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Universidad Politécnica de Honduras

Tema:

Delincuencia organizada en Honduras

Asignatura:

Criminología

Catedrático:

Abg. Nery Ordoñez

Estudiante:

Luis Alfredo Murillo

Sede: Danlí, El Paraíso 11 de julio de 2023


Índice
1. Introducción ......................................................................................................................................... 3
2. Objetivos .............................................................................................................................................. 4
2. 1 Objetivo general ............................................................................................................................. 4
2.2 Objetivos específicos ....................................................................................................................... 4
3. Marco teórico ....................................................................................................................................... 5
3.1 Delincuencia organizada en Honduras ............................................................................................ 5
3.2 Transformación de las elites ............................................................................................................ 9
3.3 La Guerra Contra las Drogas ......................................................................................................... 10
3.4 Actividades criminales .................................................................................................................. 11
Conclusiones .......................................................................................................................................... 15
Bibliografía ............................................................................................................................................ 16

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1. Introducción

En el presente ensayo abordaremos la delincuencia organizada en nuestro país, sabemos que a

delincuencia organizada es la actividad delictiva de un grupo estructurado de tres o más personas

que existe durante cierto tiempo y que actúa concertadamente con el propósito de cometer uno o

más delitos. En Honduras esta muy normalizada la delincuencia que ya no nos sorprende lo que

pueda llegar a suceder. Es un constante temor de lo que nos pueda pasar en las calles de alguna

cuidad ya que todos estamos expuestos a la misma. La delincuencia trae consigo un impedimento

del desarrollo económico para el país.

Es lamentable ver como personas en nuestro gobierno no hacen nada para cambiar la situación

en la que vivimos, son muchos lo planes e instituciones que dicen combatir la misma, sin

embargo no se nota ningún cambio y cada día aumenta la violencia y la pobreza.

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2. Objetivos

2. 1 Objetivo general

Exponer la delincuencia organizada en Honduras

2.2 Objetivos específicos

 Explicar el aumento de la delincuencia organizada.

 Conocer como la política esta relacionada con las bandas criminales.

 Explicar como el expresidente de Honduras está vinculado directamente con la

delincuencia.

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3. Marco teórico

3.1 Delincuencia organizada en Honduras

La violencia y el crimen organizado constituyen dos de los principales problemas en Honduras.

El aumento de estos flagelos ha desestabilizado el tejido social del país, socavando su desarrollo

socioeconómico y erosionando su Estado de derecho. Además, ha puesto a prueba la capacidad

del Estado para combatirlos. Entre 2014 y 2017, la violencia y las redes de crimen organizado

continuaron presentando niveles alarmantemente altos. Los homicidios ocurridos en ese periodo

orillaron a la ciudadanía a vivir en uno de los países más inseguros del mundo, considerado en

2012 como la “capital mundial del crimen”, cuando su tasa de homicidios fue la más alta del

mundo.

En Honduras, el abordaje del combate a la violencia y el crimen organizado se realiza a través

de la Secretaría de Defensa, la Secretaría de Seguridad, el Ministerio Público y el Poder Judicial.

Estos sectores e instituciones están agrupadas en el CNDS y son las responsables de tutelar la

seguridad ciudadana. El Poder Ejecutivo es quien preside todo el andamiaje institucional para

combatir la violencia y el crimen organizado en Honduras. Con la creación en 2011 del CNDS,

el presidente de la República, se aseguró dirigir todo el sistema de seguridad, por encima de los

demás poderes del Estado. Esto ha provocado diversas reacciones que critican la acumulación

del poder del Ejecutivo, ya que, el Poder Legislativo, Judicial y el MP, quedan a expensas de las

decisiones que tome el presidente en cuanto al tema de la seguridad y la defensa.

