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POESIAS
DEL
NÜEDA EDICION.
CORREGIDA E ADORNADA
VALENCIA'.
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Y DE SUS POESÍAS.
CESA DE ASTURIAS.
Delio. Manzanares«
POETA.
Delio.
INVECTIVA.
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Las cuerdas arreglaba,
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Que aquel suelo habitaban,
Y á veces las mudaba,
Los nombres resonaban:
Amores solamente respondía;
Pero la mas loada en todas ellas
Y así canté de amores,
Era la Gumersinda,
Sin sentir de Cupido los rigores.
Ninfa tan desgraciada como linda.
Ya el astro luminoso
Después bajo otro Cielo
En la sañuda frente
Canté de la Divina
Del león veinte veces ha tocado,
Mirta la honestidad y la fé rara:
Y el rústico oficioso
Y así por todo suelo
Con acerado diente
Mi cítara mezquina
Otras tantas su seca mies cortado,
Eternamente amores resonara
Desde que recostado
Si ayer no la arrojara
En sus vastos oteros
Con ira de mi pecho
Me oyera el sabio Henares
Al Tormes que iba hinchado,
Amorosos cantares,
Turbio y apresurado:
Y celebrar los hijos de Cisneros
Justamente movido á tanto hecho
En su mas alta gloria,
De leer cuidadoso
Ay ! cuánto me atormenta esta memoria!
De Jovino el ensueño prodigioso.
Allí, aunque sin cuidado,
O Sueño peregrino!
Canté la donosura
O Asombro lastimoso!
De Julia , Ninfa humilde del Henares,
O Verdad disfrazada sabi mente!
En quien Venus ha dado,
O Soñador divino!
Cifrando la hermosura,
O Josef misterioso!
Breve causa á larguísimos pesares.
Tú enseñas, tú reprehendes dulcemente
También en mis cantares
Tú poderosamente
De otras mil Ninfas bellas,
El sueño sacudiste
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En que siempre yacieran, Batilo, con Liseno,
Y sin gloria murieran Delio de gloria lleno,
Batilo , con Liseno y Delio triste. Conquista de tus versos poderosos:
Mas sabes tú soñando, jPues que mejor destino
Que todos tus amigos afanando. Que ser los tres el triunfo de Jovino?
O •' si la muy li gera
Rueda trajera el dia LAS EDADES.
Feliz, en que los máximos honoros
El gran Jove te diera POEMA DIDACTIVO.
De nuestra Monarquía,
LA NINEZ.
Nacido para cosas muy mayores !
Entonces tus loores Aetatis cujusque notandi sunt tiei mores,
■ó
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Y como estatua ina'nime yaciera, Y con haber entre ellas tal distancia,
Si el Criador con su divino aliento Tanta contrariedad y disonancia,
Soplándole en el rostro blandamente, Las ayuntó el Señor en amigable
Espíritu inmortal no le infundiera: Lazo con modo oculto y admirable,
Espíritu inmortal, alma viviente, Poniendo entre las dos tal dependencia,
Del mismo que le hacia imagen clara, Que á cualquiera impresión , que recibiese
Que apenas llegó al cuerpo, (ó maravilla!) La materia , en el alma á competencia
Abrió los ojos, cual si dispertara Idea semejante se formase:
Del sempiterno sueño, y prestamente, Y al contrario, si el alma percibiese
Doblando con respeto la rodilla, Tristeza ó alegría , resultase
Reconoció á su dueño Soberano, Dolor ó gusto al cuerpo. Cual si viste
Le amó con casto amor : agradecido Alguna vez en lira resonante
Besó la santa bienhechora mano, Dos unísonas cuerdas, que si heriste
Que le dió el noble ser , constituido Una de ellas , la otra , aunque distante,
De materia y espíritu: porciones Hace el mismo sonido alegre , ó triste,
De tan raras y opuestas condiciones, Sin ser herida ; así las dos porciones,
Que de la una á la otra no se viene Humanas reciprocan sus pasiones,
Por graduación , ni entre ellas se conviene, Y se afligen ó gozan mutuamente,
Ni hay orden , proporción, ni analogía: Viendo que el daño propio ó el provecho,
Qué un infinito caos interviene De el de su compañera es dependiente,
Entre una y otra, mas intransitable Y á su cooperación funda derecho.
Que el grande espacio , que imposible hacia De do viene el temor de separarse,
Desde el pobre feliz al miserable Y dulce precisión de siempre amarse.
Sediento rico , que en la llama ardia, 8. Mas quién podrá explicar el abundoso
El corto refrigerio que pedia Dote con que fue el alma enriquecida
Para templar la sed intolerable. Para este desposorio? En don precioso
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La original justicia fue añadida, Libre de enfermedad y fiera muerte:
Que el órden y armonía conservaba, Que el perdido vigor le reparaba,
Y con doradas riendas sujetaba Y contra la vejez le aseguraba
La inferior turba de apetitos varios, Del vital leño el próvido alimento.
Para que ni rebeldes, ni contrarios, Y el rico patrimonio, que gozaba,
Del racional deseo desdijesen, Unido con la amada compañera,
Y siempre á la razón obedeciesen: A la futura gente transfundiera,
A la razón , que á todo presidia Si el precepto tan fácil como justo
Cual Sol en claro cielo , y precedía Del Supremo Señor no traspasara,
Ilustrada con ciencia suficiente Y de tan alto bien no le priora
Para poder vivir virtuosamente. Del soberbio Satan el triunfo injusto
Ni allí el grosero error , ni la enemiga Con astucia traidora conseguido.
Pasión ó enfermedad poder tuviera El triunfo injusto , que con grave canto,
Para impedir la concertada liga, Interrumpido á veces con el 'lanío,
Ni el conocer y obrar lo que era justo: Y laúd triste sabiamente herido,
Gozando el hombre libertad entera Lamentaba con verso numeroso
Propia del sano estado y ser robusto: En la orilla del Támesis nubloso
Pronto siempre el auxilio soberano, El Religioso Milton: y al sonido,
Sin el cual, por su culpa no cayera, Sus rubias Ninfas la cabeza, alzaban,
Y queriendo , con él permaneciera, Y á la historia tristísima atendían,
Y obrara el bien con vigorosa mano: Y con profundos ayes renovaban
Pues fácil le era el bien, que la traidora La memoria del dulce bien perdido,
Ley de los miembros contradice ahora. Mirando al Padre , cuya urna henchían
9. Así vivia en venturosa suerte Con el copioso llanto qué vertian;
El primer hombre , y nada perturbaba 10. Cual máquina exquisita, que el talento
La dulce posesión de su contento: Del exacto Elicot con lenta mano
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Y el corazón helado no enardece.
Complicó sabiamente , y conformaba
Tú con furor , con espantoso ruido
Con la luz celestial su movimiento,
Corriste los cerrojos eternales
Y en breve espacio en órden soberano
Del horroroso abismo , do cerrados
De los celestes Orbes imitaba:
Tenia el soberano Autor los males
Y tal vez roto el muelle de violento
A prisión sempiterna condenados,
Golpe , 6 de mano rústica partida
Si tú los duros hierros no rompieras,
La preciosa cadena , cesa el órden,
Y el indulto fatal le concedieras.
Y todo es confusión , todo desorden;
Por tí en el mundo entró la muerte fría.
Así la mano de Safan grosera
Por tí la enfermedad y la dolencia,
Perturbó la armonía establecida
La vergonzosa desnudez , la impía,
Por el Autor divino , quebrantando
Siempre traidora infiel concupiscencia,
La justa rienda, que enfrenar debiera
La ignorancia, el orgullo, la insaciable
Al apetito bruto, que usurpando
Codicia, la hambre y sed y la indigencia,
Los agenos derechos tomó el mando:
Y de otros monstruos turba ¡numerable,
Quedando la razón en suerte triste
Que de tropel salieron del profundo
Ciega , débil , confusa , y a' la hora
Para dañar al hombre miserable,
Hecha una vil esclava de señora.
Y establecer su imperio en todo el mundo.
O amarga culpa ! cua'nto mal trajiste
Por tí sola fue el hombre desterrado
Al hombre en breve ! Tú le derrocaste
Del delicioso Edén, y condenado
Del no entendido honor , en que vivia,
A no volver á hallar el surtidero
Y al jumento insipiente le igualaste:
Común del que en Egipto corre undoso,
Tú el sagrado derecho le robastes
Phison, y del Arajes sonoroso,
De hacer con mano fa'cil , si quería,
Del Eufrates alegre, y del ligero
El bien , que obrar en vano ora porfia,
S¡ el rayo celestial , nunca debido, Tigris. Por tí la tierra, que primero
De su grado los frutos produjera,
La razón tenebrosa no esclarece,
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En posesión maldita fue trocada Bellota el grano fe'rtil delicioso,
Que solo diera al Dueño la grosera Con mil dulces manjares y sazones.
