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POESIAS

INFANTILES
PARA NIÑ OS
Y NIÑ AS
Los ratones, de Lope de Vega
Juntáronse los ratones para librarse del gato
y después de largo rato
de disputas y opiniones
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel
que andando el gato con él
librarse mejor podrían
Salió un ratón barbicano
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo
dijo al senado romano
después de hablar culto un rato
¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?
Agua, ¿dónde vas?, de Federico García Lorca
Agua, ¿dónde vas?
Riendo voy por el río
a las orillas del mar
Mar, ¿adónde vas?
Río arriba voy buscando
fuente donde descansar
Chopo, y tú ¿qué harás?
No quiero decirte nada
Yo…,temblar!
¿Qué deseo, qué no deseo
por el río y por la mar?
Cuatro pájaros sin rumbo
en el alto chopo están.
Mariposa del aire, de Federico García Lorca
¡Qué hermosa eres!
Mariposa del aire
dorada y verde
Luz de candil
Mariposa del aire
quédate ahí, ahí, ahí
No te quieres parar
pararte no quieres
Mariposa del aire
dorada y verde
Luz de candil
Mariposa del aire
quédate ahí, ahí, ahí
quédate ahí
Mariposa ¿estás ahí?
Canción de cuna del elefante, de Adriano del Valle
El elefante lloraba
porque no quería dormir
Duerme elefantito mío
que la luna te va a oír
Papá elefante está cerca
se oye en el Manglar su mugir
Duerme elefantito mío
que la luna te va a oír
El elefante lloraba
y alzaba su trompa al viento
parecía que en la luna se limpiaba la nariz
El lagarto está llorando
El lagarto está llorando
La lagarta está llorando
El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos
Han perdido sin querer su anillo de desposados
¡Ay! su anillito de plomo
¡ay! su anillito plomado
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros
El sol, capitán redondo
lleva un chaleco de raso
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
Pegasos, lindos pegasos, de Antonio Machado
Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

Yo conocí siendo niño,


la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas. ¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!
Llega el invierno, de Marisol Perales
El señor invierno
se viste de blanco,
se pone el abrigo
porque está temblando.
Se va a la montaña,
se mete en el río,
y el parque y la calle
se llenan de frío.

Se encuentra a la lluvia
llorando, llorando,
y también al viento
que viene soplando.

¡Ven amigo sol!


Grita en el camino,
pero el sol no viene
porque se ha dormido.
MI CARA
En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.

Con mis ojos veo todo,


con la nariz hago achís,
con mi boca como como
palomitas de maíz.
DE OLA EN OLA
De ola en ola, 
de rama en rama, 
el viento silba
cada mañana. 

De sol a sol, 
de luna a luna, 
la madre mece, 
mece la cuna. 

Esté en la playa
o esté en el puerto, 
la barca mía
la lleva el viento.
EN MEDIO DEL PUERTO
En medio del puerto,
con velas y flores, 
navega un velero 
de muchos colores. 

Diviso a una niña 


sentada en la popa: 
su cara es de lino,
de fresa, su boca.

Por más que la miro, 


y sigo mirando,
no sé si sus ojos 
son verdes o pardos. 

En medio del puerto,


con velas y flores,
se aleja un velero 
de muchos colores.
LA VACA LLORONA
La vaca está triste, 
muge lastimera, 
ni duerme, ni bebe 
ni pasta en la hierba. 

La vaca está triste, 


porque a su chotito 
se lo han llevado 
los carniceros 
al mercado. 

Está tan delgada, 


la vaca de Elena, 
que en vez de dar leche, 
da pena.
LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
Érase una Gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.

Aun con tanta mala ganancia contento,


quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.

Mató, abrió el vientre de contado;


pero, después de haberla registrado,
¿Qué sucedió? que muerta la Gallina,
perdió su huevo de oro y no halló la mina.

¡Cuántos hay que teniendo lo bastante


enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones.
EN UN TROZO DE PAPEL
En un trozo de papel 
con un simple lapicero,
yo tracé una escalerita, 
tachonada de luceros. 

Hermosas estrellas de oro. 


De plata no había ninguna. 
Yo quería una escalera 
para subir a la Luna. 

Para subir a la Luna 


y secarle sus ojitos,
no me valen los luceros, 
como humildes peldañitos. 

¿Será porque son dorados 


en un cielo azul añil? 
Sólo sé que no me sirven 
para llegar hasta allí. 

Estrellitas y luceros, 
pintados con mucho amor, 
¡quiero subir a la Luna
y llenarla de color!.
Mamá, Papá
Mamá , papá
Periquito me quiere pegar.
¿Por qué?
Por nada
Por algo será .
Por un pepino,Por un tomate,
Por un trocito
De chocolate
La tortuga

Verde, lenta, la tortuga.


¡Ya se comió el perejil,
La hojita de la lechuga!
¡Al agua, que el baño ya está rebosando!
¡Al agua, patos,
Y sí que me gusta a mí
Y al niño ver a la tortuga
Tontita y sola nadando.
La maestra de las flores
En medio del campo
Hay una escuela
Donde van las flores
Y las abejas.
En medio del campo
Hay una escuela
Y una mariquita es la maestra.
El medio ambiente
Las botellas y los papeles
En bolsitas diferentes.
Así, de esta manera
Cuidamos el medio ambiente.
La pájara pinta
Estaba la pájara pinta
Sentadita en el limón.
Con el pico picaba la hoja,
Con el pico picaba la flor.
¡Ay, mi amor, Cuánto te quiero yo!
NUBE, NUBE
Nube que subes
por los tejados.
Nube que bajas
sembrando charcos.
Nube que sube,
nube que baja,
nube que vuela
sin dejar marcas.
Nube que pinta sombras,
nube que ahueca sueños;
nube que viaja
surcando el cielo.
Nube que subes,
nube que bajas,
nube que vuelas
sobre mi almohada.
Migas de risa
 
Érase que se era
la historia de Elisa,
la pastelera.
Amasaba alegría
Elisa,
de trozo en trozo,
con montañas de harina,
huevo…
¡y migas llenas de risa!
Milhoja de salsa y fresa
para Señora Tristeza.
Bizcocho de risa y coco
para Don Paco
¡y poco!
[¡Que de la risa
se cae el moco!]
Érase que se era
en una asombrosa aldea,
la historia de Elisa,
la pastelera.

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