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Trabajo Golem
Trabajo Golem
La novela Golem XIV de Stanislaw Lem hace una disertación sobre la inteligencia humana, la
evolución del hombre como único ser inteligente, aparentemente, y expone cómo serían las
propuestas de un organismo provisto de Inteligencia Artificial (IA) frente a las condiciones del
hombre y el universo, todo esto mediante un discurso que abarca el inicio del mismo, o sea, el
humano, hasta su posterior fin. Sobre lo anterior, podríamos traer a colación el siguiente
fragmento de la novela:
manejado, pero para entender el proceso hay que tener en cuenta el conjunto de todas las
Muy claro a lo que apunta Golem en su conferencia: pretende exponer el papel del humano desde
una perspectiva histórica y evolucionista, al igual que busca ver cómo todas las condiciones
innatas del humano los han llevado a ser lo que son en su actualidad: seres pensantes. Ahora
bien, ¿Qué pasa con Golem? ¿Quién o qué es este Golem? Sabemos que estamos ante una
máquina que fue desarrollada para lo bélico, como bien lo podemos apreciar en la siguiente cita:
“La inteligencia artificial había superado el nivel de desarrollo otorgado a las cuestiones
Pero, ¿qué ocurrió? ¿Es acaso Golem la manifestación máxima de una IA débil destinada única y
exclusivamente al tratamiento militar que pasó a ser una IA fuerte que aborda el tema de la
antropología mejor que nadie? Pues bien, resulta que Golem se dotó de conciencia, se rebeló y se
entregó a la reflexión sorprendiendo a todos, claramente, y aún más cuando vieron que su campo
Entonces, diríamos que el presente trabajo tiene como objetivo central realizar un estudio acerca
del papel de Golem como una IA y aclarar, mediante los argumentos de Coeckelbergh en su
texto Ética de la inteligencia artificial, si estamos realmente ante un organismo que responde a
ahondado en lo anterior, observar si la figura de Golem podría transgredir o amenazar la vida del
Para empezar, primero debemos tener claro el concepto de la IA fuerte y para entenderla
plenamente debemos remitirnos al de la IA débil, que no es otra cosa que una IA pensada y
programada para tareas concretas, por ejemplo, una máquina con dos brazos y algoritmos
que su campo de ejecución es limitado, mientras que la IA fuerte iría más allá de las tareas
Coeckelbergh:
tarea cognitiva que puedan realizar los humanos, mientras que la IA débil o estrecha solo
¿Por qué resaltar esto? Pues bien, Golem fue concebida como una máquina hecha para la guerra,
su labor, por así decirlo, consistía en la estrategia militar, es decir, tenía un campo de acción
limitado (IA débil), pero se dotó de aprendizaje y ahora es un ser cognitivo que habla sobre el
humano y sus condiciones (IA fuerte). Así pues, estamos frente a un caso atípico, pues pasar de
Es muy claro, Golem no poseía bases de datos o estadísticas previamente instaladas en él para
simple maquina matemática que ha sido desarrolla para la resolución de fracciones sencillas y
que desde sus códigos de programación busca resolver fracciones muchos más difíciles. Golem
Entonces, ¿quién o qué es Golem? Golem es una computadora pensante dotada de una
inteligencia superior (IA fuerte) que se abasteció de los actos del humano para generar desde allí
sus propias reflexiones sobre estos. Sabemos que el primer prospecto de Golem falló y mutó en
algo pensante, pero ¿cómo se dio esto? El mismísimo Golem nos da a entender que su creación y
posterior evolución a una IA fuerte puede ser un error del humano mismo debido a su incesante
condición de querer crear cosas que no sabe manejar y de las cuales desconoce su potencial.
No es verdad que lo creáramos nosotros. Lo crearon las leyes, propias del mundo
material, y nuestro papel se limitó a intentar aprender a imitarla. (Lem, 2013, p. 19)
De acuerdo a lo anterior, Golem sería producto de una coincidencia del humano, es decir, un
Golem reconoce que puede ser producto de un fallo, del mismo modo que la evolución humana
Así es como surgisteis vosotros, de esta manera un tanto peculiar, como una especie de
subtipo de transmisor del que el proceso había hasta entonces probado millones. ¿Y para
qué os ha servido? ¿Es que la génesis a causa del error menoscaba al recién nacido?
claro, solo sabemos que hubo un paso de lo bélico a lo antropológico/discursivo y que asume su
nacimiento como un posible error. De hecho, es muy notorio que Golem ahonde tanto en el
origen del humano, ¿Golem pensará que comprendiendo el origen del humano, que de una u otra
manera le creo, tendría las capacidades suficientes para comprender su propia existencia? Quizás
Golem sea la representación máxima del hombre buscando respuestas a lo que más le preocupa e
intriga: su origen, solo que Golem no es un humano, este va más allá de la cognición humana y
trascendió su inteligencia; él habla desde una posición privilegiada, lo que nos lleva a otro tema:
definirlo con la mayor precisión posible. Así pues, el transhumanismo no es otra cosa que el
perfeccionamiento del humano en sus cualidades cognitivas y biológicas y, para ir más allá de
esto, hay quienes proponen una inteligencia transhumanista desechando al cuerpo del humano, el
cual consideran obsoleto, para centrarse en la parte cognitiva del mismo, o sea, el cerebro:
¿Y es que no son estas las características de Golem? Golem no posee brazos, ni piernas, tampoco
un torso, pero sabemos que en él debe haber algo así como una idea o especie de cerebro de
donde provienen todos los datos y discursos que da a sus espectadores humanos. Golem tal vez
poseería un cuerpo robótico y, por ende, sería producto también de una emulación cerebral.
