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Modismos Hebraicos
Este es el caso del modismo hebraico. En las versiones antiguas de la Biblia los
traductores muchas veces han traducido literalmente sus modismos. No trataron de
dar el sentido verdadero, quizá por no entenderlos, o quizá por un concepto falso
de fidelidad al texto original.
En las versiones modernas los traductores han hecho mejor tratando de sustituir los
modismos con sus equivalentes en el segundo
idioma. Así que, cuando leemos la Biblia, especialmente en las versiones antiguas,
debemos estar preparados para leer modismos que no se han traducido
adecuadamente, a fin de darles su sentido correcto.
Un ejemplo claro del uso de lenguaje absoluto con el sentido relativo, se encuentra
en Proverbios 8:10: “Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia antes que el oro
escogido.”
El escritor dio a entender que se debe dar preferencia a su enseñanza más que a
la plata y al oro.
Este sentido es claro cuando leemos todo el versículo: la ciencia debe ser recibida
antes que el oro. Este es el sentido en que la primera parte del versículo debe ser
tomada. Cuando comparamos la enseñanza del resto de la Biblia entendemos que
no está prohibido para los hombres recibir plata u oro en todo caso; el trabajo es
compensado justamente con el dinero.
La expresión “Recibid mi enseñanza, y no plata”, es el uso de lenguaje absoluto con
el sentido relativo.
Encontramos este mismo modismo otra vez en Lucas 14:12: “Cuando hagas comida
o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos
ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado.”
¿Quiso decir el Señor que nunca invitemos amigos, hermanos o ricos a comer con
nosotros?
Claro que no, excepto con respecto a la recompensa celestial. Más bien, nos enseña
que debemos preocuparnos por los infortunados como deber cristiano. No hemos
de hacer las cosas siempre pensando en nuestros propios intereses.
Por esto vemos que Cristo no prohibió absolutamente que convidáramos a aquellos
que pudieran volvernos el favor.
La instrucción es relativa, expresada en lenguaje absoluto. Si el individuo
realmente se preocupa por el premio de parte de Dios, debe tener en mente a los
necesitados.
En Lucas 14:26 leemos un sentimiento extraño: “Si alguno viene a mí, y no aborrece
a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo.”
Otra vez se debe entender que la palabra aborrecer, como el Señor la usó, es una
expresión
relativa, aunque la palabra misma expresa un sentimiento absoluto. En su
enseñanza el Señor insiste en que el amor para él tiene que ser supremo. A su lado,
los otros amores se parecen más bien al odio.
Examinar los siguientes textos y hacerse las preguntas indicadas:
Deuteronomio 5:2, 3. ¿No hizo Dios su pacto con los padres?
Mateo 9:13. ¿No deseaba Dios los sacrificios? (Compare Oseas 6:6).
Mateo 19:23–26. ¿Es imposible que el rico sea salvo?
Juan 12:25. ¿Acaso nos enseña que debemos suicidarnos?
1 Pedro 3:3, 4. ¿Es malo usar todo adorno?
El modismo de filiación
La expresión “hijo de alguien o de algo” es frecuente en la Biblia. Cuando el
propósito de esta frase es el de indicar una de varias relaciones entre las dos cosas,
se clasifica como el modismo de filiación.
Estas relaciones pueden ser físicas, morales o espirituales, pero no literales.
En Efesios 5:8 el Apóstol manda: “Andad como hijos de luz.” Esta frase se refiere a
aquellos que tenían la luz de Dios y del evangelio viviendo en ellos. Esta relación
entre la persona convertida y la luz divina, se expresa mediante el modismo de
filiación.
Examinar los siguientes textos y anotar el significado de cada uno:
Mateo 5:45; 8:12; Lucas 7:35; 10:6; Efesios 2:3; 5:6.
Modismo de tiempo
1. La eternidad
Los hebreos usaban los términos eternidad, eterno, para siempre, perpetuo, etc., en
dos sentidos: literalmente, y limitadamente; y a veces con los dos sentidos juntos.
Los siguientes textos demuestran su uso literal:
Génesis 3:22: “Ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de
la vida, y coma, y viva para siempre.”
Éxodo 3:15: “Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los
siglos.”
Deuteronomio 33:27: “El eterno Dios es tu refugio.”
Pero este tipo de expresión se usaba también en un sentido limitado, como en los
textos que siguen:
Isaías 60:15: “Haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos.” Ya que
el profeta
hablaba de Israel como nación, podemos saber que no iba a durar para siempre, ni
la raza humana.
El significado está limitado a la duración de los seres humanos sobre la tierra.
Éxodo 12:14: “Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne
para Jehová
durante todas vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.” Sería
posible celebrar ese día histórico solamente mientras que la ley de Moisés estuviera
en vigor. Con la venida de Jesucristo, esta ley cayó en desuso, así como otras
ceremonias ordenadas por la ley. Así entendemos que la palabra perpetuo en este
texto, tiene el significado limitado.
En ciertos textos proféticos, estas expresiones se usan con frecuencia de las dos
maneras:
limitadamente con respecto al futuro inmediato, y literalmente en cuanto se refieran
a Cristo y su reino.
Véase 2 Samuel 7:13 y lo que sigue: “El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré
para siempre el trono de su reino.”
En cuanto se refiere a Salomón, el sentido de las palabras es limitado, porque la
dinastía real terminó con la transportación de la nación a Babilonia.
Pero con respecto a Cristo, que llegó al mundo por ese linaje real, el trono y su reino
es para siempre.
En este último sentido el lenguaje es literal. El mismo texto contiene el doble sentido.
El antropomorfismo
Esta palabra está compuesta de dos voces griegas: ánthropos, hombre; y morfes,
forma. Juntas las palabras significan “en la forma de hombre.”
El modismo llamado así consiste en hablar de Dios usando palabras propias sólo
para el hombre. Dios es Espíritu, y como espíritu, no tiene cuerpo ni miembros
corporales. Y porque es un ser infinito, no puede tener ninguna limitación humana.
Al hablar de Dios como si fuera hombre, los escritores usan el modismo llamado
antropomorfismo.
Ejemplos de este modismo abundan:
Éxodo 8:19 habla del “dedo de Dios”.
Salmo 32:8 habla de “los ojos” del Señor.
Éxodo 33:11 dice que Moisés habló con Dios “cara a cara”.
Génesis 6:7 dice que Dios se arrepintió de haberlos hecho.
Por otra parte, Números 23:19 afirma que Dios no es hombre “para que se
arrepienta”.
Jeremías 7:13 en la Versión Antigua representa a Dios como “madrugando
para hablar”.
Génesis 18:21 representa a Dios como quien necesita ver para saber.
Salmo 18:11 habla de Dios dentro de su “escondedero” con una cortina
alrededor de él.
Pablo expresa lo mismo en 1 Timoteo 6:16 cuando dice que nadie lo puede
ver.
Las razones por que se emplea este modismo deben de ser evidentes. Para hablar
de los actos de Dios tenemos que usar palabras tomadas de la experiencia humana.
Es muy natural, y acaso necesario, decir que Dios oye nuestras oraciones, aunque
no tiene oídos; ve nuestras acciones, aunque no tiene ojos; viene para ayudarnos,
aunque está presente ya; olvida nuestros pecados, aunque no puede olvidar nada;
y vuelve sus espaldas hacia los pecadores no arrepentidos, aunque no tiene cuerpo
para volver.
Todas estas expresiones se refieren a la manera en que funcionan los hombres;
difícilmente podría ser de otra manera.
El hábito de hablar de Dios en términos humanos nunca debe hacernos criticar a
los escritores de la Biblia. Hablan en la forma más natural.