Negación del embarazo

Negación del embarazo

Este cuaderno tiene como finalidad difundir entre los diferentes profesionales sani-
tarios, educadores, trabajadores sociales, psicólogos, pedagogos, abogados, fiscales, Mayo 2015.
jueces, policías, funcionarios penitenciarios, etc., un tema tan importante y desconocido Documento gratuito.
como es la Negación del Embarazo.
Este documento es un extracto resumido del Congreso de la AFRDG. Este cuaderno ha sido
Es un homenaje a las mujeres, a sus hijos y a todas las personas sensibles al sufri- posible gracias a la
miento humano. colaboración generosa
y desinteresada de:
Sumario ● Artículos:
AFRDG - Association
Christoph Brezinka Française pour la
Una introducción a la negación del embarazo 4-8 Reconnaissance
du Déni de Grossesse,
28 rue Bertrand de Born,
31000 Toulouse
Emmanuelle Godeau
http://www.afrdg.info/
La negación del embarazo en la adolescente 9 - 12
● Idea:
Leovigildo Gómez
Dr. Félix Navarro Navalón – Pedagogo
Cuando se repiten las negaciones del embarazo: Penitenciario
¿qué consecuencias tienen para
los profesionales sanitarios? 13 - 17 ● Maquetación:
Katharina Katit

Jens Wessel ● Traducción:

Algunos datos epidemiológicos, sobre maternidad Florentino Heras Díez
y natalidad del estudio prospectivo de Berlín sobre
Imágenes libres bajadas
la negación del embarazo 18 - 22 de internet: fotos interio-
res de Gregory Colbert y
el resto de imágenes de
Dr. Félix Navarro otros artistas.
Preguntas y Repuestas 23 -27

¿Qué es la negación del embarazo?

Existen embarazos sin síntomas: sin
náuseas ni vómitos, sin vértigos ni des-
mayos, sin cansancio ni pesadez, sin an-
tojos ni cambios en el apetito e, incluso,
sin «tripa» y con el periodo. En los casos
más extremos de «negación del emba-
razo», como se llama a esta patología,
se trata de madres «por sorpresa» hasta
el mismo día del alumbramiento.
Cada cierto tiempo, saltan a los me-
dios de comunicación: ocurrió con una
mujer en Bilbao, quien acudió al baño
de un polideportivo tras sentir unos re-
tortijones y acabó con un bebé llorando
en sus brazos. También con otra en Va-
lencia, aunque su historia fue trágica:
dio a luz en su casa, pero su bebé murió
por la hemorragia derivada de no anu-
dar el cordón umbilical. Este último
caso ha sido el primero en España en el
que un tribunal ha reconocido la exis-
tencia de la «negación del embarazo»
de cara a la sentencia.
Lo cierto es que se trata una patología
de la que aún se sabe poco y social-
mente rechazada por lo inverosímil que
parece, cuenta el doctor Félix Navarro,
especialista en Salud Pública en Fran-
cia, donde ejerce y donde preside la
Asociación para el Reconocimiento de
la Negación del Embarazo.
● ¿Qué es la negación del embarazo?
● La negación del embarazo es una pa-
tología muy particular. Se define como
el hecho de estar encinta más de tres
meses sin tener conciencia de ello. La
mayoría las mujeres en esta situación
se dan cuenta de su estado al cabo de
unos meses (6, 7 u 8 meses), casos en
que se habla de negación incompleta,
parcial. Pero en otros casos la mujer no
toma conciencia de su estado hasta el
final, realizándose entonces una nega-
ción completa, total.
«Estas mujeres no engordan, o
engordan solo unos pocos kilos»
Cuando una mujer padece negación del
embarazo su cuerpo no da las señales
típicas de una gestación. El punto quizás
más significativo es que su vientre no se
dilata o se dilata muy poco. Conozco va-
rios casos de mujeres que, a pocas se-
manas de dar a luz, estuvieron en la
playa (o en piscinas) con sus familiares
y amigos sin que nadie notara nada.
Estas mujeres no engordan, o engordan
solo unos pocos kilos. Por dar un ejem-
plo: se conoce algún caso de mujeres en
el Ejército que llevaron su uniforme de
combate hasta dar a luz (sin cambiar de
talla) aunque este tipo de prenda sea
muy poco extensible.
Los trastornos habituales del emba-
razo son muy escasos: pocos mareos,
pocas náuseas... Y como si esto no
fuese bastante extraño, da el caso de

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que la menstruación no se interrumpe
como sería lo normal. En un estudio que
publicamos, se estableció que algo más
del 60% de las mujeres que sufren ne-
gación siguen teniendo menstruaciones
(o hemorragias genitales).
●¿Qué síntomas experimenta la mujer?
«Los movimientos del feto
son interpretados como
simples dolores de vientre»
● En una palabra: ninguno. La negación
del embarazo es una patología «blanca»
[en francés, un examen clínico se dice
«blanc» cuando no se encuentra nada]
sin síntoma específico. Toda la dificultad
reside en esto. Como hemos dicho, las
mujeres en negación carecen de las se-
ñales habituales del embarazo o, por ser
exacto, tienen solo algunas de ellas,
pero de forma muy limitada. Además, al
ignorar su estado, interpretan mal algu-
nos síntomas. Por ejemplo, los movi-
mientos del feto a menudo son
interpretados como simples dolores de
vientre o de vejiga. Esto explica que
sigan con su vida como si no estuviesen
embarazadas: las deportistas, con su
deporte, las que trabajan, con su trabajo
aunque este sea muy pesado… Para ilus-
trar este último aspecto, transcribo las
palabras de una paciente que repre-
senta un caso extremo: «He de señalar
que cada día iba a trabajar en ciclomotor
a unos 15 kilómetros y que la víspera
[del día en que dio a luz] estuve cor-
tando leña con el hacha para mi abuela».
● ¿Por qué se produce la negación?
● Esto sigue siendo una gran incógnita.
Hay varias teorías, la mayoría de ellas de
orden psicológico. Se puede evocar qui-
zás una actitud ambivalente acerca de
la maternidad, quizás algún trastorno en
la imagen corporal… pero, por ahora, me
parece imprudente avanzar una explica-
ción definitiva. El tema aún no está lo su-
ficientemente estudiado.
Lo que se puede añadir de manera se-
gura es que las mujeres que presentan
una negación no padecen más que otras
de patologías psiquiátricas, y que la in-
mensa mayoría de ellas, pasado el episo-
dio de negación llevan una vida normal.
● ¿Existe algún tipo de «perfil»
predispuesto a sufrir esta patología?
● A esta pregunta se puede responder
muy rotundamente: sea cual sea el cri-
terio que se tome en cuenta, no destaca
ningún perfil. La negación afecta tanto a
adolescentes como a mujeres maduras,
tanto a mujeres que nunca habían te-
nido niños como a multíparas. Sea cual
sea su nivel de estudios, su situación
económica, social o personal. A nuestros
grupos de apoyo acude toda clase de
mujeres que parecen dar un reflejo bas-
tante exacto de la sociedad.
● ¿Existe alguna estadística o
aproximación en tanto al número de
mujeres a las que les ocurre esto?
Cada 500 embarazos
se da una negación
completa o incompleta
● Aunque el fenómeno quede aún insu-
ficientemente estudiado, disponemos de
algunos estudios epidemiológicos de
alto nivel entre los cuales destacan los
del Privat-Dozent Jens Wessel (Berlín)
que además concuerda bastante bien
con el resto. Para ser breve, se puede
decir, sobre estas bases, que por cada
500 embarazos ocurre una negación
(siendo esta completa o incompleta) y
que en un embarazo de cada 2500 nos
encontramos con una negación total.
Como nacen casi medio millón de niños
anualmente en España, se puede calcu-
lar que los casos de negación total se si-
túan en torno à unos 200.
● ¿La negación del embarazo está
reconocida como patología? ¿Desde
cuándo se registran los casos?
● La denegación del embarazo es una
patología emergente, no porque sea
nueva (pues probablemente siempre ha
existido) sino porque la sociedad euro-
pea empieza a darse cuenta de su exis-
tencia. Esto explica que su nivel de
reconocimiento sea bastante desigual
de un país a otro, en función de la difu-
sión de los conocimientos. Pero estamos
en una primera etapa para su reconoci-
miento generalizado.
Negación del embarazo
En lo que se refiere al registro de casos,
el pionero es ciertamente el Profesor
Christof Brézinka (de la Maternidad uni-
versitaria de Innsbruck) que lleva reco-
giendo casos desde hace treinta años.
En Francia, más específicamente desde
Toulouse, llevamos registrando casos
desde hace 10 años. Hemos recogido un
material muy abundante que nos permi-
tió organizar publicaciones científicas
pero también informar al público (Por
ejemplo con el libro «99 histoires de déni
de grossesse» [99 historias de negación
del embarazo]).
● Todo el mundo ha oído hablar del
embarazo psicológico, pero no ocurre
lo mismo con la negación, ¿por qué es
tan poco conocida?
● Esta pregunta es muy interesante.
Efectivamente, todo el mundo ha oído
algo acerca del embarazo psicológico y
no de la negación que es, para decirlo
de manera algo aproximativa, como su
contrario. Me parece que una de las ra-
zones es la apariencia extraordinaria, in-
verosímil, de la negación. Las primeras
en encontrar la situación increíble e in-
comprensible son las propias mujeres
que han padecido la negación. Aunque
sea para ellas un sufrimiento muy
hondo, no se atreven a dar su testimonio
por miedo de que las traten de mentiro-
sas o de locas. El personal sanitario, al
encontrarse con un caso, tienden a re-
chazarlo porque no concuerda con lo
que han aprendido.
● ¿Qué suele ocurrirle a la madre
y al hijo después del parto?
● De manera muy general, las negaciones
del embarazo son historias que terminan
bien. Es decir, que después del parto, el
lazo entre madre y bebé se establece ya
sea inmediatamente o al poco tiempo.
Según pude constatar en varios casos,
este lazo es a veces algo más fuerte de lo
habitual. Muchas mujeres, sobre todo las
ya maduras, me han presentado el niño
nacido de la negación como un «regalo de
la vida», un poco como si buscasen una
compensación a lo ocurrido.
Desgraciadamente, no todos los
casos terminan bien. Algunas madres
abandonan a la criatura al nacimiento, si-
tuaciones muy bien estudiadas por la psi-
quiatra Catherine Bonnet (de París). En
definitiva, en algunos casos de negación
…, si la mujer da a luz estando a solas, el
bebé puede correr un peligro vital. … …
Artículo extraído del diario ABC Digital:
http://www.abc.es/sociedad/2014102
0/abci-negacion-embarazo-trastorno-
201410171241.html
3
Negación del embarazo
Una introducción a la
negación del embarazo
Christoph BREZINKA, Profesor en el Servicio de Maternidad del Hospital Universitario
Director de la Escuela de Comadronas, Innsbruck / Austria
Para ilustrar la complejidad del tema, el Profesor Brezinka reúne en primer lugar algunos casos clínicos
que han ocurrido durante estos últimos años en Innsbruk. Son casos personales a los que añade otros
dos más que tuvieron gran repercusión en Austria.
E l primer caso es el de Jennifer,
de 18 años. Esta joven, de as-
pecto deportivo, se presenta en el
hospital porque cree que sufre una
crisis de apendicitis. Da a luz a un
niño varón de 3 kilos, que nace de
nalgas. Se trata de un caso bas-
tante ordinario para quien se inte-
resa por la negación del embarazo.
Pero lo interesante de su caso es
que acaba de volver de vacacio-
nes. Quince días antes del parto se
encontraba en una playa nudista
de Croacia. No se puede imaginar
una mayor exposición del cuerpo a
la vista de todos. Pero nadie, ni en
la playa ni en su entorno, había no-
tado su embarazo.
Helga
El segundo caso es el de Helga, de
44 años. Helga sufre de trastornos
de conducta alimentaria desde la
juventud, razón por la cual había
sido objeto, en años anteriores, de
un banding gástrico y de una abdo-
minoplastia con liposucción. Estas
intervenciones le han dejado algu-
nas cicatrices abdominales, a las
que se añaden las de dos cesáreas
(1992 y 1993). Desde que le reali-
zaron esas intervenciones quirúrgi-
cas ella afirma que “ya no siente
nada en el vientre”. Está prejubi-
lada y vive gracias a las ayudas
sociales. Cree que tiene la meno-
pausia desde hace dos años. A fina-
les de agosto de 2008, como sigue
teniendo algunas dudas, se hace un
4
test de embarazo en su casa, y el re-
sultado es positivo. Una semana
más tarde empieza a tener contrac-
sustancia cuya etiología sería un
sangrado cerebral intrauterino so-
brevenido unas semanas antes.
ciones. Acude al hospital. Los médi- A pesar de ello, los abuelos de-
cos constatan la muerte del feto in ciden mediatizar el evento y orga-
utero. El niño que nace muerto tiene nizan en el pueblo una gran fiesta
en torno a 30 semanas, en opinión de la que hablan la televisión y la
del anatomopatólogo especializado prensa local. Este hecho ofrece
en fetología, pesa 500 g y es de apa- una pequeña ventaja: gracias a
riencia extremadamente distrófica. ello se conoce mejor el fenómeno
Si en el caso anterior nos encon- de la negación del embarazo. Pero
trábamos ante una situación de ne- la manera de comentarlo desem-
gación del embarazo en un boca en la banalización del fenó-
contexto estándar, en este caso meno, más que en una verdadera
conviene señalar el trastorno de la comprensión del problema.
conducta alimentaria, frecuente en
los casos de negación del emba- Dorotea
razo, subraya el profesor Brezinka El cuarto caso es el de Dorotea, de
– y la sospecha de la menopausia, 26 años. Este caso me ha parecido
elemento que seguramente ha po- particularmente significativo en el
dido retrasar que Helga tomara terreno médico. Dorotea es maestra
conciencia de su situación. en un colegio de primaria. Su her-
mano la lleva al hospital y comunica
Dagmar al médico que su hermana ha per-
El tercer caso es el de Dagmar, de
18 años. Dos semanas después de
pasar la Selectividad, Dagmar pre-
senta contracciones abdominales, y
se descubre el embarazo. El examen
médico señala un feto en posición
de nalgas, cuyo peso se estima en
1.500 gramos. A pesar de varios in-
tentos de tocólisis persisten las con-
tracciones. Se decide practicar una
cesárea. Nace una niña de en torno
a 31 semanas, con un peso de
1.450 gramos. Por desgracia, los pe-
diatras descubren que el lóbulo fron-
tal del bebé presenta una pérdida de