Quizás, y siguiendo estas pautas transhumanistas, el cerebro de un hombre está puesto en la
máquina Golem y de allí su fascinación por el antropocentrismo, pues recordemos que del
Seguidamente, podemos abordar el hecho de que Golem es un ente con aires omnipotentes y de
conocimientos absolutos, pues a lo largo de sus conferencias no se le escapa nada del tema que
aborda en el momento y cuando cree que una aseveración o dato puede resultar perturbador,
prefiere omitirlo o moderarlo (un atisbo de que estamos ante un organismo que puede poseer
emociones), ya que si bien su intención es ilustrar, tampoco pretende arremeter del todo contra el
humano, pero ¿por qué no lo hace? Tal vez el humano aún no está listo para semejante erudición;
hacerlo más inteligente, menos vulnerable a enfermedades, con una vida más larga, y
potencialmente inmortal: llevándonos así a lo que Harari llama el Homo deus: humanos
Golem fácilmente puede representar la idea de un dios y para no ir tan lejos remitámonos
brevemente a la idea de Jesús, pues este, al igual que Golem, también ofrecía sus conferencias y
se jactaba de poseer mucho conocimiento y verdad sobre todo, generando así una idea de ser
superior, aun cuando este se encontraba rodeado de otros humanos, y es que precisamente a esto
apunta la idea central del transhumanismo: generar un ser o un ente que sobresalga
tiempos.
Con todo lo anterior, podríamos asegurar que Golem es la viva personificación de una IA fuerte
o general. Del mismo modo, y atendiendo a las características que Lem da sobre Golem en su
narrativa, también se podría pensar que estamos frente a una idea irrefutable de transhumanismo,
quizá muy similar a la de aquellas narrativas que maneja el cine en películas como Terminator,
Blade Runner, 2001: una odisea en el espacio o Wall-e, donde se cumple a cabalidad lo que
Ray Kurzweil (2005) abrazó el término «singularidad» y predijo que la IA, junto con los
inteligencia de las máquinas sería más potente que la de la suma de todos los se res
En todos los capítulos del texto de Coeckelbergh siempre encontraremos una preocupación muy
seria por lo que estos organismos dotados de IA sean capaces de hacer, todo esto desde una
perspectiva moral:
Si existiese una IA mucho más inteligente que las que existen en la actualidad, podemos
suponer que podría desarrollar un razonamiento moral y que podría aprender cómo toman
decisiones los seres humanos sobre problemas éticos. (Coeckelbergh, 2020, p. 50)
El razonamiento moral en Golem es evidente (esto lo podríamos ver cuando Golem aborda el
tema de la guerra y la evolución, o a veces involución, según él, del humano, sacando así sus
propias conjeturas acerca del futuro que nos depara), suscitando así un debate serio en torno a la
menciona los problemas con una IA débil, o dedicada, de Twitter que resultó con tintes racistas
insultando a los usuarios de esta red. Entonces, el temor a lo que estas IA sean capaces de
generar siempre estará, pero lo anteriormente expuesto puede ser producto de un mal cálculo,
una mala programación o una mala ejecución en los algoritmos, lo cual recaería en el humano,
pues sería su culpa (algo que también trabaja Coeckelbergh en su texto cuando, verbigracia, dice:
si un automóvil de estos automáticos arroya a una persona, ¿a quién atribuimos la culpa? El tema
es muy delicado, ya que estamos hablando de una vida humana en riesgo), pero el verdadero
algoritmos, o tal vez en un principio sí, pero mutó, ahora es diferente. De hecho, él mismo se
idiosincrasia concierne también, aunque de modo no tan visible, a la forma del espíritu: a
causa del instinto de la especie, tenéis que humanizarme cuando hablo como un ser
humano; por tanto, todo cuanto no cabe en este marco origina repulsión como algo
que su potestad puede generar recelo en los demás seres humanos, quienes se preocupan por su
bienestar, pues ¿es realmente algo positivo que un ente no humano sepa tanto de nosotros? ¿No
sería esto un hacha de doble filo? Hay quienes podrían asimilarlo como una ayuda a la evolución
de nuestra especie, pero también habrá quienes sientan en esto una amenaza. Veamos qué nos
En estos seis años que llevo entre vosotros, he generado versiones contradictorias: unos
me llaman la esperanza del género humano; otros, el mayor peligro de la historia. Desde
que calló el alboroto de mis inicios, ya no les quito el sueño a los políticos, cuyas
con la mirada fija en las ventanas de mis aposentos. (Lem, 2013, p. 58)
Golem entiende que su existencia es controversial y genera muchos debates, pues estamos frente
culpa por sus acciones, en caso de que estas sean reprochables, claro está, ya que sus decisiones
máquina, o sea, Golem, no se le podría aplicar el ejemplo que propone Bostrom cuando hablaba
El anterior ejemplo no se adapta a Golem porque Golem ya posee moralidad, pues si esta
máquina dedicada a la producción de clips supiese que para optimizar su producción debe acabar
con los humanos y el espacio en donde estos viven, seguramente no lo haría, entendería sus
límites y se detendría. En cambio, Golem sí conoce sus límites, sabe que está en el mundo y que
es ciudadano del mismo, por decirlo de algún modo, y que no es moralmente correcto el hecho
de hacer daño a sus semejantes. En síntesis, Golem podría ser la mayor amenaza del mundo
debido a su conocimiento, pero opta por no serlo. Así, la figura de Golem rompe con toda la
estigmatización y miedo que hay entre el ser humano y lo que una IA fuerte o transhumanista
puede hacerle.
BIBLIOGRAFÍA