La desconfianza de la población sobre estas instituciones, fue puesta en evidencia a través de un

sondeo realizado en 2014, donde 72.0% manifestó no tener confianza en la Policía, 77.0%

desconfiaba del Ministerio Público y 77.0% a la Corte Suprema de Justicia. El Ministerio Público

cuenta con diversas instancias para investigar los posibles delitos de violencia y del crimen

organizado. Para abordar específicamente esas problemáticas, la Fiscalía cuenta con dos

direcciones, una agencia técnica de investigación, cuatro fiscalías y seis unidades especiales. La
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Dirección General de Fiscalía se creó en 1994, y un año más tarde se estructuró la Dirección

Nacional de Lucha contra el Narcotráfico. La Dirección General de Fiscalía cuenta con fiscalías

y unidades especiales que abordan directamente el combate a la violencia y el crimen organizado.

Dentro de las fiscalías especiales, se encuentra la Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado

(FESCCO), la Fiscalía Especial de Protección a la Niñez (FEN), la Fiscalía Especial de Delitos

contra la Vida (FEDCV) y la Fiscalía Especial de la Mujer (FEM). La FESCCO se creó en 2013,

contando dentro de su estructura con la Unidad Antisecuestros y Extorsión. Ese mismo año se

abrió la FEDCV. En cuanto a la Unidad de Investigación de Femicidios, esta pasó de la FEM a

la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en 2017. Actualmente la FEM se

circunscribe a casos de violencia doméstica, sexual e intrafamiliar y además posee injerencia a

nivel institucional para la implementación del modelo de atención integral a mujeres. En 2014

se creó la ATIC como una instancia con jurisdicción en todo el país para investigar los 21 delitos

graves (con penas mayores de 5 años) y de fuerte impacto social que contenían el catálogo del

artículo 184 del Código Procesal Penal. La creación de la ATIC vino a suplantar de cierta forma,

la separación en 1998 de la Dirección General de Investigación Criminal (DGIC), la cual estaba

adscrita a la Fiscalía. Actualmente, se distribuye las investigaciones criminales con la Dirección

Policial de Investigaciones (DPI), lo que ha generado cierta confusión, ya que hace falta mayor

coordinación entre ambas direcciones. La ATIC cuenta con seis unidades, entre ellas, la unidad

de Investigación de Delitos contra la Vida y Libertad Sexual; y el de Investigación de Delitos

contra el Crimen Organizado y Terrorismo. Dentro de este último hay un Grupo de Investigación

contra el Narcotráfico.

El Grupo de Investigación contra el Secuestro, la Extorsión y la Asociación Ilícita, el Grupo de

Investigación contra el Lavado de Activos y el Grupo de Investigación contra el Terrorismo y

Delitos Relacionados. Además, la ATIC cuenta con una Unidad de Investigación de Muertes

Violentas de Mujeres y Femicidios, que funciona en Tegucigalpa y San Pedro Sula y es dirigida

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técnica y jurídicamente por fiscales adscritos a la FEDVC. La Dirección General de Fiscalía

cuenta con la Unidad Adscrita a la PMOP, la Unidad Especializada para la Investigación y

Enjuiciamiento de Muertes Violentas del Bajo Aguán (UMVIBA), la Unidad Antisecuestro y

Pandillas, la Unidad de Intervención de Comunicaciones (UIC), la Unidad contra la Trata de

Personas, Explotación Sexual Comercial y Tráfico Ilícito de Personas, la Unidad Fiscal de

Operaciones Especiales y el Programa de Protección a Testigos.

En las últimas décadas, Honduras ha llamado la atención por los altos niveles de violencia, la

inseguridad, crisis política (el golpe de 2009 y la crisis electoral de 2017) y el movimiento masivo

de personas saliendo del país conocido en los medios como las "caravanas migrantes". Varios

informes de derechos humanos de organizaciones internacionales y estudios han querido

entender las razones que han llevado al país a una situación constante de precariedad a nivel

político y social que impacta principalmente a las poblaciones de menos recursos. La historia de

fragilidad en las instituciones estatales, la permanencia de la pobreza y desigualdad y un proceso

de democratización inacabado son algunas razones subyacentes.

