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Uniendo lo que el capital divide:

Fragmentación y solidaridad entre la fábrica y el barrio1

Rodolfo Elbert.

Las Tunas es un barrio ubicado en el partido de Tigre, a unas treinta cuadras de la


intersección entre Autopista Panamericana y Av. Henry Ford. La mayor parte de los vecinos del
barrio forman parte de la clase trabajadora, con una proporción de desempleados y trabajadores
informales superior al promedio de la región (Boniolo, 2013). Al igual que otros barrios
populares del Conurbano bonaerense, presenta serios problemas de infraestructura urbana, como
la ausencia de redes de servicios básicos y una preponderancia de viviendas precarias e
informales (Marchesotti y Said, 2006).

En el año 2010, un grupo de vecinas y vecinos se organizó para exigir al municipio


mejoras en la infraestructura barrial y llevó adelante una toma de tierras públicas por un período
de dos meses. Los reclamos incluían el pedido de viviendas sociales para el terreno, una solución
permanente a las inundaciones que afectaban el barrio, la pavimentación de algunas calles y el
fin de la contaminación del arroyo por parte de ciertas empresas. El grupo estaba formado
principalmente por trabajadoras y trabajadores informales, desocupados/as y beneficiarios de
algún tipo de plan social. Sin embargo, también participaron algunos trabajadores y trabajadoras
empleados en el sector formal. La red de solidaridad de la toma incluyó a las comisiones internas
de algunas fábricas de la zona y a bachilleratos populares del barrio (Elbert, 2012). La comisión
interna de los trabajadores del Frigorífico Rioplatense, ubicado a pocas cuadras de la toma, tuvo
un rol fundamental en esta red de solidaridad.

Esta sorpresiva alianza entre la lucha barrial de trabajadores/as informales y las


comisiones internas desafía supuestos muy difundidos respecto de la fragmentación de las luchas
populares en América Latina. Estas visiones sostienen que la fragmentación socio-económica
que dividió a los trabajadores durante el período neoliberal hizo declinar la capacidad de acción
colectiva del movimiento obrero, que fue reemplazado por las luchas territoriales de los sectores
informales y desocupados (Portes y Hoffman, 2003; Roberts 2002; Collier y Handlin, 2009). En

1
Capítulo 7 en Entre cúpulas y bases. Sindicatos, trabajadores y política durante el kirchnerismo, Paula
Varela (coord) Buenos Aires: Final Abierto. ISBN 978-987-28470-9-8. 2016.

1
la Argentina, esta perspectiva se expresó en las afirmaciones sobre la “territorialización de la
política”, basadas en “una división absoluta entre lo que sucede en el barrio y lo que sucede en la
fábrica, entre el ámbito de la producción y el de la reproducción” (Varela, 2015: 249).

¿Cómo se explica la emergencia del tipo de alianza expresada en la toma de tierras de Las
Tunas? La presente investigación parte de la idea de que la dinámica de crecimiento económico
y la fragmentación persistente en la Argentina posconvertibilidad reconfiguró las relaciones
estructurales entre las diferentes fracciones de la clase trabajadora, modificándolas y
permitiendo, a partir de dicha modificación, la emergencia de nuevas relaciones culturales y de
acción colectiva que unificaron a trabajadores formales, precarios e informales.

En particular, analizamos cuáles fueron las estrategias sindicales de los trabajadores/as


formales empleados en tres fábricas de la zona norte del Conurbano bonaerense para enfrentar el
trabajo precario en sus empresas, y para relacionarse con las luchas territoriales de los barrios
vecinos. La investigación2 demuestra que en dos de las tres fábricas estudiadas los
trabajadores/as formales desarrollaron estrategias de solidaridad con estas luchas. La aparición
de un movimiento sindical democrático y de base en las empresas fue la condición necesaria para
el desarrollo de estrategias inclusivas.

El barrio y las fábricas

El trabajo de campo para esta investigación se realizó en la zona norte del Conurbano
bonaerense, con eje en la localidad de General Pacheco (partido de Tigre), entre el mes de
marzo de 2010 y abril de 2011. Esta región ha sido históricamente un núcleo de atracción para
la inversión extranjera directa orientada al desarrollo de grandes plantas industriales. La mayor
parte de estas plantas se construyeron en los alrededores de la Autopista Panamericana, lo cual
permitió una fácil circulación interurbana y el acceso directo a los espacios productivos
regionales del MERCOSUR (Briano y Fritzsche, 2007: 742).
Como resultado de esta tendencia, emergieron diversos complejos industriales, entre los
cuales se destaca el que está ubicado en la intersección de la Autopista Panamericana y la

2
Este capítulo presenta resultados de una investigación realizada en el marco de la tesis doctoral (Elbert 2013).
Agradezco los comentarios de Paula Varela y Mariela Díaz a esta versión del trabajo. También agradezco la
colaboración de la Lic. Bárbara Estévez Leston para la traducción de dos secciones de este trabajo, realizadas
originalmente en idioma inglés.

2
avenida Henry Ford, donde están localizadas las tres fábricas analizadas en esta investigación.
La cercanía de estas fábricas con un conjunto de barrios populares proporcionó un escenario
apropiado para comprender las relaciones entre las acciones sindicales del núcleo del
proletariado industrial de la zona norte y las acciones colectivas de base territorial.
El trabajo de campo se realizó entre marzo de 2010 y abril de 2011. Si bien se
incluyeron varios barrios de la zona, el eje de la investigación fue el barrio de Las Tunas, donde
la mayor parte de los habitantes forman parte de la clase trabajadora con altos niveles de
empleo informal y desocupación (Boniolo, 2013). El empleo informal para los habitantes del
barrio proviene de los countries y barrios cerrados (principalmente de Nordelta), donde los
vecinos trabajan en la construcción, en tareas de mantenimiento en los jardines, las piletas y las
viviendas, en el cuidado de niños y la limpieza de hogares. Entre los desocupados, predominan
las personas que reciben algún tipo de asistencia social, ya sea la Asignación Universal por
Hijo o un empleo precario en las cooperativas del plan Argentina Trabaja (Boniolo, 2013).
Durante el trabajo de campo, se entrevistó a vecinos del barrio y militantes de diversas
organizaciones barriales. Las entrevistas fueron semi-estructuradas y se enfocaron en la historia
laboral y residencial de los vecinos del barrio, su participación en organizaciones de base del
barrio y sus opiniones sobre el nuevo activismo sindical en las fábricas de la zona. Asimismo,
durante el período del trabajo de campo, el autor visitó el barrio al menos una vez a la semana
como docente de uno de los bachilleratos populares allí establecidos.
En lo que refiere al sector formal, el foco de la investigación fueron las estrategias
sindicales de las comisiones internas en tres fábricas de la zona: Kraft Foods, Volkswagen y el
Frigorífico Rioplatense. A continuación, se describen las principales características de los
casos:

Cuadro 1. Características de los casos

Empresa

Kraft Foods Volkswagen Rioplatense

Rama de actividad Alimenticia Automotriz Frigorífico

3
Régimen de producción* Antagonismo Cooperación Antagonismo

Cantidad de trabajadores 2400 4500 700

Tipo de contrataciones Precaria Precaria Precaria/Informal

% vive en barrios vecinos 10% 3% 60%

% vive en zona norte excepto barrios vecinos 60% 52% 30%

Lógica de la acción sindical Democrática Burocrática Democrática

*Las categorías conceptuales de régimen de producción y lógica de acción sindical se explican en el apartado
“Perspectiva analítica: Estrategias sindicales, fragmentación y territorio”.

