encima, se eleva por encima del ani-
mal y llega a ser una planta consciente.
41 [73] El acto de Ubre voluntad sería el milagro, la rotura de la cadena de la naturale-
RivaroP. Fontenelle. za. Los hombres serían los taumaturgos.
2
Cartas de Beyle *. La conciencia de un motivo lleva a engañarse a si mismo — el intelecto es el
27
Todo Ménmée . mentiroso único y originario.
41 (74P 42 [4[
Platón y Rousseau se oponen en una cosa acerca de la cultura: Platón opina que,
Si una vez casi = 0 veces, diez veces = 100 veces entre hombres en estado natural (salvajes), aún abrazaríamos al criminal ateniense
4
(como ser civilizado) . Él tiene razón frente a Rousseau.
41 [75]
Cada dia, una hora: teoría de la salud. «15[
La grandeza o pequeñez de la fuerza humana es determinante en la constitución
«su sensibilidad. Sólo se convierte en malvado y salvaje cuando se le enfrentan
0 1 0 e n
i n?! ^avo de 50 páginas con anotaciones para WS.
0 8 J U e g o s d e a l a b
^ » i v o en? P ™ con el prefijo ge- que se utiliza para formar el
» 1 2
» AmninJ D . • "^ 3 3
V ^ («Glocke»;
(«Glocke»)deC fCl f l a
de Schiller.
* An'O'ne R,varo] (1753-1801L esrrimr fi*«¿-
Schiller.
m i f l
W *; ¿ í c S f 1V0S t<Kri
" ngel», rosca; «Ringel», anillo: «Kraut», hortaliza; «sich reuen», anepenta
i r ^ ' P * * ; «leben», vivir.
*D S Ì ? ? Ì I 7 5 W M 1
P ,/W
e
Jfa,ICtf
. ^ " t o r francés. ^jU**"**
m: M. 1 ^ 1 ^ mr ' * inèditeprècèdée d'une introduction par Prosp*»
7 41
a
iClWsfw''™ 0 m e Ì n c o m u e
- ***** nouvelies, Paris; M. Uvy, 1*
[467]
FRAlìMFNTOS P Ó S T U M o s
4 2 , N I V V JIÜ-Kí-Aí.OSTO DF. 1*79
" , n
Por un
^ i U * * tal Pri«c«pes ^ soporta con m f
a y u r ilci|| > ^ . ^ e
9
d J£ Ahi donde d honibre .ve . « e , e . se conviene él
W ^ ni"
9 s a n l a I r a
•1 env
•aia V la -
4 2 l
% fa: libino turco o aquel que equipara la falla <fa Uberi „1 •
ú san*
eoo la dei homhre intelectual y rvoqfe està ùl(i„i ' Ì^dual , .11 e tiene que dar, tiene algo de desvergonzado.)
nr
í u a ' l K ^ r ^ ctiyos impulsos obedecen a la orden de n o
1
V¿uien siempre
un unico motivo —ì
q u c
10
M21 „ue no corren alegremente hasta el final, sino que se dener^n a
l1 díaS q
Grado de dolor como equivalente de la infracción. 42(151 : pero las necesidades de nuestro gusto son otras, pnme-
q s a l i m e n t 0
Cuanto mas uüi es uno, tanto mas suave es el castigo. •L luego costumbre, luego placer que quiere repetirse (necesidad». Ocurre
Si se cree en una vida eterna, y la vida terrenal se infravalora, la conside • ro ° ente igual en el caso del sentido moral, que tan distinto es también como el
C aCC
e r a c i o n exa
no es t i necesaria, por lo tanto, la crueldad será mayor.
Ctan
pero que el fin al que sirve es casi el mismo (conservación del hombre por y
gustus
H er inofensrvo. pero mantener útil lo más posible (por eso, tener también ^ éntralos hombres).
. , t la aniquilación es necesaria, entonces, que sea más El sentido moral es un gusto, con determinadas necesidades y aversiones: se han
bien *any»™***r cruel, pues con ello se alcanza la máxima intimidación, es decirla Ividado los motivos del origen de cada una de las necesidades individuales, actúa
máxima utilidad. ..^ como gusto, no como razón.
5) Castigos drvinos. como equivalente de la justicia mundana (es decir, golpes El gusto es un hambre adaptada y selectiva. Al igual que la moral. (Hambre que
del desunoj. Por eso. gran mitigación. Los sacerdotes anuncian estos castigos; el quiere ser satisfecha de una manera determinada, no químicamente. —). De este
vengatrvo ESPERA ¡es mucho lo que gana!
— modo, en virtud del sentido moral, tampoco queremos conservamos por y contra los
6) Los remordimientos de conciencia como equivalente. Peligro de condena- hombres de cualquier modo.
ción eterna. Punto de vista cristiano.
42 [16] ... .
42 fgp Cuando se trabaja plenamente en cuerpo y alma, disminuye el impulso sexual.
La venganza del inferior sobre el superior siempre tiende a lo más extremo, a la Una dedicación moderada es provechosa en un único respecto.
aniquilación; porque sólo así puede evitar el desquite.
«U71 II
42 (9|« Vía Appia - al fin todo en calma — la tierra sera algún dia un tumulo flotante
MULTAS, ser
reparar un daño — con algo distinto. Prestar el mayor númeroeldedolor.
«|18|'¡
víaos posibles, después de haber hecho daño. Que al pagar no se piense en n o n o
se pasea impunemente sin cesar entre imágenes
Interes de la comunidad, embargo, confiscación de bienes, etc.
'Cf.WSó!.
' C f WS 33. 28.
Cf WS 33.
* C f WS 33.
FRAGMENTOS POSTUMOS
42, N IV 3. JULIO-AGOSTO DE 1X79
471
4 2 le s U r e m a : n o d e b e s p o s e c r
' SOCIAIBMO — >' P nada. p, sentimiento de libertad de la voluntad nace del oseil y L ar
F J
„i|í , 17 S i - " j" " los motivos se equilibran.
$riO. l l a r
u a n ( 0 ^ y detener-
42 \20V*
.entras que * ™«™ den la ^ s e
, h,mhi Wim> med»), no dejara de haber guerras. Se o l v i d a d V law .. Cuando prefiere los nuevos motivos a los antim,^ n^..
. J
' ; W de toda justicia punitiva: el desprecio, el odio h W ? ° «
( e
' \ d
a 1
G# áoS 6
dosT motivos conscientes a los que se asem<ejan> >o insume* Corr 1<Í0S> 0
* »" ° ° -
medÍ dÍSUaS ri0 »1
* ,» C|
MI5
,o1 tanto el ámbito de los pudenda, que una conversación
JUUS u ,
4 2
^Venganza 11 Impedimento para continuar (¿Protección
^ el hombre que nos resulta dañino debe h
^ " 1 2
, ü t sobre los cepillos de dientes, pasa ya por poco
C X , e
n c l u
¿S.?^ c
5) Restablecimiento de nuestra reputación. ^^afo tí*!*' Í te U práctica. (¡Buenos padres, pero tontos!)
Ú
a
her tficia y
4 2
^La eriseñanza moral que más fácilmente se ha olvidado debería ser 1 41 |3ll r e i n Q S alegramos de tal manera que nuestra alegría sea útil a los demás.
a
mmente castigada, como advertencia. ^«ei*
42 (231 421321
1 ,2
j y o r disfrute posible en uno mismo. Pero ¿eso no quiere decir alentar
g m a
debe tener tempíe: pero'dejar luego que suene algo bello: y ¡oihi^JSSlS" a los que Ouiere decir alentar a quienes sólo tienen una salud imaginaria!
de la desilusión-. ¿v¿
un escrito. '
42 [331 .
42 [24] #á» Autodescubnmiento
Cambio y ciclo, por eso se caractenzan los hombres (leche a diario, luego sabe Autovaloración
de manera distinta — se saborea debido al contraste). Autotransformación
42 f25j" 42134]
El que tiene fuerte voluntad I ) ve la meta con claridad. 2) confía en su fuerza, al Dignidad del criminal. Si el rey tiene el derecho de ejercer la gracia, el caminal
menos en relación a los medios. 3) Se escucha a sí mismo más que a los otros. 4) No se tiene el derecho de rechazarla.
cansa fácilmente, y cuando se cansa sus metas no se desvanecen. Es un escalador expe-
rimentado. 5) No se asusta mucho ni con frecuencia. Por consiguiente: esa forma de 42 [35]
libertad de la voluntad, de la que alardea, es determinación y fuerza del querer, junto con Contra el hablar en la mesa.
agilidad y debilidad de la fantasía, así como dominio o afán de dominio y amor propio.
Se habla de libertad, porque ésta se halla unida habitualmente a la fuerza y al domini 42]36) Sfef¡,"
Nunca participes en las llamadas grandes comidas, a las que también en esta
«poca se sigue convidando la gente.
¡La venganza es muy complicada!
«[37] i9
Reducción de las fuerzas armadas - ¡un disparate! Pero \romperla
k
^ de la i ^ más preciada, la mas victonosa.
J U S u C i a c o m o l a d c l a g u e r r a ! ¡ E
"Cf. WS 285.
M
Cf.WS!86.
15
Cf WS 33.
16
Cf WS 9; 47
"CCWS33.
h RAI A H M U S fOSTutVK
4*: 42, N IV J. JULIO-AGOSTO !)[•. \ ^
473
4 2 , V
^ ¡ é r c i t o s Je /.V"<™ >'« ' > ^ ' ^ ' t n n a den,,,,., , el anillo terráqueo — ároipeoíri»
- j S n :tuán«as ^ r r u * orensivas >c docljun | M l ,., '
(
servacion. i ns
ofensiva, para distraei al pueblo, etc ) Ta
j n a «rv. %
anticiparse a P l K i6,
cuentas otra cosa que su /»n>/»w consen-ación ' ° c| ¿ N ¿71 se trabó, el corazón nada supo de ello.
«Vuestra I n t i m a de.ensa .ust.t.ea toda g U ^ J ^ ^
•
« padecerlo todo, incluso perecer. antes £ ^ P * t * S
C n e r
ü Mem<ombilia>, no una curiosidad q u e ^ ^ ^
en la sociedad». laC> simple
Lo mismo pasa con [ajusticia punitiva.
Ningún Estado reconoce ho> que mantiene el ejército con
T. ^ r ^ x ; !
:r* , v e c t a o d e ape,i,os d e
^ > Sí l ' " ,
o v las a » m ° - " T "
a s m a ñ a s
« W » en la n a n c Í ! q c s o s , l e n e u n
m a n o ( p o r
' ?ando el sol está muy bajo para bnllar en el lago, las altas mondas se
& aS
m i e i
n a m i ento intelectual « * que e| refi. 42 |5°P a r á e i día en que el pueblo con los ejércitos más victoriosos decida la abo-
00* del ejército.
42 |40|
Viaje de inspección de un panadero a la panadería municipal
4215
i¡] téngase al criminal en la cárcel hasta que — «cumpla su castigo». ¡Absur-
íí ta que él ya no sea hostil a la sociedad! ¡Hasta que no tenga ya ningún sen¬
42 MU d !
° t de venganza, ni siquiera por su castigo! Mantenerlo entonces por más tiem-
Las naruralezas delicadas, a las que incluso los trozos más duros de I " m
l) crueldad 2) desperdicio de fuerza, que podría utilizarse al servicio de la
les mojan ínvorun canamente en leche, serían demasiado felices si comprendí * 1
P° 3j peligro de hacerle vengativo, puesto que sentiría la dureza superflw. por
buenas cualidades: y asi les atormenta una secreta envidia de los más violemos T íianto, un deterioro moral.
6
los más tuertes e incluso gustan de simular las virtudes de éstos, es decir, su atrasa
da humanidad; algo que a ojos del observador imparcial es tanto como si el cordero
disfrazado de lobo quisiera sembrar el terror entre los corderos. 42
^En el mundo de las obras de arte no hay progreso alguno a lo largo de milenios.
Sin embargo, ésta es una imitación ridicula, pues los modelos, a los que envi- Pero en la moral sí: porque lo hay en el conocimiento y la ciencia.
dian saben sembrar el terror entre los mismos lobos: y para eso se necesita no sólo
una piel de lobo, sino unas fauces y un alma de lobo — e incluso más.
Tratar delicadamente al criminal, como a un enfermo, cuando se le detenga. ,La
42 ¡421
21 policía, gente completamente distinta!
¿Que el hoy no le hurte su deber al m a ñ a n a !
4 2 , 4 3 1
l W Ser responsable, es decir, saber y poder indicar los motivos por los cuales se
En las horas del día en que el espíritu tiene su pleamar, ¿quién coge un uw actúa. Pero, ¿conocemos todos los motivos de cualquier acción ! ¿Su tuerza y 1
4 2 ¡ 4 $ F 10
° apagado.
zado el P* '
Eckermann, la mejor obra en prosa de nuestra literatura, alcanz
álgido de la humanidad alemana.
Homero.// 20, 58. ((I(/Ui
S 8 6
•*V ; -28 [ l l l ; l 8 [ 4 7 ] ; 4 l [ 2 ] .
8 s 2 8
cast, . P ccmripitn^u
_ * '-
m
42 iS ¿fi .. h stan» » tenemos
.
:1 s un e
un criterio
criterio individua!
indmdual de
de cast.uo
t ( n p m 0
4 U c
nca de k> que se Ptcnsa. ' ' » Bib| ia
cxá
K*» S"c considera I G U A L E S a todos, porque te trata de on acto ^
42I5SP . , * ^ í £ £ e f e n absoluto individual. Debido a esta igualdad, t a n t é n ' f e
Se supone que m) se castigan las acciones que se realizan h S Í Pegual í d d * los hombres. - U diferenc.a frente a
J c a
- x»es ntmio*adas — pero ¡no T O D A S las acciones j m ° ° cció 1 P * * ' contenido de la culpa no al culpable í Pero entonces también el 22
Z u k n actúa ínter* Sonadamente pormn 0 a fin de que existeT^ 2 tef'** I ídto Para todos los enmenes. ^
n & o n No cabe castigar un motivo. «Pero no existe J?
ñor quef e! oo los sigue*?» Precisamente, ¿por qué no? «¡p ' * «>s , J n y ot a
134
¡ £ ¿ ^ * * aquéllos!» *or qué no? - ¿Error de juicio? 5 *
O 421*31. dación de las penas presupone la igualación de los crirnenes. Pero
casos se daría ahí ctwccwa. — Por lo tanto: para él tienen , ¿
u Ig
rT «/i/ivoí no hay igualdad — y si uno se remite a lia líbenad de la voi
q^aanciíos, la balanza está en equilibrio. «Ahora surge la voluntad I h * ' * ! * * 5 0
(dación a ^ ^ ^ i n d i r de la cuestión de por qu tendría que haber t
q u £ p r e s c
resufca del nao igual obrar asi o de otra manera, ahí también se da enton ° P e r S l ^ entonces^ ^ ^ { haber sólo uno. Sin embargo, se a inmoral castigar
c D € T a
•
consuma . Jeljuicu >) una coacción. ¡Impunible! Por tanto: por más vudt ^
r C s t a agoS disM o ^ ^ ^ . ^ u^ ^ e r e c a s t i g a r a l q u en o e s h b r e p u e s p a r e c e h a c e n
q u e
das, ensogáis coetm vuestros principios. Castigáis a quienes actúan en k 0 5
^ ° - es respecto a esa libertad — una libertad de la voluntad mayor o menor
el delito sea mayor o menor. ¡Algo completamente absurdo e ilógico!
42(5»P ntonces la libertad no seria precisamente absoluta, es decir, habría pesos
puesto que
«¿too entonces la sociedad se hunde!» Reconoced, por tanto, que el c grados de libertad
míe inclinarían ia c a í a o s u a u a ^
. j . T U ieantas. Pero no abuséis de las palabras morales, no habléis de j u s t i d a ^ Jan tanto como admitir la falta de libertad.
en caso de legitima defensa carecen de sentido las MEZQUINAS gradad
mm castigos. ¡Es necesaria una medición individualizada] — ¡Pero eso per-
drbiTrznedaa*. 35
Sic f^ñoai; : Hesiodo, como héroe, recibió la njjJn,* tras de lo cual no vrvió en
el Hades, sino con los otros héroes. Había dos formas de superv'rvencia: 1) en el Hades
42 |60P 37
he, jiaT5e<; , en realidad una vejez potenciada, 2) en el Elíseo. 5u ñj3Tioa; . 3t
C W S 2 8
» nl -
« « [38]; 42 [6JJ.
£ 7 ? * * ™ V «Ven, en los que Nietzsche se «jie^
a f o n s m
M
blí-
v
, j .fe^vaapecar».
«.^'"fancias».
M h V s
^ S ,
Z 3(
^
C f
' m t
- 565. n / u
C F
« Í3«J, 42 {56]. ' - 4 4 13]; WS I
FRAGMENTOS POSTUMOS
476
tarse ^beneficio futuro y el elogio venidero, de tal manera que , ^ Par! i '
q u e Su a
M I 2. J U L I O - A G O S T O D E 1879*
« i n t e En
del presente. ambos casos
En añinos ^ T—IENE Q ^ U~E .H A C E R L O . P e r . ] *^P r > - e
0
a , I
Por consiguiente: en ambos casos el mdagro o es c a s t i S¿' g a d o
M é r i m é e
-
Via Appia. 2
Pensamientos sobre la muerte. J3l '' . s e escandaliza de la expresión «lago de un verde lechoso», lee con el
^ « o con los ojo,
42 ffl
43
! p d experimentar estas cosas! No sabía que la tierra pudiese mostrar algo
a U e a
42 (69| 10
pensaba que los buenos pintores habrían de inventarlo. Lo idílico-heroico es
«Das Libeli der Mythus der Sophismus» — uso o escritura defectuosos de ¿ora el descubrimiento de m i alma: y ahora se desvela y manifiesta súbitamente
bras extranjeras. pala
ante mí todo el bucolismo de los antiguos — hasta ahora no había comprendido nada
42 ¡70] de esto.
Historia de las penas criminales.
43 [4| 4
5
El jus talionis es, como derecho penal privado, un grado superior de la moral,
es solamente la búsqueda del resarcimiento. El derecho penal comunitario contiene
un excedente se enfrentan precisamente el individuo y la comunidad./a/ra la con-
—
dición de igualdad.
43 [5]«
La imposibilidad de digerir el crimen.
6 C U a r t 0 d e 9 2 á ina
Cutmi " P B s con anotaciones para WS.
40
Cf. WS 23 ^gmariameme, comienzo de WS 295.
«Cf.42fl7J.
d e N i
* 1«64 d e
L? Talión.
f C^SS ^he a s u madre y hermana, del 13 de marzo y del 28 * "Probable conexión con WS 23, 28.
s°-
de L u í s d e S a m i a
" o T S * " 1
• M a d r i d : T r o n a
- 2 0 0 5 ,
PP- 272 y
[477]
44 M I V 4. A G O S T O D E 1879*
„1 . todos dan sin más por supuesto que las cualidades de hnmk, Y
1
" "sabes q« e
con cedes tus más bellas palabras son tus cualidad? *
*¡ las q*=
kert guarda con respecto a Beethoven la misma relación que la poesía inge-
L
* * í ^ m e n t a l . La música al estdo de Schubert es el o6,ero de i H L^L
sensibili
coO
^^"cical beethovemana.
dad ^
a malí
•Í0S3' 1 3 c u r a
, —, ,
transfiriendo esa «pesadumbre
'Debe'mos olvidar esta desatinada especie de homeopatía arcaica: está claro que si
1
también
•nUHCHvawiescribe de inmediato una carta
_ anónima, en la que
- dispense *—*
«[51
A una persona infeliz que busca consuelo hay que mostrarle que, o bien todos
los hombres son infelices: eso es una restitución de su honor, en la medida en que su
infelicidad entonces no le rebaja de nivel: como él había creído. O bien hay que mos-
trarle que su infelicidad le distingue entre los hombres.
44 [6]
No se debe hablar de ley allí donde tiene que hacerse algo, sino sólo allí donde
hacerse algo. Contra las llamadas leves naturales v. sobre todo, económicas, etc.
«[7]
v
« anidad» fuente de donde surgen los torrentes más caudalosos de la moralidad.
y
1c n
^sTJ ° C , a v o d e 5 0
Páginas con anotaciones para WS.
Cf
- WS 60
[479]
FRAGMENTOS P Ó S T U M o s
4 5 M I 3. A G O S T O D E 1879*
4 4
''pesias que se volatilizan cuando so las mucre traducir i
Prosa
4 4
' c i n una piel tan delicada y tan púdica que la sangre se a t ^ e
b r e a n i m o s o s e n l o s q u e
muy tejos. «i* ^r ^r y ' ' ~ * -
4 4
'camiones de Platón - conocía las entradas prohibidas de todos 45 0 i sosiego de la tarde estival, cuando el reloj de pared habla alto y claro v
los
os. «en el de la torre tienen un tañido mas profundo». '
lejanas
campan*
ttalter Seort : novelas = lo mejor. las
Los tres narradores perfectos. 45 Pl d a del alto valle, justamente cuando comienza a curarse del invier-
livi
ifnieve se derrite».
44 [131 noy
Jean Paul, en su trato con los es<cntores> al<emanes>, p o r ejemplo
H
ller>. era mas que un p<equeno> G<oethe>. ' 45141
~ Lodo está ahí ahora tan claro, tan sosegado: ¿es éste el sosiego del que está can-
de vivir, la claridad del sabio? No se sabe. El viento sopla entretanto por las
44 [14J' - # iras de la montaña y toca la melodía del final del verano: pronto vuelve a callar
Su posición ngurosa en el Laocoonte tuvo un único adversario de peso: los bue r completo: ¿le inquieta el rostro de la naturaleza? ¿Ese rostro pálido, inmóvil? No
nos poetas. Tampoco se debe olvidar, que él la inmortal irrisión _ STsabe- todo es incierto, como los primeros sueños de un caminante que ha estado
andando todo el día».
44[i5i m-
45 [51
Ningún hombre de partido comprende la fidelidad a sí mismo.
«hay que cruzar un pueblo la tarde de un sábado si se quiere ver el verdadero
reposo de un día de fiesta en los rostros de los campesinos: puesto que todavía tie-
44(16] nen ante sí el día de descanso sin interrupciones y se aplican a poner orden y hacer
Indicar el gran valor de las instituciones modernas — murallas y bas<tiones> limpieza en su honor, con una especie de gozo anticipado, que el gozo no iguala. El
contra el bandidaje y la explotación del espíritu y del dinero. domingo mismo, no obstante, es ya el ante-lunes» . 1
4516|
El solitario dice: m i reloj vive ahora al día. Antes era moral y un poste indica
de los deberes.
1 C U a r t 0 d e 9 4
CosTr" Peinas con notas para WS. ^ Ber
:H e
"M A n ° ^opardi «Der Sonnabcnd auf dem Oorfe». en Cacamo Uc*m
m o
, 1 6 s
" - [BN.388]
(481]
46 D 1 3 . SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 1879*
46 [21
'Lrotantium est sanitaiem, medicorum aegritudinem cogitare. Qui v e m m p f i
6 a
J et ipse aegrotat, utramque cogita?. V
4 6 | 3 A
U w ">rto ' a l o n a s naturalezas sólo les es dado un instante de verano-
dieron una primavera tardía y habrán de soportar un largo otoño. Son las cnaran*
espíritu más elevado.
d e
a S, cmayor
^ r . .%
.« . ^. ^ IP
' '«
1
«•pProp.0
1L l
Nietzsche
ropio . M eneielnumu>t.i»v
e s s e n e en manuscritoppara
«« r -
d C g O Z O
« olvido. El dolor medita sobre sí mismo». C£ Carta de i t o n e
-non ¿T* ** los enftrmoa pensar en la salud, v de los médicos pensar en la enfermedad.
erdad uui * pensar en la samo, v oe LOS mcum» r " ™ —•- 1
v
e r e curí
» r y ¿1 mismo está enfermo! piensa en ambas». (CE
483
N l V 5. S E P T I E M B R E - N O V I E M B R E D E 1 8 7 9
47-
-ill 1
* fuerte voluntad», su intelecto, su juicio y fantasía « ~
S mila
4 7 T i e n e
" tes> momentos, dice las mismas cosas o. tan a^^ T>s ^gerentes--.
^erente s uT" ' - J s
dif c Q n l a v o l u n t a d ¿ 1
^ bastante dependiente de sí, y por eso depende mucho de los demás '
47 [4|
Cuando un a<rtista> griego se imaginaba ante sí a sus oyentes o espectadores,
no pensaba en las mujeres (ni en las adolescentes, como los novelistas alemanes, ni
en las jóvenes, como todos los novelistas franceses, ni en las ancianas, como los
novelistas ingleses); tampoco pensaba en el «pueblo», en la gran masa, que. traba-
jando y sudando, llenaba las calles y los talleres de su ciudad natal: quiero decir, en
los esclavos; se olvidaba por completo de los campesinos de los alrededores, así
como de los extranjeros y de los residentes temporales en su patria: sólo tenía pre-
sentes a esos cientos y miles de hombres que regían los destinos, los verdaderos ciu-
dadanos de su lugar, es decir, a una minoría muy pequeña de la población, que des-
tacaba por una educación igual y por similares pretensiones en todos los asuntos. La
visión de una grandeza tan firme y homogénea confería a todos sus escritos una
«P&spectiva cultural» segura: algo que hoy día se echa en falta, p. ej.. en todos los
trabajan en los periódicos.
y 0 e n o c l a v o d e 5 0 á i n a s c o n d i v e r s o s d o s b ü n a d o r e s d e c a r t a a 0 v e r b c c k
**S£ w s p * "p™» -
1 C f W S 9
.Í0; 4 2 [25].
[485]
FRAGMENTOS POSTUMOS
? N | V 5. SHP-III MURIi-NOVII-MllkE Dr. | 8 7 9
4X7
4 7 1
oh, esta seriedad subhme y medio idiota ¿No hay, p . Ue¡ a r Aje»-
s
,Y \ o sabes cocer un pensamiento con las puntas de I > aW,
I U
0 s d e
h
-7 ilOl* l v e uno más paciente e indulgente ante
todo lo tedioso v a b u r r i d
; : p. s i s ó l o nene esa úmca mueca forzada de c o n t r a r i e d a d ^ < > S C V
Régimen democrático (y que conllevará cuando se t c o n ^ ^
encogerse de hombros ' Quisiera que silbaras de ¡ * *¡fe co"'|eVa C S a » muy necesana durante unos s.glos, que la sociedad ^ J 0 ™
y t e
como si estuvieras en mala compañía en lugar de sentarte j *2í ü n 0
una < í C u a r ' " oio ámbito — — — para evitar el nuevo «contagio», la nueva ™ tt
lo * s ^ S m o , de la violencia, de la autocracia.
J U n t o
tan honorable e insoportablemente decente. at ^ u ' * "P "' n u e v 9
c
ncnte cambiado: ¿soy yo quien lo ha cambiado? " °mpleta. 4 7 1 P e r q U Í Z á S S C a b U C n 0 P a r a v u e s t r o s 0 J O S d ue
° <l en
vuestras oscuras habitaciones — ¿Quien tendna derecho a censuraros encima por
Comas, signos de interrogación y de admiración, y el lector debería em
a eüo en cuerpo y alma y mostrar que lo conmovedor también conmueve ***** ello?
Richard Wagner busca la música que conviene a los sentimientos que alberga en
su visión (interior) de las escenas dramáticas. Hay que concluir, según esta música,
Moraleja; hay que aprender a leer bien; hay que enseñar a leer bien.
que él es el espectador ideal del drama.
La moraleja es: uno no debe escribir para sus lectores. Ellos creen que no hay 47|141
que escribir. Tal vez para sí «Pienso echarme un buen sueño» 5
Son simplemente pensamientos aislados, sobre los que se p u e d e reflexionar Larochef<oucauld> y Rée
bien, unos más difíciles, otros más fáciles y ¡todos le producen el m i s m o placer!
—
Asentamientos culturales frente al nomad<ismo>.
ios lee de cobo a rabo, el infeliz. ;cnmn <;i <a>. midiesen leer de cabo a rabo coleccio- 8
— Wundt , «Superstición en la ciencia»
pensamientos — bárbaros medio asiáticos
— pantano envuelto en niebla
— retorta
d
trata d e u n tema
e
Está permitido
actualidad) cante, es
[3].
¡289.
,í{¡ "T* de Hallenstein,
* S«as pahhrl"T °U***tem VV5.5
i ea e ty
. . t< u n /
T U c r o n ucs
Qui/á rei, P <as Pw esento por Nietzsche cn la contracubierta de NIV 5.
,w n a d u c
!
¡"Mm w »nWS37!
Para un proyectado diálogo «Sobre la lectura», finalmente no llevado a cal* W ü n d t
my Psicólogo alemán, que i n ^ u i o la psicología expenmenul
SEGUNDA PARTE
i N V 1. C O M I E N Z O D E 1880*
..superstición.
1% mentira licita.
1
^valorar la compasión (¿desde la perspectiva de quienes son compadecidos?).
Monogamia.
1 [4]
¿Cómo se debe actuar? ¿De tal modo que se conserve en lo posible el indivi-
duo? ¿O de modo que lo que se conserve en lo posible sea la raza? ¿O que sea otra
raza lo que en lo posible se conserve? (Moralidad de los animales) ¿O de modo que
sea la vida en general lo que conserve? ¿O las especies superiores de la vida? Los
intereses de estas diversas esferas divergen. Pero ¿qué son especies superiores? ¿Qué
es lo decisivo: la superioridad del intelecto, la bondad o la fuerza? Sobre estos crite-
rios generales de la acción no ha habido reflexión alguna, ni mucho menos acuerdo.
1[5]
En lo que concierne a la afabilidad y la benevolencia, Europa NO está a la altu-
ra: esto es una prueba contra el cristianismo.
U61
Pretender la felicidad universal es una desfachatez, y una estupidez.
1(7]
E1 h0mbre
efeP, , malvado, el enfermo, el inculto son un resultado cuya duración y
Iect
'vidad hay recortar. q u e
U a d e m
° e n
octavo de 286 páginas, con anotaciones ocasionales y apuntes para Aurora.
[491]
KRAÍ i MENTt )S PÒSTUMI >S
1. N V I . C O M I H N / O | ) | , i
4M H H ( )
443
0 ü ¿ barbaridad es la educación al uso, la intromisión de , K s
C s
de los niños! e n e |
prohibido: «¡No matarás!» durante periodos
e s t á
1 | l 0
y que lo más apreciado es sacrificarse por los demás
3 * s e una
a
porque es lo mas apreciado. ¡Instructivo! ' <*fic a ü n o
• Peo
r
2 2 l
l
u „ algo más importante y efectivo que contemplar a cada persona que
Adoración del diablo, Spencer pag. 31 - romo un proceso dificultoso mediante el cual trata de imponerse una forma
cemos com ^
g ó l o c u^ a ; n ^d o d i c h a s a i u ü s e h a
nuevo a lo viejo. d a p t a c i
ó n de | ta esfera "
0
; del bosque.
d
El motivo presentable de Napoleón: «quiero ser superior a todos» El 1(231N B Los hombres oscuros y supersticiosos creen 1)
2) 3)
mot
verdadero: «quiero parecer superior a todos». 'vo -al contrario que los ilustrados . 3
1 24
El mayor problema de los tiempos venideros es la abolición de los concern ' [ a compasión sin inteligencia es un fenómeno de lo más desagradable y pertur-
morales y la depuración de las formas y los colores morales insinuados en nuestras bador" desgraciadamente, por sí misma la compasión no es en absoluto clarividente,
representaciones, que para nosotros suelen ser difíciles de reconocer. como quiere Schopenhauer.
1125]
El «asesino» que condenamos es un fantasma: «el hombre que es capaz de ase- No hay sensación que pueda ser más tibia y frágil que la de una humanidad que
sinan). Pero eso lo somos todos. se creyera unida o, al menos, todos iguales. La sensación más sublime, la del amour-
passion, radica precisamente en el sentimiento de la más extrema diversidad.
UNÍ]
IU6]
En el querer-ser-igual se atrofia la capacidad para la alegría.
Puesto que el cristianismo ha sido arrancado de raíz, nuestra juventud crece sin
educación.
1(171 J É É É p * * -
La barbarie en el cristianismo. U27|
2) Residuos de la adoración al diablo, etc.
La sociedad tiene que aprender a soportar cada vez más verdad.
U28]
Cuando uno se complace sobremanera en sus obras y se vanagloria de e * ^
esta rebajando en la jerarquía de los espíritus: pues ya no importa demasía d i c Hombres que en caso de furia o celos desearían morder a sus semejantes, pre-
l a
opme sobre otros hombres y otras obras. No ha pasado la prueba de fuego ^ benevolencia para con los animales.
a y n o u e d e
' P Pretender sentarse en el sillón del juez.
el s i g n o de interrogación en alemán; la frase, sin embargo, está construida como interr*
1 Esbo
* > no desarrollado.
* «fere a H. Spencer, Die Thatsac hen der EthiK trad. alemana de B. Vcttcr,
KRAli.MI NTOS P Ó S T U M O S
| . NV l.COMII-NZODF. IHKO
1 2
' u„a cuitan, nueva - ¡no se debe convertir en e s p e c , ácu|ü
d
al «Htus l ¡ b r e s
P r o c u r a n V i v i r
f o t r t i
"""¿o* inapreciable- I u
1
1
' VJ2^ d 8 6 r e S e C a r d
' " C S t a C Í O n C S d C
dede la humanidad.
Ü^SS
ahora que la lamentable comedia consistente en ^
cJX»o
cristianismo vuelve a repintarse'. , hay que acordarse de 5g¡ :«nes de ensayo de utilidades y formas de vida n„«
suyo me que nunca
| t n h
«ucri. c
% < ^ v a n o
"%
n
I [31]
1
^ La necesidad de hablar sobre todo lo que nos atormenta _
cristiano en presencia de Dios; la iglesia inventa su vicario, el c o n f e s é 11 401
l , * r según costumbre es «imitarse a sí mismo», 1 más fácil y cómodo -
^"ezas más burdas > carentes de fantasía. / b r *ué hay ¿ habla H ? ? q u e
3
3£? 1 1
Actuar & SL
i o s de las acciones previas.
o S m o t V >«io
0
s
s i f í
- V V
cuchar, a compartir y a soportar con nosotros nuestros suftimien¿
e.xp«atono. tiene que ser también un confesor. - Di ^ 0s 11 ', e<spíritu> inventivo tiene que tomarse su tiempo y no debe adquirir el habí-
41
¡a regularidad.
1 132]
de
Conozco a uno a quien el ligero soplo de la «libertad» ha corrom H
1 |42
la mera idea de pertenecer a un partido le provoca sudores fríos — t a n t o
LeDendientemente de ciertos estados corporales y espirituales deberíamos dis-
, a u n
que
partido fuera el suyo propio! cu anc o el • « nios del diablo, pues también los estados divinos («Dios obra en nosotros»
2 T « todos los diablos, etc.)
1Í33I » i-
Nuestra tarea consiste en depurar la cultura, proporcionarles luz y aire
vas tendencias en la confianza de que, una vez hayan sido superadas las o " ' 3 Ue
1
La moralidad como obstáculo a las invenciones. El inventor que es demasiado
habrá mucha más fuerza. Posiciones, erezoso inventa la máquina y la bestia; el ambicioso, los Estados; el hipócrita, la
comedia, etc. — El hombre racional vive de los logros de los inventores.
Lo moral es realizar la acción racional cuyos fines y medios han sido aprobados.
¿Se puede matar a un hombre en beneficio de la sociedad? El asesino perturba
Si sólo [es] moral: la humanidad se empobrece y ya no se inventa nada.
la seguridad, el espíritu libre arriesga el alma para la eternidad. Los quejicas pertur-
ban la felicidad.
1 [441
1(35) Si hay necesidad de excitación, es que ya no hay sobreabundancia sin objeto en
la fuerza; esto es lo que se quiere entonces producir — pero ¿sobreabundancia?
Las acciones inmorales constituyen la forma de vida moral de ciertas culturas
bárbaras. — Se hallan presentes incluso en nuestros órganos. Matamos, robamos, 1 [45]
mentimos, simulamos, etc., haciendo incluso lo que tenemos por más elevado. Se es activo porque todo lo que vive tiene que moverse — no POR el gozo, más
^tn sin fin: aunque haya gozo. Este movimiento no es imitación de los movimien-
tos utilitarios, que persiguen un f i n , es otra cosa.
Los juicios de valor que hacemos luego se forman por analogía con los que nos
han sido inculcados, como se acaba una casa que ya se había comenzado a construir U46]
— es decir
hartas
t — — , su ciecio es maisano. rero hav que contar, en cambio, que e^runa
r I l l t i a
I[37j
'sima insatisfacción y sobre todo las terroríficas representaciones de todas las fuoso-
os lie
non i frases au^icii naiauo a, no las ¡muí
w
d
^'giones del mal. de que somos malos del todo v merecemos duras penitencias.
nen que resultar superfinas y más que transparentes.
M47]
s e u
P ede meditar con suficiente ligereza sobre ello
Püede rr f i z a d a s por costumbre sólo con vistas al interés común se las
a
p
S
a
CÍOnes
r d e m o r a l e s
^masT > « t o es, con el predicado humano mas elevado - en
' Alusjón a Wagner. n b
° P ° n s i m a s y casi «inrra-animales».
FRAGMENTOS POSTUMOS
«96 1, N V l . COMIENZO D E 18H0
4<J7
DgJ
< V < nr orgullo, sino por vanidad - ¡E*o es lo just-Y ? ^ ° ^ n
1 1 4 9 1
i^mhrüs inmorales son aquellos que se mueven U W e
Consi
L o s hombre» in ^ coB fines diferentes, de ^ P° °¡*^ o momentos de plenitud de facultades7o es Á ^ '° *
que siguen los camim 10 Ajusto so* * enfermos y los fal.gados puefc 1 , ^ u n a
d e e l o g i o
< * í n su « ^ c
i m e n t o o de n a r c ó t i c o . - N o luí Zi
n
c o n d **
1 í 5 0
'. h^ de entre los 2 motivos principales, el m ¡ 8 » * ^ n Í t o ° s , aún menos entre censuras justas % £ £ 3 £ ^
c d o r
^•Z. íustos e provocarlas y alentarlas; es gracias » i , , " d e b e m o s
¡ > ' ^ " o s , pues de ese modo nos vemos tal como aparecemos
motivos imaginarios o del hecho de que sólo queramos ver un motivo entre
H a v hombres que tienen mucho de fortuito y de buena gana andan d e a
1 , 5
i
allá, y otros que sólo caminan por caminos trillados en busca de fines. para muchos.
' '^Todos los hombres son pecadores» es una exageración del estilo de «todos los
El genio, como un cangrejo ciego que sin cesar tantea en todas l a s direcci mbres están locos», a la que podrían llegar los médicos. Se prescinde aquí de
ciones
y ocasionalmente apresa algo: mas no es que tantee para apresar algo, s i n o pt diferencias de grado, y la palabra y la impresión correspondiente al grado de extre-
porque
necesita menearse. ma anomalía se extienden a todo lo que en la vida espiritual sea de grado inferior o
medio Poniendo en su esencia una anomalía, se ha hecho de la humanidad algo
1 f54J
terrible.
Acciones que tienen un resultado inesperado, emprendidas con un objetivodis-
nnto — p. ej., un animal que vigila sus huevos como si se tratara de alimento y de
1161]
repente se encuentra que tiene delante de sí seres de su especie.
Naturalezas inventivas y naturalezas que actúan segúnfines— oposición.
1{55|
Aquel que entiende de actitudes morales magníficas suele contarse éntre los
1 [621
pay asos, capuchinos, saltimbanquis, comedores de fuego y demás artistas que actúan
Comprender cuán poco valor tienen las acciones morales y cuan valiosas son las
para la masa trabajadora, a la que tanto le gusta lo inverosímil y lo extravagante; he
inmorales — cuán grande, por el contrario, es la diferencia intelectual entre ellas —
descubierto que los mejores hombres tienen siempre algo de avergonzado y de asma-
recibir esta aclaración acerca de los motivos de las acciones produce el desconcierto
tico en sus mejores acciones. Hay ya un modo de mirar moralista que hace _ más extremo.
hombre cabal alguien sospechoso. La virtud que carece de pudor para consigo 1 [631
no es sino una artimaña. Postulado: en toda la historia de la humanidad hasta ahora, ni fin alguno, ni
*ccion oculta y racional, ni instinto alguno, sólo azar, azar y azar - y alguno de
1
'' 5 6
erstici° s0S * Propicio. Éstos, hay que favorecerlos. No podemos tener una falsa confianza
Cambio en Ja apreciación del valor; desconfianza, p. ej., ante los sup C r o menos, abandonamos al azar. El azar es en la mayoría de los casos un des-
ucl0r
y sus objetos. s m sentido.
1
164)
roti n
l í 5 7
' '
Hacer lo esté bien, lo excelente, sin esperar elogio alguna
den^
| 5
c r
d 0
^al7 s|
P U C b l
° s e
« W * determinados juicios morales, se Umita, se
escle-
q u e e
a. envejece y finalmente se hunde.
«StlJoso Pan. aceptar elogios y tener dispuesta una mirada de desden
IK M I S I-OSTIIHK
I , N V I . Í OMIKNZODI- IKHO
ta pensado, v con I., r.mor .«segundad ,H.r «ienes conocen H " " ' ta»,
M c8C cuanto ia*.
uela « enseña la historia judía
8 c n
i . ^ n r u níisotros une un» f i m i »
uue d o g * ni que censura, I ñ* ^ f a min PC 8 t
°? "
C
w
^ P*¿Z
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¿
' ^ ' J
a r a n 0 1 i ü t r q U C U a l
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«grada:
Lm s»í £ íiue sentimos con los salmos de David es í A ,
nl h l s t o n
Rñega a
Í C r e vn m
t ec a c
A
> "
1
' ' Acconcs v o l u n t a r i a s - reámenle se trata de un concepto n .tracción por las producciones dc una raza asiái.r r e s p e c t o a l
x \ un movimiento cerebral al que sigue unm ^^ I o que no se dirigía a los pueblos, sino a los h ^ S T v T
, , ü r a I
^
>uceü lS
í rCristi^ ^' o en poner en manos de unaa raza y
raza iindoeuropea
ndoeurn^ * el "U' _b i ^ « ° •>
> íñ
C n
sin sei dt
L recelo alg
semítico- Mas si se ^ u . u u . u c esmerzoi ha realizado la Eurona nn
M s i
4
rala humanidad con un código moral — tal es el modo m á T ^ ^ ^ a si misma como lo ha hecho al apropiarse de esa manera de ía l S
parar el umJa^aNe. - Hasta ahora, la humanidad no se ha p r o p u ^ Z
1d e
al
Á o
r 0
Fl sentimiento que actualmente genera la Biblia en Europa es la mavor
que en cuanto dualidad quisiera alcanzar - quiza ocurra algún día Po i * ^o judia- I límitpQ nup imnpran pntr<» l^e
LjI
..
•m
ñctotoria
r
i
to. puesto que falta el fin. tampoco se conocen los medios correspondí ^ m o n
rt n c
petulancia
Etltre
hay en creer que para cada cud sólo es verdaderarnente valioso lo que han
tanto, hav que producir la mayor masa posible de individuos que disfhi?^ ' il
estar individual — lo que se condiciona mutuamente ] más general " —
0
d e bietl
fLo
he o
o hecho
he< su aoueiu o « » — « « c senumiento es tan podero
auien pretenda ahora trabar libremente conocimiento con la histona de los
50 e q
f drá antes que hacer un gran esfuerzo para librarse de la e s t a ñ a c c r »
t en
jUd
t m Tfamiíiaridad que tiene con ello, para así llegar a percibir lo judío como algo
La moral es la legislación de aquellos que se supieron más listos que los d ñaño Pues Europa ha tenido que meterse, en buena parte, ella misma en la
y pensaron soto en si mismos. Las exigencias, que solían ser severas, se convirtT^ Biblia y que hacer, en conjunto, algo semejante a lo que han hecho los puritanos
en irrefutables por haber obtenido la voluntad de la divinidad. ^ ingleses, que en el libro judío hallaron (profetizadas) sus semencias, costumbres,
contemporáneos, guerras y destinos, fueran grandes o pequeños. Mas ¿qué res- —
1171| c£
a y ia más elevada de todas: quizá sea una fantasía. Claro que uno podría pre-
En las celebraciones de una victoria el ejército victorioso casi ^ d e ¿es que existe alguna jerarquía de moralidad<es>? ¿Existe un canon que
s f í
^sobre todas ellas y que defina lo moral sin referencia al pueblo, la época, las
vencedor señala ese día con piedra negra y tarda un año en recuperarse ^ ^
¿ J u n c i a s o el grado de desarrollo intelectual? O ¿es que hay algún ingreto¬
gas - pero los jovenzuelos espectadores de todo genero y ° T , c o n l c
j j c e S
la cía! < 3 m 0 r a K u i z á c l
K*<10 de adecuación al conocimiento, que haga posible
f
xlKia^ M74J
El cnstianismo acude a la escuela del Antiguo Testamento en ¡ a
n# ° d
V
a d 3
> ?I a idea de que pud.cra causársele perjuicio al arte T s e
0f
d ^ n ««portarse tan presuntuosamente como sin duda "o h? " 1 0
1 í?6
¿ n r h a s ilusiones acerca de la moral se originan en el * w . X y* ^ e c e s i d a d e . que surgen entre esos raros hombre ^ " L ' c *
c a J^de, amh.ro en que. en verdad no hay sino m e r a ^
S U c 0 d e ^ < > T e s un fuego intenso no debenan estar en boca de
c i
5 la c i e n
7
' ' Maldecir la cencía porque a veces causa daño sería tan ¡«tal;
*
e
ec,r el luego porque un niño o un mosquito se han q u e
d ¿ * * m a d o c del mied0 en aquel que q u e elvinole
X v k» mosquitos se queman ahora con la cenca - refiero , f . Cho
4?
s
«sí
m e
,para
jjgSS esn e c e s a r i o e l c o n o c m i i e n t o
-
pensaron era fruto de sus fuerzas renovadas. ° °, y 1 Cl
1
0q u e
(¡jámeme; el envidioso rnira de soslayo a ver si atrapa algo; incluso c u a n d o no Eran épocas peores, todo era más visible, se arriesgaba más, se hacía más daño, pero
mos dejamos llevar por tales sensaciones, revela la posición d e l o s o j o s e l hábito * se mentía menos.
I B
Los
hombres inventivos viven de un modo completamente distinto al de los acti- 1
vos; necesitan tiempo para que se despliegue su actividad sin fines ni reglas prefija- La fantasía en la apreciación (en la valoración general), asi como la apreciación
dos, los ensayos, sendas nuevas, se mueven mucho m á s a tientas q u e los que reco- falsa son el origen de muchas acciones altruistas.
rren caminos conocidos, los que actúan, p. ej., por utilidad. 1 [90]
cía: muestra sus convincentes bazas sin las cuales nada se nos obsequia y co ^ ^ Tan útil y desagradable como un ojo de cerradura bien engrasado.
les refuerza su credibilidad ante los ojos de un tipo de lectores al tiempo q 11931
minuye ante los ojos de otro tipo. U ans
iedad envenena el alma.
