Está en la página 1de 18

DOCUMENTO DE TRABAJO 3

APROXIMACIÓN A L A
NOCIÓN DE
GUBERNAMENTALIDAD

C U R S O H I S T O R I A D E L A P S I C O L O G Í A E N E L U R U G U AY,
P L A N 2 013 L I C E N C I AT U R A E N P S I C O L O G Í A
FACULTAD DE PSIC OLOGÍA -
UNIVERSIDAD DE L A REPÚBLICA

EL PRESENTE DOCUMENTO DE TRABAJO TOMA LOS


CONTENIDOS DE LA INVESTIGACIÓN DOCTORAL:
GENEALOGÍA DE LAS PRÁCTICAS EN EL CAMPO DE LA
PSICOLOGÍA Y SU RELACIÓN CON LAS TECNOLOGÍAS
DE GUBERNAMENTALIDAD EN EL URUGUAY MODERNO.
UN ENFOQUE DESDE LOS ESTUDIOS EN CIENCIA,
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD (CHAVEZ, 2019).
GOBIERNO Y GUBERNAMENTALIDAD .............................................................4

EL ESTADO Y SU GUBERNAMENTALIZACIÓN ..................................................6

ENTRE EL ESTADO Y LA POBLACIÓN: EL PODER Y LA VIDA ...........................13

CIERRE ...........................................................................................................17

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .....................................................................18


GOBIERNO Y GUBERNAMENTALIDAD

La noción de gubernamentalidad fue acuñada por Foucault (1977/2006),en los seminarios


de los años 1977 y 1978, Seguridad, territorio y población:

Con esta palabra, gubernamentalidad, aludo a tres cosas. Entiendo el conjunto constituido por las
instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten
ejercer esa forma bien específica, aunque muy compleja, de poder que tiene por blanco principal la
población, por forma mayor de saber la economía política y por instrumento técnico esencial los
dispositivos de seguridad. Segundo, por gubernamentalidad entiendo la tendencia, la línea de
fuerza que, en todo Occidente, no dejo de conducir, y desde hace mucho, hacia la preeminencia del
tipo de poder que podemos llamar gobierno sobre todos los demás: soberanía, disciplina, y que
indujo, por un lado, el desarrollo de toda una serie de aparatos específicos de gobierno, ( y por
otro) el desarrollo de toda una serie saberes. Por último, creo que habría que entender la
gubernamentalidad como el proceso o, mejor, el resultado del proceso en virtud del cual el Estado
de justicia de la Edad Media, convertido en Estado administrativo durante los siglos XV y XVI, se
gubernamentalizó poco a poco. (p.136)

La concepción de gobierno que encontramos en la noción de gubernamentalidad remite a la


idea de ‘conducción de la conducta’. Según Dean (1999): “conducir significa liderar, dirigir o
guiar, y posiblemente el empleo de cierto tipo de cálculo en cuánto a modo en que se ha de
hacer....” (p. 17) y las conductas son nuestras acciones o comportamientos.
Desde esta concepción se presume la posibilidad de regular y controlar las conductas
racionalmente. Para este ejercicio, existe una variedad numerosa de agentes de diversa
naturaleza y que pueden ser profesionales o expertos de diferentes disciplinas, organismos
de gobierno, autoridades, espacios arquitectónicos, que identifican e intervienen sobre
diferentes aspectos del comportamiento a ser gobernados, elaborando y prescribiendo reglas
y propósitos para tales fines, a la vez que realizan proyecciones de resultados y
consecuencias.

