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- Caries
- Problemas con las deposiciones
- Ruptura de los vasos sanguíneos por vómitos
- Daño a órganos internos
- Problemas nutricionales que pueden llevar a mayores
complicaciones.
- Irregularidad en la menstruación.
- Ardor esofágico.
- Dolor abdominal inespecífico.
- Sensación de letargo.
- Distensión abdominal.
- Fatiga.
- Dolores de cabeza.
- Diarrea y/o estreñimiento.
- Tumefacción de manos y pies.
- Dolor de garganta.
- Depresión.
- Callosidades en las manos.
- Hipertrofia de las glándulas salivales.
- Erosión del esmalte de los dientes.
- Enfermedades periodontales.
- Caries.
- Petequias faciales.
- Irritación perioral.
- Úlceras orales.
- Hematemesis.
- Edemas.
- Distensión abdominal.
¿Quiénes se ven afectados por la bulimia?
La mayor parte de las personas bulímicas son mujeres, adolescentes y
pertenecientes a un grupo socioeconómico alto. Todos los países
industrializados occidentalizados han informado casos de bulimia. Es
más probable que los adolescentes que desarrollan bulimia provengan
de familias con un historial de problemas alimenticios, enfermedad
física y otros problemas de salud mental como trastornos afectivos o
abuso de drogas. Es común que los adolescentes con bulimia también
presenten otros problemas mentales, como desórdenes de ansiedad o
trastornos emocionales.
¿Cuáles son los distintos tipos de bulimia?
Hay dos subgrupos de bulimia que tienen como objetivo reducir la
ingesta calórica, incluidos los siguientes:
Tipo purgativo. Este tipo se autoinduce el vómito con regularidad o
hace un uso incorrecto de laxantes, diuréticos, enemas u otros
medicamentos catárticos (medicamentos que, a través de sus efectos
químicos, sirven para aumentar la evacuación de los contenidos
intestinales).
Tipo no purgativo. Este tipo usa otros comportamientos inadecuados,
como el ayuno o el exceso de ejercicio, en lugar de los
comportamientos purgativos regulares, para reducir la absorción
calórica en el cuerpo de la excesiva cantidad de comida.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la bulimia?
El tratamiento de la bulimia se basa en la evaluación integral del
individuo y la familia, y a menudo incluye alguna combinación de
atención médica dirigida a mejorar la nutrición, la terapia individual y
familiar, y la modificación cognitiva y conductual.
Además, pueden ser beneficiosos los medicamentos. El tratamiento
puede llevarse a cabo en un departamento o centro de tratamiento
ambulatorio o, en casos graves, en un programa hospitalario para
pacientes internados.
El tratamiento específico para la bulimia será determinado por el
proveedor de atención médica de su hijo según lo siguiente:
- la edad de su hijo, su estado general de salud y su historia
clínica
- la gravedad de los síntomas
- la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o terapias
- las expectativas respecto de la evolución del trastorno
- su opinión o preferencia
La bulimia, en adolescentes, por lo general se trata con una
combinación de terapia individual, terapia familiar, modificación de
comportamientos y rehabilitación nutricional. Entre los adultos, la
terapia cognitiva-conductual y los medicamentos antidepresivos han
demostrado ser eficaces. El tratamiento siempre debe basarse en una
evaluación exhaustiva del adolescente y la familia. La terapia
individual por lo general incluye técnicas tanto cognitivas como
conductuales. Los medicamentos (por lo general antidepresivos o
ansiolíticos) pueden resultar útiles si el adolescente con bulimia está
ansioso o deprimido. La frecuente incidencia de complicaciones
médicas durante el transcurso de la rehabilitación requiere que tanto el
proveedor de atención médica y un nutricionista sean miembros
activos del equipo de administración. Los padres desempeñan un
papel de apoyo esencial en cualquier proceso de tratamiento.
Prevención de la bulimia
En este momento no se conocen medidas preventivas para reducir la
incidencia de bulimia en adolescentes. Sin embargo, la detección y la
intervención tempranas pueden reducir la seriedad de los síntomas,
mejorar el proceso de crecimiento y el desarrollo normal y mejorar la
calidad de vida que experimentan los niños y adolescentes con
bulimia. También puede resultar útil alentar los hábitos alimenticios
sanos y las actitudes realistas respecto del peso.