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1.

ORIGEN E INICIO DE LA AGRICULTURA


Hace unos 12.000 años la agricultura surgió de forma independiente en distintas
zonas del mundo. Los primeros cultivos y el ganado se domesticaron en seis
áreas más bien dispersas, que incluyen el Oriente Cercano, el sureste de Asia y
África en el Viejo Mundo y Mesoamérica, Suramérica y el nordeste de
Norteamérica, en el Nuevo Mundo.

Azada egipcia
The Trustees of the British Museum (Copyright)

Los orígenes de la agricultura en el Viejo Mundo

En el IV milenio a.C. comenzó a labrarse la tierra en los ondulados campos del


sureste de Turquía, en Irán occidental y el Levante, donde gran variedad de
plantas y animales se prestaban con docilidad a la domesticación. Se han
descubierto tantos sitios en la región, que algunos académicos sugieren que el
Oriente Cercano debe concebirse como una "zona nuclear", debido a que lo que
ocurre en una localidad influye en las demás.
LOS HUMANOS COMENZARON A DOMESTICAR PLANTAS HACE UNOS
12.000 AÑOS

El ser humano comenzó a domesticar plantas hace alrededor de 12.000 años. Es


probable que la primera ganadería ovina y caprina se amansara en zonas
ubicadas al norte y el este de los focos agrícolas donde se domeñaban las
plantas. Hace unos 11.000 años el hombre manipulaba la cebada, el trigo, cabras
y ovejas en el Oriente Cercano; les siguieron los cerdos y las reses hace unos
10.000 años, los guisantes y las lentejas hace 8.000, y las olivas y uvas unos
6.000 años atrás.

La agricultura también se inició en una época muy temprana en los márgenes de


los bosques de África occidental, así como en Etiopía y en la zona de transición
ecológico-climática comprendida entre el desierto del Sáhara y la sabana que se
despliega por su parte sur, denominada Sahel. Las primeras huellas de labranza
en África, de hace alrededor de 6.000 años, provienen de Etiopía, si bien otros
lugares donde también surgió pueden ser de igual antigüedad. Los etíopes
dominaron el café, el mijo africano y el tef. Las gentes del Sahel domesticaron el
sorgo, el mijo perla, el arroz africano y las aves de guinea. En África occidental se
domesticaría el ñame africano, el guisante pinto, la sandía y el aceite de palma.

China y Asia también se distinguieron como antiguas áreas de domesticación en el


Viejo Mundo. En Tailandia y Nueva Guinea se han descubierto pruebas de entre
8.000 y 10.000 años de antigüedad que corroboran la práctica de la labranza.
Hace unos 8.000 años se inició la agricultura en dos zonas de China: las cuencas
de los ríos Amarillo y Wei, en el norte, y el Valle del Yangtzé en el sur. Primero se
domaron el banano, la malanga, los cítricos y la caña de azúcar en el sureste
asiático; mientras que entre las primeras especies chinas domesticadas estuvieron
el mijo grande, el mijo koda, el arroz, la soja y los cerdos; el pollo se amansó en un
área comprendida entre las estribaciones meridionales del Himalaya localizadas
en el norte de la India, el sur de China y el sureste asiático.

Sureste
Cercano Oriente África China
asiático
Mijo africano, mijo Mijo grande,
Granos Cebada y trigo perla, arroz, sorgo y mijo koda, y
tef arroz
Garbanzo, guisante Ñame y guisante Ñame y
Vegetales Soja
y lenteja pinto malanga
Palma datilera, higo Banano y
Frutas Sandía Durazno
y uva cítricos
Aceites Oliva Aceite de palma
Caña de
Otros Lino Café Té
azúcar
Animales Ganado bovino, Aves de guinea Pollo y cerdo Pollo
Sureste
Cercano Oriente África China
asiático
cabra, cerdo y oveja

Dispersión transcontinental de los cultivos del Oriente Cercano

La cultivación del grano del Oriente Cercano se diseminó con rapidez, y hace
alrededor de 8.000 años los cultivos de esa zona ya habían llegado a Grecia,
Egipto, los alrededores del Mar Caspio y Pakistán. Menos de mil años después la
agricultura se explotaba con intensidad en Europa central y hace unos 5.000 años
las comunidades agropecuarias abarcaban las zonas comprendidas desde las
costas de España hasta Inglaterra y Escandinavia.

La mayoría de los primeros cultivos del Oriente Cercano, entre ellos trigo rojo, trigo
escaña, cebada, lentejas, guisantes y lino, viajaron en grupo a través de Europa y
por el camino estimularon la domesticación de otros cultivos. La avena y el lino
iniciaron su recorrido como malezas que acompañaban al conjunto nacido en el
Oriente Cercano, pero luego llegaron a explotarse, y se convirtieron en cultivos
secundarios hacia la época en que arribaron a la península ibérica. Muchos de los
vegetales que se domesticaron hace 5.000 años aparecieron como cultivos
accesorios, entre ellos los de col, cebolla y rábano.

Mapa del Creciente Fértil


Simeon Netchev (CC BY-NC-SA)

La propagación de la agricultura a través del Oriente Medio y Europa pudo


haberse debido a la difusión cultural, en que las nuevas técnicas se transmitían de
pueblo en pueblo por aprendizaje directo; o pudo ser causada por las migraciones,
en las cuales la transferencia estaba asociada al crecimiento de la población y al
entrecruzamiento. El peso de la evidencia apoya la hipótesis de las migraciones,
causantes de una lenta dilución de la concentración original de pueblos agrícolas
del Oriente Cercano en la medida en que sus descendientes se trasladaban hacia
el oeste y se mezclaban en el trayecto con gentes autóctonas.

La difusión de la agricultura por la cuenca mediterránea

La difusión de la agricultura tuvo lugar tanto a través de las masas terrestres como
por la vía de las islas del Mediterráneo.

Recientes hallazgos indican que la expansión por el Mediterráneo de las


economías agrícolas y de productos domesticados se realizó por varias olas de
colonizadores que atravesaban los mares y establecían enclaves agropecuarios
costeros por toda la extensión de la cuenca del Mediterráneo. (Zeder 2008)

Hace entre 10.500 y 9.000 años un grupo de colonos neolíticos que se habían
afincado con firmeza en el continente se establecieron en Chipre. Es probable que
los colonizadores emplearan barcas para traer con ellos la gama completa de
plantas y animales continentales de mayor importancia económica, que incluía
ovejas, cabras, reses y cerdos. Además se han encontrado restos de plantas
domesticadas de trigo de escaña, cebada, trigo rojo y lentejas, así como de
pistacho, lino e higo.

Domesticación del ganado en la antigüedad


Unknown (CC BY-NC-SA)

Este mismo patrón de colonización se repitió por toda la cuenca del Mediterráneo.
Existen indiscutibles evidencias del arribo hace entre 9.000 y 8.000 años de
colonizadores marítimos provenientes del Egeo, que llevaban consigo el paquete
completo de cultivos neolíticos. Los antiguos pioneros de la navegación
establecieron comunidades agropecuarias en las costas de Grecia. El modo de
vida del neolítico se introdujo en la península italiana hace unos 8.000 años de
manos de inmigrantes que atravesaron los mares, quienes fueron los primeros en
establecer poblados agrícolas en la región del "tacón de la bota" conocida como
Apulia. En el sur de Francia se han encontrado huellas de entre 7.700 y 7.600
años de antigüedad de un asentamiento de campesinos que habían abandonado
la parte continental de Italia.

La diseminación en el Océano Índico

Los marineros del Océano Índico transportaron un importante número de cultivos


asiáticos a Madagascar, África oriental e India hacia el segundo milenio a.C., entre
los cuales se encontraban caña de azúcar, cítricos, arroz y ñames asiáticos,
malanga, bananos y plátanos, coco, mango, árbol del pan, y es posible que
algunas especias como jengibre, clavo y cardamomo. A partir de ahí varias de
estas plantas, como higos, caña de azúcar, cítricos, pepinos, bananos y arroz
africano atravesaron el continente hasta África occidental.

Al finalizar el tercer milenio a.C. había emergido una red de intercambio comercial
que vinculaba a la India con el Golfo, en la cual participaban los pueblos costeros
del sur de Arabia y los marinos indios de Gujarati. Poco después se trasladaron
cinco cultivos africanos hasta el sur de Asia: el mijo perla, el sorgo, el guisante
pinto y mijo africano. Con toda probabilidad la transferencia de plantíos se produjo
entre el noreste de África o Yemen, quizá ambos, y la India occidental.