dido conciencia en el coche y ha te-
nido convulsiones epileptiformes.
Después de dos horas de hospitali-
zación, recupera toda la conciencia.
Desde hace varios días, la anamne-
sis señala una sensación de males-
tar, dolores abdominales y vómitos.
Dorothea toma la píldora. Informa
de menstruaciones regulares du-
rante los últimos meses. Los médi-
cos del hospital que la examinan
señalan una mordida lingual, estrías
abdominales, y sospechan de la
existencia de un tumor abdominal.
Los resultados de los análisis
muestran una trombopenia, una
anemia, lactato desidrogenasas y
altos niveles de transaminasas
(SGOT). En ese momento, de forma
urgente, se traslada a la paciente al
Hospital Universitario de Innsbruck,
con el diagnóstico de purpura trom-
bocitopénica idiopática, para ser ob-
jeto de una plasmaféresis. En el
Hospital Universitario ratifican el
diagnóstico y se inclinan por una mi-
croangiopatía trombótica. Aparece
entonces una muy fuerte cefalea.
Le prescriben una tomoden-
sitometría. Inmediatamente, el ra-
diólogo identifica un feto vivo. El
ginecólogo de guardia, al que lla-
man para consulta, diagnostica un
embarazo de 28 semanas con sín-
drome HELLP y eclampsia. Se le
practica de urgencia una cesárea.
Dorothea da a luz a una niña de
980 gramos, que es hospitalizada
en el servicio de neonatología. Su
desarrollo será normal. En unos
días, se normalizan los trombocitos
y las encimas hepáticas. La pa-
ciente rechaza una consulta psico-
lógica y abandona el servicio tras
una semana de hospitalización. El
Profesor Brezinka me ha señalado
que actualmente, esta madre está
criando a su hija.
Roswitha
Finalmente, el último caso es el de
Roswitha, de 31 años. Roswitha
llega al servicio de urgencias con do-
lores abdominales. El diagnóstico es
embarazo a término. Tres horas más
tarde da a luz a una niña (2.900 gra-
mos, Apgar 8-9-10). Su reacción in-
mediata es dar a su hija en
adopción. Su objetivo es evitar que
su otra hija, de 9 años, y sus propios
padres, sepan lo sucedido. Además,
ella regenta un pequeño quiosco y
no puede permitirse el lujo de ce-
rrarlo. Como su embarazo “cons-
ciente” sólo ha durado tres horas, el
servicio responsable de las adopcio-
nes le impone una moratoria de tres
días. Durante ese tiempo, la pa-
ciente mantiene largas conversacio-
nes con los psiquiatras. Tras ello,
Roswitha mantiene la solicitud de
que su hija sea entregada en adop-
ción. Solicitud que aceptan los ser-
vicios administrativos competentes.
Parto secreto y Marina
Paso ahora a presentarles los dos
casos que el Profesor Brezinka ha
añadido a los que él ha tratado
personalmente:
En Linz, en 2004, la prensa in-
forma que una mujer de 42 años,
madre de dos hijos ya adultos, da
a luz, sola en su apartamento y
ahoga al recién nacido. Ella muere
unas horas más tarde, por hemo-
rragia postparto con atonía uterina.
Cuando la policía registra el apar-
tamento encuentra un segundo ca-
dáver en el balcón. Se trata de un
recién nacido, cuyo parto probable-
mente se remonta a un año. Al
analizar su ordenador, la policía
Negación del embarazo
constata que las palabras clave de
sus últimas búsquedas eran:
“Babyklappe” (Buzón para bebés)
y “anonyme Geburt” (parto secreto
o anónimo).
El segundo caso es el de Marina,
de 18 años. Este caso sucedió en
2008. Marina es una prostituta de
18 años procedente de Rumanía
que trabaja en un burdel de Salz-
burgo. Tras un embarazo a término,
da a luz a un niño varón, al que
arroja desde un tercer piso. El re-
cién nacido muere. La madre in-
tenta suicidarse. Más tarde
declarará a la policía y a los psiquia-
tras que desconocía su embarazo.
La hospitalizan en los servicios de
psiquiatría. El juez dicta condena
condicional de 10 meses de pri-
sión, porque, según declara el Tri-
bunal: “la prisión no serviría de
nada en este caso y sería un obstá-
culo para su terapia así como para
su reintegración en la sociedad”.
Variedad de situaciones
Todos estos casos indican la varie-
dad de situaciones que podemos
encontrar. Tenemos que ir más allá
de lo que destacan los medios de
comunicación. Estos señalan su as-
pecto “pintoresco” (Jennifer, “la
chica que iba a la playa nudista”) o
trágico e incluso criminal (Marina,
“la madre que arrojó a su bebé por
la ventana”). Pero, para nosotros, lo
primero es definir qué colectivo
vamos a considerar cuando habla-
mos de negación del embarazo. ¿A
quién vamos a considerar?
¿A las mujeres que, de impro-
visto, dan a luz a término a un hijo
sano, como Jennifer? ¿A las que
toman consciencia de su embarazo
con ocasión de un parto prematuro
o de la muerte del feto en el útero,
como Helga? ¿O a aquellas mujeres
que son acusadas ante un tribunal
de neonaticidio, cuando ellas decla-
ran que desconocían su embarazo,
como Marina? También hemos visto
en la rápida enumeración anterior
que se dan otros muchos casos.
5
Negación del embarazo
Christoph Brezinka nos invita a
tener la misma curiosidad sobre
este tema que sobre otros temas.
Por ejemplo, la misma que por las
enfermedades raras o las enferme-
dades huérfanas. Sobre todo te-
niendo en cuenta, como veremos
en estas jornadas, que la negación
del embarazo es mucho más fre-
cuente que otras patologías.
Se trata de evitar la doble nega-
ción que todavía observamos a me-
nudo en medicina, en los servicios
sociales y en la judicatura.
Sobre este punto, como médicos
y profesionales de la sanidad, esta-
mos preparados para abordar enfer-
medades relativamente raras como
el síndrome HELLP y la eclampsia en
obstetricia, pero frente a la negación
del embarazo nuestra reacción, a
menudo, es la incredulidad, la indi-
ferencia e incluso la risa.
¿qué nos dice Sigmund Freud...
Quizás esta última reacción no
deje de ser significativa. El Profesor
Brezinka cita a menudo a otro vie-
nés para darnos un elemento de
explicación. En efecto, ¿qué nos
dice Sigmund Freud, cuando habla
de la risa en “El chiste y su relación
con lo inconsciente”? En primer
lugar que el chiste está relacio-
nado con las prohibiciones, con
aquello que calla una sociedad.
Cuando Freud escribe: “El superyó,
mediante el humor, se dirige, con
bondad y consuelo, al yo intimi-
6
dado y aterrorizado”, nos está se-
ñalando hasta qué punto, - cuando
nos reímos de la negación del em-
barazo, por ejemplo, - sería opor-
tuno preguntarnos por qué nuestro
yo está tan intimidado que nece-
sita el consuelo que le proporciona
la risa. Pregunta que quizás abor-
demos a lo largo de este coloquio.
El Profesor Brezinka nos hace
una última observación sobre este
punto concreto y nos señala que el
término alemán “der Witz”, que
Freud utiliza en el título de su libro,
se ha traducido en español por “el
chiste”, cuando el término alemán
significa también broma pesada.
Lo cual le da mayor amplitud a la
noción de Freud.
Sin embargo, podemos apoyar-
nos en estudios serios a la hora de
delimitar la negación del embarazo.
Pero conviene subrayar que a veces
hay un problema de definición, de
enfoque, con fuentes muy diversas
que no siempre es fácil reunir,
como intentamos hacer en nuestro
primer coloquio sobre la negación
del embarazo (Toulouse, 2008).
Ejemplo personal
Sobre todo, conviene recordar que
sólo vemos lo que estamos prepa-
rados para ver. Un aforismo señala
que sólo se encuentra una micosis
cuando hay un micólogo dispuesto
a buscarla y encontrarla. Si no, hay
muchas posibilidades de que pase
desapercibida.
Lo mismo sucede con la nega-
ción del embarazo. Cuando no se
desconoce el fenómeno, cuando
uno sabe lo que es, acabará por en-
contrar algún caso, si se mira y se
escucha atentamente. Para ilustrar
este punto aportaré un ejemplo per-
sonal que confirma perfectamente
la observación del Profesor Bre-
zinka. Hace apenas unas semanas,
dirigí unos cursos en el Hospital de
la Teppe, por invitación del Dr.
Omay, al que podrán escuchar ma-
ñana. Sólo asistían unos sesenta
profesionales de la perinatalidad.
Les interesaba el tema, ya que se
habían inscrito libremente y, claro
está, habían reflexionado sobre ello.
Cuando se les preguntó, al principio
de la jornada, cuántos habían te-
nido contacto con una negación del
embarazo, cerca de un tercio res-
pondió afirmativamente. A la misma
pregunta, al final de la jornada, con-
testaron afirmativamente bastante
más de los dos tercios. Ello se debe
simplemente a que, a lo largo de la
jornada, la información recibida y
las conversaciones mantenidas les
permitían interpretar mejor las ne-
gaciones del embarazo que habían
visto pero que no habían reconocido
como tales.
Investigaciones de Jens Wessel
Es imposible no citar las destaca-
das investigaciones del Privat-Do-
zent Jens Wessel – el mayor
micólogo, si él acepta este título,
que le otorgo a petición del Profesor
Brezinka – investigaciones que él
mismo nos presentará en unos
minutos. Sé que en su ponencia
también presentará datos compara-
tivos. Por ello, me voy a limitar a la
investigación personal del Profesor
Brezinka, quien calcula que la fre-
cuencia de la negación del emba-
razo está en 1 de 400. Su estudio
se enfoca en toda la región del Tirol,
constituido por dos entidades:
El Tirol austriaco, donde recogió
60 casos documentados (ya había
recogido 55 casos para el coloquio)
de Toulouse de hace tres años).

Este estudio se desarrolló de 1987
a 2010 y es de tipo prospectivo.
El Tirol del Sur (la provincia ita-
liana de Bolzano), con 21 casos re-
cogidos retrospectivamente entre
1985 y 2005.
En lo que se refiere al Tirol aus-
triaco, los casos recogidos en Inns-
bruck se basan en documentación
hospitalaria y los dos tercios de los
embarazos tienen continuidad tras
ser descubiertos, lo que les con-
vierte en “negaciones parciales”.
Para el Tirol del Sur, el estudio se
basa en los testimonios de las co-
madronas de 5 hospitales. Se trata
de negaciones que se han prolon-
gado hasta el final, y por tanto son
“negaciones totales”. Las diferen-
cias que se puede observar entre
las dos series se explican por la me-
todología utilizada en la recogida de
datos. Es la razón por la cual los
casos más dramáticos o espectacu-
lares se dan en la segunda serie - 2
partos en el helicóptero de socorro,
4 en una ambulancia, 4 en el domi-
cilio, 1 niño nació muerto (sufría de
sirenomelia: anomalía en la cual los
dos miembros inferiores son susti-
tuidos por un muñón cónico, y fal-
tan totalmente los pies y los
órganos genitourinarios).
En la serie del Tirol austriaco, los
dos tercios de las negaciones de
embarazo son parciales. Pero con-
viene señalar una dificultad que
procede del reglamento vigente, y
que enturbia los datos. En efecto,
en Austria, si el primer examen mé-
dico no se realiza antes de la se-
mana 14, la mujer gestante recibirá
unas prestaciones sociales reduci-
das. Para que sus pacientes pue-
dan recibir la totalidad de las
prestaciones sociales, algunos mé-
dicos que constatan una negación
parcial del embarazo antedatarán la
primera consulta en el libro de se-
guimiento del embarazo. Ello im-
pide que se puedan señalar
posteriormente situaciones de ne-
gación del embarazo, y por tanto los
datos recogidos resultan falseados.
Otra fuente de error en la evalua-
ción del número de casos proviene
del hecho que, frecuentemente, las
mujeres que dan a luz tras una ne-
gación del embarazo no son resi-
dentes habituales del Tirol, sino
que se encuentran de vacaciones
en la región, como turistas. En la
serie del Profesor Brezinka, este
dato viene a representar 1 nega-
ción por 8 embarazos. Es verdad
que el Tirol es una región muy tu-
rística, pero eventualmente pode-
mos considerar esta frecuencia tan
alta como la consecuencia de
algún tipo de huida.
Comparación
Sea lo que sea, y teniendo en
cuenta estos datos, si comparamos
los casos conocidos con la pobla-
ción de referencia, es posible esta-
blecer que las negaciones tienen
una frecuencia del orden de 1 ne-
gación por 400 embarazos. En lo re-
lativo a los casos mejor
documentados de las series del Pro-
fesor Brezinka, es decir los casos
que se han producido en Innsbruck,
se constata una frecuencia más
alta de patologías (niños prematu-
ros o que han nacido muertos) en
los casos en que la negación del
embarazo se descubre entre la se-
mana 21 y la 32 que en los casos
que llegan sin descubrirse hasta
cerca de la semana 40.
También voy a señalar que otros
Negación del embarazo
dos estudios importantes, de los
que se ha hablado, los de Fried-
man y Normal, serán abordados
más extensamente en la ponencia
siguiente.
En cuanto a los datos sobre la si-
tuación en Francia: existe un mag-
nífico estudio del Dr. Michel Libert,
quien está hoy presente en esta
sala y que mañana hablará en la se-
sión plenaria, donde podrá analizar
los datos de su propia investigación.
Fenómenos
En resumen, los fenómenos de ne-
gación del embarazo y de embarazo
oculto – que conviene distinguir –
constituyen un fenómeno que no
tiene nada de infrecuente ni de
“exótico”. Los resultados de las di-
versas investigaciones arrojan una
incidencia muy cercana en todos
ellos. Todos los estudios indican,
además, que no existe un “tipo” de
mujer más propenso que otro a
negar su embarazo. Los datos epi-
demiológicos muestran, finalmente,
que se trata de una situación de
riesgo para la madre y para el niño.
Y lo que complica todo (como su-
braya el Profesor Israel Nisand,
nuestro ponente de esta tarde): “La
negación del embarazo resiste a
cualquier generalización”... sobre
todo si recurrimos, para intentar
comprenderla, a dos fenómenos
psíquicos muy conocidos: el
“Middle knowledge” (“saber a me-
dias”) y el trastorno psicótico com-
7
Negación del embarazo
partido (“la folie à deux”). Weisman
define el “Middle knowledge” como
un estado psicológico que se sitúa
entre el saber y el no-saber. Se en-
cuentra con mucha frecuencia en
el seguimiento psicoterapéutico de
pacientes de cáncer. Tanto es así
que los psicoterapeutas aceptan
plenamente las fases sucesivas de
negación y “middle knowledge” y
las consideran incluso como fases
normales de transición en la evolu-
ción del cáncer.
Negación
En el caso de la negación del em-
barazo, el trastorno psicótico com-
partido podría expresarse con las
siguientes palabras: “Yo creía que
estaba embarazada, pero como mi
madre no me dijo nada…”Con la si-
guiente contrapartida: “Yo sospe-
chaba que mi hija estaba
embarazada, pero como ella no me
dijo nada…” Así, las dos protagonis-
tas refuerzan mutuamente su ne-
gación.
Opinión pública
Para comprobar cómo la opinión pú-
blica percibe estos fenómenos con-
viene observar que la medicina
acepta totalmente la negación o la
negación a medias del cáncer y que
se ha convertido en un fenómeno
tan habitual que las películas desti-
nadas a un público masivo lo explo-
tan desde hace mucho tiempo. Así,
por ejemplo, la película “Le Soleil en
face” de Pierre Kast, en 1980, o
“Rak” de Charles Belmont, en
1994. Pero cuando se trata de la
negación del embarazo, los ejem-
plos escasean. En un pasado ya le-
jano, “Agnes of God”, con Jane
Fonda, que cuenta la historia de
una monja, embarazada sin saberlo
y que mata a su hijo. Una alusión en
la película “La vida es un largo río
tranquilo”, donde se ha producido
un intercambio de niños tras una
negación del embarazo. Una nega-
ción del embarazo junto con un
parto anónimo en “Brodeuse”. Y el
8
pasado mes de septiembre, una ne-
gación del embarazo en una adoles-
cente, en “La Brindille”.
Contemplación
Después de ofrecer, a título ilustra-
tivo, los datos de algunos casos clí-
nicos, después de proporcionar un
corto enfoque freudiano, después
de estimar la frecuencia de la nega-
ción del embarazo y resumir su im-
pacto en la sociedad, debemos,
para completar esta “introducción a
la negación del embarazo”, contem-
plar algunas de las principales expli-
caciones de este fenómeno. El
primer tipo de teorías procede de
los estudios epidemiológicos. Pero,
si el estudio está sesgado – o sea si
se interesa sólo a una población de-
terminada y no a la población en ge-
neral – también los resultados
serán sesgados. Así, por ejemplo, si
estudiamos la negación del emba-
razo sólo en las mujeres que, ade-
más, sufren esquizofrenia, es
evidente que el resultado demos-
trará un vínculo estadístico decisivo
entre negación del embarazo y es-
quizofrenia, cuando en realidad no
existe tal vínculo.
Christoph Brezinka, junto con
otros autores, subraya por su parte
el interés de los enfoques psicoso-
máticos. Sus observaciones clíni-
cas ofrecen una fuerte proporción
de mujeres que tenían o habían te-
nido trastornos de la conducta ali-
mentaria. También una proporción
no despreciable de mujeres que
mantenían desde siempre una
mala relación con su propio cuerpo,
pero también de mujeres que esta-
ban seguras de que no podían que-
dar embarazadas y que estaban
tan decepcionadas por ello que
tampoco escuchaban su cuerpo.
Psicopatología
También conviene tener en cuenta
las explicaciones más relacionadas
con la psicopatología, ya sea que
estén relacionadas con la falta de
“embarazo psíquico” (ver la exce-
lente ponencia del Dr. Bayle en
nuestro primer coloquio) y las que
desarrolla el Dr. Dayan, que ya
hemos citado.
También están las explicaciones
de tipo criminológico, que parecen
muy discutibles.
Conclusión
Finalmente, y para concluir esta
conferencia introductoria, conviene
tener en mente dos grandes aforis-
mos. El primero es un precepto que
conocían los antiguos obstetras: “Al-
ways suspect the condition in any
female between 7 and 70” (No deje
de sospechar un embarazo en toda
mujer entre 7 y 70 años).
El segundo es de alcance más
general. Se trata de una afirmación
que, bajo la forma del humor, con-
tiene una gran dosis de sentido
común: “The human mind is like a
parachute – it functions best when
it’s open!” (La mente humana es
como un paracaídas – ¡funciona
mejor cuando está abierto!).
Así pues, es nuestra obligación
guardar la mente muy abierta frente
a la problemática de la negación del
embarazo, no generalizar ni conten-
tarnos con conclusiones precipita-
das. Estas dos jornadas de Créteil
nos invitan a seguir por esa vía.
 Negación del embarazo

