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La perfección de Dios

Durante mucho tiempo se ha hablado del término «perfección» y aún no hay una

respuesta clara. Atribuimos esta cualidad a muchas cosas, ya sean bellas, simétricas, útiles,

Contexto
pero todo esto es opinión de cada uno de nosotros. Otras personas creen que la idea de lo

perfecto hace daño al ser humano al establecer un ideal que no se puede alcanzar. Esta idea

va en relación con nuestra visión de que algo es bello en cuanto que no tiene errores, ni

defectos, ni falencias, y está completo o acabado. Por ejemplo, en la película El jorobado de

Notre Dame de Disney, transmitida en 1996, no consideramos a Quasimodo como un hombre

hermoso, ya que en sus características físicas no vemos una armonía. No obstante, si

hablamos de Esmeralda, la consideramos como una mujer bella y de rasgos perfectos. Sin

embargo, se puede decir que el jorobado tiene un lado agradable en su interior, mas esto se

deja a juicio personal. Por otra parte, es algo común en todos los seres humanos el

preguntarse si existe un ser que sea perfecto a la vista de todos. Algunos denominamos a este

Propósito
como Dios, pues es el creador de todo, incluyendo lo bello. En este trabajo se busca explicar

la perfección de Dios. La tesis que se sostiene es que Dios es un ser perfecto. Para ello,
Tesis

recurriré a los argumentos de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino que hablan de la

perfección de Dios.
Argumento
1

Dios es causa y poseedor de la existencia, por ende, también de la perfección. Por un

lado, tenemos a la Divinidad como causa eficiente. Clemente Fernández (1980), citando a

Santo Tomás de Aquino, dice «(si), pues, Dios es la primera causa eficiente de las cosas, es

necesario que existan en Él las perfecciones de todos los seres del modo más eminente […]»

(p. 492). Cuando hablamos de causa eficiente, se hace referencia a la persona que hará

posible que ocurra el cambio. Para entender mejor, veamos el siguiente ejemplo: una
escultura de un gato tiene cuatro causas; la primera se refiere al material que es el bronce; la

segunda, al objetivo o finalidad, que es adornar la ciudad; la tercera es la causa formal, que se

refiere a la forma y en este caso es un felino; por último, tenemos la causa eficiente, que se

refiere a la persona que ha hecho esa escultura. Entonces, al decir que Dios es la primera

causa eficiente, se está afirmando que es el escultor que hace posible que existan todas las

cosas, pero nadie lo hace a Él. Sin embargo, esta afirmación trae un problema. Si Dios es el

origen de las cosas, entonces no puede ser perfecto, porque hay cosas que son imperfectas.

Al ser causa eficiente y no material, Dios es ajeno a los defectos de la realidad, pues

se encuentra en otro plano. Examinemos este ejemplo: un constructo de autos fabrica un

vehículo con los mejores materiales, pero, al cabo de uno años, este carro empieza a

malograrse y a oxidarse. En este caso, el fabricante no es imperfecto, sino que lo es el

material, que está sujeto al tiempo, el cual causa su imperfección. Algo similar ocurre en la

Biblia cuando se habla de la creación, pues la Divinidad crea todo perfecto, pero, al pasar los

días, Eva se corrompe e influye en Adán, mas Dios sigue siendo perfecto. Por otra parte, al

ser el hacedor de las cosas, incluyendo las perfectas, las cualidades de lo existente deben

existir en la Divinidad de manera plena, para que así no llegue a agotarse. Por ejemplo, el

escultor que realiza una estatua de bronce, debe poseer el material, sin que éste llegue a

agotarse a mitad de la obra. Es por eso que contendrá a todos los seres, porque estos tienen

características en mayor o menor medida. Entonces es válida la propuesta de que «[…]en

Dios se hallan las perfecciones de todos los seres, y se llama universalmente perfecto porque

no le faltan ni una sola de cuantas se encuentran en cualquier género […]» (Santo Tomás,

como se citó en Fernández, 1980, p. 492). Ahora bien, el escultor posee el material de su

obra, pero no todas las cosas son perfectas, por ende, ¿podemos decir que el escultor posee

la imperfección y la perfección al mismo tiempo? Esto es algo contradictorio. Analicemos

que es la imperfección. Lo imperfecto es aquello de, en alguna medida, deja de ser perfecto,

algo
similar al frío. Cuando hablamos de que un objeto es frío, como un cubo de hielo, es porque

la temperatura ha descendido, pero si aumenta, entonces se acerca a lo caliente y el hielo se

convertirá en líquido y más adelante en vapor. De la misma manera funciona la perfección,

ya que todos los objetos tienen algo de ese calor, que es la perfección, hasta llegar a ser algo

totalmente helado, es decir, totalmente defectuoso.

Argumento 2
Otro argumento que podemos añadir es que Dios es lo bueno y todo bien es perfecto.

«El concepto de bien consiste en que algo sea apetecible, y por esto dijo el Filósofo que

bueno es “lo que todas las cosas apetecen” […] todo busca su perfección […]» (Fernández,

1980, p. 493). Dios es el primer motor y es perfecto porque no hay nada por encima de Él.

Por ejemplo, en una mesa de billar, las pelotas son movidas por un palo y este es movido por

un hombre, pero esta persona no es movida por nadie, entonces es el primer motor de las

bolas. De la misma manera es Dios, quien engloba la perfección a la que aspiran todos los

seres. Podemos decir que la Divinidad es el modelo y moldeador de todas las cosas, porque

es el fin de la larga cadena de causas y efectos. Esto se resume en la siguiente afirmación

dada por Santo Tomás de Aquino.

[…] del ser que tiene ya su última perfección decimos que es bueno en absoluto, y

del que carece de alguna de las perfecciones que debe tener, aunque por el hecho de

existir tenga ya alguna, no decimos que sea perfecto ni bueno en absoluto, sino que lo

es de alguna manera (Fernández, 1980, p. 494).

En conclusión, es posible hablar sobre la perfección de Dios porque podemos explicar que
Conclusión

es el creador de todo lo existente, es decir, que es la causa eficiente. Por otra parte, al ser el

que crea las cosas y como estas aspiran a la perfección, Él posee la plenitud de lo perfecto.

Además, como es un ser que no está creado y que no hay nada por encima de él, la máxima
de todo lo bueno es la perfección, por tanto, como la Divinidad es absolutamente buena,

entonces es totalmente perfecta.

Referencias bibliográficas

Fernández, C. (1980). Los Filósofos Medievales. Selección de Textos. Madrid:

Biblioteca de Autores Cristianos

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