De esta manera, el gobierno puede ser definido como:

una actividad racional y calculada, realizada por una multiplicidad de autoridades y organismos,
empleando una variedad de técnicas y formas de conocimiento, que busca dar forma a la conducta
trabajando a través de los deseos, aspiraciones, intereses y creencias de los diferentes actores, para
definidos y cambiantes fines y con un conjunto diverso de relativamente impredecibles
consecuencias, efectos y resultados. (Dean, 1999, p. 18)

5
EL ESTADO Y SU
GUBERNAMENTALIZACIÓN

La noción de gubernamentalidad elaborada por Foucault en el curso Seguridad, territorio y


población, precisaba como último aspecto, que entendía esta noción como el resultado del
proceso en virtud del cual se había gubernamentalizado el Estado de justicia de la Edad
Media convirtiéndose en Estado administrativo en los siglos XV y XVI, para proseguir luego,
sobre el modo en que el Estado moderno se gubernamentalizó. Esta empresa, Foucault
(1977/2006) la define como ‘historia de la gubernamentalidad’ (p.136), en tanto refiere a
una genealogía sobre la composición de la racionalidad del Estado moderno y
específicamente sobre las formas de ‘gobernar’.
La noción de gobierno no siempre estuvo adosada a la idea de Estado, o incluso su sentido
político fue asumido en los siglos XVI y XVII. Por lo que el término gobernar antes de
adquirir el sentido con el que hoy lo conocemos, se caracterizó por su polisemia. Gobernar
tenía que ver con seguir una ruta, alimentar, subsistir con algo, conducir a alguien
(espiritualmente), imponer un régimen (a un enfermo), comercio entre personas y otros
sentidos, que no se acercan a la idea de gobernar un Estado. Si se destaca un común
denominador en todas estas significaciones: “Aquellos a quienes se gobierna son los
hombres” (Foucault, 1977/2006, p.149). La idea del gobierno de los hombres es una idea
que Foucault ubica y busca en Oriente (pre-cristiano y cristiano) de dos formas: a través de
la organización de un poder pastoral y en segundo término la dirección de conciencia o de
las almas.

El pastorado

El poder pastoral se relaciona, con cierta rapidez, a la imagen de un rey o jefe como pastor
de los hombres que a su vez son vistos como rebaño, una imagen propia del universo
religioso de Oriente Medio. La relación pastoral, en tanto poder, es de tipo religioso y se
fundamenta en el poder que Dios ejerce sobre su pueblo” (Foucault, 1977/2006, p. 153),
que en el caso del pueblo hebreo, es un pueblo en movimiento, por lo que el poder del
pastor se ejerce sobre una multiplicidad que se desplaza.

El objetivo del poder pastoral es la salvación del rebaño, proveer su subsistencia, por lo que
se entiende como un poder benevolente y de cuidados, ejercicio que el pastor debe realizar
permanentemente. El pastor debe velar por el rebaño y por cada una de sus ovejas, por lo
que se define como un poder individualizador.

6
Esta modalidad de poder no se continúa en el mundo helénico, los estudios de Foucault
esclarecen que los griegos relegan el poder pastoral sobre prácticas bien específicas como las
que realiza el médico, el pedagogo o el gimnasta, mientras que el poder de gobernar se
traslada sobre el ejercicio de la política, y el modelo será el del ‘tejido’. El político se
entiende como un ‘tejedor’, su tarea será la de unir elementos, iguales o contrapuestos, en
una trama, lo existente en una comunidad.

De esta manera, la forma de pastorado estará situada en el mundo helénico de manera


restringida en ciertos circuitos menores, por lo que su mayor difusión será a través del
cristianismo. Este circuito se hace posible a partir del proceso en que una religión se
institucionaliza como Iglesia, es decir que pretende gobernar la vida cotidiana de los
hombres con el objetivo de llevarlos hacia la vida eterna. De esta manera, en el cristianismo
el pastorado se convirtió en

...todo un arte de conducir, dirigir, encauzar, guiar, llevar de la mano, manipular a los hombres, un
arte de seguirlos y moverlos paso a paso, un arte cuya función es tomarlos a cargo colectiva e
individualmente a lo largo de toda su vida y en cada momento de su existencia. (Foucault, 1977/
2006, p. 192)

La diferencia con los griegos no estuvo solo en los espacios en los que se ubicó el pastorado,
sino en las exigencias que instaló en las relaciones entre pastor y rebaño. El pastorado
cristiano impuso en el campo de la conducta la ‘instancia de obediencia pura’, una conducta
sumamente valorada y cuya razón de ser era intrínseca a sí misma. La relación de
dependencia era entre dos individuos, de sumisión del cristiano a su pastor; la relación de
obediencia era para llegar a un ‘estado de obediencia’ y el pastor debía predicar con el
ejemplo de su propia vida, ahí residía su verdad.