Se realizaron entrevistas en profundidad con trabajadores, activistas sindicales,


delegados y gerentes de las empresas. En total, contando el barrio y las empresas, se realizaron
60 entrevistas semi-estructuradas3. También se realizaron observaciones no participantes en
asambleas de trabajadores, reuniones de delegados, protestas y cortes de calle. Esta
información se complementó con el análisis de volantes sindicales y políticos publicados en la
zona, y artículos de la prensa regional y nacional sobre las acciones de los trabajadores.
Finalmente, en dos de las empresas se realizaron visitas a las plantas de producción.

Herencia neoliberal y fragmentación de la clase obrera

La ofensiva neoliberal de los años noventa en América Latina dejó un legado de mayor
desigualdad en la región a través del ataque a los derechos básicos de los trabajadores y las
tendencias regresivas en el mercado de trabajo (de la Gaza Toledo 2009; Beccaria y Maurizio
2012). En la Argentina, esto incluyó niveles altísimos de desempleo, informalidad y
precariedad laboral (Neffa 2008, 304). Luego de la crisis económica de 1998-2002 y el colapso

3
Todas las entrevistas fueron realizadas por el autor. Se citan los fragmentos señalando el rol del entrevistado/a, la
empresa o barrio al que pertenece, y la fecha de la entrevista. Cuando el fragmento incluye preguntas y respuestas,
se lo señala en el texto.

4
del modelo neoliberal, la economía del país volvió a crecer de manera sostenida generando
nuevas tendencias en el mercado de trabajo.

Gráfico 1: Evolución de la tasa desocupación, tasa de informalidad total y tasa de informalidad entre

asalariados (Argentina, 1986-2011)

Fuente: elaboración propia en base a datos publicados en Tornarolli, Battistón, Gasparini et al. 2014.

La tasa de desempleo se redujo significativamente, como resultado de la creación de


alrededor de 3 millones y medio de puestos de trabajo entre 2003 y 2007 (Varela, 2015: 77). En
particular, se expandieron las ocupaciones manuales calificadas en el sector industrial y
aumentó el peso relativo del empleo industrial sobre la población económicamente activa
(Palomino y Dalle, 2012: 218). En este contexto, el Estado reactivó mecanismos de
negociación colectiva abandonados la década anterior y desarrolló políticas de protección del
empleo (Senén Gonzalez y Del Bono, 2013). La combinación de las dinámicas de crecimiento
económico y ciertas políticas redistributivas generó una recomposición de la clase trabajadora
en términos estructurales (Dalle, 2011).

5
A pesar de estas tendencias a la recomposición de la clase trabajadora, se ha señalado el
carácter contradictorio del nuevo modelo de crecimiento, ya que se mantuvieron ciertas
condiciones de explotación heredadas del período neoliberal (Varela, 2015: 85). En particular,
se ha señalado el mantenimiento de políticas de flexibilización laboral en los convenios
colectivos de trabajo (Marticorena, 2014) y la persistencia de problemas de informalidad y
precariedad que afectan a importantes fracciones de la clase trabajadora. Por ejemplo, en 2010
la informalidad afectaba al 34.6% de los asalariados y al 45.5% de la fuerza de trabajo total,
cifras todavía superiores a la informalidad del período previo a la crisis del neoliberalismo
(33.3% de informalidad promedio entre asalariados, 1991-1997).
En lo que refiere al movimiento obrero, a partir del año 2003 hubo en la Argentina un
fuerte ascenso de la protesta gremial, y los trabajadores formales volvieron a ser los principales
protagonistas del conflicto social (Palomino, 2007; Etchemendy y Collier, 2007; Varela, 2008).
En particular, se destacaron en este período los procesos de sindicalismo de base (Varela, 2008;
Montes Cató, Lenguita y Varela, 2010; Lenguita, 2011).

Gráfico 2: Cantidad de conflictos laborales por año en Argentina (1982-2011)

6
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013) 4.

Las cifras del resurgimiento del movimiento obrero son contundentes. Por ejemplo, en
el año 2005, el Centro de Estudios Nueva Mayoría relevó 824 conflictos laborales, lo cual
significó el número más alto desde 1990. Esto también se ve en el promedio anual de conflictos
para los diferentes períodos. Mientras que en los años de la crisis hubo un promedio de 251
conflictos por año, el promedio de conflictos para el período post-crisis (2003-2011) fue casi el
doble (464). Lo interesante de esta dinámica es que el resurgimiento de las protestas de
trabajadores formales se da en un contexto de precariedad e informalidad persistente, por lo
cual adquiere relevancia la pregunta sobre el tipo de relaciones que las organizaciones
sindicales establecieron con grupos de trabajadores/as precarios e informales.

Hacia un análisis de clases de la informalidad y la precariedad laboral

El empleo formal “típico” abarca a trabajadores asalariados con contratos laborales que
están regulados por el Estado e implican una serie de derechos, como ser la estabilidad laboral,
la recepción de aportes a la seguridad social, condiciones seguras de trabajo, un salario
regulado por convenio y el derecho a la representación sindical, entre otros (Neffa, 2010: 19; de
la Garza Toledo 2009; Standing 2011, 10). Si bien en la práctica estos derechos casi nunca se
respetan plenamente, el reconocimiento legal de la contratación brinda una herramienta legal a
los trabajadores para reclamar en caso de incumplimiento.
El empleo formal precario incluye a trabajadores asalariados con contratos registrados y
que reciben aportes jubilatorios, pero que no tienen la misma estabilidad y seguridad en el
empleo que trabajadores empleados bajo la modalidad “típica” (Neffa, 2010). Si bien hay
diferentes formas de precarización, las dos principales son las que niegan a los trabajadores la
estabilidad laboral (mediante contratos temporarios) o el reconocimiento de una relación
directa con los empleadores (tercerizaciones) (Cobble y Vosko, 2000; Basualdo y Esponda,
2014; del Bono, 2014). Finalmente, los trabajadores/as informales son los asalariados sin

4
Se presenta esta cronología por ser la que tiene más largo alcance, utilizando la misma metodología de registro. Es
sólo indicativa de tendencias generales, aunque no exenta de polémicas. Sobre los problemas metodológicos para el
registro de conflictos laborales, ver Piva (2006)

7
contrato de trabajo o “no registrados”, y aquellos cuentapropistas que realizan actividades
económicas de subsistencia5.
En el marco del crecimiento del trabajo informal y precario asociado a la globalización
neoliberal, muchos autores comenzaron a preguntarse por la posición de clase de estos grupos
de trabajadores: ¿Comparten los trabajadores formales, los informales y los precarios la misma
posición de clase históricamente definida como clase obrera o trabajadora? ¿Puede ser que la
diferencia en derechos laborales y el nivel socio-económico entre estos grupos haya generado
un sisma de clase que divide a los trabajadores “privilegiados” del resto de la clase?
Algunos autores responden de manera negativa a la primera pregunta, y brindan un
rotundo sí para la segunda. Para ellos, el concepto clásico de “clase obrera” devino inadecuado
para capturar la heterogeneidad estructural de estas posiciones. Con respecto a los trabajadores
informales, la posición extrema en este debate ha sido afirmar que los esquemas de clases en
América Latina deben incorporar al proletariado informal como una clase que se diferencia del
proletariado formal, tanto en su situación estructural como en sus intereses de clase,
experiencia de vida y estrategias de organización política y social (Castells y Portes, 1989: 12).
Un argumento similar ha sido propuesto por Guy Standing para definir a los
trabajadores precarios como una nueva clase social a nivel mundial. Para este autor, el
precariado es la nueva clase subordinada del capitalismo, y reemplazó al proletariado como el
potencial agente revolucionario que podría subvertir el sistema (Standing, 2011: 8). Desde esta
perspectiva, la heterogeneidad en lo referido a salarios, condiciones de trabajo y relaciones con
el capital, que separan a diferentes grupos de trabajadores, ha debilitado la identidad colectiva y
la capacidad de acción colectiva de la clase obrera (Roberts, 2002: 22; Collier y Handlin, 2009;
Standing, 2011).
El problema con estas visiones es que asumen que las diferencias socio-económicas
existentes entre estos grupos de trabajadores se traducen necesariamente en divisiones de clase
que exprsan diferentes intereses materiales, identidades, experiencias de vida y estrategias de
acción colectiva. En contraste, el presente capítulo parte de un concepto clásico de clase obrera
y se propone investigar los vínculos que existen entre las diferentes fracciones de esta clase en

