Está en la página 1de 16

La tristeza del amanecer

Posted originally on the Archive of Our Own at http://archiveofourown.org/works/36106813.

Rating: Explicit
Archive Warning: Rape/Non-Con
Category: M/M
Fandom: 人渣反派自救系统 - 墨香铜臭 | The Scum Villain's Self-Saving System -
Mòxiāng Tóngxiù
Relationship: Original Luò Bīnghé/Original Shěn Qīngqiū
Character: Original Luò Bīnghé, Original Shěn Qīngqiū, Shen Jiu
Additional Tags: Alpha/Beta/Omega Dynamics, Alpha/Omega, Dead Dove: Do Not Eat,
Consentimiento extremadamente dudoso, sinceramente no sé si hay
consentimiento, noncon, BingJiu Week, BingJiu - Freeform, ABO, alfa
convertido en omega, Camino del orgulloso demonio inmortal, sin
betear nos vamos al muere como Shen Qingqiu, Traducción al
español, Spanish Translation
Stats: Published: 2021-12-31 Words: 5058

La tristeza del amanecer


by Akanohaynadie

Summary

Para la Bingjiu week 2020 - Nuevos comienzos

Luo Binghe siempre estaba buscando nuevas maneras para torturar a su antiguo maestro.
En esta ocasión, descubrió cómo convertir a Shen Jiu, un alfa, en un omega.

Notes

NOTA DE JUANCOCK6969:
Última advertencia: ¡consentimiento extremadamente dudoso y temas oscuros en su
mayoría!

¡Había estado queriendo escribir esto desde hacía un tiempo y lo terminé justo para la
Bingjiu week!
Por favor, disfrútenlo ⋆ ˚。⋆˚ (♡ ♡) ˚⋆。˚ ⋆
Ignoren cualquier error, pls. Escribí el fanfic a la 1 am y como que lo edité solamente una
vez.

--------------

Nota de Aka:
Sí, en serio, última de la última advertencia, jajaja. Por algo el original está taggeado con
“Dead Dove: Do Not Eat”. Esa es una advertencia de que el fic va a tocar temas que pueden
no ser moralmente aceptados y que no se va a preocupar mucho por eso. O sea, es para
especificar que es un darkfic. Sinceramente, yo diría que no hay consentimiento en lo
absoluto (justo como dice en los tags adicionales "sinceramente no sé si hay
consentimiento"). Si están bien con eso: adelante~
Tenía esta tradu desde mitad de año, así que al menos quería postearla en 2021 xD Si ven
algún error o dedazo, me dicen ♥

Aquí pueden leer el [permiso de traducción], pero tipo, leánlo a lo último, no es como si no
buscara no spoilear xD

See the end of the work for more notes

A translation of The sadness of the sunrise by juancock6969

Luo Binghe siempre estaba buscando nuevas maneras para torturar a su antiguo maestro. Primero,
le había amputado todas las extremidades, dejándolo como una inútil vara humana. Luego,
también le cortó el torso (*1) y lo metió dentro de un jarrón de pepinillos. Una vez que eso se
volvió aburrido, lo cosió de manera tosca y lo ató sobre un brote de bambú afilado, que creció
lentamente hasta que le atravesó el pecho, dejándolo ahí empalado durante meses; la sangre brotó
de la herida y tiñó el brote de un rojo intenso. Pero sin importar cuánto dolor lo obligara a soportar,
Shen Qingqiu seguía sin romperse. Sin importa cuán sucio o herido se encontrara su cuerpo, su
mirada seguía siendo la de un noble inmortal que despreciaba a su discípulo.

Una vez había considerado sacarle los ojos, pero Binghe sabía que eso no sería suficiente para
satisfacerlo. Prometió devolverle lo que sufrió multiplicado por diez y eso incluía todo el abuso
psicológico que había recibido a manos de Shen Qingqiu.

Binghe sonrió para sí mismo, sosteniendo un frasco con un líquido transparente que se parecía al
jade y que destellaba como la luz de las estrellas bajo la tenue luz de las velas. Ese era su
instrumento de tortura más reciente y su favorito. Sorpresivamente, Shen Qingqiu era un alfa al
igual que Luo Binghe. Junto con los omegas, los alfas constituían el 25% de la población y muchos
cultivadores reconocidos solían ser alfas, debido a que sus núcleos dorados eran más fuertes por
naturaleza.

Pese a que, con suficiente tratamiento, los betas podían convertirse en alfas u omegas mediante
modificaciones físicas, no era el mismo caso para alfas y omegas. Era por eso que aquel pequeño
frasco de reluciente líquido verde opalescente era tan revolucionario.

—Mi señor, ¿desea que lo traigamos ante usted? —una de sus sirvientes habló.

