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Antecedentes:
La nota de elevación del proyecto convertido en ley 8929 (BO. 23/11/2016) describe una
justicia colapsada con la imprevisión del sistema de la ley 6730 de establecer el mismo
molde investigativo para todos los delitos de acción penal pública.
Valora la situación de la justicia correccional a partir de estadísticas proporcionadas por
el Ministerio Público Fiscal acerca de las causas elevadas a juicio, distinguiendo para la
primera circunscripción judicial que un 60% corresponden a la competencia del Juez
Correccional y un 70% de esa competencia en la Tercera Circunscripción Judicial.
Expuso que para mejorar esa situación la Procuración General dispuso practicar para el
fuero correccional una prueba piloto que le evitaba al Fiscal de Instrucción formular la
acusación en forma escrita, para el plenario, oralizando dicho acto. Indicó que el
procedimiento funcionó hasta el dictado de la Acordada Nº27.443 de la Suprema Corte
de Justicia de Mendoza que vino a materializar la reducción del número de jueces
correccionales que había operado la ley 8680.
Frente a esto, el proyecto de reforma a la justicia correccional toma en consideración el
cúmulo de procesos penales a distribuir entre jueces correccionales y jueces de cámara,
poniendo de relieve que la desproporción que existe para la distribución de trabajo entre
éstos, se agravaría con la reducción de jueces correccionales que propone aquélla ley.
Para evitar este resultado, deroga los artículos pertinentes a la reducción de jueces
correccionales, dejando cuatro juzgados correccionales para la primera circunscripción,
y dos juzgados correccionales en la tercera circunscripción judicial.
De todas formas, el reconocimiento de aquéllos porcentajes y el escaso número de jueces
correccionales para recibir el mayor número de procesos elevados a juicio, afirma el
hecho que la desproporción se mantiene. En la primera circunscripción, de cada cien
causas, cada juez correccional recibirá quince procesos (que resulta de dividir 60 procesos
entre 4 jueces), mientras que cada camarista recibe menos de dos procesos (1,66) que
resulta de dividir 40 procesos entre 24 jueces (3 de 8 cámaras). En el caso de la tercera
circunscricpión, la diferencia es de 35 causas que recibe un juez correccional, por cada 5
causas que recibe un juez de Cámara; ya que 70 procesos se distribuye entre dos jueces y
los 35 remanentes entre seis camaristas (3 de 2 cámaras).
Pese a esta distribución de trabajo, que conspira en la mejor consecución del objetivo de
prestar un servicio de justicia adecuado, el Poder Judicial no se ha planteado aún la
posibilidad de reformar su estructura, adoptando una forma de organización horizontal a
través de colegios de jueces que daría adecuada respuesta a esta problemática, como lo
demuestran las exitosas experiencias de Neuquén y Chubut1.
No obstante haber destacado la ley la inequitativa distribución del trabajo entre los jueces
penales, la sanción de la ley es positiva, porque aunque no solucione el problema lo
atempera mediante la derogación de aquéllas disposiciones que desconocían la realidad
de la justicia correccional y reorganización de los órganos estatales del fuero (Juez
Correccional, con nueva determinación de competencia; Fiscales de Instrucción y
Ayudantes Fiscales (desaparece el Fiscal Correccional). Al margen de otras deficiencias
y lagunas en la regulación del procedimiento, como se verá en los capítulos siguientes, la
sanción de la ley 8929 representó un avance superador al sistema de la ley 6730, ya que
hace realidad el principio de política procesal de que “es preciso adecuar el procedimiento
a la magnitud de la infracción que se investiga” 2.
El norte de este procedimiento es agilizar la justicia correccional y esta finalidad se infiere
del siguiente prárrafo: “Estimamos que el primer resultado positivo se va a ver reflejado
en la resolución pronta de gran cantidad de causas mediante criterios de oportunidad,
con lo que por un lado, se proporciona una inmediata respuesta y transmitir el mensaje
al ciudadano y al victimario que toma conciencia que su conducta va a ser merituada y
culminará con una resolución judicial positiva o negativa, pero en todo caso su conducta
no quedará fuera del sistema por el transcurso del tiempo” (prescripción).
1
Soy partidario de la formación de colegios de jueces, que trabajen con la asistencia de una oficina de
gestión judicial independiente de aquéllos, que cumplen la función administrativa de distribuir el trabajo
jurisdiccional y organizar las audiencias, optimizando la productividad del servicio de justicia. De esta
manera, el cúmulo de planteos que requieran la intervención de órgano jurisdiccional en su resolución,
cualquiera sea la naturaleza u objeto del requerimiento (allanamiento, audiencias de prisión preventiva,
prórroga o cesación, audiencias de aplicación de criterios de oportunidad, oposiciones, juicio común,
unipersonal, colegiado, juicio por delito de acción privada, etc.) se distribuyen entre todos los jueces penales
de la circunscripción organizados en Colegio, donde la rígida separación por competencias material no
existe y todos sus miembros concurren a emitir la resolución a que se los convoca, cualquiera sea la fase
del proceso, aún la instancia recursiva. Así, en la primera circunscripción, todos los planteos diarios se
podrían distribuir entre 34 jueces y en la tercera entre ocho jueces. El sistema presenta insuperables ventajas
en comparación con la rígida organización del sistema de Justicia que refleja la organización verticalista y
de tipo feudal, con Juzgados que funcionan como compartimentos estancos según criterios de distribución
de penas, grados del proceso o territorio. Sobre los colegios de jueces me he ocupado en otra oportunidad
y dejo aquí planteada, como inquietud, la necesidad de su implementación.