Otra razón que han señalado estudios e informes ha sido la presencia del crimen organizado y el

tráfico de drogas en Centro América (Ver Cantor 2014, Oficina de las Naciones Unidas contra

la Droga y el Delito, 2012, Salomón 1994). En las últimas décadas, el narcotráfico y el crimen

organizado han ido formando parte del paisaje de violencia, inseguridad e inestabilidad para

muchos hondureños, propiciando muchos a desplazarse internamente, así como fuera del país

por su seguridad y porque no encuentran protección del estado. Además, se ha comprobado la

participación de las elites políticas y económicas hondureñas en el tráfico de drogas, así como la

implicación de grupos de crimen organizado como El Cartel de Sinaloa y Los Zetas en la

financiación de campañas presidenciales y el lavado de dinero a través de actividades

empresariales de las elites. En lo que resta de esta nota, se explora algunos factores que

contribuyeron al establecimiento del tráfico de drogas y el crimen organizado en el país.

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Si bien varias notas del periodismo investigativo recientemente han señalado la implicación de

altos oficiales de las fuerzas armadas en el tráfico de drogas, es importante señalar que su

participación no es reciente. La participación de los militares en el narcotráfico se hizo evidente

en los años setentas con el asesinato de Mario y Mary Ferrari, una pareja de clase media alta que

traficaban cocaína, armas y esmeraldas. El asesinato de los Ferrari evidenció la participación de

altos oficiales de las fuerzas armadas y del narcotraficante hondureño Ramón Matta Ballesteros

en el tráfico de drogas. Los militares tenían una posición privilegiada en el país en ese momento.

Desde los sesentas estaban en el poder mediante el establecimiento de una dictadura.

Una coyuntura particular de la región centroamericana cimentó el poder político y económico de

los militares en el país. Por un lado, el surgimiento de movimientos sociales y de grupos armados

en la región y la revolución Sandinista en Nicaragua generaron temor por parte de los gobiernos

de Estados Unidos y Argentina, así como varios grupos económicos y políticos locales frente a

la posibilidad del establecimiento de socialismo y comunismo. El gobierno de Estados Unidos

financió operaciones secretas de contrainsurgencia mientras que el gobierno de Argentina

entrenó a los militares hondureños para la ejecución del programa contrainsurgente. Los militares

se beneficiaron política y económicamente de la llegada de fondos para combatir el socialismo

y el comunismo. Por ejemplo, el presupuesto de las fuerzas armadas era independiente del

presupuesto nacional el cual no pasaba por ninguna supervisión por el gobierno.

Por otro lado, los militares se beneficiaron económicamente del modelo de desarrollo de

industrialización por sustitución de importaciones. Si bien la implementación del modelo ISI en

el país fue débil, permitió, no obstante, el surgimiento de nuevos grupos económicos distintos a

los terratenientes tradicionales. El acceso a créditos para los nuevos grupos económicos que

surgieron no sólo era administrado por los militares en el poder, sino además también accedieron

a créditos para diversificar sus iniciativas empresariales y convertirse en un grupo económico y

político en el país. Esta posición privilegiada económica y política de las fuerzas armadas

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hondureñas y el control sobre los puertos y el territorio nacional y la ausencia de veeduría del

presupuesto de las fuerzas armadas y sus actividades facilitaron la participación en el tráfico de

drogas proveniente de Sur América.

3.2 Transformación de las elites

En los últimos años, han surgido varios reportes detallando los vínculos de familias o miembros

de la elite política y económica con el crimen organizado. Este ha sido el caso de la familia

Rosenthal y Handal que tuvieron vínculos con los grupos de crimen organizado, “Los Valle

Valle” y “Los Cachiros” y más recientemente los vínculos del hijo del expresidente Porfirio

Lobo y el hermano del actual presidente de Honduras, Tony Hernández, con el narcotráfico.