Con el pastorado nace una forma de poder novedosa y un modo de individualización


completamente específico, definido de tres maneras: primero lo que Foucault llama
identificación analítica, el juego y circulación de méritos y deméritos; segundo, la sujeción,
es decir la renuncia a la voluntad y al yo y su inclusión en una red de servidumbre y
finalmente la producción de una verdad interior, oculta. “Identificación analítica, sujeción y
subjetivación: esto caracteriza los procedimientos de individualización que serán
efectivamente puestos en práctica por el pastorado cristiano y sus instituciones” (Foucault,
1977/2006, p.219).

El problema de la conducción de las conductas se trasladará en los siglos XVII y XVIII de las
instituciones religiosas a las instituciones políticas, produciendo una imbricación entre el

7
pastorado y el gobierno civil y el poder político que reflejarán el traspaso de la pastoral de las
almas al gobierno político de los hombres” (Foucault, 1977/ 2006, p.263).

Razón de Estado y Estado de Policía

El pasaje de la conducción de las almas al gobierno de las personas y las poblaciones se


desarrolla a través de una multiplicidad de procedimientos, que si bien no son abordados
por Foucault, si destaca como elemento central durante los siglos XV y XVI lo que
denominó: insurrecciones de conducta. Estas insurrecciones se dieron en contextos de
agitación política y social, en las luchas de los campesinos, en las reorganizaciones de la
Iglesia y por ende de la pastoral religiosa, y lejos de representar el debilitamiento del poder
pastoral y el pasaje de sus funciones sobre el Estado, se dio la intensificación del mismo.

En la misma época, se generó un circuito de conducción de los hombres al margen del poder
eclesiástico, que se ubica en interrogantes sobre ¿cómo conducir?, a los hijos, a la familia, a
sí mismo.

Ambos circuitos de conducción se focalizan sobre el mismo elemento: las conductas. “Con el
siglo XVI entramos en la era de las conductas, la era de las direcciones, la era de los
gobiernos” (Foucault, 1977/2006, p. 268). El entramado en torno al gobierno de la
conductas, tejido por las diversas formas de conducción de la religión, la familia, sí mismo,
lo público, el gobierno, se cruzaron en un punto: el gobierno de la infancia. Conducir a los
niños para que sean útiles y puedan llegar a conducirse a sí mismos, hizo emerger el
problema pedagógico como problema de gobierno y no del gobierno religioso únicamente,
sino del gobierno político del soberano y junto con la emergencia del problema la
interrogante: ¿cuál debe ser la razón gubernamental para llevar adelante ese gobierno? , y
que posteriormente se traducirá en: ¿qué es el arte de gobernar?

Foucault ya se había aproximado a responder esta interrogante desde la dimensión del


‘gobierno de los otros’ y la relación entre el gobierno ‘de sí y de los otros’ a través del
estudio de las diferentes formas de ascesis, de prácticas como la confesión o la dirección
espiritual en el poder pastoral. Para el estudio de la nueva racionalidad, relevó la literatura
sobre las formas de gobernar entre los siglos XVI y XVIII, que se produjo de manera
abundante debido a la aparición de los Estados nación y a la dispersión y disidencia en el
ámbito religioso y que en definitiva constituiría el arte de gobernar.

De esa literatura se desprende como noción central la de ratios status, razón de Estado.
Foucault caracteriza la razón de Estado a partir de su operativa y establece que procede
según reglas, por lo que expresa una racionalidad en el arte de gobernar y es inmanente al

8
Estado, es decir que no remite a la figura de Dios o del Soberano, sino que surge del propio
Estado que debe ser gobernado. Siguiendo esta idea, la razón de Estado no trata de
fortalecer otro dominio que no sea el propio Estado y para fortalecer y acrecentar al Estado
requiere de la constitución de determinados dominios de saber.

