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LA ENVIDIA II
1Cor. 13:4-8a
INTRODUCCION
Los sábados por la noche estamos estudiando el tema “EL MUNDO Y SUS
DESEOS”, donde dijimos que mundo Es todo aquel conjunto de cosas (reglas,
principios, valores, pensamientos, costumbres, ideologías, objetivos, modelos,
sentimientos, deseos, prácticas y otras cosas más) que provienen del alma caída
(sin Dios) y tienen el propósito de dirigir nuestras vidas.
Entre esas prácticas, esa forma de vida, esos deseos que el mundo nos ofrece,
está por ejemplo la preocupación, que semanas atrás hemos estudiado bajo el título
de “El afán y la ansiedad”. Pero también otra forma de vida, otra práctica que el
mundo nos ofrece es “La envidia”.
La envidia es tan común en estos tiempos que parece justo sentir envidia, pero
al mismo tiempo es tan sutil y engañoso que se ha hecho parte de nuestra vida y
muchos no reconocemos este pecado pero al mismo tiempo es tan peligroso que
tiene consecuencias amargas.
Ariel A. Veliz Q.
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deseamos. No hay pecado que sea más odioso para Dios que la envidia, no hay
pecado que sea más dañino para nuestro prójimo y nosotros mismos. Y ¡Jóvenes!
Lo peor, lo triste es que el envidioso o la envidiosa no quiere reconocer que tiene
ese problema.
La envidia de Raquel hizo cansar a Jacob, La envidia de Raquel causo una gran
molestia en Jacob, La envidia hizo que Raquel se pusiera insoportable delante de
Jacob hasta el punto que Jacob tuvo que decirle (v. 2) “¿Soy yo acaso Dios, que te
impidió el fruto de tu vientre?”. La envidia de Raquel hizo que Jacob se canse de
Ariel A. Veliz Q.
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ella. ¡Jóvenes! La envidia hace que las personas que están a nuestro alrededor se
cansen de nosotros. Pero no solo ello sino que también…
¡Jóvenes! La envidia nos enceguece y hace que muchas veces actuemos como
insensatos, como tontos, como locos, tal vez ni cuenta te has dado, pero cuando
albergamos la envidia en nuestro interior los que están a nuestro alrededor
perciben claramente nuestra forma de hablar, nuestra forma de actuar porque la
envidia hace que actuemos con insensatez.
La envidia fue uno de los ingredientes que causo esa vergonzosa actitud, esa
vergonzosa división entre creyentes y por causa de ello, el evangelio estaba siendo
pisoteado. ¡Jóvenes! Cuando permitimos que la envidia nos domine, ello causa
división y la división desacredita el evangelio.
Como iglesia, como jóvenes podemos hacer muchas cosas, salir a evangelizar,
salir a enseñar a otras iglesias, recomendar a otros enseñanzas sanas, colgar
mensajes con contenido bíblico en el internet, Facebook, watsapp, tener tiempos de
comunión en la iglesia, saliendo fuera de la iglesia, pero si albergamos envidia en
nuestros corazones todo ello es vano.
Ariel A. Veliz Q.
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insensibles ante el sufrimiento de su hermano, la envidia hizo que estos hombres
actuaran despiadadamente en contra de su hermano menor.
Fil. 1:15. La envidia de estos hombres a los cuales se refiere Pablo, hizo que
predicaran a Cristo con el propósito de causar un daño a Pablo, es como si ellos
dijesen “ah, Pablo está encarcelado, está sufriendo, ¿Qué podemos hacer?
Prediquemos para que se sientan peor, prediquemos para dañar a Pablo” Los
enemigos de Pablo se habían propuesto predicar a Cristo con el propósito de
ocasionar sufrimiento y dolor en Pablo.
Mt. 27:15-18. La envidia fue uno de los combustibles que el diablo uso para
encender el odio de los judíos por Cristo, Cristo fue entregado, fue calumniado, fue
crucificado, fue llevado hasta la muerte por envidia. (Mr. 10:18) Los sacerdotes,
los escribas y los ancianos fueron impulsados por la envidia para llevar al Dios
encarnado hasta la muerte.