En sentido contrario, desde India hacia África, se transportó una variante asiática
del mijo grande (Panicum miliaceum) de origen chino, que ya desde 2200 a.C.
había iniciado su viaje por las rutas comerciales en dirección oeste. Por esos
tiempos el ganado cebú también pudo haber cruzado desde la India hasta Yemen
y África oriental. El entrecruzamiento de las reses cebú con el ganado africano
engendró híbridos que resultaron importantes para la actividad pecuaria en el este
de África.

ES PROBABLE QUE EL BANANO INDONESIO RECORRIERA EL CAMINO


HACIA INDIA Y ÁFRICA YA EN EL 2.000 A.C.

Hace unos 5.000 años se domesticaron en la India varios cultivos, quizá a causa
del estímulo ocasionado por la introducción de especies provenientes de África y
del sureste asiático. Estas incluían berenjena, pepino, frijol gandul, judía
mungo, pimienta, jengibre, sésamo, algodón (G. arboretum y G. herbaceum), y
arroz (Oryza sativa ssp. Indica)

También se ha comprobado que alrededor del 1.500 a.C. existía un comercio


regular entre la India y la península de Malasia. Es probable que por esa época la
judía mungo (Vigna radiata) y el frijol grande (Macrotyloma uniflorum) se
transfirieran al sureste asiático desde el sur de la India. Puede que el limón y el
mango, árboles frutales oriundos del sureste asiático, llegaran al sur de la India
desde las estribaciones orientales del Himalaya ubicadas en la parte septentrional
del subcontinente, procedentes de Assam, Myanmar y Yunnan.

Es posible que el banano indonesio, junto con el ñame (Dioscorea alata) y la


malanga, se desplazaran hacia India y África ya en el 2.000 a.C. El banano
alcanzó África occidental alrededor del 500 a.C. tras atravesar sotos y bordear la
franja norte de la selva tropical ecuatorial.

Resulta plausible que el pollo llegara por múltiples rutas a África procedente de la
India. La información lingüístico-histórica plantea la ocurrencia de tres
introducciones: dos desde el norte, a través del Sáhara, y una por vía del Océano
Índico y la costa este de África.

Los orígenes de la agricultura en el Nuevo Mundo

Por lo común se acepta que el comienzo de las actividades agrarias en el Nuevo


Mundo se produjo de manera independiente, entre 1.000 y 2.000 años más tarde
que en el Viejo Mundo. Los cultivos suramericanos emergieron en una amplia área
que cubría la mayor parte de las costas y el centro de América del Sur, mientras
los mesoamericanos se concentraban en un núcleo que se extendía desde lo que
hoy es la Ciudad de México hasta Honduras. Además, en el este de Norteamérica
también surgió un núcleo independiente.

En Mesoamérica se domeñó el maíz junto a distintas especies de amaranto,


aguacate, frijol, quenopodiáceas, algodón, pimiento chile, calabaza y ayote. En
América del Sur existían cuatro grandes regiones ecológico-geográficas de
domesticación:

1. Las alturas medias de los Andes centrales (quínoa y amaranto).


2. Las alturas medias y altas de los Andes septentrionales y centrales (papa,
oca, y cañihua).
3. Las tierras bajas de la Amazonia meridional (yuca y maní).
4. Ecuador y noroeste de Perú (frijol común y ayote).

El pavo se amansó en México, entretanto la llama y el conejillo de indias se


domesticaron en Suramérica. Los norteamericanos domesticaron el girasol, saúco
del pantano (iva annua), huauzontle (chenopodium berlandieri) y con toda
probabilidad, de otras especies de ayote.
Mesoamérica América del Sur América del Norte
Huauzontle, girasol y
Amaranto, cañihua,
Granos Amaranto y maíz saúco de los
oca y quínoa
pantanos
Frijoles, pimientos chile,
Yuca, maní, papa,
Vegetales calabazas, ayotes y Ayote
batata, y frijoles
tomates
Mora azul, arándano,
Frutas Aguacate y agave Guayaba, piña y fresa
frambuesa y fresa
Algodón, cacao,
Otros Algodón Tabaco
tabaco, vainilla
Alpaca, llama,
Animales Pavo conejillo de Indias,
pato almizclero

La dispersión de los cultivos del Nuevo Mundo

El conjunto de maíz-frijol-ayote se trasladó de forma gradual desde el núcleo


mesoamericano hacia el norte, y recogió durante la marcha al girasol y a otras
muchas especies nativas, hasta que hace 4.500 años llegó a la región oriental de
Norteamérica, donde se estableció con fuerza. Conocido como "las tres
hermanas", este conjunto desplazó a los cultivos indígenas de huauzontle y saúco
de los pantanos. Se debate aún si los cultivos mesoamericanos se difundieron por
vía de la planicie costera occidental del golfo o a través del sureste americano de
camino al oeste.

Es difícil seguir el movimiento hacia el sur de la mayoría de los cultivos de


Mesoamérica, pero el maíz, al menos, arribó a Centroamérica y a la cuenca
amazónica hace entre 5.000 y 4.000 años. Las plantas suramericanas
domesticadas, entre ellos la papa, el maní, y el frijol lima, habían alcanzado el
norte de México entre 3.000 y 2.000 años atrás, bien por vía de Venezuela y a
través de las islas del Caribe, o por la ruta de América Central, o por ambos
trayectos.
Agricultura azteca
Peter Isotalo (Public Domain)

Intercambio de cultivos entre los continentes: el intercambio


colombino

Hasta hace unos 500 años casi todas las dispersiones se producían en el interior
de los continentes, no entre ellos. La propagación hacia Oceanía partió del sureste
de Asia, pero apenas hubo movimiento entre los hemisferios. Cuando Cristóbal
Colón arribó al Nuevo Mundo en 1492 d.C., los conjuntos de plantas que
sembraban los campesinos de los dos hemisferios eran completamente distintos;
tampoco había grandes animales domésticos en las Américas.

La total homogenización de los cultivos mundiales no comenzó hasta que Colón y


otros exploradores españoles y portugueses retornaron a Europa con papas,
pimientos chiles y maíz de origen mesoamericano; además de tomate, frijol, yuca,
cacao y cacahuetes domesticados en Suramérica. Los colonizadores europeos
intentaron trasplantar al Nuevo Mundo todo el sistema agrícola de Europa. En
Mesoamérica, América Central y la región andina los españoles introdujeron
cebada, garbanzo, pepino, higo, y trigo, domesticados en el Cercano Oriente; caña
de azúcar y cítricos del sureste de Asia; melocotones de China; melones de África,
y col, lechuga, uvas y cebollas del Mediterráneo. En Brasil los portugueses
introdujeron garbanzos, habas, higos y trigo del Cercano Oriente; caña de azúcar
y bananos del sureste de Asia; duraznos de China; sorgo de África, y uvas
procedentes del Mediterráneo.

En la actualidad los pueblos de la Tierra dependen a menudo de cultivos cuya


domesticación original se hizo lejos de sus hogares. Europa y América del Norte
depositan su confianza en una mezcolanza de cultivos oriundos de todas partes
del mundo, que incluyen el trigo y la cebada domeñadas en el Oriente Cercano;
maíz de Mesoamérica; papas de Suramérica, y soja de China. El maíz de
Mesoamérica, la yuca y la batata suramericanas, así como el banano del sureste
asiático han desplazado casi por completo al sorgo, el millo y el ñame originarios
de África. En China, las cosechas de arroz y soja mantienen su importancia, pero
en la actualidad se siembran junto al maíz mesoamericano, la batata y la papa de
Sur América. En suma, en los últimos 500 años se ha logrado poner de cabeza a
la agricultura mundial.

2. LA REVOLUCION DEL NEOLITICO


La Revolución Neolítica o Transición Demográfica Neolítica, a veces
llamada Revolución Agrícola, fue la transición a gran escala de muchas culturas
humanas de un estilo de vida de caza y recolección a uno de agricultura y
asentamiento, permitiendo la capacidad de sustentar una población cada vez más
grande. [1] Estas comunidades asentadas permitieron a los humanos observar y
experimentar con las plantas para aprender cómo crecen y se desarrollan. [2] Estos
nuevos conocimientos y formas condujeron a la domesticación de las plantas. [2]

Los datos arqueológicos indican que la domesticación de diversos tipos de plantas


y animales evolucionó en lugares separados a nivel mundial, comenzando en la
época geológica del Holoceno [3] hace alrededor de 12,500 años. [4] Fue la primera
revolución agrícola históricamente verificable del mundo. La Revolución Neolítica
redujo en gran medida la diversidad de alimentos disponibles, con un cambio a la
agricultura que provocó una recesión en la nutrición humana. [5]
La Revolución Neolítica implicó mucho más que la adopción de un conjunto
limitado de técnicas de producción de alimentos. Durante los próximos milenios
transformaría a los pequeños y móviles grupos de cazadores-recolectores que
hasta ahora habían dominado la prehistoria humana en sociedades sedentarias
(no nómadas) basadas en pueblos y pueblos construidos. Estas sociedades
modificaron radicalmente su entorno natural mediante el cultivo especializado de
cultivos alimentarios (por ejemplo, riego y deforestación), lo que permitió una
amplia producción excedente de alimentos.

