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1. Introducción.
Los dinosaurios no avíanos fueron de los grupos más exitosos y diversos de las faunas
terrestres del Mesozoico (Triásico-Cretácico), además estuvieron extendidos en todos
los continentes. Debido a su marcado provincialismo, los registros de dinosaurios
gondwánicos podrían fomentar una mayor comprensión de la composición global de la
fauna durante el Cretácico medio (Caneiro, 2015). Por esta razón es importante el
entendimiento de la fauna del Albiano-Cenomaniano del norte de Sudamérica y el norte
de África.
La presente monografía se centrará en el estudio del popular, y hasta hace unos años
enigmático, dinosaurio Spinosaurus aegyptiacus descrito por el paleontólogo alemán
Ernst Stromer en 1915. Con la finalidad de vislumbrar su distribución paleogeográfica,
su paleoecología y como estos procesos afectan la evolución del dinosaurio entorno a su
paleobiología y nicho ecológico.
Los espinosáuridos son un grupo especializado de dinosaurios terópodos diversos, de
tamaños grandes a gigantes (Ibrahim et al., 2014, 2020; Smyth et al., 2020). La familia
Spinosauridae incluye a numerosos taxones registrados desde el Cretácico Inferior hasta
el Cretácico medio, los géneros más conocidos son Spinosaurus (Stromer, 1915),
Barionix (Charig y Milner, 1986), Irritator (Martill et al., 1996), Suchomimus (Sereno
et al., 1998), Ictiovenador (Allain et al., 2012), y Vallibonavenatrix (Malafaia et al.,
2020), los cuales se han encontrado en estratos de todos los continentes excepto la
Antártida y América del Norte (Smyth et al., 2020), los espinosáuridos muestran una
variedad de adaptaciones para la piscivoría y un modo de vida semiacuático (Ibrahim et
al., 2014, 2020A)
Spinosaurus aegyptiacus significa "lagarto espinal de Egipto" es una especie de
dinosaurio terópodo que vivió en lo que ahora es el norte de África, desde el Albiano
hasta las primeras etapas del Cenomaniano del período Cretácico (100 y 93 millones de
años). Algunas de las características anatómicas derivadas que lo distinguen de todos
los demás espinosáuridos. Es el inmenso tamaño de Spinosaurus considerándolo el
dinosaurio depredador más largo que se ha descubierto (Dal Sasso et al., 2005).
Asimismo, sus espinas neurales dorsales están hipertrofiadas, logrando ser de hasta diez
veces mayor que la altura del centrum de las mismas vertebras torácicas, dando al taxón
su característica vela. También tiene su morfología craneal modificada como su narinas
retrasadas y su menor número de dientes en la boca. Estas cualidades lo diferencian de
otros miembros de la familia Spinosauridae (Ibrahim et al., 2014).
1.1. Cuando los conflictos bélicos afectan a los Dinosaurios.
El holotipo de S. aegyptiacus (BSP 1912 VIII 19) fue hallado en el norte de Egipto y
descrito por primera vez por Stromer (1915) e incluía material craneal; dos vertebra
cervicales; vértebras dorsales; una vértebra caudal; costillas torácicas; y gastralia.
En 1934 encontraron restos de otro terópodo similar en la Formación Bahariya de Edad
cenomaniana, también de Egipto. Stromer (1934) detectó que tenía afinidades con el
holotipo de S. aegypticus, pero notó algunas diferencias y lo clasificó como Spinosaurus
B (Stromer 1934; Ibrahim et al., 2014; Smyth et al., 2020). Desafortunadamente, tanto
el holotipo S. aegyptiacus y Spinosaurio B fueron destruidos en Segunda Guerra
Mundial, durante un bombardeo británico de Múnich en la noche del 24/25 de abril del
1944 que destruyó a la institución en la que estaban alojados, el Paläeontologische
Staatssammlung München. Por esta causa no se escribieron artículos en torno a estas
especies hasta finales del siglo XX (Smith et al., 2006; 2020).
1.2. Descubrimientos importes en los últimos 30 años.
Russell (1996) nombró dos nuevos taxones de terópodos del Grupo Kem Kem del
Tafilalt del Sureste de Marruecos. El material de un nuevo holotipo principalmente
compuesto por vértebras aisladas. Asignándolo a un nuevo género de Spinosaurus
maroccanus, el cual fue erigido en base a la descripción de la mitad del cuello, vértebras
y fragmentos de dentario. Mientras que el otro terópodo fue asignado a una nueva
especie, Sigilmassasaurus brevicollises, basado en vértebras cervicales, dorsales y
caudales aisladas. Sin embargo, Russell (1996) notó que la vértebra holotipo de S.
brevicollises, CMN 41857, se parecía mucho a la de Spinosaurio Bfigurado por Stromer
(1934).
