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DEr.
POR E. M A R T Í N E Z .
\-v
Vali^nci.'i:
Inijironla <1«' Í S U I Í Í K I O J - AiMcirc:<5s,
Encarniu'ion. 1G.
IS'2.
Este tratado es propiedad del autor,
^oien pefseguírá^ an($ la-ley al que
To reimprima sin su consentimiento.
PROLOGO.
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XHATA30O
DEL
CAPÍTULO PRIMERO-
Condiciones generales dí^yiigador. •••..
Para poder adquirir la perfeccicm posible en este
juego es indispensable que el individuo que lo prac-
tica reúna muUiliTd do condiciones que, en general,
contribuyen á alcanzar el mayor éxito posible:
Aleccionado yo por una gran práctica, y después
de un minucioso examen de sus resultados, voy á
esponcr algunas observaciones que seryirán de
mucho al jugador y le prepararán para entrar en el
terreno del estudio. Tales son:
!.• Como no está en mi mano el aumentar la
capacidad del individuo, diré tan solo que este debe
tener el suficienlo dicernimienlo para Interpretar
la intención de las jugadas de los coi)tr,arios; para
lo cual le aconsejo que á cada OcV,^u.e, so i ^ g a
consulte enirc si, cual puede ser laicausa de aque-
lla jugada, pues esta puedo ser forzada, ó con in-
14
tención de buscar otra ficha, ó con la de prohibir la
entl-ada del juego contrario, ó ser la verdadera de
su juego. Esto, que en la generalidad de los juga-
dores pasa desapercibido, es de tanta importancia
que recomiendo eflcazmente no se olvide en todas
ocasiones.
2.' El buen jugador no debe dejar de apercibir
ningún iucidente del juego; para lo cual su imagi-
nación no debe estar estraviada en ajenas preocu-
paciones. Atenderá cijn especialidad á todos los
movimientos de los contrarios, con lo que se aperci-
birá fácilmente si estos juegan forzado, ó íi de-
muestran tener una ó raai lichas de los. palos en
juego, y otras observaciones que le servirán de
mucho en infiniJád de casos.
3." La serenidad en este juego es de tanta im-
portapciá, que el jugador que sabe conservarla,
cueijfe coii queíleva una considerable ventaja sobre
el que no la tiene.'Al efecto, el sugeto que, bien
porque el juego se decide en conüa suya, bien por-
que ocurra alguna disputa ó por cualquier incidente
empjeceá perder su tranquilidad, deberá procurar
rehaceríc y adquirirla calma que lo recomiendo,
taobservancia do esta condición me ha hecho ga-
nar muchísimas partidas que se calculaban ya por
perdidas.,
4." Él mejor medio de no dar á conocer su
juego á los coiilrarids es el de no tentar fichas al
íiacét- su corrésjporidiente jugada. Jugadores muy
regularte be visto qué' por defecto de tomar, dejar y
volverá loítoar Ocha, me han d£|do á conocer suücien-
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temcnlc su juego, y les be llevado gran ventaja.
o." Como quiera. qne las probabilidades do
éxito ó desventaja la llevan siempre los buenos ó
malos juego$^ quo'wno \6ríaé, y cómo ócurr.e cbn
frecuencia no conbcec ubo t?» parte de'delicadeza eo
el jnego que puedan Ic^nci* sus adversario!?, so pro-
curar.! observar la manera con que carta ciial mezei^i
las fich.ls y el modo también con qtré las toma ó ar-
regla. Como se habrá podido observar, e.<i as Indica-"
cionessolo servirárt para cuando se juegu'e con per-
sonas desconocidas. ' ' ', '
Las observaciones precedentes constituyen en Sí
una buena parte para el bien jugar, y 'aconsejamos
al que deseé aprender, las Ichga t)rcscntes en todas
OCaSÍOft(JS. " '' '::..- • . ' •• "•
CAPÍTULO II.
De^Juego de compañeros á siete Jiehas.