—No, todavía no —respondió Binghe, echándola con un movimiento de mano. Contempló el


frasco y las comisuras de sus labios se torcieron en una sonrisa. Aunque la transición de alfa a
omega requería algo de trabajo, el cuerpo de Shen Qingqiu debería de cambiar por completo en una
semana.

Luo Binghe se levantó de su trono, se guardó el frasco en el bolsillo y caminó por los pasillos hasta
llegar a la habitación que había construido específicamente para Shen Qingqiu. Al principio, lo
había mantenido en una sucia celda. Pero después de que eso se volviera aburrido, le hizo a su
antiguo maestro un cuarto con un lugar para bañarse y con una cama de suaves sábanas de seda.

—Shizun. —Sus caninos afilados se presionaron contra su labio inferior al tiempo que sonría con
malicia—. ¿La habitación es de tu agrado?

Shen Qingqiu ni siquiera se inmutó ante la repentina entrada de Binghe y, simplemente, continuó
sentado en silencio.

—Sabes que la meditación no te servirá de nada. —Las palabras de Binghe fueron tan virulentas
como té envenenado, pero Shen Qingqiu no prestó atención al disgusto levemente solapado en su
voz—. Tu núcleo dorado es básicamente inútil ahora y tu qi está circulando de manera irregular.
Me sorprendería que pudieras convocar tu poder espiritual.

No hubo respuesta. Ni siquiera un tic o un resoplido.

—Me hieres, shizun. —Binghe no pudo mantener su mueca maliciosa y sus labios se torcieron en
un gruñido—. Te doy una habitación tan hermosa, ¿y ni siquiera recibo un saludo? Podría
simplemente devolverte a esa sucia celda.

—¿Qué quieres, bestia? —remarcó ingeniosamente Shen Qingqiu y, aunque sus ojos todavía
estaban cerrados, sus labios se apretaron con fuerza del disgusto.

La cruel sonrisa de Binghe regresó—: Esa no es forma de saludar a tu amado discípulo, shizun. —
Se acercó y, luego de agarrarlo de la muñeca, jaló de él para obligarlo a voltear.

Shen Qingqiu quitó su mano de un tirón, matando a Binghe con la mirada—. ¿Es de verdad tu vida
tan insatisfactoria que debes venir a charlar con tu prisionero?

Binghe endureció su expresión para que ninguna emoción saliera. Entonces, se rió—: Sigues tan
animado como siempre, Shen Qingqiu. Bien. Sólo vine a informarte sobre algunas novedades. —
Al ver que Shen Qingqiu se ponía ligeramente rígido, su sonrisa se ensanchó—. Verás, shizun:
como no eres para nada divertido, a menos que te esté arrancando las extremidades, pensé en hacer
algunos cambios permanentes en tu cuerpo.
Los ojos de Shen Qingqiu se oscurecieron—. ¿Desmembrarme y volverme a unir no es lo
suficientemente bueno para ti, vil bestia? —escupió.

—El procedimiento no tomará mucho tiempo y no dolerá en lo absoluto —continuó Binghe,


ignorando a Shen Qingqiu—. Sólo asegúrate de no ponérselo difícil a mis sirvientes y todo será
rápido e indoloro.

—¿Qué me vas a hacer?

Binghe se inclinó hacia adelante y agarró entre sus manos mechones de sedoso cabello negro, los
cuales acarició tiernamente como haría con una de sus esposas. La forma en que Shen Qingqiu lo
miró con un disgusto apenas disimulado sólo lo incitó a hacerlo aún más.

—Hasta aquí, shizun. No quiero arruinar la sorpresa. —Enroscó el cabello de Shen Qingqiu entre
sus dedos para luego dejarlo escapar mientras se volvía a alejar—. Te veo en una semana.

———

Shen Qingqiu se despertó con puntos de sutura en la parte baja del vientre. Estaban bien hechos y
serían casi imperceptibles si no fuera por los moretones. A diferencia de las cicatrices en sus
brazos y cuello, lo de ahora se había hecho con cuidado. Se burló, maldiciendo a la bestia por su
forma de pensamiento tan ambivalente (*2). Se sentía como un juguete; uno al que otros siempre
estaban toqueteando para divertirse. Pese a que había sido despojado de su orgullo y dignidad,
sabía que Binghe aún no estaba satisfecho: él quería romperlo. Pero, para su infortunio, Shen
Qingqiu preferiría morir antes que mostrarse vulnerable frente a aquella repugnante bestia.

Se preguntó qué le habría hecho ahora. Con cuidado pasó los dedos por los puntos, tratando de
averiguar si le habían quitado algo. ¿Era esta una nueva forma de tortura? ¿Una forma única de
morir por la mano de Binghe? No, si esto fuera a matarlo, no lo habrían cosido tan limpiamente.

—Escuché que ya estabas despierto.

Shen Qingqiu se cerró la túnica y volteó hacia Luo Binghe. Éste tenía una sonrisa amenazante en el
rostro y parecía casi embelesado. Shen Qingqiu se sintió asqueado.

