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PERENCION - No opera ante solicitud de amparo de pobreza no resuelto

Es claro que a quien correspondía el impulso del proceso era al secretario de


tribunal, toda vez que era deber suyo poner en conocimiento del magistrado
ponente esa situación, a fin de que se proveyera en relación con dicha solicitud,
de la cual depende que el actor deba pagar o no la suma de dinero que le fue
señalada como gastos del proceso en el auto admisorio de la demanda. Por
consiguiente, a pesar de que a la fecha del auto impugnado, 22 de noviembre de
2001, se había superado con creces el término de seis (6) meses señalado en la
norma citada, no se cumplen los supuestos previstos en la misma para que deba
decretarse la perención del proceso, por cuanto en las circunstancias anotadas el
impulso del proceso no le correspondía al actor. Las razones anteriores llevan a la
Sala a concluir que no se cumplen los supuestos que señala el artículo 148 del
C.C.A. para que se declare la perención del proceso, razón por la cual habrá de
revocar el proveído apelado, para que en su lugar se le dé trámite a la solicitud de
amparo de pobreza en mención.

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCIÓN PRIMERA

Consejero ponente: MANUEL SANTIAGO URUETA AYOLA

Bogotá, D.C., quince (15) de agosto del dos mil dos (2002)

Radicación número: 73001-23-31-000-1999-2413-02(6318)

Actor: LUIS ALFREDO DUEÑAS LOZANO

Demandado: CORPORACION AUTONOMA REGIONAL DEL TOLIMA

La Sala decide el recurso de apelación impetrado por el actor contra el auto de 22


de noviembre de 2001, emanado del Tribunal Administrativo del Tolima, en cuanto
declaró la perención del proceso adelantado en procura de la nulidad de las
resoluciones núms. 1687 de 16 de octubre de 1998 y 707 de 31 de mayo de 1999,
proferidas por CORTOLIMA dentro del trámite administrativo que concluyó con la
imposición de una multa en contra del demandante.

I.- El auto apelado

El Tribunal a quo declaró la perención del proceso mencionado al encontrar que


transcurrieron más de seis meses sin que la parte demandante impulsara el juicio,
habida cuenta de que en el auto admisorio de la demanda se dispuso que
depositara la suma de veinticinco mil pesos ( $ 25.000.oo) para gastos ordinarios
del proceso, lo que debió efectuarse a partir del 29 de noviembre de 2000, fecha
desde la cual se encuentra paralizado el proceso por falta de actividad del
demandante.

II.- Los argumentos del recurrente

El apoderado del actor sostiene que al ordenar la consignación de la aludida


suma, el a quo omitió pronunciarse en el auto admisorio de la demanda sobre la
solicitud de amparo de pobreza que formuló a favor de su defendido, lo cual,
entendido como una negativa tácita, no pudo impugnar mediante el recurso de
reposición por cuanto debió apelar el auto en cuanto denegó la suspensión
provisional.

Por lo anterior considera que el auto admisorio de la demanda deberá ser


revocado porque de todas maneras es ilegal, dado que con su omisión el a quo
dejó de aplicar el artículo 140 del C. C. A., y afirma que su poderdante mantiene
aún la imposibilidad de hacer dicha consignación y por encima de tal
circunstancia, lo amparan los derechos fundamentales al debido proceso judicial y
de acceso a la administración de justicia ( artículos 4º, 29, 228, 229 y
concordantes de la Constitución Política; 1º y 2º de la Ley 270 de 1996.
III. Consideraciones de la Sala

III. 1. El artículo 148 del Código Contencioso Administrativo dispone que cuando por
causa distinta de suspensión del proceso y por falta de impulso cuando éste
corresponda al demandante, permanezca el proceso en la secretaría durante la
primera instancia, por seis meses, se decretará la perención del mismo.

III. 2. Aunque en el presente caso el expediente permaneció en la secretaría del


tribunal desde el 28 de marzo de 2000, pendiente de que el actor diera cumplimiento
a la orden dada en el auto admisorio de la demanda para que depositara la suma de
veinticinco mil pesos ( $ 25.000.oo ), como gastos ordinarios del proceso, se observa
que también estaba pendiente del pronunciamiento del a quo sobre la solicitud de
amparo de pobreza que aquél había hecho previamente a la admisión de la
demanda.

III. 3. En estas circunstancias es claro que a quien correspondía el impulso del


proceso era al secretario de tribunal, toda vez que era deber suyo poner en
conocimiento del magistrado ponente esa situación, a fin de que se proveyera en
relación con dicha solicitud, de la cual depende que el actor deba pagar o no la suma
de dinero que le fue señalada como gastos del proceso en el auto admisorio de la
demanda.

Por consiguiente, a pesar de que a la fecha del auto impugnado, 22 de noviembre de


2001, se había superado con creces el término de seis ( 6 ) meses señalado en la
norma citada, no se cumplen los supuestos previstos en la misma para que deba
decretarse la perención del proceso, por cuanto en las circunstancias anotadas el
impulso del proceso no le correspondía al actor.

III. 4. Las razones anteriores llevan a la Sala a concluir que no se cumplen los
supuestos que señala el artículo 148 del C.C.A. para que se declare la perención del
proceso, razón por la cual habrá de revocar el proveído apelado, para que en su
lugar se le dé trámite a la solicitud de amparo de pobreza en mención.

Por lo expuesto, el Consejo de Estado en Sala de lo Contencioso Administrativo,


Sección Primera,

RESUELVE

REVOCASE el auto de 22 de noviembre de 2001 proferido en el proceso de la


referencia, por el Tribunal Administrativo del Tolima para que, en su lugar, el a quo
decida la solicitud de amparo de pobreza presentada por el actor.

En firme esta providencia, regrese el expediente al Tribunal de origen.

Notifíquese y cúmplase.

La anterior providencia fue leída, discutida y aprobada por la Sala en su sesión de


15 de agosto de 2002.
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO CAMILO ARCINIEGAS ANDRADE
Presidente

OLGA INÉS NAVARRETE BARRERO MANUEL S. URUETA AYOLA

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