El juego de conipañeroS á siete fichas bs sir) dis-
pula el mas bonilo y agrgüfeible;, el dé rtjenor árár,
el que mas se presta al éálciíld' de éómbitíacionesj
el quo mayor iatencion re<]uiere pdr par'te do los
jugadores, y en el quo picjor éxiltípOede obtóliec'
el mas aventajado. '• ' ' ' •
Son tantos y tan variados los casos que pueden
presentarse en eslc jtiegd á lófe printipianteS,' q u e '
so!(í aíiótaró, por pá'ítes, los toas ^'ehérales' y difi-
•ciles de elección, con lo <;ual podran'estos apreciar
los mas sencillos y en(i*a>'en el terreno de l^á buena
prácUca.
' ' . , ; , ; . i ... . . • ' . • .
n d Jiiesro en gicite^áü;
I^ara ser buen compa5er¿o-en c$le juego, uo debo
nunca atenerse á ningún si^(cma (íjp,,^\no á conr,
sufíar conslantémente sus varj^do? juegos, el modo
con que se presentan las jugada^, y ha^cr la suya
cofí arreglo á íós ciases; es decir, que no debo ci¿-
darsede las erróneas suposiciones de que al mano ,
se le debe sieinpire respfjtar; de que fa salida del
contrario debe taparse en todas ocasiones; de que
no debe bacerse nunca el juego contrario, etc. El
ju^^Jor debe siempre liacerse cargo de que juega
con Catorce fichas y por consiguiente debe consul-
tar á cada jugada'la probabilidad de buen éxito
entre la elección de sus siete fichas conocidas y las
del compañero por corieder. No hay que olvidar,
sin embargo, de que el roano tiene mas probabili-
dad de hacer juego, asi como tampoco deque el
mano pued^lencr pe^f juego que otro, y por con-^
siguiente menos probabiljfJad en e^le caso.
CphelJDlri de corregir.en |ó posible los defectos
de ^ue ?i^()léccn muclios en c^lé juo^o, anclo las
consideraciones siguientes:
1.* Antes do haceV la primera jng^da se debe
llevar un propósito,delcrminado, dependiente del
juego qu$ se tom,^. Si el juego es muy bu^ii^o, se
procurará atender iQaspo^r^^iiqüc PC / MT el compañero;,
si es regular, se.pernianecera ,Qn',f3spectatíva hasta,
conocer lo que sé.dofee prefoFif',, y,si os malo,, ge
decidirá á lodo trance á sacrificar ¡íu juego por ;pl
del compañero.
17
, í.* Se preferirá siempre colocaí un doble, en
plrlicularsi es de palo alio, sienápré que después
de bien meditado no se reconozca que hay peligro.
3.* Na-se deberá poHier el doble siembre q«e Se ,
pueda evitar un cierre desventajoso, la enlratja de
un j«¿go fuerte del conlraribiía probabilidad'de
ufi'pase al compañero sin ninguna ventaja conocida.
'4.* Si al tener qo© hacer su con'ésp*ndiente
jugada, esta rewlta ser de elección, es deeir, si'se
tienen do:; ó mas palos en iguales condidoties',' darán
U^feferenclaial de palo alu» los c6uti?aino9 al iii^Sr-
gador do lasaHda, y al palo coFto los compañeros
quo haya» salido.
5.* Siéínpre quo sea posible, y enlos Caisos q»e
no resulte una vesiaja muy conocida, se dará la
preferencia á los juegos de palo alto, tanto en la
protección de tos suyo» como ea hacei* h contra á
los de sus adversarios. Esta observación es de la
mayor imporiantia que darse ípuéde.
6.* Slempce que el compsSero patf^á nnpalo
conocido y sea de conveuioDcia abrir el juego, se
hará con la ficha que tenga memos de su «egundo
palo, y mas preferiDle.quedarsQ fallo. Esto se en-
tiendo cuando se tonga poca defensa en aquel palo
yMngutt ptfffpásilo do hacer juego txir el mismo.
1 .* Siempre q^ue en h mdrcba del }uego É6 tenga
qtte entregar, p&t eteccüoQ, fkfha que pueda entrad
wi juego tHcrlO del contrario, «e preferirá «1 palo
arto. -':•
8.* Cuando uno so rea precisado i dbriir SH
j«ego6 el del compaiMco, se pl^ticurarft báeérlo «éb
18
Ucha detl palo que no haya gastadoel compañero,
Ú ,4e este no se Uene un gran ju^^o., En gcneralq
siempre que se,pueda no deDcrá'ponerse floha
que haya gastado e|. ppmpañero á no reconocerle
masi/•;•, .,, ,í_, . i /^^ .•.'..