Kellner y colaboradores (2011) describe un nuevo taxón espinosáurido, Oxalaia
quilombensis basado en la parte anterior de un hocico y un fragmento de un maxilar.
Estos especímenes fueron recolectados en el sitio de Laje do Coringa, Cretácico
Superior (Cenomaniano) de la Cuenca de São Luis, Brasil. A diferencia de otros
espinosáuridos encontrados en Brasil se considera que O. quilombensis parece estar más
estrechamente relacionada con los espinosáuridos que se encuentran en el norte de
África que con los miembros brasileños de este clado. Desde un punto de vista
paleobiogeográfico, los yacimientos del norte de África como el de la Formación
Bahariya se conecta más estrechamente con la paleobiogeografía América del Sur que
con América del Norte (Russell 1996). El norte de Brasil y el norte de África son temas
prominentes de estos estudios debido a las estrechas similitudes entre su cercano
contenido geológico y faunístico de dinosaurios (Caneiro, 2015).
1.3. Todos somos Spinosaurus aegyptiacus.
Se han propuesto varias autapomorfias para el género Sigilmassasaurus (Russell, 1996;
Evers et al., 2015). Estas se refieren a aspectos de la anatomía de la vértebra cervical
holotipo (CMN 41857) y la material referido. Esto incluye material previamente
asignado a S. maroccanus (Russell, 1996) y sinonimisado con S. brevicollispor en Evers
y colaboradores (2015). Sales y Schultz (2017) hicieron un diagnóstico revisado el
taxón O. quilombensis (Kellner et al., 2011) en el cual se cuestionó la importancia de
varias características de diagnóstico del espécimen holotipo (MN 6117-V).
La fiabilidad de estas funciones como autapomorfias se revisaron en Smyth y
colaboradores (2020). Los cuales llegaron a la conclusión que las especies S.
brevicollises y S. maroccanus son rechazadas y consideradas como sinónimos menores
de S. aegyptiacus al igual que el espinosáurido brasileño O. quilombensises, también
considerado como un sinónimo menor de S. aegyptiacus, en espera del descubrimiento
de más material diagnóstico. Aquí se propone que las autapomorfias de estos taxones
son el resultado de la variación intraespecífica, o cambios morfológicos.
La variación observada en otros dinosaurios terópodos para los que se dispone de
muestras de mayor tamaño (Carpenter, 1990, 2010; Brusatte et al., 2010), y los altos
niveles de variación ontogenética e intraespecífica encontrada en terópodos primitivos
fuera de Avetheropoda (Griffin y Nesbitt, 2016) muestra que se requiere mucha cautela
al diferenciar material basado en restos fragmentarios.
Restos muy incompletos de Oxalaia quilombensis representan un sinónimo menor de
Spinosaurus aegyptiacus. La presencia de este taxón en el norte de África y América del
Sur tiene importantes implicaciones paleobiogeográficas, proporcionando más evidencia
de la existencia un intercambio faunístico durante el “Cretacico medio” entre las dos
masas terrestres (Candeiro, 2015; Ibrahim et al., 2016).
2. Tectónica.
El megacontinente Pangea que se formó en el Pérmico, a principios del Triásico
comienza a fragmentarse (Benedetto, 2012; Sánchez, 2006; Stanley, 2009; Torsvik y
Cocks, 2017). El proceso tomó más de 100 millones de años, e incluso persiste en el
presente con la expansión del Océano Atlántico, que continúa separando América del
sur de África (Sánchez, 2006).
2.1 Jason y Tuzo: Un complemento a la deriva continental
A pesar de que es un modelo que está incompleto y deja sin dar una convincente
respuesta al origen de algunos puntos calientes, como el de Yellowstone, es una
herramienta muy útil para comprender procesos geológicos y tectónicos como la
apertura y cierre de océanos o la generación de montañas (Torsvik et al., 2014). Es un
buen complemento para entender ciertos mecanismos de la deriva continental.