—¿Cómo se siente shizun? Este discípulo se aseguró de decirles a sus sirvientes que lo cuidaran.
Shen Qingqiu se negó a responder y, en cambio, se levantó de la cama y comenzó a ponerse la
túnica exterior.

Binghe chasqueó la lengua—. Eso no será necesario, shizun. Pronto te sentirás demasiado
acalorado como para usar tantas capas de ropa.

Shen Qingqiu hizo una pausa, incapaz de descartar el miedo que se enroscaba en su estómago—.
¿Y eso por qué? Luo Binghe parecía un niño al que le acababan de dar caramelos; sus ojos estaban
brillando—. Esperaba que lo preguntaras, shizun. ¿Recuerdas la sorpresa que tenía para ti? —Dio
un paso adelante; la marca demoniaca brillaba de manera inquietante en las sombras proyectadas
de la habitación—. Hoy será tu primer celo, shizun. ¿No es eso emocionante?

Shen Qingqiu frunció el ceño—. ¿Qué quieres decir? —¿Qué? ¿De verdad Luo Binghe pensaba
que un miserable calor iba a afectarlo?

—Oh, estoy seguro de que sabes a qué me refiero. —Binghe sonrió—. Si me necesitas, sólo di mi
nombre. A partir de ahora, no se le permitirá la entrada a nadie más. —Y aunque se giró para irse,
se detuvo, inclinándose más cerca para que su nariz rozara el cuello de Shen Qingqiu, quien se
estremeció del disgusto—. Ahora, bien. Estaré esperando a que me llames —sonrió y Shen
Qingqiu se estremeció ante las feromonas que, de repente, llenaron la habitación, asfixiándolo.

La puerta se cerró de golpe y Shen Qingqiu tosió, tratando de no inhalar la esencia de Binghe. Pero
sus feromonas estaban por todas partes, cubriendo las paredes con el fuerte aroma a corteza de
bosque y cobre frío. No obstante, aunque por lo general las feromonas de otro alfa lo enfermarían,
ahora se sentía diferente de alguna manera.

Su cabeza no palpitaba como de costumbre, sino que se sentía brumosa y ligera. Era como si
acabara de despertar de una cálida siesta vespertina. Y pese a que no tenía ganas de vomitar, su
estómago se revolvió como si no hubiera comido en semanas.

Shen Qingqiu jadeó y cayó al suelo. Las feromonas colmaron sus pulmones y viajaron alrededor de
su cuerpo, como si se tratara de la maldita sangre demoníaca de la bestia. Se sentía cálido. No.
Caliente. Ardiente. Con movimientos torpes, se quitó la túnica exterior y desató la interior para que
la suave seda blanca se aflojara alrededor de su cuerpo, dejando así que el aire frío rozara su piel
caliente.

El mundo giraba. Nunca se había sentido así antes. Se preguntó si estaba teniendo una desviación
de qi o si Binghe lo había envenenado. Tenía los párpados pesados y se apretó contra el suelo frío
para tratar de aliviar el calor abrasador que estaba soportando.

Intentó estabilizar su respiración, que era fuerte y pesada, como si acabara de correr cincuenta
vueltas alrededor del palacio. Inhaló. Exhaló. Inhaló. Exhaló. Cada inhalación olía a Luo Binghe, a
leña y noches frescas de primavera, a túnicas de seda y accesorios de plata. Ahora que, de cierta
manera, había aclarado su mente: la dureza de su verga era increíblemente obvia. Shen Qingqiu se
sonrojó; el calor inundó sus mejillas mientras apretaba los dientes avergonzado. ¿Por qué estaba
duro? ¿Cómo podía ponerse duro? Estaba rodeado de feromonas de alfa y el olor repugnante de
Binghe, ¿cómo podía su cuerpo reaccionar así?

De repente, sintió que algo húmedo goteaba por sus muslos. Horrorizado, miró hacia abajo para
encontrarse con un líquido transparente y pegajoso de origen desconocido. Con manos
temblorosas, tomó un poco con los dedos. La textura era innegable y las feromonas que escurrían
no eran otras que las de un omega en celo. Pero esa... esa era su esencia. De alguna retorcida
manera, esas eran sus feromonas.

—No... No, no, no, no. —Jadeó Shen Qingqiu. Al ponerse de pie, luego casi tropezó cuando sintió
que algo brotaba de su trasero, goteando obscenamente entre sus muslos.

Estaba en celo. En un celo omega. Uno que podía durar de tres días a dos semanas.

Caminó con las piernas separadas hacia la cama, estremeciéndose cada vez que sentía la humedad
entre éstas y las punzadas en su miembro. Era repugnante el cómo reaccionaba su cuerpo. Y el
cómo cada vez que inhalaba las feromonas de alfa que había en el aire, algo en lo profundo de él se
retorcía y dolía.