1 [94]
1 |83
1 „ pero n°
u c s
Algunos muestran ingenio, otros lo demuestran, otros más Jo £ ^ n
1 1 9
Todo el tiempo pasado es el del M M O . Se aprenden | a s C n
& S Í S *
I0Ü cristianos reinan aún todas esas r e p r e s e n t a c i o n e s p r o p i a s ri. i
l cabeza de otros, se aprende co.no se las aprecia, se actúa £ ? ? « c *
fl
tstI
justo medio.
medio. Se
Se nene
nene miedo
micw aa ser
~ - una excepción,
— v ^ u , aa Mamar
uamar la atcnrT r e * en
t a
C n t e
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1 1 0 rig
Aquel a quien domina una pasión, siente remordimientos o
1
D
ni» -
p. B L el judio (en Stendhal) que está enamorado y aparta dinero d é ? «ta , C C Í Ó í l
l0
> l I!|í donde hay un poder capaz de infundir miedo que ordena y manda, surge
comprar una pulsera, o Napoleón después de un acto generoso el H í ^ i o ^ 0 A
i dad, esto es, la costumbre de actuar o de dejar de actuar como quiera dicho
ha sido honesto por una vez en su vida, etc. ' P mátj ,
Que
d I | o
c 5 | a m
° nstumbre a la que sigue el sentimiento de bienestar de haber escapado del
poder- eos ^ ^ e n c a s o^ c o n t r a n o ? s e a g l t a l a c o n c i e n d a i l a v q z
1W]
Spencer presupone siempre la «igualdad de los hombres».
P í°nue vendrá, del disgusto por lo que se ha hecho, etc. Hay poderes personifi-
eílg
1 [110]
«Pero si nadie se da cuenta» — y nadie arranca lo que tú haces en t i mismo, de U procreación no tiene nada de altruista. El animal persigue con ello un placer
modo que tu hábito de disimular y guardártelo para ti mismo se acrecienta, y al fin que a menudo lo lleva a la muerte. El sacrificio por las crias es el sacrificio por lo
ambas cosas se descubren. mas íntimo a uno mismo, por los hijos, etc. Absurdo, mas no es altruismo.
1 (103J ^
MUI]
{
La poca ciencia que hay hoy sobre la Tierra los asusta y atemoriza de te ^ homb-'T^ U m y o t m v e z
y ! a s m i s m a s c o s a s
< P"° u n a o t r a v e Z l a S reVÍStCn l 0 &
r e s d e
que se extiende el croar de los malos presagios'. ¡Y esta vergonzosa educa Pensamientos (de juicios de valor) nuevos.
r b
tífica
C l a d a d c s cn
' 'CVsí™ ' P cer en la nota delfragmento1[1 \]
3
Unkenrufe: tiene el doble sentido de «croar» (de los sapos) y«malos presagié
IH
OSTliMos
I . N V l COMENZO D E
I (1121 50Ï
ar entre n*
. s 0 c ; í supersticioso, i
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Sâïad es o r o . el que tenga m i e d o
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tamtwn ci m i m m o contacto con se
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Para
l \l& concepto de genio e n l a é p o c a actual , se venera el uuelecto salva* y se
1(1151 F 3150
f i d o m e s t i c a d o , l o q u e q u i e r e d e c i r que estamos hunos de la morah
.star e n u n e s t a d o f i s i o l ó g i c o concreto
desco n f í 8 d e
'
la ultima v e z q u e e s t u v i m o s en d i c h o nos
dad. cecU e n c i a de l a m o r a l i d a d
es la arena* Crítica de la moralidad
brv para cada e s t a d o . estad
o - Debe'"*
haber U ^ t r a n d o las c o n s e c u e n c i a s que tendrá en el futuro,
c 0
o S
^ s í n e c e s i t a n t e o r í a s antimorales.
I Mi»!
que no son c a p a c e s d e c o m u n i c a r sus pensami
B
los si DO es descargando su rabia c o n t r a t o d o e l m u n d o E T ^ " 1
' " rta m ú s i c a q u e i m i t a t a n b i e n l a i m p r e s i ó n que causan las
jo. lfc*ar sus opiniones a l m e r c a d o a u n p r e c i o d e m a s i a d o caro Y ^ * " * #Z puede r e c o m e n d a r a t o d o s a q u e l l o s que tienen el oído para-
mas de es»tipos raros, se c r e a u n p r e j u i c i o c o n t r a las o p i n i o n e s musitad?* ^ 0
Las acdooes resultantes del hábito (denominadas « m o r a l e s » bajo ciertas rir- el resultado c o n d i c i o n a t a l o c u a l a c c i ó n ( c o m o un
< p o r > e x p e r i e n c i a y m u c h o s o t r o s m e d i o s de los que
medio que cenara
emítmem) sos mecanismos sin conciencia, tan poco m o r a l e s como los temas que
Qué quiero e n t o n c e s
desgrana un rekj con carillón. Ni son «libres», ni « p o r los d e m á s » , ni implicantin-
Propósito: p o r q u é q u i e r o
gas «sacrificio consciente» sino agradables y útiles y p o r eso señaladas con te
—
M ó v i l : ¿qué m e i m p u l s a a esta v a l o r a c i ó n ?
predicados supremos.
El propósito a p u n t a a a l g o q u e t i e n e v a l o r para nosotros.
¿Cómo alcanzo e l f i n ?
El m ó v i l es l a causa d e l j u i c i o de v a l o r .
Delante de cualquiera andamos con cien ojos: p e r o cuando se escribe. M
entiendo por qué no se ha de llegar hasta el último confín d e l a sinceridad. ¡Ahí e>o 1 [U6|
rl descanso.' mas e\noenic, v- " ^ w c
Olvidamos
ruando nos movemos. Las
w cbpontaneiüad, el constante anaar lamau*™ •— —
ecueneias del movimiento n o s i n s t r u v e n . netisamien
ios hombres muy morales se han preocupado de ]o5
tos, Constantemente flotan palabras ante n o s o t r o s , y asi se forman io> pensmu^
a
a el propósito de reforzarla. ¡Lo asombroso es que lo hom- instantemente flotan innumerables f i g u r a s ante los OÍOS
oraies y a los normales haya permanecido casi desconocí
han fantaseado vibre la moral y met ido sus fantasías oc
en la cabeza de la gente.
estenlv
I ÍI20) k V¡S&'
C l 53 10 h , c c
**** g 0 mm
l
* >os otros usos se infiere una doble connotación, a) de incoan
úsculo, nimio. Ambas podrían valer aquí
P* * el miento un poco a la ligera de o
tmmorul
- de contemplarlo estéticamente (venerar el genio
IKAliMI-NIUS I H ) S I l i , , ,
N s
se pone ¡m^mmmai
a nuestra voluntad 2 t N V 2. PRIMAVERA DE 1880*
i fmi
Hav muchos ftvfi de gran categoría que representan t
de profeta moral fundador de una cultura (mujeres nn' de h P a p e i
n , ^rvidumbre del espíritu (trasladamos los procesos de la tira™ - -
M e l a
je damas de honor, etc.): cuando se los descubre, cesa el dise J ntan 2 * * u
Cprese
"P f ^ e al ámbito del espíritu. * ^ l a
Política y
e M 0
oboene un phcer mas. que p r ' S e l odu
2
% ilorica quiere que todos lloren con él, así ejerce su dominio y se regocija.
Lo ha creado una especie de sensaciones PLACENTER
s d e
me. La inmoralidad es tan ÍTIL como lo m<oral>. ' o más
subí,. 2 |3,
se vivir moralmente y agriarse por ello, pero si de ahí se deriva, como pare-
Píl
i exigencia de que la vida tenga por completo un sentido último de carácter ético
Oriente C
„ ese caso no habría que tolerarlo, pues sería la fuente de la mayor desvergüenza.'
Europa uimoral.
El mal gusto de Schopenhauer por los santos bu<distas>
los brahmanes °. mejor por 1
'^Muchos elaboran una teoría de la acción y están siempre hablando de ella, pero
El estoicismo es semítico jamás actúan según la teoría. Se trata del homenaje, del ajuste de cuernas que hacen
Europa pobre en moralidad con la moral (ingleses). Así, hay curas católicos que ajustan cuentas con Dios, y su
devoción es tanto mayor cuanto más impía es su vida. Sólo asi se sienten a gusto.
- Otros viven también en la contradicción, pero no se hallan cómodos en ella.
Otros
2 [51
Los hombres de sensualidad intensa no alcanzan su fuerza intelectual hasta que
sus nervios menguan con el reflujo: esto impregna su producción de un carácter
melancólico.
2 [61
El amor al prójimo es el amor a nuestra representación del prójimo. Sólo a no-
sotros mismos podemos amarnos, puesto que nos conocemos. La moral del altruis-
mo es imposible.
M7]
Lo femenino aparece en Bach inhibido por lo religioso, casi monjil; pienso,
C n C S 0 S , a m e n t o s
Bach velados y pudorosos, como los de una monja (preludios de
U a d C m
° c n
<**vo de 88 páginas, con anotaciones ocasionales y apuntes para Aurora
[507]
KRAtìMHNTOS P Ó S T I iM<>s
2. N V 2. PRIMAVF.RA D E 1 8 8 0
509
^S^JSS- .los
' ° r c a l C S Cc nn 1 3 al g U a
> I*» q u e r e r s e a a Ü t t O Ü S 3 S U Í m a g e n
1
fábula»'
La mayor parte de las t.losot.as se conciben para hacer o.,
C a r n b
modo de vivir los inconvenientes, situándolos entre lo necesario dol * „,
m Ue , | g e s plásticas y la novela van por el camino correcto!
Z Zan son los inconvenientes y los disgustos pasajeros! und " tr s
d
0 0
^ ¡Las
° ' T a filosofía participa en la lucha contra el dolor, está, . p u e s
¡destj
ceri 'nada ucha
Pere. a
11"'..
i ll" rha ffw* moralidad Oa.ente)
m v'»'-'"-/
5l l l o r a i
hay
^ o m b r e s > que son m<orales> en el afecto observan la moralidad del
2 (101 l
° S
*} la moralidad efectista. Esta esta sobreestimada en demasía
Para
r a r a un
mi único ser
, ~ . humano. —
la realidad
- - del mundo carecería
" ' ^ c u a de
a e Vemcí ••
N
dos seres humanos se hace, sin embargo, verosímil. El otro ser human -%
l0que
dice, cosa de nuestra imaginación, «voluntad» y «representación» nuesfrT' * 2
1 [ °|j uestra vida tiene que ser más peligrosa.
P r e n t
y nosotros somos lo mismo para él. Pero, como sabemos que tiene n U e ° %
do respecto de nosotros y que somos una realidad a pesar de la fantasma^-
nosotros lleva en su cabeza, concluimos que también él es algo real a pesa? d** ^ * 2l L 2L
puede conseguir el hombre moderno el beneficio de la absolución.
óm0
manos). • pgys ' [uto por los muertos — ¡pero si ellos no son infelices!, más bien egoístas.
2Í12P " 2
' Cuanto más conocimiento y razón tengo, más disminuye mi fe en la libertad, no
nos queda mucho que elegir.
Descripción del matrimonio a fin de conocerlo — St. M i l i (Comte).
2 [241
2 (14]Le>' del ensombrecimiento del mundo. Con ayuda de la ciencia, cualquiera puede hacer que su onginahdad progrese
En el mundo orgánico (a partir de la planta) procura desplegarse todo lo posi-
2125!
ble el individualismo. En conjunto, actualmente es mayor que nunca.
El desenfreno tanto en el duelo como en el amor es propio de almas vulgares.
2fl5J
Lafalta de egoísmo es lo que hace sufrir a la humanidad. 2126]
En Rusia, absolutismo
e
n Alemania se busca lo que Richelieu para Francia
e n
Sólo los hombres morales tienen remordimientos. La aflicción de los ínn*^ Rancia se prueban 25 modelos de constitución en 100 años
es literatura. ^ 127]
¡Mar
cha y entrada a la cultura!
e | origú^ 2128]
Cta __
n o e s t é d e m á s r e c o r d a r, i - el <7*"* v Q | u n i a d e s t á i r n p í c t c
2
' " l o o profundas soledades componen la ciudad de Veneeia
Un simMopara los hombres de. futuro. es • su. Bita
„ - «ssss^asüs safe—Z
,81 u, muy bien lo que hace cuando engendra un niño- oara d m' .
pre,endcser brcc hombrc
'^jtxv " ' ' *« -'S::~r
2
música dramática es un medio para excitar o intensin , , c r
2
e produce cuando alguien se siente aliviado de que otros no compartan su
S
'^Música meridional. ¡Haydn sentía probablemente lo mismo ove ri
Pera
itai<iana> que Chopin oyendo una barcarola ital<iana>\ Ambos componían ° gusto.
de añoranza sirviéndose de la auténtica música ital<iana>. a music
2 4
' No soportar la vista de la sangre — ¿ e s eso moral?
2 [34] m , m ¡ m t ° ^
¿Por qué nos parece despreciable que alguien se deje lisonjear en público, p j e
un anciano por unos jóvenes? Porque desafía el pudor: el pudor quiere que un deseo 2
'^Abandonarse al dolor es un placer (Napoleón).
tan fuerte como el de ser lisonjeado no sea satisfecho sino en la intimidad: esa insen-
satez tan excesiva deshonra al sentido común. 2[43|
Conferenciantes públicos
Conociéndolo, se puede atenuar el sufrimiento. La verdadera compasión no (contra los restaurantes y la prensa.)
hace sino redoblar el sufrimiento y quizá sea el origen de la incapacidad para ayudar Decadencia del teatro.
(éntrelos médicos) — Pero ¿por qué ayuda el que sabe? Porque no remediar una des-
gracia que se puede evitar es casi tan malo como provocarla. ¿Cómo se ha de aprender griego?
*°ÍÍ52 * °
FRAÍiMl NIOS POSTUMOS
2. N V 2. PR1MAVÜRA \ m
513
Moralidad: atribuimos a nuestras acciones un valor im. ,
1 •condicionadas no pueden actuar la una sobre I otra. a
f
2
'^Fatigas inevitables ¡por lo tanto, agradables!
Por qué disgustos, desagradable, peligroso? 8
1l* ' s n ombres> deben tener su enfado cotidiano.
2 49
'
r a l i d t 4 cuando existe necesariamente responsabilidad, lu- arrogantes por hábito que no se dan cuenta de ello (y
nes
591
Mo
21 no se parecen sin q u e
surgidas del mis claro entendimiento las más superficiales, '° a S Ó
arf b
Conocer l° ," gullosos, porque sus gestos, acentos, etc. son distintos,
Cci s
s or
« ¿ M qué he hecho esto?» En las acciones que p r o & > £ embargo- a
e l
responsabilidad es algo imposible, pues no conocemos los motivos F¡¡
-lo moral no significará sino actuar siempre superficialmente ¡ ~fí s n |601Algunos pretenden pasar por arrogantes, porque eso es siempre mejor que pare
3
2*51] '^Los trabajos corporales duros, como son los de mozo de cuerda, remero, agri-
¡PffT... con todos los partidos! Falsifican la amistad, la lealtad m á s pura, el más cultor están mal pagados, y a quien los ejerce se le desprecia. El comerciante se hace
fuerte amor a la verdad — su continua actividad no es más que moneda falsa. El najar'muy caro su excedente de espíritu; las razas superiores, como, p. ej.. la raza
hombre más importante, si quiere fundar un partido, no queda lejos de canallas y judía, aun en las situaciones más espantosas difícilmente se ven en la necesidad
difamadores. extrema de tener que alquilarse como máquinas corporales.
f JS2I 2(631
El altruismo no se aplica a individuos diferentes sino a seres imaginarios igua-
les. Es imposible ayudar a un individuo, porque no se le puede conocer. L o incognos- Las emociones son una contrafuerza fisiológica.
cible — eso es el prójimo.
2 [64]
El que llega a comprender algo en su sentimiento lo estima mucho más y quie-
Entre extranjeros se oye decir que los judíos están lejos de ser lo mas desagra- re incluso restablecerlo, p. ej., la religión (F. Schlegel)
dable que les llega de Alemania. 1 [65(
Lo importante es adquirir una virtud, no la forma en que se adquiera. El éxito
sera la dicha: se trata de asimilar un mecanismo difícil de manera que se convierta
e n
algo tan fácil como un juego.
Ablación de los nervios y su filosofía.
2|66|
2 (551 M i * » * * _ ™ , _ i 3 a C C l Ó n t o d o
Hcidadl > Pensamiento, toda emoción aporta algo a tu felicidad o infe-
La mor<al> al servicio de las funciones fisiológicas. Precis U F a S : V a n
N a n d o tu alma, tus hábitos, nada hay que sea md.ferente Sera
0
=ia ú e ¡ r C X p í e s t u
t i l d a d lógica. El alma es el gran receptáculo, y una onc.en
2(561
co cera 2 C S l a m
™ e r a de llegar a tener un alma lúcida - pero tal vez solo en la
La «posibilidad de una influencia exterior, el hecho de poder vers
o o » no presupone la libertad sino el carácter condicionado.
FRAGMENTOS PÒSTUMI)S
14
2
acciones morales son medios cuyos fines se han p e r d j d
2 l
% hay un órgano propio de la «memoria»: todos los nervi 0s ft
2 f71] a
fanatl Sm
t ilaman la atención ese modo sangriento de renegar y ese entusiasmo en la
El vanidoso se detiene en el medio para alcanzar su objetivo y se comnl dÍSt
t!f d aue son los signos del fanatismo, — signos odiosos, a causa de los cuales no
p a c e
h soportado leer hasta el final esos escritos, y hubiese conocido un poco menos
en él que olvida el objetivo. No 1 tor El fanatismo arruina el carácter, el gusto y en definitiva también la salud; y
Jen quiera restablecer los tres de manera radical, tiene que estar dispuesto a pasar
2P2] ¡Tuna cura larga y aburrida.
Si hay tanto malestar, sufrimiento y miseria superfluos en las clases indeo Tras haber dicho tanto de mí mismo, y no precisamente lo más edificante —
dientes es porque muy pocos de sus integrantes llegan a disfrutar de su actividad^ como la costumbre del prólogo no aconseja pero sí permite — puedo esperar al
por causa de un modo de vida mal elegido, de una profesión mal elegida, es decir menos haber logrado con ello que mis pensamientos más recientes, que en el presen-
por causa de una dependencia superflua. te libro doy a conocer, se lean no sin precaución.
¡Repugnante! Alguien viene a nosotros con una frase elogiosa, quiere ganarse 3(2]
así nuestro favor, es decir, quiere tomar posesión de nosotros, porque cree que deja- I. Es más fácil que perezcamos por nuestras fuerzas que por nuestras debili-
mos las manos libres al adulador. Pero el adulador se sitúa por encima de nosotros, dades; pues respecto a estas últimas vivimos racionalmente, mas no respecto de las
quiere poseemos — es nuestro enemigo. pnmeras.
3 [3]
Amor al prójimo 2- En el mismo momento en que en nosotros termina una manera de ver el
mundo, surge otra nueva: pues nuestra educación poco clara nos hace conocer vanas
2J75J g^k*, á • , m * m v i
m i s m o
tiempo, y todas tratan de crecer en nuestro terreno.
Confieso que es agradable que no todos los pensamientos justos sobre e
se encuentren ya ahí
517
3 MI3 Mostramos nuestro «ñor por la verdad de la forma
bs «verdades» que »m» consideran como tales: ahi es
( C u
débil6* n mas"*
dimette amamos la verdad o sólo a nosotros mismos. * c>t, ruando
Pn£ eso qt
u C c o n
pitido i de los
s Éstos son los grados decrecientes de la compasión- prbn mesa éntrelos
Muelío que es propio « hitos, productos. presiones, mujeres, siervos!^' ^ P a
E desearíamos poseer, í m w > , por aquello que se parece a n o ™ ^ P
a u c
«ue nos es conocido. Lo que distingue la compasión del w f c m i c n t o W ^ Antes de haber aprendido a entender ^ ^ ^ c r ^ ^ ^
l3
Ne rxifque lo ajeno nos parece casi hostil, así como aquello que nos es se***¡!? ffl$**y ^ reducir a su vez" el a m b n o ^ u ^
0 0 1 1 1 0 6 1 D r 0 t e S t a m e
desp r
P ° 'a pror
3[HI, o La naturaleza es mala, dice el cristianismo; entonces ¿no tendría que ser
1
, ,-istianismo una cosa contra natura ! De lo contrario, según su prop crñerio, el
8. Lo característico de una edad futura que queremos llamar vari 10
3171
10. Es un prejuicio el pensar que el alimento adecuado para el hombre sea tam- 22. Lo que se posee lo defiende uno ayudando y protegiendo: lo que se ama
bién el natural y el que le resulte desde un principio agradable; pues originariamente mu- y se desea, lo que se quiere poseer, lo defiende todavía más vivamente, porque la
chas cosas sabían peor y le resultaban «antinaturales», cosas que, no obstante, la necesi- posesión no ha decepcionado todavía, aún no ha saciado. El sentimiento del amor
tad le obligaba a comer; en el curso de la habituación se añaden, sin embargo, el estímulo presupone el sentimiento de propiedad.
y el placer. Así sucede con muchas cosas que no tienen nada que ver con la nutrición: lo
primero es la coacción de la necesidad: el placer nace después, es normalmente lo último. 3I14J
25. Sólo podemos ayudar al prójimo incluyéndolo en una categoría (enfer-
mos, encarcelados, mendigos, artistas, niños), y así rebajándolo: al individuo no se
11. El presuntuoso se presenta como soberbio, pero precisamente la soberto le puede ayudar.
está libre de fingimiento (a diferencia de la vanidad); en la medida en que la pres^
Mis)
ción consista en simular una especie de falta de fingimiento, si se interpre a
maestría, se confundirá con la soberbia. 26. En Risano (Dalmacia) las muchachas deshonradas eran lapidadas; todavía
«> "802 los austríacos evitaron un acto semejante, cuando el padre, a la cabeza del
a c a b a b a d e
Zi 7 Cantar la primera piedra. En la ciudad de Biscra (en el Sahara)
las
duda en a f i f muchachas de ios pueblos vecinos vivían durante cierto tiempo ejerciendo
12. Uno aspira siempre a todos los placeres, pero se piensa sin ^ i
s o n
Prostitución para enriquecerse con ella; las ganancias las entregaban luego a los
"os que necesariamente comportan disgusto y agotamiento; éstos ' ión.• i-
2
paS h U D l e r a c
W ° ™ d e r a d o inmoral, más aún, imperdonable, el que alguien no
de hombre, los placeres narcotizantes y convulsivos del entusiasmo, ^see**
S a s e d e
M II l l'RIMAVhRADl- ] m
519
''(i El que censur.i se distintió de nosolros; „ „ 0 - ,.l particular w presenta al otro como i i , . g u a v M
s > n a b c n v c n i d a 0 h a c c m n s a m o s
,„dcpendenc.a. » Q
form- más usuales de fingimiento -of^S^S^^
3 f i
5S5*<*°f' . decirlo así. esconderse en él: segundo, imitar al™ ^
V h cernos pasar por gente de más categoría de
a e n
C n c l
bien al producto de una plenitud que desea descargarse, bien un w S s < ñV é%xt
i l e la costumbre moral y pasa uno a ser «decente»; en T " Cl pri
'
0 S e U n d o c a s
Zx es siempre un estado teologico, para ci que no t e n e l ? ' * • d e N C s o se siguj-£. s a u n «creyente»: en cualquier?,'
0 a s e r « °
cifico propio. «ta^Hi u n
S í SSSÍÍ• 5 ^ hay mucbos que son £ £ £ ~ C l a
< * uno
cínico propio
3 , 9
' | ^ La novedad de nuestra posición actual respecto a la fii 3 1*1 Llegamos a conocer las pretensiones y las opiniones de los demás antes
Cs ,1 propias aquéllas las vamos asimilando por medio de una tag^S
vicción que ninguna época había tenido hasta ahora: q u e nosotrT»* ^ t i más tarde Hegamos a - a ^ k A q ^
wjrüW Todos los hombres habidos hasta ahora «poseían la v e r d a d n ^ ^ / a CÜ
,nc
liladó todos nuestros juicios y nuestras acciones conscientes, comparándolos o
escepdcos. ' 'us \í 0
^ niéndolos, sea rebelandonos contra el, sea concillándonos con él
3 Qt)
34. .Qué es lo que ha sucedido en la historia del cristianismo para
L
3 25
' 45. La moral y la civilización buscan «menos dolor», pero no «más felicidad».
taltl
s de espirim. e incluso el propio reino del espíritu, acabara "
os pobres de espirim. entre los cuales nació? El cristianismo pasánd
en i
ento plebeyo del imperio romano es la sublevación de los mato ^ 3 26
' ]ó. Un corazón lleno de audacia y de buenos propósitos necesita de vez en
¡os, oprimidos, enfermos, locos, pobres, de los esclavos, las viejas, los txíbanfa^ cuando un poco de peligro, de lo contrario el mundo se convierte en algo intolerable
general, de todos aquellos que habrían tenido motivo para suicidarse, pero no tu ' para él.
ron el valor de hacerlo: buscaron con ardor una manera de soportar la vida y dé
hacerla soportable: lo encontraron y ofrecieron al mundo un nuevo tipo de felicidad
Una feücidad con tal origen fue la paradoja m á s grande de la antigüedad; la cultura *' 48. El compositor dramático, no sólo en cuanto poeta sino también en cuanto
de aquel tiempo era demasiado propensa a las paradojas para no encontrar la cosa compositor, debe ser actor, y actor a carta cabal. Esto lo separa inexorablemente del
muy atractiva. «La salvación viene de los judíos», — era una frase frente a la cual verdadero poeta y del verdadero compositor; frente a cada uno de ellos es de una
ningún antiguo inteligente mantenía su posición durante mucho tiempo. «Intenté- especie inferior. Pero como ador puede elevarse a la genialidad y a la misma cate-
moslo entonces con los judíos» — así sonaba la voz interior, a través de la cual se goría que ellos.
vio llamado el espíritu al lado del gran movimiento.
31281
53. El uno da a sus acciones carácter presuntuoso mediante una especie de
3 P1J
explicación, el otro actúa desde el principio presuntuosamente. El primero, que se
35. Nuestros semejantes nos ofrecen, en el ciclo de nuestras funciones corpo
deja ir y sólo al final de la acción echa una mirada a los demás, tiene más orgullo
rales y anímicas. las causas circunstanciales con que favorecer procesos fisiologic
que el otro, pero conoce peor la esencia del orgullo.
que son necesarios en nosotros.
3 [29]
3 1 2 2 1
y
el No se puede amar lo que no se conoce, de lo contrario se ama cualquier
dable
37. Cuando uno bosteza — lo que es ciertamente algo desagra p ion corn aS
o sea, un fantasma, y esto es lo habitual. El amor es ciertamente cualquier cosa
C n o s m
otro también bosteza, ahí tenemos un ejemplo simple del fenómeno de; ^ e d i o de conocimiento.
Pero ¿realmente tendría que quebrarse con ello el principium ¡ndiviau
sa
3123] _ venerad y "' E l
¿in q U C t r j
« m o por «costumbre moral» y «decente» son. i c y c ^ » * J s i «
n S
b
seaundo m e d u w - J -.
( * vn este si»i , eIL %
fX « f u alema». * r«n*K>cismo > la e m e a . ««lo | , ^ 3 la apanene,.
•dad lanCÍ
vo!un 7 valor absoluto de ciertas acciones (es decir, de un w .
e ^ v a
3132| , . aí^ esos cuatro errores han sido los que más han c o n m b u ^ J ^ ' ! ™ - 1
* do rrepetidas
jostrado F veces; pero lo , ha mostrado aún es
^ que nad.e i «por qu¿1aa*£u
también la
h a U e g a d o a m c r e í b e
3 1331 creencia en »
-4 Todo lo que hacemos para nosotros, lo hacemos por los de '
Per tan
tMeo todo lo que amamos para los demás, lo hacemos por los demáT^ ° '- 3 l39
es «aJmmwniil ' 1 e r o es
on 0
g i El matrimonio da lugar a distintos tipos de hombres para distimos üpos de
heroísmo moral: no sé si no es aquí donde se ha de buscar su valor supremo. Unos, a
JP4| el caso de que la iglesia negase su bendición, no aceptarían el inatnirjomo ni siquiera
4
73 La imitación, lo simiesco , es lo m á s antiguo y verdaderamente h con la persona más amada; otros, por el contrario, renunciarían al rnamraonio. si éste
— Mata el panto de que comemos solamente los alimentos que les gustan" ? 1 0 se hiciese depender de una bendición eclesiástica; otros más encuentran ocasión j.
demás. — Nnjjón animaJ es tan simio como el hombre. — Quizá también la con! el heroísmo en la idea de que el matrimonio, una vez consumado, sea indisoluble er.
pasión M M M M fine parte de este cuadro, en la medida en que es imitación internt cambio, George Sand había puesto todo su rigorismo y moralidad en la exigencia de
que el matrimonio debía durar sólo mientras la unión carnal de los dos cónyuges estu-
(•ripearía.
viese acompañada de un estado de entusiasmo espiritual recíproco.
77. Las OHcanchas mas recatadas se presentan medio desnudas si así lo 3 [40]
82. El error de la absolución eclesiástica (y a menudo también el de los casti-
rruncía • moda, y hay incluso mujeres mayores ya marchitas que, por inteligenies y
gos estatales) consiste en que aquí «una vez» debe transformarse en «nunca». Cuan-
buenas que en otros aspectos sean, no se atreven a oponerse a tal mandato.
do el recuerdo de la culpa ya no atormenta, entonces el mecanismo interno que la
culpa ha puesto en práctica actúa de una forma mucho más ligera y deja de haber
3J3éf obstáculos para que se repita la misma canción. Por eso no esraroencontrar entre los
78. La fuerza de voluntad, que algunos hombres y algunas culturas poseen en católicos mujeres que son devotas y adúlteras, que pecan diariamente y dianamente
numer0
mayor grado ave a r a . consiste en que uno tiene m á s o menos el mismo * Piden la absolución.
mecanismos internos adquiridos con la práctica y de juicios de valor, de manera •
tan pronto como una cosa precié entra en la representación, inmediatanw«w 3141]
bien el mecanismo correspondiente hace su parte. A otros hombres y otras ep ^ 83. El malestar indescriptible que los hombres pastoreos suden mfundir a su
falta una congruencia aritmética semejante entre mecanismos y juicios de ^ « e d o r , habrá que descontarlo a la hora de echar la cuenta del gozo y el entusias-
ducen mucbos mas JUICIOS valoramos de los que no sale nada que tenga u n ^ ^ 2 > « ¡ hombres deben a sus obras. Su incapacidad para dominarse su envidia, lo
como se tuce. Además, hay que tener siempre en cuenta que el juicio ^ ^ e inseguro de su carácter los convierten fácilmente en malhechores, cuando
r s u
es la causa de una acción; más bien, gracias a una vieja asociación se v la ? °
n ^ e , pretenden ser los benefactores de la humanidad. De hecho, una de
m á s M ) m b r i ;
ció E"¡ * ^ la historia es la relación mutua de los genios. La ^env-
d g C n Í 0 e |
sobre^ ™ e ser inconsciente adoración del diablo. Habna que refl *na
ce, * n número de hombres que han corrompido su carácter y sujus ^
4
Se «breenuende el sumo --el «mono de mutación» del castellano- con* a e l
«Manon mo. Quizá sean más necesarios grandes hombres sin obras que gra
FRAGMHNTOS PÔSTHMOS
O2
3. M II I . PRIMAVHRA iKüf,
Por-
ib > L 4
,<n
7
95-
LA
KM
--«ría que pretende suprimir el cloeio v la ^
hombres de tal manera S f e ^ * *y« «»
3
' 84 Schopenhauer se dio cuenta de su lama d e m a s i a d o
,^ rnal aun cuando un volcán entre en erupción, se dirá™e £T°
ciente orgulloso para seguir evolucionando contra las verdades ° «i n
e
„i
io „v la
u ,-ensura
censura más inusuales son sinceros, es decir, expresan ^
n
«leí* o i 5
« como si fuéramos sus esclavo8, es decir, sentimos que queremos este fin
Temor ante una persona, pues la mayoría de las veces expresamos ^ n u
stro
los demás de manera distinta de como lo sentimos, por miedo de una T ° ant t C m r
e " mpo n0S s e n t i m 0 S S C
8 U n d a
na Elogio y censura suelen ser un temor atravesado de otro temor J*rso.
3 4 9
' L Todo lo que se puede esperar tranquilamente produce un efecto huma-
3 I-MI • Jor en los hombres a los que les suceden muchas cosas de repente, provengan
91. La moralidad de los hombres disminuye con la vida; cuando som
T\ exterior o de su interior; asi, p. ej., toda costumbre que impere en ellos y la
somos de lo más morales, porque no tenemos miedo, estamos rodeadosT niños
6 a m r y iedad- pues lo que es una costumbre no exige atención presta ni medida inme-
somos ajenos a la arrogancia. La moralidad de las mujeres,
i U l l l u a o / i - i i v / j " •» j las cuales--- °
~ , . « o v-udics VlVen tnH 1
H°° obrar de manera repentina e impetuosa resulta tan brutal como verse domi-
vida en condiciones semejantes a las de los niños, en vez de disminuir, crece con 1% no de a repentina e impetuosa por los afectos; para tales estados lo moral
m a n e r
94. Si uno siempre espera el mal, la sorpresa desagradable, entonce^ uno K>2. Los juicios morales son el medio de descargar nuestros afectos de mane-
siempre en una tensión hostil, se hace insoportable para los demás y ^ más ra iintelectual, del mismo modo que sucede por medio de gestos y ^ f . ^
mismo en su salud: tales naturalezas se extinguen. En general solo or lope 2 P a t o t a es mejor que dar un puñetazo o escupir a alguien;
satisfechas y ricas en esperanzas siguen viviendo. — Quien siempre ^ P^ jmis- s
peS * f que hacer una caricia o dar un lametón (un beso); la maldición delega en un
labestiamismaSCt0ma bre
se vuelve malo, es decir, hostil, receloso, inquieto; tal es el efecto del
ta de pensar. S i ? " SUCÍOÍS
so H°i S ™ e S p í H t U l a v e n a
u eeto Ya
el hombre se siente más ligero, se descarga
*™ /° '^l *«£¡*5
35* formas racionales comporta un cierto relajamiento ^ - ¡ J
di# C m o r a l
2 V5
*L Los ***** repentinos son los que a la i , ar>íll
Jnan.smo ha datado los afceioa repent.nos. por c o n s ^ ^ • «i ,„•/ de desear que los demás nos cono/car, ra . „ m
1
106 Los estratos populares católicos, que „ sabe,, 0
i unt
L .«ero si mutflK» Je la involuntaria— por eso adoran i,? * ah
nto el ejemplo de na modo de actuar opuesto del"
ven en el santo
P l a c c
*« d'N;
den- creen en los sanios, « - J * " * » * * En nuestros
V ¿ p ^ a ¡ s n a ü a £ ¿
l ü g 3 lo
en d ; producen y no lo que produce dichos efectos: ellos m ^ " * ™ *
e
3|54] 3l L 6l
Las ideas melancólicas y las ideas amargas son absolutamente annosi
10 Lo primero que se aprende no es a conocer las cosas v
' causas fisiológicas. Para llegar a ser el gran acusador de la época o de ^
sino los juicios de valor acerca de las cosas y los hombres; dichos ¡ u i c i * h h o n
**
es, b les . s,n
t r o hígado tiene que estar predispuesto.
niies
acceso al conociiniento real. Para tener vía libre deberían derribarse d e " m p i d e i >el c n la vida, nu
los jetóos de valor por medio de un escepticismo radical respecto d e lo" 3 V e z t o d
valor e s
31
' Nuestras p i m « » « «*~«««»~ i™-" "°'« * "»vur o en contra, con las que
117
u
3f55,
juventud marcamos el rumbo a la barca de nuestra vida, son generalmente la
108. La refinada cultura cortesana del reinado de L u i s X I V ne 011
ha d e, a m a l a
' ° e d u c a c i ó n
y d e l g U S t
alta de reflexión en los que m m a d u r o d e l a f
a b a
113. Cuando a pesar de todos los esfuerzos no conseguimos ^ ¡ - a n l e r l
mirada el bien que debemos a una posesión, entonces nace el amor: un des ^ , 123. La tragedia es uno de los medios de consuelo de los caracteres pasiona-
to hacia algo ilimitado; le falta el conocimiento de todo el valor de una c ^ ^ « J desenfrenados; aconseja que sólo se esperen paz y libertad intenor mas aUa de,
na. porque no hay ninguna balanza lo suficientemente grande para ce' ^ 5 3 - 2 I d e e s e
™ d o aparta provisionalmente la insatisfacción mora cons.go
eomparamos con todas Jas cosas de mayor valor que uno conoce; si a m ^ vjenefl
hacen ° P r P Í a d e t a l e s
naturalezas, pues parece decir: por que no seamos capaces
t d S
mos continuamente en toda ciase de cosas supremas, y puesto que ^ ,. „, d 1S c t
'mposible, DO debemos afligirnos.
a la mente siempre junto con el objeto amado, terminamos por coniu
FRAGMENTOS POSTUMOS
• I 3. M U 1-PRIMAVERA DE 1B80
3 , 6 6
ps Todo aquello que hoy en día llamamos inmoral k 527
o ; lugar. ¿Qué nos garantía que no vuelva a cambia ¡ ¡ ¡¡J¡ n w
I i e n i p
. ,751 Primero- acabar con el castigo; segundo: acabar con H
11 6 c l
0 í T l b r e ?
• l3 - , c ponderaciones y los cálculos morales P^ado; tercero-
_„har O" h* P
3
Hay una definición cómica de lo cómico: e
l67
¡28 S g ü n v
ingenuidad del pecado. (761 onrree que muchos delitos tienen su origen en l «
<^*^1^^^
d e b
a
e
de,
'J¡Í mentalidad pesimista; son la
'i
3 6 8
' p 9 La sociedad debe tener tal seguridad en sí misma au ¡$ón-
suma regular de delitos sin que en conjunto se vea perturbada n ? ^ * o P o r i
1 1
e s t a d o debe estar fundado de manera tan inteligente y d u ^ * 3f L 7
¡Cuánta enfermedad hay todavía! iCuánto agotamiento ,r D o r u n
falta de habilidad o de estupidez que haya entre sus servidores no £ ^ ^ ¡5 l ?j t Cuánto aburrimiento perverso! — y en todas estas CZA
3
E S F U E R Z O
cial perjudicado. e V e
a e n |0 H *<^3U sí mismo, sobre el prójimo, s o b r e e l ^ ° ^ ^ * »
1
se juzg- ' .
y pesimismo debe haber! C u a n t 0 «««encía.
ecuencia-1
ConS
3 69
' /30. El enjuiciar moralmente a hombres y cosas es un medio H 3178
31«! 3 79
' ¡40. En situaciones excepcionales el hombre se imagina que está más cerca
131. A lo largo de un milenio no Ies fue posible a los espíritus más Ib A eia verdad, en los estados de máxima excitación se atribuye capacidades sobrehu-
ginarse un modo de pensar irreligioso; hoy lo poseemos, pero volvemos a to?'""* anas — y, ciertamente, tales situaciones y estados de excitación son lo menos apro-
paces de imaginamos un modo de pensar extramoral; quizá sea algo que ene] ¡W bado para el conocimiento de cualquier cosa, sino que, más bien, se ven visiones,
hltu
ro los hombres también posean. - fantasmas, séptimos cielos y abismos infernales. De ahí la religión, de ahi la mayor
parte de la metafísica — . ¡Y con estos engendros de semilocura debería sentir la
ciencia la necesidad de conciliarsel
132. La ciencia imparte órdenes continuamente, p. ej., para la s a l u d y i edu- a
cación: Jas fundamenta indicando las consecuencias nocivas derivadas d e n o seguir- 3 [801
las: así fundamentaron también los primeros legisladores de la moral sus manda- 141. Nos hemos olvidado de las bestias salvajes: hubo milenios en que los
mientos, sólo que las consecuencias de no obedecerlos debieron ser n o efectos deri- hombres, despiertos o dormidos, pensaban en ellas.
vados de causas naturales, sino castigos arbitrarios de Dios. La moral p o p u l a r , en lo
que toca a las consecuencias de las acciones, no conoce la causalidad n a t u r a l , sino 31811
sólo el milagro. 143. En el futuro habrá: 1. innumerables instituciones a las que uno podra din-
girse para curar su alma; aquí se combate la cólera, allí la lujuria, etc.; 2. innumera-
3 [72J bles recursos contra el aburrimiento; en todo momento será posible escuchar una
conferencia, y cosas parecidas; 3. fiestas en las que se reúnan muchas invenciones
133. Aquel a quien no comienzan a sonar paradójicos los prejuicios cornen
singulares para el fin común de la fiesta, pues los que celebren una fiesta tendrán que
tes, es porque aún no ha reflexionado lo bastante. haber participado en inventarla; 4. particulares y grupos enteros que prometan que
n u n c a
recurrirán a la ayuda de la ley.
3/73J puesqu^
134. Es lamentable que Jesucristo no haya vivido m á s P ° ¿ J b¡én t i e m
0 tam
3 [82]
[82)
habría sido el primero en renegar de su doctrina, y q u i z á hubiese apr f a | t
14
5- La cantidad de espíritu que los hombres dedican • . « • ^ * ¡ £
a reír y habría llorado menos. J ? P^a inventar la alegría; por eso la humanidad en su conjunto s ha ^ u r a
°hast ahora sólo medios para consolarse; quizá la ciencia
a ^ ¡ ^ ^
3 , 7 4 1 * ¿ - m o n s t r u o s , y al ftnal tendrá que destruir t ^ ^ ^ ^
• • " ' í m di os son p * ^ 1 l a r d(
m e n tru 8 ° * u r s o de su existencia se han convertido ellos mism
'35. Los medios de consuelo imaginados por esclavos y Jf e ^ o r m
0s
8 1
^ ° y al f » " ^ hace que los an.males no parezcan temibS ^ t * '* - h c m
3 iS4
Lo que ahora exige la educación, no expresar l
¡4S 0 s Co* cfe sino más bien inofensivos. En época. j £ £ £ * * " i * *
10S
c
vn,
M alma, es la
tra alma, e> • eonsecuenc.a de un m.edo de siglos: los demás
ucmas homu c * * üe S p
más gentil y benévolo ante las mujeres cuanto r r £ S £ * h ü m b r e
0 U e e s 0d f l
P r e
aue de ese modo proporcionamos a nuestros enemigos una bue ' %n?
lento cortesano, el estoicismo integrado en una mímica c o 2 > ^
ion de presuponer que nuestros semejantes son malos: no deben M nia V for g
31» ' Ese9
desorbitado y fantástico con el que hemos apresado
sena en perjuicio nuestro. 8ar le
• ern
d* i más insólitas se hace pagar con la indiferenca absurda y el de rect las
l 5
a C Q n
'OS. cx0 que Sp
plandores? Han sido los hombres de las convulsiones espirituales, de los térro 7 s guerras injustas, aunque se me dirá que no existen guerras injustas.
ios éxtasis extremos, de la más profunda depresión: brujos, trágicos, santos, •
tenia miedo de ellos; se les creía porque ellos lo querían, pues eran terrón" U s
los J 2 ' P^scripciones morales proceden de tiempos en que de la naturaleza,
l o s
sunueo V ^ b r e s se sabía mucho menos que ahora. La ignorancia y los pre-
f í l s o s S t í
5 2 2 ¡ han visto también canonizados gracias a la solemne inviolabih-
Ú
m J T ' \ ^ lo traducimos por «pulsión», para distinguirlo
««Mralmemc * * * * »a moral vive.
p a r e c e
""«tinto» lo más adecuado.
IKAOMlNIOS I-òsi, M
1 M II I ( C I M A V I RA III-, uni,
Ml
«ciliar. mUnmawntv difundido « f e tod,,., «„ l i - t e f n a
_ sm i-on.wucrK-.as. es decir, debe p o , l c l s c rpu*- "' ^ es» I» «liunsi imagen que u t„„
1111
'•"•nocorre»j -
1 ^C^SSilidadn-oralqueh^ i?
r L"* -
B
1
f* n-flc"'"" ,dos I*» p a r t ' ' c u l ì i n : s l a m , , : i/á
^_£va - . . o rwmno M que es danmo b a
' " la , L , 0 \
l | sif"%»n c r a t(
< distinto del otro, lo-, ri
ic conten» •» " ^|. %
"'in,, ¿a? sí Ï1 , , r a l que ha habido lus.. a m(
^ ^ • P ' *»^vSlSSSSJ_K. . 1991 necir ante todo lo que sucede: si no fuera bueno para mi. Dio* no lo rw
3
' /causa de esta celestial puerilidad la humanidad hubiese pc,dido poS
l 6 3
160 ü vi>ir para d rufun» — eso es una consecuencia de | Hf*5 Tveces- Por suerte siempre hubo hombres que no fueron lo « u f , c i e * S
va van» o l a r s e de manera tan puenl.
5
a
~~™*m
cusí tata la t a f c es decir. la suma de todos los momentos presentes n" *'* 10 a conS
i Jisnanos para
K. c a á v disgusa> El vrvtr para los demás una consecuencia de I ** «n d 8
IVB
13
] £ H debería decir: en lo que concierne a las acciones que realizo no quiero dejar-
para la divinidad, mientras que darse sufrimiento K ¡5__ ^imponer un prójimo cualquiera como objeto, sino buscar a aquellos a los que rms
agradable. Se enserio a sufnr. se desaconsejó le alegría. en todas las norata.! " piones mejor les vengan, a los que efectivamente les puedan ser de provecho. Para
en la de Epatok es otar, la moral ha sido hasta ahora un instrumento pan, n *I K «o ciertamente, tendría que conocer a su prójimo tan bien como a si mismo, lo que
lonssnowssm fwoíógicos del hombre en su desarrollo sólo por ser débil nob
—
a su vez podría ocuparle toda la vida.
b
logndo moni domar dichos fundamentos; en el gran juego de dados la moral ha
sato usa arada tremenda. Así como la hemos aprendido, debemos desaprender la
—
3|I0I|
c u a c a n » . — En feneraJ, fue la gran fuerza conservadora la que afirmó la suprema 165. Los preceptos acerca de cómo hay que obrar son tanto más indiscutibles
cu ame a la moral, lo que ellos llamaron el mal, la aspiración del individuo a afir- cuanto más por debajo se halla la inteligencia de quienes obran respecto de la de
•ane a m mismo sn atender a doctnnas, a sentirse bien, a buscar su placer, a subordi quien prescribe. Puesto que aparte de el nadie sabe con exactitud que consecuencias
h» a i n ' i h i h s más próximas a las más remotas, mientras la moral no sólo dato espera de las acciones, las consecuencias que efectivamente resulten de aquellos pre-
las rwTraaawfci en «aseñores e inferiores, sino que además enseña a desprecian ceptos son indiscutibles. Así se comporta el hombre religioso respecto al manda-
condesar estas últimas (los llamados placeres sensibles) miento de Dios, el hombre moral respecto a las leyes morales — una herencia de las
épocas en las que había un jefe y secuaces que obedecían ciegamente, que veían su
3 r«sj en él y sin él no tenían ninguna.
\0.
162. Cuanta mas wenoreJerancia adquiera el sentimiento de unidad con
. ^ . . . rii-or cons. 311021
*cmcji«ev tanto mas uniformad** estarán los hombre n T
deraran inmoral toda diferencia. Asi surge rwccsanamc '66- El pesimista meufisico. que rchuve el placer y la scguneüd > ambuye el
burndos- " "fcW» a la infelicidad y al sufrimiento - con el fin de ilustrar asi sobre la
0r
todo* muy iguale* muy pequeños, muy redondos, muy tolerables, muy abuffl lomas
IfCYllUl/ a
n a n i s m o > demrxmta son los que hasta ahora han llevado M la
< » h u m a n é míni-
2J* de valor de la vida - , ¿cómo habría de sentir compasión cuando sufre e
.Debería alegrarse por ello, igual que tendría que rechazar ta compasión ajenas,
H
Jejo, atfimicnto de bicne*r
£ 2 * Agracia. Por otro lado, si encontrase al otro lleno de alego*
c n
teW*
C L ! cargársela. - - así debería sonar la moral práctica de Schopen^
m , c n t a r
de V' t m i p a s u m
- ^ como Schopcnhauer la caracteriza, es, desdesu
mmo de lo, s a j e . ™ vemdov cl * 0 * M t * J _ f ^ o
Vlst
S Í" Sta
-verdadera perversidad la más radical de todas las estupideces posibles.