Estos desarrollos sirvieron de base para asentamientos densamente poblados,


especialización y división del trabajo, economías comerciales, desarrollo de arte y
arquitectura no portátiles, administraciones centralizadas y estructuras políticas,
ideologías jerárquicas, sistemas de conocimiento despersonalizados (por ejemplo,
escritura ), y la propiedad. La propiedad de la tierra personal y la propiedad
privada condujeron a una sociedad jerárquica, a la lucha de clases y a La primera
manifestación completamente desarrollada de todo el complejo neolítico se ve en
las ciudades sumerias de Oriente Medio (c. 5.500 BP), cuya emergencia también
anunció el inicio de la Edad del Bronce.

La relación de las características neolíticas antes mencionadas con el inicio de la


agricultura, su secuencia de emergencia y la relación empírica entre sí en diversos
sitios neolíticos sigue siendo objeto de debate académico, y varía de un lugar a
otro, en lugar de ser el resultado de leyes universales de evolución social. [6] [7] El
Levante seguido de Mesopotamia son los sitios de los primeros desarrollos de la
Revolución Neolítica desde alrededor del 10,000 a.C. Se ha identificado como
haber “inspirado algunos de los desarrollos más importantes de la historia de la
humanidad incluyendo la invención de la rueda, la siembra de los primeros cultivos
de cereales y el desarrollo de escritura cursiva, matemáticas, astronomía y
agricultura”. [8] [9]

Transición Agropecuaria

Figura7.6.27.6.2 -
Mapa del mundo que muestra los centros aproximados de origen de la agricultura
y su propagación en la prehistoria: la Media Luna Fértil (11.000 BP), las cuencas
de los ríos Yangtze y Amarillo (9.000 BP) y las tierras altas de Nueva Guinea
(9,000—6,000 BP), México Central (5,000—4,000 BP), Norte de América del Sur
(5,000—4, 000 BP), África subsahariana (5,000—4,000 BP, ubicación exacta
desconocida), el este de América del Norte (4,000—3,000 BP). [10]

Figura7.6.37.6.3 - Knap de la granja Howing en un


sitio ocupado de 3,700 a. C. a 2,800 a.C.

El término Revolución Neolítica fue acuñado en 1923 por V. Gordon Childe para


describir la primera de una serie de revoluciones agrícolas en la historia del Medio
Oriente. El periodo se describe como una “revolución” para denotar su
importancia, y la gran significación y grado de cambio que afecta a las
comunidades en las que paulatinamente se adoptaron y perfeccionaron nuevas
prácticas agrícolas.

El inicio de este proceso en diferentes regiones ha sido datado de 10,000 a 8,000


a.C. en la Media Luna Fértil [4] [11] y quizás 8000 a.C en el Sitio Agrícola Temprano
Kuk de Melanesia [12] [13] a 2500 a.C en África Subsahariana, con algunos
considerando el desarrollos de 9000 a 7000 a.C en la Media Luna Fértil para ser
los más importantes. Esta transición en todas partes parece estar asociada con un
cambio de una forma de vida en gran parte nómada de cazadores-recolectores a
otra más asentada, basada en la agricultura, con el inicio de la domesticación de
diversas especies vegetales y animales, dependiendo de las especies disponibles
localmente, y probablemente también influenciada por la cultura local.
Investigaciones arqueológicas recientes sugieren que en algunas regiones como
la península del sudeste asiático, la transición de cazador-recolector a
agriculturalista no fue lineal, sino específica de la región. [14]

Hay varias teorías en competencia (pero no mutuamente excluyentes) en cuanto a


los factores que impulsaron a las poblaciones a tomar la agricultura. Los más
destacados de estos son:

 La teoría del oasis, propuesta originalmente por Raphael Pumpelly en


1908, popularizada por V. Gordon Childe en 1928 y resumida en el libro de
Childe El hombre se hace a sí mismo. [15] Esta teoría sostiene que a medida
que el clima se secaba debido a que las depresiones atlánticas se
desplazaban hacia el norte, las comunidades se contrajeron a oasis donde
fueron forzadas a asociarse estrechamente con los animales, los cuales
luego fueron domesticados junto con la siembra de semillas. Sin embargo,
hoy esta teoría tiene poco apoyo entre los arqueólogos porque los datos
climáticos posteriores sugieren que la región se estaba volviendo más
húmeda en lugar de más seca. [16]
 La hipótesis de los flancos montañosos, propuesta por Robert Braidwood
en 1948, sugiere que la agricultura comenzó en los flancos montañosos de
las montañas Taurus y Zagros, donde el clima no era más seco como
Childe había creído, y la tierra fértil sostenía una variedad de plantas y
animales susceptibles de domesticación. [17]
 El modelo de banquete de Brian Hayden [18] sugiere que la agricultura fue
impulsada por ostentosas demostraciones de poder, como dar fiestas, para
ejercer dominio. Esto requirió ensamblar grandes cantidades de alimentos,
lo que impulsó la tecnología agrícola.
 Las teorías demográficas propuestas por Carl Sauer [19] y adaptadas por
Lewis Binford [20] y Kent Flannery postulan una población cada vez más
sedentaria que se expandió hasta la capacidad de carga del entorno local y
requirió más alimentos de los que se podían reunir. Diversos factores
sociales y económicos ayudaron a impulsar la necesidad de alimentos.
 La teoría evolutiva/intencionalidad, desarrollada por David Rindos [21] y
otros, ve la agricultura como una adaptación evolutiva de plantas y
humanos. Comenzando con la domesticación por protección de plantas
silvestres, condujo a la especialización de la ubicación y luego a la
domesticación completa.
 Peter Richerson, Robert Boyd y Robert Bettinger [22] argumentan el
desarrollo de la agricultura coincidiendo con un clima cada vez más estable
al inicio del Holoceno. El libro de Ronald Wright y Massey Lecture Series A
Short History of Progress [23] popularizaron esta hipótesis.
 El postulado evento de impacto de Younger Dryas, afirmó ser en parte
responsable de la extinción de la megafauna y poner fin al último período
glacial, podría haber proporcionado circunstancias que requirieron la
evolución de las sociedades agrícolas para que la humanidad
sobreviviera. [24] La revolución agraria en sí misma es un reflejo de la
superpoblación típica de ciertas especies después de los eventos iniciales
durante las eras de extinción; esta superpoblación propiamente dicha
propaga en última instancia el evento de extinción.
 Leonid Grinin sostiene que cualesquiera que sean las plantas que se
cultivaron, la invención independiente de la agricultura siempre tuvo lugar
en ambientes naturales especiales (por ejemplo, el sudeste asiático). Se
supone que el cultivo de cereales comenzó en algún lugar del Cercano
Oriente: en las colinas de Palestina o Egipto. Por lo que Grinin data el inicio
de la revolución agrícola dentro del intervalo de 12 mil a 9 mil BP, aunque
en algunos casos las primeras plantas cultivadas o huesos de animales
domesticados son incluso de una edad más antigua de 14 a 15 mil años
atrás. [25]
 Andrew Moore sugirió que la Revolución Neolítica se originó durante largos
períodos de desarrollo en el Levante, posiblemente comenzando durante el
Epipaleolítico. En “Una reevaluación de la revolución neolítica”, Frank Hole
amplió aún más la relación entre la domesticación de plantas y animales.
Sugirió que los eventos podrían haber ocurrido de manera independiente
durante diferentes períodos de tiempo, en lugares aún inexplorados. Señaló
que no se había encontrado ningún sitio de transición que documentara el
cambio de lo que denominó sistemas sociales de retorno inmediato y
retrasado. Señaló que la gama completa de animales domesticados
(cabras, ovinos, bovinos y porcinos) no se encontraron hasta el sexto
milenio en Tell Ramad. Hole concluyó que “se debe prestar mucha atención
en futuras investigaciones a los márgenes occidentales de la cuenca del
Éufrates, tal vez tan al sur como la Península Arábiga, especialmente
donde fluían los wadis que transportaban escurrimientos pluviales del
Pleistoceno”.  [26]

Domesticación de Plantas

Figura7.6.47.6.4 - Muela neolítica para procesar


grano

Una vez que la agricultura comenzó a ganar impulso, la actividad humana resultó
en la reproducción selectiva de pastos de cereales (comenzando con emmer,
einkorn y cebada), y no simplemente de aquellos que favorecerían mayores
rendimientos calóricos a través de semillas más grandes. Las plantas que poseían
rasgos como semillas pequeñas o sabor amargo se habrían visto como
indeseables. Las plantas que rápidamente arrojan sus semillas al momento de la
madurez tendían a no recolectarse en la cosecha, por lo tanto, no se almacenaron
y no sembraron la siguiente temporada; años de cosecha seleccionados por cepas
que conservaron sus semillas comestibles por más tiempo.