Se dejó caer sobre la cama y reprimió un grito cuando su pecho y su entrepierna se presionaron
contra las suaves sábanas. Estaba tan increíblemente sensible que ni siquiera podía darse la vuelta
sin sentir una ola de placer invadir todo su ser. Se quedó allí, temblando y jadeando, rogándole a su
cuerpo que se detuviera hasta que estuvo demasiado exhausto para permanecer despierto.

Con la mañana, vino la bestia. Shen Qingqiu se despertó de un sobresalto ante esa esencia que,
pese a que antes lo enfermaba, ahora era casi reconfortante. Se mordió el labio y miró a Luo
Binghe, quien le devolvió la mirada de manera hambrienta.

—Vaya, vaya, shizun... Nunca pensé que pudieras oler tan delicioso. —Respiró hondo, sus labios
se torcieron en una cruel sonrisa.

—Tú... sucia... bestia, —graznó Shen Qingqiu—, repugnante.

—Qué grosero —le reprendió Binghe—. Y eso que hasta vine aquí con algo de comida, agua y
ropa para que anidases.

Shen Qingqiu arremetió contra él. Sus uñas fallaron por una pulgada—. ¡Vete al carajo! —gruñó.
La sonrisa de la bestia se ensanchó, como si eso fuera exactamente lo que quería escuchar. Suspiró
teatralmente antes de sacar algunos metros enrollados de cuerda para amarrar inmortales; aquel
rojo intenso era igual al de sus túnicas. Dio un paso adelante, liberando feromonas. Shen Qingqiu
se puso tenso; el cuerpo de omega que había obtenido recientemente temblaba tanto de miedo
como de necesidad. No pudo evitar clavarse las uñas en las palmas de las manos mientras Binghe
le ataba las muñecas. Luego, ató el otro extremo al marco de la cama, dejando a Shen Qingqiu con
apenas dos metros para movilidad.

—Shizun está extrañamente dócil hoy —se burló Binghe—. ¿Es por el celo? O tal vez por... —
Dejó escapar otra ola de feromonas, llenando la habitación y rodeando a Shen Qingqiu.

Se mordió el labio lo suficientemente fuerte como para hacerlo sangrar y para, así, evitar soltar un
jadeo en voz alta. Se quedó allí temblando como una hoja, tratando de no inhalar el aire viciado
con olor a corteza.

—¿Cómo se siente, shizun? —Binghe se inclinó y tocó con delicadeza la mejilla de Shen Qingqiu
—. Tu primer celo.

—No me toques —escupió, apartando la cabeza con brusquedad. Su cuerpo lloró, rogando por más
contacto físico, pero se mantuvo firme.

—Muy bien —tarareó Binghe—. Si shizun así lo desea. Tengo algunos asuntos que atender, por lo
que no vendré de visita en los próximos días. Espero que mi querido shizun no me extrañe
demasiado.

—¿Quién extrañaría a una bestia repugnante como tú? —Shen Qingqiu siseó.

Binghe se rió entre dientes, se puso de pie y se fue dejando a Shen Qingqiu con las muñecas atadas
y el cuerpo en llamas.

———

Los siguientes días fueron un infierno. Su cuerpo estaba caliente y él dolorosamente duro. Fluidos
goteaban de su ser y se acumulaban en la cama. Sólo podía girar y girar, y permitirse profundas
respiraciones y pequeños quejidos, moviendo las manos contra las ataduras. Se sentía casi
agradecido con la cuerda que lo tenía atado, ya que evitó que cayera más en lo profundo dentro de
su celo omega. Preferiría morir antes que sucumbir a ese asqueroso nuevo cuerpo suyo.

—¿Me extrañaste, shizun?

Su cabeza se levantó ante la sorpresa y sus manos se cerraron en puños al ver a Luo Binghe
apoyado casualmente contra la puerta. Había estado tan concentrado en tratar de luchar contra la
delirante neblina de calor, que se volvió completamente ignorante de su entorno.

Sin inmutarse ante el silencio de Shen Qingqiu, Binghe sonrió y respiró hondo—: shizun, tu aroma
es de hojas de bambú y caña de azúcar. —Se lamió los labios—. No se parece al de ningún otro
omega que haya conocido antes.

Shen Qingqiu se erizó—: No soy un omega.

—¿Oh, en serio? —Binghe se rió, entró y cerró la puerta detrás de él—. Porque de verdad que te
pareces uno. Mojado entre las piernas y oliendo como un premio. Estás tan delgado, shizun, que
nadie dudaría de que eres un omega.

—No soy un omega —Shen Qingqiu escupió, removiéndose con desespero y tirando de sus
ataduras—. Sucia bestia, ¿qué esperas ganar con esto? ¿Tienes tantas ganas de acostarte conmigo?