La negación del embarazo

en la adolescente
Emmanuelle Godeau, Médico de la sanidad pública, antropóloga INSERMU 1027
Adjunta al asesor médico de la Delegación de Educación de Toulouse

Como ha señalado Jens Wessel hace pocos minutos en la introducción de su ponencia, el estereotipo de
la mujer que niega el embarazo es el de una adolescente que no sabe nada de nada, nada sobre el cuerpo
de la mujer, nada sobre sexualidad y que proviene de un entorno social desfavorecido…
Esas son las primeras ideas que nos vienen a la cabeza, pero sólo son claros tópicos. De hecho, cuando
examinamos le realidad – ya sean los casos clínicos del Profesor Brezinka o los datos epidemiológicos
que ha presentado el Privat-Dozent Wessel – concluimos que las adolescentes son escasas entre el co-
lectivo de mujeres que sufren de negación del embarazo. En mi calidad de facultativa de la sanidad pú-
blica, y ya que trabajo con el Doctor Navarro sobre la salud de niños y adolescentes, he querido saber lo
más exactamente posible, cuál era la realidad en este terreno.

A título de introducción, con-

viene centrar el tema y resu-
mir el estado de la cuestión de la
sexualidad y el embarazo de las
adolescentes. En Francia, la media
de edad de la primera relación se-
xual es de 17 años y medio, y no ha
variado desde hace unos diez años.
Sin embargo, en la encuesta inter-
nacional Health behaviour in school-
aged children (HBSC), que yo
coordino en Francia, en torno a la
cuarta parte de los chicos de 14-16
años y en torno al 14% de las chicas
de la misma edad señalan que han
tenido relaciones sexuales antes de
los 15 años. Incluso un pequeño
grupo de esos adolescentes afirma
que tuvo relaciones sexuales antes
de los 13 años. Esas proporciones
no han variado desde que llevamos
registrando específicamente ese
dato entre una muestra nacional re-
presentativa, o sea desde 2002.
Paralelamente, planteamos una
pregunta a esos jóvenes que tienen
relaciones sexuales sobre el mé-
todo anticonceptivo que han utili-
zado en su último contacto sexual.
En 9 de cada 10 casos, señalan que
efectivamente han utilizado un mé-
todo anticonceptivo, y que recurren
más a menudo al preservativo (y no
a la píldora anticonceptiva). Tam-
bién se da en Francia un recurso
bastante frecuente a “la píldora del
día después”, ya que el 16,5% de
las chicas de 15 años nos señalan
que la han utilizado. Este dato es tí-
pico de Francia. En la encuesta
HBSC que abarca 41 países o regio-
nes de Europa y Norteamérica,
unos quince países plantean la pre-
gunta sobre la píldora del día des-
pués, y las adolescentes francesas
se destacan en cabeza de todas las
que utilizan este método, probable-
mente porque en nuestro país se
promociona de forma activa este
método anticonceptivo, tanto entre
las mujeres en general como entre
las adolescentes en particular.
Sin embargo, también sabemos
que se utilizan menos las medidas
anticonceptivas entre los adoles-
centes que tienen relaciones sexua-
les muy tempranas – o sea los que
tienen relaciones sexuales antes de
los 13 años.
En cuanto a la interrupción volun-
taria del embarazo entre las adoles-
centes, conviene señalar que las de
menos de 20 años son el único

9
Negación del embarazo
grupo de edad en el que las cifras
no han permanecido estables du-
rante los diez últimos años, y en el
que se observa un ligero aumento.
Por ejemplo, la interrupción volun-
taria del embarazo tiene una inci-
dencia del 10,4 por 1.000 entre las
chicas de 15-17 años en 2008 y
2009, con un incremento de la pro-
porción de las más jóvenes desde
1990. Finalmente, las menores re-
presentan el 6% de las mujeres que
recurren a la interrupción voluntaria
del embarazo en 2005, 2006 y
2007. Se trata de las últimas cifras
que se conocen a día de hoy, porque
se requiere un periodo de tiempo
bastante largo para elaborar los
datos. A los 14 años, 6 de cada 7
embarazos desembocan en una in-
terrupción voluntaria del embarazo.
Globalmente, cuanto más joven es
la embarazada, más probabilidad
hay de que el embarazo acabe en in-
terrupción voluntaria del embarazo,
al menos en nuestro país.
Un conjunto
En lo que se refiere a los embarazos
llevados hasta el final, observamos
que disminuyen de forma global en
las menores desde los años 80, y es
el reflejo, a la vez, del aumento de
las interrupciones voluntarias del
embarazo y de la reducción de la
tasa de fecundidad. En efecto, las
tasas de fecundidad se reducen,
aunque lo hagan menos entre las
muy jóvenes. Los datos disponibles
forman un conjunto bastante cohe-
rente y permiten constatar que algu-
nas adolescentes muy jóvenes
pasan a través de todos los medios
de prevención del embarazo que se
han implantado.
Conviene subrayar que, en nues-
tro país, la mayoría de esas jovencí-
simas chicas no desean el
embarazo, e incluso es fruto de re-
laciones sexuales no consentidas,
de violencia sexual. Eso es válido
sobre todo para los embarazos más
precoces. Si comparamos con otros
países, debemos subrayar que las
10
tasas de embarazos entre adoles-
centes de nuestro país son clara-
mente inferiores a las que podemos
observar en Estados Unidos o el
Reino Unido, países en los cuales la
práctica de la interrupción volunta-
ria del embarazo entre las chicas es
mucho menos corriente – en parti-
cular en EE.UU.
Determinantes de los embarazos
¿Cuáles son los determinantes de
los embarazos entre las chicas muy
jóvenes? En primer lugar, ciertos
contextos culturales particulares no
consideran el embarazo de adoles-
centes como un problema, e incluso
lo valoran, cuando el embarazo se
inscribe en el marco del matrimo-
nio. En esos casos, se trata de em-
barazos deseados, esperados,
previstos. Todos se sienten satisfe-
chos. No hablaremos aquí de esos
embarazos, sino de los que se pro-
ducen fuera de ese contexto.
En ese caso, las chicas pertene-
cen más bien a entornos socioeco-
nómicos desfavorecidos, viven en
familias recompuestas, familias
monoparentales en las cuales la co-
municación entre padres y adoles-
centes – incluso antes de quedar
embarazadas – no es ideal. A me-
nudo constatamos fracturas de
orden psicológico o psiquiátrico: ne-
cesidad de comprobar que una es
capaz de quedarse embarazada,
compensar las carencias afectivas,
encontrar un estatus – el estatus de
madre puede ser objeto de deseo -
, autoestima insuficiente, inmadu-
rez, poca ambición escolar o
profesional, fracasos escolares…
Generalmente, esas adolescentes
que “se quedan preñadas” no van
muy bien, lo cual explica probable-
mente los demás factores asocia-
dos, las conductas de riesgo.
Comparando con las chicas de su
misma edad, estas chicas beben
más, fuman más, salen más. En ge-
neral, corren mayores riesgos. En el
terreno sexual, generalmente han
tenido relaciones sexuales mucho
más precoces que la media de las
otras chicas, y también han tenido
más parejas. No utilizan o utilizan
mal los medios anticonceptivos y,
en mayor medida que las otras chi-
cas, tienen ideas equivocadas
sobre la sexualidad, y creen conocer
“trucos” gracias a los cuales no te
quedas embarazada – el más habi-
tual es el famoso: “la primera vez no
puedes quedarte embarazada”.
Además, encontramos a menudo
cierta desigualdad de poder entre
esas chicas y sus parejas, que ge-
neralmente tienen más edad. Lo
cual tiene un impacto directo en la
utilización de los métodos anticon-
ceptivos, ya que ellas tendrán más
dificultades para imponerlos
cuando la pareja no quiere.