Varias especies de plantas, los “cultivos pioneros” o cultivos fundadores neolíticos


fueron nombrados por Daniel Zohary, quien resaltó la importancia de los tres
cereales, y sugiriendo la domesticación de lino, guisante, garbanzo, arveja amarga
y lenteja un poco más tarde. Basado en el análisis de los genes de plantas
domesticadas, prefirió teorías de un solo, o como mucho un número muy pequeño
de eventos de domesticación para cada taxa que se propagaron en un arco desde
el corredor levantino alrededor de la media luna fértil y más tarde a
Europa. [27] [28] Gordon Hillman y Stuart Davies realizaron experimentos con
variedades de trigo silvestre para demostrar que el proceso de domesticación
habría ocurrido en un período relativamente corto de entre veinte y doscientos
años. [29] Algunos de estos intentos pioneros fracasaron al principio y los cultivos
fueron abandonados, a veces para ser retomados y domesticados con éxito miles
de años después: el centeno, probado y abandonado en la Anatolia Neolítica, llegó
a Europa como semillas de maleza y fue domesticado con éxito en Europa, miles
de años después de la primera agricultura. [30] Las lentejas silvestres presentan un
desafío diferente que había que superar: la mayoría de las semillas silvestres no
germinan en el primer año; la primera evidencia de domesticación de lentejas,
rompiendo la latencia en su primer año, se encontró en el Neolítico temprano en
Jerf el Ahmar (en la Siria moderna), y rápidamente se extendió hacia el sur hasta
el sitio Netiv HagDud en el Valle del Jordán. [30] Este proceso de domesticación
permitió a los cultivos fundadores adaptarse y eventualmente hacerse más
grandes, más fáciles de cosechar, más confiables en almacenamiento y más útiles
para la población humana

Figura7.6.57.6.5 - Un elemento de hoja


hociforme “rebanada de naranja” con retoque inverso discontinuo en cada lado, no
denticulado. Se encuentra en grandes cantidades en Qaraoun II y a menudo con
herramientas Neolíticas Pesadas en los talleres de pedernal del Valle de Beqaa en
Líbano. Sugerido por James Mellaart para ser más antiguo que el Neolítico de
Cerámica de Biblos (alrededor de 8,400 cal. BP).

Higos, cebada silvestre y avena silvestre propagados selectivamente se cultivaron


en el sitio neolítico temprano de Gilgal I, donde en 2006 [31] los arqueólogos
encontraron cachés de semillas de cada uno en cantidades demasiado grandes
para ser contabilizadas incluso por recolección intensiva, en estratos datables c.
hace 11 mil años. Algunas de las plantas probadas y luego abandonadas durante
el Neolítico en el Antiguo Cercano Oriente, en sitios como Gilgal, fueron
posteriormente domesticadas con éxito en otras partes del mundo.

Una vez que los primeros agricultores perfeccionaron sus técnicas agrícolas como
el riego, sus cultivos producirían excedentes que necesitaban almacenamiento. La
mayoría de los cazadores-recolectores no podían almacenar fácilmente alimentos
por mucho tiempo debido a su estilo de vida migratorio, mientras que aquellos con
una vivienda sedentaria podían almacenar sus excedentes de grano
Eventualmente se desarrollaron graneros que permitieron a los pueblos almacenar
sus semillas por más tiempo. Entonces con más alimentos, la población se
expandió y las comunidades desarrollaron trabajadores especializados y
herramientas más avanzadas.

El proceso no fue tan lineal como alguna vez se pensó, sino un esfuerzo más
complicado, que fue emprendido por diferentes poblaciones humanas en
diferentes regiones de muchas maneras diferentes.
Agricultura en la Media Luna Fértil

Se cree que la agricultura temprana se originó y se generalizó en el suroeste de


Asia alrededor de 10,000 a 9,000 BP, aunque se han identificado sitios
individuales anteriores. La región de la Media Luna Fértil del suroeste de Asia es
el centro de domesticación de tres cereales (trigo einkorn, trigo emmer y cebada)
cuatro legumbres (lenteja, guisante, arveja amarga y garbanzo) y lino. [32] El clima
mediterráneo consiste en una larga estación seca con un corto periodo de lluvias,
lo que puede haber favorecido a las plantas pequeñas con semillas grandes, como
el trigo y la cebada. La Media Luna Fértil también tenía una gran área de variados
escenarios geográficos y altitudes y esta variedad pudo haber hecho que la
agricultura fuera más rentable para los ex cazadores-recolectores de esta región
en comparación con otras áreas con un clima similar.

Hallazgos de grandes cantidades de semillas y una piedra de molienda en el sitio


paleolítico de Ohalo II en las cercanías del Mar de Galilea, fechados alrededor de
19.400 BP ha mostrado algunas de las primeras pruebas para la planificación
avanzada del consumo de alimentos vegetales y sugiere que los humanos en
Ohalo II procesaron el grano antes consumo. [33] [34] Tell Aswad es el sitio más
antiguo de agricultura con trigo emmer domesticado fechado por Willem van Zeist
y su asistente Johanna Bakker-Heeres al 8800 a.C. [35] [36] Poco después llegó
descascarada, cebada de dos hileras encontrada domesticada más temprano en
Jericó en el valle del Jordán e Irak ed-Dubb en Jordania. [37] Otros sitios en el
corredor levantino que muestran la primera evidencia de agricultura incluyen Wadi
Faynan 16 y Netiv Hagdud. [4] Jacques Cauvin señaló que los colonos de Aswad
no domesticaron en el lugar, sino que “llegaron, quizás del vecino AntiLíbano, ya
equipados con la semilla para plantar”. [38] La cultura Qaraoun del Neolítico Pesado
se ha identificado en alrededor de cincuenta sitios en Líbano alrededor de los
manantiales de origen del río Jordán, sin embargo, la datación de la cultura nunca
se ha determinado de manera confiable. [39] [40]

Agricultura en China

El norte de China parece haber sido el centro de domesticación de mijo cola de


zorro (Setaria italica) y mijo escoba (Panicum miliaceum) con evidencia de
domesticación de estas especies hace aproximadamente 8,000 años. [41] Estas
especies fueron posteriormente ampliamente cultivadas en la cuenca del río
Amarillo (hace 7,500 años). [41] El arroz fue domesticado en el sur de China más
tarde. [41] La soja fue domesticada en el norte de China hace 4500 años. [42] El
naranja y el durazno también se originaron en China. Se cultivaron alrededor del
2500 a.C. [43] [44]
Agricultura en Europa

Figura7.6.67.6.6 - Labranza con ganado gris


húngaro

La fértil Cuenca de los Cárpatos fue el lugar donde los europeos sobrevivieron a la
Edad de Hielo. El territorio entre el Danubio y los ríos Tisza fue la potencia del
conocimiento agrícola.

Agricultura en África

En el continente africano, se han identificado tres áreas como agricultura de


desarrollo independiente: el altiplano etíope, el Sahel y África occidental. [45] Por el
contrario, se cree que la agricultura en el valle del río Nilo se desarrolló a partir de
la Revolución Neolítica original en la Media Luna Fértil. Muchas piedras de
molienda se encuentran con las primeras culturas egipcias sebilianas y mechianas
y se ha encontrado evidencia de una economía neolítica basada en cultivos
domesticados que data de alrededor de 7.000 BP. [46] [47] A diferencia de Oriente
Medio, esta evidencia aparece como un “falso amanecer” para la agricultura, ya
que los sitios fueron posteriormente abandonados, y la agricultura permanente se
retrasó entonces hasta 6,500 BP con las culturas tasianas y badarias y la llegada
de cultivos y animales del Cercano Oriente.