—Los hombres no son realmente mi tipo —respondió Binghe de forma casual, dando un paso
hacia adelante y extendiendo una mano para tocarle la cara—. Pero haré una excepción contigo,
shizun.

A Shen Qingqiu se le heló la sangre y trató de girar la cabeza para morder la mano de Binghe. Sin
embargo, su nariz se presionó contra la muñeca de la bestia e, instantáneamente, percibió el aroma
a corteza de árbol y plata fría. Su cuerpo se congeló, los latidos de su corazón golpeteaban contra
su pecho mientras yacía allí: completamente intoxicado. Sintió alivio, algo que no había sentido en
años. Y sintió que se derretía al tacto. Sintió que sus músculos se relajaban y que su respiración se
estabilizaba a la par que el delicioso aroma del alfa lo rodeaba.

—¿Terminaste con tu rabieta? —Binghe se rió entre dientes, frotando su muñeca contra la mejilla
contraria para perfumarlo.

Extendió la otra mano y desató suavemente la cuerda para amarrar inmortales, liberándole así las
muñecas. Éstas se sentían doloridas, pero todo el cuerpo de Shen Qingqiu ya se sentía ligero y sin
dolor.

—Ningún omega puede resistirse a mi esencia. Supongo que no eres diferente.

Esto sacó a Shen Qingqiu de su confusión y apartó la mano de Binghe de un golpe, retrocediendo
en un estado de shock enfurecido—. Yo- ¡Vete a la mierda!

—Shizun —Binghe ronroneó, deslizando su mano debajo de la túnica interior de Shen Qingqiu—.
Hueles tan bien.

La mano de Binghe se sentía fría contra su piel caliente; así como una sandía en un caluroso día de
verano. Se estremeció, pero su cuerpo rogó por más contacto, por más toques contrarios. Los dedos
contrarios rozaron su pezón y jadeó cuando más lubricante brotó de su entrada. Levantó la mano
para apartar a Binghe, pero estaba más débil de lo habitual. Se sentía como si estuviera golpeando
una montaña con un abanico de papel.

—No, no, déjame ir —se quejó, retorciéndose y temblando. Mientras, Binghe tomaba el botón rosa
entre sus dedos, presionando y tirando suavemente de él. Shen Qingqiu se mordió el labio,
temblando por el esfuerzo al tiempo que evitaba que sonidos vergonzosos se escaparan por entre
sus labios.

—Tu cuerpo es tan honesto —Binghe sonrió—. ¿Se siente bien?

—Co-como si... —espetó Shen Qingqiu; su voz sólo se entrecortaba ligeramente entre palabra y
palabra. Y tan pronto como lo dijo, Binghe le dio un fuerte tirón en el pezón—. ¡Ah!

Trató de alejarse; lágrimas de vergüenza hacían arder sus ojos. Pero Binghe lo sostuvo con fuerza
con una mano mientras que con la otra le pellizcaba el pezón con brusquedad, haciéndolo
lloriquear y gemir.

—Me encantan todos los sonidos lascivos que estás haciendo, shizun —ronroneó Binghe,
presionando un casto beso en su cuello, justo encima de la arteria.

—¡Ngh, detente! —Shen Qingqiu lloró, odiando la reacción tan fuerte que su cuerpo
experimentaba por los toques de la bestia. Se sentía tan, pero tan bien; de su verga ya goteaba tanto
líquido preseminal que comenzaba a escurrirse por sobre sus muslos. Quería que Binghe lo tocara
más, que lo llenara, que lo mordiera, que lo reclamara, que lo inseminara—. No, no, no, por favor
—hipeó—. ¡Detenlo! ¡DETENTE!

No sabía si estaba hablando con Luo Binghe o consigo mismo, pero las grandes manos sobre su
cuerpo se retiraron y él quedó como un desastre tembloroso y tiritante entre las sábanas arrugadas.
Su cuerpo estaba en llamas, sudoroso y pegajoso, y aliviado. Pero aún no satisfecho; todavía se
sentía tan insoportablemente vacío.

—No... —Se atragantó, no queriendo quedarse solo de nuevo—. No...

—¿Oh? —Binghe sonrió con maldad—. ¿Shizun quiere que este humilde discípulo se quede?

¡Estúpida bestia, estúpido cuerpo de omega, estúpidas feromonas de alfa-!

—Ya no puedo —siseó Shen Qingqiu—. Esto... ¡haz que se detenga!

Binghe se rió—: Shen Qingqiu, estás en medio de tu celo. Incluso si quisiera, no podría detenerlo.
Pero puedo hacerte sentir bien. —Se puso encima de él y soltó fácilmente el lazo que sujetaba la
túnica interior de Shen Qingqiu.

El olor a corteza almizclada con acero frío era embriagante. Shen Qingqiu no pudo evitar enterrar
la nariz en el cuello de Binghe, jadeando contra su piel como un perro en celo mientras trataba de
inhalar todo ese aroma para apagar el fuego de su interior.

