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Tema 22 Proceso de hominización y cultura material.

La aportación de la
antropología histórica

Para este tema de oposición seguiremos una serie de apartados que traten de dar
respuesta a este amplio sujeto. En primer lugar, veremos la definición de algunos de los
conceptos previos que nos puede ayudar a comprender más tarde la aportación de la
antropología histórica. Más adelante realizaremos un breve repaso al proceso de
hominización atendiendo al proceso evolutivo, y también al desarrollo de la cultura
material centrado en el Paleolítico.

Conceptos previos

Decimos así, que entendemos como Prehistoria a “la rama de la ciencia histórica
basada en el estudio de las sociedades ágrafas fósiles”. Siendo así la formulación del
“proceso de hominización” uno de sus principales pilares; tarea que realizará a través
del análisis de los datos aportados por diferentes ciencias afines o auxiliares en su
campo de estudio (arqueología, antropología, botánica…), con los cuales elabora y/o
justifica propuestas teóricas, nacidas en sus tradicionales espacios de trabajo: el
laboratorio y el gabinete.

En cuanto a la definición de “proceso de hominización”, podemos decir que se refiere


al “estudio ligado al proceso evolutivo configurador del ser humano actual” (Alfonso
Moure Romanillo). Siendo así un campo amplio, pues partiendo del primer
representante de nuestra familia (hace 7/8 millones de años), irá examinando
características concretas de una línea evolutiva que culmina en nuestro género y especie
(Homo sapiens) hace poco más de 100.000 años.

Del proceso de humanización ha existido en la Historia dos grandes teorías para


explicarlo. La primera es la creacionista, que relaciona el origen humano con un acto de
procedencia divina, vemos aquí la corriente monogenista, que planteaba un origen único
con Adán y Eva, o la corriente catastrofista que ponía el foco en catástrofes divinos
como lo fue el diluvio universal. La segunda, la teoría evolucionista de Charles Darwin
y Alfred Russel Wallace, la aceptada por el consenso científico, explica el origen del
hombre en base a la selección natural, verdadero motor de la evolución y desarrollo de
las especies.
Antes de ver el proceso de hominización cabe reparar en las características de los
homínidos: el desplazamiento bípedo (propuesto por Fisher y Lovejoy como clave en su
movilidad, socialización, liberación de las manos y desarrollo del pulgar oponible), la
dentición (que permite conocer su dieta, dimensión y localización) o el coeficiente
encefálico (que desplazó al criterio de capacidad craneal, al estimar más correcto
relacionar el tamaño del cráneo con la complexión del sujeto). En la actualidad, y frente
a otras teorías como la del origen múltiple (el Homo Sapiens como resultado de la
evolución local del Homo Ergaster en los distintos conitnenetes, explicando así la
diversidad étnica), la teoría de origen africano es la que más adeptos tiene diferencia
dos posturas, 1) la que sitúa al Homo heidelbergensis como último antecesor entre
Europa y África (Homo rhodesiensis), derivando en Europa hacia el neanderthalensis y
en África hacia el sapiens (Stringer y Andrews) y 2) la que propone como último
representante común al Homo antecessor, que en Europa derivó hacia el heidelbergensis
y el neanderthalensis, mientras que en África configuró el Homo sapiens sapiens actual
(Arsuaga y Martínez).

Entrando a valorar la aportación que la Antropología y la Arqueología ha


ofrecido al campo de estudio que aquí nos ocupan, deberíamos decir que comprendemos
como Arqueología a la “disciplina basada en la recogida y tratamiento de restos
materiales obtenidos en una fuente llamada registro arqueológico (Site)”. Por tanto, se
convierte en ciencia auxiliar de la Prehistoria a la hora de interpretar el “proceso de
hominización”, pues le dota de restos materiales y fósiles, que generalmente han sido
sometidos previamente a técnicas experimentales reconstructivas (como el TAC) o de
datación (como el potasio-argón, el carbono 14 o la termoluminiscencia).

En cuanto a la Antropología, podríamos definirla como “ciencia que estudia al


ser humano en su vertiente biológica, social y cultural”. Es decir, se trata de una ciencia
amplia que diferencia entre: 1. El estudio de las características biológicas y mecánicas
que definen a nuestro género (se trata de la Antropología física, de la cual deriva la
Paleoantropología) y 2. El estudio de su esfera social y cultural (Antropología social y
cultural), encargado de analizar la diversidad, interactuación y sociabilidad de nuestra
especie. La llamada Antropología Histórica o Etnohistoria, rama de la antropología ha
contribuido al proceso de hominización con dos grandes aportes: 1. Interpretaciones
sobre la creación, uso y utilidad de herramientas, vestimenta y elementos decorativos
ligados a cultura material (Levi-Strauss), 2. Análisis de actividades económicas (caza y
recolección) y poblamiento, 3. Hipótesis de relaciones, distribución y organización
social en grupos pequeños y 4. Comprensión del significado de procesos y ritos
funerarios.

Sin embargo, gran parte de la comunidad científica actualidad (formada por


prehistoriadores, arqueólogos y antropólogos), ha cuestionado desde hace años la
validez de estos datos, argumentando: 1. Que sus estudios parten de grupos Homo
sapiens, poseedores de una estructura mental diferente a las especies Homo anteriores
y 2. La inexistencia hoy día de sociedades primitivas aisladas (pues estos grupos
humanos ya han contactado directa o indirectamente con la sociedad actual).

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