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CAPITAL INTELECTUAL

lo podemos definir como el conjunto de activos intangibles de una organización que, pese a no
estar reflejados en los estados contables tradicionales, en la actualidad genera valor o tiene
potencial de generarlo en el futuro. A raíz de esto, sostienen que, si se promueve la generación
de sistemas, transferencia de conocimiento, que son fuentes de ventaja competitiva sostenible
se tendrá un mejor desempeño de los negocios. Desde otra perspectiva, indican que las tres
dimensiones están interrelacionadas y operan de manera colaborativa o interactiva para
constituir una base sólida influyendo en la posición de valor de la empresa.

La integración de conocimientos, actitudes y habilidades de los colaboradores es la sangre que


corre por las venas en cualquier tipo de organización, y es un elemento que cada día cobran
una importancia sustantiva para lograr el éxito (Aguilasocho et al., 2015). Con relación a esto,
se puede decir que el Capital Intelectual es altamente importante en el desempeño ya que sea
cual sea el tipo de organización, el conocimiento siempre estará presente.

1. Dar lugar al diálogo: Al abrirse al diálogo, se está promoviendo el interés de los


colaboradores por la compañía, y a su vez, generando en ellos la motivación para pensar en
diversas maneras de solucionar un problema o de mejorar los procesos. Es en ese punto donde
el capital intelectual comienza a incrementarse.

2. Invertir en capacitación: Ofrecer becas a tus colaboradores es un importante motor para


generar el capital intelectual de la compañía. Cuanto mejor capacitados estén tus empleados
mayores será la posibilidad de desarrollar ideas innovadoras; ideas que en el mediano plazo
pueden transformarse en capital

3. Construir espacios para la creatividad: Crear un espacio dentro de la empresa que estimule
los sentidos de tus colaboradores ayudará a despertar en ellos nuevas ideas que pueden llegar
a ser la diferenciación entre tu compañía y la competencia.

4. Promueve el trabajo grupal: Intercambiar ideas donde que sugieren mejoras en los
procesos, ideas para patentes, soluciones a problemas dentro de la compañía, un mayor
compromiso y sentido de pertenencia hacia la empresa, así como una mejor integración de los
equipos de trabajo.

5. Aplica el conocimiento generado: hacer uso de tus habilidades directivas y estratégicas para
comenzar a capitalizar el capital intelectual dentro de la organización.

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