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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES


DEPARTAMENTO DE LETRAS
LICENCIATURA EN LETRAS

Guía de lectura de Efesíacas de Jenofonte de Éfeso

Docente responsable de la cátedra:

Lic. Jessica Elizabeth Zavala Vásquez

Asignatura:

Literatura Universal I

Estudiantes:

Amaya Rodríguez, Mónica Gabriela AR20004


González Godinez, Mónica Alejandra GG20032
Hernández Santos, Fátima Azucena HS20002

San Salvador, Ciudad Universitaria, viernes, 24 de septiembre de 2021.


GUÍA DE LECTURA DE EFESÍACAS DE JENOFONTE DE ÉFESO

Indicación: Realizar lectura comprensiva de las Efesíacas, posterior mente en equipos de


tres determinar:

1- El contexto histórico del autor y la obra.

Se conocen muy pocos datos sobre el autor de las Efesíacas. Su nombre, Jenofonte, es un
seudónimo adoptado frecuentemente por novelistas, que lo toman en recuerdo del ateniense
Jenofonte o porque se cree que el autor pertenecía a la patria de Éfeso. La fecha de
composición de las Efesíacas fue una no muy posterior al año 100 d.C., es decir, los primeros
años del siglo II d.C.

Sobre la obra, se sabe que su primera edición fue hecha en 1726 por Antonio Cocchi,
florentino, en los talleres de C. Bowyer en Londres. La narrativa de Jenofonte de Éfeso
pertenece al género literario en boga en la época, el de la novela griega. Su estilo narrativo
es simple y directo. La estructura de la obra contempla hechos dramáticos y peripecias en las
que los protagonistas, ambos bellísimos, son separados, y expuestos a peligros y calamidades
en sus múltiples aventuras, al final de la novela estos logran reunirse nuevamente.

Jenofonte presenta un relato novelesco en donde se ve la existencia de la ficción en los


sucesos extraordinarios y sobrenaturales de los cuales son parte los protagonistas. Jenofonte
no presenta personajes históricos, ni hace alguna alusión notoria al tiempo de su época, esto
no quiere decir que no se encuentran rasgos históricos dentro de su obra, ya que se presentan
a lo largo de la trama cuando se ven los aspectos políticos, económicos, sociales y religiosos.

Dentro de la obra hay referencias históricas que indican hechos políticos ubicados en un
momento próximo a los siglos I y II d.C. En primer lugar, la mención del gobernador de
Egipto, cargo instituido por Augusto, después de la conquista de este país en el año 30 a.C.
También se hace mención del irenarca de Cilicia como un oficial de policía del que no se
tienen noticias antes de la época del emperador Adriano. Por último, los pastores del Delta
del Nilo junto con las fechorías que realizaban los piratas y bandidos son útiles como dato
histórico, ya que estos protagonizaron una rebelión en el año 172 d.C.
Además, hay rasgos históricos que indican el desarrollo del comercio próximo a los siglos I
y II d.C. Es en Roma donde las relaciones comerciales experimentan una intensa alza, ya
que se comercializaba con países como Egipto y Siria, además de ciudades como Alejandría
y Antioquía. Ambas son mencionadas en la obra, aunque es esta última la que posee más
importancia en las relaciones comerciales del siglo II. Jenofonte habla de Antioquía como
una ciudad rica del Oriente grecorromano, esto se ve reflejado cuando en el puente de esta
ciudad se presenta la venta de la protagonista Antía. Este ejemplo, además, evidencia la
importancia de las relaciones comerciales marítimas de esa etapa. Cabe destacar que la venta
y comercio de esclavos era muy común en la época, tanto así que en la novela se relata cómo
los piratas fenicios deciden atacar la nave que abordaron los protagonistas, con el fin de
saquear las riquezas: el oro, la plata y los esclavos. Esta era una práctica habitual dentro de
la sociedad helenística-imperial.

En cuanto a lo social, se identifica que Jenofonte presenta una sociedad en la que cada
individuo posee una clase social. Dentro de la narración de la novela se encuentran a
personajes que protagonizan diferentes roles dentro de la sociedad: unos pertenecen a la clase
alta y adinerada, como el gobernador de Egipto; por otro lado, hombres empobrecidos
como los comerciantes y pescadores; luego se encuentran los que padecen de extrema
pobreza: los esclavos, los bandidos, los piratas y ladrones. Es importante mencionar que se
plantea que es posible despojarse de su condición de pobreza recuperando su condición de
estabilidad antigua, tal es el caso del personaje Hipótoo. La sociedad así descrita es un reflejo
de la sociedad de los siglos I y II d.C.