Diagnóstico tardío
En lo que al contexto clínico se re-
fiere, esos embarazos de adoles-
centes se descubren a menudo
muy tarde ya que la madre es joven.
En primer lugar, porque la chica
puede no ser consciente inmediata-
mente de que está embarazada.
Después, cuando por fin va a tomar
conciencia de ello, puede sentir
miedo o vergüenza de decirlo. Así
que ocultará su embarazo, a veces
durante bastante tiempo. A causa
de ese diagnóstico tardío, de la
clandestinidad que los rodea, esos
embarazos a menudo reciben un
seguimiento insuficiente o inade-
cuado. De ahí un mayor riesgo de
nacimientos prematuros y otros pro-
blemas, como las carencias en la
alimentación de esas madres que,
en ciertos casos, no han comple-
tado todavía su propio crecimiento.
Contrariamente a una idea muy
frecuente, cuando ya se conoce el
embarazo, el parto no presenta ma-
yores dificultades para esas chicas
muy jóvenes que para las mujeres
de más edad. No se producen más
cesáreas ni distocias. Finalmente,
otra característica de esos embara-
zos adolescentes es el papel muy
importante desempeñado por los
que se convierten en abuelos pre-
coces, pero que siguen siendo los
padres de una adolescente que
aprende a ser madre. Está en juego
la calidad del vínculo madre-hija, y
en algunos casos extremos, se pro-
duce una absorción del recién na-
cido por la abuela quien, bajo
diversos pretextos, puede susti-
tuirse totalmente a su hija.
¿Qué pasa?
Después de esas pinceladas sobre
los embarazos adolescentes en ge-
neral, ¿qué pasa con la negación
del embarazo a esta edad? Como
he señalado anteriormente, el nú-
mero de adolescentes embaraza-
das es bastante reducido. Y el de
las adolescentes que presentan
una posible negación del embarazo
constituye un subconjunto aún más
reducido. Así pues, hay verdadera
dificultad de reclutamiento – en el
sentido estadístico del término –
para investigar este tema. Como ya
saben, no se registran de forma sis-
temática los casos de negación del
embarazo, y menos aún en lo que a
adolescentes se refiere. Además, a
menudo las adolescentes tienen di-
ficultades para hablar de su emba-
razo, con más razón para aquellas
que niegan su embarazo. Así pues,
hemos trabajado sobre todo con in-
formes realizados a posteriori.
No se trata de chicas de 15 o 16
años que han venido “en directo”,
justo en el momento en que descu-
bren que están embarazadas, para
contarnos su negación del emba-
razo, sino que son mujeres adultas
que nos han hablado, a veces
mucho tiempo después de que ocu-
rriera la negación, y que nos han
dicho: “Sí, yo tuve una negación del
embarazo a los 15, los 16 años…”.
Fijamos el límite en 18 años.
Pudimos reunir datos sobre 5
mujeres que habían presentado
una negación del embarazo entre
los 15 y los 16 años y medio, y ha-
bían aceptado rellenar un cuestio-
nario de la AFRDG, o que habían
venido a uno de nuestros grupos
de discusión. Hemos añadido otras
6 mujeres, también con menos de
18 años cuando tuvieron su nega-
ción del embarazo, y que nos han
Negación del embarazo
hecho el relato de lo ocurrido.
Hemos completado esta serie con
4 informes clínicos enviados a la
AFRDG por el personal médico que
había seguido las negaciones del
embarazo en adolescentes. En
total, hemos podido comparar 15
casos, de los cuales 5 cubren todo
el periodo del embarazo y 10 son
negaciones parciales.
Las señales
¿Cuáles son las señales que en-
contramos en esas chicas, y que
son similares a las de las mujeres
adultas que han tenido negación
del embarazo?
En primer lugar, no han ganado
peso o como mucho un aumento
moderado de peso, que para algu-
nas es compatible con su propio
crecimiento. En segundo lugar, un
diámetro abdominal estable. Tam-
poco han notado movimientos del
feto – o, más bien, esas chicas jó-
venes que no tienen todas las cla-
ves para entenderlos, han
interpretado erróneamente los mo-
vimientos del feto. Conviene señalar
también la ausencia de los peque-
ños síntomas habituales del emba-
razo. Finalmente, han mantenido la
actividad física. En el caso de las
más jóvenes, parece que ese pará-
metro se haya llevado al extremo –
“Tengo que decirle (…) que el día an-
terior (al parto) yo estaba cortando
leña para mi abuela, con una
11
Negación del embarazo
hacha”, nos dijo una de esas muje-
res, mientras que otra nos informó
que durante el embarazo jugaba al
rugby 2 o 3 veces por semana.
Las señales entre las chicas
¿Cuáles son las señales que, entre
las chicas, parecen más comunes
que entre las mujeres de más
edad, en situación de negación del
embarazo?
En primer lugar, más que las
demás mujeres, esas jóvenes ha-
bían tenido la regla muy pronto. Se
trata de un dato significativo aso-
ciado generalmente a la precocidad
en las relaciones sexuales. Tiene
cierta lógica: la madurez física pre-
coz abre la vía a relaciones sexuales
también precoces. Otra diferencia:
las adolescentes que presentan
una situación de negación del em-
barazo tienen amenorrea con
mucha mayor frecuencia que las
mujeres adultas en igual situación.
Esta señal, muy significativa para
una mujer adulta, lo es menos para
una adolescente que tuvo hace
poco su primera regla y que aún
puede tener ciclos irregulares. Hay
que añadir también que, con mayor
frecuencia que las mujeres adultas
en situación de negación del emba-
razo, nuestras adolescentes no uti-
lizan medios anticonceptivos.
También con mucha mayor fre-
cuencia que en las mujeres adul-
tas, es el entorno el que percibe el
12
embarazo (compañeras de clase,
profesores de educación física,
madre…). Por tanto, se dan seña-
les del embarazo que se perciben
desde “el exterior”. Todo ello da la
impresión de que el desconoci-
miento del cuerpo, de su propio
cuerpo, es un elemento esencial
en la negación del embarazo en las
chicas muy jóvenes. Última gran di-
ferencia que convendría documen-
tar con mayor precisión: parece
que la negación del embarazo se
repite menos cuando la primera
negación se ha producido en la
adolescencia, y no en la edad
adulta. En cualquier caso, nosotros
no hemos encontrado ninguna re-
petición en nuestra serie.
Otras diferencias tienen mayor
relación con la adolescencia, como
la gran dificultad para admitir al
bebé tras su nacimiento. Una de
ellas nos dijo, mucho tiempo des-
pués: “Quizás yo no lo haya acep-
tado todavía”. Otra dificultad mucho
mayor que cuando se trata de una
mujer adulta: que el entorno admita
al niño. “Mis padres estaban moles-
tos, era una vergüenza”. Dificultad
también en torno al cambio de es-
tatus de esas jóvenes madres, y el
mayor poder de la abuela frente a la
hija. Todo ello ilustra la dependen-
cia frente al entorno: dependencia
psíquica pero también material, la
de esas chicas jóvenes que, gene-
ralmente, viven con sus padres.
El factor socioeconómico
Volviendo a mis primeras palabras
sobre los embarazos precoces en
general, la constatación es que las
chicas que presentan una nega-
ción del embarazo antes de los 18
años comparten generalmente
esos mismos rasgos. Añaden las
características y los riesgos de los
embarazos desconocidos a los de
los embarazos precoces. El único
factor que no es común a los dos
grupos de personas es el factor so-
cioeconómico: mientras las chicas
que tienen embarazos precoces
provienen generalmente de me-
dios sociales desfavorecidos, no es
así para las adolescentes que, en
nuestra serie, presentan una nega-
ción del embarazo.
En conclusión, y contrariamente
a la idea equivocada que asimila
la negación del embarazo a la
adolescencia, podemos afirmar
que la negación del embarazo en
la adolescencia se parece mucho
más a los embarazos precoces en
general que a la negación del em-
barazo de mujeres adultas. Dicho
eso, la negación del embarazo en
la adolescencia existe, aunque
sus fronteras sean menos claras
que en la edad adulta, y requiere
una respuesta por parte de los
profesionales de la infancia y la
adolescencia. En los 15 casos de
nuestra serie, no se les ha ofre-
cido ningún seguimiento a esas jó-
venes madres. Nosotros creemos,
por el contrario, que un segui-
miento multidisciplinar sería va-
lioso en esos casos: seguimiento
ginecológico, pero también social,
psicológico y educativo. Por otra
parte, una reflexión sobre la nega-
ción del embarazo durante la ado-
lescencia, sobre la ambivalencia,
la inmadurez psicológica y sus
consecuencias podría contribuir
también a mejorar las estrategias
de prevención en torno a la sexua-
lidad precoz.
 Negación del embarazo

Cuando se repiten las negaciones del

embarazo: ¿qué consecuencias tienen
para los profesionales sanitarios?
Félix Navarro, Médico de la sanidad pública,
Asesor médico de la Delegación de Educación de Toulouse, Presidente de la AFRDG

Al hacer la planificación de esta primera mañana, decidimos partir de los datos científicos y sólidos que
ofrece la medicina “pura y dura”, la epidemiología, con la destacable ponencia del Profesor Wessel.
Luego, quisimos aportar un enfoque global de los datos psicológicos con el Doctor Dayan, cuya interven-
ción ha sido apasionante. Finalmente, elegimos dos subtemas. Podíamos haber elegido muchos, otros
muchos. Pero elegimos dos enfoques que nos parecían particularmente importantes. El primero – acaban
ustedes de escucharlo – sobre la adolescencia y la negación del embarazo, para contribuir a vencer ese
falso prejuicio de que la negación del embarazo estaría relacionada con la adolescencia, y el segundo
sobre un hecho que nos plantea muchos interrogantes: las negaciones del embarazo que se repiten.

Q uisiera, para iniciar mis pala-

bras sobre las repetidas ne-
gaciones del embarazo, contarles
una historia banal y bastante sim-
pática. Era el mes de septiembre
del año pasado, y una de nosotros,
Isabelle, a quien podrán escuchar
mañana, se sorprende al recibir en
su móvil la llamada de un descono-
cido – cuando solo da su número a
las familias de cuyo seguimiento se
ocupa. Se trata de un joven padre
que le señala que su pareja se ha
dado cuenta, en julio, de que es-
taba embarazada de unos 6
meses. Dos cosas llaman nuestra
atención, además de la pregunta:
“¿Pero cómo ha llegado a tener el
número de teléfono de Isa?”. En pri-
mer lugar, que sea el padre el que
llame, el que entre en contacto,
sobre todo por una “simple” nega-
ción parcial. Es del todo excepcio-
nal. Pero, sobre todo, ese papá
parecía estar muy inquieto y se
mostraba muy insistente. Damos
cita a esa pareja, que aquí llamare-
mos Katia y Hervé. Ambos son es-
tudiantes, y ésta es su historia. Se
trata de una pareja, yo diría que es-
tándar, con una media de edad de
25 años. Ella estudia Letras y él,
una carrera técnica. Desde el pri-
mer momento, Katia nos confirma
que está embarazada.
Negación parcial del embarazo
Cuando los entrevistamos, el em-
barazo salta a la vista. No hay nin-
guna duda. Lo que ella nos relata
es la historia clásica del inicio de
una negación parcial del embarazo,
es decir un embarazo que arranca
sin ninguna señal física: la regla no
se interrumpe, siguen utilizando un
medio anticonceptivo – en este
caso el preservativo, lo que no deja
de extrañarme un poco, porque no
es habitual en una pareja estable.
Pero, finalmente, ha habido una
amenorrea. Ella ha esperado al
mes siguiente para comprobar que
efectivamente era “eso” y ha con-
sultado a un centro de planificación
familiar para estudiar la posibilidad
de una interrupción voluntaria de
ese embarazo que empezaba. Una
ecografía pone de relieve que ese
embarazo que creían que empe-
zaba iba ya por la semana 21. En-
tonces, contemplan vagamente la
posibilidad de una interrupción vo-
luntaria del embarazo en el extran-
jero, pero finalmente, me dicen
ambos a la vez, “Ya que el niño ha
llegado hemos decidido guardarlo”.
Ya ven que estas palabras se pare-
cen mucho a las que ustedes han
oído aquí, hace pocos minutos. Muy
bien. Pero seguimos sin saber por
qué tenían el número de móvil de
Isa. La razón es muy sencilla. Está-
bamos en septiembre de 2010 y en
julio de 2008, o sea dos años
antes, Katia ya había descubierto
que estaba embarazada de 8
meses y medio. En aquel momento
trabajaba a tiempo parcial en una
boutique de moda. Llevaba ropa
muy ceñida y sus compañeras de
trabajo le habían dicho: “Creo que
has cogido unos kilos”. Había de-
jado pasar el tiempo y finalmente
había consultado a un médico de
cabecera que había diagnosticado
un estreñimiento con aerofagia.
Luego consultó a otro, porque a
pesar de todo, estaba preocupada.
En aquel momento, nos dijo, ella to-
maba la píldora y tenía la regla de
forma regular.
En lo que al peso se refiere – que
le habían señalado sus compañe-
ras – había ganado entre 2 y 4
kilos, y tenía un poco más de cin-
tura. El segundo médico al que con-

13
Negación del embarazo
sulta duda entre un quiste en los
ovarios y un embarazo, y pide una
ecografía. En el primer momento, el
que analiza la ecografía calcula que
el embarazo tiene 6 meses. Y el gi-
necólogo calcula 8 meses. En ese
momento toman contacto con la
AFRDG, nuestra Asociación, y noso-
tros le damos entonces un número
de teléfono personal, porque están
algo preocupados. Les damos cita,
pero no acuden. Durante dos años
perdemos el contacto con ellos.
¿Por qué no acudieron a esa pri-
mera cita? Porque, una vez que
pasó la sorpresa, “todos estaban
contentos”: Katia, Hervé, sus res-
pectivas familias, sus amigos…
Todos estaban contentos y locos
por el bebé. Y, “como todos esta-
ban contentos” no siguieron con los
trámites. Pero Hervé, con su men-
talidad científica, se dio cuenta de
que la píldora “no funcionaba”. Así
que decidieron, en buena lógica,
pasarse al preservativo.
Lo que les hizo reaccionar la se-
gunda vez y les llevó a consultarnos
no fue su sentimiento personal,
sino la reacción de su entorno. En
particular, la de la madre de Katia
quien le dijo: “No vas a hacernos lo
mismo cada dos años”.
La negación se repite
He elegido esta historia porque re-
sume muchos aspectos que se repi-
ten en las negaciones del embarazo,
sobre todo por parte de la madre –
a la vez en el terreno físico, orgánico,
psíquico y del comportamiento –
pero también por parte del entorno
y sus reacciones, finalmente y sobre
todo, porque esta pequeña historia
muestra la posibilidad de que la ne-
gación del embarazo se repita de un
embarazo a otro.
Y es de esas situaciones en las
que la negación se repite de em-
barazo en embarazo, y a veces se
agrava, de las que quisiera hablar-
les. Como acabamos de ver, hay
negaciones del embarazo que inau-
guran una vida obstétrica y que qui-
14
zás no vuelvan a producirse. Y hay
otras que surgen repentinamente
en una vida obstétrica que hasta
entonces era totalmente normal (o
que se creía tal), como a veces el
trueno estalla en medio de una
tarde tranquila. Esas situaciones no
son infrecuentes, incluso cuando
pasan desapercibidas.
Al igual que ha pasado hasta
hace poco tiempo con la negación
del embarazo, el cuerpo médico ha
desconocido, cuando no ha negado
su capacidad para repetirse de un
embarazo a otro. Es la razón por la
cual los tribunales, cuando juzgaban
a mujeres sospechosas de neonati-
cidios repetidos, rechazaban la ne-
gación del embarazo apoyándose
en la opinión de “expertos” (con el
argumento siguiente: “podemos
aceptar una negación del embarazo,
pero no dos”). Veían en la repetición
una demostración de que no podía
ser una negación del embarazo.
Pero, si nos interesamos por las
mujeres implicadas, si estudiamos
atentamente su historial obsté-
trico, esta posible repetitividad de
la negación del embarazo salta a la
vista. Ya en 2009, en las Jornadas
de la AFRDG de Montpellier, dedi-
qué mi ponencia a este aspecto de
la negación del embarazo y su-
brayé el papel que los profesiona-
les de la sanidad deben
desempeñar para, justamente, in-
tentar evitar esas repeticiones.
Desde entonces, se empieza a
conocer mejor la repetición de la
negación del embarazo. Por ejem-
plo, en una tesis llevada a cabo en
el servicio de maternidad del Hos-
pital Universitario de Toulouse, Ni-
colas Job ha constado – tras haber
estudiado los dosieres de las nega-
ciones del embarazo conocidas –
que en cerca del 10% de los casos
ya se había producido una nega-
ción anterior… que no se había
diagnosticado, y por tanto a la que
no se había tenido en cuenta.
Por nuestra parte, hemos vuelto
a analizar 31 dosieres de mujeres
para las cuales la negación del em-
barazo había terminado muy mal –
ya sea con la muerte del recién na-
cido (33 muertes de neonatos), ya
sea por su abandono (3 abando-
nos). El total es superior a 31,
porque a varias mujeres les corres-
ponden varios niños muertos cada
una. Así pues 31 mujeres, de las
cuales a 28 al menos les corres-
pondía un recién nacido muerto y 3
mujeres cuyo bebé había sido
abandonado en condiciones en las
que el bebé hubiera muerto (bebés
abandonados en los cubos de ba-
sura…), de no haber sido recupe-
rado in extremis por otra persona.
Por tanto, sólo casos muy graves.
Entre esas 31 mujeres que presen-
tan casos graves, hemos descu-
bierto 12 – o sea una tercera parte
– en las que, antes de la negación
total, se había producido una ne-
gación parcial o incluso una nega-
ción total, pero el bebé sobrevivió.
La tasa real
Llamo su atención sobre lo si-
guiente: lo que yo les presento no
es un estudio epidemiológicamente
sólido, como el del Profesor Wessel,
sino la conclusión clínica sobre do-
sieres elaborados porque conocía-
mos a la mujeres implicadas, a los
profesionales médicos que se ocu-
paron de ellas o porque hemos po-
dido acceder a documentos
probatorios. Por tanto, el recluta-
miento de nuestros sujetos tiene un
sesgo que no nos permite afirmar
que la tasa que proponemos sea la