5
En términos operacionales son los cuentapropistas no calificados, es decir, con secundario completo o menos. Los
sectores que hacen trabajo por cuentapropia informal comparten el mundo barrial de la clase obrera y popular. La
intersección de informalidad y precariedad excede el mundo laboral y también se da en procesos de urbanización
(Diaz 2015)

8
términos de estrategias de acción colectiva. Para ello, se mantiene el esquema de clases básico
propuesto por Erik Olin Wright (1997), que define como parte de la clase obrera a todos
aquellos individuos explotados y dominados en el proceso de producción, más allá del modo de
remuneración de su trabajo o el tipo de contratación que tengan en sus empleos. En particular,
este esquema señala que los diferentes grupos de trabajadores son parte de la misma clase
social, debido a que comparten un interés material de clase respecto a la superación del
capitalismo mediante la democratización de la producción y la distribución igualitaria del
producto social. Más aún, ambos grupos de trabajadores tienen similares condiciones
materiales de vida (Wright, 2015; Elbert, 2015).
Una vez que se abandona el supuesto teórico de las diferencias de clase entre diversos
grupos de trabajadores, la tarea central de la investigación es analizar empíricamente las
relaciones sociales que unen o separan a estos grupos en cada contexto socio-histórico concreto6.
En particular, en el marco de la reactivación de la protesta gremial en la Argentina de la
posconvertibilidad, este capítulo se pregunta si existen vínculos de solidaridad entre las acciones
colectivas de base sindical de trabajadores/as formales y otros dos tipos de acción colectiva: 1)
las acciones de trabajadores/as precarizados que luchan por mejorar sus condiciones de
contratación; 2) la organización de base territorial protagonizada centralmente por
trabajadores/as informales y desocupados.

Perspectiva analítica: Estrategias sindicales, fragmentación y territorio.

El análisis de las estrategias sindicales se realiza a partir de la distinción entre dos


orientaciones principales. Las estrategias excluyentes son aquellas acciones sindicales de
carácter monopólico mediante las cuales los trabajadores formales excluyen de sus acciones a
los trabajadores precarios y/o informales. Por el contrario, las estrategias inclusivas son
aquellas acciones sindicales de los trabajadores formales que crean lazos de solidaridad con
trabajadores precarios e informales para la unificación de sus reclamos y acciones. La
comparación tiene en cuenta diversas características de los casos analizados que tienen un
impacto sobre la orientación de las estrategias sindicales.

6
En otras palabras, la investigación se propone evitar la “división disciplinar al interior de la producción
académica”, que separó a los estudios de la politicidad de los sectores populares de las investigaciones sobre el
“mundo del trabajo” (Varela, 2015: 253). Otros trabajos que también evitan estas falsas dicotomías son los de Varela
(2015), Iñigo Carrera (2011) y Maceira (2010).

9
En primer lugar, se tiene en cuenta el tipo de régimen de producción impuesto por la
patronal y el lugar que se dio en el mismo a los trabajadores precarios. Siguiendo a Burawoy
(1985: 7-8), se define al régimen de producción como la combinación de los efectos políticos e
ideológicos de la organización del trabajo y de los aparatos ideológicos que regulan las
relaciones de producción7. En términos generales, se pueden identificar regímenes de
producción que promueven la cooperación entre el capital y el trabajo, y regímenes basados en
una dinámica de antagonismo y confrontación (Wright, 2000). Mientras que en Kraft8 y el
Frigorífico Rioplatense la patronal imponía las políticas de producción y confrontaba con los
trabajadores y la comisión interna, en Volkswagen se desarrolló un régimen hegemónico de
cooperación entre la patronal y la comisión interna9. Este régimen estaba basado en el
intercambio de salarios altos por mayor productividad y colaboración en el proceso de
producción.
La distinción entre los regímenes de producción también tiene en cuenta el componente
territorial de los mismos, basado en las “estrategias de localización” de las empresas (McKay,
2006). Estas estrategias de localización son las políticas mediante las cuales la empresa
capitalista se vincula con el territorio que la contiene, por ejemplo a través del reclutamiento de
trabajadores o de las políticas de relaciones públicas (Collins, 2003).
En particular, se analiza en qué barrios y ciudades viven los trabajadores de cada
empresa para poder caracterizar la orientación geográfica de la política de contrataciones. Una
política de contrataciones es “geográficamente concentrada” cuando la mayor parte de los
trabajadores de una empresa provienen de los barrios vecinos a la planta de producción. Este
fue el caso del Frigorífico Rioplatense, ya que la mayor parte de los trabajadores residían en los
barrios de los alrededores. En cambio, una política de contrataciones es “geográficamente
dispersa” cuando la mayor parte de los trabajadores provienen de barrios y ciudades más
alejados de la planta de producción. En el caso de Kraft y Volkwagen, las empresas contrataban

7
Como bien señaló Paula Varela (comunicación personal), este es un argumento estructuralista que define a los
regímenes de producción según las políticas de la patronal. De esta manera, se excluye a la estrategia sindical de la
construcción del régimen de producción, aunque sí se la tiene en cuenta para analizar cómo opera este régimen en
los casos concretos.
8
Actualmente esta empresa se llama Mondelez Internacional, pero se utiliza el nombre de la empresa en el momento
de la investigación (Cambiaso, 2016). Ver también el capítulo de Cambiaso en la presente publicación.
9
Para un análisis en profundidad de los regímenes de producción en la industria automotriz de Argentina ver
Santella (2012). Ver también el capítulo 2 de la presente publicación.

10
principalmente trabajadores residentes en la zona norte del Conurbano bonaerense, pero no
priorizaban a los barrios vecinos.
Finalmente, la investigación distingue dos tipos de lógicas organizativas de la acción
sindical de los trabajadores: la democrática y la burocrática. En primer lugar, una acción
sindical es democrática si la comisión interna surge de elecciones pluralistas para elegir
delegados y las acciones de lucha son decididas a través de asambleas y métodos democráticos
de participación (Fung y Wright, 2003: 5). Por el contrario, la acción sindical es burocrática si
no se aceptan listas gremiales alternativas en las elecciones gremiales (o son reprimidas por
métodos violentos) y las acciones de lucha y organización se deciden a espaldas de los
trabajadores de base. En palabras de Offe y Wiesenthal (1980: 216-7), las organizaciones
sindicales burocráticas hacen todo lo posible para que su supervivencia y desarrollo dependan
lo menos posible de la motivación a participar de los trabajadores de base. Las acciones
sindicales en Kraft10 y el Frigorífico Rioplatense tuvieron un carácter democrático y de base en
el período. En la empresa Volkswagen se desarrolló un ejemplo típico de burocracia sindical
con acciones sindicales no consultadas con la base obrera y falta de pluralismo en las
elecciones gremiales.