La participación de algunos miembros de la elite política y económica hondureña con el

narcotráfico es más reciente que los vínculos de las fuerzas armadas. Su involucramiento con el

crimen organizado se debe en parte a la transformación de elite en la región. Como indica el

estudio de Bull, las elites centroamericanas se transformaron en las últimas décadas

beneficiándose de varias políticas económicas orientadas a la estabilización macroeconómica

como el modelo de sustitución de importación de productos en los sesentas y setentas y luego el

programa de ajuste estructural en los ochentas y noventas. Estas políticas contribuyeron que las

elites diversificaran sus actividades económicas en los sectores de la agricultura, industria, y,

sobre todo, en el área financiero y bancario. Asimismo, estas elites se vincularon con los partidos

políticos tradicionales, el partido Liberal y el partido Nacional, participando y financiando sus

campañas electorales y trabajando en el sector público como altos funcionarios.

La transformación de las elites las enriqueció en tanto que se beneficiaron de exención de

impuestos y de créditos para sus actividades económicas. Su vínculo con el crimen organizado

debe entenderse en este contexto de transformación económica y de política pública en la región

centroamericana. Por un lado, diferentes grupos de crimen organizado tenían una presencia cada

vez más fuerte en la región. Esto debido a que Centro América se había convertido en el principal
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tránsito de drogas ilícitas hacia Norteamérica. Una consecuencia de la presencia de varios grupos

de crimen organizado en Honduras, como “los Valle Valle”, “Los Cachiros”, entre otros, fue la

necesidad de articular el capital obtenido de actividades ilícitas con el sector económico legal, el

cual estaba bajo control de las elites. Varios miembros de diferentes grupos de crimen organizado

empezaron a establecer conexiones y relaciones con políticos y con miembros de las elites. Si

bien algunos miembros de las elites apoyaron en el transporte de drogas, contribuyeron

principalmente al lavado de dinero a través de sus actividades económicas. Por ejemplo, varios

miembros de “Los Cachiros” tenían línea de crédito con el Banco Continental, el cual era de la

familia Rosenthal y que financiaba varias actividades económicas de “Los Cachiros” como

ganadería, la palma africana, entre otras actividades. Asimismo, los miembros de crimen

organizado establecían conexiones con políticos para poder realizar sus actividades de lavado de

dinero. Este es el caso del vínculo de algunos alcaldes de la costa norte de Honduras quienes

permitieron actividades de ganadería y construcción de miembros de crimen organizado. Estas

conexiones de las elites políticas y económicas de Honduras con el crimen organizado,

reforzadas con los altos niveles de corrupción en el sector público y en las instituciones estatales,

han tenido consecuencias nefastas en el país, particularmente un alto nivel de violencia, así como

la emergencia de formas paralelas de gobernanza criminal.

3.3 La Guerra Contra las Drogas

“La Guerra Contra las Drogas” hace parte de una agenda global liderada por Estados Unidos

para controlar la producción, tráfico y consumo de drogas ilícitas. Inició en Estados Unidos en

los sesentas por el aumento en el consumo de drogas en el país. La respuesta fue muy simplista:

prohibir y penalizar el consumo de drogas, así como detener la producción de drogas en los

países. En los ochentas, el presidente Ronald Reagan retomó la “guerra contra las drogas” de

manera más agresiva (y menos preventiva) centrándose en América Latina, de donde venía la

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mayoría de droga consumida en Estados Unidos, y adoptando una posición más punitiva frente

a las personas adictas a las drogas.