tasa real. Pero ello no invalida el
hecho que las negaciones graves
del embarazo vayan precedidas
muy a menudo (en una proporción
que estudios epidemiológicos rigu-
rosos deben precisar) por negacio-
nes que pasaron desapercibidas.
Podemos afirmar que 12 mujeres
de nuestra serie repitieron una ne-
gación del embarazo, pero no pode-
mos afirmar que las demás 19 no
hicieran lo mismo. Para algunas de
ellas, quizás simplemente nos falte
el dato decisivo.
Por tanto, por lo que sabemos
hoy, podemos afirmar que las nega-
ciones del embarazo que acaban
con la muerte del recién nacido o
su abandono están precedidas
muy a menudo por una negación
parcial o total del embarazo, en la
que el bebé sobrevive. Lo que po-
demos añadir es que en los casos
de nuestra serie, esa primera (o pri-
meras) negación nunca ha sido
identificada como tal, que el diag-
nóstico nunca ha sido mencionado,
que nadie le ha dicho a la mujer:
“Señora, usted ha tenido una nega-
ción del embarazo”, que nadie se lo
ha dicho al cónyuge, al entorno y
que – menos aún – no se ha to-
mado ninguna medida para impe-
dir que se repitiera. (No se ha
informado a la mujer y a su entorno
sobre la posibilidad de que la nega-
ción se volviera a producir, ni se le
ha aconsejado que consultara re-
gularmente a un ginecólogo).
Primer caso
Para ilustrar estas palabras les pre-
sentaré un primer caso. Estamos en
mayo de 2009. La mujer siente una
necesidad urgente de ir al servicio.
Hasta entonces no había tenido nin-
guna señal visible de embarazo. Va,
pues, al váter y “algo” sale de ella.
“Aquello” no grita ni se mueve, me
dice. Es la palabra que esas muje-
res suelen utilizar: “aquello”. Ella
echa “aquello” a la basura. Cuando
me lo cuenta, no recuerda haber
oído que el bebé gritara, y tampoco
sabe si ella misma gritó de dolor. No
es capaz de decirme si le dolió. No
lo sabe. Así pues, echa “aquello” a
la basura, y por suerte su cónyuge
lo recupera. Se trata de un varón de
3,7 kilos y 52 cm, y muy vivo. Me se-
ñala que ha tardado dos días en ser
consciente de que había parido a
un bebé. Más tarde se da cuenta de
que había ganado peso un poco,
pero no lo vinculaba a un posible
embarazo. Intento que recupere el
hilo de su historia. En aquél periodo
también se sentía algo depresiva.
Entre sus antecedentes me señala
una agresión sexual. Retomamos
su historia obstétrica: tuvo un pri-
mer hijo vivo – “Supe enseguida
que estaba embarazada” – luego el
segundo hijo, pero sólo se da
cuenta del embarazo al séptimo
mes – “Me sentí mal”, dice, y fue a
consultar a un médico de cabecera
quien diagnostica un embarazo en
sus inicios (en realidad estaba de 7
meses). Como acabo de subrayar, el
médico diagnostica un embarazo
pero no le dicen nada. No le dicen:
“Señora, usted acaba de tener una
negación parcial del embarazo.
Tenga cuidado, que puede repe-
tirse…”.
Llegados a este punto podemos
sacar una primera conclusión, dar
Negación del embarazo
una primera indicación: en mi opi-
nión, toda negación del embarazo –
aunque sea “simplemente” parcial,
de 4, 5 meses… - debe considerarlo
el profesional sanitario como un “in-
dicador”. Nos señala que conviene
reflexionar conjuntamente con la
mujer. Hay que hacer algo.
Segundo caso
Ahora presentaré un segundo caso
clínico, por desgracia más trágico.
Cuando la mujer toma contacto con
nuestra asociación, la AFRDG, está
pendiente de juicio ante un tribu-
nal. La acusan de asesinato de
menor de 15 años: su bebé recién
nacido murió a consecuencia inme-
diata del parto. Nos relacionamos
mucho con esta mujer: al principio
por correo electrónico. También
acude a nuestros grupos de discu-
sión. Luego nos reunimos con ella
personalmente y junto con su abo-
gada. Es una mujer con una perso-
nalidad franca, abierta, pero que
sabe contener sus emociones. La
sigue un terapeuta de entre los
más competentes en este terreno.
Intenta entender lo que ha vivido.
Es una mujer activa, con alto nivel
cultural y un buen empleo. Es
madre de niños mayores e incluso
muy mayores. Es una madre muy
15
Negación del embarazo
atenta y cariñosa que nos cuenta
muchas, muchas cosas sobre sus
hijos, con todo lujo de detalles – el
sarampión del pequeño, etc.
Un día, también a ella le entran
ganas de ir al servicio. Pero, con-
trariamente al caso anterior, solo
encuentran al bebé unas horas
más tarde – muerto. Llega el día
del juicio y, en calidad de testigo,
su antiguo jefe de servicio, cuenta
algo que esta señora no nos había
contado nunca, pero nunca: había
dado a luz (a su tercer hijo) en su
lugar de trabajo, sin que lo espe-
rara. Aquella vez, la mujer había
sido consciente de estar embara-
zada, muy al principio del emba-
razo, luego esa consciencia del
embarazo había desaparecido por
completo. Prácticamente, no había
tenido ninguna de las señales del
embarazo. Así pues, seguía acu-
diendo al trabajo como si nada. No
estaba embarazada. ¡Cuál no fue
el asombro de sus compañeros y
de su jefe de servicio cuando, un
buen día, se puso de parto en
plena oficina! Eso es lo que el tes-
tigo cuenta en pleno proceso. Por
su parte, ella había olvidado total-
mente este punto que, para noso-
tros, podía ser un argumento
esencial para su defensa.
Mecanismo activo
Como ya se ha recordado aquí, la
negación del embarazo es un me-
canismo activo. Por tanto, cuando
intentamos reconstruir un historial
obstétrico, hay que buscarlo de una
manera igual de activa. Estaba
claro que yo no lo había hecho así,
en todas las conversaciones que
había mantenido con la mujer. Es-
tábamos muy ocupados por el jui-
cio, habíamos hablado mucho de
los hijos. Le había preguntado por
sus embarazos – hermosos emba-
razos – pero al retomar mis apun-
tes pude constatar que no había
abordado el último, en el que se
había producido una negación del
embarazo. Por tanto, tenemos que
16
tener presente que la mujer puede
“haberlo olvidado.”
Historial clínico
Mi tercer historial clínico – lo pre-
sento de manera resumida porque
el desarrollo de estos casos es bas-
tante parecido – es el de una mujer
joven y activa: método anticoncep-
tivo hormonal, quizás con algún
que otro olvido, bastante depor-
tista, escolarización hasta nivel de
Selectividad, asalariada, vida en
pareja, negación total del emba-
razo, fallecimiento del hijo. Cuando
comento con ella los antecedentes
me dice que tres años antes ha te-
nido una negación parcial del em-
barazo sin muerte del niño, pero
sobre todo, que dos años antes
tuvo lo que pareció ser un aborto
espontáneo acompañado de nega-
ción parcial del embarazo. Este
caso llama nuestra atención sobre
esos abortos espontáneos que se
producen cuando la mujer no es
consciente de su embarazo. Un
aborto espontáneo “sorpresa” es
también un indicador para cada
uno de nosotros y debemos tenerlo
en cuenta como si fuera una nega-
ción del embarazo.
Cuarto caso
Cuarto caso, el de una mujer que
está en la cárcel tras un neonatici-
dio posterior a una negación del
embarazo. Observen que aquí sí
que hablo de neonaticidio, mien-
tras que en los casos anteriores
creo que el niño fallece, no por la
violencia ejercida sobre él, sino in-
mediatamente después de su naci-
miento, porque la madre es incapaz
de ocuparse de él y reanimarle.
Este cuarto caso es un neonatici-
dio, ya que la madre ha hecho un
gesto “positivo”, en el sentido jurí-
dico de la palabra. No hablaré del
embarazo ni del parto y paso direc-
tamente a su historia obstétrica: un
primer hijo vivo, sin ningún pro-
blema conocido. Un segundo hijo
vivo, pero con una negación total
del embarazo: el niño nació en el
vehículo de los bomberos –sin que
hubiera ningún seguimiento ni tra-
tamiento posterior. El tercer hijo:
negación total del embarazo y neo-
naticidio. La madre va a la cárcel y
un cuarto hijo nace cuando ella
está internada. Vuelvo sobre este
cuarto caso porque la cronología
me parece de gran interés. Por su-
puesto, se trata de una reconstitu-
ción posterior, porque en aquel
momento la mujer estaba en situa-
ción de negación del embarazo:
Relación sexual donde la mujer
queda embarazada: principios de
enero
● Entra en la cárcel por un neona-
ticidio anterior: última semana de
marzo (del mismo año), por tanto,
con cerca de tres meses de emba-
razo.
● Los seis últimos meses del emba-
razo los pasa en la cárcel. El emba-
razo pasa totalmente desapercibido.
Sin embargo, la administración del
centro afirma que “recibe una su-
pervisión médica y psicológica espe-
cial”.
● Parto: en la primera semana de
septiembre, en la ambulancia que
la recoge en la cárcel.
Como escribe el periódico Le Fi-
garo: “ni el médico, ni el personal
del centro penitenciario, ni las
demás internas habían notado
nada y todos quedaron estupefac-
tos”. Sin embargo, la administra-
ción del centro persiste. Confirma
que un examen médico (que no
descubrió el embarazo) se realizó
efectivamente en el momento del
ingreso en el centro. También con-
firma que la mujer recibía un segui-
miento médico y psicológico. Que
conste en acta. La administración
penitenciaria – y por tanto la Justi-
cia – nos lo dice con la mayor serie-
dad. El experto psiquiatra, que
hasta entonces aplicaba al neona-
ticidio la hipótesis de la negación
del embarazo, se siente inseguro
ante este nacimiento en un centro
penitenciario. Como está conven-

cido que las negaciones del emba-
razo no se repiten, concluye – al
igual que la administración peniten-
ciaria – que se trata de una disimu-
lación del embarazo. Es una falta
total de lógica y un gran desconoci-
miento. El juez no toma en conside-
ración la negación del embarazo y
condena a la mujer.
Anteriormente, entre los casos
que les he presentado en nombre
del Profesor Brezinka, había el caso
de la mujer que dio a luz después
de pasar, unos días antes, por una
playa nudista. El Profesor Brezinka
me pidió que subrayara que existen
pocas situaciones en las que el
cuerpo esté tan expuesto. Pero
existe una situación en la que el
cuerpo se encuentra todavía más
expuesto: es la vida en la cárcel. En
primer lugar porque, cuando entras
en la cárcel, te registran a concien-
cia. Examinan todos los orificios na-
turales del cuerpo. La funcionaria
que examina a la mujer no es gine-
cóloga, pero ha sido formada para
notar cualquier anomalía. Si no,
¿para qué serviría un cacheo ex-
haustivo? Además, está el segui-
miento médico y sobre todo la
verdadera vigilancia: la que ejercen
las internas entre sí. Es su única
ocupación de la jornada. Cualquier
chismorreo se propaga inmediata-
mente por el centro. Y en una cárcel
de mujeres, un embarazo es una
noticia de primera categoría.
Sin embargo, esta mujer perma-
nece internada durante 3 meses
con una negación de embarazo. Da
a luz en el centro, prácticamente a
término. Nadie vio nada. ¡Y nos
dicen que es porque disimuló su
embarazo!
Contrariamente a lo que afirma
el experto del tribunal, no dejan de
ser negaciones del embarazo
cuando se producen varias segui-
das, al contrario. Ciertas negacio-
nes del embarazo se refuerzan y
agravan, embarazo tras embarazo.
Les comentaré un último caso
que, a mí personalmente, me emo-
cionó mucho. Empieza con una ne-
gación parcial, en esta ocasión, con
una interrupción voluntaria del em-
barazo en Holanda. ¿Por qué Ho-
landa? Porque cuando la mujer se
dio cuenta del embarazo, el plazo
legal para abortar en Francia ya
había pasado. Se trata pues de una
negación parcial. Nace un niño
vivo, tras una negación parcial de 6
meses. Nadie le dice a la mujer ni
a su cónyuge que su caso tiene un
nombre y se llama negación del
embarazo. Luego viene otro niño,
que nace vivo, pero el embarazo ha
sido objeto de negación durante 7
meses. No se da ninguna informa-
ción, ni a la madre ni a su cónyuge.
Nace un niño más, también vivo,
pero el embarazo ha sido objeto de
negación total. Ninguna informa-
ción por parte del personal sanita-
rio. Y llega el último embarazo:
negación total, parto en el cuarto
de baño, el niño muere, la madre a
la cárcel. ¿No creen que se podría
haber hecho algo por esa mujer?
¿No creen que se podía haber in-
tentado evitar el drama tras la pri-
mera, tras la segunda o al menos
tras la tercera negación del emba-
razo? ¿Tan difícil era asegurar un
seguimiento ginecológico regular
cada seis meses?
Conclusión
Quisiera concluir con este punto: los
profesionales sanitarios no deben
dejar pasar las “pequeñas negacio-
nes” – las negaciones parciales, los
abortos espontáneos de un emba-
razo desconocido, las interrupcio-
nes voluntarias del embarazo
porque el embarazo se ha descu-
bierto tarde, y menos aún las nega-
ciones totales, con el pretexto de
que han terminado bien o que la pa-
ciente encuentra una explicación
“racional”. Ahora sabemos que una
negación del embarazo puede abrir
la puerta a otra. En algunos casos,
tenemos incluso la impresión de
asistir a la agravación progresiva de
una situación que no se ha enten-
Negación del embarazo
dido adecuadamente, incluso
cuando la señal de alarma se ha
disparado con anterioridad, incluso
varias veces. Por eso, frente a toda
negación del embarazo, el profesio-
nal médico debe facilitar a la pa-
ciente una información clara y
comprensible, en el momento ade-
cuado y, con su autorización, a las
personas de su entorno. Debe seña-
lar que se pueden repetir y que
existe un riesgo de agravación.
Debe examinar con la mujer – y si
ella da su autorización, con su cón-
yuge y los miembros de su familia –
las señales que, retrospectiva-
mente, han acompañado ese em-
barazo que se ha negado y que
podrían servir de aviso en el pró-
ximo embarazo. Además de un po-
sible seguimiento psicológico,
también debe proponer un segui-
miento ginecológico muy regular. En
efecto, si con los conocimientos ac-
tuales no existe ningún medio para
prevenir las negaciones de emba-
razo en general, podemos afirmar
que un seguimiento de esa natura-
leza podría reducir la frecuencia de
las negaciones que se prolongan
hasta el fin de embarazo – y que
constituyen las negaciones poten-
cialmente trágicas con muerte del
bebé – ya que permitiría descubrir
más rápidamente las situaciones
de embarazo. Es un reto que bien
se merece nuestro compromiso.
17
Negación del embarazo

Algunos datos epidemiológicos, sobre maternidad y natalidad

del estudio prospectivo de Berlín sobre la negación del embarazo
Jens Wessel, Privat-Dozent, Dr. Med, Ginecólogo-Obstétrico Caridad/Berlín, Alemania
Klinik für Geburtsmedizin (Bayer Schering Pharma)

Agradezco a los organizadores de este coloquio que me hayan brindado la ocasión de presentar, aunque
sea de forma resumida, los resultados de este estudio que se ha publicado íntegramente en alemán, bajo
el titulo “Die verdrängte Schwangerschaft”. A él puede recurrir el lector que busque mayores concreciones.