El fortalecimiento del Estado y su fuerza necesitan de conocer los elementos que permiten
su mantenimiento y desarrollo, según la literatura de la época, en el mantenimiento de su
vigor es donde reside la posibilidad de su subsistencia. Será necesario el “conocimiento de
las cosas más que un conocimiento de la ley y las cosas que el soberano debe conocer, las
cosas que son la realidad misma del Estado, son precisamente lo que en la época se llama
estadística” (Foucault, 2006, p. 320).

La nueva razón gubernamental fue acompañada por saberes que abonaron nuevas formas de
razonar y calcular dando cuerpo a lo que en su momento se denominó política. Ocupando
un lugar central en la nueva formación, se ubicó el Estado, como regulador de esa
racionalidad y como objetivo no tendrá únicamente su conservación como Estado, sino
racionalizar, mantener y desarrollar una dinámica de fuerzas. Foucault (1977/2006) plantea
que para alcanzar ese objetivo, las sociedades occidentales hacen jugar dos grandes
conjuntos, el dispositivo diplomático militar1 y el dispositivo de la policía2 (SXVIII).
Mantener la relación de fuerzas y el crecimiento de ambos dispositivos es lo que luego se
denominará mecanismo de seguridad.

El estado de policía se caracterizó por interesarse por lo que los hombres hacen, por su
utilidad pública. Al ocuparse de la actividad de los hombres deberá considerar una serie de
elementos; el número de hombres, las necesidades para la vida de esos hombres y
finalmente el problema de la salud.

La salud de los hombres en tanto objetivo, moviliza no sólo las condiciones necesarias para
vivir y subsistir como víveres y espacios adecuados, sino también actividades de las que
ocuparse, el trabajo. En razón de esto, el equipamiento y la distribución del espacio urbano
comenzó a renovarse en torno a las preocupaciones y los principios de salud. Evitar las
condiciones de insalubridad, producir entornos saludables, evitar la ociosidad y promover el
trabajo, posibilitar la circulación de mercancías y productos, serán elementos de los que se

1 El dispositivo diplomático-militar desplegó una serie de técnicas, que en la naciente conformación de los Estados nación en Europa, tuvo como
principal objetivo alcanzar el equilibrio entre una pluralidad de Estados.

2 El término policía tenía una acepción diferente a la actual, entre los siglos XV y XVI, se refería tanto a una autoridad pública ejercida sobre una
sociedad, las acciones a través de las que la autoridad rige a la sociedad, y finalmente un significado ligado al resultado de esas acciones, el resultado
valorado como de un buen gobierno.

9
encargará la policía en su función de construir una nueva urbanidad y de la cual surgirá una
nueva gubernamentalidad.

La Gubernamentalidad Liberal

La construcción de una nueva urbanidad conlleva el problema de gestionar una coexistencia


densa de un territorio habitado por una multiplicidad de actores que mantienen relaciones
entre ellos. En esa densidad, un lugar destacado fue ocupado por los intercambios
comerciales. La producción, distribución y circulación de productos y mercancías necesitó de
ser gestionada a través de reglamentaciones y disposiciones de las que se hizo cargo la
policía. “El Estado de policía es un gobierno que se confunde con la administración, un
gobierno que es enteramente administrativo y una administración que, para sí y detrás de sí,
tiene el peso íntegro de una gubernamentalidad” (Foucault,1978-79/ 2007, p. 55).

La intervención del Estado, en tanto fortalecimiento de su fuerza, se enfocó en su principal


instrumento: el mercado y el procedimiento de la policía fue la reglamentación. Las prácticas
de reglamentación se extendieron de la ciudad a todo el territorio y a diversas actividades,
esta práctica Foucault (1977/2006) la denominó ‘disciplinarización’.