Uno de los efectos de la política exterior de drogas de Estados Unidos en Honduras fue el decreto

126 de 1989 que sanciona el cultivo, producción y tráfico, así como el consumo y posesión de

drogas ilícitas. Este decreto, el cual aún está vigente, criminaliza y penaliza a cualquier persona

con drogas. En los últimos años se ha recrudecido la "guerra contra las drogas" en Honduras y

Centro América debido a la fuerte presencia del crimen organizado y que la región

centroamericana se ha convertido en uno de los principales corredores de tránsito de droga

proveniente de Suramérica y de México. Los efectos de esta política han sido nefastos. Por un

lado, la ayuda financiera enviada a Honduras por parte de Estados Unidos para combatir el

crimen y las drogas contribuyó a la presencia más agresiva de agentes de seguridad en zonas de

bajos de recursos quienes se dedicaban a realizar redadas relámpago para arrestar presuntos

criminales y delincuentes que participaban en la venta y tráfico de drogas. Por otro lado, la

"guerra contra las drogas" transformó la violencia, la cual se volvió más cruda. Esto era evidente

en las cárceles donde aumentaron considerablemente motines y masacres de reos debido a la

sobrepoblación penitenciaria y a alteraciones en el 'orden' que existía en las prisiones y que

controlaban los reos. Asimismo, la "guerra contra las drogas" ha empoderado a altos oficiales de

la policía, a funcionarios políticos y miembros de la elite política y económica. Algunos han

participado con el crimen organizado en el tráfico de drogas recrudeciendo las condiciones en

varias partes del país

3.4 Actividades criminales

Juan Orlando Hernández: En 2010, Hernández fue elegido presidente del Congreso Nacional, lo

que consolidó su ascenso dentro del partido de gobierno. Pero a medida que su poder fue

creciendo, se vio asediado por crecientes acusaciones de corrupción: durante su mandato como

jefe del Congreso, el Fondo de Desarrollo Departamental, controlado por el Congreso, se apropió

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indebidamente de unos US$360 millones, que fueron usados para llenar las arcas del partido y

financiar campañas políticas. El fondo era administrado por Hilda Hernández, la hermana de

Juan Orlando, que dirigía el Ministerio de Desarrollo Social e Inclusión de Honduras. Pero el

escándalo no frenó el ascenso de Hernández y fue elegido presidente por primera vez en 2013.

Las investigaciones de la comisión anticorrupción del país revelaron más tarde que se

malversaron millones de dólares, los cuales fueron canalizados para su primera campaña

presidencial.

Ganó un segundo mandato en 2017. Sin embargo, su reelección se vio empañada por

controversias, incluyendo la anulación, por parte de la Corte Suprema del país, del límite de un

solo mandato para los presidentes, con el fin de permitirle postularse nuevamente, así como

acusaciones de fraude electoral. Al mismo tiempo, varios traficantes comenzaron a dar

testimonios que apuntaban al presunto papel de Hernández en lo que parecía ser un narcoestado.

Luego, en 2018, su hermano Tony fue arrestado en un aeropuerto de Miami por tráfico de drogas.

En los documentos judiciales que salieron a la luz en el caso de su hermano se identifica a

Hernández como coconspirador.

El juicio de su hermano por cargos de narcotráfico en 2019 convirtió al entonces presidente en

objeto de acusaciones aún más condenatorias. Durante el juicio, Alexander Ardón,

exnarcotraficante y exalcalde de El Paraíso, Copán, testificó que Tony había dado protección a

sus operaciones a cambio de una contribución de US$2 millones para la campaña de su hermano.

Los fiscales estadounidenses también alegaron que Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”,

antiguo capo del Cartel de Sinaloa, le había entregado US$1 millón a Tony, el cual se presume

era para el expresidente hondureño. Los fiscales también mencionaron un libro contable

confiscado a un narcotraficante, en el que aparecían US$440.000 en pagos para “JOH y su

gente”. El presidente suele ser conocido por sus iniciales.

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Aunque en general los fiscales estadounidenses son reacios a nombrar presidentes en ejercicio

durante las acusaciones penales, en varios casos y en la sentencia de su hermano continuaron

sosteniendo que el exmandatario Hernández había aceptado sobornos y había participado de

manera directa en el esquema de narcotráfico de su hermano. La acusación más explosiva se

produjo en 2021, cuando un testigo en el juicio del narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez

afirmó que el expresidente Juan Orlando Hernández se había jactado de engañar a las fuerzas

antidrogas de Estados Unidos. Aun así, Hernández continuó siendo considerado un socio clave

de Estados Unidos, dispuesto a ayudar al entonces presidente Donald Trump en su cruzada para

evitar la llegada de migrantes a la frontera entre Estados Unidos y México.