2
VELEZ MARICONDE, Alfredo. Exposición de Motivos de la ley 1908, en Código Procesal Penal de
Mendoza, mayo 2011, p. 46
En lo que sigue, el resultado de las inquietudes y reflexiones que proceden de mi
interpretación del nuevo procedimiento correccional, esperando que las dudas que aquí
se reflejan y las posiciones asumidas, compartidas o no, contribuyan al debate que suscita
la disparidad de opiniones en torno a la aplicación de sus preceptos. La más evidente,
hasta el momento, esclarecer el deslinde de competencias entre los Jueces de Garantías y
Correccionales por la poco afortunada expresión “juez/a competente”, indagar en las
formas de cumplimiento y documentación de la audiencia de acusación; otras cuestiones
no menos importantes, como definir con precisión el momento hasta el que los sujetos
procesales eventuales pueden instar su participación en el procedimiento o el ejercicio de
determinadas facultades. El temario es numeroso, y no debe considerarse aquí agotado.
Con seguridad la aplicación del procedimiento producirá situaciones particulares que
producto de distintas interpretaciones serán resueltas de diverso modo, lo que generará la
necesidad de unificar criterios y prácticas para asegurar la aplicación igualitaria de la ley
penal y procesal.
Ley 8929:
Organización de la Justicia Correccional:
Juzgados Correccionales:
La ley 8929, objeto de análisis en este trabajo, derogó los artículos 1 y 5 de la ley 86803,
de manera que en la Primera Circunscripción Judicial existirán cuatro Juzgados
Correccionales y se mantienen los dos Juzgados Correccionales de la Tercera
Circunscripción Judicial. Sin embargo, esta solución de compromiso no soluciona los
problemas que plantea la inequitativa distribución del trabajo y, aunque evita que el
problema se agudice todavía más, persiste en indicar la necesidad de adoptar medidas
urgentes para la correcta y oportuna atención de tan elevada cantidad de casos 4, lo que
podría hacerse, sin perjuicio para nadie, a través de la organización de colegios de jueces
entre todos los jueces del fuero penal ordinario, al modo que lo tienen organizado las
provincias de Neuquén y Chubut.
3
Art. 1: Transfórmense el Tercer y Cuarto Juzgados Correccionales de la Primera Circunscripción Judicial
de la Provincia de Mendoza en Juzgados de Garantías, los cuales tendrán las siguientes denominaciones:
a) El Tercer Juzgado Correccional se denominará Séptimo Juzgado de Garantías,
b) El Cuarto Juzgado Correccional se denominará Octavo Juzgado de Garantías.
Art. 5: Transfórmese el Segundo Juzgado Correccional de la Tercera Circunscripción de la Provincia de
Mendoza en Juzgado de Garantías, el que se denominará Tercer Juzgado de Garantías.
Competencia de los Juzgados Correccionales:
La ley modifica la competencia material originalmente asignada por la ley 6730, en el
siguiente sentido.
"Art. 49 - El Juez Correccional juzgará en única instancia:
1. De los delitos de acción pública dolosos y culposos que estuvieren reprimidos con
pena privativa de libertad no mayor de tres (3) años o con multa y/o inhabilitación.
2. De los delitos de acción privada".
Fiscalías de Instrucción:
Desaparece la Fiscalía Correccional. El artículo 17 de la ley 8929 deroga el artículo 564
de la ley 67305 que, en consonancia con la investigación fiscal encomendada al Fiscal de
Instrucción, dejaba reservado a la actuación del Fiscal Correccional tan sólo el ejercicio
de la acción penal durante la sustanciación del juicio correccional. En otros términos, así
como el Fiscal de Cámara continuaba el ejercicio de la acción penal ante las Cámaras del
Crimen, el Fiscal Correccional hacía lo propio ante el Juez Correccional.
Entonces, suprimida la función del Juez Correccional se comprende mejor las
disposiciones que paso a transcribir de la ley 8929, referidas, respectivamente, a la
función del Fiscal de Instrucción y procedencia de la investigación penal preparatoria y
de la información sumaria.
5
corresponda, en la investigación penal preparatoria y en el procedimiento correccional
previsto en el Libro Tercero, Título II, Capítulo 1"
Procedimiento Correccional:
6
Artículo 3° - Transfórmase la Primera, Segunda, Tercera y Cuarta Fiscalía Correccional de la Primera
Circunscripción Judicial en Fiscalías de Instrucción, las cuales se incorporarán a las Unidades Fiscales
conforme disposición de la Procuración General.
"Art. 417 - Procedimiento Correccional. El Ayudante Fiscal, bajo las directivas del
Fiscal de Instrucción, practicará una información sumaria que se realizará en el término
de quince (15) días, con el objeto de reunir los elementos probatorios que sirvan de base
a la acusación fiscal y procederá a efectuar la imputación formal conforme las
disposiciones del Artículo 271 de la presente Ley.
El Fiscal de Instrucción podrá disponer el Archivo de las actuaciones, cuando así
correspondiera (Artículo 346)".
"Art. 417 bis - Medidas de Coerción. En caso de que el imputado se encuentre privado
de su libertad se aplicarán los Artículos 284 y 345, no así el Artículo 348, del presente
Código.
En este supuesto el plazo de la información sumaria será de diez (10) días. Vencido el
mismo sin que se hubiere solicitado la audiencia de acusación la causa continuará su
trámite conforme las disposiciones de la Investigación Penal Preparatoria".
"Art. 417 ter - Proposición de Prueba. Las partes podrán proponer diligencias las que
serán producidas en la etapa de plenario, salvo que se trate de actos urgentes o definitivos
e irreproducibles.