Llegó un momento en que el Estado de policía se enfrentó en su empuje disciplinador con la


ausencia de objeto, la escasez. La escasez de productos (granos) se convirtió en un grave
problema que afectó la vida, la subsistencia y la salud de la población y puso en cuestión las
capacidades de la policía. El modelo urbano no fue efectivo para abordar un problema rural,
que involucraba al campesinado y la agricultura y exigió de una nueva gubernamentalidad
que tomara en cuenta a la tierra. A su vez, la disciplina, como instrumento del Estado de
policía, se sostenía en la rigidez de los procesos, rigidez que se traslada, incluso, en la
manera de concebir a la población, únicamente en términos numéricos.

Esta nueva gubernamentalidad no abandonará la razón de Estado, continuará propugnando


por el aumento de las fuerzas del Estado en una nueva disposición, enmarcado en el
equilibrio del espacio europeo y buscando el equilibrio interno. Sin embargo, se propondrán
modificaciones al pensamiento sobre el arte de gobernar.

Como primer elemento en la razón económica se destaca la inclusión de lo natural, ya no la


concepción de lo natural medieval del cosmos y sus relaciones; sino un tipo de naturalidad
inscripta en los hombres y en las relaciones que establecen entre sí, aquello que sucede
cuando conviven, comercializan, trabajan. En definitiva se naturaliza la sociedad y la
sociedad como naturalidad es lo que los economistas presentarán como dominio, como
campo de objetos, análisis e intervención.

10
Los economistas del siglo XVIII incluirán el conocimiento científico en el cálculo y estudio
de las fuerzas naturales de la sociedad; un conocimiento que será indispensable para un
buen gobierno. “Un gobierno que no tenga en cuenta este tipo de análisis y el conocimiento
de esos procesos, que no respete los frutos de esta clase de conocimiento esta destinado al
fracaso” (Foucault, 1977/2006, p. 401). Es un conocimiento del gobierno mismo, aparece
una relación entre gobierno y ciencia, de saber y poder que se continua hasta hoy día.

El tercer punto de esta nueva gubernamentalidad es el surgimiento del problema de la


población; pero con problemas relativos a los salarios, precios; sus procesos específicos de
transformación, procesos naturales de transformación e interacción que no son promovidos
por el Estado sino que son espontáneos. Los economistas los entenderán como una
‘mecánica de intereses’ y en definitiva oficiarán como reguladores internos la la vida en
sociedad.
La cuarta modificación tiene que ver con la consecuencia que imprime entender a los
procesos económicos y los hechos de la población como naturales, es decir, no imponerles
reglas o imperativos. La nueva gubernamentalidad y el Estado, respetarán ante todo los
procesos naturales de la sociedad, los tendrá en cuenta e intentará jugar con ellos, la gestión
de los procesos será propiciando su natural accionar, a través de la intervención o con
mecanismos de seguridad.

La libertad se vuelve un elemento indispensable tanto como derecho de los individuos como
para la gubernamentalidad, ya que solo sera posible gobernar respetando las libertades. “La
integración de las libertades y los límites propios a ellas dentro del campo de la práctica
gubernamental es ahora imperativo” (Foucault, 1977/2006, p. 404).

Utilizar el término ‘liberalismo’ responde a que la práctica gubernamental que comenzaba a


desarrollarse funcionaba sólo en base a la presencia de ciertas libertades, que se expresaban
a través de las lógicas del mercado, cómo en el ámbito de la vida pública, por lo que a la vez
que promueve la presencia de libertades, la nueva racionalidad debe organizarlas y mas que
nada asegurarlas, no en términos de su existencia únicamente, sino en brindar seguridad
para mantener las libertades ante cualquier amenaza.

El juego entre libertad y seguridad estará en el centro de la nueva racionalidad, configurando


la economía del poder del liberalismo, ya que la gestión de las libertades deben incluir el
cuidado de que no estén expuestas a peligros. De esta manera, como consecuencia de esta
mecánica, el arte liberal de gobierno producirá una cantidad enorme de mecanismos de
control y coerción que acompañarán el incremento de las libertades.

