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Los/as estudiantes deben saber qué dice cada una de esas escrituras, para ello es

imprescindible que el docente propicie situaciones en las que se recurra a estos


materiales, es decir, hay que hacerlos funcionar en la sala, frecuentarlos, ponerlos
en uso. Hace falta una continua y sistemática interacción con los mismos, en el
marco de situaciones de interpretación y producción para transformarlos en
objetos lingüísticos. A partir de su frecuentación y mediante la intervención
sostenida del docente, estos actos de escritura se constituyen en escrituras
seguras y estables, en valiosas fuentes de información para producir e interpretar
nuevas escrituras. Saber leer no consiste en descifrar un texto, sino en construir
su significado en un proceso complejo de coordinación de informaciones de
distinta naturaleza. Saber escribir no se reduce a copiar, sino también, a producir
textos poniendo en juego sus propios conocimientos en situaciones con sentido.
Estas situaciones pueden desarrollarse en forma individual, en pequeños grupos o
de manera colectiva cuando el docente o algún/a estudiante produce el escrito
frente a todos. Al ejercer estas prácticas de lectura y escritura, interactúan con
diversos soportes de la cultura escrita tanto en papel como en formatos digitales
(fichas, listado de obras, libros, revistas, catálogos) que permiten enfrentarse a la
complejidad del sistema de escritura (todas las letras, diversos tipos y tamaños,
otras marcas que no son letras, la distribución en la página). Los/as niños/as
resuelven problemas de lectura, por ejemplo, al localizar datos específicos en una
agenda sobre las obras tales como un título o el nombre de un autor que se sabe
que está escrito, y con la ayuda de su docente pueden comenzar a considerar
cada vez más información cuantitativa y cualitativa proporcionada por el texto
(cuántas letras o segmentos presenta, cuáles, en qué orden aparecen).También
resuelven problemas de escritura, al producir una lista de materiales que se deben
traer al jardín para una actividad específica. En ella tienen oportunidades de
decidir cuántas, cuáles y en qué orden se ubican las letras en la serie gráfica;
entender las relaciones entre las partes de la oralidad y las partes de la escritura;
recurrir a fuentes de información escrita disponibles en la sala, a la ayuda del
docente y de sus pares; ofrecer, solicitar, seleccionar y evaluar la información
necesaria acerca de la cantidad, el valor y el orden de las marcas por utilizar.
En este caso inicia su escritura con el nombre propio escrito de forma pertinente.
Bien! Tal como vimos en los ejemplos de la clase 1, Salvador no presenta dificultades
para escribir su nombre porque es una escritura estable que seguramente escribe
habitualmente Luego escribe las palabras dictadas por la docente poniendo una
serie de letras y, ante el pedido de lectura de lo que escribió puede expresar lo
escrito. ¿Qué está pensando Salvador sobre la escritura cuando escribe MARIPOSA,
CANGURO y SERPIENTE? ¿Qué sabe? Para detenerte en qué está pensando te
propongo que releas el apartado 3 de la clase 3 “Cómo escriben las niñas y los niños que
producen escrituras diferenciadas” En ambas propuestas -escribir un texto
(NOMBRE)que se sabe de memoria y/o listas como le dicta la docente que
escriba, son todas situaciones previas a las de escritura por sí mismos que
proveen un contexto de sentido para las y los chicos. En pocas palabras para
enseñar a escribir es indispensable que las y los chicos tomen el lápiz y decidan
qué letras poner, cuántas y en qué orden. De esta manera es que se aprende a
escribir escribiendo. Bien! Como en este caso es fundamental proponer
situaciones de escritura por sí mismo. En este sentido, las intervenciones
docentes son fundamentales. No se trata -únicamente- de proponer que las y los
niños “escriban como puedan”, “lo mejor que puedan”, desde “sus ideas previas” o
“sus propias conceptualizaciones”. Estas son condiciones necesarias para
enseñar a escribir por sí mismos, pero no suficientes (Clase 2, pág. 14). Es
necesario intervenir de numerosas maneras para problematizar las escrituras y
que puedan “reflexionar sobre esas escrituras para que lleguen a comprender -
finalmente- qué representan las letras” (Clase 2, pág. 21). Bien!
En este caso algunas intervenciones posibles serian, preguntando que muestren
con sus dedos que dicen cada palabra, permitiendo agregar, tachar, quitar,
reescribir o dejarlo así. Preguntar por otras palabras que comiencen o terminen
como, buscar palabras que comienzan como y ente los dos tomar la que
necesitan. La interacción entre pares es fundamental, se crea un ambiente rico,
colaborativo y productivo. Estas intervenciones son muy importantes. Pero te propongo
pensar concretamente intervenciones que permitan avanzar de una escritura diferenciada,
tal como la que hace Salvador, te propongo que vuelvas al apartado 3.2 de la clase 3
“Avanzar desde las escrituras diferenciadas” y 3.3 “Cómo intervenir para ayudar a avanzar
desde las escrituras diferenciadas”

Gisela:

Valoro la entrega de tu trabajo, observo mucha lectura de las clases y de los


cierres. Pero en tu informe no analizas la escritura de Salvador, no mencionas
qué sabe del sistema de escritura ni qué nivel de conceptualización atraviesa el
niño. Asimismo no aparecen intervenciones específicas, solo mencionas
correctamente intervenciones generales.
Te invito a leer los comentarios insertos, las referencias a la clase que propongo
ya que estas correcciones te permitirán seguir aprendiendo y profundizar los
contenidos para la entrega del trabajo final.
Afectuosamente
Raquel

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