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Los símbolos patrios tienen una esencia unitaria

que nadie debe olvidar


28/07/2022 Desde tiempos inmemoriales, el símbolo tiene gran importancia en la vida de los hombres y las
sociedades y los Estados necesitan expresiones convencionales que los identifiquen y singularicen en su
relación con otros Estados. En el mundo de la simbología, las cumbres más altas son la religión y la Patria y
esta última tiene como símbolos a la Bandera Nacional, el Escudo y el Himno Nacional, afirma el coronel
Froilán Mesía Marino, director de la Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú.
Sostiene que la insignia, las condecoraciones, el distintivo de una sociedad o de una corporación, el
uniforme militar, el hábito religioso, o los emblemas políticos, tienen esta naturaleza simbólica.

"Los símbolos significan la figura por medio de la cual se designa una realidad, en este caso la Patria.
La Nación peruana es la agrupación humana a la cual pertenecemos con diversos matices culturales y
regionales. El Estado es su expresión jurídica. Nación y Estado son dos ideas indesligables en cualquier
realidad geográfica continental".

El oficial asegura que los símbolos nacionales que identifican a todos los peruanos tienen una
esencialidad unitaria y deben estar por encima de todo. "Recogen la herencia del pasado, las vivencias
del presente y los proyectos del futuro. Son vínculos insustituibles de Unidad Nacional", enfatiza.

LA BANDERA NACIONAL
Para el coronel Mesía la bandera constituye el máximo símbolo de la Patria y por el hecho de ser su
imagen, resume en sus colores, en sus franjas y en sus pliegues, el alma colectiva y por eso es objeto de
respeto y veneración. "Es vínculo de unidad nacional, capaz de infundir sentimientos colectivos, en
ocasiones triunfales o en momentos de infortunio, pero es además un símbolo en las campañas de
integración nacional, sudario para los caídos en el campo de batalla, blasón de justicia y juramento de
esperanza".

"Idealmente se le defiende con ardor en la guerra y cualquier vejamen a ella se toma como ofensa a todo el
país. Allí radica su carácter de símbolo, en su capacidad de concretar lo singular como propio de todos los
habitantes de la colectividad nacional. Siendo emblema de la Patria, personifica su honor, su soberanía e
integridad".

Confeccionada en tela de seda llana, es de forma rectangular, compuesta de tres franjas de igual
ancho, una blanca al centro y dos rojas a los extremos. Refiere que no lleva escudo alguno y se une
a la asta del lado de una de las franjas rojas con cintas de color rojo o una driza de color blanco. Sus
dimensiones son variables, dependiendo del lugar y acto en que se utilice, pero en todos los casos
deben guardar la proporción de tres para el largo y dos para el ancho.

El General José de San Martín, Libertador y Protector del Perú fue quien estableció los colores rojo
y blanco de la Bandera Nacional. Conocedor de la heráldica e inspirado en el proceso de la
emancipación, ideó en Pisco, pocos días después de su desembarco en la Bahía de Paracas, el 21 de
octubre de 1820, la bandera, el escudo y la escarapela nacionales, símbolos que posteriormente
fueron variando de diseño y forma habiendo permanecido, hasta nuestros días, los mismos colores
rojo y blanco de la primera bandera con la que San Martín proclamara la Independencia del Perú.

"Sobre el origen de los colores de la bandera ideada por San Martín, existen numerosas tradiciones
orales. Sin embargo, no existe documentación alguna que las confirme; además, el Libertador nunca
expuso las razones que tuvo para elegir los colores y ordenar la confección de la bandera en la
forma que lo hizo", señala Mesía.

Para el historiador Mariano Paz Soldán, San Martín quiso tomar de los dos países originarios del
Ejército Libertador, Argentina y Chile, el blanco y el rojo de sus respectivas banderas para formar la
del Perú. Otros sostienen que son los colores de los flamencos, que volaban sobre la escuadra al
momento del desembarco en Paracas, lo que habría inspirado al Libertador.

También se dice que la bandera del Perú es dos veces roja, porque rojo fue el color simbólico de
guerra de los Incas y rojo fue también el pendón de Castilla.

"Sus colores tienen un significado. El blanco de su faja central simboliza la pureza de sentimientos,
que en cotejo alegórico pudiera ser semejante a la pureza de la blancura de las nieves andinas;
simboliza, además, la conquista de la libertad y también representa la paz y la justicia social
anhelada por toda sociedad humana. El rojo de sus fajas laterales simboliza la sangre generosa de
nuestros héroes y mártires vertida para legar a las generaciones futuras la soberanía".

En cuanto a su uso, sostiene que es obligatorio en los días de Fiestas Patrias o cuando se ordene por
ley o decreto especial, en todos los edificios, casas, campamentos, embarcaciones. "La Bandera
Nacional se iza en los días en que su uso es obligatorio, con unción y respeto", señala.

ESCUDO NACIONAL
Cada elemento que compone nuestro escudo nacional ha sido cuidadosamente elegido,
tomando en cuenta su significado, señala el coronel Froilán Mesía.
"Es de forma romana y de líneas simétricas. Está dividido en tres campos: uno azul celeste, al lado
superior derecho donde aparece una vicuña mirando al interior; otro blanco, a su izquierda lleva el
árbol de la quina; y otro rojo, más grande que los anteriores y debajo de ellos, que presenta una
cornucopia dorada que derrama monedas doradas".
En la parte superior hay una corona cívica cerrada de encina y abrazados al escudo y unidos en la parte
inferior de este, el escudo lleva a cada lado, una bandera y en la parte superior, un estandarte, ambos con los
colores nacionales.