1. Material y método: y llamadas telefónicas. tardío o la ausencia de seguimiento

rápida presentación
El estudio prospectivo de Berlín
sobre la negación del embarazo se
basa en la recogida prospectiva de
los casos de mujeres en situación
de negación del embarazo. Se llevó
a cabo a lo largo de 12 meses (del
1-7-1995 al 30-6-1996) en los 19
servicios hospitalarios de materni-
dad que había en aquel momento
en Berlín y sus alrededores. Otros
cinco establecimientos (consultas
de matronas) también participaron
en el estudio, aunque no señalaron
ningún caso.
1.1. Criterios de inclusión
Se incluyó en el estudio a todas las
mujeres a las que se realizó el pri-
mer diagnóstico médico de su em-
barazo después de la semana 20
de gestación y que, hasta esa fecha,
no habían tenido una percepción
subjetiva de su embarazo. Por esa
razón, el seguimiento médico fue
tardío y algunas no lo recibieron
hasta el final del embarazo.
1.2. Protocolo
Se organizó una red de comunica-
ción con los diversos servicios de
maternidad. El autor contactó per-
sonalmente con cada equipo para
presentarle el proyecto. Con este
motivo, detalló la metodología y en-
tregó los documentos necesarios
(criterios de inclusión, datos identi-
ficativos, etc.), luego mantuvo el
contacto durante todo el periodo de
recogida de datos, mediante visitas
Cuando un servicio de maternidad
señalaba un embarazo que respon-
día a los criterios de inclusión, el
autor acudía a dicho servicio para
estudiar el caso: consultaba los in-
formes médicos y mantenía una en-
trevista clínica con cada una de las
pacientes que había señalado el
servicio de maternidad.
2. Principales resultados
2.1. Datos relacionados
con las madres
En total, 94 mujeres formaron parte
de este estudio (N=94). Tras las en-
trevistas confidenciales que el autor
mantuvo con cada una de ellas, se
les separó en dos subconjuntos en
función de si presentaban negación
del embarazo o si cualquier otra
razón había motivado el segui-
miento tardío o la ausencia de se-
guimiento.
En cuanto a la negación del em-
barazo, se recogieron 62 casos du-
rante el periodo propiamente dicho
del estudio. A ellos se añadieron
otros 4 casos más, que se habían re-
gistrado durante el periodo de pre-
paración del estudio. En total, el
número de casos ascendió a N=66.
El grupo para el que el seguimiento
N= % jóvenes, poco maduras (e incluso
Total de casos
estudiados 94 100%
- Negaciones
del embarazo 66 70,3%
- Otros casos (embarazos
ocultados) 28 29,7%
se explicaba por un embarazo ocul-
tado (casos en los que la mujer
sabía desde hacía tiempo que es-
taba embarazada), o por otros moti-
vos (negligencia en la declaración...)
Los análisis que se presentan en
el resto de esta ponencia se refie-
ren exclusivamente a las mujeres
que presentaron una negación del
embarazo, o sea 65 o 66 personas,
incluyendo un caso de neonaticidio.
2.1.1. Momento del
diagnóstico del embarazo
El diagnóstico del embarazo se re-
alizó:
● 15 veces entre la 20ª y la 24ª se-
mana de gestación,
● 9 veces entre la 25ª y la 28ª se-
mana de gestación,
● 8 veces entre la 29ª y la 32ª se-
mana de gestación,
● 14 veces entre la 33ª y la 37ª se-
mana de gestación,
● finalmente, 20 veces en la 38ª
semana de gestación, o incluso
más tarde, entre ellas 12 veces el
día del parto.
Los demás datos relativos a las
madres, que paso a exponer breve-
mente, contradicen los prejuicios
más habituales según los cuales
esas madres son necesariamente
infantiles), sin experiencia en el te-
rreno sexual o en el de la materni-
dad, procedentes de entornos
socialmente desfavorecidos, con
una inteligencia limitada, o incluso
psicóticas. Sobre este último

18

punto, en mi serie se ha señalado
que tres mujeres presentaban de-
sequilibrios, pero solo una tenía re-
almente esquizofrenia. Parece,
pues, que esta patología no de-
sempeña un papel particular en el
desencadenamiento de la nega-
ción del embarazo.
Los principales factores que se
estudiaron fueron la edad de la
madre, su forma de vida en familia
en el momento en que se produjo la
negación del embarazo, su nivel de
estudios, su formación profesional
y los antecedentes de su embarazo.
2.1.2. Edad
La edad de las mujeres incluidas en
el estudio oscilaba entre 15 y 44
años, con una media de 26 años,
repartiéndose como se señala a
continuación:
Edad (años) N= % N=
Hasta 16 años 1 2%
17-19 8 12%
20-24 9 14%
25-29 21 33%
30-34 9 14%
35-39 9 14%
40 años y más 8 12%
Como se puede ver en la tabla, la
edad de las mujeres es muy variada.
2.1.3. Vida de pareja
En 11 casos (17%), esas mujeres vi-
vían sin pareja estable (solteras, di-
vorciadas). En la mayoría de los
casos (N=54, o sea el 83%) tenían
una vida de pareja estable (pareja
de hecho, casadas, divorciadas
pero con nueva pareja, compar-
tiendo o no la vivienda).
N= % rías: las que habían iniciado ante-
Ausencia de
pareja estable 11 17%
Pareja estable 54 83%
2.1.4. Nivel de estudios
Lo que se refiere al nivel de estu-
dios, lo resumimos en el cuadro si-
guiente. Los estudios son todos los
que ofrece el sistema escolar ale-
mán . El punto más importante a
subrayar es que la mayoría de las
mujeres tienen un diploma.
Nivel de estudios N= % un embarazo previo que no
Mujer todavía
escolarizada 2 3%
Sin ningún diploma 9 14%
Centro de educación
especializada 2 3%
Hauptschule
(nivel escolar bajo) 16 25%
Realschule (nivel escolar
medio y bueno) 22 34%
Gymnasium (nivel escolar
bueno y excelente) 7 11%
Se desconoce 7 11%
2.1.5. Formación profesional
También los niveles de formación
profesional son muy variados .
% Se constató un neonaticidio.
Escolarizadas, en
periodo de formación 4 6%
Sin formación 13 20%
Aprendizaje terminado 32 49%
Otro nivel de formación
(p.ej.: profesión con periodo de
formación acelerada) 7 11%
Estudiantes
(FHS/Universidad) 3 5%
Estudios terminados
(FHS/Universidad) 2 3%
Nivel desconocido 4 6%
2.1.6. Antecedentes del parto
Más de la mitad de las mujeres que,
en nuestro estudio, habían presen-
tado negación del embarazo eran
multíparas (N=37, o sea 56%) y ha-
bían tenido anteriormente entre 1 y
6 partos.
Las primíparas (N=29, o sea
44%) se repartían en dos catego-
riormente un embarazo que había
terminado en aborto involuntario o
en interrupción voluntaria del em-
barazo (N=8, o sea 12%), y las que
nunca habían tenido anterior-
mente un embarazo (N=21, o sea
32%), que representan solo la ter-
cera parte de la muestra total.
Negación del embarazo
N= %
Multíparas (entre 1 y 6
partos previos) 37 56%
Primíparas
-Primíparas con al menos
llegó a término (aborto
espontáneo, interrupción
voluntaria del embarazo) 8 12%
-Primíparas sin
ningún embarazo previo 21 32%
2.2. Datos relativos
al recién nacido
2.2.1. Datos generales
Las 66 negaciones del embarazo
que se estudian aquí representan la
concepción de 70 fetos. En 62
casos se trataba de un feto aislado,
y en 4 casos se trataba de gemelos.
En 1 caso el bebé nació muerto.
Presentaba hipertrofia y pesaba
más de 6.000 gramos.
Finalmente, 3 fetos resultaron
inviables entre las semanas 21 y
23 del embarazo.
2.2.2 Algunos parámetros signifi-
cativos relativos a los neonatos
Si comparamos los parámetros clá-
sicos de riesgo (nacimiento antes
de término, peso insuficiente al
nacer, retraso en el crecimiento…)
en los casos de negación del emba-
razo con los datos del registro peri-
natal de Berlín y los del Centro
neonatal Caridad de Virchow en el
que yo trabajo, constatamos que la
frecuencia aumenta de forma esta-
dísticamente significativa en los
casos de negación del embarazo
(ver histograma).
En mi opinión, conviene ver en
ese incremento la consecuencia
de los factores de riesgo que po-
demos encontrar en todo emba-
razo que no recibe el seguimiento
médico habitual.
Al contrario, no hemos notado di-
ferencia en lo relativo a los paráme-
tros post parto (APGAR, pH arterial
del cordón umbilical), cuando esos
niños nacen en un servicio de ma-
19
Negación del embarazo
ternidad y pueden beneficiarse de
todos los recursos de la obstetricia
moderna.
Explicación
CHIR: Nacimiento mediante ciru-
gía o con utilización de algún ins-
trumento
PREMAT: Nacimiento prematuro
(antes de la 37ª semana de emba-
razo)
POIDS: Peso en el momento del na-
cimiento inferior a 2500 gramos
RETARD: Retraso en el nacimiento
NEONAT: Fue necesario traslado al
servicio de neonatología
I: Nacimientos tras una negación
del embarazo
II: Datos del registro perinatal de
Berlín
III: Datos del centro neonatal Cari-
dad de Virchow
2.2.3. Tasa de mortalidad
- Tasa total de mortalidad
En lo que se refiere a la tasa total
de mortalidad, hemos registrado 4
casos de fallecimiento sobre un
total de 69 niños (o sea 5,8%), que
se distribuyen entre 3 fetos no via-
bles en el periodo de la semana 21
a la 23 (1 aborto espontáneo tardío,
2 interrupciones terapéuticas del
embarazo) y 1 fallecimiento intrau-
terino en la semana 41 (insuficien-
cia placentaria).
- Tasa corregida de mortalidad
La tasa de mortalidad corregida no
incluye más que el fallecimiento in-
trauterino (o sea 1,5% de los casos)
20
al que hay que añadir 1 neonatici-
dio. Por tanto, la tasa corregida as-
ciende al 2,9% de los casos.
Estas tasas indican que la ne-
gación del embarazo es una situa-
ción de riesgo para el feto y el
recién nacido.
2.2.4. Futuro inmediato
En los casos de nacimiento único
(N=61), los niños son educados ma-
yoritariamente por su madre o la pa-
reja que biológica.
Nacimiento único N %
Total 61 100%
Niños educados por
su madre/padres 47 77%
Familia de acogida 1 2%
Procedimiento de adopción 9 15%
Fallecidos 4 7%
+ 1 neonaticidio
Cuando se trata de gemelos, la
mitad de los niños han sido objeto
de un procedimiento de adopción.
(Ver cuadro siguiente)
Gemelos N %
Total 8 100%
Educados por su madre 4 50%
Procedimiento de adopción 4 50%
2.2.5. Incidencia
El número total de nacimientos en
el periodo considerado (1.7.1995 –
30.6.1996) y en la zona geográfica
contemplada en el estudio (servi-
cios de maternidad de Berlín y sus
alrededores) ha sido de N=29.462
niños. El número de negaciones del
embarazo que se han registrado du-
rante el mismo periodo ha sido de
N=62 (recordemos que 4 casos se
han registrado durante el periodo
preparatorio del estudio).
Sobre esos datos, se pueden esta-
blecer las siguientes relaciones de
frecuencia:
• Negación del embarazo (diagnós-
tico de embarazo realizado después
de la 20ª semana: 1 caso por 475
nacimientos,
• Nacimientos inesperados de fetos
viables sin la menor sospecha previa
de embarazo (negación total), N=12,
o sea 1 por 2.455 nacimientos,
• Nacimientos inesperados (nega-
ción total) llevados a cabo en el do-
micilio, N=3, o sea 1 por 9.825
nacimientos.
3. Debate
3.1. Estudios en lengua alemana
Están disponibles tres estudios más
en alemán. Las frecuencias que
arrojan son muy similares a las del
estudio prospectivo de Berlín (1 por
475 embarazos), aunque más altas:
El estudio dirigido por Brych,
que había registrado 12 casos de
negación del embarazo en Celle
(ciudad alemana de tipo medio),
concluía que la frecuencia de la
negación del embarazo era de 1
por 357 nacimientos.
Uno de mis estudios anteriores,
referido a la metrópoli de Berlín,
que había registrado 28 negacio-
nes del embarazo, arrojaba una fre-
cuencia de 1 por 430 embarazos.
Finalmente, el estudio publi-
cado por el Profesor Christoph
Brezinka sobre 28 casos registra-
dos en Innsbruck arrojaba una
tasa de 1 por 400.
3.2. A escala internacional
Recientemente se han publicado
dos estudios dando indicaciones
de frecuencia:
• El Estudio retrospectivo de D. Nor-
mal, realizado sobre la población
del País de Gales durante un pe-