—Acaba de una vez, —siseó derrotado—, bestia asquerosa.

—Por supuesto, shizun —Binghe ronroneó. Mientras se inclinó para mordisquear la clavícula de
Shen Qingqiu, con su amplia mano le tocaba el pecho; sus dedos acariciaban suavemente los
botones rosáceos.

—Da-Date prisa, —gimió Shen Qingqiu—, ¡hazlo!

—¿Hacer qué? —preguntó Binghe, bajando la boca para mordisquear y chupar en el pecho de
Shen Qingqiu. Estaban muy juntos y, a través de su túnica, Shen Qingqiu podía sentir la excitación
de Binghe, gruesa y fuerte, picando contra su muslo como si se tratara de la empuñadura de una
espada. Se sentía... enorme. ¡No había manera de que eso entrara en él!

Pero en lugar de miedo racional, Shen Qingqiu gimió de excitación ante el pensamiento. De
manera penosa, más lubricante goteó fuera de su entrada.

Binghe tarareó contra su piel, lamiendo sus pezones y moviendo lentamente sus caderas hacia
adelante para que su falo tras la tela se frotara contra el de Shen Qingqiu, volviéndolo loco al
deslizarse cerca del punto húmedo entre sus nalgas.

—¡Detente! —Shen Qingqiu gruñó, golpeando débilmente a Binghe en el pecho—. ¡Sólo date
prisa!

—¿Darme prisa y hacer qué, shizun? —Binghe inclinó la cabeza en falsa confusión—. Este
discípulo no entiende. Ruego porque shizun sea más... —dijo mordiendo con rudeza—, explícito
con sus instrucciones.

Shen Qingqiu jadeó, sintiendo que los afilados caninos de Binghe se clavaban profundamente en su
piel, lo suficientemente fuertes como para magullarla e incluso sacar pequeñas gotas de sangre.

—Déjate de esas e-estupideces.

—Este discípulo necesita de su guía —sonrió Binghe, abriendo su túnica—. ¿Shizun no lo


consentirá?

Shen Qingqiu se sonrojó furiosamente—. ¡Tú-! —Y aunque levantó el puño para golpearlo de
nuevo, Binghe al instante lo agarró la muñeca y lo obligó a bajar la mano—. ¡Mé-métela ya!

—Veo que shizun de verdad no entiende cómo hacerlo correctamente —gruñó Binghe y su agarre
alrededor de la muñeca de Shen Qingqiu se hizo mayor—. Pero está bien, este discípulo le brindará
su ayuda.

—¡¿Qué más quieres que diga?! —preguntó. Su muñeca ya comenzaba a doler.


Binghe sonrió—: Di 'por favor, relléname con tu verga y hazme pedazos'.

Increíblemente, la cara de Shen Qingqiu se puso muchísimo más caliente—. ¡Tú-tú, maldita bestia!
¡Estás enfermo!

—Shizun~ —Binghe suspiró, quitándose las túnicas exteriores. Sólo se dejó puesta la túnica
interior de seda roja y los pantalones negros—. A este paso, se me va a bajar. Realmente no eres
bueno en la cama.

—¡Déjame en paz! —Shen Qingqiu espetó—: ¡Sólo vete! ¡Largo! Eres una desagradable bestia
asquerosa y desearía haberte matado en ese entonces cuando aún eras sólo un débil niño huérfano.

Habría continuado maldiciendo a Binghe, pero de repente escuchó un fuerte crujido y un dolor
abrasador lo recorrió. Gritó, su muñeca palpitaba y sus dedos temblaban débilmente.

—Después de todos estos años, todavía eres débil —escupió—. Ni siquiera tuviste las agallas para
matar a tu propio maestro. En cambio, me has mantenido encarcelado aquí con la esperanza de
que, algún día, me arrepienta de mis errores contra ti, o mejor aún, ¡que te reconozca! —con
lágrimas en las comisuras de los ojos, se rió—. Eres lamentable.

Los ojos de Binghe estaban oscuros como sangre recién derramada y su otra mano, que había
estado apoyada contra el pecho de Shen Qingqiu, lo estaba agarrando con tanta fuerza que
moretones comenzaban a aflorar. Por un breve momento, Shen Qingqiu se preguntó si lo iba a
matar.

Binghe suspiró—: Esperaba hacer esto de la manera fácil. Pero supongo que contigo no existe una
manera fácil.

De un movimiento rápido, le arrancó la túnica interior y lo giró, haciendo que su cabeza golpeara
contra el lecho. El movimiento repentino hizo que Shen Qingqiu gritara de dolor mientras su
muñeca rota colgaba flácida, magullada e hinchada.

