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Ingenieria de superficies

La ingeniería de superficies incluye una gran variedad de tratamientos y procesos


superficiales, dirigidos a la modificación de las propiedades de superficie de los materiales.
Entre los diferentes tratamientos cabe citar:
 
 Acondicionamiento y funcionalización de superficies mediante plasma o iones
(metales, cauchos, plásticos, textiles), etc.
 Difusión superficial de especies atómicas y moleculares (mediante tratamiento
térmico en atmósfera controlada, aplicación de plasmas, radiación láser o
implantación iónica)
 Deposito de recubrimientos y capas delgadas 
 
El estudio de todos estos procesos ha despertado un enorme interés en los últimos años,
tanto a nivel académico como industrial, debido sobre todo al continuo crecimiento de las
aplicaciones industriales. Entre los sectores industriales más beneficiados están, el sector
mecánico y del automóvil, aeronáutico, energético, químico y bioquímico, electrónico y
optoelectrónico, etc.
La estrategia en Ingeniería de Superficies tiene como objetivo avanzar en la mejora de las
propiedades de los materiales y dotarlos de distintas funcionalidades. La ingeniería de
superficies, por tanto, no sólo comprende las tecnologías de deposición o de recubrimiento,
sino también cualquier modificación física o química sin aporte de material.
  
III. Sectores beneficiarios:
 
Amplios sectores industriales utilizan de forma rutinaria la tecnología de tratamientos
superficiales:
 
 AUTOMOCIÓN: Metalización de
diversos componentes del automóvil, tales
como faros, y embellecedores.
Recubrimientos duros para piezas móviles
del motor, etc.
 MECÁNICO: Recubrimientos duros para
brocas, fresas, útiles de moldeado y
conformación de piezas, acuñación de
moneda, etc. Recubrimientos tribológicos para piezas móviles de bombas y
compresores, maquinaria textil, etc. 
 AERONÁUTICO Y ENERGÉTICO: Barreras térmicas y recubrimientos para la
protección frente a la corrosión y desgaste a alta temperatura
 SANEAMIENTO Y ÚTILES DOMÉSTICOS: Metalización de grifos, tuberías,
pomos y tiradores de puertas, etc.
 CONSTRUCCIÓN: Recubrimientos selectivos y decorativos para grandes paneles
de vidrio utilizados en el acristalamiento de edificios
 QUÍMICO y BIOQUÍMICO: Protección contra la corrosión, recubrimientos
biocompatibles
 ELECTRÓNICO Y OPTOELECTRÓNICO: Capas conductoras,
semiconductoras y aislantes para aplicaciones en circuitos y dispositivos integrados
 ÓPTICO: Recubrimientos antirreflectantes, capas metálicas reflectoras, capas
selectivas, etc, para lentes e instrumentos ópticos
 ALIMENTACIÓN: Capas protectoras y decorativas para empaquetamiento de
alimentos y botellas de líquidos para evitar la difusión de humedad, acción de la luz,
etc.
 OTROS: Recubrimientos decorativos sobre metales y plásticos, juguetería,
iluminación, protección de patrimonio artístico, etc.
Los materiales son cruciales a la hora de construir, modificar y crear productos, por
lo que la industria exige cada vez más de los materiales que emplea para su
producción. Las empresas están requiriendo progresivamente materiales sostenibles
con mayores prestaciones, alta durabilidad y nuevas funcionalidades. Esta es una de
las razones por las que los materiales inteligentes son uno de los puntos en los que la
comunidad científica de todo el mundo está poniendo un gran interés, dadas las
características únicas que tienen estos sistemas ‘multifuncionales’. Esta evolución en
las necesidades que las compañías de diversos sectores, como la automoción, las
renovables o la aeronáutica demandan de los materiales ha generado el impulso de
determinadas tecnologías orientadas a incrementar su valor.
Los materiales interactúan con el ambiente y con otros materiales a través de sus
superficies, lo que las convierte en una parte crucial de los materiales por dos motivos bien
diferentes. En primer lugar, es en las superficies donde se originan fenómenos tales como la
corrosión, el desgaste y la fatiga, que pueden acortar la vida útil de ciertos componentes. El
segundo motivo es que las superficies determinan las propiedades químicas, electrónicas,
ópticas o mecánicas de un material.
Estas son las razones del surgimiento en el inicio de los años 70 del término ‘ingeniería de
superficies’. Es dentro de las tecnologías tradicionales de tratamiento térmico de
superficies, tales como el endurecimiento por templado, la nitruración o la carburización
donde pueden hallarse los orígenes y principios fundamentales de la ingeniería de
superficies.
Esta disciplina nace por tanto de la unión de lo tradicional y lo moderno. Surgió de la
necesidad de resolver fenómenos de desgaste con tecnologías tradicionales de tratamiento
térmico y evolucionó impulsada por la necesidad de generar nuevos materiales
multifuncionales.
Actualmente, esta disciplina se entiende como un campo dentro de la ciencia de los
materiales que comprende la aplicación de tecnologías físicas y químicas dirigidas a la
modificación de la superficie de los materiales con el fin de conferirle nuevas propiedades,
mejorar alguna característica inherente al material u obtener una nueva apariencia. La
ingeniería de superficies, por tanto, no sólo comprende las tecnologías de deposición o de
recubrimiento, sino también cualquier modificación física o química sin aporte de material.
La generación de una rugosidad ordenada en una superficie, por ejemplo, puede cambiar la
estética mate o brillante de un material o su energía superficial. En resumen, la ingeniería
de superficies transforma los materiales de partida únicamente a través de la modificación
de su ‘piel’.
Mediante estas tecnologías resolvemos problemas industriales como el desgaste, la erosión,
el envejecimiento, la corrosión o el bio-fouling.

Mejoramos también las propiedades funcionales de los materiales y componentes:


resistencia eléctrica de contacto, propiedades ópticas, omnifóbicas, funcionales, sensoras,
biointegradoras, bioadhesivas, antitrombóticas y/o antimicrobianas, biocidas,
intumescentes, ignífugas, auto-limpieza, anti-hielo, entre otras.

Protegen, embellecen, pero también añaden nuevas propiedades a los materiales que
consiguen mejorarlos, hacer de ellos unos 'supermateriales': más resistentes y longevos,
inteligentes, biocompatibles... Las técnicas de ingeniería de superficies transforman en gran
medida los materiales de partida pese a operar únicamente sobre su 'piel'.

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