riodo de 11 años (1989-1999), se-
ñala una tasa de nacimientos ines-
perados (negación total, hasta el
nacimiento) de 1 por 2.500, resul-
tado muy cercano al del estudio
sobre Berlín (1 por 2.455).
• El estudio exploratorio retrospec-
tivo de S. Friedman realizado sobre
los nacimientos sin seguimiento mé-
dico o con un seguimiento muy tar-
dío y sobre un periodo de 6 años
(1997-2003) en un centro hospita-
lario universitario, en Cleveland
(Ohio, EE.UU.) fija la frecuencia de
las negaciones del embarazo en
0,20%, o sea 1 por 500 nacimien-
tos, resultado que también está muy
cercano al de Berlín (1 por 475).
4. Conclusiones
4.1. Es inexacta la hipótesis
muy extendida de que las
negaciones del embarazo son
muy poco frecuentes
Algunas comparaciones con ciertas
situaciones obstétricas permitirán
una mejor valoración de este hecho.
Con 1 nacimiento por 475, la nega-
ción del embarazo es menos fre-
cuente que el nacimiento de
gemelos (1 por 85, según la regla
de Hellin), la placenta praevia o el
síndrome de HELLP (1 por
250/280), pero es más frecuente
que una patología hemolítica so-
brevenida o la apendicitis aguda du-
rante el embarazo (1 por 1.000).
En lo que se refiere a las nega-
ciones del embarazo que desem-
bocan en el nacimiento
inesperado de un feto viable sin la
menor sospecha previa de emba-
razo (1 por 2.455 nacimientos),
podemos constatar que este fenó-
meno se sitúa entre la frecuencia
de la ruptura uterina (1 por 1.500)
y la eclampsia (1 por 2.500).
Finalmente, el riesgo de parto
fuera de un entorno medicalizado
tras una negación total del emba-
razo (1 caso por 9.821) es menos
frecuente que la probabilidad de
dar a luz a trillizos (1 por 7.225,
regla de Hellin).
Por el contrario, conviene señalar
que los embarazos nerviosos que,
en su calidad de embarazos “imagi-
narios” podrían calificarse como el
contrario de la negación del emba-
razo, se han convertido realmente
en un fenómeno “exótico”.
4.2. Los resultados (los datos
de frecuencia) son homogéneos
Los datos que arrojan las investiga-
ciones realizadas en Innsbruck, así
como las de Celle y Berlín, pero tam-
bién las del País de Gales y del Es-
tado norteamericano de Ohio,
ofrecen unos datos de frecuencia
de la negación del embarazo bas-
tante homogéneos en esas diversas
regiones, a pesar de su diversidad
tanto demográfica como social.
4.3. La negación del embarazo
no afecta a un grupo concreto
o marginal de mujeres
Contrariamente a los prejuicios
habituales, los datos disponibles
permiten afirmar que la negación
del embarazo no afecta a un
grupo concreto o marginal de mu-
jeres. Podemos validar las dos
grandes conclusiones a las que
había llegado nuestra colega la
Doctora Brych en su estudio de la
ciudad de Celle (Alemania):
• “¡No existe un tipo definido de “la”
mujer con negación del embarazo!”
• “¡Es preciso corregir el prejuicio
ampliamente difundido según el
cual las mujeres que niegan el em-
barazo son mujeres jóvenes, inma-
duras, infantiles, sin experiencia,
procedentes de un entorno social
disgregado!”
4.4. Mentira o racionalización
También es importante subrayar
que la mentira, la ocultación vo-
2013
Número total de nacimientos
Número de negaciones del embarazo (más tarde de la
semana 20ª del embarazo, 1 por 475 nacimientos)
Nacimientos inesperados (negación total)
Nacimientos inesperados (negación total) y repentinos en el domicilio 80 70
Negación del embarazo
luntaria de la realidad es un com-
portamiento profundamente dife-
rente de la racionalización de las
señales clínicas que puede acom-
pañar a una negación del emba-
razo. Conviene subrayar en primer
lugar que esas señales son gene-
ralmente mínimas, lo que facilita
el proceso de racionalización. Así,
la mayor parte de las mujeres con
las que nos hemos entrevistado
habían constatado un mayor peso,
pero habían “encontrado explica-
ciones” a esta constatación (por
ejemplo, pensaban que habían co-
mido más de lo habitual o que,
como siempre habían tenido un
peso variable, ese ganar peso no
era un fenómenos inhabitual…).
Igualmente, las náuseas o los vó-
mitos pueden racionalizarse (“He
comido algo que no me ha sen-
tado bien”), y los movimientos del
feto pueden interpretarse como
señal de una enfermedad. Si se
produce una amenorrea, algunas
mujeres piensan entonces que se
trata del inicio de la menopausia,
mientras que otras están acos-
tumbradas a tener la regla de
forma irregular y no se preocupan
por ello. Finalmente, para nuestra
sorpresa, hemos constatado que
el 20% de las mujeres tomaban la
píldora anticonceptiva en el mo-
mento de la negación del emba-
razo, lo cual facilita también la
racionalización.
4.5. Proyecciones
Basándonos en nuestros resultados
y en los datos demográficos de
2013 es posible proponer, por pro-
yección, unas estimaciones que se-
rían las siguientes:
FRANCIA ALEMANIA
811.000 685.000
1.700 1.450
325 275
21
Negación del embarazo
4.6. Una toma en consideración
insuficiente
La negación del embarazo, que es
mucho más frecuente de lo que se
admitía hasta ahora, constituye una
situación de riesgo para la madre y
para el niño. Al igual que los emba-
razos disimulados, que no hemos
abordado en este estudio, la nega-
ción del embarazo plantea numero-
sos problemas, tanto de tipo
obstétrico como médico-legal. No
existe ningún otro fenómeno que
sea comparable por la amenaza y
la letalidad potencial que ejerce
sobre la madre y el niño, y al que
se preste tan poca atención en el
terreno de las complicaciones y
urgencias obstétricas.
Es la razón por la cual una am-
plia información sobre la negación
del embarazo debe incluirse en la
formación de médicos, matronas,
enfermeras y demás personal sa-
nitario.
De forma más general, con-
viene señalar que el DSM (Diag-
nostic and Statistical Manual) y el
CIM (Clasificación internacional de
enfermedades) no ofrecen nin-
guna posibilidad de clasificación.
Por ello, sería necesario, cuando
se revise el DSM y la CIM, que se
completen adecuadamente las co-
dificaciones.
Finalmente, me gustaría seña-
lar que este coloquio, celebrado
en París, y más exactamente en
Créteil, es la prueba evidente de
que es posible prestar a la nega-
ción del embarazo toda la aten-
22
ción que requiere y reconocer su
importancia, cosas que deberían
haberse hecho hace tiempo.
Por ello, expreso a la AFRDG mi
más profundo respeto, toda mi
consideración y mi agradeci-
miento, y le deseo los mayores éxi-
tos en el futuro.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Friedman S et al.: Characteristics
of Women Who Deny or Conceal
Pregnancy. Psychosomatics 2007;
48: 117-122 / Univ.
Cleveland/OH, USA; Psychiatrie
Wessel Jens, Die verdrängte
Schwangerschaft, abril 2007, 232
páginas, rústica, ISBN 978-3-
934410-92-3, 24 euros, disponi-
ble en : www.akademos.de
Normal D et al. : The incidence
and outcome of concealed preg-
nancies among hospital delive-
ries: An 11-year popultion-based
study in South Gamorgan. J Obstet
Gynaecol 2006; 26: 118-21
Brezinka C, Huter O, Biebl W, Kinzl
J (1994): Denial of pregnancy:
obstetrical aspects. J Psychosom
Obstet Gynecol 15:1-8
Brych Ch (1994): Verdrängte
Schwangerschaft - Eine Analyse
von Beobachtungen der Jahr-
gänge 1990 und 1991. (Denied
pregnancies - An analysis of cases
in the years 1990 and 1991) Med.
Diss., Medizinische Hochschule
Hannover, Deutschland
Wessel J, Rau G (1997): Zur
Schwangerschaftsverdrängung -
Darstellung eines Phänomens an-
hand einiger Ergebnisse von 28
Fällen und Vorstellung einer pros-
pektiven regionalen Verbundstu-
die für Berlin. (Denial of
pregnancy – Description of a Phe-
nomenon Based on Results of 28
Cases and Presentation of a Pros-
pective Regional Integrated Study
in Berlin) Geburtsh Frauenheilk
57:116-123

Preguntas y Repuestas
Dr. Felix Navarro - Moderador
Doctor Lelu: Ha llegado el momento
de dar paso a la participación de los
asistentes y de escuchar las pre-
guntas que tengan a bien plantear.
Pregunta del público: Me gustaría
tener algunas precisiones sobre el
umbral de las 20 semanas de em-
barazo. ¿Es realmente un umbral
reconocido para señalar una situa-
ción de negación del embarazo?
Doctor Félix Navarro: En realidad, el
umbral a partir del cual se puede
hablar de negación del embarazo
está fijado en 3 meses. Por tanto,
está claramente por debajo de las
20 semanas; pero los estudios epi-
demiológicos se realizan general-
mente en la semana 20. Como
todas las definiciones ésta es un
poco arbitraria, es un consenso que
se ha alcanzado. Personalmente
creo que, efectivamente, se puede
hablar de negación del embarazo a
partir de 3 meses. Por otra parte, he
subrayado en mi ponencia la conve-
niencia de no ignorar las “peque-
ñas” negaciones del embarazo,
quiero decir las que son muy cortas.
Pregunta del público: ¿El estudio pre-
sentado por el Profesor Wessel ha
sido ya publicado en francés?
Privat-Dozent Jens Wessel:
No, todavía no.
Pregunta del público: En lo que se re-
fiere a las mujeres que viven en pa-
reja, ¿tenemos datos sobre la
calidad de su relación con la pa-
reja?
Doctor Félix Navarro: Creo que el Pro-
fesor Nisand y la Sra Marinopoulos
tratarán este tema, esta tarde.
Intervención del público –
Dra Catherine Bonnet, psiquiatra:
Empecé a trabajar sobre la nega-
ción del embarazo hace 24 años.
Agradezco al Dr. Navarro que me
haya invitado hoy. Efectivamente,
se produce una negación de la so-
ciedad en estos temas y estoy to-
talmente de acuerdo con lo que he
oído esta mañana. Estoy suma-
mente satisfecha de que se inves-
tigue en Francia sobre la negación
del embarazo y que los psiquiatras
colaboren en ello, porque cuando
yo publiqué mi primer libro “Geste
d’amour” – actualmente agotado
– realmente no muchos psiquia-
tras se interesaban por este tema.
Creo que, efectivamente, hay que
insistir, como acaba de hacerlo el
Doctor Dayan, sobre el mecanismo
inconsciente de la negación del
embarazo, porque ciertos aspectos
de la psiquiatría conductista, cier-
tas tendencias biologizantes pre-
tenden negarla. Ahora bien, es
absolutamente indispensable se-
guir trabajando juntos, aunque los
aspectos biológicos existan, para
que consigamos comprender
mejor ese mecanismo incons-
ciente. Volviendo a la primera po-
nencia sobre este tema, debo
reconocer que nunca supe nada de
la negación del embarazo hasta la
primera vez que me topé con una.
Así pues, hay un problema en la
formación de los profesionales.
Cuando ya te has topado con un
Negación del embarazo
caso, cuando clínicamente has to-
mado contacto con un caso de ne-
gación del embarazo, a partir de
entonces consigues reconocerlos
más fácilmente. Pero al principio,
es difícil hacerlo para los profesio-
nales. Dicho esto, estoy totalmente
de acuerdo con el Profesor Wessel:
la negación del embarazo se pro-
duce a todas las edades, sea cual
sea el nivel sociocultural y los estu-
dios que haya cursado la mujer.
Por tanto, no hay que tener ideas
preconcebidas. También estoy de
acuerdo con lo que ha expuesto
usted, Doctor Navarro: desconoce-
mos aún hoy la capacidad de la ne-
gación para reproducirse de un
embarazo a otro, y sin embargo es
un elemento capital que hay que
tener en cuenta si queremos pre-
venir las situaciones más graves.
En lo que a mí se refiere, yo había
adoptado una posición muy prag-
mática frente al centenar de muje-
res – como mínimo – de cuyo
seguimiento me ocupé durante su
negación del embarazo: no “aban-
donaba” a ninguna hasta que no
tenía la certeza de que un profesio-
nal de su confianza la seguiría en
el terreno de la contracepción y
que ella podía consultarle con re-
gularidad. De no ser así, hay efec-
tivamente un riesgo de repetición.
Mi tercer punto es relativo a las
consecuencias sobre el futuro del
hijo. Hay maternidades imposibles,
y algunas mujeres deciden dar a su
hijo en adopción. Lamento que
este gesto sea calificado como
“abandono”. Cuando una mujer
decide dar un hijo en adopción, de-
23
Negación del embarazo
beríamos utilizar otra palabra, por-
que es muy diferente de un “aban-
dono” en sentido propio.
Doctor Jacques Dayan: En primer
lugar, quisiera rendir homenaje a
Catherine Bonnet. Sus estudios
sobre la negación del embarazo
fueron pioneros y muy importantes,
al menos en Francia. Fueron una re-
ferencia para mí cuando empecé a
investigar sobre este tema hace
cerca de 20 años. Por otra parte
quisiera decir algo que está más re-
lacionado con el factor humano
que con el corpus científico al que
nos referimos, y es que existe una
manera de abordar el ser humano,
que hay una capacidad de dudar de
sí mismo, dudar de sus propios co-
nocimientos, tomar distancias
frente al consenso, que es muy im-
portante en la negación del emba-
razo porque, efectivamente, ésta
última siempre chocará al ser hu-
mano. Hay una corriente en las
neurociencias que está dispuesta a
admitir que la negación del emba-
razo puede existir y ser incons-
ciente – aunque no sabemos
exactamente si este término recu-
bre también el inconsciente analí-
tico – que intenta investigar lo que
realmente sucede con el método
de la imagen funcional u otros. Yo
sigo siendo analista pero me inte-
reso por las neurociencias – quizás
no convendría afirmarlo en una
conferencia de carácter científico –
y creo que ciertos factores huma-
nos – es decir el concepto que uno
tiene del hombre, del lugar que uno
mismo ocupa – te impulsan a ser
neurocientífico, recurrir a la imagen
funcional y aceptar el hecho de que
la negación del embarazo existe.
Por el contrario, ciertas concepcio-
nes filosóficas a priori pueden im-
pulsarte a no querer ver lo que
tienes ante la vista.
Pregunta del público: En sus aspec-
tos clínicos, ¿qué diferencias ha
observado entre la negación total
24
del embarazo y el neonaticidio?
¿Cómo se pasa de uno a otro?
Doctor Félix Navarro: Como ha mos-
trado en su destacada ponencia el
Privat-Dozent Wessel, lo primero
que se puede afirmar a este res-
pecto es que, en la negación del
embarazo, incluso en la negación
total, el neonaticidio no es fre-
cuente. Ello va en contra de lo que
suponen muchos, incluso entre
profesionales, pero se trata de un
hecho claramente demostrado,
como está también claramente de-
mostrado que toda muerte de un
neonato no es el resultado de un
acto asesino. En efecto, si conside-
ramos el conjunto de casos de ne-
gación total que acaban en el
fallecimiento del neonato, hay que
señalar al menos tres grandes cau-
sas. La primera la constituyen las
complicaciones, a veces mortales,
relacionadas con el propio parto.
Basta con ver lo que sucede en los
países en vías de desarrollo (o pen-
sar en lo que sucedía en Occidente
hace, por ejemplo, dos o tres si-
glos) para constatar que los acci-
dentes del parto representan una
tasa de fallecimientos significativa.
Los bebés que nacen en el marco
de una negación total, fuera de un
entorno medicalizado, se encuen-
tran en una situación próxima a la
del tercer mundo y están expues-
tos a los mismos riesgos de muerte
– con un factor agravante: que el
nacimiento puede producirse en la
más absoluta soledad, lo cual es
poco frecuente incluso en el tercer
mundo. No podemos hablar de
neonaticidio en este primer caso.
La segunda causa es la incapaci-
dad de la madre para proporcionar
a su hijo los cuidados que la situa-
ción exige (cortar el cordón umbili-
cal, proteger al neonato contra la
hipotermia…). La razón está en la
sideración que provoca en ella este
nacimiento inesperado. Tampoco
en este caso podemos hablar de
neonaticidio. Finalmente, la tercera
gran posibilidad es la del neonati-
cidio, o sea la realización de un
gesto – lo que los juristas llaman,
creo, un “gesto positivo”. Creo que,
muy a menudo, se trata de un
gesto muy fuerte, muy violento y
muy irreflexivo (lanzar al neonato
por la ventana, estrangularlo, rom-
perle la cabeza…), lo mismo que se
observa en ciertos episodios psicó-
ticos. Si intentamos dar algunas ci-
fras – se trata de una apreciación
personal, a partir de los casos que
he podido observar, y no de un es-
tudio epidemiológico -, creo que el
neonaticidio representa como má-
ximo la mitad de los casos en los
que el bebé, por desgracia, muere
tras una negación total del emba-
razo. Si tomamos el estudio epide-
miológico del Privat-Dozent Wessel,
quien estima que los casos de ne-
gaciones totales en Francia repre-
sentan cerca de 320 al año, de los
cuales 80 son nacimientos fuera
de una estructura medicalizada, y
si cruzamos esos datos con las si-
tuaciones que la AFRDG ha reco-
gido hasta ahora – aunque no son
exhaustivas – podemos estimar
que en torno a un bebé al mes
muere como consecuencia de una
negación total del embarazo, lo
que representa de diez a doce al
año. Si mis estimaciones son co-
rrectas, 4, 5 o 6 de esos bebés su-
frirían un neonaticidio y las demás
muertes se deberían directamente
a las otras dos causas. Estos datos
permiten delimitar el terreno y afir-
mar que vincular de forma sistemá-
tica la negación del embarazo y el
neonaticidio constituye una idea
particularmente errónea. Cedo