*»• 4uc le aiUde c»erta unmitación despeclivs y r>" « ^ m o f
K R * G M * N m s p r t s TUMOS
3. M U I . PRIMAVERA I u l g R 0
J|I«J >11<\
\ 1 1 que los judíos, e n t r e d i l o s
1
de fe y
u V - 'a suma de diahñr
i a c e r c s U C 1 m u n u o
s
i r i e n
^ ^ su
r" ' • • ^ probamente com-pas,on-. ^ " * >»PW«I «0*2
i|l«M|
16« o que los romanos odiaban en los nidios no era ^ así
°
especie que les resultaba sospechosa, y J¡¡
íha
s o b r e Sl
h. casi todos los lugares de la Tierra en que hav ha hah,a.
, como todos l o i meridionales, eran tibios y ^ r ^ V
0
I a
Sin
3 l j*j•mientoEl depoeta
l0
5 pa*'"? estar abriendo siempre puertas nuevas o mejores al
10
iasoportabie esta exigencia de fe. «Credat ludaeus Apella» (Horacfo)^ *í e n c o n t r ^rooone como tales, sino como identidades nuevas, inauditas, mediante las cua-
,aS
Lrece abrirse el reino del conocimiento. Además, cuanto menos firme sea lo que
leS
jV strado que es realmente verdadero en la naturaleza, tanto más fuerte será
3|1051 nl0
^fluencia que tenga el poeta, tanto más grande su arte de representar por el
t). El cristianismo: I. considera posible mejorar de manera
¡¡omento el papel de investigador de los abismos de la naturaleza. La cuestión de
los ensatares sin mejorar su saber, sin mejorar sus condiciones sorhi. >
^'Jif-s, _. pi^tendt hasta qué punto es verdadero lo dicho por un poeta es un pedantería. Todo su valor
_rv.'"--se de participar en el mundo, en vez de aprovecharlo; 3. prefiere efdoh reside en el hecho de que sólo por un instante parece verdadero, y esto vale para todo
ta aflicción, y recela del bienestar y la salud; 4. prefiere la fe al saber v el V- lo que constituye su modo de ver el mundo, su orden moral, sus sentencias morales,
cosas sean incotriprensibles a que se entiendan, y siembra la desconfianza frenie a Li lo mismo que para sus metáforas, sus caracteres, sus historias. Pretender corroborar
razón: 5. no tiene en cuenta estirpe ni clase ni pueblo alguno, esas distinciones le una opinión seria, científica, afirmando que. p. ej., un trágico ha dicho algo pareci-
resulten inesenciales; pero cuando esas distinciones van unidas a estados de aflic- do es una majadería: en asuntos de conocimiento los poetas están siempre equivoca-
ción, entonces le parece deseable mantenerlas en v i r t u d de los estados de aflicción dos, porque en cuanto artistas lo que pretenden es engañar y en cuanto artistas no
sus efectos cúrame v <\ da por supuesta la profunda corrupción de todas las eos») entienden en absoluto el empeño en la veracidad por encima de todo; si por casuali-
todos los seres humanos y considera inminente el f i n ; no pretende impediré se Lili dad dicen algo de verdad, su autoridad no es apropiada para despertar confianza, sino
Quiere ouxtarse en m lo posible las ganas de este mundo. — Imaginemos el cnsnanis- más bien desconfianza. Es un auténtico gozo el que la pulsión que desea el conoci-
toda su fuerza, imaginemos que no actuase ninguna fuerza en » miento se ponga por una vez a jugar consigo misma y salte de una rama a otra acom-
contra, en i 31 C<LSO en poco tiempo provocaría el fin del género humano: [es quío* pañada de encantadores trinos y adornada de un plumaje multicolor — pero ¿vamos
a estar tan locos como para descubrir un oráculo en los trinos y gorjeos de un ave.
los hombres la salud, la alegría, la confianza, los planes para el futuro del mundo H*
tanto, la actividad). Algunos padres de la iglesia reconocen esta consecuencia: no 3 U09]
en ella reproche ni objeción alguna.
^ >?6- Ora se aprecia una acción, porque le resulta difícil a quien la realiza; ora.
«*. Porque le resulta fácil; u otra, porque es rara; ora. una. porque sigue la reg a.
:ade.adelosl.indg ^•otra p o r q el que la juzga la considera imposible para si mismo, u otranu.
ue
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- La compasión cristiana, completamente distinta — **** d que la juzga la considera imposible en general f l a g r o ) ; ora. una. porque
>ulo Schopenhauer. nace a la vista de la eterna condenación del o
el ^ & é
° <°mP«csto de míf, «con», y Leid. «doloo>. asi que
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«cettf " OichZ : veces, sena: «con-dolor». es decir. - ' ^ C n u s am ba que U hoy
J U C g a m u c h a s
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Esta locución El W * r
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los sermones de I
M.I I I I I M I W - — VO» es lia estricta 5 V* n C
*n o o l v i d a r c l t e r m i n o h e n e m CXt
m sigue: Creúa! j
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pa« por uíiJ ora otra distint » no tiene encuem-. Mil ! PKIMAVI,RA|) MSW1
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3 M101 % 3l» L No fue I corrupción de las costumbres que se limitaba a cinrn A.
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177. t a seriedad sombría, la tensión y el mied >tdeÍ inmenso imperio - sino el cansando sobrev.no t o T ' q u e
ene ci^ /creía haber llegado a la meta en lo que resala a la cahurTs^T f^T"
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ü0& , que empujó al mundo antiguo en las redes del (^lanrsr
e
0
1
estafes. J ecer antes que saberse al fmal:
[eTen el üruco fin i
per
vida sea q u e
retas conservaron luego esta imagen del acusado antiguo; querían estar dispuestos en
3 .113, todo momento, y la representación del juicio repentino les ayudó a idear todo aque-
W l . Con h limosna se mantienen las condiciones que actúan como momoi llo que hace parecer a alguien digno de conmiseración; lo mismo que un pretor roma-
no, Dios no se permitiría tratar como culpable a un ser tan venido a menos y que tai
osaavnoseda.pcclo tanto, por compasión: pues la compasión no queman™
fldiciuncv horriblemente sufría. El cristianismo sólo conoce el culpable carente de dignidad.
3[1181
187. El poeta pone a jugar la pulsión de querer conocer, el músico la pone a
El exceso de energía
descansar — ¿sería posible realmente que ambas cosas fueran juntas? Si nos aban-
este caso el ser maJo no es más que un medio (con el fin de la descarga), y por eso donamos por completo a la música, no hallamos palabras en la cabeza—un gran ali-
es más inocuo que en el débil, quien es malo para hacer daño. vio; en cuanto volvemos a oír palabras y nos ponemos a sacar conclusiones, esto es.
en cuanto entendemos el texto, se vuelve superficial nuestra percepción de la músi-
3ÍH5J
ca: la asociamos ahora con conceptos, la comr^ararnos con sentimientos y pracnca-
183. Para af\nrm que el germano estuviera preparado y predeterminado pan m
os la comprensión simbólica — ¡muv divenido! Pero asi termina el profundo, raro
e cnstianismo hace falta mucha deavergüenza, pues lo contrario no sólo es encanto que había dado paz a nuestros pensamientos, el crepúsculo de mil colores
h a b i a
sino además, palmario. ¿Pbr qué la invención de dos j udíos señalados. Jesús > ^ ¡¡* Puesto fin a la jornada intelectual. - Ciertamente, en cuanto dejan de
ios dos judíos más judíos que acaso hayan existido nunca, debería afineana ^ ^nderse las palabras, todo vuelve a su sitio: y aforrunaAarnente esta es la regta, üe
m o d o s a
entre los germanos que en otros pueblos ' (Ambos pensaban que el' dcsni ^ 2 * — > « y que pnjtonrpreferir los textos malos
I i o s a aios
W tosu mejores,
V i ^ i - * . r porque
q u " i - -no susctttnmn,
c . o s l e x t o s m a
3. M U I l'IOMAVI.RA t)K i H h ( J
inmota!; ¿es eso todo? A una muchacha asi se la considera V l 7 >e > C v
l t
i o W>' ° ^lenía mucho menos m.edu a la muerte que ahora, y
c S S C
que upo es la desobediencia que se desprecia? (No se desnr ÍV Vt-.r las torturas con orgullo; refrenar el deseo dc ve
ssa "lc «*J
P r C c i a :
***** supersi^1
a q u e Cc r
Pensa. a
n s i m i s m sufinentemen-
wnjenaoso. sino — narurai — y justo, el• que una necesidad ' » o n o" e "enabsoise Cuide. En los pueblos que poseen ui grad
c
u
porto tanto, lo verdaderamente despreciable en esa muchacha estíTV* ' * ^ o !!odrían llegar a ser instrumentos del todo superfluos para atemorizar-, va el miedo a m
« ñ ^ . Ser moral significa: ser en alto grado pasible al miedo- c! m í¡ CSe Otti
^¿T ™ í^rgüenza y el estremecimiento de la vanidad producen un efecto'tan consiamc
xmserva la comunidad.
per d que se conserva comunidad — P ^ r ^ h v x U ^ „:
P o r o t r o . a d o , s i s e c o ; ; i d ^
\_
que como consecuencia, dejan de cometerse actos inmorales. — Elrefinamientode ° l poder
pumo v a n m n a n ^ <*,*..,.:*
4
. M"*-* UtstJc otro | moralidad [Sittlichkeit] crece con el refinamiento del temor. Hoy en día el miedo a
n
3
miembros carezcan de miedo, resulta que lo que en el caso de la c o s ^ h T "I provocar una impresión desagradable en los demás es como quien dice la sensación
naya de temerse de manera absoluta tendrá que suscitar miedo en rlT mas desagradable que podemos tener. Nos gustaría vivir de modo que no hiciéramos
e
nada más que lo que procurara una impresión agradable a los demás, e incluso no
TJn^r^"*7*»^>
T ^ ^ f ^ J
a t o n d a d de los dioses y de penas infernales; de manera «
0 0 C n
- l u m a d S t 0 d a S p a r t C S
hallar ya deleite alguno en nada que no cumpliese esta condición.
q u e
r ama de la comunidad se derivaba de la capacidad de traer a menudo a la « 0 « abandonado la creencia de los salvajes cn el milagro como regla de la natu-
J a l m a g c n c s
«emciaiainenie desagradables, gracias a lo cual conseguí uno Procl * ha consolidado dentro de nosotros respecto a nuestros m , S m a c r c o n c i a
P S l C I Ó B Í C 0 S ;
& ° "Vi « '«iíagro sigue siendo la regla. En realidad, querer a go
h a c c r
«el ¿ «n experimento para comprobar de qué .somos capaces; solo el éxito f l
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V1 <dc l c ü f lí„
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ella, han ? *- enei
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*£m**2lT« extingue la estrella. q u e
darse, esto
_..-.„- . - " " " * ' ta humanidad, q u i ^ j j ^ ' s t i r , ^ <¡q¡ ü <dcverc6m
lerlo; _ eIcrl 1 q u i
com "Vdio la piedra que ha caído en un camino r e s b a l i L ^ ^ ^ ' '
A» p M . W has que coDhuNbr: ™ , , , , „ „ , "o , llC
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U '"Ja Po" ^erse, - todo ello, no por compas.on, ^
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Z enderezárnosla
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i* K v r sde la moral; en terver lugar . " - < a d d , setJ sul
0 e
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s w a a e s o v j i K icuando
u w < no comprendemos,
i p . w i i i u a , tcon el rf i nn de que Q
o n ei noo i Z"*""
S ? Peu
P«i" q u e
u sSus
SUs Tzaie creemos en los tres casos que es suficiente la buena voluntad, v en el
H M V W W U U W apre
ai Tierra los montañas de veneración inconsistente; nuestro mund *** " al que no le sale presuponemos una mala voluntad. ¡Cuánto mal se ha hecho la
]
san aa aspecto muy egipcio: el desierto y en medio de él pirámides° "ene e S p i r i t U a i „¡Hart Dor haber atribuido la incapacidad a la voluntad!
hununKWJí
y
last laaiaVi, iBSCcesibks en la mayoría de los casos, un mísero c a S e t " ^ *
3 [128]'*
3 f 124J 201. Europa ha dejado proliferar dentro de sí un exceso de moralidad orien-
1«. A Platón todavía le tocó ver cómo su teoría de las ideas era refina tal tal como la han concebido y sentido \os judíos. Sin duda, no debe de ser el pue-
< , , C h r 0 1 0 q U C e l l a
blo más feliz y juicioso el que de tal manera divaga en lo moral y ha transferido a la
i *ÍLÍf 1 T *
refutó había sido tcZ **" y ^ien divinidad lo que es imposible para el hombre. Los judíos muchas veces han sido cau-
sigan considerando tivos y han estado sometidos, han conocido el desprecio oriental a causa de la obsti-
su^oaocimjenttM como productos propios, mientras los posea esaridiculavanidad nación con la que conservaban su fe; frente a su fe se han comportado como los pue-
^nsnaacion será la corona de espinas de los filósofos ¡cuántos i • blos asiáticos con sus soberanos, sometiéndose de modo servil muertos de miedo, y
«nudo que llevarla ya! en tanto que un amigo de la verdad, es decir, enemigo de
—
sin perder a la vez el ansia de independencia: desarrollaron asi una fantasía mquie-
esto es. un amigo de la independencia, al ser refutado debiera excla- ta, ávida, que se desahogaba en secreto sin acarrear daños, la cuna de esa subtime
asar «He escapado de un gran peligro, podría haber acabado estrangulado por mis moral acusadora y de ese feroz heroísmo que se manifiesta tanto en la entrega a su
propios lazos». La suene de un ser irascible y dominante como Schopenhauerk Dios de los Ejércitos como en el desprecio de sí mismos. En virtud de su ongen jud»
«do el no haber adbvmado cuan breve iba a ser el triunfo de su filosofía, y cómo se el cristianismo ha transmitido a los europeos ese disgusto judio para con uno mismo,
iba a descubrir bien pronto el carácter ilusorio de sus más brillantes invenciones. 'a idea de la inquietud interior como lo normal en el ser humano: de ahí la buida de
sí mismo de los europeos, de ahí su inaudita actividad; meten la mano y la cabeza en
3 |125| lod
as partes. Por otro lado, el cristianismo ha hecho que aparezcan en Europa los
»96 En cuanto la sabiduría escolar se pone a soñar, aparece una cosa ñas contra-tipos puramente orientales del anacoreta y el monje, representantes de una
entre el celo y la Tierra pero cuando .se reconoce una verdad, disminuye d a * ^ superior»; ha pronunciado con ello una critica equivocada sobre cualquier otra
h a c i e n d
ro de ules cosas, y se « t i n g u e un buen número de supuestas estrellas. ¡Deso ^ S ° que lo griego resulte imposible cn Europa. Los atenienses, ciertamen-
c
no de inmediato!, sino que. ai igual que de las estrellas se dice que sus rayos _ se s e í los más inquietos de entre los enegos: mas. comparados con nosotros.
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I. M II I PKJMAVI HA fj| , h n „
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pararlos com.
„do x la memoria. ° *. g r a c f ^ ^ H los unos siguen viviendo en los otros.
3
0-^0} Lo que de manera general mandan todas bu l A2 0 Cortés (gracioso),gen/"- —
reflexiona \ teme, domínate, disimula ' CosUjr
nbre 1^maa
^ - t o d a s ellas des.g que eran percibidas e imitadas
, Q 3
*****
mori'o i s
y
t o d a s C
—
204. El en.vmibrecimiento que se hace a v ^ » c . un iefe que hace posible la excelencia; hacia abajo, desprecian, hacia arriba,
r c s p e t a n ; y a d e m a s exi en
en el
I t a r % « r el cruce de civilizaciones toí
ff
* hién a * S
m
' u s ¡ u a l e S l 0 S
speto de todo el mundo e re
ius<ir ÜüS Por otro lado, hombre simple significaba antaño en alemán hombre malo" asi
cAUa»aeaacia moral del cnstian.smo. que a las acciones humanas S i " . - la 3'Tios n gó la desconfianza hacia quien no poseía los ademanes y la expresión más
S h a deja e
do tos p m f a d o g del mal. pretendiendo hacer imposible la exaltac"' a " fectados de la buena sociedad.
0
las lia—Wr i y de las acciones: cuando nunca hay nada que exalta " ^ *****
0
sombrío, en tercer lugar, el elemento bárbaro y bestial, que aún n o e s t t ^ *
tejos de -oaocios en el tiempo; en cuarto lugar, el miedo a lo individ^uT 208. El cristianismo (y no sólo la iglesia católica) sigue presentándose
despierta porque la sociedad ya no está segura de sí n W
si lo exigiera todo, pero está muy satisfecho, muy reconocido con tal de recibir algo.
f
¡ledo rural, que ha sust.tu.do al más antiguo miedo a Uiaü En este contentarse, el mejor cristiano de hoy en día, medido con una medida cns-
« t e a . « sexto lugar, el comparar la vida con beatitudes imaginarias, sobre lasque liana. es peor que un pagano: no quiere ni vivir para la fe ni morir con la fe; se queda
^ ~ ~ cnsttamsmo y los poetas; en séptimo lugar, el exagerado sentido desatisfecho con que en ambos casos se le dé una limosna.
d
patéticos entre los grandes escritores, entre los cuales se encuentra también Schopen¬
205. La morai ,/eaimente ha procurado a los hombres más felicidad o mis hauer: se diferencian de los filósofos, por más que Schopenhauer se contara entre los
~** ' h r >
Aunque en lugar de felicidad pongamos «mayor ausencia de dolor y últimos: a saber, en que no pretenden conocer a toda costa, sino más bien cantar a
,od
wwtw más nimios», aún cabe la duda; la moral es el producto de aquellas épocas a costa su canción.
en las que hacer daño ai otro, por l juicio, proporcionaba m
311371
m c d l 0 d e j a a c c i ó n 0 d e
sansfocción mucho mayar que hacerle el bien con los mismos medios: la epoc ^
.210. El cristianismo tiene su origen en el jintaisn» y en nada iiias; pero ha
que se creía en divinidades malvadas H placer de hacer daño por medio » J ; d e n t r o
í¡7 del mundo romano v ha dado frutos que son tanto judíos como roma-
uos morales ha reforzado siempre la inclinación a actuar de manera per]I ^ 05
Este cristianismo de la cruz ha hallado en el catolicismo una forma en la que el
. y asi se ha convenido en causa de un daño mayor que el que es capa¿
gire! nució moral ntw «
^W N i c t Z s c h c
anecia etimológicamente las voces alemán* sckhckt. «simple», y soto*.
n
e l fragmento 2(13|
I-KM,MI NIOS IH>SH'M(, N
U2
\, M U 1 P R I M A V I . K A 1)1; \ W F
r J c f l l c n X O romano h i » e * * * * p a n n a r ; en ci p m , , s , u m i
541
S S S
dormi elemento ,ud.o 1 su. no se debe a ^ 11' q u c I o s TI
,
»1«,
, , , , , y
« ios i n d i , , , , s i; ; HU, ; ' 1 " i„ mira y el fingimiento, alimentados en el senr a-
rr> de l
l » 9 J
B los demás, y hacerlo todo con * , P |I ULos fanauco»
4 /
— — , .. s , mas si intelectual».-
na moralidad elevada. 1*1 hombre 8o t¡2** ri
r p a f t
l todos aquellos que piensan de otra manera, porque en el f c J o 7 ¿ n £
2 2
lwl<HC
hace algo para los demás lo hace ¿ ¿ i C ^ tfg»» ^ furioso sentimiento de dolor, ellos mismos - p an de otr 1Cítt
f Vt
Ttc con manera.
SÌ h&xn untas oc i los demás, es por lo que el mundo r e ^ ^ t e
lm
Perfi«cío 3[l^l naturaleza utiliza el cerebro para facilitarle a la pane inferior del cuer-
-MI40I L a
ecudo
3H ] 49
hay un miedo a la muerte que sea instintivo e inmediato; se huye del
N o
inmderse. olvidarse, renegar de sí mismo los peíigros d^ ue está a las puertas de la muerte, de lo desconocido a que conduce la muer-
solita-i ti d o l o r
'¡, i m a muerte es; uno quiere seguir alegrándose a menudo, por eso se
l a m s
K q
* vivir por eso se soporta incluso el dolor. También el instinto de conservación
3|Mq £ t o suyo de mitología.
?M Rara vez sucede que quien se ha hecho famoso no se haya v
H H "•
cocwde y ridiculo: los seguidores, en cuanto masa, se agarran
• •
^
m die i V n i itái JaTJ*< y exageraciones, y Ies resulta fácil convencerlo p a r a qa^T ' ''^230 He aquí hombres que desean emborrachar a todo el mundo con música y
u destino. ¿Alguna vez ha sido reconocido un gran h o m b r e por m pretenden que luego venga la cultura; pero hasta ahora lo que ha venido siempre
ammpotmeoi en lo que era grande? ¿ A l g u n a vez algún hombre f a m o s o ha sido pués de la borrachera es algo bien distinto de la cultura.
enemigo de sns seguidores? — Antes aún de haberla conseguido se habia convenido
ka Schopeafcaner en el bufón de su fama. 3 (151|
232. La felicidad reside en el incremento de la originalidad, por eso otras épo-
3 f 142J cas pueden haberla tenido en cantidad mayor que la nuestra. — La ciencia es la
218. La mayor parte de los males se cometen por debilidad y enfermedad, a manera de demostrar la necesidad de que se eduque para la originalidad. — Si la tra-
/ « de generar en uno mismo el sentimiento de superioridad (haciendo daño), como dición y el cosí fan tutti ' constituyesen la moralidad, eso seria una traba para la feli-
1
sustituto del sentimiento de fuerza física. Mas la debilidad y la enfermedad tienen su cidad. — La doctrina de que la moralidad es el instrumento adecuado para eliminar
origen la mayoría de las veces en la ignorancia. el sufrimiento de la vida es, sin duda, el producto de épocas muy dolorosas.—Cuan-
do la originalidad quiere tiranizar, se apodera hasta de su propio principio vital. —
31143] ' * Quizá el sentir alegría por la originalidad del otro sin convertirse en un mono que lo
M
l m i t a
219. Cuando la alegría de los demás nos hace daño, p. ej., cuando están* llegue a ser algún día el signo de una nueva cultura.
hundióos en una profunda tristeza, impedimos entonces esa alegna: asi, £h
prohibimos a ios niños reine. Cuando, en cambio, estamos contentos et ^ 2
f. Ninguna mitología ha tenido consecuencias mas desastrosas que la que
to de los demás nos aburre. ¿Qué es, entonces, la simpatía [Sympathie] a
de la esclavitud del alma sometida al cuerpo.
3 |I44| ' 1
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*«»«c*:ión lfí,í-
* M * H inwkxio Je los honihrcs actuales bastan
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ci dondequiera que el cristiano p.cnsa q U )
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1 1155 de la casualidad, es decir, le han quitado al espimuCrnL v
, en d u se remite a la moral como fundan ' ^ M i e n t r a s actuemos de manera moral, estaremos dejando que el 2 ? ¿ £ f
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uno
n0s al esp>
« |I5*
HI. El objetivo de la moralidad cristiana no es la f l i
3 l ^ L Njosotros,floresde un día , no quei mos crear demasiados peligros
c c l 21
Su
\m% ' lerrena. si imposibilidad de salvarse en la Tierra». El obiefc!¡!!¡? H angustia con nuestros pensamientos; con líos no se puede ya poner en i
practico, que esta en el mundo, no es el éxito mundano, sino el no ten i° ^ e
; Í eterna de otra persona - como creían en 1 Edad Media. El pnnci madde
o r n e s » e l fracaso. Esadesdicha y estos fracasos son el instrumento v T ^ ^
pensamiento y de prensa se funda en el hecho uc que ya no se cree en la mmonandac,
por (o» ame desinundanizarse. ¿Hay a ú n cristianismo? Por lo que parece ^fof"*
ya a amela en su proceso de desmundanización, es decir, más allá del mund
de despedirse ha pintado en el muro su leyenda, que aun no ha desapar, 3
^ ^ 4 7 . Sea cual sea el grado de desarrollo de la moral-, la situación de la socie-
El ii—al es despreciable, el mundo es malo, el mundo es la corrupción. dad, el nivel de conocimiento: para el individuo siempre es posible hallar un úpo de
vida feliz, — esto es lo que la religión y la moral pretenden mostrarte de cerca y reco-
3|I57| mendarle. Es más que dudoso que el sentimiento de felicidad resáneme crezca sin
esta reduciendo el sentimiento de la moral: todos los factores de dicho mezcla de dolor al aumentar el conocimiento, mejorar la situación social ytacersela
le provienen de fantasías, de veneraciones allí donde nada había que vida más fácil, pues en este desarrollo siempre se pierden o se debilitan fuerzas a las
Je un ac anu.'ar rjspeto porque faltaba la crítica contra el objeto de ese re* que principalmente se debía antaño el sentimiento de felicidad: d alargamiento de la
vida, y la seguridad, de las que nuestro mundo tanto se vanagloria, quiza se hayan
per ocaso de las religiones — todo eso irá poco a poco desaparecía-
pagado, más que con el aumento, con la disminución del sentimiento defeUcidod. Pre-
de jrdiesadhado será la disminución de la obligatoriedad de la moral para los necios tender impulsar la cultura [Cultur] por mor de la felicidad de ¡os particulares —
Dek> que se deduce la necesidad de poner todas las fuerzas en el empeño de qw fe iseria, por lo tanto, una empresa muy discutible, y acaso una estupidez'. — mas ¡en
nunuya ei numero de necios. cuanto somos de alguna manera felices, no sabemos hacer orna cosa que " ^ P ^ ^ 5 3
3. M II l . l'KIMAVt.KA l>|. \ m
547
?"t
3 ,
* 3 4 8 El origen del imperativo categórico no tiene nad-i i 1|I<> „ ruando la moralidad está en su apogeo, perece el
9|
..
Desdi luego, la mayoría prefiere un mandato, un precepto m t * é & * * ^ - , el prójimo nos va a engañar en cuanto le sea pos.bTe
2 5 9
21
u c d e i s , i r c o m o c n l a s c m d a d
¿£o eond,c,onado: lo incondicional les permite dejar el enie nd m
n a d o
* * « Ü ¿ . y « ° p r - - r " - ~
l m
"So, y eso se adecúa mejor a su pereza; a menudo, además, s, co, ! ? ' u
fuente en tei e n Q S c n f a d c m o s siquiera con el prójimo *
041
ta incl.nac.on a la testarudez, y gusta a las personas que presumen de r pie bribona '
k
general tiene su sitio en el amb.to de la obediencia militar ciega en m? T ^- En"
S ( ? L La honestidad exige que cn lugar de utilizar, como es habitual los térmi
3 | l 7
nos han educado a las gentes; creen que hay más orden y seguridid •
m á s V
dorni «Sales difusos y altisonantes, se llamen por su nombre sólo los elementos cono-
na absolutamente y el otro obedece absolutamente. Así se pretende tonta? - n
?,7v predominantes en la mezcla, pese al defecto que supone la incompleción y
que c|
imperativo moral sea categórico, porque se piensa que de esta manera anor,? al hecho de que hasta ahora esos elementos predominantes hayan sonado mal
ma ventaja a la moralidad. Se desea el imperativo categórico: es decir ha
el señor absoluto mediante la voluntad de los muchos que tienen miedo de* T*?**
2de esa manera al menos se destruye una falsa aureola. Hay que definir una cosa
0 5
potiortynoanihiló».
v de los eternas; él debe ejercer una dictadura moral. Si no se tuviera ese m i ^
ed0
se sentiría la necesidad de un señor así. '"<>
311711 a4
3 fl63f 261. ¿Cómo se debe actuar? ¿De tal modo que se conserve en lo posible el
249. Las obras del genio alemán no se conservan cuando van al extranjero individuo? ¿O de modo que lo que se conserve en lo posible sea la raza? ¿O que. gra-
como ios vinos italianos, hay que Deberlos en el sitio. cias a la nuestra, sea otra raza la que en lo posible se conserv e? ¿O de modo que se
conserve en lo posible mucha vida? ¿O que se conserven las especies de vida supe-
3 \ m
riores?
250. La especie europea de idealismo moral consiste en inventarse represen- 3|1721
taciones morales tan altas y tan refinadas que cuando el hombre mira desde ellas lo 262. La moralidad perfecta es la de la justicia, la cual asigna a cada cosa lo
que hace, se siente humillado. El idealismo de esta especie se aviene sobre todo con suyo y nada sabe de recompensas, castigos, elogios o condenas. En todo conocimien-
la vida del codicioso, desconsiderado y ambicioso; el minuto de humildad es la cuota to cabal se realiza esa moralidad perfecta, todo ejercicio del conocimiento es el ejer-
que debe pagar una vida que no tenga nada que ver con ese idealismo. cicio de una moralidad así, y aun cuando el conocimiento se ocupe con la critica más
comprometida de las acciones morales, está, sin embargo, muy lejos de corromper-
!as. En el momento en que se realiza un conocimiento, el hombre que conoce es
251. ¡Cuánto han fantaseado los filósofos sobre la felicidad de absolutamente perfecto desde el punto de vista moral; normalmente en un conoci-
miento deficiente suelen ser copartícipes errores
han vencido al mundo! Qué maravillas se ha llegado a creer S o r w p e M ^ ^
estado en que se encontraría el hombre a quien ya no perturbara la sex injusticia, la envidia, el engreimiento. — Pero no nos engañemos: ¡no hay mas cono-
C l m i c m
° s que los deficientes!
las
24
253. Presencia de espíritu : quiere decir la capacidad de dej ^ cS
la
circunstancias las que le dicten a uno las palabras y las acciones
capacidad de mentir y de ser un hipócrita. ^¿ 2 < W , c n d 0
J U Í C Í 0 S
d c
1° más tuerte, de lo mcjon>; se refiere a la J g g J j E E S J
^ o Con5* * < de ser la que con mayor ^ « S ^ g d e t a nada»
° «* lo ral ? « nihih hace Nictzsche una parodia de la antenor. «a parar
3 p r c s i ó n
límente 114).
K
de animo».
4. N V 3. V E R A N O D E 1880*
l
4l L 3 El pueblo o, mejor, la gente del vulgo que se ha acostumbrado. i , .
2
Í m a n como si fueran leyendas y con toda solemnidad KeJZaTJZ
^ que de mitos, y muy serios, a los que no les faltan
4 1 2 1
- De la música se exige que sea de fábula, extraña, incomprensible- cosa
2 6 4
4 3,
' 265. Cada época tiene su narrador de las mil y una noches. El nuestro es ahora
Wagner, son cosas que uno no cree, que considera imposibles — pero que en el tea-
tro ve muy a gusto, como si fueran verdad.
414]
Los prejuicios morales.
4 [5]
L O QUE HAY QUE DESAPRENDER.
4 [6]
2. Todos los progresos que hace un individuo resultan inútiles por causa del
azar del matrimonio, por eso no hay nada que hacer con la humanidad. ¡Tendrá que
concertar Dios los matrimonios!
4 [7]
7
- Las ilusiones les han creado a los hombres necesidades que la verdad no
P^de satisfacer.
4 [8)i
Dice Byron: «si Coleridge no hubiera estropeado su talento con fflusofojtrans
C C n d e n t a l
y metafísica alemana, habría sido el más grande poeta de su tiempo»
C ? °1 C n o c l a v
° «e 116 páginas, con anotaciones ^ ^ J J ^ ^ t ^
H w ,% , By
' Kn*ischte Schrlften. Briefrechsel
r0n
und Lebensgeschichte, P
' *•» III, p. 248.
[549]
Hí-UiMI MTOS l'OsTUMos
4. N V 3 . V E R A N O D E U W i
w
refugia en lo «ideal», etc
i tipos de m o r a l en los individual a,
DOS vive » u n o
2 8 a b s o l
' .Vmodelo que se tiene delante en la comunidad i«¿T ** ^ente
** f 101 « . . . , U u ^ prunos) o b ) uno v i v e para distinguirse entre sus i g u a ^ t ^ *****
11 .Cuanta ilusión necesita el hombre para vivir place
nter
am el ¿ entiende que la i g u a l d a d es fácil de alcanzar, y
j cas» se *
d !
no«H^na
aooL?'
honor alguno.
S e g u n
-
erite
0
mismo s °n e ¡ s
n
4 ! l 9
] o El loco, el cojo en cuanto fuente de alegría. El caso terrible de Don Qui
jote. Hefesto en el Olimpo.
21 demostración de las costumbres morales no se halla en sus
eCllen
las casualidades que afectan a una comunidad. Cuando les°T * 4 2
1
' °32. El valor de una cosa crece cuando se acumula la aonuración, es decir
nsan o que han cometido alguna infracción o que tienen q u ^ l S '
r
cuando se pierde de vista la utilidad que la cosa tenga para el individuo y se pone a
jsrumbres morales. ™"
la vista cuántos individuos la han aprovechado ya (o así parece). Se le atribuye enton-
ces una mayor eficacia —
4im
23. Respecto de quien se halla fuera de la comunidad, no hay costumbres 4[211
morales. Aparece aqui el miedo al individuo, la c o m p a s i ó n para con él. Dentro déla 33. ¡La ingenuidad entre los alemanes!, ¡mientras todos esos talentos degene-
comunidad, el que sufre no es objeto de compasión, sino de desconfianza, segura- rados hacían teatro con ella! En Francia desapareció por causa de la corte, en .Alema-
mente habrá pecado. La enfermedad es demoníaca. — La compasión para con el ene- nia, por los genios (incluido Beethoven)
migo, alguien a quien no temer, surge sobre la base del menosprecio.
4 [22]
En la época de la tragedia griega el problema era: ¿cómo podian suceder real-
4 f 15]
mente cosas tan atroces, siendo héroes los autores, y no criminales? Ese era el gran
24. La virtud del bud<ismo> es: añadir al propio sufrimiento el sufrimiento
a s u m e
ejercicio de psicología en Atenas.
ajeno (en tanto que todo está lleno de sufrimiento). L a virtud de Cristo: * j e n d o
u'go por los pecados, y ia virtud de los cristianos, sufrir voluntariamente w ^ }¡ 4 [23]
2
su ejemplo (no compadecer, sufrir con los d e m á s — ) Son estos " ^ IA, c 0
C R E E N C
La inclinación por los temas tremebundos. Violación, incesto, etc. - ¿a cuento
moral cuyo fin son las consecuencias individuales. Éste, el progreso. , m j s t e r i o s 0
de qué?
F A L S A , en que con el sufrimiento se va a borrar la culpa — "
n r o c e
P
no es escarmiento, no es venganza, sino purificación de la mancha.
4 124]
3S P 3 l a b r a s l o s
una nf y g ^ t o s de rechazo torpes o inadecuados
83 C U a n d 0 u
S" ™ k o f a de corazón lo que decía, p, ej., «no me venga con cum
E t a d C
25. Esa nueva moral apunta cuando la comunidad y el * " C C s U gpafl*
el temor al enemigo y las costumbres se relajan, es decir, cuando 4 125]
ri 0
infició c , movida por el miedo a la "^^f^^^
m Í C Í d a a c t u a
Tede.
" ""™ ' ' " * nrincip' lC S l
'°- la sociedad no despreciara y estigmatizara, el tuno vtv.na.
- Muieiden « fnr con otro», pero también «compadecer», que en p
su
mero
I K Vi.Ml M O S i M s i , M
4. HVJ.mANODEitJ,
4
I i „ J i d f U acción, originariamente algo nonti
pÄr
t OC
\ r.^Z u .K uluoon del malhechor » U. . Hase de esa aparente fijeza ídia tras día «
har\c u
««non,.
4 «1
¿ v i <* pueoe determinar el valor de la nioralidf id
El n W :
«te «señor mío» muestra cuanto les halaga a tod
h mb
. i, • > como deaaan todos que se les considere sobre todo altaneZ!^ ° ^
4|31| ' °Goethe se ufanaba del esfuerzo que había tenido que hacer para naÑnrse a la
eonc
epción de la naturaleza de Voltaire. — Fue un error que caiaciertza la reocaón.
Laretórica,un arte como la arquitectura — la utilidad es la norma pnmerai
ea cnanto apera conscientemente como arte, neutraliza el efecto de utilidad o lo
ea cacabeo. ¿O al revés?). A l respecto no conviene pensar en la utilidad, sinodr^ 4 [41]
ana | u a áaathertidamente al hecho de que nos beneficia. El homenaje del genio a la bondad en Schopenhauer es una acotad henaon.
;No! Hay que comparar al retórico y al actor de teatro: 1) persigue un efecto 2i
un efecto.
41421
El hombre, sorprendentemente miedoso, sólo intenta algo nuevo cuando se ve
forzado de necesidad. Si le sale bien, lo repite hasta que se convierte en costumbre y
4 ¡32] lo santifica.
y Esquilo, dramaturgos polifacéticos, se postran ante los hombres
supenorca aaooofacéocos, los poetas de su tiempo. Goethe se postra ante Shakespea- 4 143]
re no aatte el eserrtor de teatro, sino, como buen seguidor de Rousseau, ante *Ja>
—
enriendan mal k) que es la comempla-
mtud en él de la naturaleza. Es el gusto de la época. un gran conocimiento
han vueito atrás: cuyo
asunto es ése.
( Ah. el intelecto hurnano! ; Ah, el «genio»! ¡No es para tanto el haber hecho*
4(44]
«Fausto», una filosofo schopenhauenana, una EroicaX
. La dicha suprema, como sabían Platón y Aristóteles, «o esta en el l » ™ ^
toi
'"tuitivo (la genialidad de S c h o p e n h a u e á sino que la mente de tal dicha es la
4 1 3 4 1
tamos supe*"* £ o n activa y dialéctica - Por lo demás, el que la dicha máxima este ah> no dejan
.Ser justo — no es nada' ,'íodo fluye!, aólo para ver ¡neccsi a s c r
juicios subjetivos — mas yo agradezco que haya tales sujetos.
limites!
de lo* PP 97*5*
4 1 3 5
' K S c m c r
P - natürlichen Existenzbedingungen der Thier*, Leipzig. 1880. - P¡"*
Lo que hay es el fluir eterno. El Estado se empeña en hacer ^ fijll
v,ü
que tenga carácter permanente; la moral, de cada ind'
, K Vi AU M u s I M s H A | (
4 1451
que wven en soledad suelen «tormén, u <55
ir mas no es por el carácter, sino pm L. V
1
S , , |
I ,
' ^ , (
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|»v»
»1 «**««•• No. uno debe en,
la
C *dW- ^ hamo. humanidad tendra que ^ , U ^ ! T * lucha. Al W í í í I r s r
CT u
4 J40|
K nundo XM conocerlo» como una monja - ^ C ¿ v m e n 0 B
^ *¿*l***^ 5
neianctiiea. abnegada - ^ «la l m a s l a u
SíS
rfn. sino ser elegida por aquellas nana 7 ^ 0 ^ - 4l [ 5 4
nioeofoj^ c o m o
decoradores de la cieñe*, organa ^ ^
'<**
o S m u c h o
k
* * * * * sena una lenuneia, la renuncia a si mismo
^bHBaw»*r«v*tfíivu ni siquiera tiene por qué ser / ^
m espintu sah
4|4'| v los seres humanos, no nay milagro alguno ni provídcnci
denota alguna.
Quien te bebido un cafe fuerte no sólo se ve más vivo en ibre
hon n i n g u n legislador, ninguna culpa y ningún caaiBo
crco &
1 Q s i
ninguo
anas iiwanntr su imagen (ve más que hnbitualmente) ^ '
4
'^rutero niega que Dios pueda hallar placer alguno en las «glonosas obras espi-
Echarse a los pies de un dios, entregarse por completo a su graci d e s de los santos» — un tanto malicioso. Sólo en los 10 maiidamientos
1 3
a j i J i B M — üil i menear, como un perro, el rabo a su alrcdedo^ '^ '^
a a a i W » ai **ra suprima del hombre! Por ello el amor en cmmZ 4 57
' (Baumann 243) Lutero: tener algo en lo que el corazón del hombre pueda confiar
marml se fea coavertído en algo sospechoso para siempre jamás. Lo qu° ****** do. es decir, tener un Dios. Según Tomás de Aquino, el hombre, por causa de la
I0
1 a n l 1
dios, ahora a un genio, a un principe: a una muier * • Sa que siente, necesita de alguien superior a quien someterse y que le pueda ayudar y
guiar' Dios. — Ambos entienden que tiene que haber un Dios porque le es necaano al
4 m hombre. Así también Fráulein v<on> M<eysenburg>, la vida no sena soportable á \a
significación última de las cosas fuera solamente fisica. En realidad es al revés: COMO
Paraaaf Richard Wagner lleva — demasiados diamantes falsos. uno está acostumbrado a creer en Dios o en la significación énea de la existencia, se
piensa —erróneamente— que le son necesarios «al hombro*, que sm eüos no sena
4(5»| ble vivir. — Por cierto, de todo ello como mucho surgirían «
ñas» _ para ello antes seria necesario un Dios o la significación ética de la existencia.
No es ía actuación no egoísta lo que ha surgido de la herencia (gracias al ohi-
Éàaaaaeipemwr SÍE VPRE en los demás en cuanto medida de nuestras acciones.
4 ISl\ 41581
Hacemos anatas cosas por los demás, casi todo, que las acciones en las que solo Entre las naturalezas contemplativas U las religiosas son las cp* tnás éxito han
pensamos en aoaotros son la excepción: los egoístas son la más excepcional de M tenido a la hora de hacer difícil la vida al hombre practico, 2>- tos amstas suelen ser
insoportables como personas, y eso es algo que hay que restar ód valor de su obra,
excepciones. 3) los filósofos tenían algo de ambas especies y ademas, mezclado, lo dialéctico, con
'o que resultaban aburridos para los prácticos 41 los pensadores
4 |52f
Taiatién la virtud (china» de la cortesía es fruto del pensamiento: tratobffl*
Lutero descargó su rabia sobre la vito contempla, tras haberle tallado la vida
los demás porque eso me favorece — sólo que ese porque ha sido olvidaa- ^ ^ ^nastica y haberse sentido incapaz de llegar a santo: rencoroso v respondón como
natía, sin embarjo, no surge de la manera indicada gracias al olvido. ]9i era
- abrazó el partido de la vito practica* el labriego y el herrero.
mmm
lo> «I
nacía I i t a^ a y , h a| scnt.m.enn U
n d í % a m ) U a d o c
otjfena,,
1 1
^ ¿ ¿ d e i a c i ó . y «*««n«H:t*. nuc,tn, . . . b i h d a 4 n u , „ !r , *»«er impui v
lo
^llmymT- **** '^O^N
< k c i m o 0 a
* - *° vcncrarij, u ,
a1 nst jntírt p o d e r ^
que
.iem?
ri
4
^A-i te protunda que me acomete cuando f | | D L
i |6«l wnane* hablan de »sem.m.emo* rrw* .
a
teoàTdt . superior
hectocem .cuan : sena . a todos
» los
- hechiceros-
W a7j* v
*
hBtonador de ahora respecto de cualquier profe^.' *
1 0
man ^ e « preceptos y interdicciones, es fiel a ú mmmuy e» deca
^ admira la actuacioi probablemente por ser tan canana'
y medroso alemán
mayor parte resultados no queridos rx
ante la razón nuestra manera
actuar 4
'^ruando digo: «esta persona me gusta, me es simpi*.-^,.
i según Schorjenhauer! Y, al revés, la antipatía, lo ra _
4fM|
L ^ u n o , y por las mi smas razones, shnpático para éste y asnas*» ^nad mm*
No dejar que aJgo que existe desde hace mucho desaparezca — modo, ¡el que es moral sena amatTiamenU: V, ^ ,
prnavatc, ya case todo crecinuenio es tan largo y ei suelo mismo tan rar^ *** 1 1
i Mue un de,., 4. N V 3 V K K A N C H ) . , ^ ,
IMi ,H.T. a
, n i l
«'iM
5 5 9
|XKO '
— « leaisladore*. Coa Sócrates u .
c u a ^ m a y o r sea la í mura con uue * O * ínmanidad supenor de los particulares: lo miaroo TZZ' ^ T * Pagar
¡SSJ
c
, : , K l : m r E l
con ' ¿ parte en ello puco cicntif
- u ; puttj
t u u de fpresupuestos »muy ciemif v r- . T ' í í ^ — i U A —
b
l S
P ° ÍTLOS com¿ío5 que se dan en la moral son la
d slv
e auJ^uier tipo, esencialmente en cuan, , ' uta H > í or
^ ^ ¡ ü * ? *«ante 0
41801 *V , .
señarnos enjedarnos sorprendidos si alguien sostuviera que Muchos hombres no son capaces mas que de obtener una jélicúmi
hm
ore ha coi « d o basta ahora el motivo de sus acciones, pues entre medio 7? ' so- el que una moral no sepa proporcionarles mayor felicidad no es
ira ella, como tampoco es una objeción contra la medicina el que haya hombres a los
verd-uíero e ha puesto el motivo aparente aprendido, desde el principio de 1 T^*
que no hay manera de curar, que siempre están enfermos. — Hay que elegir el modo
pos.. y amos tan mal, y somos tan presuntuosos al respecto" ° " C Stlern
de vida con la que logremos el máximo de felicidad de que somos capaces: que
puede que siga siendo bien escasa.
Los muchos y disgustos de las clases educadas, y hasta de los espíritus 4[81]
LI
S Si Las familias nobles ¿cómo es que se han conservado tan bien en todas las épo-
cas? Porque en el matrimonio el joven no buscaba rjrincmalmente la satisfacción
sexual, y en consecuencia se dejaba aconsejar, sin que el amour passion o d amour
Se denomina pulsiones superiores a las que se oponen a las pulsiones</eí/?nr- 1
physique le arrastraran a contraer un matrimonio inconveniente. En primer logar, los
ásate?, ftro se desprecia lo que no infunde miedo alguno, lo que se encuentra entre que se casaban eran jóvenes experimentados en las cosas
feote auossJde. etc — Se consideran propias de la humanidad superior cosas ab» que pensar en la representación, etc.; en una palabra, tenían que pensar más en la
i uumerrte di fereaaea, opuestas familia que en sí mismos. Soy partidario de volver a cultivar una anstocracia moral
y de dejar cierta libertad fuera del matnmonio.