¿Sapo de otro pozo? La solidaridad de trabajadores/as formales con las luchas territoriales
en los barrios vecinos

La comisión interna del Frigorífico Rioplatense desarrolló una intensa política de


solidaridad hacia las acciones colectivas territoriales en los barrios aledaños a la empresa. Esta
intensidad estuvo relacionada con el carácter localista del régimen de producción de la
empresa, que históricamente tuvo una política de contratación enfocada en estos barrios. Si
bien este tipo de contratación siempre operó como parte del régimen de dominación y
explotación, desde 2008 permitió también la emergencia de lazos de solidaridad entre la
comisión interna y las organizaciones barriales.

10
El caso de Kraft es particular porque, entre 2005 y 2009, las estrategias sindicales analizadas en este capítulo no
fueron llevadas adelante por la comisión interna, sino por un grupo de trabajadores de base, activistas y militantes de
izquierda que organizó un movimiento sindical de base en la empresa. Este grupo coexistió con la comisión interna
dirigida por otra agrupación (y de hecho tuvo algunos delegados) hasta que ganó las elecciones de 2009. Para un
análisis detallado de este proceso, ver Varela y Lotito (2009) y Cambiaso (2016).

11
Esta solidaridad irrumpió en cada conflicto laboral que afectó a los obreros/as del
frigorífico. Por ejemplo, fue esencial durante el conflicto laboral que se inició por un reclamo
de trabajadores tercerizados en marzo de 2011. Como se analiza más detalladamente en otra
publicación (Elbert, 2012) la dinámica del conflicto incluyó un esfuerzo permanente de los
trabajadores por “sacar el conflicto de la fábrica” y llevarlo a la comunidad. Este esfuerzo tuvo
como base la autodefinición como “trabajadores y vecinos” y las diferentes acciones para
comunicar el conflicto a los vecinos de los barrios lindantes y del Partido de Tigre en general.
El discurso de uno de los delegados gremiales durante el corte de la Autopista Panamericana es
un ejemplo de esta estrategia:

Nosotros estamos jugados, no paramos hasta conseguir el aumento. Y que se cuiden, porque
acá estamos hablando no solamente de las 600 familias que trabajamos en el frigorífico.
Estamos hablando de todos los barrios que rodean el frigorífico, donde la mitad de la gente
que vive ahí trabaja ahora, o trabajó alguna vez ahí, y saben las condiciones en que hemos
trabajado durante los últimos cuarenta años. Totalmente denigrantes, ultraexplotadoras.
Nosotros queremos darle corte final, nos hemos puesto de pie y no nos vamos a rendir
[aplausos de fondo].
Pregunta: ¿Por qué cortan la Panamericana?
Respuesta: Cortar la Panamericana es una forma más [de protestar]. Porque lamentablemente,
nuestro conflicto al quedar ceñido solamente al ámbito del trabajo es algo que aprovechan los
empresarios especuladores y los funcionarios corruptos para poder torcernos el brazo y que
nos desgastemos. Y abrirnos causas, como dice el compañero. Nosotros venimos acá para
decirle al pueblo trabajador que está mirando la televisión, que ese kilo de carne que paga $30
o $35 en la carnicería, a nosotros, que la trabajamos y la producimos todos los días, no nos
alcanza el sueldo para poder comprarla.
(Reportaje periodístico a delegado gremial
del Frigorífico Rioplatense durante el piquete en la Autopista Panamericana, Canal de Noticias
C5N, 12/04/2011, transcripción del autor)

El éxito de esta estrategia se pudo ver en la participación de vecinos y organizaciones


barriales en la lucha de los trabajadores y en la repercusión política que tuvo el conflicto más
allá de los límites de la fábrica y del barrio lindante (Elbert, 2012). Cabe aclarar que esta
comisión interna combinó su influencia local con la participación en acciones gremiales de
carácter regional, como los encuentros del sindicalismo de base en zona norte convocados en el
período y las acciones de solidaridad con conflictos gremiales de la zona.

Por otra parte, la solidaridad entre los trabajadores y los vecinos del barrio también
mostró un flujo inverso. Los trabajadores se vincularon con las acciones colectivas barriales en

12
diversas ocasiones. Cotidianamente, la comisión interna colaboró con las actividades de
comedores comunitarios de la zona, con donaciones de carne y otros alimentos para su
funcionamiento diario. La comisión interna también tuvo una política activa de vincular el
activismo fabril con las luchas barriales. Estas luchas incluyeron marchas contra el gatillo fácil,
acciones contra la contaminación de los ríos y reclamos por infraestructura urbana, entre otras.

En particular, se destacó el rol de la comisión interna en la toma de tierras que ocurrió


en el barrio de Las Tunas en abril de 2010, de la cual participaron trabajadores y delegados del
frigorífico. Además de un delegado que fue uno de los organizadores de la toma, otros
delegados participaron del reparto de volantes explicando la toma a los vecinos del barrio,
consiguieron carne del frigorífico para los guisos, y vendieron rifas en el barrio y en el
frigorífico para recolectar fondos. Los delegados estuvieron presentes en un momento clave
para la supervivencia de la toma, como fue la resistencia al intento de desalojo policial el quinto
día de la ocupación. Finalmente, los delegados y trabajadores del frigorífico también
participaron en un corte de calle el día después del desalojo, y en una marcha de protesta al
centro de Tigre dos semanas después. Uno de los delegados explicó por qué decidieron apoyar
la toma de tierras:

Bueno, cuando estábamos repartiendo volantes con el tema este, de los terrenos, un sábado al
mediodía pasaban todos los compañeros que iban a hacer los mandados. Entonces, se
quedaban un rato ahí con nosotros eh…; nosotros, viste, cuando antes, por ahí, hubiesen
pasado y ni bola. Los tipos no, pasan se quedan “Che, qué hiciste?”, preguntan… y les parece
bien eso. Vos te enfrentás a la cana, y te enfrentás al gobierno, ¿entendés? Les parece bien.
Les parece bien, porque alguien lo tiene que hacer.
Pregunta: Y políticamente, ¿por qué ustedes apoyaron esa toma? ¿O por qué decidieron? O no
políticamente, ¿por qué decidieron apoyar la toma de tierras esa?
Respuesta: Y porque son gente de acá, del barrio que no tienen casa. Y lo que pasó en ese
momento, que le dieron el terreno a una puntera del barrio; la puntera de Massa. Y era… ellos
decidieron tomar, nosotros, no. ¿Entendés? Ahora, nosotros lo que pensamos, en ese
momento, es: “Acá tenemos que hacer unidad de acción”.
(Delegado gremial, CI Frigorífico Rioplatense, 21/07/2010)

El delegado explica las acciones de solidaridad por la existencia de una profunda


relación entre la fábrica y el barrio. Esta relación se expresa en que la mayoría de los
trabajadores del frigorífico vive en los barrios aledaños, incluyendo el barrio donde ocurrió la
toma de tierras. Sin embargo, como señala este entrevistado, esta relación estrecha entre la

13
fábrica y el barrio no explica por la sola interconexión demográfica. Esta solidaridad es
consecuencia de una política de la comisión interna para vincular a ambos sectores, con el
objetivo de lograr una unidad de acción.