ahora la palabra al Doctor Dayan
para que aborde el tema desde la
perspectiva de su especialidad.
Doctor Jacques Dayan: Todos los par-
tos son casos particulares, incluso
cuando se producen en condicio-
nes normales, cuando la mujer se
alegra del nacimiento del niño,
cuando ha esperado a ese hijo du-
rante todo el tiempo del embarazo.
Durante toda mi carrera profesio-
nal, incluso en los casos de emba-
razos voluntarios y deseados, me
he topado con partos difíciles. En
los casos de negación del emba-
razo, cuando las mujeres no saben
en absoluto que están embaraza-
das, cuando el niño aparece de re-
pente, cuando ellas se encuentran
totalmente solas ante esta situa-
ción ¿qué pueden hacer? Se trata
de dos situaciones radicalmente di-
ferentes. Cuando la mujer sabe,
desde hace 10 o 20 semanas, que
está embarazada, a veces tiene la
intención de matar al niño en el mo-
mento en que nazca. Es una situa-
ción muy diferente a cuando el niño
aparece súbitamente: la mujer no
está en disposición de reaccionar
de manera adecuada, no consigue
reaccionar frente a esta situación.
Pregunta del público –
Doctor Buisonet, psiquiatra: Hay tan-
tas cosas apasionantes en torno a
la negación del embarazo… Qui-
siera referirme a las investigacio-
nes realizadas por el Profesor Jens
Wessel, ya constituye el estudio
más conocido sobre la negación
del embarazo, para subrayar que –
con la treintena de casos que des-
carta por ser disimulaciones y no
negaciones del embarazo – tam-
bién constituye el estudio más im-
portante sobre la disimulación.
Relacionándolo con lo que acaba
de decirnos la Doctora Godeau,
quisiera preguntar al señor Wessel
si, cuando estudió esta segunda
población, encontró ciertas dife-
rencias con la primera, en relación
a la edad de las mujeres implica-
das, por ejemplo. ¿Hay más ado-
lescentes? Existen diferencias
importantes entre la población de
mujeres que presentan negación
del embarazo y las que son más
bien casos de disimulación?
Privat-Dozent Jens Wessel: En reali-
dad, no hay mucha diferencia entre
las dos poblaciones, en cuanto a
los factores sociodemográficos es-
tudiados, son casi similares. Apro-
vecho la ocasión para volver
brevemente sobre el neonaticidio y
la negación del embarazo. Contra-
riamente a lo que algunos han afir-
mado durante mucho tiempo, el
vínculo entre los dos es tenue. Por
el contrario, la negación del emba-
razo, como se ha dicho esta ma-
ñana, puede ser un gesto de total
protección. Estoy pensando en una
mujer que tenía un asma muy grave
y deseaba tener un hijo. El padre de
esta mujer murió de asma y todos
los médicos prohibieron a la mujer
quedarse embarazada. Ella misma
estaba muy, muy preocupada a la
idea de morir, como su padre, de
una crisis asmática. La mujer pre-
sentó una negación del embarazo.
Si hubiera sabido que estaba em-
barazada, se hubiera sometido con
toda seguridad a una interrupción
voluntaria del embarazo. Final-
mente, la única solución que tenía
esta mujer para desarrollar un em-
Negación del embarazo
barazo era, en cierta manera, no
sabiéndolo. Durante el parto, tomó
consciencia de que estaba embara-
zada y fue la primera vez en su vida
en la que no pensaba en su asma.
Fue para ella un momento real-
mente maravilloso.
Pregunta del público: En todo lo que
se ha dicho se ha hablado mucho
de la mujer en situación de nega-
ción del embarazo. Me gustaría
saber cuál es la función de su pa-
reja en un momento determinado –
excepto en el caso de violación, etc.
– tanto al reconocerlo como en el
seguimiento posterior de la mujer,
porque, generalmente, la concep-
ción de un niño es cosa de dos.
Doctor Félix Navarro: Por lo que he
visto, debo decir en primer lugar que
se pueden dar las situaciones más
diversas: algunas mujeres no tienen
pareja estable, otras sí la tienen,
como las mujeres que llevan mu-
chos años casadas, con todas las de
la ley, etc. Como señala el estudio
del Privat-Dozent Wessel, la mayoría
de ellas, en cuanto llegan a cierta
edad, mantienen una relación esta-
ble. Probablemente, la distribución
de las diversas configuraciones es
idéntica a la que podemos observar
en la población general. Lo segundo
que puedo decir es que tenemos
muy poco contacto con la pareja, in-
cluso cuando se trata de pareja es-
table. A veces podemos contactar
con ellos por teléfono, pero acuden
poco a nuestras reuniones de discu-
sión o a las entrevistas individuales.
En los pocos casos en los que he te-
nido contacto directo con el cón-
yuge, he podido constatar que
generalmente se plantea dos
grandes preguntas: “¿Ella me ha en-
gañado?” y “¿Estoy loco?”. La nega-
ción del embarazo, sobre todo
cuando es total o muy prolongada,
es increíble para la mujer, pero no lo
es menos para la pareja. A veces, en
una pareja estable, las relaciones
sexuales se mantienen hasta la vís-
25
Negación del embarazo
pera del parto… y el caballero no
nota nada. Cuando pasa la sorpresa
inicial, las reacciones masculinas
son muy variadas: algunas parejas
siguen siendo sólidas, algunas in-
cluso más que antes; a veces, cier-
tas parejas que no parecían muy
fuertes se recuperan; y otras parejas
explotan. Algunos hombres incluso
llegan a afirmar: “Me ha robado su
embarazo”. Pero todo eso no parece
relacionado con la edad.
Doctor Jacques Dayan: Quisiera apor-
tar algunos elementos que son más
bien preguntas. No sé muy bien
cómo, pero usted ha dicho “Ella me
ha engañado”. Lo que quiero decir
es bastante complejo, porque en-
laza con otras cosas que ahora co-
nocemos mejor. Por ejemplo,
ustedes saben que tenemos una
teoría – que es la teoría dominante
– que afirma que las emociones son
innatas. Por otra parte, se producen
muchas reflexiones y ponencias
sobre la empatía, digamos desde
hace 7-8 años. De todo eso pode-
mos concluir que transmitimos al
exterior un mensaje implícito muy
potente, que está vinculado a nues-
tra propia representación mental. O
sea que, en cierta manera, la madre
que no sabe que está embarazada
va a proyectar su negación por su
propia actitud. Algunos hombres se
sienten perturbados y hundidos
26
cuando saben que su mujer ha te-
nido una negación total del emba-
razo. Una de las razones, de la que
cada vez somos más conscientes es
la potencia de los mensajes implíci-
tos corporales, es decir de los enig-
máticos mensajes que enviamos
continuamente. Esos mensajes in-
ducen a error al marido, al igual que
pueden hacerlo con el médico. Hay
muchos casos de médicos genera-
listas engañados por completo, con
historias inverosímiles. Podríamos
dedicarle otra ponencia, ya que no
faltan ejemplos. Todos demuestran
lo potente que es el mensaje y hasta
qué punto esos médicos han errado
en sus diagnósticos. Al contrario,
también tenemos otros elementos
que pueden articular una res-
puesta. De hecho, sólo me di cuenta
de ello cuando recibí en terapia a
mujeres implicadas en una nega-
ción del embarazo. Al principio no
fui en absoluto consciente de ello,
porque se requiere tiempo. Ellas
toman consciencia de la negación
poco a poco, incluso pueden recor-
dar fragmentos de ciertos mecanis-
mos y en bastantes casos, a
posteriori, se puede afirmar que
ellas señalaron algo al marido, de la
misma manera que en otros casos
el marido les señala algo… que ellas
niegan. Hay pruebas de que emer-
gen momentos de consciencia, pro-
cedentes tanto del marido como de
la propia mujer – por ejemplo,
cuando provenía de la mujer, podía
decir: “Cariño, creo que estoy emba-
razada” y el marido podía contestar:
“No digas tonterías”, e inversa-
mente. Hay algo que está vinculado
con una contextualización implícita
de lo que uno representa. Por ejem-
plo, aquí, la mayoría de nosotros
vamos vestidos como lo haría gente
que acude a un congreso sobre la
negación del embarazo. Nos encon-
tramos así con abundante comuni-
cación implícita que transmitimos al
otro y que a menudo induce a error
a uno u otro. Al final, es una decep-
ción bastante dolorosa.
Pregunta del público: ¿La función del
padre no sería proteger el emba-
razo?
Doctor Jacques Dayan: Se trataría, en-
tonces, de un segundo grado. El
Profesor Wessel ha señalado, me-
diante un ejemplo, no una demos-
tración, pero un ejemplo con un
gran poder ilustrativo, hasta qué
punto la negación puede proteger el
embarazo. Así que me es muy difícil
decir cuál es el papel del varón, por-
que creo que hay muchas posibili-
dades y la que usted menciona
puede ser una de esas posibilida-
des. Pero también puede pasar lo
contrario: que la actitud del hombre
induzca o al menos facilite – porque
en realidad nunca induce per se- la
negación del embarazo en la mujer.
Es el problema que presenta la
complejidad, cuando uno intenta
analizar un proceso dinámico rela-
cionado con el historial de la pa-
ciente, su infancia, sus mecanismos
habituales de defensa, pero tam-
bién la relación que mantiene con
su propio cuerpo y con su entorno.
Por lo tanto, todo es posible.
Intervención del público – Doctor
Michel Libert, psiquiatra infantil:
Para ilustrar estos temas, tanto en
el terreno generacional como en lo
que se ha dicho sobre la comunica-
ción implícita: actualmente hago el

seguimiento de una mujer joven
que tuvo un episodio de negación
del embarazo hace 5 meses. Pri-
mero pensó en un parto anónimo y,
al cabo de 48 horas, se había enca-
riñado de su hijo y decidió guar-
darlo. El seguimiento se hace con
regularidad y la cuestión del padre
vuelve de forma insistente: “No
quiero que el padre sepa nada de
este parto porque dirá que no es po-
sible, que me he equivocado, etc.”
Su familia intentaba convencerla de
que era conveniente avisar al
padre… y al cabo de 5 meses, el
padre llama al domicilio de la tía
que alojaba a la madre. Oye al bebé
y le dice a la tía: “¡Hay un bebé en
su casa!”. Asustada, le pasa el telé-
fono a la madre. Esta se espera a
un drama, y le dice: “¡Pues claro que
hay un bebé!” Él le pregunta: “¿Pero
de quién es?” Ella contesta: “Es
tuyo… ¿No dices nada? ¿No estás
enfadado?” Y él: “Pues no. Yo tam-
bién nací de una negación de em-
barazo”. Como vemos, todo sucedió
sin problemas, pero esta vez por
parte del padre. Los otros casos con
incidencias entre generaciones es
más bien la madre del bebé, a su
vez hija, la que ha tenido una nega-
ción del embarazo y que también
nació de una negación del emba-
razo de su madre.
Pregunta del público: A mí me llamó la
atención lo que dijo Emmanuelle Go-
deau sobre la existencia de agresión
sexual en los embarazos precoces y
en las negaciones del embarazo
que se producen entre las chicas
muy jóvenes. Quisiera saber si hay
indicaciones para que se busque de
forma sistemática, en caso de nega-
ción del embarazo entre las chicas
jóvenes, los casos de incestos, agre-
siones, violencias…
Doctora Emmanuelle Godeau: En el
estado actual de la cuestión no
puedo darle realmente una res-
puesta. Lo que sí se ha demos-
trado son los vínculos entre la
violencia y el hecho que la mujer
esté dominada por un cónyuge de
mayor edad. Con frecuencia, es el
caso de las chicas muy jóvenes, las
que tienen relaciones sexuales
muy precoces. Pero en este terreno
no parece que haya nada particu-
lar en las que tienen una negación
del embarazo – ni que estén domi-
nadas con mayor frecuencia ni que
no lo estén. A ello hay que añadir
que nuestra muestra suele ser de-
masiado pequeña para que se
pueda sacar conclusiones seguras.
Pregunta del público – Doctora
Catherine Bonnet: Quisiera añadir
algo a este punto. En mis primeras
publicaciones, en particular las
muy tempranas, había establecido
el vínculo entre los traumatismos
sexuales y la negación del emba-
razo. Esa afirmación tuvo muy
mala acogida, pero estoy conven-
cida de que, en efecto, hay que
plantearse la pregunta. En estos
18 últimos meses, he participado
en la redacción de las recomenda-
ciones de la Alta Autoridad en el
campo de la sanidad, titulada: “Los
diversos maltratos sexuales: cómo
descubrirlos y comunicarlos”. Esta
guía recomienda considerar efecti-
vamente la negación del embarazo
como un posible indicador.
Doctor Félix Navarro: Sobre este
punto, creo que el tema todavía
está totalmente abierto, y que con-
viene no adoptar una posición re-
ductora. Como señala muy
acertadamente el Profesor Israel
Nisand, es difícil reducir el fenó-
meno de la negación del embarazo.
Creo que hay que seguir todas las
pistas, porque no estoy seguro de
que sepamos lo suficiente como
para sacar concusiones definitivas.
No sé si también es su opinión,
Señor Dayan. Me parece que está
usted reflexionando sobre el tema.
Doctor Jacques Dayan: Es una cues-
tión muy difícil. Sobre el tema de la
negación del embarazo y de los
Negación del embarazo
neonaticidios, Catherine Bonnet
había subrayado la frecuencia de
los abusos sexuales. No se volvió a
hablar de ello, y pocos estudios per-
miten confirmar que sea exacto. La
cuestión queda realmente en el
aire. En general, lo que se puede
afirmar de la negación del emba-
razo, lo que constituye uno de sus
elementos más activos es la rela-
ción de la persona con su propio
cuerpo, con su sexualidad, con su
afiliación. De todas formas, es
cierto que eso interviene, al menos
en el terreno de las representacio-
nes. Volviendo al tema planteado,
no disponemos de estudios que
permitan concluir. Por tanto, está
dentro del terreno de lo posible,
pero no podemos decir nada más.
Hacemos un llamamiento para que
se financien y se realicen estudios
más completos, que permitirían es-
tudiar este factor entre otros.
Intervención del público – Doctor Oguz
Omay, psiquiatra: Aprovecho los
pocos segundos que quedan para
señalar que los Señores Navarro y
Wessel intervendrán en un coloquio
muy importante, el de la Sociedad
Marcé, en noviembre, en París. Será
la primera vez en que el problema
de la negación del embarazo será
abordado por esta sociedad cientí-
fica internacional. Aquellos a los que
les interesa el preprograma de las
jornadas y su posible participación
encontrarán la documentación en la
secretaría de este coloquio.
Doctor Lelu: Señoras y señores,
agradezco a los ponentes de esta
mañana que hayan respetado es-
crupulosamente el tiempo que se
les ha impartido. Es muy destaca-
ble y poco frecuente en los colo-
quios, aunque no en los que
organiza la AFRDG. Así pues, gra-
cias a todos los ponentes, en nom-
bre de todos, pero también en el
mío propio. Y les recuerdo que las
sesiones se reanudarán a las
14,30 de la tarde.
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