Espina y cruel abrojo , si no fuera Y luego aspiró el hombre á la abundancia,
Con duro y corbo arado fatigada, Y puso móvil puente al mar hundoso,
Y con sudor y lágrimas regada. Corriendo sin fatiga la distancià
n. ¡O amarga culpa! tanto mal hiciste Inmensa , que separa las regiones,
Al misero mortal! mas no lograste Que nunca alcanzó á ver el carnicero
Acabarlo del todo : tú mudaste Buitre subido al Cielo : y peregrinas
Su estado y condición ; mas no pudiste Especies mil tomó del extrangero,
Mudar el noble ser : ni le quitaste Dándole lo sobrado. Y las divinas
El dominio supremo, el poderío, Artes advirtió en sí, con que levanta
Que egerce sobre todo lo terreno, A un nuevo y alto ser el ser primero:
Con que hace andar el cuello al yugo atado Y trasladando á un lienzo la natura,
Al novillo valiente , y doma el brío Instruye la razón , la vista encanta,
Del altivo Caballo con el freno. Y fija á un ser la fugitiva historia:
Ni la astucia sagaz , con que, ó de grado, Y cediendo al cincel la piedra dura,
O por fuerza , al pez, ave y alimaña, O en moldes los metales desatados,
Hace reconocer el señorío, De sus héroes conserva la memoria:
Que en vano huyendo van por la montaña, Y del suelo se aleja, y la vacía
O por el ayre vago ú hondo rio. Región huella seguro, y en dorados
Y salva quedó al hombre la inventora Techos habjta, y junta en sociedades
Industria, que muy breve le conduio Los hombres , que con sabias leyes guia
Del perizoma humilde al refulgente A su felicidad : y da tormento
Oro, y blanda seda , con que ahora Con máquinas , y obliga á la natura
El cuerpo cubre con soberbio lujo. A descubrir las causas y verdades,
Y presto fue seguido á la astringente Que oculta en seno obscuro y avariento;
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O con activo fuego la depura, 91
A deshoras ¡ ay Cielo! sopla el viento,
Y en principios resuelve , y rail esenciag
Y excita en un momento
Destila de tal precio y eficacia,
Tal incendio , que el humo me dispierta;
Que le sirven de alivio en sus dolencias.
La llama se apodera de mi puerta,
Y mis ajuares quema sin tardanza;
A MELISA. Y yo sin esperanza,
Confuso y chamuscado,
Yo vi una fuentecilla Solo pude salir por el tejado.
Yo vi un vapor ligero
De manantial tan lento y tan escaso,
Que al impulso del Sol se levantaba
Que toda el agua pura que encerraba
De la tierra, do apenas sombra hacia.
Pudiera reducilla
No hice caso primero:
Al recinto brevísimo de un vaso.
Mas vi que por momentos se aumentaba,
Del pequeño arroyuelo que formaba
Y luego cubrió el Cielo, robó el dia,
Por ver en qué paraba
Y al suelo descendía
El curso perezoso fui siguiendo,
En gruesos hilos de agua que inundaron
Y vi que sin cesar iba creciendo
Mis campos , y las mieses me robaron;
Con el socorro de agua pasagera,
Y á mí que en su socorro fui á la hera
En tal forma y manera,
Me llevó la ribera,
Que cuando lo he intentado
Do hubiera perecido
Ya no pude pasar del otro lado.
Si no me hubiese de una-zarza asido.
Yo vi una centellitá'
En fin , yo vi en mi pecho
Que por caso á mi puerta había eaido;
Nacer tu amor, Melisa , y fácil fuera
Y de su pequeñéz no haciendo cuento
En el principio haberlo contenido:
Me fui á dormir sin cuita:
Mas poco satisfecho
Y estando ya en el sueño sumergido
Con ver su origen, quise ver cuál era
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Su fin ; y de mi daño no advertido, El paso aceleraras
Hallo un rio crecido, Por lograr mejor ayre , mejor suelo,
Que a roda libertad me corta el paso: Mejor sol, mejor luna , mejor cielo.
Hallo un voraz incendio en que me abrazo: ¿Qué tiene este terreno
Hallo una tempestad que me arrebata, Que pueda parecerte delicioso?
Y de anegarme trata. Es a'spero, fragoso,
Ay 1 con cua'nta inclemencia Desigual, peñascoso , nada ameno,
Cupido castigó mi negligencia! Que verle al corazón cubre de luto;
Y ser terreno bruto
CANCION Tu repetido torno lo asegura,
Pues con uno le formas la herradura.
AL RIO GVADALETE. Ni detenga tu paso
r La vista (aunqúe parece apetecible)
vTuadalefe gracioso, De un Pueblo inaccesible
Que en repetidos tornos dividido De toda sociedad y bien escaso:
El curso has suspendido Do casa sobre casa fabricada
Que hasta Arcos seguías presuroso; Una en otra apoyada,
Y en la pereza con que de él te alejas Vinculan ciertamente su caida
Das á entender que dejas Por divino presagio prevenida.
Con repugnancia su terreno bruto, ¡Desventurada gente,
Retardando al Océano el tributo: Que en punto de sus Dioses dividida
Escucha de un ausente Será desatendida
Del Gaditano suelo , las razones Su ofrenda , como culto irreverente !
Que de tus detenciones Pues nunca fue aceptable , ni propicio
Y rodeos arguyen lo'imprudente, A Dios el sacrificio
Bien cierto que si tú las contemplaras Que en vez de unir las gentes en concordia
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Es inmortal origen de discordia. Con tal caudal corriendo presuroso
De tanto desacato Por puerto delicioso
Retira, Guadalete, tus cristales Darás al mar tributo encarecido:
Antes que tantos males Y allí con tus cristales confundidas
Mancillen su pureza con el trato: Mis lágrimas sentidas
Y ya de confusión y horror cubierto Podrán lograr la venturosa suerte,
Sigue derecho al Puerto Que no le es dada al triste que las vierte.
De do parten alegres los bajeles, De Cádiz el hermoso
Al grande Emporio de las gentes fieles. Besar podrán el muelle celebrado,
De aquí á muy corto trecho Donde Hércules osado
Te dará el Majaceyfe sus cristales; A sus conquistas puso fin glorioso.
Que aunque pobre ert caudales, O tal vez de furioso Vendalabes
Va siguiendo su curso tnas derecho: Movidos mis raudales
Y este nuevo socorro de agua pura Podrán (¡qué dicha!) en olas encrespadas
Te añadirá presura Asaltar sus murallas deseadas.
Para que huyendo de la gente fiera Y el asalto logrado,
Llegues presto á la dicha que te espera. Da , Guadalete , al mar , como es debido
De amargo sentimiento El caudal recibido,
Mis lágrimas vertidas por presente Pues con tal condición te fue entregado,
Agrego á tu corriente Mis lágrimas irán mas adelante
Para hacer mas veloz su movimiento. A pagar un amante
Ni tu caudal por dulce , con desvío Feudo á seno mejor que las reciba,
Desdeñe el llanto mió; Que algo tiene de mar quien las motiva.
Que aunque tiene en su origen amargura Y si en caso impropicio
Las pierde en mis canales de dulzura. No hallan en este mar buena acogida,
Así que enriquecido Juro que ya en mi vida
f
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No alzaré en tus altares sacrificio Y eterno fuera el ceño de tu cara.;
A la sacra Deidad que en Cypro mora: Sufriera mis dolores
Y mi lira sonora. Y callara mis males,
En vez de los primores Gaditanos O solo de mi suerte me quejara:
Cantará los blasones Carpetanos. Ni el desden extrañara;
Que el haber siempre amado
A las Lices esquivas.
CANCION
O Daphnes fugitivas,
Esta mi estrella es, este mi hado.
A VECINTA DESDEÑOSA Ay! que Vecinta hermosa
Tan solo para Delio es rigurosa!
¿Por qué tan desdeñosa Dando al Cielo alegría
Miras, Vecinta bella, Alzas los bellos ojos
A Delio fiel que tu ventana atiende? A Jualindo que el alto techo mora,
Si de él estás quejosa, (¿Quién vió mas claro dia?)
Explica tu querella, Y luego con enojos
Y el fuego del enojo que te enciende Los diriges á Delio sin demora.
Contra quien no comprehende (¿Quien vió mas triste hora?)
En sí mayor pecado, Y solo en tu semblante,
Que el haberle Diana Centro de amor y tedio,
Con sentencia inhumana Sin crepúsculo medio
A triste y dura cárcel condenado. Se miran (qué prodigio!) en un instante
Ay 1 que de tu desvío Juntarse en lazo raro
Sospecho mayor causa en daño mió ! La triste noche con el dia claro.
Si fueran tus rigores Si buscas ser querida
Para todos iguales Hallarás en mi pecho
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El Cypro y Pafo donde Venus mora: De Mirta Gaditana la fe pura,
Si á ser aborrecida Al Cielo has ofendido,
Te inclina tu despecho, Las Diosas enojaste.
