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El Manejo del Agua para la Conservación de

Suelos

Michel Koolhaas1

1) Introducción.
La Conservación de suelos es posible en la medida que se realice un manejo de las
Tierras, lo que conlleva al manejo de suelos y el manejo de aguas. Es decir, el control
de erosión de las tierras, lo que implica también el control de sedimentos, se logra por
la combinación de un buen manejo de suelos, o sea por rotación de cultivos, utilización
de los suelos de acuerdo con su capacidad, coberturas adecuadas (puentes verdes) en
momentos críticos de ocurrencia de precipitaciones, pero también con un control y
manejo del agua de escorrentía.

En este artículo nos proponemos demostrar la necesidad de implementar medidas para


el manejo del agua de escurrimiento en ocasión de precipitaciones. Con el manejo
drástico y efectivo de la escorrentía, se logra una mayor conservación del suelo,
controlando el volumen de sedimentos que son transportados con las aguas escurridas
y contaminan las vías de aguas naturales e incluso es posible lograr recuperar áreas
del terreno erosionadas.

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Ing.Agr.(M.Sc.) Ex Profesor Adjunto de Topografía / Profesor Libre,
Facultad de Agronomía, UDELAR

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Figura 1. Terraza no cultivable construida con arado de 4 discos arando por ambos lados y terminado
con pala de cola de tres puntos.

El tema del manejo de aguas en los cultivos de secano mediante terrazas por ejemplo,
que es una práctica ancestral de manejo del agua de escurrimiento en los Andes como
en otras partes del planeta, no ha sido promovida, sino más bien olvidada por los
organismos de extensión agrícola del Estado.

El control de los sedimentos producto de la erosión de los suelos agrícolas


principalmente, es la manera más eficaz de controlar la contaminación de las vías de
drenajes, y un aporte sustancial para mantener la sustentabilidad ambiental de las
cuencas. Un manejo drástico del agua de escorrentía es un complemento fundamental
del control de la erosión, que es el principal problema ambiental del Uruguay.

2) Manejo del Agua


El manejo del agua puede implementarse de variadas formas, como las prácticas de
manejo de suelos que tienden a mejorar la infiltración de las aguas precipitadas en el
suelo con la aplicación de productos orgánicos o químicos. La incorporación de
materiales vegetales de cobertura cuando son enterrados va a contribuir a la aireación
de la capa superior del suelo, y mejorar su capacidad de absorción del agua
precipitada. Luego de años de agricultura continua, es necesario implantar una pastura

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por la promoción de formación de los agregados. La roturación de un campo bajo
pradera por una serie de años, es una excelente práctica de manejo de suelos para
luego incorporar una serie de años cultivos de semilla fina o gruesa.
Pero todas estas prácticas, no son de un gran impacto frente a caídas de
precipitaciones importantes, por lo cual para tener un efecto drástico de control de las
aguas de escorrentía en ocasión de lluvias excesivas, la única manera es mediante
estructuras hidráulicas como por ejemplo, un canal de intercepción o terraza de canal.

Es decir, que la manera más efectiva y drástica de controlar escurrimientos del agua
sobre el terreno, es mediante estructuras colectoras de canales en tierra, que se
conocen como terrazas de canal. Todas las otras medidas de manejo de suelos
conducentes a mejorar las tasas de infiltración de los suelos son positivas, pero no
determinan un control efectivo de los excesos hídricos en ocasión de precipitaciones
más o menos intensas. Está demostrado que el control máximo de los sedimentos que
se generan por la erosión, se logra haciendo el cultivo con terrazas agrícolas de canal.
Pero en definitiva, el manejo de las aguas de escorrentía puede ser por a) terrazas, b)
tajamares, y c) desagües.

2.1 Terrazas
Las terrazas de canal, son estructuras de drenaje del escurrimiento superficial,
elemento de eliminación ordenada de los excesos hídricos y que al modificar el padrón
de escurrimiento del terreno de alguna manera está influyendo en el balance hídrico
del perfil de suelo del terreno, incrementando la disponibilidad de agua frente a tierras
sin sistematizar. Esto es justamente uno de los objetivos de la recuperación de tierras,
con la sistematización por terrazas mejorar las condiciones del balance hídrico en el
perfil del suelo erosionado para favorecer el desarrollo de cultivos y pasturas.

Un sistema de terrazas consiste de dos partes básicas, interceptor por un lado del
escurrimiento superficial y de un colector que transporta el volumen de agua
interceptada a velocidades no erosivas a un lugar seguro que tampoco genere nuevas
erosiones. El interceptor es un “canal de ladera” o de “una pierna” utilizando términos
vulgares, que se llama propiamente terraza.

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Figura 2. Terraza no cultivable con cinco años de agricultura del área mostrada en la figura 3.

Figura 3. Imagen satelital de una chacra sembrada de soja totalmente hasta en desagües naturales,
con terrazas no cultivables de base angosta, desde 2014, el lote pasa a praderas después de 5 años.

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La terraza no cultivable es una estructura hidráulica mucho más sólida y efectiva
que la cultivable, permite bajar el metraje lineal por hectárea de chacra, y realizar un
trazado del sistema más amigable con la mecanización actual.

