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El riego consiste en aportar agua a los cultivos por medio del suelo para satisfacer sus necesidades

hídricas que no fueron cubiertos mediante la precipitación, o bien para incrementar la producción
agrícola al transformar zonas de agricultura de secano en zonas de regadío. la agricultura de riego
o agricultura de regadío consiste en el suministro de las necesarias cantidades de agua a los
cultivos mediante diversos métodos artificiales de riego. este tipo de agricultura requiere
inversiones de capital y una cuidada infraestructura hídrica tales como. canales, acueductos,
aspersores, tanques, bocatoma, canales de riego con todos sus componentes, canales de drenaje,
dispositivos móviles de riego por aspersión, estación de bombeo, pozos, tuberías, que exigen, a su
vez, un desarrollo técnico avanzado y de acuerdo a la necesidad de la granja. Entre los cultivos
habituales, el recurso agua es imprescindible para la producción de cultivos de su disponibilidad
depende la formación de nueva biomasa vegetal, pero también es claro que hoy en día constituye
un recurso cada vez más escaso.

los agricultores ameritan de los recursos naturales de agua, suelo y sol, esenciales para
productividad de los cultivos. Se debe propiciar que el ciclo de agua sea más estable. con eso se
reducen riesgos, y mitigamos el efecto de los picos y baches en el ciclo para hacerlo más
productivo. medir los beneficios de favorecer el ciclo del agua en productividad y en resiliencia.
No solo es posible producir más, sino también reducir el riesgo de producir menos. Se genera
mayor resiliencia, sobre todo por la posibilidad de enfrentar períodos secos imprevistos más
largos.

A partir de esas infraestructuras. los métodos más comunes de riego son por arroyamiento o
surcos, por inundación o sumersión, generalmente, en bancales o tablones aplanados entre dos
caballones, por aspersión. El riego por aspersión rocía el agua en gotas por la superficie de la
tierra, asemejándose al efecto de la lluvia, infiltración o canales, goteo o riego localizado. El riego
por goteo libera gotas o un chorro fino, a través de los agujeros de una tubería plástica que se
coloca sobre o debajo de la superficie de la tierra y por drenaje.

El método principal de entrega de agua al campo (para cerca del 95 % de los proyectos en todo el
mundo) es el riego por inundación o de surco. Otros sistemas emplean aspersores y riego por
goteo. Aunque sean técnicas relativamente nuevas, que requieren una inversión inicial más
grande y manejo más intensivo que el riego de superficie, el riego por aspersión y el de goteo
suponen una mejora importante en la eficiencia del uso del agua, y reducen los problemas
relacionados con el regadío

Para eliminar la suela de arado, favoreciendo la infiltración del agua (drenaje y reserva de agua) y
mejorar los intercambios gaseosos (el paso del oxígeno a la zona radicular) se debe realizar una
preparación del terreno profunda. Para ello, el apero más recomendable son los arados con
vertederas de áncoras rectas o las curvas por el lateral.

Por el contrario, una preparación superficial del terreno permite afinarlo, nivelarlo y controlar las
malas hierbas. Con las máquinas accionadas a través de la toma de fuerza del tractor, se realiza
bien este tipo de trabajo.

Únicamente es aconsejable la preparación del terreno de forma superficial cuando no hay


problemas de compactación profunda. esta compactación del terreno suele darse cuando hay una
rápida sucesión de cultivos o al realizar cultivos intercalados, si la capacidad de drenaje es
suficiente. así, se reduce el tiempo entre la cosecha y la implantación del nuevo cultivo. los suelos
con buen contenido de humus, los suelos arenosos, y los suelos bien estructurados, se prestan a
realizar esta práctica. los trabajos que se realizan en superficie son des compactar la capa más
afectada por las raíces, homogeneizar la capa más superficial del suelo, mezclar en la primera capa
los residuos con el fin de facilitar la siembra o trasplante, descomposición del residuo, nivelar el
terreno y controlar las malas hierbas.

en el caso de ser necesaria una preparación profunda del terreno, debe realizarse con aperos que
no revuelvan el suelo, ya que puede causar problemas.

El manejo adecuado de los volúmenes de riego en cualquier cultivo requiere del conocimiento de
las condiciones atmosféricas y agronómicas de las diferentes zonas en las que el cultivo se
desarrolle, dado que la variabilidad de climas en nuestro país determina un consumo distinto de
agua para un mismo cultivo (Herrera et al, 2014).

Para el cálculo de la lámina de riego, se requiere conocer la evaporación mensual o diaria y el Kc o


coeficiente de cultivo. Posteriormente se realizar una multiplicación entre estos dos valores y así
conoceremos la lámina requerida, ya sea de forma mensual o diaria. o en número por hectárea, al
dividir el volumen de riego entre el número de surcos por hectárea, obtendremos los litros
requeridos por área al día.

Se define una lámina bruta a nivel de toma-granja de aproximadamente 90 cm (9000 m3/ha) para
el cultivo de maíz cuya necesidad de riego o lámina neta es de 44 cm (4400 m3/ha) para años
normales. Sin embargo, para ciclos de baja disponibilidad de agua, la lámina bruta se asigna 72 cm.
Para evitar una reducción en la superficie, se deben generar programa de riegos en condiciones de
sequía, con la finalidad de reducir en un riego total de los aplicados en condiciones normales.

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