Fue solo en 2021, más de una década después de las repetidas acusaciones de malas conductas,

que Washington realmente comenzó a distanciarse de la administración Hernández. En febrero

de ese año ocho senadores demócratas propusieron un proyecto de sanciones a Hernández,

afirmando que este había participado en un patrón de actividades criminales. Para noviembre de

2021, el electorado de Honduras ya estaba hastiado del Partido Nacional, el partido de gobierno

del que Hernández hace parte. La candidata Xiomara Castro obtuvo una victoria decisiva en las

elecciones presidenciales, y poco después se especuló que Hernández podría ser acusado por

fiscales estadounidenses tras dejar el cargo.

Después de la derrota, Juan Orlando Hernández fue nombrado inmediatamente en el Parlamento

Centroamericano (PARLACEN), en un intento de buscar la inmunidad frente a los

enjuiciamientos. Pero solo unas semanas después de abandonar el cargo, los fiscales

estadounidenses lo pidieron en extradición, acusándolo de tráfico de drogas y armas. Hernández

fue detenido en su casa el 15 de febrero de 2022. La policía le puso cadenas y un chaleco

antibalas, una imagen impactante y que se consideraba impensable.

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Hernández ha sido acusado de aceptar sobornos de narcotraficantes, e incluso de brindar

protección a laboratorios de drogas y cargamentos de cocaína. Durante mucho tiempo ha negado

las acusaciones en su contra, afirmando que son producto de una vendetta de traficantes.

Los fiscales del Distrito Sur de Nueva York, el mismo despacho que procesó a su hermano,

presentaron los cargos contra Hernández. A principios de 2022, Hernández fue incluido en la

llamada Lista Engel del Departamento de Estado, un listado de personajes corruptos, por

“cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico, y usar las ganancias de actividades ilícitas

para facilitar campañas políticas”.

Si bien anteriormente había admitido que recibió fondos de campaña de fuentes que se sabía que

canalizaban fondos públicos malversados, Hernández sostiene que ignoraba el origen de esos

fondos.

Honduras es un país hundido en la miseria la violencia debido a los gobernadores corruptos que

al final no hacen nada por nuestro país más que dejarlo en mal y esto nos afecta directamente a

todos los ciudadanos. Esperando que se haga justicia por todos los actos de corrupción que se

cometieron por los políticos y que un día nuestro país pueda resaltar, no por los altos índices de

violencia sino por ser un país de mucho desarrollo, falta mucho para esto pueda ocurrir, sin

embargo, no hay que perder las esperanzas de que un día seremos una Honduras mejor.

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Conclusiones

 Honduras no es un lugar seguro, evidente en la salida masiva de hondureños hacia Estados

Unidos. Si bien la migración hacia Estados Unidos no es nueva, ésta sí ha aumentado

considerablemente en los últimos años en gran parte por la presencia del crimen organizado

y el narcotráfico.

 El narcotráfico y el crimen organizado son uno de los factores que ha convertido al país en

un lugar violento e inseguro.

 Los factores descritos aquí no son los únicos, pero buscan visibilizar que el tema de

narcotráfico, violencia y crimen organizado en Honduras -y Centro América- es complejo y

esta nota ha buscado entrever algunos factores relacionados a un fenómeno que no sólo ha

tenido efectos negativos en la sociedad hondureña, sino que está estrechamente vinculado a

procesos globales que han transformado la región y afectado a los hondureños y hondureñas.

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Bibliografía

https://redesdal.org/blog/f/narcotr%C3%A1fico-y-crimen-organizado-en-honduras-algunos-

factores-de

https://es.insightcrime.org/noticias-crimen-organizado-honduras/juan-orlando-hernandez/

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