No desprecies , Vecinta , á quien te adora: Ay! Delio , Delio, vuelve en tu cordura:
Déjate por ahora Sufre la pena dura
De ese mirar esquivo, A que te han condenado
Y el rostro desdeñoso Diana encrudecida,
Convierte en amoroso: Y Venus ofendida;
¿No ves que del amor el fuego activo Que es el morir de sed, porque has dejado
En el desprecio prende, Las abundosas mares
Y el soplo adverso mas la llama enciende? Por la triste escasez del Manzanares.
A la noche funesta Ay triste!... pero deja,
Sucede el claro dia, Canción , y corta el hilo ya á la queja,
Y torna á los mortales el consuelo: Que tras la luenga noche vino el dia.
La parda nube opuesta ¿No viste como el Alva se reía?
Que el ayre entristecía Y que Vecinta hermosa,
En gruesos hilos de agua baja al suelo, Comienza ya á mirarte cariñosa?
Y el ceño quita al Cielo;
Y la mar alterada ODA.
Del Vendabal furioso
Recobra su reposo: ¿Por qué tan riguroso,
Sigue á la guerra cruel la paz amada. Político severo,
Solo eterno percibo, Tuerces con ceño el rostro, y ofendido
Vecinta , en tu . semblante el ceño esquivo. Repites desdeñoso
Ay ! Delio fementido! Con ademan grosero
Quizá porque olvidaste . El coax de la Rana desabrido
IOO IOI
Porque Celia , cumplido O bien se desenfrena
Un lustro solamente, Y sigue sin medida
Para ser educada Los mundanales gustos
Del seno es separada Y placeres injustos
Maternal , y cual víctima inocente A qne por tanto tiempo fue impedida,
Llevada á la clausura Cual rio represado
Que tú juzgas eterna sepultura? Que el obstáculo puesto ha derrotado.
Eterna sepultura O! cuán enormemente
Donde en perpétuo olvido De la razón te alejas,
Sus gracias yacera'n; pues el estado, Político, juzgando desdichada
Del Clausto por ventura A Celia la inocente,
Le será persuadido: Que sin duelo , ni quejas
O cuando deje el Claustro , qué ha logrado Del corrumpido Mundo separada,
No habiéndola enseñado Viene á ser cultivada,
La sabia economía, Como oliva preciosa
Que á la muger abona Entre abrojos nacida,
Y la forma Matrona, Que de ellos dividida,
A quien una familia se confia? Y trasplantada á tierra deliciosa,
Difícil y útil ciencia, Paga después tributo,
Que solo da el egemplo y experiencia. Dando á su tiempo el sazonado fruto.
Y tal vez preocupada, El fruto sazonado;
En nimias devociones Merced de la cultura
Coloca la esperanza de ser buena. Que en este santo asilo se propone:
La carga aban donada Donde el primer cuidado
De sus obligaciones Es enseñar la pura
Lo que la pura Religión condena: Religión, que es la regla que compone
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El corazón , y pone Ni la pasión impura,
Al apetito freno, Ni el interés grosero,
Y forma las Matronas. Ni el capricho variable
Que tú en vano blasonas De libertad instable,
Obra de un siglo de desorden lleno: Tendrán jamás entrada en el esmero
Que mal á otros arregla De una sabia enseñanza
Quien el propio interior tiene sin regla Virtuosa , gratuita y sin mudanza.
Maestras ilustradas Aquí halla la Nobleza
Cual aquí se prometen Ventajosa acogida
A Celia dictarán en sus lecciones A costa de un dispendio moderado,
Las acciones sagradas Y la humilde Pobreza
Que al estado competen: Con amor recibida
Condenando Jas falsas devociones Es también educada con agrado.
Con las supersticiones. Aquí logra el estado
Y si allí persevera Seminario profundo
Celia el tiempo bastante, De Maestras formadas,
Será egemplo constante Que después separadas
De que la piedad sólida y sincera Esparcirán la fama por el mundo
Siempre se ha conciliado De un establecimiento
Con el bien verdadero del Estadó. Gloria de nuestro siglo y ornamento.
Maestras permanentes
Al sumo bien ligadas
Con triple indisoluble ligadura,
A las tiernas Clientes
Para ser educadas
El bien les fijarán de la cultura.
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Impedir el aumento prodigioso:
ESTANDO DELIO EN SU GRANJA, Y con esto ha arraigado de manera,
0,1 A ENTENDER A MIRTA LA PREFEREN Que aunque es Arbol crecido y muypom
CIA QUE DE ELLA HACE RESPETO DE poso,
PERIA , RAJO LA METÁFORA DE No ha podido arrancarle de mi estancia
DOS GLIFOS. El Vendabal mas terco y mas furioso.
Del fruto que me da con abundancia
Con sus hojas y flores aprensado, .
TERCETOS.
Un bálsamo saqué de tal fragancia
Y virtud , que a' mis llagas aplicado
■Lln la amorosa estancia , donde vivo (Aunque yo mortalmente estaba herido)
De todo humano trato retirado, De todas las heridas he sanado.
Planté no ha mucho tiempo un tierno Olivo. Y otro Olivo , que estando yo dormido,
Puse en él mi afición y mi cuidado: Maro , cerca de allí plantado había, •
Dos veces le regaba cada dia: Por mas que su crianza ha promovido,
Y alguna vez estando recostado Y le regó abundante cada dia,
A su pie , de mis ojos le anadia Jaroa's se vió crecido ni frondoso:
El riego de un extraño sentimiento; Y al ver que el otro mas prevalecía,
Mi cuidado y cultivo agradecía, Y á mí de que medrase cuidadoso,
Y lo mostraba el prodigioso aumento: Se ha ido marchitando lentamente
Y como en tierra fértil y amorosa Hasta que se ha secado de envidioso.
Echó raíz profunda , esparció al viento
.La hermosísima rama en pompa airosa:
Y yo para que mas prevale ciera,
Con mano diligente y cuidadosa
Del contorno arranqué cuanto pudiera
xo6 lo?
Y cuna te eligieron
EL TRIUNFO DE MANZANARES. De claros , poderosos, altos Reyes,
Que en dos mundos dominan y dan leyes
CANCION. De tí el muy estendido
P .
•A reciosó Manzanares,
Guadiana , de tí el Ebro deleitoso,
Y el Betis abundoso,
Que entre arenas caminas, lento el paso
El hondo Duero , el Tajo abastecido,
Cuando en aguas escaso,
Y cuantos rios cortan en porciones
Tanto rico en virtudes singulares:
Las Hesperias regiones;
Dote que fue debido justamente
De tí uno reciben sus raudales
A tu estrecha corriente:
Leyes y dirección , si no caudales:
Que nunca en lo crecido y abundoso,
Por tí el apresurado
Cifró naturaleza lo precioso.
Genil al Betis sigue en derechura,
A tí mi dulce acento
Y lleva el agua pura
Se consagra esta vez ; y si me es dada
Cual en su blanco origen se le ha dado.
La Lira celebrada
Por tí es libre del Tíber turbulento
De los Lesbios , tu nombre daré al viento,
Que con dañoso intento
Y el triunfo por tu medio conseguido,
Le quiso amancillar, y juntamente
Si fuere permitido
Dar un extraño rumbo á su corriente.
De los Cisnes qije pisan tus arenas,
Del Tíber, avezado
De cuya grande fama el mundo llenas.
A hacer temer á todas las Naciones
A tu margen se dignan
Con sus inundaciones
Congregarse los Dioses celestiales
De Pirra el Siglo á Roma amenazado.
Cuando de los mortales
Ay! cuán entumecido y orgulloso!
Los negocios mas graves determinan.
Y su ímpetu furioso
Por eso gracias mil te concedieron,
Ay! cuántas bellas tierras dexó aisladas
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De nuestro amado suelo separadas! La confusa Provincia , que á su ruina
Del Tiber que intentaba Con presura camina?
Abolir las memorias aplaudidas Ay ! y cuán vanamente fatigara
A Real nombre erigidas, El Coro femenil de las Vestales
Que la Bética gente veneraba: Con himnos virginales
Y el templo virginal invadir luego, De la dormida Diosa las orejas,
De la Diosa del fuego Negadas á sus cánticos y quejas!
Presidente , con cruel decreto airado ¿A quién cometerla
Del soberano Jove no aprobado. Júpiter soberano el rayo ardiente;
Ay cuánta desventura Que á la afligida gente
A la Bética gente aconteciera Vengase de maldad y alevosía?
Si Jove permitiera A tí fue dado , Manzanares bello,
Cumplir del crudo Tiber la ley dura ! El poder contenello:
Cuántos males sufrieran ! cuántos daños Y el buen Genil hallar pudo en tí solo
Pastores y rebaños! Marte , Venus , Amor , Mercurio , Apolo,
Todo fuera trastorno y falta de úrden, Así los otros Ríos
Extraña confusión, ciego desorden. jTanta parte te den de sus caudales,
Sobre el Olmo pomposo Que sobre tus cristales
Do sola la Paloma asiento hiciera, Crucen la Carpetania los Navios;
El torpe pez se viera: Como yo estenderé con mis Canciones
Y como pez el Gamo pavoroso Por todas las Naciones
Surcara (confundida la natura) Tu nombre y fama ; siempre agradecido
La cristalina anchura: Al triunfo por tu mano conseguido.