Por último, pero no menos importante, dentro de la obra se hacen referencias religiosas
del contexto histórico de la época del autor. Un ejemplo es el caso de la religión isíaca: se
hacían ritos de iniciación religiosa en culto a la diosa Isis, ya que es la divinidad más venerada
de la época. Junto con Isis dentro de la novela aparecen otras tres divinidades: Ártemis, Apolo
y Helios; ellos proveen de un consuelo espiritual a los humanos y se encargan de la protección
y guía de los destinos de los protagonistas. Ejemplo de ello es la celebración de la fiesta
nacional de Ártemis en Éfeso, ya que Antía tiene por costumbre celebrar el culto de la diosa,
así como los sacrificios de Éfeso ofrecidos a la diosa Ártemis por la protección. Finalmente,
Helios es venerado mediante las ofrendas que le ofrecen los protagonistas. Es de agregar la
presencia de oráculos y prácticas adivinatorias, sacrificios humanos, así como otra serie de
ritos paganos, que reflejan la mentalidad de la época del siglo II d.C.

En conclusión, la novela tiene muchos elementos concretos: se ve una sociedad muy


comercial, económicamente activa, aunque ensombrecida por el exceso de la práctica de
comercio de esclavos y robos, así como las manifestaciones religiosas propias que sitúan a
la obra en la realidad del siglo II d.C.

2- Sinopsis de la obra

La obra Efesíacas está dividida en cinco libros:

Primer libro: en la ciudad de Éfeso, residían dos jóvenes que desbordaban de hermosura: el
efebo Habrócomes y la joven virgen Antía. Se enamoraron locamente el uno del otro, como
venganza de parte del dios Eros hacia Habrócomes, ya que él despreciaba su poder.

Ambos cayeron enfermos y desesperados de amor, causando que sus padres consultaran al
dios Apolo por tal situación. Él les profetizó un sinfín de aventuras trágicas, pero al final su
destino iba a ser feliz. Luego de escuchar tales palabras, los padres de ambos decidieron que,
luego de celebrar el matrimonio de los jóvenes, emprenderían un viaje con unos marineros y
esclavos, desembarcando en la isla de Rodas, con el propósito de conjurar las profecías. Pero
fueron atacados por unos piratas fenicios, quienes tomaron todo lo que estaba en el barco de
Habrócomes y Antía, a los protagonistas y a los dos esclavos. En ese instante, los enamorados
empiezan a sufrir desgracias debido a su inoportuna belleza.

Segundo libro: Cuando llegaron a Tiro, el jefe de la banda de los piratas, Apsirto, toma como
esclavos a Habrócomes y a Antía. La hija de Apsirto decide vengarse diciendo calumnias de
Habrócomes, debido a que el joven no aceptó el amor de ella, causando que fuera encerrado
en el calabozo.

Manto, hija de Apsirto, se casa con un extranjero, Y su padre le da a Antía y a los esclavos
que acompañaban a los jóvenes. Manto, por despecho, entrega a Antía a un cabrero para que
se despose con ella; pero él se compadece de su situación y la conserva pura. Mientras tanto
Apsirto descubrió la infamia de su hija y se disculpó con Habrócomes por la injusticia que
vivió, dejándolo a cargo de su casa.
El esposo de Manto se enamora de Antía y Manto le da la orden al cabrero de asesinar a la
joven por tal hecho; pero este de nuevo se compadece y decide venderla a unos comerciantes.
En el viaje ella y los comerciantes caen en manos de unos malhechores dirigidos por Hipótoo,
llevándose a Antía para usarla como sacrificio; sin embargo, todo esto se interrumpe por la
presencia del erinarca Perilao, quien se enamora de Antía y decide llevársela. Mientras tanto
Habrócomes va en busca de su amada y se encuentra a Hipótoo con quien forma una relación
de amistad.

Tercer libro: Habrócomes e Hipótoo tienen el objetivo de buscar a Antía y para eso reúnen
a muchos hombres. Por otro lado, se estaban dando los preparativos de la boda entre Perilao
y Antía. La joven no deseaba desposar a otro, porque quería serle fiel a Habrócomes. Deseaba
morir, así que le pidió a un médico efesio que le diera una pócima; pero esta en realidad solo
la hizo caer en un sueño. Perilao, al enterarse de su falsa muerte, la pone en una tumba con
muchas joyas, la cual es saqueada por unos ladrones y de nuevo Antía es vendida a un
comerciante. Eso mismo le ocurrió a su amado y por segunda vez se vio envuelto en
acusaciones falsas a causa de su belleza.

Cuarto libro: Hipótoo conforma una nueva banda de hombres y decide ir en busca de su
amigo Habrócomes. Por otra parte, a este lo querían crucificar por las falsas acusaciones,
pero al final se salva. Hipótoo hace de la suyas de nuevo, asesinando al nuevo amo de Antía
y llevándosela prisionera. Vuelve a caer en más desgracias la pobre joven, ya que es
encerrada en una fosa con unos perros, en forma de castigo por haber asesinado a uno de los
hombres de Hipótoo, pues se defendió de sus acosos. Anfínomo, hombre de Hipótoo, quien
está enamorado de ella, la cuida alimentándola mientras se encuentra en la fosa.

