Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
espacio en las interacciones sociales y culturales. Esta disciplina se enfoca en cómo las personas
utilizan el espacio y la distancia interpersonal en diferentes situaciones y contextos culturales.
El concepto de proxémica fue desarrollado por el antropólogo Edward T. Hall en la década de 1960
y se ha convertido en un área de estudio importante en la comunicación no verbal y en la
antropología cultural. La proxémica se divide en cuatro niveles principales de distancia: íntima,
personal, social y pública. Cada nivel de distancia se refiere a la cantidad de espacio que se
mantiene entre las personas en una interacción social.
La proxémica también se ocupa del uso de objetos y del entorno físico en las interacciones
sociales. Los objetos y el entorno pueden utilizarse para controlar el espacio y la distancia entre las
personas, y para transmitir mensajes no verbales.
En una reunión de negocios, la distancia interpersonal utilizada puede transmitir un mensaje. Por
ejemplo, si el jefe se sienta en una mesa alejada del resto de los trabajadores, puede indicar una
jerarquía clara entre él y el resto de la empresa.
En una iglesia o en una sala de conciertos, las filas de sillas están dispuestas de tal manera que
respetan una distancia social que permite a los asistentes tener su propio espacio personal, pero
también estar lo suficientemente cerca para experimentar el evento de manera colectiva.
En una discoteca, la proxémica puede ser muy importante. Si una persona quiere bailar con otra,
acercarse demasiado puede resultar intimidante. La distancia personal es crucial en esta situación,
y es importante que la persona se acerque gradualmente.
En una entrevista de trabajo, la distancia personal utilizada por el entrevistador puede ser
indicativa de la relación que está dispuesto a tener con el entrevistado. Si se sienta a una distancia
demasiado cercana, puede generar incomodidad. Si se sienta demasiado lejos, puede generar una
sensación de desinterés.
Tonos de voz: Un orador que utiliza un tono de voz alto y agudo puede indicar que está
emocionado o ansioso, mientras que un tono de voz bajo y monótono puede indicar aburrimiento
o desinterés.
Entonación: La entonación se refiere a los cambios en la inflexión de la voz. Por ejemplo, una
pregunta puede indicar un cambio de tono al final de la oración, lo que indica que la oración es
una pregunta.
Ritmo y velocidad: El ritmo y la velocidad a los que habla una persona pueden indicar si están
nerviosos, ansiosos o emocionados. Hablar más rápido de lo habitual puede indicar ansiedad o
emoción, mientras que hablar más lentamente puede indicar una falta de interés o aburrimiento.
Lenguaje corporal: Los gestos, expresiones faciales, posturas y movimientos corporales también
pueden ser paralingüísticos. Por ejemplo, cruzar los brazos puede indicar defensa o falta de
apertura, mientras que inclinarse hacia adelante puede indicar interés o entusiasmo.
Silencio: El silencio también puede ser un elemento paralingüístico. Por ejemplo, un silencio
prolongado después de una pregunta puede indicar incomodidad o que la pregunta fue
inapropiada.