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Señor Cautivo de

Ayabaca

El Señor Cautivo de Ayabaca es una


escultura religiosa de Jesús Nazareno que
representa el momento en que, tras ser
apresado en Getsemaní, Cristo fue
abandonado por sus discípulos,[1] ​esta
ubicada en el altar mayor del templo de
Nuestra Señora del Pilar en la ciudad de
Ayabaca, departamento de Piura, Perú. Su
festividad fue declarada Patrimonio
Cultural de la Nación como Patrimonio
Inmaterial mediante la Resolución
Viceministerial N° 063-2013-VMPCIC-
MC.[2] [3]
Señor Cautivo De Ayabaca
Información profesional
Información religiosa
Festividad 13 de octubre Novus
ordo
Venerado en Iglesia católica
Patronazgo Ayabaca y
Chulucanas
Títulos y               
reconocimientos

> Patrono de Ayabaca

Origen
En 1751, el Párroco García Guerrero, tuvo
la idea de darle al pueblo de Ayabaca una
representación escultórica de su «Santo
Patrón» y para este proyecto se formó una
comisión entre los habitantes del pueblo.
Se decidió encomendar la confección de
dicha imagen a artesanos ecuatorianos,
considerados en ese tiempo, excelentes
escultores de imágenes religiosas.

Con este fin, una delegación partió con


destino a Ecuador pero, luego de avanzar
unas leguas, se encontraron con «unos
caballeros de ropas blancas», que se
identificaron como "escultores". Estos
personajes misteriosos, acordaron la
confección de la imagen bajo tres
condiciones:
Que nadie los viera trabajar
Que alcanzaran los alimentos una vez al
día y la cual sería al amanecer
Que el precio de la obra sería acordado
al final de la misma

Al pasar varios días de no saberse nada,


los habitantes del pueblo decidieron entrar
en el "taller", encontrándose con que los
artesanos habían desaparecido dejando
una escultura que hoy es conocida como
el "Señor cautivo de Ayabaca". Aquí
empezó la leyenda de que la imagen del
"Señor" fue obra de ángeles.[4] [1]
​ ​El año de
1904, el reverendo Tomás Eliseo
Velásquez, inauguró el templo, el que fue
refaccionado en 1974. Cuando se
reconstruyó la fachada, se agregaron dos
escalinatas para facilitar la veneración de
la imagen.[1]

Altar Mayor
El Altar Mayor esta decorado con fino
tallado de pan de oro, en la parte superior
esta al Señor Cautivo de Ayabaca
acompañado de las imágenes de San
Martín de Porres, Santa Rosa de Lima y la
Virgen del Pilar entre otros.

En la parte posterior del altar se encuentra


una pequeña escalera, la cual permite que
los fieles veneren la imagen tocando el
hábito sagrado.

Decretos
- El 13 de octubre del 2002 mediante el
Decreto Episcopal se solicito que se eleve
el templo de Nuestra Señora del Pilar de
Ayabaca a la categoría de Santuario y el
Templo Parroquial a la categoría de
Santuario del Señor Cautivo de
Ayabaca.[5] ​

- El 28 de mayo de 2018 mediante el


Acuerdo de Consejo Regional N.º 1469-
2018/GRP-CR , se declaró de interés
regional la festividad del Señor Cautivo de
Ayabaca del 02 al 13 de octubre.[5] ​

- El 17 de junio de 2019 con Memorando


Nº26-2019/GRP-200000-RSF se solicitó
declarar Día No Laborable en todo el
ámbito del Departamento de Piura, el día
13 de octubre de todos los años, en
homenaje a la Peregrinación y Festividad
del Señor Cautivo de Ayabaca.[5] ​

- El 26 de junio de 2019 mediante Oficio


N.º 01-2019, con Hoja de Registro y
Control N.º 24781 se solicita impulsar la
declaratoria de la festividad del Señor
Cautivo de Interés Regional y Feriado No
Laborable el día 13 de octubre de cada
año.[5]

Festividad y peregrinaje
El 12, 13 y 14 de octubre de cada año se
celebra en Ayabaca la festividad en honor
al «Milagroso Señor Cautivo» de dicha
provincia de la serranía Piurana. En esos
días de fiesta, Ayabaca es abarrotada por
miles de personas que vienen de
diferentes partes del Perú y del extranjero
a pedir milagros a Jesucristo
representado en esa imagen santa del
Señor de Ayabaca. Esta festividad es
objeto de una gran devoción que va desde
peregrinos que llevan una cruz a cuestas a
otros que llegan a dicha localidad apenas
con sus mochilas. Con ellos traen
instrumentos musicales y sus canciones
atenúan la caminata del trayecto hacia la
Tierra del Cautivo. Estos grupos de
peregrinos son llamados "Hermandades".
Las autoridades colaboran con la fe de los
peregrinos, socorriéndolos durante el
trayecto.

Se sabe de personas con delitos leves


purgando cárcel y que obtienen permiso
para retirarse de la penitenciaría y cumplir
con su promesa de "peregrinar" hacia el
Divino Cautivo. Cumplida tal promesa
regresan a su prisión.[4] ​
Oraciones
Inicio de la peregrinación en compañía de
María

¡Oh bondadosa Madre, Santa María!

En tu terreno caminar

conociste de los viajes y peregrinaciones,

de sus trajines y hasta de sus peligros.

Protégenos a nosotros, hijos tuyos,

que hemos decidido peregrinar


para encontrarnos con tu Divino Hijo, el
Señor Cautivo.

Acompáñanos en todo momento;

vela por nuestro bien y por nuestras


necesidades;

has que lleguemos con bien a nuestro


destino,

y que guiados por tu amor maternal

podamos hallar a Jesús, el Señor Cautivo,

y ofrecerle el homenaje de nuestra fe y


amor.

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