Para el liberalismo, una de sus principales tensiones se ubicará en la construcción y


mantenimiento de una economía liberal del mercado y establecer en ese marco un Estado

11
con funciones limitadas. Ya en el Estado de policía, esta tensión se manifestada de manera
mas cruda, la libertad de dejar hacer, dejar pasar, colisionó con la administración rigurosa del
Estado de policía. Logrará resolverse esta tensión con el crecimiento del poder de Estado
que se desprende del enriquecimiento de los individuos, “mas Estado y menos
gobierno” (Foucault, 1978-79/2007a, p.124).

12
ENTRE EL ESTADO Y L A POBL ACIÓN:
EL PODER Y L A VIDA

El campo de estudios sobre la gubernamentalidad, fue inaugurado por Foucault


(1977/2006) con el objetivo de “abordar el problema del Estado y la población” (p.140).
El Estado, en la obra del autor francés, no fue entendido del modo en que las teorías clásicas
de gobierno lo han hecho, como espacio en donde reside el poder y que con ayuda de ciertos
aparatos alcanza a la sociedad. Ha sido entendido como el efecto de las permanentes
estatizaciones, como el resultado de múltiples negociaciones y disputas que movilizan
argumentos sobre cómo y a quienes gobernar, con qué fines gobernarlos, a la vez que
planifican y transforman las maneras de intervenir, los cálculos a realizar, los controles a
instituir, las autoridades a legitimar. El Estado se construye en aquellos ámbitos donde se
problematiza el arte de gobernar y en donde se dispone su experticia haciendo efectivo el
arte de gobernar, “El Estado no es nada más que el efecto móvil de un régimen de
gubernamentalidades múltiples” (Foucault, 1978-79/2007, p. 97).

Desde esta concepción se desprende la idea de “gubernamentalización del Estado”, referida


a las múltiples prácticas que se despliegan para gobernar determinado fenómeno, en torno al
que se elabora cierta racionalidad y que progresivamente, junto con otros ‘gobiernos’, han
sido centralizadas o han quedado bajo la égida de instituciones estatales.

La presencia de estos fenómenos o problemas a gobernar acontece de manera creciente en el


proceso que va desde la racionalidad pastoral a la racionalidad liberal de gobierno. En ese
proceso, el problema de la ciudad surgirá como un desafío en el arte de gobernar y el
personaje político será: la población.

La población, para la práctica y pensamiento gubernamental no será pensada como una


suma de individuos, sino que su identificación se dará a través de una suma de variables que
la harán sumamente compleja para la acción de gobierno, básicamente en el período
posterior al pastorado, ya que el gobierno no estará sostenido sobre la obediencia de la
población.

Para algunos teóricos del Siglo XVIII la población tiene un único motor de acción, el deseo.
El deseo impulsa las acciones de todos los individuos y si se lo deja actuar dentro de ciertos
límites y promoviendo determinado tipo de conexiones, el resultado redundará en el interés
general de la población. El alcance del interés colectivo por parte de la acción del deseo de

13
los individuos “marca al mismo tiempo la naturalidad de la población y la artificialidad
posible de los medios que se instrumentarán para manejarla” (Foucault, 1977/2006, p. 96).
El pasaje de Estado de policía a gobierno liberal incluirá una nueva configuración en el
ejercicio del gobierno, gestionar a la población en base a la naturalidad de su deseo y como
efecto de esto, la producción del interés colectivo. Los gobernantes, específicamente los
fisiócratas del Siglo XVIII, incluyeron como temática a reflexionar, el cómo estimular ese
deseo de manera de beneficiar a todos, aportando las líneas para la matriz de una filosofía
utilitarista.