Los plátanos y los plátanos, que se domesticaron por primera vez en el sudeste
asiático, muy probablemente Papúa Nueva Guinea, fueron re-domesticados en
África posiblemente hace 5.000 años. También se cultivaron ñames asiáticos y
taro en África. [45]

El cultivo más famoso domesticado en las tierras altas etíopes es el café. Además,
también se domesticaron khat, ensete, noog, teff y mijo dedo en las tierras altas
etíopes. Los cultivos domesticados en la región del Sahel incluyen orgo y mijo
perlado. La nuez de cola se domesticó por primera vez en África Occidental. Otros
cultivos domesticados en África Occidental incluyen el arroz africano, el ñame y la
palma aceitera. [45]

La agricultura se extendió a África Central y Austral en la expansión bantú durante


el primer milenio antes de Cristo al 1er milenio d.C.
Agricultura en las Américas

El maíz (maíz), el frijol y la calabaza estuvieron entre los primeros cultivos


domesticados en Mesoamérica, con maíz comenzando alrededor del 7500 a.C.,
calabaza, ya entre 8000 y 6000 a.C y frijol a más tardar en 4000 a.C. Las papas y
la mandioca se domesticaron en América del Sur. En lo que hoy es el este de
Estados Unidos, los nativos americanos domesticaron el girasol, la sumpweed y la
pata de gallina alrededor del 2500 a.C. En la cueva de Guilá Naquitz, en el
altiplano mexicano, se recuperaron fragmentos de polen de maíz, calabaza de
botella y calabaza pepo y datados de diversas maneras entre 8000 y 7000 a.C. En
esta zona del mundo la gente confió en la caza y recolección durante varios
milenios por venir. La vida sedentaria de aldea basada en la agricultura no se
desarrolló hasta el segundo milenio antes de Cristo, denominado periodo
formativo. [48]

Agricultura en Nueva Guinea

Evidencia de acequias de drenaje en el pantano de Kuk en las fronteras de las


tierras altas occidentales y meridionales de Papúa Nueva Guinea muestra
evidencia del cultivo de taro y una variedad de otros cultivos, que se remontan a
11,000 BP. Dos especies económicas potencialmente significativas, el taro
(Colocasia esculenta) y el ñame (Dioscorea sp.), han sido identificadas que datan
por lo menos de 10,200 años calibrados antes del presente (cal BP). Otras
evidencias de banano y caña de azúcar datan de 6,950 a 6,440 BP. Esto estaba
en los límites altitudinales de estos cultivos, y se ha sugerido que el cultivo en
rangos más favorables en las tierras bajas puede haber sido incluso antes. CSIRO
ha encontrado evidencia de que el taro se introdujo en las Salomón para uso
humano, desde hace 28 mil años, lo que hace que el cultivo de taro sea el cultivo
más temprano del mundo. [49] [50] Parece haber resultado en la propagación de las
lenguas transNueva Guinea desde el este de Nueva Guinea hacia las Islas
Salomón y hacia el oeste hasta Timor y áreas adyacentes de Indonesia. Esto
parece confirmar las teorías de Carl Sauer quien, en “Agricultural Origins and
Dispersals”, sugirió ya en 1952 que esta región era un centro de agricultura
temprana.

Domesticación de animales

Cuando la recolección de cazadores-recolección comenzó a ser reemplazada por


la producción sedentaria de alimentos se volvió más rentable mantener a los
animales a la mano. Por lo tanto, se hizo necesario llevar animales de forma
permanente a sus asentamientos, aunque en muchos casos hubo una distinción
entre agricultores relativamente sedentarios y pastores nómadas. El tamaño, el
temperamento, la dieta, los patrones de apareamiento y la esperanza de vida de
los animales fueron factores en el deseo y éxito en la domesticación de animales.
Los animales que proporcionaban leche, como vacas y cabras, ofrecían una
fuente de proteína que era renovable y por lo tanto bastante valiosa. También se
tuvo que tomar en cuenta la capacidad del animal como trabajador (por ejemplo,
arar o remolcar), así como fuente de alimento. Además de ser una fuente directa
de alimento, ciertos animales podrían proporcionar cuero, lana, cueros y
fertilizantes. Algunos de los primeros animales domesticados incluyeron perros
(Asia Oriental, hace unos 15 mil años), [51] ovejas, cabras, vacas y cerdos.

Domesticación de animales en el Medio Oriente

Figura7.6.77.6.7 - Caravana dromedaria de


camellos en Argelia

El Medio Oriente sirvió como fuente de muchos animales que podían ser
domesticados, como ovejas, cabras y cerdos. Esta zona también fue la primera
región en domesticar el camello dromedario. Henri Fleisch descubrió y denominó
la industria del pedernal del Neolítico Shepherd del valle de Bekaa en Líbano y
sugirió que podría haber sido utilizada por los primeros pastores nómadas. Fechó
esta industria con el Neolítico Epipaleolítico o Prealfarero ya que evidentemente
no es Paleolítico, Mesolítico o incluso Neolítico Alfarero. [40] [52] La presencia de
estos animales le dio a la región una gran ventaja en el desarrollo cultural y
económico. A medida que el clima en el Medio Oriente cambió y se volvió más
seco, muchos de los agricultores se vieron obligados a irse, llevándose consigo
sus animales domesticados. Fue esta emigración masiva del Medio Oriente la que
luego ayudaría a distribuir estos animales al resto de Afroeurasia. Esta emigración
se realizó principalmente en un eje este-oeste de climas similares, ya que los
cultivos suelen tener un estrecho rango climático óptimo fuera del cual no pueden
crecer por razones de cambios de luz o lluvia. Por ejemplo, el trigo normalmente
no crece en climas tropicales, al igual que los cultivos tropicales como el banano
no crecen en climas más fríos. Algunos autores, como Jared Diamond, han
postulado que este eje Este-Oeste es la razón principal por la que la
domesticación de plantas y animales se extendió tan rápidamente desde la Media
Luna Fértil hasta el resto de Eurasia y África del Norte, mientras que no llegó a
través del eje Norte-Sur de África para llegar a los climas mediterráneos de
Sudáfrica, donde los cultivos templados fueron importados con éxito por barcos en
los últimos 500 años. [53] Del mismo modo, el Cebú africano de África central y los
bovinos domesticados de la media luna fértil —separados por el desierto seco del
Sahara— no fueron introducidos en la región del otro.
Consecuencia

Cambio Social

Desde hace tiempo se da por sentado que la introducción de la agricultura había


sido un avance inequívoco. Esto se cuestiona ahora en vista de los hallazgos de
arqueólogos y paleopatólogos que muestran que los estándares nutricionales de
las poblaciones neolíticas fueron generalmente inferiores a los de los cazadores-
recolectores, y que su esperanza de vida también puede haber sido más corta, en
parte debido a enfermedades y trabajo más duro —cazador- los recolectores
deben haber cubierto sus necesidades alimentarias con unas 20 horas de trabajo
a la semana, mientras que la agricultura requería mucho más y era al menos igual
de incierta. La dieta de los cazadores-recolectores era más variada y equilibrada
de lo que la agricultura permitió posteriormente. La estatura promedio bajó de
5'10” (178 cm) para los hombres y 5'6″ (168 cm) para las mujeres a 5'5″ (165 cm) y
5'1″ (155 cm), respectivamente, y tardó hasta el siglo XX para que la estatura
media humana volviera a los niveles preneolíticos de la Revolución. [54] Los
agricultores presentaron más anemias y carencias vitamínicas, más
deformaciones espinales y más patologías dentales. [55]

Sin embargo, la disminución de la nutrición individual estuvo acompañada de un


incremento en la población.

La visión tradicional es que la producción agroalimentaria sustentaba una


población más densa, que a su vez apoyaba comunidades sedentarias más
grandes, la acumulación de bienes y herramientas, y la especialización en
diversas formas de nueva mano de obra. El desarrollo de sociedades más grandes
condujo al desarrollo de diferentes medios de toma de decisiones y a la
organización gubernamental. Los excedentes alimentarios hicieron posible el
desarrollo de una élite social que de otra manera no se dedicaba a la agricultura,
la industria o el comercio, sino que dominaba sus comunidades por otros medios y
monopolizaba la toma de decisiones. [56] Jared Diamond (en El mundo hasta ayer)
identifica que la disponibilidad de leche y/o granos de cereales permite a las
madres criar simultáneamente a un hijo mayor (por ejemplo, de 3 o 4 años) y un
niño menor, mientras que esto no era posible anteriormente. El resultado es que
una población puede aumentar significativamente más rápidamente su tamaño de
lo que de otra manera sería el caso, si los recursos lo permiten.

Análisis recientes señalan que la agricultura también provocó profundas divisiones


sociales y en particular fomentó la desigualdad entre los sexos. [57]
Revoluciones posteriores

Figura7.6.87.6.8 - Vaca domesticada ordeñada en


el Antiguo Egipto.