En caso de complejidad probatoria el Fiscal de Instrucción declarará inaplicable el
procedimiento, continuando el trámite según las disposiciones de la Investigación Penal
Preparatoria".
Caracteres generales:
Se trata de un procedimiento especial previsto para la investigación y juzgamiento de los
delitos mencionados por el artículo 313 bis del C.P.P., y que discurre a través de tres fases
sucesivas: la primera, de tipo investigativa denominada “información sumaria”; la
segunda, que no tiene denominación expresa en la ley pero se infiere de la interpretación
sistemática de sus normas, podría nominarse aquí fase de “aplicación de criterios de
oportunidad”; y la última, denominada “juicio o plenario” que tendrá lugar una vez
formalizada la acusación y cuando no haya sido resuelto en las fases precedentes (archivo
o sobreseimiento durante la información sumaria o aplicación de algún criterio de
oportunidad en el período de diez días de notificada la defensa el pedido de audiencia de
acusación).
Como puede verse, sólo la fase de información sumaria se presenta como necesaria en
virtud del principio de legalidad procesal, al menos en su inicio, atento las posibilidades
de conversión del trámite. Tiene la finalidad inmediata de recopilar información para dar
sustento a la acusación, posee una duración de diez o quince días –según tramite o no con
personas privadas de libertad-, es ejercida por el Fiscal de Instrucción o por delegación
de éste, por el Ayudante Fiscal. Tiene carácter marcadamente unilateral en el sentido que
su objeto es la reunión por la Fiscalía de pruebas que le permitan sostener una acusación
en debate. Las facultades de las partes para incidir eficientemente en el resultado de la
investigación son muy limitadas en esta fase, postergándose el contradictorio a la fase de
juicio. No está expresamente señalada la forma que debe revestir la información sumaria
pero, salvo las indicaciones referidas a los plazos, limitaciones a las facultades probatorias
de las partes y previsiones específicas sobre medidas de coerción, conduce a suponer que
es escrita y formalizada al modo como se presenta la investigación penal preparatoria.
La segunda fase procederá siempre que la información sumaria no concluya por archivo
o sobreseimiento, y tiene por objeto resolver la aplicación al caso de salidas alternativas
al debate, de suerte tal que si no son propuestas en esta fase, se produce, en mi visión del
procedimiento, la preclusión de la oportunidad procesal para intentarlo con posterioridad.
Esta fase nace con la notificación a la defensa del pedido de audiencia de acusación
dirigido por el Ministerio Público Fiscal al Juez Correccional, y se extiende, en principio,
por el plazo de diez días señalado en la norma para que la defensa inste al Ministerio
Público Fiscal la aplicación de algún criterio de oportunidad o juicio abreviado y fenece
cuando venza el plazo sin haber sido requerida su aplicación o cuando se resuelva
definitivamente la procedencia o rechazo de los criterios de oportunidad solicitados
dentro de ese período.
La tercera fase, de juicio propiamente dicho, procede ante el Juez Correccional, y tiene
lugar cuando en la audiencia requerida por el Ministerio Público Fiscal se formaliza la
acusación y el trámite continúa según las normas del juicio común y termina con el
dictado de sentencia, en juicio común o juicio abreviado final.
La apertura de esta tercera fase dependerá de que previamente no haya sido resuelto el
caso por aplicación de algún criterio de oportunidad o juicio abreviado inicial y tiene por
objeto la amplia discusión o debate de la verdad de la acusación, con resguardo de los
principios de oralidad, publicidad y contradicción, en caso de juicio propiamente dicho;
o el dictado de sentencia definitiva mediante aplicación del procedimiento especial de
juicio abreviado final.
En otros términos, es un trámite breve y que contempla otras formalidades o
procedimientos propios de la investigación fiscal y el juicio común, por ejemplo, a título
indicativo, el régimen de prisión preventiva no es aplicable en el procedimiento
correccional; tampoco reconoce a las partes, sino hasta el debate, la atribución de
proponer diligencias para ser practicadas durante la información sumaria, salvo que se
trate de actos definitivos e irreproductibles; no contempla las facultades de ocurrencia
ante el Juez de Garantías por denegación de las medidas de prueba; posee un espacio
específico para el planteo y decisión sobre la aplicación de criterios de oportunidad; la
acusación se formaliza oralmente en audiencia sin que la defensa pueda formular
oposición sino hasta el desarrollo de la audiencia de debate; los actos preparatorios del
juicio se concentran en la misma audiencia de formulación de la acusación, pues una vez
realizada por el Ministerio Público Fiscal, las partes deberán ofrecer en el mismo acto las
pruebas, el Juez resuelve sobre la admisión o rechazo y fija la audiencia de debate en
intervalo no mayor a diez días.
La fase recursiva se reconoce a través del recurso de apelación, previsto expresamente
para el querellante particular si se rechaza la oposición deducida a la decisión fiscal de
aplicar criterio de oportunidad; como así también el recurso de apelación contra el rechazo
de la aplicación de criterios de oportunidad o juicio abreviado inicial requeridos por el
imputado, defensa o aún por el Ministerio Público Fiscal, dado el carácter objetivo de
actuación que gobierna su intervención en el proceso. A la vez, proceden los recursos
extraordinarios de casación, inconstitucionalidad o revisión contra las decisiones del Juez
Correccional o del Tribunal de Alzada de las decisiones del Juez de Garantías, por las
causales que correspondan.
Hasta aquí dejo presentado en términos generales el procedimiento correccional a través
de la descripción genérica de sus fases procesales.
En los capítulos siguientes me ocupo de ellos con mayor grado de detalle y presento los
problemas interpretativos y soluciones que considero proceden respecto de algunas aristas
del procedimiento que no surgen con claridad de la ley.