El deseo de los individuos se vuelve un campo heterogéneo, diverso y complejo, que se


expresa en opiniones, pensamientos, prejuicios, hábitos, comportamientos, acciones,
exigencias, por lo que abre una multiplicidad de dominios a gobernar, tanto como los
espacios en donde esos deseos se expresan. Se generan entonces, nuevas realidades donde
hacer jugar los mecanismos de poder, donde aplicar campañas, políticas y programas
educativos de modo de influenciar en esos deseos.
De esta manera la población se constituyó en el correlato de las técnicas de poder y a partir
de esto:

pudo constatarse la apertura de toda una serie de dominios de objetos para saberes posibles. Y a
cambio, como esos saberes recortaban sin cesar nuevos objetos, la población pudo constituirse,
prolongarse, mantenerse como correlato privilegiado de los mecanismos modernos de poder.
(Foucault, 1977/2006, p. 107)

Esta dinámica favoreció lo que Foucault llamó el desbloqueo del arte de gobernar, la
emergencia de la población y el problema que suscitó su gobierno, a través de especificar las
características de esos problemas, la economía, reflexionó, midió y calculó fuera del marco
jurídico de la soberanía, fuera de la práctica administrativa del Estado de policía. La
estadística que había sido el procedimiento principal de la práctica de regulación del Estado
de policía, demostró que la población tiene sus dinámicas y más que nada, sus
regularidades, expresadas en nacimientos, mortalidad, epidemias, actividades laborales,
entre otras. Los problemas de la población se vuelven cuantificables y de esta forma “la
estadística pone de relieve la especificidad de ésta, irreductible (al) pequeño marco de la
familia. Salvo unos cuantos temas residuales, que bien pueden ser de carácter moral y
religioso, la familia desaparecerá como modelo de gobierno” (Foucault, 1977/2006, p. 131).

La familia cambia su status para el arte de gobierno que estaba asomando, dejó de ser objeto
a gobernar para pasar a ser un instrumento para el gobierno de la población. Se transformó
en un segmento de la población por donde, a través de campañas y políticas, se buscó
regular y gestionar la planificación familiar, su salud, la vida sexual, etc. El instrumento

14
‘familia’ posibilitó alcanzar los objetivos del gobierno en cuanto a mejorar las condiciones de
vida de la población y en el camino a alcanzar ese objetivo; se dió el paso de un arte de
gobernar a una ciencia política, una economía política caracterizada por el despliegue de
técnicas de gobierno en torno a la vida de la población.

Las tecnologías que aparecen a partir del siglo VXIII fueron dirigidas a producir la vida y
marcaron un cambio en la racionalidad de gobierno, contraponiéndose directamente con las
tecnologías vinculadas al derecho de hacer morir del soberano (Foucault, 1978-79/2007;
Foucault, 1975-76/2000). El derecho de hacer morir, era ejercido por el soberano cuando lo
accionaba efectivamente para matar a una persona o indicando su poder a través de exigir
una muerte. “El derecho que se formula como de ‘vida y muerte’ es en realidad el derecho de
hacer morir y dejar vivir” (Foucault, 1978-79/2007, p.164). Esta concepción propia de la
teoría política tuvo su correlato en los mecanismos o tecnologías de poder.

Las técnicas de poder de los siglos XVII y XVIII se centraban más que nada en el cuerpo
individual, denominadas anatomopolíticas. Esas técnicas buscaban distribuir espacialmente
a los cuerpos individuales, separarlos, alinearlos, ubicarlos en series y bajo vigilancia. Se
generaba un campo de visibilidad alrededor de los cuerpos, quedando bajo supervisión y
plausibles de ser adiestrados, ejercitados, de manera de incrementar su utilidad. “La
disciplina es un modo de individualización de las multiplicidades...” (Foucault, 1977/2006,
p. 28), se caracterizaba por un poder que debía ejercerse de la manera menos costosa, y esto
lo lograba a través de mecanismos de vigilancia, inspección, exámenes, informes, toda la
tecnología denominada tecnología disciplinaria (Foucault, 1975-76/2000); Foucault, 1997).
En la segunda mitad del siglo XVIII aparece una nueva tecnología dirigida a la vida de los
hombres, al hombre viviente u hombre especie. En contraposición al ejercicio del poder
individualizador de la disciplina, este nuevo poder es masificador y se denomina biopolítica.
El cuerpo individual dará paso a un cuerpo múltiple: la población. La biopolítica tendrá que
ver con la población como problema político, científico, biológico y de poder (Foucault,
2000).

