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DATOS DEL AUTOR

Nombre del
alumno: Itzel Garrido Ruiz
Edad: 14 años
Grado escolar: Tercer grado
Seudónimo Monkey Morgan
Título: “Símbolos Patrios identidad de los mexicanos”
Forma literaria: Ensayo
Grupo en el que Secundaria General
participa:
Domicilio: Calle: Lago mayor Núm. 79 Col. Agua Azul, C. P. 57500
Ciudad Nezahualcóyotl, Edo. de México.
Teléfono:
Correo: garridoruizitzel@gmail.com

DATOS DE LA ESCUELA

Nombre: “Dr. Jaime Torres Bodet”


Clave del centro 15DES0094X
de trabajo:
Modalidad Secundaria General
Domicilio Calle Laguna de Tamiahua s/n Col. Agua Azul C.P.
completo 57500 Ciudad Nezahualcóyotl, Estado de México.
Teléfono: 5557360549
Correo electrónico: jaime_torres26@hotmail.com

DATOS DEL PROFESOR

Nombre: Margarita Zicatl Cerros


RFC ZICM620126A52
“Morir es nada cuando por la patria se muere”
José Ma. Morelos y Pavón.

Símbolos Patrios como identidad de los mexicanos


Monkey Morgan

La historia de México se ha forjado a través de mitos, leyendas y luchas armadas en las