4|77| 4
[82] lasss^sfsssssalas»
La moral que en principio no piensa para nada en la felicidad del i n i ^
No hay acción ni modo de pensar que sea en si moni, a no se tiene en cuenta
a teme y procura moderarla fia «mesura» de los g n e g o ^ . gcflí
que es lo que se considera costumbre moral [Sito] en un país o un pueblo. Lieru-
» aJti del tiempo de los individuos. la vinculación entre \^ me
* e . es posible pensar que un filósofo pudiera persuadir a las gentes de un pa
MJCICU7, fJtVJC CJ £ K JIJ [ ' J r|l a--
* » lo vivieran de otra manera: esto es. para que creyeran en lo «en
U t * i' aflJ J* / ' T I t i • y/ 1 ' L I .* / l í l«* * * Sittliche»). Asi se convertiría en costumbre moral * * ¡ ~ £ * ^
SF T | 1 L 4T _a oA »
" , nuinuiiiuíi^ losan' ~ — —
n
t e I c n
' 1 Parla • ^ai 1 • 1.nservarnos». Es lo que p i e " » , * . * r en lo moral): es decir un error en u l casa tendría valor de ley moral.
p a a a r a s u s descendientes
.aso nada que haya que distinguir s " , u
o (como en las t n w n ^ ^ J ^ ^ * a % c S ,
e i i d h a l . / W u m „ t r . libro L M
1
J I e aparece
un invento que aparece por
ñor pri
primera ve/ en
I KA(¡MI N IOS P Ó S H ! M o s
4. N V 3. V E R A N O I)F-IK 8 0
'
I astucia, el engaño, la traición, el asesinato.
a m c 561
1
os de la comunidad - « c o n s i d e r a n virtuosos: el trato |
tí , 0
gos «olí
_hres desean más estar ocupados que felices 4 -
E distinción y elog.o. J a
'«s ^ 4 h
C
trata de eso. i un milímetro. Aquí se halla en su „ „ » a c, % 3 Monede ser tremendo, independientemente por compTZ ¿ y
*>
J a
individuo: p« mm nuestros 70 años, debemos ser Z T ° ? ^ > ^ J T c o n la música de Wagner suelen manifestarse rfec£ u ^ T ? W
4 M
anteponer un ntcat, a moao de iniciación? Tran
infinita, actuar dando ejemplo, no interviniendo de manera activa"^-* Uconcieiic.-.»-- sensaciones
0
pretender v:vir mucho, sino como individuo, no distinguirse por vii?? ?*^»o en
esencia desagradables
a n
habituarse a moral alguna ni a patria alguna, ligeramente atado a las ne '°
refuníunar m despotricar, sino valeroso en todo, en el conocer recon > in C e S l d a d e s s
4[96]
Las naturalezas que más se han opuesto a la moral (ciertamente, ¡los indivi- Sigue imponiéndose la tendencia a atribuir todas las cosas y situaciones que se
duos!) han de tener también su homenaje. Hasta ahora se ha visto el progreso " tienen en alta consideración a causas aún más elevadas: de tal manera que ese mundo
de cosas destacadas sea lo que se dice un reflejo de otro aún más elevado. Esto es. la
en el otro lado.
disminución de una propiedad le resulta al hombre más natural que el aumento: «lo
perfecto no puede mejorar, sólo empeorar» es una hipótesis antiquísima. El recuer-
4 | HH j do de un mundo anterior mejor (preexistencia) o el paraíso en el principio o Dios en
Esta observación no está escrita para — . Participar de manera cordial y delica- cuanto causa de las cosas — en cualquier caso se presupone la misma hipótesis, «hl
D
da en las cosas humanas, sin ponerse pesado dando consejos. 'os en devenir»"» es la expresión mitológica que se emplea para los procesos autén-
ticos.
*í J H 1 una ideo sea
4 [97|n
La influencia de la «redención» produjo una ilusión: basta J P ? ^ le ptf-
capaz de ofrecer al hombre la victoria sobre su ineludible naturaleza «El cerebro en los pies», en parte moluscos: el oido en la cola, crustáceos
mita tnunfar.
0
4|90| i*, es P° íW
ci 2
Podría valorarse a los hombres según la felicidad quei a cada la des a *C f "°?- '' ' Parte, pp. 222 s.
P r
. er». De ahí que creC
m / t G í :
t r y
lin V r ^ ' * " ' »™/e« « «devenir*, mas implica ^sarroltars^ c«
a
alcanzar: o por la felicidad que es capaz de comunicar, o el malt ^í^joran, ' a r H b a p o r
«Posición a v e r g e l , «desvanecerse». hava sido
:
Víase K <c '
195. ^mper, op, ciL V parte, p. 35, %
X.P
' Véase John Stuart Mili, Gesammelte Werke, ed. por Th. Gomperz-
4. N V 1 . VI-.KANrihi-. i
4
i I rechazo de k> sensible" por 1* moral y el elogio de i
d
^ inferior al de ta exigencia Je mesura po, p m t e
tí ha establecido las costumbres a rae i as a u .
ínema no sabe arreglabas de otra nunera U « c ^ J V 0
41' /' and" f££«M a él, entonces es declnTe^, ^ S u
" de la arnigaecie de tales iiaturaleans. - í,n lugar de don c? ' % > fiar en é\* todavía no lo es. l^a pcrvma "dceent^ ^ üa y 010 vac
4
• falso que los grandes espíritus hayan
.sieiK'ia y del hombre: para demostrar e " e 0 e
\ C
^ c ^ / a e S a g a en pedazos (Wotan). ^1-desean
embargo, han tenido puntos de vista ¡ná^M^^Í^
Vi is: por eso se contradicen tanto y suelen ' ^y ^ e s
el m^ d 0 S
er- [U v i i
an •mas. ^ti¿í^ J | l 0
c m tenemos que ser veraces con nosotros mismos: serlo con los demás «
° ^ V sólo en el caso de que haya en nosotros la inclinación natural a serte
4 lltWi a
ttaa morales ahora: el particular elige de manera instimiv K verdad para con los demás una ley de la naturaleza que deba ser cumplida - 1
s e r a
* con nosotros mismos es asunto de autoconservación, es decir, nuestras fuer,
is provechosa (de hecho tiene miedo de sí mismo, es d ^ '
qUí ftfcad tenemos que pensarlas correctamente. Atrev ernos a dar un safio en lo espi-
roen ta medida en que sea un animal peligroso. - 1 Antañ*'
un salto para el que no nos bastan las piernas, lo mismo que en lo moral, suele
gente de ur raza eran iguales, bastaba una única moral.
no CUa
* ndoh n I u a
* de que nos rompamos las piernas y sutramos tos dolores más intensos;
les hombres son muy desiguales*. ¡Hay más individuos ¡* moralidad encuentra la medida de su idealidad en la medida de nuestra fuer-
s t r a
jamas, no i B engañemos! ¡Sólo que no resultan tan pintorescos y fáciles d"^ ""posible, y eso suponiendo que seamos capaces de aumentar ésta. Todo crecirnien-
como antes ^ debe darse paulatinamente, no a saltos. ¡Cuánta miseria hay en el mundo por que
,
aleuien pone en sí mismo la norma de una moralidad lInposíbíe . Cuando uno no es
4|Ifl| capaz de correr como un corredor, no se avergüenza de si mismo: en los asuntos
Censo hay mas criterios individuales que nunca, así también la injusticia es morales somos, sin embargo, tan infantiles ¡que cargamos del lado de nuestra culpa
nssyor que nunca. — El sentido histórico, una contrafuerza moral. El hacer daño por v nuestra vergüenza la falta de condiciones naturales! ¡Como si fuéramos obra nues-
— *~ del juicio es ahora la máxima bestialidad que todavía queda. No existe ya una tra! De hecho, tal es la hipótesis de la que brota ese sentimiento de vergüenza.
ral universal: por lo menos, va haciéndose cada vez más débil, lo mismo que la
creencia en ella entre los pensadores. 4(105] 4 * •
Hay bastante gente que vive sin moral, porque no tienen ya necesidad de ella Los hombres superiores se distinguen de los inferiores como los animales supe-
icomo quienes pasan por procesos dolorosos sin médico ni medicina, porque están riores de los inferiores, por la complejidad de sus órganos y la cantidad que de ellos
sanos y tienen hábitos sanos) hay. ¡Anhelar la simplicidad — es decir, desear tenerlo mas fácil!
Se alaba ahora cada vez más, en concreto entre los artistas, la semibarbane. la
Vínr siendo moraJrnente consciente es dar por supuesto el carácter wcwso
—
limitado cuando no está bien, cuando no se siente a gusto, suele pensar < [106]
M S , y busca las de orden moral, ya que las demás, por falta de mstrucuo ^, El mortificar y el dejarse mortificar es algo que ahora gusta: a l i a * *
conocidas. .Achacar tos defectos de constitución, de carácter, a la m J• « " g e n el espíritu de la insatisfacción por musa de su entusiasmo. Les ve uego uno
d e
ser culpable de la propia enfermedad — esjo es MORAL.' 2h ° m
« P « < v están totalmente vacíos, no les queda tuerza algun^ qu
m C m 0 S
a í t I 0
* ^ y optan por lo mas insustancial teruditos incluso de renombre). Sena muy
, tí C S C a t i e n c a l a s
T costumbres, a las buenas formas'» y. en ese senndo.
H c hab
«desposeer, una cosa de lo concreto-^nniblc». ?*j¡^! »UK»lmente traducimos por «moral» es moralisch.
• asaaitud esto e». .sensorial» pero también «sexual» c mtlu»
1 K A t i M I ' N IOS » ' O s r U M o s
M
4/I07J
.ralistas tomaron por sagrada y wniadem la
taba
de l¡
arbur 4 1
„ Il2l
|2 . He K o u s s c o - — •—
A < toaos, el escupir la ira como se escupe la ^ 4 ^ '*
"imeaiatez del
nacer w le
hacer ¡eso ~ - . ~ - u ^ u s ; s da n~ e Im s
C o
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I * "ntimicntos - y de ahí la dignidad eri el
gfa
^ -
boca de las gentes la moral se halla dest.gurada. que neecsii* Pue? Su
erta « i r M C| 0 " n ^ 1°
l
"ersonas perfectas y encantadoras a q u ^ T c
S
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S C
V ^ h o n i
bres; misales.
0 d
do: de ese modo lo inmoral resulta más inocuo y por eso no se lo denosta. Por lo que
hace a la fétrnte, es uno v lo mismo: Napoleón \ ( risto. 4 [116]
A las cosas a las que se desea tener un cariño duradero, debe dárseles un valor
* 1*1*1 que esté un poco por debajo del verdadero: no conviene saber nunca totalmente lo
Según Aristóteles, los griegos solían padecer de un exceso de compasión: de ahí que son. ¡ Ay de aquel que exagere! Ése perderá cualquier tesoro que tenga: pues que
la necesaria descarga por medio de la tragedia. Vemos lo sospechosa que les resalla- en algún momento pasará de la exageración al estado de ánimo contrano.
¿do con vistas a una meta: ¡que d./.cl es esta ••,,•„,,„ Outi, *?, <w , heredero de todas las impresiones simpáticas del mundo ani-
itl
puede otea*** por medio de la imaginación, hay experimem > qu a V ? ' nim Piones que han apreciado en grado sumo la compasión y el
a
q u e e
se satisface.
en
Vto
^ L de d u e
udios)
4|120J
. 11261 mnresiona más que la obra representada, ya que se equipara a la bá>
A veces se juntan 2 personas cuyas costumbres [Sittlichkeit] - S e av
41
novela imp ^
L a destruye constantemente la ilusión; aun cuando d e t £ a t r o
n Cn U n
que una de ellas tiene un vacío donde la otra encuentra su fuerza y vlrn mal H
g mie ntras q U C
j i r l a , habrá otro que la destruya, y, en todo caso, -el teatro v •la - 1
( uC
n u d
can mutuamente de «indecente» [unsittlich], ¡ secalifíj P ? , J '¡Qué
l0
flojo, qué
quépoco
r er e F 1
poco convincente
convincente resulta
^ ,rtorlog
actor S 'j^¿"dor. . f W flojo, resulta el
el Don Juan' de
gente compa
qu i de Merimée! Además, atendiendo a la narración estamos
ee s t a
4|121|
J
d Q c o n e
Apreciar M Á S lo que se sale de la necesidad, lo superfluo, el enlucido \jozart (V(75 que cuando contemplamos, y esto último despierta mucho más a
pulsión antiquisima: cierto desprecio por lo que constituye el organismo y T mucho mas ac . jticar. La música, al ser un acompañamiento continuo, dis-
¿ n a cr
necesidad se pensaba que para encontrar interesante al hombre h a b í a q u e elevarse ra satisfacción. ¡Y se supone que eso es no egoísta!
por encima de la necesidad. Por eso la suposición de que había e n él m i s t e r i o s a s fuer-
zas demoniacas, etc. (Sobre todo allí donde es fácil la satisfacción d e las pulsiones 4[1281
naturales, donde el suelo es muy fértil, etc., apareció pronto la m i n u s v a l o r a c i ó n d e l o Entender cómo se siente otra persona (o un animal! es bien distinto que sen¬
«natural».) tirlos mismos sentimientos , el saber del m é d i c o , p. ej., y el de la madre del niño 16
bene lcl0 0S
reglas se ha creído (por confusión) en la existencia de poderes [ ^ jabase de un a
0 0 W r e a l m
compadecer, que en general es sufrir con el sufrimiento e n t e
nos. Lo malo es lo impredecible, p. ej., el rayo. El hombre es predecible sow [(¡ bremos" " '"° 0 0
concreto. E l sentimiento de que alguien a quien e l s u f r i m i e n t 0
para nosotros es bueno al objeto al que ahora se llama bueno — gua). opacidad para imaginarse el tipo de sufrimiento suele ser muy exi-
4 , 1 2 3
l • . jo natural es
El sentimiento de simpatía podría haber surgido de su contrario ^
miedo y la antipatía a lo extraño, a lo diferente. Entretanto ocurre qu ^ ^ no- d c
4|I29| , , dC
Ser indúlgeme por compasión con los amigos suele c o n ,
dad v es lo contrario de la virtud que requiere rigor de uno mis",! ' * ,
¡,r
(1
iLlK> , ó»r ah»™ *" m o t c a
P a c e s
^ Ya sólo la n a v e j * *
embelle< a
público es prec.so reprender. • « 0 0 ^ |,
<>*S 1 , 0
,s < ¡ B los d C
!" f c n
* r a n m
« i ' d a la naturale-
a r t
4 ¡mi» . . . m
> "
i * mezclarse. Cuando se piense en el pasado, se pensará en la tns-
a
Según los estoicos, las pasiones son «JUICIOS falsos». i»» l&V^l £S
contemplación apática: fuego y exceso de fuerza, consecuencia
e n 3
f < ' eolia y J ^ preparando dicho futuro hemos de apañar a los melancóli-
i r
p a
4II32I» tt»* ¡da sana- [ .
1
v , pesimistas, y hacer que se extingan. Organizar de tal
n e s
3 08
Lo que mas apreciaba el cristianismo primitivo eran las carácter »• " " L b i l ' " ' le basten intelectos mediocres y que no todo el mundo tenga que
olitica
citaban para la misión de llevar la doctrina antes del fin inminente hasta T % q u e
** la P I o mismo de las condiciones económicas, sin el ansia del vivir
s
la Tierra (el celibato y el abandono de las riquezas) La huida del \ r
— <H m u n
!¡mi[
¿ ' ^ s «estas.
SUP n i an
participar en la vida greco-romana, puesto que ésta se apoyaba por cornol ° °
lacül
tura pagana. Supuesto básico del neoplatonismo, que tendríamos que vivir ^ *
>urvrvr. !a Tierra resultaba demasiado vil, y asimismo la cultura. ¿ r . ' ^ ' ^ca sc in
,rauna
411371 aiect oosible que un espíritu bien provisto de datos y de cierta maestría
«Apartarse, elevarse de la Tierra, tocar la causa primera del mundo en el ^ ?
0rgullo!
Me P vendo una tras otra, con una agitación intelectual enorme, toda una
¡ógica ^ . ^ l conclusiones y llegue así a resultados que solo generaciones ente-
n
c
ñores. La Reforma repudió a tales superiores y negó que cumplieran el ideal r e ?
moral: había en ella mucha maldad y mucha hostilidad contra la vita contemplad
4 | l 3
4 ¡133J j!' investigadores inductivos actuales la perspicacia y la prudencia son
l o s
En la moral se reclama la teoría más rigurosa de cada uno. . .^^incas inventivas (también imaginativas) que entre los filósofos de v erdad.
e
4 [139]
La superficialidad es muy propia de la vida teórica: la vida práctica es concien¬ El prejuicio de que para juzgar por uno mismo ha> que representar un alto
zuda y conduce siempre por todos los medios necesarios a la meta o, si no. no la rango, un poder; de que los inferiores tampoco pueden ser libres de pensamiento.
alcanza. El pensador, en cambio, suele llegar supuestamente a su meta, sin darse «Pretende razonar, tener opiniones, etc., etc.» , cuando, según su parecer 20
cuenta de que los caminos etTados y los saltos dados son tales: tiene con demasiada las opiniones a la larga
frecuencia y demasiada facilidad la sensación de logro.
4 ¡140)
1 8 3 0 1
¡Demasiados plañideros y derrotistas se han multiplicado!
La castidad sólo es una virtud a la edad de los adolescentes y J ^ ^
si es una perversidad, puesto que acabaría con la especie. En " ° " ¡ plena c a n í
r n u n c a
[141]
dual en interés de los demás, una excepción: cuando de hecho solo la r Ü dicha de los hombres que reciben ordenes y especialmente militares, funcio-
pueda salvar a la p<enona^. Ü C n e n l a p l e n a
cienadesn , responsabilidad del rumbo •» actividad «nn
neurosamente
4 |3
I °I . • uia natura^
Quizá el próximo siglo la humanidad, gracias al dominio ^ ' ^ c * ^
haya hecho ya con mucha más fuerza de la que pueda consumir y
fr^SuT »' « P » « « e pásate de Stendhal. «Lord Byron en Italia», en
«i U rappela
Véase J. J Baumann, op cit. p 98
" Véase J. J. Baumann, op. cu, p 99,
^ ct cl^ * d c l a
cwsidéranon avec laquelle on écoutait d'Alembert, s ecne.
«Pasmille ecous de rente!V
• Véase J. J. Baumann. op cit., pp 99 ss
V3-VhRA
4.
N
4|I42|
NÉ ¿05
\o querer tei que ver con la realidad, procurar p | ,
a p i l r a
\ otro quiere, nos enfadamos y lo enfadamos
c
mise-
sentimientos de é ,s. ser distinto y carecer de entendeder .. ^ r * ,
1
1
jemos. ? q U
5
C
| a r a z ó n , y al
ai respecto
resj^v-uj suelen
-»<.*i_t<.n ser
v;i las buenas
I A S rmerui: perdonas las
F
antes sus formulas, se trataba de una ut í * * •»
tenia la «ciencia" entienden lo perciben como ajeno a dios v por
e„ el trasniundo. A l poeta se le acepta ^
elIa.puesJ f rfiS***
mosasdeuni .posible»: sea que desprecia nuestro muña ^ <*W
su menosprecio. Pero ¡ay de el si pretende i n d u c i r n o s a q „ " - ^ d a
u c
d o
del mundo: eir. a que en el actuar seamos unos exalté ^ S > . sentimientos morales han producido tanta mijena, sobre
de una hora H 4
*' ~* losJ UICIOS
L de conciencia, hay que preguntar: ¿se ha vi«o compessa-
esoh env *4 J
n
Va^rdirnien^^ n i d a d existe gracias a ellos» es cosa chalosa: be
h u m a
& ^ fien «en jn ellos. Por causa de las diferencias morales muchas tri-
s
4
' 1 4 3 1
U I
^ ^ t m s ^ vecinos verdadera runa aniquiladora.
No resultan ya sospechosos todos Jos «sei
hace tiempo la falsa filosofía de la exaltación and tan cerca„ de ellos quj w p
sentimiento elevado casi inevitablemente surge un pensamiento ter , (Qi - ^ especiales es donde se habla de manera más concreta:
pomo de vista extremado* A H ^ m á c HP u -—.*-•— ^ ,4
^l ¿ las cíenlas ^mUado. De manera más dudosa, Le. en
ideas se halla pir ^ ^ ^ diferente y siempre según su p a l a b r a a l g 0
¡Basta
Voz S e á i s m á r t i r e
<le la JSt s » así estaréis seguros de lo vuestro'.» —así sona-
Incesto, adulterio, violación, obsesión erótica, a los que acurren ^ ^ U c c l 0 n c
dram
r o n igualé . « n que se triunfaba de las exigencias de la moral. ¡Una
aturgos franceses de gusto romántico, sino también los OÓWfi*** q u e l a d e
sacarse un diente!
f K Al AU \ 11 is; ,. n s n
»S
4 N V 3.VERANO DK UKO
4 |I56|
• náufrago que \c tierra > apreciaría tanto estar en ti *
¿deque le sirve • él desear estar en tierra? O i a n d o ^ *** «o ^ i nrimer hombre era la perfección suma, plena sabiduría- cae al
mos. no ex ñor causa de la toluntad. sino por las fuerzas o „ ° Qu V > P O c l o .((¿I' , citón. el P
rt n e r a absolutamente voluntaria ma
V . , ; , n sexual, den
Jl n
cut"
4 falt
sobre todo, por no conocer nuestras tuer/as: de conocerlas k h ' « de
al aP
paulino: hay una culpa inherente religiosa sin saberlo ni que-
4 II57|
u. «el hombre en el hombre». Filón (para quien tod la lev funda la culpa, que hay que expiar (las disposiciones a n t
r
realidad > solo los agraciados con la revelación del° . a<ieiü SCr Vcrd 'un^; roylo.rnpuro) u
.-vade
cerca de,»0 »^ entren;! consciente del vov; [alma] a las cualidades
1«, entrega
d o : la 10
tienen
p C c a
Par. S c g Ó n
comoral - esto es griego.
4|I5«|«
10 c o r
.alas de ^ ¡ de la carne», Pablo. Sólo con el conocimiento de la ley y U
e a r s e
< < H a y qUe
Los . a t o experimentaron en lo terrenal lo débil, lo transitorio f rrespondiente no le basta al hombre interior, por completo impotente,
midad de lo entronizado en el cielo — con «la más rendida de las suh!? 3 UsiJbli
' satisfacción co ^ , , bastaran para que la volun-
c r e j a q u e e s a b e r y e a p r e c i a r
Los judíos «o creían en un ideal irrealizable, las «tablas del cielo» i el rostro de Jesús.
1 1 1
das con Isa ideas platónicas) se realizan plenamente, la sabiduría celestia? ^ * * ^Su uso que el cuerpo del hombre es sensual y pecador, que era carne peca-
M mam
fiesta de manera adecuada en la ley. A diferencia de en Platón. " la humana. Es ctuapTÍa [pecado]: domina antes de que aparezca la ley el
- ¿v<t3ptl)Jtoo> [espíritu humano] sin que éste lo sepa, y sabiéndolo luego
fl
3 3 m u e r t e N o h a v n i o d o d e
Tera * ' ' atajar la destrucción de la caroe.
Utas e s c n i
^ de b ! Ü : r ° s , luego los cbionitas, dejaron que el individuo decidiera acer-
"«JWs.ón de la sensualidad.
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S_A!
V é M C
» Lúdcrnann. lite Anthropoloute des Apostels Paulus und ihn' je "
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Lude 33, J5 noia I j4
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Lude 4 "Ujc7 - PP- ^ s nn 1 8 ; L ü d c n u n n
- PP- 52,69, S7
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eso hav también remedios con los que puede suprimirse. El ' '^fiin*,
v i v
P e
„ b idea de lo eontrano, de que se es uno con Dios. C u a C * < ! %
misionera o de mártir, dispuesta a la muerte constituye un r e n ^ ? < S 4(» 741
- «o se produce en el hombre el sentimiento de aumento incontenible é,
-ración moral: es decir, el restablecimiento de un orgullo infínUn ? a Cn,e
íS
fundo hasta lo alto. ¡Nada de «justo y santo», o en todo caso de 22 ^¿¡S JSy^^s ° p o d e r o s o s y p i e n s a n c ó m
t
meiorando. el milagro de la perfección. «bit s
o! E n
5*? "íanípHan hombres grandes hasta que son gigantes y se les pone de m Ú Q
uno mismo.
it
4(1661
Todas las naturalezas creadoras en materia de religión han t 4 ( l 7 5
n i sentimiento de poder? El ascetismo como recurso para alcanzarlo. (Unión
m d o v
éxtasis. Lo que es una prueba en contra de la salud de los r e ] i g 1 0 s o s 'sio nes, £ . trato con los muertos, etc.) El monr para el mundo ya es arrogancia
l0b
con D '
4 | 1671*
La posición cósmica de Jesús, redentor de la naturaleza. Ansia d 4 | 1 7
P ! sentimiento de poder, cuando uno pertenece a una tribu, familia, comunidad
que no suele encontrar expresión, lamento. Se aparta por completo lo * °n p e r f e c c i
, do fuertes — fundamental para la institución de la obligación moral; nos some¬
la carne, seremos «Hijos de Dios» — al resucitar. ^ queda A Ue
4 [170] 4(1781
El fanatismo, un remedio contra el hastío. ¿Qué tiene Pablo en la conciencia? En lo que concierne a un drama los alemanes prefieren entender lo que sucede,
La oópc le ha inducido a la impureza, la iconolatría y la magia (^apucoceíct), la hos- los franceses, entender por qué sucede; son más racionales, los primeros se quedan
tilidad y el asesinato, la embriaguez y la orgía (KWUXH). Todo ello, recursos para en la contemplación y el disfrute.
lograr el sentimiento de poder. 4 [179]
El efecto primero de la felicidad es el sentimiento de poder: que quiere exte-
4 [171]»
riorizarse 1) respecto de uno mismo, 2 ) respecto de la gente, 3) respecto de las
Sí con la muerte de Cristo se ha cumplido la ley, puede uno sentirse•f^ t
lde
4)
as, respecto de los seres y las cosas imaginadas. Destruir, ridiculizar, rega-
J
do de ella. Al perecer el cuerpo carnal de Cristo, se destruye el P " J del N CL
ULSADA
lar.
31
Dios: no sólo se salda una deuda — sino que «la culpa» queda
mundo. 4(180]
1d 0 m Í n Í d G l a n a t u r a l e z a l a i d e a f i a d e l s i l 0 X X e s b r a h m a n i s m i n d g e r
dánica ° ' Í S ' °' °
19
Lüaemann, p. 147. ¡^demann.p.217.
30 ' <<lm
P o t e n c i a » , literalmente, «sin-poder».
"Lüdemann,pp.215,214. , ».
rtCU pa
4 tí l
* ¡t&w**m-&* rwnwble qui- 4. NVÎ,VHHANo, J M H l l 0
p
, p
4 , i «1 |BU f . . S S — , _..u ¡nquebrantíiblcH y una certeza u# » Q
L t ( l
una superstición muy util, qui/as indispensable-
4 (1901 , c fon d o Platón era panteísta. sólo que disfrazado de dual.sta.
4
'"^/sentimiento de poder hoy en día, del lado de h
n
;, ,rm»son». «noen cu.mto miembro. Príncipes y p u e b ï n ^ ' * » Il
sl ( 41' 911
esnirituosos y los narcóticos como recurso* p ^ „ u r M . .
, . , erur cl hrahmanrsmo. Cuál es la manera d c ' ^ e n ^
que K up > • L d c c m b n a g U C Z d c a r t C 8 d e ! 0
particular? ' <k los seres superiores? " " a ¡mi.PcQuia -Oder-f *-
o r%* 0B r ' *> Hentas, l i ^«cueza,
T S "el "deber.de
4\m\
<¿ 4 ,9
l ?hrf auc tantas y tantas personas mueren con nosotros rx>r
S
En rod pocas han aspirado los hombres a al • 3C
0 c ó n y U g n u c s t r a s c l c
4(1951
La contrapartida a la restricción moral del individuo es el incremento de su Lo más sensato es limitarse a las cosas con las que podamos obtener un senti-
timiento de poder (en cuanto miembro dc una comunidad, más tarde, dc una huía miento dc poder que también los demás reconozcan. Pero es tan grande el descono-
cimiento que tenemos de ellas: por causa del miedo y del respeto se ven arrastradas
mdad superior, mas espiritual, dc una orden). Gracias a la acción moral hace™
magia. Perecer con el sentimiento dc poder una artimaña muy especial, vencerá a ámbitos en los que sólo por medio de la ilusión pueden lograr el sentimiento de
poder. Si se rasga el velo, aparece la envidia.
la muerte («librarse de la materia», etc.)
4(196]
Hacer que le demuestren desde fuera el poder cn que él mismo no cree — esto
La espiritualidad impersonal dc Dios es de origen griego, los judíos tcníanel es, someterse por miedo al juicio de los demás — el rodeo que dan los hombres vani-
Oíos dc su pueblo, el Dios dc la Alianza, una persona. Los cristianos vacilan, aunque dosos.
son más j u d í o *
La g r a P a s i ó n d c l
vanid " P ^ d e r » (Napoleón. Cesar), uno tiene que parecer más
inur,°
JlKtriih * S0 d c
' dvseaño
' ~ * »• ^ w r i vpara
'
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• i i tsatisfacer
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el• vsentimiento
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poderí entre los
de poder
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w
¡A Niel* el senf " * - o d * para mí y para mi pueblo y no sólo tener nosotros
U ) S í n a c i o n c s p
face | c
l m i C n t 0 , s i n o 0 1
P ° d c r manifiesto fuera dc nosotros. Como tal poder satis-
l n t c n s 0
,íf77
ran
K , m Y elevado de los sentimientos, sigue aquí la historia su
^ Aud, «ruño», es „ .demánt. dc ahí el «ello». . utiles. ' 0 S COIU
( c u l r n c n u
interior"? T ' H » ' s t a d o r c s son realmente el asunto principal, el proceso
t ' U atra,da de J Wackernagcl, ¿ W aVfl Ursprunn Hnthmanl***** u c
"os pueblos, las necesidades pasan a ser cuestiones secundarias, es
KM.M.-N1US l » O X H i M Us
4. N V 3. V I - R A N O |>1 |
I \ n percibir , los pueblos suelen
decir, asi 0S com P r
^c, l r
pan.
,i , \..a sociedades de icmplan/a nn n,* r
4
' ' T i iHHier dc la ciencia ceno... ahora un sentimiento <u » q« '" c
dan el sentimiento de poder y a la larga el d has.í,, 1 P«U C
c
c i d ~ e l hombre Iodo, por s« mismo.
c o n 0 •C uál es, e n t o ^ ^ J u ,
por supuesto que la ciencia C ^ P e l j" ' ^^I
4
:; ,a la gran remendad
r
41
° 112° acetas logran un sentimiento extraordinario de poder; l„ s t M Í M t .
K n
* J „ momento tienen que mostrarse victoriosos, incunmo w ^ -
* - ° , "Lh a no la hallan en el sentimiento de pode M
. . MX 1" <"
a
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d
C n
: . j „ « « « i ríe r s * n « « „ l .
£ K" Í*£* * ^
SI. sinn
de la
mué
insoste—
decir, una burbuja nue\a ¡ < dominio sobre la naturaleza y el sent.mtento de poder que mana d e l / H
10 c n , o n C e S 1 0 c o n s t r u c , l v
tocinS" "° ° . «no que enseñaba a integrarse y
4 ¡200} 2 3 ^
Tener para iodos una palabrita punzante, de doble filo, irritam
S na
líos¡ a los que les gustaría que los bueyes vayan más rápido y están disn ^ ° que J
Incluso de la historia w m muiu. uro, manar ei sentimiento de poder sin pre-
una mano Pero hay hombres temerarios que pretenden que todo el muH ° ^
Sa
Estas guerra s religiones, las morales extremas, estas artes Jj*^ 4•1209]
« ra„ el gran teatro dc la impotencia que se
e n g a n a
odio sectario
— - - _ ¿ c r / a - ¡ift* El prestidigitador parece exponer una causalidad diferente, que no conocíamos,
* sentimiento de
yéndose d poder y pretende presentarse como si fuera ^ 1 exa
m\ Lo mismo el poeta con sus imágenes > sus metáforas.
yendo siempre en el pesimismo y la lamentación! L o que os lalt 4
W mnmnt
vosotros mismost (2101
C n f á t i c a
de éhÜn V ardientemente del amor sólo han hablado aquellos hombres que
t* £ y Poco. Hl a m o a algo insoportable: si a nosonos
r a Í O i h s l o s n o m b r c s s c n
V S C
l f r e d
°' ^en, pronto estarían todos puliendo volver a los uempos en que esta
> ' ~ *
M *>na>. [>, thrnuhen
e Oeselht haften, trad P<>r w.
i s y p p ISO-
[R-V.MI M U S l'Ósn N l ( ) s
4
f c ponga « A » * « p o ü i ^ u i i o en la historia, era s i e m
P
y C n
til*„n*a¡3
4
lepara los Clacos, o al revés: sus runciones son los afectos' , „
1 0 3
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ne en los afectos están activos to*^£^£ "T**
&
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¿ S C ^ . f ^ l u n ^ d » de Schopenhauer. * ™ * « * rnás o
tiene ra ion al hacerla Sin embargo, no en el sentido de q ° '«do U e a
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nn, .crtnmo metor que a cualquier otra. Vayamos donde v a T ^ P ° c I S
C 1
dre ó C r todas partes la fermentación, la lucha de los c o
^ *° " 5 S Se
n c c r j
cc
o d i a m o s r H ^ t i ^ a H » n___ " Ptosam^ ^ m & i 4 {l
%o cree que en el cielo hay cierta materia corporal que es la que recibe el
nue bres que tienen un olfato delicado, llamados am * ~
i y vetan lo que les sucedia — lo sabían yv haW?"
habitn.Y^C^
0 P r o
S h n a t a e í a Si las cosas siguen asi, que se cae todo a pedazos ^ * ¿ 2 ^ J ^ ú ^ c t sensación de que entre los corintios se mostró muy pero que muy
e
ü ,
e desaparecer Mas no desapareció, se quebraron los troncos v¡! * ! *> N ¡
g u
ap0Ca
o siempre volvió a crecer un bosque nuevo y hubo en todo mom ^squ, i í d e s t i n o paradójico de la muerte es el nudo del enigma, y en esto habría que
pen eni
e conocer la voluntad de Dios.» En pnncipio, la muerte de Costo impugnan
descórnenla ido llegar a u ^ ^ milagro de Damasco lo confirma.
m C S
nberados de la cé& [carne], henchidos de Tiveüua [espíritu] no nos hallamos
4|213| metidos a la ley. La ley pone a la vista la á u a p r t a [pecado] de la cope en toda
Si r e á t e n s e supieran los artistas cuánta fantasía hay detrás de tod y a
fiTrza con lo que resulta insoportable al hombre. «Ser de carne» significa «ser de
miento saperior, ¡cuánto hay que discurrir y <dejar> que florezca, para lueg conocí, ^rwMorir para el mal es morir para la ley. — ¡Qué odio más intenso guarda aquí
lo sin cnoaíasaón! Somos un vergel: ¿os creéis, pues, que eliminar las invención cortar-
Pablo para con ella!
hyóflesB que más gracia tienen es algo tan sencillo? Somos casi crueles conno^ Por medio de varios actos declara Pablo acabada la ley. ése es para él el punto
tros, mas ¡por los ra* - • ~ vosotros y todos habéis de tener! Goethe sabía loq —
Ue
fundamental. Lo que ahora haga un cristiano, eso ya no hay que medirlo con respec-
es característico del hombre de ciencia: es un ideal en que se reúnen todas las facul-
to a la ley, que está muerta, como la oópi;. Uno de dichos actos: Cristo lo había cum-
• y U tananas. como se reúnen todos los ríos en el mar. ¿Por qué lo juzgáis según
plido
los iiaaajiiliii' rntelectuales? Nosotros, desde luego, no os juzgamos según vuestros
3
En el sentimiento de perdón y gracia divinos, es uno de los argumentos, el otro,
iiilalMfcm i de pigmentos " m vuestros estadistas.
en el sentimiento de la más intima espiritualización en Cristo alcanzada por medio
del bautismo. «Por la fe y mediante la gracia» — la ley debía antes de nada provo-
4 |214| car transgresiones.
Los ajenases han expenmentado la sagacidad beoda de los hegelianos, que pre- La muerte de Cristo sería imposible para la voluntad divina, si pudiera haber
tendieron explicar a Goethe descomponiéndolo en esquemas, y la antipática estulti- cumplimiento de la ley: «Si la justicia viniera a través de la ley. Cristo habría muer-
cia de los adeptos de Wagner, que de cada punto débil del maestro hacían un dogma, 43
to en vano» . Dejarse llevar por el espíritu, darse de pleno a él. sin inquirir la propia
pretenmendo que en ese punto todos debían ser débiles. voluntad —
La ley es la causa de que yo haya muerto. Mas así he mueno para la ley . Si bien
un cristiano también peca, no lo hace, sin embargo, contra la ley. está fuera de ella.
Modo de consolarse: tener que soportar más que todos los demás, eso da un ! <Ya n o s
oy yo quien vive en mí, sino que es Cristo el que en mi vive. Lo que vivo en
a
timiento de privilegio, de poder. carne, lo vivo en la fe que tengo en él. Si ahora quisiera de nuevo retomar la ley
^ someterme a ella), le haría a Cristo cómplice del pecado»".
4 , 2 , 6 1 subS
' da vez
¿Corno puede lograrse que el sentimiento de poder 1) sea j * " ^ of***
Lürf
KiaJ y no imaginario, 2t se despoje de los efectos suyos de p
tjJ
40
U,u! í a n n p
' ' 1 3 ; v
* * * 'techos de ios apóstoles. 2. 4.
"menosprecio, etc.? H Qd ? a n n
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"VeaT,' * - H0. 168 s..
« v T ' Cor, is ts.ss- -> Í <k
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172. 183. W l IWs.
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* FaHxmmber mc] q u c m u c ( e ) o § M | M V ( r a c | maestro pintor)'»: aP"
FR Ai i M I M U S l ' O S H N u
4|22I| 4 |22
Oí esta atención exclusiva a un solo género de música c! confluyeran todas las lágrimas que en cada instante se lloran sobre la Tierra.
suena: es mas. > a no sabe distinguir las cosas b u e n » . ? . fina] ir fluiría por la «pradera de la desgracia» un potente caudal,
cuan ho sin cesar ,..}-•<;
exaa «yflnsM. y en particular disfruta menos de lo que se ere ^^las
cierta
même, en general tiene el sentimiento de poder — que su música e T k n ? ^ - 4 1 2
m ú s i c a
Todo es vano y transitorio, nada merece un esfuerzo duradero; disfruta, pues,
v es toda ella bues* música: a pesar de que en ambos casos la verdad T s
del momento, que la desgracia ya llegará — Salomón
C ntra
rio. Quien soto se ama a si mismo, es capaz de experimentar la dicha en^ ° "
m a l
\ hacer de ello una lev. una tiranía: le mauvais goût mène au crime Tel m.i
1
duce al c
, t a i gusto cor. c l m
4 [2291
Quitarse un infortunio de la cabeza por medio del trabajo intenso, del placer
intenso. Un epicúreo.
41222]
Si llegarnos a ser alguna vez conscientes de la quijotería de nuestro sentimien- 4[2301
to de poder y despertarnos — bajaremos entonces la cabeza como Don Quijote,¬ no querer ver algo malo, no reconocer su existencia, negarlo, darle otro sentido,
;terrible final' La humanidad se ve siempre amenazada por ese vergonzoso negarse empeñar su valía intelectual en negarlo — una manera de consolarse.
a si mismo al finaj de su empeño.
7
4
4 [2311
Pablo había sido un fanático y un guardián de la ley y habia pretendido cumplir-
la: ¡pero le fue imposible! ¡La o ó p ^ ! ¡Y luego la propia ley, que inducía a la trans-
4 ¡223}
se gresión! Le guardó un odio intenso: su triunfo fue verla destruida gracias a la
—
Pretendo poner freno a la arrogancia fanática del arte, no debe compor
muerte de Cr<isto>, el enemigo invencible de ese hombre despótico habia sido ven-
como si fuera un remedio, es un laboratorio para momentos, de escaso valor para a cido.
vida, muy peligroso si pretende ser otra cosa.
4 (232]
•* I224| El vino afectaba a los griegos de manera distinta a como afecta a nuestros cere¬
Los le la antigüedad tenían la leche y la miel por ^ f ^ ^ ^ i b r o s al
coholizados. «El vino sin mezclar vuelve loco», decían ellos.
bebedores
lores ue vino, u i ueuiu» de los
^ soma< Jcl
as pe pasan
^ m, literal de ta Biblia.
U o
" "cena al hilo de la lectura de Lüdcmann.
hecha aj hilo de la lectura de Lüdcmann
FRAGMI NTOS P O S T U M ( ) S
ti4
, lfi j„ ri<>* también son erróneos. Lo e m W
vt 4. N V 3. VI-RANO OI ISSI
^ 585
* Vil s
.j| * hombres de Estado tienen la imaginación A„
J
Lo< genios que extirpan a sus seguidores una parte de a,
4
" > * enciente»: se perche en" ¡ 7 u e 7 b i * ~
U C e n e l
ran gallinas, de manera que. medio borrachos y tambalea,»^ d o > C S r S » se anhela. Un pueblo quiere el poder enTa ^
ron e l
^ ¿ f l e i o de la adoración. W«ea ,
^ q u i e r e en la astucia y en ,a superior^ ^ l o n S ? »
d C
io retlejo
'ios cristianos se olvidaron de ' ^ r , ¡con lo que l A n t i i 12451 príncipes y conquistadores hablan el lenguaje natéti™ A . •
4 |2.15| a
feUe
g U e d n H
L° t l t e Sg r
n d e s
que
¿as palacras y
valoren masólas cosas que entusiasman y enardecen que las que alinean* »
4[2381
4
Dejo de lado el interés y la vanidad de los particulares y de los pueblos: mas la
Cuando dsminuye para nosotros el valor de la humanidad (p j e
esidad de sentir poder en uno mismo, y de hacer que de él broten sensaciones de
necnoche, de sacrificio, de esperanza, de confianza o fantasía ése es el móvil más
mos enfermos), disminuye también el respeto que tenemos a sus instirucio ° ^ d —
nes el
deoderoso de la gran política. Se actúa entonces contra el propio interés, en menosca-
que está enfermo es un canalla», ¡y el santo también! >"
bo de la vanidad (pues quizá tenga uno que hacer de esclavo, para que la nación logre
e! sentimiento de poder, o arriesgar la vida, la fortuna o el honor) (Virtud)
239
ti !
No digáis que el aburrimiento les fastidia: nada les apetece, porque su voluntad 41248]
de poder no sabe cómo satisfacerse — en comparación con eso, todo lo demás no es Ni siquiera la calma y el placer deben ofrecerse a un pueblo sin la corona de lau-
nada. rel encima: como si la calma y el placer estuvieran permitidas en el sentimiento de
poder, mas lo demás no: incluso como si fuera una obligación el mostrarse así, ya
4 |2443,
que de esa manera se muestra uno poderoso.
Con ocasión de un crimen: la humillación terrible en el sentimiento de poderal
pasar de ser una familia que tiene buena fama a ser una familia desprestigiada. Nunca 4 [249]
más atormenta el pensar en el enemigo. ¡No m á s remordimientos de conciencia. La falsificación del sentimiento de poder y el pago con moneda falsa es el
mayor sufrimiento de la humanidad. Si los pueblos se ven tan engañados es porque
4f241I buscan quien les engañe: un vino excitante para los sentidos, no una buena alimen-
Una
Esencia del arte función perniciosa, sin que produzca daños tación. Los gobiernos son el medio de procurar al pueblo ese sentimiento: los hom-
paradoja de lo más g wes« sacados del pueblo aportan mucho menos que losflamantesconquistadores.
l o s
'"trépidos conspiradores, las antiguas casas legítimas: han de tener algo con lo
4 ¡242] uno pueda entusiasmarse.
La marcha «Racoczi», la más hermosa del mundo. 41250]
s o n l a s
4 I243J enera- tos guerras lo que más excita la fantasía, una vez que Josiweba-
jas % 108
y los horrores del cristianismo han perdido su esplendor. La revolución social
Si ahora ya se acepta la verdad acerca del pasado reciente es p°rq ' ^ «i J
0 d e
te de CrMS*» y b unión que con él se logra por medio del bautisnTn i* 'a
* ••estro > T
™ :1
*'* r
— -* ian,w. ttá?r~1PV Oue ¡3
ue uno pueda ser
— cristiano
—7 sin
— hacerse antes-Jjudío - iuc
^'^ — fue un invento suvo
si 1
M a s
c0npor
la ley-^ a equivocación:
cierto que eso es una equivocación:pipues
s 0 " los cristianos se hicieron judíos.
e s u n
Las naturalezas del estilo de la de Pablo se explican todas sus experiencias 4(2601. f ^ f antV*aaV / * - > ; 1
según la lógica de su pasión. La aparición de Damasc<o> venía precedida del cálcu- Nuestra vida debiera ser un ir ascendiendo de meseta en meseta, y no un volar
lo: «csurjortgamos que los cristianos tienen razón» — y había previsto las ventajas que y caer — lo último, sin embargo, es el ideal del hombre de la fantasía: momentos de
eso comportaría para su tormento personal — era, sobre todo, un nuevo intento, y le elevación y épocas de depresión. Esta mala costumbre degrada la mayor parte de la
resultaba excesiva ya la repugnancia que le producía su vida pasada. Así que vio a propia vida, y nos habitúa, además, a minusvalorar, por no verlos en éxtasis, a los
«Cristo»— ;Cómo lo supo!, ¡por qué lo creyó cuando la aparición se lo dijo! «ftr demás hombres: lo que es poco sano, pues esos excesos morales y estéticos se pagan.
qué me persigues» — no es razonable, se dijo sagaz el judío.
Cuando el malestar está hondamente enraizado y el desaliento es mtimo hace falta
una dosis cada vez mayor de entusiasmo, y a la larga acaba siendo inditerente el
valor, sólo satisface la más intensa de las excitaciones. Decadencia. Puede obser- —
4 ( 2 5 5 , 5 2
la ley» varse este proceso en la historia de cualquiera de las artes: la época clasica es la
Pablo, apóstol de ios gentiles: para eso era necesario «estar liberado de a c
época en que flujo y reflujo mantienen una diferencia muy sutil y la norma es un
— las más soberbia de las tareas ¡ah, el Santo Pablo! Resulta transpar
» s e n t i m i e n t o de fuerza: falta siempre lo que provoca las conmociones mas pro-
n d a s :
producirlas es cosa del periodo de decadencia.
4|256] de su
Obedecer, hacer más de lo que se debe, rehusar el elogio, ^ / J ^ s e ^
4
1261]
integridad: alemán. Ahora tenemos enrabietada la vanidad, y lamenta^. Se confiaba en Napoleón, porque hacía falta un salvador y un pacificador; Pablo
ue
P°K» necesitaba un objeto que le permitiera concentrarse >hall*
A c c i ó n . Lotero combatió al clero, porque había fracasado en su seno tntento
4. N V 3 VhKANQDF. IHKO
>r M. expon*** «U ,v, t SM
n-van una vida cspiruual rcuuUr M n**i¡.
t e n a s 4
ot de ames, en los temas d* ^ u S T ' ° l -
diente en su a f K ^ o ^ » n u W > Aullando, con U _
- y en eso entran los hombrea, como la lu¿ cegadora del S ü i hür
-da . . df
1 r
se el rosera ¡av. los rwsnfcresi. ¡ay, los hombres! *> 'tand 0 y
tai canal que uno desearu Jetarse caer, llegan las voces de | A ¡ ¡ . « 0 S
P , E S
QOí %
de unaaeaai densa, suenan sus argumentos como el agua que e n **ii
Do sordo. e s * 4 M y . s i n embargo, se siente la noche. "* ° n UQ ^ ec
resumí ser matad» y funesto — y ya no poder volver atrás, ni a derech * ^ l a La lengua se ha hecho imprecisa por la enorme falta de claridad que ha des-as-
la delimitación de los conceptos y por no haberse atendido la necesidad de que
da — jornala amargura' ¡Verse atrapado en la trampa de su incauta ^
definan con precisión. Así pues, la tarea es clara.
ceaaa es debido y cosechar como recompensa segura el desprecio de a ^ T
SSl?
¡Ser
Hay ideas ojee tienen la función del vino: entusiasman, encantan, animan pero enferma. La verdad es: con vuestro exceso de trabajo, con la coacción social vrvis
consonadas en exceso producen embriaguez y consumidas habitualmente necesidad como esclavos, necesitáis la espiritualidad para embriagaros: y os sienta mal.
m coya aañaaaoaani la vida resulta vacía e insoportable.