Andrew Sherratt ha argumentado que siguiendo la Revolución Neolítica fue una


segunda fase de descubrimiento a la que se refiere como la revolución de los
productos secundarios. Los animales, al parecer, fueron domesticados por primera
vez puramente como fuente de carne. [58] La Revolución de Productos Secundarios
ocurrió cuando se reconoció que los animales también proporcionaban una serie
de otros productos útiles. Estos incluyeron:

 cueros y pieles (de animales no domesticados)


 estiércol para acondicionamiento del suelo (de todos los animales
domesticados)
 lana (de ovejas, llamas, alpacas y cabras angora)
 leche (de caprinos, bovinos, yaks, ovejas, caballos y camellos)
 tracción (de bueyes, onagers, burros, caballos, camellos y perros)
 asistencia de guarda y pastoreo (perros)

Sherratt sostiene que esta fase en el desarrollo agrícola permitió a los humanos
hacer uso de las posibilidades energéticas de sus animales de nuevas maneras, y
permitió la agricultura intensiva permanente de subsistencia y la producción de
cultivos, y la apertura de suelos más pesados para la agricultura. También hizo
posible el pastoreo nómada en zonas semiáridas, a lo largo de los márgenes de
los desiertos, y finalmente condujo a la domesticación tanto del dromedario como
del camello bactriano. El sobrepastoreo de estas áreas, particularmente por
rebaños de cabras, extendió en gran medida la extensión de la superficie de los
desiertos. Vivir en un solo lugar habría permitido más fácilmente la acumulación de
posesiones personales y un apego a ciertas áreas de tierra. Desde tal posición, se
argumenta, las personas prehistóricas pudieron almacenar alimentos para
sobrevivir a tiempos de escasez y comerciar excedentes no deseados con otros.
Una vez establecido el comercio y un suministro seguro de alimentos, las
poblaciones podrían crecer, y la sociedad se habría diversificado hacia
productores de alimentos y artesanos, que podrían darse el lujo de desarrollar su
comercio en virtud del tiempo libre que disfrutaban debido a un excedente de
alimentos. Los artesanos, a su vez, pudieron desarrollar tecnología como las
armas metálicas. Tal complejidad relativa habría requerido alguna forma de
organización social para trabajar de manera eficiente, por lo que es probable que
las poblaciones que tenían tal organización, tal vez como la proporcionada por la
religión, estuvieran mejor preparadas y más exitosas. Además, las poblaciones
más densas podrían formar y apoyar legiones de soldados profesionales. Además,
durante este tiempo la propiedad se volvió cada vez más importante para todas las
personas. En última instancia, Childe argumentó que esta creciente complejidad
social, toda arraigada en la decisión original de asentarse, condujo a una segunda
Revolución Urbana en la que se construyeron las primeras ciudades.

Enfermedad

Figura7.6.97.6.9 - Llama con vista a las ruinas de la ciudad


inca de Machu Picchu.

A lo largo del desarrollo de las sociedades sedentarias, la enfermedad se propagó


más rápidamente que durante la época en que existían las sociedades de
cazadores-recolectores. Las prácticas sanitarias inadecuadas y la domesticación
de animales pueden explicar el aumento de muertes y enfermedades tras la
Revolución Neolítica, ya que las enfermedades saltaron del animal a la población
humana. Algunos ejemplos de enfermedades que se propagan de animales a
humanos son la influenza, la viruela y el sarampión. [59] En concordancia con un
proceso de selección natural, los humanos que primero domesticaron a los
grandes mamíferos rápidamente construyeron inmunidades a las enfermedades
ya que dentro de cada generación los individuos con mejores inmunidades tenían
mejores posibilidades de supervivencia. En sus aproximadamente 10 mil años de
proximidad compartida con animales, como vacas, euroasiáticos y africanos se
volvieron más resistentes a esas enfermedades en comparación con las
poblaciones indígenas encontradas fuera de Eurasia y África. [60] Por ejemplo, la
población de la mayoría del Caribe y varias islas del Pacífico ha sido
completamente aniquilada por enfermedades. El 90% o más de muchas
poblaciones de las Américas fueron aniquiladas por enfermedades europeas y
africanas antes de que se registrara el contacto con exploradores o colonos
europeos. Algunas culturas como el Imperio Inca sí tenían un gran mamífero
doméstico, la llama, pero la leche de llama no se bebía, ni las llamas vivían en un
espacio cerrado con los humanos, por lo que el riesgo de contagio era limitado.
Según investigaciones bioarqueológicas, los efectos de la agricultura en la salud
física y dental en las sociedades arrozícolas del sudeste asiático de 4000 a 1500
B.P. no fueron perjudiciales en la misma medida que en otras regiones del
mundo. [61]

Tecnología

Durante y después de la Era del Descubrimiento, exploradores europeos, como


los conquistadores españoles, se encontraron con otros grupos de personas que
nunca o solo recientemente habían adoptado la agricultura. En su libro Guns,
Germs, and Steel, Jared Diamond argumenta que los europeos y los asiáticos
orientales se beneficiaron de una ventaja ubicación geográfica que les otorgó una
salida de cabeza en la Revolución Neolítica. Ambos compartían el clima templado
ideal para los primeros entornos agrícolas, ambos estaban cerca de una serie de
especies de plantas y animales fácilmente domesticables, y ambas estaban más
seguras de los ataques de otras personas que las civilizaciones en la parte media
del continente euroasiático. Al estar entre las primeras en adoptar la agricultura y
los estilos de vida sedentarios, y vecinas a otras sociedades agrícolas tempranas
con las que podían competir y comerciar, tanto europeos como asiáticos orientales
también estuvieron entre los primeros en beneficiarse de tecnologías como las
armas de fuego y las espadas de acero. Además, desarrollaron resistencias a
enfermedades infecciosas, como la viruela, debido a su estrecha relación con
animales domesticados. Grupos de personas que no habían vivido cerca de otros
grandes mamíferos, como los aborígenes australianos y los pueblos indígenas
estadounidenses, eran más vulnerables a la infección y en gran parte aniquilados
por enfermedades.

Arqueogenética

La dispersión de la cultura neolítica del Medio Oriente se ha asociado


recientemente con la distribución de marcadores genéticos humanos. En Europa,
la difusión de la cultura neolítica se ha asociado con la distribución de los linajes
E1b1b y Haplogrupo J que se cree que llegaron a Europa desde el norte de África
y el Cercano Oriente respectivamente. [62] [63] En África, la propagación de la
agricultura, y notablemente la expansión bantú, se asocia con la dispersión del
haplogrupo E1B1a del cromosoma Y de África Occidental. [62]
3. AGRICULTURA AMERICANA
Datos principales

Inicio 
1600DC

Fin 
1800DC

Rango 
1600DC to 1800DC

Periodo 
América colonial

Lugar 
América

Las primeras prácticas agrícolas se desarrollaron en América hace unos 10.000


años, según un estudio dirigido por la Universidad Vanderbilt en Nashville
(Estados Unidos) y que esta semana publica la revista 'Science'. La investigación
muestra que los cultivos del chayote, un tipo de calabaza pequeña, los
cacahuetes y el algodón comenzaron en los Andes hace 10.000, 8.500 y 6.000
años respectivamente.

El chayote, un tipo de calabaza pequeña, constituyó uno de los primeros cultivos


en tierras americanas y el estudio sugiere que su cultivo comenzó en las
montañas de los Andes en Perú, seguido después por el cultivo de cacahuetes y
algodón.

Las primeras evidencias de agricultura en el Nuevo Mundo han sido escasas


aunque investigaciones previas han mostrado que los agricultores de los Andes
cultivaban chayote, algodón y diversos tipos de cosechas hace 5.000 años.

Ahora, fósiles de reciente aparición con dataciones de radiocarbono nuevas y


revisadas de un lugar al norte de Perú indican que el cultivo de chayote comenzó
hace 10.000 años, seguido por el cultivo de cacahuetes hace 8.500 años y el de
algodón hace 6.000 años.
Estas evidencias indican que las primera prácticas agrícolas se desarrollaron en
los Andes hace alrededor de 10.000 años, prácticamente al mismo tiempo que
en el Viejo Mundo.

Los nuevos datos proceden de restos de plantas fosilizadas recuperadas de


suelos de casas protegidos y restos de fuego en lugares de enterramiento en las
laderas occidentales de los Andes peruanos del norte.