Para Castro Gómez (2011) el concepto de biopolítica es provisional en la obra de Foucault, y


se ha confundido con el concepto de gubernamentalidad; “esto se debe a quizás a que el
'poder sobre la vida' al que hace referencia el concepto de biopolítica, se confunde con la
'gestión de la vida' a la que hace referencia el concepto de gubernamentalidad” (p.10).

El biopoder se dirige sobre fenómenos colectivos, fenómenos que constituyen los rasgos
biológicos de la especie humana, nacimientos, mortalidad, enfermedades, será una
tecnología regularizadora; “la biopolítica abordará, en suma los acontecimientos aleatorios
que se producen en una población tomada en su duración” (Foucault, 2000, p. 223). Esta
tecnología, a través de la regularización y del equilibrio global, aspira a la seguridad del
conjunto.
Los dos conjuntos de mecanismos, el disciplinario y el regularizador, con sus procedimientos
particulares y con sus diferentes objetos y objetivos, se mantienen articulados entre sí. La
disciplina diagrama un espacio y distribuye jerárquica y funcionalmente a los elementos, por
otro lado la seguridad “tratará de acondicionar un medio en función de acontecimientos o de
series de acontecimientos o elementos posibles, series que será preciso regularizar en un
marco polivalente y transformable” (Foucault, 1977/2006, p. 40).

Resultan entonces, dos procedimientos bien diferenciados, por un lado la disciplina que
todo lo reglamenta, que distribuye las cosas según el código que es lo permitido y lo
prohibido, y que como resultado de determinar lo prohibido, produce orden. Por otro lado,
el dispositivo de seguridad que deja hacer, intenta captar el punto donde las cosas van a
producirse, tratando de aprehenderlas en su realidad efectiva, su función esencial es regular.

16
CIERRE

La noción de gubernamentalidad se ha transformado desde que Foucault la propusiera en el


marco de sus cursos en 1977 y 1978, siendo utilizada en una variedad de ámbitos donde el
tema de gobierno se ha vuelto un problema de reflexión, llegando en la actualidad ha
constituirse en un amplio campo de estudios, conocido como Estudios de la
Gubernamentalidad o Governmentality Studies (acrónimo en inglés).

Desde la noción de la gubernamentalidad se desafían las imágenes clásicas sobre el poder y


el Estado, la analítica de gobierno implícita en esta noción plantea que hay que “analizar las
divisiones y las distribuciones de poder y autoridad como construcciones, ensambles,
disputados y transformados por múltiples y heterogéneos elementos” (Dean, 1999, p. 37).

Los estudios de la gubernamentalidad hacen hincapié en el estudio de las relaciones que se


establecen entre una multiplicidad de actores, en la agencia de actores humanos, pero
también en la incidencia de los espacios arquitectónicos; presta atención a los intereses
concretos que motivan las acciones, y como éstas afectan a otros y generan nuevas acciones.

17
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Castro Gomez, S. (2010). Historia de la

gubernamentalidad: Razón de Estado, liberalismo y

neoliberalismo en Michel Foucault. Bogotá: Siglo del

Hombre Editores.

Dean, M. (1999). Governmentality. Power and rule in

modern society. London: Sage.

Foucault, M. (1975-76/2000). Defender la Sociedad.

Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Foucault, M. (1977/2006). Seguridad, territorio,

población. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Foucault, M. (1978-79/2007a). Nacimiento de la

biopolítica. Buenos Aires: Fondo de Cultura

Económica.

Foucault, M. (1997). Vigilar y castigar. Nacimiento de

la prisión. México: Siglo Veintiuno Editores.

También podría gustarte