4 1275]
Los hombres de cualquier época que tengan exigencias artísticas, pero sobre
Loa prejuicios morales siguen siendo imprescindibles: es de lamentar que no se todo un modo de ser grave, profundo, se avienen con el artista que es profundo y
pueda aún ¡«escindir de ellos, pues el fortalecimiento que ellos procuran mantiene serio, y lo ratifican endosándole sus virtudes: él corresponde a gusto. Mas con eso
en lo mas segare las debilidades y la falta de fuerza contra las cuales se toman a no se demuestra nada a favor del artista.
do de medicina.
4 [276]
< >
'spant *>sos
•U267)
D, ¿aso
s e
1 honor de una querida m a n t e n i é n d o s e casi ajeno a lo que ^ ^
lia upo, y de pronto escuchar algo que la ofende sin que pueda un 1277|
justicia, para no dañar su reputación ¡terrible! La reflexión y la inventiva en lorelativoa los estimulas deméntales (en música y
etc.) forman parte del carácter filosófico de nuestro tiempo: de igual manera que
4 |268j
alrededor délos
a
* * * * * de los pintores a la naturale/a. Se va tan lejos como se puede y se es radical.
Quien ha conocido las zarpa* de esas bellas galai 4
artistas no puede seguir pensando que el genio U78]
^ la forma: ¡como s, esa música tuviera el más n ^ * * * ^
•Sí?
f p r c c i a n
S C
* * * * * * * « el fondo, recortándose sobre el. de la exigencia con
qué depende el que la gente ordinaria, en particular en ^ ( )
l $ ' y los * * * * * la forma!
noe
L « (altan esas satisfacciones falsas de la fantasía, los
IKA( ¡MI NIOS POSTUMI
4. N V 1. VI-.RANfj | ) | t
4 1279) „ _
Todo loque un art.sta
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iu.es u , n pumo a o i „
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, , fundan el matrimonio para tener d sentimi™, ,
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mente > carácter s, son n e c e a d o s de la vida, Hemos a i I2 ,P he escrito en todo momento lo he escrito con todo mi cuerno v , ^
851
e
prov£
uentes de otro, provecho e inconvenientes a los 0 ^ ° ^ ° ° ' cho C
4(2871
; algo que en el reino animal se practica en el ámbito T7* le acciÓ11
platón no preceden las primeras impre
secreiamente
Imaginarse el efecto sobre otro y hacer algo por el otro tección
siones de
t ^ ^ v . j ^
conocimiento!
^ — -
Lo que
1
r-nm
menos ha llevado a eso es lacompasión '' s I a
a
va, más bien el miedo y la fantasía acerca del miedo: y el resultado ha á Cuando los antiguos hablan de necesidad, ávayicn, se refieren al remo en que
do por el hambre (en cuanto punto de arranque de la agresión a otro sen AS? cosas ocurren caprichosamente (fortuitamente,, en donde a cada causa no tiene
comí e uno a partir de sus gestos, si pretende huir o atacar, etc - , S
seguirle su efecto. Sólo el ámbito de lo teleológico, en el cual la divinidad
f u é
UUv ia aprendido sin la máxima tensión del intelecto producida por la n hace patentes sus huellas, supone una excepción: el espíritu pone orden y regulari-
sidad. La compasión viene luego, una vez que se ha aprendido todo, y nopmroet dad en él. Los modernos, al revés, pues ven en el espíritu el principio de la liber-
tomón en el intelecto; es bastante poco productiva para el conocimiento del hombre tad, en la naturaleza la necesidad obligatoria.
412*1] 4[2891
El amor fantasea sobre el otro: su impulso secreto es descubrir en el otro tama Se creía que generalizando las propiedades de una cosa se llegaba a su causa: y
belleza como sea posible, o imaginárselo tan hermoso como sea posible. Así pues, la que la generalización más general tenía que ser la causa de todas las cosas. Así, tenia
ilusión es en este caso antes bien una ventaja. El miedo desea descubrir qué es el otro, que existir la perfección en sí en cuanto esencia a partir de la cual se pudieran expli-
qué puede y quiere: la ilusión sería el peor de los inconvenientes. En consecuencia, car las virtudes y los hombres virtuosos.
el conocimiento verdadero del hombre lo ha favorecido mucho más el maquee!
4 [290]
amor (la compasión).
Sé tan poco de los resultados de la ciencia. Y, no obstante, ya ese poco me pare-
ce inagotablemente rico para iluminar las tinieblas y eliminar los modos de pensar y
4 , 2 8 2 1
conl* 0
de actuar de antes.
Conozco ese pecho que se hincha, esa sonrisa condescendiente P ^ ^
cosas terrenales, ese torrente cálido, el paso majestuoso, esa mirada apasi 41291|
deñosa y expectante — m En la juventud, con su sentido de entrega y terquedad, se adhiere uno precisa-
a aquellos maestros y hombres que son extraños a lo que
4 2
I *^I misi '
u n o m i :
110
^edades y £ í n t i m o s carencia. De « e m ^ P f
s o b r c s a l c n U o e n q u e
Si uno considera cuánto dolor hay que aceptar, c u á n t o que ' '^ | i n í l g
u t a que' taiti' la elección triunfamos sobre la casualidad de haber nacido
cuan equivocado sería optar por la satisfacción inmediata; entonces p } ^-.sámente en esto v en aquello. Más tarde nos atenemos a lo
U ión p ucs10ú n i c o cmon st uercmoses jar
m resoectn a n*r»« » u J - U A ~
nien respecto a otras personas hemos de hacer daño y n xi no podemos
« decir, que no rige la compasión, sino que por
^ « ¿ a s
Sí b ^»
Que regimos nuestra comprensión del provecho.
I KAlìMI N i o s m s u M
4. N V 3 . V h R A N ( ) | ) i , , K H ( )
4 , 2
? L , i o mas emprendemos s.- han o n K m a t i o •
Mi
e i imm
' • ^ - u n ,
»s j tnoes de M«e emme* nonos hecho
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l!i
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, , Deahl esecri
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Sita; °«
que de el / ''^n,,, li \
^ M mal con poder vale mas que hace
cS er
«H^ .Í'ísentimiento
i 12931 . ^ valora^
H que la doctrina de la «voluntad* de Schopenhauer n
C , l
rac.luiadaedebe al hecho de que a lo esencial de ella est y a ^u S c su juventud y se s.enten durante lar™ ti
4 l l e m
£ me** de la aoca* judia de « c o r d ó n » , familiar p ¿ % n alejando de los obietm P°
entusiasmo:
La .ansaaon de que aleo nos resulte fácil y ICS r/eaHos. La sacralizacion aumenta según m
re
°'° m i J ta ^ í5** nos Tmó^y
s vamos
vamossintiendo
sintiendo apartados
i de los obj<
alejando la epoca
w «Lo que una vez
: n t U $
fusionó tiene /ene que haber sido la verdad.» «Ahora
4 |2^4| , nos ^«/'' X r i o "i —^ "mí»c
e n tentonces conocíamos rp e ^ e u u ^ u ^ l &
o n c e s lo conocemos T
Cuando uno ha hecho uno de esos grandes v / q / iniciar w
no*— «nona sea verdad y de que todo lo que sea verdad üene *
C O í a l
aetoaeapinrus y logra describirlo, suele la humanidad i m ' * i'' no
4
Tbdoa los griegos (v. el Gorgias de Platón) pensaban que poseer el poder del
Las exactas, ai se comparan con los que resuelven problemas rano era la más envidiable de las dichas: aun dando por supuesta su infamia. Todos
mundano'
. _ .. .instruyen sistemas, representan una moralidad superior: la mod ' " esforzaban en evitar la aparición del más dichoso de los hombres y. cuando exis-
aaaaaa» ahrtaarncia. carácter apacible, paciencia, valentía, sencillez. discS" tía en ponerle trabas o eliminarlo. La dicha suprema en la quetodoscreían la ponían
tic de pleno en el sentimiento de poder: dicho estado, sin embargo, era pata ellos lo ab-
solutamente inmoral (contrario a las costumbres morales, es decir, indhidual, egoís-
4|2%| ta). Se aborrecía y temía a quien era dichoso: en su desbordante alegría a nadie pro-
El arle tiene también la satisfacción de la fantasía: y dicha satisfacción es más tegía. La omnipotencia sería a sus ojos perfecta desconsideración y acción diabólica,
mócente e inocua que en cualquier otro caso, pues que la belleza comporta el crite- no ciertamente ganas de dañar, mas sí sacrificio de todos en favor del placer del ma-
no de U medida: luego, porque las musas dicen; «nosotras mentimos». no. Exactamente así obra también ahora el tirano del espíritu, él es el más dichoso
de los hombres y el que menos escrúpulos tiene.
4|W1 Ser justo es ser en todo momento una victima, lo que sólo se aguanta con vis-
¿Qué es io que nos conmina tas a la fama que se obtiene en sociedad (es decir, a un sentimiento de poder): sin ese
acabar logro, ser justo sería el más horrible de los destinos. Asi es tal como lo pensaban los
único naga ana imagmamos la persona entera y absolutamente nadie deja sin
«i imagen de cualquier otro? Ei miedo y el hábito del miedo: «muestra griegos. Mas obtener la recompensa de la justicia, la fama de justo, sin ser justo (sin
esos esfuerzos y ese espíritu de sacrificio), se consideraba la más grande de las
6que pasaría si fuera siempre aaf? Supongámoslo, por precaución, ¡especialmen
tobas. La salida práctica (puesto que la de convertirse en nrano solía ser impracti-
se trata de un ratón rvlu/rrw^'• ca
ole) era: aparentar justicia: asi como Napoleón, mostrando de palabra y obra su
aplauso e incluso recompensando las pulsiones más nobles, obtuvo para si su res-
4|298| 0r L
hre sí tedas & f7 a igualdad de los ciudadanos es el modo de CN itar la tiranía, el que se vigi-
A los animales m è
wrr un colorido espantoso atraen son ^ £ f 3 * » ^os a otros. S. poseyéramos el anillo de Giges. entonces todos sena¬
ti
oostante, en paz: todos ello* tienen un arm S a HT° - - S
" P * " o < esos iguales han tenido sus fantasías acerca de la
P o r
/ , la d
r
g 0 b
^ e i o n . todos los temores, etc. el Hiero dc Jenofonte es la paradoja socrati
oa una acción con sentimiento / " " ' |i/an *-*
rca
ho de dicha en ci Urano I1
I| 4. N V J. VERANO Uh IKHO
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' W ^ m ^ ì m . e n u , desean
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P'^HHco» y demás
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, _ e * i e « W S que el quisiera llevarlos por el J í ? c > %
¡ ! t t C a orinar»' , es decir, pnmero hay una presión y una necesidad. s«n,n
4
arob*"* c d c
fica. L a uñera
1 1 ^ * satistacer el sentimiento de poder , ' ^ c - ó * , ^ de liberarse de ellas, tercero, un hábito de recurrir a el. l u e ^ i ^
doa ve. d desea enaeiar otra. Ahora se podría reneiir ^h^lK a ^ , ha puesto en nuestras manos. En s» aquella necesidad y presS, no
0 1
LjeauV» para mi > reda ieeo que aspira a fines que no son ni para admirar ni para querer. Si en la
c
ParliCl
malo y * ^ „ 0 , . parecía que el mundo y el hombre habían sido hechos por la mente
con de codea» y * todo corazón en las cosas humanas, pues se tob»íl J* »*™2Sao gracias a su más clara y justa inteligencia — sin que se pudiera enten¬
| IJ
W deseos del reformador y del predicador moral — espero ?*H q u e del . i guno de los dos había salido un poco más racional y más justo —. en
n n
est0SptI
aaenaos ^- derp0rq
h » u e r el origen de las cosas parece estar en el bajo vientre del umveonjc
Schopenhauer
•titos se inventan un intelecto para con su ayuda hacer mejores rudos. Lo
1 — . a - . • i \rtr» 1 A i i l t i m r t
cuyos ^ " * jo -o: mas lo último no está
a l s 0 c o m o
artn
OQclaro,
l^a-A
puesto quetontade vot
at .
Mal acerca del filósofo platonizo, que, al igual que los dioses, se halla por "¡d sin poner de antemano un intelecto que se pueda representar lo que quiere: una
su
41311]
La jeraapa» de losespíntus pensantes está aún por hacer. Hasta ahora a los filo- l'ita contemplativa.
sena ae loa lía arando en demasía como si fuesen artistas, se han considerado sus Indicaciones v señales
ames para la descripción, su fantasía, su capacidad para el colorido como argumen¬
tos de su zeniabdad pero se ha dejado de lado la dimensión de justicia, de conten- 413121
ción de si mismo que poseían: se les ha juzgado realmente fuera de la moral. Eran De la vida de los pensadores
Cuestiones morales.
influencia » que decidía, y aJ que influía en los hombres más sensibles, aquellos
cuyo agradecimiento brotaba acompasadamente de sus labios, se le tenia pordma
4|3131
grande: esto es, ,por encanddador de la juventud*.
"Vademécum lauVftvum
Ideas acerca de la moralidad individual.
4 m Í
^ K., »niHad oudiera llegar a ser ^ 4 1314|
miserables que creen m
" Véase John Sruan Mill, op at. XII (trad por Sigmund Freud) *m :um Urinimi»', literalmente, «voluntad de orinar». (K del T.)
* « * el prologo de (Joethe a U 2 ' ed ( 1775 » del Werther.
F R A t i M I NTOS P Ó S T U M o s
4
^ U s ladrones y los grandes púgiles son a los s o l d , a d o
17 -"j »1
En los científicas viven las virtudes de l ,
0 s S o l H
V
la falta de responsabilidad ultima. Son estrictos consigo mi
v , u , u u s c al,
— la falta de n - N r x ' ' ^ » " » ' - ~ .
.i.v.rwfcw ; °nsigo mi *aW
ñor hacer e hicn. Son m¿» ..... *!. ^ H m . iírí In
y
ltr
n 0 esperan .ser e l o g í a t e por hacer el bien. Son más v a r o n T í > ilc 5. MP X V 1 A . V E R A N O D E 1880*
cien
ción por
ñor el peligro, tienen
n " ™ que " resultar
— " v " ' '«» « a la
«a hora
Hora de p o n^í , >° >p O o
n
e I re
rente
ote a la larca
larga ha dado lugar a algo peor que lo que con él se o„ • *edi * S e n
e r r a r , i U a p
Serán capaces mis lectores de tolerar un único pensamiem * "
l aferrar sensaciones arrebatadoras terribles y profundas, apurarlas hasta las
1
tos vinas cientos de giros y luces'. Mas es algo que la salud generan 5 | 2 l
£
t4U,er
ella ha hecho uno cosas mas duras que leer un libro que no es de 1 ' e,v 0
que heces -¬
e n t
*ti e n
4 |319J F l teatro alemán no entra en consideración, basta con que satisfaga a los alerna-
5 í3l
sentimientos exaltados, adolescentes, de lo que llaman felicid H ntra cosa es Viena, donde nunca se ha renunciado a aprender de los italianos y
SlleS(s
libertinos convenidos y salvados, confianza hasta poner la mano ] e n fi
"Afranceses: lo mismo que han hecho los músicos austríacos.
propio amante,, algo temible, inquietante,
—1 J un hombre de
-w crímenes desean
wuxuaics uesconociri ? e
L ^ h n r c i n r u i n a n n e e s al mismo tiemno riins v n n ' n ^ m o ~ ¡ " - mas C l o s
5 [6]
La petulancia, el sentimiento de poder es con frecuencia totalmente inocen . Cuando uno sigue una senda propia y nueva, es muy difícil conservar integra
U na
, C i e n c i a elevada de sí mismo. No hay modo de saber cuánto vale uno eso es
se compona como un niño, sin distinguir el bien y el mal. 8 0 q u e he
mos de fiarlo a los demás; y cuando los demás no son capaces de juz-
08
í ? adecuadamente, justamente por seeuir nosotros caminos desconocidos nos
r a n
4 , 3 2 3 1
« do por sí
^ entonces dudas: nos es menester el grito alegre que nos anime. Sin el, ios
Antaño consideraba uno un milagro lo lejos que había llega P / o ( ? I ( í le*«
s 0
hoy, en cambio, más de uno subestima su p a r t i c i p a c i ó n y se fija
afectado. anoS , d e u n aca
T * t a que contiene hojas sueltas de diferentes tamaños y orígenes diversos
,ac,
°ncs destinadas a í u m m
[597]
IR\(.MIMOS lesili*,,
is
s
solitario*
9
ve \ucl\cn mêlant o/no.v, \ NU capacidad v
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y* cou f il SM
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c s p i n i u s i lustrados,
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5 7
' 'su •» ee*o»oo a votata* mentiroso* furtivos 0 s v
S é'}^JZe de ese modo pervierten, mam - i n j i j i j en trmr
camme* d e c i d * * * * J H M c l que Hew al.uuvbato. a | e s ^ ^ , . el vY
i a menu-
«¿2?*• -fício difícil para vosotros, sacrifi
a ñ
,l\á^
to como de querer a U^H t < u n f nteligencia por amor]! ¡Ay!, y "er amoretti
5 w<r
. o y difícil, el más a agner>
y h
+ - e n el fondo de v u e £ ° « a a 7 ^ «
razón
o s sent
«ando se bos-
*ci ; N:
enc ft
5|*| teza
ucea en la decisión es- « vuestra
' « v s i i d vida
vida .T r. 16
ros en _ - - * ° n o Goethe! Mas vuestra fe ¡ e "° P°déi 5l ' mbatas las tonterías, sino las ilusiones: aparta de las cabezas las cosas
me q t n c Sconr
NO
na°s Don Quijote Cervantes
u l . tan fanática para que logre acallar el canto de ^ la. U S e r
de vu ma| nanas. w a
m valor "
a_ vosotros
.
mismos con la energía
. .
de v
'~'5»a ue vuest
acl Ue
a imagl
y gritan* ¡la pena y las lágnmas. las trajo la música sin razón] ¡Vivir e o d S demás, para saber que es lo que les puede ofrecer y que es lo que puede
miento s; ppacmdir de los motivos del oído! Luego, de vuelta en el mundo*! l j - Dmmirar aue no se cuelen de rondón cosas imaráianas que adul
os
más libre, habiendo cumplido ya su padecimiento. valor de todas las verdaderas. Tal es el interés general.
s¡f\
5P8] A .
Despertar sentimientos — eso también lo logra la mala música. Pero que pro-
Las impresiones relativas a cosas irreales son ilícitas, no tienen óerecho a exis-
duzca en ti el sentimiento de encontrarla con facilidad vulgar o extravagante omen¬
tir porque sólo las cosas reales tienen derecho a causar impresión y. al mezclarlas
tirosa o laaiiiónu i — eso es lo que constituye su valor.
con las inventadas, se les restringe el derecho.
51191
Somos tan agradecidos ante lo bueno y tan poco exigentes que a un músico que Lo peligroso del arte consiste en que nos acostumbra a las cosas imaginadas, y
no ha hecho más que mala música salvo un ciento de hermosos compases de prime hasta les confiere un valor superior: anteponiendo esas medias verdades, las ocurren-
cias brillantes, en fin, aceptando el esplendor y el efecto de las cosas como prueba
ra categoría, lo contarnos entre los grandes músicos.
de su bondad, y hasta de su realidad. Se cae muy a menudo en el error lógico de pen-
^que «la realidad es inherente a la perfección». «Lo que mucho admiramos tiene
5|"l no por* 0
ser verdadero»
Detenerse ante el destino en nosotros, como Schopenhaucr, per ^ y
d c n , o f l
****** aprecio o de recha/o relativas , ac< iones y o P ' f • " Ú
modo ha de tener el sentimiento de p<oder> (como aquellos, el dinero)
encontrarnos en los padres y maestros, dc Quienes Jas ,mitu*"»-
(R U . M I N l n s lH»S|t, Mo
5. MP X V I A V I K A N Í J D K Ho«)
1 601
- / , ior del arte cs que en él p ó d e m e hacer q , . ,
va U e Xl
tono .crdademsea verdadero, naia r e c u d a . , 1 o l l o u . ,„„ . - impresiones inadecuadas, la anarquía rx, mnm r
„fundadocuino fundado, etc ) «ade* ß |3 0l c f l 0 , de ciertos grupos. »" n t o s son W de mome
5 |23J
iara K- óselu/ •> su juventud le ha tallado el ,
I t V u n .111 nresiones adecuadas pueden ser de lo más diferentes: lo que tien
1
M Í O sin descamo de lo> cursos aculares semestre i r ! "
el traba 51 31 reS
imP ' ] y e n tactores imaginarios, es decir, lo que ^ e n
,. <• 'ras Ö a S
^ - « * dfe
5 e
aSSfcÄS
s c c o m , e r t c c n il
en ello el i ' L oase de* su* .Ià " sti? i»,
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u,
SSrïfïS
b a s e
" s J S b n
1
tos
5|24|
El cnsnamsmo dio a todos y cada uno el derecho a darse a ' 5 l i r» librarse de los pecados, antes se recomendaba creer en Jesuensto. Ahora.
3 3
e m D a
sin T ' ¿r soportable una ilusión sustituyéndola por otra,
pretendía hacer y
5125|
_\ ion es plantar la impresión adecuada, es decir I
de a la * y a ios juicios correctos. No reproducir I» ^ C O r r e s 5
\ ' lo que no es tan fácil no creer — pues nosotros mismos hemos creído en ello
lo. ¡No hay que dejarse engañar por palabras "atura! es:
lamas w
C O m o
momento y todo el mundo cree o al menos parece creer. No sólo hemos de
n decir más que «popular», «antiquísimo», «general'» «natural«,
e S
«real»! ° biar lo que sabemos sino que hemos de transformar nuestra manera de valorar —
erdad . ^ _ no tiene,, c a vto'requiem ejercicio.
5 pueden «lien-
•Vr sobre la base de unas, impresiones
, , adecuadas.
. ^ Para
„ eso hacen falta
-alta val"
valor™mes
1
5
5(271 1361 .
La doctnna de Schopenhauer tiene como núcleo íntimo la tesis í j j ^ Wagner aspira a que se le llame el artista alemán, pero. ¡ay!. m la gran opera m
do»
por nuestros deseos: no por nuestros intereses de utilidad
s
» carácter son específicamente alemanes: es por eso por lo que hasta ahora no gusta
nenos por la virtud v la sabiduría. El mundo son los deseos. J Pwblo, sino a una clase distinguida y educada - ese circulo al que el siglo pasa-
0 e
agradaba, por ejemplo. Rousseau.
5 W\ M37]
El martirio es prueba de veracidad y de orgullo.
* cristianismo ha alcanzado en Francia el tipo más perfecto:
5 el SÍ «íIT° d € S a l c s ;
» « * n I ™ enema de Pablo. Fenelon. cnsttano perfecto sobre
1**1 ,der y - ant.gua. Pascal -
El sentimiento de dicha tiene dos formas: el sentimiento de
miento de resignación: este ultimo existe en forma de cansancio y
KRAlìMFNITìS I t V i l t l
5 I '"I 5. M P X V I A VKRANOOMHSO
que hacer
S i , b¿\
J c l a
«"i-"l»i-cion de | inM„„ o s WJ3
m «ufra. es decir, que deje de haber elección v todo tí I*«*cti
Z «.U h l Jc muchos tipos de hombre es , . " » se? H
1
ul
i>f- un lento entenderá
¡*n ismos es i g u * n « » » « W - ¿Se basa, pue» especio a
^ en todo su desarro lo > lo aliena.
4 r J ¡ , | H » , > n ^ A w
>•*í !* 1
altanena infundada?
n u n a ^ ciónen un
s,qu,era encontrara utihdad ten el sentido m i s elevado) en L * " * » PtSuVfr 11
pi"*' 0
mente dicha otrrnda. las putas son honradas y hacen lo que £ «*£ yn
al hombre mediante el «lazo del matrimonio» — ¡que ahorca! ° 5,45
E 1 lenguaje lleva consigo grandes prejuicios y los conserva, p. ej., eso de que lo
nombra con una sola palabra ha de ser también un único proceso: querer de-
s e
5 |3*| Tar pulsión — ¡cosas complicadas! En los tres casos el dolor {como consecuencia
L una presión, de un estado de necesidad) se convierte en el proceso en un «¿hacia
Los pmiores italianos han retraducido de manera tan hermosa la «hi st
dónde?»: y no tiene nada que ver con eso, es un error habitual de asociación. «Tengo
üfcscubnenuY» todas Lis escenas conmovedoras de la familia, todos aquellos m* 0
tal necesidad de ti». ¡No! Tengo cierta necesidad, y creo que tú puedes calmarla (se
que un rxxnóre irnrxrante hace inolvidable un momento para muchos conS* cuela una creencia), «te quiero», ¡no!, hay en mí un estado de enamoramieiito, y creo
imágenes puede uno verter lágrimas. Sólo cuando comienza la miseria sagrada, det ^ que tú lo aliviarás. ¡Ese acusativo de objeto! En todas esas expresiones de senhnúen-
de sentir con ellas — d conocer las consecuencias actúa de contrapeso. los, p- ej-, querer, odiar, etc., se esconde una creencia. Un dolor y la creencia rehu-
ya a cómo se aliviará — ésa es la cuestión. Lo mismo cuando se habla de fines. —
5|4«|
Un amor apasionado no es sino la creencia contumaz y fanática en que sólo esa per-
1
sona puede aliviar mi necesidad, es la fe la que hace feliz o infeliz, siendo en oca-
[* - -] mas valioso, añorar a los raros seres humanos redondos que son DO
siones incluso lo suficientemente fuerte contra toda desilusión, es decir, la verdad
monstruos jorobados y arrogantes.
5 |41] 51461
. ,
¡ No imponer sus opiniones sin pe ir Hay que estudiar, pues, los estados de necesidad de la humamdad. pero tenien-
tras ellas, no ha habido aún genio algún do también en cuenta cómo se cree poder resolverlos: —
Cuando lo que se cree son medios de aliviar [dichas necesichdes] cambian.
S\42\ cambian también las necesidades, la «voluntad», las «apetencias» de la humamdad.
Hemos de cambiar de ideas acerca ». mis Así pues, cambio en la valoración es cambio en la voluntad. — Si resultara que la
nos seres fecundos no se comportan de humanidad sufre en su mayoría por la imposibilidad de realizar lo que su voluntad
bien, — va contra toda fecundidad el ec quiere, habrá que investigar si el dolor esencial, aliviado con otros inedios, evita que
opiniones y el estar ¿1 mil * ^gue a esa voluntad irrealizable: que, por lo tanto, los ideales oe bhumaia*A
:i mismo ueno oe exigencia» - ¿ sigo»?*" n
realizables y que tenga que surgir y difundirse una valoración diferente acerca
cien tes y hacen que desapí
«aparezca lo que la gravidez tiene de consagré • ^,, te todo lo irrealizable.
do aouel c o m n_« _ ~fel músteo tiene como vicio: q"i"e-decir-ma^
T
m
» 5
[47J
regbs. subraya lo que hace mejor que otros, todas las m e z q u . n d ^ ¿ „ ¿ [
sjQn guando uno se ve siempre sorprendido por las propias - « J ^ ^ ^
Productivas, aun cuando sólo sea el desvario del genio lo que se desa Sl0n
* l o con locura), es. pues, incapaz de prever nada acerca de si, duda, de su
m u or ncAmhr<K > KA s
no jViOiiKC'
$
^ se traduce por «fe» es Glaube. «creencia» vero» Glauben, el misino verbo sus-
|43| más
t * *] podeJrrometer: y „ el comienzo del J ° ^V ****** '
c s
fcnóm
u g
k»Ojue
ao' ta U
Vd e •I
Mito " t * nal * ( no
deantt
/o» ni»»
hacer e
un prcji v en nosotros v vo *é- " *erha
1 O* Cí
6. N V 4. O T O Ñ O D E 1880*
y «don
con rrcv n
MU
lo que Miccde mas a menudo es que uno se eneañ> a d
6 3l
6
¿Qué pulsiones constituyen al individuo? Dado cierto grado de estupidez pere-
cen los i<ndividuos> unos por otros. Lo mismo si desaparecen las pulsiones ñmda-
mentales y se sustituyen por altruismo. Ante ciertas propiedades de los aeinás i<ndi-
viduos> ha de sentir uno lo contrario o cierta extrañeza o no sentirlas en absoluto:
bien ciertos tonos armónicos, bien movimientos básicos en los cuales encuentran
nuestros movimientos medida. La «música de los individuos», el «contrapunto».
Puede ser atractivo: el ir en paralelo, el converger dos lineas en un ángulo, etc., el
arabesco de la línea que como en broma toca de vez en cuando a otra linea recta para
de inmediato despegarse de ella. Con W<agner> me he cruzado: corrimos con gran
vehemencia el uno hacia el otro, hubo un resplandor, y con la misma celeridad nos
615]
Uno alcanza el apogeo de su falta de honradez: y nos hacemos odiosos a noso-
tros mismos y, volviendo el espejo hacia uno. disfrutamos a la vista de lo malo y
odioso, pues de esa manera nos veneamos. o sentimos asco por el hartazgo y la
m
L
. os griegos sufrían ante todo a la vista de lo feo. tos judíos, ante-elpecado os
la vista de la propia torpeza, pobreza de espíritu y brutalidad - por
ya u
P nie para^ . S umm
1*051
o — y esc ideal los transformó v 6. N V 4. OTOÑO DE 1880
ion de los dioses y modelos a r l ¡ M .
1 il s (
, de los pintores alemanes cstus,»*,"* tal,
caul
miente rttf nre me ha fascinado el análisis, y cuando estaba s e n ,
6 1
V^nJ amor trozo a trozo» unamente enamorada
artii 1 R
erroné; i . eente d e
, ei. sexual, el hambre, la a m b i c i ó n de gloria. Q u i z á tod;
toda la ^ 2 5 ^ la
moral n o
•rpretai
el si
6(10|
¡Qué poder, q u é fascinación ejerce la ciencia en los espíritus apasionados! Sin * L o útil no puede ser un f i n último, un principio de la morahdad, tampoco lo
duda ven en ella una magia maravillosa y se convierten en soñadores e ilusos. agradable (¿qué especie de lo agradable ha de preferirse?), los fines últimos no pue-
;Qué buena almohada es la duda para una cabeza bien formada! den alcanzarse de golpe mediante conceptos: sólo llegamos a ver los fines tan pron-
to como tenemos pulsiones previas. Hasta dónde puedan llega nuestras 1
6 12
' <!hay que tener tiempo para hacerse amar: y aun cuando no tenía nada que hacer, 6(20]
tenía la vaga sensación de no tener nada que p e r d e r » N a p o l e ó n . las maneras desvergonzadas del charlatán, en lo que nuestra epoca supera a
'odas las demás. Jamás un artista ateniense —
M21]«
6|I3| fantasías «seg¡¡
Napoleón se ha inventado historias y luego ha sopesado s u * . , «En Francia, cuando se tiene interés por las personas, no se < * 4 ^ " £
e n
las cosas», Napoleón. El hábito de una vieja monarquía os ha acostumbrado per
norte de su razonamiento» «Por medio del pensamiento me p
ideal»
;RémusaU.l, .268. p
Kémusat, t. Q, . 47. p 2
'Vit I
têmuwt, 1.1, p. 267.
Kttti -v-' : i pp 267s.
Mfi Soda No **beiN
I P I
•i.,;1";1 v,
d C l , e m r V e r d a d C r n f U n d Í Í
6l j 9 l
l o . r ° s habéis visto otros tiempos, yo,
s y ü t O B ^
<<V
°!°> a ser algo» Napoleón -° « W a r en el
a
p u m o en
6
Principal Jilel 1Ï
3 0
esta fuera Je ellos, en el q u v — , v ^ i w quien oice actu " " * " ° de i l,c
6I tengo odio alguno, no estoy en s.uiación de hacer nada por veno^
N o
I l p 274.
tlp 392. ,,555«. 11, p.387.
11. p. 389.
II p m.
t l pp 3*4*
KRAÍiMHNTOs .I - <o sMi u, M
U
<
M o s
aran I
ncipe> > sacerdotes de nuestro tiempo ^ ¡ Q < Xq u e d° s d C
S e l descontento y el llanto, los describe, q u i z a ^ ^ p a r a
Uff a H
enyV
4 q u i e r
vivir engañándose a si mism mismos! c O O ^ S S o a ; mas qué horrible resulta cuando, sin e l e c c i ó n , " r a ?
P
^ de esos sonidos, sonidos molestos! - ¿Será por eso por lo que es ¿ río J T
ri£o1
l
un espíritu delicado y bien forrnado7 jorque
La misma uisegundad y el mismo escepticismo que el navee °ntTrntento en sí y no saben como se refracta n. cuál es su coloración al ^
, su viaje, si. partiendo a tiempo, saldrá bien, hemos de tener ^ ^ ° c n ffnensamiento? Necesitan amplificarlo todo, como quien dice, revenarte en aleo
a
r í fmano" como si aún no se hubieran inventado los pensamientos y las palabras Por
Wigacwoes. So estoy absolutamente obligado, tan fáciles n J S ? * ^
lado eso es un atractivo importante: es la protonaturaleza en la música- música
mos pruebas con nuestras virtudes y nuestras buenas acciones y ^ ^ ^ f un tiempo en que se venera la naturaleza salvaje en el paisaje y se ha descubierto
1
ciencia cierta si son necesarias con vistas a su objeto. Hemos de fortale° I ? * * 1 alta montaña. A una sociedad que no sabe hacerse cargo de los placeres espintua-
dudar de todas las presenpeiones morales. A d e m á s , son tan poco precisas ^ , que anda incluso escasa de ideas para la pintura y que hasta ha despermriado ya
—• «*¡
a c c i ó n resi que corresponda a cada una de dichas prescripciones- U ^ u energía intelectual cuando se dispone a divertirse, le queda el recurso a los senti¬
alidai S
es mucho mas compi ientos y a los sentidos: y en este ámbito son los músicos los que ofrecen la anee
Üión más decente. El placer del teatro es ya más vulgar, con su retrato de sucesos
humanos y el atractivo zafio de la imitación directa en las escenas emocionantes. Un
6 m* naso más, y tenemos, para relajarnos, la excitación alcohólica de las pulsiones, etc. —
Napoléon estaba sereno q u e el nuevo
El poeta se sitúa por encima del músico, apunta más alto, en concreto, al hombre com-
cerernoniai introdujo entre lo* pleto: y el pensador, aún m á s arriba: quiere toda la fuerza nueva reunida y no anima
a disfrutar sino a luchar y a renunciar radicalmente a todas las pulsiones personales.
6
. . .
«Ser ajeno a cualquier intriga: casi un error en la corte. Lo que los principes 6(40]» s - 5
-y-* . • .. :
menos perdonan: que quien está a su servicio repare en ciertos medios de escapara He amado al hombre, el modo como vivía como si estuviera en una isla, el
su rjoder» J * '
F :
,. modo como se cerró al mundo sin odio: ¡asi lo entendí! ¡Qué distante me queda
ahora!, la manera como, nadando en la comente de la codicia y de la hostilidad
éQSj* , HnnNaDoleóncuan- nacionales, pretende acomodarse al anhelo de religión de esos pueblos actualmente
«Ahí no hay «ficiente pompa: no echaría arena a los ojO»J*£Í5* idiotizados por la política y el afán de riquezas. Creía entonces que el no tema nada
do el Señor de Remusa! le propuso un plan con el que celebrar ei que ver con lo actual — yo era un necio.
6|4lp
6 | 3 6
J Cuando Napoleón se serenó, adoptó costumbres cuarteleras y carecía de medí
« % , por mí rmsmo. icy toda la revolución», y • j f f f ^ f f y da.
u
se guardaba de no destruir todo lo que era útil. Pretendía uu ,¡g oreg U
6. N V 4 OTofto t)H j
* , 4 2
, ! t l a/ar nunca dejará de ser un m i s t e r i o para los C 8
« 9
vertirá er
RA
pan ici pat * (501 „,,|» no o» P » cualquiera, pero por eso e. por l„ „
mediocre aw a determinadas cent ',!nto U.s semejanies como los oponente, obtendrán S * * * «">carse
M com
m e? e
g
extingue para los contemporáneos», Napoleón
* í « . ooder (la paz de Tilsit)
se £fíS
6|44|»
W n e l
U
' ^ ^ e n t o culm,-
dotad -»nte
nante de => F
6 |45P
6
Napoleón vio en la guerra la manera de aturdimos o al
verrdaderamente
enmudecemos
habiles, saben domin
5 C onsecuencias que se derivan de eW^^S
puesto C
Él estímulo sexual del ascender alimenta una tensión que se descarga en el sen
rimiento de poder: querer dominar — signo de los hombres más sensuales La ten
6 |4t.| dencia menguante de la pulsión sexual se muestra en el declinar de la sed de poder
> ad '. una personalidad completamente excéntrica
.Porunlad0. la conservación, la alimentación y a veces el placer en el comer pasan a sustituirla
stem pr ndo. por el otro». Mientras observa las cosas, dej ( l a pulsión parental es conservación, orden, alimentación, no dominio, sino procurar
>us manos corran ue manera equilibrada los hilos, a veces tan poco equilibrado^^ bienestar a sí mismo y a los demás). En el poder está el sentimiento placentero de
s, con
la máxima atención a todo ello — c ó m o puede divertirse respetando ciertas con» causar dolor — estimulación intensa de todo el organismo que desea en todo momen-
nieneias seatúnentafcs ¡que tan importantes son para la gente corriente! (Los lazos to tomarse venganza. En ese estado los animales lascivos, olvidándose de su pulsión,
de la sangre, la simpatía, etc.) son los peores, los más brutales.
6 |47| 6 [54]
La energía de la tensión (entre amor y odio) nunca ha sido mayor que éntrelos El amor pasión es la pretensión de tener un poder absoluto sobre una persona:
(querer, p. ej., ser el objeto único de sus pensamientos y sensaciones). El que asi ama
ensílanos, su odio, odium generis humani [odio al género humano], mayor que toda
casi no ve el resto del m u n d o y sacrifica todos los demás intereses a esa sed de poder.
la c<ompasión> El creer que se es amado produce una satisfacción completa con uno mismo: «expe-
rimentamos un poder absoluto».
6 [551
6 , 4 <
E I senttmiento y la dicha de la entrega — explicarlos por el fin del miedo,el
comienzo de la segundad (no como una pulsión fem<enina>) Hay que separar el estímulo afrodisíaco y las consecuencias que el satisfacerlo
ene para la reproducción de la especie: la expresión «pulsión sexual» contiene un
l|
33
6]49| Prejuicio ,
AXB
Pode Fundamentos de la lógica
tradecír 6|S6|
sumisión : aprobar A = A ^
U reabsorción del semen en la sangre es el alimento más potentej' puede que
poder acucia para que se reconozca la diversidad S e a
>° que en mayor medida causa la sensación de poder, la aguacton de todas las
sumisión quiere imponer la igualdad.
b >
Rémusat 11,271.
Rcmusat I, 333 s n Kémusat U, 273. . . . lecht.
Gesch De ahí la
Remusat I. 334. ^ui7T 5 2 ! e s < < E S
P E C I C
» y «
s c x u a h > c n a l c m a n s o n l a m i s m a
os. Aparte de
bll
gar a gran-
r
if ' • s a c s a ese nivel,
* 11 la « »yu q u i / sea femenu* ^ les . exiBir e n » " " ' V - . M M V . O , , SI
El a
6
[601 •íximo grado de individualidad se alcanza cuando
r
" l máJ
uicn su reino de anacoreta.
e
nos Ies roba fuer, a* c,0s
ov ; S U
a funda ^ «
6|5*|
(>uien es impresiones intensas, ha de aguantar 6161
, ' sed de poder es característica de la marcha ascendente del desarr,
. w * contra las opuesta,
opuestas. Para estar b" » fc ^ ^ ILod de la descendente. Las alegrías de la vejez tienen en el fondo,
cncanT..*.!^ en
d
osas a los pensamientos,
E.1 enfermo
11 0
en su relación con las más intimas necesidades, p. cj., si ese Naon cambia! - El saber es la forma más atenuada de nuestra vida pulsional; por
oto resulta tan impotente frente a las pulsiones tuertes.
*^>ondna también una desgana enorme. ¿ O el m í n i m o pos ^ dcsarroM
(tamollo? A eso se endereza todo — pero eso significa tarn ^ ^ ^ an haSta 6
[65|
tus frágil posible, un debilitamiento general, una pura renuncia
En cosas del espíritu es grande aquel que. cosa muy excepcional .siente
i a s
á m e n t e las cosas del saber y ante las cosas lejanas actúa igual que ante las pro
v fnas.. Pasum rvr las cosas abst, acias e uwapaciuld ^ 2 £ > $ los b indimos, montamos juicios, nos atacamos nos u rt
0ÍttO
csC "W*»- 0 0 5
05 n o s e n a l t e
™ v en la indiferencia lo abstracto, es lo que hace al pensado?
cem
°. n
de aquello en nosotros hacemos nuestro DiosT*™ '
e s t 0 y -
°!'t n deshonestos y tan honrados como de hecho solemos
a ' * d c m o i l i o
s o m
f I s - ¿As¡B" 8° 'as relaciones ¿ S S r S S . ar a l e í s m o C S e n c i a d e
Personas atormentadas por los sermoneadores, como el o C SÍÍrn'me parece que también es verdad que todas l ¿ v ^ £ ^ ^ :
iuo que muere entre tirones tunosos. er^ nue atribuirlas a las relaciones con los demás aprendidaTeTlaS2
blCfl
^
crie] h3 q
L ones tendríamos que desde un principio no nos í u b . e r a n l ^ a ^ T ¿ £
Í o demás seres, la aumentación, p. e,, o ia pulsión s e a u ^ ^ l S
6
| / i cOMf nrxr sublimar tildas las pulsiones de tal modo q I
' 6 7
U e
aman enseñamos, querer de nosotros, temernos o perseguirnos es el
lo extraño llegue bien lejos y. no obstante, esté acompañada de p l a c w T ^ i t T C C de nuestro esp.ntu: juicos ajenos acerca de las cosas. ¡Ellos n o . ™ ^
a
amos que no, estamos complacidos! Nuestro propio juicio no es más que ia
que la alegra prevalezca sobre el valor de los demás tipos de goce . rnente n teriSa
1
,j<> ¡ n i ñ o s aienos combinados Ntip<fn>c n ^ ; » i - n w
no. se sacrifiquen, en pane o en su totalidad a ello. Desde luego, no hav' ü 2 ? " presen.
>-,.>n desinteresada, sena el aburrimiento absoluto. ¡Pero basta la -«.«J. Pla- nteni tan en ia muay******™» ™ - ™ " CII ci ionao todas
son todas ellas acra-
mas deli dables, por causa
cada' se las siente mezcladas
con matices desagradables, algunas incluso llegan a considerarse malas: «le Ueva a
donde no debiera» — cuando hablar de una pulsión mala no es sino una verdadera
contradictio in adjecto. — ¿Qué es lo que quiere decir egoísmo, entonces? En el inte-
Lo único que Napoleón odiaba en el mundo era que alguien ejerciera su cana rior de uno mismo se puede ser egoísta o altruista, duro de corazón, generoso, justo,
cidad de nució con él. o que simplemente la tuviera. suave, mentiroso, querer hacer daño o dar placer: como las pulsiones están en lucha,
el sentimiento del yo es siempre más intenso allá donde en ese momento se da la
supremacía.
Je ha faltado tranquilidad (a Mad. de Stael): según Rémusat «uneprivationsans
6 171]
remede pour le bonheur et méme pour le talent» [una falta que no tiene remedio por
¡Asco indescriptible cuando nuestros intelectuales fantasean con la necesidad
lo que hace a la felicidad o incluso al talento].
de formar en ideales y de renovar la religión!, ¡esa gentuza hipócrita que con la músi-
ca y el teatro desean volver a ser religiosos, que en cuanto les comienza a vibrar aleo
en el corazón se les mete en la cabeza desistir de toda honradez intelectual para lan-
el yo no es la posición de una esencia frente a varias (pulsiones, pensamiento* zarse de cabeza en el fango místico! ¡Derecho al pensamiento de una generación que
etc.», « n o que el ego es una pluralidad de fuerzas de tipo personal de las cuates^ • la política y la codicia han entontecido y hecho servil!
veces una, otras veces otra aparece en primer plano en cuanto ego y auen ^ ^ Pues, tanto si se sirve a un Napoleón como al principio de nacionalidad,
demás, como un sujeto atiende al mundo exterior que le influye y lo de e ^ ^ ambas cosas llevan a la esclavitud y en definitiva al asco: ¡viva. pues, la reli-
8 l 0 n
sujeto anda saltando, dando vueltas, probablemente sentimos el grado ^ . una t o r i o y
V ¡vivan los artistas que no llevan en la sangre la decencia de una actitud
y las pulsiones, cuan cerca y cuan lejos, y nos interpretamos como un e w «pintual libre! Antes pensaba: somos de otra manera, de otro ongen. ¡nada me
ra m a s a
llanura, que en realidad es una multiplicidad de grados cuantitativos. a ? Jeno que esas corrientes del nacionalismo y la afición a la mística...!
habjtuadoS S V e 3 m e
an ¡ ~~ y Producían repugnancia, entonces y ahora. ¡Estar solo!, ¡vivir
ximo, antes que lo más distante, lo que para nosotros significa h a s i d o s
3 , n s t m
nen i ' >ernpre mi lema. ¿Qué me impona a mi que quienes creía que
esa imprecisa denominación de « y o , y todo lo d e m á s , tu» \ débiles 1* m a S
Ani • 1 n l g u a l u e
° . y» se muestren ahora todos ellos tan bien dispuestos a eso.
ae lo que en el momento prevalece el ego completo y las pulsión ^ „ UD ¡ e ¡ 0 Z ¡ ! d e d o d e
'os fantasmas de los espiritistas y los prestidigitadores en magia-
situamos, según U perspectiva, m á s lejos, haciendo de ellas un ^ es» y cn cañan? ' 0 3 a l l á u n c
" l t o a la música que inflama las meninges, mas alia las
a s d e
«ello». Nos tratamos nosotros mismos como sí fuéramos una p *a ^ <a Persecución reavivada de los judíos - ved la practica general.-
Ü C
' odio
6 I72|
usa
. D¿rn ' u C n C S V i e n c n
" A n o t
« ' ó n hecha al hilo de la lectura de la* memoria* de Mmc. d " *to n, a visitarme, me conceden un gran honor, quienes no vienen,
d n
Kcmiuat II. 400 Placen> Augier.