Desarrollo

Pese a la espectacularidad de las cifras de producción minera, y pese a que la


situación colonial condujo a que esa fuera la principal especialización económica
de las Indias, la economía americana siguió siendo, como antes de la llegada de
los españoles, fundamentalmente agraria, aunque conocerá importantes
transformaciones. La primera afecta a la misma propiedad de la tierra, que, como
la de las minas y todos los bienes raíces, corresponde a la Corona, que reconoció
los derechos de los indígenas a sus tierras comunales y reguló el acceso a la
tenencia de tierras por parte de los españoles. La fórmula legal era la donación o
merced de tierras, prerrogativa exclusiva del monarca o sus representantes
autorizados, sin la cual la ocupación era mera usurpación. En el siglo XVI, la
ocupación de la tierra sin título legal fue la práctica más común para extender la
propiedad, ya sea por apropiación de terrenos baldíos (pertenecientes a la
Corona) o por compra o usurpación a los indígenas. Este primer proceso de
ocupación desordenada acabó siendo institucionalizado por la Corona, que entre
1591 y 1615 dictó nuevos procedimientos para la adquisición de tierras. Lo más
importante fue la ordenanza de 1591, según la cual todas las tierras poseídas de
forma irregular pudieron legalizarse mediante el procedimiento de la composición,
que sólo requería un cierto trámite burocrático y el pago de una cantidad de
dinero, a modo de multa. El sistema de la composición de tierras permitió que a lo
largo del siglo XVII se regularizara la posesión de la mayoría de las grandes
haciendas agrícolas y estancias ganaderas, que en el siglo XVIII evolucionan
hasta convertirse en una misma unidad de producción: haciendas de tipo mixto
agropecuario.

El proceso de expansión de la hacienda se hace muchas veces de forma ilegal, y


con relativa frecuencia se repiten órdenes que tratan de legalizar los títulos de
propiedad; así, en 1754 una real instrucción declara automáticamente válidos los
títulos sin confirmar anteriores a 1700, facilitando la legalización de los posteriores
a esa fecha. En cuanto a las dimensiones de los lotes, variaron con el tiempo. Al
principio una caballería (parcela correspondiente a un conquistador que hubiera
combatido a caballo) equivalía a seis peonías (parcela del combatiente a pie) y
tenía unas seis hectáreas. A partir de 1536, el virrey Mendoza establece que una
caballería de tierra cultivable equivalía a 41 hectáreas; una estancia de ganado
mayor, 1.749 hectáreas (una legua cuadrada) y una estancia de ganado menor,
770 hectáreas. En Nueva España, entre 1540 y 1620, por medio del sistema de
concesión de mercedes, se repartieron 12.742 caballerías de tierras cultivables a
los españoles y mil a los indígenas, representando en total unas 600.000
hectáreas. Pero a partir de estas concesiones, se produce un fenómeno de
concentración de la propiedad que da lugar a la aparición de los grandes
latifundios, con dos modalidades fundamentales: la hacienda (unidad mixta
agropecuaria, de carácter autárquico, con mano de obra india o mestiza) y la
plantación (dedicada al cultivo de productos tropicales de exportación, con mano
de obra esclava).

Por lo que se refiere al desarrollo agrícola, se ve enriquecido ya en los años


inmediatos a la conquista por la introducción de cultivos europeos considerados
esenciales para los españoles (el trigo, la vid, el olivo ciertos cítricos, hortalizas, la
caña de azúcar), la difusión de cultivos autóctonos de unas regiones a otras (el
cacao, la papa), y la introducción de técnicas de cultivo españolas, como el arado
y las yuntas. Los cultivos básicos indígenas siguieron siendo los mismos,
especialmente el maíz, el grano sagrado de América, que seguirá siendo el
elemento esencial de la dieta indígena, así como la papa, el frijol, el chile, la
calabaza. Casi todos estos alimentos serán también consumidos por
los españoles y criollos, primero por necesidad ante la falta de alimentos
europeos, y luego por adaptación. Cultivos importantes serán también, en México,
el maguey, del que se extraía el pulque, bebida muy apreciada por los indígenas, y
en Perú y Charcas la coca, usada como estimulante.
De los cultivos europeos, sin duda el trigo es el que alcanza una más amplia
difusión, en especial en Puebla-Tlaxcala y El Bajío (Nueva España), Lima, Chile,
Cuyo y Tucumán. La vid y el olivo se aclimatan sobre todo en el sur de Perú,
comarcas de Chile y en Mendoza (Cuyo), logrando mantenerse pese a
limitaciones y prohibiciones encaminadas a evitar su competencia con el vino y
aceite peninsulares. Pero junto con los cultivos destinados al mercado interno, se
producen otros para el mercado europeo, que a partir de mediados del siglo XVI
empezaron a explotarse a escala comercial.
La agricultura de exportación se basa esencialmente en cinco cultivos, tres
autóctonos y dos importados: caña de azúcar, cacao, tabaco, café y añil. La caña
de azúcar, llevada desde Canarias, se introdujo muy pronto y logró una rápida
expansión en las Antillas (en Cuba acabará siendo el producto económico básico)
y también, aunque destinada al consumo interno, en Nueva España y Perú.
El cacao, que había tenido un gran consumo en la América prehispánica, lo
seguirá teniendo en la América colonial -sobre todo en México- y se difundirá
también a Europa; las principales zonas productoras son Soconusco (Guatemala)
y, sobre todo, Venezuela y Guayaquil; en el siglo XVIII el cacao tendrá tal
demanda que justificará la creación en 1728 de la Compañía Guipuzcoana de
Caracas, para monopolizar la producción venezolana. El tabaco también acabará
siendo aceptado en Europa, cultivándose en Barinas (Venezuela), y en diversos
lugares para autoconsumo, pero donde se desarrolló hasta el punto de ser
producto de exportación fue en Cuba; en el siglo XVIII la Corona implanta el
estanco del tabaco, controlando la producción y monopolizando la distribución y
fábrica de cigarros. El café fue introducido en América en el siglo XVIII,
adquiriendo importancia económica en Cuba, Puerto Rico, Costa Rica y
Venezuela. En cuanto al índigo o añil (colorante vegetal), fue la base de la
economía centroamericana, sustituyendo al cacao como principal producto de
exportación.

Por último, la ganadería constituye, junto con la minería, el sector económico que
más fuerte impacto recibió con la colonización española, pues era prácticamente
inexistente en América (con la excepción de las llamas y demás camélidos
andinos). La expansión y multiplicación del ganado, así como la introducción de
las técnicas españolas de pastoreo (utilización común de los pastos, montes y
baldíos) supuso un violento cambio en la fauna original americana y el uso de la
tierra, particularmente en áreas densamente pobladas por agricultores indígenas
tradicionales: el ganado invadió y destrozó los cultivos abiertos de los indios,
transformando tierras de cultivo en campos de pastoreo. La introducción de
especies domésticas europeas, que en América se desarrollan rápidamente
(ganado mayor -vacuno, caballar y mular-, ganado menor -lanar, caprino- y de
cerda, aves de corral, etcétera), supone una impresionante transmigración de
especies, que altera sustancialmente el medio americano. Aunque será una
actividad extendida a todas las Indias, la ganadería tiene especial arraigo en tres
grandes áreas: occidente y norte de Nueva España (desde Jalisco a Texas);
llanuras del interior de Venezuela y cuenca del Río de la Plata (incluída la zona
septentrional de la Pampa). Allí con la actividad ganadera se crea un tipo humano
peculiar, el hombre a caballo, el vaquero, que hasta hoy se considera
representativo del respectivo país: el charro mexicano, el llanero venezolano, el
gaucho argentino.
4.Impacto de la Agricultura Europea en América y África:
Especies Nativas e Introducidas
Introducción
La agricultura europea ha tenido un impacto significativo en América y África a lo
largo de la historia, especialmente en lo que respecta a las especies de plantas y
animales, tanto nativas como perdidas. La de los colonizadores europeos a estos
continentes durante los siglos XV y XVI trajo consigo una serie de cambios en los
sistemas agrícolas, la introducción de nuevas especies de cultivo y la llegada de
los ecosistemas naturales. El objetivo de este informe es analizar el impacto de la
agricultura europea en América y África, tanto en las especies nativas como en las
adquiridas, basándonos en la bibliografía disponible y los estudios científicos
realizados en el tema.
Metodología:
Se llevó a cabo una revisión exhaustiva de la literatura científica y académica
disponible sobre el impacto de la agricultura europea en América y África, con un
enfoque en las especies de plantas y animales. Se recopilaron datos de diversas
fuentes, como libros, artículos de revistas científicas, informes técnicos y estudios
arqueológicos. Se realizó un análisis crítico y una síntesis de los datos obtenidos
para obtener una visión integral del tema.
Revisión de la Literatura:
El impacto de la agricultura europea en América y África ha sido ampliamente
estudiado y documentado en la literatura científica. A continuación se presentan
algunas de las principales conclusiones y conclusiones basadas en la revisión de
la bibliografía disponible:
Impacto en América:
La llegada de los colonizadores europeos a América tuvo un profundo impacto en
los sistemas agrícolas y las especies de plantas y animales nativos. Los europeos
introdujeron nuevas especies de cultivo, como trigo, cebada, caña de azúcar y
uvas, que se adaptaron y se desarrollaron en cultivos importantes en la agricultura
americana (Crosby, 1972). Sin embargo, también se introdujeron especies
exóticas invasoras, como el pasto kikuyu (Pennisetum clandestinum) y la
zarzamora (Rubus sp.), que compitieron con las especies nativas y alteraron los
ecosistemas naturales (Crosby, 1986).
La introducción de ganado europeo, como vacas, caballos y cerdos, también tuvo
un gran impacto en la agricultura americana. Los animales europeos alteraron los
ecosistemas naturales, cambiando los patrones de pastoreo y la estructura de la
vegetación (Denevan, 1992). Además, las enfermedades transmitidas por los
animales europeos, como la viruela y la influenza, diezmaron a las poblaciones
indígenas americanas, provocando cambios demográficos y culturales
significativos (Crosby, 1972).
Impacto en África:
Los cultivos europeos introducidos en África tuvieron un impacto significativo en la
agricultura local y en las especies de plantas y animales nativos. Los cultivos
comerciales, como el algodón, el café, el té y la caña de azúcar, se cultivaron en
grandes plantaciones y desplazaron a los cultivos locales de subsistencia, lo que
afectó la seguridad alimentaria y la economía de las comunidades locales (Altieri y
Nicholls , 2005).
La introducción de especies exóticas también tuvo un impacto significativo en los
ecosistemas naturales de África. Por ejemplo, la acacia australiana (Acacia
saligna) fue utilizada en Sudáfrica como una especie de cortina forestal, pero se
convirtió en una especie invasora y desplazó a las especies de plantas nativas
(Novoa et al., 2014). De manera similar, la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus)
fue desechada como una especie de pesca comercial, pero se convirtió en una
especie invasora y alteró los ecosistemas acuáticos (Getahun, 2007).
Conclusiones:
La agricultura europea ha tenido un impacto significativo en América y África en
términos de especies nativas e usadas. La introducción de nuevas especies de
cultivo y animales ha sido beneficiosa para la producción agrícola y la economía,
pero también ha afectado a los ecosistemas naturales y las especies de plantas y
animales nativos. La introducción de especies exóticas invasoras ha sido
especialmente dañina para la biodiversidad y el equilibrio ecológico. En resumen,
es importante considerar el impacto de la agricultura europea en América y África
en la toma de decisiones actuales y futuras sobre la agricultura y la conservación
de la biodiversidad.
5.EL MEDIO AGRICOLA
Sistemas agrícolas en el mundo.
La agricultura es una de las actividades más antiguas de la humanidad, y ha
evolucionado y se ha adaptado a las diferentes condiciones y necesidades de las
comunidades a lo largo del tiempo. En la actualidad, existen diversos sistemas
agrícolas en todo el mundo, desde la agricultura de subsistencia en pequeñas
parcelas hasta la agricultura industrializada a gran escala. A continuación, se
presentan algunos de los principales sistemas agrícolas y su relevancia en
diferentes regiones del mundo.