En el caso de Kraft Foods, el sindicalismo de base también desarrolló una política de


expansión hacia el territorio. Uno de los ejemplos de esta política fue la utilización de los
barrios obreros de la zona como lugares para fortalecer la organización en el lugar de trabajo 11.
De hecho, las actividades sociales fuera del lugar de trabajo fueron clave en la generación del
movimiento de base que en la fábrica unificó las luchas de trabajadores precarios y no
precarios:

Pregunta: ¿Cuál crees que fue el secreto para unir contratados y efectivos en el 2007?
Respuesta: […] Una política consciente […] por ejemplo, en el sector donde estaba yo se
empezó desde lo mismo: el partido de futbol. Y ahí las discusiones, se empezó a festejar
los cumpleaños de forma consciente; con 3, 4 compañeros, empezamos a festejar los
cumpleaños a la salida de la fábrica con un asado, partidos de futbol, asados, no?, y donde
se empezó a hacer una tradición de que el compañero que cumplía años tenía que pagar el
asado. Pero el compañero que no podía, se lo pagábamos entre todos, pero había que
festejar entre todos el cumpleaños […] Retomando viejas tradiciones del movimiento
obrero que yo lo vivía cuando era pibito, era que los compañeros de trabajo se ayudaban
cuando estaban construyendo sus casas. Entonces, empezamos a ir brigadas, ¡qué se yo!
en la casa de un compañero, una vez, fuimos 28 a ayudarlo a llenar una losa. Pero esto se
fue haciendo cada vez más común, y acá participaban todos sin distinción, efectivos,
contratados de agencia, participaba todo el mundo. Entonces, después, compartir el
cumpleaños, vas a los cumpleaños de los hijos de tus compañeros, te ayudan a hacerte tu
casa, después, tu compañero es alguien que, no solamente trabaja con vos, sino comparte
la vida y lo empezás a ver como que es alguien entrañable que no querés que te lo toquen.
Después, si te lo tocan, [saltan]. Yo contaba hasta donde había llegado eso, en el sector
donde estaba yo, de cuando, por cualquier cosa, la empresa, los jefes querían apretar a
algún compañero, saltaba todo el sector… todo el sector iba y daba la cara por el
compañero. No esperaba ni siquiera a la interna, era una cosa de que no podemos dejar
que nos vengan a apretar de a uno. Bueno, eso fue lo que fuimos haciendo y no importaba
si era la agencia, si era contratado o efectivo. Este… se fue haciendo, fue una política
consciente, entonces, el gran secreto de que por qué se pudo dar la unidad entre efectivos
y contratados. Fue porque hubo toda una política consciente de unificar a todos los
sectores de la fábrica.
(Trabajador tercerizado y activista sindical, Kraft, 28/04/2010)

Además de estar en el germen del sindicalismo de base en Kraft, las actividades en los
barrios de la zona también se utilizaron estratégicamente como parte de las luchas llevadas

11
Este tipo de utilización del barrio para generar lazos de solidaridad entre trabajadores también existió en el caso
del Frigorífico Rioplatense. Por razones de espacio no se incluyeron estas acciones en el presente capítulo.

14
adelante por los trabajadores. En particular, las actividades sociales en el territorio fueron
claves en la lucha por el pase a planta de un grupo de trabajadores tercerizados para tareas de
logística interna. La lucha se dio a fines de 2006 y se analiza con mayor detalle en la sección
siguiente. Sin embargo, aquí es importante señalar que una de las principales actividades
durante esta lucha fue la organización de torneos de fútbol en los que participaban trabajadores
de planta, tercerizados y temporarios. Así lo cuenta uno de los trabajadores que participó del
conflicto:

[…] Cuando empezamos a hacer el quite de colaboración, echaron a un compañero


nuestro. Y cuando hicimos un campeonato a beneficio de él, más de 30 equipos fueron de
la fábrica, un montón. Y eso fue en el 2006, principios de año. Y la plata fue para él. Lo
que hicimos nosotros, juntamos plata y compramos premios. Me acuerdo que compramos
un asado para el primero, choris, después unas bebidas. Y para el segundo hicimos carne
pero un poco menos. Y después la plata que se recaudó fue toda para el pibe. A él lo
despidieron porque había discutido con un líder, porque nosotros estábamos en el medio
del quite de colaboración, y los líderes venían ellos a trabajar. Y nosotros somos zorristas,
uno por línea. Y yo me acuerdo que los líderes venían los domingos y capaz que un líder
hacía 4 líneas, o sea que uno hacía el laburo de 4. Y siempre en la semana nos apuraban,
nos decían si íbamos a venir, nos psicologeaban. Dice que el líder de la noche fue a
hablarle y le dijo: “eh, vas a venir el domingo”, y él le dice: “no, no vamos a venir,
porque estamos en quite de colaboración”. Y el líder se ve que le dijo: “ustedes van a
terminar mal” o que nos van a echar a todos. Y el muchacho se enojó, y empezaron a
discutir hasta que se agarraron a las puteadas. Discutieron mal. Y al pibe a los 2 días ya
no lo dejaron entrar.
Pregunta: ¿Y el torneo quien lo ganó?
Respuesta: Cubridora de chocolate, del turno tarde, los de Kraft. Es más, me acuerdo que
yo traje un equipo de Las Tunas y un muchacho de acá trajo un equipo de Ricardo Rojas,
que vinieron de afuera de la fábrica. El equipo de Las Tunas era mi hermano, mi
compadre y unos amigos, que vinieron a jugar. Y el muchacho de acá del Ricardo Rojas
trajo al hermano y unos amigos también.
(Trabajador tercerizado, Kraft, 21/05/2010).

Estos fragmentos muestran cómo la expansión hacia el territorio fue clave en el


surgimiento del activismo de base en Kraft y también tuvo un rol importante en algunas de las
luchas que encaró este grupo de trabajadores. Una vez que el grupo empezó a ganar influencia
en la fábrica, replicó esta lógica en diversas actividades. Un ejemplo a destacar son los lazos de
solidaridad con los barrios cercanos generados en 2009 durante el conflicto sobre en el trabajo
en el marco de la epidemia de Gripe A. Los trabajadores organizaron festivales de música y
cortes de calle y numerosas organizaciones barriales asistieron a estos eventos, incluyendo los
bachilleratos populares, movimientos de desocupados e iglesias evangélicas de la zona. Los

15
trabajadores del Frigorífico Rioplatense realizaron un paro de una hora en solidaridad con la
lucha. Finalmente, la comisión interna de Kraft organizó dos Encuentros de Trabajadores de
zona norte, donde se reclamaba el pase a planta de todos los trabajadores temporarios o
tercerizados y se planteó el desarrollo de una red de sindicatos de base en la región.