Se mordió los labios y cerró los ojos con fuerza cuando sintió la polla de Binghe frotarse contra su
entrada, ya tan húmeda que casi se deslizó dentro. Sólo la punta que estaba picando molestamente
contra su entrada se sentía enorme. Shen Qingqiu se tensó, esperando el inevitable dolor de verse
empalado por la enorme verga demoníaca de Luo Binghe.

—Hmm, para ser un hombre, tu trasero se ve bastante bien —sonrió Binghe, con sus grandes
manos amasando la carne blanda y pálida—. Veamos cómo me toma. —En un movimiento rápido,
Binghe empujó contra él y su miembro se deslizó en el apretado calor húmedo de Shen Qingqiu.

—¡Mierda! —Shen Qingqiu gritó, moviéndose hacia adelante como si buscara escapar. Pero fue
fácilmente arrastrado hacia atrás y Binghe se hundió más profundo, estirándolo desde el interior de
una manera lasciva. El cuerpo de Shen Qingqiu tembló contra su voluntad y, en cada exhalación,
pequeños gemidos se escurrieron por sus labios al tiempo que se sentía lleno de la manera correcta.

—Tan bueno, shizun —gimió Binghe—. Estás tan apretado. Los culos vírgenes son los mejores.

Shen Qingqiu se sonrojó de vergüenza—. ¡Cállate! —Trató de sonar enojado y amenazante, pero lo
que salió fue un débil gemido.

—¿Qué siente shizun al tener las bolas de este discípulo tan metidas en su culo? —Binghe se rió
entre dientes—. ¿Se siente bien? —Comenzó a mover lentamente las caderas, presionando con
fuerza contra Shen Qingqiu para hacerlo terriblemente consciente de la cosa gigantesca que tenía
dentro de él.

Binghe era enorme. Shen Qingqiu estaba seguro de que ese falo era lo suficientemente grande
como para reorganizar físicamente sus tripas. Una de sus manos se estiró de manera temblorosa
para tocar su abdomen.

—¡Eep! —Definitivamente eso era un bulto. Él definitivamente… definitivamente había sentido


algo.

—¿Oh? —Las manos de Binghe bajaron desde su cintura para tocar su vientre. Se deslizó más
adentro y Shen Qingqiu sintió que el pequeño bulto sobresalía más—. Vaya, shizun, tu cuerpo es
tan pequeño que puedo sentirme a través de tu estómago.

—¡No-, basta, —gimió Shen Qingqiu—, ¡sácalo!

Binghe se deslizó hacia afuera hasta la mitad, sólo para empujar violentamente de regreso—.
Apenas acabamos de comenzar. —Estableció un paso despiadado, follando a Shen Qingqiu con
rápidos y bruscos golpes; sucios sonidos resonaban por la habitación.

—Para, para, para... —sollozó Shen Qingqiu, el placer lo recorría completamente cuando la verga
de Binghe se deslizaba dentro y fuera de él, haciendo que todo su cuerpo se balanceara contra la
cama. Su propio miembro goteante se frotó contra las sábanas y gimió sin decir palabra alguna
mientras se corría; el semen se derramó y esparció sobre la cama—. ¡Aah!

—¿Ya te viniste? —Binghe se burló—. ¿Y sólo por ser cogido por el culo? Realmente eres un
omega.

—No s-soy un omega —dijo Shen Qingqiu arrastrando las palabras, estremeciéndose por la
sobreestimulación de que Binghe continuara cogiéndoselo.

Sólo podía quedarse allí, las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y la baba goteaba sobre la
almohada mientras era follado por su discípulo demoníaco. Lo peor de todo era lo increíblemente
bien que se sentía: cada vez que la enorme verga de Binghe se deslizaba profundamente dentro de
él, se frotaba contra todos los puntos correctos, haciendo que su agotado miembro volviera a la
vida.

Binghe lamió la nuca expuesta de Shen Qingqiu y los dientes rasparon la piel sonrojada—. Me
pregunto si podría emparejarme contigo —tarareó—. ¿Te gustaría eso, shizun?

—Ngh- —Shen Qingqiu negó con la cabeza débilmente, las lágrimas caían por su rostro.

—¿No? Pero mira lo bien que me tomas. —Binghe golpeó sus caderas hacia adelante, sacando un
grito lascivo de Shen Qingqiu—. Como si estuvieras hecho para esto. Si hubiera sabido que se
sentiría tan bien hacértelo, te la habría metido hace mucho tiempo.

Shen Qingqiu tembló; sus manos se aferraban a las sábanas como si su vida pendiera de ello—.
No... —sollozó.

Su miembro ya estaba duro de nuevo a pesar de que acababa de venirse. Estaba tan lleno: lleno de
la verga de Binghe, que entraba tan profundamente en él hasta sobresalir por su vientre. Se sentía
tan bien. Shen Qingqiu gimió mientras respiraba aquellas pesadas feromonas de alfa que
debilitaban sus piernas.