Y llevára Proteo sus ganados Y tú , Genil dichoso,
A los ásperos montes nunca hollados. Sigue al Bétis , y anima de pasada
¿A cuál Dios invocara La gente desmayada
I1o III
Del habido temor, y victorioso Y á los Pueblos hermosos,
Ve' cantando tu triunfo dulcemente, Que en la apacible orilla fueres viendo,
Diciendo alegremente: La nueva de tu triunfo ve esparciendo.
”No temáis ; libres sois de tantos males,” Ay! guarte que el encanto
Y da nueva presura á tus raudales. De margen Sevillana lisongera
A quién no detuvieron Detenga tu carrera:
Ni las'amenas selvas, ni los prados Ni quieras escuchar el dulce canto
De flores mil sembrados: De las Ninfas que forman mil cuadrillas,
Ni su curso los hielos suspendieron: Y eti las frescas orillas
Ni sus raudas orillas azotaron Hieren la blanda arena : que aunque ufana
Las obas; ni escucharon Son embidiosas de las Gaditanas.
De las ranas el canto desabrido: Antes Cual sabio Griego
Ni vayonj ni espadarla allí se vido. Tus oidós atapa prontamente,
Sigue , pues , con presura / Y á paso diligente
Por do la sa'bia mano te condujo La Lucarina pla^a ocupa luego,
Con poderoso influjo, Y sin temer escollos peligrosos
Y santas leyes llenas de cordura: Entra en los abundosos
Hasta que al verte raudo y victorioso, Y dilatados mares ya vecinos,
El Bétis amoroso, Llenos de mil veleros ricos pinos.
Estendiendo los brazos luengamente, Y luego hácia Levante
En su seno reciba tu corriente. Dobla la larga punta aguda y fiera
Y luego sosegando Del Can ; do pereciera
La presura los brazos paternales, Mil veces el incauto Navegante:
Tus hermosos cristales Y descubre el emporio Gaditano:
Hacia el mar Gaditano irán llevando Y corre luego ufano
Por terrenos fecundos deliciosos: A besar sus orillas reverente,
II2 Ir3
Y saludar la hermosa y dulce gente. Arena , nunca hollado de la gente,
Y si entre los millares Graba continuamente
De Ninfas , de hermosura y gracia llenas El dulce nombre de su Mirta amada:
Que pisan sus arenas Y crece y sube con el olmo alzado:
A la fiel y divina Mirta hallares, Y que siempre empleado
(Que ignorar no podra's aun entre tantas) En formar de sus prendas larga historia.
Besa sus bellas plantas, Hará eterna de Mirta la memoria.
Y dile de mi amor cuanto tú puedas,
Con que añadas que siempre corto quedas, EL CÁDIZ TRANSFORMADO,
Dile que en la ribera y DICHAS SOÑADAS DEL PASTOR
Del apacible Tormes argentado, DELIO,
Apasta su ganado
El triste Delio, cuya suerte fiera CANCION.
(Quiza' por apagar su llama ardiente)
Lo tiene de ella ausente. Desde que vivo ausente
Pero antes será el mundo piezas hecho, De la bella Ciudad , que fue la gloria,
Que falte Mirta bella de su pecho. Donde hizo eterno asiento mi deseo,
Dile que noche y dia Me está continuamente
Con pastoril zampona, ó dulce avena, Afligiendo de dia SU memoria,
Por divertir la pena Y de noche me sirve de recreó;
El nombre de su Mirta al Cielo envia: Y aunque en sueños no creo,
Y olvidan sus ovejas los Pastores Por ser regularmente necedades}
Por oir sus loores: Tal vez fueron misterios y verdades:
Y el pecho alzó tal vez del ancho asiento Y he de contar con verso mesurado,
El padre Tormes , y atendió á su acento. Las dichas que he soñado
Dile que en la delgada En una noche fría:
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ii4 1 1.5
Y era soñar el ciego que veía. Y era soñar el ciego que veía.
Soñé (cómo transforma Soñé que amarizadas
El sueño las ideas á su grado!) Mió ovejas dejaba en la espesura,
Que no era Cádiz lo que se pensaba; Y á la playa me fui sin curar de ellas
Sino de humana forma Y noté unas pisadas,
Una Pastora, que de mi ganado Bien estampadas en la arena pura,
Los cándidos corderos apartaba, Que juzgué ser de Mirta por lo bellas
Y Mirta se llam aba, Siguiendo fui las huellas,
Llena de honestidad y de hermosura, Y vi que con el dedo había formado
Centro de discreción y de fe pura: En la arena este indicio de su agrado;
Y yo gczaba en suerte venturosa «Quien me sigue será correspondido:
De su vista graciosa «Delio lo ha conseguido,
Las veces que quería: «Y Mirta lo escribía.”
Y era soñar el ciego que veía. Y era soñar el ciego que veía.
Soñé que trasformado Soñé, que.mis Zagales
Cádiz en Mirta bella , así me habla: Me dieron una nueva lastimosa
«Conque presto del Tajo á la ribera De Cádiz , y yo en llanto me anegaba
«Trasladas el Ganado? Llorando tantos males:
«Triste la que nació mísera esclava! Y al punto llegó Mirta presurosa,
«Cierto puedes estar que si pudiera, Y vi que con un lienzo que tomaba
«Con gusto te siguiera, El llanto me enjugaba:
«Hasta dejar los abundosos mares Y aplicando la mano al casto pecho,
«Por la triste escaséz del Manzanares: «Vive, Pastor, (me dice) satisfecho,
«Pero el alma , que es libre , irá contigo «Que en Cádiz vivirás eternamente:”
«O quedará conmigo Y yo muy ciertamente •
«La tuya en compañía:” Mi ventura creía:
IIÓ 117
Y era sonar el ciego que veía^ Y era soñar el ciego que veía.
Soñé que Mirta bella Yo de mi dicha cierto,
Me miraba y decía con agrado: Dejo el lecho dormido apresurado,
«Por que' pasas, Pastor, la vida triste? Y destinando, ruedo la escalera;
«Ya cesó mi querella, Y en el portal despierto
«Ya sé que tu caudal has retirado Bañado el rostro en sangre y maltratado:
«Del banco Genovés , donde perdiste Y vi que esta ventura (ah suerte fiera!)
«En io que allí impusiste: mposible me era:
«¿Qué trecho habrá desde la tierra al Cielo, Pues vi que aun subsistía irrevocable
«Pastor?” Y yo la dije sin recelo: De Diana el decreto formidable,
Medido de tu mano diestramente Y aunque quedé del sueño mal herido,
Un codo solamente: Mas que dél , ofendido
Y ella.se complacía: De la verdad, con ceño
Y era soñar el ciego que veía. Miré la vida , y con placer el sueño.
Soñé que divertido Canción , vé á Mirta, y di de parte mia
Estaba yo á deshoras de la noche, Que si de mi verdad y amor dudaba,
Formando una Canción á mi Pastora: Sepa que si soñaba
Sentí á mi puerta un ruido El ciego que veía,
Como si allí parado hubiera un coche: Era solo soñar lo que quería.
Y luego se me dijo en voz sonora:
«Delio, llegó la hora A MELISA.
«De que dejes las selvas y el ganado,
«Pues no eres para rústico formado: CANCION.
«Ven que en Cádiz te espera ansiosamente:
Andando yo cazando
«Con quien eternamente
«Gozarás de tu dia:” Vi una blanca paloma, que batía
n8 119
Las alas por extremo movimiento, Vi que un Lobo sagaz acometía
Y luego fui notando A una Cordera amada,
Que por línea derecha descendía Que estaba del rebaño en los confines.
Hácia la boca de un Dragón hambriento Yo que mas que á las otras la quería,
El cual con torpe aliento Tras el Lobo, que huía
Había su vigor entorpecido, Con el robo , siguiendo fui con priesa,
Y hácia sí la traía sin sentido, Y del hambiento diente hurté la presa;
Con tal dulzura y suavidad tan rara, Pero tan maltratada , que mirando
Que si yo no llegara La sangre amancillando
Tan oportunamente, Del beljon la blancura,
Fuera despojo de su crudo diente. Me llenó las entrañas de ternura.