Medidas de coerción:
La norma contempla reglas especiales para los casos de procesos que se sigan con
imputados privados de libertad. Por las características del trámite y celeridad pretendida,
declara aplicables las normas referidas a la detención -284- y control jurisdiccional -345-
, pero no el artículo 348 del mismo código –referido al procedimiento de prisión
preventiva.
La detención, se sabe, puede ser ordenada por decreto fundado del Fiscal de Instrucción
en los casos señalados por el artículo 284 en función con el artículo 293.
El artículo 345 del C.P.P. hace referencia al control jurisdiccional que es la vía acordada
al imputado y su defensor para requerir directamente del Juez de Garantías la revisión de
la situación de detención.
No corresponde a la información sumaria el procedimiento de prisión preventiva por la
brevedad de los plazos de aquélla –diez días- De exceder este plazo sin que haya sido
requerida la audiencia de acusación, se produce ope legis la conversión a investigación
penal preparatorio y en tal caso resultará aplicable la norma.
8
MAIER, Julio B. J. Derecho procesal Penal. Tomo I. Fundamentos, Ed. Del Puerto, 2012, pág. 589
La solución normativa puede ser problemática y exige un estudio más profundo.
Supongamos una información sumaria que inicia con el imputado privado de libertad. Al
décimo día el Fiscal de Instrucción requiere audiencia de acusación al Juez Correccional
y notifica a la defensa para que en el término de diez días, como veremos más adelante,
requiera la aplicación de criterios de oportunidad. La audiencia de acusación debe ser
fijada en plazo no menor a diez días, en el mejor de los casos, al día 11ª, de modo que a
su realización, han transcurrido no menos de veinte días –hábiles- con el imputado en
condición jurídica de detenido. En la audiencia de acusación, si antes no optaron las partes
por alguna salida alternativa al debate, las partes ofrecen prueba y corresponde la fijación
de audiencia de debate, que deberá tener lugar en plazo no mayor a diez días. De modo
que la persona del ejemplo, aprehendida desde el inicio de la información sumaria, ha
debido permanecer en detención ordenada por el Fiscal, durante un plazo no menor a
treinta días hábiles, sin intervención jurisdiccional sobre su situación de detención.
Supongamos en este ejemplo que la imputación fue por el delito de desobediencia a la
autoridad, cuya pena mínima es de quince días de prisión. En tal caso, habrá duplicado
en detención el plazo mínimo de la pena, antes de que tenga lugar la realización del
debate.
Para cubrir situaciones como las del ejemplo, considero que en la audiencia de acusación,
en tanto no suponga el análisis de cuestiones de hecho y prueba para la aplicación de
medidas de coerción (fumus boni iuris), podría introducirse a consideración del Juez
Correccional la revisión de la situación de detención o la aplicación de alternativas menos
gravosas para la libertad del imputado.
Momento inicial:
La ley no indica a partir de cuándo corren los plazos, surgiendo la necesidad de interpretar
el procedimiento para el correcto señalamiento del dies a quo.
Por las razones que paso a desarrollar la información sumaria de 10 ó 15 días se debe
contar “desde el comienzo de la misma”, solución que se compadece con la celeridad
pretendida para este procedimiento y la seguridad jurídica que proporciona la fijación del
momento en hecho que por regla no depende de la voluntad de alguna de las partes.
La alternativa de considerar el momento inicial del cómputo en la imputación formal,
como sucede en la investigación fiscal, es descartada por la propia norma cuando
menciona que en ese plazo el fiscal procederá a reunir elementos de convicción “y” a
efectuar la imputación formal. Esta conjunción indica que se trata de un acto más a
practicar junto a la actividad investigativa, dentro del plazo de información sumaria.
Además, como la oportunidad de practicar la imputación formal depende de la valoración
probatoria que realice el Ministerio Público Fiscal sobre la reunión del mérito
conviccional, torna incierto el momento inicial del plazo en todo caso, ya que a este mérito
conviccional puede arribar cuando esté próximo a vencer el plazo de la información
sumaria o una vez vencido. Por otra parte, se debe tener presente que la decisión por la
imputación y su efectiva materialización en general no coinciden temporalmente, ya que
la formalización de la imputación requiere de la presencia física del imputado, la que se
obtiene por vía de citación o detención. Contribuye a la conclusión que postulamos de
fijar el momento inicial en el comienzo de la información sumaria, el antecedente
proporcionado por el artículo 378 de la ley 1908, conforme al cual, el requerimiento de
citación directa debía ser presentado ante el tribunal competente dentro de los quince días
a contar de la detención del imputado o, si este se encontrare en libertad, dentro del mes
de comenzada la información. Recuérdese que el procedimiento de citación directa –
fuente de este procedimiento- constituía en el sistema de la ley 1908 un trámite especial
respecto de la instrucción formal, cuyo plazo de duración se computaba a contar de la
indagatoria.
Sobreseimiento:
Si considera que no tiene fundamento suficiente para acusar, corresponde requerir el
dictado de esta sentencia, que cierra definitiva e irrevocablemente el proceso a favor del
imputado en cuyo favor se pide, para lo cual la norma establece expresamente como regla
general la competencia del Juez de Garantías y la aplicación de las disposiciones
contenidas en los artículos 351 y ss. del C.P.P., es decir, las disposiciones del Título II
“Sobreseimiento”, del Libro Segundo Investigación Penal Preparatoria (arts. 351 a 356)9.