" * * moa del «tú» l a t e . mm*m «
E U . M I M U S POSTUMOS
6. N V 4. OTOÑO DE 1880
| 7 ,
* j " | primera campaña italiana, dijo Napoleón
a ,
ttUnh4 619
je nuestrav « t o n - no se oh .de usted nunca de hablar * ¡ ¡ ¡ t f S ^ de uno mismo o contra uno mismo la lucha
fflV 0 s o t r o s
• *^ l 'a ^7 £wi»s rtOtir » " un individuo, sino como una dualidad o Jü " - nunca
• me entiende? V l , n o s
arse la acción > en que consiste el bienestar de la humanidad ^ ha * tf* ^ ^ f f i o n o s - Las ¿wdffon» fttfefe (como la J Z 2 f " * * » V *gui-
rez
nad
te por una pulsión única y leños de prejuicios. El S3oS*>TiS a
6
5* resuponen una pluralidad, nos han ^ f b r ^ " ^ ¿ 2 * . * odio)
dad a la perdición - un proceso T C > " « U e P
o queño, <da sociedad», y el recogerse en s o l e d a d ^ u n a 2 ^
pare C X t Í n c i e ,r0S
sia:
. * * * los moralistas para el desarroh ° n a? * ; . sino con frecuencia un fastidioso seguir rumiando y ^ " h so
8ener
i es lo o ' i m m t í ! >o quiero instaurar el egoísmo al- ^ J * c i e M
* ú n el esquema de las vivencias anteriores. No s ó l o T K o l í ° ^ q u e
. según sean las pulsiones simpáticas o egoístas. A mí m ^ b U e n o y lo Así como los sueños respecto de la sensación que tenemos mientras dormimos
que e
a una meta: mas una «meta buena», eso es un sinsentido p " <> 6 0 6 buen
así nuestra vida cuando estamos despiertos es un descifrar procesos pulsionales con
iad quiere decir es «bueno ¿para qué?». Bueno es siempre unT°
qUeio la ayuda de la memoria de todo lo visto y sentido: una lengua caprichosa de símbo-
los de todo ello.
un medio. El «fin bueno» es un medio bueno para un fin T o d a ^
6(82]
¡Cómo acaece la vida para otros! En el caso de un sirviente, que al principio
6|?6| sólo a la fuerza y con castigos piensa en el interés de su señor, poco a poco va enten-
irtud diendo que es en el suyo propio, al haberse dado cuenta de que su bienestar depen-
de del del señor y del buen humor de éste: a la postre acaba velando por él como un
*f77] ^ jardinero por sus plantas, quien, habituado a ellas, en todo momento las tiene presen-
l'n sistema de la vida que debe descansar solo sobre afectos — el altruismo tes, con facilidad y ligereza, razón de sus alegrías y sus sufrimientos. Asi el mozo de
Sólo que para eso el destino tendría que tocar en nosotros sólo acordes — lo que cuadra con los caballos, el erudito con su tema, el padre con los hijos, el comercian-
supondría suprunir toda la irracionalidad de la existencia y hacer de ésta razón huma- te con el dinero. Nos olvidamos de los pensamientos que nos mueven y vivimos
según los sentimientos, repetidamente practicados, de lo agradable, lo habitual —
na. Y para que todos ovéramos sólo a r m o n í a s , tendríamos que ser todos iguales y no
¡eso será moral! Por supuesto que <es> para todos agradable, para el señor y para el
tener ninguna condición particular — sólo que así el afecto se debilitaría y acabaña
sirviente, y así el que se elogie tanto, y se creen tantas fantasías intelectuales, para
siendo innecesario, puesto que todo se nos ofrecería sin esfuerzo. que parezca algo superior.
6 [83]
a
L'na vez perdida la preciosa independencia del noble, se f f"^^ Cuando tenemos pulsiones que, siendo igual de fuertes, tiran de nosotros en
tos - sea bajo la tiranía de Napoleón o del altruismo: es ¡el final ae g direcciones contrapuestas, se produce esa lucha y ese trance que los moralistas tan
alto sitúan. De hecho, para muchos la virtud no vale nada si no entra en dicha lucha
e s
41
6 {Hot
¡Sublimidad del alma!: por lo general ¡e« * v i
t x a l
" 'ació i n
4
6 |»7| \ nd° ° s n r
-sen I l m i entosq U e s 5
do ' l' l'lnoleón tenía ataques de sens.bíl.dad y venía lágnrnas. pero le dejaban lúe»
llÓn
K Humor pésimo. «Cuando el corazón no me late con la lenntud debida, corroí,
N
u n
* T h a c e r el ridículo.» Según Comsat, Napoleón tenía un pulso muv lento No
6 |M| eligf
P .e quejaba de nervios inimitables. Afirmaba no entender lo que quería
los escritores competentes demuestran que las palab
- — kkduh H A I iìi t r i a l u i r M Q / J ^ -~ i "
¡ £ £ £ cabeza me da vueltas»
el geómetra Ampère: ye crois que le monde extérieur a été eré ' i f do más oculto de su palacio había siempre une peñu erreur de detail tun
k ^iña ración de terror]»
pour nousétreune occasion de penser [creo que el mundo exteriorT *** **
simplemente para que nosotros tengamos ocasión de pensar] ° ^ Sld
6 97
' para sí y para los demás tenía el semblante de odiar la calma sin descanso.
lada feliz El fondamento Utimo: no verse conmovido intensamente por nada.Ou:.- Verdaderamente feliz es aquel que se esconde de mi en el fondo de una provin-
cia y cuando yo muera pueda lanzar al mundo un gran ouf [¡al fm!]
do esa indiferencia <ae> muestra no s ó l o respecto de lo que interesa a los demás,SIDO
en las tribulaciones propias, se llama filosofía. 611001" 4a* • . . .
Cuando retribuía un servicio hacía notar que estaba comprando otro»mas. Jama*
6 I92J 1
quiso poner en orden las deudas de su mujer, para reservarse la oportunidad de poder
Su irnagmacion se enardecía con las obligaciones que le ^f^J^^nt inquietarla.
prescribía los sacrificios m á s penosos, precisamente porque tema la de
amar a su esposo. Estaba atenta a gustarle como si lo hubiera amado. 6 [1011«
La madre de Napoleón tenía un espíritu muy mediocie.
6 | 9 3 1 d
* nada del azar]^
Non consüta a casu difiero [el consejo no se distingue en n
dcMino el que 1c emnuia. el ánimo es débil.
Rémusat 1, 120.
l'I
Rsmuaai i, 124
'II
* Remu
L
„ * > » « I. 124 s.
Kausal 1. us.
1 78.11.350* »2**).
mu 125.
icnes Doudan, Melanie* et lettres, 2 vol* . Parli.
|8
*4 K«*«1.126.
Cn,USi
1.125.
M44 «einusai 1. I2g
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H o , vara* de Lucien- H C o V
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' ^ a t ó n t a m e - " *m * *»™ que la beauté» r ( < y .
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otros ( O <
e en la medida de lo posible de si m ^ ' ^ ' v i r d
° ^e1 dad. es. Iperversa endo como
(teniendo como fundamento la ipulsiou'del
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>ral sigue siendo ¡la de l animad" ^ 1,d
s c n s u » ? i 4 c n c i a s adversas en el más allá, se añadirá „ 1 1 ? . 7 °
mejor' N o s
J e s !
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Í grandes maquinarias externas a ellos A¿ s l o n
convertir:
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encontrarse consigo mismos. La m o L ^ C a l g
° T r u T De igual modo, puede entenderse la i n c l i n a n
erdaderam
aX^^"^
• \ ¿encía de no se consigo
t>cuparse consigomismo,
mismo,aplazando
aplazando p a | ] cr ¡N¿ Cra ^ ¿ m e S y resultar desagradable. El p e n - m i ^ n S ^
ahora lJ i a
ra c
la inhibición
| 0 S
iriorización /órzat/a de ladepulsión,
la pulsión, es decir, la inhibición
es decir,
supone la noción de deber o el miedo al infierno — g ¿ ¿ J tarse | r a n
Su e
a
desarrollo, voluptuoso.
esc a
6 11051
Habna que pensar un tiempo en que ia numaiiiuau, para conservar l esne a
6
'^el'genio, fruto de azares afortunados: de antemano no se conocen sus condi-
C e
% eso si que es un deber! — debiera deshacerse de todas las formas devida ' ciones. El simple favorecimiento en el sentido de l moralidad que ha habido hasta a
nor> restringirse aformascada vez más bajas, puesto que aquéllas resultarían dema. ahora no engendra en absoluto genio alguno ni genera fecundidad alguna; de la
siado costosas e improductivas: al igual que un hombre mayor, para vivir, debe educación y utilización de las malas pulsiones y los azares nada sabe la moral,
renunciar a las actividades que más le llenan. Pero ¡cómo! ¿Es que la vida'es un cuanto menos la praxis. Es imposible fomentar de propósito el genio — para eso
7
deber .Tontenas' ¡Vosotros, fisiólogos! Los hombres se han vuelto tan lamentables habría que conocerlo de pies a cabeza. Las mujeres. l pretender fomentarlo, sue- a
que ni los filósofos notan el desprecio profundo con que la Antigüedad y la Edad len estropearlo.
Media tratan el ¡«valor más indiscutible de todos los valores, la vida»!
6 , 1 1 2 1
,
6 (166} ¡Qué situación m á s espantosa la de antes! ¡Inseguridad del conocimiento tam-
El logro pnncipal del trabajo es impedir la ociosidad en los temperamentos vul- bién en la moral, y peligros eternos! ¡ ¡Era una manera tranquila y despreocupada de
gares, también, p. ej., en los funcionarios, comerciantes, soldados, etc. La principal abismarse en los pensamientos y en la verdad!! ¡Bajo el látigo del temor al infierno!
objeción que se le puede poner al socialismo es que pretenda lograr la ociosidatíp» ¡¡0 con el miedo de pecar contra el amor eterno, de dudar de la revelación!!
los temperamentos vulgares. El vulgo ocioso resulta una carga para si y P 6 [H3|
mundo. Las paradojas de la virtud, p. ej., la generosidad admirada y venerada ¡como si
hera un milagro!
6(107| Otra son tos que sienten el empuje de la pulsión y se resisten orgullosos al afán
las heladas nocturnas de una amada e
dominio de ella, que por eso se transforma en lo contrario.
Otra, los que esperaban m á s de la satisfacción v. decepcionados, se vengan de
l a
6JI0X) Pulsión.
Yo propongo la imagen: sí os atrae, tendréis que imitarla. la razón ció w °
tra:
P a r e m i
a d o por el miedo a la muerte, sentirse débil y cobarde y, despre-
a o s e h
acción de la pulsión ya presente _obliga a esta o a esa mo
satisfacción > acer lo contrario de lo que dicho miedo a la muerte recomienda.
6
Mlvo que sea al servicio de una pulsión! 11141
i* *mL m
°tÍV0S d
O s l a d o r moral nene para una ley y cómo se transforman en
L136 i bclle
r Kémusat I, I39¡ en el «Adonis» de Lafontaine *c lee: «Ni la K
M M
r â c C Por los que la ley se pone en vigor N B
beauté
> R A* A U N IOS POSTUMOS
6. N V 4. OTO&O Ofc »
t
w u , i m „ >a - ^ t ¡ ;
I S , C m a , O S
°« U c
ha « S S j ^ n U u incondicion Muc quisiérai
el I H " bre *
joños Mlibres.DDécimo.:
- ^oiioa 11
ecimi yyo quu.„ , ando ti ¿ 2 » * por comple-
10.ctcy «redecimos lo que va a suceder con el ¿¡T7". ^ : «vo K C M o
< l e c i í >
1
7od*»s los hombre^ >c estuer/an poi iLir a sus deberes ^ • r quiero» siempre significa «si puedo». «E cau-
t l a d : y
( < y o
. deber» sm i
cntcn rehilado* ame la idea de que se sacrifican por J ! ü / li . que tenga fuerza, así será». Ordenar qi , B n m c a
s 3
ueSl
d (
lu« el sol J^JM ' : «en el
Siip ° ¿ es la libertad de nuestros virt s a
¡Cuando « r r n T l ! ^ ** C U a n d o
fictl
tf deseable está actuando en nosotre nces tW» , que un motivo m
S d e c u n o s w
dCSC
dcSeí
nca «vo me obligo») :
^ m
y o quiero,! í i o
c
q u e
fíca «yo
moralo, umb.cn Prenden fundamentar la ética c/e una I T ^ L U >
oren ellov -x. m «ene d « e v h o a un p a r t o , , « . ¡ ¿ ^ « ^ g r a n d e
^ ^ ^ ^
6|l2
púesto que todas nuestras acciones son absolutamente necesarias v * w
p polutamente desconocidas para nosotros, así el decir «debes h a c « n £ £
Irc en balde. Ni podemos actuar de otro modo que el que se n M i m ^
M
^controlar si sucede en concreto lo que debiéramos hacer ^
A aquello que nos suei obligar (y, por cierto, con sentimiento H,
Los indiviauos ucsdgmuduics, smnenies ¡deben de tener propensión al E
aun mtkWét no sea una C O J O on agradable) lo llamamos deber A t r a v ^ ^ 0
la sociedad, al altruismo! Y los individuos agradables, los que tienen confia
a
tica repetida %e crea un hábi I « t U y entonces ya es un cuento si mismos deben de tener la pulsión opuesta, la que les aleja de dicha moralidad
do de deber Pero es lo que | asa cas. siempre. Casi todo el mundo p r ^ Z ^ Sii
\idad como un asunto desa, radable. con lo que pretende que se le adm **'
es tuerzo, es decir, por su pod r. ¡Hay tantos disgustos falsas en la «da\ 6(122]
Ü H W T M
El escepticismo tiene su paralelo: «mejor pasar hambre que comer algo que da
tos U n a , en pnncipes. mujeres, tiestas, entretenimientos, viajeros, cristianos vir
asco». Las opiniones de las autoridades han llegado a damos asco — mejor ¡morir
•osos, pueblos, partidos, filósofos, escritores: su «dicha», por lo general, la exhibe"
de hambre! Es una pasión curiosa: el escepticismo es una pasión.
para hacer daño, para
6 [123]
é|UI| S í T »-Ikr^ Saber «esto es sano, esto te mantiene vivo, esto daña a los descendientes» —
La pretensión de reducir todas las pulsiones morales a la pulsión religiosa: Dio* ¡no es en absoluto una regla de la moral! ¿Por qué vivir? ¿Por qué vfvir siempre
manda y por eso hace uno algo. Ya no es moral. El que uno ame o tema a Dios no es feliz? ¿Por qué descendencia? — Supuesto que todo eso fuera más agradable que
consecuencia de la moralidad, sino consideración del provecho. Ésa es la postura cris- lo contrario, morir, estar enfermo, quedarse solo sin descendencia: quizá alguna
tiana. Sólo puede haber acciones religiosas, los motivos son todos egoístas, y lap*- otra cosa, p. ej., el sentimiento del honor o el conocimiento o la sensualidad, fuera
m a s a r
pía acción religiosa te lleva a cabo por egoísmo. O: toda acción es mala. Tambienpor S adable que esos alicientes, en cuyo caso debiéramos optar por la muerte, la
Los quietistas, en cambio, dicenj enlcrmcdad o la soledad. ¿Por qué conservar la especie? Se nos remite a las pul-
lo tanto, la rebgujta De ahi la predestinación.
no actúo por mi. sino por amor de Dios. ¡Qué conocimiento más pobre de si m ^ gones: pero no hay ni pulsión de autoconservación ni pulsión de conservación de
Í\5 ' eCle E l n o - s e r
podría resultarnos más valioso que el ser: en ese caso la etica
i W falta de horiradez hay en ello! Se puede ver en la mujer que dice: «yo g Ca 0 0 t i e n e n n a d
socied H a que decir. O nosotros mismos, más que el Estado, la
todo por m. amado». ,No es c.erto! Incluso lo que hace «por su amado» lo" J£ sión I ' a h u m a n i d a
d . ¿Qué es lo que determina la apancion del valor? Una pul-
*egwr aw pulsiones y no la* de él. Pues en ese caso actuaría como el: W> dd
es , m o r a l soI
<> sabe dar órdenes — p. ej.. imponerse provocando temor (esto
C o
i n a
sirv ^ « pulsiones - ¡anublando siempre la razón, sobornando a un
'ente!
muy P-*- °
Jcnus
fRAUMKNTOSI*o\it S U )
6 . N V 4 í/lOSo Di
627
Í C | K - ^ ^ . , « o <* u n . t o m e n . ! I W lo que !, ¡ J * „
t c , K
. _.. . . v . r como quiere o sea. ,coino debe! n . , '""'i</„ ? % <1« las justifique y l a s a c ^
y
- des** tenerlos q u e t ° >
su naturaleza. La nu, T ' '9u > c >
l k
V d e
SS N
iauudad. Se trata
a de
(O
« j u e g o la püüión
>, el - yo.
aprecio:
* ¡ ^ " « w nada. «Más ^ < ° N e e v
• «fanuk». e n c e n d , ^
v ^ . . . . . . , e n
u c e
w n d i e n d o un,
dl
DUT^ SVíS 6 | l 2 8
obrellevar los placeres terrenales, y los dolores terrenales
A .hora
h o
J bien.
n b i
- »„ u " ° ¡i"n. e, el el cc t o ^ S " * » Í «2 *5 S
m u c s
e s t r o c l o
11
^Se un hombre mas razonable, más libre, más sensible, más perfecto, esftiei- 6 [1311
por el rxrfecciooamiento de n i e s p e c i e » ? ¿ E n qué basar tal norma? En la utili- Cuánto puede desarrollarse un árbol es algo que sólo se llega a ver granas a un
dad del individuo o del colectivo. ejemplar de muestra. Sin él n i se le ocurre a uno pretender que crezca más de lo habi-
dicen: desarrollar todas las capacidades subordinando las que SOB tual, y se queda satisfecho. Los hombres extraordinarios hacen que los demás se
y órganos a las que constituyen la meta peculiar de los hombres. Nuestra sientan insatisfechos:
es compleja: en ella conviene d i s t i n g u i r hechos de orden superioryde
6 [132|
orden inferior Pero ¿de qué manera estoy o b l i g a d o a perseguir una meta de I2
como arena entre los dientes
especie, si se da el caso de que para mí, i n d i v i d u o , el orden habitual de lasmefc
y los medios está invertido, p. e j . , si siento m a y o r inclinación por las ^ a l e
j n
Mi»]
la carne que por las del espíritu, y el pensar p o r mí m i s m o y una1 pizca de e ^
tu no son tino medios aJ servicio de mis apetitos? Aquí es cuando se c En esos juicios envidiosos noto la inflexión del gato celoso
de ideas metafísicas: la verdadera naturaleza del h o m b r e , su condicio
M134]
ydassssv t ; iiéur u-uaafo?^^
El moralista que quiere fundar una moral se ve obligado a referirse a un fin ulti-
«Se puede querer una meta cuando se está capacitado para J ^ fuer» a c a
* 0 - «Si queréis estar sanos! habéis de ser moderados. Pero tenéis que querer estar
m
inCondlC
condición: significa que te le da al hombre una capacidad ' i' ional ^ ond c
Puesto que es una condición para ser felices o cumplir sus metas o ele»
sin restricción. Un deber incondicional implica una capacidadl m ¿¿|j«r£ q Ü Sl 3 r « W * se muestra una meta nueva: y el moralista
cumplir con él: si no, se trata de un deber para un ser distinto
carece de fundamento. Quien habla de deber y de libertad presupo
Ripios Sr de la existencia. Yo podría decir: no hay tmes d e h ex. en
C U á l e s d f i n
4 , f;
&J%&y lt has ™ « «Der Erde Weh, der Erde Glück zu tngen, -^^¿J
F
•|I26| ict.
al reved t C e d r e n a s » , según la traducción de I Rovirana. Fausto. Cátedra.
, c
0 w c i c n
c s ua | vuelta. a
* r U i :
Mn electo: en la mayoría de los caso» ¡tiene que habeTT ° C n S , d e r a b l e
1
. ,\A i n i L l l
- v
. „ , ™ , „ „ „ u r,»i.~.. ... . ™ , l d D e r
un esquema . Por
6|135| _ * * p
«Deben» signitica: querer una mela no por otra cosa r* fuer/a en la que se cree, no una que se c e ^ T E ? f Z * *
ebfiP
No, 6 | 4
l ü L f se preguntaba: ¿es verdadera esa idea? Ahora; ¿cómo hemos llegado a
6|136| -i Z la fuerza que la empuja? Si descubrimos
A n
* 0 a
puede reproducirse. De ese modo podría fijarse un límite al grado de individuacioa cambiante y sin concordia* . Dichos errores hacen referencia al actuar del hombre
visto como objeto de elogio o de condena: y detrás del elogio y la condena se encuen-
En épocas en que la individuación se siente como algo desagradable, como^
tra el presupuesto de que se conoce el fin del hombre e igualmente el modo de actuar
nuestra (y como ex toda la historia moral de la humanidad hasta ahora), la P v s
e cree en la libertad de dicho a<ctuar>: se cree también en la identidad del hombre
correspondiente se transmite de mala manera. En é p o c a s en que se siente c * 0
determinados grupos, que tienen, por lo tanto, obligaciones y actuaciones equi-
«exagera con facilidad, llegando al m á x i m o aislamiento (frenando JJJJfc* p e s : y en que se sabe para qué sirve dicho fin último y para que no. ¡Pretensio-
Iccundidad de la humanidad). Cuanto más parecidos, mayor es la fecun1
e s
^ [a
exageradas del intelecto' Pero las pulsiones de ese modo modificadas pretenden
encuentran una hembra adecuada: así pues, superpoblación a conse * ««fecha. ^ t a m b i^ ¿ otra vez
n a h s s ¿ s j e m a s m o n j k s a i n t e m a r y
'siamosi presupu
I R V.MI MUS l V í * U i M u
Í . N V 4 . OTOÑO DE ikKfj
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¡nd ..na 6p»ea para el florecimiento de la individuación
iv,ü
y acaso DEBA
servacion
causa u m o r a l
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-ecer
, |i54| ^ s » — y sin cesar matamos las u
*smo proviene a) del amor, b) del 6
0 1
«No m a
dejamos que algo muera ei emás.es
c c s a r
s h
Jo con el m á x i m o de violencia ombr, ^ que
s
%
6 0551 exual es la que aa ios granaes pasos de la individuación: imponan-
La ^ puesto que es antisocial, y niega la igualdad universal y el valor
Con todas nuestras tuerzas podemos crear muchas formas t* 0
f
cía de forma Hay cierta WwTrW artística en la representación del m H *n- laau te ""^'onaa persona. Es el prototipo de la pasión individual, la mejor educa-
i g
a eso- la decadencia de un pueblo acontece a medida que declina la pasión
mos alcanzar ° luc podt. e l
C on ar
' P, . prevalecen las razones sociales para el casamiento. — La separación de
y
é|14S| * los sexo ¿ ¡ vo. Es una expresión muy intensa del deseo individual;
«La lev moral, el deber, la ltbenad moral, la inviolabilidad « i
e s e n c i a e 0 VI
r e n t C a
¿ c elevados
W sean los seres humanos tanto más fuerte será en ellos lo mdivi-
persona» — nos está todo prohibido, de eso no puede uno ¡ ¡ ¡ m e ^ í ^ cuanto md¡> m
MI52I • i tros^ s 0
c a U S í S ) Mi58) 'mtM^m-' M ' M*. * * -
ts un sinscntido considerarnos causas — ¡que sabemos nos . En cuanto pretendemos determinar cuál es el fin del hombre.
ni
cndo un ^ n , L « i u „ w .„ . - A I . . W individuos, de lo hasta atora conocí
sssHfcat ••, ¿. i ¿-.>. de lo individual, —por
individuos lleguen a^ser 1 U C w
crdad que
ouc elel ser
ser m
humano más i n d ; .v ¡ < J f nu"
¿^ - nia^ es. Conminándoles a ser universales, ¿ N O debería ^Idmlmvíera.una
• uoiur: es verdad
y <( i m a n " i»« c r c S
n ü
^Pusiera la tentativa de lograr, gracias a lo que de moiviu
*<> Placer de si mismo > Si, y aún más, si tuviera el estímulo tft • de W b ¡ t 0
m o t i v o s n w í ¿
611601" i* ^ J S - V
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Nuestro amo s e l último escalón de la m i
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h fie** 3 puntos.
ni N - o que el ara.. - r. r H amor a Jas i""i'n.-uaues
propiedades, la
la „ n ~ ^ «nrw
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recursos para la vida y la salud) LMttré> ' <*sida J >Poüder d
6|1681
auo. d cual defiende sus bien entendidos intereses frente a otros individuos (justicia
Noble: designa lo que forma parte de una selección, lo que es una excepción.
entre iguales, siempre que se reconozca y se potencie al individuo en cuanto inam- Sacrificarse por otros es una apetencia por medio de la cual pasa uno a ser una excep-
ovo): veo que los juicios serán cada vez m á s individuales, y los juicios generales, ción. En relación a todos los demás que hacen lo mismo no se es noble sino vu/gur.
cada vez más superficiales y estereotipados. Yo veo las pulsiones altruistas más vigo- Entre los buenos no se valora al bueno como individuo sino como regla, por eso ai
rosas en ei torpe egoísmo de las fieras (un género que afirma el placer propio), ¡a se ie admira ni se le alaba. — Algunos ansian una sociedad en que se considerara
pulsión altruista es un obstáculo para el reconocimiento del individuo, pretende que regla lo que para ellos es lo más individual, con lo que dejaría de ser lo más indivi-
los demás sean, y hacerlos, iguales a uno mismo. Veo en la tendencia estatal y social dual. Otros se enfurecen con la sola idea de esa vulgarización. Aquéllos sufren con
un impedimento para la irrirviduación, el adiestramiento del homo « ^ S f S e
' sino de su unicidad, los otros disfrutan de tal unicidad. Otros ni se enteran de ella.
a «e desea tamo un hombre común e igual es sólo porque los hombres
* i individuo fuerte y prefieren ei debilitamiento general al desarrollo de (1
61169]
Aal. Veo en la moral actual el encubrimiento de ese debilitamiento g * r • ¡j¡ e
°°s tipos de interés por las cosas: 1. saber ta que son 2: qué hacer con ellas.
cnst.an.smo pretendía debilitar e igualar a los hombres fuertes e m t e i ^ ^
* 1170)
moral altruista tiende a la papilla suave, a la arena blanda de la « ySU
juicios generales tienden a la comunidad de los sentimientos, ésa es i ^ ¿ & En conjunto, nadando como ciego en el agua, me he ido alimentande.conlos
m S q u e e
"ojera. T.enden hacia el fin de la humanidad. Las «verdades absoiu ? c° ™ P » « mi necesario' aguzar el intelecto, luego impulsar y * * n i
6 1
truniento J
' - — Í - M *
* W». después justicia e independencia, mas tarde indulgenciafrentea todo
f sea "i
W Sc
Grunde' quiere decir «.Húndete, perece»», aun cuando lite» Juc a aquí, creo, con el doble sentido de Safas* «culpa» y «deuda».
B
fondo
1
Lime. La science au pomt de vue phtfasophiüue,
IKU.MIMOS IHiSTUM,
.dsrKrNJ en la existencia, las la.uoms me e.iserWon |„ „ . . , 7 " a >ú , I a natura^ ^ Z ^ c n ^ ^ £ 2 & "° C S
— . no
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pues: lo que hace a la naturaleza superior es el tener
en el sentimiento: sea valorar cosas diferentes de las s q u c
S
Z Z t
La acütud prudente de íioethe para con la música- e s ^ C r a r las cosas de diferente manera de como son valoradas _ £ ^
inchnacon alemana haca la taha de claridad no haya encomr?, gran
veng- n CrCCn n
ue, artístico. ° m X
^ Í ^ H
fafEÍ* ^ " T ^ ° 5 « decir, Z V Í Ü O r a C l Ó n
C
C W ' V / ^ « ° " ; ' ' d u o » - ¿así la naturaleza s u p e r é
Y o C r C e l 0 S n d v
S
s s o n e s e n
iduo ,
jndlV g a n el ardor para profundizar en lo común — es una pasión posi-
ten
lo
egoísta. Sus acciones nobles dejan en ellos un regusto de asco. iSonbT
en uaawrtarf que no existe y no puede existir* Son honrados, nías de? 6
'"HIV un movimiento continuo de formación de géneros, de hombres que tienen
sók) obtienen tormento y asco: pues su sentimiento de placer se halla re impronta común: ciudades, Estados, culturas se afanan en ello. La estadística es
a acciones de las que no se saben capaces: y concluyen que habrá otros*para ^lo Prueba Los seres de transición (entre dos géneros), que son diferentes, y los dege-
s
que dichas acciones sí serán posibles: lo que no es cierto. Quien «he«he cumpi,
liíodijo nerados son los seres individuales o el intento de establecer una especie dentro del
do la ley» no debía ser muy exigente a la hora de interpretarla ni un gran pensa-
género.
611771«
6H-41 ~ ' '
«¡No robarás!» Pero ¿dónde termina, entonces, la propiedad? Una idea, un esti-
«Uno no es lo que siempre es, uno es lo que suele ser» Rémusat.
mulo, un punto de v ista, la expresión de una imagen, un edificio o un hombre—todo
eso ¿no es propiedad? Y lo robamos continuamente. Robamos todas las cosas y los
6 [178]
soles y nos arjropiamos de ellos, nos los llevamos todo con nosotros, lo que ahora hay
y k) que antaño sucedió. Y no pensamos en los demás. Cada ser humano individué Así pues: no es el sacrificarse lo que hace al noble, con eso sólo entra en la cate-
goría de los apasionados (como, p. ej., se sacrifica el libidinoso incontinente) hay
mira por todo lo que puede arramblar para sí.
pasiones bajas, es decir, comunes, y pasiones individuales superiores. El noble se
J¿¡¡
consagra aquí a una pasión individual: no es el que se sacrifique por otros lo que le
u l s n
hace noble, sino la rareza de la pulsión para los demás — una particularidad indm-
La riaturaJeza superior es más irracional que la común, y tiene P ' ° ^ faal, como muchas otras particularidades, que también ennoblecen.
cer y displacer tan intensas que casi resultan increíbles para aquélla. Kesp^ 6(179]
descansa de v ez en cuando el pensamiento o entra plenamente a su ^ ^ ^ ^ así el Lo único que el cristianismo exigía era un sacrificio intelectual: que se creyera
de pasión; satisfacerla es para ella m á s importante que la vida. Pero
n s t 0
e ónloqU
í - - Quien da tanta importancia a que se crea en él como para con ello
bebedor, el lujurioso, el vengativo. Tiene que ser, pues, el objeto ^
r a t l t l 2 a r
lb^j m e r > e
el cielo — debe haber tenido una duda tremenda, ¿no?
6
la ennoblece y hace de ella signo de esa naturaleza superior. No el ^ re sabe
11801
la lujuna: sino cosas que rara vez se sienten con intensidad, P- ¡J» ^ « J r j A ^ , La diosa alada que inscribe tus actos en un escudo broncíneo y a la que los hom
8
a**
^¡c niu'^V nosotros lo principal y del mundo una esp, *" han sabi- s t a s
¡<>r severo se es con Cal vino por haber ajusticiado a uno. cuandoC 6(1911 , .
deob al infierno a todos los que no creían en él — y otros hombres aún máT** •Nunca dejarse amar, sino, cuando no se sienta uno movido a corresponder, evi-
que él añadieron: «con efectos retroactivos»! atroce* tar el'amor del otro y, si fuera necesario, burlarse de él. y hasta humillarse i ante
él' Nada hace tan vulgares a los artistas (¡y a las mujeres!) como el dejarse amar. Hav
que evitar ser el ideal de alguien: desperdicia así su fuerza en formar él solo todo un
6 1186| ideal propio, le engañamos y hacemos que se aleje de si — debemos hacer todo lo
Hav una aera ávida y jadeante de pensar. También en eso hace falta moralr posible para aclarárselo o apartarlo de un empujón. — El matrimonio, una
debería ser el modo, ¡el modo raro! de fortalecer nuestro ideal con d ideal de
dad ¡deberíamos ver también el ideal del otro y desde él. el nuestro!
• 11*7) 6 f>921
llama no
La «dependencia deja de ser un placer cuando le falta el acicate. — Yante ¿A dónde han ido a parar
absohiu UTiposibiiidad de avistar la independencia pierde la dependencia lo que de los veo ya como hombres que m un despliegue impresionante de fuerza represen
lCn antt"
- SI m í e m n e u n o ,s.m¿><!¡ que ante si mismos pretendan producir un efecto
desagradable nene. Así con la falta de libertad de la voluntad — ¡hemos de atajare
que escuchen con un afán de público difícil de imaginar, porque su aplauso y la \ diw
efecto de acicate que las ilusiones arcaicas aún tienen! Entonces estaremos alegre, nÍ7aí*;A~
mzación que de ellos hagan es .lo que les .hace creer en ~si mismos.
_ i _ >. ; . - m . v Fl M t v
El electo que M
contentos. l0
8ran en los demás es para ellos, que por el excesivo esfuerzo están siempre agota¬
^^ 0*
o s m
' ^constituyente. ¡Es la historia de una enfermedad!
«La necesidad de entretener ilusiones acerca de su señor, sO0
gusto de la vanidad humana avergonzarse de aquel a quien uno se Hl93|
En Francia las relaciones personales (amor, amistad) son cosa de «J^°¡£
**J¡¡ cambiando» si no. es aburrido. Eso sena un tormento P £
tetíTnS:
nos
,< * I J u v esto n... al descubierto un reÉM * » ^ " ' " ' 'J.íl c s l < 1
el] u n a
™ » d c
i M i n ú
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' M nn,| e ¡
b
, t 4
' »«*l«ad* ¿Rémuiat'.'
„
fc ™ A C ¡ M P N T O S PÓSTUMos
7
6 ||94)*
« U mierda obra mas milagros que los santos» 6. N V 4. OTOÑO DE 1BSO
S i c
'Hu.
6 ÍI95J .
En Alemania taita una educación moral. AIJ** 1
ndo comemos, pascamos vmmos en compañía o solos * * .
e l
C < £
a * » ' " /Wftón el que nos mfluya hasta en lo ^ **
/^t la razón y el saber estén a su servicio y de b V £ 5 * d h a s l a
S 2 *l^í ro sasí
e p- i ePiensa
n s a de manera suficientemente £ r¡o tSu^n a* a»S m
suf.cientemente p > " a s t a h a b l d 0
Prar deb
' ^:>, >
t*
:
hora^^^
s,a a b
* J « * * Quien se
hace un empleo extravagante de él no tiene la certe^Te *
n
m e r e C C S C r V , r
S S ü ^ ' °
^
a
C O n
«la sensibilidad del nivel de agua y de la perpendicui 1 íu pasión, para la cual ningún sacrificio es e x c V s i ^ A ° - R E S P E T 0 P R
tituye
"nnoc miento y ser con vosotros mismos. La pasión nos arranca unTy ra ot
cia de su oficio, p. ej.. el del sabio: como suelen permitirse h ? " - U c He nuestra calma: nuestro ideal ansia siempre confirmación
C 1
tener Q m Ugar un
* selección: escogemos a quienes nos procuran alegría y cuidamos de ellos
carácter que lo que se transmite. Un carácter noble, es decir,
junto de hábitos, de puntos de vista que sean convenientes p
^ denláSi
Sendo J * d e l o s d ! La tendencia
e m á s
6. N V 4. OTOÑO OE 1880
Mi
as.
E 61 PAÍSAJC SORRENT ÍVOS N MÁS
6 l °Un 0° °
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^ °' ~ ^ °' *° ***** °» que las naranjas.
K A
5 1
forman grupos y cia:> -> v-» —« — ...a* «; ñauan en esa ¿ T * > 1c
t P „ \ A (2081 un movimiento de templanza en Alemania: ;| ,n
f a l t a aan m
basándose en la honradez!
l
6 2 0 4 1
I • , •
En sí mismas las pulsiones no son ni buenas ni malas n ^ ^ 0 realmente hanecWo . perder el J l S ^ ^ t e r
^ - , :
"í ? s litaciones, lo que lograban era que sus obras valieran un poco me3¡
l a
do. sin embargo, a que la satisfacción de algunas está asociad °¡liri Setlsi
ne l
se sitúan en los sentimientos por debajo de las que place , °
S O n O ' h C
lün SU influencia en los imitadores mas insignificantes. Esto es, cuando se
e J
jerarquía. Tal diferencia de grado se convierte en el juicio nZr^ Se
í de que la tendencia propia del arte es gloriar al anista o hacer la^ogTa
e n
Cuando la satisfacción de una pulsión conlleva siempre el sent op ^ ü n a scondite, se agarran a el muchos que están necesitados de glonficar o de escoñ-
do y la angustia, se origina cierta aversión por ella: y pasamosT " 2? 6 10 d e i o
% u naturaleza.
s
el que prohibe, si alguien que tiene poder sobre nosotros o uno mismo!í ¡5 podría suceder con la fidelidad [Redlichkeit] en lo que respecta a todo lo real,
m 0
m
'e acabe siendo cosa de decencia, y no se tenga en cuenta al iluso o al sonador por
perfecto se prohibe muchas cosas (¡muchísimas más de las que los Jem' ^ ^
Considerarlo simplemente indecente.
nan!) y por eso se siente bueno: es un ser al que de manera artística se ha ^f^'
y dominado, dándosele otro sentido: puesto que es un ser que se transforma ^
7
trata de construirlo ni de demolerlo de una vez — es un jardín colgante". " ' En este siglo se han imbuido los franceses de un gusto por la pintura (a través
del dibujo) que al pasado siglo le faltaba. Los italianos han perdido el oído para el
6 [205J canto, los alemanes han aprendido pasión política, los ingleses se han puesto a la
Nunca debe uno aguantar en una situación en la que a diario se ponen enjugo cabeza de la ciencia.
nuestras emociones más mezquinas — suele ser la causa principal por la que se des-
hace un matrimonio, un partido, una amistad o se deja un empleo. Si en soledad eres 6(212]
grande, sabe que en cualquier otra parte te pierdes. Poderosa suavidad — allí donde Nuestras pulsiones se contradicen con frecuencia, ¡no hay por qué sorprender-
se apodere de ti ese estado de ánimo, estarás en ti mismo — ¡levanta allí tu casa. se de ello! Más bien, lo extraño sería que se desencadenaran de manera armónica. El
mundo exterior toca en nuestras cuerdas: ¿es de extrañar que éstas disuenen a menu-
6 [206J . do?
No hablo para los débiles: lo que esos quieren es obedecer y se P ^ J J . 6 [213]"
todas partes a la esclavitud. A la vista de lo implacable de la naturaleza nos^ ^ Después de Austerlitz la guerra fue más el resultado de su sistema que el des-
d o n d
vía ¡nos sentimos implacables! — Mas he encontrado la fuerza ^ yfa n i m í ]
Pliegue de su gusto:
en hombres sencillos, suaves y complacientes, que no tienen la mas y^j^x
ción a dominar — y, al revés, a menudo me he encontrado con que ^^fi 6 [214]
dominar es un rasgo intrínseco de debilidad: tienen miedo de su a ^ J, d e 0
Algunos jóvenes cuyos logros no están a la medida de sus ambiciones se bus¬
c a n
envuelven en un manto real (para acabar siendo, sin embargo, ^ j , sin fllOV e et
algún objeto en que vengarse destrozándolo, en su mayona personas, clases,
c e s i d a í
6 1 2
Es inste el final de los grandes pensadores y a r t i
la honradez consigo mismo. Les taita gozar de I vida e i
,
s t a s e n
^ ¡d ^
^^^^^ 1111
h o m b r e s d e l
— s = S SS;
d 0 a rP a s 0
eft
con alegría.
2 3
6 1 \ ! nuede ver en la pasión amorosa hasta qué punto nos falta la sinceridad ante
6|2I6| Ss mismos: es algo que incluso se presupone y en lo que se basa el matrímo^
Las opiniones son tan necesarias como las acciones de l homu 0 s
< n oromesas que nadie que sea sincero consigo mismo puede hacer). Lo m.smo
n i o (
por eso son «verdad para ellos»! Sólo una c o n d i c i ó n ^ e x t r a o r d i n a r i Z r ¡ ^ tPS sucedía con el juramento de lealtad de los subditos para con los principes
q U C
y acoeer otros modos de pensar nos da la posibilidad de distinguir Z f i a patria, o la iglesia: ¡solemnemente abjuraba uno de su honradez!^
erda
falsedad El ideal: una opinión que sea independiente de todo 1 ^y> 0 D e
31 y
único límite sea «el hombre». Son las opiniones que tienen que resulta?" % 6 2
prov
' Tendemos más a creer de las cosas aquello que nos resulta agradable. Los añi-
chosas para «el hombre», su estrecha r e l a c i ó n con las cosas (de las '- Q u
les que no tienen esa tendencia tan fuerte, que son más precavidos, se conservan
BUFÓN)
-A A A acaba
K V A N 0 E S T L
mejor! El temor, un primer paso para la honradez.
la larga la humanidad pagando
de manera terrible cada uno de
res — puesto que para sostener uno de ellos tiene que falsear otras cien C K T
querer ver. lo que significa que se estropea la buena fe, retrocede el intelecto, ¿ ¿ 6
'^Se dice «progreso», pero se quiere decir desarrollo, esto es, ir haciéndose y des-
1
ta la peligrosidad de la vida — * haciéndose [Werden und Vergehen]. También el d<eshacerse> puede experimentarse
como un progresar: pues, como todo desarrollo, está acompañado de placer. Sólo la
inhibición del desarrollo produce dolor.
«desde 1730 nadie ha tenido la pasión y la fantasía necesarias para lograrla
colosal grandilocuencia de un Pozzo y un B i b i e n a . » J<acob> B<urckhardt> 6 1226]
Esas criaturas tan agudas que ni siquiera son capaces de expresar simpatía sin
6 [218] clavar la puya.
Entre todos los que se han dedicado a la f u n d a c i ó n y propagación de religiones
612271
no ha habido ni una sola cabeza notable, a s í c o m o tampoco un solo hombre toca-
do. Esas grandes pasiones de masas son obra de las mentes m á s incultas,detupm Hace falta un fingimiento infinito para llegar a ser un hombre cariñoso.
que, como ios bestias, tienen una fe ciega en sí mismas.
6 [228[
6|219j El valor y el atractivo de la ciencia, contra el fingimiento. Si se toma a medias
«o se entiende su encanto heroico.
La fuerza posee la suavidad.
6 [229]
Cuando en el alma de un niño que vive en un entorno y época supersticiosos
6 [2201 ¡¡*» la idea de «tú eres el Hijo de Dios», y su madre, con su devoción, desde peque-
e v a
2 Seccionando que ese Dios es sagrado y quiere santidad: si a eso se añade
anhelar el genio como quien anhela un reconstituyente. ^ temperamento manso y una fantasía ardiente de visionano una confianza. tn.sx
m i s
* o formada gracias a la continencia y la soledad: así puede llegar uno a creer
6[221]
1
Véase J. Burckhardt, Der Cicerone, Leipzig, 1869, 396.
M4 FRAGMENTOS P Ó S H J M ,, S
6. N V 4. OTOÑO DE 1880
>W
0 * res que volvernos atrás cuando nos hemos equivocado A
C a m i t l
^o* * £ f o nuestro ha perdido tiempo). Una mayor honrarte ° lo
SS * guardia: por lo general, en esc amor ¡¡ á i o ^ ^ ™» m i £ s m o
c n C
l> ,t auc hemos tcn.do reprimidas. P«sonas, cedemos de súbi-
,onC 4
« ouls
° '
diferente. Su sinccnuau c» c x ni respectéT
l g U a > ¿ T V q U e
conSUP breZadCeSpíritU Se 3,éCtÍCa
es Hijo de Dios ni respecto de su conocimiento de la n a t u ' ,
posee una conciencia precisa. Entregado de pleno a pasión
O C «
* ít!N¡
d e
y d
s a
el
jetóríca. s»F^iSnS 1
v M"e.
y su
s u
*í5¡£
ínnradez
honradez nos hace indepenoientes
independientes de la inspiración de dichas
^ Sulsi™«
¿ Í iT *
que los hombres no quieren creerle, mientras que él sí se cree a iniadpél.SÍSi;^
f a m
^ O Helahonraae , , , „ _ „ , _ Pasiones. Lapro- n85 D
dondele su fantasía se
su fantasía se hace
hace cruel
cruel yy sombría,
sombría, yy sese inventa
inventa el el ii ff ii e ' o° : yVaT*
? S l m ¡ S n i
m S m :
5
crean. en
« él.
¿ i Su
d i poca formación le
nní*a formación le libra
libra de
de imaginarse „1 o_.r •i g e n ^° Para u_ Wu^
i m a p i n a r c » el í e r n
0 P a r a
510116
V e t o de una cosa o una persona la memoria nos provee de las r « m a ™
verse a si mismo en algún momento de manera objetiva: nunca • Pasió "° s
U n a
nnes que dicha cosa o dicha persona despertaron en nosotros con ocasión de o*oZ>
«y* d
i e
expiar es el haber rechazado su amor — u n detalle miserable Asi • Podra hlnradez, es decir, tener en cuenta que en su momento quisimos a aquel a quien
contra los ricos, el espíritu. la carne — su mansedumbre y su mduleen* » 0 S U rece|
hora odiamos, y conciliar la imagen anterior que de él tenemos con la actual sua-
ees y totalmente egoístas. son fi^ s n c i a
vizar compensar la actual. La sensatez lo reclama: de no hacerlo, llegaríamos con el
odio demasiado lejos y nos pondnamos en peligro. Base de la justicia: ¡conceder un
derecho a las imágenes que hay en uno de una misma cosa!
6 [2301
A la hora de contar algo, los m á s refinados se abstienen de extremarlas
6|2351 , .
turas de sus héroes hasta lo inaudito, lo c r i m i n a l o lo zafio: por el contrario, retó* El ejercicio de reconocer características diferentes en una cosa, dejando de lado
y suavizan los acontecimientos para mostrar c ó m o las naturalezas delicadas w«¡
nuestro afecto, da lugar a una serie de cosas permanentes que cada vez es mayor y
tan poco sufren: o que es ahí donde comienzan ya sus aventuras: donde para una más precisa. Este ejercicio constituye una necesidad: la de conocer las cosas en mul-
naturaleza tosca no hay d i f i c u l t a d alguna. — E l dejar claro acerca del propio héroe tiplicidad: base de la pulsión intelectual.
que no es el non plus ultra, sino u n h o m b r e capaz, es lo que caracteriza a todo buen
poeta" . Las historias de semidioses exigen menos talento, colores bastos — se
6
cuen- 6 12361
tan para la masa. Son historias ideales de fantasmas y de ladrones. Quien se — queda La honradez para con uno mismo es más antigua que para con los demás. El
prendado de sus héroes y de sus aventuras no es persona distinguida - pues que animal se da cuenta de que se engaña a menudo, por eso tiene que fingir a menudo.
debe ser pobre. — Trato con héroes y asuntos de encantos y maravillas lo tienen lo¡ Esto le lleva a distinguir entre errar y vigilar o ver la verdad . entre fingimiento y TS
1H
^hrsehen: significando «vigilar», morfológicamente es «ver la verdad».
74
Dichter. «poeta» en el sentido clásico del término, esto * * / " 5 2 f l 2
" U falta de concordancia temporal de los verbos se da en 0
KRA<iMENTOS Pt\STUM(> S
6 2 ,0
l - l ». . .
Los hombres ven en la naturaleza un valor y un S i g n i f
6 | 2
Mi C O m p a r t Í r C l 5 u f r Í m Í C n t 0 C S p a n t O S O
«emimiemo de haber pecado NB.
esta. El labriego mira sus campos con emoción p. 'cad a 0
" 'or, el - ^
la caza llev Pintor 4
simbolizar parar, sin darnos cuenta. Nuestros ojos*mirl ° *ov O ^ 0 n t i , 0 S « l * ! a nadie se le ocurra pensar que si Platón viviera ahora y viera 1 « „ ^
s e l ei b a a C 0 Q S I d e r a r m m
meso, ^ « . « - J y nuestra cultura y costumbres. — y lo m , ! ' *Po 7% 1 Ca
* - »¿E
caracteres: para mi son algo distinto que para t i : relaciones t ? ^ o , ^ m i
k Ms demás
U u s i n
demás están
están ahí.
ahí. —
— ¡Qué
¡Qué sienifi,^
BignifícaTeri " °ne s " „ ° 0"
a tr
lin — 1 « . Usi n
e s 6 | 2 4
E ! mal ejercicio del ver y del querer ver la realidad ha hecho se origine una
*nes aumenta sin cesar, todo lo que v e m n ! ° ' J» n C e s q u c
camiuau u . ~
¡£2¡S^¥
t
S fe citología también en las relaciones de los hombres, en su juicio acerca de £ £ £
re móí significación. A l contemplar el sol, p. j . , — nem " t ^ ' m os 4
e er ^sobre sí mismos, el «mundo moral».