Compadecido de ella Con bálsamo oloroso
Disparé mi arcabuz, y dividida Sus heridas curé compadecido,
La columna de aliento, que mediaba, Y desde entonces mucho mas la amaba:
Cayó á mis pies la bella Mas ¡ caso prodigioso 1
Paloma, sino muerta , atontecida. Apenas hubo bien convalecido,
Yo la puse en mi pecho y fomentaba, Volvió el Lobo fatal que la buscaba
Por ver si en sí tornaba: Y el ganado acechaba;
Mas ella apenas se hubo recobrado, Y luego que lo vido la Cordera
Después de haberme e¡ corazón robado, De mis brazos saltó ¡ quién lo creyera !
Hácia la fiera boca alzó su vuelo, Y fue siguiendo en pos del Lobo hambriento
Y con tanto desvelo Con balido y lamento,
Por ella se ha m.etido. Y tan apresurada,
Como pudiera por su amado nido. Como pudiera tras su madre amada.
Estando en mi majada Viniendo de camino
Entregados al sueño los mastines Vi un Cazador astuto que tenia
120 I2I
En redes varias aves encerradas, No fuera quien las vió tan desdichado:
Cuyo arte peregrino Entonces conocieras
Con fingido reclamo las traía, Las astucias , engaños y traiciones
Y a un engañoso cebo aficionadas, De que Delio prudente te ha librado;
Del daño no avisadas, Y hubieras estimado
Se entraban en las redes con anhelo. Su mucha diligencia y mucho celo:
Pensando hallar su paz y su consuelo. Pero al fin la verdad quitará el velo
Vi entre ellas una Tórtola tan bella, Al engaño, y veras que aquel amante
Que enamorado de ella, A quien pagas constante
Deseando lograrla, De tu amor el tributo,
Di todo mi caudal por recatarla. Es Dragón , Lobo y Cazador astuto.
Llévemela en el pe^ho
A mi aldea, que cerca de allí estaba, A L I S E NO.
Y yo la regalaba con cuidado,
Y estando satisfecho ODA.
De que ella mis alhagos estimaba,
Por qué te das tormento,
Luego que ya me vido confiado,
Con vuelo acelerado Liseno, si te ha dado el Cielo Santo
Camino hacia la red en derechura, El mirar el portento
Y en ella volvio a entrarse sin cordura. Que al Tajo pone espanto
Yo en vano fui á cobrarla presuroso: Y á sus Lasos renueva el sabio canto?
Porque al hombre alevoso Dichoso y bien hadado
Por mas que le decía Quien logra ver de Lisi la luz pura,
No pude, persuadirle que era mía. Do con modo no usado
Melisa, si entendieras La gran madre Natura
Lo que quieren decir estas visiones, Cifró el numen, la gracia y hermosura.
122 123
Ver el rostro alhagiieño Al ciervo con saeta fatigara;
Donde mora el agrado de contino, O ya en la margen pura
Y nunca el negro ceño, Del Tajo se sentara
Ni otro vapor malino, Y su voz en las aguas resonara.
Alteró lo sereno y cristalino. Del canto suspendido.
Y aquel hablar sabroso, Viviera de mis daños olvidado,
Entre carmin y perlas fabricado, Puesto el atento oido
Correr cual el precioso Al son dulce acordado
Raudal recien formado Del plecto sabiamente meneado.
Sobre las puras guijas deslizado.
Oh? no ya ingrato al Cielo, AL PENSAMIENTO.
Torna , o caro Liseno, en tu cordura.
Recobra tu consuelo ODA.
Y deja la tristura
Al mal hadado Delio y sin ventura. Cesa ya, pensamiento,
Ay! si entre tantos males Cesa siquiera un rato
Me fuese como á tí te es concedido De aumentar mis temores
El ver los divinales Con proponer mis daños.
Ojos donde Cupido Deja de repetirlo,
Reyna mas fuerte que su Madre en Gnido Que ya tengo notado
Dejando mi ganado Ser propia la mudanza
Del Tormes argentado en Ja ribera De todo bien criado.
De el dulce bien llevado Ya sé que el Sol hermoso
Por do quiera que fuera Con círculo diario,
Como la sombra al cuerpo la siguiera. Si brilla en el Oriente
O ya por la espesura Se ofusca en el Ocaso.
124 125
Ya de la Luna bella Ni ella puede mudarse,
He advertido en los cuartos Ni yo puedo pensarlo.
Crecientes y menguantes,
Alientos y desmayos.
EN LOS DIAS DE LISI.
Sé que á la Primavera
Sigue el seco Verano,
Y la noche funesta No sale tan gallarda
r a8 129
Y tus amables Padres De aquel que motejaba
Con tus hermanas sean Con risa el embeleso
Testigos oculares De Batilo en Filena,
De edad tan duradera. Y en Mirta el de su Delio.
Esto escribía Delio Digamos como un dia
A su Pastora bella, Pensativo y severo,
Y en verso lo escribía, Por la orilla del Bétis
Que como en tanta' fiesta Andaba descubriendo
De gozo pierde el juicio, De la naturaleza
Por eso dio en Poeta. Los ocultos efectos.
Digamos que Trudina
Por su casual encuentro
el digamos de mireo. Dio materia mas noble
A tu empezado intento.
nbigamos, blanda Musa, Quiso advertir en ella
Digamos de Mireo, Cuál era aquel veneno,
Digamos el fracaso, Que de los hombres turba
Digamos el suceso. Los no acordados pechós.
De Mireo y Cupido Y como el otro sabio
Digamos y cantemos, Observador protervo,
Del uno la venganza, Que intentó del Vesubio
Del otro el escarmiento. Comprender el misterio;
De Mireo digamos Escaló la alta cumbre,
Filosofo severo, Y averiguar queriendo
Que amor juzgó delito Del incendio la causa,
Ageno de hombre cuerdo; Pereció en el incendio:
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Así las perfecciones
A consolar la pena
Contemplando Mireo
Del cuidado materno.
De la sin par Trudina,
Y del vecino bosque
Notó un extraño cerco
Sin número salieron
Sobre la frente hermosa
Pastores y Pastoras
De pelo corto y crespo:
A celebrar el hecho.
Paróse á ver la causa
Ellas forman mil corros
Del bello fenómeno.
De las manos asiendo,
Ay triste! que era el Arco
Y ayrosamente mueven
De do el Niño severo
Los bien tallados cuerpos.
Que en pos de la Pastora
Los Pastores cantaban
Tiraba el crudo nervio,
Muchos discretos versos;
Le disparó una flecha,
No me acuerdo de todos,
Y atravesado el pecho
Diré los que me acuerdo.
Sobre la verde grama
Nadie de amor se burle,
Cayó el triste Mireo.
Ni rehuya su imperio:
Y el Dios no bien vengado
Quien presuma de Estoico
Tomó un solo cabello
Téngasele por necio.
De la madeja hermosa
Nunca digáis , Pastores,
De la Pastora , y presto
Cuando no estáis sedientos,
Le ató de pies y manos,
Y aun viendo el agua turbia,
Y con burla y desprecio
De aquí no beberemos.
Se lo entregó á Trudina
Esto digamos, Musa,
Como manso cordero.
Siempre digamos esto,
Y dando carcajadas
Y nunca mas digamos,
Volvióse el Niño al cielo
Y no digamos menos.
13S 133
Digamos.... pero cesa, Mientras que no te vea
Musa, que si Mireo, Aprender de tus daños
Tuviere mas digamos. A ser menos severa
Mas digamos diremos. Con los que tus dos ojos
Abrasan y atormentan;
A LA QUEMADURA DEL DEDO Que semejantes casos
Al mismo Amor enseñan
de Filis.
A templar sus rigores,
El caso que ha pasado Y suavizar sus flechas.
Escucha , Filis mia,
Contigo, Filis bella, El caso que se cuenta
Por mas que tú lo afirmes, Del hijo de la Diosa
No es fácil que lo crea. Que en Pafo y Gnido reyna.
¿Cómo podrá creerse Dejando á un lado el arco,
Tan extraña quimera, La aljava y las saetas;
Cual es el que á la nieve Cogiendo andaba flores
El fuego abrasa y quema? Cupido en una selva,
Pues tanta repugnancia Vido una fresca rosa
El caso representa Que la prisión estrecha
De que á uno de tus dedos Del capullo rompía
La llama se le atreva. Esparciendo bellezas.
Por mas que negra cinta Cortóla, y en su centro
Le ciñe y le rodea, Vio una oficiosa abeja,
Y por la cruz del lazo Que dulce miel libaba,
Lo jura y lo protesta; Y la dorada cera.
Nunca creeré tal cosa Tomóla por las alas
134 135
El niño incauto , y ella „Cuando de tus saetas
El aguijón esgrime „Del duro arco enviadas
Con tanta violencia, „Penetrados se vean?”
Que en uno de sus dedos Desde entonces Cupido
Clavado se lo deja. En su daño escarmienta,
Con el dolor insano Y hiere menos veces,
El tierno Dios se queja, O con menos fiereza.