9
Art. 351- Facultad de Sobreseer. (texto según ley 8996, art. 17) El sobreseimiento total o parcial podrá
ser dictado durante la investigación cuando se hubiera procedido a efectuar formalmente la imputación
conforme al Artículo 271, sin perjuicio de lo dispuesto por el Artículo 373. En el supuesto previsto en el
Artículo 353 inciso 4, el sobreseimiento procederá, aún a petición de parte, en cualquier estado del proceso.
Durante la investigación fiscal, será requerido por el Fiscal en forma fundada.
Art. 352. Valor. El sobreseimiento cierra irrevocable y definitivamente el proceso con relación al imputado
a cuyo favor se dicta. (ley 6730)
Art. 353 Procedencia. (texto según ley 8996, art. 18).
El sobreseimiento procederá cuando:
1) El hecho investigado no se cometió o no lo fue por el imputado.
2) El hecho no encuadre en una figura penal.
3) Media una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o una excusa absolutoria.
4) La pretensión penal se ha extinguido.
5) Considerada agotada la investigación o vencido el término de la investigación fiscal y sus prórrogas, no
hubiere suficiente fundamento para elevar la causa a juicio y no fuere razonable, objetivamente, prever la
incorporación de nuevas pruebas.
6) Se hubiere producido la conciliación de las partes, siempre en los casos que estuviese legalmente
permitido.
7) Ha transcurrido el plazo de un (1) año desde la suspensión de la persecución penal, y no corresponde
dejarla sin efecto en virtud del 4to. párrafo del Artículo 27.
8) Ha transcurrido el término de la suspensión del proceso o el juicio a prueba, habiéndose cumplido las
condiciones y reglas impuestas.
9) Se han cumplido las obligaciones contraídas en el acuerdo reparatorio o la reparación integral del
perjuicio, salvo que aquellas se encuentren debidamente garantizadas a satisfacción de la víctima.
10) Por la renuncia del agraviado, respecto de los delitos de acción privada.
Art. 354- Forma y fundamento. El sobreseimiento se dispondrá por sentencia, en la que se analizarán las
causales, siempre que fuere posible, en el orden dispuesto por el artículo anterior. (ley 6730)
Art. 355- Apelación. (texto según ley 8996, art. 19) La sentencia de sobreseimiento será apelable, sin
efecto suspensivo, por el Ministerio Público y por el querellante particular. Podrá recurrir también el
imputado, cuando no se haya observado el orden que establece el Artículo 353 o cuando se le imponga una
medida de seguridad.
Art. 356- Efecto. Dictado el sobreseimiento, se ordenará la libertad del imputado que estuviere detenido,
se despacharán las comunicaciones al Registro Nacional de Reincidencia y, si fuere total, se archivarán el
expediente y las piezas de convicción que no corresponda restituir. (ley 6730)
Cuando el Fiscal entienda que posee elementos para mantener oralmente la acusación
debe proceder a realizar los siguientes actos sucesivos y sin solución de continuidad,
desencadenando el procedimiento de clausura:
1) Solicitar audiencia de acusación al Juez Correccional; y
2) Notificar a la defensa el pedido de audiencia de acusación.
Según resulta de la interpretación conjunta de los artículos 417 quater y quinquies, el Juez
Correccional debe fijar la audiencia con un intervalo no menor de diez (10) días, plazo
dentro del cual la defensa podrá solicitar la aplicación de algún criterio de oportunidad o
juicio abreviado.
En cuanto a la solicitud de audiencia, la ley no indica cuál es su forma, sino que se limita
a establecer que se trata de un “pedido”, que debe a la vez notificar a la defensa técnica.
Su efecto inmediato es transmitir a la defensa técnica el conocimiento de que la Fiscalía
reunió elementos de convicción suficientes para formular acusación y que podría evitar
la celebración del juicio mediante la aplicación de criterios de oportunidad o juicio
abreviado (inicial).
Al respecto, podría observarse que es el Ministerio Público Fiscal el legitimado para
solicitar la aplicación de estos criterios y que pudo (puede) hacerlo desde el inicio de la
información sumaria, lo que es correcto. Sin embargo, también es verdad que lo escueto
del plazo previsto para la información sumaria le ha exigido al Fiscal concentrar sus
esfuerzos en la investigación y no en negociaciones con la defensa para la aplicación de
estos criterios. Esta oportunidad de negociación tendrá lugar una vez asegurado el grado
conviccional para acusar y entonces adquiere sentido la apertura de este procedimiento
intermedio, para que la Defensa, que hasta entonces no había tenido posibilidades reales
de incidir en el resultado de la investigación, pueda ahora participar en la suerte del
proceso instando la aplicación de salidas alternativas al juicio.
Volviendo a la forma de petición de audiencia de acusación, como las vías alternativas al
juicio deben ser peticionadas ante el Ministerio Público Fiscal y resueltos por el Juez de
Garantías, conforme se demostrará más adelante, es claro que la petición de audiencia no
debe ser realizada con remisión de los autos al Juzgado Correccional para su radicación,
pues el Ministerio Público Fiscal necesita de las constancias de la información sumaria
para decidir su aplicación. La interpretación contraria, como se verá con más detalle,
produciría un “salto de instancia” que recién se abre con el pedido y como tal no ha sido
concluida, privando a las partes de las vías recursivas ordinarias que les concede este
ordenamiento.
Por lo expuesto, y en sintonía con la informalidad y celeridad pretendida para el
procedimiento, el pedido de audiencia de acusación podría ser eficazmente realizada al
Juez Correccional por vía de medios electrónicos u otro procedimiento que asegure su
finalidad, y ser respondido al Ministerio Público Fiscal de la misma forma.
