Devocionario para el Día 5, el 26 de febrero
Rev. Ben Sheldon, Presidente Emérito de Presbyterians Pro-Life
(Presbiterianos en favor de la vida)
Intención:
Que la verdad del juicio final determine nuestros
pensamientos, prioridades y opciones aquí en la
tierra.
Sagrada Escritura:
El Rey les responderá y les dirá: “Ciertamente,
les digo que en cuanto lo hicieron a uno de los
más pequeños de mis hermanos, me lo hicieron
a mí”.
—Mateo 25, 31-46
Reflexión:
La imagen de Jesús del juicio final concluye con
esta palabra aleccionadora: los malvados, que no
pudieron cuidar a los demás en sus diversas
necesidades (el hambre, la sed, los extranjeros,
los desnudos, los enfermos, los encarcelados) se
irán al eterno castigo, pero los justos, que sí
buscaban satisfacer esas necesidades,
terminarán con él, disfrutando la vida eterna.
Oración:
¡Sabemos que esto no fue una mera parábola!
¡Jesús nos ha dado una advertencia justa!
Todo en la Palabra de Dios señala la verdad de
que se nos pide preocupación compasiva y
atención práctica para todas las personas, en
especial para los pobres, los indigentes, los
débiles y los que necesitan de nosotros, si es que
pretendemos escapar del castigo del fuego del
infierno.
©2022—40 Days for Life
¿Y quiénes son los pobres y necesitados sino los
indefensos bebés por nacer, como también los
ancianos y enfermos en el otro extremo de la
vida?
Sin duda, “más pequeños” abarca no solo a los
que están en los dos extremos del ciclo de la
vida, sino a todos los demás que están en el
medio.
De la misma manera que nosotros, como
verdaderos seguidores de Cristo, respondemos a
su advertencia “en cuanto lo hicieron a uno de
los más pequeños de mis hermanos, me lo
hicieron a mí” determinará si disfrutamos de la
felicidad eterna en Su presencia o de la realidad
sombría y terrible del castigo eterno en el
infierno.
Cuidar a los demás no es opcional. ¡Nada en la
Palabra de Dios puede ser más claro!
Padre clemente y misericordioso, con mucho
gusto aceptamos tu Palabra, en la que nos
orientas para que cuidemos del menor de tus
hijos.
Renovamos nuestro compromiso de defender a
los niños por nacer y a todos aquellos cuyo
derecho a la vida se ve comprometido por
nuestra egoísta falta de preocupación por parte
de nuestra sociedad atea.
Líbranos de nuestros propios fracasos y pecados
para que podamos estar verdaderamente a favor
de la vida, en cada aspecto de nuestras vidas. Por
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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