Turbando con sus lloros Así tú , ó mas piadosa
Los cielos y la tierra. Ya desde hoy te nos muestra
Volando por los ayres Con los que tus dos ojos
Con voces lastimeras Abrasan y atormentan;
Fue en busca de su Madre: O el caso que ha pasado
Y puesto en su presencia, Contigo, Filis bella,
Con tiernos puchericos Por mas que tú lo afirmes,
Le cuenta su tragedia. No es fácil qu e lo crea.
Mas la prudente Diosa,
Entre tierna y risueña, ZÍ LIS!, MALAGUEÑA.
Le dice: „aprende , hijo,
„A usar de mas clemencia Ni la rubia Calipso
„Con los flacos mortales
„Que imperioso atormentas. Mostró mayor terneza
„Pues si la leve punta Cuando de la Isla Ogigia
„De una mosca pequeña Ulises se le ausenta;
„Te causa tanto flaño, Ni la fomosa Dido
„Que el dolor te enagena; Hizo mayor fineza
«¿Qué sentirán los hombres Subiendo al alto techo
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A ver partir su Eneas; Previene una doncella.
Como ha debido á Lisi El cabello sin orden
Divina Malagueña Claramente demuestra
El malhadado Delio, Cpánto aventaja al arte
A quien la suerte fiera La fiel naturaleza.
Dio la dicha de amarla El cambray delicado
Al tiempo de perderla. Avaro y cruel intenta
Yacía en blando lecho. Cubrir el blanco pecho
Oh Delio! cuánto yerras, Tesoro de belleza:
Pues dices que yacía Y en parte lo consigue;
La vida que te alienta! Pero á la vista deja
En blando lecho estaba Dos breves emisferios
De mil cuidados llena, De nieve que le afrentan.
Que el sueño de la noche De la breve cintura
De sus ojos alejan. Airosamente cuelgan
El ruido del caballo Los lienzos que á ios ojos
Lleva la triste nueva Roban mejor Elena.
A Lisi de que Deíio Nunca la fresca Aurora
Para siempre se ausenta. Se levantó tan bella
Y toda poseída A desterrar las sombras
De singular fineza, De la noche funesta:
El frió despreciandó, Jamás la blanca Tetis
(Que otro fuego la quema) Cumplió su anual promesa
Salta del casto lecho Al sepulcro de Aquiles
Sin buscar mas decencia, Con tanta gentileza;
Que la que al acostarse Como por dar á Delio
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La vista postrimera
»39
De llegar á las bellas
Salió del lecho Lisi;
Manos de Lisi hermosa,
P Musa, si la vieras! Mil veces se las besa:
La cerrada ventana Y vuelve luego, luego,
Con presta diligencia A traerme las nuevas
Abre : se asoma : mira: Alegres, si te acoge,
No vé á Delio: qué pena! Tristes, si te desecha.
Mas cómo era posible
Si en una sazón mesma
El Alva se levanta, TRADUCCION DEL SALMO VIII.
Y la noche se ausenta?
Lisi se vuelve al lecho: Cuán grande y admirable,
Delio , triste se aleja, O Señor, en quien nuestro bien se encierra,
Entonces ignorante Es tu nombre adorable,
De tamaña fineza. En todo cuanto cierra
Mas luego noticioso La redondez inmensa de la tierra!
Siente al doble la ausencia, Pues la magnificencia
Se queja de su suerte, Que en tus excelsas obras se ha mostrado
Blasfema de su estrella, En poderío y ciencia
Y al ayre vago esparce Así ha sobrepujado,
Tristísimas endechas. Que mas que el alto Cielo se ha elevado.
Vé á Málaga volando Sacaste tu alabanza
Mi dulce Cantinela, De infantil boca que aun enjuga el pecho:
Y goza la ventura La enemiga alianza
Que á tu Autor se le niega. Confundida , y deshecho
Y si logras la dicha El ódio vengador y su despecho.
),
i4o 141
Que si ¡os Cielos miro O Señor, en quien nuestro bien se encierra,
Esmero de tu mano omnipotente, Es tu nombre adorable
Y el. desvelado giro En tolo cuanto cierra
De la Luna luciente La redondez inmensa de la tierra 1
Y de Estrellas el coro refulgente; Al Padre poderoso,
Luego digo admirado: Al Hijo sin fin sabio , y al Supremo
Qug es el hombre que tanto le encarece Espíritu amoroso,
Tu amor? ó el engendrado Se dé el honor eterno
Del hombre , que mil veces Ahora y siempre y por siglo sempiterno.
Con tu visitación le favoreces?
Poco menos le hiciste TRADUCCION DEL SALMO X.
Que el ángel, y de honor le coronaste,
Y gloria : y le pusiste Para qué me decís (si en Dios confio):
Luego que le formaste Sus, corre , aguija, vuela , y como el ave
Sobre todas las cosas que criaste. Traspasa el monte y la encumbrada sierra?
Y todo sometido No ves los muchos que con pecho impío
Lo dejaste á sus pies y á su mandado; Aparejan el arco duro y grave
El rebaño vestido Aljaba que saetas mil encierra,
De lana, el Buey pausado, Para herir en oculto al ¡nocente?
Y cuanto pace yerba en monte ó prado. No ves que han derrocado
Y las ligeras aves Al suelo prestamen te
Que alzan el vuelo á la región vacía, Cuanto tú en luengo tiempo has fabricado?
Y los pescados graves, Mas qué hice yo , cuitado?
Que cruzan á porfía Ni de quién temeré si desde el Cielo
Las sendas de la mar salada y fria. El Señor que en su Santo Templo mora,
Cuán grande y admirable
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Sentado como Juez mira piadoso Del Altísimo don , perene fuente
La causa de Jos pobres , y su duelo, De vida eterna , caridad ferviente,
Y de los hombres la conciencia explora Espiritual unción, fuego sagrado:
Con juicio riguroso, Tú te infundes al alma en siete Dones
Y pregunta imparcial á cada uno Fiel promesa del Padre Soberano:
Al justo y al impío de consuno, Tu eres el dedo de su diestra mano:
Que el que ama la maldad , aborrecida Tú nos dictas palabras y razones.
Tiene á su misma alma? Y Dios airado Ilustra con tu luz nuestros sentidos,
Lloverá los peligros por do quiera Del corazón ahuyenta la tibieza:
Sobre los pecadores : su bebida Haznos vencer la corporal flaqueza,
A los malos: y suerte postrimera Con tu eterna virtud fortalecidos.
Serán fuego y azufre , y al airado Por tí nuestro enemigo desterrado,
Viento tempestuoso corrompido. Gocemos de paz santa duradera:
Porque es justo el Señor, y siempre amante Y siendo nuestra guia en la carrera,
De la justicia ha sido, Todo daño evitemos y pecado.
Y a la equidad miró de buen semblante. Por tí al Eterno Padre conozcamos,
Y al Hijo soberano omnipotente,
TRADUCCION DEL HIMNO Y á tí, Espíritu de ambos procedente,
HSNI Creator.
Con viva fe y amor siempre creamos.
Toda gloria sea dada al Padre Eterno
"Ven , Criador Espíritu amoroso,
Y al Hijo, de la muerte victorioso,
Ven y visita el alma , que á tí clama, Y al soberano Espíritu amoroso
Y con tu soberana gracia inflama Ahora y siempre y por siglo sempiterno.
Los pechos que criaste poderoso.
Tú que Abogado fiel eres llamado,
144 147
Armó su brazo excelso poderoso,
Y confundió al impío
TRADUCCION DEL CÁNTICO
Soberbio presuntuoso,
Magníficat. En sus designios vanos orgulloso.
De la encumbrada silla
Alaba y engrandece Derribó al poderoso y engreído
A su Dios y Señor el alma mía: Y á la plebe sencilla
Y en mi espíritu crece Del estado abatido
El gozo y alegría Hasta el solio de gloria le ha subido.
En Dios mi Salvador , en quien confia. Colmó al necesitado
Y porque se ha dignado De bienes soberanos con largueza,
Mi baja condición mirar clemente, Y al rico confiado
A
Mi nombre celebrado En su faláz riqueza
Será de gente en gente, Dejó vacío en mísera pobreza.
Llamándome dichosa eternamente. En gracia ha recibido
El poderoso y pió, A Israel , recordando su clemencias
Que Santo es su renombre y ornamento, Como hubo prometido
Ha obrado en favor mió A la antigua creencia,
Maravillas sin cuento, A Abrahan , y su larga descendencia.
Que exceden todo humano entendimiento Al Padre sea la gloria-,
Y su grande clemencia Al Hijo y al Espíritu cantada
Se extenderá propicia eternamente En eterna memoria:
A toda descendencia, Como siempre fue dada,
Con tal que toda gente Y será por los siglos tributada.
Le doble la rodilla reverente.
De fortaleza y brio
10
148 »49
Unigénito Hijo coeterno,
TRADUCCION DEL HIMNO Y al Espíritu Santo juntamente.
O Ungido del Señor! O Cristo amado!
Te Deum laudamus.
Tú eres Rey de la Gloria:
Hijo eterno del Padre sempiterno.