A diferencia de los dos casos anteriores, la comisión interna de Volkswagen desarrolló


una estrategia de exclusión respecto de las luchas territoriales de los barrios vecinos. Durante el
período analizado no hubo instancia en la cual estableciera vínculos de solidaridad con acciones
colectivas barriales o en la que organizaciones barriales expresaran su apoyo a las demandas de
los trabajadores. Uno de los delegados de la comisión interna brindó su visión de por qué no
existía esta solidaridad:

Pregunta: ¿Y con otros sectores, por ejemplo, más barriales así tampoco [tienen
vinculación]?
Respuesta: […] eso por ahí lo hace la empresa, muchas veces les damos, nosotros
colaboramos también, transmitimos y muchas veces cuando nos piden vamos para
escuelas de Chaco, de Corrientes, pero no hay [relación] sindical no, con temas barriales
y con temas así como decís vos, en zona norte hay muchos movimientos barriales […]
Igual llego a mi casa y nadie sabe que soy…en el barrio nadie sabe que soy delegado o
comisión interna, saben que soy operario de VW nada más. Eso no lo transmitimos fuera
del ámbito laboral, digamos.
Pregunta: Sí. ¿Y por qué te parece que es así?
Respuesta: ¿Por qué me parece?, no sé si hay un motivo o no, si no porque creo que uno
tiene tanto la cabeza acá adentro con los problemas que hay, y todo, que cuando llega a
otro lado no quiere; quiere olvidarse un poco de los problemas que tiene dentro de la
fábrica, no son grandes problemas pero son temas que tenés que estar todos los días al pie
del cañón y… En mi barrio nadie sabe que soy delegado ni nada.
Pregunta: ¿Y alguna vez a nivel de tu barrio vos participaste de algo?, algo más social,
algo más deportivo.
Respuesta: No, nunca, nunca porque yo me voy, ponele, a las 5 de la mañana y llego a las
8, 9 de la noche, ahora que estoy de tarde me voy a la 1 de la tarde, a las 12 del mediodía,
a veces a las 10 de la mañana, según, y hoy me quedo hasta las 3 de la mañana en la
fábrica. Duermo, me levanto y a veces encima tenía laburos de pintura en mi casa. [Otro
problema es que] hoy lo que está muy identificado [con] las uniones vecinales, antes por
ahí estaba más identificado con el peronismo, hoy está muy identificado con los partidos
de izquierda. Y te vuelvo a repetir, nosotros no los vemos como un cuco a los partidos de
izquierda, ni nada de eso, pero por ahí eso es lo que nos hace [no participar], vos me estás
preguntando un motivo.
(Delegado, CI de Volkswagen, 06/09/2010)

El delegado encuentra varias explicaciones a la falta de solidaridad con acciones


barriales. Ya sea por la falta de tiempo o por la línea política de las organizaciones barriales, él

16
afirmó que es muy difícil desarrollar esta relación. Sin embargo, esto no significó que la
comisión interna no tuviera una política hacia organizaciones de trabajadores informales o
desocupados. La diferencia es que en este caso, la relación con estas organizaciones fue
canalizada a través del rol del sindicato en el juego de alianzas del peronismo gobernante.

Durante 2010, el SMATA estableció vínculos inestables con organizaciones de


trabajadores informales y desocupados alineadas con el peronismo gobernante, a través de
acciones conjuntas de la CGT y el Frente para la Victoria. En el mes de julio de 2010, por
ejemplo, el sindicato participó de un acto conjunto entre la CGT y el Movimiento Evita,
durante el cual trabajadores formales e informales encuadrados en el peronismo recordaron el
aniversario de la muerte de Eva Perón. Ese día, los discursos de Hugo Moyano y Emilio
Pérsico resaltaron la importancia de la solidaridad entre las diferentes fracciones de la clase
trabajadora. A pesar de estas palabras, unos meses después, las disputas políticas al interior del
oficialismo llevó a que actos de este tipo no se volvieran a repetir, con la excepción del funeral
de Néstor Kirchner el 27 de octubre de 2010.

Estas actividades mostraron una unidad de acción entre trabajadores formales e


informales dentro de la alianza gobernante por un período de tiempo bastante limitado. En el
caso de los trabajadores de Volkswagen esta participación no estuvo relacionada con ninguna
acción de solidaridad hacia estos sectores. Los trabajadores de Volkswagen y su comisión
interna no apoyaron ninguna acción colectiva de tipo territorial en la zona norte, y tampoco
buscaron el apoyo de los vecinos para sus acciones de protesta. La explicación para esta
ausencia de solidaridad reside en la combinación de una comisión interna burocrática y una
fuerza de trabajo dispersa.

Estrategias sindicales ante la tercerización laboral

En un contexto de crecimiento económico y fragmentación persistente, los


trabajadores/as formales también tuvieron que desarrollar estrategias para abordar el problema
del trabajo precario. Si bien las modalidades precarias incluyeron trabajo no registrado, contratos
temporarios y tercerizaciones, en este capítulo sólo se analiza las estrategias respecto de las

17
reivindicaciones de los trabajadores tercerizados12. En Kraft Foods y el Frigorífico Rioplatense
se dieron experiencias de acción conjunta entre trabajadores precarios y no precarios con el
horizonte estratégico del pase a planta, mientras que la comisión interna de Volkswagen
desarrolló una estrategia de integración subordinada de los trabajadores precarios.

En el caso de Kraft Foods, la principal lucha de trabajadores tercerizados fue


protagonizada por un grupo de “zorristas”13 a cargo del transporte de materias primas y
productos dentro de la fábrica (Varela y Lotito, 2009). La principal fuente de precariedad de sus
contratos era la inestabilidad laboral asociada a la tercerización, debido a que la continuidad de
los trabajadores dependía de los contratos que se establecían entre Kraft Foods y la empresa
subcontratista. Otra desventaja importante de estos trabajadores era que sus salarios eran más
bajos respecto a los trabajadores de planta con tareas similares. Esta desigualdad se debía al no
pago de las horas extras, al no reconocimiento del plus por horario nocturno o fin de semana, y a
la exclusión de los “zorristas” del sistema de categorías. Por último, tampoco tenían permitido el
acceso al comedor de la planta.

Hacia el año 2005, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación


(STIA-Buenos Aires) presionó a la empresa para que los trabajadores pasen al convenio de la
Federación de los Trabajadores de la Industria Alimenticia (FTIA), en reemplazo del convenio
de Camioneros14 y para que tuvieran acceso al comedor de la fábrica. Si bien esta presión fue
exitosa en ambos casos, el sindicato nunca exigió el pase a planta de los trabajadores. El pedido
de que los trabajadores tercerizados pasen a planta fue resultado del proceso de organización de
base, que comenzó a fines de 2005 y continuó hasta lograr el objetivo.

La organización de base de estos trabajadores tercerizados comenzó con reuniones


semanales de un grupo de activistas sindicales y militantes de izquierda con trabajadores de
planta y tercerizados del turno noche. En un primer momento, el principal foco de su activismo
fue la organización de diferentes actividades sociales que pudieran fortalecer al grupo, como
partidos de fútbol, asados y festejos de cumpleaños. Además de estas actividades, el grupo tenía

12
Sobre la lucha contra los contratos temporarios en Kraft, ver Elbert (2011).
13
Los zorristas son trabajadores a cargo del transporte de mercancias y materias primas en el interior de la planta. El
nombre proviene de que las máquinas que utilizan se denominan “zorras”.
14
Cabe señalar que esta modificación perjudicó a los trabajadores, ya que el convenio de Camioneros les aseguraba
mejores condiciones.

18
reuniones regulares en bares cercanos a la fábrica, para discutir problemas relacionados a sus
condiciones de trabajo.

A medida que el grupo de activistas se fue consolidando, surgió la propuesta de organizar


a los trabajadores tercerizados para lograr salarios similares a los trabajadores de planta. Los
reclamos iniciales de los trabajadores fueron por el cobro de horas extras, el pago por trabajar los
fines de semana o feriados y su inclusión en el sistema de categorías de la empresa. La principal
medida de lucha para obtener este objetivo fue el quite de colaboración, que consistió en no
asistir a trabajar los fines de semanas y suspender la realización de horas extras. La medida fue
exitosa debido al apoyo de los trabajadores de planta (Delegado, CI de Kraft, 16/07/2010).