—Mierda, estoy cerca —Binghe gruñó, clavando las uñas en los costados de Shen Qingqiu y
abrazándolo con fuerza mientras aceleraba el ritmo, follándolo desesperadamente mientras
perseguía el placer.
Shen Qingqiu jadeó cuando, de pronto, sintió que era arrastrado hacia atrás en el momento que
Binghe se retiró sólo para volver a empujar hacia adentro. Lloriqueó y gimió al sentir que el nudo
crecía y hacía tope en la circunferencia de su entrada cada vez que trataba de apartarse. La polla de
Binghe ya era enorme, ¡¿qué tan grande podría ser su nudo?! Entonces, Shen Qingqiu tuvo la
aterradora noción de que realmente podía quedar embarazado del esperma de Binghe. Tembló, las
manos recorrieron los pulcros puntos de sutura en la parte inferior de su vientre.

—Nonono- —gimió—. ¡Basta! ¡Sácalo! No te atrevas a-

De un manotazo, Binghe sujetó la nuca de Shen Qingqiu—. Cállate —gruñó—. Quédate quieto.

—¡¿No voy a quedar embarazado?!

Binghe se rió sin mostrar emociones (*3)—. Hm… Quizás. ¿No sería lindo, shizun? Dar a luz al
hijo de tu discípulo.

Shen Qingqiu sintió que iba a vomitar, y sin embargo... Y sin embargo, su entrada se crispó ante la
idea. Se odiaba a sí mismo por eso. Odiaba su cuerpo de omega por querer algo tan repugnante
como quedar embarazado del engendro de la bestia. Se mordió el labio del dolor y la vergüenza
cuando sintió como el nudo lo llenaba en cuanto Binghe empujó una última vez para venirse en su
interior.

—No... —Shen Qingqiu gimió débilmente, los muslos temblaron cuando su propio miembro goteó
mientras sus entrañas eran inundadas por el semen de Binghe; ni una gota escurría hacia afuera, ya
que el nudo estaba tapando todo debidamente. Sólo se pudo quedar ahí, luchando contra las
lágrimas y los gemidos de placer mientras la bestia se hundía dentro de él, liberando un montón en
su interior.

Tomó alrededor de una varilla de incienso para que el nudo se descinchara. Binghe canturreó de
satisfacción y salió; el semen escurrió fuera de Shen Qingqiu.

—Shizun se ve tan bien lleno de mi semilla —ronroneó Binghe—. ¿Me pregunto si shizun me dará
un heredero?

Shen Qingqiu se sacudió—. Preferiría la muerte —soltó.


Binghe se rió—. Sólo estoy bromeando, shizun. —Se inclinó sobre él y deslizó una mano por
debajo de su cintura, frotando pequeños círculos en su vientre—. Mataría a tu hijo tan pronto como
naciera.

Shen Qingqiu intentó apartar la mano de Binghe, pero estaba temblando demasiado como para
siquiera moverse. Se dejó caer en la cama, se acurrucó sobre sí mismo y hundió la cara en las
almohadas manchadas de baba y semen. Binghe se puso de pie, se vistió y se dirigió a la salida de
inmediato.

—Le diré a algunos sirvientes que vengan a limpiarte mañana por la mañana.

Una vez que se fue, Shen Qingqiu sollozó; las lágrimas rodaban por sus mejillas y caían sobre las
almohadas sucias. Se sostuvo con manos temblorosas, clavándose las uñas en su delicada piel. Su
cuerpo estaba satisfecho y el dolor ardiente, que estuvo sintiendo desde que comenzó su calor,
finalmente había desaparecido y fue reemplazado por una fuerte sensación de pavor.

Con un último resoplido, Shen Qingqiu cerró los ojos y dejó que el sueño se apoderara de él.

End Notes

(*1) “le cortó el torso”: en el original, decía “cut off his torso”. Pregunté si tal vez había
querido decir ‘lengua’ (tongue) y como el/la autor/a me dijo que tradujera como mejor
quedara, jajaja, preferí dejar ‘torso’ porque, en sí, como luego dice que no le quitó los ojos,
quiere decir que la tortura en este fic no siguió lo ocurrido en el canon. Aunque no puse que
le arrancó el torso porque la pregunta de ‘¿y cómo no se murió??? -imaginanding todo el
triperio suelto-’ seguida de un ‘porque es un cultivador, pendeja’ no dejaba de repetirse en
bucle infinito en mi mente.

(*2) Ambivalente: en inglés decía “his constantly changing mindset”. Y es eso, que
Binghe parece cambiar de opinión a cada rato.

(*3) “Binghe se rió sin mostrar emociones”: “Laughed darkly” es una risa algo pesimista,
sin emociones, no es una reacción que demuestre nada positivo.

Please drop by the archive and comment to let the author know if you enjoyed their work!

También podría gustarte