La envidia no anda solo, la envidia tiene dos amigos, dos camaradas, dos
compañeros inseparables, y esos dos amigos inseparables, son los pleitos y el
homicidio (Rom. 1:28-29; Rom. 13:13, 2Cor. 12:20; St. 3:14-16).
Prov. 6:16-19. ¿De dónde provienen estos pecados? Pues todos estos pecados
que aborrece Dios, que abominan su alma provienen de la envidia. La envidia es
peligrosa, es una afrenta directa en contra de Dios, la envidia es un reto a Dios
mismo, es por eso que más adelante el escritor de Proverbios dice en el capítulo
27:4 ¿Quién podrá sostenerse delante de la envidia?
Ariel A. Veliz Q.
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envidia que la Biblia nos ofrece? Y la respuesta es SÍ, hay un remedio que Dios en
su gracia nos ofrece, con eso pasemos a nuestro cuarto y último encabezado…
1Cor. 13: 4b. “…el amor no tiene envidia…” El remedio para luchar en contra
de la envidia es el amor, el amor nos mueve a vencer este desagradable pecado. El
amor verdadero es el único antídoto que nos puede ayudar a vencer la envidia. Pero
¿Cómo es que el amor nos ayuda a vencer el pecado de la envidia? Mt. 22:34-40.
A través de dos cosas: 1. El amor a Dios y 2. El amor a nuestro prójimo.
Ahora, cuando Cristo nos dice que sobre todas las cosas debemos amar a Dios,
esta hablando del Dios de las Escrituras, no de un dios que es hecho por nuestra
imaginación, no un dios que es hecho por nuestra conveniencia, sino el Dios de las
Escrituras y ¿Cómo es el Dios de las Escrituras? El Dios de las Escrituras, el Dios
verdadero al que debemos amar es SOBERANO.
Dn. 4:35. El Dios de las Escrituras hace según su propia voluntad, en el cielo
como en la tierra y nadie, nadie puede detener su mano, nadie puede evitar que
Dios haga su voluntad en la vida de cada una de las personas, y por eso nadie
¡Joven escucha bien! ¡Nadie puede llamar a Dios a cuentas! Nadie puede reclamar
a Dios diciendo “¿Por qué a él más y no a mí?” “¿Por qué a ella le has permitido
esto y no a mí?” “¿Por qué ella tiene ventajas y no yo?” “¿Por qué él ha
prosperado y no así yo?” ¡Jóvenes! ¡Nadie puede llamar a Dios a cuentas!
Rom. 11:33-36. Dios es soberano, Dios hace lo que quiere, y aun con respecto
a la salvación, nadie le ha aconsejado, nadie le ha dado primero a Dios para que sea
recompensado, Dios no está en deuda con nadie, Dios a nadie le debe nada. Ese es
el Dios a quien estamos llamados a amar. Y aquel que ama a este Dios, se goza en
esta verdad, porque sabe que este Dios va a hacer todas las cosas según su voluntad
y va a hacer todas las cosas para el bien de aquellos que le aman.
Ariel A. Veliz Q.
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Rom. 8:28. Aquel que ama a Dios va a comprender que todas las cosas que
Dios hace en su vida, sean buenas o malas a sus ojos es para su bien y por tal
motivo, cuando vea desigualdad al interactuar con otros esta persona no se va
amargar, porque entenderá que Dios distribuye sus cosas como a Él le place.
El amor a Dios aplaca la envidia, porque si amamos a Dios eso implica que
amamos su soberanía y si amamos su soberanía, vamos a entender que Dios
decidió distribuir sus dones, sus bendiciones, de distintas maneras.
Pero hay algo más que podemos añadir aquí, el amor a Dios se basa en el amor
de Él hacia nosotros, no de nosotros hacia Él sino de Él hacia nosotros (1Jn. 4:10)
y el amor de Dios hacia nosotros se mostró en la cruz del calvario (1Jn. 4:9); todo
aquel que ha experimentado el amor de Dios en su vida, todo aquel que ha
experimentado la salvación por medio del sacrificio de Cristo en la Cruz del calvario
puede amar ahora a Dios, puede amar su soberanía, puede entender que Dios
decidió distribuir sus dones, sus bendiciones, de distintas maneras.