Figura 4.Chacra con erosión en cárcava en el drenaje marcado, que tiene una cuenca vertiente que
viene del predio B con 15 hás que escurren hacia el círculo celeste. La única manera de parar este
proceso erosivo grave, es mediante el desvío de las aguas hacia el desagüe natural. De esa forma se
está en condiciones de nivelar y recuperar eficazmente la zona de erosión en cárcava.

2.2 Tajamares
La construcción de un embalse de agua para el ganado, comúnmente llamado
tajamar en el medio rural, en una cárcava de erosión pasada, es una muy buena
opción para resolver problemas erosivos graves en el terreno. Generalmente resultan
aguadas eficientes, es decir con una buena relación agua embalsada con relación al
movimiento de tierra para compactar y construir el terraplén.

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Con un embalse estamos resolviendo un problema de falta de agua en un lote y
controlando la contaminación de áreas aguas abajo por los sedimentos que quedan
atrapados allí.

Figura 5. La sistematización en la chacra al atravesar una antigua cárcava, zona abandonada hace
años, se convierte en zona de acumulación de agua de escurrimiento o tajamar al ser atravesada por
terrazas en dirección a un drenaje principal.

También al realizar una sistematización con terrazas, a veces se generan tajamares


en viejas cárcavas existentes en la chacra (Figuras 5 y 6).

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Figura 6. Imagen de la figura anterior obtenida desde el punto más alto de ladera, por encima de una
de las terrazas.

2.3 Desagües
Otra manera necesaria de manejar el agua de escorrentía es a través del adecuado
dimensionamiento de los desagües en los campos. Esto implica tener la necesidad de
conocer los volúmenes y caudales de agua que pueden estar llegando a una
determinada sección de un cauce natural. Esto se logra con cálculos hidrológicos e
hidráulicos para determinar esas incógnitas mencionadas que son asuntos técnicos
especializados. El ejemplo de la figura 7 muestra un problema erosivo importante,
generado por una incomprensión del volumen y caudal de agua que atraviesa por el
lugar seleccionado para el cruce de una zanja, en una zona plana del territorio entre 0-
2% de pendiente

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Figura 7. La imagen es de un cauce natural de una chacra con tierras de baja pendiente adyacentes
sin problemas erosivos. Sin embargo, la construcción de una alcantarilla pequeña (Ø 800mm) para el
tamaño de la cuenca, generó un gran problema erosivo, que se visualiza en contorno blanco.

El área vertiente al lugar donde se instaló la alcantarilla del pasaje por el cauce,
asciende a 710 hectáreas, donde además de colocarse sólo un caño de 0,80 m, el
mismo se apoyó en una base de hormigón de 1,0 metro de altura. Esta estructura así
realizada , genera un embalse de agua temporal en ocasión de lluvias, con un remanso
de agua hasta unos 500 metros aguas arriba, generándose allí el desagüe, lo cual en el
correr de cinco años determinó un nuevo cauce por erosión acelerada. El problema
radica en que un solo caño es totalmente insuficiente para permitir el pasaje del caudal
de agua pasible de circular por allí. En definitiva, entre el caño pequeño y el apoyo en
hormigón por un metro sobre el fondo del cauce, determinan una elevación del flujo
hídrico, embalsando agua generando un lago temporal, el cual “revienta” aguas arriba.

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Figura 8. La solución consiste en adecuar la estructura, para que no genere un embalse que represe
las aguas temporalmente y haciéndolas salir fuera del cauce, sino que las aguas escurrirán por el viejo
cauce, atravesando el badén de hormigón. En efecto este badén, tiene 8 metros inclinados a cada lado
del centro del cauce con 5 metros, cuando el máximo nivel que puede ascender el nivel del agua sería 0,9
metros, o sea a la mitad de la profundidad total del cauce. La tierra que falta remover hacia ambos
taludes será para nivelar y recuperar el área donde se estaba formando un cauce nuevo.

Esa erosión acelerada generada en un área plana, generó finalmente alarma en el


propietario, que no comprendía el proceso y su eventual solución. Como el paso tiene
importancia para el manejo eficiente dentro del predio, era importante una solución
hidráulica sólida, para ello el badén en hormigón es la mejor solución. El badén que se
observa en construcción, de 21 metros de longitud total con un ancho de fondo de
cinco metros y taludes a ambos lados de 8 metros, permite evacuar los caudales
hídricos más extraordinarios que pueden ocurrir, sin elevarse el nivel del flujo del agua
dentro del cauce más de 0,90 metros. De esta manera, la profundidad del cauce en
ese lugar asciende a 1,80-2,0 metros, se resuelve la problemática del embalse y los
escurrimientos de aguas superficiales se evacuan normalmente por el cauce o drenaje
original. De esta forma el tapado y nivelado de la erosión en cárcava, en la margen
derecha, se realiza en forma eficaz y se resuelve el problema realizando la
recuperación del terreno.

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Otro problema de manejo de las aguas de escorrentía en los desagües, está
relacionado con el manejo de los sedimentos producto de la erosión ladera arriba en
las chacras o lotes. Por qué se menciona el manejo de los sedimentos? Porque la
acumulación de sedimentos a un lado de las vías de drenaje, determina una desviación
de las aguas de escorrentía y generan un incremento de los anchos de los desagües
naturales. Eso trae como consecuencia un incremento del área en desperdicio o sea
que se pierde para la plantación.

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