Quinto libro: Habrócomes no se da por vencido por encontrar a su amada, aunque sea ya
muerta, y llega a Sicilia. Luego aparece un capitán egipcio llamado Políido, quien se encarga
de atacar a los hombres de Hipótoo; sin embargo, el malhechor logra escapar nuevamente.
Políido conoce a Antía y se enamora locamente de ella. Entonces la lleva consigo a Menfis,
donde a ella se le profetiza un pronto reencuentro con Habrócomes.

Otra vez Antía es vendida, pero esta vez a un dueño de un prostíbulo, mas ella se niega a
prostituirse fingiendo una enfermedad. Mientras Hipótoo viaja, encuentra a Antía y la
reconoce como la muchacha que tenían en la fosa y luego es comprada por él. Ella le cuenta
de su único amor en Éfeso y la logra identificar como la amada de su amigo; por lo tanto,
deciden ir en busca de él. Tanto ellos como Habrócomes se dirigen a la isla de Rodas, donde
después de mucho tiempo se hacen presentes los servidores de los jóvenes esposos (Leucón
y Rode), encontrándose primero con Habrócomes y luego con Antía, y les hacen saber las
noticias de sus apariciones a ambos. Ellos ayudarán a que los esposos se encuentren en el
templo de la diosa Isis, en donde desbordan sus sentimientos y cumplen la promesa de amor
pactada desde un principio.

3- Identificación de características de la novela bizantina en Efesíacas.

Las principales características de la novela bizantina son las siguientes:

a) Mismo esquema argumental

Eso quiere decir que todas las novelas bizantinas de la época tienen la misma trama. Dicha
característica se puede comprobar a través de las comparaciones que hace el autor con Las
aventuras de Quéreas y Calírroe, pues se nota que Efesíacas se ha inspirado en ellos para
crear a Habrócomes y Antía. Calírroe y Quéreas también tienen que realizar un viaje y pasar
por varias adversidades; además, a lo largo de la obra se ven varias similitudes de estos dos
personajes con los protagonistas de Efesíacas.

Por ende, las novelas bizantinas de la época siguen la misma línea argumental: los
protagonistas se ven obligados a realizar un largo viaje, en el cual viven vicisitudes; sin
embargo, al final terminan juntos y logran su final feliz.

b) El viaje como hilo conductor

En primer lugar, cabe destacar que a la novela bizantina también se le conoce con el nombre
de «libros de aventuras peregrinas». De ahí por qué el viaje cobra tanta importancia en la
historia y es otro motivo por el que se dice que el esquema argumental es el mismo.

En Efesíacas, las razones por las que Antía y Habrócomes deben realizar un largo viaje son,
en primer lugar, por la ira del dios Eros al ser irrespetado por Habrócomes; en segundo lugar,
por el oráculo de Apolo hacia la joven pareja. Y es ese viaje el que une a los protagonistas;
pues tienen que huir de situaciones difíciles y recorrer varios lugares para reencontrarse.
c) La importancia de la castidad

Este rasgo predomina a lo largo de toda la obra. Tanto Habrócomes como Antía quieren
mantenerse puros por su fidelidad. Es más notorio por parte de Antía, pues en varias
ocasiones repite su deseo de mantenerse casta:

—¡Oh, belleza traidora! —decía—, ¡oh, infortunada hermosura! ¿Por qué os habéis convertido
para mí en causa de tantas desgracias? ¿No os bastaron tumbas, muertes, cadenas, bandidos, sino
que ahora me meterán en un burdel y un proxeneta me obligará a destruir la pureza que hasta ahora
guardaba para Habrócomes? (de Éfeso, 1979, p. 297)

En el párrafo anterior citado, Antía se queja de su infausta fortuna y en ese fragmento en


específico se percibe más el dolor de perder su castidad, pues teme ir a un lugar que tiene ese
fin.

d) Visión moralizadora

La visión moralizadora se ve presente en la obra sobre todo al principio, cuando Habrócomes


ofende a Eros. De forma implícita da a entender el autor que no hay que faltar el respeto a
los dioses o estos buscarán medios para rectificar la conducta, como ocurre con el castigo de
Eros; ya que es por él que toda la peregrinación se lleva a cabo.