9* Cuando una do Jos contrarios ponga el juego
por aipbos Jados á un palo alto, se elegirá en igy^.
íes circunslaBcias que otro, también el palo altt)^ y
si ol cempaQerq lleva ya en el uo pase se preferirá
la ficha en que so quede fallo.
lOi <,;En ca«9i.que, sin motivo para una segurai'
preferencia, se tenga qiie poner el juego á uno; u
olro palo, ambos del contrario, se cüígirá al 4el que
iiQ haya saltdoió fl,^«« tenga ya su, 4 ^ e puesto.
11.' .Cuando'se tenga que ol^ii* entredós palos
de igual número de Ochas se preferirá aquel por
donde pueda voQir.el palo dje uno de ios domes que
se «tengan, ,, . , , ., , •,
12. Coando 0fti|¡yale9, circunstancias se tenga
que hacer bien á su juego ó bien al d#l compañero,
y que s^^ndo manp e| contrario haya puesto.el doble
á uno d^.^llosy se elegirá este. < < ,
'','. ' " ', "De las cifiU^fiB.
UD pillen ciento ochenl«: y cuatro mil eyarent»
comtHi)aoiooeS'<iifer^tes, ,de siete en siete ficltís,'
pueden,hacerse d^ Ittsveiftte y ocbo de que eonsla
el dofoip^i.BorjCojisiguieDie, ei tan .^eddíi^iiio^
el número ae juegos diferentes que uno puede
lenec, pj^rn que pon |an«glo á ellos baga la salida,
que se hace kaposibfe matoac, á cada cual la mas
19;
conveniente. Sin eml)argo, si prescindimos de las
^paucbas ,salid{jji,|^ncillísimjis a i j e ^ presentan y,quo.
están al álcaüce de todos; si aejamostasno menos
considerables que airnqné'fle'diferentes palos se
id0iUi|)caQ^e|}il, olrQs, pu#do/aSQlár suflcienle ti^-
mjBTft d9 casos, qiu« bAslarán para que el principiante
pueda apreciar sus juegos y haga la salida mas
provechosa. Tales son:
stA.. Se debííá s^Iir por la ficha doble mayor
slflmpreiquB Yepga acompañada de upa^ doa ó tres
del mismo palo, en el caso de tener dos dcIHesque
8olo'iedifej(^ci)Ein,de uBfpi^to. en j u s respectips
pelos, ¥. ^ encuenlreqen la condición espresada se
eligirá aquel cuya ficha igual tenga menos proba-
bil^a,^ de quedarse fallo. %mplo: 66-^62—3i—
liS-r-83T-30--3i. Salida., &5. ,,
ilS.ir, E n 4 caseifique, un dphle veoga acom-
pasado de cuatro fichas del mismo palo se preferirá
j^rs^.^Iidnolrt). doble acampanado, y si se halla
sploQ>BOIb hayasesaldrpporuna fíeha^delpalo<iiiei
setieBién(QiDQptV qaorepnamdyornjímero delotro..,!
3.' Se saldrá por ol doble, «B los juegos de
ciDSOj^,sei&fi^as de un palo, cnando o c ú r r a s e
para hacer otra salida 90 tcngárquoi qq^dar fallo, r
r-é-.'t En (lí caso raro: de<jSiote dOc UQ D9I0 se ele-
girá asa Scb^medianaj y nuncai?J doble. i
Si' CuiWido ocurra tio tener n'mgun doble en
CDodicioe para la salida^, ^& preferirá siempreJlfk^
ficha cuyos paloá se tengan en mayor nóoierg,.
6.* La salida por cuahiiiier doble que wS b|Ue
«elflt, Q81 enigeneríii muy loal'ív v / .
20
CAPITULO *|<l.