La vicuña, el árbol de la quina y la cornucopia -sostiene- significan las riquezas del Perú en los tres reinos de
la naturaleza; expresan su condición de país privilegiado por su fauna y flora variada y por su gran riqueza
minera.

La vicuña es un camélido grácil que vive libre en las alturas andinas, que no soporta vivir en cautiverio.
"Entre otras cosas representa la voluntad de defender la libertad individual. La vicuña tiene también como
singular costumbre, la de conducir a sus hembras cuando el peligro acecha, no corre; por el contrario, lo
enfrenta, mientras permite que sus congéneres de otro sexo huyan y salven su vida. De otro lado, el
escenario que habita simboliza la altura que debe tener el pensamiento de los peruanos que quieren hacer
grande a su Patria".
En cuanto al árbol de la quina, que aparece en el campo de fondo blanco, Mesía reconoce que tiene
una clara vinculación con nuestro pasado histórico. "En 1630, de su corteza, se extrajo la quinina,
medicina que curó las fiebres de la esposa del Virrey Jerónimo Fernández de Cabrera, Conde de
Chinchón. Además de ser símbolo de riqueza vegetal, su calidad medicinal la asocia como curativa
del dolor humano y le otorga el simbolismo de magnanimidad, porque este árbol es de utilidad para
el restablecimiento de la salud".

La cornucopia representa la abundancia de recursos que tiene el Perú, los que deberán ser utilizados
de manera racional para el bienestar general de los peruanos. Según la legislación para el uso de los
símbolos patrios, la cornucopia debe derramar 25 monedas de oro, por el año de su aprobación
(1825). "Las monedas representan el resultado del trabajo transformado; y sobre todo que este
tesoro monetario se alcanza trabajando con tesón y honestidad cada metro del territorio nacional
para arrancarle al suelo y al subsuelo la riqueza que encierra".

En el caso de la corona cívica de encina, señala que representa el máximo galardón que la patria
otorga a nuestros héroes, próceres y mártires que sacrifican su vida por ella, mientras que las
banderas y estandartes destacan su contraste bicolor: la inmaculada blancura de las nieves que no las
mancha ningún agente de la naturaleza y la sangre siempre cálida y viva de los precursores de la
República y de quienes murieron por mantenerla libre de todo tutelaje.

El Himno Nacional es el emblema sonoro de la Patria. Así lo considera el director de la


Comisión Permanente de Historia del Ejército del Perú, Froilán Mesía.

"Adoptado al inicio de la República para perpetuar la heroica gesta del pueblo del Perú con la que se
logró romper el dominio español, su letra y música perenniza las ideas de los fundadores de la
República. Por ejemplo, en el juramento que la Patria al eterno elevó, en el propósito de ser libre por
siempre, así como en la promesa de no verla oprimida nunca más y el testimonio de los siglos para
cumplir ese voto sagrado".
Consta de un coro de cuatro versos y seis estrofas, cada una, de ocho
versos que traducen e interpretan el hecho social de la emancipación.
Algunos versos pueden estar exentos de serenidad, de elegancia, pero
estos responden a la turbulencia de la época. "Tienen el desorden y la
exaltación de entonces y expresa el entusiasmo de las huestes patriotas
y el valor, la fuerza y el idealismo de los libertadores".

El coronel Mesía hace referencia al crítico Luis Guzmán cuando señala


que "Alcedo supo amalgamar, con equilibrio, compases de decisiva
victoria con melancólicos acentos de un pueblo tanto tiempo sojuzgado,
sin caer en excesos de expresión, posiblemente gracias a su formación
claustral".

También alude al discurso del ministro de Educación, J. Matos León del


28 de Julio de 1929, con ocasión del traslado de los restos de los autores
del Himno al Panteón de los Próceres, quien sostuvo que "el coro se
inicia con ritmo vivo e impetuoso, a manera de sordo rugido del valor
para convertirse por encanto en el eco gozoso de la victoria; sus notas
vibran admirables y caen gota a gota sobre los sentidos, produciendo
sonidos conmovedores de dulce embriaguez".

El historiador resalta el hecho de que nuestro himno esté considerado


como uno de los más bellos del mundo por su melodía marcial y vibrante
y por la expresividad de sus versos, particularmente del coro. Afirma,
además, que personalidades de distintos países expresaron su
admiración por nuestra canción nacional.

El tribuno y político español Emilio Castelar señalaba: "Bien valió la pena


de haber luchado por su independencia bajo la unción mística de un
himno cantado para Dios", o la del general Pablo Clement, miembro de la
misión militar francesa que reorganizó el Ejército en 1896: "Después de
la Marsellesa, es el único himno que me ha hecho sacudir el corazón y
humedecer las pestañas"; o la del notable escritor español Jacinto
Benavente cuando dijo: "Por Dios, qué melodía hecha para héroes
indómitos".

"Son pocos los himnos que describen con tanta fidelidad la gesta heroica
de un pueblo para alcanzar su libertad y estas expresiones de
reconocimiento hacen justicia a sus autores" señala Mesía.

Agrega que, siendo una joya histórica, debe conservar su integridad y el


carácter que le imprimieron sus autores y el propio pueblo peruano,
recogiendo el mensaje de los fundadores de la República.

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