La respuesta de la empresa a estas medidas de lucha fue la amenaza de finalizar el


contrato con la empresa tercerizada y dejar a los trabajadores en la calle. Como respuesta a esta
incertidumbre, los trabajadores profundizaron su lucha en dos direcciones: empezaron a reclamar
el pase a planta e incluyeron huelgas al repertorio de su protesta:

Empezamos a hacer reuniones afuera, y tuvimos una reunión con la empresa. Aparte de la
que tuvimos anteriormente por el tema de los reclamos, tuvimos otra reunión. Y ahí la
empresa nos dice que no le iba a renovar el contrato a [la empresa tercerizada]. Y la
preocupación de nosotros era que si no le renovaban el contrato a ellos, ¿qué iba a pasar
con nosotros, quedamos afuera, o quedamos adentro? Y la empresa, cuando nosotros
tuvimos la segunda reunión, dijo que no sabía todavía. Que supuestamente iban a quedar
algunos, no todos. Éramos 54 los que habíamos entrado. Y ahí empezamos a hacer paro
nosotros, pero los zorristas solamente. Y empezamos a hacer paro, paro, paro. Habremos
hecho 5 o 6 paros. Los primeros eran de una hora o dos horas. Después hubo uno que
llegamos a 6 horas, que ahí fue cuando nos llamaron de vuelta y nos dijeron que íbamos a
pasar.
(Trabajador tercerizado, Kraft, 21/05/2010)

Como consecuencia de las huelgas, que contaron con la colaboración de los trabajadores
de Kraft, los directivos se vieron obligados a incorporarlos como trabajadores de planta en
iguales condiciones al resto de los trabajadores. El éxito de esta lucha alteró profundamente el
equilibrio de poder en la fábrica, transformando el tema de los contratos precarios en un eje
central de las luchas futuras (Elbert, 2011).

La comisión interna del Frigorífico Rioplatense tuvo una orientación estratégica similar a
los trabajadores de base de Kraft en lo referido a la lucha contra el trabajo precario. En el pasado,
el trabajo precario se había impuesto en la planta gracias a la existencia de un acuerdo entre la

19
patronal y los directivos del sindicato. El arreglo terminó abruptamente en noviembre de 2008,
cuando un grupo de activistas de base y militantes de izquierda ganó las elecciones de la
comisión interna en el frigorífico. Con este liderazgo, la comisión interna tomó un rol más
militante en la defensa de los derechos de los trabajadores, desafiando el arreglo que
históricamente había modelado las relaciones laborales en la empresa.

El mejor ejemplo de esta ruptura fue el apoyo de la nueva comisión interna a la lucha
emprendida por un grupo de trabajadores tercerizados del turno noche. Estos trabajadores
realizaban tareas de “despostada”15 durante el turno noche. La empresa subcontratista a cargo del
turno noche tenía una larga historia de quiebras fraudulentas y de no pago de indemnizaciones y
aportes patronales a los trabajadores. Las principales desventajas de estos trabajadores eran que
el 70% de su sueldo se pagaba “en negro” y que no tenían garantizado un ritmo de producción o
un salario mínimo por sus tareas. Asimismo, la empresa contratista se había encargado
sistemáticamente de amedrentar y desarticular cualquier intento de organización sindical de los
trabajadores.

El conflicto de los trabajadores tercerizados se visibilizó en marzo de 2011, cuando un


grupo se organizó para demandar mejores condiciones de trabajo y el pago en blanco del total de
su salario. La respuesta de la contratista fue el despido de catorce trabajadores y la amenaza de
despido a cualquier otro trabajador que se sumara al reclamo. Si bien en términos legales la
comisión interna del frigorífico no representaba a los tercerizados, los delegados impulsaron la
unificación de estos reclamos con las demandas de trabajadores de planta por el pago de
aumentos salariales adeudados. El siguiente comunicado muestra claramente la estrategia de
unificación de las demandas:

Se cumplieron 3 días de la huelga declarada por los trabajadores del frigorífico, por la
reincorporación de 14 compañeros que fueron despedidos por reclamar que se respeten
sus derechos. Además, el personal reclama un inmediato aumento de salarios, tal como se
había comprometido la empresa oportunamente. Esta empresa, que viene de reducir
drásticamente la dotación durante los dos últimos años, se niega a otorgar el incremento
aunque haya aumentado los volúmenes de producción en forma sostenida, además de
verse favorecida por todo tipo de favores oficiales: subsidios, Cuota Hilton, etc. Ante un
reclamo legítimo donde los trabajadores tenemos toda la razón, el gobierno interviene
para favorecer a la patronal a través del Ministerio de Trabajo, que dicta la conciliación
obligatoria, presiona a través de la policía e intenta judicializar el conflicto. Las masivas

15
En el sector de despostada se realiza el descuartizamiento del animal y por lo tanto es parte fundamental del
proceso de producción de carne.

20
asambleas, cortes y movilizaciones de estos días demuestran una decisión inquebrantable
de hacer todo lo necesario para lograr lo que nos merecemos. Finalmente, agradecemos la
solidaridad recibida desde infinidad de organizaciones obreras de distintos lugares que se
han comunicado o se han hecho presentes en la puerta de la planta.
(Comunicado de la Comisión Interna del Frigorífico Rioplatense, 06/04/2011)

Al no encontrar respuestas por la vía administrativa, se inició en el frigorífico una huelga


de una semana sosteniendo ambos reclamos, que terminó cuando la regional norte del Ministerio
de Trabajo de la Nación decretó la conciliación obligatoria. Durante esa semana, los trabajadores
bloquearon la puerta del frigorífico impidiendo la entrada y salida de personas y de mercadería.
A su vez, organizaron cortes de calle intermitentes y dos bloqueos parciales de la Autopista
Panamericana. Hacia el final de la semana realizaron una marcha en el centro de Pacheco y
convocaron a los vecinos y a organizaciones solidarias a un festival de música en las puertas del
frigorífico.

En las acciones que ocurrieron en la puerta del frigorífico, los trabajadores contaron con
la solidaridad de vecinos, comisiones internas de la zona y organizaciones sociales de los barrios
cercanos. Una vez que el Ministerio de Trabajo decretó la conciliación obligatoria los
trabajadores decidieron volver al trabajo. Simultáneamente, profundizaron su estrategia de llevar
el conflicto a la comunidad, incluyendo a los barrios lindantes a la fábrica y al resto del Partido
de Tigre. Esta estrategia incluyó visitas a escuelas de la zona, volanteadas en actividades
municipales y la continuación de marchas y cortes.

Gracias a la repercusión de estas acciones, los trabajadores obtuvieron una reunión con
el intendente de Tigre. Al día siguiente, varios medios zonales difundieron los resultados de la
reunión. Si bien las promesas de los funcionarios de mediar en el conflicto no se tradujeron en
acciones concretas, la reunión ayudó a los trabajadores a hacer conocer el conflicto más allá de
las puertas de la fábrica. El final de la disputa llegó cuando la empresa contratista reincorporó
nuevamente a la mayoría de los despedidos y aceptó iniciar negociaciones para responder a las
demandas de los trabajadores. Por su parte, los trabajadores efectivos consiguieron el pago de
la suma adeudada del año anterior y siguieron con sus negociaciones salariales. Este triunfo del
activismo revirtió una tendencia histórica de las comisiones internas anteriores que nunca

21
habían organizado acciones junto a los trabajadores tercerizados, permitiendo que la empresa
los despida sin ningún tipo de resistencia.

