Las fábulas mexicanas más conocidas

Los elementos que poseen las fábulas hacen referencia a la cultura y a la forma
de cada país y algunos escritores mexicanos se han destacado en la narrativa
literaria. Ellos son: José Joaquín Fernández de Lizardi, a quien se le empezó a
llamar como “el pensador mexicano”, José Rosas Moreno que le conocían en
varios círculos académicos y literatos como “el poeta de la niñez” y la gran
poetisa y fabulista mexicana Rosa Carreto, entre otros.
La retórica que busca predicar lecciones de vida por excelencia son las fábulas.
Algunas fábulas mexicanas antiguas son muy difíciles de datar, dado que su
historia fue limitada, sin embargo, la tradición oral mexicana y la idiosincrasia
de un pueblo avanzaron sobre un pasado milenario en el cual las fábulas
mexicanas no se quedaron atrás. Es por ello que los grandes fabulistas
mexicanos que conocemos son todos de la época moderna. Igualmente las
fábulas mexicanas, como todas las fábulas, generan gran empatía con los
lectores y les enseñan valores a seguir.
Las fábulas mexicanas comparten muchas similitudes con los demás tipos de
fábulas, lo que las caracteriza es la inclusión de algunos elementos que son
cotidianos y algunas formas de redacción que pueden ser más amigables para
los niños y las niñas mexicanos, sin embargo, podemos disfrutarlas en todas
las partes del mundo por su genialidad e inventiva. Te invitamos a leer más
fábulas y podrás conocer alguna que te llame la atención.
No importa el país en el que te encuentres, sigue leyendo y aprende sobre
fábulas mexicanas.

El tigre hipócrita y el leopardo

 Autor: José Joaquín Fernández de Lizardi

 Resumen: un tigre se engrandecía a menudo y a todo el mundo decía de
sus buenas intenciones. Indicaba que era un gran piadoso que de los
desdichados se acordaba, y así lo oyó un leopardo que por allí pasaba. Le
preguntó entonces que hacía él ante las desdichas de los demás y el
tigre, con el rabo en las piernas, contestó que nada.
 Moraleja: hay que evitar ser como aquellos que viven de habladurías y
dicen compadecer cuando en realidad poco aportan. Es de hipócritas
mucho hablar, pero a la hora de la verdad no hacer ni aportar nada.