A vos, Señor, por Dios os alabamos, Tú , habiendo de tomar el ser humano
Y vuestro Señorío Para librar al hombre que criaste
Sobre todas las cosas confesamos Como ser inmenso no te dedignaste
Patíre eterno de inmenso poderío De la estrecha clausura
Os venera la tierra, De las entrañas de una Virgen pura.
Y cuanto el Orbe encierra. Tú vencida la muerte nos abriste
Por Angélicos coros sin reposo, Con poderosa mano
Los Cielos y las altas Potestades,
Las puertas eternales
El Querubín y Serafín gozosos
Que la culpa fatal habia cerrado
Con incesante canto
A todos los mortales.
Os entonan el Santo , Santo , Santo;
Tú á los Cielos subiste
Señor de los egércitos terrible.
Y á la diestra del Padre estás sentado,
Cielo y tierra rebosan vuestra gloria
Y vendrás como Juez justo y severo
Y rnagestad : el coro glorioso
A juzgarnos el dia postrimero,
De Apóstoles , el número plausible
Dia terrible y triste.
De Profetas y egército invencible
Por tanto ahora postrados
De Mártires triunfantes,
Favor pedimos los que redimiste
Os alaban constantes.
Con tu sangre preciosa;
La Iglesia por el mundo difundida
Haz que en suerte dichosa
Os confiesa por Padre omnipotente,
Con tus Santos seamos numerados.
Y á vuestro venerado
Salva tu pueblo y la heredad preciosa
J5Ü 151
Que por propia elegiste:
Y hacia tí nos dirige eternamente A UN ORADOR CONTRAHECHO
Con devora porfía.
Cada dia til nombre bendecimos ZAZOSO Y SATÍRICO.
152 153
Yo soy aquel Caminante
A quien la sed desalienta
A UNA SEÑORA QUE SE QUEJABA
Y en amorosa tormenta
DE QUE HUBIESE TRATADO A OTRA ANTES
Soy infeliz naufragante,
QUE A ELLA. Ya os he dicho lo bastante
En comparaciones dos:
Si un Caminante penara
Hablad , Señora , por Dios,
De sed, y junto al camino, ■Que ese silencio me abrasa:
Por acaso peregrino, Esto es lo que á mí me pasa:
Una fuentecilla hallara, Decid lo que os pasa á vos,
Y no siendo la mas clara
El agua , bebiera aquí, CENSURA DE UNOS SONETOS
Aunque no lejos de allí ACRÓSTICOS.
Otra mejor agua hubiera,
Estraáa'ras que bebiera? OCTAVA.
Pues esto me pasa á mí.
Esos versos que ves tan adornado»
Si un infeliz naufragara,
Y á una tabla que encontrase No son afecto , Mirta , de gran ciencia:
Gustoso la mano echase, Por Pintor, no Poeta, son formados,
Y así la vida salvara; Mas que obra de talento , de paciencia:
Hubiera quien lo extrañara, Y aunque hacia, varias partes ordenados
Ni juzgara frenesí Siempre tienen su cierta inteligencia,
Porque tal vez por allí Y forman con las letras mil juguetes,
Pasar un barco pudiera, No son Sonetos , sino sonsonetes.
Que al puerto le condujera?
Pue. esto me pasa á mí.
I
*54 155
Que en tu buril peregrino,
A LA NOCHE PINTADA Con ser tan grande Agustino,
Parece mucho mayor.
POR J. FERNET.
TRADUCCION DEL EPITAFIO LATINO
DÉCIMA. QUE EL BEMBO HIZO Á RAFAEL,
/1A que, luz examinaste, lile hic estRaphaeljtimuit, quo sospite, vinci
Gran Vernet, la noche obscura Rerum magna parens , et moriente mori.
Que en tu famosa pintura
Tan al vivo la copiaste? TRADUCCION.
Si de noche la pintaste,
gQué luz tu pincel guió? Bajo esta losa dura
Si de dia , no sé yo Yace aquel Rafael en cuya vida
Cómo tanta obscuridad, La gran madre natura
Juzgándola realidad, Temió ser excedida,
Su luz no la disipó, Y quedar con su muerte destruida.
158
Cantad alegremente 159
Nuestras glorias futuras, Delio.
Y el nombre Carolino juntamente.
Pues qué? No ves trocada la natura?
O dichas! ó favores! ó venturas!
En el prado florido
O Cárlos deseado! ó dulce Luisa!
No ves el resplandor , cuando á Diana
Venid , tiempos , venid á toda prisa.
En diversión liviana
Detiene en Lathmos el Pastor dormido?
Batilo. No ves por los oteros
/ Saltar las Corderillas,
Bien hiciste en decirme que no era Retozar los Corderos,
Locura consumada tu alegría; Volar los Colorines en cuadrillas?
Que por tal la tendría No escuchas el divino no aprendido
Quien como yo te oyera Canto del Ruiseñor , que la celosa
Decir cosas tan varias presuroso, Consorte reconoce desde el nido,
Sin proseguir alguna señalada, Donde en cama mullida
Ni hacer allí parada; Fomenta cariñosa
Cual en valle abundoso La familia en los huevos escondida?
Deja la hambrienta oveja mal pacida No veá subir ál cielo bordeando
La grama comenzada La Calandria parlera,
Del codiciado nácar atraída: En justa proporción lá voz alzando,
O cual la mariposa Y luego se descuelga á la pradera
Que toca en varias flores desvelada, Precipitadamente?
Y en ninguna reposá. No es aquella que arrulla en nuestra estancia
¿De dónde , pues , tu falta de cordura La Tórtola doliente?
¿Qué frenesí de nuevo te ha tomado, Del monte en la ladera
Siendo Pastor de juicio acreditados No miras eí almendro floreciente?
i 6o iór
No sientes la fragancia Del triunfo llevas tú toda la gloria.
De las rosas que nacen por do quiera? Aunque del seno frió
Y todo en medio del invierno crudo? Los dos nacemos de esa Madre cana,
Plugo á la soberana
Eatilo. Mano hacer de los dos un solo rio.
Para esto diste tú ricos caudales
Tanto tn gozo enagenarte pudo, En tus raudos cristales:
Que juzgues cosas tales Yo solo el nombre di para el intento,
Las hogueras, que en muestra de alegría Pobre caudal y tardo movimiento.
Encienden los Zagales? No tú como el Segura,
Que el triunfo celebró de la insolencia
Y puso á la inocencia
En prisión insoluble y cárcel dura.
Por eso condenaron sus raudales
EL GENIL TRIUNFANTE
Los Dioses inmortales
AL DARRO QUEJOSO, A ser de cara madre distraídos,
Y en las movidas tierras consumidos
CANCION COMENZADA.*
L'i Guerra por un caso inevitable Por qué gimieron las celestes cumbres
Invadió la Española Monarquía, Donde fulgara el Sol ; y obscurecidas
Juzgando que aceptada acabaría Las sacras Potestades se asombraron?
De una vez con la gente miserable: Por qué en sus lechos cánticos soñaron
Y rehusada , al Monarca respetable Desventuras los Justos ; y sintieron
La gloria militar rebajaría. Latirles Con pavor los corazones?
El Pueblo ofrece á Cários á porfía Por qué la sien invulnerable y pura
Dones mil del tesoro inagotable Enlutó la virtud , y los amores
De su amor: y por Cários negociada. Con desoladas voces lamentaron?
Viene la Paz con palma de victoria, Ay ! Ay 1 Amigo regalado y tierno
La guerra cruel , huyendo apresurada, De mi amor, de mi bien; la muerte horrenda
Tantos despojos deja en nuestra tierra Desde el carro infernal embrabecida
Que Cários de la Paz saca la gloria, Segó tu cuello en este fiero instante !
Y el Pueblo la abundancia de la guerra. Yo lo temblaba largo tiempo habia:
La calor de la muerte derramada
Vi con terror sobre su faz amable
Mas que la gloria y que el placer: airada
Con paso inalterable discurría
La despiadada fiebre devorando
II
164 155
Del excelso vivir el almo aliento. Ni hollada sin pudor la ley potente.
Ella a sus ojos descubrió ensañada Ei Sabio mucre como el Sol ; que inclina
Los hórridos abismos de la tumba La frente de oro en la sonante espuma,
Con tardo horror : en sus entrañas hondas A los Orbes incógnitos llevando
Se deslizó , y ciñólas anchamente El torrente inflamado de su lumbre.
Inexorable á la piedad y al llanto. Así miraste el postrimero instante;
El Amigo infeliz del alma mia, Con esa fuerza impávida le viste,
El varón adorable en cuya boca Sublime , generoso , ilustre, ardiente
La ciencia y las dulzuras se escondían González , luminar glorioso, y timbre
Sintió y gimió naturaleza inmensa Del Pueblo de Tubaí , y sus regiones
Armada de sus leyes vencedoras Fecundas ; dulce , encantador, amante
Vió conjurada contra sí: tocaron Cual los Angeles puros del ollmpo.