Respecto de la forma que debe asumir la notificación del pedido de audiencia a la defensa
técnica, tampoco ha sido expresamente señalada, pero se infiere por las mismas razones
de celeridad y desformalización pretendidos para este procedimiento, que podría ser
realizada eficazmente por medios electrónicos, de conformidad a lo establecido por el
artículo 177 del C.P.P.
Fase intermedia.
Nace con el pedido de formalización de acusación al Juez Correccional y notificación de
ese pedido por la Fiscalía a la Defensa Técnica. Se extiende, en principio, por el plazo de
diez días hábiles desde la notificación defensiva y hasta su vencimiento, sin que haya sido
propuesta la aplicación de salidas alternativas al juicio, o hasta la resolución definitiva
del criterio de oportunidad de que se trate y haya sido instado dentro de ese plazo.
En cuanto al carácter del plazo, siendo que el procedimiento enmarca un ámbito
específico para promover y resolver criterios de oportunidad que pueden conducir a la
suspensión de la persecución o extinción de la acción penal (arts. 26 del C.P.P. y 59 del
Código Penal) o el dictado de sentencia mediante juicio abreviado (inicial), el
vencimiento del plazo concedido al efecto produciría la preclusión del derecho de
requerirlos con posterioridad y da nacimiento a la tercera fase del procedimiento
correccional (juicio o plenario).
Esta conclusión se compadece con las instrucciones generales impartidas por resolución
de Procuración General que compele a los miembros del Ministerio Público Fiscal a
requerir de inmediato su aplicación y en el procedimiento correccional, dentro del plazo
señalado por el artículo 417 quinquies, que es el de diez días aquí señalado.
Juez Competente.
De la finalidad y dinámica del procedimiento se infiere que el Juez de Garantías es
competente para la aplicación de criterios de oportunidad desde el inicio de la información
sumaria y hasta la conclusión de esta fase intermedia, por las siguientes razones:
1) En primer lugar, porque de acuerdo a la interpretación aquí sustentada, el pedido de
audiencia al Juez Correccional no fija, por esta sola circunstancia, su competencia. En
este momento procesal, la actuación del Juez Correccional se limita a la sola fijación de
la audiencia en intervalo no menor de diez días, para dar inicio al período de diez días
acordado a la defensa para la aplicación de estos criterios, que es la finalidad esencial de
esta fase intermedia. La audiencia, entretanto, quedó fijada, y la circunstancia de que se
celebre o no, dependerá de la resolución que se adopte en esta fase sobre la aplicación de
alguno de estos criterios.
2) Además, como fue explicado, la clausura de la información sumaria no se produce con
el sólo pedido de fijación de audiencia, del mismo modo que tampoco la produce el nudo
requerimiento de sobreseimiento, por cuanto el procedimiento contiene previsiones
normativas adicionales a cada alternativa que afirman la competencia del Juez de
Garantías.
En cuanto al pedido de audiencia y procedimiento para la aplicación de criterios de
oportunidad o juicio abreviado, los resultados posibles a la oposición del querellante
particular a la procedencia de estos criterios, indican con claridad que el Juez Competente
ante el que se formula necesariamente debe ser el Juez de Garantías, ya que si la oposición
prospera, “dispondrá continuar la investigación por otro/a fiscal”, previsión que
demuestra que el procedimiento, en rigor, no ha concluido hasta que se resuelva
definitivamente. Otro argumento de lege lata es la referencia expresa a la “apelabilidad
del rechazo”, que traduce la concesión a las partes del recurso ordinario de apelación, que
procede contra resoluciones del Juez de Garantías, pero no del Juez Correccional. Esta
“apelabilidad del rechazo”, se refiere tanto al recurso del querellante particular contra el
rechazo de la oposición manifestada a la aplicación de criterios de oportunidad; como
también al recurso del imputado y del Ministerio Público Fiscal por el rechazo de la
aplicación de criterios de oportunidad.
Una interpretación contraria a la aquí sustentada desconocería las reglas de taxatividad
de los recursos y podría conducir a la privación del ejercicio de las vías recursivas que
este procedimiento no modifica. Rectamente entendido, es posible la doble revisión de
las resoluciones que decidan la aplicación de criterios de oportunidad –concesión o
rechazo, produzcan extinción o suspensión de la acción penal- o proceda dictado de
sentencia definitiva de sobreseimiento al vencimiento de la información sumaria.
En efecto, cuando se hiciere lugar a la aplicación de criterios de oportunidad –que no sea
la suspensión de la persecución penal o juicio abreviado- en virtud del efecto que les
concede el artículo 59 inc. 5 del Código Penal, conducen a la extinción de la acción penal
y como tal, al dictado de sentencia de sobreseimiento (arts. 26 y 353 inc. 4 del C.P.P.).
De acuerdo con las reglas generales, al que remite la regla particular de este
procedimiento, la sentencia de sobreseimiento es objetivamente impugnable por el
Ministerio Público Fiscal, por el Querellante particular y por el imputado, por vía del
recurso de apelación, porque así está previsto expresamente en el artículo 355 del C.P.P.
(al que remite el art. 417 quater, segundo párrafo) y por el artículo 417 quinquies primer
párrafo.
De ser confirmadas por la Cámara de Apelación, podrán ser asimismo cuestionadas por
vía del recurso extraordinario de casación –en doble ejercicio de la vía recursiva- (cfr.
arts. 476 inc. 1 y 477 del C.P.P.), lo que concede más derechos a las partes que la única
instancia de revisión que conceden las normas de cita para el sobreseimiento dictado por
el Tribunal de Juicio.