La comisión interna de Volkswagen tuvo una estrategia diferente respecto de la


tercerización. A pesar de que en ciertas instancias se vio forzada a acompañar cuando estos
trabajadores pedían mejoras en sus condiciones de trabajo o aumentos salariales, la comisión
interna bloqueó los objetivos de máxima de los trabajadores. El ejemplo más claro de esta
estrategia fue la relación que la comisión interna estableció con un grupo de trabajadores de
limpieza tercerizados, que se organizaron para lograr mejoras en su situación laboral a partir del
año 2007. En el marco de la organización de base de los trabajadores, la comisión interna
presionó para que las demandas no incluyan el pase al convenio del SMATA o el pase a planta:

Pregunta: ¿Pero nunca llegaron a reclamar que Volkswagen los contrate, directamente?
Respuesta: No, nosotros no. Porque si hacíamos eso, ellos [la comisión interna de
Volkswagen] se enojaban con nosotros. Iban a decir: “Hacen las cosas solos”. Porque
ellos nos manejaban a nosotros, ellos manejan a nuestros delegados, y los delegados, las
cosas que ellos hablan con nuestros delegados, los delegados nuestros nos informan
a nosotros [...] Había [una posibilidad], pero muy poco, pero ahora, como ya no se
habla más del tema, como que ya quedó ahí, ¿viste? [...] Como que... no, no hay mucha
posibilidad...
Pregunta: ¿Y por qué vos decís que quedó ahí?, ¿lo durmieron?
Respuesta: Porque no se habla, no se habla más...
Pregunta: Ya fue ese año; comedor, aumento, y quedó ahí...
Respuesta: Cuando a Volkswagen le dan un aumento, a [nosotros nos] pagan un
porcentaje. Ponele que Volkswagen ligue $1000 de aumento, a [nosotros] nos
pagan, de esos $1000, $500. La mitad... y bueno, arreglaron así, así fueron
manteniendo, ¿viste? Pero si la gente se amotinaba o enojaba, para mí, a los delegados no
le va a gustar y le van a querer sacar. Ellos son así. Si vos no arreglás con ellos para hacer
algo, no podés pasar por encima de ellos. Ellos... como ellos son el poder... ¿entendés?,
vos no podés hacer algo así por tu cuenta.
Pregunta: ¿Y no daban y... dentro de [la tercerizada] nadie ni siquiera se les imaginaba o
ustedes hablaban [del pase a planta]. Decían: “Estaría bueno pero... no da”? ¿O ni
siquiera lo planteaban?
Respuesta: Claro, lo planteamos, pero la gente, al tener al gremio ese, le agarraba miedo
de perder el trabajo, decían: “No, si armamos quilombo nos marcan”. Capaz que
hablamos todos; decís: “Sí, vamos todos al frente”, y después van diez, de veinte van
diez, y de esos diez, después le van a querer cortar la cabeza.
Pregunta: Claro. O sea, quedó ahí, con el aumento y el comedor... ¿y algo más lograron?
Respuesta: No, y después no, nada más.
(Trabajador tercerizado, Volkswagen, 16/07/2010)

Las primeras conquistas de esta organización desde abajo fueron el aumento salarial y el
derecho de almorzar en el comedor de la planta. Esta lucha se dio en el marco del pase a planta

22
de trabajadores tercerizados en una automotriz vecina, y circuló entre los trabajadores la
posibilidad de pedir el pase al convenio del SMATA, o el pase a planta. Sin embargo, la
comisión interna presionó para bloquear las demandas de máxima a cambio de negociar un plus
salarial para los trabajadores.

Los trabajadores tercerizados en las tres empresas analizadas sufrían desventajas en


términos económicos (sus salarios eran más bajos en relación a los trabajadores de planta), tenían
peores condiciones de trabajo y sus contratos no tenían estabilidad. En el caso de Kraft Foods y
el Frigorífico Rioplatense, se crearon lazos de solidaridad entre trabajadores tercerizados y de
planta con la combinación de acciones y demandas dirigidas a las necesidades de ambos grupos.
Por el contrario, la comisión interna de Volkswagen desarrolló una estrategia de integración
subordinada de los trabajadores precarios basada en la aceptación de las políticas de
precarización de la patronal.

Conclusión
A lo largo del presente capítulo se analizaron las estrategias sindicales de
trabajadores/as de tres empresas en un contexto que combinó un fuerte crecimiento económico
con la persistencia de problemas asociados a la precariedad y la informalidad laboral. En
primer lugar, analizamos las estrategias sindicales de vinculación con las luchas territoriales de
los barrios vecinos. En el caso del Frigorífico Rioplatense, la comisión interna generó fuertes
lazos de solidaridad con las luchas barriales, a modo de respuesta a un régimen de producción
con profundas raíces territoriales. Pero el sindicalismo de base también se propuso tener una
influencia regional. Tanto en el caso del Frigorífico Rioplatense como en el caso de Kraft, las
organizaciones de base abarcaron con su influencia toda la zona norte del Conurbano
bonaerense. En contraste a estas dinámicas, la comisión interna de Volkswagen nunca se
propuso desarrollar vínculos solidarios con las luchas de la zona. Si bien esta última se halla
cerca de las otras dos fábricas, la existencia de una comisión interna burocrática y una fuerza de
trabajo dispersa resultó en la ausencia de un activismo sindical en los barrios o en la región.

En segundo lugar, analizamos las estrategias sindicales respecto de la precariedad al


laboral en las plantas de producción. Los tercerizados de Kraft brindaron un ejemplo de
estrategia exitosa para enfrentar la precarización laboral. Mediante acciones de base que

23
contaron con la solidaridad de trabajadores de planta (especialmente en el turno noche),
lograron el objetivo del pase a planta. También se destacó la estrategia de la comisión interna
del Frigorífico Rioplatense, que unificó las demandas de trabajadores tercerizados y de planta,
en un contexto de fuerte ataque conjunto de la patronal y la burocracia del sindicato de la carne.
Por el contrario, el ejemplo de Volkswagen mostró a una comisión interna (y un sindicato) que
aceptó el trabajo precario. Ante la emergencia de una organización de base de trabajadores
tercerizados en el sector de limpieza la comisión interna desarrolló una estrategia de integración
subordinada que combinó la ayuda para lograr aumentos salariales con una política agresiva de
desmovilización de los trabajadores.

¿Cuál es la probabilidad de que las estrategias de solidaridad entre trabajadores/as


formales, precarios e informales que desarrolló el sindicalismo de base se extiendan al resto del
movimiento obrero? Los casos estudiados muestran que incluso en contextos desfavorables de
sindicatos burocráticos y precarización laboral, el sindicalismo de base logró construir alianzas
que unificaron al núcleo formal del proletariado con las fracciones precarias e informales de la
clase trabajadora. Es posible que el crecimiento de la izquierda y la mayor visibilidad del
sindicalismo de base estimulen a sectores cada vez más grandes del movimiento obrero
argentino a adoptar estrategias de solidaridad que unifiquen a la clase obrera. La capacidad del
movimiento obrero de enfrentar la actual crisis económica y ajuste regresivo en marcha
depende del éxito de este tipo de estrategias.

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