Su oreja los ardientes alaridos Lloradle ; Amigos , á quien quiso tanto,
De ios que amaba con sü amor : turbaron Los que sabéis llorar ; y lás ternuras
Sus tristes gritos aquella alma hermosa Del humano sentir probáis dichosos;
Para el amor y la virtud nacida. Lloradle á gritos sin cesar , cuitosos
Tormento igual encrudecerse solo Al túmulo volemos , do descansa.
En contra puede del mortal supremo Sombras que le cercáis: eternos seres
Que al lado atroz el alto cuello rinde. Eli cuya mano fiel se afirma el mando
Ni el homicidio torvo en aquel punto Y la defensa de las grandes sombras,
De monstruos gemebundos coronado Permitidme estrecharle con mi seno,
Las tímidas entrañas le devora. Y sellar en su rostro el beso triste
Ni la cabeza ensalza espantadora De paz y de dolor y de la muerte.
La calumnia sangrienta y fementida: O delicia inefable! ó gloria antigua
Ni la Esposa ¡engañada , ni inocente De la virtud , faltaste en fin ; murieron
Virgen, burlada con perfidia infanda; Sesenta años de gloria y de talentos^
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Y el pasmo de inmortal sabiduría. De llamas , retembló despavorido:
Del sepulcro en los lóbregos asombros Sus furias veladoras y sangrientas
Yace sumida aquella gran cabeza Alaridos lanzaron horrorosos;
Do tantas luces y saber moraban. Y mordieron e! polvo ; y rebrabaron.
El Genio del horror con mano impía La virtud sonrió ; y su leda frente,
Cierra la boca deliciosa y blanda Bella , cual los jardines de Oriente
Que jama's insultó, ni la amargura Las inmortales gracias rodearon.
Vil, mancilló con ponzoñoso aliento. Y la superstición, su bronco trueno
Los ojos , que miraron veces tantas Y sus espantos derrocó humillada
Nacer la clara y reluciente aurora Herida de la gran Filosofía:
Y el albo cerco del fulgente dia: Que solo la explendente soberana
Los que al Cielo se alzaban , esparciendo De las ciencias , milagro de natura,
La'griinas , por las cuitas de los hombres; Hollar pudo a' esa sierpe antigua y brava.
La noche cubre sempiterna y fría. La que á la ufana y prepotente Europa
O dolor! ó gran Dios! ó fuerza insana Osó sacar de la región del llanto,
Y ley terrible de morir! ó Amigo Desde Bizanzio , á do se eclipsa el dia,
Dulcísimo y leal de mis entrañas! O con qué afan imperturbable y santo,
González era un justo; era un profundo Voló González por sus anchos Golfos,
Sabio, explendor de la Española gente. En la nao de la Gloria refulgente!
Del tenebroso claustro en los retiros El Angel del saber, a! firme orgullo
Vió la luz y miró; y el fuerte lazo Del famoso varón , aplausos dando
Del ciego error con noble afan deshizo: Guiólo; y por la dura y larga senda,
Las Musas descendiendo en raudo vuelo De formidables Hidras erizada
Le trageron la Lira omnipotente Le llevó, y coronó sus vastos triunfos.
Que la verdad y los deleites canta. Entonces escucharon con asombro
Sonó ; y el crimen en su horrendo trono Los hijos de los hombres á porfía
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Sus lecciones de paz y de ventura. Y aquella alma divina y generosa
Yo por mi bien las escuché algún dia: De los débiles miembros desatada
Yo por mi mal me las acuerdo ahora. Dejó el Planeta de los tristes hombres.
Cual de los yertos eternales montes, Bóbedas estrelladas , dadle asiento,
Que señalan los términos del Mundo En vuestro luminoso firmamento,
Juntos descienden ríos mil sonando: Pues sois inorada de las justas almas:
O en los rigores de la bruma helada Siglos , llevad su venturoso nombre
Atropellando los lucientes copos Sobre las alas rápidas inmensas
Por la atmósfera giran dilatada; A las edades últimas del mundo:
De sus labios salían Lágrimas de amistad , salid gimiendo
Las palabras de lumbre verdadera: De mis ojos; y el túmulo sagrado
Que envidia dieran al anciano Argido Inundad de mi Amigo ardiente y puro.
Que robó la virtud á la alta Esfera.
O! punto aciago! en qué tesoros tantos EN LA MUERTE DEL REVERENDO
Pisó , acabó y escarneció atrevida PADRE MAESTRO FRAY DIEGO GONZALEZ.
Mas ¿qué mucho que lloren tu partida Crezca el fiero dolor y desconsuelo,
Si en tí hallaban su gozo y su consuelo, Y cubra de tiniebla y sombra obscura
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Su refulgente albor el claro Cielo. Que á mí no me cubrió con mortal velo!
Suene en llanto confuso la espesura; ¡Ay Parca rigurosa y despiadada!
Prados, cubrid de luto vuestras flores, Paréceme que aun veo en su semblante
Y vuestras linfas , Fuentes, de tristura. Tu fiera imagen con furor pintada,
Decid , bellas Zagalas y Pastores, Y que con voz marchita y palpitante
(De funesto Ciprés la sien ceñida, Me dice al espirar : Liseno mió,
Y elevando hasta el Cielo los clamores) Yo muero , yo te pierdo en este instante.
«Delio, ornamento de la humana vida,
Roselio.
«Tú volverás primero al ser humano
«Que olvidemos nosotros tu partida.” Suspende, Amigo, el llanto, que tu brio
Acuérdaseme ahora ¡ay! cuán en vano Va cediendo al dolor ; y no es cordura
Mé ocurre á la memoria esta fineza Que raye el sentimiento en desvarío.
Que entonces me dejó de gozo ufano! Y de Delio en la triste sepultura
Acuerdóme que un dia en la aspereza Tributemos los últimos honores
Del bosque , le hallé solo , y deseoso A la amistad sagrada , honesta y pura.
Quise oir de su canto la destreza.
Poeta.
Y él al punto con ayre magestuoso
Cantó por agradarme un'a Elegía Cesaron de llorar los dos Pastores,
Al son de su rabel tierno y donoso. Mas no de suspirar ; mientras cubrían
Y luego sonriendo me decía: El túmulo de Delio, con las flores
Zagal ; toma á Liseno por modelo, Que al viento mil aromas esparcian;
Y en breve imitarás la Musa mia. Y cuando activos con mayor cuidado
Tales oficios á su Amigo hacían;
Liseno.
He aquí que se aparece un Genio alado
O Delio! ó dulce Amigo ! ó mi consuelo! Cubierto de explendor , e! cual risueño
Quién me privó de tí con mano airada, Les dixo en clara voa con dulce agrado:
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Pastores , convertid en alhagüeño En este sitio mismo,
Placer , vuestro dolor ; templad el llanto, Decid si era justo mi tormento.
Delio descansa en paz y en dulce sueño Aquí con rostro afable y cariñoso
Libre ya de inquietud^ de error y espanto. Mis faltas argüía,
Y sobre su rabel harmonioso
Mi mano dirigía ¿
CANCION DE DON JUAN SANCHEZ.
Aquí con eco blandô y lastimero
De sus penas cantaba,
Copados chopos, cuya sombra fría
Y la suerte del Reyno desdichado.
Divierte mis cuidados O con tono severo
Y SÍiviá mi fatal melancolía, Los vicios afeaba
Si loá dones trocados. Encendido su rostro' y demudado.
Fuero vuestro mi triste entendimiento, Escuchaban los Faunos retirados
Mia vuestra dureza,' Su eco poderoso;
Vuestra mi alma y vuestro tronco mió; Las ramas de los árboles copados
Entonces' ytf contento Con silvo melodioso
Mirara Con tibieza’ Acompañaban su cantar divino^
El dolor vuestro mas que el mármol frió. Y con trinos suaves
Mas ahorá que en mi daño conjurado. El Eco á sus cantares respondía^
Admiro el justo Cielo, Yo mísero y mezquino
Y de un amigo justo abandonado Sus tonos siempre gráves
Quedo solo en el suelo, Quise imitar con necia valentía.'
Abandonado á mis suspiros tristes, Miraba el buen Anciano mis intentos,
Y fuera dé mí mismo, Y el mismo me' animaba.-
Falto ya de suspiros y de aliento; Yo pintaba mis dulces sentimientos,
Vosotros que le vistes Y él me los retocaba.
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Cantaba yo de Fili los ardores 179
En mi amor embebido,
¥ atento me escuchaba y cariñoso, ODA
Y al cabo mis amores
Condenaba entendido, DE DON MANUEL PEDRO SANCHEZ
Y otro amor me mostraba mas precioso. SALVADOR , EN LA SENSIBLE MUERTE DE
SU AMIGO EL DULCÍSIMO POETA FRAY
Entonce asiendo de la dulce lira
La magestad cantaba DIEGO GONZALEZ.
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