Forraai.':-0ü-0t-Ü2-ü3-04-15-16-ía-24-22-2íint5-43-(iai$)
-5«rmíl2.»í-.üttiUL-02-ü3-14-15-16-í3-;8M3^,4í}-53-6?^:í44)
•»O8máai":*t.|'-ftlfH-()2703-e4-ü5H2-1ií-23-43-ti3('63-(5|6)
'FíWáW Í5':4'0()-í0fíWlWT(üf05r Í4-1«-Util2^S2-S3-43-5aT6*
'f '•i)kset**Mú& las íorriiBS de ld»t «r^írres secundíj-
'ridd^'ifaltóteos que tos cóokituyoldog combinacio-
nes on quo á cada una lo sobra una ficha y que
-«^'áni pPftiigatrlé'nto i-elacrontidafe'en ambas fcóm-
'ttlnÉÍci<Mi««C* Vdn mayor. cJaTiKJbdi^iHialicemos el
•'CiW^od'felji foiTM» p r i m e r a . ' ; ' ' i ! : ' ' . :'
"'^•íVíiÉofe'qutíial *aGoi':|:a fioéibiriatáon de blancos y
ases, nos sobra una liciía, que puede s'ei'icl blanco
^ í s r ó el iüiíf)'dwi;"lfl«^'o atagfclafpiol contrario ái*bo»
^áíos; Se • tóhdtó qn«i abtir' el-juogo con un do?.
W'tefcottlfbif/at;io{í'd»"'d«se8 y (Hialios nos sabrá
•flf!>rtAeí*%l bteww» oiííitro; pero-corto «eisla liuha.tlia
;te*áC«mos''fai; gaHiadütií.do.fíiquí elfepuHaído de ün
ciWl-^Wríosoitnlré-iosiflfcMblHiípaioriíij i¡'j o. <• :i(,
''' El nónaiei-o d« los cieh«s seciitidáirios os <lo Ites
mil seiscienlos selenla y cincenBb quo lomeuno
•flé^eSlóí jiííígfts no tiene notedidad de sabor.loüitan-
"l^áque -quedan para averiguar ¡la .conveniencia «
no del cierro, pues por prectsioé tendrá mas laníos
CAPÍTULO V i l .
Del ühunieleío. -. - .Í
Este nombre de CVíf/ime/íJOYS^ püeüe decir que
es genérico del reino de Valcíñcia, y en parllcular
de la misma capilai, pites cri mílcítas provincias
dondd se usa parecida triareba de juego, en niítgu-
na se le designa con tal nombre.
Se juega entro cuatro, perrti'lpié no jucígá'SÍ'RO
con la cotidieion que esplii-af-c enseguida. De modo
que annqne son cuatro ilos jugadores de la partida,
solo tres juegan. Sale el mano, y el pié, con arre-
glo á la salida y al ¡negó que tiene, dice páfeft si no
lefconvienejugar, y no jrtcga, ó dicosi tiene bue-
nas fichas: cbamelo ó jutigo, y en esto caso, "fel se-
gundo mano dice por Tríí, y se va si tiene mal
juego, ó por mi no, si lo tiene bueno; que eti esto
ñUimo caso puede irse el otro jugador o no, según
h convenga. En tin, el pió, si le conviene pide en-
MVar orí juego y le dejan ó no los otros jugadores,
segntl Sus juegos. Concluida, la partida, el que hace
dominó, ó tiene menos taploá, cobra lodos los de ios
otros dos jugadores. El que cliamela p a ^ doble
los tantos.
48
Heniiw hecho ya Implas observaciones para que
se jue¿íV,o con arregla i los buejj"í principos de
cada uno de bs variados juegos (luí dominó, ([uo
en cada jaegD difefienli8 i\% ^ai^tíiamos nos cnco,ulra-
«ws con que iíi,uch3s observaciones yai hedías sir-
ven lambiea para-el úUimo. En efecto, en el capi-
tulo uíilfiíior, del Comercio, hay una porción de
advertencias indispensables también para este
juego. Las anotaré ligeramente c indicaré tam-
bién otras propias de eslíe juego; laios son:
, 1 . ' Se tendrá muy e,o cuenta el último preám-
bulo, antes do entrar en las obsüivacioues del
capítulo anterior, que trata del comercio.
2;* So tendrán presentes, del mismo capítulo,
las observaciones: 1.', 2.', 4.°, ii.', ti.' y en parli-
jC^lai; la 8.° con lodo aquello que pineda relacio-
narse on el juego do tres.
í}.* Al tomar su corrcspondienlo juego, so debe
meditar sobre él, y estudiar la manoi a con que so
podrá despejar mayor número de lichas ó tantos.