1.agricultura de subsistencia
La agricultura de subsistencia es aquella en la que las familias producen su propio
alimento para satisfacer sus necesidades básicas de consumo. Este sistema
agrícola se practica en áreas rurales y en pequeñas parcelas de tierra, y se basa
en técnicas agrícolas tradicionales. Este sistema agrícola es común en países de
África, Asia y América Latina, y representa una fuente importante de alimentos
para millones de personas en todo el mundo.

2.agricultura industrializada
La agricultura industrializada es un sistema agrícola que se caracteriza por el uso
de maquinaria y tecnología avanzada para producir alimentos a gran escala. Este
sistema agrícola se practica principalmente en países desarrollados, y ha
permitido aumentar la producción de alimentos a una escala sin precedentes. Sin
embargo, la agricultura industrializada también ha generado problemas
ambientales y sociales, como la contaminación del suelo y del agua, la pérdida de
biodiversidad y la explotación laboral.

3.agricultura sostenible
La agricultura sostenible es un sistema agrícola que se centra en la producción de
alimentos saludables y en la protección del medio ambiente. Este sistema agrícola
se basa en prácticas agrícolas que mantienen la salud del suelo y de los
ecosistemas, y promueven la biodiversidad. La agricultura sostenible se practica
en todo el mundo, y ha ganado importancia en los últimos años debido a la
creciente conciencia sobre la importancia de la protección del medio ambiente.

4.Agroforesteria
La agroforestería es un sistema agrícola que combina la producción de alimentos
con la gestión de árboles y bosques. Este sistema agrícola se basa en la
integración de cultivos, árboles y pastos en la misma parcela de tierra, lo que
permite obtener beneficios económicos y ambientales. La agroforestería se
practica en todo el mundo, y es especialmente relevante en áreas tropicales y
subtropicales.
5.permacultura
La permacultura es un sistema agrícola que se basa en la creación de
ecosistemas sostenibles y autosuficientes. Este sistema agrícola se basa en la
observación de los patrones naturales y en la aplicación de técnicas agrícolas que
imitan los ecosistemas naturales. La permacultura se practica en todo el mundo, y
es especialmente relevante en comunidades rurales y urbanas que buscan formas
más sostenibles de producción de alimentos

La agricultura en el contexto socio-económico boliviano


Introducción: La agricultura es uno de los pilares más importantes de la economía
boliviana, siendo el principal sector productivo y empleador del país. A lo largo de
la historia, la agricultura ha sido el motor del desarrollo económico y social en
Bolivia, siendo la principal fuente de ingresos para la población rural. Sin embargo,
la agricultura en Bolivia enfrenta diversos desafíos en el contexto socioeconómico
actual, como la pobreza, la inseguridad alimentaria, la falta de acceso a
tecnologías y recursos, la deforestación y el cambio climático.
Desarrollo: El sector agrícola boliviano se caracteriza por una gran diversidad de
cultivos, desde los tradicionales como la papa y el maíz, hasta los no tradicionales
como la soja y el girasol. Además, el sector cuenta con una importante presencia
de pequeños productores, quienes son responsables de la producción de
alimentos básicos para el consumo interno y para la exportación. A pesar de la
importancia del sector, la agricultura boliviana enfrenta desafíos importantes como
la falta de inversión en infraestructura y tecnología, la falta de acceso a créditos y
la baja productividad.
En Bolivia, la agricultura se divide en dos grandes regiones: la región andina y la
región oriental. La región andina se caracteriza por la producción de cultivos de
altura como la papa, la quinua y la cebada, mientras que la región oriental se
dedica principalmente a la producción de cultivos de baja altura como la soja, el
maíz y la caña de azúcar. La producción agrícola en Bolivia también está
influenciada por la topografía, el clima y la disponibilidad de agua.
En el contexto socioeconómico de Bolivia, la agricultura es fundamental para la
lucha contra la pobreza y la seguridad alimentaria. Según datos del Instituto
Nacional de Estadística de Bolivia, el 57% de la población rural vive en
condiciones de pobreza extrema, siendo la agricultura una de las principales
fuentes de empleo y de ingresos para estas personas. Además, la agricultura es
responsable de la producción de alimentos básicos para la población, como la
papa, el maíz y el arroz, lo que contribuye a la seguridad alimentaria del país.
Sin embargo, a pesar de su importancia, la agricultura en Bolivia enfrenta desafíos
importantes. Uno de ellos es la falta de acceso a tecnologías y recursos, lo que
limita la productividad y la competitividad del sector. Además, la deforestación y el
cambio climático empeoran negativamente a la producción agrícola en el país. La
falta de inversión en infraestructura y tecnología también limita el desarrollo del
sector, así como la falta de acceso a créditos para los pequeños productores.
Conclusiones:
En conclusión, la agricultura en Bolivia ha sido y sigue siendo un sector económico
fundamental para el país, aportando al PIB, generando empleo y siendo un medio
de subsistencia para muchas familias. Sin embargo, existen desafíos y problemas
estructurales que deben ser abordados para lograr un desarrollo sostenible y
equitativo del sector. Entre los principales desafíos se encuentran la falta de
inversión en tecnología y maquinaria, la falta de acceso a financiamiento para los
pequeños productores, la degradación de los suelos y la dependencia de un
número limitado de cultivos.
Para abordar estos desafíos, es necesario implementar políticas públicas que
promuevan la inversión en investigación y tecnología, el acceso al financiamiento
para los pequeños productores y la diversificación de cultivos. También es
necesario fomentar prácticas agrícolas sostenibles y la protección del medio
ambiente, así como promover la participación activa de los pequeños productores
en los procesos de toma de decisiones y en la definición de políticas.
En definitiva, la agricultura en Bolivia tiene un gran potencial para contribuir al
desarrollo sostenible del país, pero es necesario enfrentar los desafíos y
aprovechar las oportunidades para lograr un sector agrícola más eficiente,
productivo y justo.
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