¡Joven, señorita! Que estas cayendo en envidia, cuando ves que tu mejor amigo
(a) se está llevando mucho mejor con otros que contigo, debes decirte a ti mismo
“Dios es Soberano y él permite esto por alguna razón que es buena”.
Cuando ves que a tu hermano (a) está prosperando más rápido que tu o aquí en
la iglesia le está yendo bien en algo, aprende más rápido que tú, tiene más
oportunidad que tú en distintas cosas o por la gracia de Dios tu amiga o una
hermana ha iniciado un noviazgo con un hermano, cuando por cualquier
circunstancias estas siendo tentando a sentir envidia, debes predicarte a ti mismo
diciendo “Dios es soberano y él sabe porque permite esto o aquello” “Dios sabe
porque le ha dado a él o a ella esta oportunidad y no a mí y no solamente lo sabe
sino que eso que Dios ha hecho dice su Palabra que es para mi bien” Por ello debe
glorificar a Dios, por ello debo de dar gracias a Dios a pesar de que mi carne no
quiere, a pesar de que mi carne quieres sentir envidia, pero yo debo de glorificar y
dar gracias a Dios.
Ariel A. Veliz Q.
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2. El amor al prójimo (Mt. 22:39). El amor a nuestro prójimo es aquella
gracia que nos mueve a procurar el bien de nuestros hermanos (as) aun a costa del
sacrificio personal. El amor no es egoísta, el amor al prójimo no se centra en uno
mismo, sino se centra en mi prójimo, el amor no busca su propia felicidad, sino que
busca la felicidad del prójimo. (1Cor. 13:4-7) Esa es la característica del amor al
prójimo. Rom. 13:8-10, el amor al prójimo es la síntesis de los mandamientos. El
pecado es infracción de la ley (1Jn. 3:4), pero el amor al prójimo es el
cumplimiento de la ley. Siendo así, el amor al prójimo es el remedio para vencer la
envidia. El amor al prójimo no tiene envidia.
CONCLUSION
APLICACIÓN
1. Cuando a nuestro hermano (a), a nuestro amigo (a) le vaya bien en algo y
estemos tentados a sentir envidia, recuerda, trae a tu mente, medita, piensa,
háblate a ti mismo, predícate a ti mismo “el amor no tiene envidia”.
2. Recuerda que debes amar a Dios quien es SOBERANO, quien no se equivoca
y hace todas las cosas según su voluntad, para su gloria y para el bien de su pueblo.
dite a ti mismo ¡Joven! “Dios es SOBERANO y Él ha hecho lo mejor, aunque no
entiendo, aunque me duele, eso es lo mejor para mí”.
3. Ora por tu hermano (a), por tu amigo (a) de quien está siendo tentado a
sentir envidia. Agradece a Dios por su vida, por su felicidad, por su prosperidad,
pide a Dios que le guarde del pecado.
4. Gózate con tu hermano (a), amigo (a) que le está yendo bien.
Ariel A. Veliz Q.
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¡Jóvenes! Cuando la envidia está ingresando en mi vida, Orar o gozarme por el bien
de aquella persona de quien estoy sintiendo envidia es difícil, pero son en esos
momentos donde debo obligar a mi carne, obligar a mi corazón a orar por mi
hermano (a) de lo contrario, ¡Joven! Si no muestra un amor práctico por tu
hermano será derrotado, carcomido por la envidia y harás de tu vida una vida
miserable, una vida triste.
Por ultimo ¡Joven o señorita! Si al estudiar este tema ves en tu vida que no puedes
vencer la envidia, eso significa que posiblemente el amor de Dios no este obrando
en tu vida y si es así, en esta noche por medio de la Palabra te llamo a que vengas a
Cristo quien es el amor de Dios encarnado, quien venció al pecado, quien venció a
la envidia en la cruz del calvario, para librarte de ese horrible pecado, ven a Cristo
en Arrepentimiento y fe, no procures mejorar tu vida, solamente ven a Cristo en
arrepentimiento y fe. vamos a orar.
Ariel A. Veliz Q.
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