Al efecto no se deberá cuidar eo si se dá licha
gord» ó de palo corto, sino esclusivamoute en pro-
¡cyrar ir deshaciéndose de, l^is fichas de más difícil
salida.
i." Cuando no so tenga la coinpb'ia seguridad
(Je que se tiene puerta por un laJo, se preferirá
lc(par dicho palo, en particular si D^ alio; |)ues su-
cede con frocuancia taparlo uno do los jugadores,
y, en este caso, queda ücba de difieil salida, ó
quizá de imposible entrada, por liabcrse agotado
dicho palo.
49
5.' Hay quien asegura formalmente en que de-
be hacerse guerra al mano; v sefunda en que si no
se le da un pase, él nunca puede dominar. iNo deja
de loner su fundamento; pero la marcha de hacer
determinada guerra al mano, l'-ivoreoe al do su
izquierda, en perjuicio de su juego. Mi opinión es,
y la tengo fundada en los buenos residtados do la
practica, en que se debe dar íiclia al matio para
que repita su juego, hasta que consiga dar nn jiaso
al de su derecli;»; que es mas conveniente esta
tnareha si además lo ef.'ctna con fichas de palo
alto, cui(!andi\ desde hn-go no estropear el juego
quedándose muchos fallos. La guerra que debo
hacerse al mano consiste, después do logiar el paso
al otro jugador, en repetirle ficha que haya gas-
Jado, a iin do hacerle pasar ó abrir el juego.
Esta marcha tiene la ventaja de que sino se dumi-
na, se pagan pocos tantos, y si se domina, se suele
pillar cargado al do su izquierda.
C Si para no tapar la salida es preciso que-
darse fallo a palo muy bajo, se decidirá ilesde lue-
go a tapar la salida.
7.' Sucede con bastante frecuencia el pillar
fallo á dos palos á uno de los jugadores, y en su
consecuencia no dejar do recibir muchos pases. En
este caso es conveniente aunarse los otros dos juga-
dores y combinar el juego do manera que si es
posible no ponga ficha. Lleva la ventaja osla mar-
cha en que cuando mas fichas le quedan mas tantos
aseguramos, y no cabe duda que uno de los dos
tiene que donijnar ó ganar caso de cierre. Al acón-
so
sejar esta combinación no puedo menos de adver-
tir que se tenga siempre reservada una juga-
da para que á úllima hora no domine aquel cuya
protección canibialiamos. lín caso de no |)ndcr do-
minar se debe dar juego al mas atrasado en el
dcsliche. En juego de elección debe hacerse casi
siempre el del jugador de la izquierda, que es de
quien se debe operar ficha.
8." El que es muy aticionado a characlar suele
ganar muy poco. I'ara cliamclar con alguna ven-
taja es necesario tener muy buen juego y que sea
ú palo corlo. El cliamelador debe tener presente
que paga doble; que los dos jugadores le han de
hacer la guerra, y que por lo regular son muy
pocos los tantos que puede pillar por la protección
que en este caso se dispensan los otros.
9.' Para ciíanielar bien, es conveniente tener
el blanco doble, v si es jwsible, también el blanco
as; es indispensable que por la (icha de la salida .se
pueda entrar en su juego, ó deshacerse de una íieha
que sea la que estorbe para quedar un juego muy
bueno.
10. Es de rigor en los dos jugadores el ir con-
tra el chamelador, pues éstos lo han de suponer
muy buen juego y deben procurar que no domine.
Esto supone también que caca cual haga abstrac-
ción de ridiculas prevenciones y procure protegerse
mutuamente como si jugasen a compañeros: dicho
esto, no debo añadir mas para que sigan mi con-
sejo.
51
CAPITULO VIII.
Bel pase.
Esto juego por lo regular es entre cualro, y
cada cual para sí. Se estipula de antemano e¡
valor del (Inminó, del cierre y del pase, y el juga-
dor tiene e! iiilorés, además de procurardominar,
de dar el mayor núm(>ro de pases a lodos, puesto
qne recibe ¡lor cada pase que dá el tanto estipu-
lado.