La moralización también se relaciona con la importancia de cuidar la castidad, puesto que,


aunque no se mencione de forma explícita en la obra, se da a entender que los padres de
Habrócomes y Antía les enseñaron a sus hijos que deben mantenerse fieles a la persona con
la que contraerán nupcias; pues se ve en las acciones de los protagonistas que reniegan todo
tipo de incitación y esto se puede ver en diversos fragmentos de la obra como el siguiente:

¿Y qué vida me aguarda, convertido en una prostituta en lugar de un hombre, y privado de mi


Antía? Pero no, por la virtud que fue mi compañera desde niño hasta hace poco, no me someteré
a Corimbo. Antes moriré y muerto daré pruebas de mi virtud. (de Éfeso, 1979, pp. 253-254)

En el diálogo citado Habrócomes lamenta que Corimbo se haya enamorado de él y Euxino


de Antía, mas jura que no desistirá por su fidelidad a Antía.

En resumen, los personajes de Jenofonte de Éfeso representan valores como la abstinencia,


la fidelidad, la pureza y la valentía.
e) La picaresca de los personajes

Esta característica tiene que ver con el ingenio de Habrócomes y Antía para no romper la
promesa que hicieron. Se presenta con más vigor en Antía, quien siempre daba varias excusas
para rechazar a sus pretendientes. Un ejemplo es el siguiente:

Diciendo esto, fue llevada al burdel del proxeneta (…). Y cuando llegó y se expuso públicamente,
afluyó una gran multitud de hombres admirados de su belleza, y la mayoría estaban dispuestos a
pagar dinero por su deseo. Y ella, colocada en una desgracia a la que no veía solución, encontró
un medio de escapar de ella. Cayó, en efecto, a tierra y relajó su cuerpo e imitó a los que padecen
la llamada enfermedad sagrada. (de Éfeso, 1979, p. 299)

El fragmento anterior cita la artimaña de Antía para no tener que trabajar en el burdel: se
desmaya y finge que tiene epilepsia. Otro momento muy diáfano es cuando bebe un frasco
con supuesto veneno, ya que ella prefiere la muerte a tener que casarse con Perilao.

f) Final feliz

Las aventuras de Habrócomes y Antía tienen un final feliz. Después de pasar por varios
lugares del mundo como Rodas, Éfeso, e incluso Egipto, los protagonistas logran su
reencuentro, alcanzan su final feliz.

A diferencia de la comedia, que también tiene un final feliz, en la novela bizantina no se


muestran situaciones jocosas, no se hace burla o mofa hacia los personajes de la sociedad, ni
se aborda la sátira. Quizá la única similitud que se podría encontrar en el libro analizado con
el subgénero dramático de la comedia es el uso de artimañas de los protagonistas para
resolver sus problemas, aunque en la comedia tiene un fin más burlesco e inclusive sarcástico.
En la novela bizantina sí se orienta más a salir del conflicto en que se encuentra el personaje
y no con fin jocoso. Y se puede evidenciar en Efesíacas, ya que los protagonistas realizan
todo tipo de acciones, incluso delictivas por parte de Antía, para obtener la felicidad.

4- Dé su punto de vista sobre la obra en cuanto a establecerla como novela bizantina

Si bien es cierto que la novela bizantina tuvo su auge en el Siglo de Oro Español, es decir,
los siglos XVI y XVII, su origen se remonta al siglo III d.C. En este período se sentaron las
bases de lo que sería la novela bizantina del Siglo de Oro.
Efesíacas es parte de esa producción literaria que influenció a los autores de dicha época,
pues posee las características de lo que se conoce como novela bizantina o libro de aventuras
peregrinas. Esta influencia se puede ver en el autor inglés William Shakespeare, pues algunas
escenas son similares a las de Romeo y Julieta. Por ejemplo, en la escena en que Antía se ve
obligada a casarse con Perilao, ella le pide a Eudoxo, médico efesio, que le dé una pócima
para morir; pues prefiere eso a tener que ser infiel a Habrócomes. El médico acepta, pero
cuando se lo lleva, en realidad solo le da un soporífero. Algo similar sucede con Julieta, en
la escena en que Fray Lorenzo le da un veneno falso a la joven para fingir su muerte. Y, de
igual forma, es similar la escena en que Perilao encuentra yaciente a Antía a la de Paris,
cuando ve a Julieta inconsciente.

También la escena en que Romeo es desterrado de Verona se asemeja mucho a los viajes que
tienen que hacer Antía y Habrócomes, aunque estos últimos deben recorrer varios sitios.

El determinar Efesíacas como novela bizantina es crucial, porque contiene todas las
características de este subgénero que se vino a consolidar en los siglos XVI y XVII. Su
importancia es tal que sentó las bases de un nuevo subgénero en narrativa, al igual que
muchas otras obras de la época como Las aventuras de Quéreas y Calírroe o Los amores de
Teágenes y Cariclea.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

de Éfeso, J. (1979). Efesíacas (J. Mendoza ed. y trad.). Editorial Gredos.

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