P <> tamb
f.rl nñn de viejos significados y' símbolos, se
BÜ runo a la justicia, desaparecerán las interpretado °-v? t l e m p
6 24
tos /wfer tienen su derecho, y en definitiva hemos de respetar e s e T ¿ SUS atrib sino que destruye poco a poco la buena voluntad que es inherente a la creación de
de
6{24$\ 6(250]
En general ninguna acción se considera entendible, salvo la que responde a
Alabanza de la filología: en cuanto estudio de la sinceridad. Por su decad
encía fines: así como tampoco movimiento alguno en el mundo. Por eso el pensamiento
perec" " " " anterior trataba de explicar cualquier movimiento que se diera en el mundo como si
fuera conforme a fines y consciente de ellos (Dios). El que ya la acción según fines
6\ut\ ftímm no se considere comprensible constituye el giro critico más decisivo de la filosofía;
El íátaJ «segundo sentido» detrás de los sucesos de la naturaleza, las vivencias, con ello quedan desvalorizadas todas las tendencias anteriores.
los apetitos. la injusticia. ¡Pobre humanidad!
6 [251]
6 \242\ Cuando responsabilizamos [a otros], estamos presuponiendo igual fuerza en los
El «orden moral del mundo» una especie de astrologia. demás, y el mismo saber acerca de dicha fuerza — todo lo cual es mitología.
de arte, que resultan así más grandes, nosotros quienes las hacemos mejore y los ora los nervios.
nes de vez en cuando lo olvidamos en beneficio suyo. 61253]
b\244) El pensamiento, al igual que la palabra, es sólo un signo: no se trata de con-
¡Sinccndad cn el arte — nada que ver con realismo! £Á'agarsc bscnciaill
dene* de ningún tipo entre pensamiento v realidad. Lo real es algún tipo de movi-
del artista respecto de sus fuer/as: que deseen no engañarse ni em d o pulsional.
Producir ninm'm
n i n g ú n -f-~. i - imitar Im
la vivencia
m i s m o s , sino
el CiCC-W
vivencia (el efecto 6
[254]
^ d a acción es algo absolutamente diferente de la pálida imagen que de ellaaene-
m u s c
» "a conciencia mientras la llevamos a cabo. Asimismo es diferente de la una-
n Sir>c<T,
" dacU y «honradez» corresponden ambas a Redtlckkelt
1
1Mi
II
icl). u n s,„fl„ * «'jU 6. N V 4 O K ^ ( , [j| j
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¡ic "" r-i coi' — ~ * —
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^ ' h i h d a d tan poco
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ciuuHk.^^Ai^SN
^ ">"»>> a^ «v'ov co ca rdnah,, cuando SdfC* u mira con codicia /«Jo lo que en el presenu- y °*«"«mdiga-
10 q u e
p
M » « n en ese caso una ii % 'nN n
músculos"X ^
• ios nerv ios Hy a losimagen taJ2r*>r e I %*! n
posible titulo-
6 Pfl| faltaba saber investigar como acíua e/ Ziomore. Pero se creía saberlo
Ui ¡ la cadena más fuerte y nuestro mayor n
0
lieerus a mo debería haber establecido la inocV J - ? ' ^ Y k. 6 26
* ~ ^ hubieran convertido en u W ^ * ^ ' Lo que nos separa de la sabiduría india es la necesidad de actividad.
6 |25X| 6 |266]
pre que un abandone, cambiarlo por un alma superior. Ajinando el intelecto, los hombres se arruman: física y quizá también moral-
mente. — ¡Nosotros, los afortunados, que estamos en el Reino de En medio\
6 |25*|
Si habéis probado a pensar en I • demás y a hacer algo P «
mucho t»r " zar vuestro objetivo os resulte i m p o ^
¡¡¡J*£!, ^ 6[267|
La perfección de un Napoleón, de un Cagliostro fascinan: nuestra criminalidad
ha*-* de modelos, no tienen una conciencia alegre. Un buen ladrón, un buen venga-
máf ^ I L I I WM
v ICIW N v a. «OTOÑO o *
mal»» mequetrefe* hechos de trozos tornados | t e . y ll,
s n„., $, uno
q U l
" >* a ¿ % * M I
Ne ta no divinidad, la a l e g r f ^ ^ ' ^ s , el aP
Wos antcnonr*- tls
S c
um diversos, que acaso ac aben siendo enemigos.... nuis , . 61 275
! maldito !>u ^ fhos d e
" « . reformadores y predica*» i n a r
E l p r c d , w
> « hacer infelices a los hombres». * * » « « y nuestro
i c r
\ aiu»N ' deber r e q "
6 |26»l 1
a jvudar a «os demás m e n o s c a b a 6 1 2 f í W C r e C Í C n t e P a t é t I C < > S < C l S r L i p , n C r ) 0 l
V
uLa * * » ^ * <* Aerantes (USrta.
Esa inelinach :eysenburg>) M<
eióo. Pf
° P ¡ a bu ¿on^
6 irui 612?
s e desacredita con facilidad la pasióni taciturna con mirada sombría de Calvino
bres que tienen un alma grande mostramos Alemania no se cree que en la pasión haya ni gracia m espintu.
E n
resarcimos. 1 La senda
2 la visión terrible
6 |27I | 3 el reposo
Con una gran meta no sólo se adelanta y supera uno a la críti™
gran lefeo. ' ' C a S l n o
612791
El miedo a la muerte: «soy la carcoma»
Pérdida del hijo
6|2T2¡
Pérdida del honor
Proteger a un hombre de experiencias viles es lo más hermoso — viles nop3T: Enfermedad
sino ra él.
6 ]280|
é|273| ¿Hasta qué punto es conveniente intentar amar al enemigo? Nos libra del senti-
miento de insatisfacción, concediéndonos una victoria sobre nosotros mismos.
La esposa en cuanto inhibición, el esposo como medio de degeneración
6(281) ^'taM&imL&amt^-. «i§aV v
é|274| Imaginar la meta suprema de la humanidad en la muene — llegará el momen-
to en que ésa será la tarea. Para vivir, no vivir.
El aprobar y ei reprobar irreflexivos, el fingimiento, etc., conforman
red
nuestro organismo: poco a poco se le puede ir integrando también la vera 6(2821 -^awj *BL «o
arraigándola cada vez más a fondo, ¿con qué resultados? Se convierte asi o i i ^ ^ Los antiguos creían que la mujer era capaz en la pasión de lo verdaderamente
turbulenta de mentiras y embustes con tentáculos: muy útil para el J ™ " * ^ inhumano e increíble — en la época de Esquilo.
cación para la verdad — ¿e» una mejora del animal, una mejor adaptaci^o^^
nfraestructura
dad? — Nuestra simpatía y c o m p a sde
i ó nmentiras
, nuestroy fingimiento que o
altruismo, míestrai ^^^ *(2ft3]» i. m V Í > V í
contento mayor, más fundamental: entretanto esc r « / t * ' « ' " o b s t im ^ flfi
ni V é í
*alafe. La resignación y ese placer heroico que se da en la ^ 1 , 1
„ÍÍ«-' ,( »se Tacito, HistoHm V, 5. 9.
s o n
únicas formas del contento: cuando sabemos, i i i -
M mentira y ese~fìngimu-nto
L 1
llegamos - - - - *- "• n
i2wr 6 . N V 4 OTOÑO DE \
en cor» nad.c. duermen solos y abstienen M ttí¡i
m
, , s l
nujer ajena»* son
¡^¡¡naciones y aversiones morales. Son, por lo Umt, , ^
d c
unag
el max ma K ado de los hombres enviaba tribu, H
jtí « M l u , U ! i
.-abo de la "erra donde \ i\ la.» yl, '^k, «* 7 t a
^ cuales « h ? ° CÍOnei C T
para menos*: m
Sn¡
is « , ^ C m i , i d o
f mente juicios morales? - Las acciones acerca de las cÚli l
5*" nnnan de entrada juicos morales son todas aquella <T <» hom- cn Ucntr
bres se motivos, por consiguiente, no habia ñor „„ • 5
c u y o s a n entre
Tácito se reíiere ct
con sarcasmo a cómo toa judíos i 5 ' " ntender dichas acciones, los juicios morales s T «Z™*'*" *
a n
i M t e A l hacerse cristiana, R * * ¡ ¿ « | ¿
o r n a
a
< f nes», un planteamiento científico. Poniéndoles mnnbreMn^oT * ^
U b u e n o u
J c l o s
C o b r e s de entonces . " " ^ ó ^ laudaba uno de entenderlas por completo. Sócrates fiied « f »l «».
e , c l
T las entendiera. De lo que no dudaba era de que U ^ T ^ ^ "
M U C 1 3 8
fltf * ^ 'ondían a algo esencial. b u e n o , malo,
ctc-icorrespo '.-^
Licio de los d e m á s d i v e r s a s « c o s a s m e j o r e s , ,
6 |29
* r f £ - religiosas. O facciones «o el P ^ l o T m ^
ano). O sectas filosóficas. Pero siempre mayorías. El objetivo es: que cacTu^
Loa hombres buenos no tienen escrúpulos en los momentos difí c
lee su modelo y lo realice _ el modelo md.vulual. Para trazarlo es « c e S £ £
iles.
la ruerna de procreación y la juventud y la virilidad, toda la clarividencia de sus fi»
6 C S * 23S. conocerse a sí mismo. ¡De momento no es aún posible\
Cierto upo de jusncia; «he disfrutado con él de su felicidad H
el moneólo de la deshonra y de la culpa». 8 a d o ahora 612941
a
' f I e
tiene nada que ver con el fin originario de las campanadas. — Se ha cogido la cos- Con los pensamientos pasa lo mismo que con los movimientos corporales: he
tumbre de poner las necesidades en el nrincinio. de esperar a ver si tienen lugar, aun cuando quiera hacerlos, depende de si han sido
repetidamente practicados. Aquí el querer no es representarse el objetivo, sino repre-
sarse formas lógicas (lo opuesto a un pensamiento, lo paralelo, lo semejante, pre-
DESEABLE Su jsas, conclusión, etc.) en la forma del deseo. La memoria ha de poner el contenido
Contra el cristianismo, la me
C l a S 0 d e U n a t r a s e l a e m o r i a in c o l o c a r a c a d a a b r a a l g 0 q U C l e
valor se apoya en falsos dictámene corre" ° » tenta ^
t «ponda, y el juicio decide si encaja y cómo. Asi tantea el pie en el momento de
t 0 d a u n a s e r i c d c
Prom L Posiciones.Yde esos embnones de pensamiento que de
6 1 2 9 2 1
» ¿MW: o "4 U e
a n
« S i s e m o s : como formulamos nuestras ideas a panir de las palabras
Como desde tiempos inmemoriales se han e m i t i d o juicios urnbnu 8 n U e s t r a
«^Posición. Lo más esencial del proceso opera por debajo del
nones acerca de acciones), en cualquier caso se han í ó r m a d o a p a n " tes son ^ a - Es nuestro C A R Á C T E R el que decide si las ideas correspondien-
C 0 n c i e n
u
h pe K ' * S
contradicción, dc restricción, de aprobación: la apancion de
C , 1 C L A L M C N
te
penetre 1
ni í ^ . * < 13021 . cristiano repentino permite deducir un estado de crisis nrnfi A
n r
ft n s , s
™ Un ^° , oor lo tanto, actos atroces. Profunda, que
6 0 & cernen^. P °
Quien irai 3 icto bebe un trago d i r h
u u e
Ince
, gtmens kmmani, «el odio a la humanidad». ¡Es cierto! cOW* " d i 0 s
lo ¿
d
N D E t o d o
q
V,e
I no por eso entiende mejor el motivo de que hiena. Así también con las accio-
uando uno logra aclarar la muy turbulenta red de representaciones de la que üe-
. ^ ^ ( a a s e c a n c t e n z a a los cristianos. Se les creía capaces de nCS C
' a ser en su caso conscientes. Son todo efectos, que se pueden remitir a un
c
¿por que? Pesimistas c
Iinu/r.ï XV [44
K \ I O S It 1\ n 'Mi >s
6. N V 4. OIOÑO ÍI HtHi
M'i»
jilowK-u cnuc .uituv. % n m u m » la c \ p , „ , e u . 657
' ü ü ^ a S i n í > mos que hacer consideraciones mundana* para ios asión hace falta,
f> | 3 I 2 |
cr^ia d^spcfuV»-^ • * c u w
* g u s t o s y preocun* ^
C 4 g C TFT lugar de los confesores hemos de colocar fiU^io infelices o e
1* l
1 d C l V h 0 m bre, mientras que hasta ahora los ejemplares sup como soles pam
tvoo ouc uno vuelve entonces °ne s n p , superiores en su mayo-
te lop* chac
' x ¿a ha"
hecho
• « « g i l mi ven en la ciencia un vampiro para e! hombre 6132/1 ¡os demás piensen y sepan de nosotros puede venírsenos encima de
flue
<> 13271
Supues •ojue encontremos buena una acción, de igual modo suced ^ # . Hondura y energía del sentimiento, no olvidar: perdonar es un sacnficio {no el
veso Lo que
— una acción sea en si misma, útil o perjudicial, no tiene na Z^pi generoso y sin esfuerzo que un pensamiento se vaya, disfrutando por no tener
«o- Por eso es tan importante que las buenas acciones se puedan J* seguir soportándolo). Sencillez italiana, casi maldad a modo de manto protector
l l e
^, 0 ¡ o s S ( J
Se dina que en Francia el cspnt quiere dárselas do g c n i o * espíritu se eleva en Alemania demasiado ñor ~
quiere dárselas de esprit. ye
* * A| e r n a r i j
,\*Í ^ acaba enloqueciendo; un velo de niebla le envueWe *v
1
Sen-io * ¿ U m c n t e . porque no hay nada a lado que le m a n t e n g a ^ s u
6J330| rifl
61 .nta I " 1 ,° í . ^ T ^ n
' ° - < * "o es l t e r n b l e q Í n g e n Pu
a
La novella de Andrea, que ensenaba en Holonia (s. xiv) Rii- . £n Al* *"geniosa, sino la del asno ignorante la que aquí configura el conc^
de
tina, debido
de a su belleza. *^ *rá : ..de"»8? " Falta esa crianza.
^^culo.
6|331|
Lo M / o . en última instancia, nos parece ser solo un estado p d ÍIJ3*I* r un pensamiento, quemarse con él — eso es francés. El alemán se
áer V
ro
01 oX
M útil desde cualquier punto de vista: un bienestar intenso q haceT^^Sue Áf ¿ i ó n delante del espejo, y avisa a otros para que vayan
ns u p a s
u e
5 6p 0 f l
de todas las lineas y movimientos de nuestras acciones: la armonía de bra paia
s
admira y ^ *
muc
dades que llega a sonar como música. has ti]¡, U
6|339| pi iones: la piel que nos ponemos por encima, en la que queremos
O n
tra las mentiras son ingenuidades de maestro de escuela, y sobre todo el mandí'con- coraza que ^ de no se sabe qué fuerzas y pulsiones, una especie de sedi-
d u c t 0
e la i e
to de ¡«no mentirás»! ien- P^ ' F p r partes constantemente se va desprendiendo y reconstituyendo de
p u e 0
" Stendhal. Rome. Naples et Florence, Parte, 387: «Je Wfflarquc que, par»»
foni les Allemands, ils sont beaucoup plus influencés par un vain désir de fa"* V
transport d imagination ou par la conscience d'une âme extraordinaire.» • " • « o : « U pasión c s verdaderamente taro.» ¿De Stendhal?
FRAGMENTOS PÔSTlJMOS
6 N V 4. O T O Ñ O DE, U S O
661
vas° S
1 0
b r e ! i
os y me pongo igual que vosotros, más aún, me pongo malo '
)m
a s °
tr
s
comer y el beber, la aversión a las bebidas espirituosas ' * , 1
las bebidas«das —son propias . de .los que - dicen « l a vida ^«"ccen» o a i ^ ii a°~ ° P > o c n
P r
^''"cA
.. P o^r r w . U t «l
w
. . . __ . . . « t a n ••lí»nirxr» I Í S h : l « ; f : i n t t » ^ U i i n r l » » _ >
Plptl o 3 111
61 p¡ sentid d o el mundo con cosas iguales. En ese mundo de imágenes
00o, libros, no pueden elegirse lo bastante elevados, así que »'*, ^ « o S * s
n
• vam° -Los hemos creado nos imaginamos cada uno a sí mismo siendo la
hac l ttoS
^ \o$° mlS
rrnanece a través del cambio. Pero es un error: somos nosotros los
accrse v ulgar, hay que aprender a prescindir, .v/« hacerse La v
d e
^ni'arse " ^ I A lo 1 u ep
iguales signos y signos, estados y estados. c p a n
50
de Cr<isto> está muy lejos de desear ser un pecador por amor de los pecadores)
6(345)
61353]
Curiosidad por descubrir algo desfavorable, asimismo respecto a las cosas pos
m t o r n o C n e l q u e u n o n o s e c u i d e e s l o u l t i m o q u e 5 6 u e d e d e S e a r d C l m
ble y como para avergonzarse. N B para oT ? ' ° °
S C H a d o m i n a d o
6 1 3 4 6 1
pteteK a sí mismo, para quien se ha realizado a la perfección y
,9 T o m a r e i s el rnatr, 6 a m a r
Perfección. Los d e m á s se convierten en monstruos. Cuidado con
Diversión principal, molestar a los d e m á s — ¿por qué inmoral. d e, b r m ae niafanuha cnla CS
es solo un grado. Aquí la distinción de moral e inmoral no es también
ción. * ,. g im.^-
ntta dic
la
a c general "
a "a n C l Ó n
^rn f
0 10 U f a l t a
d
d
e
e
d e s
f ) a t h o s
6
1354]
Pero si, como dice Kant, la moralidad descansa necesariamente ^ ^
Donde
•Puede haber existido alguna v e / " , No baslará suponer la U * * £ ¿ ^¿M * C m r e 0 h e o b s
Judíos P P ' « v a U o la verdadera desvergüenza de los buenos ha sido
>* no es posible, g siendo absolutamente necesario i n a n l c n " C n s a u n
¿ S I U e
° en los comienzos del cristianismo.
J
Piaría ser q haya cumplido ya su papel? (contra [ •
U C ^
FRAGMKNTOS P Ó S T ü M o s
6 N V 4. OTOÑO D E 1880
f»63
6 j
He jugado a los dados con los mismísimos Drfn«j
J p nci
i . „ „ t e ingenua aun cree que sabemos por qué queremos. Antes
Pes de i . l J b
en
C
^ b l ^ ' lo único que verdaderamente tenemos para representar
c c i ó n
6 [356] * V . ¿x&r bo una ca que expliquen nuestra acción, siempre según el grado de d c
¡Escepticismo! Si. mas el escepticismo ¡de los PV„ . Utilidades <l ; ^ o : mas lo que nos mueve, [eso no lo sabemos ni siquiera
u
i s m
desesperación •w*n |
V Í i t o
V
"t bien, nunca! Nuestra acción, la interpretamos antes y después
del acto, ma»
á c Ü
6 3 5 7 1 l^' $ep C$
n ouede que dé en el blanco, pero en la propia interpretación no
in e C
1
¿el ^ o t e r p ^ te mueva a la acción o haga el acto. Ponerse un fin quiere decir
La toirifc entre un Dios a quien cada vez se piensa m I n
l
E
importantes de la humanidad. El amor de Dios los pectn W>«y. a
"P°Tu
3
iIíiagen
e n t a
6 {358} . .
el c J ^ S f c el que lo parezca!
En cualquier momento un sentimiento moral puede hacerse
gue a provocar una parcial esterilidad, p. ej., la pulsión de verdad nV^"' «lie
^ He. e
3 C a b a r
el arte y con el trato social refinado, así como con la elocuencia La con 61^1 con palabras! Y si uno sabe lo que son las palabras, ¡cómo se puede
1 La
ralidad La laboriosidad. La pureza. (Los puritanos, contra el teatmT ^' libe- ¡pensarnos ^^ ^ producir directamente movimientos! Son obviamente
Jenof
tra las agonales. Platón °' °nte.> con. e
creer q" e e l
t a s pulsiones están instaladas tan cerca de esa región del
Q n u e s r
la a partir de sí. Faltaría cierta resolución y sosiego íntimos y p o s t r e r o s iMás causa, de m ^ nuestro conocimiento tanto mejor acotamos las palabras,
ri roso e s
g3)
nunca espíritus guerreros y aventureros! Los poetas aún tienen que descubrirla mácenes en un espejo, y ¡hasta copias de tales imágenes! Nunca se dará el paso
posibilidades de vida, el círculo de estrellas está abierto para ello, n o una Arcadia o ^conocimiento de causa y efecto. Conocer es para nosotros describir, de manera
un Valle de Campania : se puede fantasear de manera infinitamente más atrevida
91 más o menos imprecisa, lo que es sucesión y coexistencia precisas, cierta memoria
con ayuda de los conocimientos que se tienen sobre el desarrollo animal. Toda nues- aparentemente unida a una suerte de imagen (una unidad atemporal):
tra literatura es tan terrena, tan pequeño-burguesa, falta aún la gran posibilidad de
hombres superiores. Sólo después de que la religión muera podrá v o l v e r a proliferar 613631
la invención de lo divino. Ahí detrás, en el bosque, donde los árboles nada han oído aún de la ciudad, ahí
comienza el muchacho a dejar de pensar en la ciudad.
6 [360] .
61364]
Una cosa hace falta: aislar a los hombres de talento, que se alimenten eUosm -
95
mos, que se abstengan de fama y de oficio, que se menosprecie a t o d o s l o s ^ ^ ¡Infinitud! Hermoso es «naufragar en este mar» .
y todos Jos sucesos que resulten de las grandes muchedumbres. Una r' ^
periódico en una gran ciudad no son m á s que puro «espectáculo», «a g° 613651
Todas las pulsiones, en origen relativamente conformes a fines en su efecto
6/361) pables se ra- («bueno» y « l » ) . La moral surge a) cuando una pulsión domina a otra, p. e j , el
m a 0
f r e n t e
mifica y perfecciona, y nuestra vida intelectual también. Esta u ^ dables > lamentarán en ese caso otras pulsiones más débiles mas no se satisfarán. Las res-
agra
v t _ *-J J " W V U H U - I UU * - - <~ —
1
- > «•-' * e r n , c n d
V w / t
"" T
™ Muc fyun e w /
^s , v'1 t l l n |
U ,
v
, ;
fucr/as: ¡cómo pretende», además escucha i
i n s j n
665
- « r i e , ,'^
ante
a r u c la
m posible satisfacción es —
amor a los niños, el apego a la
lo que ~ constituye
v w n M i i n y ^ .V
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o r C U |
- »
S \ n 6 n
, l 0 ,
t u
U )
y
y s
t i h
vU^lV' derrui. y 1«. engañará, al parecer noble altruismo o e ' n ^ '
Pero no ç S
* U ,><>>> > l N
1
expone a peligros. Los niños > la propiedad son a ' ? * C u
" poco de
- r a rabones no bastaría con deci «son algo :
supone e. en.Pcn, uv vaso omiso de los \nm¡3£?***> * * r S S 0
de que actuásemos según Unes, esto es. de que , " * P < * ^Sfij r
ü r a r
e l
cuenta que la caza fue U dedicación principal durante i i m e s d e
nosotros, mas uno podr,. no ser capa/ de captar ^ sIV'^bl'^í «fifí otr cosa es a
_ .Ltttn i 4
Kü^r» í n v i * * m m i i » r i p i a r e * * » C L
A__ a
• Se 'ati
0
2oens l mí Pues así son las cosas: con nuestros errores y descuidos procura-
|tfnl
P rl o s P
f suponer. Aun J M es bien grande el engaño. ° «tOth/<k H
9te Je;
6 |366] (3721 hombre o pensando en él sentimos productividad como ante ese pai-
Lo esencial no son los motivos olvidados y el habituarse ^ d e t p u é s de habernos alimentado.
r n
como supuse J / r / f j . Sino las pulsiones de placer y d i s p l a c e r ° v i m i e m saje,
^ el~.provecho aue v avaya
v a « a^ obtener
k.
a r e n t e s
ere lo agradable
quiere agradable v no por : sino n de
i " fi<uno
. 4 U C
vunes
nPt
acc o es agradable. Se logra el fin, pero sin pretenderlo. Los mov P« lapro
6 [3731 irnos un fin, nunca aplicaríamos los medios con toda la energía: mas
egU
Sl
teros de diversos tipos que contribuyen al fin de la conservación l Placen. l m i e n t 0 s
-tos nos proveen de la ceguera necesaria. Todos los hombres de fe son así de
vés de ta selección. an a tra- S e Conserv los " lStin
su artículo de fe no se ha originado en razones: sino que con él logran una
ma
T7al)e alegría íntima. La inclinación a pensar es algo que se hereda y se educa,
6f367J «decir, se hace pulsión de pensar.
Si é l « me lo pidiera o yo adivinara que me necesita mucho, incluso contra mi
propia convicción, yo me pondría de su lado. Ésa sería mi debilidad. ¡Mejorquedar¬ 6 3?
' E! hombre actúa siempre según la representación que le resulte relatix-amente
nos solos y dejar solos a los que nos necesitan! Somos capaces de mucho fingimien-
más agradable. Pero ese cálculo es a menudo muy difícil, y la práctica a la hora de
to: y en consecuencia también de mucha transformación y de una segunda hornada.
distinguir los innumerables grados muy escasa, principalmente porque la fantasía ha
de tener la potencia necesaria para determinar las alegrías y las penas futuras, asi
6¡m\ como el goce actual que quizá se dé ya en la propia actividad.
¿So sentís nada de ia necesidad de tener razón frente a alguien y demostrarlo
públicamente? Vuestra crítica ¿es tan ligera? ¿ O es que vosotros sólo os situáis una 6 [375]
vez que ya se han situado todos? ¿ N o os dais cuenta de que él os quiere dar lo mejor Si hablo de los motivos de determinadas personas, es porque para mi es una
v a l l 0
de sí y que vosotros deberíais aceptarlo, aun cuando no os pareciera ser ^ | ¿ n cuestión de honor. NB.
hasta perjudicial? Pero hacéis como quien vive en estado de defensa propia, jj
tenéis razón. Os mantenéis con esfuerzo, y todos quieren endilgaros ag 6 [376J
podríais soportar. Él dice: ¿un re^aloU vosotros decís: una obligación No pretendo imponer a la cente nuevas cargas pesadas, sino librarles de cierta
carga NB
6 |369| estruendo- 6
13771
La vida que lleváis vosotros, funcionarios y políticos, ^ J j ^ i a f c h * ¡Lo del Estado, sin esa coacción tradi-
so. a vuestro alrededor suena un arroyo y las ruedas de un molino, cionnT T m o d e
B*ad0 posible! No necestto del Estado, sin esa
, 0 n a I
«* habría procurado una mejor educación, una educación mas adecuada a mi
* Richard Wagner.
me bMhííM *hiHf*iU* I* í u c r / 4 q ^ . w .
, H1
P Ü I dr nucitfo •Jredrtttii H T U « rry^ *
r
: rruWft prudente y «UEiMrm.U Sim i . . . **i | ,rrw* «"
U
, w
netUrtUr/a. que no es ni nula ,„ Siena v •* ü
1
I •
pea»
de pdspo a l f a v o r e c e r tan c r u e l contagio de la pena? Es ¿/2c// no comparará
asi que descriarnos evitarnos la oportunidad de hacerlo y vivir
**» •• '*py»y*^a i ii n ^ i jj^gggal
Los colore* más delicados en literatura y en música, los vea seso los
• ÍMIi
taMpílos llenos de interés — ¡qué pretenden ésos en estos •
pcsstksuer me parece algo superf icial en Jas cosas del alma, se haaJ
l sssfhdo poco, un pensador debería tener cuidado de no endure.'"'
donde va a obtener entonces su material? Su pasión por i , >« plato ahíwa ron gran precisión lo rcpulsissa — ¿por que' el
wfuuntementr grande para desear sufrir por ella; él se ex anda prrr ahí. La ra/on no es la degeneración de las el
No era asesor m~ ted de conocimiento, temía por su rq
M
v
'^"cupación.
6 , NV 4. O T O Ñ O DE 1XK0
613911 , J .
la necesidad de rezar, así como la de arrep ,r er
,081 .«« propias pasiones nos atormenta lo que pensamos de las pasiones.
6 ,392] &¡h q ue13
Aiando no ven de modo patente que el fui de una pulsión sea nece-
El fanatismo moral
de los filósofos antiguos p r e p ' ar , !¡ hombr ^ n, eS
o es el caso del alimentarse o del evacuar, etc., creen
a c i ó c o r n
C a m i n
se le dio demasiado valor a la salvación del alma. Con reían - ° del 13
rflua se la puede suprimir, creen, p. ej., envidiar, aborrecer o temer
profundamente inmorales, y ésa es nuestra w « / o / y en
a
a I a a
mi J ^ n i ^ , ^ siendo sup" ' hacerse de ella, lo consideran una injusticia, o al menos
r des
6 1393/ i». ¡L <^ !Lra nuestro provecho. Para eso es necesario que la conservemos no en
inar
Las personas que no piensan en absoluto en sí mismas p Ir su cus fuerzas, como una comente que ha de hacer girar el molino. Quien
fieren no pensaren ciertas cosas (las mujeres, p. ej., en l 7 " " ^ ^ t o r i
la^'^ fondo se ve asaltado por ella, como si fuera un torrente que al acabar
y a a
actñ
CtlV dadd C 0rirt olaC C
" °no baja destrozándolo todo.
no digamos en la pulsión sexual) — esas personas internmf, ' elvi l: -
(1
d S l o s
el invierno n«y
de otro modo y prefieren no ver y no admitir la amplTnfcó^ c.° °
P a S Ó n
de ensueño y que Ies resulte místico, a lo que sucumben mucho ' 61399) tras pasiones una vida superior, evitando las descargas
much d a f a nues
intensamente, puesto que se consideran idealistas. ¡Qué no sab or? y
w i i °" U
y el desciframiento moral-religioso de a o ^ j , nam 0s, e Por placer ante lo humano son ,1o nuestro! Nos perdo-
p s i c o l o i c a
^- /o
, ra indiferente y despreciable. f / Y ^ t ó sucumbido el
e
c n o
más, nos despreciamos mucho menos, hay muchas cosas que, aunque
m FRAGMENTOS ^ S T ^
tiles. ' n U M t t
"»P«coq>.N Q n
eos del
ti a>stro, pero LOII
rvsuv. pcu> con esa
csu precisión
prvcision me los u n si" /me s .
0r
y ,ma
S'nando.
< |4lU ,¿ crueldad adjudicamos a otros hombres las pocas virtudes que nosotros
L na tnv-iaJidad muy propia de este siglo: no se d 6 1 ue
UCSTRA ¡Con Q V a c a m o s a pincharles y a atormentarles sobre ese extremo' Con el
diciendo que ha de haber alguien que recompense a7 exi , a
st
mos y " f a d quiero también proceder humanamente. NB. En cuanto exa-
malos. En que eso sea necesario, no cree nadie (como c ° ° y 22*^1* S b U e n 5 [ene v e r d
. ram° ° , s c n
¿ 1 y
|aV 3
6(404] Jal* ' •• - f y - ' «5*
95
casarse con su buena fe . 61 ' ' 4 2
efecto nos resultan incomprensibles, puesto que ambas sólo nos llegan
v
CaU
> n c i a en cuanto copias negativas y entre ambas no hay más que sucesión.
é[4t5] i I» ^sucesiones está hecho el «cuerpo», la «cosa». No percibimos movimiento
D e
Quien no ha escuchado a su sí-mismo superior, sino que sino varias cosas iguales sobre una línea pensada, tampoco percibimos linea
alguno de duración, sino que nuestra sensibilidad tiene momentos hechos conscien-
su cargo o a su familia, suele hablar siempre de «cumplir el d e W * ' * Socieda
<loa
alguna arados los unos de los otros) y dichos momentos los juntamos, los extende-
pretende es tranquilizarse. Pero sobre todo E X I G E de los demás* o°bed°e ne s o
lo qüf
!ÍS
orden vigente: se justifica mientras ejerce coacción mediante h ^ ^an ^como tales y con ellos construimos un cuerpo consistente y duradero a base de
e
daciones particulares. Pero como la misma cosa en movimiento es una ilusión,
e Iamaner
acom 0act¿a
14061 ato es como el movimiento que nosotros construimos tiene que ser algo distinto que
la «realidad», así también esa imagen construida y debidamente fantaseada a base de
La idea nueva me entusiasma, voy dejando de sentir si es mía o de otro o - \arias sensaciones negativas tiene que ser algo distinto que la realidad. No puede ser
absurdo sería sentir en esto celos! Y, sin embargo, ¡qué terrible historia la completa, puesto que consiste únicamente en relaciones para con nosotros, y eso de
reetmiento de la verdad por causa de los celos!
nosotros para con lo cual no puede haber relación alguna, impide que haya una repro-
ducción total. Ni siquiera en cuanto copia es completa. Tiene, además, como condi-
6(407) ción el que la cosa en ese momento en que nos hace impresión sea la misma cosa que
Los hombres con máscara, los llamados caracteres, que no se avergüenzan de en otro momento (en «el siguiente» — decimos, y nos engañamos) vuelve a hacer-
exhibir la mascara. nos impresión, es decir, tiene una segunda relación con nosotros. Un árbol que pri-
mero resulta largo, luego redondo, después verde, etc.
6f408J
2) Con condescendiente generosidad recomponerse ante sí mismo, que uno 61413]
persigue un fin bien pretencioso: ser vanidoso con los vanidosos, enamorado con tos El espacio de tres dimensiones es inherente a la representación, así como el
enamorados, hogareño con los hogareños y exaltado con los exaltados. movimiento, la tercera dimensión «sólo se consuma en el tiempo». Asociamos las
particular lo que pecamos en todos, apartándonos, haciendo daño, etc. toe superficies a una unidad que se nos va haciendo visible sucesivamente. Nosotros
bien que los hombres se tomen venganza en nosotros — ante tan insolente jsmos en cuanto seres cognoscentes somos una fuerza que siempre está dando
as
desviación resulta justo. * y Producimos de ese modo una sucesión, aun para los objetos fijos.
H
«Ex; C
remite a ^ « m a d e r o » se dicen en alemán übertreiben y Treibhaus, y el radical treib
FR>> M A L C M Á N N O C A B C AMBI ÜEDFLD ALGUNA: SELRENPL
ben W A Í T ™ * « i «Pulsión», equivalente al «sentido [para la verdad]».
i-KAi.MiNms Vi » s n , M o
6. N V 4 OTOÑO DE IH80
>s los emocionado»*' que se
t . n i l l c
lwr
iwfeftu. lo contrario os cierto de | Q no , i t
, «n.mal. i n c l u » J o serán as de un hombre respecto de las de oiro
„ y en é f ^ o a l a otra hora en otra cabeza, n, siquiera lo es jamás en la
6 MMI
'
""^
1
!
1,1
i #^1«* l a T n . a c . ó n media de una hora es ¡diferente para cada homb¿
«rSeamos simplemente naturale»! I a uatui.ikva c J¡¿ ^IJyres juntos DIFERENTE de la de una hormiga.
n , r eso se se vvaloran
e u
a . » - - - tanto. la» ideas habituales,
- ~ i que — hastaMse convierten
: convierten
tram* 11\ I V ' •* reano cae sobre nosotros de manera E 5 ¡ * H k W , .
¿Quedehile J o r q u e suponen una especie de verificación de que el hombre con
tos crea cierto sentimiento de c u l ., . y| \ D a
n b I c
ft
!
t í
50" ton
¿atoríafc P ^ . Este «no haberse ido a pique, vale como prueba de la ver-
i q u e
a
- !AZI*1» idea-
y e
\ , - ^ de
' nndiciones de existencia
i d e a
existencia del
del homn
hombre las conocemos de manera muv
n
0 laS
^ coi» / c i s i ó n en sentido estricto acerca de lo que es verdad y lo que no es
6 ,4I0|
into llevamos ta justicia demasiado lejos y des «red* * «..edefuní
0
- - . . ~ y * , u
j t#Kr Pani
es ver
verdades individuales — una relación absoluta es un absurdo. La
tO. Ut amblen atrás la posibilidad del conocimiento °n <la í > de n o s
j B c W t o d o tiene relación (, también relación ¡ J ^ ^ i ! rúes só'° hay ^ y la frecuencia, los objetos, el no-poder-ver, no-sentir
e s f u e r z 0
•era de P L j 0
e n
Jo según otro individ<uo>, restableciendo de esa m ° ^ COj, A n s realmente condición de nuestra existencia. Cualquier error
e s 0 e
cosa
i nu>or (aunque quizá la sensación sea más pura ^ ' W lue£ a Í n juchas ^' n . Generalmente cometemos errores, estamos, pues, de algún
a r a e a
tambie H e s a s
c
perj udlC
g i cesar por causa del pensar, lo único que podemos hacer
idado de nosotros, más libre) ' «npatí eS s n
habern a
jflodo enierm ^ _ _ „ , ; i p t n nns rpíiilta ncrccsnrí Ac min»t-i absolutamen
t «k» n n / m n
^ d í a . es la excepcon.
ae esconden en lo íntimo y su exterioridad queda enmascarada y
<J»_ jAy; la mirada — pura superficie, fría! y C O m
° Pari]Ei- 6
rdad en un acontecimiento histórico: todo tiene lugar en cabezas que se
j o c a m e n t e de manera falsa e incompleta.
6 [4I8| ven
Sólocooocemos el negativo de todas las cosas que nos afectan, como Q U
6
la impronta. la impresión que dejan en nosotros: no la esencia de las cosas sino 1 ^ ¡Jamas compartir los pecados de alguien! ¡Antes cortar el trato!
por lo que hace a una restricción y una limitación determinals°
6 [4241
6 1 4 2 0 1
6
1426|
o diferí
Tanto la sensación de duración « n m n la th-A espacio son de segur ani lales n o
bi d e ! .
en ? « w n o s se despiertan al hacerse la oscuridad. Sus ojos están tan
^h '> L C • 0 8 C
M t a r i f " diurnos. ¿Por qué revolotean sólo de
o m o l o s d e l o s
idos» s a n i m a
° - l e s dependen de la luz por mediación de los ojos.
"die Bewegten: «emocionad»»» y.... literalmente (quizás aquí mejor). «n**
*74 1 K AUM! M o s PÓSTUMOs
6. N V 4. O T O Ñ O D I : 1H80
075
«Estaba de moda que las mujeres jóvenes. ) a c n
Mosotro» SÓLO movemos cosas uue son -
en eso consiste nuestra
cieran. se excitaran, se conmovieran y al tiempo ri¿£**N C o
s e
>ble- ^ , espejo. S. hacemos abstracción de las cosas, desaparece
c
u brazos, balbucearan, lloraran. > entraran por n u * * * / ' H l * p ¿ ¿ S i *
e l
c n S
• c0^ \ \ m f ner/a en m o v i m i e n t o es un absurdo — para nosotros
UI1
e n ¡ £ S } N¡
A c
^ " S i n ^ n s captar las cosas, acabamos de nuevo llegando al espejo nada más
61428/ . . ^ , Si ^nsarnlnto r e a l m e n t e no es otra cosa que un juego muy refinado del
La apropiación ¿el pasado — ¡cuanta simpatía, pasión R e t e j i d o s , las f o r m a s l ó g i c a s son las leyes fisiológicas de las per-
ir se* " ' í e s N u e s t r o sentidos son centros de sensaciones desarrollados que
ttr
/Vn> la historia, si se practica por tal motivo, ¡trae una r *5 .• estilo ^ r a n hay] cuerpos
Seci
,! El pasado ,no prueba LO QUE UNO PRETENDÍA! *r)c¡ a flQ #4*
61 4351
io en el q u e las cosas a p a r e z c a n n o en cuanto superficies sino en cuan
6 |429| ijn espej
Todas las relaciones que tan importantes son para nosotros uerpos
ms * i*tas en et espejo, no las verdaderas. Las distancias son l d ^ " ^ *** fl
a s
d e toe
el espe,o. no las verdaderas. «No hay mundo si no hay espejo» e T T * ? ^ * * 614361 produce un e f e c t o t o t a l m e n t e diferente en quienes han de desme-
i a s m 0
r d a
todas assesrras relaciones, por muy exactas que sean, son descripcio Mas E l e
" ser felices — r e n u n c i a de sí m i s m o . E l e j e r c i c i o de l a conciencia ™ se
S hortl
bres. no del mundo , son las leyes de esa óptica superior, de la que n o T * '° - éirse P ARA
EL
S
LOS a i s e n t i m i e n t o de f e l i c i d a d y s u p o n e n que el entendimiento y e l ardor
P sibi,ida
de salir. No es apariencia ni es ilusión, sino una escritura cifrada en la ° d pone e n s a c i ó n
0 s e e X c l u y e n . Alzar el vuelo con aguda vista de águila — de eso son
S e expre
sa un asunto desconocido, — para nosotros de manera clarísima, hech ^ ' tipaces, necesitan estar c i e g o s , v e r s e d o m i n a d o s .
tros, nuestra situación humana respecto de las cosas. Así se hallan o c u l t é ^
sotros las cosas. °- p a r an
L |437] 1 0 1
Suponemos —erróneamente— que p o c o a p o c o se d e s e n t r a ñ a r á l a verdad —
6(430/ ai, lo único que se desentraña es el hombre en su relación con otras fuerzas. É l se
forma la plenitud de las relaciones: es decir, l a p l e n i t u d de las l i m i t a c i o n e s y errores.
La mosca que no atravesó el cristal No son errores absolutos, sino del estilo de l o s e r r o r e s ó p t i c o s . ¿ Q u e f o m e n t a m o s l a
ciencia? ¡No, el hombre! Así será más robusto, m á s d u r a d e r o .
é(431J
6 [438]
No vemos el espejo de diferente manera que el mundo que en él se refleja. Si se
hubiera vivido de modo estricto s e g ú n un sistema moral cualquiera, l a
humanidad habría perecido. Lo mismo del c r i s t i a n i s m o . V i v i m o s t a m b i é n gracias a
é\432) la inmoralidad.
El hombre nos vela las cosas.
6[4391
6 |433| |o
En este espejo se da cierta regularidad, una cosa sigue siempre a la o t r a ^ Con el conocimiento no hacemos nada más que lo que hace la araña con la red
llamamos causa y efecto, mas no podemos entender nada, puesto que solo ve y cazando y chupando: establecemos nuestras necesidades y su satisfacción, sol, es-
re las y átomos forman parte de ello, son rodeos que nos llevan hasta nosotros, lo
imágenes de /a causa y el efecto. , - tales ]o d e
( r e l a c i o n e s
cosas. Mas una cosa que es la hay sólo desde la óptica humana: no po toral!/ supuestas). Por eso nuestro conocimiento no tiene en si va¬
g U n o : S o n
meras leyes ópticas (metafóricamente hablando). El propio hombre,
nos de ella. Algo que devenga, un movimiento en sí es para 00*01
M í C S , C
izad» "" C h l i n ' " consciente», no la conciencia moral. Ge*issen
l m: e l s e r
1
X -„
. íí'^uns
t ú« * * X
' P ^ . T " ^ l i d u
«i* Pensar en una se¬
í era « c i e r t a a m p l i t u d y fuerza,,, que no afectara «a éste y ése»-
i d C t t
C C a e C M O
a
n
1b i r
******** ^ 5 5 g
ill ns escépticos, nuestras acciones son experimentos, cálculos con
6 \**± que s ° m o d e s c o n 0 c i d a s — m u y mteresantes, por lo tanto, porque no se
Nuestro conocimiento y s e n s i b i l i d a d es como u n p u n t o en U n
ñas * r a c i o n e s pueriles de nuestro poder que, cuando fallan, nos disgustan
a g
S m s
m que Je contruu uichas leyes como la consecuencia de dicho !** ° ° 61*43' lsión de generosidad crece cuando crece el sentinüento de poder, l a
n n
rest
errónea, como si hubiera unidad de medida de la sensación; dondemS ^c ci6tl
espejo v órganos del tacto, surge una esfera. Y si se prescinde de dicha Seden 6
1444' envidia, o d i o , e t c . , t o d o s c r e e m o s saber lo que errvidia, o d i o , etc., sean
desaparece también el conocimiento — el concebir «relaciones absolutó triCCÍÓ,L
A l sentir m i s m * 0 a l p e n s a r : c r e e m o s saber l o que pensar sea. Experimentamos,
absurdo. El error es. por lo tanto, la base del conocimiento, la apariencia s S C S n
_ ¡un error. ^ Q S s m t o m a s de c i e r t a e n f e r m e d a d que para nosotros es esencial-
pmnmdo muchas apariencias se logra la verosimilitud, esto es, cierto gradod ^ s i n e m * > a r ® 0 n 0 C i d a y nos p a r e c e q u e p r e c i s a m e n t e en eso consiste l a etifermedad.
) t o d o s l o s estados m o r a l e s s e g ú n l o que conscientemente sen-
a
• -» • — ci Umni<> «¿Win «e Hire v se cree es hn«f> aem*»».. J . Pa- mente t l e S C t
n o m 3 r a r n o s
hombre y el animal erigen de primeras un mundo nuevo de errores que poco a poc ^^Tellos y e s t 0
t a m p o c o de m a n e r a p r e c i s a , sino m u y aproximada. — A h o r a
v » corrigiendo, al descubrirse numerosas contradicciones, con lo que se va reT
Ú m
h e m o s descubierto q u e e l querer s e g ú n f i n e s l o interpretamos fimdamental-
ciado b cantidad de posibles errores, o se persiste en el error. «Verdad» sólo hav ^ mal T a m b i é n es p o s i b l e , p o r l o t a n t o , que entendamos m a l todos l o s afectos
raímente en las cosas que el hombre inventa, p. ej., el número. Introduce algo [enél morales; que ya los s í n t o m a s l o s interpretemos m a l . s e g ú n los p r e j u i c i o s de l a socie-
1
mundoj y luego lo encuentra ** — ése es el arte de la verdad humana. Por eso, la dad, que tiene en c u e n t a sus p r o s y sus contras.
rnayoría de las verdades de hecho sólo son verdades NEGATIVAS, «esto y eso no es
aquello» (aunque por lo general se expresen de modo positivo). Esto último es la 6 [445] t _ .
Los estados m o r a l e s s o n e s t a d o s fisiológicos — e v i d e n t e , p . e j . , en e l amor. Casi
fuente de todo el progreso del conocimiento. Así pues, el mundo es para nosotros la
suma de las relaciones que tenemos con una esfera restringida de suposiciones bási- todos esencialmente a g r a d a b l e s , e s e n c i a l m e n t e necesarios p a r a el organismo del par-
cas de carácter erróneo. Las leyes de la óptica son todas errores, lo mismo las del ticular.
oído. Suponiendo que en la existencia hay innumerables puntos sensibles: cada uno
614461
de ellos üene su esfera, cuya amplitud y fuerza depende de las J ^ ^ r e a c i o n e s u
• , ^ c j
[4471
Sehet» & *«» es «apariencia, aparición»; Wahrscheinlichkeit podría entender ^ e , |e sen
dob
retóri ° L Sm ¿ S Í C O S
y l o s
escritores, que siempre representan algo que ellos no son, los
_ , por eso sign ,
n c o s
txto de Scnew y con la presencia en Wahnchcwhhkett del propio ^ y los actores
Juega Niewhe con la relación entre «inventar», er//W>'/i, y «enaa
6|44K| 6. N V 4 . OTOÑO Dl- IHM)
Estas cosas las conocéis de pensamiento « n
U > V l ,
vuestras vivencias, sino el eco de las de otros- " '
a i n °«t0| n
«1 ca
5
propio carro. u o t n
« £ >
rr()
mb|
6l' fl transmitida, saerahzada. Cierto es'que
£ ""Piensas; pero no se exigen por los castigos la. r e c o m p ^ °™
y e n
0
A P*: y r c v W /a.v c o m P
¡y por razones DBKX3WOODA81 * "
6 |449| t#* L oS
autora
La insistencia en el pecado ha multiplicado por d*Z» unü
de las consecuencias personales de cualquier acción disi" !? *ió rcfle
P
a y é n d ü n Cgoís
• ,»n aue bueno y malo [jcWecní] sea la acumulación de omerietim*.
consecuencias para los demás. L o injusto contra Dios - ! [ o s H ta 6
K 10 «
2*
y »o madecuado. Todas las p ^ e ,
e s c
ser notable la./ú//u de reflexión acerca de las acciones v • ^ «Orí J á C
^ « K t o « V conservan exactamente i ual de bien la especie que
H
honradez.