El juego del ]mse es bastante conocido en casi
todas las provincias y se juega poco ó rancho on
todas ellas. Hay que notar, sin embargo, que en
pocos puntos so juega de igual manera. En unos,
se cobran los ¡¡a.ses que so dan, poro el dominó ó
cierre solo lo abona aquel que se queda con mas
tantos; en otras parles cobra también el pase a([uel
que lo dá, poro el dominó lo abonan todos; y en
otras los pases no se cobran sino que van á un
depósito ó pozo, y los relira aquel que domina ó se
(jueda con menos tantos. Hay también la diferencia,
que en unas parles hay monto y en otras no.
Con arreglo, pues, á estas variaciones, debere-
mos ajuslar nuestra marcha en este juego; pues
sabido es que no es lo mishio jugar, por ejemplo, á
librar pases ó quedarnos con pocos tantos para no
abonar el dominó, qne jugar con el interés eschisi-
vo de poder dominar para llevarse el pozo,
Los quo han seguido el curso de este tratado y
comprendido sus muchas observaciones, habrán
52
adquirido una multitud de lances y jugadas inten-
cionali'S (iu(! les servirán de mucho para ju;§ar bien
el pase. El principal propósito que debe guiar
siempre nuestra intención en este juego es el con-
sultar constantemente ia conveniencia entre seguir
una marcha conservadora de todos los palos ó la de
esponerse á sufrir algunos pases con tal dp reser-
varse juego para dar pases generales á última hora,
lo que es muy lucrativo. Al efecto, y después de
advertir que en este juego puedo mas la pericia del
jugador con sus fundados caprichos, que una mar-
cha determinada, paso a demostrar algunas obser-
vaciones, que son, sin embargo, uidispensables.
Tales son:
ÍJ Las salidas son casi las mismas que se
aconscjao para los juegos el comercio y el cbamc-
leo; con la única diferencia, de (lue se preferirá
«iempre el doble mayor para salida, cuando solo
abone el dominó f). que su queda con mayor nú-
mero de tantos; y se di,rá la preferencia al doble
¡lue sea mas díficíl quedarse falio, cuando el do-
minó lo abonen lodosa se juegue á religar el
pozo.
2.' En el juego del pozo se procurará .llevar
una marcha muy ordenada; se evitará todo capri-
cho de reservarse determinadas fichas con el fln do
poder dar p^ses ó con la. ilusiou de que en aquellas
dejie bacer juego. ,JS1 úi^co propósito que debe
llevarse es el de coo8ervar^ti|do lo posible el tpayor
número de palos^ es de^ir, pu^ quedarse fallo bas-
ta quo ño.sea mdi$pcn6i|ble;,el ir desfichándóse
53
ordenaclaihento procurando deshacerse cada vez de
'a ficiia que db no ponerla se haga de mas difícil
salida, y en fin dedicar mas la preferencia á procu-
rar dominar que á dar pases y evitarse alguno.
3.* Cuando los pases los eobfa el individuo
que los dá, es muy conveniente dedicarse á repetir
ficha y tapar el juego del dé su" derocha, siempre
que n"o:sea posible hacer el juego que se indica en
lasigaienle ol)servacioR.
í'} Es muy conTenienle respetar un juego
¡lcl(Mrainado, en particular el del jugador do su
izouierda, ymáíaun, si posible es, reservarse el
doble; pues á últimas jugadas, coando ya está
ai^otado aquel palo, sirve para dar tin pase gene-
ráis que es lo mas lucratiro, y el doWe entonceá
hace otro pase general.
B;* Según el espíritu de la anterior observa-
ción, se vé que lo esencial de los pases es que
sean generales; en su consecuencia se procurará mas
bien reservarse palo gastado paralo último que no
ponerlo con lainlenciondecobrar tin solo pase al de
su derecha. He yistó jugadores muy afidiotiados á
procurai'se ganar* algunos pases del de su deretíha;
ésto^ poco pueden prosperar si el juego no íé
decide estremadamenle á su favor: liay otros JIH-
gadores, de mas inteilcióB, que rtose contentan'
con mezquindades y se restrvítn para mejor ocasión
fiefaas que de seguro lograran dar u n pase; su
propósito es mayor,'y por lo reguláír Sutflen conseí'^
cuir los pa^és generales que dearean, q(i&'es la^due
fiaceí ganancia, como suele dedríé.
