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El pulso musical es un término que se utiliza para describir el ritmo o la cadencia de la música.
Es como un latido que se siente en el cuerpo y que ayuda a mantener el tiempo de la música.
Es la base rítmica de la música y es necesaria para que los instrumentos y las voces puedan
unirse y mantener la misma velocidad.
En términos más simples, es como el “ritmo” de la música. Es lo que hace que la música tenga
un “fluir” a partir de su constancia y hace que sea fácil moverse y bailar en sincronía con la
música.
A la velocidad a la que va el pulso, se le llama “tempo” (así sin “i”; viene del italiano). Y no es lo
único que viene del italiano, sino también las diferentes velocidades son nombradas en este
idioma. Por ejemplo, adagio (♩=60), moderato (♩=90), allegro (♩=110), vivace (♩=140),
prestissimo (♩=180). Esta se puede medir con aparatitos (o aplicaciones de celulares)
que se llaman metrónomos.
El acento musical es uno de esos pulsos que suena con mayor intensidad, es decir, más fuerte.
Esto puede ser apoyado por la acentuación en determinada sílaba de la letra, tanto como por
estar en sincronía con un golpe en la batería, sea de bombo o de platillo, o también acentuado
por el bajo o la guitarra u otros instrumentos, así como por la entrada o salida de los mismos.
El compás musical es la división del tiempo en la música en partes iguales. Se entiende por la
relación entre los pulsos y los acentos, teniendo en cuenta cada cuántos pulsos hay un acento.
Esto organiza (y mucho) la música. Quedan organizados a partir del pulso fuerte (acento) y el
resto de los pulsos débiles.
Los compases que estamos estudiando son cuatro: 2/4, 3/4, 4/4 y 6/8. ¿De qué tratan?
Entonces, cuando decimos que una canción está en 4/4, decimos que esta canción se organiza
en 1 pulso fuerte y 3 débiles, 1 fuerte, 3 débiles, y así dependiendo de cuántos compases tenga
la pieza musical que escuchemos. La música electrónica, por ejemplo, se organiza en 4
compases de 4/4, es decir, que cada 16 pulsos (4 x 4) se produce un cambio. Como les dije en
clase, el 99% de la música que escuchamos está organizada en compás de 4/4.
Los invito a escuchar ejemplos donde están estos elementos muy marcados, por ejemplo:
Noten como el pulso sigue estando, aunque no haya letra o voz. Eso ilustra bien la constancia y
continuidad del pulso.
2- The scientist - Coldplay (https://www.youtube.com/watch?v=RB-RcX5DS5A)
Acá podríamos notar como el tempo es más rápido que en el ejemplo anterior. Y lo es mucho
más rápido en la versión de Iorio y Flavio (https://www.youtube.com/watch?v=476EZZKfabo)
¿Más ejemplos?
No dejarse confundir por el conteo inicial, esperar a la música (en realidad el pulso va al doble
que el conteo)
En los compases de 3/4, en cambio, tenemos un pulso fuerte seguido de dos débiles. Esto
cambia el ritmo, así como la sensación que genera escuchar una pieza construida sobre este
tipo de compás. Por ejemplo, los valses están en 3/4, o los minués, pero también el jazz, o
mucha música popular, como en la zamba. Ejemplos:
Les aconsejo fuertemente ver este último video e intentar seguir la partitura junto al audio.
Los compases de 3/4 tienen algo muy lindo, que es cierto efecto de circularidad, lo que los
hace sonar como un poco más volátiles, o dar la sensación de estar flotando (estas son
impresiones subjetivas que pueden variar de acuerdo a cada uno, pero por lo general evocan
esto). Incluso les dejo un análisis de música de videojuegos, que explica cómo el compositor (a
partir de un compás de 3/4) logra generar este ambiente sonoro o alguna reminiscencia:
https://www.youtube.com/watch?v=4L16jweO1rM
En los compases de 2/4 tenemos un tiempo fuerte y uno débil. Muy usado en ritmos
tropicales, en el tango, en las marchas (que como el nombre lo dice, se usaban para -marchar-
caminar-desplazarse hacia x lugares, por eso convenía que tengan un tempo más bien rápido).
Ejemplos:
Y, finalmente llegamos al último compás que nos interesa, el de 6/8. En este se tienen en
cuenta ya no negras, sino corcheas (es decir, dividimos a la mitad una negra y nos quedan dos
corcheas). Acá, es un pulso fuerte (una corchea fuerte) y cinco débiles.
¿Por qué vemos este compás? ¿Por qué la complicamos? Porque se escucha y bastante en
varios géneros que nos circundan: en el blues, en la chacarera, en la música clásica, en varias
músicas populares.
Fuera de estos compases, hay tantísimos otros como las posibilidades lo permitan. Suelen
generar sensación de irregularidad en el cuerpo (de hecho, se los llama “compases
irregulares”) y, ciertamente, son difíciles de bailar porque cuesta sincronizar los acentos con los
desplazamientos. Pero quiero dejarles algunos ejemplos de estos compases que suenan muy
bien dentro de la música popular:
5/4
7/4
Los ejemplos son opcionales, pero para cerrar, vean este video que deja muy claro el asunto:
https://www.youtube.com/watch?v=faBivRMi2LY
Marcos A. Lavallén