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La resolución 5391/23 de la AFIP obliga a un conjunto de empresas a pagar un anticipo del Impuesto a las Ganancias sobre ganancias no realizadas, lo que incrementa aún más la alta presión tributaria sobre las empresas y afectará su capital de trabajo y generará pérdidas financieras. Esto va en contra de lo que necesita el país, que es reducir impuestos para permitir que el sector privado crezca y reactive la economía.
La resolución 5391/23 de la AFIP obliga a un conjunto de empresas a pagar un anticipo del Impuesto a las Ganancias sobre ganancias no realizadas, lo que incrementa aún más la alta presión tributaria sobre las empresas y afectará su capital de trabajo y generará pérdidas financieras. Esto va en contra de lo que necesita el país, que es reducir impuestos para permitir que el sector privado crezca y reactive la economía.
La resolución 5391/23 de la AFIP obliga a un conjunto de empresas a pagar un anticipo del Impuesto a las Ganancias sobre ganancias no realizadas, lo que incrementa aún más la alta presión tributaria sobre las empresas y afectará su capital de trabajo y generará pérdidas financieras. Esto va en contra de lo que necesita el país, que es reducir impuestos para permitir que el sector privado crezca y reactive la economía.
Nuestro país necesita con urgencia que se adopten medidas para
reducir la muy alta presión tributaria sobre el sector formal de la economía. Lamentablemente, la Resolución 5391/23 de la AFIP mediante la cual se dispone que un conjunto de empresas deban pagar un anticipo del Impuesto a las Ganancias, va en la dirección contraria. En efecto, esta decisión vuelve a incrementar la carga tributaria, ya que las empresas se verán obligadas a abonar un nuevo anticipo, con el agravante de que este tributo se pagará por ganancias no realizadas. Adicionalmente, la medida afectará el capital de trabajo de las empresas y generará una pérdida financiera. Argentina necesita imperiosamente retomar el crecimiento, y para ello la única vía es posibilitar que el sector privado pueda desarrollar plenamente su potencial. Aumentar la ya muy alta presión tributaria no es el camino.