que han combatido hombres y mujeres valientes que ofrendaron su vida a la Patria para
heredarnos una nación libre y soberana.
Gracias a ellos, los que hoy poblamos este amplio y vasto territorio contamos con una
cultura, una historia, principios y valores que nos identifican en el contexto mundial y se
resumen en tres elementos de gran valor a los que llamamos ¨Símbolos Patrios”.
Tengamos siempre presente que estos son la máxima expresión de gloria y entusiasmo
con la que cada nación se identifica, dado que, simbolizan la libertad, la unidad y son el
emblema de nuestra historia, así como la esperanza de un futuro mejor.
La Bandera, el Escudo y el Himno Nacional surgieron en momentos y circunstancias
distintas, pero todo ello enmarcado por acontecimientos que dejaron huella en la vida de
los mexicanos. Por lo tanto, es de suma importancia que conozcamos el origen y
antecedentes de cada uno de ellos.
La Bandera Nacional, une tres tradiciones. La indígena, la hispánica y virreinal, así como
la liberal. Con respecto a la indígena, sus antecedentes se remontan a la época
prehispánica, estos se pueden encontrar en los tres señoríos Purépecha, en los que se
narra que Tangaxoan soberano del reino de Tzintzuntzan, tomó como emblema el verde
al observar el bello plumaje del Tsihum colibrí, del cual proviene el nombre de su señorío.
En tanto Huquingari, rey de Pátzcuaro, escogió el blanco como distintivo al observar una
parvada de gaviotas que solían revolotear en el lago frente a su real mansión y por último
Hirepan, quien asumió el trono de Kuyucan, eligió el rojo, pues se sentía atraído por el
plumaje y exóticos colores de las guacamayas.
Tanto Tangaxoan, como Hiquingarí e Hirepan utilizaron los colores para plasmarlos en
sus estandartes y de esta manera identificar sus ejércitos que dirigían separadamente en
la guerra contra sus enemigos; hasta aquí en lo que corresponde a nuestro pasado
indígena.
Posteriormente llegaría Miguel Hidalgo y Costilla el padre de la Patria que, como profundo
conocedor de la mentalidad indígena, tomó como bandera el estandarte que contenía la
imagen de la virgen de Guadalupe para abanderar su movimiento y de esta manera
convocar a sus adeptos a unirse a su causa.
A la muerte de Hidalgo José Ma. Morelos y Pavón asumirá el mando haciendo ondear una
bandera de seda blanca en la que por primera vez apareció el nopal y de él emergiendo
un águila con corona imperial y las alas desplegadas.
Al término de esta lucha, se llevó a cabo la confección de la bandera de las tres garantías
plasmando en ella el águila sobre el nopal de la insignia de Morelos y los colores verde,
blanco y rojo del Ejército Trigarante.
Desde entonces hasta nuestros días, los colores de la bandera han representado: el
blanco la religión, el verde la independencia y el rojo la unión. Cabe señalar que de los
tres Símbolos Patrios es el que más modificaciones ha sufrido, especialmente en la forma
de representar el águila. Grande es la historia que encierra el surgimiento de este
emblema, pero lo realmente importante es que como mexicanos reconozcamos en ella la
herencia que nos legaron nuestros antepasados, la cual ha sido nutrida con la sangre, el
sacrificio, el valor, la inteligencia y el trabajo de cada mexicano que por ella ha luchado.
Como ejemplo, citaré la hazaña heroica de los niños héroes de Chapultepec un acto
donde se funde la leyenda con la realidad, pues según narra la historia fueron seis los
jóvenes cadetes que desobedecieron las órdenes del General Nicolas Bravo, cuando
vieron avanzar el ejército norteamericano y decidieron combatirlo. Juan Escutia protector
de la bandera, decidió lanzarse desde lo alto del castillo envuelto en ella para evitar que
fuera mancillada. Las páginas de la historia registran este hecho notable, sobre todo, por
el amor a la Patria que manifestaron estos jóvenes al no dudar en ofrendar su vida para
servirla; un acto heroico digno de ser valorado por quienes representamos la juventud de
este tiempo. Grabemos en nuestra mente y en nuestro corazón el verde, el blanco y el
rojo de nuestra bandera, pero sobre todo la fuerza que representa nuestro escudo
nacional.
Un emblema en el que se funde una vez más la leyenda con la realidad. La leyenda nace
a través del relato en el que se narra la salida del pueblo mexica desde un lugar llamado
Aztlán, conocido también como “Lugar de las garzas” se dice que guiados por
Hutzilopochtli y acompañados por Tenoch partieron en busca de la tierra prometida para
fundar la gran Tenochtitlan; después de muchos años de peregrinar Tenoch observó la
señal , que consistía en el nopal sobre el cual se encontraba el águila devorando una
serpiente, visión que les había sido mostrada por Huitzilopochtli. Al darse este encuentro
se resumía la concepción del pueblo azteca, mexica, tenochca y con ello surgía uno más
de nuestros Símbolos Patrios. Que hoy en día da validez oficial a todo documento que
nos acredita como ciudadanos de este país dentro y fuera de él.
Es tan alto el valor de este símbolo, que por mandato constitucional cuando un presidente
de los Estados Unidos Mexicanos termina su periodo, debe pasar el poder al que a través
del voto fue electo para asumir esa responsabilidad y esto lo hace mediante la entrega de
la Banda Presidencial, en la cual se observa el verde el blanco y el rojo de la Bandera
Nacional y sobre ella plasmado el Escudo Nacional. A partir de ese momento el nuevo
mandatario deberá portarla en todos los actos oficiales que demanden de él, su
representación como jefe supremo de este país.
Es importante recordar que, según datos registrados en el Archivo General de la Nación,
durante los siglos XIX y XX el escudo nacional tuvo varias transformaciones y el diseño
actual es obra de los artistas Francisco Eppens Helguera y Pedro Moctezuma.
Sin embargo, aquí no termina la historia, ya que, toda nación debe tener también un canto
que la identifique, en el contexto mundial; grande es el orgullo que como mexicanos
debemos sentir al poseer uno de los himnos más hermosos del mundo, dicho canto es un
poema a la Patria, en el que se narran las hazañas de un pueblo fuerte y valeroso que
siempre ha estado dispuesto a luchar por sus más grandes ideales surgió de la pluma de
Francisco González Bocanegra y fue musicalizado por Jaime Nunó Roca.
El 12 de noviembre de 1853, el gobierno de la república convocó a la población a un
concurso para seleccionar tanto la letra como la música del que sería nuestro Himno y el
3 de febrero los miembros del jurado seleccionaron al ganador resultando ser el poeta
potosino antes mencionado y posteriormente declararon vencedor a un compositor con
las iniciales J.N. Jaime Nunó Roca. El Himno Nacional se entonó por primera vez el 15 de
septiembre de 1854, para celebrar el grito de independencia en el teatro de Santa Anna.
Es tan importante este canto, que cada vez que se interpreta se sigue defendiendo la
independencia de nuestro país, sus ideales, los principios y valores que identifican a cada
hijo de la Patria que nos ha dado identidad, es por eso que cuando se entona en actos
oficiales o justas deportivas dentro del país o en el extranjero la emoción que embarga a
todo aquel que se precie de ser mexicano es única e incomparable.
Cabe señalar que según encuestas realizadas a través de internet en 2008 nuestro Himno
Nacional fue considerado el segundo más bello en el mundo entero.
Por todo lo anterior, considero que como mexicanas y mexicanos los y las jóvenes a
quienes nos ha tocado enfrentar y vivir de manera abrupta cambios propios de la
sociedad actual debemos estar orgullosos de nuestras raíces, nuestro pasado indígena,
pero sobre todo de los Símbolos Patrios y de lo que cada uno de ellos representa: nuestra
Independencia, nuestra unidad, nuestra historia, nuestra esperanza, el presente y el futuro
de cada mexicano. Las nuevas generaciones debemos tomar en nuestras manos las
armas del estudio, el progreso y la superación, para seguir enalteciendo los más altos
ideales que nos legaron nuestros antepasados. Tengamos siempre presente que los
Símbolos Patrios son la máxima expresión de gloria y entusiasmo, son nuestra raíz,
nuestra identidad y el vínculo permanente con la tierra de nuestros padres.

Referencias bibliográficas:
Álvarez Montero, José Lorenzo. Los Símbolos Patrios. Reflexiones históricas y Jurídicas. Editado por
la Secretaría de Educación de Veracruz.
https://www.gaceta.unam.mx/simbolos-patrios-cohesion-social-politica-y-cultural-de-los-
mexicanos-fortalecidos-en-dos-siglos/
fecha de consulta 15 de diciembre de 2021.
https://www.mexicodesconocido.com.mx/los-simbolos-patrios-de-mexico-y-su-historia-escudo-
bandera-himno.html
fecha de consulta 20 de noviembre de 2021.

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