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EDICIONES SOLAR VUELVE EN EL ESTADO MÉRIDA

Mérida está de fiesta porque cuando hablamos de Solar, hablamos de Mérida.


De sus letras que nacen en el amanecer radiante que se refleja en la cara del
indio y que nos hace sonreír con el café de la mañana. Porque sin duda alguna
Mérida es cuna de inspiración.

Ahora Solar regresa, después de 14 años con la fuerza de las palabras que se
plasman en papel, celebrando también que la imprenta se hizo presente para
ser el albergue seguro de los sueños que hoy, son libros. Tal como lo
mencionaba el comandante Chávez “la buena lectura es el camino maravilloso
hacia la liberación definitiva, ahora estrategia educativa: hacer un país de
lectores. Estrategia liberadora cultural”. Aquí estamos, cada día trabajando
para que Venezuela se convierta en el país de lectura, porque la patria se
construye leyendo y escribiendo. No hay otra vía.

Este año el Premio Nacional de Literatura Solar 2022, acogió más de 120 libros
de todo el territorio nacional con una gran calidad literaria. Se convocó en el
mes de marzo para cuatro géneros: poesía, narrativa, ensayo y literatura
infantil.

Luego de la deliberación de jurado que estuvo conformado por escritores y


escritoras de gran trayectoria como Laura Antillano, Gabriel Jimenez Emàn,
Luis Manuel Pimentel, José Gregorio Vásquez, Rodolfo Quintero Noguera,
Carlos Baptista, José Javier Sánchez, Betsimar Sepúlveda, Ana María Oviedo,
Miguel Mendoza Barreto, Karelyn Buenaño y Ennio Tucci.

Se dio a conocer el veredicto el pasado primero de septiembre y los ganadores


resultaron ser: en Poesía Esmeralda Torres, con su obra: La noche de los
tamarindos, en narrativa Juan Carlos Villegas, con su obra El país del olvido,
en ensayo a Fernando Guzmán Toro, por su obra: La búsqueda del tiempo
perdido en la obra de Alfredo Armas Alfonzo, en literatura infantil a Jorge
Ender Urbina con su libro: Papi, cuéntame un cuento y una mención especial a
la obra de Juan Micael de Elena Molina.

Solar vuelve tal como lo señalaba Ednodio Quintero en la línea editorial de los
años 80 en la revista Solar: “volvemos por estos lugares, ahora lluviosos,
cumplimos el ciclo, reaparecemos (…) apartamos telarañas amarradas a
nuestras pestañas e hicimos sonar cascabeles, cencerros. Y bailamos, toda la
noche bailamos hasta el amanecer bajo las ramas encendidas de los bucares”.

Sigamos celebrando el campo editorial, no dejemos que el abandono se


apropie de las máquinas, luchemos porque las librerías sigan en la luz de la
sabiduría, que las bibliotecas comunales sean parte de cada rincón del territorio
venezolano, y que los niños conozcan la importancia de Mérida, desde su
memoria histórica a través del cuento que se llevan a sus sueños al dormir.
Porque la lucha siempre nacerá de las ideas. Seguimos avanzando por el
camino de lo posible.

Luz del Mar Higuera Dávila

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