Lo aquí expuesto es extensivo a la situación del imputado, para el caso de rechazo de la
suspensión o extinción de la acción penal por aplicación de criterios de oportunidad,
impugnable por vía del recurso de apelación y ante la confirmación por la alzada, la
articulación del recurso de casación. Nuevamente, no es lo mismo la doble vía de
conocimiento que proporciona la aplicación de las normas genéricas de los recursos, que
no modificó este procedimiento, que la vía recursiva extraordinaria para cuestionar la
sentencia de sobreseimiento dictada por el Tribunal de Juicio cuando le imponga una
medida de seguridad o lo condene a la reparación de perjuicios o se trate de auto que
rechace la extinción de la acción o deniegue la suspensión de la acción, hipótesis admitida
por la Jurisprudencia de la Sala Penal en jurisprudencia pacífica (Linares Borovio).
En suma, la interpretación propuesta es la que más derechos concede a las partes, de modo
que corresponde concluir que la ley cuando indica “juez competente” durante el período
de aplicación de criterios de oportunidad, es el Juez de Garantías.
Y finalmente, acompaña esta interpretación la ratio legis del procedimiento correcional,
pues la nota que acompañó la elevación del proyecto convertido en ley menciona como
objetivos la necesidad de agilizar los procedimientos, la pronta resolución de gran
cantidad de causas mediante criterios de oportunidad y proporcionar respuesta inmediata
a los ciudadanos. No se ajustaría a estas finalidades postergar la aplicación de estos
criterios para la etapa final del procedimiento ante el Juez Correcional, que deberá estar
reservado a la celebración del juicio o plenario o juicio abreviado final.
La acusación:
La novedad es que se produce en forma oral, en audiencia ante el Juez Correccional. No
se indican los requisitos de contenido, pero se infieren de las exigencias que debe revestir
como forma sustancial del debido proceso para configurar una acusación válida. En tal
sentido, deberá contener los elementos suficientes que permitan cumplir la función de
asegurar el derecho de defensa en juicio, y para ello tendrá que ser clara, precisa,
completa, circunstanciada y específica en cuanto a los hechos y calificación jurídica,
debiendo expresar, aunque sea sucintamente, los fundamentos de la determinación fáctica
y normativa.
Para garantizar el control del principio de congruencia procesal y proceder luego a la
apertura del juicio común, será necesario que la acusación conste en algún soporte. A tal
fin, lo más práctico sería labrar un acta de la audiencia donde conste la determinación
fáctica y normativa de la acusación, así como el ofrecimiento de pruebas realizado por las
partes, la decisión sobre la admisión o rechazo y reservas formuladas, y la fijación de
audiencia de debate, con constancia de notificación.
El juicio:
El artículo 417 quinquies, entre las normas referidas al juicio, indica que formulada la
acusación (y no habiéndose optado por ninguna de las opciones mencionadas en el párrafo
precedente) se continuará con el trámite del juicio común, que debe tener lugar un plazo
no mayor a diez días y que el Juez Correccional tendrá las atribuciones propias del
Presidente y del Tribunal encargado del Juicio común. Nunca podrá condenar al imputado
si el Ministerio Público no lo requiriese ni imponer una sanción más grave que la pedida.
No se aplican las normas de los actos preparatorios –arts. 364, 367 y 371-. Recordemos
que en la audiencia de acusación se concentraron los actos de acusación, ofrecimientos
de prueba, admisión o rechazo y reservas sobre ofrecimientos de prueba y que se debe
fijar la audiencia de debate, en plazo no mayor a diez días (plazo ordenatorio).
Como entiendo que no es obligatoria la presencia de partes diversas al Ministerio Público
Fiscal en aquélla audiencia, si no comparecieron a la misma, se les notificará la fecha y
hora de debate de acuerdo con las normas comunes, y el Juez ordenará practicar de
inmediato los actos tendientes a la producción de la prueba en la audiencia, por ejemplo,
citar a los testigos, requerir informes, etc.
En lo demás se aplicarán, mutatis mutandi, las normas del juicio común, aunque
interpretando las mismas de acuerdo a las características del procedimiento correccional.
Por ejemplo, realizar una interpretación restrictiva de las normas que limitan los
principios fundamentales del juicio, por ejemplo, la oralidad, cuando las partes requieran
la incorporación de instrumentos de la información sumaria, debido a su carácter
marcadamente unilateral. A su turno, para equilibrar la nula participación concedida a las
partes durante la información sumaria, procederá interpretar con criterio amplio la
posibilidad que amplíen la oferta probatoria durante el juicio.
La apertura se producirá con la lectura de la acusación, que entiendo debe quedar
plasmada en el acta que instrumenta la audiencia de acusación.
10
Art. 373- Sobreseimiento.
La Cámara dictará de oficio sentencia de sobreseimiento siempre que para establecer estas causales no fuere
necesario el debate, si nuevas pruebas acreditaren que el acusado es inimputable; se hubiere operado la
del precepto conduce a reanudar en esta fase del procedimiento correccional una cuestión
que debió ser planteada y decidida en la fase específica previa. Recordemos que la
aplicación de determinados criterios de oportunidad conducen a la extinción de la acción
penal. Sin embargo, este riesgo parece conjurado por el alcance de la instrucción general
referido a la aplicación de criterios de oportunidad, que para este procedimiento lo ubica,
correctamente, hasta el vencimiento de diez días a partir de la notificación a la defensa de
la audiencia de acusación, y en consecuencia, fuera de esta oportunidad no podrán los
fiscales consentir la admisión de estos criterios.
prescripción de la pretensión penal, según la calificación legal del hecho admitida por el Tribunal; se
produjere otra causa extintiva de aquélla, o se verificara que concurre una excusa absolutoria.
conversión. La mayor celeridad del procedimiento correccional que podrían invocar las
partes para oponerse a la investigación fiscal, se encuentra cubierta, para el caso de
dilación injustificada, con el ejercicio de los remedios de pronto despacho y queja por
retardo de justicia a requerir durante la investigación fiscal.