54
6.' Cuando por elección se debe hacer bien al
juego del jugador de la izquierda bien al de lá
derecha, se preferirá al de la izquierda si los pases
se cobran, y al de la derecha si estos van a! pozo.
Esto se entiende cuando por ninguno de tos pak)s
se pueda esperar juego íavorable.
"í.* Cuando se tenga algún doble de palo alto,
que interese desdQ luego su pronta salida, se pro-
curará favorecer el juego de aquel que indique
dicho palo, y si no está indicado, se preferirá pro-
teger el juego del jugador de la izquierda.
8.' Cuando exista monte, y so cobren los pa-
ses, debe sacriñcarse toda clase de juego aun á
riesgo de recibir al^un pase, para conseguir reser-
varse palo gastado; pues es casi seguro el buen re-
sultallo do esta decisión con los pases generales que
probablemente suelen darse en las últimas jugadas.
.^9.* Cuando el juego es muy malo, y que en
veZ de poder elegir so juega por lo regular'casi for-
zado, se,consultará á cada ficha que se ponga la
convemencia entre desprenderse del mayor número
de tantos paf^ probar si se liJbr? del pago del domi-
nó ó el de xonserv^r monos fallos para evitarse
p^ses. Cuando la perdida es ioevUable se dei^e pro-
curar sea lo menor posible; ppr tanto si se balcula
íy^ podfirse librar de] pago del dominó, se decidirá
á.t()49 trance p defediíerse lo mejor posible eviláo-
dpse pases y procurando dar loKque pueda con el fin
de recuperar algo de la,pérdida de aquella mano.^.
,10., £ni3|,(ra8cursodoeStaobritabay una mul-
titud de reglas é indicaciones quescidentifícaofon
55
csle juego, las cuales sirven para completar las
inslrucciones ancladas, que no reproduzco para no
nacer voluminoso este tratado, y porque debo su-
poner al aflcionado al estudio de este juego, iniciado
ya en lodas ellas, y por consiguienle con la pers-
picacia necesaria para jugar bien el juego del pase.
CAPITULO IX.
Del juego de mamo á mamo sin robo.
No me ocuparía del juego de mano á mano si no
íucra jiorque es bástanle usual en casi lodas las
provincias. Influye lanío el azar en las jugadas; son
tan inciertos los resultados que se buscan, y tan
aventuradas las combinaciones que se forman, que
con razón he oido dar á esle juego el epilelo de
traidor. Sin embargo, como todos los juegos, nece-
sita su algo de inteligencia, y no hay duda que
siempre lleva ventaja el que mejor juega. Esla cir-
cunstancia me obliga á decir algo de sus propieda-
des i, probabilidades de buen éxito en algunas juga-
das, si bien voy á limitarme á aquellas observa-
ciones puramente indispensables. Por otra parlo,
tratados ya con mayor ó menor cslension, 8<igun lo
requici'cñ, diferentes juegos del dominó, el campo
ile las observaciones se puede decir está ya agotado,
y preciso es reducirse á aquellas propias del juego
üe que se trata. Esle juego puede ser de seis,ó siete
-fichas cada uno, y las demás quedan por monte:
1.* La salida será por el doble mayor acompa-
ñado, ó por otro doble cuya diferencia sea solí», de
se
FIN.
•53
Ptgin».
PKÓLOfíO I
INTRODUCCIÓN • ^
—Esplicacibn de los nombres mas
usuales ^
CAPITULO L—Condiciones generales del j u -
gador '"
'."APITULO II.—Del juego de compañerosá siete
fichas 15
—Del juego en general 16
—De las salidas 1^
—Casos en qvie el pié no debe ta-
par la salida del contrario. . . 20
—Casos en que ^e debe tajiar la
salida del compañero 21
—Casos en que el pié debe hacer
el juego del mano 22
—Casos ;en que uno debe taparse
su salida 22
—Casos en que cualquiera de los
jugadores debe hacer al juego
contrario 22
—Casos en que no debe darse la
última ficha 23
— Casos en que uno debe ahogarse
el doble.. . '. •*'
—Casos en que uno debe taparse
la última ficha; 24
—De los cierres 24
—Juegos tomados al; azar y en
los que cada cual hácO la mejor
jugada . . . . . . . . . 24
64
PígíflM.
KRR.mS NOTABLES.