El geoide residual de la Tierra está dominado de algún modo por dos regiones en el
límite núcleo-manto debajo de África (Tuzo) y el Pacífico (Jason), las cuales son dos
provincias tectónicas ecuatoriales, antípodas grandes de baja velocidad de onda cortante
(Fig.1) (Torsvik et al., 2014). Los catastróficos emplazamientos de las grandes
provincias ígneas (Lips) y los yacimientos de kimberlitas suelen indicar la emersión de
este tipo de plumas mantélicas profundas (Torsvik et al., 2014). Los márgenes de estos
cuerpos de manto profundo, cuando se proyectan radialmente a la superficie de la
Tierra, se correlacionan con las posiciones reconstruidas de Lips y depósitos de
kimberlitas desde que Pangea se formó (Torsvik et al., 2014) y se ha argumentado que
están relacionados con un patrón dominante de convección del manto de grado (Burker,
2011). Los márgenes de Tuzo y Jason ascienden, como plumas en forma de estrechas
columnas que alcanzan directamente la litosfera. Estas dan lugar a hotspots primarios,
que aportan más
volumen de material y actúan durante periodos más largos de tiempo (Torsvik et al.,
2014).
Los continentes del hemisferio sur se fragmentaron constantemente a medida que
avanzaba el Cretácico (Benedetto, 2012; Sánchez, 2006; Stanley, 2009; Torsvik y
Cocks, 2017). En el Cretácico Inferior, esta
fragmentación incluyó la expansión del lecho
marino entre América del Sur y África desde
alrededor de 130 Ma. (Torsvik et al., 2014). Esto
coincide con que todos los Lip oceánicos del
Cretácico que entraron en erupción justo encima
de las zonas de generación de plumas de Tuzo y
Jason (Torsvik y Cocks, 2017).
En el año 2020 Ibrahim y colaboradores describieron más restos del espécimen del
2014. Ya que ampliaron la excavación y extrajeron más restos. Debido a esto se
pudieron hacer estudios respecto a la forma de la cola y su funcionamiento. Llegaron a
la conclusión que era semejante a la de un tritón moderno (Fig. 9) y que la morfología
de la cola es altamente especializada en S. aegyptiacus por lo tanto, se infiere que tiene
una función como estructura propulsora para la locomoción acuática. Pudendo ser
eficiente en el agua y generando más de ocho veces el empuje de las otras formas de
cola en comparación con otros terópodos. Asimismo, la cola tendría la función de
contrapeso en la locomoción en tierra.
Figura 9. Reconstrucción de
la cola de Spinosaurus
aegeyptiacus. En naranjo se
pueden ver las vértebras
caudales de las que dispone
el material, escala 50 cm.
Tomado de Ibrahim y
colaboradores (2020).
Discusión
Las afinidades de los taxones de los dinosaurios del Cretácico medio se producen en
nueve unidades geológicas portadoras de registros del norte de África y el norte de
Brasil sugiriendo que fue un conjunto faunístico básicamente homogéneo (Candeiro et
al., 2011). Los taxones fósiles de la flora y fauna continental Cenomaniana de la cuenca
de São Luís se observan principalmente en Laje do Coringa, Formación Alcântara.
Muchos peces desarticulados y los elementos esqueléticos y dentales de tetrápodos son
notablemente similares a la fauna del norte de África, a demás son concordantes de
manera cronoestratigráfica (Madeiros et al., 2014) y S. aegyptiacus no es la excepción.
Tomando en cuenta los datos paleobiológicos es plausible generar inferencias de índole
ecológica y el del por qué su tiene una distribución bicontinental. En la actualidad
existen algunas especies semiacuáticas que habitan 2 continentes como Crocodylus
porosus que vive en Australia y Asia. De esta manera S. aegyptiacus pudo haber
sorteado las barreras paleogeográficas que aislaron a Sudamerica de Africa (Fig. 10).
Conclusión
Los seres vivos son sistemas abiertos, los cuales intercambian materia y energía con el
ambiente. Los procesos ambientales no son ajenos a la geografía actual, ni a la del
pasado, más bien es un mecanismo de causalidad y efecto. Dependiendo de la
disposición continental factores como la latitud, altitud, la cercanía a las masas de agua,
corrientes de vientos, etcétera, generan distintos biomas con diferentes nichos
ecológicos, los que a su vez producen diferentes condiciones y recursos en las formas de
vida que deben encontrar su rol dentro del ecosistema.
En Spinosaurus aegyptiacus se han identificado una serie de adaptaciones consistentes
con un estilo de vida semiacuático, incluyendo huesos largos con una cavidad medular
muy reducida y un conjunto de características craneales tales como narinas retraídas,
dientes cónicos entrelazados y un rostromandibular con un sistema sensorial
tegumentario (Ibrahim et al., 2020).
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