Oportunidad de la conversión:
La decisión de convertir el trámite por complejidad probatoria debe ser exteriorizada por
el Agente Fiscal antes de producirse el vencimiento de 15 días de la información sumaria
general o de los 10 días del vencimiento del plazo de la información sumaria con personas
privadas de libertad, fuera del cual, en el primer supuesto no resultará procedente, y en el
segundo, la conversión se producirá de pleno derecho.
Forma de la conversión:
La forma que debe asumir la decisión de conversión por complejidad probatoria, en
defecto de otra exigencia, puede asumir la de un decreto de mero trámite. Lo importantes
es que se exteriorice antes del vencimiento del plazo de 15 días para que no se repute
concluida la información sumaria y se exija al fiscal decidir, con los elementos reunidos
hasta el vencimiento, si requerirá audiencia de acusación o el sobreseimiento.
La conversión por vencimiento del plazo de información sumaria con personas detenidas,
no requiere declaración alguna. Se produce de pleno derecho. Basta constatar que al
vencimiento del plazo no se ha peticionado la audiencia de acusación.
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Libro Segundo “Investigación Penal Preparatoria” consta de tres títulos, y el primero de ellos, se
subdivide en capítulos, conforme la siguiente nomenclatura.
Título I: Procedimiento: Capítulo 1. Disposiciones Generales. Arts. 313/325; Capítulo 2 Denuncia, arts.
326/332; Capítulo 3 Actos de la Policía Judicial, arts. 333/339; Capítulo 4 Investigación Fiscal, arts.
340/350;
Título II Sobreseimiento: Arts. 351/356
Título III Clausura: Arts. 357/363
de pruebas, aplicación del procedimiento de clausura de la investigación con vista a la
defensa e imputado, con derecho de oposición y recurso de apelación del agraviado de la
resolución del Juez de Garantías y clausura cuando se dicte el decreto de remisión a juicio
o quede firme el auto que lo ordene.
Problema:
Remisión tan amplia obliga a interrogarnos acerca de cómo continuará el proceso tras la
clausura de la investigación penal preparatoria, ya que la sustitución del juicio
correccional por un nuevo procedimiento correccional, impide continuar sin más por las
normas del juicio común, esto es, aplicando los artículos 364 y ss. del C.P.P., de modo
que el Juez Correccional al recibir el proceso realice el control de validez formal del
requerimiento, proceda a la citación a juicio a las partes, el emplazamiento para que
ofrezcan pruebas y ulterior fijación de audiencia de debate, que en el superado juicio
correccional fijada la oportunidad entre tres y quince días de quedar la causa en estado.
A mi modo de ver, la interpretación que deja subsistentes las normas del nuevo
procedimiento correccional impone acotar la remisión por conversión de trámite tan sólo
a las disposiciones del Capítulo 4 “Investigación Fiscal” (arts. 340/350) del Título 1,
Libro 2, sin llevar esta remisión al punto de considerar aplicable el Título III referido al
procedimiento de clausura, que es el que genera el problema.
De este modo, por efecto de la conversión, y en lo que aquí interesa por cuanto modifica
las normas de la información sumaria, durante la fase investigativa corresponde dar
participación a la defensa en los actos definitivos e irreproducibles (342), reconoce la
atribución de las partes para proponer diligencias y ocurrir al Juez de Garantías en caso
de denegación del Fiscal (347), aplicación del régimen de la prisión preventiva (art. 348),
la duración de la investigación fiscal con sus prórrogas (art. 349) y régimen genérico de
oposición (art. 350). Una vez que el fiscal considere haber reunido elementos para
sostener la acusación, requerirá al Juez Correccional fije audiencia para proceder en tal
sentido y notificará de ese pedido a la Defensa, dando lugar a la fase intermedia de
aplicación de criterios de oportunidad y en defecto de ésta, formalización de la acusación
y juicio, como ya fue explicado.
Acumulación:
Otra omisión de la ley que hace nacer la pregunta de si corresponde excepcionar las
normas de unidad de investigación y juzgamiento que impone la acumulación de procesos
por conexidad objetiva o subjetiva.
Desde el punto de vista de la actividad investigativa, como regla general no se debería
aplicar el principio de unidad de investigación y acumular los procesos porque las normas
de procedimientos son incompatibles. Sin embargo, podría constituir un argumento para
la conversión de la información sumaria que regiría hasta el momento de decidir el mérito
que arroje la investigación.
Es que aún convertido el trámite, la competencia es del Juez Correccional y a él se accede
en la audiencia de formalización de la acusación.
Aunque tenga sentido acumular para investigar –por el mayor conocimiento que aporta
el conjunto- corresponde decidir si para formular acusación aquéllas deben
“desacumularse”, para formalizar acusación ante el Juez Correccional en los procesos
que, del conjunto, sean de competencia de este órgano.
Podría admitirse, con riesgo de diluir la celeridad de juzgamiento pretendida, que luego
de esta formalización de la acusación los procesos se acumulen en la Cámara del Crimen,
que recibirá estos procesos, en condiciones de realizar el juicio común o juicio abreviado
final.
Hasta aquí sería la solución admisible para compaginar las normas procesales vigentes.
Sin embargo, de lege ferenda, para priorizar la celeridad de juzgamiento frente a la unidad
de juzgador, correspondería consagrar la excepción expresa a ese principio, como sucedió
con el procedimiento directísimo (art. 60 del C.P.P.)