9 Sta
el mar y los olivos y los fascinantes pinos solitarios, todo ten °° ' ^ s T N
De la misma manera, saliendo de uno mismo, podemos tratar t ^ u ^ ^ c u b ' '
C nl o s
bres. como viajando por ellos y descubriéndolos, y hacerles verT A ° ° C°' ^ [4581 Confidencias
para que nos muestren lo que para ellos es su propia belleza, solar 2 y ío
al amigo más cercano y al
Si nos quedamos suspensos en nosotros mismos, ¡cómo vamo ° estuos^ más cercano enemigo.
y a enriquecemos! Para alimentarnos tenemos el placer en lo extraño mos rol,a
sario en la alimentación. El placer en los hombres es necesario na™ » " ece m c l u s¡o n .
tóc/o/i nuestra ü d r a
aforra. 614591 j _ _ pasión de la
a
honradez.
105
6 (451|
6[4601
Los emigrantes.
Ensalzar más la amistad. N B E<merson> 149
6 [452] 6|4611
Passio nova
NB. ¡Entablar un sentimiento fraternal con los grandes espíritus y rechazar la o
rivalidad! ¡Nada de aislamiento! sobre la pasión de la honradez
6 [453} ^ M
6 [454] ser
El egoísmo desvergonzado del amor, ese querer poseer solo, ese quere
apreciado solo — ¡no tendría esa fama si no fuera tan agradable.
1W
Véase Emerson. Versuche 149. en cuya página anotó Nietzschc: «£ste ^ ^ ^ ref.«
la comparación. Dina que poseemos un lenguaje para los hechos quima.;- ^ pein sa
al siguiente pasaje de Emerson; «Me encuentro por fin ante alguien tan ^ ,c rcscrvaS
c n t u
modo tan semejante a mí, que [...] ante él me es fácil presentarme ¿ .) N s c h c
1 líl plena oscuridad somos enteramente nosotros mismos: l a fama hace que
e n
7 31
' F1 cristianismo ha considerado bueno el sentimiento de inferioridad (humildad)-
¡y hecho de él una pasión! ¡Para así elevarse!
7 [41
«Con 40 años es uno un camello, con 70 un mono». Un español
715]
También nosotros podemos tener nuestro gusto: mas ¡no es ya el gusto obliga-
do, el eterno! Toda época lo cree ¡del suyo! ¡Y nosotros no podemos! ¡Una situación
totalmente nueva!
7 [6]'
«A la larga, de la naturaleza acaba uno viendo sólo las vistas que son análogas
a nuestra manera de buscar la felicidad: el uno, sólo lo sublime; el otro, las perspec-
tivas raras y delicadas. Todo lo demás le aburre.» St<endhal>
7171
^autenticidad se ha convertido entretanto en una expresión dura para refenr-
a e s a
!¡¡ , Pasividad, gracias <a la cual> un h<ombre> o una mujer traen a este
j Sq u e s e a r e c e n
Lis7t T ° P a su padre ¡y no a sí mismos! Artistas pasivos como
ra
m b i é n pensadores a los que se "les impone virilmente cualquier tipo de
* ^lea i R 7 t
B S S
8 /
h 0 j a s e n o c t a
^ 1>2 páginas, con anotaciones de Tucídides (de la última época
V rl o d e r n á s a
c. ' éase s w i u \ - P™tes para Aurora y extractos de lecturas.
p o
[681]
1 K \(,Mí- NTOS PÓSTI l <
M
7. N V 6. FINALES DE 1880
realidad c incluso \cs n,v .ra amor La lucha contra d.eh»
P
resultan ajenas.
de ese modo se apropian de expenenc.as ^
1 tt
»lr
l ^ ' f t W
<W %
¡5>
l)s
.41 filosofía — ¿es algo más que cierta pulsión por demostrar«. i •
1
aluno, el agua, la soledad, el orden detodasTasc o ~ m * a
«ustia vital,
n s
X a
s,8d0
deips \ ...... . - -
0s
a
V lazod 7 ' Ni 7
l l 6 ,
c i rlima o el temperamento constituyen la fuerza del resorte: las costumbres v
1 l!7,
P l culto que rendís a la fuerza es todo menos demostración de fuerza, como en
1
i > Ángel! Os entregáis, y así queréis beber la fuerza, estáis cansados de vues-
e
El rechazo de lo horroroso en el arte griego: ya había suficiente «, i
|,dad. 6 m a l e n
la rea. OT debilidad —
7 111! 7
'^Cómo se apropian los italianos de una música incorporándola a su pasión —
M<igue> Angel privó a su Dios del bien y la justicia e hizo de él un Dios*! hasta el punto de que esa música espera ser interpretada de manera tan personal, y
1
horror y la \ enganza — lo hizo lógico. tiene más de eso que del arte completo de la armonía — asi leo yo a los pensadores
v repito cantando sus melodías: sé que detrás de todas esas palabras frías se agita un
alma deseante, la oigo cantar y canta entonces mi alma, al conmoverse.
Un cargo esta bien: uno lo coloca entre él y los hombres y así tiene un escotv
dnjo tranquilo y astuto y puede hacer y decir lo que todo el mundo considera razo- 7 [191
nable c a p e » de nosotros. También se puede emplear así una fama temprana: dando Plan.
por supuesto que detrás de ella, inaudible, nuestro propio yo, sin tomarse en seno, Cap. 1. Creemos que es lo contrario de una pasión: pero sienta bien, y por eso
sepa volver a jugar libremente consigo mismo y a reírse de sí mismo. comenzamos la lucha contra la pasiones a favor de la razón y la justicia. ¡Ingenuos
de nosotros!
7 1 3 Cap. 2. Descubrimos de pronto que posee todos los rasgos característicos de una
1 » t
pasión. Al enterarnos, sufrimos, suspirando por la plácida y límpida luz matutina de
La tiidepcndencia es la resignación del dominante que sólo a sí mismo se tieni
la sabiduría. Pero caemos en la cuenta de que también esa luz es movimiento pasio¬
para dominar. Es el semillero del mayor afán de dominio, pues P ^ ^ o d e m 0 e x
e n a l s l 0
° que sublimado, irreconocible para los zafios.
nos hasta el infinito y en esc infinito volver a extender nuestra fuerza donan
lar. \ " 3 I n t e n t a m
o s sustraernos a la servidumbre, nos sometemos a otras pasiones
.Hacer que despunte su pasión por lo infinito, de tal modo que la venzamos.
we). intentamos matarla por medio del análisis, deduciendo su origen. Y al hacerlo
scubnmos cómo se originan las pasiones, cómo obran y cómo se ennoblecen.
7 f 14| ndicaii^ 4 E m
mi J ' P » e z a el efecto retroactivo desde el extenor, todo lo que nosotros
Los alemanes alternan la entrega a lo extranjero con una exigencia 0 5 h e m
° s argüido para liberarnos, todos nuestros errorres se nos echan encima
de originalidad (venganza por la vergüenza que les da al mirar atrás)
¡jes que son productivos, buenos más allá de toda sospecha, han sido ^
han trabajado a la europea (como Mozart y los historiadores, etc.) „c » n q
volar la imaginación» (e incluso «exal
Para demostrar que no es cosa de la naturaleza sino de la ambición, I ^
se w z u m b
^ * ' ^SStouli a r . revolotear» pero también «dejar
1 C K q u c a q m n o
originalidad se encuentra en la diferencia monda y lironda: rm* , , Antf* Stendhal o parecen adecuados!.
n j (>s
* rvinture 208.
« g n e g o s respecto de Oriente ni los romanos respecto de US"
7. N V A l-INAl I.S D1-. DfXfi
en torma de ruptura
irma oc rupiuia con
con lo:
los i l l U |
0|
Inste dicha la sirva!, ¡| .„.,.,, ' e. S „.
nue H
h e n
c
11 o ^
l i C
les siendo una r e l ^ o n de la c o m p a s i ó n ' Porque mucho m.
7 ¡20\' P^öriim^; j ¡ |a crueldad para c o n los hombres ^ o n o c
q U C
•i
juienes mas- "v.^iviaoa
Uno uc i i " H - W « ™ - -t- respetaba nie r,.
_ m. A_ A
B. K. - V . — I 4
Ul U
elfi unento en que el. que alguna idea deberla tener de U ^Pr e(
7 2
S* \ «Hado en la costumbre de respetar d.chos derechos. Esa vivencia mtenor
I " _ , |lp " . fuera y u i t «
r
, ,
"
Kant. el hombre es un ser moral: consecuentemente es 1 ) Hk ¿ia h r
a C i a
s la práctica de la justicia: ver mucho pero n< querer darse
) a u 0 e
hav una justicia que premia y castiga: Dios. — Mas el ser mo^' °mucho pero, por la paz general, mostrarse alegre - puede que i
2 ) inr E l
nort i a
luego" — e s , , n
* • ^ t m o con aspecto de epicureismo.
7 fX2|
No hay que pagar demasiado por lo sublime (como la santidad \ ?I ' 2 8
a griega era tan severa que hoy en día nos la tomaríamos por dignidad.
os) grati. ?
L a j gravitas antigua de un filósofo o de un hombre de Estado.
t r í a m o s a
r C
7|23| Y apenas f presumen del buen desaliño, a los ojos de los estoicos
Muestros artistas,
En Francia la origmalidad llegó a resultar comprometida y despreci hi
diosa (bajo L<uis> XIV). de ahi (no por pereza, como los alemanes) el modeí' ¡SE niños malcriados.
7
7|24| t nlática de Pascal con Jesús es ¡más hermosa que cualquier cosa del Nuevo
a
I) Distingue los juicios inculcados que provienen de una especie de segunda JJ i donosura más melancólica puesta jamás en palabras. Desde enton-
t o ! E s a
— • ili i • y que a la primera le resultan extraños o le contradicen: muy a menudo arse Jesús no se le ha vuelto a escribir nada, por eso después de Pon-Roy al el
son algo torpes y parciales, pero al ser expresión de una victoria los apreciamos casi cristianismo está en decadencia por todas partes.
mas que a los frutos logrados sin esfuerzo en nuestro jardín (y en general tasamos su
valor más aho, es justo lo que ha logrado aguantar nuestro clima, a uno le parece 7 |30I M > • R
* * * " " (
' -
3 otro, e Puedo tratarme yo exactamente igual que un jardinero cuida sus plantas: aleján-
nuestra j dome de un lugar, de una compañía puedo quitarme motivos, o puedo plantar moti-
fS t t f t±i 1 I *
'U/Ut "jUltlLia" » LUÍ a vos a mi lado. Y esa tendencia tan jardineril a obrar contra mi mismo, puedo culti-
à/lÉi
p
a •i+ t
peligro ¡de no poder refrenarse! A otras ya les gustana varla artificialmente o dejar que se seque.
,pasar poi 1 J^B •
r LI ralezas1> desbordantes y mostrarse a gusto sin freno: ¡para hipó-
critas de esta especie hay una segunda delicadeza más delicada! — intentando re
¡Los infelices que, convirtiéndose, pretenden alcanzar la virtud de una \ez. | I
narlo, hacer ver que algo ha de refrenarse. desesperan cuando recaen! Cuando es la práctica la que hace al maestro.
7 [32]
ha
Para que un artista o un pensador lleve su arte a la perfección, ^^nfian- En tiempos de guerras salvajes era difícil despertar la simpatía y la compasión
tamente confianza, una confianza que es restricción e injusticia para c i l¡^monees sí que tenia trabajo el dramaturgo! Pero en este tiempo nuestro-de^exa-
/a de los demás. Pues ha de ver más, y más grande de lo que es: si n . ^ ^ sc
£ ^ ^ b i l » d a d el culto que se rinde a la empatia* es el más lamentable de todos
toda su fuerza. La continua fricción que la realización conlleva h a r á ^ ^ r • - l«»0 s, no fuera excesiva la empatia que se siente! ¡Como st hasta la
U 0 S
^ gran parte del entusiasmo del primer momento: por eso ha de p , a a<
*ión no se viera dirigida más por empatia que por sensibilidad.
de lo debido — ¡si no, no resistirá hasta el final!
• Vi
1 P Cal
toW f ' **aiteii, Frugmenre und Briefe H 244-247.
">Wndun : «sentir lo que otro siente», llamémoslo «empatia».
K
4
Alude i Richard Wagner
an FRAíiMI N I O s I ' Ó S | 1 ) M (
7. N V 6 . FINAl.KSUKIHKf)
«O
J ^ L * propia quiero llamar a la indhü/uatia*att>
h-ombrcs> sin alma propia . . nrovinciano
h<ombres> sin alma t" ^
I I alma propia.
ompasión a algo bueno, cristiano-budista.
c
1llevar l*
7(351
Schopenhauer no concibe la pasión, sino sólo la pulsió 461
91 7l dismo en el arte es una ilusión. Reproducís lo que os encanta, lo que os
capnchos (pero la pasión es obra del individuo, entre los italiaV*^ 8c ncral E
C n c y ,' íScosas - mas tales impresiones, sin la menor duda, ¡„o las despiertan los
bastante habitual, entre los alemanes, débil). En el amor el Z ? ' °ns ^
a , e m
CP
íB** cuestión es que ¡no sabéis cual es la causa de las impresiones». ¡Todo
* n es v w ^ n ^
7J36J ¡v - w •-
fl/ífl! a
10
R soecto de la pulsión más fuerte que en última instancia regula nuestra moralidad
apetecen son excitantes (emociones) ' que ¿ renunciar a preguntar ¿por qué? (p. ej., el que en su fundamento tiene orgullo)
e
hemos o
7|37j
Hay tantos tipos de sensaciones agradables que desespero de decid' 7
'^percibir el «tienes que» [du mufit] en el «debes» [du soílst] — es ¡una obra de
sumo bien. Últimamente me parecían el flotar y el volar. cuál sea el l r
7(49]
La «cosa», una simplificación. Pero si el hombre quiere comprenderse Hemos de aprender de los animales y de las plantas lo que es florecer, y apli-
mismo, sobre todo le hacen falta palabras: si llama así a tantas cosas en el hombre carlo luego al hombre. Ese hombre pálido, esmirriado, ésteril, que sufre por sus ideas
es que en última instancia pretende tener al hombre, comprenderlo como suma de no puede ser ya el ideal. Ha tenido que darse en nosotros cierta degeneración que ins-
esas cosas. tigue un gusto tan malo. Dicho gusto tan malo yo lo combato.
71501
7 , 3 9 1
Me asombro a diario: ¡no me conozco! ¡No hay, entonces, salida alguna! En ningún sitio hay una ley que no sólo conoz-
camos, sino que, además, reconozcamos ¡por encima de nosotros!
7140]
No quiero decir que la honradez con uno mismo sea un absoluto de elevación 71511
n-.nnrtjjniser El estímulo de la dificultad combatida (Wagner) y el estímulo de la dificultad
y pureza; pero con eso me pasa como con la exigencia de limpieza. Uno podra
lo que quiera, un genio o un hipócrita — ¡pero _
ir limpio! (H. Heine tiene a ilgo de vencida (mediante figuras artísticas llegar a dar expresión a un sentimiento, p. ej., el
i"
puro.) ^ P - e j . , Petrarca)
7 1521
7(411
'I < E n
la realidad no existe nada que corresponda estrictamente a la lógica
Los espléndidos cuerpos de las estatuas antiguas resultan hermosos p°
agradables, por ser útiles (pensando siempre ¡en la guerra!)
de intensidad normativa que hay entre el mußt y el sollst es irreproducible
7
primero es de origen interno; el segundo, externo
Stendhal, Peinture 255, 258.
FRAGMI NTOS PÓSI U M ( ) S
7. N V 6. FINAl.F.S DF. 1 finti
,-ss 6*9
7 | 5 3
L incapaz de reconocer grande/a alguna que no esté » * , ^ « S a r n i e n t o ¡podría no ser cierto!» me E S T R E M E C F „M
con uno mismo la doblez para con uno nus.no me repug„ íl; a k
¡X
león) me resulta comprensible: probablemente la necesite D^;«Tfc$$ • s ^ ^ S S s - p
" r x m
" p u e s q u e
^ =
E S
dera finalidad: Y. por último, ese amor que le tenemos al propio ¿¿fe! ctúa de motivo para hacer y dejar hacer (la mayoría ¡no tiene ninguna!)
y
mayor mengua de la libertad! ° ¡es e l
Uria
etnt** * b l e , incluso cuando no se realiza, es porque está mal trazada, por no
liza
e s r e
Si n ° E n cualquier caso, es un producto necesario de todas nuestras facul-
n 0
' 155| conocerse " vanos; en otro, una hermosa obra literaria: en u n tercero, un
e n s u e n 0 S
la cólera sagrada (los judíos como dramaturgos), la envidia sagrada (el ' • tades: en " ' — y aquí vuelve a haber toda suerte de gustos para la arqui-
i t e c t ó m c 0
Vereinzelten: «aislados
raros, pocos». ^ C o ^ J ^ o m b r ^ s a n cambiando, va cambiando continuamente la imagen de
V
RAGMI N I O S I ' O S l U M o v
7 v 6. F1NA1.I-S DKlJujr
691
^ ..amaron bien a .a h o r a d a d ^ „ „ ^
4>). A
Mita todo es ahora mucho más seguro, el mundo, mucho r
í 8 t e m
7l Lren muchas verdades rigurosamente probadas). Pero ant^iT 5?
£
a
la
* ayor%ue ahora la creencia en la verdad:
m
ft 79,
7l Iní luencia del volar! - ¡nunca más en las superficies! ;En el propio estilo!"
No asumir ninguna falsa necesidad — eso supondría S o
6
inútil, hacerse esclavo - ¡de ahí el conocimiento de la n a t u r a ] » * , ? ^
0 recio del mundo ejercido universalmente: rechazada aquí toda satisfac
I
Pero
¿mr nada da contra la necesidad! Supondría malgastar fiirzas vüüí
fuerzan *, * Í¿¡¡? P e r o
El FLu.Aamn
COTÍserio
SCÍIWenojo — así se agolpan todas las ansias de satisfacción en
ácS
u
d p a r t a
preterir la decepción en lugar del logro — NB. m g> 0 s d e ]
ideal
v i d a e n e l m á s
7(72|
He estudiado m 1 ft\ cansaré de Gil Blas: no aspiro sentimentalidad alguna ni retórica algu-
' ideal No me
como en Shakespeare
71731 na,
Ser moral quiere decir, fijar una meta y de ella deducir lógicamente t
tras acciones. Mas nuestra naturaleza no tiene ¡ni meta ni esa lógica! 7
Cuando, Henos de asco, nos apartamos del problema insoluble de la autonomía
moral acaba engañándonos acerca de la naturaleza, es decir, haciendo que nostó? i y del cometido insostenible de la moralidad entendida en cuanto ley universal
mos llevar por ella y contándonos luego el cuento de que somos nosotros los O M m
°os volvemos hacia el conocimiento de la naturaleza: de inmediato nos encontra-
dirigimos. mos de nuevo con el problema del deber: nuestra posición respecto de las cosas,
cuando queremos realmente conocerlas, es moral: así pues.;insostenible a la larga!,
aunque durante un largo tiempo podamos hacernos ilusiones al respecto. Instintiva-
«La necesidad que tenemos de lo incierto: el corazón latirá, los músculos tiem- mente nos apartaremos de los problemas más elevados para detenemos allí donde sea
blan ante la actividad que nos espera. Resueltas todas la cuestiones salvo una, todos fácil mantener la ilusión de un conocimiento carente de moral (aplicamos en este
se pegarían, como las avispas, a ese único asunto.» caso una moralidad que se ha vuelto natural en nosotros, como si dicha moralidad
fuese ¡algo natural y extramoral!)
7 [751
Mostrar en el amor (en los griegos, en los cristianos ascéticos, en el matnmo- 7(831
nio cristiano, etc.) cómo una pulsión se percibirá como buena o como mala según se el principio «el bien de la mayoría está por encima del bien del particular» es
la alabe o se la condene. . cosas
suficiente para que la humanidad dé todo los pasos necesarios de vuelta a la anima- /
Toda idealización de una pulsión comienza cuando se la incluye entre "dad ínfima. Pues lo contrario («el particular vale más que la masa») es lo que la ha
elevado, •••^k%) - mw • *
que son dignas de alabanza. ¿¿Una advertencia para el futuro?? NB ^
Mejorar de ese modo la envidia, el odio. Tener en cuenta de que mane 7(84]
tinta ha evolucionado la compasión.
fi Son los juicios moral<es> sobre las acciones los que deciden acerca de su mora-
7|76| déla a¡Ti" ° d i v a m e n t e externo. Vistas desde dentro, las acciones son otra
a l 8
7 fK*l
positonne-r les détails [apasionarse por los detalles] N|J
. /¿iitó <ie /os coxtumhre» cotidiana*. Primero, en pan otwcer-
11
¿I enivM'jL andar, de levantar las manos, su voz. lluego, en U < «Iptater
Stendhal el «buce usto»>, como muere uno, raatfl a un rív, i ^ m a n C
d n « dejar que se noten las emocione» (o envueltas en tepdo de seda,
m. en la época de Mad. d'Épinay.
c
, V a
' . hace ^ Í\l"" |,,liir
Pero ¡qué quiere decir ahora ennoblece! ftfrvíi ú ^ M i ..... 4
da dt D O ser natural, era la manera de actuar de h- ombres> fuertes O t t a ^ L n/ando tranquilo, levantando el vuelo; sencillo
d
0 0
mismos orgullos*>s y dominantes. ¡No confundirlo con la m e n t a l ^ " " l ^ ansia*- V*™ i demás. Un sueno ligero, un paseo t
c o n o s
í b i c n
u ióri «'empre supert .ctalmcnte o conv.rt.cndose en tiranos» o el dar
Z*wkfiuUjixmW4mdc<.uauV>, útil», porque «responde a un f in», que es lo <\ M
a
Wtt*í oc sí a algo que agrada ver a los demás, un ¡ardin hermoso, tranqmlo
l tonft- II* ***** B . | ( 0 | sqüi *
H 5 4
í que n a C C
/vulgar, es decir, no adecuado a nuestro i n ^ - í " Ó r d e n e s
majCSlad
y grandeza: pues el orgullo supremo se Zf
7 ¡ 9
Decir a los trabajadores que deben ahorrar, etc., es abs J
K* v ^ > el 1 , f
d
> • ant°e"lof demás y no ve en si más a ^ " ^ ~ * q u e
mente ante „ * * ™ J ^para.
f a ( t a a n u c s t r o s p a r v e u v
^ S á m e n t e lo ^ P« feos, no creen en * g e
È* 1J 3 mP
0
.piar
7
'^Cierto estado de barbarie, de individuos en lucha es m e j o ^ A r t momento me veo dominado por la idea de M IY»; U-* -
l^lSS^S C^KST^
T p
exceso secundad - ^ \ ^
arte • ^ que a, vi™ y al ¡r
7 [99]
Lo ridículo no tiene plazo. Los contemporáneos de Molière -
a n C(
g3 cuando veían a alguien equivocarse al imitar al modelo. ' r e
>n ri ¡a*
[1061 santos son egoístas, ¡y cómo no habría de serlo quien se ve amena¬
7|I00| Tod° r ¡ o !. El pensar
¡i • i cen
s t*nlos
lnsdemás
demásen
ental
ern
talsituación
^itiiarirmes .algo
«i que sobrepasa
Asombroso l o / w o atractiva que resulta la vida americana fe -do ^con - razón de cualquiera! En Pascal se da el egoísmo más profundo:
profundo: todos
tafo.
l a s
las de Bret Harte), pero saben reírse y hay en todas ellas i n g e n u i a ^ erZa
l ^ <son también lo mismo.
Incluso los canallas consiguen toda una forma, y la cercanía de la J d uid V desc
0
^ éxtasis son
Salva
disparos de revólver y la marina Ies dan un aliento poderoso. ie y !<*
7|1071 ia buena voluntad de exaltación y de expansión ma*
d o ( i e n e más que la
E S t C P
7 fifi] , j
s si no se esforzaría, al revés, en refrenar y aguamar ese impulso terri-
fuerza: pues.
Las virtudes griegas son ideales de hombres que tienen lo contrari
— fantasean y exageran el valor de la sensatez, la prudencia, la justicia °| T u ? ble.
Los hombres que realizaron dicho ideal (Epicteto) no lo hicieron imitandoVf ? 7
ses. son, más bien. lo opuesto. °- SUsdi La clase comerciante — que todo sabe tasarlo sin saber hacerlo, es decir, que
Las virtudes griegas fueron cosa del áytov's, uno envidiaba al otro. La - tiende a partir de las necesidades del consumidor, no de las propias — tiene
¡nmov
S£
lidad como ideal: en la época en que uno se había vuelto ya demasiado sensible y los ello un esquema para lo que considera cultura: ¡por todas partes demanda y
sufrimientos y los cambios eran demasiado grandes (la época de Tucídides). Conver- oferta y por lo tanto, el valor de las cosas y de los hombres! ¡Es lo que me la hace
tirse en estatua: mientras que los trágicos habían hecho que la estatua (del dios o del repulsiva!
héroe) se convirtiese en hombre.
1 ¡1091
71102] La conciencia que un enfermo tiene de su enfermedad (y de la opinión pública
Es mi trabajo y mi ocio, mi abnegación y mi ensimismamiento, mi valor y mi que provoca) ha CAMBIADO por completo (sobre todo en los enfermos mentales) y en
temblor, es para mí la luz del sol y el rayo que surge en un cielo nublado y oscuro, consecuencia también muchos de los efectos de la enfermedad.
es mi alma y también mí espíritu, mi yo pesado, difícil, granítico, capaz, sin embar-
go, de volver a decirse, «¡a mí qué me importa!»
7 [1101
No apelaron los griegos a la compasión de los dioses, sino a su reconocimiento
0 3
7 ¡103] que habían prometido aleo. El lamentable papel de quien mendiga a los dioses
o s a s e s
no
«taba bien visto
El interés por las cosas («La viuda de su hijo»)y no el atractivo de lasco^
C O M S
lo que hace al pensador de categoría, es decir, el atractivo de las ¿ d i v i d u f t 1 [111]
cosas = relación, mas no respecto de los hombres ni menos respecto de
Signos del siglo próximo: 1) la entrada de los rusos en la cultura. Un objetivo
« l vo fs w
o . Cere
~. v l V Q m ü u e
l°s bárbaros. Despertar de las artes. Generosidad de la juven-
7[1Ü4J de ocio tud
Eía real A Y energía real. 2) los socialistas. Igualmente, impulso y ener-
S t l C a l o c u r a
tuviera ñ a u a c i . H u . • • -
r
— del amor u n í ^ " ^ kl
10 h
\?Ky
Zs< Ha de aparecer un hombre nuevo. - Yo mismo estoy IS^S ^ i valor civil fue la labor de Riehelieu y de L<uis> XIV (Stendhal)
S a E N A B S O L U T O ! , pero es probable. * ¡JW d e
5 6
el SACRIFICIO D E L O I N D I V I D U A L a lo colectivo por '^ofe-
p a r t e
a
otros deja una impresión general ¡de G E N E R O S I D A D ! , y l ¡ £ * «* lo . . ^ rete [furi francesa] estalla de la vanidad, una vez vencida v
^Íj&Kw*»
ar ss
d e
los comercies consistirá en un desprecio absoluto de £ ^ la
d e
Se
SUblÍmCS
' StendHal
"
table- c/. consecuencia, mucha tontena. nsate * W 2y d
0
V
¿ rtfli fa fermentación y excreción - asquerosas y repugnantes - las sensa-
«Bossuet, un hipócrita pleno de talento, que en presencia de I
11 cl
7 |U
Sup^ ° ' do también a los hombres y las acciones por medio de un simbohs
a
Ja. c
L u C g
. tarde lo fuerte y lo débil — lo repentino y lo cotidiano, etc. Lo ani-
jnferior! Mas; ^ ¡ a c i o n e s de la sensibilidad respecto de las acciones
7(1131
d i f e r e n c
e t C n
^ ' ' / mente importante es la conservación de la vida, prescindiéndose por
¡¡La impresión que hacen los ingleses en los alemanes soñadores!!
l0 verdadera estricta: esto es, ¡de la significación R E A L de la acciónl
c a u s a l i d a d
leto
comp t o s de vista marginales («agradable» en sus diversas especies) NB
7|H4j ' es
nun
Según, pu ' P
«El tiempo que tarda el hombre frío en ver tales verdades ( 1 t hi 0n o
S
demás, en los rivales, etc.) lo emplea el genio en preparar la victoria.» NB ^ '° 7 lZ
' K nos entregamos al conocimiento para lograr un objetivo, sino por la ameni-
7(1151 dad,frecuentey admirable, del buscar y el encontrar.
¡Ay!, estoy aburrido de tener, y hasta de oír, opiniones acerca de opiniones
Quiero tener razón, o no tenerla, directamente ante las cosas. 7
''fJreo que la alegría de la sabiduría y la justicia la concibo demasiado elevada —
como los griegos. Me tiene fascinado todo lo que señala en esa dirección — probable-
7(116]
mente porque soy ¡muy apasionado! — Soy sumamente desconfiado ante los locuaces
Entender, en ia medida en que eso sea posible para uno cualquiera —es decir,
admiradores del apasionamiento — sospecho que lo que les gustaría es llamar la aten-
lograr que un asunto quede delimitado respecto de nosotros de la manera más preci- ción. — Los griegos vivían siempre expuestos al peligro: en la fuerza, en la calma de
sa posible, de tal modo que nuestra forma venga determinada por el límite y nosotros la justicia rendían culto al reposo, al respiro, a la fiesta. No querían ya más emoción
sepamos exactamente cómo de agradable o de desagradable nos resulta dicha deter- -sólo en la tragedia, la de la compasión (porque habitualmente eran duros).
minación. Esto es, preguntar a nuestras pulsiones ¡qué tienen que decir ante el asun-
to! Sin embargo, solemos actuar sin pulsiones y sin gana ni desgana, como artificial- 711241
mente anestesiados — eso no produce entender alguno, sino que entonces captamos, Una salud llena de giros y trampillas repentinas e inconcebibles — mantenien-
con el resto de pulsiones que no estén a ú n muertas, justo la apariencia, es decir, e do una desconfianza profunda, y cada hora feliz con una ligereza DELIBERADA y
la manera más débil y plana posible, y así y todo podemos interrogar a nuestra^ Krrando los ojos al futuro — si no, es imposible ser feliz
e
siones una tras otra acerca del mismo asunto: comparar los juicios — P- J-
de una mujer, de un amigo.
7
f a u s t o y Hamlct son ¡¡pensadores con los que pol c
^O-A un alma grande y un espíritu que no sea de ornato •
p a r a volary10s u n c i e m
7|I26|
tsie paso es tan peligroso! No debo invocarme a ¡ . m m
°Hf¡|
til ¿u«gS£S ~ ^ZTZ
d
un sonambulo que pasea por los tejados tiene el dercehn °' «
,e por su nombre. «¡ Que importo yo!», ésa es la única J£?**lo
que
\
llame por ntaría hoy en día la educación del género humano de Lessing tan
oír. - « S i s
7|I27|
De/ww/ígo. ¿Qué he hecho.' Proveer para mi vejez: r e e j str ,11 cioso de estar con p<ersonas> deseoso de vengarse de la socia-
que el alma no emprenda ya nada nuevo, la historia de sus t r a v o - l ti^ Parae
íi* ttústico. answ ^ n t e desesperado, ora repentinamente embriagado
h o n d a m e
d e SU
Así como me reservo la música para el tiempo en que esté ciego • ^ S U s
Jd Y ^ tiránico y superestncto con sus iguales, escasamente atento, siem-
fn" i ¿condido-» ¿ su arnabilidad, sin amor ni compa- o c i o > s i n s a b e r d e
7
I' 1 2 8
. i
No me gusta el trato con las personas, porque no puedo verles
j 1
pt
ón
tfg¡ '
C
d0 Sm
mismo, ardiente con sus obras y golpeando el mármol con el mar-
n
° f ra su enemigo, jamás hipócrita y siempre honesto, tanto cuando mira
m
7 ¡141]
Aborrezco la gloria que sólo trae el amor de las mujeres, reputación, riqueza,
Tucídides y Sófocles, representantes de la cultura sofística.
suerte. ¡No quiero ser sensato, moderado, sabio! Solitario, salvaje
7 |132) cosas 7[i ]2j ^mjj 42 ' ' ^ ' J S ; ^ -• .
La avidez por dedicar la vida a algo se despierta en cuanto se encuentran «¿Debe valorarse la vida en función de lo que duran los dias tontos? ¿O según
que corresponden a dicha sed. c
' número de los placeres fuertes?»
7 (133| (
71143]*
¡Jamás ocultar algo que pueda ser dicho contra t i ! ¡Júratelo. I t j j f o m o pintar las pasiones cuando <no> se las conoce! ¡y cómo encontrar
n
I P° Para el talento cuando se lo siente en el latir del corazón!»
7 |134|-i j £ ^. ^
«Ninguna cosa se merece el esfuerzo que uno dedica a consegu
v uu
22
Véase Tucídides III, 7a "- reintutv 207
D
Stendhal. Pefoture 184.
FRAÜMIiNTOS PÓSTUMos
MI 7 N V i>. FINAI.l-.S DI. 1HX()
701
7II4-IJ
floJüffr m4w\wm*mtm, [Y i ) i percibió.,
de personaies w
^ /L^" ° *-^ ^
o s
7M45P . • .. .... *
«En los demás solo podemos valorarnos a nosotros
candes artistas sobre las obras de sus riv ales no son á S?^- U, i,
su propio estilo.» Stendhal *W « 0 ¿ ^ %
m s
j i* es F - SÍblC
pero para los
, ... farra de la moral:
Telemento regu.ador cn la «u*^£S^ que sah™ \* «, .
7
I | 4 6
J - ^'*V<Tnor una pulsión ¡que se haya impuesto! ¡Y quién puede descubra
C O n O C i n V d a M
ffifcmta ^ ° ° *** alguno. NB
Uno tiene que saber quitar la mano de sus obras.
7 |I49,* l atisfacciones de muchas pulsiones las que poco a poco nos van llenando y
b,en S
' i |vido es el remedio de Epicuro contra los grandes dolores: darse a los
«Antiguamente el dolor era m á s débil que ahora» Stendhal ^ 6
üa caza del jabalí de Pascal tras la muerte de su hijo). También forman parte
1
ofesotplaccres que distraen «los consuelos de la religión y la filosofía»: su valor
7fl50J está en ocuparse con ellas y en reflexionar, etc. - J
Si encontráis belleza en Apolo, tendréis que buscar la moral correspondiente
jesa belleza no encaja con la cristiana! 71158] ._ ,
7[15I| La idea de que algo terrible está encadenado a nosotros retine todas las sensa-
Lord Byron. Rousseau. Richard Wagner fueron el objeto único de su propia ciones. O: ser un Dios desterrado, o expiar culpas de otros tiempos. Todos esos
atención — «esa mala costumbre es la lepra de la civilización», dice Stendhal. espantosos secretos acerca de nosotros — ¡nos hicieron muy interesantes ante no-
«En consecuencia, exagera él sus sufrimientos.» sotros!, ¡pero muy egoístas! Uno no podía ni debía mirar más allá de si. Ahora es
«Ocupado siempre consigo mismo y con la impresión que produce en los posible perder ese interés apasionado por nosotros y volcar la pasión fuera de no-
demás.» «No supo transformarse en otro, el menos dramático de los escritores.» sotros, hacia las cosas (ciencia). ¡Qué importo yo! Eso no lo hubiera podido decir
Pascal.
'1159]
Los remordimientos de conciencia de Byron eran una afectación más, hicieron
moda.
¡Quiero lograr que haga falta un ánimo heroico para entregarse a la ciencia\ NB
8 P a S C a 1 , G e d a n k e n
„^.erunaciuoP^^
U ^ t l ] ' Fragmente und Briefe /. 42. Pucde sc
"Stendhal, Peinture 185 e 1
* amour» symholice! [¡«del a m o r » figuradamente!]
*6Stendhal, Peinture?
Stendhal, Peintun? 210.
2 9 7 : w W a i t c r s c o t t c t i a j c c t ó
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y D Italia)»
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2 6 X : , < L o r t l H r o n c n "^ t í ^ i r ******
• »mal, Hanne 274: «Lord Byron cn Italic».
FRAGMENTOS PÔSTUMt 7 N V 6 . F 1 N A L I - . S D 1 - . ixifíi
•703
7 ,l6
í ü b e r forzar la empana" - ¿es ese el castigo de q u i c i l
„ ^
u la vegetación que de inmediato comiera .
cruel .' Stendhal ¿O es. al revés, el apeüto de empatia una « J J J j fán
& ' hCChOS dCSnUdl>S
'' El etern,í
' ' dc
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argumento
7|J63| . .. ÍF .sí,P°. muerte
Soledad, mucho de naturaleza abierta 1 » * t t o ^ m b r e s y en cuanto human• dad E l cnstianismo r Ta
Sencillez y economía * ¡ Í « " , t i n g u i r y renunciar a todas las pulsiones brutas. Por medio
CUa
X
r, í :
Salud ** . ' ¿*; •*• • ' ' • . I ,.-má. 1 peí
Pocos experimentos y bien elegidos en lecturas y amistades £ a l
' S i e n t o . Espectadores pacíficos - ¡hasta que no haya nada mas «a
Ningún empeño insensato
Tiempo v ambiente para elevar el corazón • i .pesi" „ dc cosidad.
c
ció —
7ÍI64I
¡Dedicar lo mejor de vuestra fuerza y tiempo a lo mejor q U e
í] e el saber mata la fuerza, el instinto, impide que surja de él
i r qU
H ten
puede forzar nada mejor! Eáis! ' ¡ N .
0 s
Quería oe i i p i o no se dispone de ningún mecams- Q S q u e e n p r n c
1
jeción algj" ^ permita un saber nuevo, ¡ni mucho menos de un agradable hábi-
1 r
7ÍJ65J 00 P Mas todo eso ¡puede aparecer!, aunque eso signifique esperar a qut
Algo me han soplado acerca de la tranquila felicidad del conocimient toa posterior — noso-
no la encuenfiro. incluso la desprecio ahora que conozco la dicha de la des»- • ~~ w
at^ " I consiste la resignación del sabio! Se ha vuel i más pobre tiene
e s 0
n0 1
• ento. ¿Acaso me aburro alguna vez? ¡Siempre preocupado, siempre el tros - " menos hábil para actuar, como quien dice, le han despojado
e s
015005
por la expectación o por la decepción! ¡Esta miseria, yo la bendigo; o « un vidente ¡y se ha quedado ciego y sordo!
ella el cuerpo — » " u
7 [174]
La salud se manifiesta 1) en un pensamiento que tenga un horizonte amplio, 2) Vuestra alma no es lo bastante fuerte, ¡tantas pequeñeces del conocimiento,
en sentimientos que sean conciliatorios, consoladores, comprensivos, 3 ) en un reírse tanto de nimio y de bajo que subir a lo alto! Así que tengáis que engañaros acerca de
melancólico del fantasma con el que luchamos. •» cosas, para no perder ¡el sentimiento de tuerza v de grandeza! No como Pascal o
como yo. - No necesito desprenderme de los pequeños detalles lamentables - es
7|168| la
q u e n o
Priendo hacer de mí un dios.
— ¡¡¡ese tomarse de una manera demasiado personal todos los pro ^ 71175]
oscuridad, el maJ camino, los albergues i n c ó m o d o s para el viajero y u*»
miseria del viajero M hombres!!! [ J ? \ * U 8 * t t del terror, del desprecio y ocasionalmente de la gracia
m u n a
7
. e va de la predisposición cristiana ; L Í *
irt ™I
' ' á m e n t e » , unos limites ¡tan poco precisos como bueno v k
y , a
idas las demás tomaran de inmediato una coloración diferente F Pul > • U n a irritado cuando
°Zr largo nempo. como el día y la noche. ' JUe g0
fi Él *» ' diado que co» ^
de,c
7 ll7
único que la ciencia puede es mostrar, no ordenar ( p r ¿
Lo
„«71 nn se piensa que la salud sea un objetivo firme: ¡como si el cnstianis-
C 0 1 { q U e
d a l a fV tferido la enfermedad y con buenas razones- Sano es un concepto
general «¿en qué dirección'.'», entonces puede señalar los medios) •„!? ord r
hubie^ P ^ » — ¡de lo más variable! Pues el querer-sentirse-bien es
b u e n 0
urden general de en que dirección ir! Es fotografía. Pero necesita Ü ^ f f * ** la n 0 < <
0
! i como «bf ' 110
fruto de un largo aprendizaje en situaciones contrapuestas
que son ¡ las pulsiones! oead
*-* - l s t a cr m 0
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7 f J80f 188
Ti ' los alemanes, que ahora se han vuelto descaradamente avariciosos,
Claudico ante esa inclinación mía a la soledad, no me queda otro remed" <<aütl
que no tendría por qué hacerlo» — como suele decir la gente. Pero s y o ¡ /I* * n
Alcohol ^ trabajo y <son> esclavos de la arrogancia nacional — tres
qué hacerlo. Yo mismo me destierro. & por
7|18IJ 7
he conocido a ninguna persona que infunda un respeto tan profundo como
Esa repennna y ese decir «¡¡que J L L >
7 19
He tenido por alegre a Mozart — ¡cuán profunda debe ser mi melancolía! ¡¡De ' La pasión de Pascal pretende ser necesaria para todo el mundo, lo único nece
ahí mis APETENCIAS.'.', de claridad, pureza, serenidad, compostura, sobriedad, mi sano.
esperanza de que ¡la ciencia me dé todo eso!, ¡ella!
7 [1911 P :
" m
. ,
7fI83J ¡Tengo sobre mí el desprecio de Pascal y la maldición de Schopenhauer. \
puede alguien sentirse m á s apegado a ellos que yo! Ciertamente, con el apego de i
Franceses e italianos imitan ahora la fealdad consciente y la violencia en la
música de los alemanes — son éstos los colores complementarios necesanos amigo que conserva su franqueza para seguir siendo amigo ¡y no convertirse
amante y necio! . •<* -.
para llegar a adivinar en el sonido los encantos m á s sublimes del cielo y losav^
ees de la magia del paraíso: no ha tenido que ser n i m i o el martirio previo del oí o 7 [192]
— sólo después del purgatorio se le coge el gusto preciso al cielo. Eso |n
sabían los antiguos! Pretendían que ¡quien quisiera oír música estuviese iSon aforismos! ¿Son aforismos? — quienes me reprochen por eso deberían
m
morado o. aún mejor, apasionado! Ahora se considera que el mejor es a ^ Poco y luego disculparse ante sí mismos - yo no necesito palabras
paratorio es la desesperación, el hastío del mundo. Insensibilizados por . 0
e r n O C , o n
deciblemente agradecidos de sentirnos luego conmovidos y . s n0
con nosotros y con todos los que sufren es la suerte que esta musí V i , e s > > C í l l a
ice C. F. Schwartz en B. Pascal, Gedanken. Fragmen
traducción que hac
FRACiMHNTOS PÒSTUMOS 7. N V 6. FINALBS DK 1880
70t 71
7 M
Aleona ante las casas y los jardines bonitos, por í o en falta es ese interés profundo por » mismo Y.
q u c h p c h
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mi») ,¿ en
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" í y doy la r a z ó n con gran facilidad 2 S °
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„ í a para esa suerte de amor y por no tener yo esos j , * * * ^
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c u ^ > . " t e n t ó tomarme a m í de
Hnble alesna? • V e
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Lo bello —por bello entienden los americanos ahora lo n Mr-
7(lv4| C
Es lo contrario de la seriedad en los negocios y la c o n s i d e r a c i ó ^ ^ ' - *;An» Leidenschaft, la tienen los alemanes d e ^
«Uncías, de la sequedad y de la pas.on por la caza, el l y J** » ¿ ? X 6 un
0 g r o , , 0ll Z ^ S ^ i e g o , ™ A d u c t o r la encontró. - ^
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' ^ alemanes piensan que \a fuerza debe manifestarse a travé, A
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creer. — » en r„i»o
Echan falta tuerza
fi.,T7:i en Goethe, piensan
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que n« »i
Beetho ^ ^ ° , ' S cu
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confunden' se
7(1961 . l
Los seguidores de Wagner pretenden hacernos creer en su capac d
P a r a ,a
exaltación v la expansión — ¡no poca pretensión en una época sobria'M a
Sno
época sobria: ¡así que tienen que excederse! ejuna
7 [191] 7|2
°Ab
rrezco a esos hombres groseros que apenas nos hemos acercado a ellos,
La pulsión de conocimiento aún es joven y está en bruto y por eso, frent
pulsiones más antiguas y más desarrolladas, resulta torpe y ofensiva: ¡todas toh ansia obtusa de d o m i n i o , pretenden apoderarse de nosotros, como si
C D U n
sido alguna vez! Mas yo quiero tratarla como pasión, como algo con lo que el atoa ° s útiles y herramientas a su disposición. Ya la pretensión de creer que a
particular pueda ponerse a un lado para luego volver, servicial y conciliadora, la ^rtTde ahora nos conocen y pueden juzgarnos es una desfachatez del peor
mirada al mundo: por el momento vuelve a ser necesaria ia renuncia al mundo, ¡mas !¡sto Es una especie de parvenú intelectual; no hay una naturaleza noble en su
no una renuncia estética! f o n d o
- . . , .* - i
no tienen noción del desden que es necesario para que 1« rindamos
honores y distinción, sean quienes sean
Época de Luis XIV: la magia del servilismo experimentada bajo una forma
artificial por almas fuertes, como eran entonces (llenos de odio y envidia mutuos 7 [205]
que no podían mostrar. Encontraban el placer de la venganza en esa necesidad Para el plan.
impuesta ai poeta y a sus héroes de expresar sólo con dificultad sus sentimientos. Una imagen de la grecidad como la época que ha producido la mayoría de las
Lo «natura]» les hubiera indignado: ¡qué valdría, si no, su anti-natural i dad! ¡Sobre individualidades. ¡Y su continuación en el Renacimiento!
todo, no serpeuple [pueblo]!): ¡hoy en día es difícil disfrutar de algo así! A diferen- Polémica contra lo medieval, lo cortesano, lo liberal-parlamentario, lo socia-
llsl
cia de los griegos, que estaban muy apegados a las costumbres y teman sumo cu *. Veo formarse los cuerpos socialistas, ¡inevitable! ¡Cuidémonos de que co-
dado ante la novedad (disponían por eso de un paladar finísimo ¡para el min miencen a germinar también las cabezas para dichos cuerpos*, esas organizacio-
rasgo no\edosol) es
" constituyen el estamento de esclavos del futuro, con todos sus dirigentes -
antes! ¡Casi lo contrario! Así que ¡cuidado! Co! ^' g P ° comerciales, etc.)! ¡Vuelve a ser necesario el gran ne¬
P O d e r
* £ & ^nquistador de gran esttlo es Rusia {sin ese « * * * ^
¡ C S l á n
• ¿ • w * » ! L o ' u y o es dirigir la fuerza sobrante
"Anotación hecha al hilo de la lectura de Stendhal, Racine. U b h
^ a a Europa a unificarse. ¡Pero al socialismo le acomete el asco finito
1 R A Í Í M I NIX)S PÔSTUMOS 7. NVft. HNAU-:sDB ixno
•i 709
asTw° °
i creer que, después de haber dejado olvia A u
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rar nuestro verdadero yo [Selb \. Perdemos P u