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Tema V.

La Demografía en la Seguridad
Social
Tema V. La Demografía en la Seguridad Social
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La demografía en la Seguridad Social

Para cumplir con los objetivos de la seguridad social, entendida esta como
la organización social del Estado, y determinar las características de su
población asegurada tiene que recurrir a otras disciplinas que deben
proporcionar fuentes de información mediante datos estadísticos numéricos
y gráficos que permitan adoptar decisiones corroboradas por equipos
técnicos multidisciplinarios, altamente especializados, capaces de generar
datos sobre economía, actuaria, finanzas, estadística, matemática y sistemas
específicos de información.

La demografía que nace con Thomas Robert Malthus en 1798, para la


seguridad social permite la realización de todos los estudios de proyección
concernientes al Seguro de Invalidez, Vejez y Muerte. Además de la
formulación continua de la programación financiera de los seguros sociales
y aplicar las evaluaciones actuariales del seguro de enfermedad y
maternidad.

La composición por edades de la población indica los grupos de personas a


los cuales la seguridad social debe proteger en relación a determinados
riesgos. Así, en cuanto a los riesgos atentatorios a la salud, los gastos en
prestaciones médicas serán más elevados si la población infantil es más
numerosa o si la población de edad más avanzada tiende a aumentar, pues
ambos grupos son más sensibles a las enfermedades; en cuanto al riesgo de
vejez, el gasto aumentará si la edad de retiro disminuye y aumenta la
esperanza de vida, y, correlativamente, es más numeroso el grupo de
pensionados.[2]

Los entes gestores de corto y largo plazo implementan unidades de


estadística y bioestadística, encargadas de generar información mediante
proyecciones demográficas y financieras actualizando el movimiento de los
pensionados y rentistas del seguro de invalidez, vejez y muerte, a través de
sus respectivas variables de cotizaciones, edad, fecha de inicio de pensión,
sexo, tipo de pensión, monto de pensión, riesgos a cubrir, población activa
y pasiva, tasas de natalidad, fertilidad, mortalidad, esperanza de vida,
migración, etc.  

En el régimen de salud el sistema elabora información periódica sobre


cuadros patológicos o enfermedades prevalentes expresados en la
información anual bioestadística y memorias de los entes gestores.

Para el régimen de pensiones la expectativa de vida, la relación de


trabajadores activos-pasivos y la disponibilidad del empleo determinarán la
tasa de sostenimiento del sistema.

En Bolivia la organización, recopilación, presentación y análisis de datos


son registrados en:

-        El Instituto Nacional de Seguros de Salud

-        Autoridad de Pensiones, Seguros y Valores

-        Entes gestores de pensiones y salud

-        Instituto Nacional de Estadística.

[1]Texto base: Derecho de la Seguridad Social, Desarrollo y


Gestión Guerrero Encina, Adolfo “Derecho de la Seguridad Social,
Desarrollo y Gestión”, Primera Edición, Editorial Universitaria de la
U.A.G.R.M., Santa Cruz, Bolivia, 2014, aprobado mediante Resolución
Decanato F.C.J.P.S.RR.II. de 16 de febrero de 2015, como texto referencial
en la materia.

[2] Jorge Rendón Vásquez, Ob. Cit. pág. 121.

Tema V. La Demografía en la Seguridad


Social
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Morbilidad

Definida etimológicamente como la proporción de personas que enferman


en un sitio y tiempo determinados (del griego morbus –enfermedad o
alteración de la salud-). Por tanto, implica una relación entre dos factores:
un número de enfermos y otro de personas que se encuentran en riesgo de
adquirir la enfermedad, entre los que también figuran los primeros.

Con la finalidad de enriquecer estadísticamente el análisis del proceso de


enfermedad, se enfoca la medición de la morbilidad desde dos perspectivas:
el estudio de la incidencia de la enfermedad, por un lado, y de su
prevalencia, por otro.

Mediante el cálculo de la tasa de incidencia de una enfermedad (cada


enfermedad se comporta de manera diferente en la población), es posible
medir el riesgo de una determinada población, sin la enfermedad, de
adquirirla en un período de tiempo dado; o, dicho de otra manera, es el
número de nuevos casos de la enfermedad en la población en riesgo, en un
determinado período de tiempo.

Mediante el cálculo de la tasa de prevalencia de una enfermedad, en


cambio, es posible medir la proporción de personas que presentan la
enfermedad en el momento o en un período determinado. En otras palabras,
se trata de una especie de corte o congelamiento de la situación de una
enfermedad en la población en un espacio de tiempo, en el que se incluyen
los nuevos casos y los existentes (en proceso de recuperación).[1]

En resumen:

INCIDENCIA significa NUEVOS CASOS

PREVALENCIA significa TODOS LOS CASOS

Mortalidad

La tasa cruda de mortalidad mide la proporción de la población que muere


cada año. Es el resultado del cociente del total de la muertes ocurridas (al
margen de la edad y sexo) entre la población, calculada (por convención) a
medio año, sin detenerse en las causas que las produjeron. El numerador es
siempre menor que el denominador, produciéndose siempre un resultado
pequeño, por lo que, para fines de fácil comprensión, el resultado es
amplificado, multiplicándolo por una constante que puede ser 1000 o más
habitantes.
A partir de este cálculo es que se desarrollan las tasas ajustadas de
mortalidad por causa de muerte, que también pueden ser expresadas
proporcionalmente en relación al tipo de población estudiada, pero siempre
estandarizada en su expresión por 1000 habitantes, salvo en contadas
excepciones.[2]

Epidemia

La epidemia se presenta cuando una enfermedad contagiosa se propaga de


forma activa en una población y región específica, afectando a menudo
rápido a un gran número de personas por un periodo de tiempo
determinado y que en muchos casos pueden ser recurrentes. Corresponde a
los epidemiólogos o profesionales encargados de estudiar y establecer la
incidencia, distribución y control de las enfermedades. Por ejemplo, entre
otras la gripe estacional y el cólera. 

Pandemia

Es la enfermedad epidémica que por la escala geográfica es mundial o sea


que se extiende a muchos países afectando a casi todos los individuos de
una localidad o región.

Los criterios de evaluación, clasificación y declaración son establecidos por


la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ejemplo, el
Coronavirus o Covid – 19, cuyo primer caso se detectó en China y se
propagó en todo el mundo.

[1] G. Jorge H. Ugarteche Lens. Bioestadística Aplicada, Organización


Iberoamericana de Seguridad Social, Centro Andino de Formación de
Técnicos, La Paz, 1998.

[2]   G. Jorge H. Ugarteche Lens. Ob. Cit. p. 29.

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Las tendencias demográficas a nivel mundial y regional tendencias a nivel
mundial

La población mundial seguirá creciendo y pasará de 6 900 millones de


personas en 2010 a 9 300 millones en 2050, pese al descenso de las tasas de
fecundidad. Se prevé que la tasa mundial de fecundidad de 2,5 hijos por
mujer del período 2005-2010 se reduzca a 2,2 en el período 2045-2050.

Durante las próximas décadas, el aumento de la población mundial se


concentrará en las regiones menos desarrolladas. El tamaño de la población
de las regiones más desarrolladas se mantendrá prácticamente estable hasta
2050.

La tendencia demográfica mundial es en buena medida el resultado de un


notable aumento de la longevidad y del descenso de la fecundidad, y según
las previsiones, se mantendrá en diverso grado en la mayoría de los países.

Si bien algunos países en desarrollo todavía cuentan con una numerosa


población juvenil que puede suponer tanto un desafío como una
oportunidad de desarrollo económico, todos los países desarrollados se
enfrentan al problema contrario: una disminución de la población joven y
un aumento de la población de edad avanzada. Durante las próximas
décadas, esa tendencia al envejecimiento se mantendrá en casi todos los
países.

A este respecto, es interesante observar que el número de personas menores


de 15 años se estabilizará a lo largo de las próximas décadas, tras haber
aumentado en un 30 por ciento desde 1970. En comparación, el tamaño de
la población en edad de trabajar (15-64 años) aumentará en un 30 por
ciento y la población mayor de 65 años prácticamente se triplicará hasta
alcanzar la cifra de 1500 millones de personas en 2050

La mayoría de las personas de edad avanzada del mundo vive actualmente


en países en desarrollo. En 2005, el 63,5 por ciento de la población de 60
años o más vivía en el mundo en desarrollo. En 2050 vivirán allí tres
cuartas partes de la población de edad avanzada (gráfico 1.2); para una
reflexión sobre la definición de la noción de «edad avanzada».

Definición de edad avanzada. En las Naciones Unidas no existe una


definición del concepto de «personas mayores» (o «personas de edad
avanzada») y en la OIT no hay una definición de «trabajadores de edad
avanzada». Sin embargo, las Naciones Unidas, a efectos de hacer
comparaciones demográficas, designan a las poblaciones que han
alcanzado los 60 años de edad como «personas mayores». Esta
clasificación también se utilizó en el Plan de Acción Internacional de
Madrid sobre el Envejecimiento de 2002. En la Recomendación sobre los
trabajadores de edad, 1980 (núm. 162) se define a los trabajadores de edad
como «todos los trabajadores que, por el avance de su edad, están
expuestos a encontrar dificultades en materia de empleo y ocupación». En
la mayoría de las publicaciones estadísticas de la OIT el grupo de edad de
15-64 años se considera como la población en edad de trabajar. Este
criterio se ha adoptado únicamente con fines comparativos y no tiene en
cuenta las diferentes edades de jubilación adoptadas en diferentes países.
En el presente informe, la utilización de los términos «personas de edad
avanzada»/«trabajadores de edad avanzada»/«ancianos»/«personas
mayores», «adultos mayores», etc. depende del contexto, es decir, de los
temas que se examinan y de su pertinencia para designar a ciertos
subgrupos de personas de más edad.

[1]   Empleo y protección social en el nuevo contexto demográfico Informe


IV, Conferencia Internacional del Trabajo 102.ª reunión, 2013, Ginebra.

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